Resumen
El objetivo de este trabajo es tratar de observar si la autonomía y la libertad de pensar, de escribir y de actuar de las beguinas del Medievo son rasgos y comportamientos que reflejan algunas raíces culturales de la independencia femenina. Desde una metodología crítico-comprensiva se observa el contexto social en el que vivían estas mujeres medievales y su identidad social. El considerar los beguinajes como movimientos de emancipación femenina nos lleva a plantear la hipótesis de que en la Baja Edad Media y en los siglos siguientes hay mujeres cuyo modo de vivir tiene parecido con las antiguas beguinas, y entonces, a muchas más mujeres de la historia se las podría llamar nuevas beguinas.
Palabras clave
Nuevas beguinas; Emancipación femenina, Espíritus Libres, Feminismo, Mujeres escritoras
Abstract
The aim of this paper is to examine whether the autonomy and freedom of thought, writing, and action of medieval Beguines are traits and behaviors that reflect certain cultural roots of female independence. Using a critical-comprehensive methodology, we observe the social context in which these medieval women lived and their social identity. Considering the beguinages as movements of female emancipation leads us to hypothesize that in the Late Middle Ages and following centuries many women had ways of life that resembled those of the ancient Beguines, and therefore many more women in history could be called new Beguines.
Keywords
New Beguines; Women’s emancipation, Espíritus Libres, Feminism, Women writers
Introducción
La investigación sobre las beguinas la inicié dentro de un estudio más amplio que abordaba una aproximación sociológica a las representaciones femeninas medievales.1 Acercarse desde la Sociología a la Edad Media nos lleva a buscar relaciones entre el contexto, la historia y la literatura con los roles de género. Las beguinas tienen un especial desarrollo en Europa entre los siglos XII y XV, un momento de transición hacia la Modernidad en el cual se están definiendo y configurando diferentes elementos estructurales, entre los que cabe destacar las visiones de lo masculino y lo femenino en la tradición occidental.
El tratar de comprender una etapa histórica en la que también la sociedad era patriarcal, tanto a nivel institucional como familiar, y observar que ya entonces se iban difundiendo diversas actitudes misóginas, puede ayudar a adquirir una visión en perspectiva de las nuevas coacciones sociales hacia las mujeres en el siglo XXI y tener otra mirada que contribuya a entender distintos comportamientos estereotipados y discriminatorios por razones de género. Por eso, se estima muy conveniente conocer cómo fue la socialización de género desde el Medievo, pues en testimonios escritos aportados por beguinas y otras mujeres escritoras de esa época, radica parte de la herencia cultural de la sociedad europea y de las visiones femeninas de sus comportamientos sociales, tradiciones y mentalidades culturales. Entonces, como en épocas anteriores de la antigüedad clásica o el imperio romano, también las mujeres se vieron marcadas por roles estereotipados y jerarquizados, con normas que regulaban cuáles eran sus conductas correctas (Butler, 2007) y sus orientaciones morales ligadas al género (Gilligan, 2013); pero la cuestión está en observar en qué medida ese control externo de los comportamientos e identidades femeninas, que ya regía las relaciones sociales medievales, aún sigue teniendo más o menos vigencia, en qué medida en otras épocas las mujeres han sabido con diversas herramientas esquivarlo o escapar de sus coacciones.
Respecto al proceso de selección de documentación es conveniente precisar que se han utilizado herramientas de búsqueda entre las que se encuentran Scopus, Dialnet Plus y WOS. Además, se han consultado a través del acceso virtual bases de datos de Ciencias Sociales y Humanas en español de editoriales especializadas. Se ha tratado de conjugar la búsqueda de fuentes directas escritas por las beguinas con estudios sobre la historia y la literatura de las mujeres, sin perder de vista diferentes teorías y enfoques de perspectiva de género (véase tabla 1). En este planteamiento interdisciplinar se ha prestado especial atención a las investigaciones sobre estas mujeres medievales llevadas a cabo en las últimas décadas.
Como se puede observar en el esquema se detallan dos búsquedas, una en Scopus y otra en Google Scholar, ambas centradas en el primer semestre de 2023. Se aprecia especialmente que al restringir la temática de estudio en Scopus no se encuentra ningún documento por lo que se evidencia la necesidad de cubrir esta laguna dentro de la literatura científica más especializada. Y en cambio en el buscador genérico de Google Scholar los resultados son muy numerosos, pero tras hacer un rastreo en ellos, especialmente en los primeros 40 resultados, se aprecia también la escasez de estudios realizados sobre mujeres medievales frente a la tendencia creciente de estudiar a las mujeres contemporáneas.
Metodología y fuentes escogidas
La metodología utilizada está basada en la selección y análisis de fuentes bibliográficas, y a partir de ellas hacer un análisis comprensivo y crítico de cara a profundizar en el objeto de estudio: el papel social de las beguinas medievales y su proyección histórica. Esta metodología analítico-comprensiva requiere acudir a un ámbito interdisciplinar en el que se conjugue la historia social, la perspectiva de género y la literatura de mujeres. Por ello es conveniente aludir aquí a las principales fuentes bibliográficas que permiten abordar esta investigación e interrelacionar sus aportaciones.
Diversas historiadoras especializadas en el Medievo han contribuido a visibilizar a las mujeres teniendo en cuenta su contribución social, económica, cultural, entre ellas Rivera-Garretas (2000) Segura (2013), o Wade-Labarge (1988), Martínez et al. (2000). También con una visión de la vida privada del Medievo sin olvidar los trabajos, roles y ethos de las mujeres cabe citar a los investigadores Duby y Perrot (2000). La dinámica histórica: Maravall (2013) y Elias (2012) y la atención al género: Simmel (1999), Beauvoir (2013), Gilligan (2016) o Butler (2007) ayudan a contrastar los papeles sociales asignados a hombres y a mujeres en diferentes obras y contextos. Precisamente la importancia de atender al género femenino vinculándolo a la historia socio-cultural la señala Beauvoir (2013) recordando que la inclusión de las mujeres en la historia evitaría visiones distorsionadas. Asimismo, a esa necesidad de no estudiar la vida de las mujeres de forma aislada sino en relación con las problemáticas históricas y tratando de explicar problemas más generales alude Tilly (1994).
Como metodología de análisis social, y siguiendo los pasos que estructuran las partes de este artículo, se plantea: primero, observar cuándo y cómo emergen las beguinas en la sociedad medieval; segundo, mostrar cuáles son los principales focos de Espíritus Libres, y añadir escritoras coetáneas que no pertenecen a los mismos círculos pero que tienen muchas afinidades con ellas; observar posibles causas del triunfo y declive de estos movimientos femeninos, estimando finalmente la posibilidad de que los rasgos que tuvieron las beguinas pueden estar presentes en mujeres de hoy y seguir habiendo nuevas beguinas.
Focos de Espíritus libres y otras mujeres influyentes y coetáneas a las beguinas
En medio de la convulsa Edad Media las beguinas aprovecharon su vinculación religiosa y su formación cultural para tener una participación más activa en la vida social, y encontrar espacios dónde poder expresarse y actuar con mayor libertad:
Sin embargo, la Baja Edad Media se muestra como una época de ruptura y modernización (…) a pesar de ser una época llena de catástrofes y conflictos (…) las mujeres se beneficiaron de las posibilidades que les brindó una mayor movilidad social (…) y tomaron parte en los cambios culturales y religiosos (Optiz, 2000:342)
A pesar de ser mujeres que manifestaron una nueva espiritualidad y de rebelarse contra el poder eclesial que se alejaba del ideal evangélico, las beguinas fueron bien valoradas por diferentes sectores de la población, en concreto, según indica Margaret W. Labarge (1988), determinados grupos sociales pudientes escogían a las beguinas como educadoras y maestras, y en ellas confiaban la formación y socialización de sus hijas:
Son tan circunspectas en sus costumbres y tan entendidas en cuestiones domésticas que personas grandes y honorables les envían a sus hijas para que las eduquen, con la esperanza de que sea cual sea el camino que sigan en su vida después, estén mejor preparadas que otras (Memorial de Gante, 1328, en Labarge, 1988).
Para comprender el alcance y evolución de los beguinajes se sintetiza aquí el contexto donde surgieron y cómo fue la extensión y difusión de estos movimientos femeninos medievales por casi toda Europa occidental, y se alude también a las beguinas más conocidas.
El movimiento de Espíritus Libres de mujeres beguinas es un fenómeno “multiforme y diverso” (Pérez-Martín, 2013) parece que se inició a final del siglo XII por el noroeste de Europa y se fue extendiendo hacia el centro y el sur. Se agruparon en beguinatos, begaterios o beaterios, y esos espacios compartidos por mujeres al margen de las relaciones de parentesco, se convertían en pequeñas ciudades religiosas donde llevaban una vida autónoma y, a la vez, podían responder a sus aspiraciones más comunitarias de oración y ayuda a los necesitados.
En la formación de las comunidades beguinas se pueden diferenciar principalmente tres focos: uno, el del norte, por los Países Bajos y Alemania; otro, en el sur, por Italia y Francia meridional, que también llega a España. Y un tercero más al noroeste, que sería el que está fuera de la Europa continental y se sitúa en Inglaterra. En el foco del norte, en el monasterio cisterciense de Helfta, caracterizado por una gran vitalidad intelectual y espiritual, vivieron tres místicas: las hermanas Gertrud de Hackeborn y Matilde de Hackerborn y posteriormente Gertrud la Grande, y también al final de su vida residió en éste la beguina Matilde de Magdeburgo (1207-1282); vinculado a esa zona estaba el círculo que incluye la zona del Rin, Hainaut y Flandes, con una figura masculina influyente, el maestro Eckhart, teólogo del misticismo especulativo2 que también fue un admirador de los escritos de las beguinas y seguramente bebió de algunas de sus fuentes, coincidiendo con ellas en el deseo de llevar la palabra evangélica al pueblo llano, en ese sentido destacan sus numerosos sermones pronunciados en alemán vulgar, sus ideas fueron también en más de una ocasión consideradas heréticas.
De 1250 a 1310 vivió en la región de Hainaut, zona fronteriza entre los Países Bajos y Francia Margarita Porete, una escritora beguina y mística cristiana que fue condenada por hereje y quemada en la hoguera sin llegar a retraerse de sus ideas a pesar del juicio al que fue sometida por la Inquisición. La obra de Porete, escrita en francés antiguo, sobrevivió al fuego, y pronto se tradujo al latín y en el siglo XIV al italiano y al inglés. Entre las primeras beguinas cabe resaltar la poetisa Hadewijch de Amberes, que vivió probablemente entre 1200 y 1248, y aunque dominaba el latín prefirió escribir en neerlandés medio, la lengua vulgar de su región. De Bélgica es la considerada madre del movimiento beguino, María de Oignies, nacida en 1177, quién desde su ideal de pobreza apostólica sirvió a los marginados de una leprosería y explicó en lengua vernácula los dogmas básicos y parte de El Cantar de los Cantares.
El epicentro del foco sur de Espíritus Libres estaría ubicado entre La Umbría y La Toscana, de este proceden Clara de Asís (aunque pertenecía a las damianitas, tenía una espiritualidad parecida a las beguinas y era escritora), Margarita de Cortona y Ángela de Foligno, entre otras. En esa zona más meridional se desarrollaron sobre todo las comunidades de franciscanas y de dominicas, e influyeron dos obras del siglo XIII, atribuidas a Buenaventura: Meditaciones y Stimulus Amoris.3 Sorprende el caso de Ángela de Foligno porque no sabía escribir y dictaba sus experiencias místicas al fraile Arnaldo. En Milán vivió en el siglo XIII Guillerma de Bohemia, y aunque de ella no se conocen escritos, lideró un movimiento de mujeres llamado guillelmita que llegó a crear una iglesia de jerarquía femenina que debía sustituir a la de Roma. Un caso de beguina con poca formación intelectual fue la profeta y visionaria de Montpellier, Na Proues Boneta, que mantuvo una casa de pobreza en su ciudad y se declaró defensora de la libertad de culto, se consideró ella misma la encarnación del Espíritu Santo, palabra viva de Dios en cuerpo de mujer; la condenaron como heresiarca. André Luis Pereira (2023) que estudia las beguinas de Marsella resalta su cultura alternativa que se muestra crítica y se enfrenta al incipiente capitalismo.
Con posterioridad, también en la península ibérica hubo beaterios y beguinas, y el camino de Santiago pudo ser una vía a través de la que extendió este movimiento que iba adquiriendo más influencia en zonas meridionales de Europa; Las beguinas y místicas españolas vivieron entre el siglo XV y comienzos del XVII, entre otras cabe citar a la beata de Guadalajara Isabel de la Cruz, promovió en la Castilla del siglo XVI el movimiento iluminista de los Dexados; o la visionaria y mística Magdalena de la Cruz que perteneció a la orden franciscana pero luego por sus profecías y visiones consideradas falsas fue condenada por la Inquisición a cadena perpetua en un convento de Andújar (Jaén); una monja agustina granadina y escritora del siglo XVII, que está asociada con la fundación y consolidación de un beaterio en el Albaycín, es Antonia de Jesús; y la palentina Luisa de Ascensión, conocida como la monja de Carrión que fue compositora y abadesa e impuso la igualdad de las monjas independientemente de su alcurnia. (Martínez et al., 2000). La mística española del siglo XVI, Teresa de Jesús, tiene mucho en común con ellas, aunque su posición en la Iglesia no fuera tan independiente ni discrepante de las jerarquías como las beguinas, tampoco dejó indiferentes a los poderes eclesiales con los que tuvo discusiones y confrontaciones en diversos momentos, y en sus obras expresa su particular discurso espiritual y místico tratando de crear y animar a la extensión de comunidades de fe y espacios propios para la oración entre las mujeres cristianas que quisieran tomar los votos religiosos.
Entre el siglo XIV y XV, tuvo lugar el desarrollo del misticismo en Inglaterra, zona en la que ubicamos el tercer foco del movimiento beguino, en cuyo contexto vivieron Margery Kemple, y Juliana de Norwich (Delgado, 2023), esta última es una reclusa que vivió en una celda pegada a los muros de la iglesia de Norwich, y que es reconocida como gran teóloga y mística del Amor y de la Nada. Los ecos de la erudita Porete y del maestro Eckhart siguen presentes en estas autoras inglesas, en el sentido de desapego de lo mundano en el camino hacia la nada que conduce a Dios y al amor.
En nuestro estudio, además se añaden al grupo de mujeres consideradas beguinas otras mujeres por tener aportaciones literarias que manifiestan un pensamiento propio y una socialización cristiana. Entre ellas la llamada ‘sibila del Rhin’: Hildegarda de Binzen (Pernoud, 2012); y la conocida como la primera escritora profesional Christine de Pizan. Así, se trazan en un esquema una veintena de mujeres destacadas durante seis siglos, concretamente entre el siglo XII y el XVII, la mayoría de ellas beguinas, gráfico a través del cual se trata de reflejar también la evolución espacio-temporal de estos movimientos espirituales que se extendieron por toda Europa de norte a sur y que son protagonizados por destacadas mujeres místicas, la mayoría beguinas y escritoras (Tabla 2).
En este esquema (Tabla 2) sobre Mujeres escritoras, beguinas y místicas se recoge en tres columnas los nombres de 24 mujeres relevantes que vivieron en Europa durante más de cinco siglos, entre el siglo XII y el XVII: en una columna están las escritoras del norte y centro europeo (autoras de Países Bajos y Alemania, fundamentalmente del siglo XII y XIII), en otra columna las escritoras del sur de Europa (de Italia y sur de Francia, del siglo XIII y XIV), y en la tercera columna aparecen nombres de otras místicas y autoras que son posteriores en el tiempo procedentes de Inglaterra, de Italia, Francia (S. XIV y XV) y de España (Siglos XV al XVII). Para identificar a las nombradas se indica si la historia las ha catalogado expresamente como beguinas o, si no, tienen otra alusión a su identidad por la que han pasado a la posteridad en cursiva y/o entre paréntesis. Pero entre unas y otras hay influencias mutuas, o azarosas confluencias, siendo algunas mujeres precursoras del pensamiento de las beguinas, entre ellas se podría citar a Clara de Asís o Hildegarda de Bingen; por otra parte, Christine de Pizan, también recibió y conoció el legado de muchas de las beguinas y llevó un paso más allá el feminismo. Isabel de Villena destacó en la escritura religiosa y Teresa de Jesús se convirtió en la cumbre de la literatura mística española junto con Juan de la Cruz, el misticismo de algunas beguinas anteriores también queda reflejado en su escritura. El agrupar todos estos referentes femeninos permite comprender el alcance de cómo un grupo minoritario pero significativo de mujeres tuvieron un papel sociocultural muy activo durante varios siglos y se encontraban ubicadas de forma bastante dispersa por numerosos países europeos; mujeres, además casi siempre próximas al hecho religioso (pero a menudo críticas con él), que curiosamente, le daba alas a su autonomía.
Las beguinas del Medievo: autónomas e implicadas socialmente
Las beguinas emergen en una época estamental y regida por un sistema feudal donde la autoridad masculina tenía una visibilidad y poder socioeconómico sin parangón; son figuras femeninas que se caracterizaban sobre todo por buscar su autonomía, y la buscaban a través del acceso al conocimiento y a la cultura, acceso sólo posible en esa época estando próximas a la Iglesia (Von Martin, 1970; Elias, 2012) 4 que les permitía lograr más independencia (al liberarse de los sometimientos que les suponía ser mujer en esa época) no sólo en su vida sino a veces también en su pensamiento, al poder manifestar sus ideas por escrito.
Las beguinas, aunque se asocian por razones religiosas, son un grupo alternativo que se distancia de los poderes eclesiásticos. Eran mujeres con fe y con un alto nivel intelectual, que se refleja en sus obras literarias; ellas discrepaban de las normas estrictas y optaban por no vincularse a las estructuras jerárquicas de la Iglesia o las órdenes religiosas existentes, forman parte de comunidades terciarias que están tanto fuera de la Iglesia (Espinar, 2023) como fuera de las estructuras patriarcales (Otero, 2016; Lartategi, 2023). Las beguinas iban creando entre si grupos pequeños más informales y participativos y, desde su posición de autonomía y visión crítica, colaboraban socialmente en tareas primordiales como el cuidado de enfermos, o la educación de niños y jóvenes. Como bien indica María del Mar Graña (2018) estas mujeres destacan por llevar a cabo tareas vinculadas a la caridad y a la acción social. De esta manera las beguinas poseían inquietudes intelectuales y por decisión propia se especializaban en un oficio educativo o sanitario (Régnier-Bohler, 1991), lo cual demuestra durante muchas décadas su prestigio social como cuidadoras o educadoras; sin embargo, esa posibilidad de actuar con libertad les fue obstruida pues el tener ámbitos de actuación social y el influir con su interpretación peculiar de la Biblia en la trasmisión de la fe, se convirtieron en desencadenantes que les condujeron a ser juzgadas, castigadas o condenadas; ciertamente, su postura como mujeres resultó demasiado revolucionaria y se escapaba de lo que el estereotipo femenino de la época les prefijaba (Bandura, 1995).
Partiendo de este compromiso social directo se aprecia su rechazo a la hipocresía en la obtención de beneficios económicos o de estatus; ellas eran conscientes de su pequeño poder y decidieron ponerlo en práctica y actuar al margen, desde una posición diferente, en la que cabía la posibilidad de agruparse en beguinajes, pero ante todo preservando su libertad. Desde ese espacio ‘conquistado’ optaban también muchas de ellas por trasmitir a través de la escritura, y con un lenguaje entendible para el pueblo llano, sus vivencias religiosas y sus conocimientos de la Biblia, aun sabiendo que eran perseguidas, seguían escribiendo y dando prioridad a difundir sus experiencias místicas. Y a través de otros modos de vivir y otros modos de escribir, diferentes a los habituales, estaban configurando su propia identidad, desde una capacidad intelectual y espiritualidad únicas. Se refleja así, siguiendo la terminología de Michael Tomasella y Vaish Amrisha (2011) como las beguinas rompieron con los roles pasivos y sumisos que la sociedad medieval les asignaba como mujeres; además, en cierto modo, a través de su experiencia vital desmontaban la estructura jerárquica prestablecida, ya que las beguinas no aspiraban a tener posiciones de estatus pues los niveles jerárquicos quedaban igualados horizontalmente en los beguinajes. Sin embargo, no hay que olvidar, el estatus adscrito del que procedían porque un buen número de beguinas tenían un origen social noble, sobre todo, según indica Simons (2003) en su análisis de la composición social de las comunidades de beguinas, en los siglos del XII al XIV gran parte de las mujeres beguinas procedían de familias pudientes, bien de la nobleza o de familias burguesas que formaban parte de lo que se puede llamar el patriarcado urbano o la aristocracia; en cambio a partir del siglo XIV hubo un número significativo de beguinas cuyo origen era de un estrato social más popular (Simons, 2003).
Sin embargo, estas mujeres rechazaban, sin hacer alardes de ello, su estatus social de prestigio, y escogían al mismo tiempo romper con sus lazos familiares (o en algunos casos adaptarlos a la nueva realidad de hermandad, era el caso de cuando varias hermanas de sangre o madre e hija se convertían en beguinas, dejando los privilegios de su vida anterior, pero seguían teniendo conexión como familia dentro del beguinaje) y optar por un modelo social más igualitario (Simons, 2003). Claramente se aprecia que su autonomía y su implicación social no tenía como objetivo el beneficio económico, e incluso existía entre las comunidades beguinas un claro rechazo a la avaricia, considerado en su época el pecado más grave pues incita a guardar para uno mismo en lugar de compartir. Ellas formaban parte de las corrientes de laicos que a partir del siglo XII tomaron protagonismo en una Europa aun preindustrial pero que empezaba a fomentar el comercio y las posibilidades de riqueza se multiplicaban. Tanto Maravall (1983) como Von Martín (1946) expresan las contradicciones en las que se debatía esta época, entre la filosofía escolástica estática y la nueva ciencia, entre el estancamiento y el dinamismo económico. A lo largo del Medievo se está produciendo el paso del cristianismo ascético al lucrativo. Panciera (2020) denomina a los beguinatos “islas de reposo en el turbulento mundo de los negocios”. Hay diversos movimientos monásticos también que tienen la pobreza como uno de sus principales valores entre ellos los franciscanos. Además, para las beguinas su opción por la pobreza era un modo de coherencia entre su vida y su compromiso hacia los pobres y los enfermos.
Discusión: entre la emancipación y la marginación
Ya desde el siglo XIII hubo mujeres que empiezan a ser expulsadas del orden teológico, por rechazar el poder eclesial, lo que les supuso ser estigmatizadas como herejes, junto a otros colectivos como filósofos o reformistas.5 Además, se suma que de fondo, en el contexto de esta época una de las concepciones que empieza a conformarse es la antítesis entre cristianismo frente a paganismo o herejía, cuya implantación condujo a una visión bastante generalizada en Occidente que justificó las cruzadas y las guerras en nombre de la fe. La imagen de las mujeres no obedientes al sistema es asociada con el mal, el luchar contra las mujeres que se salen de lo que se considera el verdadero cristianismo forma parte de esa guerra o cruzada; es decir, esas mujeres que no seguían los cánones de comportamiento propiamente femeninos, que configuraban sus propios grupos e incluso sus propias instituciones, que hacían otra interpretación diferente de los textos sagrados no validada por autoridades masculinas, etc. son menospreciadas e identificadas con la corrupción, la perversión o el maligno. Na Proues Boneta, Guillerma de Bohemia, Juliana de Norwitch o Margarita Porete son algunas de las beguinas que fueron despreciadas en diversas ocasiones por tener conductas o mensajes próximos a la herejía. En el caso de Juliana de Norwitch se atrevió a lanzar la propuesta de considerar a Dios salvador como “nuestra verdadera madre” (Tabuyo, 2002:134), esta reflexión suya suponía atribuir a la divinidad rasgos femeninos y, en cierto modo, cambiar la identidad de Dios que hasta entonces había sido difundida por la Iglesia. Los textos escritos por las beguinas, aunque influyentes, tanto en el Medievo como en los siglos siguientes, los poderes establecidos y grupos intelectuales más influyentes quisieron que fueran considerados como una subcultura frente a la androcéntrica cultura oficial, sobre todo a medida que su pujanza era creciente y que obras de algunas beguinas fueron divulgadas con mucho éxito y fueron editadas en varias lenguas, como en el caso de la obra de Porete, ocasionando el consiguiente revuelo y la admiración de más personas. No es excepcional. en los siglos del XV al XVII, este intento de arrinconar la cultura femenina; en ese sentido, la investigadora Opitz (2000) advierte como a la hora de comprender el papel de las mujeres en el Medievo no se puede perder de vista la supremacía y la prevalencia de los puntos de vista masculinos, y cómo los hombres eran los que fijaban las normas sobre los sujetos femeninos.
Los testimonios sobre sus experiencias cotidianas (de las mujeres) deben interpretarse aún (…) a la luz de las idealizaciones y desprecios masculinos; con frecuencia, sus deseos y sus ideales sólo pueden adivinarse, ocultos tras el velo de la tutoría y la reglamentación impuesta por padres, esposos y confesores. Su comportamiento continúa sujeto a las limitaciones de las normas y los controles sociales (Opitz, 2000:342)
Mientras el Renacimiento iba con sus tendencias humanistas iluminando parcelas y desmontando la estratificación social, paradójicamente, la palabra de las mujeres fue oscurecida y marginada; así, el discurso femenino dejó de ser valioso, esclarecedor, profético o carismático y se convirtió en sospechoso, peligroso o pecaminoso.
Serían los inquisidores, juristas y políticos del siglo XV y de la Edad Moderna los que, perdido el sentido de la alegoría, creyeron -testimoniando así un cambio fatal del orden simbólico- que el vuelo nocturno, por ejemplo, era literal, de manera que para explicarlo racionalmente imaginaron la existencia del famoso “pacto con el Diablo” (Rivera-Garretas, 2006:195).
Hacia el siglo XV, al terminar la Edad Media, en numerosas obras religiosas, filosóficas o literarias, empezaron a divulgarse más modelos simplificados y antagónicos de mujeres, unas muy virtuosas frente a otras muy pecadoras; dichos modelos marcaron la Modernidad y siguieron estereotipando a las mujeres durante siglos, a la vez que fueron reduciendo las posibilidades de pensamiento y de acción de los sujetos femeninos. Cuando surgió también en el siglo XV un movimiento denominado La Querella de las Mujeres, este fenómeno tomó voz y se dejó oír sobre todo en los ámbitos sociales cultos, destacando en ella la participación y liderazgo de Christine de Pizan. Pero La Querella no llega a extenderse en el pueblo llano que aún carecía de una mínima alfabetización. Precisamente, La Querella además desencadenó el miedo por perder esferas de poder entre los grupos masculinos con supremacía simbólica y fáctica. Segura (2011) considera La Querella de las mujeres como un fenómeno social, que propició a final de la Edad Media un clima adecuado para el debate entre mujeres instruidas puellae doctae. Asimismo, en este foro quedó puesta de manifiesto la necesidad de la memoria femenina y de fraguar las mujeres una identidad común. Esta toma de conciencia femenina tratando de encontrar su lugar en la social, que tuvo a las beguinas como antecedente, es algo que se sigue produciendo en diferentes etapas de la historia, aunque a menudo después de estas etapas de empoderamiento femenino se producen diversas estrategias de desautorización y el triunfo de teorías misóginas.
En la actualidad se percibe que también estamos ante uno de estos momentos paradójicos donde con frecuencia se produce en la palestra política, en los medios de comunicación y en el debate social el choque entre ideas contrapuestas: Por un lado, unos desacreditan las conquistas femeninas (cómo hace más de cinco siglos desacreditaron los avances que se estaban logrando desde La Querella de las mujeres) y a la vez se desmontan políticas sociales que fomentaban las igualdad entre los géneros; y por otro lado, siguen posturas y surgen nuevos movimientos femeninos, reivindicando los derechos de las mujeres y el mantener lo logrado hasta el momento y seguir avanzando en la consecución de derechos vinculados a la igualdad de género6. Ante estos paralelismos se aprecia que el contexto de hoy y el contexto Medieval y pre-moderno no son tan diferentes. En la autonomía de las mujeres de hoy hay nuevas trabas y se entrelazan factores socio-culturales diversos: aún la socialización es diferencial, persisten inercias sociales en las que el hombre mantiene sus posiciones de poder con mucha más facilidad (Smith, 1974), desigualdades en la división del trabajo, no valoración de los trabajos de cuidado, etc.
En la evolución del siglo XIV al XVI se aprecia cómo se va perfilando el eterno femenino (Beauvoir, 2013; Friedan, 2009) en el sentido de aparecer un patrón de la mujer más fijo, la propia literatura constriñe las imágenes de las mujeres y va creando un modelo único y estereotipado. Cada vez, en los siguientes siglos que trascurren del XVI al XIX se simplifican más los rasgos de las mujeres, fomentándose más modelos fijos femeninos en los que las mujeres casi siempre están ocultas del panorama histórico socio-político y cultural y subordinadas en un mundo que funciona con estructuras patriarcales y en el que predominan las bipolaridades de género (Butler, 2007); de modo que, si la mujer no es santa entonces es bruja, si no es honrada entonces es seguramente diabólica. Esto demuestra que la evolución hacia la Edad Moderna no fue favorable hacia las mujeres sino al contrario, supuso el que perdieran lugares y representación en la sociedad y que quedaran cada vez más invisibilizadas y retiradas de los espacios de participación social, política y cultural. Se produjo tal vez esa violencia sistémica, estructural y simbólica contra las mujeres que siglo tras siglo persiste hasta hoy (Bourdieu, 2000; Álvarez, 2016; Butler, 2021).
La contribución de las beguinas quedó olvidada y ocultada por un doble velo peyorativo; uno, el velo puesto a la literatura femenina a lo largo de la historia, y otro, el velo que generaliza la época medieval como oscura y aún sin civilizar. Ese doble velo parece aún hoy seguir vigente. De hecho, como indica Silvana Panciera (2021) aún prevalece hoy la connotación negativa a la que fue evolucionando históricamente el término beguina, cuya traducción al castellano sería beata o santurrona; y, sin embargo, cómo también apunta esta investigadora italiana, al día de hoy el movimiento de las beguinas sigue siendo desconocido, y en cambio, como Panciera (2021) también advierte, tiene mucho que decirnos a los ciudadanos del siglo XXI.
Conclusiones. Las nuevas beguinas
Como preámbulo a las conclusiones, advertir que falta seguir investigando mucho en este ángulo de intersección entre sociología, literatura e historia en relación a la valoración social de las mujeres. La parcelación de saberes en el inicio de los paradigmas científicos y la separación entre disciplinas que persiste en nuestros días son elementos que pueden tener que ver en que este ámbito aún sea bastante desconocido. Por ende, el análisis social de las dinámicas femeninas en la transición entre la Edad Media y la Edad Moderna es también un terreno poco frecuentado por la investigación sociológica que suele tender a centrarse más en los siglos que van de la Primera Revolución Industrial en adelante.
Ya entrando en las conclusiones cabe señalar que las mujeres beguinas medievales, respecto a mujeres de otras épocas, en cierto modo tuvieron una situación favorable, pues el contexto de cambio de mentalidad social entre los siglos XII al XIV facilitó el ser reconocidas y valoradas en la sociedad de su época. A pesar de la división estamental y el teocentrismo religioso, entre otros rasgos socio-políticos de la época medieval, se comprueba en este estudio que había mujeres dentro de esos condicionamientos y limitaciones impuestas por el sistema social y el heteropatriarcado (Irigaray, 1992; Butler, 2007; Gilligan, 2013), que tuvieron acceso a la cultura y participaron en la vida social de forma bastante activa, prueba de ello son las beguinas junto a otras escritoras del Medievo aquí citadas. Esta constatación nos lleva a destacar que en ciertos momentos del Medievo hubo más limitaciones entre estamentos que entre sexos, en el sentido de que entre las mujeres que conformaban los beguinajes hubo mujeres con diversidad de estatus sociales (aunque predominasen las de un status social medio o alto) que pudieron tener un papel social destacado, y en general, se sirvieron de la escritura como vehículo para expresar sus ideas desafiando el orden impuesto y tener unas formas de vida muy independientes.
El pensamiento de las beguinas fue el revulsivo desde el que crear el canal idóneo para expresarse, compartir la cultura con sus hermanas beguinas y un modo de relación diferente menos jerárquico que el de la sociedad dominante; y a la vez desde esa base de pensar intelectual y espiritual ampliar vías para actuar en la vida pública: social y religiosamente. El estatus dentro de sus movimientos asociativos tampoco tenía ya mucha razón de ser pues de lo que se trataba era de crear comunidad, pero sin perder la libertad y ellas eran conscientes de que cualquier tipo de poder, o división estratificada, suponía una atadura.
Hubo beguinas, místicas y monjas vinculadas a la fe cristiana, pero con una vida bastante autónoma, y dispersas por casi todas las regiones y países europeos. De estas mujeres falta también dimensionar la contribución literaria, pues son más de una veintena de escritoras, referentes femeninos con obras literarias de calidad. Mujeres además con ideas innovadoras, con roles sociales claves que rompen fronteras jerárquicas y difunden la literatura en la plaza, y entre la población con menor acceso al conocimiento y a la cultura erudita.
Contrastamos la hipótesis barajada al iniciar este trabajo y respondemos que sí, sí es posible ampliar el concepto de beguina y hablar hoy de nuevas beguinas. Éstas serían aquellas mujeres actuales que tratan de ser Espíritus Libres, es decir, que en la historia trazan su propio camino, -se salen de los estereotipos y valoraciones sociales de género (Bandura, 1995; Butler, 2007)- y de ellas queda un reflejo de su labor social, cultural, espiritual o literaria. Invitamos pues a recuperar este término, salvando anacronismos, y considerar nuevas beguinas a aquellas mujeres independientes, que participan en la sociedad activamente, con una formación cultural y una implicación social. Por ejemplo, proponemos como nuevas beguinas a diversas mujeres desde el siglo XV al XXI: escritoras, pensadoras y feministas que abrieron caminos a la participación activa de las mujeres, tales como Cristina de Pizan, Teresa de Jesús… Harriet Taylor Mill, Clara Campoamor, o Simone de Beauvoir, por citar algunas. El sentido transcendente ya no tendría esa prevalencia y va quedando transformado por otras sensibilidades. Sus discursos siguen siendo críticos con las estructuras jerárquicas o las redes de poder masculinas establecidas.
En general, miles de mujeres autónomas profesionales con una vida independiente son hoy reflejo de aquellas beguinas, que en el presente a menudo se encuentran agrupadas en asociaciones, grupos o colegios profesionales que les facilitan esa relación entre iguales y ese remar en la misma dirección hacia la consecución de sus derechos sociales, laborales y políticos. Pero como entonces ocurría, también hoy a las mujeres maestras, enfermeras, políticas, escritoras, las nuevas beguinas del siglo XXI incorporadas a la vida activa, su profesionalidad a veces continúa cuestionándose, o no valorándose en equidad que el mismo trabajo realizado por profesionales masculinos.
Estas nuevas beguinas persisten en demostrar como la espiritualidad o la reflexión femeninas no están reñidas con la reivindicación feminista y la acción social comprometida. El asociacionismo femenino actual y la unión para reivindicar sus derechos, también tiene muchas similitudes con ese apoyo mutuo y esa sororidad que en los beguinajes se producía. Así pues, en los roles y estatus de las nuevas mujeres hay paralelismos muy relevantes con las mujeres medievales para reflexionar sobre los cambios sociales de las mujeres en la historia, y constatar esa persistencia de desigualdades en el colectivo femenino. Conocer cómo resolvieron las desigualdades sociales y de género las beguinas, o al menos cómo supieron abstraerse de ellas, es un referente que a las mujeres del presente les interesa no perder de vista.
Referencias bibliográficas
-
ÁLVAREZ, Nazira. La moral, los roles, los estereotipos femeninos y la violencia simbólica. Revista Humanidades, 6 (1), 2016, p.1-33 [ https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=498054743007 - acceso 17 abr. 2023].
» https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=498054743007 - BANDURA, Albert. (Ed.) Self-efficacy in changing societies England: Cambridge University Press, 1995.
- BEAUVOIR, Simone. de. El segundo sexo Madrid: Cátedra, 2013.
- BOURDIEU, Pierre. La dominación masculina Barcelona: Anagrama, 2000.
- BUTLER, Judith. El género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad. Barcelona: Paidós Ibérica, 2007.
- BUTLER, Judith. La fuerza de la no violencia. La ética en lo político. Barcelona: Planeta, 2021.
-
COLLADO, María M. Feministas católicas se oponen al machismo de la Iglesia: “La religión nace de la comunidad, no de someter a las mujeres”. Público, 5 mar. 2023 [https://www.publico.es/sociedad/feministas-catolicas-oponen-machismo-iglesia-religion-nace-comunidad-no-someter-mujeres.html – acceso 15 jun. 2023].
» https://www.publico.es/sociedad/feministas-catolicas-oponen-machismo-iglesia-religion-nace-comunidad-no-someter-mujeres.html -
DELGADO, Javier. El sacrificio de la enunciación: la indecible pasión en la mística cristiana tardomedieval. In: ESPINAR, Manuel (Dir.). Jornadas Historiográficas. Ciclo de Conferencias. De la Edad Media al siglo XXI: Nuevas perspectivas desde la historia, la cultura y la religión. Universidad de Granada, 2023, p.417-440 [https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/79449/Jornadas%20acabadas.pdf?sequence=1&isAllowed=y – acceso 10 jun. 2023].
» https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/79449/Jornadas%20acabadas.pdf?sequence=1&isAllowed=y - DUBY, Georges; PERROT, Michelle (Dir.) Historia de las Mujeres (2). Edad Media. Barcelona: Taurus, 2000.
- ELIAS, Norbert. El proceso de la Civilización. Investigaciones sociogenéticas y psicogenéticas México: FCE, 2012.
-
ESPINAR, Manuel. Notas de algunas mujeres beguinas de España y Francia. In: ESPINAR, Manuel (Dir.). Jornadas Historiográficas. Ciclo de Conferencias. De la Edad Media al siglo XXI: Nuevas perspectivas desde la historia, la cultura y la religión. Universidad de Granada, 2023, p.337-372 [ https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/79449/Jornadas%20acabadas.pdf?sequence=1&isAllowed=y - acceso 4 jun. 2023].
» https://digibug.ugr.es/bitstream/handle/10481/79449/Jornadas%20acabadas.pdf?sequence=1&isAllowed=y -
FEMINISTAS católicas se concentran por la igualdad en la Iglesia: "Queremos que las mujeres no sean miembros de segunda" Europa Press, 05 mar. 2023 [ https://www.europapress.es/sociedad/noticia-feministas-catolicas-concentran-igualdad-iglesia-queremos-mujeres-no-sean-miembros-segunda-20230305153026.html - acceso 16 jun 2023].
» https://www.europapress.es/sociedad/noticia-feministas-catolicas-concentran-igualdad-iglesia-queremos-mujeres-no-sean-miembros-segunda-20230305153026.html - GILLIGAN, Carol. La ética del cuidado. Cuaderno de la Fundació Victor Grífols i Lucas, Barcelona, 2013 [La ética del cuidado - acceso 18 mar. 2023].
-
GRAÑA, María del Mar. Vivir la vida celestial: caridad y acción social en beguinas y beatas (S.XIII-XV). Estudios Eclesiásticos 93 (366), 2018, p.511-550 [https://revistas.comillas.edu/index.php/estudioseclesiasticos/article/view/9064 – acceso 27 mayo 2023].
» https://revistas.comillas.edu/index.php/estudioseclesiasticos/article/view/9064 - IRIGARAY, Luce. Tú, yo, nosotras Valencia: Cátedra, 1992.
- LABARGE, Margaret. Wade. La mujer en la Edad Media Madrid, Nerea, 1988.
-
LATARTEGI, Yaiza. Las beguinas: mujeres medievales fuera de las estructuras patriarcales. Disertación de Trabajo de Fin de Grado, Universidad del País Vasco, 2023 [ https://addi.ehu.es/bitstream/handle/10810/60669/TFG_Lartategi.pdf?sequence=1&isAllowed=y - acceso el 25 mayo 2023].
» https://addi.ehu.es/bitstream/handle/10810/60669/TFG_Lartategi.pdf?sequence=1&isAllowed=y - MARAVALL, José Antonio. El concepto de España en la Edad Media Madrid: Centro de Estudios Constitucionales, 2013.
- MARTÍNEZ, Cándida; PASTOR, Reina; PASCUA, María José; TALAVERA, Susanna (Dir.). Mujeres en la Historia de España. Enciclopedia biográfica. Barcelona: Planeta, 2000.
- OPTIZ, Claudia. Vida cotidiana de las mujeres en la Baja Edad Media (1250-1500). In: DUBY, Georg; PERROT, Michelle (Org.). Historia de las Mujeres. Edad Media (2). Madrid: Taurus, 2000, p. 321-400.
- OTERO, Almudena; VON BALTHASAR, Hans Urs (Ed.). Matilde de Magdeburgo. La luz que fluye de la divinidad. Barcelona: Herder Editorial, 2016.
- PANCIERA, Silvana. Les béguines: une communauté de femmes libres. Paris: Almora, 2021.
-
PEREIRA, André Luis. Culturas de caridad de las beguinas de Marsella frente a los desafíos de la economía mercantil de la Baja Edad Media. Revista de Historia, 181, 2022, p.1-20 [ https://www.redalyc.org/journal/2850/285071343038/ - acceso el 23 jul. 2023].
» https://www.redalyc.org/journal/2850/285071343038/ - PÉREZ MARTÍN, Ana María. La búsqueda de un espacio femenino en la Edad Media. Beguinas y beatas del Reino de Jaén. Disertación en IV Jornada de Cronistas Oficiales e Investigadores Locales de la Sierra Sur de Jaén, ACISUR, 2013.
- PERNOUD, Régine. Hildegarda de Bingen. Una conciencia inspirada del siglo XII. Barcelona: Paidós, 2012.
- RÉGNIER-BOHLER, Danielle. Voces literarias, voces místicas. In: DUBY, Georges; PERROT Michelle (Eds.). Historia de las mujeres en Occidente. La Edad Media (2). Madrid: Taurus, 1991, p.473-547.
- RIVERA-GARRETAS, María Milagros. Por mi alma os digo. De la Edad Media a la Ilustración. In: CABALLÉ, Anna (Dir.) La vida escrita por las mujeres Barcelona: Círculo de Lectores, 2000.
- SEGURA, Cristina (Coord.). La Querella de las mujeres y la polémica feminista Madrid: Almudayna, 2011.
- SEGURA, Cristina. Los trabajos de las mujeres en la Edad Media. Una reflexión tras treinta años de historia de las mujeres. In: SOLÓRZANO, Jesús Ángel; ARIZAGA, Beatriz; AGUIAR, Amelia (Eds.). Ser mujer en la ciudad medieval europea. Logroño: Instituto de Estudios Riojanos, 2013, p.171-191.
- SIMMEL, Georg. Cultura femenina y otros ensayos Barcelona: Alba, 1999.
- SIMONS, Walter. Cities of Ladies: Beguine communities in the medieval low countries 1200-1565 Pensilvania: Universidad de Pensilvania, 2003.
-
SMITH, Dorothy. Women's Perspective as a Radical Critique of Sociology. Sociological Inquiry, 44, University of British Columbia, 1974, p.7-13 [ https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/j.1475-682X.1974.tb00718.x - acceso el 28 abril 2023]
» https://onlinelibrary.wiley.com/doi/epdf/10.1111/j.1475-682X.1974.tb00718.x - STUARD MILL, John; TAYLOR MILL, Harriet. Ensayo sobre la igualdad de los sexos Madrid: Cátedra, 2001.
- TABUYO, María (Ed. y trad.). Juliana de Norwich, Libro de visiones y revelaciones. Madrid: Trotta, 2002.
-
TILLY, Louise A. Gênero, história das mulheres e história social. cadernos pagu, (3), 1994, p.28-62 [ https://periodicos.sbu.unicamp.br/ojs/index.php/cadpagu/article/view/1722 - acceso el 2 oct. 2023].
» https://periodicos.sbu.unicamp.br/ojs/index.php/cadpagu/article/view/1722 - TOMASELLA, Michael; AMRISHA, Vaish. Origen of Human Cooperation and Morality. Annual Review of Psychology, 64. 2011, p.232-255.
- VON MARTIN, Alfred. Sociología de la cultura medieval. Madrid: Instituto de Estudios Políticos, 1970.
-
1
La tesis que versa sobre dicha temática fue defendida por la autora de este artículo en 2019.
-
2
El misticismo especulativo del maestro Eckhart inicia una corriente que dará lugar a la mística renana. Perteneciente a los dominicos, ejerció en él una influencia clave Tomás de Aquino, y a ella hay que sumar diversos componentes neoplatónicos. Eckhart trató de unir teología, filosofía y mística en una sola reflexión.
-
3
Meditaciones parece ser que lo escribió un fraile de la Toscana a una monja clarisa; mientras que de Stimulus Amoris, compuesto por una amalgama de enseñanzas místicas y ascéticas, existen varias versiones.
-
4
De cómo la Iglesia en el Medievo fue catalizadora de aspectos sociales y culturales reflexiona Alfred Von Martin (1970), y, asimismo, Norbert Elias (2012) coincide con Von Martin en advertir de la enorme influencia de los aspectos religiosos en los valores culturales. Entiende Von Martin que no hay que perder de vista que toda la cultura medieval está afectada por la fuerza unificadora de la Iglesia; frente a las sociedades modernas cuyo lazo fundamental de unión será la división del trabajo, la Edad Media es identificada con una sociedad en que la religión tiene un papel vinculador de todo lo social. Por tanto, la comunidad y la religión conforman la identidad socio-espiritual de las personas en la época medieval.
-
5
Entre estos colectivos, como podían ser los filósofos de la Universidad de París o los bardos errantes, estaban también las beguinas.
-
6
Un ejemplo puede ser el hecho de que feministas católicas llevan a cabo una concentración en Madrid por la igualdad de género en la Iglesia. Véase la bibliografía dónde se recogen algunas noticias al respecto publicadas el pasado 5 de marzo por el periódico Público (Collado, 2023) y por la Agencia de noticias Europa Press.
-
Editores responsables del proceso de evaluación:
Natália Corazza PadovaniJulian SimõesLuciana Camargo Bueno
Fechas de Publicación
-
Publicación en esta colección
06 Oct 2025 -
Fecha del número
Ago 2025
Histórico
-
Recibido
31 Oct 2023 -
Acepto
03 Feb 2025
