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Análisis de la incorporación de la categoría vejez en la decimoprimera Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) desde un perspectiva demográfica y de derechos humanos* * Los autores son miembros de la Red de Envejecimiento de la Asociación Latinoamericana de Población (REnv-ALAP).

Introducción

Está anunciado que para 2022 se comenzará a implementar la décimoprimera Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La CIE-11 es «la norma internacional para el registro, notificación, el análisis, la interpretación, y la comparación sistemática de datos de mortalidad y morbilidad» (OMS, 2021aOMS − Organización Mundial de la Salud. Clasificación Internacional de Enfermedades 11a. revision, 2021a. Disponible en: https://icd.who.int/es.
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). La comisión encargada de actualizar la CIE-11 propuso incorporar la categoría vejez dentro de la clasificación.

Este documento surge como respuesta a la iniciativa de la Red de Envejecimiento de la Asociación Latinoamericana de Población (ALAP), que, tal como diversas asociaciones de geriatría y gerontología en el mundo, está preocupada por las consecuencias negativas que puede llegar a producir la utilización del término vejez en la nueva CIE. Por esta razón, la Red de Envejecimiento encomendó a una comisión ad hoc que analizara la bibliografía actualizada del tema. Sobre la base de este proceso de estudio y reflexión, la comisión elaboró el presente artículo, que tiene como objetivo analizar los argumentos a favor y en contra de esta decisión, y las implicancias que esto conlleva para el conjunto de la sociedad, desde una perspectiva demográfica y de derechos humanos.

Contexto histórico de las clasificaciones internacionales de enfermedades (CIE)

El origen de las clasificaciones de causas de muerte y enfermedades se remonta a la época del Renacimiento en Europa. El formato de clasificaciones internacionales que se usa en la actualidad inició en 1900, con la primera revisión a partir de las recomendaciones sugeridas por el Congreso Internacional de Estadística llevado a cabo en Viena en 1891 (MORIYAMA et al., 2011MORIYAMA, I. M.; LOY, R. M.; ROBB-SMITH, A. H. T.; ROSENBERG, H. M.; HOYERT, D. L. History of the statistical classification of diseases and causes of death. Hyattsville, MD: National Center for Health Statistics, 2011.). Desde sus inicios, el objetivo de las CIE ha sido estadístico, y su implementación por parte de varios países en forma simultánea ha permitido mejorar la comparabilidad intranacional e internacional de las estadísticas de salud. Esta comparabilidad favorece los análisis epidemiológicos y demográficos, y facilita la comunicación entre investigadores, profesionales de las ciencias médicas y autoridades de salud de distintos países, con el fin de armonizar criterios de diagnóstico y definir políticas públicas sanitarias (como, por ejemplo, las cuarentenas impuestas para el control de epidemias). Las industrias relacionadas con este sector han ampliado la gama de campos en los que se utiliza la CIE, en particular para la categorización de egresos hospitalarios, la sistematización de cobros en los centros sanitarios, y la administración de los seguros de salud (HIRSCH et al., 2015HIRSCH, J. A.; LESLIE-MAZWI, T. M.; NICOLA, G. N.; OKLU, R.; SCHOPPE, K. A.; SILVA, E.; MANCHIKANTI, L. The ICD-10 system: a gift that keeps on taking. Journal of Neurointerventional Surgery, v. 7, n. 8, p. 619-622, 2015.; LAGUNA HILLS; MANCHIKANTI; PURDUE PHARMA, 2015LAGUNA HILLS, C. A.; MANCHIKANTI, L.; PURDUE PHARMA, L. P. First, do no harm by adopting evidence-based policy initiatives: the overselling of ICD-10 by congress with high expectations. Pain Physician, v. 18, p. E107-E113, 2015.; MORIYAMA et al., 2011MORIYAMA, I. M.; LOY, R. M.; ROBB-SMITH, A. H. T.; ROSENBERG, H. M.; HOYERT, D. L. History of the statistical classification of diseases and causes of death. Hyattsville, MD: National Center for Health Statistics, 2011.).

El problema de la clasificación de causas de mortalidad y morbilidad asociadas a las edades avanzadas se viene tratando desde la concepción misma de las clasificaciones. En los documentos propuestos por el epidemiólogo inglés William Farr, en los congresos internacionales de mediados del siglo XIX, ya se incluía la categoría muertes por vejez. En la VI revisión (1948), que coincide con el liderazgo asumido por la OMS, se da un nuevo paso relevante para el estudio del envejecimiento, pues se combinan las secciones «Senilidad» y «Condiciones mal definidas» en una sola sección (MORIYAMA et al., 2011MORIYAMA, I. M.; LOY, R. M.; ROBB-SMITH, A. H. T.; ROSENBERG, H. M.; HOYERT, D. L. History of the statistical classification of diseases and causes of death. Hyattsville, MD: National Center for Health Statistics, 2011.).

En cada nueva revisión se presentan mejoras en la clasificación de enfermedades, a través de un proceso del que participan médicos, estadísticos y expertos de todo el mundo. Como fue mencionado, en la decimoprimera revisión se ha propuesto la inclusión de la categoría vejez como parte del Grupo 21 «Síntomas, signos o hallazgos clínicos anormales». Esto ha generado controversia, particularmente en la comunidad científica y en los organismos dedicados a defender los derechos de las personas mayores.

El dilema estadístico de la categoría vejez

La CIE debe mejorar en cada revisión la clasificación con el fin de proporcionar datos útiles para la prevención, la asignación de recursos o la evaluación (OMS, 2021aOMS − Organización Mundial de la Salud. Clasificación Internacional de Enfermedades 11a. revision, 2021a. Disponible en: https://icd.who.int/es.
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), por lo que se plantea el debate sobre en qué medida se mejorarían estos aspectos si se equiparara la vejez a una enfermedad. A través del tiempo, las CIE han recibido críticas sobre la definición de sus categorías. En un estudio comparativo internacional sobre las inconsistencias para clasificar defunciones por tumores de la CIE-9, se hallaron tasas de inconsistencias de 6% y 16% entre países. Los autores señalaron razones como el idioma o la falta de claridad en los mecanismos biológicos que relacionan la causa primaria con las causas secundarias (PERCY; MUIR, 1989PERCY, C.; MUIR, C. The international comparability of cancer mortality data: results of an international death certificate study. American Journal of Epidemiology, v. 129, n. 5, p. 934-946, 1989.). Estos hallazgos sugieren que algunas categorías son difíciles de codificar con detalle, lo cual afecta la comparabilidad internacional y perjudica a su vez la validez de la información obtenida (MCKENZIE et al., 2011MCKENZIE, K.; FINGERHUT, L.; WALKER, S.; HARRISON, A.; HARRISON, J. E. Classifying external causes of injury: history, current approaches, and future directions. Epidemiologic Reviews, v. 34, n. 1, p. 4-16, 2012.; PERCY; MUIR, 1989PERCY, C.; MUIR, C. The international comparability of cancer mortality data: results of an international death certificate study. American Journal of Epidemiology, v. 129, n. 5, p. 934-946, 1989.).

Algunas propuestas metodológicas han cuestionado también la operacionalización estadística del constructo vejez. Por ejemplo, el umbral de 65 años surge históricamente de la edad recomendada para otorgar beneficios de los sistemas de previsión social (OTERO, 2013OTERO, H. Representaciones estadísticas de la vejez: Argentina, 1869-1947. Revista Latinoamericana de Población, v. 7, n. 13, p. 5-28, 2013.), pero, por otro lado, existe una alta variabilidad individual y colectiva en los procesos de envejecimiento. Incluso la propia OMS (1984) propuso un corte de edad distinto para clasificar a las personas mayores en países desarrollados y aquellos en desarrollo, ya que son evidentes las condiciones sociales que distinguen a las vejeces de los países según su grado de desarrollo. Hippolyte D’Albis y Fabrice Collard (2013D’ALBIS, H.; COLLARD, F. Age groups and the measure of population aging. Demographic Research, v. 29, p. 617-640, 2013.) plantean cambiar las categorizaciones tradicionales de los grupos etarios para tener en cuenta los cambios en la estructura por edad que experimentan las poblaciones con el descenso de la natalidad y la mortalidad. Así, con el método de las «edades prospectivas», Warren Sanderson y Sergei Scherbov (2005SANDERSON, W. C.; SCHERBOV, S. Average remaining lifetimes can increase as human populations age. Nature, v. 435, n. 7043, p. 811-813, 2005., 2008SANDERSON, W. C.; SCHERBOV, S. Rethinking age and aging. Population Bulletin, v. 63, n. 4, p. 1-16, 2008.) propusieron indicadores de envejecimiento poblacional que tuvieran en cuenta los cambios en el tiempo restante de vida, pues, a medida que aumenta la esperanza de vida, se amplía la duración de la vejez. Los autores aducen que los umbrales mutables permiten incorporar indirectamente los cambios en las condiciones de vida de las personas, en la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales y ambientales. Las propuestas de medición de la esperanza de vida saludable también se contraponen a la conceptualización meramente biologicista de la vejez, como el deterioro de funciones fisiológicas. Los avances en tecnología médica y en políticas de salud pública han favorecido la compresión de la morbilidad y, con ello, el aumento en la esperanza de vida saludable en distintos países del mundo (CAO et al., 2020CAO, X.; HOU, Y.; ZHANG, X.; XU, C.; JIA, P.; SUN, X.; SUN, L.; GAO, Y.; YANG, H.; CUI, Z.; WANG, Y.; WANG, Y. A comparative, correlate analysis and projection of global and regional life expectancy, healthy life expectancy, and their GAP: 1995-2025. Journal of Global Health, v. 10, n. 2, 2020. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33110572/.). Cada vez hay una mayor proporción de personas con 65 años y más que perciben o reportan tener buena salud. De hecho, Alana Officer et al. (2020)OFFICER, A.; THIYAGARAJAN, J. A.; SCHNEIDERS, M. L.; NASH, P.; DE LA FUENTE-NUNEZ, V. Ageism, healthy life expectancy and population ageing: how are they related? International Journal of Environmental Research and Public Health, v. 17, n. 9, p. 3159, 2020. muestran que los países con mayor esperanza de vida saludable y con mayor proporción de personas mayores presentan en promedio una menor probabilidad de actitudes edadistas1 1 El edadismo se refiere a la forma de pensar (estereotipos), sentir (prejuicios) y actuar (discriminación) con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad (OMS, 2021c). entre sus habitantes.

Todos estos cuestionamientos estadísticos sugieren que, al igual que la categoría senilidad, la de vejez tendrá las características de ambigüedad típicas de las causas «mal definidas» (código «basura»), según la denominación de Lene Mikkelson, Nicola Richards y Alan López (2018). Las categorías «mal definidas» afectan la comparabilidad y la precisión de los análisis de las causas de muerte y de morbilidad, y dificultan sugerir políticas públicas sanitarias que puedan tener impacto en el mejoramiento de la salud en la población. Los demógrafos y bioestadísticos han dedicado tiempo considerable a reducir la prevalencia de causas mal definidas en sus análisis, por lo cual incluir a la vejez como categoría creemos que revertirá parte de ese esfuerzo para mejorar estas clasificaciones.

Desde este grupo, la categoría vejez también se puede considerar como código no útil en tanto va a propiciar un subregistro de defunciones por las verdaderas causas inherentes. En otras palabras, es un incentivo perverso para que personal de salud y registrador utilice la categoría vejez sin tratar de especificar mejor las causas próximas de las defunciones (o morbilidades) entre personas de edad avanzada. Estos procedimientos poco prolijos de clasificación estadística podrían sobre todo dificultar el diagnóstico correcto de causas de muerte entre las personas mayores, y reducir la probabilidad de innovadoras intervenciones de salud pública o desarrollar tecnologías que promuevan la longevidad y el envejecimiento saludable.

Limitaciones y ventajas en la categoría vejez en la CIE-11

En el Cuadro 1 (anexo) se exponen algunos de los principales argumentos a favor y en contra del uso del término vejez como causa de enfermedad o problema relacionado con la salud. Las discusiones de la última década desde los ámbitos médico, clínico o de las ciencias de la salud-enfermedad no muestran consensos, ya que la discusión apela a los procesos biológicos de los seres humanos con respecto al paso del tiempo, a la pérdida de la inmunidad y de la funcionalidad, o a las características genéticas de las personas. Pero en esta controversia se abren también espacios vinculados a las nuevas terapias que ofrece el mercado, así como a procesos en los que la industria puede aportar al bienestar de las personas adultas mayores. Es así que se alude a procesos biológicos como una red compleja que determina el envejecimiento (GEMS, 2015GEMS, D. The aging-disease false dichotomy: understanding senescence as pathology. Frontiers in Genetics, v. 6, art. 212, 2015. Disponible en: https://doi.org/10.3389/fgene.2015.00212.
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; BULTERIJS et al., 2015BULTERIJS, S.; HULL, R. S.; BÖRJK, C. E.; ROY, A. G. It is time to classify biological aging as a disease. Frontiers in Genetics, v. 6, art. 205, 2015. Disponible en: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fgene.2015.00205/full.; ZHAVORONKOV; BHULLAR, 2015ZHAVORONKOV, A.; BHULLAR, B. Classifying aging as a disease in the context of ICD-11. Frontiers in Genetics, v. 6, art. 326, 2015. DOI: 10.3389/fgene.2015.00326.; ZHAVORONKOV; MOSKALEV, 2016ZHAVORONKOV, A.; MOSKALEV, A. Editorial: should we treat aging as a disease? Academic, pharmaceutical, healthcare policy, and pension fund perspectives. Frontiers in Genetics, v. 7, art. 17, 2016. DOI: 10.3389/fgene.2016.00017.; BLAGOSKLONNY, 2018BLAGOSKLONNY, M. V. Disease or not, aging is easily treatable. Aging, v. 10, n. 11, p. 3067-3078, 2018.; KHALTOURINA et al, 2020KHALTOURINA, D.; MATVEYEV, Y.; ALEKSEEV, A.; CORTESE, F.; IOVITA, A. Aging fits the disease criteria of the international classification of diseases. Mechanisms of Ageing and Development, v. 189, art. 111230, 2020. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.mad.2020.111230.
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)

Por el contrario, quienes están en contra de considerar a la vejez como una enfermedad (CHMIELEWSKI; STRZELEC, 2020CHMIELEWSKI, P. P.; STRZELEC, B. If ageing is a disease, then life is also a disease. Anthropological Review, v. 83, n. 3, p. 307-315, 2020.; FULOP et al., 2019FULOP, T.; LARBI, A.; KHALIL, A.; COHEN, A. A.; WITKOWSKI, J. M. Are we ill because we age? Frontiers in Physiology, v. 10, art. 1508, 2019. Disponible en: https://doi.org/10.3389/fphys.2019.01508.
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; GOLUBEV, 2021GOLUBEV, A. G. An essay on the nominal vs. real definitions of aging. Biogerontology, v. 22, p. 441-457, 2021. Disponible en: https://doi.org/10.1007/s10522-021-09926-x.
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), indican que el envejecimiento puede ser regulado pero no tratado y tienen en cuenta las intervenciones de política pública que se hacen a lo largo del curso de vida como manera de aumentar la esperanza de vida y favorecer el envejecimiento saludable. También indican que el envejecimiento es un proceso universal y que considerarlo una enfermedad llevaría a asumir a todas las personas mayores como enfermas, con consecuencias edadistas y discriminatorias, y si bien el reconocimiento del envejecimiento como enfermedad puede favorecer el destino de recursos a la investigación tendiente a retrasar sus efectos adversos, puede ser también una estrategia que persiga ciertos intereses económicos.

En este sentido, Tamas Fulop et al. (2019)FULOP, T.; LARBI, A.; KHALIL, A.; COHEN, A. A.; WITKOWSKI, J. M. Are we ill because we age? Frontiers in Physiology, v. 10, art. 1508, 2019. Disponible en: https://doi.org/10.3389/fphys.2019.01508.
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indican que hay una corriente en gerontología que busca el reconocimiento del envejecimiento como enfermedad para favorecer a la industria farmacéutica. Aunque mencionan que la causa más importante del envejecimiento es el tiempo, los estudios sobre los determinantes sociales de la salud muestran que no es solo el tiempo de vida el que propicia el envejecimiento, sino que inciden también las condiciones sociales, económicas y culturales de las personas. Estas situaciones pueden ser favorables o con riesgos que demeritan la calidad del tiempo vivido en el curso de la vida. Estos autores entienden que el proceso de envejecimiento es mucho más heterogéneo que cualquier enfermedad, lo cual cobra sentido ante la diversidad de situaciones a las que se exponen las personas. Además, sugiere políticas que puedan mejorar el proceso de envejecimiento desde etapas tempranas de la vida, además de advertir el riesgo de considerar a las personas mayores como enfermas. Esto último cobra relevancia frente al proceso de estigmatización que se observó a raíz de la pandemia de COVID-19 en muchos países.

La clasificación en el contexto de los derechos humanos de las personas mayores

Un segundo aspecto, aun más importante, al considerar eminentemente a la vejez como un problema de salud es propiciar un argumento que refuerce visiones y prácticas edadistas y discriminatorias sobre la población mayor. Es así que la OMS ha lanzado una campaña mundial en torno a la Década de Envejecimiento Saludable para combatir el edadismo, que implica juzgar a las personas por su edad, propiciar estereotipos y prejuicios así como prácticas discriminatorias (OMS, 2021cOMS − Organización Mundial de la Salud. Informe mundial sobre edadismo. Resumen. Whashington DC: OMS, 2021c. Disponible en: https://www.who.int/es/teams/social-determinants-of-health/demographic-change-and-healthy-ageing/combatting-ageism/global-report-on-ageism.
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). En particular, en los países de la región de América Latina y el Caribe —que están experimentando un proceso de envejecimiento poblacional acelerado (UNFPA, 2012UNFPA − Fondo de Poblacion de las Naciones Unidas. Ageing in the twenty-first century: a celebration and a challenge. New York: Help Age International, 2012.; ONU, 2013)—, se constatan elevadas proporciones de pobreza, desigualdades, escaso desarrollo institucional, baja cobertura y calidad de los sistemas de protección social y de cuidado (HUENCHUAN, 2018HUENCHUAN, S. (ed.). Envejecimiento, personas mayores y Agenda 2030 para el desarrollo sostenible. Perspectiva regional y de derechos humanos. Santiago: CEPAL, 2018. (Libros de la CEPAL, n. 154).). En nuestra región de América Latina y el Caribe se ha producido un fenómeno, conocido como viejismo, que atenta contra las personas mayores y su envejecimiento. En este contexto, equiparar la vejez con una enfermedad «fortalece el discurso viejista que podría profundizar peligrosamente las brechas de desigualdades que afectan ya a las distintas vejeces al promover la idea errónea de que las personas mayores de 60 años están enfermas por el solo hecho de haber llegado a esa edad» (MONTES DE OCA; VIVALDO, 2021MONTES DE OCA, V.; VIVALDO, M. México: Día mundial para la toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez. México DF: Red Latinoamericana de Gerontología, 2021. Disponible en: https://www.iis.unam.mx/blog/dia-mundial-para-la-toma-de-conciencia-del-abuso-y-maltrato-en-la-vejez/#:~:text=Cada%2015 %20de%20junio%20se,%2C%20psicol%C3 %B3gica%2C%20patrimonial%20e%20institucional.
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). Ciertamente, no toda persona enferma es una persona mayor, del mismo modo que no toda persona mayor está enferma.

Debido a la particular vulnerabilidad social de las personas mayores, se han generado instrumentos internacionales para proteger sus derechos humanos, como el Plan de Acción Internacional de Madrid sobre Envejecimiento (2002), la Declaración de Santiago de Chile (2003), la Declaración de Brasilia (2007), la Carta de San José de Costa Rica (2012), el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo (2013), la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores (2015) y la Declaración de Asunción (2017). Estos instrumentos se han originado en el ámbito de organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), y la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Con estos instrumentos se busca reconocer que las personas independientemente de su edad tienen derechos humanos fundamentales que deben ser garantizados: una vida digna, independiente y autónoma. El riesgo de considerar a la vejez como una enfermedad dentro de la CIE-11 es que se pueden vulnerar los derechos al acceso a la salud y a servicios dignos, pues se promoverían conductas discriminatorias hacia las personas mayores a través de la generación de estigmas o etiquetas que podrían provocar limitaciones de asignación de recursos que afecten a su salud y la provisión de los servicios.

El reconocimiento del envejecimiento como construcción social

La discusión e investigación sobre la vejez muestra que es una etapa de la vida que no solo responde a factores biológicos o genéticos, sino que está condicionada por el contexto social. El proceso de envejecimiento de las personas depende de su posición en la estructura económica y social, de la cultura, de las interacciones entre las generaciones, del desarrollo institucional y de la percepción que tienen de sí mismas.

La institucionalidad internacional ha reconocido a la vejez como una construcción sociohistórica que ha variado en el tiempo en función de las propias expectativas de una sociedad que envejece, y que quedan expuestas en los instrumentos normativos mencionados. Sin embargo, aunque en los últimos años ha habido una tendencia a la incorporación en estos documentos de un enfoque del envejecimiento y la vejez centrados en la perspectiva del curso de vida,2 2 Esta perspectiva tiene una vocación interdisciplinaria y pone en consideración las interacciones y la interdependencia entre el desarrollo biológico y el psicológico de los individuos, los cambios del contexto sociohistórico en el que transcurren sus vidas, así como los modelos de curso de vida producidos socialmente (LALIVE D’EPINAY et al., 2005). ese proceso no ha seguido una tendencia lineal y ha presentado avances y retrocesos. Graciela Zarebski (2021)ZAREBSKI, G. La Organización Mundial de la Salud: del envejecimiento saludable a la vejez como enfermedad. Desafíos para la Gerontología. Revista IGERMED (en prensa), 2021. Disponible en: https://www.fundacionsidom.org/assets/documentos/investigaciones/0c4ef-graciela-zarebski-oms.pdf.
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hace un análisis comparativo de la concepción del envejecimiento en los últimos documentos de la OMS: a través de la revisión del Informe Mundial sobre el Envejecimiento y la Salud (2015OMS − Organización Mundial de la Salud. Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud. Washington DC: OMS, 2015. Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/186471/WHO_FWC_ALC_15.01_spa.pdf.
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), los manuales ICOPE (WHO, 2019) y la Declaración de la OMS Hacia el Decenio del Envejecimiento Saludable 2021-2030 (2021) evidencia inconsistencias en la forma en cómo se lo define. El análisis destaca el pasaje de una concepción basada en la perspectiva teórica del curso de vida en la que las personas mayores podrían ubicarse en grupos según su capacidad funcional e intrínseca3 3 En esta concepción los servicios de salud tendrían el cometido de prevenir, ralentizar, o incluso revertir, el deterioro. a una concepción en la que el declive de las capacidades sería un trazo inexorable en la vida, que parte de un paradigma deficitario del envejecimiento.

A partir de lo anterior, consideramos que la inclusión de la categoría vejez como una clasificación análoga a una enfermedad en la CIE-11 representa un retroceso sociohistórico que promoverá confusión estadística y prácticas discriminatorias y que generará una invisibilización de numerosas investigaciones sobre los determinantes sociales de la salud y la longevidad que se han desarrollado en el mundo, así como una tendencia regresiva en materia de derechos humanos que trascenderá a las generaciones siguientes.

Reflexiones finales desde la Demografía

Desde la perspectiva de la Red de Envejecimiento de la ALAP, se considera inadecuada la inclusión de la categoría vejez dentro de la CIE-11 porque se contradice con los avances teóricos, metodológicos y científicos ya señalados en la incorporación de la perspectiva social y de curso de vida en la comprensión de la vejez por parte de la OMS.

La vejez no puede entenderse como un simple proceso biológico, químico o genético de deterioro fisiológico. El concepto de vejez permea distintos ámbitos sociales, políticos y económicos: se emplea tanto en la delimitación de prestaciones de los servicios de salud, en instituciones financieras, en los servicios públicos, así como también está presente en las distintas comunidades culturales y en la interacción privada al interior de los hogares.

En este sentido, operacionalizar la vejez como una clasificación asociada únicamente con el deterioro de la salud puede afectar la definición del concepto desde estos otros ámbitos. Los actores sociales públicos y privados podrían limitar o variar en forma perjudicial su interacción con las personas mayores y resaltar solo la noción biológica del deterioro. Por ejemplo, en los seguros de salud, las primas a los productos adquiridos por la población mayor podrían elevarse eventualmente y perjudicar el acceso de estas personas a este tipo de bienes y servicios. Se reconoce entonces que, aunque la CIE-11 esté dirigida primordialmente a las estadísticas de salud, las decisiones conceptuales que se tomen pueden tener alcances mayores en otras áreas, en particular las políticas públicas.

Estrictamente, en los estudios de población, y en lo que respecta a los análisis de mortalidad y morbilidad, el cambio en la CIE-11 no suma una mejora en el entendimiento de las dinámicas demográficas. Por el contrario, la clasificación de vejez seguiría siendo considerada como una causa mal definida (categoría basura).

A su vez, en las clasificaciones pasadas la causa definida antes como senilidad se consideraba también una categoría basura (MIKKELSON; RICHARDS; LOPEZ, 2018MIKKELSON, L.; RICHARDS, N.; LOPEZ, A. D. Redefining ‘garbage codes’ for public health policy: report on the expert group meeting, 27-28 February 2017. Melbourne, Australia: Bloomberg Philanthropies Data for Health Initiative, Civil Registration and Vital Statistics Improvement, University of Melbourne, 2018.), por lo que en la CIE-11 se eliminaría en favor del término vejez. Sin embargo, esta decisión no necesariamente mejorará los procesos estadísticos de clasificación. Así, un nuevo nombre —vejez— para una causa que ya estaba mal definida —senilidad— puede afectar en forma negativa los avances que se venían desarrollando en la capacitación de personal de salud para el registro adecuado de las causas de muerte y egresos hospitalarios.

Como demógrafos, consideramos necesario avanzar en un término que reduzca la probabilidad de clasificación de causas mal definidas, que permita extraer información más precisa sobre las causas de muerte y enfermedad, y que no fomente comportamientos de discriminación edadista. En este sentido, coincidimos con lo expresado por la Academia de Medicina del Adulto Mayor (CANO-GUTIÉRREZ et al., 2021) que sería más apropiado enfocarse en términos que reflejen el estado de envejecimiento patológico, como por ejemplo fragilidad o pérdida de la capacidad intrínseca, acordes al marco teórico sobre envejecimiento saludable que han impulsado en los últimos años la OMS y Organización Panamericana de la Salud (OPS).

A partir del llamado de los científicos de múltiples disciplinas, geriatras y gerontólogos, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que trabajan con personas mayores a inicios de enero de 2022, la OMS dio marcha atrás a establecer desde este año la categoría vejez como causa de muerte. No hay duda de que estas decisiones deben estar consensuadas, y que la población mundial y los científicos deben estar actualizados de estas discusiones, debido a que estas pueden dañar el bien colectivo de la salud mundial y su análisis.

  • 1
    El edadismo se refiere a la forma de pensar (estereotipos), sentir (prejuicios) y actuar (discriminación) con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad (OMS, 2021cOMS − Organización Mundial de la Salud. Informe mundial sobre edadismo. Resumen. Whashington DC: OMS, 2021c. Disponible en: https://www.who.int/es/teams/social-determinants-of-health/demographic-change-and-healthy-ageing/combatting-ageism/global-report-on-ageism.
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    ).
  • 2
    Esta perspectiva tiene una vocación interdisciplinaria y pone en consideración las interacciones y la interdependencia entre el desarrollo biológico y el psicológico de los individuos, los cambios del contexto sociohistórico en el que transcurren sus vidas, así como los modelos de curso de vida producidos socialmente (LALIVE D’EPINAY et al., 2005LALIVE D’EPINAY, C.; BICKEL, J. F.; CAVALLI, S.; SPINI, D. Le parcours de vie: émergenced’un paradigme interdisciplinaire. In: GUILLAUME, J. F.; LALIVE D’EPINAY, C.; THOMSIN, L (ed.). Parcours de vie: regards croisés sur la construction des biographies contemporaines. Lieja: Université de Liège, 2005. p. 187-210.).
  • 3
    En esta concepción los servicios de salud tendrían el cometido de prevenir, ralentizar, o incluso revertir, el deterioro.

Referências

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Anexo

CUADRO 1
Principales argumentos a favor y en contra de la consideración del envejecimiento como enfermedad, según autor y año de publicación

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    21 Mar 2022
  • Fecha del número
    2022
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