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Juicios de la gente corriente acerca del gobierno de Allende Resultados de una encuesta panel aplicada en 1972 y 19731 1 . Este trabajo contó con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile, Anid-Fondecyt, proyecto 1190436.

Judgments of the common people about the Allende government: results of a panel survey applied in 1972 and 1973

Resumen

Se estudian los juicios de los individuos acerca del período del gobierno del Presidente Allende en Chile, particularmente la crisis que se agudizó en los años 1972 y 1973, que precedió al golpe militar de septiembre de 1973 y la instauración de una dictadura. Se enfatiza en la perspectiva de las personas corrientes, en base a inéditos datos de una encuesta panel aplicada durante el período por un equipo de investigadores encabezados por Eduardo Hamuy, uno de los fundadores de la sociología en Chile. Se sigue a las mismas personas entre el momento previo a la agudización de la crisis y luego cuando ésta ya había madurado, distinguiendo a los encuestados según su posición con respecto al apoyo al Presidente. La evolución de la opinión de las personas encuestadas amplía el conocimiento sobre el período a nivel microsocial en la sociedad chilena. A partir de los individuos encuestados, se analizan aspectos claves relacionados con género, clase social, identidad política y opinión sobre los principales problemas del país.

Palabras-claves:
Allende; Chile; Sociología; Género; Identidad; Desigualdad social; Historia social

Resumo

O artigo estuda os julgamentos de pessoas acerca do período do governo do presidente Allende no Chile, em particular a crise que se agravou nos anos 1972 e 1973, a qual precedeu o golpe militar de setembro de 1973 e a instauração de uma ditadura. Enfatiza-se a perspectiva das pessoas comuns, com base em dados inéditos de uma pesquisa de painel aplicada durante o período por uma equipe de pesquisadores liderada por Eduardo Hamuy, um dos fundadores da sociologia no Chile. As mesmas pessoas são acompanhadas desde o momento anterior ao agravamento da crise até o momento em que ela já havia amadurecido, distinguindo-se os respondentes segundo seu posicionamento quanto ao apoio ao Presidente. A evolução da opinião dos entrevistados amplia o conhecimento sobre o período em um nível microssocial da sociedade chilena. Com base nos indivíduos pesquisados, analisam-se ​​os aspectos-chave relacionados com gênero, classe social, identidade política e opinião sobre os principais problemas do país.

Palavras-chave:
Allende; Chile; Sociologia; Gênero; Identidade; Desigualdade social; História Social

Abstract

The judgments of individuals about the period of President Allende’s government in Chile are studied, particularly the crisis that worsened in 1972 and 1973, which preceded the military coup of September 1973 and the establishment of a dictatorship. The article emphasizes the perspective of ordinary people, based on unpublished data from a panel survey applied during the period by a team of researchers led by Eduardo Hamuy, one of the founders of sociology in Chile. The same people are followed between the time prior to the exacerbation of the crisis and later when it had already matured, distinguishing the respondents according to their position regarding support for the President. The evolution of the opinion of the people surveyed expands the knowledge about the period at a micro-social level in Chilean society. Based on the individuals surveyed, key aspects related to gender, social class, political identity and opinion about the main problems of the country are analyzed.

Keywords:
Allende; Chile; Sociology; Gender; Identity; Social inequality; Social history

Palabras-claves:
Allende; Chile; Sociología; Género; Identidad; Desigualdad social; Historia social

Palavras-chave:
Allende; Chile; Sociologia; Gênero; Identidade; Desigualdade social; História Social

Keywords:
Allende; Chile; Sociology; Gender; Identity; Social inequality; Social history

Introducción

Una bibliografía vasta y aún creciente ha interpretado de múltiples maneras el proceso que se desencadenó ante los cambios impulsados por el gobierno del Presidente Salvador Allende, incluyendo la crisis que se fue agudizando, su derrocamiento en 1973 y la instauración de una dictadura. Gran parte de la literatura tiene como tema central la existencia de un conflicto político a nivel macro de la política y la sociedad, que se expresó cada vez con más intensidad en dos posturas polares con respecto al gobierno del Presidente Allende. Finalmente la oposición confluyó en torno a cuestionar la continuidad del mandato presidencial de Allende y la legitimidad política de su gobierno. Los hechos que más se resaltan en la bibliografía sobre el período ocurrieron en el nivel de quienes tenían poder político - la elite política en un sentido amplio - o fáctico - el poder de las armas y del dinero - y en mayor o menor medida en el nivel de actores colectivos que se movilizaron. Se asume que estos protagonistas del proceso representaban o influían sobre las personas corrientes, que eran básicamente sus seguidores.

A diferencia de esta interpretación, este artículo se sitúa en el nivel de los individuos, sus percepciones y sus opiniones políticas, buscando ir más allá de los estudios que enfatizan en aspectos societales, políticos y estructurales durante el período gubernamental de Allende. Este enfoque se distancia de reducir todo a lo que ocurrió en la escena política. Asimismo, la investigación pretende observar a la gente común y corriente en la época, más que un foco prioritario en los actores colectivos. Asumimos que también había ideas y sentimientos propios de los individuos que eran parte de lo que estaba en disputa en el espacio político. Esto es relevante desde el punto de vista del cuestionamiento de la legitimidad del gobierno de Allende, pues las personas corrientes eran votantes y además los actores en la escena política declaraban actuar en su nombre, incluso después del golpe militar.

Desde el punto de vista de los individuos, sus juicios sobre el proceso y la legitimidad del gobierno se condensaban ante todo en el apoyo o no apoyo al Presidente, por motivaciones y razones que han sido poco estudiadas y que constituyen el objeto de análisis en este artículo. Ciertamente, la gente corriente no es responsable de lo que ocurrió, pero es insuficiente observar que las personas en general no fueron decisivas en el derrotero que siguieron los acontecimientos o incluso eran ajenas a ello en espacios privados de la vida cotidiana. Es necesario conocer más a fondo qué ocurrió con las personas corrientes en relación con la crisis política, desde sus propias subjetividades. En especial, el “paro de octubre” de 1972 marcó un hito que dividió en dos etapas el período gubernamental del Presidente Allende, abriendo una crisis ininterrumpida y en creciente agudización hasta el golpe militar en septiembre de 1973, por lo que es relevante estudiar cómo evolucionaron los puntos de vista de las personas durante esa crisis. Para comprender mejor el desarrollo de los hechos y su desenlace, falta investigar las motivaciones, percepciones y opiniones de las propias personas con respecto de la crisis, sin enmarcar a los individuos en un análisis exclusivamente electoral, ni presuponer sus orientaciones políticas, de clase social o según actores colectivos.

A este respecto, la contribución del trabajo es el uso de una encuesta panel para evaluar cómo evolucionó entre los mismos individuos el apoyo al gobierno de Allende desde marzo-abril de 1972 a febrero de 1973.

El objetivo de este trabajo es investigar lo que estaba en juego en la experiencia práctica de las personas con respecto de su comportamiento político referido al apoyo o rechazo al Presidente Allende. En primer lugar, afirmamos que la posición política de las personas variaba entre grupos particulares de individuos en la sociedad en términos de su apreciación de la situación, sus intereses e identidades, lo que plantea la interrogante de qué estaba en juego para esos grupos en su experiencia cotidiana. En segundo lugar, afirmamos que desde que se desencadenó la crisis política y social de fines de 1972 hasta el golpe, evolucionó también la posición política de esos grupos de personas en términos de su opción ante el dilema de apoyar o no respaldar al Presidente, bajo la influencia de lo que en esas circunstancias percibían que era decisivo en su vida de cada día.

Al respecto, varias preguntas acerca de qué influyó en la apreciación del Presidente y en la evolución del apoyo a Allende son especialmente relevantes, ante todo considerando la influencia de la condición social de las personas al interior de una sociedad marcadamente desigual en base a diferencias como las de clase y género. Es importante entender mejor lo relativo a la evolución del respaldo u oposición a Allende entre las mujeres, cuya desafección con respecto al apoyo al Presidente ha sido considerada un rasgo importante del período. Algo similar cabe plantearse acerca de esa evolución según estratos sociales, entendiendo que generalmente se atribuye a las clases más desposeídas un mayor respaldo a Allende que por parte de los más privilegiados, lo que requiere ser precisado en cuanto a su significación y tendencia en el tiempo. Nuestras preguntas se dirigen también a si las razones de las personas para tener una u otra opinión eran determinadas por su previa identificación política de derecha, centro o izquierda, que pudiera haber cambiado debido a la agudización de la polarización en el escenario político nacional. Finalmente, es preciso abordar la pregunta sobre en qué medida la evolución de sus opiniones políticas se vio afectada también por el agravamiento de problemas como el desabastecimiento.

Para abordar lo expuesto, la metodología de este trabajo se basa en inéditos datos obtenidos de una encuesta panel aplicada durante el período por un equipo de investigadores de la Universidad de Chile encabezados por Eduardo Hamuy, considerado uno de los fundadores de la sociología en el país. En 1972 y 1973 se aplicó una encuesta panel por parte del equipo de Hamuy, es decir, el mismo cuestionario a un mismo grupo de personas en dos momentos del tiempo. Utilizando por primera vez estos datos longitudinales, seguiremos a las mismas personas entre ambos momentos, el previo a la agudización de la crisis y enseguida cuando ésta ya había madurado, para conocer la evolución de sus puntos de vista.

En una primera parte del artículo revisaremos lo que se conoce sobre el tema que estudiamos, seguiremos con la especificación de la metodología utilizada y finalmente presentaremos los resultados obtenidos.

El gobierno del presidente Allende y la crisis de 1972-1973

Este trabajo se centra en las percepciones y opiniones de las personas, más que en los actores políticos y procesos políticos o las condiciones económicas anteriores al golpe militar que derrocó al Presidente Allende, pero estos factores también son una clave para examinar las ideas y sentimientos de la gente corriente en base a las respuestas a preguntas de la encuesta panel.

Una tesis predominante sobre el período consiste en que se produjo una polarización política que desplazó el sistema de compromisos formales e informales preexistente, basado en soluciones negociadas de los conflictos en las que el centro político era un factor de equilibrio (Bermeo, 2003Bermeo, Nancy. (2003), Ordinary people in extraordinary times: The citizenry and the breakdown of democracy. Princeton, New Jersey, Princeton University Press.; Garretón & Moulian, 1983Garretón, Manuel Antonio & Moulian, Tomás. (1983), La Unidad Popular y el conflicto político en Chile. Santiago, Ediciones Minga.; Levitsky & Ziblatt, 2018Levitsky, Steven & Ziblatt, Daniel. (2018), Cómo mueren las democracias. Barcelona, Ariel.; Torres, 2014Torres, Isabel. (2014), La crisis del sistema democrático: las elecciones presidenciales y los proyectos políticos excluyentes. Chile, 1958-1970. Santiago, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana Dibam-Editorial Universitaria.; Valenzuela, 1978Valenzuela, Arturo. (1978), El quiebre de la democracia en Chile. Santiago, Flacso.). La polarización culminó y se hizo irreversible en la crisis política y social de octubre de 1972, lo que deslegitimó el régimen político basado en compromisos y a partir de entonces se exacerbó el antagonismo entre los partidarios del Presidente y la oposición (Garretón & Moulian, 1983). Al mismo tiempo, empeoraron las condiciones económicas de la población (Bitar, 2017Bitar, Sergio. (2017), El gobierno de Allende: Chile 1970-1973. Santiago, Ediciones Pehuén.; Meller, 1996Meller, Patricio. (1996), Un siglo de economía política chilena (1890-1990). Santiago, Editorial Andrés Bello.; Winn, 2013Winn, Peter. (2013), La revolución chilena. Santiago, lom Ediciones.). En un nivel intermedio, se intensificaron acciones colectivas que buscaban ampliar una base de apoyo social al proceso de cambios (Gaudichaud, 2004Gaudichaud, Franck. (2004), Poder popular y cordones industriales. Testimonios sobre el movimiento popular urbano, 1970-1973. Santiago, lom.; Llanos, 2012Llanos, Claudio. (2012), “El gobierno de Allende y la up frente al ‘Poder Popular’ 1970-1972: Las bases radicalizadas y su dinámica”. História Unisinos. 16 (1): 28-42.; Pinto, 2005Pinto, Julio. (2005), “Hacer la revolución en Chile”. In: Pinto, Julio (ed.). Cuando hicimos historia. La experiencia de la Unidad Popular. Santiago, lom Ediciones, pp. 9-34.). En paralelo, la agudización de la crisis política, la convergencia de la derecha con el centro y las acusaciones sobre la legitimidad del gobierno en lo relativo a procedimientos democráticos en el ejercicio del poder, condujeron a una activación de la conspiración militar que finalmente desató el golpe de septiembre de 1973 (Valdivia, 2005Valdivia, Verónica. (2005), “‘Todos juntos seremos la historia: Venceremos’. Unidad Popular y fuerzas armadas”. In: Pinto, Julio (ed.). Cuando hicimos historia. La experiencia de la Unidad Popular. Santiago, lom Ediciones, pp. 177-205.).

En contraposición a esa tesis, se ha sostenido que la intensificación de la polarización en el sistema de partidos era ajena a la mayoría de los ciudadanos o al menos independiente de su voluntad, pues sus preferencias políticas eran volátiles (Bermeo, 2003Bermeo, Nancy. (2003), Ordinary people in extraordinary times: The citizenry and the breakdown of democracy. Princeton, New Jersey, Princeton University Press.; Montes, Mainwaring y Ortega, 2000). A este respecto, un mes antes del golpe se encontraba en Chile el sociólogo Alain Touraine y describió que “[…] las relaciones entre los problemas económicos y sociales, los problemas políticos y hasta los debates ideológicos están alterados. Todo se da simultáneamente […]. Tanto que todos sienten la inmensidad de lo que está en juego sin que nadie pueda seguir el desarrollo de la crisis o intervenir en ella” (Touraine, 1974, p. 57). Una crisis puede ser entendida como la transformación de un estado preexistente, cuya institucionalización en múltiples esferas del sistema político y social pierde vigencia, lo cual aleja de sus rutinas a los actores y tiende a imponerse sobre sus comportamientos (Dobry, 1988Dobry, Michel. (1988), Sociología de las crisis políticas: la dinámica de las movilizaciones multisectorales. Madrid, Siglo xxi-cis.). Este estudio asume la crisis política como concepto unificador acerca de la coyuntura, caracterizada primordialmente como una polarización en el espacio público donde confluían dos posturas divergentes y opuestas con respecto del gobierno de Allende, la continuidad de su mandato presidencial y la legitimidad del ejercicio de la presidencia. El efecto de la crisis en los individuos, que son el foco de este trabajo, se reflejaba ante todo en su posición ante esa disyuntiva, pero comprender su comportamiento requiere ir más allá de esa dicotomía y considerar múltiples otros aspectos.

Uno de los aspectos que es preciso tener en consideración, consiste en si el cambio entre antes y después de la agudización de la crisis tuvo que ver con una mayor firmeza de las convicciones políticas de las personas en términos de identificarse con el polo de izquierda o bien con el de derecha, lo que en este trabajo definimos como polarización de la identificación política, distinguiéndola de las posiciones polares en torno al apoyo al Presidente. La creencia de que se mantuvo la identificación previa de las personas con la derecha, el centro y la izquierda, fue puesta en duda por Fleet (1985Fleet, Michael. (1985), The rise and fall of Chilean Christian Democracy. Princeton, Princeton University Press.), sosteniendo que para corroborarlo se requeriría seguir a las mismas personas entre ambos momentos, como investigamos en este trabajo. Aunque las personas eran influenciadas por la política nacional y la acción colectiva, es razonable afirmar que la evolución de su posición política también tuvo que ver con características y motivaciones de los grupos sociales a los que pertenecían, con las consecuencias de la situación económica en las condiciones de vida y con las aspiraciones subjetivas, lo que abordamos enseguida.

La crisis política como contexto de la experiencia práctica y cotidiana de las personas

Conocer mejor la crisis política, económica y social al final del gobierno de Allende, desde el punto de vista de la experiencia práctica y cotidiana de las personas, requiere examinar con especial atención tres aspectos que analizaremos en base a la encuesta panel durante el tiempo transcurrido desde marzo-abril de 1972 a febrero de 1973: el desabastecimiento y la inflación, el desempleo y el empleo precario, y la interseccionalidad de género. Demostraremos empíricamente que estos aspectos incidieron en las opiniones políticas de los individuos durante los meses de dicha crisis, sin pretender explicar todo el gobierno de Allende en este trabajo.

1. En primer lugar, el desabastecimiento y la inflación se agudizaron hasta alcanzar un estado crítico hacia 1973, aunque venían incubándose desde antes.

Al inicio del período gubernamental mejoraron los salarios mientras la inflación se contenía (Bitar, 2017Bitar, Sergio. (2017), El gobierno de Allende: Chile 1970-1973. Santiago, Ediciones Pehuén.; Meller, 1996Meller, Patricio. (1996), Un siglo de economía política chilena (1890-1990). Santiago, Editorial Andrés Bello.). Los cambios estructurales impulsados por el gobierno del Presidente Allende, como la reforma agraria, la nacionalización de la grandes minas de cobre, la estatización de bancos y grandes empresas, involucraban a la gente corriente y acarreaban beneficios materiales directos para algunos grupos. Pero el gobierno no pudo mantener los equilibrios macroeconómicos, en parte por la acción desestabilizadora de quienes se le oponían, pero también por el fuerte aumento del gasto público, los incrementos salariales y la caída de los ingresos de las exportaciones (Stallings, 1978Stallings, Barbara. (1978), Class conflict and economic development in Chile: 1958-1973. Stanford, Stanford University Press.). En este contexto, la escasez de productos alimenticios ha sido señalada como uno de los asuntos con mayor impacto en la población y forma parte de la “leyenda negra” acerca del gobierno de Allende (San Francisco et al., 2019San Francisco, Alejandro et al. (2019), Historia de Chile 1960-2010, Tomo 5. Las vías chilenas al socialismo. El gobierno de Salvador Allende (1970-1973). Santiago, Ceuss.).

Las primeras señales de escasez surgieron a fines de 1971, frente a lo que protestaron mujeres opositoras que protagonizaron una “marcha de las cacerolas vacías” y a la larga, el desabastecimiento habría sido causante de una disminución del apoyo a Allende entre las mujeres (Bermeo, 2003Bermeo, Nancy. (2003), Ordinary people in extraordinary times: The citizenry and the breakdown of democracy. Princeton, New Jersey, Princeton University Press.; Power, 2009Power, Margaret. (2009), La mujer de derecha: el poder femenino y la lucha contra Salvador Allende, 1964-1973. Santiago, Dibam, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana.; Fermandois, 2019Fermandois, Joaquín. (2019), La revolución inconclusa. La izquierda chilena y el gobierno de la Unidad Popular. Santiago, Centro de Estudios Bicentenario, 3 vols.). Sin embargo, la opinión de las personas sobre quién era responsable del desabastecimiento estaba dividida en 1972 entre quienes responsabilizaban al gobierno y quienes culpaban a la oposición política, los comerciantes y los fabricantes (Protho & Chaparro, 1974).

La escasez se vio agravada por el “paro de octubre” de 1972 llevado a cabo por los dueños de camiones con apoyo de organizaciones de empresarios y profesionales, que paralizó gran parte del transporte de productos alimenticios en el país. A partir de entonces, la generalización del desabastecimiento se convirtió en una situación dramática y el gobierno nunca pudo reparar el daño económico (Meller, 1996Meller, Patricio. (1996), Un siglo de economía política chilena (1890-1990). Santiago, Editorial Andrés Bello.; Winn, 2013Winn, Peter. (2013), La revolución chilena. Santiago, lom Ediciones.). La respuesta gubernamental, con la incorporación de militares en el gabinete ministerial para poner fin al paro, fue una intensificación del control de precios y una ampliación de los mecanismos estatales de distribución. Pero esto a su vez generó expectativas de racionamiento de productos que incitaron al acaparamiento por parte de quienes tenían recursos para hacerlo, sin que existiera una estructura que permitiera establecer ese racionamiento (Larraín & Meller, 1990Larraín, Felipe & Meller, Patricio. (1990), “La experiencia socialista-populista chilena: La Unidad Popular, 1970-1973”. Colección Estudios Cieplan, 30: 151-196.; Meller, 1996; Schatán, 2008Schatán, Jocobo. (2008), “El desabastecimiento: la conspiración de eeuu que derrocó a la up”. In: Soto, Hernán & Lawner, Miguel (editores). Salvador Allende, presencia en la ausencia. Santiago, lom Ediciones, pp. 207-223.). El gobierno enfatizó en la distribución de alimentos a través de las Juntas de Abastecimientos y Precios (jap) con participación de pobladores y vecinos, las que se multiplicaron y en ocasiones desbordaron definiciones de las autoridades sobre el rol de esos organismos (Cofré, 2018Cofré, Boris. (2018), “La lucha por ‘el pan’ y la defensa del ‘gobierno popular’: las Juntas de Abastecimiento y Control de Precios en la Vía chilena al socialismo”. Izquierdas, 41, 224-249.). Las crecientes dificultades cotidianas para el acceso a alimentos generaron sentimientos de incertidumbre entre las personas y la oposición cuestionó la capacidad de las autoridades para asegurar el abastecimiento (Espinosa, 2018Espinosa, Francisca. (2018), “‘La batalla de la merluza’: Política y consumo alimenticio en el Chile de la Unidad Popular”. Historia, 51, i: 31-54.).

En cuanto a la inflación, había disminuido en 1971 en conjunto con el mejoramiento de los salarios, pero enseguida se elevó en paralelo al desabastecimiento, con un incremento galopante en 1972 que derivó en hiperinflación en 1973, erosionando los salarios reales (Bitar, 2017Bitar, Sergio. (2017), El gobierno de Allende: Chile 1970-1973. Santiago, Ediciones Pehuén.; Meller, 1996Meller, Patricio. (1996), Un siglo de economía política chilena (1890-1990). Santiago, Editorial Andrés Bello.; Milos, 2013Milos, Pedro (2013), Chile 1972. Desde ‘El Arrayán’ al ‘paro de octubre’. Santiago, Ediciones Universidad Alberto Hurtado.; Mizala & Romaguera, 1993Mizala, Alejandra & Romaguera, Pilar. (septiembre 1993), “Flexibilidad del mercado del trabajo: el impacto del ajuste y los requisitos del crecimiento económico”, Colección de Estudios Cieplan, 43.). Pero se ha destacado que a pesar del impacto de esta situación económica en la población, el efecto fue exiguo en los resultados de la elección parlamentaria de marzo de 1973, pues éstos fueron relativamente favorables al gobierno, lo que se ha explicado por la firmeza de la adhesión política a Allende de quienes se identificaban con la izquierda (Bermeo, 2003Bermeo, Nancy. (2003), Ordinary people in extraordinary times: The citizenry and the breakdown of democracy. Princeton, New Jersey, Princeton University Press.; Meller, 1996).

Sin embargo, el efecto de los problemas económicos en la opinión política de las personas también debe enmarcarse en un contexto más prolongado. Por un lado, en lo relativo al desabastecimiento, se debe tener presente que había un juicio favorable al control de precios que se encontraba establecido en una memoria histórico-económica relativamente consensuada en las autoridades políticas y el pensamiento económico de la época (Meller, 1996Meller, Patricio. (1996), Un siglo de economía política chilena (1890-1990). Santiago, Editorial Andrés Bello.). Formaba parte incluso del discurso y la práctica de la derecha, que en el gobierno del Presidente Alessandri había puesto en marcha el organismo estatal encargado de velar por el control de precios (Dirinco), sin cuestionar tampoco este sistema en sus propuestas de la campaña presidencial de 1970 (Valdivia, 2008Valdivia, Verónica. (2008), Nacionales y gremialistas: el “parto” de la nueva derecha chilena, 1964-1973. Santiago, lom Ediciones.)2 2 . Ley 15560, 3 de febrero de 1964. Jorge Alessandri, “Hacia un Gobierno de Integración Nacional”, El Mercurio (suplemento), 11 enero 1970. . En el centro político, el gobierno de Frei anterior al de Allende había ampliado el control de precios con respecto a productos alimenticios como la carne y el pan (Wisecarver, 1986Wisecarver, Daniel. (1986), “Regulación y derregulacion en Chile: septiembre 1973 a septiembre 1983”. Estudios Públicos, cep, 22: 115-167.). Así, no es de extrañar que el control de precios fuera en gran medida acogido y demandado por la población. Por otro lado, con respecto al aumento de los precios, habían transcurrido décadas con altas tasas de inflación, de modo que esto también constituía un problema relativamente habitual en el transcurso de la vida de las personas, lo que toleraban como si fuera algo normal.

2. Un segundo problema que es relevante considerar con respecto de la crisis de 1972-1973, como veremos más adelante, se refiere al desempleo y al empleo precario.

A diferencia de lo ocurrido con el desabastecimiento y la inflación, en la literatura sobre el período se ha asignado escasa atención a la percepción subjetiva sobre la problemática del empleo, lo que puede tener explicación en las formas de medición de la desocupación que se utilizaban en la época. En base a esos datos que eran generalmente aceptados, estudios económicos sostuvieron que la desocupación se mantuvo en una tasa baja a lo largo de todo el período hasta 1973, del orden de un 3,5% en diciembre 1972 (Bitar, 2017Bitar, Sergio. (2017), El gobierno de Allende: Chile 1970-1973. Santiago, Ediciones Pehuén.; Meller, 1996Meller, Patricio. (1996), Un siglo de economía política chilena (1890-1990). Santiago, Editorial Andrés Bello.). A este respecto, también hubo estudios que utilizaron datos sobre distintas categorías de ocupados para relacionar sus conductas políticas durante el período con su pertenencia a clases sociales (Faletto, 2008Faletto, Enzo. (2008), Faletto: obras completas. Santiago, Editorial Universitaria, Universidad de Chile.; Gómez, 1999Gómez, Juan Carlos. (1999), “La elección presidencial de 1970 en Chile”. Estudios. Itam, 56: 47-77.; Valenzuela, 1978Valenzuela, Arturo. (1978), El quiebre de la democracia en Chile. Santiago, Flacso.). De esta forma de medir la pertenencia a clases sociales en base a los ocupados, se podría desprender que el desempleo no era una fuente de preocupación para las personas que tuviera implicancias en sus opiniones políticas y las ocupaciones tenían una estabilidad que tampoco era problemática para quienes tenían un empleo.

Sin embargo, se ha observado que el empleo tenía importancia en la opinión política de las personas en los meses previos a la elección de Allende, cuando la tasa de desempleo también era baja (Mac-Clure & Garretón, 2019Mac-Clure, Oscar & Garretón, Manuel Antonio. (2019), “Revisitando la elección de Allende en 1970: lo que revelan encuestas aplicadas en la época”. Tempo Social, 31 (1): 235-261.). A este respecto, ya en la época un estudio de Odeplan (Oficina de Planificación Nacional) advirtió que las bajas cifras de desempleo abierto - la medición predominante del desempleo - oscurecían el subempleo de los ocupados que estimó en 9,7%, a lo cual agregó una población sin participación en el empleo - inactivas - pero con intención de buscar trabajo o que posiblemente buscaría trabajo (Cornejo, Guarda & Chacón, 1971Cornejo, Luz; Guarda, Olga & Chacón, Boris. (Septiembre-diciembre, 1971), “El balance de mano de obra, 1970”. Revista Nueva Economía, Odeplan, 40-53.)3 3 . Odeplan fue el organismo estatal antecesor del Ministerio de Planificación (Mideplan), cuyo sucesor fue a su vez el Ministerio de Desarrollo Social (mds). El subempleo se refería a los que trabajan en una ocupación precaria o inestable y el desempleo abierto a los que no trabajaban ni estaban dispuestos a trabajar. . Pocos años después, el empleo informal fue conceptualizado por la Organización Internacional del Trabajo (oit) y se estimó que representaba un 39% de la fuerza de trabajo en las ciudades chilenas en 1970 (Souza & Tokman, 1976Souza, Paulo & Tokman, Víctor. (1976), “The informal urban sector in Latin America”. International Labour Review, 114 (3): 355-365.). De este modo, para una parte importante de la población el empleo precario, la inestabilidad laboral y las barreras a la participación laboral representaban una situación constante y cotidiana de riesgo para la subsistencia familiar, a lo cual se agregaba una protección jurídicamente débil de la estabilidad en los empleos formales, frente a lo que eran especialmente vulnerables los hogares de menores recursos económicos en períodos de crisis económica.

3) Un tercer aspecto que resulta clave considerar en la crisis de 1972-1973, se refiere a la posición de las mujeres ante los conflictos y problemas que se agudizaron. Los puntos de vista subjetivos pueden ser observados mejor desde una perspectiva de género, como lo ha evidenciado una amplia y valiosa producción bibliográfica sobre el período del gobierno de Allende.

En la época se advirtió que, debido a su socialización, la mayoría de las mujeres asumía una identidad tradicional como madres, esposas y dueñas de casa, aspirando a mantener y en lo posible mejorar las condiciones de bienestar al interior de su hogar, siendo menos frecuente el empleo en un trabajo remunerado (Mattelart y Mattelart, 1968Mattelart, Armand & Mattelart, Michelle. (1968), La mujer chilena en una nueva sociedad. Santiago de Chile, Editorial del Pacífico.). Así, las dificultades de abastecimiento de alimentos y la inflación constituían una amenaza a la vida doméstica cotidiana y al bienestar del hogar del cual eran responsables según esa identidad tradicional, que en sí misma quedaba puesta en cuestión cuando se veían impedidas de cumplir satisfactoriamente ese rol atribuido (Kirkwood, 1986Kirkwood, Julieta. (1986), Ser política en Chile. Santiago de Chile, Editorial Cuarto Propio.). Aunque los hogares contaran con un mejor presupuesto gracias a la mejoría de las remuneraciones a inicios del gobierno de Allende, mayoritariamente tenían a su cargo la compra y preparación de alimentos, por lo que estar obligadas a hacer colas para conseguirlos tenía un costo en tiempo para su trabajo doméstico no remunerado, mientras que también tenía un costo monetario comprar en el mercado negro a precios más altos. A esto se agregaba la incertidumbre sobre poder adquirir los productos que requerían. Sobre esta base, utilizando como símbolo el golpe de cacerolas, el movimiento encabezado por mujeres de clase media y clase media-alta opositoras al gobierno de Allende logró proyectarse como una acción colectiva no política y por tanto con un alto grado de legitimidad (Power, 2009Power, Margaret. (2009), La mujer de derecha: el poder femenino y la lucha contra Salvador Allende, 1964-1973. Santiago, Dibam, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana.). A medida que la escasez de alimentos y otros productos se fue agudizando, el movimiento también constituyó un medio de expresión del descontento de mujeres de barrios de menores recursos económicos. La solución promovida por el gobierno, las Juntas de Abastecimientos y Precios (jap), tampoco coincidía con las inquietudes de las mujeres, que temían la politización de las jap o que vincularse a éstas les quitara tiempo para sus ocupaciones domésticas (Power, 2009).

La participación política de las mujeres no contrarrestaba la identidad de género tradicional, debido a varios factores. La participación de las mujeres en las elecciones siempre fue alta desde que obtuvieron el derecho a voto en 1949, pero su presencia en el Parlamento y en los municipios se reducía apenas al 4% de los cargos hasta 1973 (Jones & Navia, 1999Jones, Mark & Navia, Patricio. (1999), “Assessing the effectiveness of gender quotas in open-list proportional representation electoral systems”. Social Science Quarterly. 80, 2: 341-355.). La opinión mayoritaria en los estratos altos y medios altos era favorable a la participación política de las mujeres, pero estaban en desacuerdo con esa participación las personas de sectores medios bajos y bajos, urbanos y rurales (Mattelart & Mattelart, 1968Mattelart, Armand & Mattelart, Michelle. (1968), La mujer chilena en una nueva sociedad. Santiago de Chile, Editorial del Pacífico.). Durante la presidencia de Frei Montalva - 1964 a 1970 -, las mujeres populares se integraron masivamente a los Centros de Madres impulsados por el gobierno, donde su participación en la esfera pública estaba relacionada con su rol doméstico, sin cuestionar el orden patriarcal de los hogares (Power, 2009Power, Margaret. (2009), La mujer de derecha: el poder femenino y la lucha contra Salvador Allende, 1964-1973. Santiago, Dibam, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana.). En los movimientos de tomas de terrenos urbanos en búsqueda de solución a la carencia de vivienda para sus familias, las mujeres tuvieron una participación significativa aunque generalmente sin ser dirigentes de esas formas de acción colectiva (Pinto, 2005Pinto, Julio. (2005), “Hacer la revolución en Chile”. In: Pinto, Julio (ed.). Cuando hicimos historia. La experiencia de la Unidad Popular. Santiago, lom Ediciones, pp. 9-34.). Muchas mujeres rurales defendieron tenazmente la reforma agraria, aunque ésta entregó más poder a los hombres que a las mujeres, al abrir posibilidades al acceso a la propiedad para los jefes de familia hombres, manteniendo la dependencia económica y el carácter pasivo de la población femenina (Tinsman, 2009Tinsman, Heidi. (2009), La tierra para el que la trabaja. Género, sexualidad y movimientos campesinos en la Reforma Agraria chilena. Santiago, lom Ediciones.; Valdés, 2007Valdés, Ximena. (2007), La vida en común. Familia y vida privada en Chile y el medio rural en la segunda mitad del siglo xx. Santiago, lom Ediciones - usach.). Además, a pesar de una apariencia de modernidad asociada a la valoración positiva del amplio y creciente acceso de las mujeres a la educación, la integración profesional femenina era secundaria en relación con el matrimonio como aspiración para las jóvenes (Lamadrid, 2014Lamadrid, Silvia. (2014), Ritmo revisitado. Representaciones de género en los 60. Santiago, Cuarto Propio.).

En un sentido general, si bien el proyecto de la Unidad Popular impulsó transformaciones de fondo en la sociedad y constituyó una ruptura con respecto de los gobiernos anteriores, compartía con otros sectores políticos el orden de género tradicional basado en la constitución de familias con jefatura de hogar masculina como modelo ideal y asumió que las tareas del hogar seguían siendo responsabilidad de las mujeres - incluso cuando tenían un empleo remunerado o ejercían roles en organizaciones sociales -, enfatizando en el rol del Estado de apoyar el bienestar familiar (Kirkwood, 1986Kirkwood, Julieta. (1986), Ser política en Chile. Santiago de Chile, Editorial Cuarto Propio.; Thomas, 2011Thomas, Gwynn. (2011), “The legacies of patrimonial patriarchalism: Contesting political legitimacy in Allende’s Chile”. The Annals of the American Academy of Political and Social Science, 636 (1): 69-87.).

A ese respecto, las mejoras de sueldos y la estabilidad del empleo formal favorecían directamente en mayor proporción a los varones, que componían la mayoría de los ocupados, mientras la participación femenina se reducía a un módico 23% de la ocupación, de acuerdo con el estudio de Odeplan indicado (Cornejo, Guarda & Chacón, 1971Cornejo, Luz; Guarda, Olga & Chacón, Boris. (Septiembre-diciembre, 1971), “El balance de mano de obra, 1970”. Revista Nueva Economía, Odeplan, 40-53.). Esas mujeres que trabajaban fuera del hogar también se vieron favorecidas por los mejoramientos económicos que ocurrieron en especial a inicios del período de Allende. Sin embargo, las mujeres cuya actividad principal eran las labores del hogar equivalían a 2,2 veces las ocupadas, según el mismo estudio. Las personas inactivas en edad de trabajar tenían un bajo nivel educacional y por tanto socioeconómico: un 62% solo contaba con educación básica o menos y un 36% con educación media.

Una aproximación con respecto a conocer la disposición de esas mujeres a encontrar un trabajo remunerado, se encuentra en una encuesta aplicada por el sociólogo Orlando Sepúlveda en 1971 y 1972, que permite contextualizar los datos de las encuestas de Hamuy y suplir la ausencia de estudios sobre el tema. La muestra aleatoria abarcó 540 hombres y mujeres en Santiago y puede considerarse al menos como un numeroso estudio de casos.4 4 . La selección de las personas encuestadas se realizó de acuerdo con un procedimiento sobre el cual no hay registros y de modo poco canónico la encuesta se aplicó paulatinamente a lo largo de los años 1971 y 1972. La encuesta se inscribía en una investigación sobre el efecto de la televisión en Santiago del Departamento de Sociología de la Universidad de Chile. Los cuestionarios con las respuestas de los encuestados se conservan en papel en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y fueron procesadas para los fines de este estudio. Una de las preguntas se refería a si la persona encuestada consideraba que las oportunidades de la mujer en cuanto a trabajo deberían aumentar “Mucho”, “Un poco” o “Regular”. Un 60% de las personas encuestadas opinó que debían aumentar “mucho” las oportunidades de trabajo de las mujeres, lo que era compartido en similares proporciones por los encuestados hombres y las mujeres. Esta elevada aspiración a un trabajo remunerado femenino es indicio de una demanda potencial de empleo que el mercado laboral - formal e informal - no satisfacía. Para las personas encuestadas, estaba en juego la participación de la mujer en el empleo remunerado. En un sentido más amplio, esto pone de relieve la importancia que tenía el acceso al empleo en la época, especialmente para las mujeres y personas de menores ingresos.

Metodología: la encuesta panel de 1972-1973

Datos

Este trabajo se basa primordialmente en datos de una encuesta panel aplicada en la época por el equipo del sociólogo Eduardo Hamuy - quien no publicó los resultados -, a través del Centro de Estudios de Opinión Pública (Cedop) que dirigía. Hamuy aplicó una serie de encuestas desde 1957 hasta 1973, examinadas en diversos estudios posteriores (Bermeo, 2003Bermeo, Nancy. (2003), Ordinary people in extraordinary times: The citizenry and the breakdown of democracy. Princeton, New Jersey, Princeton University Press.; Cordero, 2009Cordero, Rodrigo. (2009), “Dígalo con números: La industria de la opinión pública en Chile”. In: Cordero, Rodrigo (ed.). La sociedad de la opinión: Reflexiones sobre encuestas y cambio político en democracia. Santiago, Ediciones Universidad Diego Portales, pp. 29-44.; Fleet, 1985Fleet, Michael. (1985), The rise and fall of Chilean Christian Democracy. Princeton, Princeton University Press.; Huneeus, 1987Huneeus, Carlos. (1987), Los chilenos y la política: cambio y continuidad bajo el autoritarismo. Santiago, Cerc.; Joignant & Navia, 2013Joignant, Alfredo & Navia, Patricio. (2013), “El golpe a la cátedra. Los intelectuales del primer mundo y la vía chilena al socialismo”. In: Alfredo Joignant & Navia, Patricio (compiladores). Ecos mundiales del golpe de estado. Escritos sobre el 11 de Septiembre de 1973. Ediciones Universidad Diego Portales, Santiago, 11-56.; Mac-Clure & Garretón, 2019Mac-Clure, Oscar & Garretón, Manuel Antonio. (2019), “Revisitando la elección de Allende en 1970: lo que revelan encuestas aplicadas en la época”. Tempo Social, 31 (1): 235-261.; Miranda & Retamal, 2018Miranda, Lucía & Retamal, Renata. (2018), “Opinión pública en Chile durante la Unidad Popular: Una revisión de ‘la tesis de la polarización’”. Izquierdas, 47: 97-116.; Navia & Osorio, 2015a, 2015b, 2017; Stallings, 1978Stallings, Barbara. (1978), Class conflict and economic development in Chile: 1958-1973. Stanford, Stanford University Press.; Sunkel, 2015Sunkel, Guillermo. (2015), Las encuestas de opinión pública: entre el saber y el poder. Santiago, Flacso, 1989.).

La encuesta panel que analizamos por primera vez en este artículo fue aplicada en la ciudad de Santiago entre abril y junio de 1972 y posteriormente en febrero de 1973, lo que es especialmente relevante para conocer las percepciones de los individuos desde el momento previo a la crisis político-social de fines del primer año, en comparación con el momento de agudización de la crisis en 19735 5 . Encuesta Cedoc 39, Santiago, abril a junio 1972 y Encuesta Cedoc 45, Santiago, febrero 1973, basada en la anterior. Bases de datos originales en SPSS. . La primera aplicación de la encuesta fue realizada antes del “paro de octubre” y la inclusión de militares en el gabinete ministerial del Presidente Allende de 1972, mientras la segunda se aplicó sólo un mes antes de la confrontación de dos bloques en la elección parlamentaria de marzo de 1973, en medio de la crisis que culminó en el golpe de estado de septiembre de ese mismo año. Entre ambos momentos en el tiempo, el uso de la encuesta panel permite observar variaciones en las ideas y sentimientos de las mismas personas, a diferencia de encuestas con muestras diferentes que podrían reflejar modificaciones debidas a su composición.

El levantamiento de la encuesta panel fue cara a cara, con una muestra de tipo probabilístico basada en comunas, manzanas seleccionadas aleatoriamente al interior de éstas y viviendas elegidas al azar (Fleet, 1985Fleet, Michael. (1985), The rise and fall of Chilean Christian Democracy. Princeton, Princeton University Press.). El error muestral promedio de las encuestas de Hamuy, que no hizo estimaciones de ese error, ha sido estimado en 3,26% (Cordero, 2009Cordero, Rodrigo. (2009), “Dígalo con números: La industria de la opinión pública en Chile”. In: Cordero, Rodrigo (ed.). La sociedad de la opinión: Reflexiones sobre encuestas y cambio político en democracia. Santiago, Ediciones Universidad Diego Portales, pp. 29-44.). En particular, en su encuesta previa a la elección presidencial de 1970, las diferencias entre el apoyo de los encuestados en Santiago a cada uno de los candidatos y los resultados de la votación en la ciudad oscilaron entre un máximo de 1,2 puntos porcentuales y +2,2 puntos, lo que es un indicio positivo acerca de la calidad del diseño muestral que utilizaba el equipo de Hamuy (Mac-Clure & Garretón, 2019Mac-Clure, Oscar & Garretón, Manuel Antonio. (2019), “Revisitando la elección de Allende en 1970: lo que revelan encuestas aplicadas en la época”. Tempo Social, 31 (1): 235-261.). La muestra aleatoria era considerada estadísticamente representativa de la población mayor de 18 años en la ciudad, sin requerir ajustes según algún factor de ponderación, lo que mantenemos en este trabajo.

La cobertura de la encuesta panel en 1972 y 1973 - año de especial interés para este estudio - abarcó solamente la ciudad de Santiago, aunque en 1972 se aplicó también en Valparaíso y Viña del Mar.6 6 . Los datos de las encuestas de 1972 en Valparaíso y Viña del Mar no son analizados en este trabajo, pero los resultados son similares a Santiago. La muestra utilizada corresponde a los 504 casos en que coincide el identificador único de cada medición, validados además en base a la comuna de residencia y el sexo, lo que es relevante para garantizar la consistencia de la muestra de ambos años. Estos casos pareados forman parte de una muestra más amplia de individuos que fueron encuestados en cada año, 881 en 1972 y 754 en 1973.

Las características básicas de los encuestados en la encuesta panel de 1972 y 1973 son descritas en el Anexo según sexo y edad, que son comparados con el Censo de 1970, además de su estrato socioeconómico (Tabla A1).

Variables

Las variables utilizadas en este trabajo corresponden a las disponibles en las bases de datos para ambos años, de acuerdo con las respuestas al cuestionario que fue aplicado en la época. De modo análogo a una variable dependiente, se considera como factor clave durante el período el apoyo al Presidente, medido a través de una pregunta basada en una escala Likert de cinco niveles sobre el grado de apoyo, que en este trabajo codificamos en forma binaria como “apoya” y “no apoya”. Agrupamos las respuestas en esas dos categorías de modo que su frecuencia sea una aproximación proporcionalmente similar - ligeramente superior - a los resultados de la elección parlamentaria de 1973 en Santiago. La Unidad Popular obtuvo un 35,9% de los votos en la ciudad de Santiago - donde se aplicó la encuesta - y un 44,2% a nivel nacional, según datos del Registro Electoral, en correspondencia con lo cual la categoría “apoya” abarca un 44,2% de los encuestados en ese año y el mismo orden de clasificación se aplica en el año anterior.

En el apoyo al Presidente podían incidir diversas características socioeconómicas de las personas encuestadas, ante todo los efectos debido a género y edad. En el trabajo se utiliza la variable sexo de la persona (hombre o mujer), que puede reflejarse en diferencias de género. La edad de las personas se mide a través de una variable continua en la base de datos, que utilizamos tanto de ese modo original como en una agrupación en tres tramos similares en cuanto a los años abarcados y su frecuencia (18 a 29 años, 30 a 49 y 50 o más).

Además de esas variables, los estudios basados en encuestas también distinguen habitualmente estratos socioeconómicos, aunque su dispar medición puede dar lugar a múltiples resultados, por lo que en este trabajo se emplea una clasificación basada en criterios de la época y en continuidad con estudios posteriores. Utilizamos una variable elaborada por el propio equipo de investigación en la época, denominada “índice socioeconómico”. Esto corresponde a una codificación según nivel socioeconómico que tomó como base la suma aritmética de tres variables: calidad de la vivienda, nivel educacional y clasificación ocupacional - actualmente denominada categoría ocupacional -, según un procedimiento similar al aplicado en encuestas de las décadas siguientes en Chile (aim, 2008; Cordero, 2009Cordero, Rodrigo. (2009), “Dígalo con números: La industria de la opinión pública en Chile”. In: Cordero, Rodrigo (ed.). La sociedad de la opinión: Reflexiones sobre encuestas y cambio político en democracia. Santiago, Ediciones Universidad Diego Portales, pp. 29-44.). Los resultados de esa suma, en orden de valor ascendente, fueron categorizados como una escala y registrados en la base de datos original. En este trabajo reagrupamos las dos categorías extremas de la distribución debido a que el número de casos era muy pequeño, por lo que agregamos la categoría inferior y la superior a la categoría más cercana a cada una de ellas, distinguiendo cinco estratos socioeconómicos, desde el más alto al más bajo, lo que no pretende ser una medición de clases sociales.

Para estudiar las motivaciones y opiniones que incidían en la posición con respecto a apoyar al Presidente Allende, seleccionamos dos variables, la identificación política (derecha, centro, izquierda o sin identificación) y la apreciación de cuáles eran los problemas del país que consideraban más importantes, las que han sido puestas de relieve en estudios previos basados en las mismas encuestas (Mac-Clure & Garretón, 2019Mac-Clure, Oscar & Garretón, Manuel Antonio. (2019), “Revisitando la elección de Allende en 1970: lo que revelan encuestas aplicadas en la época”. Tempo Social, 31 (1): 235-261.; Navia & Osorio, 2017Navia, Patricio & Osorio, Rodrigo. (2017), “‘Make the economy scream’? Economic, ideological and social determinants of support for Salvador Allende in Chile, 1970-3”. Journal of Latin American Studies, 49 (4): 771-797.). La segunda variable sobre apreciaciones subjetivas se basa en una pregunta referida a una lista de “los principales problemas nacionales” acerca de la que se solicita a la persona indicar “cuál de ellos considera más importante”. De acuerdo con esa formulación, puede ser considerada tanto un diagnóstico de la situación en el período, como el reflejo de aspiraciones en un sentido más amplio que la situación personal o expectativas para la familia. Esta pregunta cerrada ya había sido aplicada por Hamuy en la mayor parte de las encuestas anteriores, pero en el cuestionario de la encuesta panel agregó una alternativa referida al desabastecimiento. En 1973 subdividió la alternativa sobre empleo, que era elegida con mucha frecuencia; para conservar consistencia con la variable de 1972 mantuvimos agrupadas las respuestas sobre empleo. En el trabajo utilizamos las seis alternativas aplicadas en 1972, así como una agrupación de las mismas alternativas basada en su homogeneidad: “hacer la reforma agraria”, inflación y escasez, políticas sociales y empleo. Al tratarse de alternativas cerradas, esta variable permite contrastar ambos años sobre una base estándar e incluso comparaciones con estudios más allá del período analizado.

Análisis

El análisis descriptivo de los datos se basa en la opinión de los encuestados con respecto de su apoyo o no apoyo al Presidente, de acuerdo con cada una de las variables socioeconómicas y de apreciación subjetiva antes indicadas. El trabajo utiliza los datos de cada uno de los dos años de la encuesta panel para distinguir tipos principales de encuestados con respecto a la evolución de su posición sobre el apoyo a Allende, incluyendo tanto quienes mantienen su posición como quienes la modifican entre ambos años. Esta tipología identifica tres categorías: a) Partidarios: sí apoyan en 1972 y en 1973; b) Contrarios: no apoyan en 1972 ni en 1973; y c) Fluctuantes: su apoyo varía entre ambos años. Con esta diferenciación se realiza un análisis descriptivo de la evolución del apoyo a Allende, referido a cada subconjunto de encuestados según cada una de las variables del estudio en cada año.

La definición operacional de la evolución del apoyo al Presidente según esa tipología, es capturada finalmente en un análisis longitudinal basado en un modelo estadístico de regresión logística multinivel con intercepto aleatorio (Hox, Moerbeek & Schoot, 2018Hox, Joop; Moerbeek, Mirjam & Schoot, Rens van de. (2018), Multilevel analysis: Techniques and applications. Third edition. New York, Routledge, Taylor & Francis Group.). Se modela la probabilidad apoyar al Presidente según características socioeconómicas, identificación política y principales problemas percibidos, en cada medición de modo anidado a nivel de individuos. Así, el modelo incorpora los dos momentos del tiempo con respecto del apoyo a Allende por parte de cada encuestado. Esto tiene la ventaja de aprovechar la estructura jerárquica de los datos e incorporar predictores tanto constantes como variantes en el tiempo, aunque con supuestos con respecto a la normalidad e independencia de los errores, para explorar los patrones en el apoyo hacia el Presidente considerando su evolución previa al golpe de 1973. Del mismo modo, se estiman modelos transversales para 1972 y 1973 por separado, con una estructura de variables idéntica al modelo longitudinal, para evaluar factores específicos que pudieran condicionar el apoyo al Presidente en cada uno de estos años por parte de los mismos encuestados.

Evolución de la postura política de las personas: partidarios, contrarios y fluctuantes

Los resultados muestran las diferencias en el comportamiento político de las personas en cuanto a su posición respecto al Presidente (Tabla 1) desglosadas por características socioeconómicas de los encuestados así como de acuerdo con sus motivaciones y opiniones sobre aspectos claves con respecto a esa opción política, comparando sobre esa base a los mismos individuos en las dos oportunidades en que fueron encuestados y sometiendo a prueba la importancia relativa de esos factores en la evolución de su apoyo a Allende en el período de 1972 a 1973 (Figuras 1 a 4 y Tabla 2).

FIGURA 1
Evolución del apoyo al Presidente según sexo en 1972 y 1973, Santiago. % según cada sexo (100%)

FIGURA 2
Evolución del apoyo al Presidente según estrato socioeconómico en 1972 y 1973, Santiago. % según estratos en cada tipo de encuestados (100%)

FIGURA 3
Evolución del apoyo al Presidente según identificación política en 1972 y 1973, Santiago. Según % identificación política en cada año y tipo de encuestado (100%)

FIGURA 4
Evolución del apoyo al Presidente según principal problema nacional en 1972 y 1973, Santiago. Según % problema en cada año y tipo de encuestado (100%)

TABLA 1
Apoyo al Presidente: evolución según tipos de encuestados en 1972 y 1973, Santiago

El apoyo al Presidente Allende experimentó una caída desde la situación anterior a la crisis de 1972 a cuando ésta ya se había desencadenado en 1973 (Tabla 1). Sin embargo, el apoyo al Presidente en ese último año seguía siendo elevado, como se confirmó en la elección parlamentaria de marzo del mismo año.

Esto evolucionó de tres maneras diferentes en las personas encuestadas en los dos momentos de la encuesta panel, en 1972 y nuevamente en 1973, en lo que basaremos nuestro análisis. Los partidarios de Allende que mantuvieron su apoyo al Presidente en forma constante en ambos años fueron más que quienes lo apoyaron solo en uno u otro momento. De modo análogo, las personas encuestadas contrarias a Allende de modo invariable en los dos años también fueron más que quienes variaron su posición. Pero de todos modos, las personas fluctuantes fueron un grupo cuantitativamente relevante con respecto al apoyo al Presidente, por lo que es pertinente entender sus motivaciones y opiniones, junto con las de quienes se mantuvieron partidarios o contrarios al Presidente. Este tercer subconjunto de encuestados abarcó un 62,5% que apoyó a Allende en 1972 pero no en 1973 y a la inversa un 37,5% que no lo apoyó en el primer año pero sí en el segundo.

Características socioeconómicas y motivaciones subjetivas: género, edad y estrato social

Los datos de la encuesta panel muestran una fuerte incidencia del género en el comportamiento político de las personas encuestadas (Figura 1 y Tabla A2 en Anexo).

En el primer subconjunto, las mujeres que se mantuvieron partidarias de Allende en 1972 y 1973 fueron proporcionalmente menos que los hombres. La mayor diferencia entre hombres y mujeres se produjo en el grupo que asumió una posición política en contra del Presidente en forma inalterada durante ambos años: las mujeres contrarias a Allende fueron una proporción considerablemente mayor que en el caso de los varones. En cambio, las mujeres que fueron inestables en cuanto a apoyarlo entre esos dos momentos constituyeron una proporción relativamente similar a los hombres.

Desde el punto de vista de la firmeza de sus opciones políticas en términos de mantenerlas en el transcurso del tiempo, los comportamientos más polarizados en el sentido de ser constantes en 1972 y 1973, correspondieron a las mujeres que se mantuvieron contrarias al Presidente, seguidas por los hombres que continuaron siendo partidarios de Allende, a diferencia del grupo de mujeres y varones que tuvo variaciones en su posición política. Esto indica que la polarización era mayor entre las mujeres contrarias al Presidente que en el resto de las mujeres encuestadas.

Diferencias bastante marcadas se observan también en el apoyo al Presidente según los estratos socioeconómicos que distinguió el equipo de Eduardo Hamuy (Figura 2).

La evolución de los encuestados según los datos de la encuesta panel permite observar que los partidarios constantes Allende en ambos años pertenecían principalmente al estrato bajo, así como en una medida menor y similar, al estrato más bajo y al medio. En cambio, quienes mantuvieron una definida posición política contraria al Presidente en las dos oportunidades en que fueron encuestadas, fueron personas de estrato bajo y medio en similares proporciones, aunque en general la mayoría correspondía a la suma del estrato medio y el medio alto. Quienes integraron el tercer subconjunto de encuestados, los fluctuantes cuyo apoyo a Allende experimentó variación entre la primera medición y la siguiente, eran principalmente de estrato bajo, en una proporción tan numerosa como los partidarios del Presidente. De este modo, destaca que los fluctuantes entre quienes estaba en juego el respaldo al Allende, pertenecían principalmente a los estratos bajos más que a los estratos medios. En resumen, el estrato bajo predominaba en el perfil de los partidarios del Presidente y también en los fluctuantes, mientras los estratos medios prevalecían en los contrarios a Allende.

A diferencia de las motivaciones de género y por la pertenencia a un determinado estrato social, el apoyo al Presidente Allende según grupos de edad no muestra una pauta general distintiva según tipos de encuestados.

Identidad subjetiva según identificación con una tendencia política

Los datos de la encuesta panel permiten observar interesantes particularidades en la evolución de la identificación política (Figura 3 y Tabla A4 en Anexo).

El apoyo constante al Presidente, por parte de quienes lo respaldaron en los dos años, provino casi completamente de encuestados que en cada año se autoidentificaron como de izquierda. De especial interés resulta observar que las personas contrarias a Allende en las dos oportunidades en que fueron encuestadas, en su mayor parte se identificaban de centro. También llama la atención que entre quienes tuvieron una variación en su apoyo al Presidente, los más numerosos fueron personas que en ambas encuestas se identificaron a si mismas como de izquierda, de modo que esta identificación política no implicaba una adhesión política incondicional a Allende.

Declararse de izquierda tenía un significado polisémico que era valorado positivamente por un conjunto más amplio de personas que los partidarios constantes del Presidente, pues incluso una parte de los contrarios a Allende se identificaba con esa tendencia política. Además, ser de izquierda era una identidad política fluctuante; por ejemplo, un 21% de las personas encuestadas que se declararon izquierdistas en abril de 1972 se identificó con el centro o la derecha en la encuesta de febrero de 1973, mientras a la inversa un 29% de las personas identificadas con el centro o derecha en 1972 pasaron a ser de izquierda en 1973 (Tabla A3 en Anexo). Los izquierdistas tampoco constituían un bloque cerrado sino un grupo diverso en términos de la orientación de su apoyo político a favor o en contra del Presidente, como se ilustra en el hecho de que entre quienes se identificaron con la izquierda en 1972 un 20% no apoyaba a Allende ese año y entre los izquierdistas en 1973 otro 20% tampoco lo apoyaba. Casi la totalidad de los partidarios de Allende se identificaban con una tendencia político-ideológica de izquierda, de modo que la postura polar de apoyo constante al Presidente estaba correlacionada con una identificación política también polarizada en la izquierda, pero esta identificación era en parte fluctuante y además heterogénea en cuanto al apoyo al Presidente, de modo que la polarización distaba de ser estable en el tiempo y homogénea en el apoyo al mandatario.

En contraste, la existencia de un polo de derecha entre los encuestados debe ser relativizada en términos de su magnitud, pues la identificación con el centro y no con la derecha era mayoritaria entre las personas opositoras a Allende en ambos años, incluso en 1973 cuando una parte de las personas encuestadas evolucionó hacia identificarse con la derecha. Entre quienes se identificaron de centro en la encuesta de 1972 un 81% no apoyaba al mandatario ese año, lo que aumentó a un 90% de los centristas en 1973. De este modo, esa identificación político-ideológica predominantemente con el centro más que con el polo de derecha, acentuó su postura polar frente a Allende en 1973. La base principal del no apoyo al mandatario no se identificaba con el polo político-ideológico de derecha sino con el centro, pero su polarización frente a Allende se acentuó en 1973.

Desde la perspectiva del crucial problema de la legitimidad política del gobierno de Allende, las acusaciones de ilegitimidad impulsadas preponderantemente por la derecha en la escena política nacional tenían una escasa base social en el subconjunto de las personas encuestadas que se mantuvieron contrarias al Presidente en los dos años, considerando que un porcentaje bastante reducido se identificaba con la derecha en el subconjunto contrario al Presidente. En cuanto al discurso radicalizado y las formas de acción que desde la izquierda ponían en cuestión la legitimidad del sistema político preexistente, es razonable estimar que su base social potencial se situaba principalmente entre los encuestados que en ambos años se declararon de izquierda y se mantuvieron de modo invariable partidarios del Presidente o fluctuaron en apoyarlo (un 39,7% del total de encuestados), en un contexto en que el sistema de compromisos políticos no era puesto en cuestión por el propio Allende.

Más en general, la politización y polarización en la época deben ser relativizadas con respecto de la identidad política subjetiva de las personas encuestadas en ambas oportunidades. Contrariamente a la creencia de que la identificación política era estable, los datos muestran que solo un 65% de los encuestados mantuvo su identificación en ambos años, mientras un 35% la modificó, de modo que entre los ciudadanos encuestados la multipolaridad y movilidad fue más marcada que la competencia bipolar en el sistema de partidos políticos (Tabla A3 en Anexo).

Opiniones sobre los principales problemas del país

Las opiniones de las personas encuestadas sobre cuál era el principal problema del país tenían rasgos en común, pero también se diferenciaban según sus posiciones políticas con respecto al apoyo al Presidente (Figura 4 y Tabla A5 en Anexo).

En primer lugar, la gravedad de los problemas de escasez e inflación era predominante en la opinión de la mayoría de los encuestados, independientemente de su posición con respecto al apoyo al Presidente - excepto entre sus partidarios en 1972 -, lo que se incrementó en 1973. Esto confirma la importancia asignada al desabastecimiento y la inflación por la literatura, precisando que la percepción de la relevancia de estos problemas se agudizó en el último año. Es importante aclarar la razón de este juicio transversal, que se puede encontrar en las respuestas de los mismos encuestados a otra pregunta específica, en la encuesta de 1973, referida a los culpables del desabastecimiento: solo un 18,3% juzgaba como responsable al gobierno o a organismos que dependían del gobierno, mientras la mayor parte percibía que los culpables eran otros como los comerciantes y especuladores. Sin embargo, la percepción de la escasez como principal problema era mucho más frecuente entre las mujeres que los hombres de acuerdo con los datos de la encuesta panel (34,8% de las mujeres y solo 17,6% de los hombres en 1973); dada su socialización de género, así como por la estrechez de sus oportunidades de inserción en el mercado laboral, las dificultades de abastecimiento erosionaban la cotidianeidad doméstica y cuestionaban fuertemente la identidad tradicional de las mujeres como madres, esposas y dueñas de casa.

En segundo lugar, seguía en importancia a la escasez y la inflación la opinión de que el empleo era el principal problema del país, tanto entre los partidarios del Presidente como los fluctuantes y en menor medida los contrarios, en ambos años. La relevancia subjetiva del empleo es un punto sorprendente considerando la casi completa ausencia de este problema en los estudios sobre el período y el diagnóstico de que la tasa de desempleo era baja. Por un lado, esto se puede entender como un efecto de la cuantiosa magnitud del subempleo en la época. Por otro lado, esto se debe analizar desde una perspectiva de género, considerando que las personas encuestadas que enfatizaron en el empleo fueron no solo hombres, sino mujeres en proporción cercana a los varones (26,6% de las mujeres y 31,2% de los hombres en 1973). El énfasis en el empleo se puede vincular en parte al interés por la ampliación de las oportunidades de trabajo remunerado para las mujeres. De este modo, es razonable pensar que la percepción del empleo como principal problema del país se vinculaba en gran medida a una tasa combinada de desocupación informal y de fuerza de trabajo potencial basada en la participación laboral femenina.

Finalmente, a lo anterior seguían en prioridad las políticas públicas principalmente de tipo social, incluyendo educación y vivienda, así como la reforma agraria. Se observa que la prioridad asignada a las políticas sociales sigue una pauta similar en los tres tipos de encuestados, es decir, tiene un carácter transversal de modo análogo al empleo, a diferencia de lo que ocurre marcadamente con el desabastecimiento y la inflación.

Los problemas priorizados por las personas integrantes de cada uno de los tipos de encuestados permiten observar mejor la evolución entre 1972 y 1973. En el subconjunto que apoyó a Allende invariablemente en ambos años, el empleo y las políticas sociales tenían prioridad en el año 1972, pero se vieron sobrepasados por la escasez y la inflación en 1973. Muy diferente era la visión del subconjunto que permaneció contrario al Presidente en ambos años, abrumado por la escasez y la inflación en 1972, lo que se extremó en 1973. En el grupo cuyo apoyo a Allende fue fluctuante entre ambos años, la gravedad de la escasez y la inflación era lo principal, pero en 1973 esto último alcanzó una proporción similar al grupo constantemente partidario del Presidente. En comparación con el subgrupo que se mantuvo contrario al Presidente, tanto los partidarios de Allende como los fluctuantes en su apoyo, consideraban en mayor medida que lo que estaba en juego era el empleo y las políticas sociales, aumentando el acento en el empleo por sobre las políticas sociales en el último año.

Estas opiniones sobre los principales problemas del país reflejan también aspiraciones que en alguna medida se aproximan a ideas de las personas sobre lo justo y lo injusto en ese momento histórico, las que hasta ahora habían sido poco conocidas. Esquemáticamente, los tres tipos de encuestados en cuanto a la evolución de su comportamiento político con respecto al apoyo al Presidente, se guiaron por motivaciones y opiniones que siguieron pautas bastante diferenciadas. El primer tipo, los encuestados que se mantuvieron partidarios de Allende, fueron preponderantemente hombres, de estrato bajo, casi en su totalidad identificados con la izquierda, para quienes la preocupación por la escasez y la inflación no era tan importante como entre las personas contrarias al Presidente, mientras en cambio el empleo era un problema bastante prioritario y las políticas sociales le seguían en importancia. El segundo subconjunto, integrado por quienes fueron constantemente contrarios a Allende eran principalmente mujeres, de estratos medios, cuya identificación política era con el centro, a quienes el problema que les preocupaba primariamente era la escasez y la inflación muy por sobre el empleo, lo que se intensificó en 1973. Finalmente, los encuestados que fluctuaron con respecto al apoyo al Presidente, eran tanto hombres como mujeres, de estratos bajos, en su mayoría identificados/as con la izquierda, entre quienes la preocupación por la escasez y la inflación tampoco era tan importante como en el grupo contrario a Allende, y en cambio el empleo era comparativamente más relevante.

Evolución de la probabilidad de apoyar al presidente

La Tabla 2 presenta tres modelos de regresión logística longitudinal para la probabilidad de apoyar al Presidente Allende. El primer modelo incorpora características socioeconómicas de los entrevistados, el segundo agrega sus opiniones en torno a los principales problemas del país y finalmente, el tercer modelo añade la identificación política, siendo todos controlados por el efecto temporal. Los resultados descritos a continuación enfatizan en la dirección de las asociaciones y su relevancia sustantiva.

TABLA 2
Regresión multinivel longitudinal para la probabilidad de apoyar al Presidente, según características socioeconómicas, principales problemas e identificación política, en 1972 y 1973, Santiago

El primer modelo presenta asociaciones negativas por género y nivel socioeconómico, es decir, la probabilidad de apoyar al Presidente es menor para las mujeres en comparación con los hombres. Por otro lado, el modelo muestra que mientras más elevado es el estrato socioeconómico, hay una reducción en la probabilidad de apoyar a Allende.

La incorporación de la opinión sobre los principales problemas del país en el modelo 2 no muestra variaciones importantes en los resultados del modelo 1 acerca de las variables socioeconómicas. En cuanto a los problemas priorizados, las personas encuestadas que consideran la escasez y la inflación como el principal problema del país muestran una menor probabilidad de apoyar a Allende respecto a quienes consideran la reforma agraria como la principal problemática. Las variaciones con respecto al apoyo al Presidente no son significativas en lo relativo a los problemas vinculados al empleo y las políticas sociales, lo que es concordante con la transversalidad de estos problemas para el conjunto de los encuestados, según lo previamente analizado.

Tanto el modelo 1 como el modelo 2 son controlados por la tendencia temporal, que tiene un efecto negativo sobre el apoyo a Allende, lo que da cuenta de la caída de su apoyo por la crisis agudizada a fines de 1972. A pesar de los análisis según los cuales en las elecciones parlamentarias de 1973 se mantuvo el apoyo a la coalición de izquierda, ese efecto del período es estadísticamente significativo, en términos de una caída del apoyo a Allende desde 1972 a 1973 entre las personas entrevistadas en la encuesta panel en ambos años.

Finalmente, la identificación política agregada en el modelo 3 muestra cambios importantes con respecto a las estimaciones anteriores. Desaparece el efecto del período, el sexo, los estratos socioeconómicos y los problemas sociales, en su lugar, la identificación política condiciona el apoyo al Presidente. Identificarse con la izquierda tiene un efecto positivo significativo de gran magnitud sobre la probabilidad de apoyar a Allende en comparación a identificarse de derecha. Esto es similar a lo que ocurre en las personas sin identificación política, que muestran una mayor probabilidad de apoyar al Presidente en contraste con los encuestados de derecha. La incorporación de este predictor muestra un impacto considerable en las medidas de ajuste del modelo, lo que da cuenta de la relevancia de la identificación política. Esto confirma lo antes analizado principalmente en relación con el apoyo a Allende polarizado en personas que se declaraban de izquierda.

Los modelos transversales para 1972 y 1973 por separado, muestran resultados sin cambios de significación estadística con respecto del análisis longitudinal, excepto dos diferencias específicas (Tablas A6 y A7 en Anexo). La percepción del empleo como un problema en 1973 se agrega a la escasez y la inflación como un factor que también tiene incidencia estadísticamente significativa ese año en disminuir la probabilidad de apoyar al Presidente. Entre quienes se declaran sin identificación con una corriente política, que constituían una pequeña proporción de encuestados, la probabilidad de apoyar a Allende no es estadísticamente significativa en 1972, mientras que esto sí es significativo en 1973.

De este modo, al estimar los modelos para cada encuesta por separado con respecto de los mismos encuestados, se observa que en general se mantuvieron los factores que incidían en las bases de apoyo a Allende en cada encuesta, excepto las dos diferencias específicas indicadas. Se confirma que el apoyo al mandatario fue estadísticamente significativo exclusivamente entre los encuestados que se declararon de izquierda en 1972 y 1973, constituyendo su principal base de apoyo, pero una parte de ellos cambió su postura de apoyarlo o no apoyarlo según se observó anteriormente en los datos descriptivos (Figura 3), de modo que la adhesión a Allende no era incondicional entre los izquierdistas. En cambio, los opositores al Presidente se identificaban en mayor proporción con el centro más que con la derecha según se indicó antes, pero la oposición de los centristas a Allende no era estadísticamente significativa en relación con el grupo de comparación - más pequeño - integrado por quienes se identificaban con la derecha, es decir, compartían la oposición al mandatario pero no la identificación política, contrariando en parte la tesis predominante acerca de una polarización de las identidades político-ideológicas en la época. Los cuestionamientos a esta tesis en el plano de la identidad política de los ciudadanos “corrientes”, se ve confirmado por el hecho de que un tercio de las personas entrevistadas en la encuesta panel cambiaron su identificación política entre 1972 y 1973, según se observó previamente.

A pesar de la importancia de la identificación política, los modelos estadísticos muestran que otros factores también son estadísticamente significativos entre las personas encuestadas con respecto al apoyo al mandatario. Se confirma que ser mujer aumentaba la probabilidad de oponerse a Allende, mientras que pertenecer a un estrato socioeconómico más bajo aumentaba la probabilidad de apoyarlo. Asimismo, los modelos confirman la importancia central de la escasez y la inflación, estadísticamente significativas en la probabilidad de restar apoyo al Presidente a lo largo de ambos años y en cada uno por separado, opacando la incidencia de las políticas sociales y los problemas de empleo, que eran prioridades en las políticas públicas. Sin embargo, la percepción sobre problemas de empleo (ver también Figura 4) alcanzó significación estadística en el no apoyo a Allende en 1973 a pesar de que según las cifras de la época había baja tasa de desempleo, lo que podríamos atribuir a aspiraciones insatisfechas con respecto al empleo informal y de mayor acceso al empleo asalariado, lo que hasta ahora no había sido observado en los estudios existentes.

Conclusiones

El análisis que hemos realizado de la encuesta panel muestra que la mayoría de las personas encuestadas en ambos años mantuvo su postura de apoyar o no apoyar a Allende entre abril-junio 1972 y febrero 1973, pero alrededor de un cuarto de las personas fluctuó en su posición, de las cuales unas pasaron a ser contrarias a Allende y una cantidad algo menor pasó a ser partidaria. Esas posturas políticas se explican ante todo por el más notorio cambio entre ambos años: la identificación con la derecha, el centro o la izquierda, con respecto de lo cual dos tercios de las personas encuestadas mantuvo su posición entre los dos años, pero otro tercio cambió de identificación política, especialmente desde el centro hacia la derecha y desde la izquierda al centro, de modo que esa identidad también era fluctuante.

En la evolución de la postura frente a Allende también influyó significativamente el contexto de la crisis político-social en el período 1972-1973, así como ser hombre o mujer y la pertenencia a un estrato socio-económico más alto o más bajo. Además, los resultados confirman que en su posición con respecto a Allende, las personas encuestadas asignaban importancia significativa a sus problemas concretos - incluidos por Hamuy en la encuesta panel -, particularmente al desabastecimiento y la inflación, así como al escasamente estudiado problema del empleo hacia 1973: esa era su vida cotidiana, más que la atmósfera sobrecargada de tensión en la escena política nacional.

La encuesta panel analizada amplía lo conocido sobre el período del gobierno del Presidente Allende y en particular acerca de la crisis política, económica y social que precedió al golpe militar. La evolución de las personas encuestadas con respecto al apoyo al Presidente aporta a ese conocimiento en el nivel microsocial de los individuos, más allá de visiones preestablecidas y dicotómicas. Aunque la polaridad puede caracterizar a las elites políticas en la época, con respecto de la gente corriente el análisis de las encuestas panel ha permitido complejizar y cuestionar la tesis de la polarización sobre bases empíricas sólidas, al distinguir y arrojar luz sobre dos fenómenos con sus dinámicas propias en la crisis del período, la variante opinión política en tormo al apoyo al Presidente y la aún más fluctuante identidad en torno a una tendencia político-ideológica.

Sin embargo, los resultados presentados se limitan a una muestra de individuos en la ciudad de Santiago, por lo que se requerirían otros antecedentes para ampliar la visión hacia otras ciudades y zonas del país. Además, el foco en los individuos permitiría el desarrollo de estudios que reevalúen lo ocurrido a nivel de actores sociales y en la escena política nacional. De especial interés sería estudiar desde otros ángulos algunos de los aspectos puestos de relieve en el análisis, como la incidencia del género, las diferencias socioeconómicas, el desabastecimiento, el empleo y las identidades políticas. Finalmente, la caracterización de los individuos en la crisis del período analizado, podría contribuir al estudio de una crisis similar en otra época.

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  • 1
    . Este trabajo contó con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile, Anid-Fondecyt, proyecto 1190436.
  • 2
    . Ley 15560, 3 de febrero de 1964. Jorge Alessandri, “Hacia un Gobierno de Integración Nacional”, El Mercurio (suplemento), 11 enero 1970.
  • 3
    . Odeplan fue el organismo estatal antecesor del Ministerio de Planificación (Mideplan), cuyo sucesor fue a su vez el Ministerio de Desarrollo Social (mds). El subempleo se refería a los que trabajan en una ocupación precaria o inestable y el desempleo abierto a los que no trabajaban ni estaban dispuestos a trabajar.
  • 4
    . La selección de las personas encuestadas se realizó de acuerdo con un procedimiento sobre el cual no hay registros y de modo poco canónico la encuesta se aplicó paulatinamente a lo largo de los años 1971 y 1972. La encuesta se inscribía en una investigación sobre el efecto de la televisión en Santiago del Departamento de Sociología de la Universidad de Chile. Los cuestionarios con las respuestas de los encuestados se conservan en papel en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile y fueron procesadas para los fines de este estudio.
  • 5
    . Encuesta Cedoc 39, Santiago, abril a junio 1972 y Encuesta Cedoc 45, Santiago, febrero 1973, basada en la anterior. Bases de datos originales en SPSS.
  • 6
    . Los datos de las encuestas de 1972 en Valparaíso y Viña del Mar no son analizados en este trabajo, pero los resultados son similares a Santiago.

Anexos

TABLA A1
Características socioeconómicas de los encuestados en 1972 y 1973, y según población censal, Santiago (N y %)
TABLA A2
Apoyo al Presidente según características socioeconómicas en 1972 y 1973, Santiago (%)
TABLA A3
Identificación política en 1972 y 1973, Santiago (%)
TABLA A4
Apoyo al Presidente según identificación política en 1972 y 1973, Santiago (%)
TABLA A5
Apoyo al Presidente según principal problema nacional en 1972 y 1973, Santiago
TABLA A6
Regresión multinivel transversal para la probabilidad de apoyar al Presidente, según características socioeconómicas, principales problemas e identificación política en abril-junio 1972, Santiago
TABLA A7
Regresión multinivel transversal para la probabilidad de apoyar al Presidente, según características socioeconómicas, principales problemas e identificación política en febrero 1973, Santiago

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    07 Ene 2022
  • Fecha del número
    Sep-Dec 2021

Histórico

  • Recibido
    14 Oct 2020
  • Acepto
    12 Jul 2021
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