Resúmenes
Este artículo sobre los pueblos ribereños tradicionales y sus relaciones con la naturaleza es resultado de uno estudio realizado en las comunidades del Río Parauari, en el municipio de Maués, Provincia del Amazonas-Brasil. Aunque retrata la lucha de estos pueblos por la sobrevivencia sociocultural a partir de los haberes, técnicas y habilidades propias que se desenvuelven en contexto amazónico, con base en sus conocimientos que son pasadas por todos las generaciones.
Medio Ambiente; Pueblos Tradicionales; Organización Social
Cet article sur les peuples riverains traditionnels et leurs relations avec la nature est le résultat d'une étude faite dans les communautés de la rivière Parauari, dans le municipe de Maués, État de l'Amazone, Brésil. Il montre la lutte de ces peuples pour leur survie socioculturelle à partir des activités, des techniques et habiletés propres qu'ils développent dans le contexte amazonien, sur la base des connaissances qui sont transmises d'une génération à l'autre.
Environnement; Peuples Traditionnels; Organisation Social
This article on the traditional riverside peoples and their relationships with nature is the result of a study carried out in communities along the river Parauari, in the municipality of Maués, State of Amazonas, Brazil. Even though it reflects the struggle of such peoples for social-cultural survival with their own activities, techniques and abilities which develop within the Amazonian context, based on their knowledge which is transmitted to each generation.
Environment; Traditional Peoples; Social Organization
Este artigo sobre os povos ribeirinhos tradicionais e suas relações com a natureza é o resultado de um estudo realizado nas comunidades do Rio Parauari, no município de Maués, Estado do Amazonas, Brasil. Mesmo que retrate a luta destes povos pela sobrevivência sociocultural a partir das atividades, técnicas e habilidades próprias que se desenvolvem no contexto amazônico, com base em seus conhecimentos que são transmitidos por todas as gerações.
Meio Ambiente; Povos Tradicionais; Organização Social
ARTIGOS
Pueblos ribereños de la Amazonía: haberes y habilidades
Povos ribeirinhos da Amazônia: atividades e habilidades
Riverside peoples of Amazônia: activities and abilities
Les peuples riverains d'Amazônia: activités et habiletés
Maria P. Socorro Rodrigues ChavesI; Susy Rodrigues SimonettiII; Marly dos Santos LimaIII
IProfesora del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Fedérale del Amazonas, Doctora en Política Científica y Tecnológica. E-mail: socorro.chaves@ig.com.br
IIMaestría en Ciencias del Ambiente y Sustentabilidad en la Amazonía por la Universidad Fedérale del Amazonas, Profesora del Curso de Turismo en el Centro Universitario do Norte (UNINORTE) Manaus-AM-Brasil. Pesquisidora del Grupo Inter-Ação / Manaus-AM Brasil. E-mail: susy@uninorte.com.br
IIIAcadémica de Servicio Social de la Universidad Fedérale del Amazonas y Pesquisidora del Grupo Inter-Ação / Manaus-AM Brasil. E-mail. marlysantos.lima@bol.com.br
RESUMEN
Este artículo sobre los pueblos ribereños tradicionales y sus relaciones con la naturaleza es resultado de uno estudio realizado en las comunidades del Río Parauari, en el municipio de Maués, Provincia del Amazonas-Brasil. Aunque retrata la lucha de estos pueblos por la sobrevivencia sociocultural a partir de los haberes, técnicas y habilidades propias que se desenvuelven en contexto amazónico, con base en sus conocimientos que son pasadas por todos las generaciones.
Palabras clave: Medio Ambiente. Pueblos Tradicionales. Organización Social.
RESUMO
Este artigo sobre os povos ribeirinhos tradicionais e suas relações com a natureza é o resultado de um estudo realizado nas comunidades do Rio Parauari, no município de Maués, Estado do Amazonas, Brasil. Mesmo que retrate a luta destes povos pela sobrevivência sociocultural a partir das atividades, técnicas e habilidades próprias que se desenvolvem no contexto amazônico, com base em seus conhecimentos que são transmitidos por todas as gerações.
Palavras-chave: Meio Ambiente. Povos Tradicionais. Organização Social.
ABSTRACT
This article on the traditional riverside peoples and their relationships with nature is the result of a study carried out in communities along the river Parauari, in the municipality of Maués, State of Amazonas, Brazil. Even though it reflects the struggle of such peoples for social-cultural survival with their own activities, techniques and abilities which develop within the Amazonian context, based on their knowledge which is transmitted to each generation.
Key words: Environment. Traditional Peoples. Social Organization.
RÉSUMÉ
Cet article sur les peuples riverains traditionnels et leurs relations avec la nature est le résultat d'une étude faite dans les communautés de la rivière Parauari, dans le municipe de Maués, État de l'Amazone, Brésil. Il montre la lutte de ces peuples pour leur survie socioculturelle à partir des activités, des techniques et habiletés propres qu'ils développent dans le contexte amazonien, sur la base des connaissances qui sont transmises d'une génération à l'autre.
Mots-clé: Environnement. Peuples Traditionnels. Organisation Social.
Introducción
El saber hacer de los pueblos amazónicos que ocupan un ambiente de várzea1 1 Várzea, port., es planicie fértil y cultivable que permanece inundada en determinado periodo del año. y tierra firme2 2 Tirra firme, port, área de bosque tropical no inundable. hace parte de un proceso importante de la relación del hombre con la naturaleza en esta región. De entre los pueblos de la Amazonía se destacan las poblaciones que habitan las márgenes de los ríos y de sus innumerables afluentes: los pueblos ribereños.
Una gran parte de las poblaciones que viven en la región Amazónica, están localizadas en áreas próximas a las márgenes de los ríos y de sus muchos afluentes, constituyéndose en grupos sociales específicos conocidos como ribereños cuya compleja relación con la naturaleza y sus marcados ciclos en el manejo de los recursos naturales locales, ha posibilitado el alcance de las condiciones necesarias para su propia subsistencia y el de su grupo doméstico, revelando un modo de vida muy singular de esas poblaciones.
Estos elementos propios, distintivos, son una referencia de las poblaciones tradicionales en la Amazonía ya sean por la forma de comunicación, del uso de las representaciones de los lugares, del tiempo, de la integración con el agua y de los conocimientos de los sistemas clasificados de fauna y flora, que conforman un extenso patrimonio cultural. (CHAVES, 2001)
1 La Relación Hombre-Naturaleza en los marcos de la sociedad capitalista
Este trabajo trata sobre la relación de las poblaciones ribereñas con la naturaleza, en la lucha por la supervivencia física y sociocultural de sus grupos, a partir de los saberes, técnicas y habilidades propias que se desenvuelven en este contexto. Se considera que en esta dinámica la naturaleza política de las relaciones entre los hombres entre sí, en el contexto en que el actor social se inserta en esa búsqueda por la supervivencia, puede llevar hacia prácticas de conservación o depredación del medio ambiente en general.
En esta relación entre hombres / mujeres y la naturaleza, mediada por la sociedad, los individuos se van apropiando de recursos naturales y promoviendo cambios graduales, generando transformaciones dinámicas que conforman lo que se entiende como cultura. El ser social produce cultura en esa relación con la naturaleza pues su capacidad de racionalización le permite reflexionar sobre la realidad pudiendo cambiarla y transformarla para satisfacer sus propias necesidades e intereses.
Santos (1994, p. 27) afirma que cultura es una palabra de origen latina y en su sentido original está relacionada a las actividades agrícolas, una vez que su origen está en el verbo latino colere, cuya significación es cultivar. En ese sentido, se puede entender que el mundo cultural, en realidad, es una apropiación y transformación de los elementos de la naturaleza, ya que la cultura es un producto eminentemente social.
En el ambiente en que el ser social está sumergido se encuentran muchas variables determinantes, además de los factores físicos, químicos y biológicos, los cuales interfieren directa o indirectamente en la dinámica cultural de los productores, en que cada sociedad es caracterizada por su modo de ser, de vivir, de relacionarse, de comportarse y de producir los artefactos necesarios para su reproducción física y sociocultural, o sea, se debe considerar que la cultura es una herencia socio histórica que puede ser transformada a cada nueva generación, además de actuar, verdaderamente, con las experiencias acumuladas en el transcurso de los años y, al mismo tiempo, incorporando nuevos saberes.
En una dinámica compleja e interdependiente, las relaciones sociales son mediadas por la cultura que comprende la relación entre hombre y naturaleza, en un constante flujo de transformación a lo largo de la historia de las sociedades humanas. Los cambios culturales no son frutos de transformaciones naturales, pueden ser consideradas adaptativas, una vez que el individuo también se transforma al actuar sobre su propio medio. De todas formas, esta transformación es antes de todo el producto de la capacidad interpretativa y creativa del ser social, a partir del cual desenvuelve sus saberes, sus tecnologías y su praxis.
En el mundo occidental hay diversos modos de pensar, en épocas diferentes, que retratan esta relación como una de las formas de entender la relación de poder presente en el intercambio entre hombre / mujer naturaleza. En el occidente predomina la visión de naturaleza separada del hombre, cuya matriz filosófica viene de la Grecia y la Roma antiguas, y que se afirmó en contraposición a otras formas de pensar y de actuar (OLIVEIRA, 2002). En la actualidad, la naturaleza, vista en términos de recursos naturales, pasó a ser pensada y tratada como un recurso económico apenas, como mercancía, al mismo tiempo en que se integra al conjunto de los medios de producción, condición que hace posible la consolidación de la acumulación capitalista.
Bacon (1561-1626) ofreció una nueva contribución para la ciencia y la sociedad en general, pues identificó una visión dicotómica en la relación hombre-naturaleza, llevando en cuenta la percepción de que, el bienestar del actor social adviene del control científico obtenido por él, sobre la naturaleza. Para conocerse mejor a la naturaleza sería necesario conocer las leyes naturales, y a partir del contacto directo con ella, dominarla.
Descartes (1596-1650) tenía una percepción semejante a la de Bacon, según él, el conocimiento posibilitaría el control sobre la naturaleza, a lo que Diegues (2000) destaca que este mismo pensador, llevó a la separación entre hombre y naturaleza al extremo, a partir del momento en que sugirió la existencia de un Dios externo a la Creación.
Hay una fuerte tendencia en asociar el límite de los recursos naturales al crecimiento de la población, culpando a las poblaciones empobrecidas por prácticas nocivas. En la base de esa discusión está el estudio producido por Malthus, en 1798, que publicó en Inglaterra un libro llamado Un ensayo sobre el principio de la población, afirmando que los recursos naturales eran finitos y el crecimiento poblacional un importante factor en la utilización de estos recursos.
Al contrario de la perspectiva trazada por los pensadores anteriormente citados, Karl Marx (1818-1883) afirmaba que eres necesario buscar una unidad entre naturaleza y sociedad, puesto que la primera no podría ser concebida como algo exterior a la segunda, una vez que esta relación es un producto histórico. El también identificó y distinguió hombre y naturaleza, o sea, naturalizó y humanizó ambos al mismo tiempo, y esta naturaleza humanizada se construía por medio de una actividad práctica y conciente, en el trabajo.
En la actualidad, el uso desmedido de los recursos naturales, como mercancía en el contexto de la sociedad capitalista, conduce a la aceptación de un crecimiento infinito de consumo por parte de las sociedades, cuyas limitaciones ecológicas son vistas como pasibles de ser superadas por el avance científico y tecnológico, lo que puede levantar expectativas infundadas en individuos. Esa visión de desarrollo fundada en la lógica capitalista contribuyó al empeoramiento de los problemas ambientales, marcado por el crecimiento desenfrenado de la población en todo el planeta, asociado aún a complejas relaciones de causa y efecto con factores de migración, urbanización, revolución verde, avance de la Ciencia y la Tecnología, además de aspectos relacionados a la religiosidad y a la ideología, causando una gran presión sobre los recursos naturales.
De entre diversos estudiosos, Moscovici presenta una contribución relevante para los debates, según Diegues (2000) él propone el estudio de la naturaleza, a partir de la separación de las sociedades humanas, y por lo tanto, basada en tres ideas principales:
1) El hombre produce el medio que lo envuelve y es, al mismo tiempo, su producto. En este contexto, el hombre actúa directamente en el curso de los fenómenos y de los ciclos naturales, y el gran problema estaría centrado justamente en la manera como él interviene en la naturaleza, transformando abundancia en escasez, y no propiamente en el hecho de esta intervención.
2) La naturaleza es la parte indivisible de la historia de la humanidad, o sea, la compleja dinámica de esta relación deriva de los problemas, contradicciones, tensiones y conflictos que resultan de las relaciones entre los individuos en la sociedad.
3) La relación hombre-naturaleza ocurre en el plano colectivo y no en el individual, una vez que la sociedad es, al mismo tiempo, parte y creación de la naturaleza.
Moscovici (apud DIEGUES, 2000, p. 24), sugiere, aún, la necesidad de "[...] una nueva relación hombre-naturaleza, una nueva alianza, en que la separación sea substituida por la unidad [...]", o sea, un cambio estructural de la sociedad para que haya un estrechamiento de los vínculos que los unen.
Las fases históricas por las que cada sociedad atraviesa, de acuerdo con la acepción dada por los estudiosos, son caracterizadas por la diferencia dada al trato con la naturaleza, teniendo en cuenta de que no existe una unidad homogénea entre individuos, pues las culturas son diferentes y las condiciones de la relación hombre-naturaleza son definidas en función al modo de vida específico de esas sociedades.
Morán (1990) también buscó contribuir dentro de la historia de las teorías sobre las relaciones entre hombre-naturaleza, y como se trata del mundo occidental él afirma que predominan tres tendencias:
1) una que enfatiza el papel determinante del ambiente sobre el desarrollo de las sociedades;
2) otra que valoriza el papel dominante de la cultura sobre el ambiente físico;
3) y una tercera visión en que ninguno de los dos componentes (naturaleza o sociedad) predomina, lo que implica que cada contexto socio histórico debe ser estudiado e interpretado como una situación particular y compleja en la cual uno u otro polo puede predominar, o aún estar en equivalencia de fuerzas.
La primera tendencia enfatiza el papel determinante del ambiente sobre el desarrollo de las sociedades, en la que el actor social sería considerado un producto de la naturaleza. A partir de esa tendencia, las sociedades buscarían, incesantemente, mejores condiciones materiales de supervivencia y el individuo podría ser considerado una víctima de los procesos geográficos y climatológicos del planeta. La naturaleza sería la fuente de las fuerzas selectivas que resultarían en el éxito de determinadas especies sobre otras.
Las teorías greco-romanas hacen parte de esa tendencia, pues, según éstas, climas cálidos y secos reducen la vitalidad; los climas más templados, producen una naturaleza apasionada y características virtuosas en las poblaciones, mientras que en climas más fríos la gente sería físicamente más fuerte.
A partir del siglo XIX, la ideología se fortalece en Europa central como parte del proceso de sometimiento e incorporación de otras sociedades en la búsqueda por nuevos mercados (expansión colonialista). En ese sentido se puede notar que las relaciones hombre-naturaleza y de los hombres entre sí tenían relación con las preocupaciones sistemáticas de conocer y entender a las sociedades, a las culturas que estaban en el mando político y el control militar de las naciones europeas para que pudieran legitimar la dominación colonial durante ese periodo.
Además de esa dominación política y económica, cabe ser destacado, se registra la imposición brutal de valores y conceptos culturales sobre las sociedades dominadas y controladas por los colonizadores europeos, a quienes se les impone la visión de que todo se originaba en la civilización occidental, supuestamente, superior (Santos, 1994). De cierto modo esa concepción aún vigora en la actualidad.
La segunda acepción formulada por Morán (1990, p. 38), enfatiza que, "en la sociedad occidental, se valoriza el papel dominante de la cultura sobre lo que se denomina ambiente físico". Tal proposición consiste en que la sociedad posee una infinita capacidad de intentar controlar a la naturaleza, ignorando, en cierto sentido, las propias limitaciones que esta misma tiene en dominarla.
Lo que diferencia de hecho, considerandose en términos de calidad, es la acción que el actor ejerce sobre la naturaleza, o sea, el hecho de que sus necesidades sean socialmente determinadas. Los impactos que las sociedades causan en la naturaleza varían, históricamente, de acuerdo con el modo de producción, la estructura de clases, todo el aparato tecnológico vigente en el contexto cultural de cada sociedad establecida a lo largo del tiempo.
Gonçalves (1998 apud OLIVEIRA, 2002) representa esa tendencia al declarar que "[...] toda sociedad, toda cultura crea, una determinada idea de naturaleza", así la cultura es supuestamente tomada como algo superior, que consigue controlar y dominar a la naturaleza que, en este caso, sería utilizada de a partir de la herencia cultural de cada sociedad y la cultura específica de sus individuos.
Al tratar de la relación hombre-naturaleza, Godelier (1984 apud DIEGUES, 2000), assinala que, a través de la capacidad de cambiar las formas de intercambio con la naturaleza que los actores sociales están inventando nuevas formas de sociedad, al transformarla. Y en tal transformación, siempre intrínseca, aparecen representaciones e ideas que, de cierta forma, también se expresan en esas propias condiciones materiales de producción. Tales representaciones se configuran en las taxonomías de las plantas, animales, suelos, clima, reglas de fabricación y uso de utensilios, entre otros.
Según tal perspectiva, se afirma que derivan diferentes formas de interpretación que varían de acuerdo con los individuos y sus grupos, en un sistema de representaciones que sirve como base para actuar sobre la naturaleza. Ejemplificando tal afirmación, se puede observar que el significado de la selva amazónica para un residente ribereño y para un individuo oriundo de otro lugar, un inmigrante, por ejemplo, está muy bien diferenciado (CHAVES, 2001).
Para el primero, la selva representa su habitat, de donde puede obtener su supervivencia, cuyo uso es ordenado, en primera instancia, por los principios socioculturales que posee; mientras que el segundo, ve a la selva como un obstáculo a ser vencido para la implantación de la agricultura, la ganadería, o sea, una fuente potencial de recursos económicos y financieros. Aunque para ambos, la selva tenga el carácter de proporcionar su reproducción física, la forma de manejarla oscila entre la conservación y la destrucción. De esta forma se puede afirmar que los individuos que hacen parte de sistemas económicos diferentes adoptan modos diferentes de apropiación de los recursos y del trabajo humano.
Diegues (2000) también se inscribe en esa tendencia al afirmar que no son las limitaciones geográfico-ambientales y/o simplemente la naturaleza, que llevan a un tipo específico de explotación de los recursos naturales, sino que la propia configuración de las relaciones sociales, sus intencionalidades racionales, sus objetivos de producción material y social; por tanto, el elemento fundamental deriva más de la cultura y de las capacidades productivas de una sociedad que de las condiciones naturales.
Através de un análisis de la relación hombre-naturaleza en la sociedad occidental, es posible entender que las variables interconectadas (capitalismo-modernidad-industrialismo-urbanización-tecnocracia) potenciaron la crisis que acabó afectando a esa relación. La lógica de dominación hombre-naturaleza está arraigada en los hábitos de la civilización occidental desde el siglo XVI, en que se comenzó a establecer, ostensivamente, relaciones sistemáticas de dominación (euro céntricas) con otras culturales, teniendo un claro reflejo, en el medio social, tanto que legitimó la dominación del hombre por otro hombre, o sea, se reforzaron los valores antropocéntricos y se impuso un dominio técnico sobre la naturaleza.
Para Jansen (1973 apud DIEGUES, 2000) la organización social de los valores culturales son los factores responsables por la mala utilización de recursos locales y no la tecnología simplemente. En el contexto del modo de producción capitalista, existe una oposición sociedad-naturaleza caracterizada por la creencia en el actual modelo de desarrollo, el económico-industrial, y de la racionalidad técnico-científica, una vez que la naturaleza pasa a integrarse al conjunto de los medios de producción de los cuales el capital se beneficia.
La tercera y última tendencia identificada por Morán (1990) se caracteriza por una visión en la cual ni ambiente ni cultura predominan, lo que implica que cada caso sea estudiado como una situación particular y compleja. A partir de esta formulación surge el entendimiento dialéctico de la relación sociedad-naturaleza, un proceso interactivo, lo que impide admitirse que una relación natural o perfecta, en equilibrio y armonía, entre hombres, mujeres y naturaleza pueda existir.
Chaves (2001) parte de esa tendencia al afirmar que el intercambio entre hombre-naturaleza se modifica según el tipo de relación existente entre los hombres entre sí, en el ámbito de la sociedad y de sus grupos, y, aún de la compleja dinámica ambiental. Leff (2002) es otro autor que también defiende esa tesis, al afirmar que las formas de uso de los recursos locales varían dependiendo de la función del sistema de valores de los agentes sociales, del significado que atribuyen a la naturaleza y a sus recursos, de la lógica social y ecológica de sus prácticas productivas.
Leff (2001), al abordar esa temática, considera que el proceso de globalización de carácter económico y tecnológico, obra del capitalismo vigente, sobrepone la valorización de la naturaleza y de la vida, invadiendo, transformando y dominando las relaciones, la explotación de los recursos naturales, que en condición de fuentes de vida, significación y potencial productivo, fueron desplazadas por el referido proceso que desencadenó una acelerada degradación ambiental y destrucción de las formas de organización de vida y de la cultura en general.
El binomio sociedad-naturaleza debe ser entendido como una relación dinámica, que depende de la articulación histórica de los procesos tecnológicos y culturales, oriunda de las relaciones sociales de producción, una vez que las modificaciones causadas por las sociedades en la naturaleza, tienen un enorme potencial transformador y en muchos casos destructivo. De todas formas, lo que lleva al ser social a actuar de forma contradictoria, protegiendo y al mismo tiempo interfiriendo negativamente en los procesos naturales, tiene una estrecha relación directa con su poder cognitivo, su capacidad técnica de creación y transformación, entre otros factores, y depende fundamentalmente de la relación de los actores sociales entre sí.
La preocupación contemporánea, con diferentes matices e intereses incluso contrapuestos converge hacia una estrategia que pueda modificar la relación hombre-naturaleza, pues se retira de la naturaleza no apenas lo que es necesario para la supervivencia humana sino también lo necesario para satisfacer las necesidades de los individuos que son socialmente fabricadas (Lago y Pádua, 1984), nacidas del modelo socio económico y cultural vigente en la sociedad actual.
Esta misma sociedad, moderna y globalizada, convive con la degradación ambiental desenfrenada, el riesgo de un colapso ecológico, las desigualdades sociales y la pobreza extremada, pues se encuentra en medio a una grave crisis civilizadora en un mundo de problemáticas muy complejas y urgentes además de grandes incertidumbres. Y, para que se pueda recrear la unidad en la relación hombre-naturaleza, se hace necesario entender que la transformación de la estructura de la sociedad actual depende del surgimiento de un nuevo sistema productivo que sea capaz de crear oportunidades concretas a todos los ciudadanos, sin distinción.
2 Pueblos de la Amazonía y el proceso de colonización
Los primeros colonizadores implantaron en la Amazonía sistemas de utilización de recursos naturales locales que ignoraron las diversas condiciones del ambiente natural de esta inmensa región. Freitas y Silva (2000), al abordar el tema de la colonización del Amazonas, opinan de que la regionalización de la cultura amazónica corresponde a un proceso de transculturación muy complejo cuando se impusieron la lengua y las costumbres europeas a los habitantes de la Amazonía. Constituye, también, parte de un no menos complejo proceso de integración y resistencia entre las diversas y muy diferentes etnias indígenas presentes en esta región, que enfrentaban el dominio colonial aguerridamente, o sea, se formaron diferentes culturas a partir de los diferentes ciclos económicos en la región.
La Amazonía pasó por diversos procesos o ciclos económicos a largo de los años, a haber: primero, el ciclo de las llamadas "drogas do sertão", el de la agricultura, el ciclo del caucho3 3 En portugués borracha, gomífera, (hevea brasiliensis) , del cacao, de la ganadería, el ciclo industrial que constituyen verdaderos ciclos de gravísimos contrastes y contradicciones, miseria y riqueza para la región y para las poblaciones locales. En esta transformación de la sociedad en el espacio amazónico hubo siempre el intento de las elites locales de desarrollar la región a través de la producción de riquezas para sí mismas, que con el apoyo del capital internacional patrocinó la llegada de un gran número de trabajadores migrantes de la región noreste del Brasil hacia esta región, subyugando aún más a las poblaciones indígenas.
El escenario amazónico presenta algunas formas de organización social que reflejan la actuación de sus actores sociales. Estas formas pueden ser divididas de la siguiente manera: el actor social como figura central, capaz de dominar a la naturaleza y ese mismo actor social como parte integrante de la naturaleza en la que ninguno de los dos elementos prevalece.
Hees (1993) explica que la primera concepción a que nos referimos antes, es la que ha orientado las acciones de expansión y ocupación en la Amazonía, que se ha intensificado en las últimas décadas y que como consecuencia originó al cuadro de desorden ecológico vigente en ese espacio.
Esa autora considera que las formas de organización del espacio típicas de la región amazónica que traducen la visión del actor social como parte integrante de la naturaleza, esta de a poco perdiendo espacio para el modelo económico actualmente en expansión que concibe el individuo como centro del mundo en que poblaciones como las ribereñas, indígenas, extractivistas, entre otras, son relegadas a una condición de exclusión social, por el agravamiento de la situación de empobrecimiento, degradación de las condiciones de vida y del aumento de los conflictos sociales, pues el acceso a los bienes y servicios sociales como habitación, salud, energía eléctrica, entre otros, es extremamente precario.
La sobrevivencia de las poblaciones locales por causa de la situación de exclusión social, en parte es conseguida por la construcción de estrategias basadas en el amplio abanico de conocimientos que ellos poseen sobre los recursos locales.
La Amazonía acoge un sistema de conocimientos tradicionales y modernos que forman procesos complejos de relación entre cultura y naturaleza que se encargan de diferentes estrategias del uso de los recursos locales por parte de las poblaciones amazónicas a partir de la praxis de los actores sociales, sus valores, sus creencias, técnicas y prácticas.
Además del conocimiento que poseen a respecto de la fauna y la flora, estos pueblos se destacan por su relación con el agua de una manera muy peculiar. En esta compleja trama surgen las poblaciones ribereñas, que heredan todo un conocimiento tradicional resultante de la relación entre el hombre y la naturaleza. Castro (1997, p. 226), clarifica que la utilización de los recursos de la selva y de los numerosos ríos de la cuenca amazónica están presentes en el modo de vida de esos pueblos de modo esencial atravesando generaciones y generaciones de familias. Además de eso, puede destacarse que su relación con la naturaleza se manifiesta en su propio vocabulario cotidiano y en los términos que utilizan para traducir su vivencia y adaptación a los ecosistemas en que están insertados.
Geertz (2001, p. 279) comprende que el saber interviene en todas las prácticas tanto sociales cuanto culturales, simbólicas o productivas además de expresar e estar articulado a los procesos ecológicos, económicos y tecnológicos. Esto significa que el haber tradicional y cultural de las sociedades interviene en todo el proceso de significación del mundo y también de la apropiación de la naturaleza orientando tales poblaciones en sus prácticas sociales, productivas y organizativas.
Es de suma importancia destacar que la relación de las poblaciones ribereñas tienen con la naturaleza son mediadas por la cultura, por experiencias acumuladas por esas sociedades a través del tiempo, por generaciones y por valores sociales y políticos (Morán, 1990). De esta forma, y en especial, tomando como referencia la cultura que se puede entender como el conjunto de las representaciones y prácticas de los agentes sociales, pues la cultura se constituye en una dimensión fundamental dentro del proceso social y de la vida en sociedad.
Por este hecho cabe destacar la diferencia entre lo que se entiende por medio ambiente y por naturaleza. Según Roué (1997), el término medio ambiente se refiere al espacio que circunda a los individuos, situándoles en el centro del universo, expresando un concepto dualista mientras que la acepción del término naturaleza tiene un sentido más ampliado, pues es una construcción social, con visiones diferenciadas sobre un mismo "medio", pues lo que se busca estudiar es el actor social que vive en las sociedades, tomando esta concepción como base para este estudio.
En las formas de organización socio cultural de las poblaciones tradicionales amazónicas son determinantes la dependencia de los recursos locales. A lo largo del proceso socio histórico por el que pasaron estas poblaciones, fueron éstas adquiriendo valores, patrones de comportamiento y conducta, oriundas de las diversas culturas que conforman esta región, propiciando una relación diferenciada y particular en el trato con la naturaleza, o sea, las poblaciones tradicionales de la Amazonía distinguen una serie de complejos procesos inherentes a los ecosistemas que constituyen esta inmensa región.
La visibilidad que tienen las singulares formas de organización de las poblaciones amazónicas tuvo mayor evidencia cuando los debates sobre poblaciones tradicionales ganó énfasis, principalmente, a partir de la década de los años 80 en que los ecologistas, organizaciones no gubernamentales, diversos movimientos sociales y académicos pasaron a valorizar los saberes de esas poblaciones por causa del agravamiento de los dilemas ambientales de la sociedad urbana e industrial y por la necesidad de enfrentar discusiones acaloradas con relación a la preservación de ecosistemas y a la biodiversidad. En esa misma coyuntura empezaron a surgir pesquisas sobre los saberes tradicionales en la perspectiva también de valorizarlos con el objetivo de administrar los recursos naturales.
En la actualidad, la valorización de los conocimientos de las sociedades tradicionales son vistos por un número significativo de movimientos sociales y estudiosos como portadores de elementos importantes que puedan servir para la intervención en los graves problemas ecológicos generados por el actual modelo de crecimiento económico.
Diegues (2000, p. 30) al discutir esa temática, muestra que como se trata del conocimiento tradicional, ese puede ser definido como
[...] el saber y el saber hacer, [...] generados en el ámbito de la sociedad no urbano industrial y transmitidos oralmente de generación en generación.
El mismo autor presenta también un concepto formado sobre poblaciones tradicionales quienes están
[...] relacionadas a un tipo de organización social y económica con reducida acumulación de capital, no usando fuerza de trabajo asalariado. En el cual productores independientes están involucrados en actividades económicas de pequeña escala como agricultura y pesca, recolección y artesanía. Económicamente, por lo tanto, esas comunidades se basan en el uso de recursos naturales renovables [...]. (DIEGUES, 2000, p. 87 apud DIEGUES 1992c)
Diegues (2001, p. 88) da una importancia significativa al debate sobre poblaciones tradicionales al afirmar que uno de los criterios más importantes para definirlas, además de su modo de vida, es la identidad de los actores sociales. Los individuos deben reconocerse como pertenecientes a aquel grupo social en particular que, según el propio Diegues, ese auto reconocimiento ha contribuido al fortalecimiento de la identidad sociocultural de varias poblaciones como los quilombolas4 4 Quilombolas... son comunidades negras de antiguos esclavos em Brasil? y los caiçaras5 5 caiçara, en el Brasil es el habitante del interior de algunas regiones del litoral brasileño. en el Brasil, por ejemplo, aunque sean resultado de un proceso de contactos conflictivos con la sociedad urbano industrial se sienten orgullosas de ser reconocidas como tradicionales, lo que les distingue de los demás.
De acuerdo con la acepción dada por el mismo autor, dentro de una perspectiva de antropólogos neo marxistas como Godelier, Meillassoux y Terray las culturas tradicionales están involucradas dentro de una sociedad en que e trabajo no es apenas una mercancía y la dependencia del mercado no es plena. Entre los pueblos ribereños de la Amazonía la forma de trabajo es esencialmente extractivista y agrícola, volcada hacia la producción familiar en general, poseen una fuente de renta monetaria considerada baja que proviene de la comercialización de productos excedentes.
Además de eso, la forma de gestión del territorio de estas poblaciones presenta aspectos particularizados, con grandes áreas descontinuas, con aparentes vacíos ocupados en gran parte por campos de tierras no cultivadas. Las formas de delimitación de esas áreas representan el modelo de producción adoptado en el que las áreas son diversificadas según el recurso existente y el manejo realizado, lo que permite la definición de los ambientes de pesca, recolección de semillas, caza de animales que varían de acuerdo con las épocas del año, los regímenes de las aguas y de las lluvias en la región. Los diferentes ambientes resultan de una modalidad particular de producción que asocia diversas prácticas productivas (extractivismo vegetal y animal, agricultura, pequeñas crías).
Al analizar esas sociedades, Castro (1997, p. 225) señala que es posible la adaptación de esas poblaciones tradicionales a un medio ecológico altamente complejo llevándose en cuenta los innúmeros saberes y habilidades acumulados, tales como la utilización de los recursos locales, diferenciación entre fauna y flora en el interior de la selva, de sonidos y olores, conocimiento de la amplia diversidad de peces de los ríos, lagos e igarapés6 6 igarapé en la Amazonía es un pequeño río, muchas veces piscoso. , entre muchos otros.
3 Poblaciones tradicionales: haberes y habilidades
Las poblaciones tradicionales ribereñas desenvuelven sus actividades productivas siguiendo el ritmo de los ciclos de la naturaleza y, progresivamente, responden a los obstáculos que encuentran, adaptándose a las condiciones a ellas les toca enfrentar. De esta manera, al mismo tiempo en que se utilizan de los recursos locales a partir de estos ciclos de la naturaleza, por otro lado, el conocimiento adquirido por éstas a partir de esos ciclos, se configuran en tradiciones heredadas de los mayores con explicaciones míticas y religiosas al respecto de la naturaleza.
Tales sociedades en la Amazonía heredaron de los indígenas una estructura cultural sólida, aunque hayan sufrido duras imposiciones por parte de un modo de vida de otras culturas. Las consecuencias sufridas por los pueblos indígenas fueron sorprendentes, víctimas de la esclavitud, de la ideología religiosa, de las diversas enfermedades, pasaron de mayoría a minoría entre los años 1750 y 1988 pero contribuyeron decisivamente a la formación sociocultural de la región amazónica.
La fuerza económica de los diversos ciclos económicos en la Amazonía en que se explotó la materia prima de la región y se propició el encuentro de las diversas culturas puede ser entendida históricamente como la dominación del espacio amazónico.
Como consecuencia de eso, desde la colonización europea, viene ocurriendo el gradual empobrecimiento de vastos segmentos sociales, que dificulta la organización de las poblaciones ribereñas, indígenas, extractivistas tanto en el acceso y hasta, a veces, en la búsqueda de mejores condiciones de vida, de ciudadanía, visando alcanzar objetivos comunes, asistencia a la salud, seguridad, asistencia técnica a la producción, educación entre otros factores sino que solamente tales sociedades que conocen los ciclos naturales de la región, y según Furtado (1993, p.68), "[...] vivencian el vivir en la Amazonía".
Massulo ([s.f.]) afirma que ribereños, literalmente, son individuos que viven en las márgenes de los ríos y de sus afluentes, o en algunos casos viven sobre el río en casas flotantes o palafitas7 7 Palafitas son tipos de habitación típicas de la región amazónica construidas con maderas atadas con el piso alto. . Pero ellos no se restringen apenas al medio rural, pueden también ser encontrados en los propios centros urbanos.
El mismo autor añade que los ríos son el complemento para la subsistencia de esas poblaciones, a veces para la propia vida pues el río ofrece no sólo el alimento sino también el abrigo a los mitos una vez que las entidades como la mãe-d'água8 8 mãe-d'água, personaje de una de las leyendas amazónicas. , cobra grande9 9 Cobra grande, grande serpiente es otro de los personajes de leyendas amazónicas que pueblan el imaginario de estos pueblos. y otros personajes son considerados protectores por los ribereños.
En general, los actores sociales identificados como ribereños son también depositarios de saberes socio históricos que pueden determinar tanto el modo de producción singular cuanto el modo de vida de esas mismas poblaciones en el interior de una comunidad, pues poseen una manera particular de organización social. Es de suma importancia resaltar que el origen de esas comunidades proviene de un largo proceso regional, cuyas vidas recibieron la influencia directa de la organización socio cultural de las poblaciones indígenas que vivían en las aldeas.
Chaves (2001, p. 73) traduce la importancia de esas poblaciones al afirmar que,
[...] los ribereños son una referencia de población tradicional en la Amazonía a partir de la relación con la naturaleza, de la forma de comunicación, del uso de las representaciones de los lugares, del tiempo, de la integración con el agua y de los conocimientos de los sistemas de clasificación de fauna y flora que forman un extenso patrimonio cultural.
Viviendo en agrupamientos comunitarios con varias familias, el modus vivendi de esos grupos esta condicionado a la naturaleza pues la llena y la sequía determinan, en parte, las actividades cotidianas de subsistencia como el extractivismo vegetal, la caza, la pesca, los cultivos agrícolas, por ejemplo.
Cuando se trata de relaciones de producción, la forma de trabajo del ribereño está orientada hacia el extractivismo y la agricultura, centrado en la producción familiar, comercializando, muchas veces, apenas el excedente.
Los conocimientos de los ribereños con respecto a la naturaleza favorecen a toda la sociedad en la medida en que ayudan en la formulación de ciertos conceptos sobre la realidad vivida. Siendo así, se entiende que los saberes de estas poblaciones ribereñas se constituyen en riquezas que toda la sociedad regional, nacional y global necesita urgentemente aprender a valorizar para conocer las prácticas y los saberes de esos actores sociales en cuanto al uso de los recursos naturales se refiere.
Esa posibilidad, por cierto, traería contribuciones para la obtención de elementos que pueden proporcionar valiosos conocimientos que servirían en la búsqueda de solución para el desarrollo social y la conservación ambiental y sociocultural en la Amazonía, teniendo en vista que los problemas enfrentados por esta región no se resumen al ámbito ecológico sino principalmente abarcan las dimensiones política, tecnológica, cultural y social.
Es importante que se preste atención a las acciones sociales destinadas a los segmentos sociales amazónicos, a las varias especies de artefactos producidos y a los diversos estados de conciencia, pues las formas culturales están articuladas en ellas. Además de eso, la cultura no puede ser vista solamente como el conjunto de comportamientos de una sociedad (tradiciones, hábitos, usos, entre otros), sino como un conjunto de mecanismos de control, como planes, reglas, instrucciones para nortear la praxis de los agentes sociales, considerándola como condición esencial para la existencia de las sociedades (GEERTZ,1989).
Consideraciones Finales
El modo de vida caboclo de las poblaciones ribereñas de la Amazonía permite entender la incomparable adaptación de estas poblaciones a los recursos locales, con base en saberes e interpretaciones que son transmitidos de generación en generación, impregnados de cultura regional. Se reafirma el entendimiento de que los ribereños poseen un vasto conocimiento de los ciclos naturales, dominan las técnicas de producción y una organización social heredada de las sociedades indígenas.
Es importante destacar que la forma de organización social y el uso del trinomio tierra-agua-selva posibilitó a las poblaciones ribereñas una adaptación al ambiente de cambio constante en el que viven, determinando estrategias diferenciadas de supervivencia para cada uno de estos medios.
Actualmente la relación hombre-naturaleza en la región amazónica sufre una fuerte presión por parte de diversas fuerzas en la que están presentes tensiones reales y simbólicas impuestas por la sociedad capitalista con demandas crecientes de explotación de los recursos naturales como materia prima para la producción industrial y obtención de lucro. Tales presiones expresan el conflicto entre la lógica del capital en busca de expansión y la lucha por la sobrevivencia de las sociedades tradicionales.
Las poblaciones tradicionales poseen intereses y necesidades distintas de las de las poblaciones urbanas que están sumergidas en las formas de consumo urbano-industrial. Para los pueblos amazónicos, el modo de vida está impulsado por la necesidad de reproducción física y sociocultural con adopción de técnicas sencillas y eficaces de manejo de los recursos locales. Tales prácticas aseguran la conservación de valores, saberes, habilidades que son contrapuestos a las prácticas de depredación y destrucción de reservas naturales existentes. En las principales actividades productivas, en la caza y en la pesca, en el extractivismo, en la agricultura son utilizados mecanismos culturales (prácticas, símbolos y representaciones), que son fundamentales para asegurar la manutención de la biodiversidad del ecosistema.
Toda y cualquier iniciativa o alternativa para la Amazonía que se proponga defender su continuidad como ecosistema altamente diverso con capacidad de prestar numerosos e importantes servicios ambientales esenciales y que proponga el desarrollo de actividades económicas importantes debe contemplar las experiencias de esas poblaciones tradicionales de la región. Pues, la naturaleza constituye para estas poblaciones no sólo una fuente de manutención y sustento sino que principalmente lugar de permanente observación, aprendizaje y experiencia, en que el saber es producido y reproducido continuamente.
Notas
Recebido em 5/11/2007; revisado e aprovado em 22/12/2007; aceito em 13/2/2008.
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- CHAVES, Maria do P. Socorro Rodrigues. Uma experiência de pesquisa-ação para gestão comunitária de tecnologias apropriadas na Amazônia: o estudo de caso do assentamento de reforma agrária Iporá. 2001. Tese (Doutorado em Política Científica e Tecnológica) Universidade Estadual de Campinas, Campinas SP.
- DIEGUES, Antônio Carlos. O mito moderno da natureza intocada. 3.ed. São Paulo: Hucitec, 2001.
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- FURTADO, Lourdes Gonçalves. Comunidades tradicionais: sobrevivência e preservação ambiental. In: D'INCAO, Maria A.; SILVEIRA, I.M. da. (Orgs). A Amazônia e a crise da modernização. Belém, PA: M.P. Emílio Goeldi, 1993.
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- ROUÉ, Marie. Novas perspectivas em etnoecologia: "saberes tradicionais" e gestão dos recursos naturais. In: CASTRO, Edna E.; PINTON, Florence. Faces do trópico úmido: conceitos e novas questões sobre desenvolvimento e meio ambiente. Belém: Cejup-UFPA-NAEA, 1997.
- SANTOS, José Luiz dos. O que é cultura. Brasiliense: São Paulo, 1994.
Fechas de Publicación
-
Publicación en esta colección
21 Oct 2008 -
Fecha del número
Dic 2008
Histórico
-
Acepto
13 Feb 2008 -
Recibido
05 Nov 2007