Esta comunicación tiene como objetivo mostrar cómo el trabajo de un investigador colectivo, trabajando con problemas de "salud del alumno", mejoró de manera sensible las condiciones de vida y la seguridad de los niños en una escuela infantil. La participación de los niños en el proceso inicial de una investigación-acción permitió el despertar de la conciencia para los problemas de salud. La forma cooperativa instituida después de algunos años en la escuela, y en el aula maternal en particular, permitió una apropiación "natural" por parte de los niños de un dominio que les es sensible. Además, este trabajo contribuyó de manera indisociable e importante en la formación de todos los miembros de la comunidad escolar educativa, más allá del estricto cuadro escolar, introduciéndose prematuramente en los nuevos programas de la educación nacional. Innúmeros problemas de salud tratados en el marco de esta investigación fueron iniciativas de los niños, de los profesores y de los padres. La busca de continuidad educativa fue constante para la pertinencia de este trabajo que sólo tendría sentido si se inscribiera en la continuidad de los espacios de vida de los niños: en la escuela, pero también en la familia y en otros espacios sociales.
