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Editorial N° 03/2020 La época COVID-19: investigación interdisciplinaria y una nueva ética sostenible y justa

El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la pandemia COVID-19. A pesar de tener el potencial de afectar a todos en los cuatro rincones del planeta, no todos son afectados de la misma manera (MAROKO, A; NASH, D; Y PAVILONIS, B., 2020; OUTRIGHT, 2020; TORRES Y LINKE, 2020TORRES, P., LINKE, C. Covid-19 e a política urbana: a densidade não é a vilã. Le Monde Diplomatique, 2020. Avaible from: https://diplomatique.org.br/covid-19-e-a-politica-urbana-a-densidade-nao-e-a-vila/ Access on: 12 June 2020.
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). Algunos estudios ya indican una distribución desigual entre los grupos afectados, con foco en las poblaciones que están en mayor situación de vulnerabilidad. En el campo de las actividades académicas, el comienzo de la pandemia ha generado una serie de tensiones y conflictos. Ya sea debido a las dificultades impuestas por la enseñanza y el aprendizaje a distancia forzado, que varias instituciones tuvieron que implementar sin ninguna preparación pedagógica, o por las dificultades que los investigadores (hombres, mujeres o no binarios), especialmente con hijos, vienen sintiendo debido tanto a la acumulación de actividades diarias, cuanto por la presión de producir conocimiento en un período de excepción (MINELLO, 2020MINELLO, A. The pandemic and the female academic. 17 de abril de 2020. Avaible from: <https://www.nature.com/articles/d41586-020-01135-9>. Access on: May 2020.
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; CORBERA et al. 2020CORBERA, E.; ANGUELOVSKI, I.; HONEY-ROSÉS, J.; RUIZ-MALLÉN, I. Academia in the Time of COVID-19: Towards an Ethics of Care. Planning Theory and Practice. 2020.).

Consciente de esto, el cuerpo editorial de la Revista Ambiente & Sociedade divulgó el 24 de marzo un mensaje a la comunidad informando la opción de no interrumpir el trabajo durante este período; sin embargo, alertando sobre una disminución en el ritmo de producción, posibles retrasos y la imposibilidad de continuar con una cierta “normalidad académica” actual. La productividad académica no debe ser lo prioritario, decía la nota, sino la asistencia a nuestras comunidades, estudiantes, familiares y colegas. Se trata, por lo tanto, de buscar una cultura académica del cuidar, como proponen Corbera et al. (2020CORBERA, E.; ANGUELOVSKI, I.; HONEY-ROSÉS, J.; RUIZ-MALLÉN, I. Academia in the Time of COVID-19: Towards an Ethics of Care. Planning Theory and Practice. 2020.), buscando una reorientación, al final de la crisis, que pueda transformar las prácticas académicas hacia una mayor ética sostenible, solidaria y de hermandad.

Pero las ilusiones de un mundo “post-Covid” más justo, menos consumista y solidario se desmoronan rápidamente. Excepciones, como forma de resistencia, son lugares de esperanza, verdaderos “espacios de acción inventados” (MIRAFTAB, 2016MIRAFTAB, F. Insurgência, planejamento e a perspectiva de um urbanismo humano. Revista Brasileira de Estudos Urbanos e Regionais (RBEUR), 18, no. 3, p. 363-377. 2016.), en los cuales acciones colectivas de reacción y movilización insurgentes operan en el vacío del inoperante poder público. A medida que la expansión del virus dejaba las esferas de las clases altas y medias - de hecho, fue la capacidad de movilidad de estas clases la que facilitó la propagación del virus en todo el mundo - y ante la postura errática de los líderes gubernamentales para la contención y la confrontación de la crisis generada por la llegada del virus, varias iniciativas fueron extendiéndose en diversas regiones de Brasil, para que las poblaciones más enervadas y con menor capacidad de respuesta pudieran enfrentar la pandemia.

Ejemplos como el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) que viene proporcionando alimentos, atención médica y otro tipo de apoyo a miles de brasileños en todo el país durante la pandemia; la organización en la favela de Paraisópolis, en São Paulo, bajo el liderazgo de la Asociación de Mujeres de Paraisópolis; iniciativas como las Madres de la Favela, vinculada a la CUFA (Central Única de Favelas), que consiste en la entrega de Cupones-Madre de R$ 120.00 (ciento veinte reales) en alrededor de 500 favelas brasileñas; el acogimiento a la población fragilizada de transexuales, travestis y personas transgénero en la Casa Nem, en Río de Janeiro, durante la pandemia; y la recolección de donaciones de diferentes grupos y colectivos como la Articulación de los Pueblos Indígenas en Brasil - APIB, la Unión de Núcleos de Educación Popular para Negros y la Clase Trabajadora - UNEafro, Equipo de Base-Warmis Convergencia de Culturas, que trabaja con población migrantes, entre muchas otras iniciativas, muestran la capacidad de organización y cooperación, así como el sentido de solidaridad y empatía entre los grupos más afectados por la crisis.

Sin embargo, estas importantes iniciativas enfrentan un enorme desafío por delante: la continuidad de una crisis que no muestra signos de una solución cercana y que, por el contrario, señala horizontes de enormes crisis económicas y sociales, sumergiendo a la humanidad en la incertidumbre. El principal problema en este escenario, y que converge con la ilusión de un mundo “post-Covid”, es que no habrá un “post-Covid”. Aunque en los meses siguientes, gracias al trabajo incansable de miles de científicos de todo el mundo, finalmente desarrollemos un tratamientos para la enfermedad u obtengamos la tan deseada vacuna contra el coronavirus, lo que observaremos será la continuidad y el recrudecimiento de un sistema de organización social que excluye y degrada a los grupos sociales más empobrecidos y enervados.

Como ya fue desarrollado en varios textos críticos, los efectos sistémicos de la pandemia pueden ser abordados desde diferentes perspectivas de análisis; sin embargo, todas conectadas entre ellas. Desde el enfoque económico, la fácil y rápida propagación del virus a través de la aproximación física y la movilidad humana ha impactado severamente el modelo capitalista neoliberal, fortalecido en las últimas décadas por la globalización. Desde el registro de los primeros casos en China, hemos visto como las medidas de contención y aislamiento social, aplicadas para impedir el avance del virus, rápidamente paralizaron a la segunda economía más grande del mundo, causando un efecto dominó en varias cadenas de producción, desde el nivel local hasta el global.

No obstante, a pesar de esta desaceleración económica ser global, sus efectos no han impactado a todos de la misma manera. De hecho, los estratos más bajos de la economía productiva y los grupos más excluidos del sistema son los más perjudicados. En un modelo económico que se basa en la sobreproducción y la exacerbación del consumo para su mantenimiento y crecimiento, medidas como la inmovilidad de las personas han afectado la continuidad de la producción y especialmente la del consumo. Esto ha afectado tanto a aquellos que tienen capacidad, pero no pueden seguir consumiendo, cuanto (y principalmente) aquellos que dependen del consumo de otros para generar ingresos. Aquí es donde las injusticias del sistema se vuelven más visibles. Para los grupos más empobrecidos, cuyos ingresos ya eran muy bajos o solo de subsistencia, el cumplimiento de la principal medida de protección contra el contagio de COVID-19, el aislamiento social, ha sido simplemente impracticable. Sin recursos económicos suficientes, miles de personas en todo el mundo arriesgan su salud y la de sus familias en el intento de garantizar la alimentación diaria, lo que se torna aún más precario en un escenario de paralización económica. Esto ha permitido una mayor visibilidad de las debilidades de un modelo económico que ya se mostraba en crisis y que hoy, en tiempos de pandemia, sólo acentúa sus efectos al profundizar las desigualdades sociales y económicas preexistentes.

Este escenario de paralización de la fuerza laboral en el sector de servicios (principalmente) y de producción en diferentes regiones del mundo, la exposición al riesgo de contagio de miles de personas debido a la necesidad de un sustento económico, así como el colapso de los sistemas de salud, ha llevado a la ilusoria confrontación entre el mantenimiento de la economía y el derecho a la salud. Defensores de la economía neoliberal comenzaron a revivir viejas teorías basadas en el llamado “Darwinismo Social”, que predica una suerte de selección “natural” en el mundo productivo, en el que sólo los más aptos para mantener el sistema económico capitalista podrán superar la crisis económica generada por la pandemia. Las medidas y esfuerzos de las naciones para mantener a sus poblaciones aisladas para la preservación de sus vidas y su salud perjudica la economía, lo que puede conducir a una mayor crisis “post-Covid”.

Es por eso que, según Acselrad (2020ACSELRAD, H. A microbiologia cega do capitalismo. Boletim ANPOCS, vol. 37, 2020. Avaible from: http://www.anpocs.com/index.php/ciencias-sociais/destaques/2351-boletim-n-37-cientistas-sociais-e-o-coronavirus acesso: maio 2020.
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), la retórica neoliberal no tiene nada que decir sobre pandemias, cambio climático o muertes por contaminación del aire. Por el contrario, vende el optimismo tecnológico, acentúa xenofobismos, además de exponer a los más vulnerables a los efectos indeseables del flagelo causado por la pandemia, que expone las condiciones preexistentes de desigualdades ambientales, como la falta de acceso al agua, saneamiento, vivienda, calidad del aire, entre otros.

En esta retórica, el bien o interés a proteger es la producción y generación de riqueza. Las miles de vidas humanas que perdimos, y seguimos perdiendo, solo tienen valor en cuanto productoras de riqueza. Esta lógica muestra la clara deshumanización de un modelo económico que ignora las fallas estructurales que ponen a millones de personas en una competencia totalmente asimétrica, determinada no solo por la capacidad actual de los sujetos para responder a la crisis (posibilidad de aislamiento y acceso a un sistema de salud), sino también por los historiales de desigualdad y segregación. Un claro ejemplo de esto es precisamente la necesidad de movilización de los grupos más empobrecidos y excluidos de la sociedad para enfrentar la pandemia. Las poblaciones pobres, negras, de comunidades tradicionales, LGBTQIA+, migrantes, personas sin hogar, entre otros, tuvieron que organizarse en colaboración para lograr, en la medida de lo posible, cumplir el aislamiento social.

Sin embargo, debe quedar claro: ¡no hay economía sin personas! ¡Son las personas las que hacen la economía y no al revés! Esto es lo que derrumba la falacia de la confrontación entre la economía y la salud. La economía debe ser un instrumento para mantener la vida de las personas con dignidad y no al revés. Todo esto debe conducirnos a fortalecer estudios que cuestionan las bien conocidas y perversas dinámicas de la economía capitalista y proponen alternativas económicas con mayor justicia social, con especial énfasis en el combate a las desigualdades e, incluso, en el contexto del cambio climático, que deberán tensar aún más la segregación e inequidad en todo el planeta.

Desde el punto de vista de las acciones gubernamentales para combatir la pandemia, a excepción de la Primera Ministra de Bélgica, criticada por la forma en que ha gerenciado el enfrentamiento a la COVID-19 en su país, es necesario reconocer el papel activo en los países gobernados por mujeres, con mejores resultados, como en el caso de la líder de Taiwán, Tsai Ing-wen, Angela Merkel en Alemania, o en Nueva Zelanda, la primera ministra Jacinda Ardern. Lo mismo puede decirse en San Francisco, EUA, dirigido por la alcaldesa London Breed, con un bajo número de casos y decesos. La gestión de la crisis llama la atención, especialmente en comparación con otra importante ciudad en el estado de California, Los Ángeles, donde los números son extremadamente altos1 1 - San Francisco tiene 247.37 casos por cada 100 mil habitantes. 2185 casos confirmados y 37 muertes, contra, por ejemplo, Los Ángeles, que tiene 404.68 casos por cada 100 mil habitantes. 40.895 casos confirmados y 1973 muertes. Datos disponibles en https://coronavirus.jhu.edu/us-map (consultado en mayo de 2020). .

También es importante reflexionar sobre el aprendizaje descolonial, sur-sur. Los países sudamericanos como Paraguay, Uruguay y Argentina, así como los países del sudeste asiático, son buenos ejemplos que deben ser observados para reflexionar sobre la nueva agenda de investigación urbana y las lecciones de gestión de crisis. Hay un gran contraste entre los números de Paraguay, Uruguay y Argentina en relación con Brasil, que está en camino de convertirse en el gran epicentro mundial de la pandemia, resultado de la suma de varios factores, entre ellos: ignorar las recomendaciones hechas por científicos y organizaciones internacionales, tales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), falta de transparencia de los datos relacionados con la COVID-19, continuos cambios institucionales, como los casos de renuncia de ministros de salud y trabas de articulación entre las esferas del gobierno.

En manifiesta contradicción con el principio constitucional de la Dignidad de la persona humana, que implica la protección del ser humano en diferentes dimensiones que garanticen su desarrollo adecuado, en Brasil, la pandemia ha trascendido cuestiones relacionadas con la salud y pasó a ser visto como una oportunidad para la aprobación de medidas que atentan contra la protección y preservación del medio ambiente. De esta forma, en el entendimiento del actual Ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, la atención de los medios dirigida al desarrollo de la pandemia debería ser aprovechada para, en sus propias palabras, “passar a boiada” (pasar el ganado), en referencia a la legislación ambiental del país. Estas cuestiones muestran la política errática del gobierno, especialmente la del Poder Ejecutivo, liderado por el Presidente de la República, para enfrentar la pandemia. Los constantes ataques del mandatario contra las recomendaciones de la OMS sobre las medidas para combatir el virus y la precaución en el uso de medicamentos que aún no presentan evidencia científica consistente sobre su efectividad, sumados a las presiones sociales y económicas, que reducen la posibilidad de confinamiento de miles, y a la complejidad de hacer frente a una enfermedad cuyos estudios aún están en curso, han creado un ambiente de escepticismo y desinformación que constituye un verdadero desafío para los productores y comunicadores de la ciencia.

En este sentido, la Revista Ambiente & Sociedade se une a los esfuerzos de producción académica centrados en el debate sobre el impacto de COVID-19 en el territorio nacional y presenta esta sección Ideas en debate con trabajos que abordan este tema en sus más diversas dimensiones, regiones y áreas de conocimiento. En una perspectiva interdisciplinaria, con contribuciones de especialistas en áreas como la historia, antropología, medicina, salud pública, sociología, planificación territorial, biología, entre otros, este Ideas en debate reúne 12 artículos que fueron priorizados en análisis de revisión por pares para lograr su pronta publicación. Se buscó una diversidad regional y de género, en la cual el 33% de los artículos están firmados por mujeres, como primera autoría. Entre todos, autores y coautores, el número es del 50%.

Nuestra preocupación por la composición equitativa de los autoras(es) en la producción de este Ideas en debate también responde a reflexiones realizadas dentro de nuestro equipo editorial sobre los impactos de la pandemia en la producción académica, mencionado líneas arriba. Entre 2017 y 2019, el número promedio de nuevos manuscritos recibidos por la revista fue de alrededor de 19 manuscritos por mes. Desde el comienzo de la pandemia, el número de manuscritos recibidos por la Revista Ambiente & Sociedade ha aumentado, conforme aparece en la Figura 1. El mes de mayo de 2020 es, hasta entonces, el mes donde se observó el mayor crecimiento, con 40 presentaciones, lo que corresponde a un aumento del 110% en relación con el promedio. Sin embargo, este aumento significativo podría estar ocultando una disparidad en la producción científica.

Figura 1:
Gráfico del número de manuscritos recibidos por la Revista Ambiente & Sociedade, de enero a mayo de 2020

Un estudio preliminar sobre la producción académica durante la pandemia de coronavirus, utilizando repositorios de preprints, señala que la tasa de aumento de manuscritos recibidos teniendo como primer autor personas de género masculino es mayor que aquellas de género femenino (VINCENT-LAMARRE, SUGIMOTO & LARIVIÈRE, 2020). Otras noticias apuntan preocupaciones similares, destacando y discutiendo cómo la pandemia está afectando la productividad de las investigadoras mujeres (FLARENTY, 2020; SAÉZ, 2020SAÉZ, C. “Estoy fallando como investigadora y madre”: la COVID-19 amplía la brecha de género en ciencia. 08 de junho de 2020. Avaible from: <https://www.agenciasinc.es/Reportajes/Estoy-fallando-como-investigadora-y-madre-la-COVID-19-amplia-la-brecha-de-genero-en-ciencia?fbclid=IwAR00pLbfgAmdfL7APYIFpT9xHNHFhTE14uUs7b9BPV_EVnJ7Q0f-oKgDyR8>. Access on: 12 June 2020.
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).

Estos estudios preliminares estimularon esta discusión en el equipo editorial de la Revista Ambiente & Sociedade. El sistema para el recibimiento de manuscritos utilizado por la revista, ScholarOne Manuscripts, no proporciona información sobre el género de los autores, lo que dificulta el análisis de los datos sobre manuscritos recibidos en esta revista, considerando el recorte de género. Por lo tanto, tenemos la intención de buscar formas de analizar estos datos para el período anterior y durante la pandemia de COVID-19, y presentar los resultados futuramente. Consideramos que evidencias en este sentido pueden contribuir a la reducción de posibles situaciones de desigualdad en la producción académica, buscando fortalecer ésta desde diferentes perspectivas e interpretaciones que conduzcan a lograr uno de los principales objetivos de la ciencia, que es: mejorar la calidad de vida de las personas.

Concluimos estas reflexiones sobre los impactos sistémicos de la COVID-19 convocando a una toma de conciencia sobre el momento en que la humanidad se encuentra. Nos enfrentamos a un problema que evidencia las debilidades de un sistema de desarrollo que durante siglos se ha soportado en la explotación y la opresión de las vidas y cuerpos de grupos históricamente segregados, así como en el agotamiento de recursos en un planeta limitado, sobreponiendo como objetivo de desarrollo la generación de lucro por encima de la dignidad de las personas. Esto no debe continuar. La normalidad deseada de un “post-Covid” responde, de hecho, a la continuidad de una sociedad desigual que necesita subordinar cuerpos, visiones del mundo, ideas y posibilidades otras de diferentes formas de coexistencia social, reproducción y desarrollo más justas e inclusivas.

Para nosotros, que trabajamos con la interdisciplinariedad, las ciencias ambientales y el diálogo con ciencias correlacionadas, los cuestionamientos relativos a la sobreexplotación y presión del actual sistema de desarrollo sobre la naturaleza se vuelven más relevantes y nos alertan sobre posibles escenarios catastróficos. El posible surgimiento de una pandemia debido a procesos de zoonosis (transmisión de una enfermedad capaz de transmitirse naturalmente entre animales y humanos) advierte sobre la peligrosa expansión de las actividades humanas en los límites de la naturaleza. Y eso es solo la punta del iceberg. Mientras continuemos con procesos y actividades que ejerzan presión sobre los sistemas naturales y no permitan su adecuada regeneración, la aparición de nuevos brotes epidemiológicos es latente. Esto se exacerba en un escenario de cambio climático, otro factor de mayor envergadura, también capaz de generar crisis sistémicas, lo que nos recuerda que la naturaleza no depende de nosotros, los seres humanos, pero nosotros sí dependemos de la naturaleza. La crisis generada por el coronavirus nos enfrenta a la fragilidad de nuestras sociedades en su interacción con la naturaleza y nos llama a reflexionar sobre cómo encarar mejor estos desafíos.

Nuestro objetivo con este editorial es resaltar la necesidad urgente de un diálogo interdisciplinario, pero basado en una nueva ética sostenible y justa que permita la convivencia de todas las personas con dignidad y con todos los seres vivos en equilibrio. Los artículos, desde las más diversas perspectivas y áreas de conocimiento, contribuyen a las reflexiones mencionadas anteriormente. Traen fuertemente la noción de Justicia Ambiental al centro de la agenda de investigación, así como la imperiosa necesidad de trabajar con temas sobre la desigualdad y vulnerabilidades. El papel del Estado también aparece como crucial en los artículos presentados, así como el necesario - y rara vez presente - gobernanza colaborativa entre las entidades federadas. El tema de la Amazonía, los pueblos indígenas y el impacto de la COVID en la región también está presente, así como la propagación del virus en las periferias de la ciudad. Varios artículos que componen este Ideas en debate también abordan el tema de la emergencia climática y sus correlaciones con el coronavirus, e inclusive con la posibilidad de nuevas pandemias.

En el artículo “Más allá del virus: No hay pandemia sin el Estado”, Rodrigo Toniol escribe sobre la importancia del Estado como organizador de la pandemia. El autor parte de la comprensión de que la noción de pandemia presupone una genealogía - resultado de un proceso histórico y configuraciones políticas específicas, relacionada con la consolidación del Estado moderno. Así, para Toniol, el surgimiento de la noción de pandemia debe reflejarse en función a la relación entre el Estado y los efectos socialmente desiguales generados por fenómenos de desigualdad. El autor concluye sugiriendo la aproximación de la noción de Justicia Ambiental como un enfoque importante para comprender este proceso.

Zoraide Souza Pessoa, Rylanneive Leonardo Pontes Teixeira y Maria do Livramento Miranda Clementino, en el artículo “Interfaces entre Vulnerabilidad, Gobierno, Innovación y Capacidad de Respuesta a la COVID-19 en el Noreste de Brasil”, discuten cómo la región noreste de Brasil viene construyendo capacidad de respuesta de manera innovadora y articulada a los desafíos de la pandemia en sus territorios. Los autores concluyen que en el noreste de Brasil estas respuestas se están llevando a cabo de manera articulada considerando las interfaces entre vulnerabilidad social, gobernanza e innovación.

Carla Galvão Pereira y Rafael de Aguiar Arantes analizaron la relación intergubernamental entre el Gobierno del Estado de Bahía y el Municipio de Salvador y las medidas adoptadas por ellos para el enfrentamiento a la COVID-19, en el artículo “La lucha contra la COVID-19 en Salvador: cooperación y conflicto en la relación intergubernamental”. Concluyen que, incluso liderados por políticos de grupos y partidos históricamente antagónicos, los gobiernos del estado de Bahía y el municipio de Salvador vienen ajustando acciones y cooperando en la implementación de políticas para enfrentar la crisis sanitaria.

Las investigadoras Deisy de Freitas Lima Ventura, Gabriela Marques di Giulio y Danielle Hanna Rached, en el artículo “Lecciones de la pandemia de COVID-19: la sostenibilidad es una condición indispensable de la Seguridad de la Salud Global”, analizan críticamente el concepto y la evolución de la Seguridad de la Salud Global, argumentando que no puede haber seguridad en materia de salud pública cuando la sostenibilidad no es tomada en consideración en sus múltiples dimensiones.

Considerando que la pandemia de COVID-19 está devastando comunidades indígenas, en el artículo “Luchando contra la anaconda invisible en medio de una guerra de conquista: notas de un genocidio”, el autor Felipe Milanez argumenta que el racismo estructural que llevó a casi 200 muertes de personas indígenas en los primeros meses de la pandemia no debe ser visto como resultado de actos irresponsables de omisión, sino como actos de genocidio.

Fabio de Castro, Gabriela Russo Lopes y Eduardo Sonnewend Brondizio, en el artículo “La Amazonía Brasileña en Tiempos de COVID-19: De la Crisis hacia la Transformación?”, tienen por objetivo llamar la atención para las prácticas llevadas a cabo por comunidades locales y grupos indígenas en la Amazonía brasileña. como punto de partida para repensar el presente y redefinir nuestro futuro. Concluyen que nuevos caminos son necesarios para superar la ‘vieja normalidad’ de la región amazónica, marcada por la extracción destructiva de recursos y desigualdades sociales, para cambiar para una ‘nueva normalidad’, basada en transformaciones para una sociedad más sostenible y equitativa.

En el artículo “Análisis global de la infección por COVID-19”, Marcos Silveira Buckeridge presenta su investigación basada en datos disponibles en bases de datos públicas, donde examinó los niveles de infección de 56 países, encontrando patrones que revelan marcadas diferencias entre los países asiáticos y europeos, con niveles mucho más altos de infección en estos últimos. Concluye que la evolución de la pandemia podría explicarse mejor como un fenómeno multifactorial y ser mejor abordado desde un punto de vista sistémico.

En “COVID-19: desigualdades locales/regionales e impactos sobre la infraestructura crítica de salud en Brasil”, Wilson Cabral de Sousa Júnior, Demerval Aparecido Gonçalves y Dafne Brito Cruz abordan cuestiones locales/regionales sobre infraestructura crítica de salud para lidiar con la COVID-19, con basado en análisis geoespacial y modelado compartimental (SEIR), utilizando como área de estudio la Macrometrópole Paulista (MMP) y la Región Metropolitana del Valle de Paraíba/Litoral Norte de SP (RMVPLN). Concluyen que para la resiliencia futura, es esencial abordar las desigualdades en términos de infraestructura de salud disponible para el acceso público y privado.

Las investigadoras Luciana R. F. C. Travassos, Renata M. P. Moreira, y Rayssa Saidel Cortez, presentan en su artículo llamado “El virus, la enfermedad y la desigualdad” analizan los casos reportados y los datos de deceso por COVID-19 en la ciudad de São Paulo (SP - Brasil), permitiendo relacionar la evolución de la pandemia con desigualdades ya presentes en el espacio urbano de São Paulo y con las diferentes condiciones sociales existentes para la adhesión al aislamiento.

Carlos Machado de Freitas, Isadora Vida de Mefano e Silva, y Natalia da Cunha Cidade, en el artículo titulado “La pandemia por COVID-19 como un desastre mundial: vulnerabilidad social y desafíos para la gobernanza de riesgos en Brasil”, discuten la actual pandemia como un desastre global que puede evolucionar para una emergencia compleja que implique el potencial de una crisis humanitaria en muchos países, incluido Brasil. En el artículo son explicadas amenazas que socavan la capacidad de gobernanza del riesgo y amplían e intensifican las desigualdades sociales, convirtiendo a Brasil en el nuevo epicentro del desastre global por COVID-19.

En el artículo “Pandemias, riesgos existenciales y no existenciales para la humanidad”, el autor Luiz Marques analiza cómo la pandemia dio inicio a una era de estancamiento económico estructural, cruzando el umbral en el que los llamados “servicios ecosistémicos” del planeta comienzan a convertirse en “perjuicios ecosistémicos”. Por otro lado, concluye Marques, la actual pandemia ofrece una oportunidad para un giro civilizatorio importante, probablemente la última oportunidad antes de que los desequilibrios ambientales salgan del control de las sociedades.

Los autores Nelson Gouveia y Claudio Kanai, en el artículo “Pandemias, ciudades y Salud Pública”, discuten cómo la salud pública y la planificación urbana, aspectos fuertemente conectados, según los autores, se separaron y concentraron principalmente en las políticas de saneamiento. Por lo tanto, la salud pública y la planificación urbana deben volver a conectarse, toda vez que nuevas y viejas amenazas a la salud provocadas por la urbanización y destacadas por la pandemia actual enfatizaron la estrecha relación entre la salud y el medio ambiente urbano. Los autores concluyen que al prepararse para la post pandemia, la salud debe volver al centro de las decisiones relacionadas con la vida urbana.

Para concluir, es importante mencionar que este volumen de la revista trae un nuevo “diseño” para la presentación de los artículos publicados. Continuando con nuestro compromiso, iniciado a mediados de 1997, de contribuir al desarrollo científico a través de la lente del conocimiento interdisciplinario sobre el Medio Ambiente y la Sociedad, de una manera accesible, moderna y diversa. Después de varios estudios y un proceso horizontal de construcción colectiva entre la Secretaría Ejecutiva, el Editor en Jefe y las(os) Editoras(es) Adjuntas(os), la Revista Ambiente & Sociedade aparece ahora con un nuevo diseño para sus artículos, actualizado, atractivo y organizado.

Siguiendo la estructura y el formato de otras publicaciones en el campo científico, asumimos una nueva estructura de elementos: la primera página con el resumen, información de los autores y el volumen, número de DOI y palabras clave; se adoptaron nuevas fuentes para los títulos y el texto; hipervínculo en los ORCiD; los agradecimientos preceden a las referencias; una sesión de contacto para el autor principal y coautores; inclusión de la fecha de recepción y aceptación del artículo, de modo que se pueda acompañar el tiempo promedio del proceso editorial; un ítem “cómo citar” y, finalmente, las últimas páginas con el Abstract/resumen en otros idiomas: portugués, español e inglés. Todos estos elementos fueron pensados para facilitar la lectura en pantalla, toda vez que, desde 2011, pasamos ser una publicación digital y onlíne.

También es importante resaltar que en nuestro compromiso con la investigación y la ciencia y, principalmente, con nuestros autores(as), lectores(as) y red de colaboradores(as), buscaremos indexar nuestra revista en más redes de conocimiento (bases de datos de revistas digitales), además de reducir el tiempo del proceso de publicación, sin la pérdida de ninguna etapa que comprometa la calidad de nuestras publicaciones, tan apreciada por los miembros de la revista.

Aprovechamos la oportunidad para agradecer a todo el cuerpo editorial de la Revista Ambiente & Sociedade, y especialmente a la Secretaria Ejecutiva, en las figuras de Anna Luiza Abreu, Rafael Monteiro y Juliana Delgado, y los Editores Adjuntos, quienes inmediatamente, en medio de la pandemia y las dificultades que nos impone, aceptaron el desafío de priorizar esta edición como una contribución científica del área ambiental en una perspectiva interdisciplinaria al debate sobre los efectos de la COVID-19 en la sociedad. Que esta edición, además de contribuir a una reflexión crítica sobre la época que estamos viviendo, ilumine el debate científico y político en el país, además de estimular investigaciones y caminos futuros que aborden el tema y sus desafíos.

¡Les deseamos a todos y todas una buena lectura!

References

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    - San Francisco tiene 247.37 casos por cada 100 mil habitantes. 2185 casos confirmados y 37 muertes, contra, por ejemplo, Los Ángeles, que tiene 404.68 casos por cada 100 mil habitantes. 40.895 casos confirmados y 1973 muertes. Datos disponibles en https://coronavirus.jhu.edu/us-map (consultado en mayo de 2020).

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    03 Jul 2020
  • Fecha del número
    2020
ANPPAS - Revista Ambiente e Sociedade Anppas / Revista Ambiente e Sociedade - São Paulo - SP - Brazil
E-mail: revistaambienteesociedade@gmail.com