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Diásporas negras: las negritudes en movimiento y los movimientos de las negritudes

Black diasporas: negritudes on the move and movements of the negritudes

Resumen

Este artículo introductorio al dossier temático trae a colación nuevos planteamientos en cuanto a la mirada que tenemos sobre las diásporas negras y con respecto a los marcos conceptuales y empíricos de los estudios sobre las movilidades. Está dividido en tres partes. En la primera, abordamos la teoría reciente sobre las diásporas, así como su historicidad, espacialidades y diversidades aplicadas al Atlántico negro. En la segunda, repasamos el debate académico en torno a las (in)movilidades en trayectorias extendidas como las registradas en los textos del dossier. Luego, nos acercamos a las geografías reconfiguradas por el paso y la instalación de personas negras en el continente americano. En la tercera parte, proponemos una sistematización en dos niveles: la contribución del dossier a los estudios sobre las movilidades y diásporas negras en las Américas y las líneas temáticas trabajadas. Por último, presentamos sucintamente cada uno de los textos.

Palabras clave:
movilidades; negritudes; racialización; diásporas negras; diásporas africanas; migración caribeña

Abstract

This introductory paper to the dossier brings up new approaches to black diasporas and to the conceptual and empirical frameworks of mobility studies. It is divided into three parts. In the first, we address recent theory on diaspora, as well as the historicity, spatialities and diversities as applied to the Black Atlantic. In the second, we review the scholarship in the field of (im)mobilities in extended trajectories such as those examined in the dossier. Then, we approach the geographies reconfigured by the transit and settlement of Black people in the Americas. In the third part, we propose a systematization on two levels: the contribution of the dossier to studies on Black mobilities and diasporas, and the thematic lines explored. Finally, we briefly present each paper.

Keywords:
mobilities; blackness; racialization; black diasporas; African diasporas; Caribbean migration

Introducción

En las últimas décadas, hemos observado la expansión de los espacios de la diáspora caribeña (Calmont, Audebert, 2007CALMONT, André; AUDEBERT, Cédric (eds.). Dynamiques migratoires de la Caraïbe. Paris: Karthala, 2007.; Hommes & Migrations, 2002Hommes & Migrations. Diasporas caribéennes, n. 1237, mai-juin 2002.) y el repunte de las movilidades procedentes del África subsahariana y del Sahel en ciertos países sudamericanos (Maffia, Zubrzycki, 2017MAFFIA, Marta; ZUBRZYCKI, Bernarda (coords.). Africanos y afrodescendientes en la Argentina. Buenos Aires: Biblos, 2017.). Estos movimientos de población han dado lugar a instalaciones más o menos duraderas y a migraciones de refugio en varios lugares del subcontinente y a la reactivación de rutas migratorias hacia el Norte (Joseph, Miranda, 2021JOSEPH, Handerson; MIRANDA, Bruno (orgs.). (Trans)Fronteriza: movilidades y diásporas negras en las Américas. Buenos Aires: CLACSO, 2021.). Sus trayectorias se inscriben en varias escalas espaciales y de tiempo que determinan en gran medida la especificidad de sus experiencias migratorias en los espacios de tránsito y de asentamiento.

Una de las características fundamentales de las migraciones reside en la geografía compleja de los recorridos. De hecho, la creciente diversidad de esas migraciones Sur-Sur articula simultáneamente las movilidades transamericanas (caribeñas) y transoceánicas (africanas), que se convierten a posteriori en migraciones Sur-Norte, especialmente a las puertas de los Estados Unidos, y en menor medida Canadá. La articulación de las escalas de movilidad entre localidad y globalidad parece imprescindible para entender las lógicas de mundialización migratoria en el marco de las cuales se inscriben las trayectorias.

En este contexto, es pertinente preguntarse: ¿En qué medida las experiencias de las personas caribeñas y africanas permiten nuevas miradas académicas sobre las migraciones en general y la renovación del conocimiento sobre las sociedades americanas? Pistas de reflexión fecundas para comprender estas nuevas migraciones y movilidades exploran la evolución del control migratorio, como el cierre de las fronteras de los países del Norte, la redefinición de las políticas migratorias sudamericanas ante las migraciones haitianas y afrocolombianas, los cambios y reacomodos en los proyectos migratorios individuales o familiares, la articulación entre el tránsito y la instalación, y sus efectos en las transformaciones de los espacios migratorios sudamericanos y centroamericanos. Las movilidades caribeñas y africanas proporcionan una nueva mirada sobre la relación de las sociedades latinoamericanas con alteridades negras y diaspóricas en movilidad, con otras negritudes, y más ampliamente sobre la geopolítica actual del continente.

Este dossier de REMHU propone nuevos planteamientos en cuanto a la mirada que tenemos sobre las diásporas negras y con respecto a los marcos conceptuales y empíricos de estudios sobre las movilidades. Las reflexiones presentadas tratan de las movilidades de las poblaciones negras procedentes del Caribe, de Colombia y del África subsahariana, en el contexto de las ramificaciones diaspóricas complejas dibujadas a escala del espacio atlántico. El énfasis puesto en la agencia de las personas en el contexto de movilidad en las Américas permite una reflexión original sobre la noción de movimiento: las negritudes en movimiento y el movimiento de las negritudes y las diásporas en movimiento. Sus trayectorias y experiencias caracterizadas por la autonomía se chocan con el puro miserabilismo de las representaciones estatales y mediáticas1 1 Esa ideia se relaciona con la noción de “negrización de las migraciones” que “se convierte en un campo social, un proceso a través del cual las trayectorias de las personas negras migrantes interconectan las negritudes y las diásporas negras a través de sus caminos entre sociedades de origen, de paso y de residencia, rompiendo con un modelo existencial y universal de ser migrante” (Joseph, 2021, p. 84). De acuerdo con el autor, la negrización de las migraciones “tiene una dimensión anticolonial y un carácter migratorio revolucionario, permite cambiar el enfoque de la miseria de las personas negras que migran, para mirar otras escalas y otros niveles de análisis, especialmente el potencial y la agencia de estas personas migrantes, reevaluando la estructura conceptual y desarrollando nuevos modelos para explicar las diferencias raciales en el contexto migratorio” (idem, p. 84). . Revelan también los procesos de racialización en las sociedades de asentamiento.

Nuestra reflexión introductora aborda la noción de diáspora y su aplicación al mundo negro de las Américas, a partir de la forma en que se ha conceptualizado, de la experiencia de racialización y de dispersión de las poblaciones negras, y de la diversidad de sus realidades sociales y geográficas. Luego nos centraremos en su movilidad reciente y en la renovación de la reflexión que han inspirado sobre las diásporas negras en las Américas. Esos elementos nos permitirán poner de relieve la contribución del dossier a los estudios sobre las movilidades y las diásporas negras.

La noción de diáspora y su aplicación al mundo negro de las Américas: perspectivas pluridisciplinares y globalizadas

La palabra diáspora tiene su origen en la Biblia, en el verbo griego spirein [sembrar] y diaspirein [esparcir]. La noción de diáspora se ha aplicado originalmente al pueblo judío para describir su dispersión histórica (Butler, Domingues, 2020BUTLER, Kim D.; DOMINGUES, Petrônio. Diásporas imaginadas: Atlântico Negro e histórias afro-brasileiras. São Paulo: Perspectivas, 2020.; Ma Mung et al., 1998MA MUNG, Emmanuel; DORAÏ, Mohamed Kamel; HILY, Marie-Antoinette ; FRANTZ, Loyer . La circulation migratoire, bilan des travaux. Synthèse. Migrations études, revue de synthèse sur l’immigration et la présence étrangère en France, n. 84, p. 1-12, 1998.). A partir de los años ochenta, en un contexto de globalización, de mundialización migratoria y de hibridación cultural (Appadurai, 2001APPADURAI, Arjun. Après le colonialisme. Les conséquences culturelles de la globalisation. Paris: Payot, 2001.), la utilización del concepto se ha extendido a otros grupos geográficamente dispersos - chinos, griegos, armenios, libaneses, etc. - que tenían en común la conservación de vínculos con la patria de origen y la formación de minorías extranjeras con una fuerte conciencia colectiva (Bruneau, 1995BRUNEAU, Michel. Diasporas. Paris: Reclus, 1995.; Tölölyan, 1996TÖLÖLYAN, Kachig. Rethinking diaspora(s): Stateless power in the transnational moment. Diaspora: A journal of transnational studies, v. 5, n. 1, p. 3-36, 1996.).

Michel Bruneau muestra que

La diáspora presupone también la referencia a una comunidad homogénea a largo plazo, a una nación y a un territorio de origen sacralizado. Se constituye en una doble tensión temporal y espacial: la tensión hacia otro lugar original (noción de exilio desde un territorio de origen) y hacia un futuro idealizado, una “Tierra prometida”, que puede ser, por ejemplo, el nuevo Mundo. (2004______. Diasporas et espaces transnationaux. Paris: Anthropos, 2004., p. 11)

En el mundo anglosajón, el éxito del concepto radica en la voluntad de describir la existencia de comunidades étnicas marcadas por el apego al territorio de origen y la conciencia de un sentimiento de identidad compartido en situación de exilio. En el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y otros países de habla inglesa, los estudios en historia, ciencias políticas o antropología han identificado el mantenimiento y el desarrollo de una identidad propia del pueblo diaspórico, la organización social, espacial y política interna de la diáspora distinta de la del país de origen y de instalación, y el mantenimiento del vínculo real o simbólico con la tierra original como características consensuales para describir las diásporas (Sheffer, 1986SHEFFER, Gabriel. Modern diasporas in international politics. Londres: Croom Helm, 1986.; Cohen, 1997COHEN, Robin (ed.). Global Diasporas. An introduction. Londres: UCL Press, 1997.).

Haciéndose eco de las investigaciones del otro lado del Atlántico, las ciencias sociales europeas comenzaron a describir las diásporas a partir de sus elementos explicativos (políticos, económicos, culturales), su duración en el tiempo largo, su mayor o menor dispersión geográfica, su cohesión comunitaria más o menos afirmada, y los vínculos reales o imaginarios con la tierra original (Rigoni, 1997RIGONI, Isabelle. Les migrants de Turquie: Réseaux ou diaspora?. L’Homme et la Société, n. 125, p. 39-57, 1997.). La investigación francesa ha desarrollado una reflexión geográfica sobre las diásporas, destacando la dispersión geográfica, los vínculos entre los polos dispersos, el mantenimiento de relaciones concretas o simbólicas con la tierra de origen y el desarrollo de una identidad propia del pueblo disperso como elementos de definición del concepto (Ma Mung, 1995______. Non-lieu et utopie: la diaspora chinoise et le territoire. In: BRUNEAU, Michel (ed.). Diasporas. París: Reclus, 1995, p. 163-173.).

A su vez, la reflexión teórica sobre la diáspora negra se ha distinguido al centrarse más en el acontecimiento fundacional de la trata transatlántica de las personas africanas esclavizadas que en las causas explicativas de la dispersión, y focalizándose en el espacio atlántico como marco geográfico global de la constitución y el desarrollo de la diáspora, más que en los espacios originales africanos como tales. En efecto, mientras la diáspora africana se remite a periodos antiguos, anteriores al Estado-nación, la diáspora negra es propiamente moderna, enmarcada en la esclavitud y el colonialismo. En el límite, puede ser considerada una “diáspora africana moderna”. Las ciencias sociales entienden la diáspora negra como un tejido complejo y dinámico de culturas diversas cuyo denominador común es la resistencia a cualquier sistema sociocultural construido como dominante en las Américas (Gilroy, 1993GILROY, Paul. Atlántico negro. Modernidad y doble conciencia. Madrid: Akal, 1993.; Hall, 1996HALL, Stuart. Cultural Identity and Diaspora. In: MONGIA, Padmini (ed.). Contemporary Postcolonial Theory: A Reader. London: Arnold, 1996, p. 110-121.; Chivallon, 2008CHIVALLON, Christine. La diáspora negra de las Américas. Reflexiones sobre el modelo de hibridez de Paul Gilroy. In: CUNIN, Elisabeth (ed.). Textos en diáspora. Una antologia sobre afrodescendeientes en América. México: INAH; CEMCA, 2008, p. 165-206.).

La experiencia de la diáspora haitiana como parte de la geografía de la diáspora negra en las Américas cambia radicalmente las perspectivas empíricas y analíticas del concepto. En la última década, los estudios migratorios haitianos muestran como el uso de la palabra diáspora se popularizó en el mundo social haitiano, principalmente en los Estados Unidos, Canadá y Francia, y en el propio Haití, a través de una unión de sentidos políticos, económicos, morales e históricos, relativos a la propia “persona”. El término diáspora se utiliza como sustantivo y adjetivo para calificar y designar personas, objetos, dinero, casas y acciones, como en las expresiones: “Mi sueño es ser diáspora”, “Diáspora, ¿cómo vas?”, “Eso es ropa diáspora”, “Tengo dinero diáspora”, “Esa es una casa diáspora”, “Tú actúas como diáspora”, entre otras (Joseph, 2015JOSEPH, Handerson. Diáspora. Sentidos sociais e mobilidades haitianas. Horizontes Antropológicos, v. 21, n. 43, p. 51-78, 2015., p. 55).

El concepto también tiene sus ambigüedades, como en las expresiones: “La persona diáspora no es Dios”, “Aunque seas diáspora, eso no significa que tu vida valga más que la de otras personas”. En otros términos, del punto de vista pragmático, la diáspora es al mismo tiempo un sustantivo, un adjetivo y un verbo. El término se emplea en diversas formas con distintas connotaciones: ser diáspora, tener objetos diáspora, hacer cosa de diáspora (Joseph, 2019______. Diáspora. In: NEIBURG, Federico (org.). Conversas etnográficas haitianas. Rio de Janeiro: Papéis Selvagens Edições, 2019, p. 229-249., p. 233-234).

La racialización de poblaciones negras: mecanismos históricos y actualización de las relaciones sociales

La teorización de la experiencia social y cultural de las poblaciones negras dispersas hace eco de los procesos de racialización a los que han sido sometidos en las Américas y de sus incidencias en la construcción de relaciones sociales asimétricas. Las condiciones históricas de emergencia de la categoría “negro” están íntimamente vinculadas con las modalidades de colonización europea de las Américas y los vínculos mercantiles con África que resultaron en la génesis del sistema espacial atlántico moderno (Audebert et al., 2012AUDEBERT, Cédric; COTTIAS, Myriam; CUNIN, Elisabeth; HOFFMANN, Odile; HUET, Nahayeilli Juárez. Rapport scientifique du programme ANR Afrodesc: Afrodescendants et esclavages: domination, identification et héritages dans les Amériques (15ème-21ème siècles). [Informe de investigación] IRD; URMIS; CEMCA; INAH; Universidad de Cartagena; CIRESC, 2012.). La esencialización de la apariencia física y la biologización de las identidades con fines de dominación y de jerarquización social constituyó la base de la relación entre la esclavitud colonial y el prejuicio de color (Bonniol, 2008BONNIOL, Jean-Luc. El color de los hombres, principio de organización social. El caso antillano. In: CUNIN, Elisabeth (ed.). Textos en diáspora. Una antologia sobre afrodescendeientes en América. México: INAH; CEMCA, 2008, p. 139-164.). Esa lógica justificó y legitimó diversos procesos de violencia contra poblaciones negras, y la desigualdad en el acceso a derechos, recursos y servicios en las Américas.

La naturalización de las jerarquías sociales hizo posible la perpetuación en el tiempo de formas de racismo con clivajes fenotípicos o culturales (Fanon, 2009FANON, Frantz. Piel negra, máscaras blancas. Madrid: Akal, 2009 [1952].; Guillaumin, 1972GUILLAUMIN, Colette. L’idéologie raciste. Genèse et language actuel. Paris: Mouton, 1972.), y de la fijación de categorías definidas en términos raciales. En los mundos afrodescendientes de las Américas, la ideología contradictoria del proyecto colonial, que asocia progreso y civilización con dominación racial e inferiorización de personas africanas esclavizadas y sus descendientes, ha marcado de manera duradera las experiencias de las poblaciones negras en sociedades nacionales que se querían y se pensaban desde las “exigencias civilizatorias” de la blanquitud moderna: racional, ordenada, disciplinada y productiva (Echeverría, 2016ECHEVERRÍA, Bolívar. Modernidad y blanquitud. México: Ediciones Era, 2016.). La integración de este discurso dominante por parte de las poblaciones racializadas en el contexto colonial y postcolonial ha tenido distintas formas, de la interiorización del prejuicio racial (Césaire, 1947CÉSAIRE, Aimé. Cahier d’un retour au pays natal. París: Bordas, 1947 [1939].; Fanon, 2009FANON, Frantz. Piel negra, máscaras blancas. Madrid: Akal, 2009 [1952].) a la inversión del estigma con fines de empoderamiento social como en los Estados Unidos o en América Latina (Audebert, 2011AUDEBERT, Cédric. Catégorisation raciale, ethnicité et compétition spatiale des communautés afro-caribéennes aus Etats-Unis: géographie urbaine et stratégies politiques. Revue Européenne des Migrations Internationales, v. 27, n. 1, p. 31-46, 2011.; Lara, 2011LARA, Gloria. La construction politique d’un sujet ‘afro’ ou ‘noir’ au Mexique. Revue Europénne des Migrations Internationales, v. 27, n. 1, p. 89-106, 2011.). La negritud de las colonias francesas y el nacionalismo negro que se construyó a partir de la circulación de ideas entre las Antillas anglófonas, Estados Unidos y Canadá, han participado en la construcción de identidades negras posteriormente globalizadas.

La historia de las sociedades americanas a lo largo del siglo XX se caracterizó por la actualización de un orden social racializado y la reproducción de lógicas de exclusión y violencia. En el sur de los Estados Unidos, la legislación segregacionista anterior a 1965 mantuvo a las personas negras alejadas de los recursos públicos, los derechos civiles y el poder político. Los avances posteriores de los derechos civiles no han cuestionado fundamentalmente la posición social problemática de las personas negras en este país. En algunos países de América Latina, el mito de un “paraíso racial” o la ideología de la “democracia racial” vinculados a un mestizaje reivindicado incluso en las narrativas oficiales, se ha utilizado de mecanismos sutiles de exclusión. En las sociedades de las Américas, la herencia histórica de la jerarquización socio-racial se traduce aún hoy en la persistencia de las desigualdades en el acceso a derechos humanos y civiles que afectan a las personas negras de manera desproporcionada.

Al mismo tiempo, en la era de la globalización, la producción de identidades negras a escala de las Américas no se basa únicamente en la articulación entre colonialismo, imperialismo, esclavitud o racismo estructural (Butler, Domingues, 2020BUTLER, Kim D.; DOMINGUES, Petrônio. Diásporas imaginadas: Atlântico Negro e histórias afro-brasileiras. São Paulo: Perspectivas, 2020.). Otras lógicas operan, como las del mercado que integran las producciones culturales y artísticas locales en circuitos comerciales globalizados (Cunin, 2006CUNIN, Elisabeth. Dossier spécial “La globalisation de l’ethnicité?”. Autrepart, Revue de Sciences Sociales au Sud, n. 38, Paris: IRD/Armand Colin, 2006.), la patrimonialización de los signos culturales afrodescendientes (Moomou, 2020MOOMOU, Jean. Patrimonialisation du marronnage: usages et pratiques au Surinam. Cahier des Amériques Latines, v. 93, p. 93-112, 2020.) - políticas multiculturales a escala local, promoción de la diversidad cultural, de la memoria de la esclavitud a escala global (Audebert et al., 2012AUDEBERT, Cédric; COTTIAS, Myriam; CUNIN, Elisabeth; HOFFMANN, Odile; HUET, Nahayeilli Juárez. Rapport scientifique du programme ANR Afrodesc: Afrodescendants et esclavages: domination, identification et héritages dans les Amériques (15ème-21ème siècles). [Informe de investigación] IRD; URMIS; CEMCA; INAH; Universidad de Cartagena; CIRESC, 2012.). Para comprender las lógicas subyacentes a estas circulaciones transnacionales, hay que prestar atención a la historia de las migraciones y de las circulaciones culturales entre los territorios del espacio atlántico, como lo hacen las reflexiones de este dossier sobre las dinámicas caboverdianas hacia el Brasil (véase el texto de Andréa Lobo y Claudio Furtado) y los efectos de la revolución haitiana en la construcción transnacional del jazz entre Haití y Nueva Orleans (véase el texto de Benjamin Barson).

Unidad y diversidad del mundo diaspórico negro de las Américas

El primer denominador común de los territorios negros en las Américas reside en la pluralidad de los orígenes geográficos, religiosos y lingüísticos de sus poblaciones, en el transcurso de tres o más siglos del proceso histórico fundacional de la trata transatlántica. Desde el punto de vista de los orígenes, los traslados de la trata solían proceder de regiones tan diversas como la cuenca del Congo y Angola (casi la mitad de los flujos de esclavizados), las civilizaciones ibo y yoruba situadas en el actual Nigeria (30% de los flujos), el país akan (particularmente el mundo ashanti situado en el actual Ghana), la Senegambia (el actual Senegal y la actual Gambia) y muchas otras fuentes geográficas del Golfo de Guinea. La dispersión geográfica se lee también en la diversidad de los destinos en las Américas. La mayoría de los flujos de la trata transatlántica se dirigieron al Caribe y el Brasil, donde el sistema económico de plantación estaba mejor establecido.

Además, en el marco de una geopolítica de dominación basada en un sistema colonial tanto interno como externo (Quijano, 2000QUIJANO, Aníbal. Colonialidad del Poder, eurocentrismo y América Latina. In: LANDER, Edgardo (ed.). La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas. Buenos Aires: CLACSO, 2000, p. 777-832.), estas poblaciones han experimentado una historia de relaciones sociales marcadas por formas extremas de dominación socioeconómica y jurídica (esclavitud) y un proceso de alienación social y cultural a largo plazo (Césaire, 1947CÉSAIRE, Aimé. Cahier d’un retour au pays natal. París: Bordas, 1947 [1939].; Fanon, 2009FANON, Frantz. Piel negra, máscaras blancas. Madrid: Akal, 2009 [1952].; Glissant, 1981GLISSANT, Edouard. Le discours antillais. París: Gallimard, 1981.). Otro denominador común del mundo afrodescendiente en el hemisferio americano reside en el surgimiento o la transformación de prácticas culturales parcialmente heredadas de la tierra ancestral africana (música, religión, lenguas) y la construcción de vínculos simbólicos e incluso concretos con África en respuesta a una condición social subalterna (por ejemplo, el movimiento de la negritud y el panafricanismo).

Un enfoque en términos de áreas geográficas dentro del continente muestra que el peso demográfico y sociohistórico de las personas negras en el Caribe insular lo distingue del resto de las Américas. Además, la historia de la resistencia a la esclavitud singulariza a Haití y las sociedades cimarronas de las Américas (Bushinenge en Guayanas, Quilombos en Brasil, Palenques en Colombia) de las otras sociedades en las que el universo de la plantación esclavista se había impuesto como sistema social total.

La diversidad de las experiencias sociales de las poblaciones negras también tiene que ver con la pluralidad de los contextos sociopolíticos y con su disposición a institucionalizar la diferencia cultural (Agudelo, 2011AGUDELO, Carlos. Les Garifuna. Transnationalité territoriale, construction d’ identités et action politique. Revues Européenne des Migrations Internationales, v. 27, n. 1, p. 47-70, 2011.; Audebert, 2011AUDEBERT, Cédric. Catégorisation raciale, ethnicité et compétition spatiale des communautés afro-caribéennes aus Etats-Unis: géographie urbaine et stratégies politiques. Revue Européenne des Migrations Internationales, v. 27, n. 1, p. 31-46, 2011.). Así es como el reconocimiento político de la categoría “negro” o “afrodescendiente” ha podido permitir la aparición de ciertas formas de discriminación positiva (políticas de cuotas raciales en Estados Unidos y Brasil), la posibilidad de representación política (Estados Unidos en 1965) o el reconocimiento de derechos territoriales (Brasil en los años ochenta, Colombia en los años noventa).

Así, las poblaciones migrantes del África o del Caribe que transitan o se instalan actualmente en México, los países de Centro y Sudamérica llegan a contextos sociohistóricos donde las lecturas racializadas de hombres y mujeres negras responden a mecanismos que se inscriben en el tiempo largo y que impregnan en profundidad las instituciones, las percepciones colectivas, las prácticas y los discursos sociales. Para llevar a cabo su proyecto migratorio, las personas migrantes deben aprender las lógicas de funcionamiento, los valores y códigos de conducta locales. También contribuyen a transformarlos por los desafíos que su presencia plantea a los barrios, vecindades y sociedades de llegada y tránsito.

La noción de movilidad y su aplicación en las dinámicas migratorias

La movilidad remite a los desplazamientos de individuos, grupos o elementos culturales en el espacio social (Weiszflog, 2009WEISZFLOG, Walter. Michaelis Moderno Dicionário Da Língua Portuguesa. 1ª ed. Editora: Melhoramentos, 2009. ). Como se puede observar, la movilidad no puede ser pensada solo como dispositivo de desplazamiento de un lugar a otro, ella expresa las jerarquías sociales, constituyendo un campo cultural, un modo de estar y posicionarse en y con el mundo social.

El historiador Daniel Roche observa al menos tres características en la movilidad: sus modalidades y sus objetivos; sus contextos y sus actores; su historia y su geografía social. Según él,

La movilidad, en sus diversas formas, remite a tres principales tensiones en el comportamiento de los seres humanos. En primer lugar, aquella que opone el espacio estrecho y el tiempo medido en términos de la vida común, de la casa, de la villa, de los horizontes conocidos de la vastedad del universo. El desplazamiento moviliza numerosos objetos, una gran variedad de medios y funciones. En segundo lugar, la que dirige una formación y que impone la necesidad de partir, la coacción de los movimientos para un devenir personal o para la supervivencia del grupo. [...] Esa modificación gana toda su fuerza, si se inscribe la movilidad como desplazamiento, no solo en el espacio, sino también en el tiempo y en la jerarquía social. En tercer lugar, la influencia de la coyuntura. Es estructural debido a las múltiples crisis que pueden influir en las razones de una salida a corto plazo. (Roche, 2003ROCHE, Daniel. Humeurs vagabondes. De la circulation des hommes et de l’ utilité des voyages. Paris: Fayard, 2003., p. 12)

En otra escala de análisis, Thierry Ramadier (2009RAMADIER, Thierry. Capital culturel, lisibilité sociale de l’espace urbain et mobilité quotidienne. In: DUREAU, Françoise ; HILY, Marie-Antoinette (dir.). Les Mondes de la mobilité. Rennes: Presses universitaires de Rennes, 2009, p. 137-160., p. 138) afirma que la movilidad es una “cuestión de posicionamiento, al mismo tiempo social, geográfica y cognitiva [...]”. Está subyacente que en la movilidad hay un hecho social, o sea, un proceso que se inscribe en un contexto histórico y espacial. En este sentido, ¿cuál es el estatus social de la movilidad en el universo contemporáneo? La movilidad tiene un valor cardinal en el mundo actual. Pasamos de un arquetipo migratorio con énfasis en la dinámica emigración y/o inmigración al paradigma de la movilidad en plural.

En Anthropologie du Mouvement, Alain Tarrius realizó un análisis en el que propone una ruptura epistemológica en el abordaje de los estudios migratorios, mostrando las nuevas formas migratorias, instaurando lo que él llama territorios circulatorios. Según el autor, “una antropología de la movilidad, del movimiento, se propone analizar la continua socialización de los espacios, interfaces de las morfologías urbanas y sociales” (Tarrius, 1989TARRIUS, Alain. Anthropologie du mouvement. Caen: Paradigme, 1989., p. 13).

El concepto de movilidad está enmarcado en un nuevo paradigma (Sheller, Urry, 2006SHELLER, Mimi; URRY, John. The new mobilities paradigm. Environment and Planning A, v. 38, n. 2, p. 207-226, 2006.) que modifica las formas anteriores de conceptualizar las migraciones y las circulaciones de cuerpos, capital, objetos, signos, informaciones e inmaterialidades. El enfoque ya no recae en las personas que salen de un lugar de origen para llegar a un lugar de destino, sino en los modos de vivir en movimiento (Ingold, 2011INGOLD, Tim. Being Alive: Essays on Movement, Knowledge and Description. London: Routledge, 2011.).

En algunos contextos nacionales y supranacionales, la movilidad se percibe como una forma de vida y una forma de ser en el mundo. Los espacios vividos, recorridos, habitados son marcados por el movimiento, por el conjunto de bienes, ideas, valores, lenguas, costumbres, competencias y artefactos que son movilizados para moverse.

Por lo tanto, decir que la movilidad es constitutiva de la vida social de algunas personas y grupos sociales no significa afirmar que todas las personas tienen la movilidad como horizontes de vida o están en movilidad. Hay quienes no pueden o no están en movilidad por diversos factores, enfermedades, la falta de recursos (económicos, familiares, físicos, psicológicos, etc.), no pertenecen a las redes sociales de movilidades. La movilidad de algunas personas permite la inmovilidad de otras y viceversa. Así como no se puede pensar en las personas que viajan sin pensar en las que se quedan, tampoco se puede pensar en la movilidad sin la inmovilidad. Esta cuestión sociológica había sido planteada por Georg Simmel (1908SIMMEL, George. Sociologie. Études sur les formes de la socialisation. Traduction francaise en 1999. Paris: PUF, 1908.) en relación a las personas migrantes. Él discutía los efectos sociales de las migraciones en las relaciones entre grupos móviles y grupos fijos.

Como lo explica Florence Boyer,

La movilidad y la inmovilidad pueden ser consideradas como dos lados de la misma moneda, depende del posicionamiento del individuo en el espacio y el tiempo. Un individuo está calificado de móvil en comparación con otros que están calificados de inmóviles y viceversa. Sin embargo, esta situación de inmovilidad rara vez se cuestiona como tal, a diferencia de la movilidad, así como las relaciones entre estas dos situaciones. Otra paradoja es que la movilidad se observa, mientras que los grupos, los individuos están en situación de inmovilidad o de instalación. (Boyer, 2013BOYER, Florence. La figure de Pénélope ou l’immobilité dans le contexte des migrations circulaires. e-migrinter, n. 11, p. 53-64, 2013., p. 53)

Así, hay una relación intrínseca e indisociable entre movilidad e inmovilidad, una no existe sin la otra y ellas se interrelacionan. De este modo, es importante problematizar cualquier intento de reducir la movilidad a una escala espacial (interna o internacional) y temporal, que considere como “inmóviles” a todas aquellas personas que no migran (Lessault, 2013LESSAULT, David. La ‘fabrique’ des immobiles: une lecture critique à partir de travaux d’enquête menés à Dakar (Sénégal). e-migrinter, n. 11, p. 21-27, 2013.).

Las configuraciones de las movilidades negras recientes en las Américas

En estas dos últimas décadas, ha habido una explosión de movilidades negras en las Américas, modulando y cambiando significativamente los paisajes a escala continental, regional y local. Como ya hemos mostrado, las circulaciones de personas negras en diferentes partes del continente no son nuevas, la historia de las Américas se funde con la de las diásporas negras, y viceversa.

Actualmente, testimoniamos cinco características, entre otras, de esas negritudes en movimiento que constituyen los espacios circulatorios de las diásporas negras contemporáneas en las Américas: a) De manera simultánea las personas negras movilizan diversas redes de apoyo y de solidaridad para desplazarse individual y colectivamente desde el continente africano, la región del Caribe y América del Sur a nivel multiescalar, caracterizando la noción de “multipolaridad de la migración”, tal como ha sido formulada por Emmanuel Ma Mung (1992)Ma MUNG, Emmanuel. Dispositif économique et ressources spatiales: éléments d’une économie de diáspora. Revue européenne des Migrations Internationales, v. 8, n. 3, p. 175-193, 1992.; b) Estos movimientos de las negritudes establecen la interpolaridad entre varios países del Sur Global a escala regional, transcontinental y transatlántica, rompiendo radicalmente con las lógicas esencialistas y reduccionistas de las nociones de push y pull, y de las lógicas unilaterales del Sur-Norte; c) Esas movilidades negras se configuran y se diseñan a partir de las tecnologías de información y de comunicación, de los canales de YouTube, de las redes sociales (Facebook, Whatsapp, Tik-Tok) y de las plataformas digitales que forman parte del modo de constituir los nuevos espacios y sujetos diaspóricos; d) Estas negritudes en movimiento se constituyen a través de la autonomía y del protagonismo migrante, por lo tanto no deben ser entendidas en los mismos términos de las migraciones forzadas del pasado esclavista, ellas complexifican las relaciones porosas entre migraciones voluntarias e involuntarias, y entre las experiencias y abordajes de miserabilidades y de agenciamientos; e) Itinerarios y circuitos son cada vez más complejos y mundializados y, a partir de ellos surgen nuevas rutas imprevisibles e inéditas como es el caso de Brasil, Argentina, Chile y la selva del Darién en el universo de las movilidades negras.

De esta forma, los desplazamientos de las personas negras desde los países sudamericanos, pasando por Centroamérica hacia México para alcanzar el Norte, desafían las políticas migratorias de los países de la región. Subrayan la necesidad de articular las políticas migratorias locales, nacionales, regionales y globales. Al mismo tiempo, las prácticas migratorias contemporáneas transformaron a Argentina, Brasil y Chile, especialmente a México, en espacios centrales de la geografía regional y global migratoria. Países de salida, de llegada, de tránsito, de residencia y de retorno, alimentando el sistema migratorio a nivel regional, continental y global (Joseph, 2023a______. Migrantes negros en las fronteras: Trayectorias, Voces y Estrategias. 2023a. (No Prelo).).

El capital cultural, social y económico movilizado por estas personas negras a través de las redes de solidaridades de sus espacios de vida se vuelven cruciales para sus desplazamientos, constituyendo un saber circular y un saber-mover de lo que llamamos las negritudes en movimiento y los movimientos de las negritudes. En ese sentido, la movilidad geográfica también se torna fundamental para la movilidad social en el sistema migratorio de las Américas.

Si otrora, las movilidades caribeñas y africanas se articulaban directamente con el Norte Global, en la segunda década del siglo XXI, especialmente a partir de 2015 los países sudamericanos, de Centroamérica y México, se transformaron en espacios supranacionales de interconexión de las movilidades caribeñas y africanas con el Norte. Países como Chile y Brasil, además de México, forman parte de la geografía de las diásporas negras contemporáneas, sus gobiernos intervienen cada vez más de forma decisiva en la gobernanza internacional de las fronteras, junto a una miríada de nuevas redes y nuevos agentes y agencias migratorias internacionales con sede en esos países, como OIM, OIT, ACNUR, y así sucesivamente (Joseph, 2023a______. Migrantes negros en las fronteras: Trayectorias, Voces y Estrategias. 2023a. (No Prelo).).

Esas negritudes en movimiento, a través de sus trayectorias corporales y de las asociaciones migrantes, politizan y resignifican las historias de las comunidades negras diaspóricas e intervienen en las formas culturales negras en las Américas a través de las circulaciones artísticas, religiosas y musicales. A través de asociaciones e instituciones gubernamentales y no gubernamentales, estas personas negras experimentan la ciudadanía cotidiana, ejerciendo el derecho a expresar las diversas manifestaciones culturales y religiosas procedentes de su lugar de origen y de tránsito, facilitados por las nuevas tecnologías de la comunicación.

En ese sentido, las dinámicas asociativas y las redes de comunicación de las personas migrantes negras se constituyen como espacios estratégicos para la producción de subjetividad y de agenciamientos, caracterizando la “interpenetración entre sujeción y subjetivación” en los términos de Sandro Mezzadra (2015MEZZADRA, Sandro. Multiplicação das fronteiras e práticas de mobilidade. REMHU, Revista Interdisciplinar da Mobilidade Humana, Brasília, Ano XXIII, n. 44, p. 11-30, 2015.). La proliferación de asociaciones haitianas, senegalesas, congoleñas, especialmente en Brasil, Argentina y Chile, pero también en países centroamericanos y norteamericanos, se basa en la lógica de garantizar protección y promover los derechos de esas personas migrantes. La vida asociativa migrante tiene un papel fundamental para su propio reconocimiento social y, a veces, político.

La visibilidad de esas corporeidades negras, principalmente en los países en los cuales hubo un fuerte proceso de emblanquecimiento, como en Brasil, Chile y Argentina, entre otros, permite re-actualizar los debates académicos y públicos sobre racialización, racismo y desigualdades raciales y traen a la luz las prácticas subjetivas de negociación y contestación de específicas relaciones de poder y movilidad.

Las experiencias diaspóricas negras contemporáneas permiten reflexionar sobre la construcción de nuevos significados sobre la evolución de las funciones migratorias de los territorios nacionales en el espacio de la movilidad transnacional, las evoluciones espaciales actuales del espacio migratorio diaspórico negro, las articulaciones y los cambios entre las funciones de origen, de tránsito, de acogida, la relación entre racialización y la dinámica de exclusión social, el cambio de percepción de la racialización para las personas migrantes africanas y caribeñas en las Américas, contribuyendo a una crítica renovada sobre la experiencia de ciudadanía de las personas migrantes negras en las Américas y las dificultades de acceso al estatuto legal.

La contribución del dossier al campo de estudios sobre las movilidades y diásporas negras

Inicialmente, este dossier fue convocado para dar lugar a miradas particulares que se relacionan y afectan principal o especialmente, a personas migrantes negras en movimiento o instaladas en barrios y ciudades latinoamericanas y caribeñas. Buscamos con lo anterior nuevos abordajes tanto teóricos como metodológicos sobre problemas migratorios y diaspóricos de poblaciones afrodescendientes. Este dossier está, por lo tanto, en diálogo directo con otros dos dossieres de REMHU, plasmados en los números 56 “Migrantes africanos en América Latina: (in)movilidades y haciendo-lugar” (2019) y 62 “Perspectivas diaspóricas” (2021).

En especial, nos interesa reavivar el debate sobre el Atlántico negro como espacio de movilidades, mediador y puente de diásporas que se extienden desde el pasado colonial y se actualizan, complejizándose los perfiles y motivos de las migraciones contemporáneas. En especial, las del siglo XXI, marcadas por tránsitos prolongados y extendidos y por procesos de racialización en las sociedades de asentamiento y paso. En ese dossier, los diez textos abarcan las movilidades y diásporas caribeñas, de afro-Colombia y de diversas regiones del África subsahariana. Tal y como se esperaba, las trayectorias personales y profesionales de los organizadores de este dossier hizo que la convocatoria fuera respondida por varios autores/as centrada en las movilidades y la diáspora haitiana, especialmente en Brasil.

Más allá del énfasis sugerido por nosotros en los procesos de violencia estatal/gubernamental asociados al control migratorio y securitización fronteriza, y los de violencia social desatados por el marcador racial, varios de los textos indagan más bien sobre la identidad diaspórica (africana y negra) reconocida en los contextos de instalación, que también son contextos de lucha y afirmación racial. En ellos, sobresalen experiencias y trayectorias que son insumos para descolonizar nuestras miradas al registrar otros devenires migratorios que no pasan exclusivamente por violencias, vulnerabilidades y precariedades. En esos textos, sobresale la creatividad y la producción artísticas, la calificación y el éxito profesional y las redes familiares dispersas en varias ciudades en todas las Américas que son usadas como recurso individual o colectivo. Son textos que narran otras migraciones negras. De esta manera, sin fomentarlo, logramos efectivamente un registro más integral y pleno no solo de las negritudes en movimiento, sino de los movimientos de las negritudes.

Líneas de fuerza temáticas del dossier

Nueve de los diez textos del dossier se enmarcan en migraciones y movilidades Sur-Sur. Y lo hacen de manera más ampliada, más allá de las migraciones intrarregionales sudamericanas y las de los corredores mesoamericanos que conectan Centroamérica con México y Estados Unidos.

Moverse involuntaria o voluntariamente entre los Sures tiene desde luego una relación directa y fundacional con la etapa colonial de la diáspora africana en América Latina y el Caribe, vinculada con el secuestro, la trata y la esclavización de millones de personas de varias regiones, etnias, reinos e imperios de África. Pero la historia de las movilidades en ese continente no empieza ahí. Como nos revela Jonathan Echeverri Zuluaga en este dossier, la creación histórica del Atlántico negro fue precedida por el movimiento de personas y mercancías precoloniales entre el occidente africano y el Sahel.

Otra es la historia posterior al sistema esclavista en las Américas y la fundación de las repúblicas modernas. Desde el Caribe, se dispersaron otras diásporas, como la haitiana, jamaiquina y dominicana hacia los países del Norte global. En esa última década, la atracción ejercida por la apertura fronteriza, humanitaria, sumada a las posibilidades de inserción laboral y la existencia de puentes aéreos hacia Brasil y Ecuador, hizo que miles de personas haitianas y de varios orígenes africanos se establecieran, se instalaran o circularan por las fronteras y ciudades latinoamericanas (véase en este dossier los textos de Fernandes, Lobo y Furtado, Méndez-Fierros y Hlousek Astudillo, Martínez Sánchez y Lago).

En efecto, el despliegue de la diáspora haitiana en los países de Sudamérica y en México resultó en la construcción de otras baz (espacios de instalación y de sociabilidades), de otros polos por donde familias haitianas transitan o se instalan en duraciones muy variadas. La inclusión de zonas metropolitanas latinoamericanas en la nueva geografía de las diásporas negras (africanas y caribeñas) movilizó el interés y reorientó la mirada de los y las autoras hacia las instalaciones y asentamientos de migrantes negros en São Paulo, Fortaleza y Curitiba en Brasil, en Santiago, Arica y Temuco en Chile, en Tapachula y Mexicali en México. Todas son localidades recientemente enlazadas espacial, afectiva y económicamente entre sí y con localidades de origen como Gonaives, Les Cayes y Puerto Príncipe en Haití, Isla del Sal en Cabo Verde y Kinshasa en el Congo democrático. Las relaciones entre migrantes y ciudad nos parece otra línea temática presente en el dossier, en especial los problemas sociológicos, antropológicos y espaciales en torno a la instalación del migrante negro y negra en la ciudad latinoamericana. Dicha experiencia lanza luz sobre la relación entre lo local y lo global.

Aparecen con fuerza en el dossier otras movilidades que atraviesan las experiencias y trayectorias reconstruidas por los y las autoras de este dossier. Para empezar, en los textos no transitan solo personas, sino ritmos musicales traducidos como “vientos sónicos” por Benjamin Barson; así como el espacio de las movilidades no solo es el espacio físico externo, sino el propio cuerpo, como nos revela Isabel Araya. Esa dimensión corporal se relaciona con las nociones de cuerpo-movimiento y cuerpo-frontera que conforman una dialéctica cuerpo-movimiento-frontera (Joseph, 2023b______. Xenofobia. In: Dicionário das relações étnico-raciais. São Paulo: Editora Perspectiva, 2023b. (No Prelo).). La movilidad atribuye vida al cuerpo, el cuerpo se mueve en el espacio y en el tiempo, participa en las relaciones de poder y en la acción política. Las fronteras simbólicas y geopolíticas deconstruyen los cuerpos móviles en nombre de los supuestos intereses nacionales y de seguridad que se esconden detrás de ideologías políticas segregacionistas y racistas. En este sentido, los cuerpos-en-movimiento se transforman en territorios de vida (por la movilidad) y de muerte (por las fronteras físicas y simbólicas). La corporeidad negra también aparece como territorio simbólico y racializado, el cuerpo-negro-migrante como territorio subyugado por el pasado esclavista y por la persistencia de las desigualdades estructurales (Joseph, 2023b______. Xenofobia. In: Dicionário das relações étnico-raciais. São Paulo: Editora Perspectiva, 2023b. (No Prelo).).

A nivel de procesos de diferenciación y racialización, los y las autoras ratifican que las movilidades no son puro movimiento sin más, sino movimientos in-corporados. En este sentido, las personas migrantes negras son leídas social e institucionalmente desde imaginarios que convierten las diferencias en desigualdades y jerarquías. Lo anterior se expresa, por ejemplo, en la forma de ocupación del espacio urbano de manera improvisada (véase el texto de Fernandes) o estigmatizada (véase el texto de Reyes), en la inserción laboral en nichos de superexplotación (véase el texto de Méndez-Fierros y Hlousek Astudillo) y en la relación con el Estado y el acceso a derechos (textos de Demétrio, Baeninger y Domeniconi, de Martínez Sánchez y Lago). Esos textos dan parte de las restricciones selectivas por nacionalidad (programas especiales para personas haitianas) o por origen (la gobernanza de las migraciones “extracontinentales”) que han impactado de manera particular los proyectos y planes de personas migrantes negras.

Aportes a la reflexión y una agenda de investigación sobre las movilidades y diásporas negras en las Américas

África no es una tabula rasa, su historia no empezó con la trata de personas esclavizadas a las costas americanas y caribeñas. Esta clave interpretativa está presente en los textos que ponen sobre la mesa la historia de más larga duración de los pueblos en movilidad en el continente africano antes y después de la experiencia colonial. En el mismo orden de ideas, un par de textos señala que la historia de Haití y de la diáspora haitiana no empieza con el temblor de 2010. La anulación de las experiencias de comunidades y grupos sociales sometidos a procesos de dominación racial y brutalización, así como el borramiento de sus cosmovisiones, epistemologías y prácticas, constituyen precisamente una herramienta de la colonialidad contra la que invitamos a estar alertas.

En reacción a la convocatoria, los textos del dossier se apropian de la diáspora (la diáspora africana o la diáspora negra), en por lo menos dos sentidos: 1) Como categoría de concientización de la negritud y de la condición histórica y racial común entre hombres y mujeres negras; 2) Para estudiar la dispersión y la reconfiguración espacial, en especial la proliferación de los polos de la diáspora haitiana en ciudades latinoamericanas y los vaivenes de comerciantes entre Cabo Verde y Brasil (véase el texto de Lobo y Furtado). Lo anterior constituye un indicio sólido de que diáspora es una categoría polisémica y ambigua en su capacidad explicativa, así como en su alcance disciplinario. Consideramos necesario tenerlo en cuenta al pensar preguntas o diseños de investigación.

Como constructo histórico, las diásporas se extienden en el tiempo, eventualmente a través de los siglos, se adaptan a determinados acontecimientos epocales, a las ideologías e instituciones del contexto en el que se desarrollan. Las diásporas negras son efectivamente modernas, pero son de todas formas anteriores a la “era de las migraciones” (Castles, Miller, 2004CASTLES, Stephen; MILLER, Mark (eds.). La era de la migración. Movimientos internacionales de población en el mundo moderno. México: Universidad Autónoma de Zacatecas, Segob, Fundación Colosio, Miguel Ángel Porrúa, 2004.). Por esto, consideramos relevante buscar indagar sobre las formas cómo la diáspora negra, como comunidad transnacional, se ha reconfigurado ante la intensificación de los volúmenes y la diversificación de los perfiles de las migraciones y movilidades contemporáneas. La instalación y el paso de migrantes negros y negras en las ciudades latinoamericanas promueve nuevos posicionamientos raciales sobre la base de formaciones estatales y sociales previas, en las que las poblaciones negras han ocupado la base de la jerarquía racial, como en Brasil. O sucede también que el asentamiento de personas negras se articula con luchas locales y nacionales por el reconocimiento de la afrodescendencia, como en el norte de Chile (véase el texto de Araya). Es importante, por lo tanto, reconocer la diversidad de la experiencia diaspórica negra reciente.

Desde nuestras trincheras individuales y colectivas, tenemos varios indicios de que las rutas transoceánicas son producidas, negociadas, intercambiadas y decididas a través de las redes sociodigitales (Whatsapp, Facebook, Instagram). Hace falta examinar las maneras por las cuales las redes sociodigitales son incorporadas a las redes previas de la diáspora. Hemos estado atentos al desarrollo de la dispersión venezolana por varios países latinoamericanos y caribeños. La dispersión espacial, que es una de las características comunes a las diásporas (Butler, Domingues, 2020BUTLER, Kim D.; DOMINGUES, Petrônio. Diásporas imaginadas: Atlântico Negro e histórias afro-brasileiras. São Paulo: Perspectivas, 2020.), se extendió rápidamente en menos de cinco años, si tomamos 2015 como año de inicio de la “crisis humanitaria” en Venezuela (Gandini, Lozano Ascencio, Prieto, 2019GANDINI, Luciana; LOZANO ASCENCIO, Fernando; PRIETO, Victoria (coords.). Crisis y migración de población venezolana. Entre la desprotección y la seguridad jurídica en Latinoamérica. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 2019. ). Por otro lado, la dispersión espacial de familias haitianas tomó varias décadas entre los países del Caribe, EEUU, Canadá y Francia (Audebert, 2012AUDEBERT, Cédric; COTTIAS, Myriam; CUNIN, Elisabeth; HOFFMANN, Odile; HUET, Nahayeilli Juárez. Rapport scientifique du programme ANR Afrodesc: Afrodescendants et esclavages: domination, identification et héritages dans les Amériques (15ème-21ème siècles). [Informe de investigación] IRD; URMIS; CEMCA; INAH; Universidad de Cartagena; CIRESC, 2012.). Recientemente, así como la venezolana, la dispersión haitiana se aceleró en países de Latinoamérica a partir de 2010. Cuáles son, entonces, ¿los elementos básicos para entender y dar a entender la aceleración temporal de movilidades, migraciones y diásporas? ¿Cuál es el peso explicativo del uso del smartphone y las redes sociodigitales?

Así como dar registro de la experiencia haitiana, venezolana o africana puede llevar a hallazgos y resultados concretos o de incidencia pública, consideramos, por otro lado, que la mirada a los grupos nacionales de forma gubernamental y homogénea (“los haitianos", “los venezolanos”, “los africanos”) puede llevar a ofuscar los procesos sociales heterogéneos en los que están envueltos y que los afectan especialmente, como las lecturas racializadas que pasan por la forma del pelo, la casa y el barrio que habitan, la manera como crían sus hijos e hijas, y la economía doméstica (véase los textos de Araya y Reyes).

En la relación entre migrantes y ciudades, y migrantes y fronteras, nos parece importante reparar en la producción y proliferación de espacios de la organización civil organizada y de agencias internacionales humanitarias, pero nos llama especial atención la producción, adaptación o improvisación de espacios por las propias personas migrantes. Se trata de enclaves negros o enclaves habitados por negritudes. En nuestra experiencia de campo, esos espacios van y vienen, se arman y desarman. En concreto, se trata de lugares para dormir, pasar el tiempo o entretenerse (véase el texto de Fernandes) o pueden ser también lugares donde se instalan mercados populares de comerciantes haitianos, como en las calles de Tapachula y Tijuana, en México. Entonces, la instalación y ocupación espacial de migrantes negros y negras llevan a pensar que las interacciones no se resumen a exclusiones, sino que también pasan por acuerdos y consensos con actores locales. Están pendientes, en este sentido, los estudios sobre las formas de solidaridad y convivencialidad entre migrantes negros y poblaciones nativas.

Lógica de organización y textos del dossier

Agrupamos en primer lugar los textos de alcance histórico de larga duración. En Tropes of social becoming along a history of circulation within West Africa and from there to Latin America, Jonathan Echeverri Zuluaga recupera los tropos (categorizaciones abstractas e culturalmente informadas) en la historia de las movilidades del occidente africano. Se trata de un recorrido que se extiende hacia atrás desde el siglo VIII a las etapas más recientes. La continuidad entre unas movilidades y otras se asienta sobre devenires imaginables y alcanzables que se proyectan desde las localidades de origen. A diferencia de épocas pasadas y modernas, las personas migrantes africanas hoy están más dispuestas a la incertidumbre y las adversidades interpuestas por los diversos actores que participan en la industria migratoria.

En >As pequenas ilhas e o país continental. Fluxos entre Cabo Verde e Brasil, Andréa Lobo y Claudio Furtado dan cuenta de los procesos contemporáneos que unen a los dos países, detonado por mujeres comerciantes caboverdianas que frecuentan la calle 25 de Março en São Paulo y la ciudad de Fortaleza, la capital del estado de Pernambuco, en búsqueda de piezas de ropa y accesorios que serán revendidas en los mercados populares de las islas de Cabo Verde, además de la acogida de estudiantes de Cabo Verde en universidades brasileñas. El texto es generoso y didáctico en el examen histórico de los cambios de perfiles migratorios que renuevan la diáspora desde Cabo Verde a través de movilidades circulares.

Abonamos a la crítica de la miserabilidad con la que son representados migrantes negros y negras al dar paso a textos que indagan sobre lo bello, la resistencia creativa y la urdimbre de identidades diaspóricas. En El viento sónico común: escuchando las relaciones comunitarias y los movimientos migratorios de la Revolución Haitiana en el jazz de Haití y Nueva Orleans, Benjamin Barson narra las experiencias de resistencia política a través de la música, la movilidad y el intercambio de trabajadores agrícolas haitianos y también músicos de Haití, Cuba y Estados Unidos alrededor del Caribe y el Golfo de México. El autor detecta la influencia primigenia del cancionero popular sobre la Revolución Haitiana en poblaciones negras de Nueva Orleans. Se trataba de canciones sobre los negros “sin amo”. Luego, describe cómo el Vodou Jazz se plantó como contrahegemonía a la ocupación estadounidense en Haití (1915-1934) al hacer eco de los abusos contra campesinos cafetaleros. De esta manera, acabó influenciando el mismo jazz.

En Migración, género y danza. Trayectorias de mujeres afrodescendientes en el norte de Chile, Isabel Araya nos saca del jazz y nos introduce en los carnavales. Ella indaga sobre los itinerarios corporales de mujeres afrocolombianas incorporadas a grupos de danza afrochilenos en un movimiento cultural en torno al ritmo del Tumbe, en el norte de Chile. A través de mapas corporales, Isabel analiza la tomada de conciencia cultural y racial, en específico el tránsito de dos mujeres migrantes negras (Roxana y Katia) desde el cabello liso al rizado, como una movilidad corporal que deriva en el reforzamiento de una identidad diaspórica, la reflexividad identitaria, más capital social y cultural.

En Habitus e capitais migratórios de haitianos no Paraná. Trajetória educacional e inserção profissional em contextos de mobilidades, Márcio de Oliveira y Leonardo Cavalcanti sistematizan en términos sociológicos las trayectorias de éxito profesional y de conclusión de ciclo universitario de migrantes haitianos matriculados en el curso Português como Língua Estrangeira (PLE) de la Universidade Federal do Paraná (UFPR), en Curitiba, Brasil. Los autores identifican que los capitales previos y los adquiridos, sumados al “habitus inmigrante” influyen en la organización del proyecto migratorio.

Los siguientes textos atienden a la convocatoria que hicimos para entender los diferentes procesos de racialización que afectan especialmente a poblaciones de migrantes negros y negras. En Geografías racializadas de la migración afrocaribeña en la prensa digital chilena. De la caracterización urbana a la amenaza barrial, 2016-2021, Vania Reyes Muñoz examina la estigmatización por parte de varios medios de comunicación de Chile hacia los barrios en los que se instalan migrantes afrocaribeños y afrolatinos (haitianos y venezolanos), en la zona metropolitana de Santiago y en ciudades de la frontera norte chilena. La lectura que se tiene sobre personas venezolanas y haitianas negras, así como los discursos sobre ellas en la prensa varían. El sólido estudio de Vania llama la atención a la narrativa que naturaliza la asociación entre vecinos migrantes afrodescendientes, hacinamiento y deterioro de las viviendas.

En Representaciones sociales de racismo y exclusión social. Migraciones haitianas contemporáneas en América Latina, Hugo Méndez-Fierros y Rodolfo Hlousek Astudillo presentan un texto que transita por importantes nudos espaciales de las movilidades haitianas en México y Chile, tales como Mexicali, Tapachula y Temuco. A partir de los relatos de las propias personas migrantes, dos dimensiones están en juego: la precarización laboral -con base en imaginarios según los cuales “los haitianos hacen los trabajos más duros”- y las experiencias de discriminación racial, como cuando familias haitianas sufren cobros más altos para transportarse o incluso violencias directas contra sí mismas y ataques al patrimonio construido durante la experiencia migratoria.

En Imigração haitiana no Brasil: questão humanitária e reunião familiar, Natália Belmonte Demétrio, Rosana Baeninger y Jóice de Oliveira Santos Domeniconi se enfocan en el nuevo momento de la migración haitiana en Brasil a partir del análisis de la misión de los cascos azules brasileños durante más de una década en Haití, conocida como MINUSTAH. Según las autoras, el giro desde la apertura humanitaria a migrantes haitianos a partir de 2012, hacia las restricciones más recientes (cuotas para visas, exigencia de documentos en el origen), lleva a personas migrantes a explorar las posibilidades de reunificación familiar, especialmente luego del temblor de 2021.

En Migraciones africanas en tránsito por Costa Rica: reflexiones sobre los desafíos de la atención institucional, Verónica Martínez Sánchez y Mara Coelho de Souza Lago se ocupan de la institucionalidad erigida en Costa Rica para atender a migrantes africanos en tránsito en tiempos recientes. A pesar de la percepción positiva del tránsito de personas africanas por Costa Rica (principalmente en relación con el tránsito por las fronteras de Colombia, Panamá, Nicaragua o México), las autoras indagan sobre el limbo institucional a que son sometidos. Además, recuperan el imaginario nacional que se tienen sobre la presencia negra como “intrusa” en Costa Rica, que luego es reavivada con el paso de personas africanas. El texto de Verónica y Mara llama la atención a la función homogeneizadora de las categorías gubernamentales cuando se refieren a la “migración extracontinental” o a los “migrantes africanos”.

Por último, en Borders of Citizenship and the everyday life of African migrants in the city of São Paulo, Southeast of Brazil, Caio Fernandes analiza la experiencia de africanos en la ciudad de São Paulo en torno a la ciudadanía vista como un constante proceso de fronterización. Su interlocutor es Mamadou, gestor de un centro cultural que además de lugar de visitas, se ha convertido en una infraestructura de movilidad de africanos en la ciudad. Es un muy buen registro sobre la producción del espacio por parte de migrantes desde abajo. Él sitúa su estudio en el espacio gris entre los valores ciudadanos universales que se pregonan desde el oficialismo de un lado, y las desigualdades cotidianas de migrantes africanos del otro.

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Editores do dossiê

Cédric Audebert, Handerson Joseph, Bruno Miranda (guest editors)

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    29 Mayo 2023
  • Fecha del número
    Jan-Apr 2023

Histórico

  • Recibido
    15 Abr 2023
  • Acepto
    29 Abr 2023
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