Acessibilidade / Reportar erro

Los patrones espaciales de los comportamientos de riesgo en la ciudad de Córdoba (Argentina)-2001

Spatial patterns of risk behaviors in Cordoba (Argentina)-2001

Padrões espaciais dos comportamentos de risco na cidade de Córdoba (Argentina)-2001

Resúmenes

Partiendo de la premisa que los fenómenos sociales no se distribuyen en el espacio geográfico de manera homogénea, este trabajo tiene como objetivo explorar los patrones de localización espacial de los grupos sociales en la ciudad de Córdoba (Argentina) y relacionarlos con algunos comportamientos de riesgo de niños y jóvenes, en particular aquellos que se vinculan con la reproducción de desigualdades, de la pobreza y de la exclusión. Primero, se identifican las diferentes áreas socio-habitacionales que componen la ciudad, a partir del análisis de la distribución de los grupos sociales en el espacio urbano, con especial énfasis en sus características educativas y habitacionales. Segundo, se calculan los diferenciales de los comportamientos de riesgo de niños y jóvenes (insuficiencia educativa, inactividad juvenil y fecundidad adolescente tardía), según áreas de residencia anteriormente mencionadas. Tercero, se evalúa la incidencia del contexto socio-habitacional en dichos comportamientos. La información con la que se trabaja es la proveniente del Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda del año 2001, a nivel de radio censal.

Comportamientos de riesgo; Áreas socio-habitacionales; Reproducción de desigualdades; Córdoba (Argentina); Segregación residencial


Based on the premise that social phenomena are not evenly distributed in geographic space, this study aims to explore the spatial patterns of social groups in the city of Córdoba (Argentina), associating them with certain risk behaviors among children and adolescents, especially those related to the reproduction of inequality, poverty, and exclusion. First, we identify the different socio-residential areas comprising the city, from the analysis of the distribution of social groups in the urban space, with special emphasis on education and housing characteristics. Second, we calculate the differentials for risk behavior among children and adolescents (school dropout rates, youth inactivity, and late adolescence fertility) according to the aforementioned areas of residence. Third, we evaluate the impact of the socio-housing context in these behaviors. We use Data from the National Demographic and Household Census of 2001, at the census tract level.

Risk behaviors; Socio-residential areas; Reproduction of inequalities; Cordoba (Argentina); Residential segregation


Partindo da premissa de que os fenômenos sociais não são distribuídos de maneira homogênea no espaço geográfico, este estudo pretende explorar os padrões de localização espacial dos grupos sociais na cidade de Córdoba (Argentina), relacionando os mesmos com determinados comportamentos de risco de crianças e jovens, em especial aqueles vinculados à reprodução de desigualdades, da pobreza e da exclusão. Primeiro, são identificadas as diferentes áreas socio-habitacionais que compõem a cidade, a partir da análise da distribuição dos grupos sociais no espaço urbano, com especial ênfase nas suas características educacionais e habitacionais. Segundo, são calculados os diferenciais dos comportamentos de risco de crianças e jovens (evasão escolar, inatividade juvenil e fecundidade adolescente tardia), de acordo com as áreas de residência anteriormente mencionadas. Terceiro, é avaliada a incidência do contexto socio-habitacional nestes comportamentos. São utilizados os dados do Censo Demográfico e Domiciliar Nacional, de 2001, a nível do setor censitário.

Comportamentos de risco; Áreas socio-habitacionais; Reprodução de desigualdades; Córdoba (Argentina); Segregação residencial


ARTIGOS

Los patrones espaciales de los comportamientos de riesgo en la ciudad de Córdoba (Argentina)-2001

Spatial patterns of risk behaviors in Cordoba (Argentina)-2001

Padrões espaciais dos comportamentos de risco na cidade de Córdoba (Argentina)-2001

Florencia MolinattiI; Enrique PeláezII

IBecaria Doctoral en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), doctoranda en Demografía (FCE-UNC), licenciada en Sociología. Vinculado al Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS-CONICET)

IIDoctor en Demografía (FCE-UNC), magister en Demografía (CEA-UNC). Investigador adjunto de Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS-CONICET)

RESUMEN

Partiendo de la premisa que los fenómenos sociales no se distribuyen en el espacio geográfico de manera homogénea, este trabajo tiene como objetivo explorar los patrones de localización espacial de los grupos sociales en la ciudad de Córdoba (Argentina) y relacionarlos con algunos comportamientos de riesgo de niños y jóvenes, en particular aquellos que se vinculan con la reproducción de desigualdades, de la pobreza y de la exclusión. Primero, se identifican las diferentes áreas socio-habitacionales que componen la ciudad, a partir del análisis de la distribución de los grupos sociales en el espacio urbano, con especial énfasis en sus características educativas y habitacionales. Segundo, se calculan los diferenciales de los comportamientos de riesgo de niños y jóvenes (insuficiencia educativa, inactividad juvenil y fecundidad adolescente tardía), según áreas de residencia anteriormente mencionadas. Tercero, se evalúa la incidencia del contexto socio-habitacional en dichos comportamientos. La información con la que se trabaja es la proveniente del Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda del año 2001, a nivel de radio censal.

Palabras-clave: Comportamientos de riesgo. Áreas socio-habitacionales. Reproducción de desigualdades. Córdoba (Argentina). Segregación residencial.

ABSTRACT

Based on the premise that social phenomena are not evenly distributed in geographic space, this study aims to explore the spatial patterns of social groups in the city of Córdoba (Argentina), associating them with certain risk behaviors among children and adolescents, especially those related to the reproduction of inequality, poverty, and exclusion. First, we identify the different socio-residential areas comprising the city, from the analysis of the distribution of social groups in the urban space, with special emphasis on education and housing characteristics. Second, we calculate the differentials for risk behavior among children and adolescents (school dropout rates, youth inactivity, and late adolescence fertility) according to the aforementioned areas of residence. Third, we evaluate the impact of the socio-housing context in these behaviors. We use Data from the National Demographic and Household Census of 2001, at the census tract level.

Keywords: Risk behaviors. Socio-residential areas. Reproduction of inequalities. Cordoba (Argentina). Residential segregation.

RESUMO

Partindo da premissa de que os fenômenos sociais não são distribuídos de maneira homogênea no espaço geográfico, este estudo pretende explorar os padrões de localização espacial dos grupos sociais na cidade de Córdoba (Argentina), relacionando os mesmos com determinados comportamentos de risco de crianças e jovens, em especial aqueles vinculados à reprodução de desigualdades, da pobreza e da exclusão. Primeiro, são identificadas as diferentes áreas socio-habitacionais que compõem a cidade, a partir da análise da distribuição dos grupos sociais no espaço urbano, com especial ênfase nas suas características educacionais e habitacionais. Segundo, são calculados os diferenciais dos comportamentos de risco de crianças e jovens (evasão escolar, inatividade juvenil e fecundidade adolescente tardia), de acordo com as áreas de residência anteriormente mencionadas. Terceiro, é avaliada a incidência do contexto socio-habitacional nestes comportamentos. São utilizados os dados do Censo Demográfico e Domiciliar Nacional, de 2001, a nível do setor censitário.

Palavras-chave: Comportamentos de risco. Áreas socio-habitacionais. Reprodução de desigualdades. Córdoba (Argentina). Segregação residencial.

Introducción

Los efectos de la composición social del barrio sobre los comportamientos de riesgo de niños y jóvenes, en particular, sobre aquellos que se vinculan a la reproducción de las desigualdades, de la pobreza y de la exclusión, han sido ampliamente discutidos en la literatura internacional y regional. En los Estados Unidos, Jencks y Mayer (1990) publicaron una exhaustiva revisión bibliográfica que compila resultados que confirman la existencia de impactos significativos del vecindario sobre los comportamientos de niños y jóvenes. Sin embargo, ellos resaltan que la manera en que el contexto social influye en el comportamiento individual varía de acuerdo al problema que el individuo confronta, su experiencia, y la mezcla de opiniones y modelos disponibles en un determinado contexto social. De ahí que los autores destacan que quizás el mayor problema, que enfrenta un investigador al estudiar el efecto del vecindario en niños y jóvenes, es distinguir entre los efectos del vecindario y los efectos de la familia. Por un lado, las características de la familia ejercen una influencia importante sobre las oportunidades de vida de los niños y jóvenes, independientemente de su lugar de residencia. No obstante, por otro lado, también influyen dónde viven estas familias. Es decir, que los niños socializados en barrios ricos difieren de los niños socializados en barrios pobres, aún si los barrios no tuvieran ningún efecto sobre ellos.

En América Latina, los estudios sobre los efectos de la segregación residencial urbana en las expectativas y comportamientos de las personas que residen en barrios de composición social homogénea son mucho más recientes. Algunas investigaciones (SABATINI et al., 2001; SIERRALTA, 2008) denuncian una acentuación de la malignidad del patrón de la segregación residencial en las últimas tres décadas, evidenciada, para el caso de las principales ciudades de Chile, en el aumento de los coeficientes de correlación entre el nivel de segregación residencial en los barrios pobres y sus tasas de desempleo, las proporciones de desafiliación institucional de los jóvenes, el rezago escolar y el embarazo adolescente.

Otros estudios (CUNHA et al., 2009; KAZTMAN; RETAMOSO, 2007; TORRES et al., 2006) corroboran que el nivel de homogeneidad en la composición social de los barrios pobres tiene importancia para predecir los rendimientos educativos. Esto es, niños que provienen de hogares de escasos recursos muestran mejores resultados académicos cuando residen en vecindarios de composición social heterogénea que cuando lo hacen en vecindarios donde la gran mayoría de los hogares cuenta con recursos escasos.

En un estudio realizado en Montevideo (Uruguay), Kaztman (1999) buscó aislar el efecto vecindario del efecto familia sobre un conjunto de comportamientos de riesgo de niños y jóvenes. El trabajo permite concluir que niños y jóvenes, provenientes de hogares con porfolios de activos similares, muestran una mayor propensión a comportamientos de riesgo cuanto mayor es el nivel de homogeneidad social de los vecindarios pobres.

Partiendo de la premisa que el espacio/vecindario importa (CUNHA; JAKOB, 2010; FLORES, 2006; KAZTMAN, 1999; TORRES et al., 2005), se pretende explorar un conjunto de comportamientos de riesgo en niños y jóvenes que residen en la ciudad de Córdoba, con la tentativa de evaluar el impacto real de la composición social de los barrios en los que residen, sobre la magnitud y concentración de dichos comportamientos.

Este trabajo tiene tres objetivos: primero, identificar las diferentes áreas socio-habitacionales que forman la ciudad de Córdoba, a partir del análisis de clúster de la distribución de los grupos sociales en el espacio urbano; segundo, calcular, a partir de un análisis exploratorio, los diferenciales observados en algunos comportamientos de riesgo de niños y jóvenes, según su contexto social de residencia y, tercero, evaluar la incidencia del contexto social en dichos comportamientos de riesgo.

Teniendo en cuenta que en Argentina la principal fuente de información para este tipo de estudio es el censo de población, sobre todo por su capacidad de desagregación espacial, los análisis de este trabajo estarán centrados y basados en esta fuente para el año 20011 1 En el censo de población realizado en 2001 no se aplicó muestra en la recogida de datos, es decir, se utilizó un mismo y único cuestionario para recoger la información, diferenciándose según se tratara de instituciones colectivas u hogares particulares. a nivel de radios censales (mínima unidad de análisis disponible).

La ciudad de Córdoba: un poco de historia

La ciudad de Córdoba es la capital de la provincia homónima y se encuentra a 703 kilómetros al noroeste de la ciudad autónoma de Buenos Aires (ciudad capital de la República Argentina). La ciudad es el único municipio del Departamento Capital; por lo cual los datos de este trabajo se refieren a este departamento. De acuerdo con los datos provisionales del último censo nacional disponible (2010), la ciudad de Córdoba tiene 1.330.023 habitantes,2 2 Los datos corresponden al Departamento Capital. representando el 40,2% y el 3,3% de la población provincial y nacional, respectivamente. Su ejido municipal forma de un cuadrado de 24 km de lado,3 3 Ejido establecido por Ley Provincial n. 1.295 del año 1893, junto con los Decretos Municipales n. 6.548 del 27 de enero y n. 7.102 del 14 de setiembre, ambos del año 1938. totalizando un área de 576 km2.

La expansión urbana de la ciudad a partir de la segunda mitad del siglo XX

[...] se caracteriza por el gran crecimiento de la población y la extensión discontinua de la periferia urbana a bajas densidades, por subdivisión de la tierra en lotes individuales para viviendas unifamiliares y un alto porcentaje de lotes baldíos intermedios. Entre 1940 y 1960 se produce una importante urbanización, como proceso paralelo de la industrialización, la que determinó los principales rasgos y problemas de la estructura urbana de la ciudad, caracterizada principalmente por una amplia extensión del área urbanizada a bajas densidades edilicias y de población, con fraccionamiento de tierras sin servicios y sin ocupación de las mismas; así como la ocupación de diversos terrenos sin los servicios adecuados (DIRECCIÓN DE CATASTRO, 2008, p. 4-5).

A mediados de la década de 1980 se sistematizan las nuevas ordenanzas urbanísticas de la ciudad, otorgando nuevas reglas al proceso urbanizador: regulación del fraccionamiento del suelo (Ord. n. 8060/85), regulación de la ocupación del suelo en el área central (Ord. n. 8057/86), regulación de la ocupación del suelo en áreas intermedias y periféricas (Ord. n. 8256/86) y regulación de la localización de las actividades económicas que impliquen uso del suelo industrial o asimilable al mismo (Ord. n. 8133/85) (DIRECCIÓN DE CATASTRO, 2008).

En las dos últimas décadas se han producido dos tipos de transformaciones: por un lado, desaceleración de las tasas de crecimiento de la población; y, por otro lado, transformaciones cualitativas en las modalidades de estructuración del territorio, manifiestas en los nuevos patrones de localización de las actividades residenciales y comerciales. A partir de estos nuevos patrones se realizan algunas adaptaciones a las normativas urbanas: mediante la Ordenanza 8606/91 se regulan las Urbanizaciones Residenciales Especiales (también conocidas como countries) y en 2004 mediante la Ordenanza n. 10.761 se crea la zona normativa n. 1 destinada a urbanizaciones rurales a baja densidad (DIRECCIÓN DE CATASTRO, 2008).

Estas transformaciones que han tenido lugar en la ciudad, en especial aquellas relacionadas con el rápido crecimiento demográfico entre los años 40 y 60 del siglo XX, alentado por la actividad industrial, y al proceso de expansión hacia las periferias, se dan en el marco de una ocupación territorial que expresa, con intensidad creciente, las diferencias socioeconómicas de la población.

Estructura social barrial y comportamientos de riesgo: algunas precisiones conceptuales y metodológicas

Estructura social barrial

En la producción del espacio urbano intervienen distintos agentes que, mediante su interacción, van determinando la formación de las diferentes áreas internas de la ciudad (FORMINGA; GÁRRIZ, 2000). Así, la ciudad pone de manifiesto las desigualdades que afectan a los grupos sociales que la habitan, las cuales quedan materializadas en los contrastes entre las áreas residenciales urbanas. En el contexto urbano latinoamericano, los procesos de producción y apropiación del espacio dan lugar a un distanciamiento cada vez mayor entre los estratos sociales, provocando una intensificación de la fragmentación socio-espacial. Como consecuencia, los barrios resultan al mismo tiempo más homogéneos internamente y más heterogéneos entre sí (KAZTMAN, 1999; SABATINI et al., 2001).

De acuerdo a Kaztman (1999), la estructura social del barrio puede ser una fuente importante de oportunidades para que los hogares mejoren su situación de bienestar y definirá una porción importante de la estructura de oportunidades que tendrán los hogares de menores recursos para incorporar activos. En este sentido, los procesos de segregación residencial, el debilitamiento de los espacios públicos de calidad y la consecuente disminución de las ocasiones de interacción entre personas de grupos sociales distintos, que han tenido lugar en América Latina desde la década de 1980, reducen la probabilidad que los más pobres incorporen las siguientes creencias: primero, que hay una estructura de oportunidades abierta a todos aquellos que están dispuestos a hacer los esfuerzos para transitar por ellas, y, segundo, que el éxito en ese tránsito permite alcanzar condiciones de vida dignas incorporando aquellos bienes que la sociedad propone como deseables (KAZTMAN, 1999).

En este escenario definido por fuerzas sociales y económicas que polarizan la localización de los grupos sociales en el espacio urbano, es importante visibilizar las relaciones entre la estructura social de los barrios y los comportamientos de riesgo de niños y jóvenes.

Como indicador de la estructura social barrial se construyó, a partir de un análisis de clúster, una tipología de áreas socio-habitacionales, que permitió clasificar los radios censales4 4 No se consideraron en el modelo cuatro radios censales (5801, 6201, 6301 y 8401) por presentar porcentajes distorsionadores, debido a su baja cantidad de habitantes (menos de 50) o su baja cantidad de hogares (menos de 20). de la ciudad de Córdoba de acuerdo a una batería de variables socio-habitacionales.

Este tipo de análisis permite descubrir las relaciones existentes tanto entre las variables como entre las unidades espaciales, captando la configuración espacial de la diferenciación social en la ciudad. Una vez escogidas las dimensiones a ser tomadas en cuenta en el análisis, el universo de los casos es dividido en grupos de gran homogeneidad interna y alta heterogeneidad entre los grupos.

La selección de las variables que serán utilizadas en construcción de la tipología es considerada un paso relevante, ya que los resultados finales obtenidos, que deben reflejar una realidad compleja y multidimensional, dependerán en gran medida de esta selección. El análisis fue realizado con el software SPSS e incluyó pruebas con variables, algunas de las cuales fueron suprimidas a lo largo del trabajo5 5 Fueron suprimidas básicamente por presentar baja comunalidad, es decir, por su baja contribución en la clasificación de los radios censales. . Entre ellas podemos mencionar: edad mediana del jefe(a) de hogar; proporción de menores de 5 años en la población total; proporción de adultos mayores (65 años y más) en la población total; relación de dependencia; proporción de hogares con abastecimiento de agua corriente; proporción de hogares con gas por red; y proporción de hogares con cloacas.

Permanecieron en el análisis las siguientes variables censales:

Educación del jefe(a) de hogar:

• años de educación promedio de los jefes(as) de hogar, por radio censal;

• porcentaje de jefes(as) de hogar con escolaridad inferior a la secundaria completa (11 años o menos de escolaridad aprobados), por radio censal;

• porcentaje de jefas de hogar con escolaridad inferior a la primaria completa (6 años o menos de escolaridad aprobados), por radio censal.

Características habitacionales:

• porcentaje de hogares que residen en viviendas de calidad satisfactoria (CALMAT I),6 6 CALMAT I: La vivienda presenta materiales resistentes en todos los componentes e incorpora todos los elementos de aislación y terminación (INDEC, 2003). por radio censal;

• porcentaje de hogares con hacinamiento crítico por cuarto (más de tres personas por cuarto), por radio censal;

• porcentaje de hogares con régimen precario de la tenencia de la vivienda y el terreno (hogares que no son ni propietarios de la vivienda y el terreno, ni inquilinos), por radio censal;

• tamaño medio del hogar (relación entre personas y hogares particulares), por radio censal.

Comportamientos de riesgo

os comportamientos de riesgo que se analizarán en relación a la composición social de los barrios, corresponden a niños y jóvenes. De acuerdo a Kaztman (1999, p. 272), "el riesgo se refiere a conductas que pueden bloquear la acumulación de los activos, en recursos humanos y en capital social, necesarios para hacer uso de las estructuras de oportunidades de la sociedad moderna".

Sin embargo, estos riesgos son específicos de cada etapa del ciclo de vida y se encuentran encadenados, es decir, la presencia de uno de ellos en una etapa de vida es determinante de la emergencia de otros en una etapa posterior. De acuerdo a Kaztman (1999, p. 273),

esto es así, porque cada uno de ellos va sumando obstáculos a la incorporación de los activos requeridos para el acceso a las oportunidades de la sociedad moderna y, por ende, contribuye a elevar la probabilidad de quedar marginado de los beneficios del funcionamiento de esa parte de la sociedad. Esa marginación se hace más frustrante para los jóvenes a medida que, a través de los mensajes de los medios de comunicación, de las instituciones educativas y de los discursos políticos, el horizonte de expectativas de las nuevas generaciones se orienta hacia los patrones de movilidad e integración propios de la modernidad.

En la edad escolar, el riesgo mayor es la deserción del sistema educativo o un rezago significativo en los estudios. Siendo la educación y el trabajo las dos fuentes principales de roles para la integración a la vida pública, la falta de participación en el sistema educativo conlleva un riesgo creciente de marginalidad para adolescentes y jóvenes, riesgo que se agrava cuando se le suma la falta de participación en el mercado laboral. Para las mujeres jóvenes, la maternidad temprana suele aumentar la vulnerabilidad7 7 Se entiende por vulnerabilidad a "la incapacidad de una persona o de un hogar para aprovechar las oportunidades, disponibles en distintos ámbitos socioeconómicos, para mejorar su situación de bienestar o impedir su deterioro. Como el desaprovechamiento de oportunidades implica un debilitamiento del proceso de acumulación de activos, las situaciones de vulnerabilidad suelen desencadenar sinergias negativas que tienden a un agravamiento progresivo" (KAZTMAN, 2000, p. 13). a la pobreza y a la exclusión social, tanto del niño como de la madre.

Los indicadores de comportamientos de riesgo que se utilizarán son:

• la insuficiencia educativa entre los menores de 8 a 15 años, entendida como el rezago o abandono del sistema educativo formal. Se define que un niño tiene rezago escolar cuando, deducidos siete años de su edad, el resultado supera el número de años de estudio que ha completado (Kaztman, 1999: 273). Cuando el indicador se aplica en forma agregada, se toma el porcentaje de menores de 8 a 15 años que presentan esa característica sobre el total de menores de esa edad;

• la inactividad juvenil entre los jóvenes de 15 a 24 años que todavía viven en su hogar de origen,8 8 Para los fines de este trabajo sólo se consideró a los jóvenes que todavía viven con al menos uno de sus padres o padrastros. Es decir, se excluyó jóvenes que viven: solos, en matrimonio o cohabitación, en instituciones colectivas, con otros familiares y con no familiares. entendida como la desafiliación de instituciones como las del mundo de trabajo y las educativas: es decir, jóvenes que no estudian, no trabajan ni buscan trabajo. Cuando el indicador se aplica en forma agregada, se toma el porcentaje de jóvenes de 15 a 24 años que presentan esa característica sobre el total de jóvenes de esa edad;

• la fecundidad adolescente tardía entre mujeres de 15 a 19 años, es decir, madres adolescentes. Cuando en indicador se aplica en forma agregada, se toma el porcentaje de mujeres de 15 a 19 años de edad que ha tenido hijos sobre el total de mujeres de esa edad.

Retomando la idea planteada por Jencks y Mayer (1990) que destaca la influencia de las características individuales y del hogar sobre la manera en que el contexto social influye en determinados comportamientos, se controlaron los comportamientos de riesgo analizados de la siguiente forma: los indicadores de insuficiencia educativa e inactividad juvenil, por la variable clima educativo del hogar, y al indicador fecundidad adolescente, por la variable nivel educativo de la madre.

La primera variable de control, el clima educativo del hogar, constituye una medida resumen de los recursos humanos del hogar que pueden movilizarse en beneficio de los niños en edad escolar. Según Kaztman (1999), las relaciones entre el nivel educacional de los padres y los logros educativos de los hijos han sido estudiadas y discutidas extensamente, existiendo un amplio consenso acerca de los múltiples beneficios que reciben los niños de hogares con buenos stocks de capital humano. En este caso se construye como el promedio de logros educativos de las personas de 19 años y más que conviven en el hogar. A fines operacionales, los promedios se agrupan en tres categorías: hasta 6 años (clima educativo bajo); entre 7 y 11 años (clima educativo medio); y 12 o más años (clima educativo alto).9 9 La primer categoría, "clima educativo bajo", incluye a todos los hogares cuyos miembros mayores de 18 años, en promedio, no han concluido la educación básica. La segunda categoría, "clima educativo medio", contempla a los hogares que con educación superior al grupo anterior, pero inferior a la educación media completa. La última categoría, "clima educativo alto", considera a los hogares con educación media completa o más.

La segunda variable de control, nivel educativo de la madre, ha sido elegida por estar inversamente relacionada a la fecundidad adolescente tardía. La probabilidad de convertirse en madre es mucho más frecuente entre las jóvenes con menor nivel de instrucción (PANTELIDES; BINSTOCK, 2007). A fines operacionales, los promedios se agruparon en tres categorías: hasta 6 años de educación (nivel educativo bajo); entre 7 y 8 años de educación (nivel educativo medio); y 9 o más años de educación (nivel educativo alto).10 10 La categorización de la variable "nivel educativo de la madre" varía con respecto a la de la variable "clima educativo del hogar" principalmente por una razón: las jóvenes de 15 a 19 años, en su mayoría, no ha concluido la educación media (12 años), ya que la misma, en Argentina, culmina a los 17/18 años. Por lo cual, en vez de considerar la educación media completa como límite inferior de la categoría "nivel educativo alto", se toma en su lugar al promedio de años de escolaridad aprobados por las jóvenes de esta edad que han tenido por lo menos un hijo (9 años).

Resultados

Distribución de los grupos sociales en el espacio: una aproximación a la estructura social

De acuerdo al análisis de clúster realizado para las ocho variables educativas y habitacionales, la distribución de los grupos sociales en el espacio de la ciudad de Córdoba podría ser clasificada en cuatro áreas socio-habitacionales:

TABLA 1

Las características de las áreas socio-habitacionales son discutidas a continuación. Las informaciones completas referentes a los indicadores son presentadas en el anexo.

Área socio-habitacional "muy desfavorable". Los radios censales clasificados como "muy desfavorable" presentan las peores condiciones socio-habitacionales de la ciudad. Las condiciones educativas de los jefes de hogar se encuentran significativamente muy por debajo de la media de la ciudad: el promedio de escolaridad de los jefes de hogar es de 6,5 años, es decir, inferior a la educación básica, y el 90% de ellos no ha concluido la educación secundaria. En lo referido a la situación habitacional, se observa que casi el 20% de los hogares presenta condiciones de hacinamiento. Sólo un quinto de los hogares vive en viviendas con calidad de los materiales satisfactoria y alrededor del 50% tiene régimen precario de tenencia de la vivienda y el terreno.

Área socio-habitacional "desfavorable". En términos generales, las características de los radios censales "desfavorables" son similares a las del grupo anterior, pero mejores. Los jefes de hogar tienen una escolaridad promedio también inferior a la media local, pero superior a la educación básica (7,7 años), y el 81% de ellos no ha concluido la educación media. En relación a las características habitacionales de los hogares, el 8% se encuentra hacinado (más de tres personas por cuarto) y alrededor del 22% tiene tenencia precaria de la vivienda y terreno en el que residen. Alrededor del 38% de los hogares habitan en una vivienda satisfactoria en términos de la calidad de los materiales.

Área socio-habitacional "favorable". Los hogares que se encuentran localizados en los radios "favorables" se caracterizan por tener características socio-habitacionales levemente superiores al promedio de la ciudad de Córdoba. Los jefes de hogar tienen, en promedio, 10,5 años de escolaridad aprobados y un poco más de la mitad de ellos no ha concluido la educación secundaria. Sólo el 1,9% de los hogares presenta condiciones de hacinamiento por cuarto y alrededor del 60% de ellos habitan en viviendas construidas con materiales de calidad satisfactoria. Sólo el 13% de los hogares presenta tenencia precaria de la vivienda y el terreno donde viven.

Área socio-habitacional "muy favorable". Los hogares que residen en los radios censales clasificados como "muy favorable" se caracterizan por tener las mejores condiciones educativas y habitacionales de la ciudad. El promedio de escolaridad de los jefes de hogar es significativamente superior a la media de la ciudad, superando los años de escolaridad media. Sólo el 11% de ellos no ha completado la educación media. En lo referido a las condiciones habitacionales, alrededor del 82% de los hogares residen en viviendas con calidad de sus materiales satisfactoria. Sólo el 0,4% de los hogares presenta condiciones de hacinamiento por cuarto y casi el 7% tiene un régimen de tenencia precario de la vivienda y el terreno.

Los resultados de este análisis de las áreas socio-habitacionales sugieren que el espacio geográfico de la ciudad de Córdoba es ocupada por varios grupos sociales muy distintos entre sí. Sin embargo, esta caracterización no puede ser realizada sólo a partir de las características sociales. La localización de cada grupo social en el espacio confiere diferentes oportunidades en términos de acceso al mercado de trabajo, a los sistemas de salud y educación, y a las políticas estatales. De forma similar, la localización en el espacio define el impacto sobre los habitantes de diversos factores ambientales negativos, a los cuales los residentes de la ciudad están sujetos (también de forma desigual), como riesgos ambientales, homicidios y violencia, contaminación, etc. (MARQUES, 2005).

El Mapa 1, a continuación, presenta la distribución de los grupos sociales en el espacio de la ciudad de Córdoba, teniendo los límites de los radios censales como referencia.


Si se observa la estructura general de la distribución espacial, se puede ver que los grupos de menor escolaridad y peores condiciones habitacionales se encuentran mayoritariamente localizados en las zonas más periféricas de la ciudad. En cambio, los grupos de mejores condiciones sociales y urbanas tienden a localizarse en una sola área de crecimiento urbano con forma de cono, con vértice en el centro histórico. A lo largo de la mayor parte del siglo XX, las ciudades de América Latina exhiben un patrón de segregación residencial semejante al modelo europeo de ciudad compacta. En las áreas centrales se concentran los grupos superiores de la escala social y lo mismo ocurre con la mejor edificación y arquitectura. Las ciudades decaen social y físicamente hacia la periferia, con la sola excepción de la dirección geográfica en que se fue formando el "cono de alta renta" (SABATINI, 2003). Sin embargo, las reformas económicas y los cambios políticos ocurridos, desde inicios de los años ochenta, están impulsando una transformación de este patrón denominado "tradicional". Sabatini y Cáceres (2005) destacan dos cambios relevantes: la dispersión de las elites fuera de sus áreas tradicionales de concentración, principalmente mediante la adopción del barrio cerrado; y el avance de los ghettos urbanos de pobreza, especialmente en la periferia urbana donde se fueron concentrando espacialmente los grupos populares. Otros de los cambios relevantes observados en las últimas décadas es la tendencia al mayor envejecimiento del centro y la propensión de las generaciones más jóvenes a ubicarse en las periferias de las ciudades (PELÁEZ, 2004).

Estructura social barrial y comportamientos de riesgo

Retomando la idea planteada por Kaztman (1999) que destaca el papel de la estructura social del barrio como una fuente importante de oportunidades para que los hogares acumulen activos y mejoren su situación de bienestar, y a partir del análisis de los diferenciales en los comportamientos de riesgo de acuerdo al lugar de residencia, se pretende contribuir al conocimiento del papel que juegan los vecindarios urbanos en los mecanismos de reproducción de las desigualdades sociales, de la pobreza y la exclusión.

El Gráfico 1, presentado a continuación, explora la distribución espacial de los indicadores de los comportamientos de riesgo en el año 2001, de acuerdo a las áreas socio-habitacionales identificadas anteriormente.


Los tres indicadores de comportamientos de riesgo muestran una clara asociación con el contexto socio-habitacional de residencia. Esto es, a medida que nos desplazamos en la ciudad desde las áreas con las mejores condiciones educativas y habitacionales hacia las áreas ubicadas en el otro extremo socio-habitacional, observamos un aumento significativo de la incidencia de los comportamientos de riesgo. El porcentaje de menores entre 8 y 15 años con insuficiencia educativa aumenta casi un 470% (de 6,1% a 34,7%); el porcentaje de jóvenes entre 15 y 24 años en inactividad aumenta alrededor de un 430% (de 3,5% a 18,6%); y el porcentaje de adolescentes madres entre 15 y 19 años aumenta un 760% (de 2,5% a 21,1%).

Esta corroboración estadística reafirma simplemente la imagen convencional de que los niños y jóvenes que residen en áreas pobres presentan más problemas que los que no lo son. El aporte del tipo de análisis que se propone intenta ir más allá de esta imagen convencional, poniendo a prueba si el contexto vecinal tiene un efecto significativo sobre los comportamientos de riesgo de niños y jóvenes que no es explicado por el conjunto de activos de los hogares que residen en ellos. El análisis requiere controlar aquellas características de los hogares cuyo poder explicativo sobre las variaciones en los comportamientos de riesgo es conocido. Para este trabajo los indicadores de insuficiencia educativa e inactividad juvenil son controlados por el clima educativo del hogar y el indicador de fecundidad adolescente tardía, por el nivel educativo de la madre.

Insuficiencia educativa

Dado que ya existe amplia evidencia acumulada sobre la influencia de los recursos educativos y organizativos del hogar sobre los logros de los hijos, el mayor interés del siguiente gráfico (Gráfico 2) es el de permitir poner a prueba el peso relativo del contexto educativo barrial en la explicación de esos logros. En ese sentido se puede observar que, para un mismo clima educativo, sea este medio o bajo, cuanto más favorable es el área socio-habitacional de residencia, menor es el porcentaje de niños que exhiben rezago escolar. En otras palabras, las características de los barrios también afectan las probabilidades que tienen los niños de acumular recursos en capital humano, reforzando las características educativas de sus hogares.


Esta relación tiene especial importancia en los hogares con clima educativo bajo, ya que se observa que el rezago o el abandono escolar afecta a uno de cada tres niños (36,7%) de los hogares que residen en áreas socio-habitacionales "muy desfavorables" y a uno de cada nueve (10,8%) de los hogares que habitan en áreas "muy favorables". Esto sugiere que los niños provenientes de hogares con bajo clima educativo muestran mayor permeabilidad a las influencias del entorno inmediato.

Inactividad juvenil

En el Gráfico 1 se pudo observar que las características promedio del lugar de residencia están asociadas a la existencia de vínculos de los jóvenes con el sistema educativo y el mercado de trabajo. El siguiente gráfico (Gráfico 3) sugiere el importante efecto del contexto socio-habitacional sobre los jóvenes con mayores carencias familiares. Mientras en las áreas socio-habitacionales "muy favorables", uno de cada nueve jóvenes (11,4%) de hogares de escasos recursos (clima educativo bajo) no estudian, no trabajan ni buscan trabajo, en las áreas con las peores condiciones educativas y habitacionales esa cifra asciende a uno de cada cinco jóvenes (22,0%).


Además de la lectura del gráfico, se desprende que el efecto del contexto educativo sobre los vínculos de los jóvenes con la educación y el trabajo se mantiene para cada categoría de clima educativo, cualquiera que sea. A diferencia del indicador de insuficiencia educativa, en el cual la permeabilidad a la influencia del contexto vecinal era significativamente mayor en los hogares con menor clima educativo, en el indicador de inactividad juvenil se mantiene casi constante para los tres tipos de hogares, siendo un poco mayor en los hogares con clima educativo medio.

Fecundidad adolescente

El Gráfico 4 permite analizar la relación entre el contexto educativo del lugar de residencia y la proporción de adolescentes de sexo femenino que tienen al menos un hijo. Se observa una fuerte asociación entre el lugar de residencia y el comportamiento reproductivo de las jóvenes, independientemente de su nivel educativo. Por ejemplo, si analizamos el comportamiento reproductivo de las jóvenes con bajo nivel educativo, según el contexto residencial, se observa que la fecundidad adolescente afecta a una de cada tres jóvenes (30,0%) que habitan en áreas "muy desfavorables" y sólo a una de cada catorce (6,9%) que residen en contextos "muy favorables".


También se observa que la permeabilidad a las condiciones socio-habitacionales del entorno es significativamente alto en todos los niveles educativos. Es decir, que a medida que nos movemos, para todos los niveles educativos, desde áreas con peores condiciones hacia áreas con mejores condiciones, la probabilidad de encontrar un joven entre 15 y 19 años que tenga al menos un hijo disminuye significativamente. Mientras los porcentaje de adolescentes madres en las áreas socio-habitacionales "muy desfavorables" para cada uno de los niveles educativos son significativamente superiores a la media local (9,6%), en las áreas con mejores condiciones esos porcentajes son, al contrario, inferiores a este valor. Es posible suponer que el contexto educativo tiene un importante impacto en las jóvenes con respecto a sus comportamientos sexuales y reproductivos.

Reflexiones finales

En este trabajo se propuso identificar las áreas socio-habitacionales que componían la ciudad de Córdoba en el año 2001, para luego explorar las posibles relaciones entre la distribución de los grupos sociales en el espacio y los comportamientos de riesgo asociados con la reproducción de las desigualdades sociales, de la pobreza y la exclusión. El análisis de estos comportamientos de riesgo estuvo particularmente asociado a las probabilidades que tienen los niños y los jóvenes de acceder a mejores condiciones de vida y de bienestar.

Las áreas socio-habitacionales, obtenidas en el análisis de clusters, describen a la ciudad de Córdoba como una ciudad diferenciada en cuatro grandes áreas: las dos primeras ("muy favorables" y "favorables") presentan características educacionales y habitacionales por encima de la media local, pero difieren en su localización espacial. Mientras la primera se encuentra ubicada en el área central y en el corredor noroeste, la segunda, en el área peri-central de la ciudad. En cambio, las otras dos áreas ("desfavorables" y "muy desfavorables") tienen condiciones socio-habitacionales por debajo de la media de la ciudad, pero también difieren en su localización espacial y densidad poblacional. Mientras los radios censales "desfavorables" se ubican mayoritariamente en el primer anillo de la periferia de la ciudad, los radios censales "muy desfavorables", en el segundo anillo de la periferia de la ciudad, caracterizado por una muy baja densidad poblacional.

Los resultados alcanzados en torno a la distribución espacial de los comportamientos de riesgo de niños y adolescentes en la ciudad de Córdoba para el año 2001 no difieren de los resultados de los numerosos estudios llevados a cabo en las ciudades de los Estados Unidos o en América Latina.

Los indicadores de los comportamientos de riesgo muestran una clara asociación con las características socio-habitacionales medias de las áreas donde residen los niños y adolescentes expuestos al riesgo. Es decir, los niños y los adolescentes que residen en áreas con condiciones socio-habitacionales desfavorables tienen mayor probabilidad de exhibir comportamientos de riesgo que los niños y los adolescentes que viven en áreas con mejores condiciones. Sin embargo, las investigaciones previas recientemente citadas proponen la necesidad de intentar separar los efectos de los vecindarios de los efectos de la familia. Por lo cual se controló aquellas características de los hogares o de los individuos cuyo poder explicativo sobre las variaciones en los comportamientos de riesgo es conocido. Los indicadores de insuficiencia educativa e inactividad juvenil fueron controlados por el clima educativo del hogar y el indicador fecundidad adolescente, por el nivel educativo de la madre.

Los resultados de los análisis realizados indican, en forma preliminar, que niños y jóvenes con igual clima educativo en el hogar exhiben diferencias significativas en cuanto a la frecuencia de comportamientos de riesgo, dependiendo de la composición social de las áreas socio-habitacionales donde residan. Esto tiene especial importancia, para el caso de la insuficiencia educativa en menores entre 8 y 15 años, en los hogares con clima educativo bajo, donde la debilidad del conjunto de activos de estos hogares aumenta la permeabilidad de niños a los modelos dominantes que surgen en el entorno social inmediato. Una vez establecidos los elementos de una subcultura en vecindarios pobres, se activa un proceso de reproducción intergeneracional que tiende a consolidarla. Paradójicamente, esa misma permeabilidad facilita la incorporación de pautas que posibilitan la acumulación de activos entre los niños y jóvenes de menores recursos que residen en áreas con condiciones socio-habitacionales favorables.

Las relaciones observadas a partir de los datos analizados dan indicios sobre la existencia de mecanismos socio-territoriales que reproducen las desigualdades en Córdoba y la necesidad de políticas sociales orientadas a la disminución de esos comportamientos de riesgo, teniendo en cuenta estos mecanismos. Sin embargo, estos hallazgos demandan nuevos esfuerzos teóricos y metodológicos orientados a la compresión integral de la influencia del vecindario sobre los comportamientos de riesgo de niños y jóvenes, y cómo la composición social de los barrios influye en la reproducción de las desigualdades.

Recebido para publicação em 03/07/2011

Aceito para publicação em 14/11/2011

Anexo Anexo

  • CUNHA, J. M. P.; JAKOB, A. A. E. Segregação socioespacial e inserção no mercado de trabalho na Região Metropolitana de Campinas. Revista Brasileira de Estudos de População, v. 27, n. 1, p. 115-139, 2010.
  • CUNHA, J. M. P.; JIMÉNEZ, M. A.; RUS PEREZ, J. R.; ANDRADE, C. Y. Social segregation and academic achievement in state-run elementary schools in the municipality of Campinas, Brazil. Geoforum, v. 40, n. 5, p. 873-883, 2009.
  • DIRECCIÓN DE CATASTRO. MUNICIPALIDAD DE CÓRDOBA. La ciudad de 1984 y la ciudad de 2008 Documento técnico elaborado por la Dirección de Catastro de la Municipalidad de Córdoba en el marco del Proyecto Revalúo Inmobiliario, 2008.
  • FLORES, C. Conseqüências da segregação residencial: teoria e métodos. In: CUNHA, J. M. P. (Org.). Novas metrópoles paulistas: população, vulnerabilidade e segregação. Campinas: Nepo/Unicamp, p. 197-230, 2006.
  • FORMINGA, N.; GÁRRIZ, E. El proceso de regulación dominial en áreas marginales de la ciudad de Bahía Blanca. Mundo Urbano Revista Digital, n. 7, 2000. Disponible en: <http://www.mundourbano.unq.edu.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=139&catid=77&Itemid=1>. Consultado el 05/06/2011.
  • INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS Y CENSOS (Argentina). Hábitat y vivienda por medio de datos censales Calidad de los materiales de la vivienda (CALMAT). Documento de trabajo DNESyP/DEP/P5/PID, Serie Hábitat y Vivienda DT n. 13, 2003.
  • JENCKS, C.; MAYER, S. The social consequences of growing up in a poor neighborhood. In: LYNN, L.; MCGEARY, M. (Comps.). Inner-City Poverty in the United States Washington, DC: Committee on National Urban Policy, National Research Council, 1990, p. 111-186.
  • KAZTMAN, R. Notas sobre la medición de la vulnerabilidad social Serie Documentos de Trabajo del IPES / Colección Aportes Conceptuales n. 2. Montevideo: Universidad Católica del Uruguay, 2000.
  • KAZTMAN, R. Capítulo IV: El vecindario también importa. In: KAZTMAN, R. (Coord.). Activos y estructuras de oportunidades estudios sobre las raíces de la vulnerabilidad social en Uruguay Montevideo: CEPAL/PNUD, 1999, p. 263-307.
  • KAZTMAN, R.; RETAMOSO, A. Efectos de la segregación urbana sobre la educación en Montevideo. Revista de la CEPAL, n. 91, p. 133-152, 2007.
  • PANTELIDES, E. A.; BINSTOCK, G. La fecundidad adolescente en la Argentina al comienzo del siglo XXI. Revista Argentina de Sociología, v. 5, n. 9, p. 24-43, 2007.
  • PELÁEZ, E. Selectividad residencial y vulneabilidad de los adultos mayores en la ciudad de Córdoba Magnitud, características y evolución. Trabajo presentado en las VIII Jornadas Argentinas de Estudios de Población (AEPA), realizado en Tandil (Argentina) entre el 12 y el 14 de octubre de 2004.
  • SABATINI, F. La segregación social del espacio en las ciudades de América Latina Serie Azul, n. 35. Santiago de Chile: Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales/ Pontificia Universidad Católica de Chile, 2003.
  • SABATINI, F.; CÁCERES, G. Relación entre promoción inmobiliaria y segregación residencial: giros insospechados de la ciudad latinoamericana. Lincoln Institute of Land Policy, 2005 (Documento de trabajo).
  • SABATINI, F.; CÁCERES, G.; CERDA, J. Segregación residencial en las principales ciudades chilenas: tendencias de las tres últimas décadas y posibles cursos de acción. Eure Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales, v. 27, n. 82, p. 21-42, 2001.
  • SIERRALTA, C. Efectos de la segregación residencial socioeconómica en los jóvenes de extracción popular en Santiago de Chile (1992-2002) Tesis de Maestría en Desarrollo Urbano, Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile, 2008.
  • TORRES, H.; FERREIRA, M. P.; GOMES, S. Educação e segregação: explorando o efeito das relações de vizinhança. In: MARQUES, E.; TORRES, H. (Orgs.). São Paulo: segregação, pobreza e desigualdades sociais. São Paulo: Editora Senac, 2005, p. 123-141.

Anexo

  • 1
    En el censo de población realizado en 2001 no se aplicó muestra en la recogida de datos, es decir, se utilizó un mismo y único cuestionario para recoger la información, diferenciándose según se tratara de instituciones colectivas u hogares particulares.
  • 2
    Los datos corresponden al Departamento Capital.
  • 3
    Ejido establecido por Ley Provincial n. 1.295 del año 1893, junto con los Decretos Municipales n. 6.548 del 27 de enero y n. 7.102 del 14 de setiembre, ambos del año 1938.
  • 4
    No se consideraron en el modelo cuatro radios censales (5801, 6201, 6301 y 8401) por presentar porcentajes distorsionadores, debido a su baja cantidad de habitantes (menos de 50) o su baja cantidad de hogares (menos de 20).
  • 5
    Fueron suprimidas básicamente por presentar baja comunalidad, es decir, por su baja contribución en la clasificación de los radios censales.
  • 6
    CALMAT I: La vivienda presenta materiales resistentes en todos los componentes e incorpora todos los elementos de aislación y terminación (INDEC, 2003).
  • 7
    Se entiende por vulnerabilidad a "la incapacidad de una persona o de un hogar para aprovechar las oportunidades, disponibles en distintos ámbitos socioeconómicos, para mejorar su situación de bienestar o impedir su deterioro. Como el desaprovechamiento de oportunidades implica un debilitamiento del proceso de acumulación de activos, las situaciones de vulnerabilidad suelen desencadenar sinergias negativas que tienden a un agravamiento progresivo" (KAZTMAN, 2000, p. 13).
  • 8
    Para los fines de este trabajo sólo se consideró a los jóvenes que todavía viven con al menos uno de sus padres o padrastros. Es decir, se excluyó jóvenes que viven: solos, en matrimonio o cohabitación, en instituciones colectivas, con otros familiares y con no familiares.
  • 9
    La primer categoría, "clima educativo bajo", incluye a todos los hogares cuyos miembros mayores de 18 años, en promedio, no han concluido la educación básica. La segunda categoría, "clima educativo medio", contempla a los hogares que con educación superior al grupo anterior, pero inferior a la educación media completa. La última categoría, "clima educativo alto", considera a los hogares con educación media completa o más.
  • 10
    La categorización de la variable "nivel educativo de la madre" varía con respecto a la de la variable "clima educativo del hogar" principalmente por una razón: las jóvenes de 15 a 19 años, en su mayoría, no ha concluido la educación media (12 años), ya que la misma, en Argentina, culmina a los 17/18 años. Por lo cual, en vez de considerar la educación media completa como límite inferior de la categoría "nivel educativo alto", se toma en su lugar al promedio de años de escolaridad aprobados por las jóvenes de esta edad que han tenido por lo menos un hijo (9 años).
  • Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      11 Jul 2012
    • Fecha del número
      Jun 2012

    Histórico

    • Recibido
      03 Jul 2011
    • Acepto
      14 Nov 2011
    Associação Brasileira de Estudos Populacionais Rua André Cavalcanti, 106, sala 502., CEP 20231-050, Fone: 55 31 3409 7166 - Rio de Janeiro - RJ - Brazil
    E-mail: editor@rebep.org.br