El imaginario de los “campesinos” es muy impregnado por figuras místico-míticas que tienen una profunda influencia en la formación de su ethos social. Folclorificadas o reales, hacen influencia individual y socialmente - aunque no necesariamente consciente de ese poder – en una miríada de “devotos”, en el sentido lato, en el cotidiano representativo de su tierra/identidad: el “campo”. Esta participación se entrelaza entre diversas corrientes: eclesial, cultural, religioso, transcendental, etc, donde no siempre hacen un dialogo conceptual, fenomenal o institucional o no están de acuerdo y luchan cuando plantean cuestiones de los dominios de territorialidad religiosas, cuyos lideres y/o portadores de “vínculos sobrenaturales” dictan lo que seguir. Esta influencia es personal o de forma remota, transmitido de generación en generación, de manera inculturada o autóctonas y tiene su origen en la Heteronomía, que forjó el imaginario religioso de lo “campesino”. El poder de persuasión es explorado en varias áreas desde la política a la religión, del académico al social, del individuo a las masas. Ha sido canalizado en el trabajo social como para influir en las campañas y mítines electorales; en la identidad del “campesino” a una cultura líquida; en la solidificación del analfabetismo político en la educación contextualizada en regiones semiáridas; una fe esclarecida a una práctica religiosa irracional e irresponsable. Este trabajo tiene como objetivo discutir la íntima relación entre estos fenómenos citados manifiesto en cálidas demostraciones públicas o en acciones individuales, que constituyen la esencia del “campesino” y sus alrededores.
Campesino; Religiosidad; Imaginário; Mito