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Fragmentación ideológica de la elite en Chile

Ideological fragmentation of the elite in Chile

Resumen

Este artículo se titula “Fragmentación ideológica de la elite en Chile”. Ofrece resultados de una investigación sobre los estratos más privilegiados de la sociedad chilena compuestos por empresarios, directivos y profesionales. En base a literatura sociológica y politológica, se indaga sobre la división política de las clases altas y medias altas. Para ello, se emplea una aproximación metodológica que combina técnicas cuantitativas (análisis de correspondencias múltiples), cualitativas (entrevistas en profundidad) y una lectura geográfica (mapas). Se concluye que la elite chilena está fuertemente dividida en torno a los cambios que el país enfrenta, mostrando una fragmentación interna de acuerdo a la edad y sobre todo la ideología política.

Palabras clave:
Elites; Fragmentación política; Ideología; Privilegio; Desigualdades

Abstract

This article is titled “Ideological fragmentation of the elite in Chile”. It offers results of a research about the privilege in Chilean society, sociologically composed by entrepreneurs, managers and professionals. Based upon sociological and politological contributions, it studies political divides within the upper class and upper middle class. In order to do that, it uses a methodological approach which combines quantitative (multiple correspondence analysis) and qualitative (in-depth interviews) techniques, along with geographical tools (maps). It concludes that the Chilean elite is strongly divided regarding the views about the changes that challege the country, showing an internal fragmentation by age and above all political ideology.

Keywords:
Elites; Political fragmentation; Ideology; Privilege; Inequalities

Introducción

En los últimos años ha habido un renovado interés por el estudio de las élites. Sea en la versión de las investigaciones sobre los ricos o la riqueza (Ariño e Romero, 2016 Ariño, Antonio & Romero, Juan. (2016), La secesión de los ricos. Barcelona, Galaxia Gutenberg.; Sherman, 2017 Sherman, Rachel . (2017), Uneasy Street. The anxieties of affluence. Nova Jersey, Princeton University Press.; Schimpfössl, 2018 Schimpfössl, Elisabeth. (2018), Rich Russians. From oligarchs to bourgeoisie. Nova York, Oxford University Press. ), o sea con un énfasis en estratos de profesionales y directos evidentemente acomodados (Andreotti et al., 2015Andreotti, Alberta; Le Galès, Patrick & Moreno Fuentes, Francisco Javier. (2015), Globalised minds, roots in the city. Chichester (UK), Wiley Blackwell.; Rivera, 2015 Rivera, Lauren A. (2015), Pedigree. How elite students get elite jobs. Princeton e Oxford, Princeton University Press.; Gerhards et al., 2017 Gerhards, Jürgen; Hans, Silke & Carlson, Sören . (2017), Social class and transnational human capital. How middle and upper class parents prepare their children for globalization. Londres e Nova York, Routledge.; Méndez e Gayo, 2019 Méndez, María Luisa & Gayo, Modesto. (2019), Upper middle class social reproduction. wealth, schooling, and residential choice in Chile. Cham, Palgrave Macmillan. ; Friedman e Laurison, 2019 Friedman, Sam & Laurison, Daniel. (2019), The class ceiling. Why it pays to be privileged. Bristol/Chicago, Policy Press.), el privilegio social ha devenido un tema central en la sociología actual. Ello ha permitido saber mucho más sobre los modos de acceder a las posiciones más destacadas de una sociedad, sus patrones de reproducción social y sus visiones a propósito de sí mismos o del privilegio que disfrutan. Sin embargo, a pesar de su reconocida influencia, a partir de la mayoría de estas investigaciones, es mucho menos lo que se alcanza a conocer sobre sus visiones políticas.

A propósito de ello, la ciencia política ha sido una fuente relativamente abundante de referencias, algunos de cuyos ejemplos conviene mencionar. A modo de síntesis, dos líneas de trabajo se han abierto un notorio camino, la que se podría denominar de la fragmentación (Real-Dato, 2012Real-Dato, José; Göricz, Borbála & Lengyel, György . (2012), “National elites’ preferences on the Europeanization of policy making”. In: Best, Heinrich; Lengyel, György & Verzichelli, Luca (eds.). The Europe of elites. A study into the Europeanness of Europe’s political and economic elites. Oxford, Oxford University Press, capítulo 4, pp. 67-93.; Brussino e Acuña, 2015 Brussino, Silvina & Acuña, María Inés . (2015), “Confianza política, valores sociales e ideología política de las elites de poder”. Interdisciplinaria, 32 (2): 223-246.; Broockman et al., 2019 Broockman, David E.; Ferenstein, Gregory & Malhotra, Neil. (January 2019), “Predispositions and the political behavior of American economic elites: Evidence from technology entrepreneurs”. American Journal of Political Science, 63, (1): 212-233.), por un lado, y otra cuyo contenido está referido a las brechas de representación (Dosek, 2011 Dosek, Tomás. (2011), “¿Diferencia la izquierda y la derecha a los políticos y a los ciudadanos de América Latina?”. Boletín Pnud & Instituto de Iberoamérica: 1-18. Disponível em https://www.vanderbilt.edu/lapop/insights/062011.Boletin_PNUD-PELA3.pdf.
https://www.vanderbilt.edu/lapop/insight...
; González, 2019González Bustamante, Bastián. (mayo-agosto 2019), “Brechas, representación y congruencia élite-ciudadanía en Chile y Uruguay”. Convergencia, Revista de Ciencias Sociales, 80: 1-27.), por otro. En otros términos, las elites están internamente divididas y son portadoras de visiones del mundo peculiares, que de ningún modo pueden ser reducidas a posturas mayoritarias o a una simple proyección o mediación respecto a otros grupos.

Asimismo, la tradición sociológica alimentó por largo tiempo el estudio de las clases medias, lo que produjo un conocimiento muy acabado sobre sus ideologías, actitudes, valores y, además, su comportamiento electoral y participativo más general (Gayo, 2021 Gayo, Modesto. (2021), Clase y política en España i (1986-2008). Estructura social y clase media en la democracia postransicional, Madrid, Siglo XXI. ). En su conjunto, no se trataba de una elite, pero nociones más restringidas como la de clase de profesionales y directivos (Ehrenreich y Ehrenreich, en Walker, 1979 Walker, P. (1979), Between labour and capital. Sussex, The Harvester Press.), clase de servicio (Erikson e Goldthorpe, 1993 Erikson, Robert & Goldthorpe, John H. (1993): The Constant Flux. A Study of Class Mobility in Industrial Societies, Clarendon Press, Oxford.) o una atención preferente por los grupos de tipo profesional y managerial (Andreotti et al., 2015Andreotti, Alberta; Le Galès, Patrick & Moreno Fuentes, Francisco Javier. (2015), Globalised minds, roots in the city. Chichester (UK), Wiley Blackwell.), a menudo bajo el rótulo de clase media, como en el trabajo de Heath y Savage (1994 Heath, A. & Savage, M. (1994), “Middle-class politics”. In Jowell, Roger et al. (eds.), British social attitudes: the 11th report. Darmouth, Aldershot, pp. 61-73.), situaban el centro de la investigación en lo que se puede entender como una “ordinary elite”, o un estrato donde comienzan las posiciones que acumulan poder y prestigio en una sociedad muy por encima del promedio. Trabajos sobre riqueza como los de Keister (2005 Keister, Lisa A. (2005), Getting Rich. America’s new rich and how they got that way, Cambridge, Cambridge University Press.), para quien los ricos son conceptualizados como los que poseen a partir de un millón de dólares en patrimonio neto, o Arndt (2020 Arndt, H.; Lukas R. (2020), “Varieties of affluence: How political attitudes of the rich are shaped by income or wealth”. European Sociological Review, 36 (1): 136-158.), quien habla incluso de los ricos con un patrimonio de medio millón de euros, dejan claro la elasticidad de la noción de elite, y como necesariamente incluye a un estrato alto de profesionales y directivos, la clase media alta tradicional de las aproximaciones de los estudios de estratificación y desigualdad propios de la investigación sociológica desde la segunda posguerra mundial hasta el presente, donde se inscribe también nuestro trabajo.

En este artículo presentamos los resultados de una investigación sobre las visiones políticas de los miembros de las clases alta y media alta chilena, a los que - siguiendo la literatura presentada - nos referimos como “elite”. En primer lugar, exponemos líneas de argumentación centrales respecto a la temática de elites, ideología y fragmentación interna. En segundo lugar, presentamos los elementos nucleares de la metodología empleada en conjunto con información relevante sobre los datos. Finalmente, exponemos nuestros hallazgos en dos secciones, una cualitativa con información de entrevistas en profundidad y otra cuantitativa a partir de datos de encuesta. Concluimos señalando algunas ideas sobre la actual fragmentación política de la élite en Chile, y la manera en que dicho patrón se inscribe en la literatura contemporánea que intenta problematizar la dicotomía conservadores frente a progresistas.

El clivaje político en las elites

En una de sus obras cumbre, Bourdieu sostuvo que la clase dominante, que incluía desde grandes industriales hasta profesores de universidad, pasando por las profesiones liberales, era un contenedor de tomas de posición política no sólo muy diversas, sino en franca oposición mutua (Bourdieu, 1979 Bourdieu, Pierre. (1979), La distinction. Paris, les Éditions de Minuit.). Si las posiciones ocupadas por los primeros eran prototípicas de un apoyo irrestricto a posturas conservadoras, los profesores, dependientes laboralmente de su capital cultural, eran proclives a defender propuestas de izquierda. Por lo tanto, la división de los estratos dominantes no es algo nuevo, sino algo perteneciente a una tradición de investigación asentada.

En todo caso, lo que parece sencillo constatar desde un punto de vista económico, tomando como referencia la enorme diversidad de patrimonio y rentas en el conocido “1%” más encumbrado (Reeves, 2015 Reeves, Richard V. (2015), “The dangerous separation of the American upper middle class”. Brookings Report, September 3: 1-13.), posee bastantes más matices cuando enfrentamos las divisiones internas de la elite considerando las visiones políticas. Desde una perspectiva de estratificación, las clases medias altas han sido descritas como beneficiarias del estado de bienestar en décadas previas y crecientemente adherentes de políticas neoliberales de privatización de los servicios de salud, educación y los esquemas de pensiones (Chauvel, 2006 Chauvel, Louis. (2006), Les classes moyennes à la dérive. Paris, Éditions du Seuil.; Mau, 2015 Mau, Steffen. (2015), Inequality, marketization and the majority class: Why did the European middle classes accept neo-liberalism?. Nova York, Palgrave.). En otras palabras, los estratos inferiores de la elite, compuestos por profesionales y directivos de nivel elevado, adoptarían un rostro conservador, al menos en temas económicos. Este es el tipo de aproximación que entiende de modo generalmente implícito que lo que sucede a la clase media alta, con mayor razón sucederá a las personas que están en el verdadero ápice de la sociedad, atribuyéndoles el rótulo del conservadurismo por defecto, y por tanto suponiendo la presencia de una clase alta unida en la derecha del espectro político.

Si de algún modo un cierto supuesto de unidad dentro del privilegio puede ser rastreado, a veces más bien intuido, en muchos trabajos, nuestro énfasis en este artículo está orientado a destacar las líneas de división política que emergen como fronteras que trazan diferencias significativas en el interior de la elite. Sin duda, en esta materia ya es clásica la que levanta una barrera entre las elites económica y la política1 1 No es materia de este artículo reconstruir el debate clásico sobre la teoría de las élites, donde este tipo de distinciones entre tipos de elite son comunes, pero el lector interesado puede consultar, como algunos ejemplos señeros, las obras de autores como Wilfredo Pareto, Gaetano Mosca, Robert Michels, Wright Mills y Tom Bottomore. , teniendo una buena expresión de su influencia en investigaciones recientes. En esta línea, Real-Dato et al. (2012Real-Dato, José; Göricz, Borbála & Lengyel, György . (2012), “National elites’ preferences on the Europeanization of policy making”. In: Best, Heinrich; Lengyel, György & Verzichelli, Luca (eds.). The Europe of elites. A study into the Europeanness of Europe’s political and economic elites. Oxford, Oxford University Press, capítulo 4, pp. 67-93.) muestran que las elites económicas son más favorables a políticas pro europeas que las elites políticas. No obstante, en temas de seguridad social son las segundas más favorables a la europeización de las políticas públicas. Además, si se atiende únicamente a estas últimas elites, son los representantes socialistas (del Partido Socialista Obrero Español, PSOE) más europeístas que los que dirigen el conservador Partido Popular (PP) (Rodríguez-Teruel et al., 2016Rodríguez-Teruel, Juan; Real-Dato, José & Jerez, Miguel. (2016), “But still enthusiastic: The unchanged Europeanness of the Spanish parliamentary elite during the Eurozone crisis”. Historical Social Research, 41 (4): 214-238.). Por el otro lado, si se mira a las élites económicas, Arndt (2020 Arndt, H.; Lukas R. (2020), “Varieties of affluence: How political attitudes of the rich are shaped by income or wealth”. European Sociological Review, 36 (1): 136-158.) también constata que las mismas son mucho más conservadoras dentro del grupo de los que denomina “ricos”, lo que demuestra que estos son un grupo heterogéneo y que la posesión de patrimonio (wealth) marca una diferencia significativa frente a la simple obtención de ingresos elevados.

Diferenciaciones ideológicas tradicionales pueden ser encontradas en trabajos como los de Wayne (2016 Wayne, Au. (2016), “Techies, the tea party, and the race to the top: the rise of the new upper-middle class and tensions in the rightist politics of federal education reform”. The Educational Forum, 80 (2): 208-224.), para Estados Unidos, quien indaga en torno a las alianzas que requieren las políticas educativas en el país, identificando a grupos como los neoconservadores, los populistas autoritarios, los neoliberales y la nueva clase media de profesionales y directivos. Los neoliberales y la clase media favorecerían el mercado, y compartirían, frente a los neoconservadores y los populistas, un cierto progresismo (o liberalismo, como lo denomina) en la esfera cultural. Asimismo, las clases medias de profesionales y directivos estarían interesados en el desenvolvimiento de políticas de control tecnocrático, puesto que los convertiría en protagonistas y beneficiarios de este tipo de iniciativas, vengan de entidades públicas o privadas. Adicionalmente, un estudio sobre elites económicas de este mismo caso indica que la posición sobre diferentes asuntos políticos y sociales depende en gran medida de la posición en la estructura productiva de la industria en la que se desenvuelven sus miembros. Para demostrarlo, realizan una investigación sobre las visiones de las personas que ocupan posiciones destacadas en la industria tecnológica (Broockman et al., 2019 Broockman, David E.; Ferenstein, Gregory & Malhotra, Neil. (January 2019), “Predispositions and the political behavior of American economic elites: Evidence from technology entrepreneurs”. American Journal of Political Science, 63, (1): 212-233.). De ello resulta que estos empresarios son demócratas o liberales en temas sociales (aborto, matrimonio homosexual) e incluso económicos (distribución de la renta), pero muy conservadores en cuanto a la intervención legislativa o las regulaciones en temas relativos a la gestión de las empresas, situándose incluso más a la derecha que los republicanos millonarios. También sobre el mismo país norteamericano, en un estudio sobre profesionales y directivos de muy altos ingresos en el área de Nueva York, Sherman (2017 Sherman, Rachel . (2017), Uneasy Street. The anxieties of affluence. Nova Jersey, Princeton University Press.) hace expresa la diversidad de preferencias políticas, la mayoría identificándose como republicanos o demócratas, siendo los últimos generalmente conservadores respecto a temas de contenido económico. Asimismo, sobre grupos ocupacionales de clase media profesional, Gerteis (1998 Gerteis, Joseph. (1998), “Political Alignment and the American middle class, 1974-1994”. Sociological Forum, 13 (4): 639-666.) habla de un posicionamiento en torno a un eje izquierda-derecha.

Una línea relevante de investigación respecto a las visiones políticas de la elite es la que se ha centrado en estudiar las brechas entre las mismas y aquellas que son propias de la mayoría de la población. En ocasiones, esto ha sido conceptualizado como “brechas de representación”, entre elite política y opinión de masas. Con el objeto de resaltar algunas de las conclusiones centrales de esta línea de indagación, se puede mencionar algunos patrones. En base a estudios de países latinoamericanos, se extraen varias conclusiones (Dosek, 2011 Dosek, Tomás. (2011), “¿Diferencia la izquierda y la derecha a los políticos y a los ciudadanos de América Latina?”. Boletín Pnud & Instituto de Iberoamérica: 1-18. Disponível em https://www.vanderbilt.edu/lapop/insights/062011.Boletin_PNUD-PELA3.pdf.
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; Morales, 2011 Morales, Mauricio (coord.). (2011), Brechas de representación. Elites parlamentarias y ciudadanía en Chile. Documento Observatorio Político Electoral, ICSO, Universidad Diego Portales.; González Bustamante, 2019González Bustamante, Bastián. (mayo-agosto 2019), “Brechas, representación y congruencia élite-ciudadanía en Chile y Uruguay”. Convergencia, Revista de Ciencias Sociales, 80: 1-27.). Las elites políticas están ideológicamente más polarizadas que el público general. En segundo lugar, la elite respalda con más intensidad la democracia que el conjunto de la ciudadanía. Tercero, las personas de los grupos socioeconómicamente más elevados tienen visiones consistentes con aquellas que portan los representantes de los partidos de derecha.

En base a todo lo expuesto, argumentamos que se enfrentan varias dificultades en el estudio de la relación entre las elites y la política, siendo el presente trabajo un intento de avanzar en solucionar dichas limitaciones. En primer lugar, existen encuestas a las élites, normalmente a grupos dentro de la misma, como políticos o directores de empresas, pero es escaso el trabajo sobre encuestas representativas realizadas a una población que es característica de dicho grupo privilegiado, es decir, ha sido muy poco habitual contar con una muestra representativa de la elite como clase social. En segundo lugar, cuando los estudios de encuesta están disponibles, se da una cierta tendencia a extrapolar las conclusiones a partir de la información existente, de tal modo que, como sucede en Goldthorpe, se entiende que los grandes propietarios se comportarían como la clase de servicio i, o de mayor estatus; o simplemente se sobreentiende, sea dicho o no, que la elite sería mayormente conservadora, pues no podría ser de otro modo siendo la principal representante y beneficiaria del statu quo. En tercer lugar, las divisiones han sido pensadas con frecuencia desde la tradicional tipología que ejemplifica muy bien el modelo Iemp de Mann (1993 Mann, Michael. (1993), The sources of social power (vol. II): The rise of classes and nation-states, 1760-1914. Nova York, Cambridge University Press.), es decir, tomando como punto de partida, y parece que también de llegada, la divisoria relativa a los grandes fundamentos del dominio social: el militar, el económico, el político y el intelectual. En este sentido, hay un supuesto de partida que dificulta hacer observaciones más matizadas sobre la posición de los individuos, y por tanto de las elites2 2 Un estudio de corte bourdieuano que avanza en este sentido, con énfasis en la élite cultural, es el de Gayo (2020). . En cuarto lugar, a todo ello se agrega que el tipo de cuestiones planteadas a dichas personas ha sido restringido, al menos en la exposición que se hace en los estudios, con obvias preocupaciones, como su preferencia por la democracia y el mercado, o su apertura a dimensiones del cambio (parejas homosexuales, la globalización, entre otras).

Datos y métodos

El presente estudio de la división interna de la elite combina 20 entrevistas en profundidad y el análisis de una encuesta cuyo terreno fue realizado en las áreas de mayor nivel socioeconómico de la capital, y en consecuencia del país, constituyendo un aporte inédito a la comprensión del estrato social más privilegiado de Chile, sin considerar aquí los “millonarios” o los “ultra-ricos”. Asimismo, es importante mencionar que el estudio se hizo dentro del proceso de movilización social posterior al conocido como “estallido social” de 18 de octubre de 2019. Precisamente, debido a la importancia del momento y la presión mediática ejercida a través de una constante crítica a las elites y su acumulación de riqueza y privilegios, junto a su poder objetivo, son las razones que respaldan que una disección a dicho grupo sea particularmente relevante en este momento de eventual cambio social.

Las entrevistas se hicieron entre los meses de noviembre de 2020 y diciembre de 2021 a hombres y mujeres de estrato alto. En este artículo analizamos la subjetividad política, la cual considera las categorías: estallido social, participación política y social, desigualdad e injusticia social, socialización política, y perspectivas sobre el escenario actual del país y su futuro. Todas las entrevistas fueron realizadas a través del servicio de videoconferencias Zoom, debido al contexto de Covid-19 que existía a nivel del país y global. Por tanto, dichos encuentros se concretaron 13 meses después de ocurrido el estallido social, y a un mes del evento político-social más reciente, el plebiscito constitucional. Esto llevó a que los y las entrevistadas narraran sus experiencias en un continuo entre ambos hitos.

En lo que respecta a la encuesta, se llevó a cabo durante la primera parte del año 2021 siguiendo el patrón de muestreo realizado en un estudio previo (Méndez e Gayo, 2019 Méndez, María Luisa & Gayo, Modesto. (2019), Upper middle class social reproduction. wealth, schooling, and residential choice in Chile. Cham, Palgrave Macmillan. ). La modificación en esta ocasión estuvo relacionada con la ampliación del área de la ciudad, dado que parecía conveniente incluir una geografía más vasta del privilegio tomando en consideración transformaciones recientes de Santiago. El Mapa 1 refleja el área cubierta, que alcanza las 10 comunas de ingresos promedio más elevados de Chile, constituyendo lo que se conoce como el “cono de alta renta”, o zona nororiente capitalina. Como las comunas son socioeconómicamente heterogéneas, para el muestreo fueron seleccionadas las manzanas que cumplían con un cierto nivel medio que mejorase significativamente la probabilidad de seleccionar a personas de clase media alta o alta3 3 Debido a las dificultades que históricamente han tenido los estudios de encuesta para llegar a las clases más elevadas de la sociedad, nuestra estrategia consistió en identificar los lugares, bloques o manzanas de mayor renta dentro de las comunas de mayor nivel socioeconómico de la capital. El objetivo era hacer una construcción lo más acabada posible de una clase alta y media alta, en gran medida compuesta por profesionales, directivos y empresarios, pero que no diese por supuesta su composición ni eliminase su heterogeneidad interna, propia de las familias del sector, lo que sucede en el caso de las muestras en las que se identifica a posiciones de elite y sólo esas personas son entrevistadas, desconociendo su entorno social. Consideramos que la metodología empleada en esta investigación produce una radiografía más realista del privilegio, evitando que preconcepciones o clasificaciones ya fabricadas impongan una mirada que lleve a conclusiones precipitadas y muchas veces deudoras de tipologías internacionales que carecen del detalle necesario para diseccionar las posiciones más elevadas de una sociedad. Sin entrar en la multitud de detalles que ello supondría, desde un punto de vista ocupacional, efectivamente la muestra obtenida hace evidente la presencia de importantes niveles de profesionales de alto nivel, junto a perfiles de gestión o ejecutivos de empresas, además de empresarios de compañías de diferente tamaño. . Se hizo un muestreo representativo de hogares, por lo que se incluyó a jefe/as de hogar e igualmente a sus hijo/as o cualquier otro residente. A consecuencia de la pandemia del Covid-19, la encuesta tuvo que ser realizada por vía telefónica, lo que supuso un fuerte recorte a la longitud del cuestionario original. No obstante, este hecho fue parcialmente compensado mediante la utilización de cuatro cuestionarios con un conjunto amplio de preguntas en común, como las variables activas que han sido utilizadas en esta investigación para formar el espacio social mediante un análisis de correspondencias, como se verá en una sección posterior. La muestra es de 1.700 personas, una de las más grandes que alcanzamos a conocer a nivel comparado a un grupo de estatus tan elevado.

Mapa 1
Resultados del plebiscito constitucional con opciones apruebo y rechazo

Asimismo, en diálogo con los resultados del plebiscito sobre el proceso constituyente, el cual mostró que únicamente tres comunas, todas en el cono de alta renta, se posicionaron mayoritariamente en contra de las reformas, parecía conveniente atender a una dimensión geográfica que también lo es social, cultural y política, como se mostró en Méndez y Gayo (2019 Méndez, María Luisa & Gayo, Modesto. (2019), Upper middle class social reproduction. wealth, schooling, and residential choice in Chile. Cham, Palgrave Macmillan. ) sobre el mismo caso. El Mapa 1 se basa en información de las mesas electorales y es contundente en demostrar la diferencia de apoyo al Apruebo o el Rechazo a los cambios constitucionales por sector dentro de esta gran área urbana, representante metafórico y fáctico del privilegio.

Confrontación entre el Apruebo y el Rechazo al proceso constituyente

Chile se encuentra atravesando un proceso histórico inédito de cambio político. Si bien el mismo se viene incubando durante más de una década y se ha manifestado en la emergencia de movimientos sociales con marcado protagonismo, como el relativo a la educación o el feminista, la nueva etapa se desencadena por una serie de protestas y manifestaciones altamente contenciosas que comenzaron en octubre de 2019 y se extendieron por los siguientes meses, incluso durante el tiempo de pandemia. Este proceso y período configuran una temporalidad política protagonizada por lo que ha sido descrito como el “estallido social” o la “revuelta social”.

Dada la violencia desatada en dichas protestas, así como también por la gran masividad y apoyo a las manifestaciones, el sistema político se vio obligado a canalizar el descontento por medio de un acuerdo nacional que planteaba un plebiscito para aprobar o rechazar un cambio constitucional, y la forma en que una nueva constitución sería redactada, ya sea con participación de miembros electos de una convención constitucional o entre estos y el parlamento. Los resultados fueron contundentes: el 80% de los votantes estuvo a favor de un cambio constitucional en la modalidad procedimental de una nueva constitución redactada por una convención o cámara de convencionales totalmente electa para este propósito de forma exclusiva. El mandato consiste en la redacción de un nuevo texto constitucional para dejar atrás definitivamente aquel elaborado en la dictadura de Augusto Pinochet y que se ha mantenido, sólo con algunas reformas, durante los ya más de 30 años de democracia tras el término del régimen autocrático.

En esta sección presentamos el análisis de las posiciones “apruebo” y “rechazo” a dicha reforma constitucional entre residentes de las comunas de más altos ingresos del país, ubicadas en la ciudad de Santiago, donde ganó de forma excepcional4 4 Únicamente en tres comunas de aproximadamente 350 que conforman el país se produjo dicha victoria del “rechazo”. la opción “Rechazo” en el Plebiscito Nacional de octubre de 2020 (ver mapa 1).

El Apruebo al interior del privilegio: oscilando entre el pragmatismo y la solidaridad

Los entrevistados y entrevistadas a favor del Apruebo enfatizan su crítica al aislamiento y hermetismo de los grupos más privilegiados, planteando que quienes apoyan el cambio constitucional representan posiciones más capaces de establecer un vínculo hacia los sectores menos favorecidos y una mejor forma de comprender su vulnerabilidad. Sin embargo, existen matices en torno a los que se diferencian: una visión más político-pragmática y otra más solidaria-individualizada. Las posiciones que enfatizan una visión más política de la situación actual del país, lo hacen poniendo acento en la necesidad de actuar con decisión frente a una situación que es vista como “una olla a presión que no da para más”. En ese sentido, dichas posiciones son descritas con un mayor pragmatismo que lleva a abrazar el ritmo y la trayectoria de los cambios, al mismo tiempo que contienen una aspiración a ser parte de ellos.

Yo fui por el Apruebo. Nosotros votamos por el Apruebo y no porque hay que cambiar la Constitución. Pero el inicio de un proceso de diálogo me parece necesario. Capaz que terminemos con la misma Constitución, y no vivo apretado por los temores y la cuestión, no es mi caso, soy un outsider dentro de este tema… De alguna manera, Vitacura, las Condes y Providencia viven en un Chile paralelo… es individualismo con un sentido de pertenencia distinto y celosamente cuidado.

Realmente lo que la asamblea constituyente representa para esa cultura [de la élite] hay que entenderlo que no es un tema del modelo económico. Es mucho más grande que el modelo económico. En el fondo es hacerse cargo de una realidad, de un miedo profundo, es la dependencia de otro. Porque es una vulnerabilidad, esa vulnerabilidad cuando alguien cree que lo tiene todo resuelto, y ahora decirlo “no, nosotros dependemos unos de otros, nos necesitamos unos a otros”, es algo que prefieren no ver.

Cuando llegué de la votación, me encontré con dos mujeres que estaban acá conversando en el condominio y entonces yo venía con bebidas y hielo. Había pasado a comprar hielo y fui en la tarde, más encima. Me dicen “¿vecinito va a celebrar?”. Entonces le digo “lógico, si el país tiene que celebrar de que está tomando una decisión y que el 80% está de acuerdo en cómo seguir un camino, el 100% quiere lo mismo, solamente que el 80% escogió el mismo camino”. Me quedaron mirando y yo les digo “oye, y además si no te gusta, tienes un plebiscito de salida”, o sea, además tienes un paracaídas.

Por otro lado, la posición que enfatiza una condición personal de mayor empatía y solidaridad hacia quienes sufren las consecuencias de la desigualdad y la segregación socioespacial pone en valor una forma de socialización personal o familiar, actividades de apoyo a sectores vulnerables, mayor interacción cotidiana con personas de menores ingresos, entre otras similares. Así, esta posición argumenta la decisión del “apruebo” desde la solidaridad que pueden mostrar hacia quienes encarnan la urgencia del cambio; no así en la dimensión institucional. Quienes se inclinan por mostrar sus actitudes solidarias o empáticas muestran opiniones sobre temas de desigualdad en términos de cuestionamiento a cómo la elite ve estos hechos. También se menciona el nivel de individualismo de los segmentos y/o barrios en cuestión, en los cuales no habría una manifestación de abierta preocupación por fenómenos o situaciones si no les afectan directamente. Este punto se reitera desde el discurso de un yo/otro, es decir, el desacuerdo dentro de un grupo al cual se pertenece, pero del que no se siente parte:

y mi hermano dice “yo no apruebo porque tengo mucho miedo”. Pero, ¿miedo a qué? ¿Cuál es tu temor? “Miedo a que quede la cagada, a que perdamos lo que hemos construido, al vandalismo, la violencia”. Y cuando le doy mi argumento de que es al revés, es una posibilidad de un proceso de diálogo, de legitimidad, a mostrarle el otro lado para abordar ese problema que él ve, y me dice que le encantaría pensar diferente. Cree eso pero tiene mucho miedo. Ese discurso a una cierta edad es muy común.

Uno entiende mucho el resentimiento, se entiende perfectamente. Es decir, con personas que no se preocupan del resto. Pero, y es como “¡ay! Qué tanto escándalo el 18 de octubre si aquí no pasó nah”. Es que sí pasó, poh, sí te afecta. “¡Ay! Lo más terrible es que no llegó la nana.” No, eso no es lo terrible, no es que no te llegó la nana. Preocúpate de ella si es que tiene comida, si es que tiene esto, si es que necesita algo, pregúntale… Pero la gente es súper ensimismada acá en estas comunas.

Y uno piensa, ¿cómo no van a tener resentimiento ni rabia? Si tú vei’ la embarrá’ que quedaba en el centro, la embarrá’ que estaba en el Metro, y aquí la gente comiendo en los restoranes. Y tú deciai’, es decir, no. Se entiende, se entiende perfectamente.

Esta posición enfatiza una crítica hacia quienes no tienen mayores inconvenientes bajo el sistema actual, ya que se sentirían conformes con sus actuales condiciones de vida, por lo que no necesitarían pensar en transformaciones sociales sustantivas:

Es como que a mí me parece la forma de ser humano es natural que, si tú estés normal y tranquilo, te dé miedo el cambio. Eso es lo que tratamos de entender. Por supuesto que es una falta de empatía y de entender lo que le pasa al resto, pero es como… yo creo que tiene que ver con eso y se suma que Lo Barnechea tiene mucha gente mayor… yo espero que los jóvenes piensen de otra manera […] En nuestro caso era el Apruebo, tiene que ver justamente con lo contrario que te decía, ser servicial, de entender que no porque yo estoy bien los demás estén bien, que las cosas estén bien hechas, no sé, de pensar un poco en el otro. Tiene que ver con eso, abrir un poco las realidades, no entender solo que si yo estoy bien eso es suficiente y el resto no. Para nosotros era lógico de tener que avanzar.

me parece que como que no hay un diálogo sobre el proyecto país que uno sienta que está como presente en estos grupos. Yo siento que ahí hay una falta de visión del otro. Se ve al otro como una persona que es una amenaza, y también están todos estos cuentos terribles de heridas que no se han elaborado. Son los mismos discursos que uno escuchaba hace 30 años del “come guagua”.

En síntesis, las dos posturas a favor del Apruebo se refieren al problema de la desigualdad social como origen del malestar. Sin embargo, sus visiones difieren en el papel que le corresponde a un cambio individual o a uno más estructural. El primero pone énfasis en oportunidades de ayuda social, caridad, actividades escolares y/o religiosas, y el segundo, en el papel de la institucionalidad política. Ambas posiciones buscarán liderar el cambio desde su lugar en el sector más privilegiado.

El Rechazo en las tres comunas “burbuja”: oscilando entre el miedo a la violencia y el miedo al cambio

La opción Rechazo sólo fue mayoritaria en tres comunas de Chile: Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea, las de mayores ingresos a nivel nacional. Nuestros entrevistados muestran sorpresa por el resultado. Ello se da no por el hecho de que ganase el Apruebo, sino por lo acotado del resultado del Rechazo. Incluso hablan de la formación de un cierto estigma:

Te pone como un cierto estigma, ¿no es cierto?, a los barrios como que votan Rechazo, a la burbuja.

A los ojos de Chile obviamente que no es bien visto que haya ganado justo en estas tres comunas, que es donde se supone hay más recursos y todo. Yo creo que genera más odio, eso creo.

Nunca fue tema de qué comunas iban a ser, pero cuando salieron las tres, uno dice “tiene su lógica” que las tres comunas con mayor ingreso per cápita, porque son la gente que vive mejor en Santiago, haya votado en contra de un cambio radical.

Un aspecto transversal entre las y los entrevistados del Rechazo es el énfasis que ponen en el miedo que les despertó el estallido social y la violencia asociada a los destrozos y los saqueos. Al distinguir dentro de esta narrativa, nuestras entrevistas muestran que detrás de la opción del Rechazo hay dos tipos de miedo claramente identificables: 1) a la violencia desatada y a la destrucción barbárica, y 2) al cambio y eventual deterioro del país.

Respecto del Rechazo como respuesta al miedo frente a una violencia percibida como anómica, esta opción se plantea como un recurso en contra de la protesta y como una forma de frenar una crisis social, política y económica mayor.

Claro, es que la gente sabe con todo lo del estallido, rompieron, quemaron, hicieron lo que quisieron. Al margen del propósito, es otra conversación saber por qué lo hicieron.

Pero la violencia que se vio en el estallido no la vi nunca, nunca vi semejante violencia, por ejemplo… La verdad es que me dio miedo, me hizo replantear un montón de cosas… si estamos bien acá, si este es el lugar en el que yo quiero que los chicos crezcan. Porque la verdad es que el nivel de violencia que se vivió, pero más que… ¿pero lo que más me causó, me dio más miedo? La gente que lo apoyo, eso me pareció… o sea, 100% honesta, me pareció terrible que uno tenga que pensar que tienes que quemar y hacer lío para que te escuchen, ¡no! No está bien, no está bien pensar eso, no me pareció, la verdad es que me dio mucho miedo.

Es interesante destacar que ninguno de los saqueos o protestas con destrozos se llevó a cabo en los barrios donde residen nuestros entrevistados. Sólo algunas manifestaciones con represión policial ocurrieron durante el estallido social en el sector céntrico de la comuna de Las Condes y, posteriormente durante el período previo al plebiscito, se llevaron a cabo marchas por el Rechazo, algunas de ellas donde hubo agresiones hacia transeúntes. Es importante tener esto en cuenta dado que se trataría fundamentalmente de una violencia que es observada a partir de los medios de comunicación y las redes sociales.

Por otra parte, el Rechazo se funda también en un miedo de mediano y largo plazo, uno que pone en el centro un cambio no buscado del estado actual de las cosas en el país y su consecuente deterioro. Es importante destacar que este temor se ancla en experiencias históricas propias de los sectores más oligárquicos que vivieron la reforma agraria y las expropiaciones durante los gobiernos de Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende, así como en un horizonte colectivo más reciente y que habría sido fuertemente activado durante la campaña presidencial de Sebastián Piñera: el miedo a que Chile se convierta en Venezuela, lo que fue denominado Chilezuela.

Más allá de las desigualdades o problemáticas sociales que aquejan a grupos numerosos de la población, las posiciones del Rechazo indican que estas no justificarían acciones contenciosas. Palabras como “odio”, “resentimiento”, “rabia” o “envidia” aparecen en reiteradas ocasiones como detonantes, motivos u emociones asociadas a quienes poseen menores recursos. No se advierten en los relatos discursos asociados a derechos sociales de los individuos, tales como derecho a la vivienda, educación o salud:

O sea, no existe en ninguna parte en el mundo donde todos los niveles sociales sean iguales, no existe, pero nunca vi el resentimiento, ese resentimiento de decir ¿vos por qué tenés? Eso no lo vi nunca […] y también Argentina tiene una desigualdad terrible, pero terrible, pero no vi ese resentimiento que tiene entre comillas, porque uno lo que tiene lo hizo trabajando, a nosotros nadie nos regaló nada.

Esta posición está fuertemente vinculada a una mirada sobre el aumento de la delincuencia y la inseguridad, lo cual sentaría las bases de perspectivas sobre el futuro, predominantemente asociadas a escenarios negativos:

Es como un caso perdido […] todo el mundo esta súper preocupado y urgido, yo de verdad casi no salgo de mi casa. Yo creo que es terrible vivir enjaulado. De hecho, nosotros estamos ad portas de emigrar justamente por lo mismo, cachai, por un tema de seguridad y de lo que se ha transformado un poco el país […]. Te diría que hace 3 años atrás nuestra situación de vida acá era perfecta y hoy día ya no tanto, tampoco es que sea tan terrible, pero siento que hay como un mal pronóstico en lo que podría venir, entonces, ante eso, si se te presenta una oportunidad, es como aprovechémoslo.

Y, finalmente, tú vai’ escuchando - qué se yo - la gente que tiene poder adquisitivo, qué es lo que está haciendo, qué sustos tiene. Entonces, claro, también uno mira para allá y se… Bueno, ¡por algo será! Gente que sabe, o que se mueve un poco mas, uno dice “bueno, ¿será o no?”. Bueno, ahora las discusiones siguen. […] Pero ahí están todavía, de repente, las conversaciones en donde unos dicen “hay que arrancar” y otros dicen “no, hay que estar aquí al pie del cañón”.

Y ahora, cómo está el odio, o sea, la rabia contra los que tienen. Y bueno, y que se ha visto obviamente en todos lados, pero aquí reflejado heavy, heavy, o sea, esa cuestión está terrible, terrible, terrible. Y mi hijo también quiere estudiar arquitectura y quiere estudiar en la Chile. Yo lo miro y se me salen los ojos [risas]; mi hijo es de ojos azules, medio colorín, entonces… […] pero qué terrible a lo que hemos llegado. Y pa’ los dos lados al final, si en realidad es pa’ los dos lados, pero como te digo, en mi época no había pa’ ningún lado.

Al identificar los conglomerados políticos como insuficientes y la incertidumbre que generarían los extremos políticos, a los entrevistados del Rechazo les inquieta un futuro deterioro del país, y coincidirían en la necesidad de que políticas más moderadas tendrían un buen desempeño para el bien común:

A ver, en su espíritu me parece que es maravilloso lo que está pasando […] Creo que en contra de muchas personas que dicen que va a quedar la cagá, siento que no es así, que vienen cosas buenas. Hay que ser responsables no más de la forma en que se lideran estos cambios, pero creo que en la forma hay una manera súper errada de ver las cosas. Esto de forjar todo esto como una lucha de clases con odio que llevó a un estallido social súper violento en paralelo al estallido social que ocurrió en espíritu, me parece que es pésimo. Y que haya líderes que lo avalen, me parece que es pésimo porque pierde toda la gracia el cambio de fondo por la forma.

Ojalá estemos todos equivocados los que votamos Rechazo. Ojalá sea así y sea pal’ bien de Chile, y realmente estemos equivocados. Pero cuando uno ve que la posible candidata es la Pamela Jiles, o Jadue, de verdad que, como que… bueno, Dios quiera que, ojalá estemos todos equivocados y ojalá, realmente, el 80% sea el reflejo y sea algo bueno. Yo de verdad… es mi intención. Yo no soy ni fanática, ni pinochetista, ni ninguna de esas cosas… pero sí estoy asustá’. Veo que cada vez va, la cosa se va poniendo más y más de izquierda, ya no es una cosa media, moderada.

Las opciones Apruebo y Rechazo analizadas a partir de las entrevistas muestran que los primeros están orientados a mirar lo que ocurre “hacia abajo” en la estructura social, de forma similar a lo que discute Sherman (2017 Sherman, Rachel . (2017), Uneasy Street. The anxieties of affluence. Nova Jersey, Princeton University Press.) para una parte de la élite neoyorquina (mayormente demócratas), mientras que los segundos se preocupan por el devenir del país y cómo encajan en los procesos de cambio que están acaeciendo, incluso planteando alternativas de huida, total o parcial (Andreotti et al., 2015Andreotti, Alberta; Le Galès, Patrick & Moreno Fuentes, Francisco Javier. (2015), Globalised minds, roots in the city. Chichester (UK), Wiley Blackwell.). En este último sentido, la preocupación de aquellos que votaron Apruebo, por otro lado, no implica necesariamente salir del escenario político, sino navegar pragmáticamente dentro del mismo y a través de los canales institucionales que ofrece.

Visiones políticas y el clivaje ideológico

En esta sección profundizamos en la fragmentación interna de la elite chilena mediante un análisis de correspondencias múltiples (ACM). Esta técnica permite estudiar la relación entre un conjunto de categorías de variables medidas a nivel nominal u ordinal. La interpretación de los mapas de correspondencias de categorías que presentamos depende de la distancia relativa entre las mismas, del modo siguiente: cuanto más cercanas están dos categorías, más intensa es la correlación entre ellas, si se quiere pensar desde el léxico y la lógica de las correlaciones, o más probable es que quien tiene una cierta preferencia o hace un cierto tipo de práctica realice otra en comparación con una tercera. A modo de ejemplo, en el Gráfico 1, las personas fuertemente inclinadas a favor de la conveniencia de una reforma de la policía (“Police reform++5 5 “+” significa acuerdo, y “++”, fuerte acuerdo. La situación inversa se da con el “-”, desacuerdo, y el “-”, fuerte desacuerdo. ”) tienen una probabilidad más alta de estar de acuerdo con la idea de que las Isapres6 6 Instituciones de salud previsional, de carácter privado. deben desaparecer (“Disappear isapre++”) que de estar muy en contra del aborto (“Abortion--“). Las variables activas son las que generan el espacio de correspondencias y las suplementarias son proyectadas en este mismo espacio cartesiano, pero sin ninguna función en su formación, teniendo no obstante un papel interpretativo muy relevante.

Gráfico 1
Análisis de correspondencias múltiples de las preferencias políticas

El Gráfico 1 recoge información sobre la asociación de un amplio conjunto de 17 preferencias relativas a temas diversos sobre los cuales los encuestados fueron preguntados. La encuesta incluye aspectos como: el manejo del Gobierno de la crisis del Covid-19, la respuesta al estallido o la revuelta social a través de fuerza militar o políticas de redistribución, la presencia del feminismo, el aborto, el régimen de pensiones y salud de los militares, la actuación de los fiscales contra los delitos de los empresarios, la desaparición de las Isapres, el eventual exceso de migrantes, el matrimonio homoparental, la reforma de las policías, la educación privada para los hijo/as y su regulación, algunos riesgos y contenidos de una nueva constitución y el reconocimiento de los pueblos originarios en el proceso constituyente. Respecto a los resultados, la distribución de preferencias muestra conglomerados muy consistentes de categorías. Para su comprensión, es útil atender a los dos extremos de la nube, situados en los cuadrantes superiores izquierdo y derecho. En el primero, se observa que quienes no consideran un avance para el país que los pueblos originarios tengan representantes en la convención constitucional, tampoco piensan que las policías necesiten reformarse, están en contra del aborto, les parece que hay demasiado feminismo en el país, que al estallido social hay que responder con fuerza militar, no comparten que las parejas homosexuales deban tener los mismos derechos que las que se componen de hombres y mujeres, aprueban la forma en que el Gobierno ha gestionado la crisis del Covid-19, no están a favor de la desaparición de las Isapres, aceptan que la migración ha alcanzado niveles excesivos, consideran que el Estado no debiera regular más la enseñanza privada, y ven un riesgo de izquierdización en la aprobación de una nueva constitución. Si bien hay algunos otros elementos y matices, se hace notoria aquí una visión anti-reformista o que favorece el orden actual.

Sin necesidad de mencionarlo todo de nuevo de forma invertida, la agrupación de preferencias que se constata en el cuadrante superior derecho ofrece la descripción de una visión política que favorece fuertemente los cambios institucionales: aprueba la desaparición de las Isapres o avanzar hacia un sistema de salud con menos protagonismo de los sistemas privados, critica el manejo de la crisis del Covid-19 por parte de las autoridades de gobierno, no considera que la nueva constitución sea un riesgo para el crecimiento económico, no comparte que la educación privada sea el mejor instrumento para que los padres puedan garantizar la educación que desean para sus hijos, piensa que los militares deben disfrutar del mismo régimen de seguridad social (salud, pensiones) que el resto de la ciudadanía, no aceptan que los fiscales hayan actuado de forma excesiva contra los empresarios y las políticas de redistribución serían la mejor alternativa para enfrentar la revuelta social, entre los aspectos característicos de esta posición.

Si bien en sí mismo esto es coherente con la oposición que presentamos en la sección cualitativa sobre el Apruebo y el Rechazo al proceso constituyente, en los siguientes tres gráficos proyectamos tres variables diferentes que están precisamente relacionadas con ese mismo proceso de transformación institucional. En el Gráfico 2, se observa una separación considerable de los que consideran la protesta social un riesgo para la democracia, a la izquierda, en gran parte compartiendo el área de la resistencia a las reformas que describimos previamente a propósito del Gráfico 1; para lo que es importante entender que se trata del mismo espacio social. Como opuesto, en la derecha, la protesta social no supondría riesgo alguno para el régimen democrático, apareciendo en el lugar adecuado, consistente con la toma de posición favorable al cambio de acuerdo a las preferencias ya descritas.

Gráfico 2
La protesta social como riesgo para la democracia como variable proyecta en ACM

También con respecto a la movilización, el Gráfico 3 presenta la confrontación entre una mirada que ve la revuelta social como una expresión de anarquismo, en la izquierda, frente a quienes niegan esta idea, en la derecha del espacio bidimensional. Nuevamente, ello se encuentra en consonancia con el material cualitativo. Adicionalmente, cuando se atiende a la participación en actividades de protesta de tipo “cacerolazo” (Gráfico 4), se constata que las posiciones más conservadoras, a la izquierda del cruce de ejes, no muestran haber tenido inclinación a involucrarse en dicha acción, mientras a la derecha del gráfico esto ha sido mucho más frecuente en las elites estudiadas.

Gráfico 3
Estallido social como expresión de anarquismo como variable proyectada en ACM

Gráfico 4
Participación en protesta (cacerolazo) como variable proyectada en ACM

A continuación, abordamos la asociación entre la distribución de tomas de posición y dos variables sociodemográficas típicas de este tipo de estudios, el sexo y la edad; la educación, como un indicador de nivel socioeconómico, si bien en nuestra muestra tiende a ser relativamente alto en su gran mayoría, pero sobre todo nos conecta con reflexiones sobre el efecto del nivel educativo en el comportamiento político; y, finalmente, el autoposicionamiento en el espectro izquierda-derecha, como una forma de aproximarnos a la argumentada oposición entre el conservadurismo y el progresismo en las clases más acomodades de profesionales y directivos, e incluso de empresarios. Como respuesta, el Gráfico 5 indica con claridad que el sexo carece de relevancia. Por su parte, la educación tiene un impacto menor. De forma diferente, la edad estructura el espacio de sur a norte, o de abajo hacia arriba, si lo ordenamos desde los grupos de personas más jóvenes hasta los de mayor edad. Sin embargo, lo más destacable es que la ideología política es de forma evidente el factor que mayor influencia tiene en la estructuración del espacio social de las visiones políticas de las clases privilegiadas. En otros términos, la elite santiaguina está dividida de acuerdo a una lógica etaria y sobre todo en base a una división ideológica que fragmenta a dicho grupo en posiciones difícilmente conciliables. Brevemente, quienes resisten los cambios están frecuentemente identificados con la derecha política, y aquellos que los apoyan adoptan una identidad de simpatía hacia la izquierda.

Gráfico 5
Variable suplementarias: educación, sociodemográficas e ideología proyectadas en ACM

Con el propósito de ver cuán separados están los individuos según las variables edad e ideología, las de mayor impacto, hacemos dos análisis adicionales proyectando las categorías extremas de estas variables en la nube de posiciones posibles (o de individuos) del análisis de correspondencias múltiples. Con respecto a la edad, el Gráfico 6 muestra un importante solapamiento de los nubes de las personas sobre 60 años con la de los más jóvenes, pero en considerable menor grado de la segunda en la primera, es decir, las personas mayores de estrato alto manifiestan distribuir sus posiciones en todo el espectro de visiones presentes en su clase social, desde la resistencia al cambio hasta su aprobación. Sin embargo, los jóvenes se distancian de las posturas más conservadoras e identificadas con la extrema derecha. Aquí no podemos afirmar si esto es un efecto de la edad o no, pero pudiera perfectamente estarse dando una evolución ideológica producto de la cual se habría estado produciendo una profunda, quizás un tanto callada en la esfera pública, transformación hacia ideas más liberales, en donde se aceptan los cambios culturales e institucionales a cambio de mantener los privilegios económicos y el resguardo de los compromisos ideológicos y valóricos más fundamentales, lo que resulta del todo coherente con las narrativas cualitativas del “apruebo”. En lo que respecta a la ideología, el Gráfico 7 es ilustrativo del fuerte distanciamiento entre la derecha y la izquierda, con una sorprendente separación entre las nubes de individuos en cada bando. Esto pudiera ser indicativo de una significativa coherencia interna del universo de creencias y la consolidación de una cierta impermeabilidad de los extremos, lo que refuerza la tesis de la presencia y eficacia de un fuerte clivaje ideológico como configurador de la estructura de división interna de la elite chilena.

Gráfico 6
Variable suplementaria edad proyectada en ACM

Gráfico 7
Variable suplementaria ideología proyectada en ACM

Conclusiones

Fundada en material de entrevistas en profundidad, análisis de encuesta y mapas de la geografía del voto en el plebiscito, la evidencia hasta aquí presentada demuestra de forma contundente la marcada división política que existe en el interior de la elite chilena. Con independencia de su aparente unidad en el privilegio, los sectores más acomodados se encuentran actualmente fragmentados en base a sus diferentes visiones sobre la sociedad y las instituciones. La ideología rompe cualquier atisbo de homogeneidad de las clases altas, las que enfrentan el destino del país con una notable diversidad de alternativas. Estas no son únicamente opciones, sino que aparecen en oposición mutua, con tensiones consolidadas cuya conciliación cuesta vislumbrar.

En este sentido, es particularmente relevante el momento en el que se hizo el estudio, en medio de una crisis social y política que no se recordaba desde los años 70. Por resistido su contenido y forzada su implementación que fuera, si la transición se condujo a través de una vía reformista contemplada en el constitucionalismo de la época, desde la revuelta social del 18 de octubre de 2019 la ruptura con la institucionalidad vigente pareció ser el único lugar de posible encuentro entre las elites dirigentes y las masas movilizadas. Es precisamente por ello que conocer el pensamiento de las primeras devino clave para poder ponderar qué era y es posible como acuerdo, y sobre qué tipo de bases democráticas se puede pensar el país hacia el futuro. Si las elites han sido pensadas a menudo en oposición a las masas de clase media y los sectores obreros y populares, a través de este estudio se puede constatar que fuertes líneas de oposición recorren también a las personas en las posiciones sociales que ocupan el ápice de la estructura social en Chile.

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  • 1
    No es materia de este artículo reconstruir el debate clásico sobre la teoría de las élites, donde este tipo de distinciones entre tipos de elite son comunes, pero el lector interesado puede consultar, como algunos ejemplos señeros, las obras de autores como Wilfredo Pareto, Gaetano Mosca, Robert Michels, Wright Mills y Tom Bottomore.
  • 2
    Un estudio de corte bourdieuano que avanza en este sentido, con énfasis en la élite cultural, es el de Gayo (2020) Gayo, Modesto. (2020), Clase y cultura. Reproducción social, desigualdad y cambio en Chile, Valencia, Tirant Humanidades..
  • 3
    Debido a las dificultades que históricamente han tenido los estudios de encuesta para llegar a las clases más elevadas de la sociedad, nuestra estrategia consistió en identificar los lugares, bloques o manzanas de mayor renta dentro de las comunas de mayor nivel socioeconómico de la capital. El objetivo era hacer una construcción lo más acabada posible de una clase alta y media alta, en gran medida compuesta por profesionales, directivos y empresarios, pero que no diese por supuesta su composición ni eliminase su heterogeneidad interna, propia de las familias del sector, lo que sucede en el caso de las muestras en las que se identifica a posiciones de elite y sólo esas personas son entrevistadas, desconociendo su entorno social. Consideramos que la metodología empleada en esta investigación produce una radiografía más realista del privilegio, evitando que preconcepciones o clasificaciones ya fabricadas impongan una mirada que lleve a conclusiones precipitadas y muchas veces deudoras de tipologías internacionales que carecen del detalle necesario para diseccionar las posiciones más elevadas de una sociedad. Sin entrar en la multitud de detalles que ello supondría, desde un punto de vista ocupacional, efectivamente la muestra obtenida hace evidente la presencia de importantes niveles de profesionales de alto nivel, junto a perfiles de gestión o ejecutivos de empresas, además de empresarios de compañías de diferente tamaño.
  • 4
    Únicamente en tres comunas de aproximadamente 350 que conforman el país se produjo dicha victoria del “rechazo”.
  • 5
    “+” significa acuerdo, y “++”, fuerte acuerdo. La situación inversa se da con el “-”, desacuerdo, y el “-”, fuerte desacuerdo.
  • 6
    Instituciones de salud previsional, de carácter privado.
  • Agradecimentos

    Agradecemos a los proyectos Fondecyt regular 1191440 y 1190094, y Anid/Fondap/15130009 el apoyo recibido para la realización de esta investigación.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    26 Set 2022
  • Fecha del número
    May-Aug 2022

Histórico

  • Recibido
    04 Oct 2021
  • Acepto
    08 Feb 2022
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