Se presenta un análisis de discurso sobre el yo-cuerpo de cuatro mujeres adictas, lo que permite evidenciar la centralidad de la filiación no constituida en estas mujeres. Mediante entrevistas en profundidad se explora el peso de la ausencia real de la madre en la adicción femenina. La vacuidad del vínculo, marcado por la indiferencia u odio, impide que reciban en la transmisión intergeneracional un soporte simbólico para situarse en la filiación. La fallida identidad y experiencia afectiva de ser hijas, genera dificultades para ubicarse como mujeres y madres. La adicción es un intento de sobrevivir a esas formas “informes” de sufrimiento.
Adicción femenina; cuerpo; autoimagen; trasmisión intergeneracional