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Tras los pasos del cura Brochero. Una aproximación antropológica a la peregrinación brocheriana de Córdoba, Argentina.

In the footsteps of priest Brochero. An anthropological approach to the Brocherian pilgrimage of Córdoba, Argentina.

Resúmenes

Resumen: La “Peregrinación la Brocheriana” recrea a caballo y/o a pie en aproximadamente seis días el viaje de casi 200 kilómetros que, en la década de 1870, realizaba el cura Brochero (1840-1914) y su feligresía desde el oeste cordobés, atravesando altas cumbres, hasta Córdoba Capital para realizar ejercicios espirituales. En este trabajo vamos a abordar esta peregrinación, de la que participamos a pie en toda su extensión en el marco de una agenda de indagación antropológica, describiendo sus aspectos organizativos centrales y focalizándonos en algunas de sus dimensiones experienciales (aspectos corporales como la resistencia y la fatiga, vivencias de cercanía con el santo al seguir su mismo camino, etc.), dialogando en nuestro recorrido con distintos estudios sociales sobre el fenómeno peregrino.

Palabras clave:
Brochero; peregrinación; fiesta; ritual; cuerpo


Abstract: The “Peregrinación la Brocheriana” recreates on horseback and / or on foot in six days the journey of almost 200 kilometers that, in the 1870s, the priest Brochero (1840-1914) and his parishioners made from the west of Cordoba, crossing high peaks, up to Córdoba Capital to carry out spiritual exercises. In this work we are going to approach this pilgrimage, in which we participate on foot in its entirety, describing its central organizational aspects and focusing on some of its experiential dimensions (bodily aspects such as resistance and fatigue, experiences of closeness with the saint to the follow the same path, etc.), dialoguing in our journey with different social studies on the pilgrim phenomenon.

Keywords:
Brochero; pilgrimage; feast; ritual; body


Introducción

Conocido como el “cura gaucho”, un “pastor con olor a oveja”, José Gabriel del Rosario Brochero (1840-1914) fue canonizado (declarado santo) por la Iglesia Católica en octubre de 2016, el primer santo nacido y fallecido en Argentina, en función de los “milagros” de sanación que se le atribuyen. Para la gran mayoría de sus devotos, sin embargo, Brochero “ya era santo y sólo faltaba el trámite”. De hecho, era considerado el “santito escondido”, como me decía un ferviente seguidor, pues desde hace décadas todos en sus casas tienen imágenes, esculturas y altares de él. En este sentido, vale enfatizar que, si bien estamos hablando de un sacerdote recientemente reconocido de manera oficial como santo, la devoción a Brochero desborda lo institucional y se extiende más allá del campo de católicos practicantes, siendo sus seguidores muy diversos en lo que respecta a adscripciones religiosas y procedencias socioeconómicas.

El 16 de marzo tiene lugar la fiesta patronal del pueblo cordobés de Villa Cura Brochero, donde se conmemora el natalicio de este santo. La semana previa, conocida como la “semana brocheriana”, se realiza en su honor una serie de actividades como misas, procesiones, peñas y festivales musicales, así como peregrinaciones de diversa extensión en diferentes partes del país. De éstas últimas, una de las más impactantes es la “Peregrinación la Brocheriana”, la cual arriba al pueblo en la víspera de la celebración patronal.

Para comprender el origen de esta peregrinación es importante señalar que la formación sacerdotal de Brochero, como muchos párrocos de su época, incluyó el entrenamiento en los ejercicios espirituales del fundador de la orden de los jesuitas, Ignacio de Loyola. Convencido del rol central que cumplían estas prácticas en el “enderezamiento moral” del paisanaje serrano y su adhesión a la fe católica, Brochero anualmente movilizaba a caballo a su feligresía desde la región cordobesa de Traslasierra (en el oeste cordobés), a través de casi 200 kilómetros, cruzando altas cumbres hasta la ciudad de Córdoba para realizar dichos ejercicios (según los registros históricos, las comitivas en ocasiones alcanzaron las mil personas)1 1 Posteriormente, para evitar aquella larga travesía transerrana y garantizar que muchos más practiquen los ejercicios espirituales ignacianos, construyó en el pueblo de Villa del Tránsito (a partir de 1916 rebautizado como Villa Cura Brochero) una “Casa de Ejercicios Espirituales”. Ésta comenzó a funcionar en 1877, estando a cargo de la congregación de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. Si bien en la actualidad en este edificio funciona el “Museo Brocheriano” (fundado en 1957), se sigue utilizando una parte del mismo (la capilla) para realizar ininterrumpidamente, como antaño, retiros de ejercicios en una edificación contigua. . La “cabalgata brocheriana”, en alrededor de cinco o seis días, recrea a caballo y/o a pie este viaje transerrano que Brochero y sus fieles de aquella época realizaban.

La devoción a Brochero en la Argentina contemporánea, si bien tiene su epicentro en el pueblo de Villa Cura Brochero y en la provincia de Córdoba en general, desborda los límites provinciales, existiendo importantes núcleos de seguidores en el oeste y norte del país, así como también en provincia de Buenos Aires. Remitimos a otros trabajos para una caracterización del movimiento brocheriano (Puglisi 2019aPUGLISI, Rodolfo. (2019a), “Traslasierra (Córdoba), geografía sagrada de la devoción brocheriana”. V Jornadas de cultura, territorio y prácticas religiosas - III Coloquio latinoamericano territorios, fiestas y paisajes peregrinos. Expresiones de lo sagrado en los territorios locales. Universidad Nacional del Sur, Bahía Blanca (Argentina). , 2019bPUGLISI, Rodolfo. (2019b), “¿Furta Sacra? La disputa por los restos corporales del cura Brochero”. X Jornadas Ciencias Sociales y Religión. CEIL-CONICET. Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (Argentina)., 2021PUGLISI, Rodolfo. (2021), “La devoción al Santo Cura Brochero y la veneración de sus reliquias en la Argentina contemporánea”. Etnografías Contemporáneas, vol. 7, n°13: 224-247.).

A partir de datos provenientes del trabajo de campo etnográfico que estamos llevando a cabo del movimiento brocheriano desde el año 2018 en el marco de una agenda de indagación antropológica, labor que involucra fundamentalmente el empleo de las técnicas de la observación participante y la realización de entrevistas semi-estructuradas a diferentes actores del grupo, en este trabajo vamos a abordar esta peregrinación brocheriana, de la que participamos a pie en toda su extensión, describiendo sus aspectos organizativos centrales y focalizándonos en algunas de sus dimensiones experienciales (aspectos corporales como la resistencia y la fatiga, vivencias de cercanía con el santo al seguir su mismo camino, etc.).

La Peregrinación Brocheriana

Esta peregrinación es llevada a cabo por la organización no gubernamental (ONG) “Movimiento Transerrano Senderos del Cura Brochero”. La primera “cabalgata brocheriana” se realizó en 1997. Desde el año 2018, entre otros factores por una división entre los organizadores consumada hace unos años y por el uso de ese nombre por parte de otra ONG (ya que se realizan diferentes peregrinaciones partiendo desde diferentes lugares a lo largo de todo el año), comenzó a denominarse “Peregrinación La Brocheriana”. Yo participé de la celebrada en marzo de 2019 y fue una peregrinación particularmente especial porque se celebraba la XXV edición de la misma (las primeras se realizaron más de una vez en el mismo año) y porque coincidía con la conmemoración de los 150 años de la llegada de Brochero al curato de San Alberto en Traslasierra (en el año 1869).

La planificación de esta peregrinación cuenta con un organizador principal, organizadores generales y varios coordinadores encargados de tareas específicas. Algunos de ellos dicen que al poco tiempo de concluir una edición ya comienzan a planificar la del año siguiente, algo que recuerda lo que ocurre con las comparsas de carnaval, aunque las reuniones organizativas comienzan sistemáticamente los meses previos, en enero. Por supuesto, tamaña empresa cuenta con la autorización y el apoyo logístico del gobierno de Córdoba2 2 Existen trabajos sobre el lugar del Estado en la regulación y coordinación logística de peregrinaciones para el caso de la provincia de Buenos Aires (García Bossio 2019). , agenciado a través de su dirección de turismo, de las diferentes intendencias que se atraviesan en el recorrido (es declarada de interés provincial y municipal), del soporte de la diferentes seccionales de bomberos de Córdoba y del Cuerpo Especial de Rescate (CER) de la policía cordobesa. Este último tiene un rol muy activo. Efectivos a pie están repartidos a todo lo largo de la peregrinación así como un patrullero del CER sigue la marcha de la caravana durante los tramos por los que puede circular un vehículo3 3 Más allá de su participación como servidores públicos es evidente también el compromiso religioso de muchos de éstos. En efecto, varios participaron de las misas que se realizan al final de cada jornada de peregrinación e incluso en ocasiones condujeron la oración a Brochero y el padre nuestro que se recita antes de comenzar cada jornada de caminata. . Asimismo, cuenta con el apoyo del santuario-parroquia de Villa Cura Brochero, cuyo párroco oficia las misas nocturnas en los días finales de peregrinación.

Esta peregrinación es una fiesta religiosa, así como una celebración civil. En efecto, esta peregrinación es uno de los eventos sociales más grandes del año en Villa Cura Brochero, algo que nadie se quiere perder. En este contexto, especialmente para el caso de los participantes que son pobladores de la villa, constituye un ejercicio superfluo intentar distinguir quienes la hacen “por Brochero” y quienes la hacen por una costumbre del poblado, porque estas cuestiones están fuertemente interconectadas en tanto remiten a la construcción imaginaria de la comunidad y sus mecanismos de pertenencia y membrecía, en un pueblo que lleva justamente el nombre de un religioso4 4 En este sentido, puede pensarse a través del concepto maussiano de “hecho social total”, es decir, expresando múltiples instancias de la vida social, como lo hacen Zanolli, Costilla y Estruch (2010) para reflexionar sobre la peregrinación a la Virgen de Copacabana en Jujuy. . En este sentido, todos son “brocherianos”, sea que estén designando su lugar de residencia y/o su adscripción devocional al santo.

De este modo, la peregrinación brocheriana constituye una fiesta que “genera una ruptura de lo cotidiano” y que “implica una especial reactualización de la memoria grupal y de la experiencia de lo sagrado, no escindida de los procesos de construcción y recomposición identitaria” (Ameigeiras 2008AMEIGEIRAS, Aldo. (2008), Religiosidad popular. Creencias religiosas populares en la sociedad argentina. Buenos Aires: Universidad Nacional de General Sarmiento.:36). En efecto, estas actuaciones constituyen rituales colectivos que recrean y legitiman imaginarios y narrativas sobre la figura de Brochero.

En sus trabajos ya clásicos, Turner (1973TURNER, Victor (1973). “The center out there: Pilgrim’s Goal”. History of Religions, vol. 12, nº 3: 191-230.) enfocó las peregrinaciones como fenómenos de integración social donde ciertas fracturas sociales quedan temporalmente suspendidas. En este sentido, en tanto las “peregrinaciones son fenómenos liminales5 5 Limen “en latín quiere decir «umbral»” (Turner 1988:101) y con este término y otros similares (“liminal”, “liminalidad”, etc.), el autor se refiere a fenómenos que se dan temporariamente al margen de la vida social cotidiana de un grupo con su estructuración regular. ” que “exhiben en sus relaciones sociales la cualidad de communitas 6 6 Con este término de la voz latina (que significa “comunidad”), el autor remite a las experiencias de unidad, fuerte emotividad, compañerismo e igualdad, es decir, de un “vínculo social generalizado” (Turner 1988:103) que tienen lugar en ocasiones especiales (liminales) dentro de la vida social de un grupo. Vale recordar, finalmente, que Turner reconoce tres tipos de communitas: existencial, normativa e ideológica y que, según él, para el caso de las peregrinaciones “mientras que la situación total fomenta la emergencia de communitas existencial, es la communitas normativa la que constituye el vínculo social característico entre los peregrinos y aquellos quienes le ofrecen ayuda y hospitalidad en su viaje sagrado” (Turner 1973:194). ” (Turner 1973:191), enfatizará que “mientras que la situación de peregrinación no elimina las divisiones estructurales, sin embargo las atenúa, remueve sus aristas” (Turner 1973:221; Turner & Turner 1978:97). Estas afirmaciones han recibido una serie de críticas, rechazando especialmente la enunciación de la puesta en suspenso de las jerarquías sociales y la supresión de las contradicciones a través de un estado de communitas, así como el rígido binarismo entre el mundo sagrado extraordinario y la vida cotidiana secular subyacente en este modelo (Sallnow 1981SALLNOW, Michael. (1981), “Communitas Reconsidered: The Sociology of Andean Pilgrimage”. Man, New Series, vol. 16, n°2: 163-82.; Eade & Sallnow 1991EADE, John; SALLNOW, Michael. (1991), Contesting the Sacred: The Anthropology of Christian Pilgrimage. London and New York: Routledge ). Obras posteriores se han dirigido a proponer síntesis conciliatorias, destacando que en las peregrinaciones tienen lugar tanto el estado de communitas, como la lucha y las disputas, así como se han reconocido fundamentos comunes en ambos paradigmas o abordajes (Coleman 2002COLEMAN, Simon. (2002), “Do you believe in Pilgrimage? Communitas, contestation And Beyond”. Anthropological Theory, vol. 2, nº 3: 355-368.; Garma Navarro 2017GARMA NAVARRO, Carlos. (2017), “Las peregrinaciones religiosas, un balance actual de su estudio”. Antropología Americana, vol. 2 nº 3:127-142.).

En la actualidad muchos autores prefieren hablar de una “antropología a través de la peregrinación más que de una antropología de la peregrinación” (Albera & Eade 2015ALBERA, Dionigi; EADE, John. (2015), “International Perspectives on Pilgrimage Research: Putting the Anglophone Contribution in Its Place.” In: D. Albera y J. Eade (ed.). International Perspectives on Pilgrimage Studies: Itineraries, Gaps and Obstacles. New York: Routledge, 1-22. :11. Cursivas en el original), propuesta que se inscribe en los cambios que ha experimentado el abordaje socioantropológico de las peregrinaciones en las últimas décadas. En este sentido, estos autores señalan que desde los 80’ los investigadores sobre el asunto “han recuperado los varios ‘giros’ que han estimulado el debate y análisis científico social a través de la exploración de tópicos tales como producción cultural, vivienda, emocionalidad, identidad, materialidad, movilidad y espacio7 7 Algunos ejemplos sobre trabajos en este dirección más fenomenológica y experiencial son los de los propios Albera y Eade, quienes en el estudio de las peregrinaciones proponen “comprometerse con las geografías emocionales y otras formas a través de las cuales nosotros interactuamos con otra gente, objetos materiales y nuestro ambiente a través de prácticas corporales” (Albera & Eade 2015:12). De igual modo, Eade (2019) realiza una exploración de la relación entre sociedad y naturaleza, entre humanos y no humanos, e invita también a romper con los binarismos del tipo individuo/colectivo, sagrado/profano, en el contexto de las peregrinaciones, mencionando trabajos sobre peregrinaciones que los abordaron de este modo. ” (Albera & Eade 2017ALBERA, Dionigi; EADE, John. (2017), New Pathways in Pilgrimage Studies Global Perspectives. New York: Routledge .:3). De este modo, se ha ampliado y diversificado el herramental conceptual clásico que se apoyaba en las nociones de hierofanía de Mircea Eliade, communitas de Victor Turner, e incluso los trabajos tempranos del propio John Eade centrados en la disputa y el conflicto.

Más allá de las críticas que recibió el modelo turneriano, quiero recuperar parte de sus argumentos. Me refiero puntualmente a sus elucidaciones en torno a que “la estructura temporal del proceso de peregrinación, comenzando en un lugar familiar, yendo a un lugar lejano y retornando idealmente ‘cambiado’ al lugar familiar, puede ser relacionada al concepto de rito de pasaje de van Gennep, con sus estados de separación, margen o limen y reagreación” (Turner 1973TURNER, Victor (1973). “The center out there: Pilgrim’s Goal”. History of Religions, vol. 12, nº 3: 191-230.:213)8 8 Si bien tienen similitudes estructurales, los Turner profundizarán en estas cuestiones para decir que la peregrinación no sería un rito de iniciación en sentido estricto, ya que una persona o grupo puede repetirla indefinidamente (Turner & Turner 1978:32). En este sentido, luego de señalar que “la peregrinación, si bien tiene uno de los atributos de la liminalidad en los ritos de pasaje: liberar de la estructura mundana; homogeneización de estatus; simplicidad de vestido y comportamiento; communitas” (Turner & Turner 1978:34), explican que “dado que esta es voluntaria, no un mecanismo social obligatorio para marcar la transición de un individuo o grupo de un estado o status a otro dentro de la esfera mundana, por lo cual la peregrinación es quizás mejor pensada como siendo ‘liminoide’ o ‘cuasi-liminal’ más que liminal en el sentido completo de Van Gennep” (1978:34-35). Más allá de que no constituya un rito de pasaje en sentido estricto, ello no invalida, por supuesto, pensar a las peregrinaciones con esta estructura de separación, margen y reagregación. . Este esquema nos parece un recurso heurístico atractivo, al menos en lo que a fines expositivos se refiere, por lo cual vamos a describir la peregrinación brocheriana organizando su exposición en estos tres momentos. No obstante, en línea con las perspectivas más recientes, consideraremos también cuestiones ligadas al conflicto y la disputa de sentidos, así como las dimensiones experienciales y corporales del fenómeno peregrino.

Separación

Cada año, en medio de escenas de jolgorio y camaradería, con una fuerte presencia de grupos de jóvenes y de gauchos, por mencionar dos grupos identitarios bien definidos, un importante contingente de personas se reúne una templada noche de marzo en la plaza central del pueblo de Villa Cura Brochero para, luego de cargar sus bolsos en un camión con acoplado, trasladarse en micros al punto de partida, Córdoba Capital9 9 En muy raras ocasiones se parte de otro sitio. Por ejemplo, en el año 2019 a raíz de que se encontraba en ejecución una obra vial en la periferia de la ciudad de Córdoba, por razones de seguridad no se permitió partir desde allí como se acostumbra, sino que se salió de la localidad aledaña de Malagueño (situada aproximadamente a 30 kilómetros). . Allí confluyen con otros participantes provenientes de diferentes partes de la provincia y del país. Quienes llevan caballos los suben a camiones jaula y los apostan en un club barrial cercano. Llegados de madrugada, se hace base generalmente en el salón de un club barrial donde muchos disponen sus bolsas de dormir para aprovechar las pocas horas de oscuridad que quedan. Sin embargo, la música y la peña, como me fui acostumbrando, suelen irrumpir el descanso nocturno.

A la mañana siguiente, reunidos todos los participantes, tiene lugar en la plaza el acto inaugural de la peregrinación. En ella suelen pronunciarse el párroco del lugar, organizadores del evento y diferentes autoridades gubernamentales (intendentes, directores municipales y provinciales de turismo y cultura, legisladores y representantes directos del gobernador cordobés). Con mayor o menor énfasis según el orador, destacando la faceta religiosa o bien la civil de Brochero (como educador, líder, promotor de infraestructura, etc.), todos ellos en sus discursos recuperan escenas de su vida en un tono claramente apologético, señalando cómo ese humilde cura deviene un ejemplo a seguir por todos nosotros. Vale destacar que, en este contexto, la expresión “seguir” no sólo es un recurso metafórico sino una afirmación literal, en tanto nos disponemos a transitar el mismo camino que recorrió Brochero, experiencia a partir de la cual se espera que incorporemos algo de las cualidades morales del santo.

Luego de los discursos, músicos interpretan una serie de canciones folclóricas argentinas mientras el público baila chacareras, gatos y zambas. Todo el acto, así como otros episodios de la peregrinación, especialmente la llegada en el último día, son cubiertos por prensa televisiva (“Canal 8” de Córdoba y “Doce TV”, entre otros), así como por diferentes medios periodísticos gráficos (La Voz del Interior, entre otros).

El número de participantes efectivos es incierto, pues hay mucha gente que participa sin inscribirse en la organización, cuyo beneficio esencialmente consiste en el traslado del gran bolso con los elementos de camping, las comidas nocturnas, el desayuno y la vianda de mediodía. Un colaborador encargado de las inscripciones me reveló que por lo general se inscribe alrededor del 30% de los que efectivamente participan. En términos estimativos, más bien conservadores, para los últimos años se calcula una participación de alrededor de mil personas con seiscientos caballos.

Si bien predominan participantes procedentes de diferentes localidades de la provincia de Córdoba, vale enfatizar que hay participantes de muchas provincias (especialmente, aunque no exclusivamente, de San Luis, San Juan, La Rioja, Santiago del Estero y Catamarca). Por otro lado, con respecto a la variabilidad de género, etaria y la adscripción socioeconómica de los participantes, la misma es muy amplia, cubriendo un espectro muy vasto, desde jóvenes a adultos mayores, así como individuos provenientes de diferentes extractos socioeconómicos y tanto hombres como mujeres.

Para algunas personas, esta no es la única peregrinación de la que participan. En efecto, muchos participan de otras peregrinaciones que tienen lugar en San Luis, Catamarca y, en general, en las provincias del oeste del país. Incluso, algunos participaron en este tipo de prácticas en el extranjero. Por ejemplo, Federico, abogado promediando los treinta años y residente en San Miguel (provincia de Buenos Aires), me cuenta que participó de otras peregrinaciones, entre ellas la de Santiago de Compostela en Europa, lo cual ya da un panorama de la variabilidad social de personas que participan de la misma.

Escenas liminales: espíritu colectivo, sacrificio corporal y conflicto

Finalizado el acto de apertura, comienza la marcha peregrina. Esta puede realizarse bajo dos modalidades: unos la efectúan a pie, constituyendo a este grupo en los llamados “caminantes”, mientras que los “cabalgantes” o “jinetes” obviamente la hacen a caballo. Es muy común que las personas repitan10 10 Sobre este punto, como señalan otros investigadores del fenómeno peregrino, vale decir que “los peregrinos son socializados y educados por otros sobre las prácticas, pero también sobre el sentido que otorgar a su experiencia. Central a estos procesos de construcción de significados es el conocimiento religioso encarnado, experiencial y habitual de los peregrinos” (Mesaritou, Coleman & Eade2020:2). Es decir, los peregrinos “traen el conocimiento adquirido en el contexto de experiencias ‘religiosas’ previas que no están aparentemente relacionadas a la peregrinación, incluyendo ‘recuerdos corporales’ de reuniones y vinculaciones con objetos, edificaciones y narrativas de su teología” (Mesaritou, Coleman & Eade 2020:2). Esto, por lo tanto “conecta los centros de peregrinación con los lugares donde la gente vive y adora” (2020:2). año tras año esta travesía, donde algunas ediciones la hacen a caballo y otras a pie. Entre las personas que tuvieron ambas experiencias, todas tienden a reconocer que a pie la peregrinación es mucho más emotiva y “fuerte”, encontrando las razones de ello en el mayor sacrificio que implica recorrer caminando todos esos kilómetros.

Sobre este aspecto específico, el fenómeno peregrino a pie, como señala de Souza “dentro de las maneras posibles de peregrinar, las peregrinaciones a pie” son llamadas por algunos religiosos “auténticas peregrinaciones” (Souza 2015DE SOUZA, José Arilson Xavier. (2015), “Caminhar em Peregrinação”. Geosaberes: Revista de Estudos Geoeducacionais, vol. 6, n°2: 339-349.:341) y las mismas producen “una experimentación espacial que impregna los paisajes y reformula los horizontes diferenciándose de otras formas de caminar” (2015:341). Por supuesto, vale recordar aquí también que en el marco de las peregrinaciones existen “múltiples sentidos atribuidos al caminar, que abarcan significados distintos e incluso contradictorios” (Toniol & Steil 2010TONIOL, Rodrigo; STEIL, Carlos Alberto. (2010), “Ecologia, nova era e peregrinação: uma etnografia da experiência de caminhadas na associação dos amigos do caminho de Santiago de Compostela do Rio Grande do Sul”. Debates do Ner, vol. 1, n° 17: 3-21.:4).

Los caminantes parten en primer lugar, y una hora y media después inician recorrido los jinetes. Como señaláramos, la peregrinación inicia su recorrido en la ciudad de Córdoba (Capital de la provincia homónima) y, desplazándose hacia el oeste, lo finaliza llegando al pueblo de Villa Cura Brochero (poblado ubicado en el valle de Traslasierra, en el oeste de dicha provincia, más precisamente en el departamento de San Alberto).

La peregrinación se organiza en una serie de postas diarias y si bien conecta estas dos localidades en su punto de partida y punto de llegada, no sigue todos los años el mismo recorrido dado que, entre otros factores, Brochero no cruzaba altas cumbres (con una altitud por encima de los dos mil metros sobre el nivel del mar) todos los años por el mismo lugar. Fundamentalmente existen dos rutas que se van alternando año tras año, la norte y la sur. La primera de ellas sigue el camino Córdoba Capital-Malagueño en la primera jornada, Malagueño-Tanti en la segunda, Tanti-Los Gigantes en la tercera, Los Gigantes-Sagrada Familia en la cuarta, Sagrada Familia-Ambul en la quinta y Ambul-Villa Cura Brochero en la sexta. La otra ruta, que cruza altas cumbres más al sur, traza el siguiente recorrido: Córdoba Capital-Malagueño, Malagueño-Las Jarillas, Las Jarillas-Copina, Copina-El Cóndor y finalmente El Cóndor-Villa Cura Brochero en la última jornada. En el año 2019 la peregrinación siguió esta última ruta y en marzo de 2020, luego de realizada la primera jornada de marcha planificada según el primer recorrido, la misma fue suspendida en el marco de las medidas de aislamiento y prevención obligadas por la pandemia de Coronavirus. Naturalmente, por iguales razones, en el año 2021 no se realizó la peregrinación, la cual se volvió a celebrar finalmente en 2022.

En cualquier caso, luego de partir de la ciudad de Córdoba, la mayor parte del recorrido es en parajes rurales o semirurales (Imagen 1), alejándonos hasta nuestro regreso de toda aglomeración urbana; grandes trayectos son directamente sin cobertura de telefonía celular. Esto refuerza la experiencia de que por unos días estamos poniéndonos al margen de nuestra cotidianeidad social, sin poder incluso contactarnos con el “exterior”.

La gente que peregrina lo hace para pedir, “llevar intenciones”, adquiriendo éstos el nombre de “promesantes”. Hay personas que además de las suyas declaran llevar las intenciones de otras “que este año no pueden participar”. Al respecto, un grupo de mujeres comentaba que llevaban también los pedidos de otros y que por eso estaban “tan cargadas”, atribuyendo el cansancio de la extenuante jornada pedestre también a este hecho, el peso “extra” que portaban. También se marcha para agradecer por lo ya cumplido. Sobre esto último, una mujer decía “que me importa el sol y la lluvia”, ello no es nada en comparación con las dificultadas de salud que superó una amiga y por las cuales peregrina para agradecer, finalizando “este es mi motor para seguir”.

Los peregrinos suelen portar banderas, pañuelos, mochilas, remeras alusivas a Brochero, tatuajes, etc. Algunas personas peregrinan solas, otras lo hacen acompañadas de familiares (hijos, cónyuges, suegros, yernos, primos, etc.), o grupo de amigos (parroquiales, del barrio, del club deportivo, etc.). Por supuesto, tienen variadas prácticas durante los intensos días de marcha. Muchos peregrinan durante grandes lapsos de tiempo ensimismados, recitando oraciones casi imperceptiblemente. Otros recitan en grupo el rosario, donde una persona hace las veces de bastonera y el resto le responde a coro “amen”. También hay oraciones específicas sobre Brochero, las cuales finalizan vitoreándolo enérgicamente con un “viva Brochero”, o bien “viva el Santo Cura Brochero”. Muchos practican estas oraciones entre suplicas y sollozos, así como durante la marcha comparten experiencias de curas milagrosas intercedidas por Brochero, las cuales según los participantes se cuentan de a cientos. Por supuesto, no todo es solemnidad. Las conversaciones también abordan temas muchos más prosaicos, como los gustos culinarios de cada uno, los hobbies deportivos, cuestiones laborales, la situación económica del país, etc.

Durante la marcha muchos peregrinos enfatizan explícitamente que estamos recorriendo “los mismos caminos” por lo que transitó Brochero. Además de ello, una serie de mojones y puntos del paisaje contribuyen a la experiencia de ese recorrido como una actividad espiritual, reforzando el sentimiento de adhesión al santo al, literalmente, “seguir su camino”. Por ejemplo, en ocasiones las personas indican la existencia en los alrededores serranos de casas de paisanos donde Brochero se hospedaba a pasar la noche cuando ésta lo encontraba en sus travesías u obligaciones sacerdotales. Sobre este aspecto, ya los trabajos clásicos de Edith y Victor Turner destacaban que “la peregrinación es una forma, quizás la más literal, de imitar al fundador religioso. Por visitar los sitios considerados escenas de su vida y su misión de enseñanza, el peregrino en la imaginación revive aquellos eventos” (1978:33). Asimismo, estudios más recientes han puesto de relieve el rol activo que los peregrinos juegan en la construcción del paisaje así como, a partir de enfoques inspirados en el giro ontológico, han enfatizado el rol que la materialidad del espacio y el paisaje juegan en la producción de las experiencias peregrinas (Steil & Marques 2008STEIL, Carlos; MARQUES, Bruno. (2008), “El camino de las misiones: Reflexiones teórico-metodológicas a partir de una experiencia de peregrinación contemporánea”. Ciencias sociales y religión, año 10, nº 10: 17-48.; Eade 2019EADE, John. (2019), “Moving, Crossing and Dwelling: Christianity and Place Pilgrimage”. Historia religionum: an international Journal, 11: 79-98.).

En su largo derrotero, cuando se pasa por alguna ruta o camino, la peregrinación concentra la atención de comerciantes ambulantes que ofrecen alimentos ligeros y bebidas bien frías, verdadero bálsamo cuando pega de lleno el sol en el mediodía cordobés. También fotógrafos, por lo general en motos que les permiten circular por senderos pedestres, toman instantáneas durante la jornada, que luego ofrecen al final del día en la posta diaria donde se acampa para recomenzar la marcha en la mañana siguiente. Estos lugares, algunos de ellos prácticamente deshabitados el resto del año, súbitamente se pueblan de un hormiguero de personas que venden variadas comidas, talabartería y cuchillos, vestimenta gauchesca, cerámica negra característica de la zona, etc. Este fenómeno de activación de la economía regional11 11 Como señalan Coleman y Eade “las peregrinaciones siempre han seguido, y en ocasiones ayudaron a crear, rutas de comercio y mercado” (2018:1). De igual modo, estos autores recuerdan cómo en su trabajo seminal, los Turner especularon que la peregrinación europea medieval puede haber formado un paisaje de conexiones religioso-económicas muy importante, incluso, para el desarrollo del capitalismo. , ligada al turismo religioso y las procesiones en torno a Brochero, es algo especialmente valorado y promovido por las autoridades gubernamentales12 12 Naturalmente, este es un fenómeno ubicuo en muchas partes del mundo. Por ejemplo, comentando sobre el surgimiento de la devoción a San Nicolás (Bari, Italy), los investigadores destacan cómo las autoridades de la región de Apulia manejan y promueven “grandes peregrinaciones ecuménicas al altar del santo” (Mesaritou, Coleman & Eade 2020:5). .

De los múltiples acontecimientos que se dan en este momento de la peregrinación, recortamos tres escenas liminales: espíritu colectivo, sacrificio corporal y conflicto.

Espíritu colectivo

La peregrinación tiene una morfología, con una cabeza y una cola, cuyo cuerpo se estira y se retrae como si fuera una oruga. La idea es “llegar todos juntos”, como dicen algunos encargados de la coordinación, razón por la cual un efectivo del CER que va delante marca el paso, imponiendo un ritmo para que los de la delantera no vayan demasiado rápido y fragmenten la columna peregrina. Asimismo, los organizadores de tanto en tanto suelen hacer altos en la marcha para que los más lentos no queden demasiado alejados.

Entre los peregrinos a pie, hay un individuo que cumple el papel de guía moral, verdadero agente cohesionador del colectivo. Nos referimos a “el caminante”. Con este apodo se conoce dentro del movimiento brocheriano a Fernando, chubutense radicado hace tres décadas en la villa. Ha participado de todas las ediciones de esta peregrinación, siempre a pie, y en las dos primeras ediciones lo hizo en soledad caminando delante de todos los jinetes. Innecesario, pues, es enfatizar que de aquí deriva su apodo. Fernando arenga a la caravana, que suele ir recorriendo de extremo a extremo, con enérgicos gritos: “¿Qué somos nosotros?” a lo que a coro se responde “caminantes”, para acto seguido gritar a viva voz un par de veces “¡viva el Santo Cura Brochero!”, que se responde colectivamente con un “¡viva!”. Este tipo de arengas se intensifican cada vez más conforme transcurren los días. Decididamente el último día, y especialmente entrando al pueblo, los cantos adquieren su punto álgido de frecuencia e intensidad. Fernando también realiza un trabajo más individual, preguntándole personalmente a muchos cómo se sienten, si les duele algo, si precisan ayuda, etc. Por supuesto también los grupos de personas que se van consolidando conforme pasan los días se alientan entre sí con expresiones “no te me quedes”, “vamos, no aflojes”, “el dolor es psicológico”, etc.

Las arengas de aliento también provienen del exterior. Cuando la peregrinación avanza por ciertos tramos de la ruta, somos saludados con bocinazos, gritos y brazos sacados por las ventanas de camiones, autobuses y autos, que suelen desacelerar su marcha por pedido del CER, pero también para filmar la columna peregrina. También obreros viales y otros eventuales individuos situados en la ruta con los que nos topamos nos arengan con expresiones del tipo “¡vamos loco eh!”.

Los peregrinos reconocen que a medida que transcurren los días el cuerpo de cada uno se “ablanda”, deja de ser un obstáculo y se resiste cada vez más. Asimismo, ver al caminante de al lado que resiste estoicamente y no “afloja” impulsa a cada uno a seguir. “Si otros pueden yo también” es una frase que sintetiza este espíritu de resistencia. De igual modo, los participantes reconocen que los ritmos de todos se van igualando, se van emparejando a medida que progresa la peregrinación, conformando así un cuerpo colectivo, una suerte de rebaño humano que camina durante días en dirección a su pastor que lo espera en su santuario de Villa Cura Brochero.

Este comportamiento de los participantes como un rebaño fue muy patente el último día de la peregrinación de la que participé. Durante gran parte de la jornada soportamos un diluvio13 13 En el marco de la peregrinación los eventos meteorológicos son interpretados en clave religiosa. Así como un cielo nublado sin llover es una muestra de la gracia de Brochero que nos evita caminar bajo el implacable sol serrano, la lluvia moderada es interpretada como una bendición o gracia que se “derrama” sobre nosotros, pero también como una muestra de que “se están lavando pecados”. En este sentido, luego del verdadero diluvio que pasamos la última jornada, un peregrino bromeó: “¡con lo que llovió, se ve que este es grupo es bravo!”, es decir, quiso decir que tenía muchos pecados por lavar. y vientos gélidos en altas cumbres (Imagen 2). Esto llevó incluso a que directivos de la organización y personal del CER debatan si había que esperar en un refugio o no, donde finalmente se inclinó la balanza por seguir, ya que, como dijo el organizador principal, “esto se trata de sacrificio”. Por ello, todos caminábamos casi al mismo ritmo, rozándonos los unos a los otros para protegernos de los fuertes vientos. En estos momentos, se repitieron muchos gritos de ánimo colectivo. El hecho de caminar empapados muchas veces en un suelo completamente enlodado o cruzando arroyos, aumentaba aún más la sensación de ser ganado que recorre las sierras.

Sacrificio corporal

Organizar el cuidado, la comida y el aseo de más de mil personas y seiscientos caballos es todo un desafío logístico. La organización se encarga de transportar en camiones, posta tras posta, los bolsos y la comida que servirá como cena. Los diferentes puntos donde se pasa la noche por lo general son campings, campos o predios que cuenten con suficiente espacio para armar las carpas y con un quincho o lugar para instalar una gran carpa para la reunión colectiva, donde se entrega y consume la cena, así como en ocasiones realizar posteriormente una peña con guitarreada. Grandes filas se conforman para recibir la ración del día (pollo, locro, estofado de carne, etc.) y la misma lógica organizativa es llevada a cabo para el desayuno (mate cocido, café con leche, te, y un pedazo de pan o galleta). El almuerzo, por el contrario, es una vianda (por lo general un sándwich de jamón y queso y una fruta, generalmente una banana) que se entrega mientras se marcha durante el día.

En las postas diarias, un grupo de podólogos ofrecen gratuitamente sus servicios para tratar una de las mayores amenazas que acechan a los caminantes: las ampollas. Para evitar que se produzcan abundan sobre el asunto consejos varios, en ocasiones contradictorios, sobre el calzado adecuado a emplear, la forma de sujetarlo, el tipo de medias más conveniente, la forma de caminar, etc. Asimismo, igual multiplicidad de opiniones encontramos en lo que respecta a, en caso que aparezcan, las formas de cuidado de las ampollas para evitar que éstas se agraven. Todo este conjunto pone de relieve una amplia serie de conocimientos y prácticas profesionales, pero también una serie de saberes legos que en algunos casos desconfían o cuestionan las sugerencias de los podólogos basados en su experiencia práctica de años de peregrinación: “Vos haceme caso, proba con algodón”, decía un experimentado caminante que interpelaba la opinión de los expertos. A esto se suma una relativamente extendida práctica de ingesta oral, o aplicación tópica de todo tipo de antiinflamatorios y analgésicos, que en ocasiones también se lleva a cabo a través de aplicaciones intramusculares por medio de inyecciones, aquí si con intervención de personal médico.

La higiene personal y la satisfacción de las necesidades fisiológicas también afrontan una dura prueba en estas circunstancias. Al arribar a la parada del día, luego de una jornada de intensa caminata, se desata una carrera relativamente frenética para hallar un buen lugar para ubicar la carpa (donde muchas veces, especialmente para los caminantes, el principal criterio es que esté lo más alejado posible del lugar donde tendrá lugar la peña y la música a alto volumen). Acto seguido, raudamente hay que dirigirse a hacer fila para bañarse. Cuando hay duchas, por supuesto. Caso contrario la única opción posible es un arroyo cercano. La diferencia en ocasiones no es muy grande pues el agua suele estar gélida. Y, de hecho, en mi experiencia la primera noche no hubo “ducha” porque al cortarse la energía eléctrica del predio, la bomba no funcionaba, ni tampoco la iluminación, por lo cual el aseo consistió en tirarse a oscuras un balde de agua helada, extraída de un tanque de fibrocemento cuyo origen, la algo más que una decena de hombres que nos amontonamos en el baño, preferimos no conocer.

Los sanitarios, en ocasiones reforzados con la colocación de baños químicos, más allá de los esfuerzos del personal de limpieza dispuesto a tal fin, son difíciles de mantener en buenas condiciones. Por lo tanto, la mejor estrategia es ir al baño lo más pronto posible, antes que llegue más y más gente. Todos estos eventos, que podemos mejor calificar de percepciones sensoriales, me hicieron evocar con una cuota de simpatía las vívidas descripciones escatológicas narradas por Lévi-Strauss en Tristes Trópicos (1988LEVI-STRAUSS, Claude. (1988), Tristes Trópicos. Barcelona: Paidós .) durante su viaje trasatlántico en un hacinado barco.

Si se quiere esquematizar una jornada de peregrinación bajo la modalidad a pie, como la he realizado durante mi trabajo de campo, esta consiste en caminar durante gran parte del día, llegar medio insolado y/o mojado y/o muerto de frio (una misma jornada puede incluir momentos de sol implacable sucedidos por heladas lluvias) a la posta diaria y armar la carpa, para, luego de la misa y la cena, pasar noches que se vuelven cada vez más frías a medida que nos acercamos a altas cumbres. El horario para despertar se fija a las 5:30 am, donde desarmamos nuestro campamento a oscuras con la gran mayoría del equipamiento húmedo ya que, aún si no llovió durante la noche, el rocío mojó todo. Preparados nuestros bolsos con las mudas de ropa y los elementos de camping para despachar en los camiones, se forma fila para desayunar a las 6:30am. Finalmente, luego de reunirnos todos y recitar solemnemente el padre nuestro y la oración a Brochero, comenzamos una nueva jornada de caminata a las 7:30am. Esta es una rutina que uno va internalizando. Como dicen muchos, el primer día es el peor. Luego, como ya mencionáramos, el cuerpo se va “ablandando” y deja de doler o ser un obstáculo para avanzar. Asimismo, progresivamente el cuerpo de cada uno “sintoniza” con el ritmo del grupo. Esto puede ser explicado a través del concepto de “modos somáticos de atención” de Csordas, definidos como “formas culturalmente elaboradas de atender a y con nuestro cuerpo en ambientes que incluyen la presencia encarnada de otros” (1993CSORDAS, Thomas. (1993), “Somatic Modes of Attention”. Cultural Anthropology, vol. 8, nº 2: 135-156.:138). De igual modo, quiero recuperar aquí los planteos de Steil y Marques, quienes se refieren a la constitución de una “intercorporalidad” (2008STEIL, Carlos; MARQUES, Bruno. (2008), “El camino de las misiones: Reflexiones teórico-metodológicas a partir de una experiencia de peregrinación contemporánea”. Ciencias sociales y religión, año 10, nº 10: 17-48.:26) en los casos de caminatas y peregrinaciones que tienen lugar durante días. Esto naturalmente es ubicuo en muchas prácticas religiosas que implican sacrificio y tenacidad. Por momentos, mi cuerpo recordó situaciones similares a las que experimenté en retiros espirituales de inspiración monástica que duran varios días, cuando paulatinamente vamos teniendo un registro ampliado no sólo de nuestra corporalidad sino la de nuestros compañeros.

Conflicto

En cada jornada antes de cenar se celebra una misa. Si bien muchos peregrinos asisten, también un importante grupo no lo hace, quedándose charlando en el galpón o gran tienda dispuesta para la cena, observando los puestos de ventas, reunidos en grupos comiendo y bebiendo, descansando en sus carpas, etc. De la peregrinación en la que participé, en dos sermones el sacerdote que condujo la ceremonia indirectamente reprobó14 14 Una situación similar es narrada por Eade en su estudio sobre la peregrinación al altar de Lourdes (Francia), donde señala que “fiestas ruidosas y beber hasta altas horas de la noche dieron al sacerdote a cargo de una peregrinación organizada la oportunidad para definir lo que es y lo que no es una peregrinación” (Eade 1992:30). estas prácticas al señalar que “si sacamos a Dios de esto es sólo un lindo paisaje”, enfatizando que este evento era un hecho religioso y no una “excursión outdoor” o un “paseo por las sierras”. De igual modo, conversando con uno de los organizadores generales del evento, me dijo que, si bien es una peregrinación religiosa, “hay muchos que se lo toman como si fueran a pasar cuatro días de camping”, llevando familiares y conocidos.

Estas dos intervenciones críticas referidas a los motivos por los cuales las personas participan de la peregrinación obligan a señalar, muy brevemente, dos cuestiones. Por un lado, en lo que respecta a la falta de participación en la misa, es claro que las personas que peregrinan por Brochero no lo hacen también necesariamente adhiriendo a los rituales doctrinales de la Iglesia. Como señalan Albera y Eade “peregrinaciones a altares católicos son aun populares, pero las razones por las cuales la gente visita estos lugares son altamente diversas y el rango se extiende mucho más allá de los limites oficialmente establecidos de creencia y práctica” (2017:14).

Como señaláramos al comienzo de este trabajo, la devoción a Brochero desborda la adscripción al catolicismo institucional en tanto no todos los devotos brocherianos son católicos practicantes (e incluso, católicos). Una de las manifestaciones de ello lo constituye esta peregrinación brocheriana, diversa poblacionalmente y polifacética. Se da aquí lo señalado por Carballo, quien ha analizado ciertas peregrinaciones de raigambre católica en Argentina describiéndolas “como una práctica entre lo doctrinal y las apropiaciones culturales regionales, más próximas a la religiosidad popular” (Carballo 2009CARBALLO, Cristina. (2009), “Peregrinos Católicos y religiosidad popular en Argentina”. Estudios Socioterritoriales. Revista de Geografía, 8: 53-69.:57). No obstante, más allá de las puntualizaciones que acabamos de señalar, vale decir que en este trabajo no vamos a profundizar en las cuestiones referidas a la llamada religiosidad popular y sus articulaciones, o no, con los lineamientos doctrinales, algo que merecería un desarrollo mucho más extenso y que excede los intereses centrales que se propone abordar este trabajo.

Por otro lado, a partir de las palabras del organizador y teniendo en cuenta que es muy común que la gente participe muchas veces de este evento, vale recordar, como decíamos más arriba, que la peregrinación indudablemente es una fiesta religiosa y una celebración civil, ya que es uno de los grandes eventos sociales del año en la villa. En este sentido, algunos la hacen porque es una costumbre del poblado o de su grupo de amigos o familiares y quieren acompañarlos. Por ello, la devoción a Brochero y la participación colectiva en la vida del pueblo están fuertemente interconectadas, en tanto remiten a la construcción imaginaria de la comunidad y sus mecanismos de pertenencia y membrecía.

Asimismo, en las anteriores palabras del párroco y organizadores se aprecia también una diferencia a sus ojos entre aquellos que vienen “por Brochero” y otros que lo harían por “puro deporte” o gusto por el aire libre. Si bien no contamos con espacio aquí para profundizar en esta cuestión, al referirse a las peregrinaciones los Turner señalaban que un “turista es mitad peregrino y un peregrino es mitad turista” (Turner & Turner 1978:20; Eade 1992EADE, John. (1992), “Pilgrimage and Tourism at Lourdes, France”. Annals of Tourism Research, vol. 19, n°1: 18-32.; Steil & Marques 2008STEIL, Carlos; MARQUES, Bruno. (2008), “El camino de las misiones: Reflexiones teórico-metodológicas a partir de una experiencia de peregrinación contemporánea”. Ciencias sociales y religión, año 10, nº 10: 17-48.). De igual modo, muchos investigadores que analizan estos fenómenos en Argentina, trascendiendo categorías taxativas, destacan que “las figuras de turista y peregrino se confunden y se presentan, a veces yuxtapuestas, y otras superpuestas” (Flores 2011FLORES, Fabián. (2011), “¿Turistas o peregrinos? Prácticas en torno al fenómeno religioso en San Nicolás de los Arroyos”. Transporte y Territorio, nº 5: 72-88.:84). En efecto, si nos situamos al nivel de las practicas concretas de los actores advertimos que “un mismo sujeto puede ser turista religioso o peregrino según las prácticas que desempeñe en determinados contextos socio-espaciales (Flores 2018FLORES, Fabián. (2018), “Luces y sombras del turismo religioso”. Anuario de la División Geografía, 147-158.:155). Hemos abordado las cuestiones del turismo religioso en el movimiento brocheriano en otro trabajo (Puglisi 2019bPUGLISI, Rodolfo. (2019c), “Etnografía y participación corporal. Contribuciones metodológicas para el trabajo de campo”. Revista Latinoamericana de Metodología de la Investigación Social, vol. 17 n°9: 20-35. ).

Anudadas a estas tensiones referidas a si la peregrinación es un evento religioso solemne o bien una celebración mucho más prosaica, terrenal (incluso deportiva), vale decir que también existe una tensión entre los caminantes y cierto tipo de cabalgantes. En efecto, muchos caminantes suelen quejarse, en esta y otras ediciones de la peregrinación, del comportamiento de algunos jinetes, donde la referencia más frecuente a este grupo díscolo es llamándolos “los gauchos” (sobre peregrinaciones gauchas, remitimos a Carballo 2012CARBALLO, Cristina. (2012), “Corporalidad e identidad del gaucho peregrino. Tensiones y negociaciones en la re-construcción de la memoria”. Espacio y Desarrollo, nº 24:57-74.). Algunos de ellos llevan a cabo peñas hasta altas horas de la noche, incluso entrada la madrugada, con mucho alcohol y música a alto volumen. De hecho, de la peregrinación de la que participé una noche debió intervenir personal policial por un conflicto que se suscitó entre jinetes (presumiblemente alcoholizados) con rebenque en mano y personas que les pidieron silencio para descansar. Especialmente el último día (ya cerca del pueblo), se conformó un gran campamento porque muchos familiares y amigos de los que peregrinaban se acercaron al paraje donde hicimos noche, para darles mayores comodidades o llevar alimentos comprados a mejor precio o inaccesibles donde acampamos (chivito, asado, vinos, etc.). Como dicen muchos caminantes, los jinetes, y especialmente se refieren “a los gauchos y sus costumbres”, pueden hacer eso porque después se suben “casi dormidos” al caballo y parten sin mayores dificultadas, mientras que los caminantes requieren descansar para afrontar la extenuante jornada a pie que tienen por delante.

Los organizadores, por supuesto, intentan mediar en estas tensiones y mantener la cohesión. Este intento fue enfatizado por uno de ellos, quien en una charla personal me dijo que a partir del tercer día “comenzamos a internarnos en las sierras” y que, a pesar de las diferencias, “en la sierra todos somos mulas”, por lo que “si queremos llegar” tenemos que tirar todas juntas “para el mismo lado”.

Estos conflictos, sin embargo, llevaron a que, hace alrededor de unos nueve años, miembros de la organización se desprendieran y comenzaran a realizar, una semana después de esta, una peregrinación exclusiva para caminantes, que también une Córdoba Capital y el pueblo de Brochero. Según cuentan, ésta es mucho menos masiva pero mucho más solemne, donde se enfatiza el carácter fundamentalmente religioso del peregrinar y se estipula un estricto protocolo de comportamiento personal para mantener la convivencia, estando prohibidas, entre otras cosas, las bebidas alcohólicas, los ruidos molestos, etc.

Reagregación

Una serie de carteles van indicando que nos estamos acercando cada vez más al pueblo de Villa Cura Brochero. Más allá de su función como señalización vial, podemos decir que estas indicaciones funcionan también como momentos preparativos en los que el viajero gradualmente va impregnándose de la atmósfera del lugar al que se aproxima e incluso hasta operan como catalizadoras de la experiencia religiosa. En efecto “la ruta se vuelve paulatinamente sacralizada” (Turner 1973TURNER, Victor (1973). “The center out there: Pilgrim’s Goal”. History of Religions, vol. 12, nº 3: 191-230.:214) y progresivamente se va cargando cada vez más densamente de símbolos, sitios y objetos sagrados (Turner & Turner 1978:23) que suscitan intensas experiencias entre los participantes.

Como todos los años, la peregrinación llega al pueblo en la víspera de la fiesta patronal. En las afueras del poblado, los caminantes hacen un alto para agruparse y esperar a los jinetes ya que toda la caravana ingresa junta. Aquí muchos aprovechan para “arreglarse” (acomodar la faja, lucir nuevas banderas o camisas, limpiar y cepillar los caballos, etc.). A partir de ahora, nadie querrá perder su posición en la caravana. Se avanza en masa compacta, donde existe un pacto tácito de no adelantarse frente a quien todos estos días marchó delante, así como evitar ser sobrepasado por un rezagado que desea “mostrarse” en primera fila.

La entrada al pueblo es indiscutiblemente emocionante, siendo recibidos por una verdadera multitud de personas que felicitan con aplausos, vociferaciones y llantos a la columna peregrina, todo bajo el incesante sonar de las campanas del santuario que a medida que se avanza se escuchan cada vez con mayor intensidad. Muchos que han participado de varias peregrinaciones enfatizan “lo fuerte”, “lo emocionante” que es la llegada al pueblo. Como decía un hombre promediando la treintena “se te pone la piel de gallina” y te “largas a llorar”. Efectivamente, en el arribo es generalizado el llanto entre los peregrinos felicitándose por haber logrado la meta, así como también es ubicuo observar lágrimas entre los espectadores. Muchos de éstos agradecen que se camine por aquellos que no pueden hacerlo. Hay un sentimiento colectivo de pertenencia desencadenado por la experiencia de peregrinar y recibir a los peregrinos. Indudablemente, en estos espacios se recrean y legitiman ciertos imaginarios y narrativas colectivos del movimiento brocheriano. Como señala Pablo Cruz “el andar es un ejercicio donde se reproduce y se construye la memoria social” (2012CRUZ, Pablo. (2012), “El mundo se explica al andar. Consideraciones en torno a la sacralización del paisaje en los Andes del sur de Bolivia (Potosí, Chuquisaca)”. Indiana, 29: 221-251.:247) de un grupo. Esta efervescencia emocional prepara un clima festivo óptimo para la fiesta patronal del día siguiente.

La larga caravana que todos estos días caminó y cabalgó junta, luego de descender las sierras, entra al pueblo, arriba a la plaza y finalmente va ingresando lentamente en fila al santuario para culminar su recorrido delante de la tumba de Brochero15 15 Vale reponer algo de las discusiones de otros investigadores del fenómeno peregrino sobre el punto final de la peregrinación. En esta dirección, algunos autores señalan que “la noción de lugar como centro ha sido implícita y a veces explícitamente ‘central’ a las representaciones académicas de las peregrinaciones […] En el contexto de los movimientos teóricos recientes dentro de varias disciplinas desde descripciones estáticas del comportamiento social hacia modelos más dinámicos de la vida social como proceso […] se le ha dado primacía a la noción de movimiento a expensar del ‘centro’ (Bajc, Coleman & Eade 2007:321). Aquí estos autores describen luego como a partir de ciertas prácticas de individuos y colectivos se generarían “fractales” a partir del centro, “llevando con ellos el deseo de crear versiones fractales de aquel centro en el lugar en el cual ellos viven” (Bajc, Coleman & Eade 2007:326). Para el caso del movimiento brocheriano vale decir que los restos corporales de Brochero (reliquias) son indiscutiblemente el punto geográfico cero del movimiento. Luis, uno de los organizadores generales de la peregrinación, explícitamente dijo que el “clímax” de la peregrinación es cuando llegamos “ante Brochero” a dejarle nuestras intenciones. No obstante, las pequeñas reliquias de Brochero situadas en otras parroquias o las reliquias que peregrinan pueden enfocarse desde la perspectiva propuesta por Bajc, Coleman y Eade (2007), como fractales que forman microcentros en otras partes, así como pequeños centros que se desplazan. En otro trabajo abordamos en profundidad el caso de las reliquias en el movimiento brocheriano y su importante papel difusor en tanto objetos portables (Puglisi 2021). (Imagen 3). Todo este esfuerzo físico y psicológico es parte de los preparativos que construyen la eficacia ritual (Citro 2014CITRO, Silvia. (2014), “Hacia una perspectiva interdisciplinaria sobre la eficacia ritual: corporalidad, emoción y goce”. In: Pedro Oro A. & Tadvald M. (org.). Circuitos religiosos: pluralismo e interculturalidade. Porto Alegre: Cirkula, 141-168.) de la peregrinación cuyo punto álgido y final es, luego de caminar casi 200 km atravesando las sierras, retornar al pueblo del que partimos hace días para estar unos momentos “ante Brochero”16 16 La gran mayoría de los devotos se refieren a los restos corporales de Brochero, que se ven detrás de un cristal, como una persona efectivamente allí presente. “Electricidad”, “energía”, “calor”, “paz”, “ricos aromas”, etc. son expresiones habituales que encontramos entre los seguidores para describir sus experiencias de cercanía con el santo. Sobre las experiencias de los seguidores en cercanía de los restos corporales de Brochero remitimos a otros trabajos (Puglisi 2021, 2019b). .

Hemos visto que según Turner la estructura de las peregrinaciones describe un movimiento que, comenzando en un lugar familiar, se dirige a un lugar lejano para luego retornar al primero, idealmente “cambiado” (1973:213). Además de realizársela para pedir y/o agradecer, podemos decir que la peregrinación brocheriana es también un dispositivo de transformación de uno mismo. Como señala nuevamente Turner, los peregrinos “esperan tener experiencia directa del orden sagrado, invisible o supernatural, bien sea en el aspecto material de la cura milagrosa o en el aspecto inmaterial de la transformación17 17 De igual modo, en otro trabajo señala que “Los peregrinos frecuentemente han escrito del efecto ‘transformativo’ sobre ellos de aproximarse al altar final o la gruta sagrada al final del camino” (Turner & Turner 1978:11). interna del espíritu o la personalidad” (1973:214)18 18 Como advierten algunos investigadores, esta representación turneriana sobre los objetivos de la peregrinación puede estar influida por la propia doctrina (cristiana, en este caso) que se está investigando. Focalizando en los puntos de clivaje, por ejemplo, algunos autores enfatizan tensiones entre el discurso oficial y el de la gente, dando cuenta de diferentes prácticas y creencias. Al respecto, el estudio de Jeanne Kormina (2004) de un altar local de la ortodoxia rusa descubre tres discursos en juego. Por un lado, el foco de los peregrinos en la curación y el milagro, las narrativas locales dirigidas al castigo de los actos sacrílegos y el intento del sacerdote de acomodar la religión popular a los cánones oficiales. . De este modo, la peregrinación constituye un acto de resistencia física y espiritual que pone a prueba al peregrino y lo transforma, constituyendo en cierta medida lo que podemos llamar una “tecnología del yo” (Foucault 1991FOUCAULT, Michel. (1991), Tecnologías del yo y otros textos afines. Barcelona: Paidós.). En esta misma dirección, analizando peregrinaciones en Brasil, Steil y Marques enfatizan la relación que aquí se da entre la “caminata exterior” del cuerpo y la “interior” (2008:27) del espíritu como búsqueda de transformación.

Vale destacar, por último, que para los actores el participar de la peregrinación implica haber compartido una experiencia “muy fuerte” que conforma un fondo emocional, sensorial y experiencial común, que posibilita o facilita el intercambio de vivencias entre las personas que participaron de ella, ya que, como muchos señalan, “no se puede explicar, sino que hay que vivirla”. En otro trabajo (Puglisi 2019cPUGLISI, Rodolfo. (2019c), “Etnografía y participación corporal. Contribuciones metodológicas para el trabajo de campo”. Revista Latinoamericana de Metodología de la Investigación Social, vol. 17 n°9: 20-35. ) hemos problematizado en profundidad la corporalidad del etnógrafo en el trabajo de campo para reflexionar sobre este tipo de situaciones en ámbitos religiosos.

Reflexiones finales

Como señalan muchos investigadores (Mesaritou, Coleman & Eade 2020MESARITOU, Evgenia; COLEMAN, Simon; EADE, John. (2020), “Introduction: Knowledge, Ignorance, and Pilgrimage”. Journeys, vol. 21, n°1: 1-18.), el fenómeno peregrino no puede ser analizado como un hecho aislado, sino que debe ser puesto en dialogo con otros aspectos de la dinámica del grupo y los individuos, incluso aquellas facetas cotidianas. Por ello, para finalizar, brevemente quisiera articular la peregrinación analizada en este trabajo con otros aspectos del movimiento brocheriano, centrándome en este caso en su relación con otros dispositivos rituales del grupo.

En su trabajo sobre las peregrinaciones, Turner y Turner señalaban que “mientras los contemplativos monásticos y los místicos podían diariamente hacer viajes interiores salvíficos, aquellos en el mundo tenían que exteriorizar los suyos en la aventura infrecuente de la peregrinación. Para la mayoría, la peregrinación fue la gran experiencia liminal de su vida religiosa. Si el misticismo es una peregrinación interior, la peregrinación es misticismo exteriorizado” (Turner & Turner 1978:6-7). Recientemente, incluso John Eade (2019EADE, John. (2019), “Moving, Crossing and Dwelling: Christianity and Place Pilgrimage”. Historia religionum: an international Journal, 11: 79-98.) ha planteado el misticismo como un modo de peregrinación interior19 19 Advierte, sin embargo, que para la vida contemplativa monástica los desplazamientos espaciales peregrinos no siempre fueron vistos como algo benéfico, por los peligros de transgresión de los códigos morales que las travesías podían suscitar (ceder a tentaciones viscerales, involucrarse en disputas políticas o económicas, u otros aspectos mundanos, etc.). . Al poner en diálogo el misticismo con la peregrinación, los Turner plantean de algún modo una diferencia bastante rígida entre el monasticismo selecto de unos pocos y la población “mundana” que peregrina. Por nuestra parte, nos parece interesante subrayar la relación, incluso la complementariedad, que existe entre estos aspectos de la práctica religiosa, al menos en el movimiento brocheriano. En esta dirección, recordemos que Brochero realizaba la travesía transerrana (peregrinaba) para practicar ejercicios espirituales diseñados por el fundador de los jesuitas, Ignacio de Loyola. Éstos consisten fundamentalmente en retiros cuasi monásticos de silencio complementados con lecturas y oraciones sobre las que se medita, siendo diseñados como un entrenamiento para encontrarse con Dios. Son un claro ejemplo, por supuesto, de las prácticas contemplativas de los místicos cristianos. Por lo tanto, en aquella época las personas que seguían a Brochero peregrinaban para practicar el misticismo (o “peregrinar interiormente”, como dicen Turner y Turner).

En adición, si tenemos en cuenta que la misma peregrinación es una tecnología del yo que opera transformaciones en quienes la realizan, podemos decir que en los tiempos de Brochero no solo los ejercicios ignacianos apuntaban al “enderezamiento moral” del paisanaje serrano, sino que el esfuerzo y la disciplina que requería aquella larga travesía peregrina constituía, ya, un “trabajo sobre sí”. En la actualidad, de igual modo, algunos de los que participan de la peregrinación brocheriana también participan de los retiros brocherianos. En efecto, seguidores me han comentado que luego de concluir una peregrinación inmediatamente van a hacer los retiros espirituales y ellos resultan mucho más fructíferos con aquella experiencia previa. Así, tanto ayer como hoy, al menos en algunos participantes del movimiento brocheriano, viaje interior y exterior (misticismo y peregrinación) son dispositivos rituales diferentes, pero relacionados, de los que se valen para vincularse con lo sagrado.

Imágenes

Imagen 1
Caravana en las sierras

Imagen 2:
Llegando a altas cumbres y lluvia en la cima.

Imagen 3:
Arribo al pueblo e ingreso al santuario.

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  • 1
    Posteriormente, para evitar aquella larga travesía transerrana y garantizar que muchos más practiquen los ejercicios espirituales ignacianos, construyó en el pueblo de Villa del Tránsito (a partir de 1916 rebautizado como Villa Cura Brochero) una “Casa de Ejercicios Espirituales”. Ésta comenzó a funcionar en 1877, estando a cargo de la congregación de las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. Si bien en la actualidad en este edificio funciona el “Museo Brocheriano” (fundado en 1957), se sigue utilizando una parte del mismo (la capilla) para realizar ininterrumpidamente, como antaño, retiros de ejercicios en una edificación contigua.
  • 2
    Existen trabajos sobre el lugar del Estado en la regulación y coordinación logística de peregrinaciones para el caso de la provincia de Buenos Aires (García Bossio 2019GARCÍA BOSSIO, María Pilar. (2019), “Con el cielo como techo. El lugar del Estado en la coordinación de peregrinaciones y fiestas religiosas en la provincia de Buenos Aires”. En: Cristina Teresa Carballo y Fabián Claudio Flores (comp.). Geografías de lo sagrado en la contemporaneidad. Bernal: Universidad Nacional de Quilmes, 179-194.).
  • 3
    Más allá de su participación como servidores públicos es evidente también el compromiso religioso de muchos de éstos. En efecto, varios participaron de las misas que se realizan al final de cada jornada de peregrinación e incluso en ocasiones condujeron la oración a Brochero y el padre nuestro que se recita antes de comenzar cada jornada de caminata.
  • 4
    En este sentido, puede pensarse a través del concepto maussiano de “hecho social total”, es decir, expresando múltiples instancias de la vida social, como lo hacen Zanolli, Costilla y Estruch (2010ZANOLLI, Carlos; COSTILLA, Julia; ESTRUCH, Dolores. (2010), “Cofrades, esclavos y devotos. La peregrinación al Santuario de la Virgen de Copacabana de Punta Corral. Jujuy, Argentina”. En: A.A.V.V. Patrimonio Cultural Inmaterial Latinoamericano - Fiestas. Cusco: CRESPIAL, 9-40.) para reflexionar sobre la peregrinación a la Virgen de Copacabana en Jujuy.
  • 5
    Limen “en latín quiere decir «umbral»” (Turner 1988TURNER, Victor. (1988), El proceso ritual. Estructura y anti-estructura. Madrid: Taurus.:101) y con este término y otros similares (“liminal”, “liminalidad”, etc.), el autor se refiere a fenómenos que se dan temporariamente al margen de la vida social cotidiana de un grupo con su estructuración regular.
  • 6
    Con este término de la voz latina (que significa “comunidad”), el autor remite a las experiencias de unidad, fuerte emotividad, compañerismo e igualdad, es decir, de un “vínculo social generalizado” (Turner 1988:103) que tienen lugar en ocasiones especiales (liminales) dentro de la vida social de un grupo. Vale recordar, finalmente, que Turner reconoce tres tipos de communitas: existencial, normativa e ideológica y que, según él, para el caso de las peregrinaciones “mientras que la situación total fomenta la emergencia de communitas existencial, es la communitas normativa la que constituye el vínculo social característico entre los peregrinos y aquellos quienes le ofrecen ayuda y hospitalidad en su viaje sagrado” (Turner 1973:194).
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    Algunos ejemplos sobre trabajos en este dirección más fenomenológica y experiencial son los de los propios Albera y Eade, quienes en el estudio de las peregrinaciones proponen “comprometerse con las geografías emocionales y otras formas a través de las cuales nosotros interactuamos con otra gente, objetos materiales y nuestro ambiente a través de prácticas corporales” (Albera & Eade 2015:12). De igual modo, Eade (2019) realiza una exploración de la relación entre sociedad y naturaleza, entre humanos y no humanos, e invita también a romper con los binarismos del tipo individuo/colectivo, sagrado/profano, en el contexto de las peregrinaciones, mencionando trabajos sobre peregrinaciones que los abordaron de este modo.
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    Si bien tienen similitudes estructurales, los Turner profundizarán en estas cuestiones para decir que la peregrinación no sería un rito de iniciación en sentido estricto, ya que una persona o grupo puede repetirla indefinidamente (Turner & Turner 1978TURNER, Victor; TURNER, Edith. (1978), Image and Pilgrimage in Christian Culture. Anthropological Perspectives. New York: Columbia University Press. :32). En este sentido, luego de señalar que “la peregrinación, si bien tiene uno de los atributos de la liminalidad en los ritos de pasaje: liberar de la estructura mundana; homogeneización de estatus; simplicidad de vestido y comportamiento; communitas” (Turner & Turner 1978:34), explican que “dado que esta es voluntaria, no un mecanismo social obligatorio para marcar la transición de un individuo o grupo de un estado o status a otro dentro de la esfera mundana, por lo cual la peregrinación es quizás mejor pensada como siendo ‘liminoide’ o ‘cuasi-liminal’ más que liminal en el sentido completo de Van Gennep” (1978:34-35). Más allá de que no constituya un rito de pasaje en sentido estricto, ello no invalida, por supuesto, pensar a las peregrinaciones con esta estructura de separación, margen y reagregación.
  • 9
    En muy raras ocasiones se parte de otro sitio. Por ejemplo, en el año 2019 a raíz de que se encontraba en ejecución una obra vial en la periferia de la ciudad de Córdoba, por razones de seguridad no se permitió partir desde allí como se acostumbra, sino que se salió de la localidad aledaña de Malagueño (situada aproximadamente a 30 kilómetros).
  • 10
    Sobre este punto, como señalan otros investigadores del fenómeno peregrino, vale decir que “los peregrinos son socializados y educados por otros sobre las prácticas, pero también sobre el sentido que otorgar a su experiencia. Central a estos procesos de construcción de significados es el conocimiento religioso encarnado, experiencial y habitual de los peregrinos” (Mesaritou, Coleman & Eade2020:2). Es decir, los peregrinos “traen el conocimiento adquirido en el contexto de experiencias ‘religiosas’ previas que no están aparentemente relacionadas a la peregrinación, incluyendo ‘recuerdos corporales’ de reuniones y vinculaciones con objetos, edificaciones y narrativas de su teología” (Mesaritou, Coleman & Eade 2020:2). Esto, por lo tanto “conecta los centros de peregrinación con los lugares donde la gente vive y adora” (2020:2).
  • 11
    Como señalan Coleman y Eade “las peregrinaciones siempre han seguido, y en ocasiones ayudaron a crear, rutas de comercio y mercado” (2018COLEMAN, Simon; EADE, John (ed.). (2018), “Pilgrimage and Political Economy: Introduction to a Research Agenda”. In: Simon Coleman & John Eade (ed.). Pilgrimage and Political Economy. Translating the sacred. New York: Berghan Books, 1-20.:1). De igual modo, estos autores recuerdan cómo en su trabajo seminal, los Turner especularon que la peregrinación europea medieval puede haber formado un paisaje de conexiones religioso-económicas muy importante, incluso, para el desarrollo del capitalismo.
  • 12
    Naturalmente, este es un fenómeno ubicuo en muchas partes del mundo. Por ejemplo, comentando sobre el surgimiento de la devoción a San Nicolás (Bari, Italy), los investigadores destacan cómo las autoridades de la región de Apulia manejan y promueven “grandes peregrinaciones ecuménicas al altar del santo” (Mesaritou, Coleman & Eade 2020:5).
  • 13
    En el marco de la peregrinación los eventos meteorológicos son interpretados en clave religiosa. Así como un cielo nublado sin llover es una muestra de la gracia de Brochero que nos evita caminar bajo el implacable sol serrano, la lluvia moderada es interpretada como una bendición o gracia que se “derrama” sobre nosotros, pero también como una muestra de que “se están lavando pecados”. En este sentido, luego del verdadero diluvio que pasamos la última jornada, un peregrino bromeó: “¡con lo que llovió, se ve que este es grupo es bravo!”, es decir, quiso decir que tenía muchos pecados por lavar.
  • 14
    Una situación similar es narrada por Eade en su estudio sobre la peregrinación al altar de Lourdes (Francia), donde señala que “fiestas ruidosas y beber hasta altas horas de la noche dieron al sacerdote a cargo de una peregrinación organizada la oportunidad para definir lo que es y lo que no es una peregrinación” (Eade 1992:30).
  • 15
    Vale reponer algo de las discusiones de otros investigadores del fenómeno peregrino sobre el punto final de la peregrinación. En esta dirección, algunos autores señalan que “la noción de lugar como centro ha sido implícita y a veces explícitamente ‘central’ a las representaciones académicas de las peregrinaciones […] En el contexto de los movimientos teóricos recientes dentro de varias disciplinas desde descripciones estáticas del comportamiento social hacia modelos más dinámicos de la vida social como proceso […] se le ha dado primacía a la noción de movimiento a expensar del ‘centro’ (Bajc, Coleman & Eade 2007BAJC, Vida, COLEMAN, Simon; EADE, John. (2007), “Introduction. Mobility and Centring in Pilgrimage”. Mobilities, vol. 2, nº 3: 321-329.:321). Aquí estos autores describen luego como a partir de ciertas prácticas de individuos y colectivos se generarían “fractales” a partir del centro, “llevando con ellos el deseo de crear versiones fractales de aquel centro en el lugar en el cual ellos viven” (Bajc, Coleman & Eade 2007:326). Para el caso del movimiento brocheriano vale decir que los restos corporales de Brochero (reliquias) son indiscutiblemente el punto geográfico cero del movimiento. Luis, uno de los organizadores generales de la peregrinación, explícitamente dijo que el “clímax” de la peregrinación es cuando llegamos “ante Brochero” a dejarle nuestras intenciones. No obstante, las pequeñas reliquias de Brochero situadas en otras parroquias o las reliquias que peregrinan pueden enfocarse desde la perspectiva propuesta por Bajc, Coleman y Eade (2007), como fractales que forman microcentros en otras partes, así como pequeños centros que se desplazan. En otro trabajo abordamos en profundidad el caso de las reliquias en el movimiento brocheriano y su importante papel difusor en tanto objetos portables (Puglisi 2021).
  • 16
    La gran mayoría de los devotos se refieren a los restos corporales de Brochero, que se ven detrás de un cristal, como una persona efectivamente allí presente. “Electricidad”, “energía”, “calor”, “paz”, “ricos aromas”, etc. son expresiones habituales que encontramos entre los seguidores para describir sus experiencias de cercanía con el santo. Sobre las experiencias de los seguidores en cercanía de los restos corporales de Brochero remitimos a otros trabajos (Puglisi 2021, 2019b).
  • 17
    De igual modo, en otro trabajo señala que “Los peregrinos frecuentemente han escrito del efecto ‘transformativo’ sobre ellos de aproximarse al altar final o la gruta sagrada al final del camino” (Turner & Turner 1978:11).
  • 18
    Como advierten algunos investigadores, esta representación turneriana sobre los objetivos de la peregrinación puede estar influida por la propia doctrina (cristiana, en este caso) que se está investigando. Focalizando en los puntos de clivaje, por ejemplo, algunos autores enfatizan tensiones entre el discurso oficial y el de la gente, dando cuenta de diferentes prácticas y creencias. Al respecto, el estudio de Jeanne Kormina (2004KORMINA, Jeanne. (2004), “Pilgrims, Priest and Local Religion in Contemporary Russia: Contested Religious Discourses”. Folklore, 28: 25-40.) de un altar local de la ortodoxia rusa descubre tres discursos en juego. Por un lado, el foco de los peregrinos en la curación y el milagro, las narrativas locales dirigidas al castigo de los actos sacrílegos y el intento del sacerdote de acomodar la religión popular a los cánones oficiales.
  • 19
    Advierte, sin embargo, que para la vida contemplativa monástica los desplazamientos espaciales peregrinos no siempre fueron vistos como algo benéfico, por los peligros de transgresión de los códigos morales que las travesías podían suscitar (ceder a tentaciones viscerales, involucrarse en disputas políticas o económicas, u otros aspectos mundanos, etc.).

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    06 Mayo 2022
  • Fecha del número
    Jan-Apr 2022

Histórico

  • Recibido
    04 Dic 2020
  • Acepto
    10 Mayo 2021
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