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Temporalidad psiquica y subjetivación en la adolescencia

Temporalidade psíquica e subjetivação na adolescência

Psychic temporality and subjectivation in adolescence

Temporalité psychique et subjectivation dans l’adolescence

Psychische Zeitlichkeit und Subjektivation in der Adoleszenz

Resúmenes

La crisis de la adolescencia encuentra su explicación en la actualización del conflicto edípico, demostrando por primera vez una ritmicidad y una estructura temporal en retroactividad que deshace los modelos del tiempo lineal, ubicando así a la adolescencia como el paradigma de la temporalidad de los procesos psíquicos en el sujeto.

Temporalidad; crisis; adolescencia; subjetivación


A crise da adolescência é explicada pela atualização do conflito edípico, demonstrando pela primeira vez uma ritmicidade e uma estrutura temporal em retroatividade que desfaz os modelos do tempo linear, colocando assim a adolescência como o paradigma da temporalidade dos processos psíquicos no sujeito.

Temporalidade; crise; adolescência; subjetivação


The crisis of adolescence is explained by an updated Oedipus conflict, showing for the first time rhythmicity and a temporal retroactive structure that undoes the linear time models. This article proposes to think adolescence as the paradigm of the temporality of psychic processes in subjects.

Temporality; crisis; adolescence; subjetivation


La crise de l’adolescence trouve son explication dans la réactualisation du conflit œdipien, en mettant en scène pour la première fois une rythmicité et une structure temporelle de façon rétroactive, défaisant les modèles du temps linéaire. Cet article propose de penser l’adolescence comme le paradigme de la temporalité des processus psychiques du sujet.

Temporalité; crise; adolescence; subjectivation


Die Adoleszenzkrise wird durch die Reaktualisierung des Ödipus-Konflikts erklärt. Diese Krise zeigt zum ersten Mal eine Rhythmik und eine retroaktive zeitliche Struktur auf, die die Modelle der linearen Zeit brechen. In diesem Artikel wird die Adoleszenz als Paradigma der Zeitlichkeit der psychischen Prozesse des Subjekts vorgeschlagen.

Zeitlichkeit; Krise; Adoleszenz; Subjektivation


Introducción

A lo largo de estas últimas décadas, varios autores han constatado que en la adolescencia se vive un tiempo de “crisis” que resulta capital en el desarrollo del individuo (Erikson, 1968Erikson, E. (1968). Identidad, juventud y crisis. Buenos Aires: Paidós.; Kestemberg, 1980Kestemberg, E. (1980). Notule sur la crise de l’adolescence: de la déception à la conquête. Revue française de psychanalyse, 44(3), 523-530.; Mannoni, 1984Mannoni, M. (1984). La crise d’adolescence. Paris: Éditions Denoël.; Winnicott, 1971Winnicott, D.W. (1971). Jeu et réalité. Paris: Gallimard.).

Esta crisis puede encontrar expresión, en algunos jóvenes, en una serie de conductas tanto a nivel individual como a nivel social: inclinaciones de los jóvenes a experimentar con psicotrópicos (Maturana, 2011Maturana, A. (2011). Consumo de alcohol y drogas en adolescents.Rev. Med. Clin. Condes., 22(1), 98-109.; Sepúlveda, Roa & Muñoz, 2011), exploración en el campo de la sexualidad (Bustos et al., 2011; Conejero & Almonte, 2009Conejero, J., & Almonte, C. (2009). Desarrollo de la orientación sexual en adolescentes de 16 a 18 años de ambos sexos de Santiago de Chile. Estudio Exploratorio. Rev.Chil.Neuro-psiquiat,47(3), 201-208.; González et al., 2010)González, E., Montero, A., Martinez, V., Mena, P., & Varas, M. (2010). Percepciones y experiencias del inicio sexual desde una perspectiva de género, en adolescentes consultantes en un centro universitario de salud sexual y reproductiva. Rev.Chil.Obstet.Ginecol,75(2), 84-90., intervenciones corporales (Cossio et al., 2012)Cossio, L., Giesen, L., Araya, G., & Perez-Cotapos, M.L. (2012). Asociación entre tatuajes, perforaciones y conductas de riesgo en adolescentes.Rev.Méd.Chile 140(2), 198-206., conductas ordálicas (Bravo, 2012)Bravo, D. (2012). Los comportamientos ordálicos. La Pala Ediciones., detección de una sintomatología depresiva (Florenzano et al., 2009Florenzano, R., Cáceres, E., Valdés, M., Calderón, S., Santander, S., & Casassus, M. (2009). Conductas de riesgo, síntomas depresivos, auto y heteroagresión en una muestra de adolescentes escolarizados en la Región Metropolitana de Santiago de Chile, 2007.Rev.Chil.Neuro-psiquiatr, 47(1), 24-33.; Pacheco & Aranguiz, 2011), entre otras.

Tomando un lugar privilegiado en el análisis de las diferentes expresiones de esta crisis, la clínica psicoanalítica ha conceptualizado el período de la adolescencia como la reactivación de un conflicto edípico (Perron & Perron-Borelli, 2005Perron, R., & Perron-Borelli, M. (2005). Le complexe d’Œdipe. Paris: PUF. (Collection Que sais-je?).) que posterior a un período de latencia reaparece con una nueva fuerza a causa de la maduración reproductiva. Irrupción en el adolescente de una temporalidad edípica que desestabiliza los equilibrios psíquicos alcanzados en el período anterior. Esta estructura temporal que opera en retroactividad instaura los dos tiempos de la sexualidad humana, fundando las bases del funcionamiento de los procesos psíquicos. En esta perspectiva, la adolescencia y sus diversas transformaciones son un modelo para repensar el conjunto de la psicopatología del sujeto (Richard, 2007)Richard, F. (2007). Les processus de subjectivation à l’adolescence. Paris: Dunod. y resignificar su identidad (Ayub & Macedo, 2011)Ayub, R.C.P., & Macedo, M.M.K. (2011). A clínica psicanalítica com adolescentes: especificidades de um encontro analítico. Psicologia: Ciência e Profissão, 31(3), 582-601.. En este sentido, la adolescencia se vuelve el paradigma de la temporalidad de los procesos psíquicos.

El objetivo de la investigación es analizar cómo funciona la temporalidad psíquica en los procesos de subjetivación en la adolescencia.1 1 Optamos por el término temporalidad porque para Freud (1915/1992g) la noción de tiempo está estrechamente vinculada a la consciencia y a la perspectiva clásica de una linealidad unidireccional. Por el contrario, la temporalidad rescata sobre todo el elemento subjetivo y psíquico de una vivencia temporal que se impone al sujeto y que en psicoanálisis posee una estructura retroactiva. Para ello, el estudio tomará como eje de análisis al yo, como unidad defensiva donde se sitúa el conflicto psíquico y tomando como vías de investigación precisamente aquellos dos registros en los cuales la teoría psicoanalítica busca dar cuenta de su génesis: la vía del ello y las pulsiones, y el rol de las identificaciones (Laplanche & Pontalis, 2004Laplanche, J., & Pontalis, J.B. (2004). Diccionario de psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.).

PRIMERA PARTE

Actividad pulsional, ritmos del cuerpo y constitución del yo

En los inicios de la vida, el bebé es gobernado por su actividad pulsional. Un extremo de esta actividad ha de sincronizarse desde los inicios de la vida del bebé a los ritmos del cuidador. Un ritmo que es dado por la particularidad de sus cuidados, voz y mirada; factores que aparecen como cruciales en la facilitación y en las dificultades de la comodalidad perceptiva del bebé, y por lo tanto, de su acceso a la intersubjetividad” (Alvarez & Golse, 2008Alvarez, L., & Golse, B. (2008). La psychiatrie du bébé. Paris: PUF. (Collection Que sais-je ?)., p. 115). Un encuentro necesario cuya explicación sería el estado de pre-maturación del hombre (Freud, 1926/1992hFreud, S. (1992h). Inhibición, síntoma y angustia. In Obras Completas. (J.L.Etcheverry Trad., Vol. 20, pp. 71-164). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1926).). Primer momento de una ritmicidad bajo la cual el objeto no aparece más que como pura satisfacción indiferenciada.

El material heredado por el bebé constituirá la base a partir de la cual la mayor parte de los ritmos fisiológicos se articularán con los ritmos exteriores (otros conservarán su propio movimiento). Estos ritmos predeterminados biológicamente facilitan el inicio de la sincronización, incluso antes del encuentro con el objeto maternal, en el vientre materno (Ciccone et al, 2007Ciccone, A., & Mellier, D. et al. (2007). Le bébé et le temps. Paris: Dunod.; Missonnier & Boige, 2007Missonnier, S., & Boige, N. (2007). Introduction. Du fœtus au rhythm and blues. Spirale, 44(4), 11-20.). De esta forma, los ritmos son constitutivos de una base de seguridad (Ciccone, 2007Ciccone, A., & Mellier, D. et al. (2007). Le bébé et le temps. Paris: Dunod.). Esta base se complejizará por las nuevas experiencias del vínculo bebé-madre, reorganizando así el psiquismo del lactante, y posibilitando la instauración posterior de la pareja yo–objeto como realidades psíquicamente independientes.

La succión está en el origen de este primer proceso rítmico que llevará a la elaboración psíquica del objeto. Del objeto como pura satisfacción se transita al objeto como no presencia. Segundo momento de una ritmicidad donde la desaparición del objeto es sancionada por el niño como una situación angustiante que vive pasivante. Un tercer momento implicará sancionar definitivamente al objeto como ausencia. El niño ocupa entonces un lugar activo en esa separación, anteponiendo la representación del objeto (función psíquica y por ende instaurando la pérdida definitiva del objeto) a toda vicisitud angustiante.

La ritmicidad de la alternancia presencia/ausencia permite una anticipación no sólo de los encuentros, sino también de los desencuentros, instaurando un orden. Esta ritmicidad podrá “sostener el crecimiento mental y el desarrollo del pensamiento a partir de la falta” (Ciccone et al., 2007Ciccone, A., & Mellier, D. et al. (2007). Le bébé et le temps. Paris: Dunod., p. 14). Es por el ritmo, dice Henri Maldiney, que se opera el pasaje del caos al orden (citado en Ciccone et al., 2007Ciccone, A., & Mellier, D. et al. (2007). Le bébé et le temps. Paris: Dunod.). Este orden psíquico, como base de seguridad, le permitirá al bebé ser capaz de soportar la frustración ante la ausencia del objeto. El desarrollo del pensamiento, que no es sino pensamiento de la ausencia, anticipa la descarga pulsional.

En ese sentido, la succión está en el origen de lo que Green llama la función objetalizante (1995) que no sólo consagra la pérdida definitiva del objeto, sino que también inaugura, desolidarizando la actividad sexual y nutricia, la serie de objetos sexuales que comienzan por un pedazo del cuerpo propio (Florence, 2005Florence, J. (2005). L’identification dans la théorie freudienne (3a. ed.). Bruxelles: Facultés Universitaires Saint-Louis.).

La emergencia del pensamiento como “proceso psíquico” sustituye el trabajo del bebé y el pecho materno. Este proceso nace entonces, como un trabajo de duelo, en cuyo núcleo se instala una estructura rítmica que se sincroniza y que se impone desde afuera y que articula y organiza los ritmos del bebé.

Una primera experiencia temporal podrá avizorarse en el psiquismo en la medida en que un yo en construcción, de un lado, necesitará consolidarse en el objetivo de dar continuidad psíquica a las experiencias del niño, y del otro lado, sufrirá las vicisitudes de la presencia y ausencia del objeto. Estos movimientos expresan los dos planos en los que se juega toda temporalidad psíquica (en la relación del sujeto al objeto): el plano continuo de las pulsiones (el empuje constante y repetitivo de las pulsiones) y el plano discontinuo de las identificaciones del yo.

Los ritmos de la identificación en la elaboración del yo

En relación al proceso de identificación, la constitución psíquica del yo se instaura por un doble movimiento de investidura pulsional: por una parte, un investimento (originario) de “constitución del sujeto sobre el modelo del otro” (Laplanche & Pontalis, 2004Laplanche, J., & Pontalis, J.B. (2004). Diccionario de psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós., p. 189) (identificación primaria), y por otra parte, un investimento (posterior) a la totalidad o a una parte del objeto (identificación secundaria); dos movimientos por medio de los cuales el yo, volviéndose semejante al otro, intenta reparar psíquicamente la separación radical.

Tanto en “Psicología de las masas y análisis del yo” (1921/1992eFreud, S. (1992e). Psicología de las masas y análisis del yo. InObras Completas. (J.L.Etcheverry Trad., Vol. 18, pp. 63-136). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1921).) donde Freud se refiere a los tres tipos de identificaciones, como en el tercer capítulo de “El yo y ello” (1923/1992fFreud, S. (1992f). El yo y el ello. In Obras Completas. (J.L.Etcheverry Trad., Vol. 19, pp. 1-66). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1923).) donde se refiere en particular a la identificación primaria, Freud nos revela hasta qué punto el ritmo de las identificaciones del yo está siendo organizado desde una extimidad diacrónica al sujeto. Es cierto que, desde la ontogenia, los ritmos del vínculo bebé-madre parecen surgidos desde las determinaciones propias del desarrollo, pero una vez que Freud plantea la hipótesis filogenética (1913-1914/1992dFreud, S. (1992d). Tótem y tabú. In Obras Completas. (J.L.Etcheverry Trad., Vol. 13, pp. 1-164). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1913-1914).), esta extimidad ya no puede agotarse en su dimensión ontogenética sino que cabe pensarla también en su dimensión histórica e intergeneracional. En este sentido, la historia de las sociedades y sus vicisitudes toma un rol relevante en el desarrollo de los ritmos pulsionales heredados por los sujetos, pero también en el desarrollo de los ritmos pulsionales de orden social que organizan las relaciones entre ellos.

De esta manera, para Freud los ritmos de la identificación del yo están soportados en las vicisitudes de un otro: una ritmicidad espacial (no reducible a los cuidadores) y una ritmicidad temporal (no reducible al presente). La identificación constituye un proceso psíquico que perpetua el duelo por la pérdida del objeto, en una ritmicidad que se regenera con cada nuevo vínculo intergeneracional, permitiendo al mismo tiempo, sostener el lazo social. Por medio de este complejo movimiento, la sociedad (expresada en la singularidad del yo del sujeto) intenta restituir un cierto estadio originario, o para ser más precisos, intenta restituir una experiencia que no adquiere su condición unitaria más que como construcción a posteriori.

Los ritmos pulsionales y de identificación que posibilitaron la constitución del yo lograrán una primera estabilización en el momento en que el niño logre resolver la conflictiva edípica y dé paso al período de latencia. Desarrollo cognitivo, consolidación de la identificación parental y sublimación pulsional van de la mano en este período. Justamente aquellos ritmos serán los que se verán afectados una vez iniciada la pubertad.

SEGUNDA PARTE

La reactualización del Edipo en la adolescencia

Los cambios iniciados por el sistema endocrino que dan inicio a la pubertad vienen a perturbar el equilibrio narcisístico de la infancia post-edípica. La emergencia de esta nueva fuerza somática implica, desde el punto de vista biológico, la posibilidad real de llevar a cabo el acto sexual y la reproducción, y desde el punto de vista psíquico, el reencuentro con el objeto (Freud, 1905/1992bFreud, S. (1992b). Tres ensayos de una teoría sexual. InObras Completas. (J.L.Etcheverry Trad., Vol. 7, pp. 109-224). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1905).). En este último sentido, la pubertad reactualiza la conflictiva edípica infantil, es decir, se produce una re-emergencia de fantasmas incestuosos y parricidas (Marty, 2003Marty, F. (2003). La parentalité: un nouveau concept pour quelles réalités? La place du père. Le carnet Psy.81(4), 27-33.). En otras palabras, la pubertad determina una profunda perturbación en los ritmos psíquicos del sujeto.2 2 ¿Qué entendemos por ritmos psíquicos? Son ritmos sostenidos en la realidad psíquica por medio de los cuales el sujeto se vincula con los objetos del mundo y con los otros. Estos ritmos impuestos al niño desde la más temprana infancia y consolidados en la latencia sufren alteraciones a causa del nuevo despertar sexual. Esta reemergencia de lo sexual descubierta por Freud le permite afirmar que la sexualidad humana es bifásica (Freud, 1905/1992bFreud, S. (1992b). Tres ensayos de una teoría sexual. InObras Completas. (J.L.Etcheverry Trad., Vol. 7, pp. 109-224). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1905).), desarrollándose en dos tiempos, con un intermedio, el período de latencia.

La tarea de la adolescencia será entonces la de organizar lo infantil. De ahí que “el paso del umbral puberal tiene por consecuencia la posibilidad de represión de lo infantil, la constitución de lo infantil en su represión” (Marty, 2005Marty, F. (2005). Hacia una tercera anamorfosis en la teoría de la sexualidad. En A. Birraux et al. Adolescentes hoy: en la frontera entre lo psíquico y lo social (pp. 14-21). Montevideo: Ediciones Trilce., p. 195). Lo infantil adquiere entonces carta de ciudadanía sólo con el advenimiento de la adolescencia en la medida en que el trabajo de la adolescencia es precisamente aquel de darle a lo infantil el lugar psíquico que le corresponde: lo reprimido. Por ello Marty (2005)Marty, F. (2005). Hacia una tercera anamorfosis en la teoría de la sexualidad. En A. Birraux et al. Adolescentes hoy: en la frontera entre lo psíquico y lo social (pp. 14-21). Montevideo: Ediciones Trilce. señala que “la adolescencia emerge sobre esta represión de lo infantil” (p. 195).

Procesos psíquicos constitutivos de la adolescencia

Al interior de este período de transformaciones psíquicas que conocemos como adolescencia, Gutton (1993)Gutton, P. (1993). Lo puberal. Madrid: Paidós. distingue dos procesos psíquicos: lo puberal y lo adolescens. Al expresar que la pubertad es al cuerpo lo que lo puberal es a la psique, Gutton insiste en las repercusiones psíquicas que las transformaciones endocrinas tienen para el joven. Así, lo puberal significa para el adolescente la realización del destino edípico por medio de la sexualización de su trabajo psíquico.

Momento de desconcierto ante las acometidas pulsionales, lo puberal constituye un tiempo de fragilidad psíquica, pudiendo conducir incluso, a consecuencia de su rechazo, al hundimiento psicótico del yo (Gutton, 1993Gutton, P. (1993). Lo puberal. Madrid: Paidós.). De ahí entonces el énfasis puesto por varios autores en esta primera etapa de la adolescencia, como momento de fragilidad psíquica que permite profundizar en una serie de manifestaciones psicopatológicas que tendrían su primera expresión en este período (la locura puberal, Gutton, 1993Gutton, P. (1993). Lo puberal. Madrid: Paidós.; el breakdown, Laufer, 1983Laufer, M. (1983). The breakdown. Adolescence,1, 63-70.; patologías del actuar y de la dependencia, Jeammet, 1990Jeammet, P. (1990). Les destins de la dépendance à l’adolescence.Revue Neuropsychiatrie de l’enfant et de l’adolescence, 38, 4-5.; unidad estructural de la anorexia y de la bulimia, Brusset, 1998Brusset, B. (1998). Psychopathologie de l’anorexie mentale. Paris: Dunod.; versión melancólica de la histeria femenina, Chabert, 1997Chabert, C. (1997). Féminin mélancolique.Adolescence, 30, 47-57.).

La emergencia pulsional puberal no sólo conllevaría una reviviscencia de la conflictiva edípica, sino también “la posibilidad del resurgimiento angustiante de cercanía fusional con el objeto primario” (Richard, 2007Richard, F. (2007). Les processus de subjectivation à l’adolescence. Paris: Dunod., p. 101), es decir, lo arcaico. De este modo, el recuerdo de aquella sincronía primaria establecida entre los ritmos de la madre y el bebé sería vivido como desubjetivante. De ahí que el adolescente busque, en ocasiones llegando a extremos patológicos, construirse unos límites corporales y psíquicos que lo protejan de esta experiencia fusional, estableciendo una distancia considerable con el mundo adulto.

No obstante, esta crisis soportada en este tiempo de fragilidad psíquica del yo, logra una salida a través del trabajo de elaboración psíquica de las embestidas pulsionales edípicas, por medio de los procedimientos de la idealización, en particular el ideal del yo y el mecanismo de la identificación (Gutton, 1993Gutton, P. (1993). Lo puberal. Madrid: Paidós.). Este trabajo elaborativo es lo que se conoce como lo “adolescens”. Este trabajo se instaura como momento de idealización organizadora de las figuras parentales, momento de desexualización de las representaciones incestuosas, conduciendo, por medio de la salida exogámica, a la elección de un objeto adecuado. De ahí, el valor en la infancia de las primeras identificaciones y de la elaboración del ideal del yo, como elementos a los cuales posteriormente el adolescente deberá apelar para sostener sus transformaciones psíquicas en su pasaje a la vida adulta.

Temporalidad retroactiva y subjetivación en la adolescencia

La noción de temporalidad psíquica implica que la vida anímica del sujeto no puede ser reducida a un determinismo lineal. En este sentido, ella supera la visión de un tiempo pasado que repercute en el tiempo presente, planteando la posibilidad que el sujeto reconfigure “con posterioridad los acontecimientos pasados, y que es esta modificación la que les confiere un sentido e incluso una eficacia o un poder patógeno” (Laplanche & Pontalis, 2004Laplanche, J., & Pontalis, J.B. (2004). Diccionario de psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós., p. 280). El descubrimiento del mecanismo de la represión histérica revelará a Freud precisamente la estructura de una temporalidad retroactiva que opera en el aparato anímico, sostenida en al menos tres registros específicos, según lo expresan Laplanche & Pontalis (2004)Laplanche, J., & Pontalis, J.B. (2004). Diccionario de psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós., al cual hemos agregado su correlato en lo sexual:

  • Registro psíquico: el trauma de lo sexual inconsciente.

  • Registro orgánico: la maduración puberal.

  • Registro evolutivo: la sexualidad bifásica en el ser humano.

A diferencia de otras concepciones desarrolladas en la época, la concepción freudiana de la temporalidad, que encuentra su expresión más explícita en la noción de la atemporalidad de los procesos inconscientes (registro psíquico,Freud, 1901/1992aFreud, S. (1992a). La interpretación de los sueños. In Obras Completas. (J.L.Etcheverry Trad., Vol. 4-5, pp. 3-747). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1900-1901).) hunde sus raíces en el cuerpo mismo del individuo (registro orgánico), y de ahí, en su organización social e intergeneracional (registro socio-evolutivo). Tres registros articulados que no pueden desatenderse en el momento de explicar la singularidad de una temporalidad psíquica, que desde la perspectiva de la adolescencia, reenvía inexorablemente a la constitución y represión de lo infantil, conduciéndonos a los procesos de subjetivación en la adolescencia.

La subjetivación es un proceso activo que permite la emergencia de un sujeto, tanto a través de un trabajo de reconocimiento, “tendiendo a extender la parte consciente en relación a aquella hasta entonces reprimida o excluida” (Houzel et al., 2000Houzel, D., Emmanuelli, M., & Moggio, F. (2000).Dictionnaire de psychopathologie de l’enfant et de l’adolescent. Paris: PUF., pp. 722-723), como a través de un trabajo de creación, de “un devenir-sujeto, expresión que pone el acento en la concepción de un sujeto que no está dado de una vez para siempre, sino que debe tomar forma construyéndose, en una producción permanente, implicando fuertemente el juego del inconsciente” (Richard & Wainrib, 2006Richard, F., & Wainrib, S. (2006). La subjectivation.Paris: Dunod., p. 21).

Así, el proceso de subjetivación en la adolescencia implica para el sujeto la operación de una apropiación simbólica de la experiencia pulsional, posibilitando la construcción de un nuevo sentido para el funcionamiento psíquico.

No obstante, este proceso de apropiación subjetiva no está exento de dificultades. Por un lado, la exigencia de los ritmos pulsionales, que empujan con una fuerza que el adolescente desconocía, y por otro lado, las exigencias de la cultura que le reclaman el gobierno de las pulsiones, insistiendo en que estas se inscriban en ritmos socialmente aceptables. El yo, como organizador psíquico deberá modular estas fuerzas que lo acometen, logrando establecer un nuevo ritmo psíquico de la relación del sujeto con el objeto y con los otros, en consonancia con las nuevas exigencias. El resultado de este nuevo orden en el sujeto es la emergencia de un superyó cada vez más social e impersonal capaz de gobernar más autónomamente sus relaciones con los otros.

Conclusión

La posibilidad de pensar la temporalidad psíquica en sus relaciones a la adolescencia conduce inexorablemente la discusión hacia la cuestión de la memoria en sus relaciones con lo infantil; en otras palabras, lo infantil sólo se constituye a partir de su amnesia (la otra escena) acaecida durante la represión adolescente. Así, los recuerdos de la infancia no serían sino construcciones de un tiempo ulterior a partir de un material inaccesible para el sujeto (Freud, 1909/1992cFreud, S. (1992c). A propósito de un caso de una neurosis obsesiva (El hombre de las ratas). In Obras Completas. (J.L.Etcheverry Trad., Vol. 10, pp. 119-252). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1909).). No hay posibilidad de rescatar ese material sino en su articulación a nuevas huellas mnémicas. Así, el conjunto de transformaciones y conflictos surgidos en la adolescencia posibilitan pensar una noción de temporalidad que por medio de la intrusión del recuerdo, no sólo deshace “los modelos de un tiempo biológico y de la consciencia” (Kristeva, 1995Kristeva, J. (1995). Le scandale du hors-temps. Revue française de psychanalyse, 59(4), 1029-1044., p. 1035), sino que se presenta como una “paradoja en relación al orden diacrónico establecido” (Viennet, 2007Viennet, D. (2007). Temps, développements, pathologies. Disertación doctoral no publicada, Université de Vincennes-Saint Denis Paris VIII: Paris, Francia., p. 195).

El proceso de subjetivación en la adolescencia plantea la cuestión de una renuncia definitiva a aquellos modos de satisfacción primaria que insisten desde lo que la propia reactualización edípica adolescente ha instaurado como lo infantil, y con ello apropiarse de modos de satisfacción culturalmente permitidos. Una renuncia que se establece como un proceso complejo, no exento de dificultades en el adolescente y que es conceptualizado por algunos autores como una crisis.

La clínica psicoanalítica, habiéndose establecido como un espacio de escucha e interpretación del malestar subjetivo, puede dar cuenta de las distintas expresiones de esta crisis, aportando al mismo tiempo, una interesante reflexión acerca del proceso de la adolescencia que, como represión y constitución definitiva de lo infantil (Marty, 2005Marty, F. (2005). Hacia una tercera anamorfosis en la teoría de la sexualidad. En A. Birraux et al. Adolescentes hoy: en la frontera entre lo psíquico y lo social (pp. 14-21). Montevideo: Ediciones Trilce.), instaura una temporalidad desconocida para la consciencia, una temporalidad retroactiva y de fuerza indestructible. No obstante, esta represión de lo infantil que se establece como tarea en la adolescencia no significa su sepultamiento definitivo, sino justamente la instauración de su lugar preciso. Lo infantil seguirá manifestándose durante toda la vida, como expresión y apropiación subjetiva del deseo del sujeto.

Referencias

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  • 1
    Optamos por el término temporalidad porque para Freud (1915/1992g)Freud, S. (1992g). Lo inconsciente. In Obras Completas. (J.L.Etcheverry Trad., Vol. 14, pp. 153-214). Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original publicado en 1915). la noción de tiempo está estrechamente vinculada a la consciencia y a la perspectiva clásica de una linealidad unidireccional. Por el contrario, la temporalidad rescata sobre todo el elemento subjetivo y psíquico de una vivencia temporal que se impone al sujeto y que en psicoanálisis posee una estructura retroactiva.
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    ¿Qué entendemos por ritmos psíquicos? Son ritmos sostenidos en la realidad psíquica por medio de los cuales el sujeto se vincula con los objetos del mundo y con los otros. Estos ritmos impuestos al niño desde la más temprana infancia y consolidados en la latencia sufren alteraciones a causa del nuevo despertar sexual.
  • Citação/Citation : Portilla, R. C. (2015, março). Temporalidad y subjetivación en la adolescencia. Revista Latinoamericana de Psicopatologia Fundamental, 18(1), 62-73.

Editado por

Editor do artigo/Editor : Manoel Tosta Berlinck e Sonia Leite

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    Mar 2015

Histórico

  • Recibido
    21 Ene 2014
  • Acepto
    18 Mar 2014
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