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Había una vez una construcción presentativa. Interpretaciones discursivas de las oraciones con haber impersonal

Once upon a time there was a presentative construction. Discourse interpretation of impersonal haber sentences

RESUMEN

A partir de datos naturales analizados en su contexto de uso, en este artículo nos proponemos cuestionar la adscripción global de la construcción con ‘haber’ impersonal del español a la clase de las construcciones existenciales, así como la centralidad que se asigna a su supuesta función presentativa. Proponemos en cambio una distinción preliminar entre predicaciones existenciales, locativas, posesivas, atributivas y eventivas, y de funciones discursivas adicionales a la presentativa; a saber, caracterizadora, encapsuladora, ejemplificadora, reformuladora, de coda saliente y de cierre.

Palabras clave:
Existenciales; Haber impersonal; Construcciones presentativas

ABSTRACT

Based on natural data analyzed within its context of use, in this article we challenge the global ascription of Spanish impersonal ‘haber’ construction to the class of existentials, as well as the centrality that is assigned to its supposed presentational function. We propose instead a preliminary distinction between existential, locative, possessive, attributive and eventive predications, and discursive functions additional to the presentational one; namely, characterizing, encapsulating, exemplifying, reformulating, salient coda, and topic-closing.

Keywords:
Existentials; Impersonal haber; Presentational construction

Más allá de la predicación existencial

Se considera tradicionalmente que, en sus usos impersonales, el verbo haber del español es un predicado existencial, y que la construcción con ‘haber’ impersonal (CHI), del tipo de (1), cumple en el discurso una función presentativa.

(1) a. Había una vez un elefante volador.

b. Hay un auto sospechoso en la esquina.

c. Hay tamales.

d. Hubo un accidente.

En palabras de la RAE (2010REAL ACADEMIA ESPAÑOLA y Asociación de Academias de la Lengua Española (RAE). Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Libros, S. L., 2010., p. 287): “Los nuevos referentes que el artículo indeterminado aporta al discurso son introducidos a menudo por verbos presentativos. Estos predicados expresan existencia, a veces combinada con la idea de localización. Su sujeto o complemento directo es habitualmente un grupo nominal indeterminado. El verbo haber constituye el ejemplo más genuino de esta clase de predicados cuando aparece en construcciones impersonales, como en Hubo un apagón en el pueblo.”

En realidad, los referentes discursivos nuevos son introducidos por muchos otros medios más frecuentemente que a través de una CHI, pero lo interesante es que esta parecería ser una construcción especializada en señalarlos como tales, plausiblemente porque jugarán algún papel importante en lo que sigue. Así entendida, no sorprende que la CHI sea la fórmula de inicio preferida de las narrativas tradicionales (Había una vez…), donde se presenta a los protagonistas de la historia, o aparezca en las fórmulas he aquí…, hete aquí… y similares, cuya función presentativa es evidente.

Como surge de la cita de la RAE, existe una relación entre la función presentativa, la predicación existencial y la noción de locación. A estas podemos añadir también la de posesión, si consideramos que en sus orígenes haber fue un verbo transitivo con significado posesivo (2) (BASSOLS, 1948; HERNÁNDEZ DÍAZ, 2006HERNÁNDEZ DÍAZ, Axel. Posesión y existencia. La competencia de haber y tener en la posesión y haber existencial. In: COMPANY, Concepción (dir.). Sintaxis histórica del español. Primera parte: La frase verbal. México: Universidad Nacional Autónoma de México/Fondo de Cultura Económica , 2006. p. 1053-1160. 2 v.; DEL BARRIO DE LA ROSA, 2016DEL BARRIO DE LA ROSA, Florencio. De haber a tener. La difusión de tener como verbo de posesión en la historia del español: contextos y focos. In: DE BENITO MORENO, Carlota; DE TOLEDO Y HUERTA, Álvaro Sebastían Octavio (ed.). En torno a ‘haber’. Berlín: Peter Lang , 2016. p. 239-280.), y que -como veremos- ciertos ejemplos marginales con lecturas posesivas parecen persistir hasta la actualidad.

(2) …un par de casas con su corral que nós avemos en esta aldea dicha (del Barrio de la Rosa 2016DEL BARRIO DE LA ROSA, Florencio. De haber a tener. La difusión de tener como verbo de posesión en la historia del español: contextos y focos. In: DE BENITO MORENO, Carlota; DE TOLEDO Y HUERTA, Álvaro Sebastían Octavio (ed.). En torno a ‘haber’. Berlín: Peter Lang , 2016. p. 239-280., p. 253).

Los dominios existencial, locativo y posesivo se encuentran estrechamente relacionados en términos conceptuales. La existencia presupone una localización, así sea inmaterial (LYONS, 1967; CLARK, 1978CLARK, Eve. Locationals: Existential, locative, and possessive constructions. In: GREENBERG, Joseph (ed.). Universals of human language. Standford: Stanford University Press, 1978. p. 85-126.; HEINE, 1997), y la posesión puede ser vista como una forma institucionalizada de la existencia (WANG; XU, 2013WANG, Yong; XU, Jie. A systemic typology of existential and possessive constructions. Functions of Language, v. 20, n.1, p. 1-30, 2013., p. 19) o, asimismo, como una forma de la locación: “Broadly conceived, possession is a locative state in which the Ground is an animate being and the Figure-Ground relation is of an enduring or socially-sanctioned nature” (SLOBIN, 1985SLOBIN, Dan. Crosslinguistic evidence for the language making capacity. In: SLOBIN, Dan (ed.). The crosslinguistic study of language acquisition. Theoretical issues Hillsdale: Erlbaum, 1985. v. II, p. 1157-1256., p. 1179; cf. también CLARK, 1970CLARK, Eve. Locationals: A study of the relations between existential, locative and possessive constructions. Working papers on language universals. Stanford: Language Universals Project, Stanford University, 1970. p. L1-L26.).

No sorprende, entonces, que lo que se reconoce en distintas lenguas como “construcciones existenciales” tengan como base tanto predicados particulares (“existenciales”) como construcciones posesivas y locativas (e impersonales) (MCNALLY, 2015MCNALLY, Louise. Existential sentences crosslinguistically: variations in form and meaning. Annual Review of Linguistics, v. 2, n. 1, p. 211-231, 2015.).

Es interesante que, en el caso del español haber, posesión, existencia y locación coexisten lo largo de su propia evolución diacrónica. En efecto, entre otros cambios sufridos por el verbo (su adopción como auxiliar en tiempos compuestos -había sido-, la ocasional concordancia plural con la frase postpuesta -habían muchas personas-), a partir del siglo XIV la construcción transitiva-posesiva cede lugar a la impersonal-existencial (HERNÁNDEZ DÍAZ, 1999HERNÁNDEZ DÍAZ, Axel. La competencia de haber y tener como verbos de posesión en el español antiguo. Tesis doctoral inédita, Universidad Nacional Autónoma de México, México, 1999., 2003HERNÁNDEZ DÍAZ, Axel. La semántica locativa de las construcciones existenciales con haber. Un ejemplo de gramaticalización. Medievalia, n. 35, p. 135-154, 2003., 2006HERNÁNDEZ DÍAZ, Axel. Posesión y existencia. La competencia de haber y tener en la posesión y haber existencial. In: COMPANY, Concepción (dir.). Sintaxis histórica del español. Primera parte: La frase verbal. México: Universidad Nacional Autónoma de México/Fondo de Cultura Económica , 2006. p. 1053-1160. 2 v.). Por otra parte, se ha notado que, ya desde el español medieval, el adverbio locativo y -que luego pasa a formar parte del verbo en la tercera persona de singular en presente de indicativo hay- solía acompañar las construcciones con haber (GARCÍA MIGUEL, 2006GARCÍA-MIGUEL, José María. Los complementos locativos. In: COMPANY, Concepción (dir.). Sintaxis histórica de la lengua española. Primera parte: La frase verbal. México: Universidad Nacional Autónoma de México/Fondo de Cultura Económica, 2006. p. 1253-1336. 2 v.), indicando la tendencia, en el uso, a delimitar locativamente la predicación en las construcciones con este verbo (3).

(3) Bien los ferredes, que dubda non y aura (GARCÍA MIGUEL, 2006GARCÍA-MIGUEL, José María. Los complementos locativos. In: COMPANY, Concepción (dir.). Sintaxis histórica de la lengua española. Primera parte: La frase verbal. México: Universidad Nacional Autónoma de México/Fondo de Cultura Económica, 2006. p. 1253-1336. 2 v., p. 1279).

En los estudios teóricos sobre construcciones existenciales se asume la adscripción de la construcción con haber impersonal a esta clase, al mismo tiempo que se reconoce que esta solo puede caracterizarse interlingüísticamente a partir de rasgos de un considerable nivel de generalidad. Las construcciones existenciales son, en términos formales, (i) estructuras no canónicas (de allí la exclusión, en español, del predicado existir), (ii) con un único argumento sintácticamente obligatorio -el “pivote”- frecuentemente acompañado de una expresión locativa sintácticamente opcional -la “coda”- que, en términos funcionales, (iii) sirven para introducir una nueva entidad en el discurso localizándola o afirmando su existencia (MCNALLY, 2015MCNALLY, Louise. Existential sentences crosslinguistically: variations in form and meaning. Annual Review of Linguistics, v. 2, n. 1, p. 211-231, 2015.).1 1 En este trabajo nos centraremos en aspectos ligados a la interpretación discursiva de la CHI. Sobre distintas propuestas de análisis sintáctico y semántico, cf. FERNÁNDEZ SORIANO; TÁBOAS BAYLÍN, 1999; RAE 2010 §4.7.1., §15.3.1.; LEONETTI, 2008, 2015; ESCANDELL-VIDAL; LEONETTI, 1998; entre muchos otros. Sobre las construcciones existenciales desde perspectivas interlingüísticas, cf. BENTLEY; CRUSCHINA, 2016; BENTLEY, CICONE; CRUSCHINA, 2015; MCNALLY, 2011, 2015; entre muchos otros.

En la medida en que las construcciones existenciales se usan típicamente para introducir nuevos referentes discursivos -i.e. entidades sujetas a una cierta “condición de novedad” (Novelty Condition, MCNALLY, 1992MCNALLY, Louise. An interpretation for the English existential construction. 1992. Tesis (Doctoral) - University of California, Santa Cruz, 1992.; WARD; BIRNER, 1995WARD, Gregory; BIRNER, Betty J. Definiteness and the english existential. Language, v. 71, n. 4, p. 722-742, 1995.)- se espera que ocurran con pivotes indefinidos y sancionen los definidos, y esto es en efecto lo que encontramos también entre las CHI del español (4).

(4) a. Hay mujeres / una mujer.

b. * Hay la mujer.

Se ha notado, sin embargo, que son posibles ciertas excepciones a este “efecto de definitud” (definiteness effect, MILSARK, 1974MILSARK, Gary. Existential sentences in english. 1974. 255 f. Tesis (Doctoral en Filosofia) - Universidad de Cambridge, Cambridge, 1974.), en particular cuando se trata de superlativos u otros grupos nominales de valor cuantitativo (5a), así como con los llamados “usos endofóricos” del artículo definido, cuya riqueza de contenido descriptivo permite asumirlos como desconocidos para el interlocutor (5b), así como entre las llamadas interpretaciones “de recordatorio” (5c) (LEONETTI, 1999LEONETTI, Manuel. El artículo definido. In: DEMONTE, Violeta; BOSQUE, Ignacio (ed.). Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe, 1999. p. 787-890. 1 v., p. 816-817, sus ejemplos):

(5) a. No hay el menor indicio de culpabilidad.

b. Hay el problema del aprovechamiento adecuado de los recursos hidrológicos.

c. ¿Qué tenemos para cenar? Hombre, pues ya sabes, hay el arroz y la ensalada que han sobrado este mediodía.

En particular en los usos “de recordatorio” es evidente que el pivote no se asume como nuevo sino como mutuamente conocido -de ahí el nombre-, por lo que se ha sugerido que, en estos casos, la condición de novedad sería satisfecha no ya por el estatus cognitivo del referente denotado por el pivote, sino por la relación de este con el contexto local donde se presenta (LEONETTI, 2015LEONETTI, Manuel. Definiteness effects: the interplay of information structure and pragmátics. In: FISCHER, Susann; KUPISCH, Tanja; RINKE, Esther (ed.). Definiteness effects: bilingual, typological and diachronic variation. Newcastle upon Tyne: Cambridge Scholars Publishing, 2015. p. 66-117.).2 2 De acuerdo con LEONETTI (2015), la disponibilidad de una construcción alternativa con estar hace que estas interpretaciones “de recordatorio” (así como en general las construcciones con pivotes definidos), relativamente aceptables en otras lenguas, sean particularmente marcadas en español.

Así, habría distintos tipos de “novedad” relevante para el pivote de las CHI del español. Algunos serían nuevos para el oyente (hearer-new, PRINCE, 1992), aunque incorporando los casos en que deba acomodarse pragmáticamente su identificabilidad (5a, b), y otros serían meramente nuevos en el discurso (discourse-new, PRINCE, 1992), aunque no desconocidos para el interlocutor (5c).

Esta diversidad sugiere que la generalización relevante podría plantearse en términos de estructura focal - es decir, no en relación con el estatus pragmático del pivote sino con su función pragmática en la oración -, ya que los focos pragmáticos de ningún modo están restringidos a entidades “nuevas” (LAMBRECHT, 1994LAMBRECHT, Knud. Information structure and sentence form. Cambridge: Cambridge University Press, 1994.).

De hecho, se considera que las CHI con pivotes indefinidos son estructuras de foco oracional, que se predican pragmáticamente de un “tópico de escenario” (stage-topic, ERTESCHIK-SHIR, 1997), entendido como el dominio témporo-espacial específico respecto del cual se evalúa la predicación, o el “aquí y ahora” del discurso (CHAFE, 1976CHAFE, Wallace. Givenness, contrastiveness, definiteness, subjects, topics, and point of view. In: LI, Charles. Subject and topic. New York: New York Academic Press, 1976. p. 27-55.; JACOBS, 2001JACOBS, Joachim. The dimensions of topic-comment. Linguistics, v. 39, n. 374, p. 641-681, 2001.).

Por otra parte, se ha propuesto que los pivotes definidos - los cuales atraerían foco estrecho y como tales deberían ocurrir en el margen derecho de la cláusula -, determinan la necesaria dislocación de las codas explícitas, un fenómeno que se ha capturado en términos de una “restricción de coda” (Coda Constraint, LEONETTI, 2008LEONETTI, Manuel. Definiteness effect and the role of the coda in existential constructions. In: KLINGE, Alex; HOEG-MÜLLER, Henrik (ed.). Essays on determination. Ámsterdam: John Benjamins, 2008. p. 131-162., 2015LEONETTI, Manuel. Definiteness effects: the interplay of information structure and pragmátics. In: FISCHER, Susann; KUPISCH, Tanja; RINKE, Esther (ed.). Definiteness effects: bilingual, typological and diachronic variation. Newcastle upon Tyne: Cambridge Scholars Publishing, 2015. p. 66-117.):

(6) a. Hay arroz y ensalada en el refrigerador.

b. *Hay el arroz y la ensalada que han sobrado este mediodía en el refrigerador.

(cf. En el refrigerador hay el arroz y la ensalada que han sobrado este mediodía)

Sin embargo, se reconoce al mismo tiempo que son marginalmente posibles las construcciones con pivotes indefinidos topicalizados (7a), construcción que cuestiona la asociación de las CHI con estructuras de foco oracional, de la cual, por otra parte, también se exceptúan las CHI con pivotes pronominales, ya sea clíticos (7b) o relativos (7c), necesariamente excluidos de la función de foco pragmático, así como de la “condición de novedad”.3 3 Escandell y Leonetti (1998) discuten las CHI con pivotes relativos en relación con el efecto de definitud. Coy (2016), a partir de datos de corpus, compara construcciones existenciales del español y francés y explica la mayor frecuencia de pivotes relativos en español (en relación con el francés) apelando a la “jerarquía de accesibilidad” de Kennan y Comrie (1977) y la disponibilidad del pivote de la CHI para ser reanalizado como sujeto sintáctico. De Benito Moreno (2016) examina las CHI con pivotes pronominales y muestra que son más frecuentes en las lecturas adscriptivas que en las locativas, así como con entidades animadas. La autora también muestra que estas estructuras suelen involucrar predicados de individuo (individual-level predicates, CARLSON, 1977), aspecto que las diferencia de las codas existenciales, que toman predicados de estadio (MCNALLY, 2011, p. 1833; LEONETTI, 2008).

(7) a. Ardillas, hay en el bosque. (MCNALLY, 2011MCNALLY, Louise. Existential sentences. In: MAIENBORN, Claudia; VON HAUSINGER, Klaus; PORTNER, Paul (ed.). Semantics: an International Handbook of Natural Language Meaning. Berlín: de Gruyter, 2011. p. 1829-1848. 2 v., p. 1834)

b. Yo no creo en brujas, pero que las hay, las hay.

c. Este libro trata de las cacerías de brujas que hubo en el medioevo.

Estas excepciones a los efectos de definitud y a la condición de novedad desafían asimismo la centralidad de la predicación existencial, en la medida en que no puede predicarse felizmente la existencia de una entidad que se asume como conocida para el interlocutor. En verdad, aun dejando de lado los casos que podrían considerarse relativamente excepcionales, la generalización de que las CHI implican una predicación de existencia también aparece cuestionada por ejemplos más comunes.

Por ejemplo, tal como señala Lambrecht (1994LAMBRECHT, Knud. Information structure and sentence form. Cambridge: Cambridge University Press, 1994., p. 179), resulta difícil imaginar una situación donde un enunciado como “Hay cucarachas” se realice con el propósito de afirmar la existencia de estas criaturas. Por el contrario, señala el autor,

Such a statement would be most naturally used in situations where the existence of cockroaches may already be taken for granted and where the purpose of the speech act is to introduce the NP referent into the discourse world of the interlocutors by asserting its PRESENCE in a given location (“Don’t go into the kitchen. There are cockroaches”). From the discourse-pragmatic point of view, it is therefore preferable to interpret the function of such sentences as that of presenting or introducing a referent into the “place” or “scene” of the discourse and thereby of raising it into the addressee’s consciousness, rather than of asserting its mere existence. (LAMBRECHT 1994LAMBRECHT, Knud. Information structure and sentence form. Cambridge: Cambridge University Press, 1994., p. 179)

De allí que, en los estudios sobre el tema, la caracterización de haber como “verbo existencial,” propia de las investigaciones teóricas, alterne con la de “verbo presentativo,” adoptada por ejemplo por la RAE, sin que, por otra parte, quede claro si estos términos se consideran co-extensivos,4 4 La RAE, por ejemplo, señala que los verbos presentativos “expresan existencia, a veces combinada con la idea de localización” (cf. cita arriba), lo que difumina la distinción entre estos tres dominios. Por otra parte, también señala que la CHI tiene dos variantes: una “locativa” donde “la noción de ‘presentación’ se combina con la de ‘localización’, a veces implícita”, y otra “adscriptiva”, donde “se atribuye al argumento una propiedad relevante que permite caracterizarlo o clasificarlo entre otros.” Los ejemplos que se proponen sugieren que la variante adscriptiva debería considerarse como un subtipo específico dentro de la locativa, que se interpretaría como la clase general. si capturan diferentes usos del verbo (o de la construcción), o si apuntan a distintos niveles de análisis. Esta última es la perspectiva que adoptamos aquí.

Interpretaciones existenciales, locativas, posesivas, atributivas y eventivas

Lo cierto es que, al analizar el uso que los hablantes dan a la CHI, vemos que las lecturas propiamente existenciales alternan con otras predominantemente locativas, atributivas, posesivas y eventivas, que creemos útil distinguir, aun cuando sus rasgos formales no sean definitorios y las interpretaciones pueden solaparse (cf. ZIV, 1982ZIV, Yael. Getting more mileage out of existentials in English. Linguistics, v. 20, n. 11-12, p. 747-762, 1982.; COLLINS, 2001COLLINS, Peter. Some discourse functions of existentials in english. Proceedings of the 2001 Conferene of the Australasian Linguistic Society, p. 1-6, jan. 2001. ; y para el español TREVIÑO, 2003TREVIÑO, Esthela. On the subjecthood issue of existential haber. In: MARRERO, Victoria, et al. (ed.). Linguistic theory and language development in hispanic languages. Somerville: Cascadilla Press, 2003. p. 178-192.).5 5 Salvo indicación en contrario, todos los ejemplos que siguen fueron obtenidos gracias a la base de datos ADESSE, de la Universidad de Vigo, accesible en http://adesse.uvigo.es/index.php/ADESSE/Inicio

Las lecturas más cercanas al prototipo existencial surgen en ejemplos como los de (8), donde los pivotes denotan entidades que se asumen como desconocidas para el interlocutor (hearer-new) y de las que, por lo tanto, puede predicarse felizmente su existencia.

(8) a. Había una vez un elefante volador (=(1a))

b. Hay libros ilegibles.

c. En el futuro habrá nuevas fuentes de energía renovable.

En la medida en que los nombres comunes solo permiten denotar clases conocidas, los pivotes de lecturas existenciales requieren mínimamente de un modificador; de otra forma, fuerzan una interpretación locativa. La lectura existencial del enunciado Hay cucarachas no es pragmáticamente feliz porque el universo contra el cual esa proposición se evalúa coincide con un common ground donde la existencia de las cucarachas se considera presupuesta (cf. arriba). Hay cucarachas albinas, por el contrario, es compatible tanto con la interpretación locativa (En la cocina hay cucarachas albinas) como con la existencial (Existen cucarachas albinas).

Las CHI con lectura existencial son naturalmente parafraseables con el verbo existir. Así, (8a) equivale a Existió (una vez) un elefante volador; (8b) a Existen libros ilegibles; y (8c) a Existirán nuevas fuentes de energía renovable.

Estos usos también resultan los más cercanos a la interpretación de “juicio tético” (BRENTANO, 1874BRENTANO, Franz. Psychology from an Empirical Standpoint. London: Routledge, 1995 [1874].[1995]; KURODA, 1972KURODA, Sige-Yuki. Indefinites. Cambridge: MIT Press, 1972.; LADUSAW, 1994LADUSAW, William. Thetic and categorical, stage and individual, weak and strong. In: HARVEY, Mark; SANTELMANN, Lynn (ed.). Proceedings from Semantics and Linguistic Theory IV. Ithaca: DMLL Pubs, 1994. p. 220-229.) que se invoca como característica de la construcción (cf. nota al pie 3 arriba) y corresponden a estructuras de foco oracional.

De entenderse como predicaciones pragmáticas sobre un tópico de escenario, este debe ser implícito, y postularse como coextensivo con la totalidad lo que la situación de enunciación asume como mundo compartido.

Como podría esperarse a partir de estas restricciones, estas lecturas estrictamente existenciales son poco frecuentes en el discurso natural, pero algunos ejemplos de corpus se presentan en (9).

(9) a. La historia universal está, pues, lejos de ser un término práctico para uso de bibliotecarios, sino que, sin la menor reserva o circunspección nominalis se cree hoy por ahí que hay historia universal como hay perros y gatos, y se cree que hay realmente un sujeto llamado humanidad y una aventura, una marcha y un destino de esa humanidad.

b. El hombre mostraba el torso desnudo y sentía la piel de la frente y los hombros perlada de sudor y las raíces del cabello humedecidas. Hubiérase dicho que su perfecta inmovilidad atenuaba el curso del tiempo en su cuerpo y en su entorno. Hay días que nacen con un signo aciago en su cielo; a lo largo de ellos, muchos pequeños actos acaban por conformar un cuadro de malaventura tan irritante…

c. es el país más español de América Latina; al mismo tiempo, es el más indio. La civilización mesoamericana murió de muerte violenta pero México es México gracias a la presencia india. Aunque la lengua y la religión, las instituciones políticas y la cultura del país son occidentales, hay una vertiente de México que mira hacia otro lado: el lado indio. Somos un pueblo entre dos civilizaciones y entre dos pasados.

Si bien en los casos prototípicos la lectura existencial se asocia con referentes nuevos, son asimismo posibles con pivotes conocidos (hearer-old) en contextos de foco de polaridad; esto es, donde se confirme o corrija una presuposición que involucra la (in)existencia de la entidad en cuestión (10):

(10) a. Yo no creo en brujas, pero que las hay, las hay (=(6b))

b. Cuesta, a pesar de todo, llegar a comprender cómo pudo alcanzarse tan indigno grado de sometimiento y obediencia no a la imposición coactiva de un poder concreto, sino a esa genérica y anónima impostura de la historia universal. Se creyó a pies juntillas que había verdaderamente tal historia universal y que era obligatorio someterse a su interpelación y responder a sus conminaciones.

Más comunes son las CHI que tienen una interpretación locativa, en el sentido (amplio), en que la entidad denotada por el pivote debe conceptualizarse dentro de un marco espacial restringido, que no abarca la totalidad del mundo compartido. En las lecturas locativas el marco locativo puede aparecer explícito en la coda o inferirse del contexto, pero siempre es específico (de otra forma la lectura es existencial). A diferencia de las lecturas propiamente existenciales, donde el pivote debe referir a entidades completamente novedosas (o a interpretaciones de foco de polaridad), en las lecturas locativas el pivote puede denotar una clase conocida (incluso un referente activo), ya que lo informativamente relevante es su “presencia” en relación con esas coordenadas particulares que sirven de marco. El de (11) es un ejemplo construido, los de (12) están tomados de corpus.

(11) A: -Se me hace tarde y no sé si conseguiré un taxi.

B: -Hay un taxi (/ hay uno) estacionado en la esquina.

(12) a. … de una vez por todas ha quitado de en medio voluntad de combatientes, pronunciándose a ciegas, de antemano, por el Hado. Sus conmemoraciones jamás podrán ser tales; serán irremediablemente falsas, ya que la sola historia es para él siempre la sola vencedora, la única voluntad que hay en el campo. Tan sólo para el devoto de leyendas que aún reconoce voluntad de humanos

b. Recordó, sin embargo, tan apresurada como dolorosamente, las últimas horas de aquella historia. Unas monjas que tenían su convento en la misma Via Cappuccio se ofrecieron para ocuparse de Francesca y llevarla a un Centro Benéfico para enfermos mentales que había en las afueras de la ciudad. Aquel mismo Centro…

En los ejemplos de (12) el pivote, codificado por el pronombre relativo, forma parte de lo pragmáticamente presupuesto (y, por lo tanto, también forma parte de lo pragmáticamente presupuesto el predicado haber), y la CHI realiza una estructura de foco estrecho (en el locativo).

Las lecturas locativas también son posibles en contextos de foco oracional, donde tanto el pivote como la coda locativa forman parte del foco (13a). Por su parte, cuando el marco locativo (pero no el pivote) se infiere del contexto discursivo o situacional, este funciona referencialmente como tópico, y la CHI realiza una estructura de foco de predicado (13b, c).

(13) a. Hay un auto sospechoso (*/) en la esquina. (=(1b))

b. No entres a la cocina. Hay cucarachas.

c. [Mirando por la ventana] Hay nubes de tormenta.

Estos últimos son muy frecuentes en el discurso narrativo. Así, en (14a) el pivote “las botellas vacías” sirve para caracterizar (se predica pragmáticamente de) la habitación donde Bayardo San Román duerme embriagado - e indirectamente el estado del propio Bayardo San Román -. En (14b), las fábricas y mataderos sirven para caracterizar a las zonas de extrarradio, y en (14c) la mujer que repite “cerdo, pig, cerdo pig” en voz muy baja sirve a la narradora para caracterizar los territorios hispanos de Manhattan.

(14) a. Bayardo San Román estaba inconsciente en la cama, todavía como lo había visto Pura Vicario en la madrugada del lunes con el pantalón de fantasía y la camisa de seda, pero sin los zapatos. Había botellas vacías por el suelo, y muchas más sin abrir junto a la cama, pero ni un rastro de comida. “Estaba en el último grado de intoxicación etílica”, me dijo el doctor Dionisio Iguarán.

b.… una multitud semidesnuda y harapienta revolcándose en charcos fangosos, y tumbados hombres, mujeres y niños en un casi imposible hacinamiento, entre yerbajos amarillos, periódicos grasientos, restos de comida malolientes y detritus de toda índole. Pero en las zonas de extrarradio había también fábricas, mataderos, solares donde crecía la yerba y pastaban ovejas, casas semiderruidas, huertas, tiovivos, merenderos y piscinas, y eran tentadores para la excursión en metro o en tranvía.

c. A partir de mi nueva calle empiezan los territorios hispanos, alto Broadway, frontera de miseria, límite del idioma, refugio de los desamparados. Hoy, cuando regresaba, ya tarde, a casa, había una mujer sentada en un banco con dos niños dormidos a su lado. Parecía vencida y agotada. Miraba fijamente al otro lado de la calle y decía: “Cerdo, pig, cerdo, pig”, en voz muy baja.

El ejemplo de (14c) ilustra además otra función retórica de estas CHI-locativas en el discurso narrativo: borrar de la escena al narrador experimentante (ya sea intra- o extra-diegético). En (14c) la mujer sentada es lo que la narradora ve “al regresar, ya tarde, a casa,” aunque se presente - gracias a la construcción impersonal - como un rasgo objetivo del paisaje. En estos contextos la CHI permite al narrador ubicar entidades que formarán parte del mundo narrado desligándolas de la presencia de un experimentante. Llamaremos a estos usos “objetivizadores.” Un par de ejemplos adicionales se presenta abajo. En (15a) un narrador diegético se desdibuja en un “nosotros” que, a su vez, se confunde con el pasillo que se hace “desembocar” (¡junto con ellos!) en el salón. Sin embargo, es este narrador diegético quien, tras bambalinas, gobierna el punto de vista desde donde se perciben esos “pocos comensales con aspecto desvalido” que se presentan en la CHI. De forma análoga, en (15b), es necesariamente el “yo” que abre la puerta y se cuela en el local quien percibe y selecciona como objeto de interés al individuo de rostro enjuto.6 6 Estos usos objetivizadores no son exclusivos de las CHI-locativas. Nótese la diferencia entre El ejército americano tiene armas de última generación vs. En el ejército americano hay armas de última generación, donde la coda encubre un poseedor que solo reaparece a partir de ciertas inferencias pragmáticas. La CHI tiene la ventaja de ser, justamente, una construcción impersonal.

(15) a. Nos hizo recorrer un pasillo oscuro que desembocaba en el salón comedor donde había unos pocos comensales con aspecto desvalido, atravesar éste y pasar a un reservado situado al fondo, junto a las cocinas.

b. … entré en el edificio, saludé al portero, que no me reconoció, y subí a la agencia. La puerta estaba cerrada, pero se apreciaba actividad en su interior a través del cristal esmerilado. Abrí la puerta y me colé en el local. En el escritorio del fondo había un individuo de rostro enjuto y pelo ensortijado, vestido con una americana de cuadros negros y blancos, a quien un mocetón casi acostado sobre la mesa estaba dando explicaciones.

Aunque poco frecuentes, algunas CHI presentan una interpretación predominantemente posesiva. Tal como en las locativas, si el marco no aparece explícito (en el contexto o en la coda) es necesario reponerlo. A diferencia de las locativas, este marco ejerce algún tipo de control respecto del pivote (DEL BARRIO DE LA ROSA, 2016DEL BARRIO DE LA ROSA, Florencio. De haber a tener. La difusión de tener como verbo de posesión en la historia del español: contextos y focos. In: DE BENITO MORENO, Carlota; DE TOLEDO Y HUERTA, Álvaro Sebastían Octavio (ed.). En torno a ‘haber’. Berlín: Peter Lang , 2016. p. 239-280.). Así, en estas lecturas el pivote designa una entidad que está bajo el domino de otra, ya sea animada (en los casos prototípicos) o inanimada, pero con la que establece una relación convencional estable. La paráfrasis más natural de (16a) es Tenemos tamales, la de (16b) Su familia tenía un estudio de fotografía, y la de (16c) La fuente ya no tiene agua.

(16) a. [Cartel en la puerta de un comercio] Hay tamales. (=(1c))

b. Este vasco de Gasteiz - con tan sólo 24 años - no empezó de casualidad en lo del séptimo arte. Había un estudio [de fotografía] en su familia y la afición a la imagen le empezó prematuramente. Con muy pocos años manejaba ya cámaras, y antes de los 16 años ya hacía sus primeros cortos.

c. Me senté frente a ti, en el borde de la fuente, adivinándote en la penumbra. “No sé por qué ya no hay agua en la fuente”, dijiste.

Relacionadas con estas surgen las lecturas atributivas, en las que las que el pivote es un sustantivo abstracto que indica una cualidad y se predica de una coda explícita que denota un individuo o una locación simbólica. Así, (17a) se interpreta como Ella está confundida; (17b) como Su confesión fue orgullosa y (17c) como La organización jerárquica de la Iglesia y los ejércitos no es suficientemente semejante.

(17) a. - Sin embargo, sé que en Adriana late otro ser; otro ser que ella misma ahoga; un ser… no sé cómo explicarme, que a veces me parece la esencia, la viva representación de Italia, de su hermoso país. Pero hay tanta confusión en ella… Si yo pudiera lograr que Ø viera con claridad su situación…

b. Había orgullo en su confesión y una sombra de tristeza.

c. Podría responderse que la impecabilidad atribuida a los ejércitos no es una impecabilidad individual que afecte a cada militar por separado, sino una impecabilidad o infalibilidad corporativa semejante a la que la Iglesia reconoce al sínodo ecuménico o al pontífice definiendo ex cathedra; pero no habiendo suficiente semejanza entre la organización jerárquica de la Iglesia y la de los ejércitos….

Estos casos son similares a los descriptos para ciertas construcciones con there del inglés como instancias de “atributo saliente” (highlighted attribute, COLLINS, 2001COLLINS, Peter. Some discourse functions of existentials in english. Proceedings of the 2001 Conferene of the Australasian Linguistic Society, p. 1-6, jan. 2001. ), donde se incluyen también ejemplos modales con atributos como duda, juicio, posibilidad, etc. que expresan la evaluación del emisor respecto de la proposición, y que son también frecuentes en español (18). En esta clase consideramos asimismo las construcciones comparativas del tipo de (19).

(18) a. Otros han desafiado esta evaluación de la contribución de Chomsky sosteniendo que no fue sino una continuación de la lingüística estructural posterior a Bloomfield (Derwing 1979, Koerner 1982). No hay duda de que esto último es cierto, pero también es verdad que toda revolución tiene sus precursores.

b. …no puede haber cuestión en la propuesta de considerar la interpretación tradicional de la frase evangélica: “Dad al César lo que…, etcétera”, como una interpretac ad hoc.

c. …será equivocado, como ya he sugerido más arriba, reprochar el que se aportasen de invención. No habría lugar a tacharlo de injusticia, por cuanto la ficción, aun cuando pueda derivarse de lo dado, no apunta nunca a ello, y menos aún lo juzga.

(19) a. …no habría cosa peor que ser descabalgado y suplantado en la silla del poder

b. no hay desde luego operación más bárbara, más inculta, o sea, más destructiva para cualquier forma de cultura agente y operante, que la de su elevación a patrimonio cultural…

c. ¿Puede haber algo más degradante para un hombre o para un pueblo, ya se llame español o castellano, que disfrazarse de sí mismo…?

Finalmente, surgen lecturas eventivas cuando el pivote es un sustantivo deverbal o un nombre eventivo (FÁBREGAS 2010) que denota un suceso (20). En estos casos, el marco requerido incluye un componente temporal, ya sea que se deduzca del contexto situacional o aparezca codificado en la cláusula. Así, (20a) se lee como Sucedió un accidente; (20b) como Tendrán lugar tormentas de nieve, y (20c) como Los viernes proyectan películas interesantes (aunque admite también una lectura atributiva Las películas de los viernes son interesantes).

(20) a. Hubo un accidente (=(1d))

b. Habrá tormentas de nieve.

c. Los viernes hay películas interesantes.

Algunos datos de corpus se presentan en (21); donde (21a) se podría reconstruirse como Mañana los compostelanistas trabajarán; (21b) como En las filas de la GGT se entusiasmaron, y (21c) como Denunciaron que algunos de sus parientes resultaron beneficiarios.

(21) a. Por su parte, el entrenador del Compostela, Fernando Castro Santos, citó hoy a sus jugadores a las once de la mañana, para realizar la única sesión de la jornada en las instalaciones de Lavacolla. Mañana, también en sesión matinal, habrá trabajo para los compostelanistas, que emprenderán viaje hacia Murcia tras el entrenamiento. En estas dos últimas sesiones de la semana, el entrenador blanquiazul, Fernando Santos, decidirá los dieciséis hombres…

b. Esta intuición fue generalizada y un tantito elaborada en la llamada tesis de Katz-Postal (Katz & Postal 1964), la cual fue incorporada a la llamada «teoría estándar» de la GGT (Chomsky 1965). La semántica parecía haber logrado finalmente una base firme. Durante un tiempo hubo entusiasmo en las filas de la GGT. Pero el entusiasmo no duró mucho: se empezó a ver algunas dificultades en la tesis de Katz-Postal, y Chomsky (1971) la reemplazó…

c. … a menos de que se considere como positiva a la industria que tuvo en la privatización de Fertimex en donde todavía hay denuncias de que algunos de sus parientes resultaron beneficiarios. Yo creo que esto debemos de investigarlo y nos deben de aclarar si es cierto o no es cierto que algunas de las partes en que fue dividido Fertilizantes Mexicanos fueron a parar a miembros de la familia del señor Rogelio Montemayor.

Sin duda la referencia a un evento bajo la forma de un sustantivo en una construcción impersonal (notar en particular las “denuncias” anonimizadas en (21c)) merecería también estudiarse desde el punto de vista de su intencionalidad ideológica (VAN DIJK 2005VAN DIJK, Teun. Ideología y análisis del discurso. Utopía y Praxis Latinoamericana, v. 10, n. 29, p. 9-36, abr./jun. 2005.), aspecto que dejamos para futuros trabajos. En cualquier caso, la ocurrencia de CHI con interpretaciones locativas, posesivas, atributivas y eventivas, a la par de las existenciales, da cuenta de una versatilidad que a menudo no es reconocida y sugiere la necesidad de revisar la caracterización de haber impersonal como predicado existencial o, alternativamente, restringir la referencia a las construcciones existenciales con haber a un subgrupo explícitamente definido en términos formales y/o funcionales. Algo similar sucede con la caracterización de la CHI como una construcción presentativa.

Más allá de la función presentativa

El término “presentativo” tampoco tiene una interpretación unívoca. En distintos trabajos (y a veces dentro del mismo) puede emplearse como equivalente o caracterizador de un tipo de verbo (i.e. “presentativo”), una estructura o construcción (i.e. “presentativa”), un tipo de predicación (la “existencial”), una categoría de juicio (“tético”), un tipo de estructura focal (de “foco oracional”), un tipo de pivote (“nuevo”), y un tipo de función discursiva (“topic-promoting”). Es en este último sentido que la utilizaremos aquí.

De igual modo que consideramos que no todas las CHI tienen una interpretación existencial, creemos también que no todas son “presentativas,” al menos en la medida en que esta noción se defina como (i) una función discursiva, (ii) que consiste en introducir en el discurso la primera mención de un referente, (iii) con el fin de volverlo disponible para predicaciones sucesivas.

En los ejemplos prototípicos de función presentativa la CHI introduce un pivote nuevo (ya sea hearer-new o meramente discourse-new) que cumple un papel de cierta relevancia en el contexto siguiente, tal como evidencia el hecho de que efectivamente se lo retome en cláusulas sucesivas, en muchos casos a través de las formas atenuadas típicas de los referentes activos (22) (El Ø es solamente una estrategia gráfica para facilitar la identificación de cadenas anafóricas. Como en muchos casos estas son indirectas -i.e. vía anáforas asociativas- señalamos los argumentos involucrados a través de subrayado en lugar del tradicional subíndice). Las CHI de (22a, b) se predican en relación con un marco locativo (la mesa del comedor, el túnel) y corresponderían, en nuestra caracterización anterior, a predicaciones locativas con foco de predicado. En (22c) la predicación también es locativa, pero el marco locativo no forma parte de la presuposición pragmática y a la CHI le correspondería por tanto una estructura de foco oracional.

(22) a. Encontró a mi madre en el comedor, con un traje dominical de flores azules que se había puesto por si el obispo pasaba a saludarnos, y estaba cantando el fado del amor invisible mientras arreglaba la mesa. Mi hermana notó que había un puesto más que de costumbre.

-Ø es para Santiago Nasar -le dijo mi madre-. Me dijeron que lo habías invitado a desayunar.

-Quítalo -dijo mi hermana.

b. -¿Tú vas a entrar ahí? -preguntó señalando el túnel.

Le dije que sí.

-Pues voy contigo -afirmó.

-Seguro que hay ratas -le advertí.

-Ø Se esconderán cuando Ø te vean -fue su cariñosa respuesta.

Sin llevar el asunto más lejos nos adentramos en el túnel cogidos de la mano. A diestra y siniestra se abrían nichos en los que despojos humanos se entregaban al último descanso. No sólo ratas, sino ovillos de gusanos, enjambres de moscardones y miríadas de murciélagos animaban el local con su presencia.

c. El alarido y la sacudida del cuerpo en la cama que crujió bajo el espasmo se mezclaron con cosas y con actos que no escogí y que jamás podré explicarme; entre el hombre de espaldas y yo había un taburete desvencijado, lo vi alzarse en el aire y Ø caer de canto sobre la cabeza del papá; su cuerpo y el taburete rodaron por el suelo casi en el mismo segundo.

En este contexto es relevante notar que en el discurso pueden “presentarse” entidades inexistentes. Abbott (1992ABBOTT, Barbara. Definiteness, existentials and the ‘list’ interpretation. In: BARKER, Christian; DOWTY, David (ed.). SALT II: proceedings of the second conference on semantics and linguistic theory. Ohio: The Ohio State University, 1992. p. 1-16., p. 41) lo sintetiza con gran claridad al recordar que “There are discourse referents which in fact don’t exist.” Lo que está en cuestión es el estatus de estas entidades en tanto “referentes discursivos” evaluado en función de su capacidad para establecer algún tipo de cadena anafórica (KARTTUNEN, 1976KARTTUNEN, Lauri. Discourse referents. In: MCCAWLEY, James (ed.). Syntax and semantics. Note from the Linguistic Underground. Nueva York: Academic Press, 1976. p. 363-385. 7 v., p. 366). En (23), por ejemplo, se predica la ausencia de árboles en la falda de Monte Casino (lectura locativa de foco oracional), pero estos árboles ausentes sirven de ancla conceptual respecto de las menciones posteriores de “los árboles” y “los árboles sin follaje”.7 7 Esta disociación entre ontología y universo del discurso se replica en el dominio semántico en propuestas que reconocen que la función de las construcciones existenciales es introducir un referente nuevo en el mundo discursivo de los interlocutores, al tiempo que consienten al pivote una “referencialidad baja,” otorgándole el estatus semántico de predicado; específicamente, de predicado de un argumento nulo que es el participante abstracto que provee el dominio contextual o coordenadas espacio-temporales de la predicación (Bentley y Cruschina 2016, p. 502, 505).

(23) Qué precioso -dice Mimí Riba de Macedo- y yo que no pensaba asistir; le dije a Pablo que viniera solo, porque ya no aguanto los embotellamientos y luego no hay un solo lugar dónde estacionarse, pero, qué bueno, me hubiera perdido este espectáculo.” No hay un solo árbol en la falda de Monte Casino, según los campesinos la primavera fue tardía y no tuvo tiempo de florecer porque a fines de septiembre empezó a soplar un viento frío que vació de hojas los árboles. Avanzo lentamente dentro del lodo, mi rifle entre los brazos como un hijo, hace un frío atroz pero, claro, estamos en guerra; los árboles sin follaje se yerguen como dardos negros.

Aun reconociendo los casos anteriores como presentativos, en un sentido amplio, son mucho más comunes los ejemplos que exhiben alguna desviación respecto de ese prototipo. A menudo el pivote nuevo que introduce la CHI es efímero (i.e. no persistente), y a la entidad “presentada” está al servicio de la caracterización de la escena. Así, retomando el ejemplo de (14a) (repetido abajo como 24a), las “botellas vacías” que el narrador introduce a través de la CHI locativa se conectan inferencialmente, a partir de un guion (script, SCHANK; ABELSON, 1980SCHANK, Roger; ABELSON, Robert. Scripts, plans and knowledge. In: JOHNSON-LAIRD, Philip Nicholas; WATSON, Peter Cathcart (ed.). Thinking readings in cognitive science: Proceedings of the Fourth International Joint Conference on Artificial Intelligence. Cambridge: CUP, 1980. p. 151-157.) más o menos convencionalizado, con la “intoxicación etílica” en que descubren a Bayardo San Román. La misma función caracterizadora cumplen la “sopa de pescado” en (24b) y la “cama deshecha” en (24c).

(24) a. Bayardo San Román estaba inconsciente en la cama, todavía como lo había visto Pura Vicario en la madrugada del lunes con el pantalón de fantasía y la camisa de seda, pero sin los zapatos. Había botellas vacías por el suelo, y muchas más sin abrir junto a la cama, pero ni un rastro de comida. “Estaba en el último grado de intoxicación etílica”, me dijo el doctor Dionisio Iguarán.

b. El padre, inesperadamente, anunció un día: - Vamos a hacer un viaje. Era domingo. Estaban comiendo, había sopa de pescado. Llovía. La madre había vuelto de misa calada hasta los huesos; el padre no había ido a la iglesia, como de costumbre.

c. Subí las escaleras y pulsé el timbre. Al no recibir respuesta me vi obligado a echar mano de la ganzúa. Rechinó la puerta en sus goznes y me colé en el piso del peliculero. Consistía éste en una pieza rectangular al fondo de la cual había una cama deshecha. Las paredes estaban cubiertas de fotografías del actor en las que reconocí inmediatamente al sedicente Ministro. En la más grande de las fotos aparecía él muy bien trajeado.

Hay casos donde los que persiste es, en realidad, toda la predicación (locativa) que involucra al pivote y la coda. Llamamos a estos usos encapsuladores (en los que la anáfora es el encapsulador y la CHI presenta la proposición encapsulada) En (26a) el demostrativo eso hace referencia a la presencia del nombre francés en el anuncio luminoso, y en (26b) el sujeto cero a la presencia de catacumbas en el monasterio.

(26) a. Éramos cuatro amigos, y los cuatro decidimos que era mejor bajar. La casa era pequeña y aparecía allí, solitaria en la nieve como la casa que encuentran en el bosque los niños perdidos de los cuentos. Había un nombre francés en el anuncio luminoso, pero eso no era raro; lo asombroso fue que la dueña resultó ser una auténtica francesa, del Perigord para más señas.

b. -¿Es cierto -dije- que en este monasterio hay unas catacumbas de extraordinario mérito?

-Oh, no -dijo sonriendo el padre prior-. Ø es una leyenda.

Pero también aparecen los casos opuestos, donde tanto el pivote como la coda son efímeros, y la función de la CHI es ejemplificar una instancia del tema discursivo. Así, la CHI de (27a) ilustra el tipo de malas noticias que recibe la narradora, y la CHI de (27b) ilustra un país que mantiene un órgano institucional. Llamamos a estos usos de pivotes y codas efímeros en los que la CHI ilustra un ejemplo del tema que se discute, ejemplificadores.

(27) a. Las no ticias siempre eran malas y la concierge se encargaba de dármelas. “No hay leche en todo París” o “Dicen que van a interrumpir el sistema municipal de bombeo porque no hay carbón para que las máquinas sigan funcionando”, o más aún “el agua congelada en las tuberías las está reventando”. Después de varios días, el médico declaró que Dieguito estaba fuera de peligro, que había pasado la pulmonía.

b. La mayor parte de los países los mantienen a estos órganos, que algunos son colegiados, que otros son ejecutivos. En Suecia hay cinco Ombudsman diferentes por razones de materias. En México tenemos una Comisión, así fue concebida, y así viene funcionando hace nueve años.

La CHI aparece también en contextos donde el pivote es efímero y la continuidad tópica está centrada en la coda, la cual o bien se introduce en la propia CHI (y es parte del foco oracional) o se retoma de una mención previa (y es topical), pero en todo caso es la que muestra mayor saliencia discursiva en el fragmento. Estas codas salientes pueden asociarse con lecturas locativas (28a) y eventivas (28b), y son también frecuentes en las lecturas atributivas, en particular con entidades humanas (28c):

(28) a. Tus retratos amarillentos de Wagner y de Goethe se encuentran en el librero de siempre. No falta una sola pieza en los inventarios; ni una cucharita de sal. Los libros tienen tus flores prendidas; edelweiss de los Alpes, creo. Y hay lavanda entre las sábanas. A cada una nos tocaron dos pares Ø, Ø bordadas a mano, con encajes. Pero como Ø son muy antiguas y Ø no resisten las lavadas, sólo las ponemos cuando nacen niños.

b. Daniel Barata también reconoce la “enorme débeda que Compostela e Galicia teñen cun país -Francia- que contribuíu como ningún outro á súa proxección no mundo e á construcción mesma da súa cultura”. En el último día de las jornadas hubo cinco conferencias y un concierto de la Coral Polifónica de Pontevedra, sobre música medieval y gallega. En la última jornada, Anders Ariwedson, director principal para…

c. … y, en segundo término, junto al mueble-bar, Gabriela se prepara una bebida. Por la derecha aparece Juan, no mal parecido pero vulgar, casi insignificante. Ø Lleva una gastada gabardina y una bufanda alrededor del cuello. Hay algo tierno y desvalido en él. Al parecer Ø tiene mucho frío porque Ø se frota y se sopla las manos antes de comenzar a hablar.

A veces la CHI tiene una función reformuladora, donde lo que se “presenta” no es un pivote nuevo, sino una nueva descripción de una entidad ya mencionada. Así, en (30a) “techumbre” refiere a “habitación”, y en (30b) “unos árboles redondos, cubiertos de fruta” a “naranjos”. Se trata, en cualquier caso, de pivotes focales que denotan referentes discursivos dados. En la medida en que se predican pragmáticamente de un marco locativo también dado las consideramos como estructuras de foco de predicado.

(30) a. -La habitación está pagada -protesté-, pero no el arbitrio de hospedaje.

-Cuatrocientas o no hay techumbre.

Subí a la habitación cuyo número aparecía escrito con bolígrafo en la porra, entré y cerré. La habitación no estaba del todo mal. Se veía que el hotel había sido decoroso en su día y que últimamente, quizá de resultas de la crisis, no había recibido las necesarias atenciones.

b. Pude percibir su rencor por no haber sabido valuar en su justo precio el caudal de sus confidencias. Le dije en un tono ligero, informal: -¿No es ésta la vereda de los naranjos? ¿No hay aquí unos árboles redondos, cubiertos de fruta? -Sí, Ø están guardadas, cada año se guardan.

Finalmente, los casos más alejados de la esperada función presentativa son los pivotes dados que tienen en la CHI su última mención. Estos usos de cierre ocurren en contextos en los que se retoma un pivote (dado) para afirmar o negar su existencia y la CHI tiene una estructura de foco de polaridad (31).

(31) a. … por la larga y honrada paciencia de un empeño compendioso aplicado a la tarea de ir coleccionando y ordenando todas las varias y dispersas historias particulares, hasta dar cima a lo que mentes mentecatas llaman “la imponente mole”, “el grandioso monumento” de la historia universal. No hay nada de eso, nada más alejado de una mera reunión acumulativa de lo particular, como si no valiese aquí más que por límite inductivo de la pluralidad de los particulares.

b. En buena parte de las ciudades del país existen oficinas o delegaciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores para obtener pasaportes. Seguramente en Veracruz las hay.

c. Por supuesto, Chomsky podrá replicar que la evaluación lingüística debe fundarse sobre la intuición y la percepción de simplicidad del hablante-oyente ideal. Pero ésta no es una contrastación empírica, porque no hay personas ideales. En resolución, la GGT carece de un procedimiento de evaluación comparable con el que se usa en las ciencias.

Estos usos, si bien seguramente no agotan las funciones discursivas de la CHI, muestran que los hablantes la emplean en contextos que exceden la presentación de pivotes nuevos. A veces los pivotes en efecto son nuevos y persisten en el contexto siguiente, y la CHI cumple una función prototípicamente presentativa, pero asimismo la CHI puede servir para caracterizar una escena, o para permitir el encapsulamiento de una proposición, o tener una función ejemplificadora, o reformuladora, o reforzar la saliencia discursiva de la coda o cerrar una cadena tópica.

Recapitulación y comentarios finales

Las construcciones existenciales han atraído la atención de numerosos estudios teóricos, algunos centrados en el español y otros desde perspectivas interlingüísticas, en el contexto de los cuales las construcciones con haber impersonal se consideran como un caso paradigmático de construcción existencial / presentativa. A partir de una revisión - necesariamente muy simplificada - de algunos de los aspectos más estudiados en relación con estas construcciones, cuestionamos la pertinencia de adscribir globalmente a la CHI a la clase de las construcciones existenciales, así como asignarles una función eminentemente presentativa.

A pesar de la estrecha relación conceptual entre dominios tales como el existencial, el locativo o el posesivo, creemos que los datos de uso permiten distinguir predicaciones existenciales de otras con interpretaciones de tipo locativo, posesivo, atributivo y eventivo. En algunos casos estas lecturas se asocian con ciertas propiedades formales del marco: las predicaciones existenciales rechazan un marco específico, las locativas requieren un marco espacial, las posesivas uno con rasgos de controlador, las eventivas uno temporal. Otros rasgos involucran al pivote: contener un modificador para las lecturas existenciales, ser un nombre eventivo para las eventivas, o presentar un complemento predicativo para ciertas lecturas atributivas. Pero, sin duda, también están favorecidas por cómo conceptualizamos habitualmente la relación entre determinado tipo de pivotes con determinado tipo de marcos: la relación entre las cucarachas y las cocinas típicamente se conceptualiza como locativa, entre los viernes y las películas, como eventiva, entre humanos y emociones, como posesiva o atributiva, etc. Mencionamos, incidentalmente, ciertas funciones retóricas particulares que emergen de algunos usos, en particular en el discurso narrativo de ficción: los caracterizadores y los objetivizadores.

En relación con la descripción de la CHI como una construcción presentativa, vimos que la construcción se usa en contextos que van más allá de introducir la mención a un referente nuevo o sobre el cual es necesario llamar la atención del interlocutor. La CHI también se usa en cadenas topicales que involucran no al pivote sino a la coda, así como con pivotes efímeros, o inclusive dados, con una función de reformulador o de cierre. En otros casos, con pivote y coda efímeros, la CHI sirve para ejemplificar un tema general o, en los usos encapsuladores, para volver disponible como referente discursivo a toda la predicación.

En relación con los usos e interpretaciones de la CHI, el camino hacia una generalización abarcadora se evidencia mucho más complejo de lo que quizás se desearía, aunque, creemos, también tenga su atractivo transitarlo pausadamente, prestando atención a los inesperados accidentes del paisaje.

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  • REAL ACADEMIA ESPAÑOLA y Asociación de Academias de la Lengua Española (RAE). Nueva gramática de la lengua española Madrid: Espasa Libros, S. L., 2010.
  • SCHANK, Roger; ABELSON, Robert. Scripts, plans and knowledge. In: JOHNSON-LAIRD, Philip Nicholas; WATSON, Peter Cathcart (ed.). Thinking readings in cognitive science: Proceedings of the Fourth International Joint Conference on Artificial Intelligence. Cambridge: CUP, 1980. p. 151-157.
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  • ZIV, Yael. Getting more mileage out of existentials in English. Linguistics, v. 20, n. 11-12, p. 747-762, 1982.

Notas

  • 1
    En este trabajo nos centraremos en aspectos ligados a la interpretación discursiva de la CHI. Sobre distintas propuestas de análisis sintáctico y semántico, cf. FERNÁNDEZ SORIANO; TÁBOAS BAYLÍN, 1999FERNÁNDEZ SORIANO, Olga; TÁBOAS BAYLÍN, Susan. Construcciones impersonales no reflejas. In: DEMONTE, Violeta; BOSQUE, Ignacio (ed.). Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 1999. p. 1723-1778. 2 v.; RAE 2010REAL ACADEMIA ESPAÑOLA y Asociación de Academias de la Lengua Española (RAE). Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Libros, S. L., 2010. §4.7.1., §15.3.1.; LEONETTI, 2008LEONETTI, Manuel. Definiteness effect and the role of the coda in existential constructions. In: KLINGE, Alex; HOEG-MÜLLER, Henrik (ed.). Essays on determination. Ámsterdam: John Benjamins, 2008. p. 131-162., 2015LEONETTI, Manuel. Definiteness effects: the interplay of information structure and pragmátics. In: FISCHER, Susann; KUPISCH, Tanja; RINKE, Esther (ed.). Definiteness effects: bilingual, typological and diachronic variation. Newcastle upon Tyne: Cambridge Scholars Publishing, 2015. p. 66-117.; ESCANDELL-VIDAL; LEONETTI, 1998ESCANDELL VIDAL, María Victoria; LEONETTI, Manuel. Construcciones existenciales y oraciones de relativo. In: RUFINO, Giovanni (ed.). Atti del XXI Congresso Internazionale di Lingüística e Filologia Romanza. Tübingen: Niemeyer, 1998. p. 261-272. 2 v.; entre muchos otros. Sobre las construcciones existenciales desde perspectivas interlingüísticas, cf. BENTLEY; CRUSCHINA, 2016BENTLEY, Delia; CRUSCHINA, Silvio. Existential constructions. In: FISCHER, Sussan; GABRIEL, Christoph, Manual of grammatical interfaces in romance. Berlín: De Gruyter, 2016. p. 69-92.; BENTLEY, CICONE; CRUSCHINA, 2015MCNALLY, Louise. Existential sentences crosslinguistically: variations in form and meaning.Annual Review of Linguistics, v. 2, n. 1, p. 211-231, 2016.; MCNALLY, 2011MCNALLY, Louise. Existential sentences. In: MAIENBORN, Claudia; VON HAUSINGER, Klaus; PORTNER, Paul (ed.). Semantics: an International Handbook of Natural Language Meaning. Berlín: de Gruyter, 2011. p. 1829-1848. 2 v., 2015MCNALLY, Louise. Existential sentences crosslinguistically: variations in form and meaning. Annual Review of Linguistics, v. 2, n. 1, p. 211-231, 2015.;CRUSCHINA, Silvio. Focus in existential sentences. In: BIANCHI, Valentina; CHESI, Cristiano (ed.). Enjoy linguistics! Papers offered to Luigi Rizzi on the occasion of his 60th birthday. Siena: CISCL Press, 2012. p. 77-107. entre muchos otros.
  • 2
    De acuerdo con LEONETTI (2015LEONETTI, Manuel. Definiteness effects: the interplay of information structure and pragmátics. In: FISCHER, Susann; KUPISCH, Tanja; RINKE, Esther (ed.). Definiteness effects: bilingual, typological and diachronic variation. Newcastle upon Tyne: Cambridge Scholars Publishing, 2015. p. 66-117.), la disponibilidad de una construcción alternativa con estar hace que estas interpretaciones “de recordatorio” (así como en general las construcciones con pivotes definidos), relativamente aceptables en otras lenguas, sean particularmente marcadas en español.
  • 3
    Escandell y Leonetti (1998ESCANDELL VIDAL, María Victoria; LEONETTI, Manuel. Construcciones existenciales y oraciones de relativo. In: RUFINO, Giovanni (ed.). Atti del XXI Congresso Internazionale di Lingüística e Filologia Romanza. Tübingen: Niemeyer, 1998. p. 261-272. 2 v.) discuten las CHI con pivotes relativos en relación con el efecto de definitud. Coy (2016COY, Charlotte. Existentials in relative clauses: a contrastive corpus study of Spanish haber and French y avoir. In: DE BENITO MORENO, Carlota; DE TOLEDO Y HUERTA, Álvaro Sebastián Octavio (ed.) En torno a ‘haber’. Berlín: Peter Lang, 2016. p. 191-208.), a partir de datos de corpus, compara construcciones existenciales del español y francés y explica la mayor frecuencia de pivotes relativos en español (en relación con el francés) apelando a la “jerarquía de accesibilidad” de Kennan y Comrie (1977) y la disponibilidad del pivote de la CHI para ser reanalizado como sujeto sintáctico. De Benito Moreno (2016DE BENITO MORENO, Carlota. La pronominalización en las construcciones existenciales con haber: ¿hay restricciones o no las hay?. In: DE BENITO MORENO, Carlota; DE TOLEDO Y HUERTA, Álvaro Sebastián Octavio (ed.). En torno a ‘haber’. Berlín: Peter Lang , 2016. p. 209-238.) examina las CHI con pivotes pronominales y muestra que son más frecuentes en las lecturas adscriptivas que en las locativas, así como con entidades animadas. La autora también muestra que estas estructuras suelen involucrar predicados de individuo (individual-level predicates, CARLSON, 1977CARLSON, Greg. Reference to kinds in english. Massachusetts: University of Massachusetts Amherst, 1977.), aspecto que las diferencia de las codas existenciales, que toman predicados de estadio (MCNALLY, 2011MCNALLY, Louise. Existential sentences. In: MAIENBORN, Claudia; VON HAUSINGER, Klaus; PORTNER, Paul (ed.). Semantics: an International Handbook of Natural Language Meaning. Berlín: de Gruyter, 2011. p. 1829-1848. 2 v., p. 1833; LEONETTI, 2008LEONETTI, Manuel. Definiteness effect and the role of the coda in existential constructions. In: KLINGE, Alex; HOEG-MÜLLER, Henrik (ed.). Essays on determination. Ámsterdam: John Benjamins, 2008. p. 131-162.).
  • 4
    La RAE, por ejemplo, señala que los verbos presentativosexpresan existencia, a veces combinada con la idea de localización” (cf. cita arriba), lo que difumina la distinción entre estos tres dominios. Por otra parte, también señala que la CHI tiene dos variantes: una “locativa” donde “la noción de ‘presentación’ se combina con la de ‘localización’, a veces implícita”, y otra “adscriptiva”, donde “se atribuye al argumento una propiedad relevante que permite caracterizarlo o clasificarlo entre otros.” Los ejemplos que se proponen sugieren que la variante adscriptiva debería considerarse como un subtipo específico dentro de la locativa, que se interpretaría como la clase general.
  • 5
    Salvo indicación en contrario, todos los ejemplos que siguen fueron obtenidos gracias a la base de datos ADESSE, de la Universidad de Vigo, accesible en http://adesse.uvigo.es/index.php/ADESSE/Inicio
  • 6
    Estos usos objetivizadores no son exclusivos de las CHI-locativas. Nótese la diferencia entre El ejército americano tiene armas de última generación vs. En el ejército americano hay armas de última generación, donde la coda encubre un poseedor que solo reaparece a partir de ciertas inferencias pragmáticas. La CHI tiene la ventaja de ser, justamente, una construcción impersonal.
  • 7
    Esta disociación entre ontología y universo del discurso se replica en el dominio semántico en propuestas que reconocen que la función de las construcciones existenciales es introducir un referente nuevo en el mundo discursivo de los interlocutores, al tiempo que consienten al pivote una “referencialidad baja,” otorgándole el estatus semántico de predicado; específicamente, de predicado de un argumento nulo que es el participante abstracto que provee el dominio contextual o coordenadas espacio-temporales de la predicación (Bentley y Cruschina 2016BENTLEY, Delia; CRUSCHINA, Silvio. Existential constructions. In: FISCHER, Sussan; GABRIEL, Christoph, Manual of grammatical interfaces in romance. Berlín: De Gruyter, 2016. p. 69-92., p. 502, 505).

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    19 Mayo 2023
  • Fecha del número
    2022

Histórico

  • Recibido
    14 Set 2021
  • Acepto
    10 Oct 2021
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