Abstract Play-based learning is widely recognized as a fundamental practice for the cognitive and socioemotional development of children, especially during their first years of education. However, the tension between play and learning continues to exist regarding the role of the adult in the teaching and learning processes, which generates confusion among educators about whether or not to incorporate play, making it difficult to reconcile both worlds, which tend to be seen as opposites. The goal of this reflective essay is to examine teachers' roles as play-based learning mediators, establishing relationships with a central pedagogical competence in children's pedagogy such as playfulness. It is argued, based on a literature review, that it is essential for educators to develop a favorable attitude towards play, which allows them to generate playful conditions, evaluate the needs and interests observed in infants, and decide, if necessary, to get involved respectfully. In this way, the aim is to promote interactions that promote joy, fun, and creativity, while favoring cognitive development and the expression of children's own playful attitudes.
Resumen El aprendizaje basado en el juego es ampliamente reconocido como una práctica fundamental para el desarrollo cognitivo y socioemocional de niños y niñas, especialmente, durante sus primeros años de trayectoria educativa. Sin embargo, la tensión entre juego y aprendizaje continúa vigente en cuanto al papel que cumple el adulto en los procesos de enseñanza y aprendizaje, lo que genera confusión entre las educadoras acerca de si incorporarse o no al juego, resultando difícil conciliar ambos mundos que tienden a visualizarse como opuestos. Este ensayo reflexivo tiene por objetivo analizar el rol docente como mediador del aprendizaje basado en el juego, estableciendo relaciones con una competencia pedagógica central para la pedagogía infantil como es la actitud lúdica (playfulness). Se argumenta, a partir de una revisión bibliográfica, que resulta esencial que las educadoras desarrollen una actitud favorable hacia el juego, que les permita generar condiciones lúdicas, evaluar las necesidades e intereses observados en los párvulos y decidir, si es necesario, involucrarse respetuosamente. De esta manera, se busca promover interacciones que propicien la alegría, diversión y creatividad, al tiempo que se favorece el desarrollo cognitivo integral y la expresión de la propia actitud lúdica de niños y niñas.