Resumen
Este ensayo empieza por cuestionar ciertos lugares comunes sobre los pares dicotómicos modernidad/tradición, ruptura/continuidad, estereotipos que todavía circulan entre aquellos historiadores que contraponen frontalmente ambos polos, como si se tratase de factores radicalmente incompatibles, vectores mutuamente excluyentes. Para ello pone de relieve el carácter dinámico y la dimensión productiva de la tradición, entendida como ingrediente fundamental y mecanismo insustituible en los procesos de cambio e innovación intelectual. El artículo subraya que los tiempos modernos -y sus revoluciones- son un fecundo laboratorio de lo que el autor denomina "tradiciones electivas". Por medio de ellas, diversos actores colectivos en formación -partidos políticos y movimientos ideológicos, naciones, clases...- se autoconstituyen, dotándose de diferentes pasados ad hoc: del abigarrado almacén del pasado, sus ideólogos y líderes seleccionan ciertos personajes, acontecimientos y textos canónicos conformando con ellos identidades narrativas, corrientes históricas y trayectorias de larga duración en las que dichos actores se reconocen y se inscriben a sí mismos con vistas a legitimar sus proyectos de futuro. De ese modo, los modernos escogen sus supuestos predecesores, presentándose como sus epígonos. El enfoque da las "tradiciones electivas", sugiere este artículo, podría arrojar luz sobre determinados aspectos de la historia de las ideologías y de los movimientos políticos y sociales en los últimos siglos.
Palabras-clave:
tradición; modernidad; innovación; tradiciones electivas; historiografía; historia intelectual.