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Pleromatización, fisionomización y metaforicidad: una articulación teórica de los procesos de construcción de sentido de Valsiner, Werner y McNeill

Pleromatization, phyisiognomization et métaphoricité: une articulation théorique du processus de construction du sens de Valsiner, Werner et McNeill

Pleromatização, fisionomização e metaforicidade: a articulação teórica do processo de construção de sentido de Valsiner, Werner e McNeill

Resumen

El presente trabajo tiene por objetivo desarrollar una articulación teórica sobre los diferentes procesos de construcción de sentido en la experiencia humana propuestos por Valsiner, Werner y McNeill. Con este fin, se desarrollan los mecanismos de construcción de significados propuestos por Valsiner -pleromatización y esquematización-, la fisionomización en la percepción del mundo desarrollada por Werner, y el concepto de metaforicidad como representación gestual de una construcción mental desarrollada por McNeill. Como conclusión se establece una relación entre pleromatización, fisionomización y metaforicidad como fenómenos que se integran en la percepción y construcción de la experiencia humana dando cuenta de una experiencia holística, total y organísmica. Por otro lado, se establece una relación directa entre esquematismo, dimensión geométrica-técnica e iconicidad, como otra dimensión - objetivable, particularista y cognitiva- de la construcción de sentido en la experiencia humana.

Palabras claves:
pleromatización; esquematización; percepción fisionómica; gestos metafóricos

Résumé

Cette article vise à développer une articulation théorique des différents processus de construction du sens dans l’expérience humaine proposés par Valsiner, Werner et McNeill. A cet effet, on developpe les mécanismes de la construction de signification - pleromatización et schématisation - proposés par Valsiner; la physiognomization dans la perception du monde développé par Werner; et le concept de métaphoricité comme représentation gestuelle d’une construction mentale développée par McNeill. En conclusion on établit une relation entre pleromatization, physiognomization et métaphoricité comme des phénomènes qui s’intégrent dans la construction de l’expérience humaine, comme une expérience holistique, totale et organismique. D’autre part on fait une relation directe entre la schématisation, la perception géométrique-technique et l’iconicité comme une autre dimension - objectivable, particulariste et cognitive - de la construction du sens de l’expérience.

Mots-clés:
pleromatization; schématisation; perception physionomique; gestes métaphoriques

Resumo

Este trabalho tem por objetivo desenvolver uma articulação teórica sobre os diferentes processos de construção de sentido na experiência humana propostos por Valsiner, Werner e McNeil. Para este fim, trabalha-se com os mecanismos de construção de sentido propostos por Valsiner - pleromatização e esquematização -, a fisionomização na percepção do mundo desenvolvida por Werner, e o conceito de metaforicidade como representação gestual de uma construção mental desenvolvida por McNeil. Em conclusão se estabelece uma relação entre pleromatização, fisionomização e a metaforicidade como fenômenos os quais se integram na percepção e construção da experiência humana, como uma experiência holística, total e organísmica. Além disso, é feita uma relação direta entre esquematismo, dimensão geométrica-técnica e iconicidade, como outra dimensão - objetivável, particularista e cognitiva - da construção de sentido na experiência.

Palavras-chave:
pleromatização; esquematização; percepção fisionômica; gestos metafórica

Abstract

This paper aims to develop a theoretical articulation of the different sense-making processes in human experience developed by Valsiner, Werner and McNeill. To this purpose, the mechanism of meaning-making - Pleromatization and schematization - developed by Valsiner; physiognomization in the perception of world developed by Werner; and the concept of metaphoricity as gestural representation of a mental construct developed by McNeill, are reviewed. In conclusion, a relationship between pleromatization, physiognomization and metaphoricity as phenomena - holistic, whole, organismic - that are integrated into the perception and construction of human experience, is established. On the other hand, a direct relationship between schematization, geometrical-technical perception and iconicity as another dimension - objectified, particularistic and cognitive - of making sense in human experience, is established.

Keywords:
pleromatization; schematization; physiognomic perception; metaphoric gestures

Introducción

La psicología cultural ha intentado estudiar los diferentes procesos en que el ser humano construye sentido a su propia vida en el contacto con el ambiente (Valsiner, 2014Valsiner, J. (2014). Invitation to cultural psychology. London, England: Sage.). La incertidumbre del encuentro con la cultura y la posibilidad de un futuro incierto han permitido desarrollar estrategias y habilidades para codificar las experiencias. La potencialidad humana para construir sentido por definición es la capacidad de construir significados a través de los cuales nominar los objetos, situaciones y los estados psicológicos (Valsiner, 2006Valsiner, J. (2006). The overwhelming world: Functions of pleromatization in creating diversity in cultural and natural constructions. International Summer School of Semiotic and Structural Studies, Finland, 12, 1-21. Recuperado de http://lchc.ucsd.edu/mca/Paper/IMATRA%20presentatoion%20(6-07-06).pdf
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).

Diferentes autores en psicología han propuesto distintas dimensiones y procesos a través de los cuales el ser humano construye su experiencia en el mundo. (Valsiner, 2006Valsiner, J. (2006). The overwhelming world: Functions of pleromatization in creating diversity in cultural and natural constructions. International Summer School of Semiotic and Structural Studies, Finland, 12, 1-21. Recuperado de http://lchc.ucsd.edu/mca/Paper/IMATRA%20presentatoion%20(6-07-06).pdf
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), por ejemplo, ha descrito los procesos de esquematización y pleromatización en la construcción de significados como fuerzas que actúan en la dirección de reducir -o codificar- la complejidad de la experiencia y, por otro lado, aumentar la complejidad de la experiencia inicial. Estos procesos son constitutivos de la experiencia mental y despliegan su función a cada momento en el contacto con el entorno.

(Werner, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University.) ha descrito dos modos de percepción humana -fisionómica y geométrica- a través de las cuales se experimenta el mundo. A partir de la perspectiva de Werner, la percepción es siempre descrita en psicología moderna desde su dimensión geométrica, es decir, considerando las características físicas del objeto perceptivo. Sin embargo, desde su punto de vista la percepción humana y la experiencia del mundo son siempre fisionómicas antes que geométricas. Esto es, percibimos y construimos el mundo desde una integración cognitivo-afectiva cargada de sentido.

(McNeill, 1992McNeill, D. (1992). Hand and mind: What gestures reveal about thought. Chicago, IL: Chicago University.) es otro autor en psicología que ha descrito las formas en que la experiencia interna es transformada en gestos. Él ha logrado observar diferentes formas de comportamiento no verbal que responden a fenómenos internos diferentes. Por ejemplo, una de sus clasificaciones es la distinción entre iconicidad -como gesto que mantiene una directa relación con el referente en la mente- y metaforicidad -como expresión gestual creativa, abstracta e idiosincrática de cada sujeto-, las cuales son producidas por mecanismos diferentes en la experiencia interna.

Valsiner, Werner y McNeill han sido tres importantes autores que han aportado a la comprensión de la complejidad de la experiencia humana, intentando dilucidar sus mecanismos y procesos internos, por un lado, y sus manifestaciones externas, por el otro. Parece relevante hacer dialogar estas perspectivas para lograr una mayor comprensión de los procesos de construcción de sentido en la experiencia humana.

Este trabajo tiene por objetivo desarrollar una articulación teórica sobre los diferentes procesos de construcción de sentido en la experiencia humana desarrollados por Valsiner, Werner y McNeill. Con este fin se intenta mostrar una integración entre las formas de percepción descritas por Werner, los procesos de esquematización y pleromatización en la construcción de significados y símbolos culturales de Valsiner, y las dimensiones icónicas y metafóricas de la gestualidad descritas por McNeill.

El aporte de este artículo es principalmente teó­rico, sin embargo, podrá contribuir al desarrollo de futuros procedimientos metodológicos y estudios empíricos que busquen explorar procesos complejos a la base de la experiencia humana.

Heinz Werner y los dos modos de percepción humana

Los trabajos de Werner han realizado una importante contribución a la psicología. En 1956 construye la noción de microgénesis en su trabajo Microgénesis y afasia, para referirse al paulatino proceso de constitución de la experiencia humana. Sus estudios microgenéticos sobre la percepción humana han permitido comprender el proceso por el cual el ser humano logra aprehender el ambiente y construir sentido. (Werner, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University.) en su trabajo Sobre el lenguaje expresivo distingue dos modos de percepción inherentes a la experiencia humana. En primer lugar, describe un modo de percepción -denominado percepción geométrica/técnica- que distingue cualidades “objetivas” de los estímulos del ambiente, comprendiendo al objeto por partes separadas o segregadas que lo constituyen. Por el contrario, el autor distingue la percepción fisionómica, en la cual los objetos son percibidos de manera holista. Por ejemplo, desde la percepción geométrica-técnica, los objetos son percibidos por su cualidad física, mientras desde la perspectiva fisionómica el objeto y la persona a quien pertenece son percibidos de manera indiferenciada. Esta es la razón que una chaqueta no solo constituye una prenda con cualidades específicas, sino que nos recuerda a la persona a la cual pertenece.

El mundo y sus objetos son percibidos tanto geométrica como fisionómicamente. Desde la perspectiva de Werner (Ver Werner, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University., 1956Werner, H. (1956). Microgenesis and aphasia. Journal of Abnormal and Social Psychology, 52(3), 347-353.; Werner & Kaplan, 1963Werner, H. & Kaplan, B. (1963). Symbol formation. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.), el lenguaje humano también tendría estas dimensiones. Por un lado, una secuencia de palabras y oraciones regidas por reglas estandarizadas y, por otro, una percepción del lenguaje que integra contenido y forma como una experiencia organísmica.

La percepción fisionómica es una comprensión total organísmica versus una comprensión puramente sensorial de la percepción geométrica-técnica. Un ejemplo referido por (Werner, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University.) consiste en observar una foto de un pájaro. Desde la perspectiva geométrica-técnica es posible observar la altura, el tipo de vuelo y su ubicación, pero desde la perspectiva fisionómica el pájaro está en movimiento sin desplazamiento físico: Es un pájaro volando. En este sentido, observamos expresiones fisionómicas que nos entregan información de ese campo de expresión en particular.

(Werner y Kaplan, 1963Werner, H. & Kaplan, B. (1963). Symbol formation. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.) proponen que el ser humano tiene la capacidad de construir símbolos a través de los cuales nos comunicamos entre sí y nos relacionamos con el medio. El proceso de formación de símbolos se produce en la relación organísmica -a saber, fisionómica- del ser humano con su contexto inmediato (Umwelt). En el caso de los animales, organismo y ambiente están muy cerca y se interrelacionan mutuamente. Estímulo y su respuesta están íntimamente entrelazados. El ser humano, por el contrario, debe generar símbolos para transmitir su expe­riencia a otros y al ambiente. Este símbolo tiene una función representacional, es decir, debe dar cuenta de la relación exis­tente entre la representación y lo representado. Por otro lado, este proceso de formación de símbolos, desde la perspectiva de (Werner y Kaplan, 1963Werner, H. & Kaplan, B. (1963). Symbol formation. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.), es expresivo en sí mismo y mantiene características fisionómicas.

La principal herramienta de construcción de signos para comunicarnos con el medio es el lenguaje. Desde la perspectiva geométrica y fisionómica, ambas dimensiones están en la construcción de signos y símbolos, al mismo tiempo que la percepción del lenguaje es una integración de ambos. Cuando percibimos un concepto, es posible observar sus dos dimensiones. Por un lado, el significado concreto de la palabra generado por la asociación entre la combinación sintáctica-sonora con el objeto que designa, y por otro, su percepción fisionómica relacionada con todos los aspectos de la consciencia que son removidos por la relación ontogenética del sujeto con el objeto representado. Es decir, una integración afectiva-cognitiva holista y organísmica de la vinculación del sujeto con el objeto. Desde la perspectiva fisionómica entonces, la percepción del lenguaje y el mundo se produce a través de una integración forma-contenido como función mental característica de la consciencia humana. Desde la perspectiva de (Werner, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University.), la dimensión fisionómica es equivalente a la apreciación geométrica-técnica. Si nos solicitan describir un objeto seguramente realizaremos una descripción geométrica, pero ese objeto fue percibido también fisionómicamente, aspectos que no son necesariamente referidos por el sujeto.

Un ejemplo de lenguaje fisionómico de acuerdo a (Werner, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University.) es la poesía. En el lenguaje poético la forma y el significado se presentan más unidos que en cualquier otra forma de lenguaje. Lo mismo es posible observar en el lenguaje metafórico. (Cornejo, Olivares y Rojas, 2013Cornejo, C., Olivares, H., & Rojas, P. (2013). The physiognomic and the geometrical apprehensions of metaphor. Culture & Psychology, 19(4), 484-505.) han explicitado que la metáfora, al igual que la poesía, logra condensar una idea en una breve expresión semántica. Es decir, la metáfora es siempre comprendida fisionómicamente y remueve todos los significados que en ella habitan. Por ejemplo, en la expresión “... y por fin el invierno acabó...”, es posible una comprensión geométrica-técnica en la cual permite comprender que una estación climática ha terminado; sin embargo, su significado fisionómico nos permite comprender que ha terminado un periodo triste y oscuro, al parecer extenso.

Desde la perspectiva de (Werner, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University., p. 20), esto evidencia “la indisoluble unidad de la forma y el conte­nido”. Los objetos del mundo mantienen cualidades fisionómicas (Werner, 1956Werner, H. (1956). Microgenesis and aphasia. Journal of Abnormal and Social Psychology, 52(3), 347-353.; Werner & Kaplan, 1963Werner, H. & Kaplan, B. (1963). Symbol formation. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.), y son estas cualidades las que proporcionan una relación interna entre las formas del mundo y la actividad organísmica (Cornejo, Olivares, & Rojas, 2013Cornejo, C., Olivares, H., & Rojas, P. (2013). The physiognomic and the geometrical apprehensions of metaphor. Culture & Psychology, 19(4), 484-505.). En palabras de (Cornejo, Olivares y Rojas, 2013Cornejo, C., Olivares, H., & Rojas, P. (2013). The physiognomic and the geometrical apprehensions of metaphor. Culture & Psychology, 19(4), 484-505., pp. 7-8):

las expresiones fisionómicas son residuos de las más primitivas formas de lenguaje ... es el núcleo de los procesos de simbolización ... es una esquematización dinámica postural-afectiva estre­chamente vinculada con la convencionalizada palabra-forma-significado. Es una matriz corporal organísmica en que el cuerpo se experimenta como vivido y sentido.

El lenguaje cotidiano es construido y percibido fisionómicamente. La percepción del lenguaje evidencia la imposibilidad de separar su contenido de su forma. Así se evidencia por ejemplo en un estudio realizado por (Werner & Kaplan, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University.) sobre percepción de lenguaje fisionó­mico, en el cual invitaron a sujetos a observar palabras como luces en una pieza oscura. Se calculó como línea base de observación la altura de los ojos de los participantes al momento de observar una pared oscura. Presentaron diferentes palabras que aludían a movimientos, principalmente movimientos “hacia arriba” o movimientos “hacia abajo” (ej.: escalar, descender, etc.), y solicitaron a los sujetos posicionar las palabras al centro del campo de proyección (línea media). Los resultados mostraron una tendencia de los sujetos a posicionar las palabras que aludían a movimientos “hacia arriba”, más arriba de la línea base, y palabras sobre movimientos “hacia abajo”, más debajo de la línea base. Lo mismo sucedió con palabras alegres las cuales fueron referidas como más luminosas y palabras tristes como menos luminosas. Es decir, las palabras tienen una dimensión fisionómica las cuales tienen propiedades direccionales intrínsecas que determinan su ubicación en el espacio.

Otro experimento de (Werner y Kaplan, 1963Werner, H. & Kaplan, B. (1963). Symbol formation. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.) demostró aspectos fisionómicos de los patrones sonoros en palabras ficticias. Participantes fueron invitados a observar palabras sin significado alguno (“budraf” y “medref”). Los sujetos debían referir toda su experiencia respecto a la palabra. “Budraf” fue relacionada con “peso” y “Medref” fue relacionada con “pesadez”. “Budraf”, por ejemplo, fue comprendida como más pesada que “medref”. La tendencia de los sujetos participantes da cuenta que la fisionomización de las palabras incorpora el sonido. Esto es, otorgamos significado a las palabras por como suenan para nosotros y por lo que representa su sonido en nuestra experiencia.

En otro estudio, los autores analizaron el acto de repetición de palabras en realización de comportamientos contradictorios. Diferentes sujetos fueron invitados a repetir la palabra “empujar” realizando la acción de empujar. En otra fase sujetos fueron invitados a repetir la palabra “empujar” mientras apretaban sus manos. Los resultados mostraron una tendencia a no presentar lapsus de significado en la primera condición, mientras en la segunda se evidenciaron lapsus de significados con mayor frecuencia (Werner & Kaplan, 1963Werner, H. & Kaplan, B. (1963). Symbol formation. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.).

En un estudio similar los autores presentaron diferentes palabras (ej.: tirar y empujar) a través del taquistoscopio, al mismo tiempo que solicitaban a los participantes movimientos concordantes y discordantes. Los resultados mostraron que la actividad concordante permite comprender y descifrar más rápidamente la palabra presentada en el taquistoscopio que los sujetos que participaron de la condición discordante (Werner & Kaplan, 1963Werner, H. & Kaplan, B. (1963). Symbol formation. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.).

A través de estos estudios es posible observar la naturaleza organísmica y fisionómica de los símbolos. Estos estudios dan cuenta de la fisionomización de las formas verbales en la experiencia humana. Además, es posible observar en estos estudios de aprehensión de formas verbales un fenómeno al cual (Werner, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University., 1956Werner, H. (1956). Microgenesis and aphasia. Journal of Abnormal and Social Psychology, 52(3), 347-353.) y (Werner y Kaplan, 1963Werner, H. & Kaplan, B. (1963). Symbol formation. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.) han denominado pérdida de distancia. Es decir, las palabras están fisionomizadas, y su percepción es una experiencia organísmica antes que lingüística, por lo cual se perciben sus dimensiones expresivas al mismo tiempo que su significado geométrico-técnico.

En diferentes estudios con sujetos con esquizofrenia similares a los presentados anteriormente, los resultados se presentan en la misma dirección, aunque con un nivel mayor de intensidad. Se observa en estos experimentos el mismo fenómeno de pérdida de distancia observado en sujetos normales. En la esquizofrenia la percepción de formas lingüísticas iguala al referente representado. Es decir, la representación es la cosa en sí misma.

En otro estudio realizado por (Werner, 1956Werner, H. (1956). Microgenesis and aphasia. Journal of Abnormal and Social Psychology, 52(3), 347-353.) con sujetos con trastornos del lenguaje, específicamente afasia, el autor observó otras dimensiones de la fisionomización del lenguaje. Presentó taquistoscópicamente palabras, combinaciones de palabras y frases cortas. Luego de cada aplicación a 1/50 segundos cada participante debió referir toda su experiencia frente al estímulo. La palabra presentada en uno de sus estudios fue Sanfter Wind1 1 Sanfter Wind (Alemán): Viento apacible. Soft Wind (Inglés): Viento sua­ve. . El procedimiento se detalla a continuación (Werner, 1956Werner, H. (1956). Microgenesis and aphasia. Journal of Abnormal and Social Psychology, 52(3), 347-353., p. 348):

  1. “___? Wind”: Lo que se puso delante de “viento” se siente como un adjetivo que especifica la naturaleza del viento; se siente como “cálido”, “blando” o algo similar. Definitivamente no es una palabra de dirección.

  2. “___er Wind”: Ahora sé que la palabra es “más pesado” que “caliente“... de alguna manera más abstracta.

  3. “___cher Viento”: Ahora se parece más a un adjetivo que dirección.

  4. “___ter del viento”: Ahora de nuevo un poco más concreto, me parece algo así como “Weicher Wind “, pero “ter”...

  5. Ahora con toda claridad: Sanfter Wind. No, en absoluto. Yo tenía clara la idea antes de presentada la palabra, ya sentía la idea.

Este estudio muestra dos importantes reflexiones. Una de ellas es una aparición temprana de la esfera general del significado de la palabra (“cálido”, “blando”) antes del reconocimiento específico. La segunda reflexión apunta a la percepción fisionómica indiferenciada de la naturaleza de la experiencia (“se siente como cálido”), lo que sugiere la participación de una dimensión organísmica-corporal. En este sentido, la experiencia organísmica es sensación corporal total. Estos son algunos ejemplos de la fisionomización de la percepción del lenguaje y de la experiencia humana como expresión fisionómica.

En resumen, el lenguaje humano es fisionomizado ya que en él se evidencia la fusión de lo espiritual y material. Construimos lenguaje fisionómicamente siendo este proceso expresivo de la experiencia del emisor. Desde la perspectiva revisada en este apartado, la fisionomización del lenguaje da cuenta de su naturaleza expresiva y holista. De ahí que la palabra “piedra” nos puede dar la sensación de “pesadez” o “frialdad”.

La filosofía del lenguaje y gran parte de la psicología del lenguaje han centrado sus esfuerzos en el estudio del lenguaje geométrico-técnico, sub-dimensionando que la construcción del lenguaje humano y la percepción del mundo es también fisionómica (Werner, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University.; Werner & Kaplan, 1963Werner, H. & Kaplan, B. (1963). Symbol formation. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates.).

Pleromatización y esquematización en el proceso de construcción de significados de Jaan Valsiner

Desde la perspectiva de Valsiner (Ver Valsiner, 2006Valsiner, J. (2006). The overwhelming world: Functions of pleromatization in creating diversity in cultural and natural constructions. International Summer School of Semiotic and Structural Studies, Finland, 12, 1-21. Recuperado de http://lchc.ucsd.edu/mca/Paper/IMATRA%20presentatoion%20(6-07-06).pdf
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, 2014Valsiner, J. (2014). Invitation to cultural psychology. London, England: Sage.; Diriwächter & Valsiner, 2008Diriwächter, R. & Valsiner, J. (2008). Striving for the whole: Creating theoretical syntheses. Piscataway, NJ: Transaction.), el ser humano es un incesable constructor de significados. El proceso de construcción de significados es una dimensión de la cognición que nos permite construir signos y símbolos para transmitir la experiencia el ambiente e internalizar signos para la construcción de la experiencia interna. Este proceso de internalización y externalización de símbolos es lo que permite dar sentido a nuestra experiencia en un mundo que nos aparece ambiguo y difuso.

Desde la perspectiva de (Valsiner, 2006Valsiner, J. (2006). The overwhelming world: Functions of pleromatization in creating diversity in cultural and natural constructions. International Summer School of Semiotic and Structural Studies, Finland, 12, 1-21. Recuperado de http://lchc.ucsd.edu/mca/Paper/IMATRA%20presentatoion%20(6-07-06).pdf
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), el proceso de construcción de significados avanza hacia la (hiper)generalización. Es decir, desde la experiencia cognitivo-emocional difusa pasando por su codificación en un signo lingüístico, hasta alcanzar su máxima complejidad en un símbolo hipergeneralizado. Este proceso hacia la hipergenralización es dialectico y genera, por un lado, que la expresión de la experiencia pierda su complejidad. Sin embargo, existe otra fuerza que avanza en sentido contrario, aumentando la complejidad. Es así entonces como la mediación semiótica trabaja en estas dos líneas paralelas: una que tiende hacia la homogenización -llamada esquematización- y otra que tiende a la heterogenización -llamada pleromatización- de la experiencia. Ambos procesos contribuyen a la función generalizadora del proceso de construcción de significados.

Valsiner toma la idea de pleromatización de la noción de pleroma. Pleroma es un concepto griego que ha sido traducido como totalidad, plenitud, completud (Valsiner, 2006Valsiner, J. (2006). The overwhelming world: Functions of pleromatization in creating diversity in cultural and natural constructions. International Summer School of Semiotic and Structural Studies, Finland, 12, 1-21. Recuperado de http://lchc.ucsd.edu/mca/Paper/IMATRA%20presentatoion%20(6-07-06).pdf
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). Se ha utilizado para referir un estado, cosa o persona que ha alcanzado su máxima perfección o desarrollo. Principalmente ha sido utilizado por tradiciones filosófico - religiosas para referirse a la naturaleza divina del ser humano, a la expresión de una interioridad vital que busca ser expresada (Pérez de Laborda, 2002Pérez de Laborda, A. (2002). El mundo como creación: Ensayo de filosofía teológica. Madrid, España: Encuentro.)

Por otro lado, el concepto de esquema tiene su origen en la noción de esquematismo kantiano. (Kant, 1781/1883Kant, I. (1883). Crítica a la razón pura. Madrid, España: Porrúa. (Trabalho original publicado em 1781)) en su crítica a la razón pura dedica varias páginas al fenómeno del esquematismo de los conceptos puros. De acuerdo a este autor, para que un objeto pueda ser expresado por un concepto la representación del primero debe ser homogénea con el segundo. Es decir, el concepto debe representar claramente el objeto, de tal manera que no es necesaria una explicación respecto a la aplicación del concepto al objeto. El esquema, entonces, es “esa condición formal y pura de la sensibilidad, a la cual el concep­to del entendimiento en su uso está restringido” (Kant, 1781/1883Kant, I. (1883). Crítica a la razón pura. Madrid, España: Porrúa. (Trabalho original publicado em 1781), p. 120).

(Kant, 1781/1883Kant, I. (1883). Crítica a la razón pura. Madrid, España: Porrúa. (Trabalho original publicado em 1781)) refiere que el esquema está directamente relacionado a la imaginación humana. Por ejemplo, cuando imaginamos un número (por ejemplo 1000), hemos construido una imagen que nos permite pensar en el concepto, ya que no sería posible en la imaginación presentar todos los elementos que componen el concepto (es decir, 1000 unidades). (Kant, 1781/1883Kant, I. (1883). Crítica a la razón pura. Madrid, España: Porrúa. (Trabalho original publicado em 1781), p. 120) refiere: “en realidad, a la base de nuestros conceptos no hay imágenes de los objetos, sino esquemas”.

Para este autor, la relación entre imagen y esquema se resuelve de la siguiente manera. La imagen es un producto de la facultad empírica de la imaginación; el esquema, por su parte, es un producto y monograma de la imaginación a través del cual se hacen posibles las imágenes.

El esquematismo entonces es el proceso por el cual se realiza una síntesis que hace de la categoría algo representable del objeto. El esquema hace representable la síntesis de una sensación. Es decir, el proceso de esquematización no es más que el proceso de significación esquemática de una interioridad sentida.

(Valsiner, 2006Valsiner, J. (2006). The overwhelming world: Functions of pleromatization in creating diversity in cultural and natural constructions. International Summer School of Semiotic and Structural Studies, Finland, 12, 1-21. Recuperado de http://lchc.ucsd.edu/mca/Paper/IMATRA%20presentatoion%20(6-07-06).pdf
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), siguiendo en lo fundamental una perspectiva kantiana, concluye que la esquematización es expresión de la incansable función mental de categorizar la experiencia -difusa y ambigua en el contacto con el ambiente- en un esquema simplificado. Esto es posible gracias a la función de abstracción y generalización del lenguaje humano. Esta capacidad de “codificar” la experiencia en un concepto o signo verbal permite construir categorías formales que simplifican lo complejo. Este proceso es parte de la economía mental en el sentido que permite construir ideas y experiencias complejas en un solo concepto. Si bien este proceso pierde la complejidad del fenómeno real, se encuentra a la base de gran parte del lenguaje ordinario como las opiniones cotidianas, los prejuicios, normas sociales, etc. A través del proceso de esquematización la experiencia compleja se homogeniza perdiendo su riqueza afectiva y mental.

No obstante, se evidencia también una fuerza opuesta en el lenguaje humano, a saber, el uso del pleroma. A través de signos complejos se construyen signos aún más complejos que permiten experimentar la heterogeneidad de la vida cognitiva-afectiva y congregan un complejo sistema de significados, imágenes y afectos en un solo signo, construyendo un símbolo que, a diferencia del esquema, genera totalidad y una imagen holista de la experiencia original. Son representaciones hipercomplejas que encuentran su riqueza en la variabilidad y heterogeneidad de la experiencia, por ejemplo los signos icónicos, quienes avanzan en la dirección opuesta a la esquematización. Este proceso es denominado pleromatización.

Esquematización entonces es el proceso por el cual una complejidad es reducida a signo o categoría conceptual. Pleromatización, por el contrario, es el proceso por el cual una complejidad es transformada en un complejo campo de significados, aún más complejos que el objeto original. Desde esta perspectiva, los objetos pleromáticos -a saber, signos icónicos o símbolos- permiten que todas las personas que comparten ese contexto psicológico entiendan el significado en la dirección que el objeto o símbolo lo presenta.

El proceso de construcción de significados -a través del uso del pleroma y esquema- se despliega tanto en el lenguaje vocalizado como en lo más profundo de la experiencia. El lenguaje interior también despliega fenómenos de esquematización para transformar una sensación difusa e híbrida en un concepto esquematizado. Este esquema puede ser nuevamente generalizado en un esquema con mayor nivel de abstracción. Es decir, un segundo proceso de esquematización que reúne varios esquemas en un esquema generalizado. Luego a través del proceso de pleromatización -transformación de un signo en un símbolo de mayor complejidad- emerge un signo hipergeneralizado.

Desde el modelo de (Valsiner, 2006Valsiner, J. (2006). The overwhelming world: Functions of pleromatization in creating diversity in cultural and natural constructions. International Summer School of Semiotic and Structural Studies, Finland, 12, 1-21. Recuperado de http://lchc.ucsd.edu/mca/Paper/IMATRA%20presentatoion%20(6-07-06).pdf
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, 2014Valsiner, J. (2006). The overwhelming world: Functions of pleromatization in creating diversity in cultural and natural constructions. International Summer School of Semiotic and Structural Studies, Finland, 12, 1-21. Recuperado de http://lchc.ucsd.edu/mca/Paper/IMATRA%20presentatoion%20(6-07-06).pdf
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), el proceso de construcción de significados es jerárquico y ocurre en fases claramente identificables. En un primer nivel, se encuentra la experiencia afectiva-cognitiva difusa e híbrida. En este nivel tienen lugar los signos preverbales, como símbolos encarnados aún no codificados. En un segundo nivel, el signo preverbal es esquematizado como signo verbal. En esta fase, la experiencia difusa pierde complejidad al ser categorizada en un signo verbal. En un tercer nivel, el signo verbal esquematizado es generali­zado. Es decir, el signo verbal esquematizado es ahora generali­zado a través de un proceso de abstracción o segunda instancia de esquematización. Finalmente, en un cuarto nivel y a través del proceso de pleromatización, el signo verbal generalizado es hipergeneralizado hacia un signo de mayor complejidad que presenta la experiencia original como totalidad. En palabras de (Valsiner, 2006Valsiner, J. (2006). The overwhelming world: Functions of pleromatization in creating diversity in cultural and natural constructions. International Summer School of Semiotic and Structural Studies, Finland, 12, 1-21. Recuperado de http://lchc.ucsd.edu/mca/Paper/IMATRA%20presentatoion%20(6-07-06).pdf
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, p. 3), este signo “captura la totalidad del dominio afectivo y cognitivo de la mente humana”.

Desde la perspectiva del autor, la experiencia humana excede los límites del lenguaje, y aunque el paso de un nivel a otro reduce o aumenta la complejidad, cada signo en sus diferentes niveles de jerarquización está cargado de sentido. El exceso de significado en la experiencia humana y la construcción de signos se dan tanto en el nivel 1 como en el nivel 4 de la jerarquía de Valsiner, constituyendo así una dimensión propia del psiquismo.

Los signos esquemáticos y pleromáticos pueden tener lugar tanto en el lenguaje vocalizado como en el lenguaje interior. Por otro lado, es posible que los procesos de construcción de signos como la pleromatización y esquematización transiten en todas las direcciones posibles de la experiencia, es decir, de lo verbal a lo no verbal y de lo no verbal hacia lo verbal. Esto quiere decir: el modelo de Valsiner tal y como ha sido descrito anteriormente constituye un proceso de construcción de significados desde la experiencia interior hacia el mundo social y cultural. El nivel 1 muestra el estado naciente de una experiencia, aun no verbalizable. Luego los niveles 2 y 3 permiten categorizar en un signo verbal (vocalizado o interno) esa experiencia difusa inicial. Finalmente, el nivel 4 permite la hipergeneralización del signo verbal o no verbal y su manifestación en el mundo externo. Sin embargo, el modelo de Valsiner es también un proceso inverso -teniendo lugar en ambas direcciones-, es decir, con una tendencia no solo hacia la externalización, sino también hacia la internalización de signos. A través de los procesos de esquematización y pleromatización los signos sociales y culturales son también internalizados en la experiencia para dar sentido a la vida interior, o posteriormente ser utilizados para la construcción de nuevos signos que avanzarán hacia la hipergeneralización. En conclusión, el modelo de construcción de significados de Valsiner describe los procesos semióticos que permiten la formación y expresión de los estados internos, al mismo tiempo que estos procesos semióticos contribuyen a la construcción de la experiencia como persona.

Iconicidad y metaforicidad en David McNeill

(McNeill, 1992McNeill, D. (1992). Hand and mind: What gestures reveal about thought. Chicago, IL: Chicago University.) es uno de los principales investigadores contemporáneos de la gestualidad humana. Sus estudios han mostrado la directa relación entre el comportamiento no verbal y el pensamiento. Es decir, el gesto corporal expresaría variaciones de los estados mentales, específicamente ciertos contenidos y procesos mentales.

Para (McNeill, 1992McNeill, D. (1992). Hand and mind: What gestures reveal about thought. Chicago, IL: Chicago University.), el gesto y lenguaje constituyen un solo sistema de comunicación. Sin embargo, el gesto está más cercanamente conectado a la naturaleza que el lenguaje hablado debido a que, desde las palabras del autor, el gesto sería “una forma de expresión aún no distorsionada por las convenciones del lenguaje hablado” (McNeill, 1992McNeill, D. (1992). Hand and mind: What gestures reveal about thought. Chicago, IL: Chicago University., p. 35). El gesto y la palabra son inseparables componentes del acto de declaración. Para él, la relación coexpresiva de gestos y habla muestra los procesos de pensamiento involucrados en la construcción de la experiencia humana en el aquí y ahora.

Su fundamento teórico se basa en la psicolingüís­tica y la perspectiva microgenética desarrollada por (Werner, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University., 1956Werner, H. (1956). Microgenesis and aphasia. Journal of Abnormal and Social Psychology, 52(3), 347-353.). Desde la psicolingüística adquiere la posición de que el gesto y la palabra comparten la función semántica y comunicativa. Es decir, ambos representan estados y pensamientos internos al mismo tiempo que intentan comunicarlos al receptor. Son semánticamente y pragmáticamente coexpresivos, presentan una relación semántica y una función pragmática. Desde la microgénesis, (McNeill, 1992McNeill, D. (1992). Hand and mind: What gestures reveal about thought. Chicago, IL: Chicago University.) toma la noción de estudiar los procesos de construcción de la experiencia a nivel micro, considerando como unidad de análisis el componente más pequeño del fenómeno que tiene posibilidad de desarrollo.

Cada gesto es una creación espontánea, única y personal, y revela el imaginario idiosincrático del pensamiento. Gesto y lenguaje coexisten en el tiempo. El lenguaje no es solo una progresión lineal de segmentos, sonidos y palabras, sino también es instantáneo, no lineal, holístico e imaginístico.

Las premisas básicas que propone (McNeill, 1992McNeill, D. (1992). Hand and mind: What gestures reveal about thought. Chicago, IL: Chicago University.) son que el lenguaje es más que palabras, el gesto es una forma de lenguaje, y que cada gesto refleja el pensamiento. De esta manera, (McNeill, 1992McNeill, D. (1992). Hand and mind: What gestures reveal about thought. Chicago, IL: Chicago University.) realiza una clasificación de gestos a través de sus estudios empíricos.

Los dos grandes tipos de gestos que están directamente relacionados con contenidos del pensamiento son los gestos icónicos y los gestos metafóricos. Los gestos icónicos son aquellos que presentan una estrecha relación con los contenidos del habla. Por ejemplo, en una declaración un sujeto puede estar hablando respecto a una pelota y con sus manos paralelamente imitando la forma de una pelota.

Los gestos metafóricos, por su parte, acompañan al habla de igual forma que los gestos icónicos, pero el contenido que manifiesta es abstracto o indefinido. Es la expresión de una idea abstracta a través de la gestualidad o una imagen de una abstracción. En este tipo de gesto no es posible identificar una figura concreta, sino que evidencia lo idiosincrático de la representación gestual para dar cuenta de un contenido personal e íntimo en el pensamiento.

Los gestos icónicos por el hecho de constituir movimientos que despliegan figuras o imágenes concretas del mundo externo dan cuenta del proceso imaginístico al interior de la mente. Por el contrario, el gesto metafórico al ser abstracto constituye más bien una creación interna del contenido o la imagen.

Los gestos entonces son símbolos que exhiben significados creados por el hablante. Son idiosincráticos del sujeto y constituyen un vehículo simbólico que encuentra expresión en el espacio, movimiento y forma. Gestos y lenguaje son un solo sistema expresivo y comunicativo.

Desde la perspectiva de (McNeill, 1992McNeill, D. (1992). Hand and mind: What gestures reveal about thought. Chicago, IL: Chicago University.), los gestos relevan los procesos mentales internos y la función imaginística de la vida mental (y del lenguaje interior). La diferencia gestual respecto a la misma expresión semántica en diferentes sujetos da cuenta de la relación entre expresión gestual y pensamiento. El hablante no es consciente del gesto que despliega, y este último da cuenta de sus procesos de pensamiento respecto a la temática sobre la cual versa su discurso (interno y externo). Por otro lado, los gestos desplegados también muestran los aspectos más salientes o relevantes del discurso para cada sujeto en particular. Los gestos emergen en diferentes partes del discurso para enfatizar o resaltar esos aspectos concretos que están siendo visualizados en el pensamiento.

Los gestos son otra forma de construir signos, siendo ellos una forma privilegiada de observar el pensamiento y los procesos mentales internos. Ellos constituyen el nivel más profundo de la experiencia visible a la observación, y a través de ellos podemos llegar más cerca de las ideas de otra persona.

Pleromatización, fisionomización y metaforicidad: hacia una integración

A partir de lo revisado en este trabajo, es necesario avanzar hacia una integración de las diferentes perspectivas para obtener una mayor comprensión de los procesos de construcción de sentido y la percepción del entorno.

Si aceptamos la hipótesis de (Valsiner, 2006Valsiner, J. (2006). The overwhelming world: Functions of pleromatization in creating diversity in cultural and natural constructions. International Summer School of Semiotic and Structural Studies, Finland, 12, 1-21. Recuperado de http://lchc.ucsd.edu/mca/Paper/IMATRA%20presentatoion%20(6-07-06).pdf
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) de que los procesos de construcción de significados avanzan en líneas paralelas -pleromatización y esquematización- hacia la generalización, es posible pensar que estos procesos también tienen lugar en el lenguaje interno, no vocalizado.

Desde la perspectiva de (Valsiner, 2006Valsiner, J. (2006). The overwhelming world: Functions of pleromatization in creating diversity in cultural and natural constructions. International Summer School of Semiotic and Structural Studies, Finland, 12, 1-21. Recuperado de http://lchc.ucsd.edu/mca/Paper/IMATRA%20presentatoion%20(6-07-06).pdf
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), la experiencia difusa cognitivo afectiva -siempre más grande y compleja que lo representado en el lenguaje- es transformada en un esquema, es decir, una categoría verbal que esquematiza el fenómeno inicial, aunque sacrificando su complejidad. Este fenómeno -el esquematismo- se pro­duce sucesivas veces al mismo tiempo que avanza hacia la generalización. Luego, a través del uso del pleroma, el signo verbal (del lenguaje interno o externo) es hipergeneralizado transformándose en un símbolo icónico mayor que captura la complejidad afectiva-cognitiva del estado inicial.

Este proceso es posible que transite desde la vida mental interior hacia la vida social y cultural; es decir, desde lo interno a lo externo y viceversa. En otras palabras, el signo verbal en el lenguaje interior puede ser generalizado e hipergeneralizado transformándose en un símbolo gestual externo. De esta manera, el proceso de construcción de sentido en el mundo mental es transformado como gesto no verbal en el mundo social y cultural. Así la experiencia interior se hace visible a la observación.

Si profundizamos aún más en esta perspectiva, parece interesante reflexionar sobre los diferentes gestos identificados por (McNeill, 1992McNeill, D. (1992). Hand and mind: What gestures reveal about thought. Chicago, IL: Chicago University.) y los procesos internos de construcción de significados que los generan. Desde la perspectiva de (McNeill, 1992McNeill, D. (1992). Hand and mind: What gestures reveal about thought. Chicago, IL: Chicago University.), el gesto icónico tiene una relación directa con el contenido del significado, mientras el gesto metafórico acompaña al habla a través de una expresión gestual abstracta y difusa.

Siguiendo este argumento, podría ser posible pensar en que el gesto icónico sea generado por un proceso de esquematización. Es decir, la experiencia interior es transformada -ahora en el exterior- en un símbolo que es homogéneo al pensamiento interior y cuya forma/significado es tomado desde el mundo social y cultural.

Por otro lado, el signo verbal generalizado a través de la esquematización es pleromatizado hacia la gestualidad a través de la metaforicidad. Es decir, la experiencia interior esquematizada (signo verbal generalizado o esquema) es desplazada por el uso del pleroma en un gesto complejo que destaca la naturaleza compleja e ideográfica de la experiencia original, a saber, un gesto metafórico desde el sentido de McNeill. A diferencia del gesto icónico -generado por esquematización- el gesto metafórico es una construcción mental íntima, por lo tanto, idiosincrática de cada sujeto.

De esta manera, los gestos icónicos -que se relacionan directamente con el referente semántico- podrían constituir la continuación de un signo interno que ha sido esquematizado y manifestado en el mundo externo. Mientras que un gesto metafórico es una creación mental que continúa un signo interno pleromatizado. Ambos fenómenos pueden constituir los caminos microgenéticos de los signos internos hacia el mundo social y cultural.

Si avanzamos aún más en esta integración y retomamos los planteamientos de Werner, es posible comple­jizar aún más el fenómeno en cuestión. Desde la perspectiva de (Werner, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University.), percibimos la realidad fisionómicamente. El proceso de transformar un signo verbal interno en un gesto metafórico externo -complejo y cargado de sentido- a través del uso del pleroma, constituye una expresión fisionómica de los signos verbales internos en la experiencia humana. El signo verbal se nos presenta como imagen mental que excede los límites del lenguaje para ser expresado y su manifestación en el encuentro con el ambiente se acompaña necesariamente de una corporalidad sentida. Es como si el lenguaje no permitiera por sí mismo codificar la experiencia en un signo verbal, y necesitase del cuerpo para transmitir la compleja experiencia interna en el espacio social y cultural.

El gesto icónico -aunque no menos cargado de sentido- tiende a ser más “objetivable” debido a su directa relación con el referente. En este sentido, constituye una “copia” gestual de la imagen mental, y, por lo tanto, su significado es de más fácil comprensión. Si observamos a una persona explicando la forma de un objeto concreto, lograremos apreciar movimientos concretos con sus manos como “representando” las dimensiones y la forma, esto es, replicando una imagen mental del objeto. Desde esta perspectiva surge la posibilidad de que la esquematización de un signo interno en la corporalidad sea perceptible -y descriptible- geométrica/técnicamente en el sentido de (Werner, 1955Werner, H. (1955). A psychological analysis of expressive language. In H. Werner (Ed.), On expressive language: papers presented at the Clark University Conference of expressive language behavior. Worcester, MA: Clark University.), a saber, representando su altura, textura, forma y dimensión. Por otro lado, si observamos el movimiento gestual de una persona expresando una idea compleja, nos sorprenderemos con lo difuso y abstracto de sus gestos, como tratando de explicar una imagen -o idea- en la mente aún más compleja. Con ayuda de esos gestos como creación mental el sujeto puede lograr o no transmitir su experiencia al entorno.

El signo interno entonces es experimentado fisionómicamente y, al mismo tiempo, percibimos fisio­nómicamente en el entorno símbolos que han sido construidos pleromáticamente, mientras, por otro lado, la percepción geométrica-técnica del ambiente se expresa con mayor facilidad en signos que han sido construidos por esquematización.

Por otro lado y considerando el doble proceso de internalización/externalización en la construcción de sentido de la experiencia humana, es posible pensar en la complejidad del proceso inverso. Hasta aquí se han desarrollado los argumentos que presentan la expresión gestual como desplazamiento de signos internos pleromatizados y/o esquematizados. Sin embargo, es plausible pensar que los gestos también contribuyen a la internalización de significados, además de expresar estados internos. En este sentido, es posible pensar en la función que los signos no verbales del espacio externo -social y cultural- tendrían en la construcción de la experiencia interior. Desde la perspectiva de (McNeill, 1992McNeill, D. (1992). Hand and mind: What gestures reveal about thought. Chicago, IL: Chicago University.), el lenguaje y los gestos son coexpresivos, por lo cual los gestos contribuyen a la expresión y comunicación de los significados al mismo tiempo que permiten comprenderlos e internalizarlos.

Esta línea de pensamiento nos permite pensar en una hipótesis aún más compleja: la posibilidad de una teoría jerárquica de los gestos. Si el proceso de construcción de significados es jerárquico desde la perspectiva de (Valsiner, 2006Valsiner, J. (2006). The overwhelming world: Functions of pleromatization in creating diversity in cultural and natural constructions. International Summer School of Semiotic and Structural Studies, Finland, 12, 1-21. Recuperado de http://lchc.ucsd.edu/mca/Paper/IMATRA%20presentatoion%20(6-07-06).pdf
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, 2014Valsiner, J. (2014). Invitation to cultural psychology. London, England: Sage.), es decir, desde la experiencia difusa y encarnada hasta la hipergeneralización, es posible que los gestos avancen en la misma dirección expresiva, al mismo tiempo que contribuyen a la internalización de significados. Esto es, la posibilidad de existencia de gestos generalizados e hipergeneralizados que constituyan expresión de la construcción de símbolos internos y al mismo tiempo mantenga una función semiótica en la construcción de la experiencia en la consciencia.

Desde lo que en este trabajo ha desarrollado, la percepción geométrica-técnica puede ser comprendida como un proceso de esquematización -a saber, codificar la experiencia en un esquema- lo cual en la experiencia corporal es codificada como gesto icónico. Esto último implica desplegar un “esquema gestual” tomado del mundo exterior para representar una internalidad/interioridad. Por otro lado, la percepción fisionómica es un proceso holístico, total y organísmico, en el cual lo que es percibido es un signo pleromatizado en el objeto o contexto perceptual. En la experiencia humana el uso del pleroma constituye la manifestación de una experiencia afectivo-cognitiva en un signo hipergeneralizado que destila aspectos del estado inicial. Por lo tanto, la metaforicidad gestual -como gesto difuso y abstracto- constituye una manifestación compleja de un signo interno aún más complejo. Es, en concreto, una compleja creación gestual idiosincrática, construida por la mente para representar una complejidad interna mayor. En sentido inverso, sería plausible avanzar hacia una teoría jerárquica de los gestos, y que éstos a su vez contribuyan a la internalización de significados para la construcción microgenética de la experiencia. En conclusión la relación pleroma-metaforicidad es evidencia de la dimensión fisionómica de la experiencia y el lenguaje humano, mientras que la relación esquema-iconicidad es evidencia de la dimensión geométrica/técnica en la construcción de sentido de la experiencia humana, ambos procesos en las dos direcciones posibles: desde la experiencia interna hasta el espacio social, y del este último hasta la construcción de la experiencia interna en la consciencia.

Conclusión

En este artículo he tratado de mostrar el complejo proceso de construcción de sentido en la experiencia humana, basado en los mecanismos de internalización/externalización de significados. Estos procesos permiten la transición microgenética de los signos internos hacia el mundo social y cultural, al mismo tiempo que contribuyen a la internalización de significados para la construcción de la experiencia interior. Todos estos procesos y transiciones ocurren durante la experiencia en el contacto con el mundo al mismo tiempo que sentimos, pensamos y actuamos.

Se desarrollan aquí las perspectivas de tres importantes autores en psicología que han estudiado los fenómenos semióticos de construcción de significado y sentido como dimensión constitutiva de la mente y característica fundamental de los seres animados con funciones psicológicas superiores.

Las nociones desarrolladas en este artículo -signos pleromáticos y esquemáticos, percepción fisionómica y geométrica, iconicidad y metaforicidad- nos proporcionan enfoques adecuados para mirar los procesos de construcción microgenética de la experiencia humana. La experiencia transita desde lo interno hacia lo externo a través de procesos que reducen la complejidad, mientras otros procesos permiten mantener -y aumentar- la compleja naturaleza de la experiencia inicial. Por otro lado, la posibilidad de existencia de una jerarquía de gestos expresivos permite pensar en la función semiótica que los gestos tendrían en la internalización de significados. Al parecer la experiencia se construye momento a momento a través de la intersección de los procesos desarrollados en este trabajo.

El principal aporte de este trabajo ha sido proponer a nivel teórico el posible recorrido microgenético de los signos internos hasta transformarse en signos externos dominantes en el espacio social y cultural, y viceversa. De esta manera, lo que percibimos en el mundo y el contacto con otros es el mundo que hemos construido a través de estos diferentes procesos de la mente humana.

En este trabajo he intentado establecer una relación entre pleromatización, fisionomización y metaforicidad como fenómenos que se integran en la percepción y construcción de la experiencia humana dando cuenta de una experiencia holística, total y organísmica. Por otro lado, se establece una relación directa entre esquematismo, dimensión geométrica-técnica e iconicidad, como otra di­mensión -objetivable, particularista y cognitiva- de la construcción de sentido en la experiencia. Aplicado a la gestualidad y a los signos culturales del ambiente es posible hablar de una esquematización icónica y una pleromatización metafórica.

Como conclusión, en este trabajo se ha desarrollado un intento de integración, por supuesto, no la única ni la última. Este primer intento permite incentivar a seguir articulando estas tres teorías para comprender aún más la complejidad de la mente y la consciencia humana. El desafío será desarrollar procedimientos empíricos para probar esta tesis. Estudios de laboratorio y en contextos naturales con orientación microgenética podrían permitir observar los procesos aquí descritos y dar luces del complejo proceso de desarrollo de la mente humana en el desafío de construir e internalizar signos. Probablemente aún no contamos con tales dispositivos. Por el momento, basta la observación fina y cotidiana de los procesos sociales y las interacciones humanas para poder notar cómo estos procesos se intersectan permanentemente y a cada momento en el incesable desafío de dar sentido a la experiencia en el contacto con el mundo.

Referencias

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  • 1
    Sanfter Wind (Alemán): Viento apacible. Soft Wind (Inglés): Viento sua­ve.
  • 2
    Sanfter Wind (Alemán): Viento apacible. Soft Wind (Inglés): Viento sua­ve.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    Jan-Apr 2017

Histórico

  • Recibido
    24 Nov 2015
  • Revisado
    17 Mar 2016
  • Acepto
    25 Abr 2016
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