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Pájaros: conciencia ecológica y literatura* * Parte de este texto fue presentado en el Simposio Internacional Green Hispanisms, Swansea University-Wales, Reino Unido, 6-8 de Julio 2021.

Pássaros: consciência ecológica e literatura

Birds: Ecological Awareness and Literature

RESUMEN

Este texto presenta las diferentes formas en que se expresa la conciencia ecológica en algunos textos de literatura latinoamericana contemporánea. Partiendo del estudio clásico de la ecología contemporánea, Primavera silenciosa (CARSON, 1962), se centra en la visión emblemática del ave en diferentes dimensiones del imaginario:1) como sujeto de estudio científico de la ecología, 2) como símbolo de la crisis de la representación de la realidad en la literatura y el arte, y 3) como reflexión agónica que anticipa la destrucción de la especie a través de formas poéticas recientes. Este texto espera mostrar así la profundidad histórica de la tematización y problematización de la naturaleza suramericana con perspectiva crítica y ecológica.

Palabras claves:
Conciencia ecológica; Literatura latinoamericana; Escritura de la naturaleza; Animal; Imaginario del ave

RESUMO

Este texto apresenta as diferentes formas como a consciência ecológica se expressa em alguns textos da literatura latino-americana contemporânea. Partindo do estudo clássico da ecologia contemporânea, Primavera silenciosa (CARSON, 1962), este artigo centra-se na visão emblemática da ave em diferentes dimensões do imaginário: 1) como objeto de estudo científico da ecologia, 2) como símbolo da crise da representação da realidade na literatura e na arte, e 3) como uma reflexão agônica que antecipa a destruição da espécie como vemos nas formas poéticas mais recentes. Este texto espera mostrar, assim, a profundidade histórica da tematização e problematização da natureza sul-americana na literatura com uma perspetiva crítica e ecológica.

Palavras-chave:
Consciência ecológica; Literatura latino-americana; Escrita da natureza; Animal; Imaginário do pássaro

ABSTRACT

This text presents the different ways in which ecological awareness is expressed in some texts of contemporary Latin American literature. Starting from the classic study of contemporary Ecology, Silent Spring (CARSON, 1962), it focuses on the emblematic vision of the bird in different dimensions of the imaginary:1) as a subject of scientific study of Ecology, 2) as a symbol of the crisis of the representation of reality in literature and art, and 3) as an agonizing consciousness that anticipates the destruction of the species through recent poetic works. This text aimes to show the historical depth of the thematization and problematization of South American nature with a critical and ecological perspective.

Keywords:
Ecological awareness; Latin American Literature; Nature Writing; Animal; Imaginary of the Bird

Alguien que he sido o soy, no sé, oye o recuerda, si hay algo real dentro de mí son ellos, más que yo mismo, más que el sol afuera, si es musical la fuerza que hace girar el mundo, no ha habido nunca sino pájaros, el canto de los pájaros que nos trae y nos lleva.

Eugenio MontejoMONTEJO, Eugenio. Terredad. 3. ed. Mérida: Ediciones Actual, Universidad de los Andes, 2011.: “Pájaros”

Los pájaros sostendrán a los hombres con sus propias plumas.

Leonardo da Vinci: Pensieri

¿Qué sabemos de los pájaros? Todo y nada. La más perfecta definición ornitológica no alcanza a explicar plenamente su realidad biológica ni su atracción estética. Nos atrae sobre todo su libertad, que es también su absoluta obediencia al curso estacional de la naturaleza con sus ciclos. Y también nos marca su presencia cercana a nuestra cotidianidad, y a la vez la intuición lejana de su compleja simbología de puente “[…] de las relaciones entre cielo y tierra” (CHEVALIER; GHEERBRAND, 1991CHEVALIER, Jean; GHEERBRAND, Alain. Diccionario de los símbolos. Traducción de Manuel Silvar Arturo Rodríguez. Barcelona: Editorial Herder, 1991. https://www.nytimes.com/es/2018/11/15/espanol/ida-vitale-premio-cervantes.html. Consultado el: 1 jun.2021.
https://www.nytimes.com/es/2018/11/15/es...
, p. 154-161).

Los pájaros son como la gran metonimia de la vida y un evento de emoción impronunciable para los seres humanos que los observan. Desde nuestra torpeza para percibir lo sutil, decimos “pájaro” y se abre la cortina de la ignorancia que padecemos. Percibimos entonces la ruta del vuelo y sus conexiones invisibles con las entrañas aéreas de la tierra; los caminos y paisajes; las ciudades que construimos y destruimos alternadamente; el estado del clima y el paso de las estaciones. En esta suerte de encantamiento que nos suscita el pájaro, sea nombrado sea contemplado en su propio movimiento, se revela la dificultad misma de nombrar lo esencial, y de traducir en acciones concretas la protección del planeta y un mejor entendimiento de nuestra relación con la naturaleza. Es por eso que el pájaro también constituye la mejor vía sobre el cómo pensar nuestra condición de seres vivos.

Pensar nuestra condición de seres vivos es la preocupación central de Primavera silenciosa (1962), el documento fundador del ecologismo contemporáneo. Y si en sus páginas los pájaros fueron observados tan atentamente, es porque ellos representan también nuestra fragilidad humana en igual peligro de extinción. Esa fue la llamada de alerta de la joven bióloga marina, Rachel Carson, con su estremecedor estudio hoy conocido y traducido a múltiples lenguas. Su denuncia contra los pesticidas sintéticos y las fatales consecuencias de los residuos de sustancias químicas en la tierra y en las aguas, en el cuerpo de seres humanos y animales, y en los vegetales y frutas que consumimos, constituye el primer documento científico de la ecología que exigía, desde entonces, a mediados de los 60, un cambio de mentalidad sobre el control indiscriminado de la naturaleza, los efectos del llamado progreso y el poder indiscriminado de la tecnología. La desaparición de los pájaros y la pérdida de su canto, comprobado por los habitantes de Inglaterra y los Estados Unidos (CARSON, 1969CARSON, Rachel Louise. Primavera silenciosa. São Paulo: Edições Melhoramentos, 1969 [1962]. [1962], p. 113 y siguientes), conmocionó al mundo científico en su momento. Hoy nos parece una pequeña joya prehistórica que advierte proféticamente sobre las destrucciones masivas de mayor magnitud que vendrían después.

Pero el objeto estudiado por este clásico de la ecología con sentido humanista va más allá de la ciencia, pues los pájaros constituyen, además del contacto experiencial de cada día, una fascinación constante que seduce inevitablemente la imaginación artística. De allí que se extiendan más allá de bosques y jardines, alcancen los lejanos territorios del deseo y la nostalgia, y permanezcan representados y soñados en la literatura y el arte desde tiempos inmemoriales. Y es desde allí que siguen interpelando nuestra identidad como especie con igual urgencia.1 1 Para reflexionar sobre la relación estrecha entre la experiencia del contacto con el ave y las transformaciones del arte basta recordar que en el universo amazónico -pulmón de máxima biodiversidad del planeta- se desconoce en su totalidad el número de la avifauna, y se le identifica de manera aproximada según cada ámbito regional. Por ejemplo y según la Revista Zeledonia, habría 1420 especies de aves en Venezuela, 1919 en Brasil, 992 en Costa Rica, y así en adelante para otras regiones.

Un caso radical de mitificación del ave como recurso simbólico para decir lo indecible es esta frase contundente de Clarice Lispector: “Había una vez un pájaro. ¡Dios mío!”. La frase aparece en una breve crónica titulada “Había una vez” (LISPECTOR, 1978LISPECTOR, Clarice. Para não esquecer: crônicas. São Paulo: Ática, 1978. ) donde la escritora brasileña lamenta su incapacidad de narrar historias o acontecimientos, motivo por el cual nunca publicaban sus incipientes relatos en la página infantil del diario de Recife. Cuando, de adulta y ya escritora reconocida, lo intenta nuevamente, surge la frase fatal que reconfirma la misma dificultad; ella había escrito: Había una vez un pájaro. ¡Dios mío!”. El asombro seguía intocado, a pesar de los años de madurez, de las publicaciones y la fama que iba creciendo alrededor de su obra.

Para Clarice, el ave es el símbolo del misterio de la creación artística y la prueba de la imposibilidad de representar ese misterio. En su célebre frase ella condensa la disrupción abrupta de toda descripción discursiva. No puede describirse, narrarse o poetizarse un pájaro. En Água viva (1973) lo afirma nuevamente: “Segurar passarinho na concha meio fechada da mão é terrível, é como se tivesse os instantes trêmulos na mão” (LISPECTOR, 1973LISPECTOR, Clarice. Água viva. Rio de Janeiro: Editora Artenova, 1973., p. 37). Encerrar un pájaro en la mano (o en las reducciones discursivas) sería entonces como inmovilizar el paso del tiempo y comprobar el temblor de cada instante que pasa.

La preocupación de Clarice podría verse como una de las formas en que se activa la conciencia ecológica ante la existencia del otro, en su caso particular, el animal; ése, el de la máxima diferencia. La presencia del animal, que establece la confrontación entre lo humano y lo no humano, atraviesa casi toda su ficción. En sus numerosos cuentos y crónicas abundan gallinas, perros, conejos, monos, búfalos, cucarachas, caballos, entre muchos otros. “No haber sido animal es una de mis mayores nostalgias”, confiesa en una de sus entrevistas. Pero es de notar que éstos no suelen protagonizar el relato, sino que son observados en su comportamiento e identidad en relación a la identidad de los humanos, por lo cual actúan como estímulo para la introspección. El mensaje más secreto del relato apunta así a una introspección comparativa entre lo humano y lo no humano. Aunque permanezca entre líneas la crítica a los aspectos más obtusos de nuestra civilización y todos sus prejuicios, los animales constituyen una suerte de carnada interior que incita a la única pregunta esencial que el narrador clariceano - como ser humano - no puede dejar de plantearse: ¿Qué clase de animal soy yo? Frente a la gallina cuyo destino es ser devorada, o a la cucaracha ancestral, o al búfalo con su mirada de insondable oscuridad, ¿qué clase de animal soy yo? Y luego, en relación al pájaro: ¿Por qué me incumbe?

En este sentido, parece haber un cruzamiento entre la humanidad de lo animal y la animalidad de lo humano, por lo menos según la perspectiva de Agamben, quién planteaba una reconciliación del hombre con su naturaleza animal. No en balde Agamben se pregunta por el origen de la separación entre lo humano y lo animal en estos términos:

¿Qué es el hombre, si siempre es el lugar - y, al mismo tiempo, el resultado - de divisiones y cesuras incesantes? Trabajar sobre estas divisiones, preguntarse en qué modo - en el hombre - el hombre ha sido separado del no-hombre y el animal de lo humano es más urgente que tomar posición acerca de las grandes cuestiones, acerca de los denominados valores y derechos humanos. (AGAMBEN, 2005AGAMBEN, Giorgio. Lo abierto: el hombre y el animal. Traducción de Antonio Gimeno Cuspinera. Valencia: Editorial Pre-Textos, 2005. , p. 21).

Por otra parte, Clarice se detiene también en otro ángulo del símbolo pájaro radicalizando la crisis de la representación tan discutida por las vanguardias artísticas, para convertir al ave en el emblema de su propia obra como totalidad inconclusa. Marcando los límites de su poética de lo imposible, suspendida en la fugacidad del instante y la conciencia ecológica ante la deriva de lo real, su obra sería entonces expresión de impotencia y humildad. Solo el pájaro - el único elegido del campo semántico de la especie animal - será capaz de mostrar los conflictos de la condición autorial poniendo en jaque los preceptos realistas y las normas preconcebidos sobre el arte y la representación de la realidad.

Volviendo a la emblematicidad distintiva del pájaro para la vida del planeta e, históricamente, para la misma fundamentación de la disciplina ecológica moderna, es posible plantear un acercamiento a la conciencia ecológica expresada en la literatura.

Existen diferentes definiciones de “conciencia ecológica”, según las dimensiones y niveles de la problemática ambiental. La de mayor consenso entiende la ecología con una visión holística e interrelacionante entre todos los seres vivos y la convicción sobre la necesidad de repensar con urgencia el lugar del ser humano dentro de dicha visión; en otras palabras, repensar el antropocentrismo en la sociedad de nuestro tiempo. Esta visión entiende a su vez la complejidad ambiental como un cruce de factores que implican la creación de nuevas políticas ecológicas, la sostenibilidad - en cuanto gestión eficiente de los recursos naturales - y el esfuerzo por superar disciplinas preconcebidas. Se trata pues de una ciencia reparadora de errores, y en busca de nuevas maneras de ver y actuar sobre un mundo amenazado en su existencia primordial.

La literatura, como se sabe, no es ciencia ni repara. Suspende el juicio, afirman los formalistas; denuncia el mal para corregirlo, dicen los activistas. Sin embargo, en la literatura latinoamericana, espacio en el cual situamos nuestro lugar de enunciación, existe un conocimiento claro y reflexivo de la realidad ambiental, como también una crítica severa al impacto destructor en el medio ambiente por efectos de la acción “modernizadora” e indiscriminada.

En su forma ficcional, la conciencia ecológica tiene amplios antecedentes de problematización, y es posible afirmar que se manifiesta en un ambientalismo agónico y recurrente en una gran diversidad de obras. Su magnitud tiene una profundidad histórica que ha sido explorada obsesivamente por sus más insignes escritores y artistas. Ellos han mostrado - en diferentes géneros y desde los primeros registros coloniales - su fascinación con enfoques de ambiente natural, desde la misma noción de “Nuevo Mundo” cuya experiencia con una naturaleza “otra” marcó la identidad americana desde la colonia. Más cerca en el tiempo, la novela fundadora del realismo mágico de Alejo Carpentier, El reino de este mundo (1985CARPENTIER, Alejo. Los pasos perdidos. Madrid: Cátedra, 1985 [1953]. [1953]), elabora uno de los primeros registros de ese mundo definido según su originalidad irreductora. Tal como el autor sostenía, tanto en sus ensayos teóricos como en sus novelas y cuentos, dicha naturaleza carecía de representatividad en los archivos del saber mundial. Por tanto, cada árbol, cada río y cada piedra tenían que ser “nombrados” y descritos casi a la manera de los primeros naturalistas, desde la topografía a la botánica, la zoología y la minería, tratándose de objetos desconocidos en el viejo mundo.

Durante los siglos XIX y XX se consolida así la tradición latinoamericana de la “escritura de la naturaleza”, expresada en diferentes géneros. Ella es “nombrada” y discutida una y otra vez. Se forman sus íconos emblemáticos centrados en el “lugar”. Son los grandes poemas cósmicos, desde la Silva a la agricultura de la zona tórrida (1826) de Andrés Bello (1976BELLO, Andrés. Silva a la agricultura de la zona tórrida. Caracas: Editorial Banco Mercantil y Agrícola, 1976. ) al suntuoso Alturas de Machu-Pichu (1944) de Pablo Neruda (1981NERUDA, Pablo. Alturas de Machu-Pichu. In: NERUDA, Pablo. Canto General. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1981 [1950]. [1950]); es la épica territorial de la Novela de la Tierra y el conflicto Civilización o Barbarie; y es también la Novela de la Selva, entre otros, trascendiendo adhesiones ideológicas para problematizar críticamente la relación del ser americano con una naturaleza intervenida desde 1492.

Sea desde posiciones “infernales” como en las narrativas de Horacio Quiroga (1997QUIROGA, Horacio. Cuentos completos. Buenos Aires: Seix Barral, 1997. ) y José Eustasio Rivera (1990RIVERA, José Eustasio. La vorágine. In: ORDÓÑEZ VILLA, Monserrat (org.). La Vorágine: textos críticos. Madrid: Cátedra , 1990 [1924]. [1924]), sea desde perspectivas “edénicas” y “contra-edénicas” como en Alejo Carpentier (1994CARPENTIER, Alejo. El reino de este mundo. San Juan: Editorial de la Universidad de Puerto Rico, 1994 [1949]. [1949]), estas posiciones y enfoques que hoy llamaríamos abiertamente “ambientales”, han desarrollado una amplia y diversa crítica de la relación entre el hombre y la naturaleza, respondiendo (anticipadamente) a uno de los principios básicos de la Ecocrítica: todo está conectado con todo por la interdependencia real que existe entre todas las especies.

La pertinencia del enfoque eco-crítico aplicado al estudio de la literatura ha sido destacado por la reflexión contemporánea también por otros motivos vinculados a la justicia social. Como sostiene José Manuel Marrero Henríquez (2014MARRERO HENRÍQUEZ, José Manuel. Pertinencia de la ecocrítica. Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Lima, Año XL, n. 79, p. 57-77, jan./jun. 2014.), dicho enfoque retoma y reaviva la vocación del compromiso social de la literatura latinoamericana, ya que coincide con la preocupación de la Ecocrítica como una nueva disciplina de corte plural en su capacidad de dialogar con la otredad. En este sentido, la tradición cultural latinoamericana muestra una conciencia ecológica avant la lettre, en su arte y en sus letras; una tradición que se continúa y se revela hoy en algunos aspectos fundamentales más recientes.

En lo que sigue veremos cómo dicha conciencia ecológica se manifiesta hoy más que nunca, específicamente en algunas muestras poéticas contemporáneas donde se plasma la relación entre el sujeto lírico y la realidad ambiental en diversa medida y complejidad.

Cabe empezar por una muestra tomada de la literatura infantil, ya que ésta ha demostrado ser un vehículo eficiente y sostenido para estimular la educación ecológica durante las últimas décadas, tanto impartida en las escuelas como a través de la creación personal de autores que recrean la voz infantil. Este poema de la venezolana Tibisay Vargas Rojas (2005), perteneciente a su poemario De un patio a otro (2005) (finalista del IX Concurso de Literatura Infantil Miguel Vicente Patacaliente 2003), transmite un conocimiento puntual y específico sobre la naturaleza en estos términos de corte lúdico:

En la casa de mis abuelos crece una juguetería entre los árboles: de la rama de un guayabo nació un trompo, una espada, de un totumo un casco (y mi abuelo dice que salen maracas junto con pepitas que entrega otra planta) cayeron canicas de un paraparo y una enredadera entregó zarandas ¡hasta papagayos salen de las cañas! (VARGAS ROJAS, 2005VARGAS ROJAS, Tibisay. De un patio a otro. San Juan de los Morros: Asociación Civil Editorial Guárico, 2005., p. 12).

El poema conjuga el tono coloquial y la terminología popular tanto para nombrar los árboles de la región (guayabo, paraparo, totumo, cañas) como los juguetes populares de la infancia venezolana (trompo, maracas, papagayo). A pesar de su aparente simplicidad, desde los primeros versos se destaca la conexión entre los objetos producidos y su origen en la naturaleza, mostrando el hilo de relación que se ha perdido en la vida urbana moderna, cegada por el consumismo desenfrenado. En este sentido, las mediaciones entre producción y consumo son presentadas a través de una suerte de conciencia ecológica “espontánea” y directa, en términos familiares para un público infantil. Se envía así un mensaje formativo para el joven lector, pero sin la pedantería de una teoría pedagógica a pie juntillas ni una visión mágica o mitificada de la naturaleza, sin perder por ello la gracia y el soplo poético.

Naturalmente, la conciencia ecológica que se expresa en las obras literarias mostrará visiones diferenciadas, con más preguntas que respuestas, conscientes de la complejidad ambiental determinada por factores múltiples, históricos y sociales.

Fuera de la producción para el público infantil, que no cabe tratar debidamente en estas notas, el panorama se diversifica. Otras son las manifestaciones de la conciencia ecológica en la obra poética de una escritora costarricense que reside en Canadá, Anabelle Aguilar. Sus estudios universitarios en biología parecen aflorar en sus versos mediante ricas metáforas originales, términos científicos o inusuales, en una forma visual sin puntuación y de agarre semántico de extrema concisión. Su poemario titulado Canis lupus (AGUILAR, 2012AGUILAR, Anabelle. Canis lupus. Caracas: Editorial Lector Cómplice, 2012.) constituye una alegoría de la fiereza de una especie consciente de su inminente extinción, a través de la voz de la loba. Ella es la protagonista libre e irreductible del poema: la voz que se levanta al experimentar la destrucción que se avecina. En “Microcosmos” (AGUILAR, 2012AGUILAR, Anabelle. Canis lupus. Caracas: Editorial Lector Cómplice, 2012., p. 14), la loba es conocedora astuta del ecosistema y de la relación con otros animales, lo cual no obstante no puede salvarla de la destrucción.

Es significativo el poema titulado “Transparencia”, donde la certeza del fin del mundo clama por una “reforestación” universal como única salvación. Se trata de un dramático llamado para volver al comienzo de los tiempos y a las primeras grandes conquistas de la civilización: “Dame el cáñamo / el papel / el fuego / […] acércame el arce / que inunda desde la lejanía / […] apresura tu paso / que se termina el tiempo / en el planeta del relámpago” (AGUILAR, 2012AGUILAR, Anabelle. Canis lupus. Caracas: Editorial Lector Cómplice, 2012., p. 17). El sujeto lírico recuerda la conquista del fuego, del papel, en un intento por recuperar la memoria de la evolución de la especie y tratar de reconducirla a un sentido heroico perdido. Pero no será la conquista tecnológica la que podría traer la salvación. El poema titulado “Cabo cañaveral” (AGUILAR, 2012AGUILAR, Anabelle. Canis lupus. Caracas: Editorial Lector Cómplice, 2012., p. 8) - famoso centro de lanzamiento espacial y símbolo de la conquista del espacio - muestra la vejez del animal en un paisaje de abandono y miseria en una rápida estocada de ironía.

En otro poemario de Aguilar (2011AGUILAR, Anabelle. Consumidas por fuego. San José: Editores Uruk, 2011.) dedicado a las pintoras y fotógrafas de diferentes épocas, Consumidas por fuego (AGUILAR, 2011AGUILAR, Anabelle. Consumidas por fuego. San José: Editores Uruk, 2011.), el método ecfrástico (en sentido amplio) se vuelve el mejor instrumento para la creación de una serie de metáforas sobre la ciencia naturalista del siglo XIX, así como también para mostrar la variedad del universo geológico, botánico y animal representado desde la mirada de mujeres excepcionales que eligieron el arte y la independencia como destino. El sujeto lírico constata el artificio o “infidelidad” de la pintura ante el esplendor de los paisajes, sea por el gigantismo floral y espacial de la pintora norteamericana Georgia O’Keef, sea por el abigarramiento de insectos y animales en las miniaturas de Rachel Ruyfch.2 2 Pintora holandesa del siglo XVI, hija del famoso naturista y profesor de botánica, Frederik Ruysch. Constata entonces que en el arte pictórico los temas y formas del ambiente natural se rozan y superponen, lo mínimo y lo máximo se articulan, y el artificio es rescatado al mostrar el valor de la contemplación y la observación atenta del paisaje natural como otra forma de vida. A la vez, la conciencia de la representación alterada de ecosistemas - donde hay piedras como animales y animales como piedras, insectos de exuberante mandíbula y frutas que engañan al observador - constituye una reflexión en cierta forma indirecta sobre las diferentes etapas de la ciencia al estudiar el objeto natural en todas sus transformaciones y desde diferentes ángulos visuales y conceptuales.

Un poemario totalmente dedicado a los pájaros es Profanación del huerto (AGUILAR, 2016AGUILAR, Anabelle. Profanación del huerto. San José: Editorial Costa Rica, 2016.). En su mayoría, los pájaros allí nombrados (turpial, gaviota, ruiseñor, guacamaya, colibrí, cisne, halcón, petirrojo, gallo, mirlo, azulejo, entre muchos otros) conservan sus rasgos y características realistas, libres de todo antropomorfismo y alegorías dentro de escenarios de gran fuerza crítica. Las aves adivinatorias y agoreras de la tradición universal también aparecen anunciando el fin. En “Fractales” (AGUILAR, 2016AGUILAR, Anabelle. Profanación del huerto. San José: Editorial Costa Rica, 2016., p. 29), un poema de extrema concisión, se captura el instante en que una serpiente pitón devora un loro, mientras un fotógrafo le saca provecho para ganar un premio, mostrando el abismo que divide, como mundos incomunicables, la muerte en dimensión ecológica y la muerte rápida y eficaz usada para el provecho material y personal. El poema muestra la división de los dos tiempos en una perspectiva crítica irónica:

Lo encontraron tras el rastreo térmico lumínico antes que la pitón se lo tragara un loro sin importancia sin identificación con poca visión de lejos pluma a pluma fue pasando sin dificultad inhibida la respiración sirvió de vianda mientras la lluvia ganó la foto en el concurso el buen chocolate es quebradizo (AGUILAR, 2016, p. 29)

En esta enorme variedad de aves y sus diferentes funciones simbólicas hay sin embargo el rescate de formas de vida más amable y los límites del lenguaje para expresar dichas formas, como en el poema “Lacustre”: “No siempre la palabra usada / es la correcta / hay silencios extensos / que impiden el sonido / inconfundible / de un pájaro a la entrada” (AGUILAR, 2016AGUILAR, Anabelle. Profanación del huerto. San José: Editorial Costa Rica, 2016., p. 27). Una vez más, el legado del pájaro es incapturable, pero, aunque su mensaje quede flotando en el silencio la poesía buscará la palabra “correcta” para nombrarlo.

La poética de Anabelle Aguilar expresa una conciencia ecológica agónica y de crítica radical contra las agresiones del ser humano al medio ambiente. A la vez, aporta un movimiento reparador y concientizador ante la soledad del sujeto moderno, aislado en sus deformes construcciones físicas y mentales, causante de su propio final. La lucidez sobre la destrucción de todos los seres vivos es filón estructural más profundo y severo de su obra en general, pues todos los sujetos de los poemarios aquí mencionados son sujetos ecológicos que se saben destinados al exterminio: lobos, insectos, gusanos, loros, perros, gatos, entre muchos otros. “Conoce el pájaro su destino”, afirma en “Avis-sticio” (AGUILAR, 2016AGUILAR, Anabelle. Profanación del huerto. San José: Editorial Costa Rica, 2016., p. 45).

Sin embargo, no se trata de una tendencia catastrofista o escapista de moda. El poema titulado “Turbidez”, donde un halcón hambriento se dirige a su madre pidiendo alimento, cierra con estos cortos versos como respuesta: “[…] no te angusties / todo cae / estruendosamente / antes de la llegada / de otra cosa” (AGUILAR, 2016AGUILAR, Anabelle. Profanación del huerto. San José: Editorial Costa Rica, 2016., p. 55). No sabemos lo que será esa “otra cosa” ni cuándo llegará. Sabemos sí que el mal - el hambre, la miseria, el abandono - caerá definitivamente. Y que algo nuevo vendrá. Algo que por ahora duerme, espera, como las semillas preservadas en las catatumbas, salvadas por algún desconocido para librar al planeta de la hambruna. Así lo afirma el poema “Congruente” con una pequeña fábula salvadora: “Partes del grano de trigo / se concentraron en el punto / de un bolsillo de manta / sucio y gris. / […] Ellas no son sagradas / hay que incubarlas / entre los dedos tapizados de plumas / […] el centro del mundo es el grano en el campo” (AGUILAR, 2016AGUILAR, Anabelle. Profanación del huerto. San José: Editorial Costa Rica, 2016., p. 23). El centro del mundo es, pues, el cultivo. La única “congruencia” posible es la vuelta a la tierra que constituye el verdadero sustenta.

Contrariamente a esta conciencia ecológica de tendencia disfórica, la obra poética y ensayística de la uruguaya Ida Vitale revela una convivencia celebratoria, no solo con los pájaros sino con una infinidad de plantas y animales en una perspectiva ecológica de largo alcance. Desde sus primeros poemarios, diferentes tipos de aves transmiten una cierta iluminación lírica de la naturaleza a través de breves cuadros de sobrecogedora belleza. Gorriones, palomas y sobre todo colibríes, por ejemplo, permiten “[…] por un segundo sentir cómo late el mundo” (VITALE, 1998VITALE, Ida. Procura de lo imposible. México: FCE, 1998., p. 194). Y así mismo las plantas coexisten en conexión directa con el sujeto lírico, como en su poema “Invernadero”: “En sus tiestos, las plantas/ desconocidas, nuevas, /me miraron de pronto / como seres benignos /que pedían respeto/ dándome su cariño” (VITALE, 1998VITALE, Ida. Procura de lo imposible. México: FCE, 1998., p. 195).

Aquí el sujeto lírico se sitúa siempre al lado de los animales, a su escucha y observación, en una contemplación que activa ora una metáfora de la subjetividad, ora una reflexión filosófica vinculada a la ecología y a la experiencia. Cabe destacar su Serie del sinsonte (1992) que incluye un grupo de poemas inspirados en la enigmática ave de las “400 voces”, muy popular en México, donde la escritora estuvo exiliada entre 1974 y 1984. El Cenzontle (en náhuatl centzuntli) se caracteriza por la variedad de su canto, el cual puede imitar no solo el canto de otros pájaros sino también la voz de otros animales (se dice popularmente que es capaz de imitar hasta el maullido de un gato). El poder poético del sinsonte aparece así con diferentes funciones. Como advertencia para los humanos, nos trae el soplo de la utopía: “A los hastiados dice que soñemos, / en el espacio de nuestra ceguera, /otro lugar, otro tiempo pasado.” (VITALE, 1998VITALE, Ida. Procura de lo imposible. México: FCE, 1998., p. 186). Y como fuerza de transmutación y diversidad del mundo, es capaz de asumir la voz del “otro”, de muchos otros: “Dice el sinsonte a cada nota: / jilguero, petirrojo, clarín, mirlo” (VITALE, 1998VITALE, Ida. Procura de lo imposible. México: FCE, 1998., p. 187). De allí que el ave pueda convertirse en la perfecta analogía del lenguaje: “De nuevo aquí el sinsonte, / el ruiseñor del día, /acróbata por los aires de plata. […] No le importa, sensato, / lo pasajero, lo que abajo pasa, / gente sin ton ni son, / sin música, / agobiada de urgencias. / Él canta por su especie / como no lo hace el hombre.” (VITALE, 1998VITALE, Ida. Procura de lo imposible. México: FCE, 1998., p. 189).

Más que una conciencia ecológica, la obra de Ida Vitale expresa una verdadera pasión ecológica plasmada en poemas y ensayos dedicados al contexto ambiental. Uno de sus libros más originales y encantadores, De plantas y animales (VITALE, 2003VITALE, Ida. De plantas y animales: acercamientos literarios. Barcelona: Ediciones Paidós, 2003.), reúne un conjunto de ágiles ensayos con toques de humor y poesía, donde se mezclan historias de animales, anécdotas familiares y episodios aislados sobre la naturaleza. La autora revela un amplio conocimiento de la ecología al comentar la obra de botánicos y científicos de todos los tiempos, y sus mismas lecturas de infancia que fundan el origen de su pasión. Nos recuerda también que los avances en la Lingüística y la Psicología se deben en parte a la observación científica de la conducta animal, como muestran los numerosos estudios de Konrad Lorenz, entre otros autores mencionados a lo largo del libro.

Como señala el artículo de Jorge Carrión (2018CARRIÓN, Jorge. El histórico premio Cervantes de Ida Vitale. The New York Times (en español), 15 nov. 2018.) en ocasión del Premio Cervantes 2018 otorgado a la autora, en los ensayos deDe plantas y animales: acercamientos literarios“la botánica, la zoología y los poetas dialogan inesperadamente en un único volumen. Pero los cactus, las mariposas, los lagartos, los jardines o las hojas que caen están dispersos en toda su poesía, con una sensibilidad ecológica difícil de encontrar en sus contemporáneos.”3 3 CARRIÓN, Jorge. “El histórico premio Cervantes de Ida Vitale”. The New York Times. [S.l.], 15 nov. 2018. Disponible en: https://www.nytimes.com/es/2018/11/15/espanol/ida-vitale-premio-cervantes.html. Consultado el: 23 nov. 2018. .

Para cerrar estas muestras poéticas, no podemos dejar de mencionar una visión de la naturaleza y el cosmos de la mano (y de la voz) del guatemalteco, Humberto A´Kabal, fallecido en enero del 2019. Conocido y apreciado por sus poemas en lengua k’iche’, que luego él mismo traducía al español, constituye un noble representante de la conciencia indígena moderna y la memoria viva de una visión ecológica que trasciende la perspectiva antropocéntrica. A’Kabal fue autor de numerosos poemas, cuentos y ensayos sobre la cultura maya quiché, sobre la selva centroamericana, y sobre la evocación de un mundo rico de ritos, mitos y ceremonias. Traducido a más de 20 lenguas, se consideraba a sí mismo un “salvaje culto”, o un simple cantor que practicaba un feliz bilingüismo al escribir indistintamente en español y en quiché. En sus poemas se muestran también las emociones y valores de la sensibilidad indígena moderna ante la destrucción ambiental de sus comunidades: “Cuando nací /me pusieron dos lágrimas en los ojos / para que pudiera ver / el tamaño del dolor de mi gente.” Un dolor que también se revela en las metáforas sobre sus consecuencias: “De vez en cuando / camino al revés. / Es mi modo de recordar. / Si caminara solo hacia delante / te podría contar / cómo es el olvido”4 4 Humberto A´Kabal, poema leído en el II Encuentro en la Casa de los Poetas en Sevilla, el 18-11-2005. Recuerdo y olvido. Canto y silencio, muerte y renacimiento, la conciencia ecológica vive en la literatura latinoamericana con las “400 voces” de la poesía. Volvamos pues al pájaro como conductor de poesía, de creación y maravilla.

Creemos que el cierre apropiado para estas notas - que empezaron con la evocación de las aves como símbolo portador de la conciencia ecológica - sea también un final que las incluya con su propio canto. Nada más oportuno entonces que remitirnos a uno de los poemas más famosos de A´Kabal, “Canto de pájarosA´KABAL, Humberto. Canto de pájaros. https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=bt_D4TATj2s. Consultado el: 1 jun. 2021.
https://www.youtube.com/watch?reload=9&v...
”.

El poema, una vez más y como Clarice Lispector había mostrado, no “hablará” de los pájaros, no podrá representarlos ni describirlos. No existe una escritura fiel de ese canto ni un

sujeto lírico evidenciado. Tendrá que haber entonces una transmutación, un modo de ser pájaro en vivo; una garganta para emitir el canto que tanto ha escuchado y amado en medio de la selva. Será la máxima mímesis: la mágica presencia del sinsonte con sus 400 voces. Y entonces, como pájaro, emitirá estos vocablos /sonidos en un prodigio de taumaturgia, imaginación y belleza:

Klis, klis, klis… Ch´ok, ch´ok, ch´ok… Tz´ unun, tz´unun, tz´unun… Buq´purix, buq´purix, buq´purix… Wiswil, wiswil, wiswil… Tulul, tulul, tulul… K´urupup, k´urupup, kúrupup… Chowix, chowix, chowix… Tuktuk, tuktuk, tuktuk… Xar, xar, xar… K´up, k´up, k´up… Saq´kor, saq´kor, saq´kor… Ch´ik, ch´ik, ch´ik… Tukumux, tukumux, tukumux… Xperpuaq, Xperpuaq, Xperpuaq… Tz´ikin, tz´ikin, tz´ikin… Kukuw,kukuw,kukuw… Ch’iuwit,ch’iuwit,ch’iuwit… Tli,tli,tli… Ch’er,ch’er,ch’er… Si-si-si-si-si-si-si-si… Ch’ar, ch’ar, ch’ar… 5 5 Fragmento del poema de Humberto A´Kabal, “Canto de pájaros”. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=bt_D4TATj2s. Consultado el: 1 jun. 2021.

Muchas gracias.

Referencias

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  • AGUILAR, Anabelle. Consumidas por fuego San José: Editores Uruk, 2011.
  • AGUILAR, Anabelle. Profanación del huerto San José: Editorial Costa Rica, 2016.
  • A´KABAL, Humberto. Canto de pájaros https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=bt_D4TATj2s Consultado el: 1 jun. 2021.
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  • VITALE, Ida. Procura de lo imposible México: FCE, 1998.
  • VITALE, Ida. De plantas y animales: acercamientos literarios Barcelona: Ediciones Paidós, 2003.
  • *
    Parte de este texto fue presentado en el Simposio Internacional Green Hispanisms, Swansea University-Wales, Reino Unido, 6-8 de Julio 2021.
  • 1
    Para reflexionar sobre la relación estrecha entre la experiencia del contacto con el ave y las transformaciones del arte basta recordar que en el universo amazónico -pulmón de máxima biodiversidad del planeta- se desconoce en su totalidad el número de la avifauna, y se le identifica de manera aproximada según cada ámbito regional. Por ejemplo y según la Revista Zeledonia, habría 1420 especies de aves en Venezuela, 1919 en Brasil, 992 en Costa Rica, y así en adelante para otras regiones.
  • 2
    Pintora holandesa del siglo XVI, hija del famoso naturista y profesor de botánica, Frederik Ruysch.
  • 3
    CARRIÓN, JorgeCARRIÓN, Jorge. El histórico premio Cervantes de Ida Vitale. The New York Times (en español), 15 nov. 2018.. “El histórico premio Cervantes de Ida Vitale”. The New York Times. [S.l.], 15 nov. 2018. Disponible en: https://www.nytimes.com/es/2018/11/15/espanol/ida-vitale-premio-cervantes.html. Consultado el: 23 nov. 2018.
  • 4
    Humberto A´KabalA´KABAL, Humberto. Canto de pájaros. https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=bt_D4TATj2s. Consultado el: 1 jun. 2021.
    https://www.youtube.com/watch?reload=9&v...
    , poema leído en el II Encuentro en la Casa de los Poetas en Sevilla, el 18-11-2005.
  • 5
    Fragmento del poema de Humberto A´KabalA´KABAL, Humberto. Canto de pájaros. https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=bt_D4TATj2s. Consultado el: 1 jun. 2021.
    https://www.youtube.com/watch?reload=9&v...
    , “Canto de pájaros”. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=bt_D4TATj2s. Consultado el: 1 jun. 2021.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    11 Ago 2023
  • Fecha del número
    2023

Histórico

  • Recibido
    20 Dic 2022
  • Acepto
    28 Mar 2023
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