Violencia en las relaciones íntimas entre adolescentes de una región de alta vulnerabilidad social^*

Resúmenes

Objetivo:

conocer y analizar las percepciones de adolescentes con alta vulnerabilidad social sobre la construcción de relaciones de pareja violentas.

Método:

investigación cualitativa realizada con 19 adolescentes de un municipio central de São Paulo, Brasil. La recolección de datos se llevó a cabo a través de grupos focales y un diario de campo, y los datos se analizaron temáticamente.

Resultados:

surgieron dos categorías: “Una nueva postura femenina en un contexto de normas tradicionales de género” y “Violencia en las relaciones íntimas: la (no) percepción de los adolescentes”. Las normas tradicionales de género todavía ocupan un lugar importante en la configuración de las relaciones entre los adolescentes. Tales comportamientos son más visibles en los noviazgos, cuando el compromiso y la exclusividad son las principales características, autorizando la posesión y el control. Los celos surgen como el principal detonante de la violencia y la tecnología aparece como recurso contemporáneo para reforzarla.

Conclusión:

se recalca que es necesario realizar intervenciones precoces con los adolescentes, centradas en acciones que promuevan la equidad de género.

Descriptores:
Violencia de Pareja; Adolescente; Violencia de Género; Poblaciones Vulnerables; Vulnerabilidad Social; Investigación Cualitativa

Objective:

to know and analyze the perceptions of adolescents with high social vulnerability regarding the establishment of dating violence.

Method:

a qualitative research study carried out with 19 adolescents from a central municipality São Paulo, Brazil. Data collection took place by means of focus groups and field diaries, with the data being analyzed thematically.

Results:

two categories emerged: “A new female posture in a context of traditional gender norms” and “Violence in intimate relationships: the (non)perception of adolescents”. Traditional gender norms still occupy a significant place in the design of dating violence among adolescents. Such behaviors are more visible in these relationships, when commitment and exclusivity are seen as the main characteristics, authorizing possession and control. Jealousy emerges as the main trigger for violence and the technologies appear as contemporary resources to reinforce it.

Conclusion:

the need for early interventions with adolescents is reiterated, with a focus on actions that promote gender equality.

Descriptors:
Intimate Partner Violence; Adolescent; Gender-Based Violence; Vulnerable Populations; Social Vulnerability; Qualitative Research

Objetivo:

conhecer e analisar as percepções de adolescentes de alta vulnerabilidade social frente à construção de relações de intimidade violentas.

Método:

pesquisa qualitativa realizada junto a 19 adolescentes de um município central de São Paulo, Brasil. A coleta de dados se deu por meio de grupos focais e diário de campo, sendo os dados analisados tematicamente.

Resultados:

emergiram duas categorias “Uma nova postura feminina em um contexto de normas tradicionais de gênero” e “Violências nas relações íntimas: a (não) percepção dos adolescentes”. Normas tradicionais de gênero ainda ocupam um lugar significativo no delineamento de relações entre adolescentes. Tais condutas são mais visíveis em relações de namoro, quando o compromisso e a exclusividade são tidos como principais características, autorizando a posse e o controle. O ciúme emerge como principal disparador de violência e as tecnologias aparecem como recursos contemporâneos para reforçá-la.

Conclusão:

reitera-se a necessidade de intervenções precoces junto a adolescentes, com foco em ações promotoras de equidade de gênero.

Descritores:
Violência por Parceiro Íntimo; Adolescente; Violência de Gênero; Populações Vulneráveis; Vulnerabilidade Social; Pesquisa Qualitativa

Introducción

En los últimos años, los estudios han demostrado la importancia de la violencia en las relaciones de pareja (VRP) entre los adolescentes(¹-⁴). Dicha relevancia se debe a ciertos factores, tales como, que se establezcan tempranamente en la vida de las personas relaciones de pareja poco saludables(⁵) y las construcciones socioculturales sobre las relaciones de género.

Se han utilizado varios términos en la literatura para conceptualizar la VRP entre los adolescentes, e internacionalmente se viene utilizando el término teen dating violence. Se la considera como violencia física, sexual, psicológica o emocional en el noviazgo, e incluye el acoso. Es importante resaltar que esta violencia puede ocurrir personalmente o por medios electrónicos, así como entre parejas casuales o formales(⁵).

La VRP en los adolescentes es un fenómeno común que atraviesa diferentes culturas, razas y etnias. Un estudio descriptivo transversal tuvo como participantes a 403 adolescentes entre 14 y 19 años, quienes reportaron haber ejercido algún tipo de violencia en las relaciones afectivo-sexuales en la adolescencia (62,4% mujeres), estudiantes de secundaria de escuelas públicas (64, 5%), privadas (18,2%) y técnicas (17,3%), de la Región Metropolitana de Porto Alegre, Brasil(⁶). Un metaanálisis con datos de 46 países subdesarrollados o en vías de desarrollo indicó que las mujeres jóvenes que vivían en áreas rurales estaban más expuestas a sufrir violencia por parte de sus parejas(⁷). Un estudio con 930 adolescentes negras y latinas embarazadas arrojó como resultado que el 38% experimentó VRP en el último trimestre del embarazo(⁸). Un estudio realizado en 27 países de África subsahariana detectó que, en promedio, el 25,2% de las adolescentes y mujeres jóvenes notificaron VRP, en algunos países llegó al 43,3%(⁹).

La VRP tiene consecuencias para la salud física y mental de los adolescentes, a corto y largo plazo. Una revisión sistemática de la literatura demostró que se asocia con problemas como depresión, ansiedad, baja autoestima, abuso de alcohol y drogas y sexo sin protección(¹⁰). Además, es más probable que los adolescentes que tuvieron noviazgos en los que había abuso, se involucren en relaciones violentas cuando sean adultos(¹¹).

Comprender y, por consiguiente, prevenir y confrontar la violencia es desafiante y complejo, ya que la misma está arraigada en factores sociales, económicos y culturales - como las normas sexistas de género - y que, a su vez, influyen en la vida cotidiana de las comunidades, de las familias y en cómo viven los adolescentes esas relaciones(¹²). En este sentido, para entender la violencia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone un modelo ecológico, que se basa en la evidencia de que ningún factor por sí solo puede explicar porque algunas personas o grupos tienen mayor vulnerabilidad y riesgo de sufrir violencia interpersonal que otros. Por lo tanto, se considera que dicho fenómeno es el resultado de la interacción de múltiples factores en cuatro niveles: individual, relacional, comunitario y social(¹³).

Considerando el modelo ecológico, la atención se concentra en los contextos de vulnerabilidad social, entendidos como aquellos en los cuales faltan elementos como ingresos, educación, posibilidades de inserción en el mercado laboral, acceso a bienes y servicios(¹⁴). Además, se pueden incluir en este concepto las debilidades de los vínculos afectivo-relacionales. Es fundamental considerar la vulnerabilidad y sus determinantes, tanto en sus aspectos éticos, políticos y técnicos, evitando la incidencia de riesgos en ciertas regiones, para que los sujetos, mediante sus capacidades y empoderamiento, enfrenten las vulnerabilidades que les son impuestas cotidianamente(¹⁵).

Estar en un contexto de vulnerabilidad social puede exponer a los adolescentes a situaciones de violencia y tiene impactos en varios niveles. Una revisión reciente de la literatura sobre las causas y consecuencias de la VRP reveló que la pobreza se considera un factor importante para la prevalencia de la VRP entre los adolescentes(¹⁰). La evidencia también sugiere que el estrés financiero y los bajos ingresos también aumentan el riesgo de VRP(¹⁶). Reducir estas situaciones puede reducir las posibilidades de conflictos relacionales(¹⁷). Además de este aspecto, es importante mencionar que en las regiones de alta vulnerabilidad social es más probable que haya inequidades de género en la educación, el trabajo y los ingresos, especialmente apoyadas por la cultura patriarcal y la relación de poder entre hombres y mujeres(¹⁰).

Considerando la relevancia y el impacto de la VRP en los adolescentes, especialmente en aquellos insertos en contextos de alta vulnerabilidad social, así como también la importancia de entender este fenómeno desde el modelo ecológico, se planteó la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles son las percepciones de los adolescentes de alta vulnerabilidad social sobre sus relaciones de pareja, considerando aspectos sanos y violentos?

Por lo tanto, este estudio tuvo como objetivo comprender y analizar las percepciones de los adolescentes con alta vulnerabilidad social sobre la construcción de relaciones de pareja violentas.

Método

Diseño del estudio

Investigación con enfoque cualitativo(¹⁸). Como se mencionó anteriormente, se basó en el modelo ecológico de comprensión de la violencia propuesto por la OMS. Este estudio siguió las indicaciones de la guía de Criterios Consolidados para Informes de Investigación Cualitativa (COREQ)(¹⁹).

Lugar del estudio y participantes

El estudio se realizó en un municipio de la Región Central del estado de São Paulo, Brasil, que tiene 221.950 habitantes según el censo de 2010, con una proyección para el 2018 de 249.415 habitantes.

Se seleccionó una escuela de un barrio periférico, caracterizado como grupo expuesto a alta vulnerabilidad social para un sector urbano, la misma fue clasificada en la categoría 5 (cinco) según el Índice Paulista de Vulnerabilidad Social (IPVS) de 2010(¹⁴).

Los participantes del estudio fueron estudiantes de octavo y noveno grado de la escuela primaria, inscriptos regularmente y que asisten a la escuela seleccionada. Participaron todos aquellos que voluntariamente aceptaron estar en el estudio, los participantes firmaron el Formulario de Asentimiento Informado y los responsables el Formulario de Consentimiento Libre e Informado (FCLI). Si el participante tenía más de 18 años, firmaba el FCLI. La elección de este período se basa en que es el momento en el cual experimentan con las relaciones de pareja(²⁰). La elección de inclusión por período lectivo (8º y 9º año) y no por franja etaria sigue el concepto ecológico de comprensión/acción contra la violencia propuesto por la OMS.

En el período estudiado, había 140 estudiantes inscriptos; de ellos, 34 optaron por participar en el estudio. Se excluyeron siete estudiantes que no asistieron durante la recolección de datos; dos que fueron trasladados a otra escuela; y seis que no trajeron el formulario firmado. A pesar de que dichos estudiantes no participaron en la investigación, fueron escuchados cuando participaron en un proyecto de extensión.

Procedimientos para la recolección de datos

Los instrumentos para la recolección de datos fueron los grupos focales y el diario de campo. Para caracterizar a los participantes se utilizó un cuestionario de caracterización socioeconómica y de relaciones íntimas.

El grupo focal es una estrategia importante para la investigación que busca comprender las experiencias grupales y transformar la realidad(²¹). En los grupos focales la última autora fue la moderadora; la primera autora la observadora y la segunda autora elaboró el informe. Cabe aclarar que el grupo de investigadores participa de la vida escolar a través de un proyecto de extensión universitaria, lo que facilita el acercamiento de los adolescentes.

Los estudiantes fueron invitados a participar voluntariamente; se utilizaron las siguientes preguntas orientadoras: ¿Cómo son las relaciones de pareja entre los adolescentes? ¿Cuáles son los comportamientos positivos y perjudiciales en estas relaciones?

Se realizaron dos grupos focales, el 17/06/2019 y el 19/06/2019, con 10 adolescentes de sexo biológico femenino, que formaban parte de los grupos invitados, 8º y 9º grado; se intentó mantener una cantidad equitativa entre los grados. El primer grupo tuvo como objetivo generar un ambiente para el estudio, con presentación de las participantes y discusión de la primera pregunta disparadora. El segundo grupo comenzó con un análisis del primer grupo para validar la comprensión de las participantes; posteriormente, se planteó la segunda pregunta, incorporando más elementos relacionados con la VRP. Los grupos se realizaron en una sala privada de la escuela, se utilizó una organización en círculo con mesas y sillas. Al principio, se hicieron placas con los nombres de cada miembro, para que todas en el círculo pudieran reconocerse. La mayoría de ellas fue participativa durante los grupos, que tuvieron una duración promedio de 1 hora, 7 minutos y 55 segundos.

Otros dos grupos focales se llevaron a cabo el 25/10/2019 y el 29/10/2019 con 09 adolescentes de sexo biológico masculino que fueron invitados; también se intentó mantener una cantidad equitativa entre los grados. La operacionalización se llevó a cabo de la misma forma que los primeros grupos, con una duración promedio de 52 minutos y 7 segundos. Los participantes de sexo biológico femenino fueron identificados con la letra PF y los participantes de sexo biológico masculinos con PM; fueron enumerados a partir de la secuencia en la que aparecieron sus discursos en el grupo.

Los grupos se grabaron utilizando una aplicación de grabadora de voz en dos teléfonos celulares, distribuidos en la sala; posteriormente las grabaciones fueron transcritas íntegramente para su análisis. Se decidió realizar grupos separados basados en sexos biológicos como se indica en la literatura; en ella se menciona que los adolescentes más jóvenes pueden sentir vergüenza para relatar experiencias frente a participantes de otro sexo(²⁰). El diario de campo se constituyó como un instrumento relevante para el análisis de datos y el rigor metodológico. En él se describieron las experiencias investigativas; la apropiación metodológica; movimientos, dudas e inquietudes; las reacciones de los participantes. Los informes presentes en el diario de campo fueron incorporados a las transcripciones de los grupos, constituyendo el corpus de análisis y sustentando las inferencias realizadas.

En este estudio se optó por la saturación de significados, que implica una discusión más profunda, detallada y compleja de los datos para garantizar la comprensión de un fenómeno de interés(²²).

Análisis de los datos

La caracterización de los participantes se presentó mediante estadística descriptiva. Los datos cualitativos se analizaron mediante la técnica de análisis temático reflexivo(²³). El análisis temático es esencialmente un método para identificar y analizar patrones de datos cualitativos. Se siguieron los siguientes pasos para el análisis: (I) familiarización con los datos; (II) codificación; (III) búsqueda por temas; (IV) revisión de temas; (V) definición y denominación de los temas; (VI) redacción final. Los pasos III y IV se encuentran en la Figura 1.

Figura 1
Proceso de búsqueda y revisión de temas. 2020

Para asegurar una mayor confiabilidad de los datos, una semana después de la realización del grupo, se les devolvieron las transcripciones de los grupos a los adolescentes que participaron, para su verificación, de modo que pudieran indicar si estaban de acuerdo o querían agregar algo a la construcción del grupo. Se realizó en un informe individual impreso, con espacio en blanco para adiciones o profundización de las preguntas; los adolescentes no agregaron nada a los informes. La construcción de los códigos iniciales, temas intermedios y finales se llevó a cabo entre dos investigadores independientes, y se incluyó un tercer revisor para la resolución de conflictos.

Aspectos éticos

El estudio siguió las recomendaciones de las Resoluciones nro. 466/2012 y 510/2016 sobre la investigación con seres humanos y comenzó después de recibir la aprobación del Comité de Ética en Investigación con Seres Humanos. Previamente, se les solicitó autorización a los directores de la escuela seleccionada para la investigación.

Resultados

Los grupos focales se realizaron con 19 participantes, de los cuales 09 eran chicos y 10 chicas. La edad media de los participantes era de 14,27 años, con un rango entre 13 y 15 años; el 63,1% se declaró evangélico; el 68,4% de los participantes vivía con su madre y sus hermanos y el 47,3% también vivía con su padre. En cuanto a la vivienda, el 52,6% vivía con 4 a 6 personas y el 63,1% vivía en una casa de 4 a 6 habitaciones. En lo que respecta a la educación de los tutores, el 63,1% informó haber completado la secundaria.

Con respecto a las relaciones íntimas establecidas, el 68,4% informó haber estado de novio/a o estado con personas de diferente sexo biológico, y cinco adolescentes informaron estar de novio/a o estar con personas del mismo sexo biológico. La mayoría de los adolescentes (47,3%) iniciaron relaciones íntimas entre los 11 y 12 años y el 47,3% ya comenzó a tener relaciones sexuales con parejas de diferente sexo biológico. Los adolescentes informaron que rara vez conversan con la persona con la que actualmente tienen una relación (47,3%); el 21% informó haber sido víctima de violencia, una de violencia física y tres de violencia psicológica; y el 36,8% consideró que ejercía violencia, dos de ellos violencia física y cinco de ellos violencia psicológica.

Tema 1 - Una nueva postura femenina en un contexto de normas tradicionales de género

En esta categoría, se discutió una “nueva postura femenina”, según lo señalado por los adolescentes, y los significados de cada identidad de género, que son bastante particulares y revelan la conservación de las normas tradicionales de género de los adolescentes en vulnerabilidad social. Las adolescentes demostraron que asumían una postura socialmente validada como masculina, que es buscar, avanzar, tomar la iniciativa:

Los chicos avanzan más, pero ellos tienen más miedo y son más blanditos (PF4).

No siempre, los chicos no tienen mucha postura, ni mucha actitud, creo que las mujeres avanzan más (PF7).

Hay que linchar a los hombres, tenemos que vivir solo con mujeres (PF7).

La aversión a los hombres, expresada directamente en el último fragmento, surge relacionada con esta nueva postura. Se desvela una ruptura en la relación agresor-víctima, en una sociedad en la que las mujeres suelen ser víctimas y los hombres agresores:

Yo le pego (PF9).

Yo no le pego, le doy una paliza (PF3).

Los adolescentes de sexo biológico masculino, desde su punto de vista, hablan de esa otra postura femenina con un tenor peyorativo y prejuicioso; denotan que se resisten a aceptar que las personas de sexo biológico femenino tomen decisiones o la iniciativa en las relaciones:

Y hay algunas que, en realidad, son atorrantas (PM3).

Ah, te pone la cola en la cara (PM2).

Hay algunas con las que no tienes que hacer nada, ella hace todo por ti (PM2).

Está ahí, bailando enfrente de todo el mundo (PM3).

Tener actitud, es decir, romper con la lógica pasiva femenina provoca espanto y les resulta extraño a los chicos, dado que no es un comportamiento socialmente aceptado para la postura femenina. Esta postura, especialmente identificada en adolescentes que tienen novio, va más allá de su comprensión: que las chicas deben ponerse a sí mismas de una posición inferior y sumisa:

Pero te diré la verdad, aquí en esta escuela, hay algunas chicas que ni siquiera se respetan (PM2).

Nosotros tenemos que comportarnos, y ella se tiene que comportar, ponerse en su lugar, que tiene novio (PM1).

Los adolescentes también plantearon temas relacionados con la vestimenta que llevaban las adolescentes, la cual estaba muy relacionada con como las juzgaban; además las ponen en el lugar de objeto, que siempre tienen que estar acompañadas por su pareja:

O ella sale con un shortcito así, no sé qué, cuando no sale conmigo (PM3).

Ah, cuando estoy con ella, que yo ya estoy atrás de ella, para que nadie la mire (PM3).

Se nota que los cuerpos femeninos no pueden bailar, no pueden mostrarse, necesitan “ponerse en su lugar”. Hay un lugar que es para ellos y otro para ellas, marcando las diferencias. La mujer permanece en un lugar privado, solo encuentra una salida a través de las redes sociales; marcaron el espacio de los chicos como público y exteriorizado, incluso señalado por los padres y/o tutores:

Ah, es porque los chicos salen más a jugar a la pelota, no las chicas, ellas solo se quedan aquí con el celular (PM2).

Mi mamá dice... ah siéntate como una señorita... que jugar a la pelota es para los chicos... una siente que se equivoca (PF4).

Tema 2 - Violencia en las relaciones íntimas: la (no) percepción de los adolescentes

En esta categoría, se discutió cómo se establecen las relaciones íntimas entre adolescentes y qué elementos presentes en ellas conducen a la construcción de relaciones violentas. Los adolescentes utilizaron el término enamoramiento para identificar situaciones de atracción hacia otra persona, sin necesidad de establecer una relación física cercana o incluso concreta:

Significa que él es hermoso, y que quiero estar con él, eso es (PF3).

Tipo, capaz viste a una chica, y piensas que es hermosa, solo que nunca tuviste una charla con ella, nunca hablaste, no conoces sus conversaciones, pero como que te pareció hermosa y para ti es un enamoramiento, entonces empiezas a sentir cosas por ella (PM5).

A partir de esta definición, la relación se puede concretar o no. En caso de que la relación se concrete, los adolescentes hablan de “estar” como una forma de relación rápida, caracterizada por la ausencia de compromisos y acuerdos:

Una está con el chico, después una lo ve en la calle y la verdad es que hace de cuenta que no lo ve (PF7).

Sí, estuviste solo una vez (PM3).

Con la progresión de las relaciones puede surgir el noviazgo, una relación que se caracteriza por la exclusividad y un mayor compromiso. En este momento, surge con transparencia la existencia de VRP, caracterizada por el control y la necesidad de abandonar las actividades que no se realizan con la pareja:

Ah, si estás de novio la vas a tener siempre ahí al lado tuyo (PM2).

Sí, va a ser fiel (PM3).

Qué se yo, no puedes salir de fiesta (PM3).

Ahí le corta todo también… Porque también hay muchos hombres que no la dejan (PM3).

Quiere dominar a la mujer (PM1).

El compromiso permite controlar lo que hace el otro y hacia dónde va, y para las mujeres es peor, especialmente debido al sentido de posesión. Los acuerdos que se hacen al inicio de las relaciones involucran temas poco saludables, como la falta de privacidad, el distanciamiento o no tener amigos del sexo opuesto. Estos problemas se ejemplifican en el mundo virtual:

Sí, cuando nos pusimos de novios, el trato era, solo acepto chicos en mi face y ella solo acepta chicas en su face, ¡nada más! Chatear, solo si es un amigo, un conocido, estas cosas (PM1).

Yo confío, porque además tengo la contraseña de sus cosas (PM2).

Sí, cuando nos pusimos de novios acordamos, tú me pasas tu contraseña y yo te paso la mía (PM2).

Ella deja su celular desbloqueado, yo voy y lo reviso (PM3).

En este sentido, se advirtió la dificultad que tienen estos adolescentes para discernir temas íntimos, privados y públicos. Hay una existencia basada en la dependencia del otro/a:

Estoy todo el tiempo en el celular, quiero saber lo que hace todo el tiempo (PF9).

Y también señora, hay gente que crea cuentas falsas solo para vigilar al novio, ¿no? [El grupo está de acuerdo] (PF5).

Se percibe el control sobre el otro, entendido como resultado de una relación seria y de confianza, pero en realidad la relación es abusiva. Los celos están presentes en las relaciones y contribuyen a que aumenten las acciones violentas en las mismas. Los adolescentes demostraron que los celos son parte de las relaciones y en ocasiones se consideran una forma de afecto y cariño en las relaciones.

Los celos son normales… (PF9).

No, no hay celos, ¿sabe? Es miedo a perder a la persona (PM7).

Es porque sin celos no da para seguir (PM3).

Sí, los celos son algo muy diferente, te gusta esa persona, esa persona solo te quiere (PM2).

La pelea empieza con los celos (PM1).

Los celos surgen como detonante de la violencia, pero no lo perciben claramente. Las afirmaciones sobre los celos suelen estar vinculadas a las redes sociales. Estas situaciones aparecen nuevamente relacionadas con el sentimiento de posesión y control del otro:

Una vez rompí el celular (PF8).

¿Y si una chica comenta la foto de facebook entonces? (PF10).

Le pongo me gusta al comentario (PF7).

Yo la insulto a la chica (PF9).

[Sobre la vigilancia constante del novio en Facebook] ¡Solo le estás avisando, ¿eh?, que es tuyo! (PF3).

Durante los encuentros con los adolescentes, se percibió una disputa entre las adolescentes sobre las relaciones heterosexuales. Cuando se ponían celosas, por lo general estaban en contra de la posible chica “traidora”. Al discutir la importancia de la confianza para construir relaciones saludables, los adolescentes aclararon que la misma debe ser probada y comprobada, tienen una perspectiva que implica cuestiones no saludables:

Ah, la confianza se construye ¿no? señora! (PM1).

Tienes que demostrar que eres confiable (PM3).

¡Con su postura señora! (PM1).

Sí, y al principio siempre hay que desconfiar (PM8).

Discusión

Los hallazgos de este estudio nos permitieron ver que los significados de ser hombre y mujer tienen una implicación directa en la construcción de relaciones de pareja violentas entre adolescentes en vulnerabilidad social. Surgió una postura femenina que busca romper con los estereotipos construidos socialmente, aunque sea a través de formas violentas y no saludables. Una perspectiva rígida, principalmente por parte de los chicos, diferencia la postura del hombre y de la mujer, incluso delimita el lugar que ocupa cada uno. La VRP aparece de forma más clara en el noviazgo, donde el compromiso habilita el control y la posesión. Los celos son inherentes a las relaciones y a la construcción de la confianza, y son disparadores de la violencia que ocultan los adolescentes; las redes sociales son transversales a estas relaciones. En este caso, se ve la dialógica de los celos como amor y pelea, confianza y violencia.

Por ende, las discusiones sobre género son inevitables cuando se trata de VRP; esta cuestión atraviesa todo el estudio. Las expectativas sobre el papel del hombre y de la mujer en la sociedad brasileña, presentes a nivel social, pero con consecuencias directas sobre los otros, son reforzadas por los adolescentes. Las normas tradicionales de género respaldan la creencia de que los hombres deben estar en una posición social dominante que les da privilegios y poder sobre las mujeres(²⁴).

Una discusión reconocida en la literatura es la transmisión intergeneracional de estas normas. Hay estudios que abordan esta discusión, la reproducción de una cultura que favorece la desigualdad entre los géneros y, por ende, las situaciones de violencia(⁶,²⁵). Un estudio examinó la influencia intergeneracional en la calidad de las relaciones íntimas de los adolescentes a partir de las experiencias de sus madres. En él, las adolescentes aprenden dinámicas al observar a sus madres, lo que lleva a una continuidad intergeneracional de relaciones sanas o violentas. Esta teoría postula la repetición de los modelos de conducta que los adolescentes observaron en las relaciones de sus padres(²⁶). Observar a las familias de estos adolescentes puede ayudar a avanzar en este conocimiento y comprender cómo se construyen las diferencias de género en la dinámica familiar.

Se destaca la diversidad encontrada aquí: adolescentes brasileños que viven en áreas urbanas altamente vulnerables. Los estudios internacionales han abordado estas diferencias en la comprensión y el afrontamiento que pueden promover avances en el conocimiento de la VRP de los adolescentes(²⁵,²⁷); en Brasil, la discusión es aún incipiente(²⁰). Una revisión de la literatura con metaanálisis identificó que se encontraron mayores tasas de victimización y perpetración de VRP física entre adolescentes en muestras de barrios con menores recursos (lazos sociales debilitados, menor control social, menos oportunidades económicas) y con un mayor porcentaje de minorías étnicas en las chicas(²⁵).

Un estudio sobre la relación comunitaria y los procesos de experimentación de VRP en adolescentes y jóvenes en los Estados Unidos(²⁷) arrojó como resultado que los adolescentes que viven en barrios cuyos residentes intervienen o desalientan el comportamiento violento tienen menos probabilidades de experimentar VRP. En cuanto a la cohesión social, el estudio discutió que los barrios en condiciones desfavorecidas tienden a debilitar o limitar los lazos sociales, reduciendo la capacidad del individuo para buscar ayuda o utilizar los recursos sociales para prevenir la violencia. Las áreas menos favorecidas pueden estar más expuestas a factores de riesgo de VRP y pueden ver la violencia como una respuesta esperada, tolerada o necesaria(²⁷).

Las adolescentes generan un movimiento de liberación y que busca superar los estereotipos de la feminidad. Esto se da, mayormente, por medios no saludables, ya sea por aversión y rechazo hacia los chicos, o por violencia contra ellos. La perspectiva de desarrollo relacionada con el género y la VRP se ha destacado en la literatura. Las relaciones íntimas suelen comenzar en la adolescencia, y el conocimiento que tienen los adolescentes de estas relaciones proviene de los medios de comunicación y de la observación de amigos y familiares. Este proceso está atravesado por el narcisismo, el apego a roles de género específicos y la mistificación del amor romántico, lo que hace que esta población sea particularmente vulnerable a la VRP(²⁸).

Esta perspectiva se utiliza en el metaanálisis para determinar la prevalencia de VRP física y sexual en los adolescentes, y de sus factores asociados(²⁵,²⁹). En el surgimiento de las relaciones de pareja heteroafectivas, las adolescentes tienden a ser más agresivas físicamente con los chicos al comienzo de estas relaciones(²⁹). Una explicación puede ser el legado de la niñez en términos de resolución de problemas; las niñas tienden a ser más agresivas mientras que los niños son entrenados socialmente para inhibir dicho comportamiento. La agresión contra los niños por parte de las niñas también está menos cuestionada socialmente que la agresión por parte de los niños contra las niñas. Sin embargo, a medida que las adolescentes adquieren habilidades en las interacciones íntimas y en el progreso de las relaciones, esta situación tiende a cambiar al reforzarse las normas sociales de género discutidas anteriormente(²⁵). De todos modos, es importante señalar que la literatura ha detectado que hay mayores consecuencias para las chicas, aun al invertirse esta relación a lo largo de la relación(²⁹). Otro punto que cabe destacar es la posibilidad de que los chicos no denuncien situaciones de violencia ante el estigma social de la violencia de los chicos contra las chicas, o incluso de que se acepten a sí mismos como víctimas de violencia(²⁵).

Además, este hallazgo revela la importancia de que se realicen más investigaciones que estudien a los adolescentes más jóvenes y la construcción de relaciones íntimas en esta población. Otros estudios se han centrado fundamentalmente en adolescentes mayores, que construyen las relaciones y la violencia de otra forma. En estos estudios, los adolescentes reportan frecuencias más altas de VRP y mayor relevancia de la perpetración de la violencia por parte de los chicos(⁶,³⁰).

La progresión de la violencia en las relaciones íntimas parece estar asociada con la progresión del compromiso en las relaciones. El término enamoramiento se utiliza para una relación aún idealizada, que no se materializó; estar sigue siendo una aproximación física, que puede convertirse en un noviazgo. Estos conceptos son reforzados por otro estudio; salvo el término enamoramiento, que para los adolescentes más jóvenes se encuentra en un lugar aún idealizado de la relación(³¹). Es en el momento del noviazgo cuando la violencia adquiere tonos más claros e invisibilizados por los adolescentes. En esta relación se permite el dominio, la posesión, la no privacidad, el distanciamiento de los amigos; estos aspectos, a pesar de la gran influencia de los estereotipos de género, están recíprocamente presentes en las relaciones.

Los celos son inherentes a las relaciones de los adolescentes, son entendidos como prueba de amor; se articulan con el movimiento de construcción de confianza mencionado por los adolescentes. Termina siendo el gran propagador de la violencia. En el caso de la tolerancia al comportamiento violento en las relaciones de los adolescentes, se observa que existe una naturalización de la violencia, especialmente al considerar los celos como una demostración de amor. Posiblemente, esta aceptación derive de las relaciones familiares, de experiencias agresivas entre los padres, o incluso en la diferencia entre los roles de género al considerar el dominio masculino en las relaciones, lo cual es socialmente aceptable(³²). Un estudio cualitativo brasileño desarrollado con adolescentes reveló que los celos están relacionados con creencias socialmente compartidas de relaciones idealizadas. El control tiene una gran asociación con los celos, al igual que el sentimiento de posesión del otro(³³). Es una violencia implícita que da lugar a otros tipos de violencia.

Los celos y la consecuente VRP adquieren nuevas formas mediante el uso de la tecnología; este aspecto es relevante cuando consideramos el modelo ecológico en su nivel relacional, ya que las redes sociales digitales forman parte de la manera de ser y de relacionarse en el mundo de la adolescencia contemporánea y sus relaciones. El control y la supervisión constantes están respaldados por los recursos digitales; los estudios han señalado el papel que juega la tecnología para perfilar la VRP en Brasil(¹,³³) y en todo el mundo(⁴,³⁴). Un estudio cualitativo con adolescentes de 12 a 18 años, realizado en Reino Unido, buscó explorar el papel del uso de la tecnología en sus relaciones de pareja(⁴). A diferencia de nuestros hallazgos, este estudio detectó que las chicas ejercen mayor control y seguimiento a través de las redes sociales que los chicos. Para comprender este movimiento, los autores discutieron las relaciones de apego e inseguridad(³⁵). En las relaciones íntimas, puede ser necesaria la receptividad de la pareja y un sentimiento total de seguridad(⁴). Debido al proceso de desarrollo del adolescente, especialmente al experimentar relaciones y en lo que respecta a su identidad con sus pares, este hecho adquiere especial relevancia. Además, están surgiendo en las discusiones sobre las relaciones íntimas de los adolescentes aspectos relacionados con la intimidad, la exposición y la privacidad, que deben ser parte de programas y de las acciones que fomenten relaciones saludables y prevengan la violencia(⁴,³³).

Estudios internacionales han demostrado la importancia de desarrollar acciones y programas preventivos para pares y espectadores en el ámbito de la VRP entre los adolescentes. Estos programas han reducido significativamente la perpetración y victimización por VRP(³⁶-³⁷). En el contexto brasileño, el desarrollo de acciones que promuevan la solidaridad entre las chicas puede ser interesante, debido a los hallazgos mencionados en este estudio. Un estudio llevado a cabo en escuelas de Pensilvania, Estados Unidos, descubrió que los estudiantes estaban entusiasmados con discutir las relaciones saludables y no saludables con enfermeros escolares. Muchos adolescentes involucrados en VRP se acercaron a estos enfermeros para relatarles sus experiencias(³⁸).

Se considera una limitación no haber profundizado en la transmisión intergeneracional de las normas de género entre los adolescentes. Además, los grupos focales se realizaron a partir de la separación por sexos biológicos; aunque esta configuración permite la aparición de algunos contenidos, la interacción entre chicos y chicas podría aportar nuevos conocimientos. El uso de entrevistas individuales también podría complementar los datos.

Finalmente, a pesar de las limitaciones, el estudio tiene implicaciones importantes para la práctica, la formación y la investigación en salud adolescente, a saber: (1) la mirada a un público y temática que aún se encuentran desatendidos por las acciones de salud; (2) elementos que pueden vincularse a estrategias y programas para promover relaciones saludables y la prevención primaria de la VRP; (3) la necesidad de intervenciones tempranas con adolescentes debido a la presencia de normas sociales que conducen a la violencia, con enfoque en acciones que promuevan la equidad de género.

El proceso comprensivo-interpretativo de los datos permitió sumar avances científicos en el área de la salud del adolescente, ya que presenta hallazgos para la comprensión del fenómeno de la VRP, dando visibilidad a esta problemática y contribuyendo así a la prevención de la violencia en la pareja en la vida adulta. Se espera que, a pesar de la singularidad de los resultados, las categorías desarrolladas puedan, a partir de los elementos identificados, aportar conocimientos aplicables en otros contextos, a fin de posibilitar la implementación de iniciativas en la atención y el cuidado de los enfermeros para esta población.

Conclusión

Retomando nuestro objetivo inicial, este estudio nos permitió conocer las percepciones de los adolescentes con respecto a la VRP. Se reveló que las normas tradicionales de género aún ocupan un lugar significativo en la construcción de relaciones violentas en los adolescentes. Esta violencia se hace más visible en el noviazgo, cuando el compromiso y la exclusividad se ven como características principales, que autorizan la posesión y el control. Estos tipos de violencia están ocultos y se consideran necesarios para generar confianza. Los celos surgen como el principal detonante de la violencia y la tecnología aparece como recurso contemporáneo para reforzar la VRP entre los adolescentes.

Se recalca la originalidad y relevancia de este estudio porque participaron adolescentes más jóvenes que los que habitualmente participan en este tipo de investigaciones, que pertenecen a regiones de alta vulnerabilidad social y países en vías de desarrollo.

Es necesario que se realicen nuevos estudios sobre el tema para profundizar en la comprensión de la transmisión y confrontación de las normas de género entre niños y adolescentes. Además, las percepciones de la familia, la escuela y la comunidad sobre la VRP pueden aportar nuevos elementos para planificar acciones ecológicas para enfrentar el fenómeno.

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Editado por

Editora Asociada: Sueli Aparecida Frari Galera

Fechas de Publicación

• Publicación en esta colección
  08 Nov 2021
• Fecha del número
  2021

Histórico

• Recibido
  21 Mar 2021
• Acepto
  27 Jul 2021