La violencia sexual contra niños no es un evento poco común; sin embargo, existe la dificultad de denuncia, pues, además del establecimiento de la relación de dominación que el agresor ejerce sobre la víctima, la manera como tal hecho es recibido por la sociedad y cómo es encaminado por las instituciones judiciarias responsables también es determinante para las omisiones. Inserida en el universo de los interrogatorios, muchas veces, el niño causa confusión, al desmentir lo que había dicho antes, reforzando posibles prejuicios en relación a sí. El presente trabajo trae el análisis de las relaciones entre la infancia y la institución judiciaria, con principal enfoque en el sistema de comunicación y notificación de los crímenes sexuales contra niños y las consecuentes intervenciones profesionales que buscan la validación, o no, de su testimonio. Para tanto, fueron pesquisados 51 procesos judiciales, de los cuales fueron seleccionados dos casos ejemplares. Este trabajo evidencia la posibilidad de preservar al niño del aumento de la victimización causada por la multiplicidad de interrogatorios, sin dejar de cumplir las normas jurídicas necesarias. La fragilidad de la palabra del niño está en la forma como es acogida por los adultos, desde la revelación en la familia hasta la denuncia a los órganos oficiales, revelando la urgencia de alteraciones en los procedimientos judiciales relacionados a esa problemática.
Abuso del niño; Psicología forense; Comunicación interpersonal; Representación social
