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Discurso e Ideología en la Afiliación a Grupos Guerrilleros en Colombia: Más Allá de la Simpatía Ideológica * * Esta investigación fue apoyada por la Universidad Cooperativa de Colombia "INV2902".

Discurso e Ideologia na Adesão a Grupos Guerrilheiros na Colômbia: Além da Simpatia Ideológica

Discourse and Ideology in the Affiliation to Guerrilla Groups in Colombia: Beyond Ideological Sympathy.

Discours et Idéologie dans l’Adhésion aux Groupes de Guérilla en Colombie: Au-Delà de la Sympathie Idéologique

RESUMEN

El artículo es producto de la investigación “Significados del trabajo y prácticas de reintegración laboral en excombatientes”. Su objetivo fue analizar las ideologías en cuanto formaciones discursivas en las que se articularon los motivos de afiliación de excombatientes a grupos armados guerrilleros. Se utilizó un diseño cualitativo, el análisis del discurso como método y la entrevista a profundidad como técnica de generación de información. Los resultados muestran que, las versiones sobre los motivos de afiliación al grupo armado van más allá de la simpatía ideológica mas no de lo ideológico. Se exponen seis motivos de afiliación que se analizan a partir de los efectos de ciertos discursos en la subjetividad de los excombatientes. Se concluye que, el camino hacia la construcción de paz implica nuevas narrativas sobre la comunidad, desvinculadas del individualismo como ethos contemporáneo, asimismo, del paradigma inmunológico y de normalización a partir del cual se ha pensado al excombatiente.

ideología; discurso; conflicto armado; excombatientes; neoliberalismo

RESUMO

O artigo é um produto da pesquisa “Significados do trabalho e práticas de reintegração laboral entre ex-combatentes”. Seu objetivo era analisar as ideologias como formações discursivas nas quais os motivos de afiliação de ex-combatentes a grupos armados de guerrilha eram articulados. Foi utilizado um desenho qualitativo, análise do discurso como método e entrevistas em profundidade como técnica para gerar informação. Os resultados mostram que as versões dos motivos de filiação ao grupo armado vão além da simpatia ideológica, mas não da ideologia. Seis motivos de filiação são analisados com base nos efeitos de certos discursos sobre a subjetividade dos ex-combatentes. Conclui-se que o caminho para a construção da paz implica novas narrativas sobre a comunidade, desligadas do individualismo como um ethos contemporâneo, bem como do paradigma imunológico e de normalização com base no qual o ex-combatente tem sido pensado.

ideologia; discurso; conflito armado; ex-combatentes; neoliberalismo

ABSTRACT

This article is a product of the research “Meanings of work and labor reintegration practices among ex-combatants”. Its objective was to analyze the ideologies as discursive formations in which the reasons for affiliation of ex-combatants to armed guerrilla groups were articulated. A qualitative design was used, combining both discourse analysis as a method and in-depth interviews as a technique for generating information. The results show that the versions of the motives for affiliation to the armed group go beyond ideological sympathy but not ideology. Six reasons for affiliation are presented and analyzed on the basis of the effects of certain discourses on the subjectivity of the ex-combatants. It is concluded that the path towards peace-building implies new narratives about the community, detached from individualism as a contemporary ethos, as well as from the immunological and normalization paradigm from which the ex-combatants has been thought of.

ideology; discourse; armed conflict; ex-combatants; neoliberalism

RÉSUMÉ

L’article est le produit de la recherche “Significados del trabajo y prácticas de reintegración laboral en excombatientes”. L’objectif de la recherche était d’analyser les idéologies en tant que formations discursives dans lesquelles s’articulent les motifs d’affiliation des ex-combattants aux groupes de guérilla armée. Une conception qualitative a été utilisée, l’analyse du discours comme méthode et les entretiens approfondis comme technique pour générer des informations. Les résultats montrent que les versions des motifs d’affiliation au groupe armé vont au-delà de la sympathie idéologique mais pas de l’idéologie. Six motifs d’affiliation sont analysés sur la base des effets de certains discours sur la subjectivité des ex-combattants. Il est conclu que le chemin vers la construction de la paix implique de nouveaux récits sur la communauté, détachés de l’individualisme en tant qu’éthos contemporain, ainsi que du paradigme immunologique et de normalisation sur la base duquel l’ex-combattant a été pensé.

idéologie; discours; conflit armé; ex-combattants; néolibéralisme

INTRODUCCIÓN

Consistiendo el discurso en un objeto de estudio polisémico, ampliamente tratado por diferentes tradiciones teóricas que configuran un creciente y novedoso campo de estudios del discurso, en lo correspondiente al presente trabajo, será entendido en una de sus dimensiones más pragmáticas:

Un discurso es un conjunto de prácticas lingüísticas que mantienen y promueven ciertas relaciones sociales. El análisis consiste en estudiar cómo estas prácticas actúan en el presente manteniendo y promoviendo estas relaciones: es sacar a la luz el poder del lenguaje como una práctica constituyente y regulativa (Iñiguez y Antaki, 1994:63).

Delimitado el lugar desde el cual se comprende el concepto de discurso, esta investigación tiene como objetivo analizar los discursos postdesmovilización producidos por excombatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo1 1 . Fue una organización guerrillera de tendencia ideológica marxista-leninista, con una existencia de más de 50 años en armas; ha representado uno de los principales actores del conflicto armado colombiano. Después de firmado el acuerdo de paz con el Gobierno Nacional (24 de noviembre de 2016) adquirió el carácter de partido político, tomando por nombre: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC, 2017). Es considerado el grupo guerrillero más antiguo de América Latina. Entre 2001 y 2018 unas 73.617 personas han salido de grupos armados en el país, dentro de estas, 32.778 pertenecían a las FARC-EP, 19.585 tuvieron una desmovilización individual y 13.193 una desmovilización colectiva en el marco del acuerdo final para la terminación del conflicto (ARN, 2020). (en adelante FARC-EP) respecto a los motivos de su afiliación al grupo guerrillero. Lo anterior, en el marco de un postacuerdo con el Estado, donde los excombatientes se encuentran en proceso de reintegración y reincorporación a la vida civil; haciendo claridad que los participantes, no fueron víctimas de reclutamiento forzado, sino que su participación en la guerrilla puede catalogarse como voluntaria , aun cuando se reconozca la multiplicidad de condiciones sociopolíticas asociadas a la membresía a un grupo armado como, por ejemplo, situaciones estructurales de represión, pobreza y marginación social (Goodwin, Jasper y Pollera, 2003).

En términos contextuales, dicho proceso de reintegración y reincorporación de los excombatientes a la vida civil implica el tránsito de una racionalidad bélica y rural a una racionalidad político-económico de naturaleza neoliberal, donde se considera que el sujeto es responsable de sus elecciones y decisiones, por tanto, el éxito y el fracaso es una consecuencia directa de estas. En consecuencia, no son las matrices de socialización y subjetivación las que producen al sujeto, sino el sujeto quien produce calculada y racionalmente todas las condiciones de su existencia ( Laval y Dardot, 2013LAVAL, Christian; DARDOT, Pierre. (2013), La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal. Barcelona, Gedisa. ); en este sentido, la situación de desempleo, los estigmas y asesinatos sistemáticos que se realizan contra la población, se interpretan cotidianamente como consecuencias legítimas por haber pertenecido a las guerrillas de las FARC-EP ( Lara, 2016LARA, Luz. (2016), “¿Y después de la guerra qué? Avatares en el tránsito a la vida civil de jóvenes desmovilizados de las FARC”. Universitas Humanística, v. 1, n. 82, pp. 49-74. https://doi.org/10.11144/Javeriana.uh82.dgat
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). En este escenario, la afiliación al grupo, se considera una decisión consciente y autónoma que obedece a la simpatía ideológica, ocultándose en el imaginario social los diversos motivos que pueden operar en los contextos de guerra para que un sujeto elija hacer parte de un grupo ilegal; motivos que se vinculan a una ideología de guerra y a la ausencia estatal en muchas partes de su territorio, que lleva a que sus ciudadanos encuentren en el grupo un soporte para tramitar distintas problemáticas (económicas, emocionales, identitarias, de seguridad física, etc.).

Una reintegración sociopolítica exitosa, atendiendo a la racionalidad neoliberal, implicaría la gestión adecuada que el excombatiente haga de sí mismo según la norma generalizada de la competencia y el modelo del empresario de sí ( Laval y Dardot, 2013LAVAL, Christian; DARDOT, Pierre. (2013), La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal. Barcelona, Gedisa. ). Sin embargo, su entrada a la sociedad civil le pone en desventaja, pues su proceso de subjetivación no se ha llevado a cabo según una racionalidad capitalista neoliberal, sino bajo lógicas capitalistas preindustriales (rurales, artesanales y agrícolas); desventaja que se acrecienta si se tiene en cuenta el estigma social que pesa sobre él. Por otro lado, desde una perspectiva psicosocial crítica pensamos que una reintegración exitosa debe tener en cuenta los procesos de subjetivación y una comprensión de los motivos de afiliación de los excombatientes a los grupos guerrilleros. Si en el imaginario social sigue existiendo la idea que la afiliación obedece simple y llanamente a la simpatía ideológica y no a múltiples vectores de subjetivación, la reconciliación y la construcción de paz en Colombia será un proyecto inviable.

En este contexto, la investigación problematiza la centralidad y exclusividad que tiene la simpatía ideológica en la decisión tomada por el excombatiente de afiliarse al grupo armado FARC-EP, pretendiendo rastrear otros posibles discursos (distintos a la simpatía ideológica) que hayan operado subjetiva e intersubjetivamente para tomar dicha elección de vida. En otras palabras, se busca identificar otras versiones sobre los motivos y sentidos de la participación de excombatientes en el conflicto armado colombiano y la forma en que estos se entraman en su devenir histórico, como sujetos coactores y coproductores de la realidad sociopolítica colombiana, que, en el día de hoy, se institucionalizan en el proceso de implementación de los acuerdos. En sintonía con Valencia y Daza (2010) se reconoce que la vinculación a un grupo armado obedece a una multiplicidad de vectores subjetivos particulares, como de condiciones objetivas y estructurales del país, por tanto, los imaginarios sociales sobre este fenómeno deben recrearse, pues la reconstrucción del tejido social, en un escenario de postconflicto armado, demanda el análisis de los motivos variados de afiliación de personas a grupos guerrilleros.

La pertinencia y relevancia del estudio opera en doble vía, por un lado, aportar reflexiones realizadas por la psicología social frente a la constitución discursiva de las dinámicas de guerra y de los sujetos de guerra; y por otro, sumar aportes académicos para la construcción de paz en el marco del postconflicto colombiano. Lo anterior, a través de un enfoque interpretativo que, partiendo de los discursos de los actores, trascienda los énfasis objetivistas a partir de los cuales se ha abordado en mayor medida este objeto de estudio.

MOTIVOS DE AFILIACIÓN A GRUPOS GUERRILLEROS EN COLOMBIA

Otero (2006)OTERO, Silvia. (2006), “Emociones y movimientos sociales: algunas claves útiles para estudiar el conflicto armado”. Colombia Internacional, v. 1, n. 63, pp.174-187. señala que la mayoría de estudios sobre el conflicto armado en Colombia se han centrado en temáticas como la expansión de los grupos ilegales, los vínculos con el narcotráfico y los impactos de la guerra en la población civil. Sin embargo, la pregunta por los motivos personales de afiliación ha estado relegada a un segundo plano, donde se inscriben una serie de investigaciones que han relacionado la vinculación de personas a grupos guerrilleros a factores muy variables, entre estos: la simpatía ideológica, la tradición familiar, las condiciones sociales de marginación y la pobreza, la búsqueda de imágenes de poder, admiración y reconocimiento social, el acceso limitado a oportunidades de empleo y educación, el abandono parental, la violencia y el maltrato intrafamiliar, factores emocionales como la venganza, la búsqueda de sentido existencial o al hecho de que personas representativas afectivamente se encuentra en el grupo (Valencia y Daza, 2010).

Otero (2006)OTERO, Silvia. (2006), “Emociones y movimientos sociales: algunas claves útiles para estudiar el conflicto armado”. Colombia Internacional, v. 1, n. 63, pp.174-187. considera que la dimensión emocional es fundamental para estudiar los motivos de afiliación. Así, en su investigación con mujeres excombatientes colombianas, encontró que la admiración, el respeto y la dotación de sentido que brinda el grupo, es crucial para comprender el involucramiento y la permanencia en este. En esta misma línea, Wood (2003) considera que la afiliación trae ciertos beneficios emocionales como el empoderamiento, la admiración, el establecimiento de vínculos afectivos y la generación de sentido de vida. Asimismo, la identificación con figuras de poder, representadas en los contextos rurales por personajes armados, motiva la vinculación al grupo, de igual manera que los sentimientos de venganza suscitados por la violencia ( Committee on the Rights of the Child, 2011COMMITTEE ON THE RIGHTS OF THE CHILD (2011). Coalition to Stop the Use of Child Soldiers. Ginebra: Committee on the Rights of the Child [online]. Disponible en: https://tbinternet.ohchr.org/Treaties/CRC/Shared%20Documents/MMR/INT_CRC_NGO_MMR_59_9683_E.pdf Consultado el 20/09/2021.
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).

Una de las investigaciones más distintivas sobre los motivos de afiliación a grupos armados ilegales es desarrollada por Brett y Specht (2005)BRETT, Rachel; SPECHT, Irma. (2005), Jóvenes soldados combatientes: ¿por qué van a luchar. Ginebra, American Friends Service Committee. , quienes identifican seis principios para la afiliación: 1. Las situaciones de guerra, en medio de las cuales los sujetos llevan a cabo sus procesos de socialización, en torno a simbologías militares que fomentan estilos de vida guerrerista. 2. Las condiciones familiares, entre estas, la tradición militar familiar que normaliza la participación en el conflicto armado, por otro lado, la violencia en y contra la familia o el hecho de no contar con referentes familiares. 3. Las limitadas oportunidades educativas, que hacen más propenso el relacionamiento de niños y jóvenes con grupos ilegales. 4. El desempleo, situación que lleva a representar a los grupos armados como fuentes de trabajo y como oportunidad de escape a las condiciones económicas adversas. 5. Contextos de pobreza, que son los escenarios donde comúnmente se libra el conflicto armado, haciendo más vulnerables a los habitantes de insertarse en la ilegalidad. 6. Influencia de pares, que ejercen cierta presión para la toma de decisiones vinculantes al conflicto.

En este mismo sentido, la Defensoría del Pueblo, ICBF, OIM, OIT y UNICEF (2004)DEFENSORÍA DEL PUEBLO, ICBF, OIM, OIT y UNICEF (2004). Iniciativa para prevenir la vinculación de la niñez al conflicto armado. Bogotá: IMPRESOL Ediciones Ltda [online]. Disponible en: https://repository.iom.int/handle/20.500.11788/1554?locale-attribute=fr Consultado el 28/07/2022.
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clasifica los motivos de afiliación a los grupos armados en las siguientes categorías: condiciones de pobreza, violencia intrafamiliar, reclutamiento forzado, búsquedas identitarias y de reconocimiento social, búsqueda de poder y venganza, y continuación de una tradición familiar de guerra. Por su parte, Isaza y Campos (2005)ISAZA, José; CAMPOS, Diógenes. (2005), “Modelos dinámicos de guerra”. Revista Académica Colombiana de Ciencia, v. 28, n. 110, pp. 133-148. refieren que las necesidades de reconocimiento, pertenencia grupal y remuneración económica son los motivos que privilegian la afiliación. Asimismo, Bello y Ceballos (2002) establecen tres tipologías de menores de edad que se vinculan a grupos armados ilegales, 1) niños que nacen en escenarios de guerra, 2) niños provenientes de familias disfuncionales y expulsoras, 3) niños que buscan en el grupo una garantía económica para la sobrevivencia personal y de la familia.

La mayoría de las investigaciones expuestas anteriormente, utilizan métodos cuantitativos y buscan clasificar los motivos de afiliación, sin embargo, no ofrecen un análisis de las dimensiones ideológicas que transversalizan dichos motivos y las formas en que son narrados. También, pocas investigaciones ejecutadas en Colombia conectan la simpatía ideológica con la decisión de pertenecer al grupo, dentro de estas, se encuentra la desarrollada por Bello y Ceballos (2002) quienes encuentran que el 17 % de niños y jóvenes que participaron en el conflicto armado en Colombia, reconocieron cierta afinidad ideológica como factor influyente en la permanencia en el grupo; de la misma forma, Mockus (2007)MOCKUS, Antanas. (2007). Ciudad: antecedentes para la globalización. Periódico Universidad Nacional. http://historico.unperiodico.unal.edu.co/Ediciones/83/01.htm
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encuentra dicha conexión en el 12 % de los casos.

CONSTRUCCIONISMO SOCIAL, REPERTORIOS INTERPRETATIVOS E IDEOLOGÍA

Los planteamientos epistemológicos construccionistas ( Gergen, 1996GERGEN, Kenneth. (1996), Realidades y relaciones: aproximación a la construcción social. Barcelona, Paidós Ibérica. ; Ibáñez, 1994IBÁÑEZ, Tomás. (1994), Psicología social construccionista. Guadalajara, Editorial Universidad de Guadalajara. ; Potter, 1998POTTER, Jonathan. (1998), La representación de la realidad: discurso, retórica y construcción social. Barcelona, Paidós. ) cuestionan el postulado de la verdad como correspondencia, propio de la racionalidad positivista moderna. Apelar a la existencia de objetos que tienen una esencia verdadera y a la posibilidad de su acceso cognoscitivo objetivo, son considerados mitos e ingenuidades ( Ibáñez, 1994IBÁÑEZ, Tomás. (1994), Psicología social construccionista. Guadalajara, Editorial Universidad de Guadalajara. ) o argumentos para obligar ( Maturana, 1997MATURANA, Humberto. (1997), Objetividad: Un Argumento para obligar. Santiago de Chile, J.C. Sáez Editor. ). De allí que se plantee la imposibilidad de todo hablante para referirse a los objetos, situaciones y fenómenos sociales, mediante un lenguaje especular que represente de manera objetiva, isomórfica e independiente la realidad del mundo, lo que implica que el problema del conocimiento resida en principal medida en el sujeto cognoscente con sus tradiciones comunales y juegos lingüísticos en los que participa, y no tanto en el objeto conocido. Es por ello, que, Potter (1998)POTTER, Jonathan. (1998), La representación de la realidad: discurso, retórica y construcción social. Barcelona, Paidós. sostiene que el lenguaje no es un espejo de la realidad, sino que es un taller, una fábrica donde se construye, se moldea, se innova y se destruye lo que existe; de manera metafórica, dicho autor plantea que, de ser el lenguaje un espejo, no habría mucho para hacer como investigadores, debido a que nos limitaríamos a limpiarlo, a comprobar su estado, sus medidas, etc.

En consecuencia, no es posible para los humanos hablar de una realidad independientemente de sus condiciones de producción y conocimiento, aquello que denominamos real (la cosa en sí de Kant) no puede conocerse bajo la forma de la verdad entendida como reflejo directo de la cosa ( Gergen, 1996GERGEN, Kenneth. (1996), Realidades y relaciones: aproximación a la construcción social. Barcelona, Paidós Ibérica. ). En este sentido, lo que denominamos realidad no está predeterminada por Dios o la naturaleza, sino que es producida de manera relacional y discursiva por nosotros ( Potter, 1998POTTER, Jonathan. (1998), La representación de la realidad: discurso, retórica y construcción social. Barcelona, Paidós. ) y, por tanto, es dependiente de nuestras tradiciones culturales, marcos sociales y prácticas lingüísticas, las cuales en su seno albergan valores, creencias, intenciones e intereses frente a los objetos; es decir, los discursos están siempre cargados ideológicamente con efectos prácticos en la vida social. En última instancia, pragmática y cotidianamente, la realidad es lo que las personas en movimiento y sus tradiciones definen como realidad ( Wittgenstein, 1999WITTGENSTEIN, Ludwing. (1999), Investigaciones filosóficas. Barcelona, Altaya. ; Gergen, 1996GERGEN, Kenneth. (1996), Realidades y relaciones: aproximación a la construcción social. Barcelona, Paidós Ibérica. ). Desde esta perspectiva, los discursos de los excombatientes respecto de su afiliación a los grupos armados guerrilleros son ricos en figuras retóricas, entre las que se destacan las metáforas, a partir de las cuales dan cuenta de sus formas de relacionamiento, sus afectos, sus formas de pensar y actuar en el escenario del conflicto y el postconflicto colombiano ( Lakoff y Johnson, 2017LAKOFF, George; JOHNSON, Mark. (2017), Metáforas de la vida cotidiana. Madrid, Ediciones Cátedra. ).

Vinculado a las anteriores problematizaciones ontológicas y epistemológicas sobre la realidad y el conocimiento humano, el construccionismo social adicionalmente hace centrales en sus prácticas analíticas las categorías de lenguaje y discurso. Siguiendo algunos desarrollos del segundo giro lingüístico (particularmente de la teoría de los actos de habla, la etnometodología y los juegos lingüísticos), Gergen (1996)GERGEN, Kenneth. (1996), Realidades y relaciones: aproximación a la construcción social. Barcelona, Paidós Ibérica. retoma el lenguaje en su dimensión pragmática a través del cual se constituyen las verdades y significados locales. El lenguaje pasa de ser un medio para transmitir los contenidos de la conciencia o constatar lo que registran los sentidos, a ser una práctica social performativa o productiva, con capacidad de crear pensamiento y realidad; postura teórica que claramente invita a hacer un giro de la mente individual a una mente relacional. Por su parte, Íñiguez (1997) plantea que el discurso es el lenguaje en acción articulado a estructuras e ideologías sociales y orientado a mantener y promover cierto orden social. De esta forma, el discurso produce, pero a la vez es producido por las condiciones sociales, por lo cual el lenguaje no solo es un proceso social, es parte constitutiva de la sociedad, no es algo que se encuentre fuera de esta.

De acuerdo con Wetherell y Potter (1996)WETHERELL, Margaret; POTTER, Jonathan. (1996), “El análisis del discurso y la identificación de los repertorios interpretativos”, in Gordo, Angel Juan y Lizana, José Luis (Comps.), Psicología, discursos y poder. Madrid, Visor, pp. 63-78. entre otras características centrales del discurso, están la función y la variabilidad: la función tiene que ver con la orientación del lenguaje a la acción, las personas hacen cosas intencionales y sin intención con su discurso, tanto en el plano interpersonal (critican, acusan, alaban, agreden, felicitan, prometen, etc.) como en el plano societal e ideológico (justifican y legitiman formas de poder), lo cual tiene efectos construccionales de realidad. Mientras que la variabilidad alude a que todo discurso es variable en el sentido que un mismo locutor o hablante puede describir un acontecimiento, un grupo social, una política o una persona de múltiples formas diferentes e incluso contradictorias, a medida que las funciones discursivas varían; es decir, toda persona con sus discursos y recursos retóricos produce versiones cambiantes, inconsistentes y diferentes de sus mundos sociales ( Wetherell y Potter, 1996WETHERELL, Margaret; POTTER, Jonathan. (1996), “El análisis del discurso y la identificación de los repertorios interpretativos”, in Gordo, Angel Juan y Lizana, José Luis (Comps.), Psicología, discursos y poder. Madrid, Visor, pp. 63-78. ).

En consonancia con lo anterior, Cañón et al . (2005) argumenta que la realidad no es algo que está por fuera de la producción discursiva del sujeto, a partir de la significación construida, las personas producen sentidos indexicalizados y situados, es decir, si se sacan de su contexto, pierden su sentido inicial. En el conflicto armado colombiano, si se lleva una práctica de guerra a otro contexto, perderá su significado, sentido e inteligibilidad. Así, es posible abordar el conflicto armado y posconflicto como un fenómeno social que es histórico, situado y que corresponde a la vida cotidiana de muchas personas en donde, a través del lenguaje, se construyen realidades violentas, bárbaras e indeseables, pero también donde a través del mismo lenguaje las personas adquieren la posibilidad de construir comunalmente prosocialidad y otros mundos posibles.

Otra categoría analítica utilizada por los estudios del discurso y el construccionismo social como herramienta para el análisis de los discursos son los repertorios interpretativos entendidos como:

Elementos esenciales que los hablantes utilizan para construir versiones de las acciones, los procesos cognitivos y otros fenómenos […] están constituidos por una restringida gama de términos usados de una manera estilística y gramatical especifica. Normalmente, estos términos derivan de una o más metáforas clave, y la presencia de un repertorio a menudo está señalada por ciertos tropos o figuras del discurso ( Wetherell y Potter, 1996WETHERELL, Margaret; POTTER, Jonathan. (1996), “El análisis del discurso y la identificación de los repertorios interpretativos”, in Gordo, Angel Juan y Lizana, José Luis (Comps.), Psicología, discursos y poder. Madrid, Visor, pp. 63-78.: 65).

En otras palabras, los repertorios interpretativos constituyen una caja de herramientas discursivas o retóricas empleada por los hablantes en la construcción de descripciones o versiones de los acontecimientos.

Simultáneamente, este trabajo además de partir del análisis de estos elementos discursivos, busca articular los motivos de afiliación a grupos guerrilleros con ciertos contenidos ideológicos en que se ha inscrito la acción del excombatiente. En otras palabras, se busca analizar cómo los motivos, si bien, rebasan la mera simpatía ideológica (izquierda política) son construidos en el marco de ideologías y relaciones de poder, por lo que se asume en consonancia con Billig et al . (1988) y Billig (1991)BILLIG, Michael. (1991), Ideology and Opinions. London, SAGE. que la ideología es una producción discursiva que permite sostener determinadas ideas culturales con efectos prácticos en la vida cotidiana, incidiendo en los modos en que el sujeto teje los argumentos para hacer inteligible su acción en las situaciones sociales. Dicho de otra manera, la identidad personal se construye en el marco de las diferentes prácticas lingüísticas y contextos argumentativos que acompañan a los cursos de acción social de los sujetos; dichas prácticas lingüísticas instituyen y reproducen las formas de vida social cotidiana y se convierten de este modo en ideologías vivas, las cuales se erigen en marcos de referencia para insertar la identidad personal que siempre hace referencia a la membrecía a un grupo.

Las ideologías son “el sentido común de las sociedades” y están en la base de la justificación y legitimación de los sistemas sociales ( Fernández, 2003FERNÁNDEZ, Concepción. (2003), Las psicologías sociales en el umbral del siglo XXI. Barcelona, Editorial Fundamentos.: 215). Una ideología no solo es una forma de pensar, sino también una forma de acción que tiene como consecuencia que los usos, costumbres, valores y formas de organización social parezcan naturales e incuestionables para sus miembros. Por tanto, para este autor, las ideologías no solo se refieren a asuntos o fenómenos del ámbito de la política, sino que abarcan también otros fenómenos cotidianos, como por ejemplo el racismo, la desigualdad social, el sexismo, el ambientalismo, la religión, entre muchos otros. Todos los temas o contenidos de la ideología se producen en los juegos lingüísticos que ponemos en circulación en el habla cotidiana, convirtiendo a los hablantes en instituidos e instituyentes de la historia ideológica de los temas discursivos que están utilizando. Cabe recalcar, que el pensamiento en cuanto depositario de lo ideológico es de naturaleza dilemática, razón por la cual, en los discursos aparecen argumentaciones muchas veces conflictivas y móviles sobre una misma temática.

NEOLIBERALISMO E IDEOLOGÍA

Emulando a varios países de la región, el neoliberalismo llega a Colombia de la mano del economista César Gaviria Trujillo, siendo ministro de Hacienda y de Gobierno del presidente Virgilio Barco (1986-1990), pero especialmente en su periodo de gobierno como primer mandatario de la Nación (1990-1994). Modelo neoliberal que se ha extendido y profundizado hasta el presente, convirtiéndose en el marco ideológico y sociopolítico en que los excombatientes de la guerrilla realizan su proceso de reintegración y reincorporación a la vida civil y que, en esa medida, ofrece claves discursivas para narrar sus experiencias. Por un lado, los excombatientes establecen una posición subjetiva frente al lugar en que la racionalidad neoliberal los ubica en la trama socio-histórica, por otro, reinterpretan su pasado a partir de las claves analíticas que esta posibilita.

Se entiende por neoliberalismo aquella racionalidad, ideología y política económica contemporánea que produce subjetividades específicas, formas particulares de relacionamiento con nosotros mismos, los otros y la naturaleza, caracterizadas por sus connotaciones empresariales. En este escenario, el sujeto es convertido en un empresario de sí mismo que asume su vida como un activo y sus acciones como una inversión ( Bedoya, 2021BEDOYA, Mauricio. (2021), Repolitizar la vida en el neoliberalismo. Medellín, Editorial Universidad de Antioquia. ).

En su diagnóstico sobre el neoliberalismo, Laval y Dardot (2013)LAVAL, Christian; DARDOT, Pierre. (2013), La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal. Barcelona, Gedisa. identifican cuatro características básicas de esta racionalidad: 1. No considera el mercado como una realidad natural en la cual no debe intervenir el Estado, sino contrariamente como un proyecto político que requiere de su intervención. 2. Sustituye la lógica del intercambio por la competencia generalizada entre empresas. 3. El Estado surge como una empresa entre muchas otras y se somete a la norma de la competencia. 4. Dicha norma impacta la relación del sujeto consigo mismo, surgiendo como un emprendedor que conduce su vida según el modelo de la empresa: “La empresa es pues promovida a la categoría de modelo de subjetivación: cada cual es una empresa a gestionar y un capital que hay que hacer fructificar” ( Laval y Dardot, 2013LAVAL, Christian; DARDOT, Pierre. (2013), La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal. Barcelona, Gedisa.: 385).

La subjetividad que emerge con el neoliberalismo se caracteriza por la autosuficiencia, por la inversión constante y el perfeccionamiento inacabado del sí mismo, el sorteo permanente de riesgos, la actitud para la reinvención, el exceso de responsabilidad frente a todas las condiciones de la vida, incluido el pasado y el propio destino ( Hassoun, 2012HASSOUN, Dan. (2012), “Costly attentions: Governing the media multitasker”. Continuum, v. 26, n. 4, pp. 653-664. https://doi.org/10.1080/10304312.2012.698041
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). En síntesis, el neoliberalismo establece la lógica de la competencia como modelo de constitución de la subjetividad, procura aventajar a los otros en el descubrimiento de oportunidades de ganancia, constituyendo la norma general de la vida.

La intervención del Estado en el neoliberalismo incluye estrategias alternativas de regulación y control de la población, los dispositivos disciplinarios que intervenían directamente los cuerpos son sustituidos por dispositivos de seducción, la vigilancia transformada en autovigilancia ( Bedoya, 2018BEDOYA, Mauricio. (2018), La gestión de sí mismo. Ética y subjetivación en el neoliberalismo. Medellín, Editorial Universidad de Antioquia. ; Castro, 2015). En lo anterior, se identifica una diferencia entre la racionalidad neoliberal y la ideología de un grupo guerrillero que utiliza privilegiadamente dispositivos disciplinarios para la dirección de las conductas de sus miembros, desde esta lógica, la reintegración implica un tránsito hacia otro dispositivo de gobierno de la subjetividad. Como refiere Maca y Molina (2018MACA, Deidi; MOLINA, Nelson. (2018), “Cambios contemporáneos en el mundo del trabajo, condiciones de subjetivación y gubernamentalidad”. CS, v. 1, n. 25, pp. 137-166.: 149) “ya no se trata de producir sujetos dóciles y disciplinados a través de la coacción, sino de producir una subjetividad completamente implicada en la actividad que debe llevar a cabo”, el sujeto en el neoliberalismo es fabricado más que oprimido, empujado a actuar más que constreñido.

Para Aubrey (2000)AUBREY, Bob. (2000), L’entreprise de soi. París, Flammarion. la empresa de sí es la forma contemporánea de la epimeleia, que invita a gestionar la totalidad de la vida mediante técnicas que buscan maximizar el capital: gestionar las actitudes, aprendizajes, emociones, recursos económicos, relaciones interpersonales, etc. Lo anterior, con el fin de constituir a un sujeto cada vez más competente y competidor.

Se trata, de hecho, de producir una relación del sujeto individual consigo mismo que sea homóloga a la relación del capital consigo mismo: una relación, precisamente, del sujeto con él mismo como capital humano, que debe aumentar indefinidamente, o sea, un valor que hay que incrementar cada vez más ( Laval y Dardot, 2013LAVAL, Christian; DARDOT, Pierre. (2013), La nueva razón del mundo. Ensayo sobre la sociedad neoliberal. Barcelona, Gedisa.: 21).

METODOLOGÍA

El diseño metodológico de investigación asumido es cualitativo, en consonancia, no se busca representatividad y generalización estadística, pero sí, analítica; es decir, no se proponen resultados y conocimientos nomotéticos sino ideográficos. De manera específica, se hace uso del método o estrategia del análisis del discurso, que entiende el mundo social como un entramado de textos susceptibles de ser analizados e interpretados (Banister, Burman, Parker, Taylor y Tindall, 2004). Dichos textos, constituyen discursos articulados por enunciados, siempre inmersos en contextos sociohistóricos y tradiciones lingüísticas específicas ( Foucault, 1998FOUCAULT, Michel. (1998), Historia de la sexualidad Vol.1: la voluntad del saber. Madrid, Siglo XXI. , 2002FOUCAULT, Michel. (2002), La hermenéutica del sujeto (curso en el College de France 1975-1976). Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica. ; Gergen, 1996GERGEN, Kenneth. (1996), Realidades y relaciones: aproximación a la construcción social. Barcelona, Paidós Ibérica. ), por lo que resulta pertinente no solo atender al lenguaje como una estructura en sí misma, sino en su dimensión pragmática, es decir, analizando los modos en que los hablantes lo usan para promover, cuestionar y/o sostener determinadas relaciones y estructuras sociales ( Van Dijk, 2000VAN DIJK, Teun. (2000), “El Estudio del Discurso”, in Van Dijk, Teun (Coord.), El Discurso como Estructura y Proceso: Estudios sobre el Discurso I, Una Introducción Multidisciplinaria. Barcelona, Gedisa, pp. 21-66. ; Íñiguez y Antaki, 1994ÍÑIGUEZ, Lupicinio; ANTAKI, Charles. (1994), “El Análisis del Discurso en Psicología Social”. Boletín de Psicología, v. 1, n. 44, pp. 57-75. ).

Para la generación de información se efectuaron entrevistas a profundidad en los meses de junio, agosto y septiembre de 2019 a 20 excombatientes de las FARC-EP, 5 mujeres y 15 hombres, con edades entre los 25 y 32 años, todos desmovilizados individualmente, que se encontraban en procesos de reintegración estatal a la vida civil y tuvieron afiliación voluntaria al grupo armado durante por lo menos 2 años. El acceso a la población fue facilitado por profesionales reintegradores de la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) de los departamentos de Antioquia, Chocó y Cundinamarca, a quienes se les presentó a través de correo electrónico el proyecto de investigación con las respectivas consideraciones éticas, asintiendo llevar la invitación a los excombatientes para participar del estudio. A los interesados se les contactó vía telefónica para definir lugar, fecha y hora de las entrevistas; la duración de estas osciló entre los 50 y 90 minutos. A continuación, se relacionan los datos sociodemográficos de los y las participantes.

Tabla 1
Códigos asignados a los participantes y datos sociodemográficos

El análisis de los textos se realizó mediante el uso de las herramientas proporcionadas por Wetherell y Potter (1996)WETHERELL, Margaret; POTTER, Jonathan. (1996), “El análisis del discurso y la identificación de los repertorios interpretativos”, in Gordo, Angel Juan y Lizana, José Luis (Comps.), Psicología, discursos y poder. Madrid, Visor, pp. 63-78. , respecto a los repertorios interpretativos presentes en los discursos de los excombatientes, es decir, se identificaron aquellos elementos retóricos usados para elaborar sus versiones sobre el mundo social y su ingreso a la guerrilla. Asimismo, se identifican, por un lado, la función del discurso, es decir, su potencial efectivo para realizar prácticas específicas (explicar, sancionar, exculpar, demandar, redimir, etc.) y, por otro, el análisis de la variabilidad discursiva, relacionada con aquellos matices, inconsistencias o contradicciones tácitas o manifiestas en los discursos de los excombatientes referidos a sus motivos de afiliación al grupo guerrillero.

El corpus textual fue sometido a procesos analíticos mediante procedimientos de codificación, categorización, condensación e identificación de tendencias; los cuales, fueron sistematizados con apoyo del software Atlas.ti en su versión 7.5. El proyecto de investigación del que deriva el presente artículo fue revisado y aprobado por los comités de ética de las dos universidades financiadoras2 2 . Universidad Cooperativa de Colombia, sede Medellín (Colombia) - Universidad Pontificia Bolivariana, sede Medellín (Colombia). . En las entrevistas se utilizó el respectivo consentimiento informado que fue aceptado y firmado por cada participante.

RESULTADOS

Algunas motivaciones e intereses atribuidos por excombatientes de las FARC-EP a su proceso de vinculación y afiliación al grupo armado, se relacionan con fenómenos que van más allá de la mera simpatía ideológica, entre algunos: encontrar un espacio simbólico que permita resignificar una situación de vulnerabilidad o reconocer el grupo como un lugar que confiere identidad y seguridad (Hernández, Cañaveral y Morales, 2019). En lo que sigue del presente apartado se categoriza, expone y analizan las diferentes formas como los participantes situados en un escenario de reintegración neoliberal, narran sus motivos y prácticas de vinculación al grupo armado; los cuales se describen a partir de la identificación de seis repertorios dominantes:

Figura 1
Repertorios interpretativos de excombatientes de las FARC-EP sobre la afiliación al grupo armado.

A-Protección emocional, el grupo otra familia: en el 70 % de las entrevistas, los motivadores de ingreso al grupo se articulan discursivamente a una serie de dificultades emocionales que remiten, por un lado, a vivencias en la niñez (50 % de los casos), y por otro, a experiencias de la vida familiar (20 % de los casos), ello se demuestra en los siguientes extractos:

EXTRACTO A. EL ABANDONO PARENTAL

“Pero debido a la orfandad los miraba a ellos como (...) como protectores y confiaba en ellos y de alguna u otra manera uno empieza a amañarse en el grupo, y, mi lucha siguió al lado de ellos” (P1).

EXTRACTO B. RUPTURA DE VÍNCULOS SENTIMENTALES

Eso fue en el mismo transcurso de que tenía problemas con los “paras”. Tuve un problema con la mujer, porque la encontré con otro. Entonces ahí se pone uno que no sabe qué hacer y me fui pa’ donde un tío y le dije: “tío, necesito que me haga contacto con la guerrilla, me voy pa’ allá”(P2).

Yo quería mucho a mi hermano, él se fue un día, y yo como a los 20 días me fui detrás de él, nuestro pacto fue estar siempre juntos (P3).

En los anteriores fragmentos, se identifica como repertorio la ruptura familiar, como una función del lenguaje para explicar la afiliación al grupo, esta se presenta en tres situaciones: la orfandad, la infidelidad conyugal y la salida de un familiar del hogar para adherirse a las filas del grupo. Estas situaciones son experimentadas como eventos no controlados por la voluntad del sujeto que visibilizan su vulnerabilidad y que en el contexto de socialización motivan la afiliación. Hoy en día, los excombatientes cuestionan que la sociedad atribuya la vinculación al grupo como una decisión fría, racional y calculada: “La gente no entiende lo que le tocó a uno lidiar, como fue la niñez, lo que lo llevó a tomar esa decisión, muy cómodos nos llaman guerrilleros, matones, y piensan que es porque sí… porque nos dio la gana y ya” (P4).

El cuestionamiento que aparece en el anterior relato va contra la lógica estructural de la racionalidad neoliberal. Debe recordarse que, con la erradicación del Estado de bienestar, el sujeto deja de ser pensado como producto de su entorno, convirtiéndose en único responsable de las condiciones materiales y simbólicas de su existencia. En esta vía, el excombatiente imagina que la sociedad lo concibe como un sujeto calculador que efectúa elecciones netamente racionales, de allí que la afiliación al grupo, las consecuencias y estigmas que derivan de dicha decisión pasan a ser su entera responsabilidad. Desde esta racionalidad que se reprocha, la exclusión, la situación de desempleo, incluso el asesinato sistemático de excombatientes se entiende como una consecuencia legítima por las malas decisiones del pasado: “El desempleo muy berraco, la persecución, la tachadura, estamos pagando cosas que no debemos, muy feo mano, toda la culpa no es de uno, hay cosas que lo enloquecen a uno…usted sabe” (P5).

En el anterior testimonio, el participante alude a la metáfora del cobro perpetrado por la sociedad por haber tomado la decisión de pertenecer al grupo, sin embargo, sugiere una redistribución de la culpa, pues, esta decisión no es completamente voluntaria y racional. En lo desarrollado hasta ahora, los participantes refieren la existencia de resortes emocionales que motivaron la pertenencia al grupo, que invitan a problematizar porque en estos contextos de violencia fue normalizada la afiliación a los grupos armados, como práctica de soporte frente a rupturas familiares. Así, ante la ausencia estatal y de un acompañamiento psicosocial institucional, los sentimientos de vulnerabilidad emocional, derivados de situaciones como la orfandad y la infidelidad conyugal, se tramitan mediante la afiliación al grupo armado que, en los contextos de violencia, cumplen las funciones de refugio y soporte frente a la ruptura, la cual, trata de ser reparada mediante el establecimiento de un significante sustitutivo de la familia original, este es: el grupo como segunda familia.

Estando en el grupo, todos los compañeros de allá son los hermanos de uno, esa pasó a ser mi segunda familia - ¿Y todos lo sentían así, todos se sentían hermanos? - esa idea se la metían a uno en la cabeza, (...) yo ya sabía lo que hacíamos todos los días, que nos levantábamos, nos bañábamos, recochábamos, prácticamente él es mi hermano, ya es mi familia, ya nos relacionábamos como hermanos (P6).

En el anterior relato, los excombatientes nombran a sus ex-pares de grupo como hermanos y como familia, sin embargo, en este desplazamiento significante, se reconocen asuntos dilemáticos relacionados con el soporte emocional y a la confianza vincular, que dentro de los imaginarios instituidos de la familia implicarían funciones intrínsecas del grupo. Es así como estas funciones no aparecen en los discursos con que narran sus vivencias, comprendiéndose la función familiar en términos de rutinas cotidianas que son compartidas. Esta estrategia discursiva, a través de la cual se nombra al grupo como una segunda familia, actúa desde una dimensión instituida de sus imaginarios sociales, asunto relacionado con reglas elementales de la convivencia que implican el cuidado por el semejante. Sin embargo, este desplazamiento metafórico de la segunda familia actúa a modo de una invasión, es decir, como una idea que viene del exterior “esa idea se la metían a uno en la cabeza y que llega a constituir la dimensión subjetiva de los vínculos del excombatiente, aunque con ciertos deslizamientos y resignificaciones. En el extracto C y D se dibuja tal dilema.

EXTRACTO C. UNA FAMILIA QUE NO SE CUIDA

“Cuando entramos a la parte militar ya es diferente, porque ya a uno le tocaba reventar, después que ya tiene los primeros enfrentamientos, uno se vuelve como un perro rabioso, ya no, ni se cuida uno ni cuida a los demás” (P7, énfasis añadido).

EXTRACTO D. UNA FAMILIA EN QUE NO SE CONFÍA

No contaba nada de lo mío, porque usted allá, usted es usted, no cuenta nada de lo suyo. No, pues la verdad nunca he confiado en nadie, porque yo siempre he dicho, amigos no hay, entonces no confiaba en ellos. Yo no les contaba nada que me pasaba a mí, me preguntaban ¿qué te pasa? Y yo… ah, bien (P6).

En el extracto C, aparece la figura del grupo como una familia que no cumple la función de cuidado y protección, así, la fórmula: debes cuidar al otro, es reemplazada por la máxima: no debo cuidarme ni a mí mismo, ello genera un desplazamiento del enunciado prescriptivo que viene del Otro, dando cuenta de un proceso de desidentificación con la estructura grupal, lugar donde el excombatiente da sentido a sus experiencias. Es así, como esta función inoperante del cuidado que se expresa en los discursos, se encadena con sentimientos de desconfianza hacia el otro, como muestra el extracto D, generándose tensiones entre los discursos de la hermandad a partir del cual el Otro los nombra, y las maneras en que los actores dan sentido a dicho nombramiento. No obstante, la metáfora familiar sigue operando, aun cuando se desvirtúe en sus funciones. Lo anterior da lugar a una nueva forma de entender el grupo como familia, la cual prescinde de valores como la confianza y el apoyo emocional.

Del anterior dilema, se nutre el distanciamiento emocional hacia el otro (asunto que no implica un distanciamiento físico) con incidencia en la vida afectiva de los integrantes del grupo, que lleva a comprender el espacio de interacción como un lugar donde los afectos deben esconderse. Esconder los afectos constituye un repertorio interpretativo central de la interacción del excombatiente, que no solo implica silencio en un sentido de ocultamiento, sino la exhibición de un semblante de satisfacción, alegría y bienestar. Así, desde la metáfora teatral establecida por Goffman (2001)GOFFMAN, Erving. (2001), La presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires, Amorrortu. el excombatiente desarrollaría un guion que le prescribe normalidad y le sanciona la expresión de la tristeza. Este repertorio lleva a significar uno de los polos de la expresión emocional desde el temor, dado que, si los afectos que denotan tristeza emergen en la situación social, pueden ser interpretados en clave de traición y peligro para el grupo. En este orden de ideas, los otros (sea el par o los altos mandos) se convierten en vigilantes de las emociones, aquellos frente a los cuales hay que ocultar los rostros tristes, experiencia que recrudece la desconfianza:

La familia que uno tiene afuera, llegan los momentos que uno los llama (…) mi mamá, mi papá, está uno aburrido. Hombre, me hace falta mi papá, mis hermanos y llegan los momentos que uno se deprime, que uno se aburre, donde uno no puede dar a sospechar nada a los comandantes, porque van a estar investigándolo a uno, poniéndole mala cara (…) ¿sí me entiende? porque a usted lo ven por ahí achiladito, lo pueden mandar a matar, porque puede estar pensando algo malo. Son cosas que uno tiene que estar todo el tiempo alegre, brinque pa’ allá pa’ cá, no puede mostrar nada raro, entonces usted podía estar alegre obligadamente (P8).

Todo lo anterior, cobra sentido a partir de prácticas grupales de castigo y adoctrinamiento, que funcionan como tecnologías disciplinarias para infundir miedo sobre aquellos que son leídos en clave de traición o peligro para el grupo, dichas prácticas se insertan en un dispositivo de sanción social al que se acuña el nombre de consejo de guerra:

Cualquiera palabra no bien dicha, lo puede llevar a uno a qué lo amarren, que le hagan consejo de guerra, no hay cosa más vergonzosa que a uno le hagan un consejo de guerra, y de pronto que no salga fusilado. Yo le decía: marica, muestra ambiente así no, así no quieras muestra ambiente. Ese man tiró la toalla de una vez y un día el menos pensado, cogió un fusil y arrancó, como a la media hora lo cogieron y ya una vez, el consejo de guerrilla, y ese man lloraba (…) fusilamiento, fusilamiento, o sea, el man se fue de cajón, el lloraba y todo, tenía y todo un peladito recién nacido, no les importó, de una vez lo mataron (P9).

Lo dicho hasta ahora, lleva a preguntarse: ¿En qué consiste la protección emocional que brinda el grupo?, análisis muestran que esta protección, más que estar vinculada a un soporte emocional individual que implicaría a un otro sensible y confiable que ayuda a gestionar los afectos, se relaciona con una protección de orden simbólico, enlazada a la necesidad social de hacer parte de un grupo, en este caso, de un grupo de poder que permita resignificar los sentimientos de vulnerabilidad, invistiendo a sus integrantes con parte de dicho poder: “más si uno llega a saludar un guerrillero, pues ya se siente muy poderoso” (P10).

En esta línea, en el discurso de los actores, se reconocen dos significaciones sobre el poder: 1) el poder como imagen de fuerza y admiración: relacionado a una dimensión escópica como la de vestir un uniforme o tener un fusil, que constituyen actantes no humanos ( Latour, 2008LATOUR, Bruno. (2008), Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red. Buenos Aires, Manantial. ) a partir de los cuales, se consolida el sentimiento de pertenencia al grupo, este poder es con el que se siente investido el combatiente raso, como se muestra en este relato: “Yo cuando era niño veía que iban a la casa con esos uniformes todos chimbas, una elegancia, yo no quería ser futbolista, ni estudiar ni nada, yo quería tener un uniforme de esos” (P11). Como se logra ver, las proyecciones sobre el futuro se construyen a partir de símbolos de la guerra. En esta vía el mismo entrevistado refiere:

Denle un uniforme al pelao y un fusil de palo, un fusil de palo-. Y yo: ¿de palo? Y pa’ qué eso de palo, me van es a matar con eso. Entonces yo le digo: mi comandante Raúl, eso no sirve pa’ nada. -No mijo es que aquí el que entra tiene que amañarse tres meses con ese palo pa’ poder darle un fusil-. Cuando yo: uy, cómo así que tres meses - o si me muestra más finura antes se lo puedo dar, pero de resto no, le toca es que se aguante y así haigan bombardeos, lo que haiga - y yo: ah, bueno señor. Meses más tarde - saque esa caja que hay allá- pesadísima, uff: cuando me dice: - saque lo que hay ahí, que eso es pa’ usted- y yo: ah, cuando claro, un fusil y yo: ufff, un fusil, uy, ¿ese es el que me va a dar usted a mí? - Sí, cójalo- y me sentí más contento, mero poder (P11).

En los anteriores fragmentos, objetos como el fusil y el uniforme, son actantes con capacidad para agenciar la conducta del excombatiente, así, el poder no implica solo estar entre el grupo, ello lleva a considerar que aquello que se denomina una situación social de guerra, incluso, el combatiente mismo como actor de la guerra es producto de una red heterogénea de actantes humanos y no humanos, que entran a mediar y a ensamblar dicha situación ( Latour, 2008LATOUR, Bruno. (2008), Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red. Buenos Aires, Manantial. ). Es así como el fusil y el uniforme hacen cosas, es decir, ayudan a actuar de manera insospechada al excombatiente, le legitiman, le posibilitan la experiencia de emociones, pensamientos y nuevos modos de relacionamiento.

Por otro lado, en los discursos se identifica otra significación sobre el poder: 2) el poder de autonomía: aquel que el guerrillero raso no experimenta, al no tener un rol que le permita tomar decisiones por sí mismo, quedando a merced de las órdenes de los altos mandos, esto implica para el excombatiente una anulación de la individualidad, de allí que la reintegración sea significada como una oportunidad para ejercer la autonomía. Esta vivencia heterónoma que experimenta el combatiente es significada de distintas maneras, por un lado, le posibilita un encuentro con el sentido de su acción, por otro, ejecutar un cuestionamiento frente a las órdenes militares, lo que da cuenta de un actor social con apertura reflexiva:

Se gana y se pierde, fue una experiencia buena y maluca también (…) lo maluco, las órdenes sin lógica, bueno, fueron órdenes que no, que uno no quiere cumplir, por ejemplo, matar a alguien sin saber por qué, eso es como ilógico. Si a uno le dicen: ah, lo va a hacer por esto y esto, listo, ya uno toma otra determinación: ah, que se va a matar por violador o por ladrón, ya se le ha perdonado muchas (…) pero había personas que no merecía la muerte. Entonces la reintegración le permite a uno tomar decisiones, pensar en uno (P12).

Retomando, las dos significaciones sobre el poder mencionadas 1) el poder como imagen de fuerza y admiración y 2) el poder de autonomía; constituyen elementos dilemáticos mediante los cuales se narra la experiencia en la guerra, dado que ingresar al grupo confiere una imagen que restituye la vulnerabilidad, pero al mismo tiempo pareciera remitir a otra vulnerabilidad en el campo de la autonomía. Hay allí expresada una variabilidad discursiva que lleva al excombatiente a establecer actitudes móviles frente a su estadía en el grupo; disyuntiva que puede traducirse en la expresión: “Se gana y se pierde, fue una experiencia buena y maluca también”, en otras palabras, la experiencia de la guerra implica: ganar en algo para perder otro algo, una especie de transacción de la imagen que se admira a cambio de la aceptación de la heteronomía.

B-Pobreza, el grupo como trabajo: otro de los motivos por los que se atribuye la afiliación al grupo, es la protección económica que este representa en medio de condiciones de pobreza. Una vez más, ello muestra que los motivos de afiliación no se relacionan de manera directa con la simpatía ideológica, en este caso, es debido a dinámicas sociales de escasez y precariedad laboral. Lo anterior, reafirma la imagen del combatiente como un sujeto vulnerable:

Yo le digo: no hay trabajito por ahí, él tenía una finquita, -así sea pa volear machete o coger café, pero yo no quería eso, yo ya sabía lo que quería- pero la pobreza era mucha y era lo que tocara, pero al final uno es el que decide . Isque no, no tengo nada me dijo, pero le tengo el propio camello, donde va a ganar es plata mijo, y yo: ¿sí? ¿entonces qué hay que hacer? entonces me dice: espere que voy a hablar por allí, más tarde le digo (P5, énfasis añadido).

La parte subrayada en el anterior fragmento señala la argamasa ideológica desde la cual se estructura el discurso del excombatiente, donde emerge como único responsable de su acción. Ello configura el repertorio interpretativo del excombatiente autónomo, estrategia discursiva que da cuenta de una psicologización de la conducta y de la privatización de la voluntad, es decir, condiciones sociales como la pobreza que impactan directamente en el desarrollo y la dignidad humana, parecen no incidir de manera contundente en la toma de decisión del sujeto. Esto es, dado que al fin y al cabo, el peso ontológico de la elección, recae en el individuo y no en el conjunto heterogéneo de elementos que configuran la situación social en que está inmerso, se constitituye así una lectura determinista de la acción.

En el anterior relato, se evidencia una posición contradictoria que da cuenta de una variabilidad discursiva, pues anterior a la expresión: “ pero al final uno es el que decide” , el sujeto refiere: “ pero la pobreza era mucha y era lo que tocara” ( énfasis añadido), en la primera expresión se enmarca el sujeto de la autonomía y en la segunda, el sujeto heterónomo, este último presentado como víctima de la situación. Esta contradicción da cuenta de una función discursiva del hablante, quien intenta rescatarse como sujeto autónomo, aún en medio de la vulnerabilidad que le somete.

Lo que aquí se vislumbra es un dilema en que se enfrentan dos concepciones de sujeto (dos modos de leerse de manera simultánea) por un lado, aquel que emerge como mero producto de un juego de relaciones que se gestan dentro de una estructura determinante, donde las condiciones objetivas de pobreza configuran sus decisiones, en este caso, un sujeto atrapado en una estructura económica que lo aliena. Por otro lado, se sobrepone el sujeto neoliberal, enteramente autónomo y responsable de sus decisiones y condiciones de existencia, concepción que conlleva a una estricta privatización de los comportamientos. Allí se refleja aquel sujeto condenado a ser libre independiente de la situación, formula existencialista que se articula fuertemente con la racionalidad neoliberal.

C. El grupo como protección física, una tradición familiar: otro motivo de afiliación es la protección física que supone el grupo. Como se expresó en otro escrito (Hernández, Cañaveral y Morales, 2019), en la historia de Colombia, ha sido común que en ciertas zonas rurales donde la presencia del Estado ha sido mínima, los campesinos sean tomados por los grupos paramilitares3 3 . Son bandas armadas ilegales de extrema derecha cuyo objetivo es controlar la expansión de frentes guerrilleros en distintas regiones del país. Velásquez (2007) considera que el paramilitarismo es un proyecto militar, político y socioeconómico con incidencia nacional, que durante los años ochenta del siglo XX tomó fuerza en Colombia como estrategia contrainsurgente. Aquellos factores que incidieron en su surgimiento fueron: “la ideología anticomunista que profesan la mayoría de miembros de las fuerzas armadas, la cultura política derivada de la violencia, la corrupción y el clientelismo, así como el narcotráfico, al igual que las influencias externas, provenientes principalmente de Francia y Estados Unidos” ( Velásquez, 2007 , p.134). A estos grupos se le atribuyen desplazamientos forzados, violaciones, torturas, masacres y asesinatos selectivos de guerrilleros, campesinos y de personas acusadas de colaborar con las guerrillas. como guerrilleros. En este escenario, emergen sentimientos de indefensión, miedo, incertidumbre, entre otros; derivados de las acciones violentas de sus victimarios, motivo por el cual, el grupo guerrillero pasa a simbolizar un espacio de protección física:

Tuve problemas con los paramilitares, ahí empezó mis problemas en la vida civil, me calumniaban pues de ser guerrillero sin serlo. Entonces, ahí estuve en el Gobierno, el Gobierno me dio la espalda, eso fue tremendo lío, luché como año y medio, bregando para legalizar los problemas, y no pude, tenía dos hijas recién nacidas, ahí fue donde me tocó que, cómo el Gobierno me dio la espalda, me tocó buscar esa alternativa, buscar la guerrilla (P13).

Lo que aparece aquí es una ideología polarizadora, que fuerza a los sujetos a afincarse en una posición política determinada y rígida, pues la neutralidad emerge como lugar de sospecha. En el anterior relato se visibiliza la polarización como un dispositivo de control sociopolítico, que divide a la población, impidiendo la negociación de conflictos, excluyendo posturas ideológicas divergentes, conllevando a la construcción de un enemigo y de una atmósfera de violencia simbólica, cultural y directa. Este fenómeno ha sido una constante en la historia de Colombia, como puede constatarse en las guerras civiles entre liberales y conservadores, desarrolladas durante el siglo XX.

Otro de los motivos con que se relaciona la persecución paramilitar del campesino, se debe a que muchos de los desmovilizados (antes campesinos y combatientes), han tenido familiares en grupos guerrilleros, lo que ha llevado a que sean tomados como tales. Lo anterior, hace que la decisión de ingresar al grupo no sea interpretada como algo extraño o atípico, sino como una decisión que se respalda en una tradición familiar.

Yo miro allá, un camarada de esos es primo mío, llevaba mucho tiempo allá, cuando me dice a mí: eh, qué más primo, casi que no lo vuelvo a ver. Mi mamá también estuvo allá, duró mucho tiempo, veinte años, la guerrilla era lo normal, ver camuflados y armas, escuchar la doctrina. Yo soy hijo de una guerrillera, por eso le digo que yo no distingo a mi papá, no sé si estará muerto o vivo (P14).

Siguiendo el construccionismo social, se evidencia en el anterior relato, como la comunidad lingüística a partir de la cual, el excombatiente construye los significados sobre la realidad sociopolítica colombiana, y, por tanto, los marcos de veridicción para comprender el conflicto armado, se remiten a símbolos propios del grupo guerrillero que le brindan una forma de hablar, de ver y actuar en las situaciones sociales. La ideología emerge como un poder fáctico para determinar la vida cotidiana y la subjetividad, que no actúa por coacción sino mediante creencias y valores colectivos en que se soportan las acciones, que se construyen por diversos canales, como la socialización familiar, grupal, comunitaria, educativa, etc. De lo anterior, surge un interrogante: ¿Cómo culpabilizar entonces al sujeto por su elección, cuando la comunidad lingüística donde se subjetiva le ha conferido las claves para actuar en el mundo y para nombrar a los buenos y a los malos?

En el anterior relato, se configura el repertorio interpretativo: el grupo guerrillero como familiaridad, expresado en la frase: “la guerrilla era lo normal”. En dicho repertorio aparece una clara función de la ideología: “normalizar”; la ideología constituye precisamente el espacio de lo obvio, de lo aproblemático, de lo que se da por sentado; actúa como un dispositivo de visión a partir del cual se construye al enemigo, al protector y al héroe. Sin embargo, junto a este repertorio utilizado para justificar las acciones de guerra bajo el concepto de normalidad, repertorio que en últimas da cuenta de un sujeto no responsable de su acción, aparece de manera simultánea el sujeto reflexivo y responsable, aquel que advierte que la ideología es un dispositivo de la mirada: “nos mostraron al enemigo como al soldado, como al Para, como al Estado, pero… del otro lado del charco a nosotros nos han mirado como el enemigo, uno siempre está manipulado” (P15). Lo anterior, constituye un aspecto variable del discurso, donde aparece, por un lado: la afiliación al grupo como una práctica normal, familiar y en definitiva natural; y por otro, la afiliación al grupo y a los procesos de guerra que de allí derivan, en términos de manipulación e invención.

D. La guerra, una decisión de la infancia y la juventud: según el imaginario de los desmovilizados: la niñez y la juventud suponen etapas de la vida donde se presenta mayor probabilidad de reclutamiento; lo anterior, refuerza el imaginario instituido de una niñez y una juventud vulnerable y fácilmente influenciable, como se expresa a continuación:

Esta juventud está fácil para reclutar y se ingresa muy fácil (…) se crea como un seguidismo social, como un manejo psicológico, porque uno no entiende cómo es posible que en una vereda que tenga cuarenta, cincuenta jóvenes, más de la mitad los llamen a las filas insurgentes y ellos ingresaron, es algo que considero como un espíritu influyente, para llevar a cabo ese plan de maniobra. En mi caso, digo yo que sería por la vulnerabilidad que tenía que resulté enredado y muy prontico los veía como mis protectores. Porque ya uno no quiere como sufrir más (…) ya no quiere volver a los mismos errores de cuando uno era niño ¿si me entiende? (P13).

El anterior imaginario instituido, pareciera naturalizar el fenómeno de la reclusión de niños y jóvenes, en el sentido en que atribuye a causas esencialistas su predisposición y vulnerabilidad para hacer parte del conflicto, este discurso remite al corazón mismo de la psicología evolutiva en cuanto a ideología, que ha construido al niño(a) y al adolescente como un sujeto universal carente y vulnerable ( Burman, 2008BURMAN, Erica. (2008), La deconstrucción de la psicología evolutiva. Madrid, Visor Libros. ).

“Esa era como cuestión de juventud, niñez y adolescencia, pero ya cuando entramos a la parte militar ya es diferente porque ya a uno le tocaba pues reventar, y después que tiene los primeros enfrentamientos, no sé, se despierta algo como en uno, y al fin y al cabo, está joven y la adrenalina mantiene dispuesta para, para sentirla a cada momento” (P9, énfasis añadido).

El repertorio interpretativo: el niño y el adolescente como sujetos vulnerables, es utilizado para justificar la afiliación al grupo, implicando un discurso de la esencia que trata de fundamentarse al recurrir a una explicación internalista y biologicista.

E. El analfabetismo como vulnerabilidad: otra de las significaciones que los excombatientes le atribuyen a la participación en el conflicto armado, se relaciona a la falta de educación, lo cual constituye una creencia instituida, en donde se considera la ignorancia como una causa que genera acciones irreflexivas y violentas.

Con el estudio uno se da de cuenta que el Estado quiere repararlo y que le está dando la oportunidad, en gran medida, porque con todo lo que no hizo, nosotros como guerrilleros de base, se debe precisamente a la ignorancia, a la falta de estudio, teníamos la visión de que había que luchar hasta morir, esa es la consigna, hasta el triunfo, hasta la muerte (P13).

En el anterior relato, se ve como los imaginarios que se instituyen en la sociedad civil con relación a la educación, se fundamentan en discursos legitimadores del saber cómo un bien que civiliza, es decir, que ata al hombre y le impide la manifestación social de sus instintos más tanáticos ( Freud, 1999FREUD, Sigmund. (1999), El malestar de la cultura. Madrid, Biblioteca Nueva. ). En este sentido, la educación actúa como un dispositivo neguentrópico (que ordena el caos) y previene la guerra, la cual, provendría de un mal general, en este caso la ignorancia. En el anterior relato, aparece el repertorio: la educación como fuente salvadora, así se espera que la educación libere al mundo de los efectos de este mal general que supone la ignorancia, pero ¿ello es así? ¿acaso en esta lectura no reposa la ideología? Como señala Lipovetsky (2014)LIPOVETSKY, Gilles. (2014), La estetización del mundo. Vivir en la época del capitalismo artístico. Barcelona, Anagrama. la alta cultura no ha librado a los hombres de la barbarie, debe recordarse, por ejemplo, como una nación tan cultivada como Alemania, perpetró el holocausto del pueblo judío mediante la aplicación de la razón instrumental, tal cual lo exponen Horkheimer y Adorno (2016)HORKHEIMER, Max; ADORNO, Theodor. (2016), Dialéctica de la ilustración: fragmentos filosóficos. Madrid, Trotta. .

Lo anterior, lleva a pensar la razón como un objeto paradójico del que parece brotar la libertad, pero también la monstruosidad. La modernidad endiosó a la razón y al conocimiento, considerando que de allí solo podría esperarse luz y bien, pero como señala Hernandez y Vivares (2020HERNANDEZ, Edwin; VIVARES, Diana. (2020). “Epistemología para el mal. Saberes psi, autoridad y experticia en la locura”. Utopía y praxis latinoamericana, v. 25, n. 89, pp. 164-178.: 167) “desconocía que aquella diosa que se había erigido también podría convertirse en un monstruo de la destrucción, la discriminación y la maldad”. De este modo, Bilbeny (1993)BILBENY, Norbert. (1993), La idiotez moral: La banalidad del mal en el siglo XX. Barcelona, Anagrama. problematiza esta fe en el conocimiento, considerando que el mal contemporáneo está caracterizado por la idiotez moral a los sujetos inteligentes. En síntesis, el repertorio interpretativo mencionado, aparece como una estrategia retórica para justificar la afiliación al grupo; razón y poder son dos bastiones en que se soportan las ideologías modernas, que sitúan el analfabetismo como la cimiente de todos los males personales y sociales, en este caso, la afiliación al grupo como una decisión irracional.

F. Ingresar al grupo, una venganza: por último, en los relatos de los excombatientes, aparece como motivo frecuente de afiliación al grupo, los sentimientos de venganza asociados a experiencias de violencia sociopolítica, especialmente al desplazamiento y al asesinato de familiares. Dichas experiencias vuelven a relacionarse con la imagen de un campesino vulnerable, quien a modo de defensa y como estrategia de venganza, busca construir una imagen que lo invista de fuerza, para lo cual, opta por el ingreso al grupo, aun cuando en muchas ocasiones no comparta su ideología ni sus normas.

Mi papá trató de conseguirse otra mujer después de que mi mamá murió, de ahí, prácticamente a los días también lo mataron a él, ya quedaba uno prácticamente solo. Quedé de 10 años cuando murió mi mamá y mi papá, se llevaban como 3 meses de muertos. Yo fui la más pequeña que quedé con mi hermanito, yo me aburrí en la casa, de verme sola, me dio muy duro la muerte de ellos (…) de eso tomé la decisión de irme pa la guerrilla, o sea como que yo la tomé como una venganza, yo no lo tomé como una reacción más, como por salir adelante, lo hice fue por una venganza (P16).

Resumiendo, en los discursos de afiliación al grupo armado, aparecen distintos repertorios interpretativos, que relacionan la afiliación a elementos distintos a la simpatía ideológica, en dichos repertorios se evidencian tensiones subjetivas que se dibujan en las distintas estrategias retóricas utilizadas por los excombatientes para dar cuenta de sí mismos como actores del conflicto; entre estas tensiones, aparecen de forma recurrente elementos discursivos variables en torno a la noción de autonomía, asimismo, funciones discursivas que justifican y dan sentido a la afiliación.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Si bien, se han elaborado numerosos estudios sobre los motivos de vinculación de personas a grupos armados ilegales, la mayoría no analiza cómo los motivos están articulados a dimensiones discursivas e ideológicas. Esto puede evidenciarse en los antecedentes trabajados previamente, donde se relaciona la vinculación al grupo armado a diferentes variables y causas empíricas, generalmente recurriendo a un lenguaje y racionalidad positivista orientada a describir, explicar y clasificar las causas de afiliación, pero no comprender los elementos socio-discursivos y los dispositivos socioculturales en que se cimenta la vinculación al conflicto armado.

Sin embargo, los resultados del presente estudio muestran algunas coincidencias con los motivos de afiliación y membrecía a los grupos armados reportados por dichas investigaciones, particularmente la realizada por Brett y Specht (2005)BRETT, Rachel; SPECHT, Irma. (2005), Jóvenes soldados combatientes: ¿por qué van a luchar. Ginebra, American Friends Service Committee. en cuatro países de África Central y financiada por la OIT que identifica seis principios de afiliación: las situaciones de guerra, las condiciones familiares, las limitadas oportunidades educativas, el desempleo, contextos de pobreza e influencia de pares. A pesar de las marcadas diferencias geopolíticas, culturales y sociales, se puede constatar que en ambas experiencias la pobreza extrema y precariedad familiar, educativa, laboral y estatal son las principales razones de vinculación a los grupos armados, mucho más allá de las razones políticas vinculadas a la ideología formal que profesa el grupo armado. Pareciera que los jóvenes y soldados combatientes van a la guerra más por hambre y pobreza que por política.

No obstante, el presente estudio muestra que las razones o motivos de la vinculación a los grupos armados involucra, además de los anteriormente señalados, elementos discursivos e ideológicos, que van más allá de las concepciones tradicionales de ideología que son entendidas como pensamiento erróneo, falsa conciencia o posicionamiento político convencional. Por el contrario, planteamos que las razones de afiliación y permanencia en un grupo armado ilegal también tiene que ver con la presencia de mundos ideológicos más amplios que el solo ámbito de la política, tal como lo problematizan Van Dijk (2003VAN DIJK, Teun. (2003), Ideología y discurso. Madrid, Ariel. , 2008VAN DIJK, Teun (2008), Ideología. Barcelona, Gedisa. ), Billig (1991)BILLIG, Michael. (1991), Ideology and Opinions. London, SAGE. , Shotter (2001)SHOTTER, John. (2001), Realidades Conversacionales: La Construcción de la vida a través del lenguaje. Buenos Aires, Amorrortu. y Gergen (1996)GERGEN, Kenneth. (1996), Realidades y relaciones: aproximación a la construcción social. Barcelona, Paidós Ibérica. . Así, por ejemplo, para este último todo discurso está habitado por valores, creencias, imaginarios e intereses, es decir, todo discurso expresa y reproduce ideologías; por tanto, ningún sujeto está por fuera de la ideología. Esto implica que no hay representaciones o descripciones lingüísticas neutras y objetivas sobre la realidad, ya que se considera el discurso no solo como un habitáculo de la ideología, sino un transportador y reproductor de ella.

Esta forma amplia de entender la ideología cuestiona aquellos imaginarios sociales que la circunscriben exclusivamente a un proyecto político, así, por ejemplo, una consideración extendida en el argot popular plantea que, las guerrillas en Colombia perdieron su ideología con la emergencia del negocio de la cocaína, por lo que hoy, se establece extendidamente la relación orgánica entre estos grupos armados ilegales con el narcotráfico y el terrorismo ( Villalobos, 2003VILLALOBOS, Joaquín. (2003), “Colombia: Las FARC están perdiendo la guerra, la ideología, la cabeza y el corazón”. Quórum: revista de pensamiento iberoamericano, v. 1, n. 7, pp. 159-165. ). Según esto, la estigmatización del excombatiente de las FARC-EP en Colombia, no obedece tanto a la carga moral que recae sobre la ideología guerrillera (de hecho el ideario de lucha por los más pobres es consentido socialmente), sino más bien a la ausencia de ideología que hoy se le atribuye, pues este grupo es acusado de haber reemplazado su moral combativa por el dinero, y su proyecto político por la droga; así, una interpretación frecuente es que “la ideología para las FARC es cada vez más solo una justificación en su transición de guerrilla política a bandolerismo social” ( Villalobos, 2003VILLALOBOS, Joaquín. (2003), “Colombia: Las FARC están perdiendo la guerra, la ideología, la cabeza y el corazón”. Quórum: revista de pensamiento iberoamericano, v. 1, n. 7, pp. 159-165.: 160).

A diferencia de lo anterior, aquí no se considera que las FARC-EP hayan perdido su ideología, pues una ideología no es un bien que pueda ganarse o perderse, tampoco un conjunto de ideas que se mantienen estables en el tiempo y direccionan las conductas de los miembros de un grupo. Aquí se entiende por ideología el ensamblaje constante de elementos discursivos que continuamente están produciendo y calificando determinados pensamientos, acciones, costumbres, valores y formas de organización como necesarias, naturales e incuestionables. Siguiendo este orden de ideas, esta investigación señala que los contextos de enunciación constituyen marcos de subjetivación para los excombatientes, que, inciden en la elaboración de las narrativas a partir de las cuales comprenden sus motivos de afiliación a los grupos. Estos motivos posiblemente se articularían y narrarían de modo distinto si se presentaran durante la pertenencia al grupo. Por lo anterior, se aclara que los discursos de los excombatientes analizados en el presente estudio se sitúan en un marco de postdesmovilización, postconflicto y de reintegración a la vida civil en el contexto de un gobierno y sociedad neoliberal.

La desmovilización de un excombatiente involucra una serie de motivos y de vectores, que, retrospectivamente, pueden reconfigurar la forma en que este narra su afiliación a la guerrilla; consecuentemente, los motivos de afiliación suponen memorias y resortes que pueden incidir en la manera en que accede a la desmovilización. Se trata de un sujeto rural histórico cuyo pasado y presente se encuentra en constante tensión creativa. La atmósfera del postconflicto distinta a una atmósfera de guerra también configura plataformas para narrar su afiliación, posibilitando que discursivamente pueda demandar a la población civil una comprensión de sus motivos, esto como condición para el perdón, la reconciliación y la construcción de una paz sociopolítica legítima y duradera.

Finalmente, una reintegración que se lleva cabo en una sociedad neoliberal ofrece claves discursivas para narrar la afiliación, por ejemplo, los resultados exponen cómo el excombatiente problematiza el discurso de la responsabilización individual, lo que hace de la afiliación una decisión fría, racional y calculada, pero a su vez, entra en una posición dilemática al reconocer su responsabilidad. Por un lado, el excombatiente enfrenta discursivamente el lugar en que los ubica la ideología neoliberal, pero por otro, leen su pasado a partir de claves analíticas que esta posibilita, por ejemplo, considerando la autonomía y la libertad un valor anhelado, narrando las experiencias de hermandad y familiaridad en el grupo como manipulación ideológica.

Según lo anterior, en los seis repertorios identificados en el estudio, pueden evidenciarse discursos cargados de intencionalidad ideológica, asunto que se discutirá a continuación: el repertorio “el grupo otra familia” da cuenta de un discurso que, desde el orden de lo afectivo, busca construir sentido de pertenencia, lazos de solidaridad y hermandad entre los combatientes. Esto implica la incorporación de un ingrediente emocional a las dinámicas de guerra, una especie de pegante mediante el cual, los elementos heterogéneos que participan en la configuración de las prácticas grupales se mantengan ensamblados. En otras palabras, este discurso viene articulado a la estrategia lingüística los combatientes son más que (énfasis añadido), más que hombres armados, más que hombres de resistencia, más que sujetos aislados; en definitiva, son familia, y una familia en tanto colectividad afectiva implica responsabilidades con el otro, entre estas, el cuidado y el apoyo emocional, etc.

Este articulador afectivo que permite el ensamblamiento del grupo, da a entender que para los excombatientes los vínculos sociales no pueden ser sostenidos únicamente por elementos racionales como la simpatía ideológica convencional, de allí que, investir de afectividad las prácticas cotidianas mediante un discurso de la familiaridad, constituya una estrategia ideológica de cohesión grupal. No obstante, los resultados muestran la capacidad reflexiva de los excombatientes para reconocer que dicho discurso transporta un contenido ideológico “esa idea se la metían a uno en la cabeza” (énfasis añadido), allí se expresa la autonomía del actor social, como un sujeto que puede ejercer prácticas de desidentificación con la estructura de la que forma parte, es decir, en el escenario de guerra, no solo se expresa su mansedumbre voluntaria, sino su facultad de resistir al interior del dispositivo, estableciendo relaciones de fuerza, mediante la construcción de formas alternativas de pensar, sentir y actuar al interior del grupo. Dichas prácticas desidentificatorias, insertan ciertos dilemas, como el hecho de que si bien, de una familia se espera cuidado y soporte emocional, el grupo implique una familia sin estas funciones.

El anterior repertorio de hermandad, si bien parece configurarse como un enfoque bien intencionado, supone una estrategia de normalización sobre lo que debe significar la formación de un grupo bien cohesionado, he allí, que quien no conduzca su conducta bajo los lineamientos esperados dentro del grupo, por ejemplo, el de mostrarse contento (como expone uno de los excombatientes), pasa a ser un sospechoso, una especie de hermano ilegítimo que debe ser vigilado. Dicha normalización que se oculta detrás del repertorio, además de constituir una práctica violenta, desconoce los diversos lugares en que los actores ocupan la trama grupal de guerra, por ejemplo, ser compañero de trabajo, víctima en busca de venganza, refugiado, etc.

Pasando hacia otros resultados, se hace propicio resaltar, que, dentro del imaginario social de la sociedad civil, muchas veces, el combatiente o excombatiente de las guerrillas, es pensado como un sujeto malvado por naturaleza, en quien se manifiesta una malignidad intrínseca, encarnando la figura arquetípica de un lobo que no tiene motivos para ejercer su maldad ( Darío, 1950DARÍO, Rubén. (1950), Los motivos del lobo. Barcelona, La polígrafa. ). Dicha ausencia de motivos percibidos estructura un discurso para la legitimación del enemigo, caracterizado por el pensamiento abstracto (Macedo y Acosta traduciendo a Hegel, 2007), en donde se desconoce el camino y motivos que llevaron al sujeto a optar por la vía armada y subjetivarse como combatiente, esto es, pensar al sujeto en un vacío social y sin historia. Es así como, las características socioeconómicas, sociopolíticas y socioculturales de su territorio de interacción, las situaciones familiares en donde estaba inmerso, sus oportunidades de educación, las historias de violencia personal, familiar y social no son tenidas en cuenta al momento de pensar la complejidad en la constitución de este actor social. Como refieren Macedo y Acosta (2007MACEDO, Gustavo; ACOSTA, María. (2007). “¿Quién Piensa Abstractamente?”. Ideas y Valores, v. 56, n. 133, pp.151-156.: 157) traduciendo a Hegel: “Esto significa pensar abstractamente: no ver en el asesino más que esto abstracto, que es un asesino, y mediante esta simple propiedad anular en él todo remanente de la esencia humana”.

En este orden de ideas, situaciones de precariedad vital y vulnerabilidad como la pobreza, la falta de oportunidades laborales y educativas, la necesidad de protección física, los sentimientos de venganza, entre muchas otras; muestran motivos de afiliación que la ideología dominante silencia, o que pasan a mostrarse como inválidos bajo la estrategia retórica de lo injustificable. Incluso, el hecho de nombrar y reconocer dichos motivos, como intento de explicación psicosocial de la conducta del excombatiente, es tomado por ciertos sectores sociales y políticos colombianos, como una práctica de absolución, indulgencia, olvido y alcahuetería moral que no debe permitirse. En dichos posicionamientos discursivos, no se expresa más que la crudeza de la ideología capitalista neoliberal que produce precarización, angustia, riesgo, dolor, violencias e inestabilidad.

Adicionalmente, dichos motivos de afiliación al grupo guerrillero que, como se mostró en los resultados, se encuentran ensamblados a los marcos socioculturales e históricos del excombatiente, toman un carácter privado en la ideología neoliberal. Es decir, la culpa y responsabilidad se privatizan, psicologizan e individualizan ( Bedoya, 2018BEDOYA, Mauricio. (2018), La gestión de sí mismo. Ética y subjetivación en el neoliberalismo. Medellín, Editorial Universidad de Antioquia. ). Es así como, en un mundo con exceso de individualidad, es el sujeto el que ejerce violencia y no la sociedad, es el sujeto el responsable de su precarización o éxito y no la economía, ni la política, ni el Estado, ni el sistema, ni ninguna otra fuerza socio-material estructurante e instituyente. En este sentido, los vectores socioculturales y matrices relacionales que fabrican subjetiva e intersubjetivamente a un guerrillero quedan invisibles, y, por ende, salen impunes de responsabilidad.

En síntesis, bajo este discurso psicologicista e individualista, el combatiente es malo porque así lo establece su naturaleza. De igual manera, este discurso se cimenta en el paradigma inmunológico, aquel donde lo extraño (el combatiente que encarna la figura arquetípica del lobo) constituye una amenaza que debe ser eliminada (Han, 2012). Sin embargo, como lo muestran Hernández, Cañaveral y Morales (2019), en el escenario actual del postconflicto colombiano, se dibuja una situación dilemática, al existir de manera simultánea dos dispositivos al parecer contradictorios, la inmunología y el dispositivo de neutralización y ajustamiento. Este último se refiere a las estrategias políticas de incorporación de la diferencia, donde el excombatiente más que ser eliminado trata de ser reintegrado y normalizado. En resumen, el excombatiente es aquel sujeto que transita entre la exclusión y la acogida.

De lo anterior, surge un cuestionamiento: ¿a partir de qué otras narrativas o discursos puede pensarse al excombatiente y sus motivos de afiliación al grupo guerrillero? En primera instancia es necesario deconstruir el pensamiento etnocéntrico presente en el discurso institucional y de la sociedad civil, el cual ha construido un nosotros frente a un ellos, en donde el endogrupo es cargado de elementos positivos y el exogrupo es culpado de lo atroz ( Tajfel, 1981TAJFEL, Henri. (1981), Human Groups and Social Categories. Cambridge, Cambridge University Press. ), para ello, el pensamiento débil ( Vattimo y Rovatti, 1990VATTIMO, Gianni; ROVATTI, Pier. (1990), El pensamiento débil. Madrid, Cátedra. ) constituye una de las herramientas potenciales para combatir los prejuicios, los estereotipos y la discriminación. Ello implica reconocer, que, en el conflicto armado colombiano: 1) no hay actores a quien puede ponerse el apelativo de buenos y a otros de malos, 2) no hay lecturas sociohistóricas más veraces que otras, 3) todos los actores que han participado en el conflicto tienen sus motivos y sus memorias, 4) todos los actores son corresponsables del conflicto, 5) la paz solo puede lograrse si se reconoce al Otro como un legítimo Otro, ello fuera del paradigma de la inmunología y de la normalización.

En segunda instancia, consideramos que para lograr lo anterior, las ciencias sociales y humanas, tienen un gran reto, producir nuevas narrativas sobre la violencia y la comunidad, que dejen de ser entendidas como una esencia, dado que, toda política comunitaria, formada a partir de simbolismos como: una bandera, un partido político, una nacionalidad, un lenguaje, un color de piel, un sexo, un género, una ideología, una religión, etc., terminan produciendo violencia. En este sentido, es pertinente construir otro destino de la comunidad, cimentado en el deber de priorizar al otro ( Esposito, 2003ESPOSITO, Roberto. (2003), Communitas. Origen y destino de la comunidad. Buenos Aires, Amorrortu. ; Levinas, 1993LEVINAS, Emmanuel. (1993), Entre nosotros. Ensayos para pensar en otro. Valencia, Pre-Textos. ), de entenderlo como un distinto, con el cual, es menester convivir; ya que la práctica de la convivencia entre comunes no implica un desafío mayor que la práctica de la convivencia con el distinto. En este sentido, como refiere Levinas (1993)LEVINAS, Emmanuel. (1993), Entre nosotros. Ensayos para pensar en otro. Valencia, Pre-Textos. , el sujeto tiene una responsabilidad por el otro y es en la alteridad donde su subjetividad es construida.

A modo de conclusión, consideramos que, si determinadas metáforas sobre el otro o sobre si mismos producen, fomentan y mantienen el conflicto armado, de igual manera metáforas alternativas promoverían relatos, prácticas y entramados sociales con menos barbarie y mayor alteridad, igualdad e inclusión. Resulta urgente, construir nuevas narrativas que transformen y humanicen las ideologías mediante las cuales sentimos, describimos, interpretamos y actuamos en los escenarios cotidianos de conflicto y postconflicto armado. En este sentido, comprender los motivos de afiliación de excombatientes a las guerrillas en medio de un escenario de postconflicto, no representa en absoluto un objetivo anacrónico y descontextualizado históricamente, antes bien, la construcción de la paz, demanda que la ciudadanía en general reconozca los vectores socioculturales, afectivos e históricos que inciden en la vinculación de personas a la guerra.

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NOTAS

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    . Fue una organización guerrillera de tendencia ideológica marxista-leninista, con una existencia de más de 50 años en armas; ha representado uno de los principales actores del conflicto armado colombiano. Después de firmado el acuerdo de paz con el Gobierno Nacional (24 de noviembre de 2016) adquirió el carácter de partido político, tomando por nombre: Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC, 2017). Es considerado el grupo guerrillero más antiguo de América Latina. Entre 2001 y 2018 unas 73.617 personas han salido de grupos armados en el país, dentro de estas, 32.778 pertenecían a las FARC-EP, 19.585 tuvieron una desmovilización individual y 13.193 una desmovilización colectiva en el marco del acuerdo final para la terminación del conflicto (ARN, 2020).
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    . Universidad Cooperativa de Colombia, sede Medellín (Colombia) - Universidad Pontificia Bolivariana, sede Medellín (Colombia).
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    . Son bandas armadas ilegales de extrema derecha cuyo objetivo es controlar la expansión de frentes guerrilleros en distintas regiones del país. Velásquez (2007)VELÁSQUEZ, Edgar. (2007), “Historia del paramilitarismo en Colombia”. História, São Paulo, v. 26, n. 1, pp. 134-153. considera que el paramilitarismo es un proyecto militar, político y socioeconómico con incidencia nacional, que durante los años ochenta del siglo XX tomó fuerza en Colombia como estrategia contrainsurgente. Aquellos factores que incidieron en su surgimiento fueron: “la ideología anticomunista que profesan la mayoría de miembros de las fuerzas armadas, la cultura política derivada de la violencia, la corrupción y el clientelismo, así como el narcotráfico, al igual que las influencias externas, provenientes principalmente de Francia y Estados Unidos” ( Velásquez, 2007VELÁSQUEZ, Edgar. (2007), “Historia del paramilitarismo en Colombia”. História, São Paulo, v. 26, n. 1, pp. 134-153. , p.134). A estos grupos se le atribuyen desplazamientos forzados, violaciones, torturas, masacres y asesinatos selectivos de guerrilleros, campesinos y de personas acusadas de colaborar con las guerrillas.
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    Esta investigación fue apoyada por la Universidad Cooperativa de Colombia "INV2902".

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    12 Dic 2022
  • Fecha del número
    2023

Histórico

  • Recibido
    11 Oct 2019
  • Revisado
    15 Ene 2021
  • Revisado
    11 Nov 2021
  • Acepto
    29 Ene 2022
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