The effectiveness of four systemic fungicides (azoxystrobin, 150 g·ha-1; dimethomorph, 225 g·ha-1; fosetil-Al, 2 kg·ha-1; y triforine, 285 g·ha-1) for downy mildew control (Pseudoperonospora cubensis) was evaluated in cantaloupe melon early sown at the Yucatan State, Mexico. The fungicides were sprayed at 36, 52 and 67 days after transplant (dat), and the disease intensity at 43, 60, and 75 dat, yield components, and fruit soluble solids concentration, were assessed. No significant difference on disease incidence (5.6-12.5%) was observed at 43 dat. Disease incidence (73.3%) on dimetomorph treated plots was significantly lower than in the control plots at 60 dat. Disease incidence reached 100% in all treatments in the last recorded date, 75 dat. Disease severity, measured with Horsfall-Barratt scale, was significantly lower in dimetomorph treated plants in the three dates evaluated. The final disease severity was significantly lower in plants treated with dimetomorph or fosetil-Al, in which 85 and 75%, respectively, less area under the disease progress curve (AUDPC) was observed than in the control plants. These fungicides also induced the highest number of fruits per plot, mean individual fruit weight, and total fruit yield. The fruit soluble solids concentrations were not significantly different among treatments. A linear negative effect (r²=0.84) of the disease severity (AUDPC) on the total fruit yield was found.
En siembras tempranas de melón cultivado en Yucatán se evaluó la efectividad de cuatro fungicidas sistémicos (azoxystrobin, 150 g·ha-1; dimetomorf, 225 g·ha-1; fosetil-Al, 2 kg·ha-1; y triforine, 285 g·ha-1) en el control del mildiú velloso (Pseudoperonospora cubensis Berk. & Curt.). Las aplicaciones de los fungicidas se realizaron a los 36, 52 y 67 días después del trasplante (ddt), y se llevaron a cabo tres evaluaciones (43, 60 y 75 ddt) de intensidad de la enfermedad, componentes del rendimiento y concentración de sólidos solubles en los frutos. En la evaluación a los 43 ddt no se observaron diferencias significativas en la incidencia de la enfermedad (5.6-12.5%). En la evaluación a los 60 ddt la incidencia de la enfermedad (73.3%) en las parcelas tratadas con dimetomorf fue significativamente menor al testigo. En la última evaluación, 75 ddt, la incidencia de la enfermedad alcanzó 100% en todos los tratamientos. La severidad de la enfermedad en las tres evaluaciones, medida en la escala Horsfall-Barratt, fue significativamente menor en las plantas tratadas con dimetomorf. La severidad final fue significativamente menor en las plantas tratadas con dimetomorf y fosetil-Al, las cuales presentaron 85 y 75% menor área bajo la curva del progreso de la enfermedad que el testigo, respectivamente. Estos tratamientos también presentaron mayor número de frutos por parcela, peso promedio de los frutos y rendimiento total. La concentración de sólidos solubles en los frutos no varió significativamente entre tratamientos. Se determinó que la severidad de la enfermedad (ABCPE) afecta negativamente el rendimiento de una manera lineal (r²=0.84).