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“A Chile pidas perdón”: Nicolás de Piérola en las caricaturas de El Ferrocarrilito durante la Guerra del Pacífico (1880-1881)

“Para o Chile peça perdão”: Nicolás de Piérola nas caricaturas do Ferrocarrilito durante a Guerra do Pacífico (1880-1881)

Resumen:

Entre los años 1880 y 1881, en pleno desarrollo de la Guerra del Pacífico (1879-1884), que enfrentó a Chile contra el Perú y Bolivia por los territorios salitreros de Antofagasta y Tarapacá, el periódico de sátira chileno El Ferrocarrilito ridiculizó en sus caricaturas y versos al mandatario peruano Nicolás de Piérola. Esas manifestaciones culturales son analizadas como la escenificación de las ideas que artistas y editores transmitieron al público consumidor de noticias en clave satírica, supeditadas discurso patriótico, nacionalista y belicista imperante en la sociedad chilena enfrentada al desafío bélico contra dos países al mismo tiempo. Así colaboraron en la creación y repetición de un imaginario y estereotipos respecto de los enemigos de Chile, en especial con los peruanos.

Palabras clave:
Guerra del Pacífico; Chile; Caricaturas

Resumo:

Entre os anos de 1880 e 1881, durante a Guerra do Pacífico (1879-1884), travada pelo Chile contra Peru e Bolívia pelos territórios de nitratos de Antofagasta e Tarapacá, o jornal de sátiras chileno El Ferrocarrilito, ridiculariza em caricaturas e versos o presidente peruano Nicolás de Piérola. Essas manifestações culturais são analisadas como a encenação das ideias que artistas e editores transmitiram ao público consumidor de notícias em uma chave satírica, sujeita ao discurso patriótico, nacionalista e belicista prevalecente na sociedade chilena que enfrenta o desafio de guerra contra dois países ao mesmo tempo. Assim, colaboraram na criação e repetição de um imaginário e estereótipos em relação aos inimigos do Chile, especialmente os peruanos.

Palavras-chave:
Guerra do Pacifico; Chile; Caricaturas

Introducción

La prensa y la opinión pública chilena a partir del estallido de las hostilidades en 1879 entre Chile y la alianza formada por el Perú y Bolivia, se movilizó en torno a informar y debatir de los sucesos derivados de la conducción política y militar de la campaña. Los periódicos, principal medio de comunicación y órgano de expresión de la opinión pública del siglo XIX, entendida como un fenómeno constitutivo de la sociedad liberal que a través de la acción de los medios de comunicación se construye un espacio de intercambio y discusión respecto de los temas relevantes para la conducción del Estado y los grupos políticos en pugna (Goldman, 2008GOLDMAN, Noemí. Legitimidad y deliberación: el concepto de opinión pública en Iberoamerica, 1750-1850. Jahrbuch für Geschichte Lateinamerikas, n. 45, p. 221-243, 2008.), informaron de las acciones a través de editoriales, notas, crónicas de corresponsales, documentos emanados de fuentes oficiales (oficios, partes de batalla, telegramas etc.) y testimonios personales de participantes y observadores las acciones militares. Fue en ese espacio donde se definió y se creó un “mapa cognitivo” respecto del conflicto en desarrollo, que guio a la población, además de discutir, criticar y aconsejar a los organismos y personeros del Estado a la cabeza del esfuerzo bélico (Mc Evoy, 2011MC EVOY, Carmen. La utopía republicana. Ideales y realidades en la formación de la cultura política peruana (1871-1919). Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 2017., p. 138-139). Aquello fue una de las repercusiones a nivel doméstico más importantes del desarrollo de la guerra.

A partir de allí, se articuló un discurso patriótico y nacionalista en torno a la superioridad, la justicia de la causa y el enaltecimiento de las virtudes combativas de los chilenos. Asociado a ello, se produjo la comparación y diferenciación con peruanos y bolivianos, definiendo de ese modo la unidad de la nación y la exaltación de los valores y las instituciones republicanas a partir de un conflicto militar externo, que tenía la singularidad de llevarse adelante contra dos países a la vez. De ese modo, convergieron el patriotismo popular y el nacionalismo estatal, con el objeto de integrar a los chilenos y consolidar la imagen del enemigo del cual se debía dar cuenta. En ese contexto, aparecieron múltiples expresiones artísticas (plásticas y literarias) en distintos formatos, que sustentaron la reproducción masiva de los imaginarios surgidos en Chile durante el conflicto (Donoso, Huidobro, 2015DONOSO, Carlos; HUIDOBRO, María. La patria en escena: el teatro chileno en la Guerra del Pacífico. Historia (Santiago de Chile). v. 48, n. I, p. 77-97, 2015., p. 78-80).

Una de las formas en que se materializó el imaginario guerrero chileno fueron las caricaturas publicadas en los periódicos de sátira que vieron la luz en las ciudades de Santiago y Valparaíso, a la sazón los dos centros poblados más importantes del país. Allí se expresó el sentir, ideas y esperanzas generando un relato alternativo, en clave crítica y humorística, que permitió que la población se informara del conflicto y de las acciones de los hombres públicos de la época (Ibarra, 2013IBARRA, Patricio. Veteranos y prensa satírica: desmovilizados e inválidos en los periódicos chilenos de caricaturas durante la Guerra del Pacífico (1879-1884). Universum (Talca). v. 28, n. 2, p. 59-81, 2013. , p. 60-62). Además, difamó las instituciones, cultura, población y actuar de las naciones aliadas (Rubilar, 2011RUBILAR, Mauricio. Escritos por chilenos, para los chilenos y contra los peruanos: la prensa y el periodismo durante la Guerra del Pacífico (1879-1883). In: DONOSO, Carlos; SERRANO, Gonzalo. Chile y la Guerra del Pacífico. Santiago: Centro de Estudios Bicentenario , 2011, p. 39-74., p. 72-74), creando de paso un estereotipo de peruanos y bolivianos transformándolos en un “otro”, desconocido, extraño y lejano el cual debía ser sometido y civilizado. Del mismo modo, esa identificación adquirió rasgos racistas en tanto el ascendiente indígena, afroamericano y asiático característico del bajo pueblo del Perú y Bolivia fue un aspecto central en la tipificación de la alteridad no chilena (Arellano, 2012ARELLANO, Juan. Discursos racistas en Chile y Perú durante la Guerra del Pacífico. Estudos Ibero-Americanos (Porto Alegre). v. 38, n. 2, p. 239-264, 2012, p. 258; 2014ARELLANO, Juan. La Guerra del Pacífico y el americanismo republicano en el discurso bélico peruano, História Unisinos (São Leopoldo). v. 18, n. 2, p. 392-402, 2014., p. 396; Mc Evoy, 2011MC EVOY, Carmen. Guerreros civilizadores. Política, sociedad y cultura en Chile durante la Guerra del Pacífico. Santiago: Ediciones Universidad Diego Portales, 2011., p. 24). La interpretación respecto de las acciones de los gobernantes y población general de los enemigos de Chile quedó sujeta a la exaltación de lo que era considerado como sus debilidades, la negación de sus virtudes y la comparación constante con los chilenos, tanto el plano individual y colectivo en áreas tales como el desarrollo institucional, cultura, compromiso patriótico, cualidades combativas, entre otras (Ibarra, 2016IBARRA, Patricio. Peruanos y bolivianos en la sátira chilena de la Guerra del Pacífico (1879-1884). Historia y Comunicación Social (Madrid). v. 21, n. 1, p. 75-95, 2016., p. 76). De ese modo, se caracterizó el colectivo precisando su propia identidad y la de los adversarios, desde una perspectiva simbólica creando una ideología a través de una serie repetida en el tiempo de signos y mitos emotivos, desde la plataforma de los medios de comunicación (Ruz, Galdames, Meza, 2019RUZ, Rodrigo; GALDAMES, Luis; MEZA, Michel. Magazines Zig-Zag: reportaje gráficos y alteridad en torno al indígena de la nueva frontera norte. Estudios Atacameños. (San Pedro de Atacama). n. 61, p. 135-153, 2019., p. 137). Esas expresiones fueron mediatizadas por la dinámica decimonónica del “consentimiento patriótico”, que alude a la existencia de una anuencia social mayoritaria implícita para legitimar e involucrarse en las hostilidades, asociada a una participación transversal en el esfuerzo bélico. Además, de la presencia de un “odio al enemigo” vinculado con la negación de los adversarios y, por último, del “espíritu de cruzada” en la cual los individuos y la sociedad se hacen parte de una lucha por el Derecho y la Civilización (Rousseau, 2014ROUSSEAU, Frédéric. Repensar la Gran Guerra (1914-1918). Historia, testimonios y ciencias sociales. Historia Social (Valencia). n. 78, p. 135-153, 2014., p.138-139).

En ese sentido, la Sociedad Civil, entendida como las diversas organizaciones creadas con el objeto de defender determinados intereses específicos, caracterizadas por no formar parte del Estado, ser autónomas en sus decisiones, de membresía voluntarias y no lucrativas (Salamon, 1999SALAMON, Lester. La Sociedad Civil en una perspectiva comparativa. In: SALAMON, Lester et al. La Sociedad Civil global. Las dimensiones del sector no lucrativo. Bilbao: Fundación BBVA, 1999, p. 19-63., p. 19-20), también fue parte del sentimiento belicista extendido en el frente interno. Se articuló en torno a asociaciones, con o sin voz en la Opinión Pública, muchas de ellas al alero de la Iglesia Católica, pese a su unión formal con el Estado chileno durante la época (Serrano, 2008SERRANO, Sol. ¿Qué hacer con Dios en la República? Política y secularización en Chile (1845-1885). Santiago: Fondo de Cultura Económica, 2008., p. 143-174), cuyas prácticas asociativas facilitaron y canalizaron el apoyo material a las actividades de guerra a nivel local (erogaciones para la compra o confección de uniformes, apoyo a las familias de los caídos en combate, entre otras) (Rubilar, 2015RUBILAR, Mauricio. Prensa e imaginario nacional: la misión social de los actores subalternos regionales durante la Guerra del Pacífico. Diálogo Andino (Tarapacá). n. 48, p. 41-53, 2015. , p.45); pero también legitimaron la causa nacional a través de la retórica, escrita y en manifestaciones públicas (Mc Evoy, 2010MC EVOY, Carmen. Armas de persuación masiva. Retórica y ritual en la Guerra del Pacífico. Santiago: Centro de Estudios Bicentenario, 2010.).

Durante los años de la Guerra del Pacífico (1879-1884), en Chile circularon varios diarios dedicados a la sátira y las caricaturas. En Santiago lo hicieron El Fígaro (1879), El Barbero (1879), El Ferrocarrilito (1880-1881), El Corvo (1881), El Curioso Ilustrado (1881), José Peluca (1884), Diógenes (1884) y El Padre Padilla (1884), con periodicidad y numero de ediciones diversos. También apareció El Nuevo Ferrocarril (1879-1881), el cual en algunas de sus portadas incluyó caricaturas, así como también retratos de personajes notables relacionados el conflicto, militares en su mayoría, e ilustraciones con alegorías patrióticas. En Valparaíso salió El Diablo (1881) (Donoso, 1950DONOSO, Ricardo. La sátira política en Chile. Santiago: Imprenta Universitaria, 1950., p. 194-195; Briseño, 1987BRISEÑO, Ramón. Cuadro sinóptico periodístico completo de los diarios y periódicos en Chile publicados desde 1812 hasta el año de 1884. 1. ed. 1885. Redición computarizada en nuevas tablas y con gráficos agregados por MARTÍNEZ, Gulillermo; COLLE, Raymond. Santiago: Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Letras, 1987., p. 19-22). En sus ediciones, se refirieron a diversos aspectos relacionados con el conflicto: las victorias chilenas, la representación negativa de peruanos y bolivianos, los problemas de los veteranos, entre otras materias. Hasta cierto punto, las imágenes allí publicadas permitieron recrear las alternativas de la guerra más allá de las crónicas escritas de los corresponsales y la reproducción de otros documentos, en ausencia de periódicos ilustrados de noticias como los que a la sazón existían en Estados Unidos y Europa. En ese contexto, cabe señalar que la existencia de ese tipo de prensa en las sociedades modernas se transformó en una forma importante de expresión y propaganda política, en términos de la multiplicidad de mensajes posibles de transmitir siguiendo diferentes coordenadas interpretativas de la realidad contemporánea, en especial en tiempos de guerra (Lively, 1942LIVELY, James. Propaganda techniques of civil war cartoonist. Public Opinion Quarterly (Washington, DC). v. 6, n. 1, p. 99-106 1942. ).

Gracias a las peculiaridades del lenguaje de la sátira escrita y visual, donde el caricaturista capta y traza las características físicas y psicológicas de cada personaje retratado (Morales, Samper, 2017MORALES, Efraín; SAMPER, Josefa. Abordaje discursivo de una caricatura política. Amauta (Lima). n. 30, p.71-83, 2017., p. 72), las publicaciones humorísticas presentaron una caracterización más caustica y despectiva de los adversarios de Chile que en la prensa de noticias, la cual se materializó en editoriales, artículos, versos y, especialmente, en grabados. Con todo, la temática asociada a guerra no acaparó sus ediciones. Hubo caricaturas y escritos que se hicieron cargo de las luchas partidistas de la época, así fuera la intervención electoral, la elección presidencial de 1881, el proceso de secularización del Estado, entre otros (Ibarra, 2013IBARRA, Patricio. Veteranos y prensa satírica: desmovilizados e inválidos en los periódicos chilenos de caricaturas durante la Guerra del Pacífico (1879-1884). Universum (Talca). v. 28, n. 2, p. 59-81, 2013. , p. 63). Cabe señalar que la prensa chilena en su conjunto tomó partido y opción ideológica al debatir respecto de los temas de interés público, señalando un punto de vista y reivindicaciones particulares. Por lo tanto, no perseguía el prurito de la imparcialidad al presentar los hechos (Ossandon, 1998,OSSANDON, Carlos. El crepúsculo de los sabios y la irrupción de los publicistas. Santiago: LOM , 1998. p. 26-27), pues el ejercicio periodístico también se entendía como una forma de acción política (Carvajal; Véliz, 2017CARVAJAL, Carolina; VÉLIZ, Claudio. Asedios de la prensa de barricada y la prensa satírica en el Chile del siglo XIX. Dixit [En línea]. n. 27, p. 60-73, 2017., p. 62).

El periódico que utilizó profusamente recurso de la ridiculización de los aliados Perú - bolivianos fue El Ferrocarrilito, sometiéndolo al acoso burlesco por parte de sus dibujantes, escritores y editores, con mayor énfasis que el realizado respecto de la clase política chilena contemporánea (Salinas, 2006SALINAS, Maximiliano. Y no se ríen de este leso porque es dueño de millones!: El asedio cómico y popular de Juan Rafael Allende a la burguesía chilena del siglo XIX. Historia (Santiago de Chile). n. 39, p. 231-262, 2006., p. 235-236). Su blanco favorito fue Nicolás de Piérola, mandatario de facto del Perú desde diciembre de 1879, tras huida de Mariano Ignacio Prado a Europa hasta la entrada de las tropas chilenas a Lima en enero de 1881 (Chaupis, 2007CHAUPIS, José. La utopía esperanzadora de Nicolás de Piérola: Estatuto provisorio de 1879. In: CHAUPIS, José; ROSARIO, Emilio. La Guerra del Pacífico Aportes para repensar su historia. Lima: Editorial Línea Andina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2007, p. 103-151., p. 105). Piérola instauró la dictadura y articuló en torno a él un gobierno que a partir de un discurso grandilocuente y utópico, e intentó enmascarar la compleja realidad de un país invadido por Chile y sin opciones de ganar la guerra (Mc Evoy, 2017MC EVOY, Carmen. La utopía republicana. Ideales y realidades en la formación de la cultura política peruana (1871-1919). Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 2017., p. 211).

En las páginas que vienen a continuación, se expondrán diez de los catorce grabados publicados en el periódico El Ferrocarrilito, dedicados a caracterizar y burlarse de Piérola los cuales vieron la luz entre los meses de abril y octubre de 1880, estableciéndose así una serie de documentos dedicados a una temática específica, en un medio en particular y en espacio de tiempo determinado, el cual abarca las expediciones de los chilenos sobre la provincia peruana de Moquegua, conocida como de Tacna y Arica (marzo a junio de 1880), y los prolegómenos de la excursión que terminaría con la ocupación chilena de Lima tras las grandes batallas de San Juan, Chorrillos y Miraflores (diciembre de 1880 a enero de 1881). Se optó por los dibujos analizados en las páginas siguientes, al ser los más representativos de la causticidad del medio para con el mandatario, habiendo sido extraídos de los ejemplares disponibles en la Biblioteca Nacional de Chile. Por último, cabe señalar que entre abril de 1880 y enero de 1881, el medio publicó al menos 45 grabados dedicados directa o indirectamente a temáticas asociadas al conflicto con Perú y Bolivia. De ese modo, casi un tercio de esos registros gráficos fueron dirigidos a denostar a Piérola.

En esas caricaturas y en los versos que les acompañaron, el gobernante peruano fue objeto de críticas y sometido a la ridiculización, a partir del desarrollo de la campaña militar que favoreció a las armas chilenas y de algunas medidas que implementó en su país. Así, se materializó en Piérola la malquerencia y desprecio de los chilenos hacia sus enemigos, y de los peruanos, en particular durante la Guerra del Pacífico. El acoso satírico y ridiculización de parte de El Ferrocarrilito al mandatario peruano se articuló en torno a tres ejes: Primero al caracterizarlo como cobarde y desleal. Luego como un gobernante de facto inoperante y alejado de las prácticas republicano-liberales decimonónicas. Finalmente, se señaló su abatimiento ante la adversidad que enfrentó merced a la superioridad de los chilenos.

De esa manera, las caricaturas dedicadas a temáticas asociadas a la Guerra del Pacífico en general y a la burla de Piérola en particular son una expresión plástica externa a ella, que colocó en la conciencia de quienes las observaron enunciados preformativos creados por los editores y dibujantes de los medios que las publicaron, influenciados por el ambiente bélico imperante (Gimate-Welsh, 2011GIMATE-WELSH, Adrián. La representación de la caricatura política: la pugna Madrazo-Gordillo en el PRI. Revista LIS - Letra Imagen Sonido (Buenos Aires).v. III-IV, n. 6-7, p. 57-70, 2011., p. 64-65). En ese sentido, los grabados son la escenificación de las ideas que el artista y el medio intentan transmitir, quedando al servicio de su propio propósito discursivo (Morales, Samper, 2017MORALES, Efraín; SAMPER, Josefa. Abordaje discursivo de una caricatura política. Amauta (Lima). n. 30, p.71-83, 2017., p. 80-81). En torno a esas y otras manifestaciones, se articuló y unificó un discurso patriótico-nacionalista que fortaleció la ligazón de la sociedad chilena en torno al esfuerzo desplegado durante los años de conflicto. Asimismo, permitió atraer a sus lectores mediante las imágenes y escritos humorísticos publicados en medios de trinchera, con el objeto de asegurar su subsistencia económica y continuidad en el tiempo. Así, se convirtieron participantes activos del debate público de la época, colaborando con la construcción de una importante institución liberal-republicana decimonónica, vinculada con la autonomía de emitir opiniones en el marco del ejercicio de las libertades individuales y la disputa de la hegemonía del poder político, principios que en Chile fueron respetados durante el desarrollo de un contencioso externo contra dos enemigos al unísono (Ibarra, 2014IBARRA, Patricio. Liberalismo y prensa: Leyes de imprenta en el Chile decimonónico (1812-1872). Revista de Estudios Histórico-Jurídicos (Valparaíso). n. 36, p. 293-313, 2014.).

El Ferrocarrilito, la Guerra del Pacífico y Nicolás de Piérola

El Ferrocarrilito, cuya primera edición apareció en las calles de Santiago el 7 de marzo de 1880 durante los prolegómenos de la campaña a Tacna y Arica, era tributario de una tradición de sátira política que se remontaba desde 1858 con el Correo Literario, considerado como el primer periódico de humor de contingencia chileno. Redactado por José Antonio Torres e ilustrado por Antonio Smith y Benito Basterrica, se convirtió en una “herramienta de crítica mordaz contra la vaciedad, la petulancia y la venalidad de los hombres públicos” (Donoso, 1950DONOSO, Ricardo. La sátira política en Chile. Santiago: Imprenta Universitaria, 1950., p. 46). En los años y décadas posteriores, circularon otras publicaciones que atrincherados en la burla se abanderizaron a favor o en contra de personas, instituciones o ideologías, a la usanza de sus símiles europeos y estadounidenses. Asimismo, suscribió los ideales y valores de la modernidad política decimonónica, la cual se expresó en el liberalismo republicano, que integró progresivamente al pueblo visibilizándolo, apropiándose de su vocería y haciendo suyas sus reivindicaciones al igual que otros medios de la prensa contemporánea inspirada por el “Movimiento cultural de 1842” (Grez, 2007GREZ, Sergio. De la “regeneración del pueblo” a la huelga general. Génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890). Santiago: RIL Editores, 2007., p. 299-304), persiguiendo, entre otros objetivos, el prurito de la construcción de un “Republicanismo popular” (Castillo, Fernández, 2017CASTILLO, Vasco; FERNÁNDEZ, Camilo. Republicanismo popular. Escritos de Santiago Ramos, “El Quebradino”. Santiago: LOM, 2017., p. 11-63). Promediando la década de 1870 y con especial énfasis la de 1880, con la madurez de los editores y de su estilo humorístico, en imágenes y escritos criticaron sin tapujos ni remilgos a personajes de la política contingente y las instituciones del Estado (Zaldívar, 2004ZALDÍVAR, T. “El papel de los monos”. Breve crónica de un tercio de siglo de prensa de caricatura 1858-1891. In: SOTO, A. Entre tintas y plumas. Historias de la prensa chilena del Siglo XIX. Santiago: Universidad de los Andes, 2004, p. 139-178., p. 139-187; Cornejo, 2006CORNEJO, Tomás. La injuria en imágenes: el vilipendiado honor de los hombres públicos en la prensa satírica (1860-1900). Nuevo Mundo Mundos Nuevoa, [En línea] 2006. Disponible en: Disponible en: http://nuevomundo.revues.org/2815 . Consultado en: 23 enero 2014.
http://nuevomundo.revues.org/2815...
, p. 7-8; Salinas, 2006SALINAS, Maximiliano. Y no se ríen de este leso porque es dueño de millones!: El asedio cómico y popular de Juan Rafael Allende a la burguesía chilena del siglo XIX. Historia (Santiago de Chile). n. 39, p. 231-262, 2006., p. 235).

En El Ferrocarrilito participó como editor Juan Rafael Allende, quien se transformó en un referente de la literatura satírica de fines del siglo XIX y comienzos del XX. Su obra, que mezcló dibujos y la poesía, representó a la cultura cómica popular chilena. Al igual que los rotativos “serios” su modelo fueron los medios escritos extranjeros de aquel tiempo, a los cuales se tenía acceso a través de los barcos mercantes que recalaban en Valparaíso. Según los estudiosos de su obra, el estilo de Allende se encontraba a medio camino entre la cultura oficial, afrancesada, en especial durante la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX, muy difundida entre la aristocracia y los incipientes grupos medios, mezcladas con las formas de expresión características del bajo pueblo las cuales provenían de la tradición hispano-criolla heredada de los siglos coloniales (Salinas et al., 2011SALINAS, Maximiliano et. al. El que ríe último… caricaturas y poesías en la prensa humorística chilena del siglo XIX. Santiago: Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2011., p. 55).

Allende transgredió muchos de los cánones establecidos en la época, tanto políticos como morales, yendo más allá de lo permitido incluso para la prensa de humor. A la par con su anticlericalismo, también insinuó el humor gráfico con tintes eróticos en El Padre Cobos y El Padre Padilla. El cuestionamiento a la Iglesia Católica y al proceder de la curia se enmarca en el proceso de laicización del Estado que iba de la mano entre el debate entre la filosofía, la ciencia y la religión, característico de las últimas décadas del siglo XIX tanto en Chile como en el resto de Latinoamérica (Carvajal; Véliz, 2017CARVAJAL, Carolina; VÉLIZ, Claudio. Asedios de la prensa de barricada y la prensa satírica en el Chile del siglo XIX. Dixit [En línea]. n. 27, p. 60-73, 2017., p. 63).

Allende inició su carrera a fines de la década de 1860, a la par de otros destacados editores y publicistas como Rómulo Mandioca y Zorobabel Rodríguez. Colaboró en los diarios La Libertad, La República y Los Tiempos. Durante la Guerra del Pacífico, aparte de la participación en los periódicos donde trabajó directamente, escribió en El Pequén, rotativo de gran circulación entre las tropas del ejército chileno. Primero opositor y luego ferviente defensor del gobierno de José Manuel Balmaceda, fue encarcelado por los Congresistas tras el estallido de la Guerra Civil de 1891, para luego autoexiliarse en Argentina. De vuelta en Chile, continuó trabajando en la prensa satírica hasta el 20 de julio de 1909, fecha de su fallecimiento (Figueroa, 1925FIGUEROA, Virgilio. Diccionario histórico y biográfico de Chile, tomo I. Santiago: Imprenta y Litografía “La Ilustración”, 1925. , p. 446-449).

Allende participó en tres periódicos satíricos en tiempos de la guerra. El Ferrocarrilito (1880-1881), respecto del cual se profundizará en las líneas siguientes. Luego en El Padre Cobos (3ª y 4ª Época, 1881-1883 y 1883-1885, respectivamente), fundado junto con Buenaventura Moran quien fue un reputado editor de medios asociados a la defensa del artesanado de fines del siglo XIX. Este medio mezcló la visión chauvinista a propósito de las victorias de las armas chilenas, las negociaciones de paz y la ocupación de Lima (enero de 1881 a octubre de 1883). Además presentó una crítica ácida contra la gestión del presidente Domingo Santa María respecto de la suerte de los veteranos de la guerra. Finalmente, en El Padre Padilla (1884) el énfasis fue colocado en las penurias sufridas por los soldados a su vuelta en Chile, estuvieran éstos sanos, heridos o mutilados. En ellos contó con la colaboración de los dibujantes Luis Fernando Rojas y Benito Bastérrica (Salinas et al., 2011SALINAS, Maximiliano et. al. El que ríe último… caricaturas y poesías en la prensa humorística chilena del siglo XIX. Santiago: Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2011., p. 61).

El Ferrocarrilito fue editado en Santiago por la Imprenta de Los Tiempos y alcanzó 310 números, constituyéndose así en uno de los más importantes rotativos de caricaturas de la Guerra del Pacífico (Donoso, 1950DONOSO, Ricardo. La sátira política en Chile. Santiago: Imprenta Universitaria, 1950.; Briseño, 1987BRISEÑO, Ramón. Cuadro sinóptico periodístico completo de los diarios y periódicos en Chile publicados desde 1812 hasta el año de 1884. 1. ed. 1885. Redición computarizada en nuevas tablas y con gráficos agregados por MARTÍNEZ, Gulillermo; COLLE, Raymond. Santiago: Pontificia Universidad Católica de Chile, Facultad de Letras, 1987.). Su tiraje llegó a los 11 mil ejemplares en 1881 (Cornejo, 2018CORNEJO, Tomás. “Diarios chicos” y “Diarios grandes”: la crítica visión de la prensa chilena según los periódicos satíricos, 1880-1910, História Unisinos (São Leopoldo). v. 22, n. 3, p. 429-441, 2018., p. 430). Tuvo una segunda época entre 1885 y 1888. Se sabe que la obra de sátira de Allende tuvo una repercusión importante en la sociedad contemporánea, en tanto sus grabados eran exhibidos en hoteles, restaurantes y emporios de alta concurrencia (Palma, Donoso, 2002PALMA, Daniel; DONOSO, Mariana. Letras pililas en la prensa chilena (1875-1898). Contribuciones Científicas y Tecnológicas (Santiago de Chile). n. 130, p. 133-157, 2002., p.138). El primer número circuló el 7 de marzo de 1880, durante los prolegómenos de la campaña a Tacna y Arica (marzo-junio de 1880) hasta su última edición del 19 de enero de 1881, cuatro días después de la batalla de Miraflores (Campaña de Lima, noviembre 1880-enero 1881) que implicó la entrada de las tropas chilenas a la capital del Perú. Todos sus grabados fueron incluidos en la portada del periódico. Se identificó por su crítica mordaz contra la clase política contemporánea, característica primordial de los denominados “diarios chicos” que con un lenguaje y estética subversiva, se opusieron e interpelaron continuamente al modelo de orden y pulcritud de los “diarios grandes” tales como El Ferrocarril, El Mercurio, El Estandarte Católico, El Heraldo, El Independiente, entre otros (Cornejo, 2018CORNEJO, Tomás. “Diarios chicos” y “Diarios grandes”: la crítica visión de la prensa chilena según los periódicos satíricos, 1880-1910, História Unisinos (São Leopoldo). v. 22, n. 3, p. 429-441, 2018., p. 430, 440).

De sus escritos, versos e imágenes se desprende su cercanía con el liberalismo decimonónico, es decir, la defensa y expansión de los derechos individuales con un énfasis hacia el mundo popular, desde una perspectiva mordaz y desconfiada del actuar de los hombres públicos, con un marcado de hincapié en la defensa de la libertad electoral materializada en la denuncia de la intervención del gobierno de Aníbal Pinto con miras a los comicios presidenciales de 1881. En paralelo, manifestó preocupación por la suerte de los grupos medios y bajos de la sociedad, por cuanto no miraba con buenos ojos el proceder de la clase política, banqueros y especuladores. En efecto, en mayo de 1880 aseguró que: “Esos señores políticos son incorregibles; se aprovechan de todo para hacer prevalecer sus planes, y son capaces de echar a un cuerno a su madre que los llevó en su vientre con tal de solucionar situaciones que harían mejor quedándose en las sombras” (El Ferrocarrilito, 24/05/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).). También se distanció del Partido Radical, existente desde 1863 como una de las variantes del progresismo contemporáneo, vinculado con la exigencia de reformas de fondo al sistema político, señalado como autoritario y centralista cuya expresión material era la Constitución de 1833, y al anticlericalismo (Jaksic, Serrano, 2010JAKSIC, Iván; SERRANO, Sol. La ruta del liberalismo chileno en el siglo XIX. Estudios Públicos (Santiago de Chile). n. 118, p. 69-105, 2010. ). Este grupo fue denominado por El Ferrocarrilito como “Los Rojos” y, además, se burló del periódico El Heraldo que era su medio de propaganda (El Ferrocarrilito, 31/07/1880 El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).y 18/08/1880).

Respecto de la guerra, presentó un discurso nacionalista y belicista exacerbado en el cual resaltó la imagen de los combatientes chilenos provenientes del bajo pueblo, los rotos, que tuvo una doble función. Primero, al contraponerlo simbólicamente con las tropas aliadas, subrayando su superioridad. En segundo lugar, al sublimar la participación en batalla de los soldados rasos comunes y corrientes quienes, según el periódico, eran el principal bastión de las victorias obtenidas. En ese contexto, celebró las victorias y exigió que el triunfo definitivo de Chile fuera por las armas. Inmediatamente terminada la campaña de Tacna y Arica, con la toma de esta última ciudad fue partidario de iniciar a la brevedad posible la incursión sobre Lima (El Ferrocarrilito, 20/06/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).). Asimismo, los reveses sufridos por el Ejército y la Armada, los atribuyó a defectos, desórdenes e ineptitudes del gobierno y de los altos mandos castrenses. Un ejemplo de ello ocurrió al saberse en Chile del hundimiento del Loa, a la cuadra del puerto peruano de Chancay, luego que la tripulación recogiera una pequeña barca cargada con explosivos (03/07/1880), pues responsabilizó a las autoridades de La Moneda de la pérdida del buque, más que a la irresponsabilidad del comandante Guillermo Peña que permitió se realizara la operación de izamiento de la balandra (El Ferrocarrilito, 18/08/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).). Hasta cierto punto, El Ferrocarrilito definió su línea editorial en torno a la cobertura del conflicto de 1879, transformándose en un medio al servicio de la guerra mediática a favor de la causa chilena, en tanto se sirvió de las alternativas de los encuentros armados, las negociaciones diplomáticas y de sus efectos en la política interna (Williams, 2013WILLIAMS, C. ‘Our war history in cartoons in unique’. J. M. Staniforth, British Public Opinion, and the South African War, 1899-1902. War in History. v. 20, n. 4, p. 491-525, 2013. , p.494).

Entre sus secciones regulares destacaron dos, aparte de la caricatura de portada y el verso usualmente le acompañaba. Una denominada “Retratos a pluma”, en la cual realizaba un bosquejo de un personaje de la contingencia y su actuación pública, ensalzándola o vituperándola según su criterio. Pasaron por allí Benjamín Vicuña Mackenna, Ignacio Domeyko, Luis Aldunate, Manuel Blanco Cuartín, Manuel Baquedano, Francisco Barceló, Emilio Sotomayor, entre otros. La segunda era “Flores Chilenas”, donde se elogió a mujeres de la alta sociedad. Los textos publicados eran firmados con seudónimos tales como “Redactor No. 1, 2, 3, 4 ó 5”. También bajo el nombre de “Doctor Ortiga”, “Tucuquere”, “Ají”, entre otros.

En las caricaturas dedicadas a Piérola, su figura fue utilizada para fustigar satíricamente al Perú y su población, materializando en él parte de la malquerencia hacia ese país. En efecto, el Dictador se convirtió en objetivo de las mofas de la prensa periódica chilena durante el conflicto. Los diarios de noticias y de sátira le individualizaron como un personaje grotesco y estrafalario. Por ejemplo, luego de la toma de Arica (07/06/1880), la editorial de Los Tiempos de Santiago del 9 de junio de 1880 lo denominó como un hombre que se “consagra emperador sin victorias y sin imperio” (Boletín de la Guerra del Pacífico, 1979Boletín de la Guerra del Pacífico. Santiago: Editorial Andrés Bello, 1979., p.672). Asimismo, La Patria de Valparaíso del 21 de abril de 1881, encontrándose las tropas chilenas ocupando Lima, denominó al gobierno encabezado en el interior del Perú como “el entretenimiento de Don Nicolás I y su corte de Jauja”. Como se puede observar, en ambos documentos Piérola fue representando como un déspota autocrático con pretensiones grandilocuentes, y por ende, alejado de las formas institucionales y austeridad republicanas propias de la modernidad política decimonónica, las cuales los editores de los medios entendían que en Chile se respetaban. Del mismo modo, en El Padre Cobos entre 1881 y 1882, se incluyó al mandatario peruano en algunos grabados aunque sin desplegar la virulencia mostrada en El Ferrocarrilito, presumiblemente pues en ese momento su influencia había decaído en el devenir de la política peruana a favor de Francisco García Calderón, presidente del gobierno de La Magdalena, o del general Miguel Iglesias, con quien los chilenos negociaron el fin de las hostilidades con el Perú materializado en el tratado de Ancón de octubre de 1882 (El Padre Cobos, 04/08/1881El Padre Cobos(Santiago, 1881-1882)., 13/08/1881, 21/01/1882 y 14/12/1882).

Imagen 1
“Piérola decretando a dos manos”. El Ferrocarrilito, 25/04/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880)..

El primer grabado de El Ferrocarrilito dedicado a burlarse de Piérola fue publicado el 25 de abril de 1880, mientras las tropas chilenas incursionaban en Moquegua en pleno desarrollo de la campaña de Tacna y Arica (marzo-junio de 1880) (Imagen 1). En la escena, intitulada “Piérola decretando a dos manos”, el mandatario es retratado de pie, semidesnudo ataviado solo con un camisón, firmando a toda prisa un número indeterminado de documentos. El verso que acompaña el grabado, escrito por el “Redactor núm. 4”, afirma que Piérola no será quién salve al Perú en la guerra en curso e insinúa que está al frente de su país sólo con el objeto de enriquecerse; de allí su actividad frenética:

Ese que ves en camisa Escribir con ambas manos Decretos a toda prisa Es de los cholos peruanos El salvador… ¡guai que risa! Que es dictador él lo jura Porque dicta mil decretos; ¿Seguirá su dictadura Cuando tenga ya repletos Los bolsillos?... ¡que lisura!” (El Ferrocarrilito, 25/04/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).).

Imagen 2
“Piérola i su gran libro de la Patria”. El Ferrocarrilito, 16/06/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880)..

El 16 de junio de 1880, la portada de El Ferrocarrilito fue ilustrada con una nueva caricatura dedicada al Dictador, publicada tras la ocupación por el ejército chileno de la provincia de Moquegua, luego de las batallas de Tacna (Alto de la Alianza, 26/06/1880) y de Arica (07/06/1880) (Imagen 2). En el dibujo, Piérola porta una corona y ataviado con una toga, aludiendo a la idea de una pretendida realeza, escribe con una pluma en el “Gran libro de la Patria” peruano, parodiando la creación del “Gran Libro de la República” institución erigida el 25 de mayo de 1880 con el objeto de cohesionar a la población y legitimar al régimen a través de la exaltación de los valores y figuras patrióticas (Chaupis, 2007CHAUPIS, José. La utopía esperanzadora de Nicolás de Piérola: Estatuto provisorio de 1879. In: CHAUPIS, José; ROSARIO, Emilio. La Guerra del Pacífico Aportes para repensar su historia. Lima: Editorial Línea Andina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2007, p. 103-151., p. 131). En sus páginas se lee Tacna y Arica, en alusión a los territorios recientemente perdidos por el Perú. En la acción, Piérola se apronta a anotar también a Lima. Así, el periódico adelanta que la próxima campaña se realizará sobre la “Ciudad de los Reyes”, la cual asume por anticipado que significará una nueva victoria chilena. El verso que acompaña el grabado, escrito por el “Espíritu del Redactor núm. 50”, señala:

El libro santo de la patria abriendo Me apronté muchos nombres a ins [cribir Después de la inepcia de mi pueblo [viendo Debí dejar en blanco; i no com [prendo Por qué después de Arica puse: [LIM… (El Ferrocarrilito, 16/06/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).).

Imagen 3
“Piérola, protector de indios”. El Ferrocarrilito, 22/05/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880)..

El 22 de mayo de 1880 Piérola expidió un decreto por el cual se declaró el “Protector de la raza indígena”, asegurando que todos aquellos que sufrieran de atropellos e injusticias, tenían el derecho de “apelar directamente a mí, de palabra o por escrito” (Caivano, v. I, 1979CAIVANO, Tomás. Historia de la Guerra de América entre Chile, Perú y Bolivia. Lima: Publicaciones del Museo Naval, Biblioteca del Oficial, 1979. , p. 318-319). Una vez conocida la noticia en Chile, El Ferrocarrilito hizo burla de la situación publicando una caricatura en la cual Piérola aparece coronado y vistiendo una toga, al igual que en el grabado que vio la luz el 16 de junio, dando de comer a un grupo de nativos que se encuentran inclinados ante él (Imagen 3). Escrito por el “Redactor núm. 19”, un fragmento del verso que acompaña la imagen, recrea el monólogo del gobernante dirigido a quechuas y aymarás señalándoles que pese a ser su protector, deberán contentarse con comer ratas a falta de sebiche y que pronto tendrán que enfrentar a los chilenos en batalla exhortándoles a derrotarlos y alimentarse con ellos:

A aquellos indios jetones Les sopla el siguiente espiche: Esforzados infanzones, Ya que se les acabó el sebiche, Conténtense con ratones. La patria en peligro se halla… Para comer carne buena, Teneis que ir a la batalla; I entonces, noble canalla, Comereis carne chilena (El Ferrocarrilito, 20/06/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).).

Imagen 4
“Piérola, a pesar de sus proclamas, haciéndole la cruz a la muerte que va a llevárselo”. El Ferrocarrilito, 30/06/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880)..

El 30 de junio de 1880, El Ferrocarrilito publicó un grabado donde muestra a Nicolás de Piérola acosado por la muerte, representada por tres calaveras ataviadas como mujeres. La primera de ellas le extiende los brazos al mandatario, mientras éste caracterizado como monarca al igual que en imágenes anteriores, les enseña un crucifijo intentando espantarles (Imagen 4). La leyenda de la caricatura “Piérola, a pesar de sus proclamas, haciéndole la cruz a la muerte que va a llevárselo” y el verso que la acompaña, alude a que el Dictador logró zafar de la situación merced a sus múltiples ruegos. Sin embargo, la muerte le advierte que volverá y solo le quedará pedir perdón a los chilenos para redimirse. Obra del “Redactor núm. 2” un fragmento de la poesía dice:

Por que la muerte furiosa. Aunque él se muestra tan tierno, Quiere llevarlo al Averno I no que vaya a la fosa. I tanto suplica i reza, I tanto la oreja estira Que la muerte se retira Diciéndole con fiereza: Volverá en otra ocasión, Por última vez indino; Solo te queda un camino: Que a Chile pidas perdón. (El Ferrocarrilito, 30/06/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).).

Imagen 5
“Piérola buscando oro en las muelas picadas de los curas como objeto innecesario para el culto”. ElFerrocarrilito, 22/07/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880)..

A fines de junio de 1880, Piérola dispuso que parte de los bienes de la Iglesia Católica debían ser cedidos al Estado en forma de préstamo, para financiar parte de los gastos de la guerra. Además, con el mismo fin, de manera arbitraria dispuso de los bienes dejados en testamento a las ciudades de Lima y Arequipa por el Arzobispo José Sebastián de Goyeneche tras su muerte (Chaupis, 2007CHAUPIS, José. La utopía esperanzadora de Nicolás de Piérola: Estatuto provisorio de 1879. In: CHAUPIS, José; ROSARIO, Emilio. La Guerra del Pacífico Aportes para repensar su historia. Lima: Editorial Línea Andina, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 2007, p. 103-151., p. 122-124; Ahumada, III, 1885AHUMADA, Pascual. Guerra del Pacífico. Recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a la luz la prensa de Chile, Perú i Bolivia. Conteniendo documentos de importancia. 8 vols. Valparaíso: Imprenta i Lib. Americana de Federico T. Lathrop, 1885., p. 322). Burlándose de la primera de las medidas señaladas, El Ferrocarrilito en su edición del 22 de julio de 1880 satirizó acerca del mal estado de las finanzas peruanas y la decisión tomada. De ese modo, ilustró las manos de Piérola hurgueteando en la boca de un sacerdote intentando conseguir alguna tapadura de oro, considerándolas innecesarias para el culto, con la cual podría costear el esfuerzo de la confrontación contra Chile (Imagen 5). El dibujo fue publicado el 22 de julio de 1880. Un fragmento de verso que lo acompaña, obra del Redactor núm. 4, señala:

A tal extremo ha llegado El afán de juntar plata Que Piérola se desata Cual nadie se ha desatado Un presbítero llegó A ofrecer su vestimenta; Pero era ella tan mugrienta, Que nadie la aceptó. I por salvar el decoro Piérola a un cura llamó Que los dientes se tapó Con particulillas de oro. ¡Ai! Cómo lo dejaron Al pobre fraile Pezuelas! Por buscar oro en las muelas Toditas se las sacaron. (El Ferrocarrilito, 22/07/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).).

Imagen 6
“Piérola i la provincia de Lima”. El Ferrocarrilito, 23/07/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880)..

Al día siguiente, 23 de julio de 1880, El Ferrocarrilito publicó otra caricatura dedicada a burlarse de la situación económica del Perú y de las medidas implementadas por Piérola para intentar enfrentar las complicaciones presupuestarias producto de la guerra (Imagen 6). En la imagen, muestra al gobernante arrinconando por la fuerza contra la pared a una mujer, que representa a la provincia de Lima, para arrebatarle el crucifijo que porta en su mano derecha. El “Redactor núm. 4”, escribió un verso el cual recrea el diálogo donde Piérola le exige a la Provincia de Lima, exhausta por los esfuerzos que ha hecho durante el conflicto en curso, que le entregue la cruz para obtener dinero y huir. Un fragmento dice:

La provincia de Lima Casi desnuda me vais, Pobre, vencida, humillada, ¿I aun compasión no’os inspiro Déspota cruel i sin alma? Solo me queda la cruz ¿I hasta la cruz venerada Quereis saciar, mandon torpel Vuestra ased i vuestra rabia? Piérola ¡Venga esa cruz, que es de plata! Necesito irme i no tengo Sino billete asqueroso Con al nadie le pago. Así dijo el dictador I las entrañas a Lima Quiere arrancar inclemente Junto con la cruz divina (El Ferrocarrilito, 01/08/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880)..

Imagen 7
“El cuico Jaimes i Piérola”. El Ferrocarrilito, 01/08/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880)..

La portada de El Ferrocarrilito del 1º de agosto de 1880, incluyó un grabado que bromea con el interés de parte de Piérola con Carolina Freyre, connotada escritora y publicista peruana que dio a la luz numerosas columnas en el diario limeño La Patria antes y durante el enfrentamiento con Chile (Escala, 2015ESCALA, María. El Ángel del Hogar y el Ángel de la Guerra. El discurso patriótico maternal de Carolina Freyre de Jaimes y su afirmación nacionalista desde el diario La Patria, ad portas de la Ocupación de Lima (1844-1880). Tesis (Licenciatura en Historia), Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2015.). Además, era la esposa del boliviano Julio Lucas Jaimes, también ensayista y cronista que colaboró en diversos periódicos peruanos durante los años de la guerra quien se ganó la malquerencia de los diaristas chilenos. La imagen recrea el diálogo entre Jaimes y Piérola, unidos por lazos de compadrazgo pues el Dictador era padrino del hijo de la pareja de letrados de nombre Federico Nicolás Jaimes Freyre (Escala, 2017ESCALA, María. Carolina Freyre de Jaimes, a un siglo de su muerte. Una aproximación biográfica (1844-1916). Revista del Instituto Riva-Agüero (Lima). v. 2, n. 2, p. 189-248, 2017., p. 202), el cual se reproduce en el escrito que acompaña al grabado. El primero habla sobre su preocupación respecto a que su cónyuge desea partir al frente de batalla, situación insólita pues según las convenciones contemporáneas las mujeres no debían tomar parte en la guerra como combatientes lo que, de paso, desacreditaba la “hombría” de Jaimes. Ante esto, Piérola interesado en el tema y caracterizado con una oreja gigante, le señala a Jaimes que lo mandará a pelear a él en vez de su pareja. Un fragmento dice:

  • - Mi Carolina, señor, se quiere ir a la guerra i dejarme solo.

  • - ¡Carolina, dices!!! Soi todo orejas, hombre habla.

  • - Si compadrito. Quiere formar un batallón i ser la jenerala.

  • - Eso no, que antes irás tú a la guerra, cuico cobarde! ¡No faltaba mas, sino que fuera a esponerse mi comadre. ¡Largo de aquí a ­tomar un fusil! (El Ferrocarrilito, 01/08/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).).

Imagen 8
“Piérola tocándole la flauta a su comadre”. El Ferrocarrilito, 07/08/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880)..

En la misma línea del grabado anterior, El Ferrocarrilito del 7 de agosto de 1880 publicó una caricatura donde Piérola es mostrado muy cercano a Carolina Freyre. El grabado intitulado “Piérola tocándole la flauta a su comadre” enseña al gobernante ejecutando el instrumento señalado y a la escritora el piano (Imagen 8). El verso, elaborado por el “Redactor núm. 20” y titulado “Una fiesta en palacio”, insinúa el nacimiento del amor entre ambos en tanto Freyre será consolada y acogida por Piérola ante la partida de Jaimes a la guerra, mientras disfrutan mutuamente al ejecutar una pieza musical. Un segmento señala:

Coje la flauta Bartolo, Hace la guerra el olvido I por el amor nacido Del amor se acuerda solo. I la tacneña entusiasta Mientras el otro toca La flauta, abre tanta boca, Boca digna de su casta, I grita como loca. I cantando sigue ella I tocando sigue aquel, Hasta que al fin la centella Parte i da fin la querella Cayendo ella en brazos del [sic]. (El Ferrocarrilito, 07/08/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).).

Esta caricatura, junto con la del 1º de agosto, podrían considerarse como una serie en tanto especulan con el interés romántico y erótico de Piérola hacia Freyre. Primero, enviando a Jaimes a combatir a los chilenos para sacarlo de en medio y luego con el amor existente entre el Dictador con su “comadre”.

Imagen 9
“Piérola, premia con la cruz de acero a sus defensores de la Cámara de Diputados de Chile”. El Ferrocarrilito, 25/08/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880)..

En la sesión de la Cámara de Diputados del 30 de julio de 1880, mientras se discutían las recompensas y medallas a entregar a los combatientes chilenos, Enrique Mac Iver, conspicuo representante radical por la ciudad de Talca, afirmó que éstas debían ser entregadas solamente a aquellos que hubieran participado de batallas y combates que hubieran resultado con victorias para las armas chilenas, no donde hubieran sufrido una derrota como en Tarapacá (Campaña de Tarapacá, 27/11/1879). Esas afirmaciones, además del revuelo que se produjo en la corporación, implicó que el diputado se ganara la enemistad de El Ferrocarrilito. En efecto, el 14 de agosto el rotativo publicó una caricatura donde lo presentó como un “hombre hundido”, debido a lo que calificó una ofensa a los caídos y sobrevivientes del mencionado encuentro armado (Ibarra, 2013IBARRA, Patricio. Peruanos y bolivianos en la sátira chilena de la Guerra del Pacífico (1879-1884). Historia y Comunicación Social (Madrid). v. 21, n. 1, p. 75-95, 2016., p. 65). Asimismo, el 25 de agosto dio a la luz un nuevo grabado en contra del político, donde lo muestra siendo protegido y condecorado por Piérola (Imagen 9). En la oportunidad, el periódico festinó con dos de sus enemigos, uno interno y el otro externo: el radicalismo, denominado como los “Rojos”, y el mandatario peruano. El verso que acompaña la imagen, titulado “El Protector” y redactado por el “Doctor Ortiga” satirizó respecto a que el Dictador encontró en Chile a quien proteger:

Por todas partes buscó Piérola a quien proteger I a pesar de su poder Solo en Chile los halló. La cruz de acero donó Al que ahí veis abnegado; Es de Chile diputado I por añadidura rojo: Mac-Iver, con ese antojo Te has de fijo eternizado Sobre tus hombros está I con cariño te mira; Al paso que él más admira Más tu patria te odiará. Nadie hasta Tarapacá Alzó su grito insolente; Todo el mundo reverente Ante esa gloria se inclina, Menos el que te domina Pata coronar tu frente (El Ferrocarrilito, 25/08/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).).

Imagen 10
“Piérola en forma de gallinazo, comiéndole los sesos al Perú”. El Ferrocarrilito, 02/10/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880)..

En su grabado del 2 de octubre de 1880, El Ferrocarrilito aseguró que Piérola era el responsable de la delicada situación por la cual atravesaba el Perú en los meses previos al inicio de la expedición chilena que ocuparía Lima en enero de 1881. En el dibujo, representando metafóricamente a Piérola y al Perú, el gobernante de facto fue caracterizado como un desaliñado gallinazo, buitre americano característico de Lima, escarbando un tronco seco derruido, al cual le come los sesos a la nación incásica para conseguir algún recurso que le permita continuar en la guerra contra Chile (Imagen 10). En esta oportunidad el grabado no fue acompañado por verso alguno (El Ferrocarrilito, 02/10/1880El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).).

Consideraciones finales

En paralelo de las campañas militares de la Guerra del Pacífico libradas en tierra y en el mar, en la prensa chilena de sátira también se combatió a peruanos y bolivianos. Con el lápiz y la tinta, con caricaturas y versos, los redactores de El Ferrocarrilito y otros periódicos hicieron continuo escarnio de las personas e instituciones de los países enemigos de Chile.

Los grabados y versos publicados en los rotativos dedicados al humor de contingencia, en general, y las de El Ferrocarrilito particular, son documento que permite una revisión y relectura del conflicto por el salitre y guano de Antofagasta y Tarapacá desde manifestaciones culturales gráficas y escritas generadas a raíz del estallido de ese contencioso. De la misma manera, dan pie para identificar las formas en las cuales se comportó la Sociedad Civil y la Opinión Pública de Chile en el contexto de una guerra externa contra sus vecinos del norte. Ellas se colocaron al servicio de la causa nacional haciendo propios sus objetivos, aunque reservándose el espacio de libertad suficiente para criticar las acciones del gobierno y las autoridades públicas.

El Ferrocarrilito, parte de la obra Juan Rafael Allende el más importante de los editores satíricos de su época, periódico cercano a las ideas del liberalismo decimonónico chileno, de amplia aceptación entre el público, identificado con la defensa de los derechos de artesanos y el bajo pueblo, eligió al mandatario peruano Nicolás de Piérola como uno de sus objetivos predilectos al momento de vilipendiar el proceder de los aliados Perú-bolivianos. En ese sentido, a través de la ridiculización de Piérola, quien fue denigrado por la prensa chilena en su conjunto, se hizo lo propio con el Perú mostrando lo que a juicio del editor y redactores del periódico era la superioridad chilena, institucional y militar, ante la derruida república y población peruana. Además, enfatizó la desesperada situación política y económica en la que se encontraba ese país, luego de los sucesivos reveses que sufrió en el desarrollo de la campaña, tras la invasión a Tarapacá y Moquegua, y encontrándose ad portas de la expedición que ocuparía en enero de 1881 la ciudad de Lima. Aquello, reforzó el modelo simbólico negativo e inferior de alteridad no chilena construido durante el transcurso del conflicto.

Aprovechando las posibilidades y recursos del discurso visual (caricatura) y escrito (versos) Piérola fue caracterizado por El Ferrocarrilito como un autócrata desesperado, alejado de los valores y paradigmas republicano-liberales del siglo XIX, los cuales a juicio de los editores del medio si eran respetados y practicados en Chile. También como un personaje de comportamiento excéntrico, materializado en su proclamación como protector de la población indígena peruana y su decisión de requisar parte de los bienes de la Iglesia Católica para paliar el déficit financiero de su gobierno, haciendo patente lo que era considerado por el periódico como ejemplo de su ineptitud administrativa a la cabeza del gobierno del Perú. Además, fue individualizado como un hombre en quien desconfiar, insinuando su interés romántico y erótico en Carolina Freyre, esposa de su compadre Julio Jaimes. Asimismo, Piérola fue utilizado para demostrar la malquerencia del periódico para con el Partido Radical chileno del periodo de 1879 y 1884, asociando su figura con los dirigentes de esa tendencia política para demostrar su supuesto anti patriotismo. En definitiva, representó a Piérola como un personaje cobarde, preocupado de satisfacer sus necesidades por sobre las de su país, desesperado por la situación de agobio producto de la superioridad de los chilenos y traicionero con sus cercanos. En ese contexto, tarde o temprano, sería castigado por sus actos agresivos contra los chilenos y para salvar su vida debía “a Chile pedir perdón”.

De esa manera, la representación satírica, crítica y despectiva de Piérola, materializada en imágenes y versos, fuentes que permiten acceder a interpretaciones diversas de los fenómenos sociales desde una perspectiva documental y metodológica que busca ampliar la discusión historiográfica del periodo, colaboró en la construcción de un estereotipo de los enemigos de Chile, en especial del Perú, útil para la unificación del discurso e imaginario patriótico-nacionalista, que fortificó la cohesión de los chilenos para imponerse en el conflicto de 1879.

Referencias - Periódicos

  • El Ferrocarrilito(Santiago, 1879-1880).
  • El Padre Cobos(Santiago, 1881-1882).
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Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    28 Abr 2021
  • Fecha del número
    Jan-Apr 2021

Histórico

  • Recibido
    11 Jul 2019
  • Acepto
    20 Mayo 2020
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