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¿Por qué recordar a Sergio Arouca?

EDITORIAL

¿Por qué recordar a Sergio Arouca?

Hace diez años Sergio Arouca nos dejó, un 2 de agosto, ¡a los 61 años! Su marcha fue prematura y una gran pérdida para la salud en Brasil.

Algunos jóvenes estudiantes del campo de la salud oyeron hablar de Arouca y de nuestro proceso de reforma, ¿de qué reforma se trata? Muchos estudiantes de Salud Colectiva tienen una vaga idea de lo que estamos hablando. En este sencillo homenaje, quiero rescatar la importancia de este médico sanitarista, militante político y líder incontestable, en lo que fue la formulación del concepto de Salud Colectiva y de la reforma sanitaria brasileña, especialmente para quienes no lo conocieron.

Conocí a Sergio como estudiante de medicina de la Unicamp, como joven profesor recién-contratado por el Departamento de Medicina Preventiva y Social. Tuve el privilegio de convivir con él desde entonces. Era 1968, año en el que la dictadura "endurecía" e intensificaba la represión. Durante los años 70, Arouca se destacaba analizando críticamente la Salud Pública tradicional y el Modelo Preventivista, y defendía la Medicina Social. Era un orador nato, profesor cautivante y divertido, enseñaba que era posible transformar la realidad. Participaba en los debates latinoamericanas sobre educación en salud, liderados por Juan Cesar García, y de planificación sectorial, con Mario Testa, entre otros. Militante del entonces clandestino Partido Comunista Brasileño, mantenía contacto con correligionarios extranjeros, como Giovanni Berlinguer en Italia. Trabajó en la Nicaragua pos-revolucionaria sandinista.

Estimulaba la articulción nacional –entre los progresistas de distintas instituciones, organizaciones y movimientos sindicales y sociales–, para influir en la reorientación de la política de salud en Brasil. Postulaba la construcción de un proyecto común de reforma, en torno al cual se reuniría fuerza política para transformar el dual e inicuo sistema de salud brasileño, que sería vehiculado e institucionalizado por el Movimiento Sanitario, de lo cual fue uno de los principales líderes.

No por casualidad que Arouca fue parar en la ENSP, en la entonces poco conocida Fiocruz, estimulando el despertar del la Fénix. Abogó trasladar la lucha política para dentro del aparato estatal, articulada a la dinámica de la sociedad, cómo crucial para crear condiciones del ejercicio democrático de ciudadanía. Era convicto y sereno defensor de la fuerza política de la lucha conjunta para el cambio.

Fue uno de los artífices de la Salud Colectiva, un nuevo campo de conocimiento y una nueva vertiente analítica, con fundamento epistemológico, registro histórico y conceptual propios, piedra angular de la reforma sanitaria. Su reflexión era dialéctica, argumentando con la oposición y reconciliación de contradicciones, lógicas o históricas. Hacía fácilmente comprensibles teorías complejas o herméticas. Cuestionaba el significado de lo "público", visto no estatal opuesto a lo privado, sino como un espacio de expresión, enfrentamiento y negociación de demandas, individuales o colectivas. Los postulados de la Salud Colectiva y de la reforma se perfilaron en oposición a la dictadura y se afirmaron en el proceso de transición política, a mediados de los 80.

Escuchaba, respetaba la percepción ajena, compartía conocimientos, moderaba debates, introducía ideas innovadoras y decodificaba polémicas. Era negociador eximio y afable, vehemente cuando lo necesario, sin ser agresivo, con especial habilidad para construir frentes suprapartidarios en pro de causas comunes, a pesar de las diferencias ideológicas. Esencialmente subversivo, desmontaba con facilidad prejuicios, conciliando conocimiento teórico y empírico, práctica política, capacidad de articulación, y buen humor. También a veces se equivocaba, era humano.

¿Qué diría Arouca sobre la situación del SUS al cumplir 25 años? ¿Sobre el desprestigio de los partidos y de la política? ¿Sobre el clamor legítimo, intenso, disperso o violento de las calles? Es imposible saberlo, pero su trayectoria ciertamente puede inspirarnos.

Celia Almeida

Escuela Nacional de Salud Pública Sergio Arouca, Fundación Oswaldo Cruz, Río de Janeiro, Brasil. celia.almeida09@gmail.com

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    29 Ago 2013
  • Fecha del número
    Ago 2013
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