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Territorialidades en transición: pobladores desplazados por la violencia del conflicto armado colombiano y la resignificación de su territorio

Territorialités en transition: des habitants déplacés par la violence du conflit armé en Colombie resignifient leur territoire

Territorialidades em transição: moradores desalojados pela violência do conflito armado colombiano e a ressignificação de seu território

Resumen

La violencia armada en Colombia obliga a las personas a abandonar su territorio para salvaguardar la vida. Cuatro estudios de caso con poblaciones desplazadas (mujeres jefas de hogar, afrodescendientes, indígenas, campesinos) fueron emprendidos para aproximarse a la comprensión de dos procesos principales en los que se ven inmersos los migrantes forzados en búsqueda de superar la pérdida de su lugar en el mundo: desterritorialización y reterritorialización. La investigación mostró, entre las múltiples afectaciones que sobrevienen a estas personas, la dinámica de reconstrucción de un territorio para sí mismos que les exige adaptarse a condiciones de elevada precariedad en una espiral de pobreza y también de dependencia que los sujeta a la asistencia social y económica del Estado. Comprender el proceso que atraviesan involucra acercarse a una dimensión simbólica: significados y relación con el lugar de origen y con el lugar de reubicación; y una dimensión material: vivienda, trabajo, relaciones sociales y ocio.

Palabras clave:
desterritorialización; reterritorialización; desplazamiento forzado; identidad

Résumé

Dans le contexte de la violence armée en Colombie, des personnes sont obligées à abandonner leurs territoires pour sauvegarder leur vie. Quatre études de cas de populations déplacées - femmes chefs de famille, afro-colombiens, indigènes, paysans -, furent entrepris pour comprendre les processus de déterritorialisation et reterritorialisation vécus par ces migrants forcés qui doivent surmonter la perte de leur place dans le monde. La recherche a montré que parmi les nombreux dommages subis par ces personnes, la dynamique de reconstruction d’un territoire pour eux-mêmes exige s’adapter à des conditions d’une grande précarité au milieu d’une spirale de pauvreté et de dépendance de l’assistance sociale et financière de l’État. Comprendre leur parcours suppose aborder une dimension symbolique : sens et relation avec les lieux d’origine et de rétablissement, ainsi qu’une dimension matérielle : logement, travail, relations sociales, loisirs.

Mots-clés:
déterritorialisation; reterritorialisation; déplacement forcé; identité

Resumo

A violência armada na Colômbia obriga as pessoas a abandonar seu território para salvaguardar a vida. Quatro estudos de caso com populações desalojadas (mulheres chefes de família, afrodescendentes, indígenas, camponeses) foram empreendidos para compreender dois processos principais nos quais os migrantes forçados em busca de superar a perda do seu lugar no mundo estão imersos: desterritorialização e reterritorialização. Entre as múltiplas afetações que essas pessoas sofrem, este estudo mostrou a dinâmica de reconstrução de um território para si que os obriga a se adaptar a condições de elevada precariedade em uma espiral de pobreza e também de dependência que os sujeita à assistência social e econômica do Estado. Compreender o processo que atravessam envolve aproximar-se de uma dimensão simbólica: significados e relação com o lugar de origem e com o lugar de relocação; e de uma dimensão material: moradia, trabalho, relações sociais, ócio.

Palavras-chave:
desterritorialização; reterritorialização; despejo forçado; identidade

Abstract

Armed violence in Colombia forces people to leave their territory to safeguard life. Four case studies with displaced populations - women heads of household, Afro-descendants, indigenous peoples, and peasants - were undertaken to approach understanding of two main processes in which are immersed the migrants aiming to overcome the loss of its place in the world: deterritorialization and reterritorialization. The research showed among the multiple effects that befall these people, the dynamics of reconstruction of a territory for themselves requiring them to adapt to high precarious conditions in a spiral of poverty and dependence that holds them to the social and economic State assistance. Understanding the process they go through involves approaching to a symbolic dimension: meanings and relationships with the place of origin and place of resettlement; and a material dimension: housing, work, social relationships and leisure.

Keywords:
deterritorialization; reterritorialization; forced displacement; identity

Introducción

Analizar e intentar interpretar la hondura y complejidad de la situación de una población después de ser desplazada violentamente de su lugar de residencia ha exigido, en el estudio que da origen a este artículo, entrar en relación con la experiencia de pobladores que en su relato sobre el desarraigo obligado y la pérdida de los referentes de vida han dado cuenta de sus vínculos de territorialidad1 1 Si se entiende la territorialidad como la relación que establece el sujeto con el territorio, se puede comprender que la desterritorialización es el proceso de ruptura, instigada por la violencia, de la relación con dicho territorio, y la reterritorialización es la construcción de una nueva relación con el lugar de reasentamiento, entendiendo que dicha relación comprende desde la disponibilidad de una vivienda y domicilio fijo, la generación de sentidos asociados a los lugares habitados y recorridos, hasta la garantía de la subsistencia y del disfrute de condiciones de seguridad. en el territorio de origen y de la transformación de estos vínculos que construyeron la noción de espacio y de poder para dar un sentido a la vida. A través de la descripción y significación de dos procesos, desterritorialización y reterritorialización, emergen tres campos que aportan elementos de análisis respecto al alcance del daño psicosocial, moral y material experimentado por los desplazados: (1) la territorialización en un marco natural y cultural de origen como proceso de significación del territorio y de sí mismo; (2) la desterritorialización como fractura de la identidad individual y colectiva; (3) la reterritorialización como reconstrucción del territorio y del propio lugar, reinventando el estar en el mundo.

El artículo presenta algunos aspectos emergentes derivados de los resultados de la investigación basada en cuatro estudios de caso con comunidades de desplazados que representan grupos poblacionales diversos: mujeres jefas de hogar instaladas en un sector de invasión urbana en Montería, departamento de Córdoba, al noroccidente de Colombia; una comunidad de campesinos indígenas organizada en el cabildo Kitek Kiwe (Tierra Floreciente) en Timbío, departamento del Cauca, región suroccidental; un grupo de afrocolombianos reasentados en un sector de la localidad de Suba en Bogotá, capital del país; dos comunidades de campesinos organizados en torno a la construcción de sus viviendas y de su barrio en Cúcuta, departamento de Norte de Santander, al nororiente, en la frontera con Venezuela. En todos los casos, los pobladores se han reasentado en municipios diferentes al de origen. El Mapa 1 muestra el lugar geográfico donde están ubicadas las comunidades participantes en la investigación.

Mapa 1
Ubicación de los casos de estudio acerca del desplazamiento interno en Colombia

El reconocimiento de las particularidades de cada grupo facilita acercarse a la relación que establecen los individuos con su espacio vital, que se describe como relación de territorialidad; ésta se constituye a través de la apropiación e internalización del espacio habitado y recorrido; es apropiación del espacio en términos pragmáticos, según se ejerce poder en él y se le conoce, donde se encuentra lo que se necesita y lo que se desea. La relación de territorialidad imbrica al sujeto con el lugar donde ha vivido, allí donde se han producido experiencias privilegiadas, no necesariamente placenteras, que constituyen un territorio de relación donde el sujeto ha nacido y perdurado (territorio de origen) o donde ha establecido relaciones sociales y productivas; son referentes que dan forma a la imagen de sí mismo y a las aspiraciones frente a la realidad en la cual se enmarca la experiencia de vida cotidiana. La indagación acerca de esta relación es una de las cuestiones tratadas en este artículo.

Dicha indagación se refiere a la búsqueda de aspectos que facilitan comprender la relación que los desplazados habían establecido con su territorio. El análisis se centró en dos dimensiones de análisis: una relacionada con el uso y acceso a bienes materiales -trabajo, interacción social, ocio- y una dimensión simbólica que examina significados atribuidos al territorio como espacio y lugar de origen y como espacio de reasentamiento; este último es escenario donde se despliegan dinámicas sociales y económicas que van demarcando trazas para la reterritorialización.

Metodología adoptada para investigar las relaciones que implica el desplazamiento forzado en términos de pérdida y reconstrucción de un territorio

Abordar la vivencia de los pobladores desplazados acerca de las transformaciones sucedidas a nivel físico y simbólico sobre el espacio-lugar de residencia y los cambios en este espacio físico en términos de lugar compartido con otros desplazados y con habitantes residentes en el lugar donde llegaron requirió combinar métodos cualitativos y cuantitativos. A través del uso de diversas técnicas de recolección y procesamiento de información, los cuatro estudios de caso se consolidaron mediante el análisis de dos dimensiones consideradas, desde una perspectiva teórica, como campos para ahondar en el conocimiento del fenómeno del desplazamiento forzado y medir su impacto sobre la proyección de vida y los referentes de existencia de las personas. Los habitantes residentes también aportaron referentes de su territorialidad principalmente en términos de la relación entre las dos poblaciones.

El proceso metodológico se resume en la secuencia siguiente: revisión de información secundaria, muestreo, georreferenciación de los nuevos territorios apropiados, diseño y aplicación de una entrevista en profundidad piloto, diseño y aplicación de una encuesta piloto, ajuste a los instrumentos, aplicación de una encuesta a residentes establecidos y una entrevista en profundidad a la población desplazada, profundización de aspectos cualitativos mediante aplicación de técnicas de georreferenciación y cartografía social que proveen elementos de análisis espacial en grupo, combinando la aplicación a desplazados y residentes para analizar los disensos, consensos y jerarquizaciones elaboradas con respecto al barrio como unidad que incluye a las personas y la cotidianidad de relaciones allí construidas.

Esta revisión y profundización en la realidad del desplazamiento forzado narrada por personas que lo han vivido y sufrido exigió contextualizar brevemente el proceso de configuración del escenario de confrontación armada que se ha conformado en Colombia en cincuenta años de conflicto interno.

El contexto sociopolítico: conflicto armado interno y desterritorialización de pobladores

La persona que ha sido desplazada forzadamente en Colombia es aquella que se ha movilizado involuntariamente dentro del territorio nacional ante situaciones relacionadas con el conflicto armado interno. Tensiones interiores, violencia generadora de violaciones masivas a los derechos humanos, infracciones al derecho internacional humanitario se han producido cuando grupos armados (paramilitares o de autodefensa, guerrillas, fuerza pública) han desplegado múltiples formas de confrontación que han causado el desplazamiento interno obligado para cerca de cinco millones quinientas mil personas, según seguimiento adelantado por el Internal Displacement Monitoring Centre del Consejo Noruego para Refugiados con motivo del 3° informe (Norwegian Refugee Council, 2013Norwegian Refugee Council (2013). Global Overview. People internally displaced by conflict and violence. Retrieved from https://goo.gl/b35eIz
https://goo.gl/b35eIz...
), en el cual se reporta la evidente emergencia humanitaria en el país.

El desplazamiento forzado de las poblaciones referenciadas en este artículo se produjo en las tres últimas décadas de la historia del conflicto armado colombiano en cuyo marco la expulsión sistemática ejercida contra los pobladores para que abandonaran sus tierras rurales, se convirtió en el uso del despojo como instrumento de control territorial implementado por los grupos armados ilegales. Las zonas del país en las que más se agudizó el conflicto armado son aquellas de gran interés económico, donde el conflicto violento entre, colonos, indígenas, afrocolombianos, jornaleros y terratenientes, empresas petroleras, mineras, negociantes y narcotraficantes, con participación de paramilitares y guerrilleros, además de la policía y las fuerzas militares, es el resultado ampliado de las “formas de apropiación y valorización del suelo” (Sánchez, 2007Sánchez, L. (2007). Migración forzada y urbanización en Colombia, perspectiva histórica y aproximaciones teóricas. Seminario Internacional Procesos Urbanos Informales. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia., pp. 18-19).

Con la introducción de los cultivos ilícitos mediante métodos violentos o también por voluntad propia, en los últimos veinticinco años, la dinámica del conflicto armado ha fragilizado aún más a las poblaciones que sistemáticamente han vivido en el teatro de la guerra interna de donde paulatinamente han sido expulsadas y sometidas a la pérdida de su territorio. Los grupos étnicos, las mujeres, los campesinos involucrados en la producción de base para el procesamiento de estupefacientes, son poblaciones altamente vulneradas por esta situación histórica, estructural y culturalmente lesiva para su condición humana. Entre ellos fueron escogidas las comunidades sujeto de los estudios de caso.

Población afrocolombiana

La población afrocolombiana ha vivido procesos históricos de desarraigo y reterritorialización; descendientes de africanos esclavizados lograron conformar y consolidar comunidades que emanan de sus memorias de Africa para dar origen a culturas que les permitieron sobrevivir al cautiverio y sometimiento europeos; “una vez asentados, ejercieron disidencias culturales que propendían por la integración doble de la gente con la naturaleza y sus antepasados” (Arocha, 2004Arocha, J. (2004). Procesos de guerra y paz en el litoral pacífico. In G. Montañez (Ed.), Dimensiones territoriales de la guerra y la paz. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.).

En Colombia, solo hasta la década de los 80 del siglo XX se comenzó a tomar en consideración el legado ancestral y cultural de los pueblos afrocolombianos (Arocha, 2004Arocha, J. (2004). Procesos de guerra y paz en el litoral pacífico. In G. Montañez (Ed.), Dimensiones territoriales de la guerra y la paz. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.). Este proceso dio paso a la Ley 70 de Negritudes, que les procuró herramientas para defender sus territorios y su cultura, en tanto estos fueron declarados, en el marco de la ley, territorios colectivos, inembargables, inalienables e imprescriptibles. En la actualidad, estos territorios y gran parte de la región situada en el litoral pacífico son mayoritariamente poblados por afrocolombianos. Las comunidades afrocolombianas son desplazadas de sus territorios ancestrales por actores del conflicto armado y debido a las ambiciones de grupos nacionales e internacionales interesados en desarrollar megaproyectos económicos en estos territorios.

Los pobladores afrocolombianos entrevistados vinieron del departamento de Chocó. Las rutas que siguieron se muestran en el Mapa 2, en el cual se observan dos etapas del desplazamiento: la primera es aquella que lleva a cabo la población desde su vereda o río donde vivían hacia la capital del departamento de origen; la segunda, el transcurso a Bogotá, como lugar de reasentamiento.

Mapa 2
Dinámica del desplazamiento de los afrocolombianos reasentados en la localidad de Suba, Bogotá, D.C.

Población indígena

La población indígena se ubica en territorios que históricamente son escenarios de diferentes conflictos sociales, políticos y económicos. Los resguardos indígenas de amplia extensión, ubicados en tierras fértiles o en regiones montañosas geoestratégicamente importantes para la exploración y explotación de recursos naturales, son escenario de emplazamiento de los grupos armados al margen de la ley, donde, además, la población y especialmente los jóvenes son vinculados forzadamente a los grupos en conflicto (Conip, 2007Consejo Nacional Indígena de Paz. (2007). “Ustedes misión, son fuego, agua, viento y plantas”: memorias de la Misión Internacional de Verificación (MIV) de la Situación Humanitaria y de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas de Bogotá, Colombia. Colombia: Conip.). Realizar un estudio de caso sobre población indígena permitió ver las características particulares del desarraigo, la reivindicación del ancestro, la historia trascurrida en medio del despojo del territorio y de la cultura, como lucha constante por mantener y hacer valer los derechos como población étnica que hace evidente la preeminencia del territorio en tanto la madre tierra que da sentido y valor a su existencia.

En la región del Alto Naya, región selvática ubicada en la vertiente del pacífico, en los departamentos del Valle del Cauca y Cauca, suroccidente colombiano, de donde provienen los indígenas entrevistados, los grupos armados generaron estrategias para el control territorial y para la financiación de sus actividades ilícitas, instalaron refugios y campos de entrenamiento, de acuerdo con Waldmann e Reinares (Osorio, 2009Osorio, F. (2009). Territorialidades en suspenso: desplazamiento forzado, identidades y resistencias. Bogotá: Codhes.), convirtiéndolo en bastión y corredor de actividades ilícitas (producción y mercadeo de hoja de coca, droga procesada y tráfico de armas). Estas condiciones se imbricaron, formaron nuevas tramas de relación entre ocupantes de la región y introdujeron la violencia física contra los pobladores. La masacre del Naya, en 11 de abril de 2001, cometida por un contingente de hombres armados pertenecientes a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) contra un número no precisado de pobladores (de los cuales 40 fueron asesinados y otros 12 desaparecidos), generó el desplazamiento forzado de muchos de ellos.

Esta comunidad indígena desplazada está hoy reasentada en la hacienda La Laguna del municipio de Timbío, departamento de Cauca. Antes de arribar a su lugar de reasentamiento, llegaron a lugares de albergue transitorio, como se muestra en el Mapa 3. La incursión paramilitar, la muerte de líderes tradicionales, familiares y comuneros, la huida, el desplazamiento en medio del terror que vivían, los llevó por varios sitios en búsqueda de un lugar para refugiarse; es conocido que los miembros de la comunidad pasaron tres años como refugiados en una plaza de toros habilitada como albergue.

Mapa 3
Ruta del desplazamiento de los pobladores del Alto Naya

Constituidos en la Asociación de Campesinos Indígenas del Naya (Asocaidena), reivindicaron su derecho a la reparación ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), quien dictó sentencia contra el Estado colombiano. La sentencia reconocida por la Corte Constitucional de Colombia estableció la exigencia de restituir un predio a la comunidad para su reubicación en uso del pleno ejercicio de sus derechos.

El Mapa 3 muestra el camino recorrido por el territorio que abandonaron y su lugar de reasentamiento.

Población de campesinos

La población campesina registra el mayor número de personas y hogares que han sido desplazados forzadamente. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur, 2001) estimaba un 81% del total de desplazados forzados en Colombia como población campesina que posee prácticas y saberes sobre el uso y manejo del territorio y que está amenazada cuando debe migrar a la ciudad.

Los campesinos entrevistados para el estudio de caso provienen de subregiones en las zonas oriente, nororiente y central del país que se caracterizan por la gran riqueza de recursos naturales mineros y también por la fertilidad y extensión de las tierras; la existencia de dichos recursos origina múltiples intereses económicos por parte de actores diversos como las multinacionales, los grupos armados ilegales, fuerzas del Estado y la población civil.

Estos campesinos desplazados se ubicaron en Cúcuta, ciudad capital del departamento de Norte de Santander, en la frontera con Venezuela. En el trasegar producido por el desplazamiento forzado, los pobladores se dirigieron preferentemente a Cúcuta, donde creyeron que podrían estar seguros de la persecución de los grupos armados y también solventar la subsistencia ejerciendo múltiples labores informales. El Mapa 4 muestra las rutas seguidas por los campesinos para llegar a Cúcuta.

Mapa 4
Dinámica del desplazamiento por parte de los desplazados reasentados en las Comunas 8 y 9 de la ciudad de Cúcuta

Población de mujeres jefas de hogar reasentadas en Montería

El estudio de esta población de mujeres evidenció a fondo las dinámicas intrafamiliares, los modos de vida y de organización que vienen a componer el caminar de los desplazados en búsqueda de un nuevo lugar para instalarse. El género es un componente que debe resaltarse en la reterritorialización de poblaciones en condición de desplazamiento (Segura & Merteens, 1997Segura, N., & Merteens, D., (1997). Desarraigo, género y desplazamiento interno en Colombia. Revista Nueva Sociedad, (148), 30-43.).

El grupo de mujeres de este estudio de caso está conformado por desplazadas de la región Caribe de Colombia. Estas mujeres originarias en su mayoría de municipios y corregimientos del departamento de Córdoba migraron voluntariamente a regiones contiguas a su lugar de origen motivadas por la búsqueda de mejores condiciones y por la promesa de una vida más próspera. Así, se dedicaron a trabajar en plantaciones de banano, fincas, haciendas, comercio o incluso minas de oro, lugares donde fundaron sus familias e iniciaron proyectos de vida que posteriormente serían truncados por la guerra y el conflicto armado. Los propietarios de estas tierras emplean a las poblaciones como aparceros o participantes en las labores ganaderas a cambio de aportar un lugar donde vivir y la posibilidad de cultivar productos para la subsistencia.

Otros territorios donde se asentaron las mujeres dentro de la misma región Caribe -donde la presencia escasa del Estado favorecía el florecimiento de cultivos ilícitos-, así como los territorios de minería para la extracción de oro, níquel y carbón, y los numerosos pequeños poblados situados en estrechas franjas entre vías, ríos y canales -iniciados aprovechando algunos espacios dejados de lado por las grandes haciendas- son muestra de las limitaciones para el acceso a un territorio de estadía. Los conflictos por la tierra generan una situación de expulsión, evidenciando el despojo por parte de los propietarios hacia los campesinos.

Las mujeres jefas de hogar desplazadas de los departamentos de Córdoba, Guajira, Antioquia y Bolívar, en la región caribe colombiana, se reasentaron en la Comuna 1 de la ciudad de Montería, invadiéndola conjuntamente con otros campesinos. Migrar allí era una opción accesible dentro de la perspectiva de búsqueda de nuevas oportunidades en condiciones de inseguridad menos extremas.

El Mapa 5 muestra la movilidad de las mujeres por diferentes lugares donde se asentaron y nuevamente emprendieron la búsqueda de condiciones de vida, para sí mismas y para su familia, que les permitiera liberarse de la violencia política y la marginalidad social.

Mapa 5
Lugares de expulsión de las mujeres jefas de hogar reasentadas en el sector sur de la Comuna 1 en la ciudad de Montería

La territorialización en un marco natural y cultural de origen como proceso de significación del territorio y de sí mismo

A pesar de las dinámicas sociales que irían constituyendo el proceso de desterritorialización, los pobladores rurales relataron sus territorios de origen como el nicho donde construyeron una identidad claramente diferenciadora de su ser campesino, si bien los que se vincularon a proyectos agroproductivos o mineros construyeron una idea de sí mismos en el intercambio económico del trabajo formal e informal, particularmente las mujeres entrevistadas. Algunos, como los afrocolombianos, los indígenas y los campesinos, circunscritos en el marco físico y biótico de su entorno rural, establecieron relaciones para vivir y perpetuarse mediante el ejercicio de acciones sociales y productivas; éstas les facilitaban mantener una idea de apropiación y domesticación de su entorno, tener la capacidad de conducir por sí mismos su vida, satisfacer sus necesidades materiales al tiempo que dotaban de significados la experiencia cotidiana en este medio. El geógrafo Jérôme (Monnet, 2010Monnet, J. (2010). Le territoire réticulaire. Anthropos (227), 91-104. Récupéré de https://goo.gl/ZgvK5J
https://goo.gl/ZgvK5J...
) ha propuesto un planteamiento para sintetizar estas relaciones: el territorio es un elemento material, un área o una red producidos por actividades humanas repetitivas, mientras que la territorialidad, es decir la relación establecida con éste, constituye un sistema de valores atribuido al territorio. Para este geógrafo, el paso del territorio a la territorialidad lleva del objeto material a un valor que da soporte y a la vez es expresión a la subjetividad humana. El proceso en desarrollo dentro de esta relación y ubicación es la territorialización o acción humana basada en el sistema de valor para producir un territorio. En consecuencia, Monnet habla de un sistema socioterritorial que asocia el territorio, la territorialidad y la territorialización.

Figura 1
Sistema socioterritorial

El geógrafo Bernard (Debarbieux, 2003Debarbieux, B. (2003). Territoire. Agencement de ressources matérielles et symboliques capables de structurer les conditions pratiques de l’existence d’un individu ou d’un collectif social et d’informer en retour cet individu ou ce collectif sur sa propre identité. In J. Lévy & M. Lussault, (Dirs). Dictionnaire de la géographie et de l´espace des sociétés. Paris: Belin.), por su parte, señala esta idea del territorio construido como una combinación de recursos materiales y simbólicos capaces de estructurar las condiciones prácticas de la existencia de un individuo o de un grupo social y de aportarles, colateralmente, elementos generadores de identidad. El territorio así entendido es el resultado de un proceso histórico de sentidos y significados atribuidos al espacio habitado.

Las personas y comunidades como las que han sido sujeto de los estudios de caso han dado cuenta de las interacciones sociales y las prácticas culturales concretas, que a través del tiempo han conformado el territorio como su patrimonio. Los relatos recolectados permiten corroborar dicha dimensión territorial donde los significados atribuidos al entorno son contenido fundamental de la definición de sí mismo. Los desplazados entrevistados, en efecto, evocaron aspectos de la vida que llevaban en el entorno rural y lo compararon con el tipo de vida que tienen actualmente en la ciudad; reflexionar sobre aspectos como la alimentación, la vivienda, el acceso y uso de servicios básicos (agua, energía, gas, transporte, etc.), el trabajo, la educación formal y la crianza, la salud, la recreación, la seguridad pone en relieve referentes de calidad de vida:

La vida era buena, uno es de allá y se siente bien, a gusto, todo es gratis. La comida, en cada casa se sembraba la comida, y hay arroz y plátano, de vez en cuando uno saca oro.... Entonces uno vivía bien, sabroso. . . . La vida era bien, feliz, porque uno, cuando no estaba esa gente [los grupos armados] uno vivía bien, tenía todo lo necesario. No era rico (risas), pero por lo menos tenia tranquilidad y vivía bien, [a] uno no le faltaban sus cositas que uno necesitaba, trabajaba uno en su campo. (Mujer afrocolombiana desplazada)

Para las poblaciones desplazadas, el territorio apropiado para su reproducción física, social y cultural permitía construir relaciones de proximidad entre sus habitantes, que podían contar con este territorio como contenido y continente necesario para el desarrollo del proyecto de vida: contar con seguridad alimentaria, una vivienda para albergarse con espacio suficiente y condiciones para criar aves y lechones, ordeñar vacas, sembrar tubérculos y hortalizas, plátano y los componentes necesarios para su dieta alimenticia como era tradicional. La solidaridad comunitaria, las relaciones de vecindad, la convivencia creativa con la naturaleza, la religiosidad y sus conmemoraciones valorizaban y reavivaban una cosmovisión compuesta por distintas perspectivas que, al decir de los pobladores, garantizaba y estimulaba la especificidad como campesinos y una sensación de formar parte de una comunidad. Vivir y subsistir del trabajo agrícola en familia, la educación de los hijos dentro de los valores de este trabajo, entre otras características, proveían un sentido al modo de vida cotidiano.

Sin embargo, las prácticas implantadas por la guerra y el cultivo y procesamiento de la hoja de coca introdujeron otra relación con la tierra, no una relación de respeto y experiencias de preservación y reproducción, sino una relación de explotación y usufructo que los instigadores de la violencia agenciaron y fue creando las condiciones para el posterior embate contra la comunidad hasta obligarla a huir y desplazarse.

La desterritorialización como fractura de la identidad individual y colectiva

Extraña uno de ver que uno echa raíces y uno está conformando algo, y salir y dejar todo botado, volver a comenzar de cero todo lo que uno ha construido y mirar que muchas veces las cosas no le salen a uno bien. (Mujer campesina desplazada)

Ante la invasión y el desalojo impuestos por grupos armados, el desplazado sintió que el miedo “parece ser el último recurso de protección con el que cuentan” los pobladores (Villa, 2006Villa, M. I. (2006). Desplazamiento forzado en Colombia, el miedo: un eje transversal del éxodo y de la lucha por la ciudadanía. Bogotá: Alcaldía Mayor de Bogotá., p. 17); la estrategia de terror, de desestabilización de las actividades cotidianas y la amenaza al ejercicio de prácticas que ordinariamente permitían vivir como era habitual, les impusieron la decisión de huir. La territorialidad rural de la cual provienen se desdibujó como referente cotidiano, transformando de manera radical la interacción naturaleza-trabajo-comunidad, triada característica de la vida en el campo que los pobladores desplazados describieron cómo la condición de un “buen vivir”2 2 Esta sensación y percepción de buen vivir se refiere a una noción de bienestar. Es una sensación de bienestar subjetivamente percibido como goce de la vida, satisfacción y felicidad, generalizaciones para su hacer que les permitía pensar el día a día como una sucesión de hechos predecibles. Las condiciones de vida en su territorio previo eran buenas y juzgada positiva por ellos. Estas condiciones se refieren al modo de vida antes de la expansión de las acciones de los actores armados e incluyen la época del poblamiento en sus respectivas regiones y aún hasta la época del cultivo de la hoja de coca con fines comerciales. . El cambio de este modo de vida ejemplifica la pérdida de la vida campesina.

Esta pérdida se da porque la muerte de allegados, tanto como la incertidumbre respecto a cómo va a evolucionar la situación, mueve al poblador a buscar otro sitio para vivir; la expulsión, a veces repentina, de sus territorios los pone frente a una desestructuración del mundo conocido. El discurso de la vida se torna ambiguo y confuso, no saben cómo van a resolver la alimentación y el techo para albergarse. La desterritorialización los desestabiliza y vuelve confuso el sitio para protegerse y el lugar para habitar. Como resalta metafóricamente (Roelens, 2002Roelens, T. (2002). Sal de tu tierra... a la tierra que te mostraré. Palimpsesto, 2, 34-35., p. 34), el exiliado, que “corre el riesgo de ser nadie”, se ve en la exigencia de reelaborar una y otra vez su identidad, reafirmar lo que él es en lo profundo de sí mismo, con su memoria y sus ilusiones, más allá de la supervivencia inmediata.

Un desasosiego y una sensación de inadecuación se explicitan en lo que dicen las poblaciones cuando hablan sobre su desplazamiento forzado:

Entonces mire que yo digo que cuando a uno lo desarraigan de un territorio, uno como que pierde, o sea, los efectos que hace un desplazamiento, uno pierde mucha relación con la naturaleza, pues aquí también hay naturaleza pero ya no es lo mismo, o sea, como que tiene otro estilo de vida o el destino como que lo pone a vivir, como que le impone o no sé, no sé, es algo . . . Me he vuelto muy compleja, ya todo me acompleja, o sea, me he vuelto muy acomplejada en cuanto a la relación con la naturaleza porque me fascinaba allá [en la selva], me gustaba andar mucho, o sea, de las tres [hermanas] yo era la más curiosa, la más andariega, me gustaba irme así a recorrer, a buscar animales, aquí no. Claro, [allá] uno es más libre que por acá, o sea, uno tiene más relación con la naturaleza. Acá no, uno acá a veces tiene que como tener límites. (Mujer indígena desplazada)

Los procesos de desterritorialización y reterritorialización imponen un trasegar en que se mantiene el recuerdo del territorio de origen, valorado, sentido, gozado, campo de interacciones3 3 Campo de interacción donde se expresan fuerzas que emanan del sujeto y fuerzas generadas por hechos sociales que ejercen influencias diversas, como planteaba Kurt (Lewin, 1988), en su La teoría del campo y el aprendizaje el campo psicológico considerado como una “totalidad dinámica” que manifiesta el estado relacional de una persona con su entorno social en un momento determinado, el cual incluye percepciones y motivaciones. Este campo relacional podemos decir que crea un escenario para desplegar el mundo imaginativo y el mundo de implementación de acciones, como lo refieren los desplazados. . La desterritorialización les exige reconstituir un horizonte de sentido para su “estar ahí” (Yory, 2007Yory, C. (2007). Topofilia o la dimensión poética del habitar. Bogotá: Javegraf., p. 211) que se convierte en un reto sin referentes previos. Nuevas dinámicas de interacción hacen de la vida cotidiana una suerte de “desligazón” del territorio de origen (Vasco, 2002Vasco, L. (2002). Entre selva y páramo: viviendo y pensando la lucha india. Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e Historia. Recuperado de https://goo.gl/jeBaQb
https://goo.gl/jeBaQb...
) y al mismo tiempo una experiencia de extrañeza frente al nuevo lugar de reasentamiento que, aún si han transcurrido varios años, sigue sintiéndose ajeno. Los referentes de identidad construidos en el territorio de origen, las prácticas y las paisajes campesinos ya no están presentes en el entorno al cual llegaron. Desde la identidad recién inaugurada como campesinos obligados a migrar a la ciudad, los desplazados debieron empezar a construir nuevos referentes territoriales que les obligaron a dejar atrás su modo de vida previo.

Así, entre ambigüedades, soledades y extrañeza, los desplazados inician un proceso de reterritorialización. (Naranjo, 2004Naranjo, G. (2004). Ciudades y desplazamiento forzado en Colombia: el reasentamiento de hecho y el derecho al restablecimiento en contextos conflictivos de urbanización. En M. Bello (Ed.), Desplazamiento forzado: dinámicas de guerra, exclusión y desarraigo (pp. 279-310). Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.) se refiere a este proceso desde el cúmulo de experiencias y saberes que los desplazados traen consigo a los barrios y sectores de llegada. Estos lugares, habitados por migrantes pobres, se convierten en escenario para la vida conjunta, donde en algunos casos los prejuicios y en otros la solidaridad van dando forma al proceso de restablecer condiciones de vida, construyendo un lugar propio, articulando trabajo material y elementos inmateriales traídos en la memoria. Estos elementos reiteran la manera de vivir en el territorio de origen, evocan el paisaje natural y social, el espacio de prácticas con los cuales se constituyó un patrimonio natural, cultivado o silvestre, y un patrimonio cultural, resultado del habitar colectivo (Iranzo, 2009Iranzo, E. (2009). El paisaje como patrimonio rural: Propuesta de una sistemática integrada para el análisis de los paisajes valencianos (Tesis de Doctorado). Universidad de Valencia, Valencia, España.), donde la vida se encuentra en su espacio.

Nuevos referentes perfilan obligadamente el lugar donde habitar y tratar de concretar lo que les depara las especificidades materiales y simbólicas que, significadas ya por otros, los desplazados van dotando de sus propios significados. El orden conocido y familiar construido en lo rural es desconocido y resulta extraño en el medio urbano que requiere de otras habilidades que obligatoriamente reemplazan lo sabido para el cultivo de la tierra y las tradiciones.

La vivienda, los servicios básicos, la alimentación cotidiana, la generación de ingresos, la educación y crianza de los hijos y la recreación en el entorno rural antes del desplazamiento les permitían sentir satisfechas sus necesidades. Aún si de manera evidente la seguridad y la salud en el entorno rural no correspondían a sus necesidades de bienestar, la percepción y sensación de capacidad y autonomía para encontrar el propio sustento era referente principal para considerar psicológica y subjetivamente4 4 El bienestar subjetivo según Diener (Abello et al., 2009) corresponde a las evaluaciones cognitivas y afectivas que una persona hace en torno a su vida. El bienestar psicológico según Ryff (Abello et al., 2009) se relaciona con “el esfuerzo por perfeccionarse y la realización del propio potencial”. cumplido el objetivo de sentirse bien. Estas características de la vida contrastan con el sentimiento actual de pérdida o desfavorabilidad.

La migración forzada generó cambios, la violencia trajo el miedo, las tensiones, las pérdidas. (Atxotegui, 2007Atxotegui, J. (2007). Los duelos de la migración: una aproximación psicopatológica y psicosocial. Inmigración Hoy: Documentos, 14-26. Recuperado de https://goo.gl/EmNdKW
https://goo.gl/EmNdKW...
) señala este estado de cosas como duelo:

Se entiende por duelo el proceso de reorganización de la personalidad que tiene lugar cuando se pierde algo que es significativo para el sujeto. En el caso de la emigración tendría que ver, con la reelaboración de los vínculos que la persona ha establecido (personas, cultura, paisajes). Vínculos que se han constituido durante las etapas de la vida y que han jugado un papel muy importante en la estructuración de su personalidad.

Al marchar, el emigrante tiene que mantener esos vínculos porque a través de ellos se expresa su personalidad y su identidad como persona y, a la vez, para adaptarse . . . debe poner en marcha nuevos vínculos - por las nuevas relaciones que tiene que establecer . . . que en parte sustituirán a los que deja atrás.

Desde esta mirada, se puede relacionar el sentimiento de pérdida o desfavorabilidad constante que manifiestan los desplazados en sus discursos con un sentimiento de duelo que les exige reorganizar la disposición frente a sí mismo y frente a los otros y restablecer vínculos perdidos. No obstante, en muchos de los desplazados que llevan periodos prolongados de tiempo en el casco urbano donde actualmente habitan, el sentimiento de pérdida no ha encontrado compensación simbólica. Al respecto, (Atxotegui, 2007Atxotegui, J. (2007). Los duelos de la migración: una aproximación psicopatológica y psicosocial. Inmigración Hoy: Documentos, 14-26. Recuperado de https://goo.gl/EmNdKW
https://goo.gl/EmNdKW...
) señala: “en la emigración hay un duelo por lo que se deja atrás: los problemas psicológicos surgen de las dificultades en la elaboración de ese duelo”; estas dificultades se acentúan cuando la migración es producto de la violencia ejercida para despojar a las personas del espacio territorial de vida que ejemplifica el desplazamiento forzado como una forma de exilio en el cual el sentimiento de pérdida constante no desaparece.

En este contexto, hemos podido observar como se va caracterizando el territorio como espacio vital5 5 Este espacio contiene a la persona misma, las metas que busca, las “metas” negativas que trata de evitar, las barreras que restringen sus movimientos y los caminos que debe seguir para obtener lo que quiere, aprendizajes que van requiriendo apoyarse en conocimientos previos. El espacio vital, más allá de lo planteado por (Lewin, 1988), incluye el espacio geográfico o físico y el significado que el sujeto ha internalizado y convertido en contenido simbólico que constituye el mundo tal como lo afecta o incide sobre él (Hill, 1974). y patrimonio existencial, no solo vivido idealmente, sino, sobre todo, desde un pragmatismo útil que responde a necesidades cotidianas. Dolor moral, metas, percepciones y motivaciones mueven al sujeto desplazado a intentar reconstruir su lugar y retomar su cosmoterritorialidad (Primera, 2005Primera, G. (2005). Territorio y territorialidad: el caso de las comunidades negras en Colombia en investigaciones en construcción. Bogotá: Unibiblos.) como cosmovisión que entreteje significados vinculantes y la metáfora del proceso de echar raíces.

La reterritorialización como reconstrucción del territorio y del propio lugar: reinventando el estar en el mundo

La relación con el territorio aparece como fundamental para comprender el proceso de lograr superar la condición de desplazado. Dentro del proceso de reterritorialización, elementos como la identidad previa y las habilidades creadas en la vida precedente al desplazamiento forzado, exigen preguntarse si los desplazados reubicados en localidades urbanas están encontrando un nuevo territorio de vida. La territorialidad como relación material y simbólica con el lugar que ocupa un sujeto en los grupos de desplazados que inician un proceso de reasentamiento en nuevos territorios y el proceso de relacionamiento con los residentes en el lugar de llegada, en su lucha por instalarse y construir un proyecto de subsistencia y cotidianidad viable para su vida, implica redimensionarse a sí mismo y al espacio físico como pobladores que cohabitan en un mismo y nuevo territorio.

Los cuatro grupos abordados en la investigación mostraron procesos diferentes de reterritorialización:

  • En el predio actual, el grupo de pobladores indígenas del cabildo Kitek Kiwe ha logrado establecer un territorio donde habitar. Los miembros del cabildo se han fortalecido como actores políticos y en su conjunto la comunidad ha recuperado elementos para restablecer su identidad nasa. Otros aspectos relacionados con la dotación de vivienda siguen pendientes de resolver después de trece años de su desplazamiento forzado.

  • Desde el inicio de su llegada a la ciudad, los campesinos reasentados en Cúcuta se beneficiaron de un proyecto de vivienda que les permitió establecer un lugar de ubicación y entrar a constituir un barrio. El principio de estabilización que les otorgó el acceder a una vivienda ha chocado con la imposibilidad de estabilizarse a nivel económico; el trasegar de su búsqueda de la subsistencia continúa sin resolver después de ocho años de haber llegado a Cúcuta huyendo de la violencia política. Además, la violencia los ronda en el espacio urbano en la periferia de la ciudad donde están situados.

  • Las mujeres ubicadas en la Comuna 1 de Montería, en terrenos de invasión, han experimentado grandes dificultades para acceder a una vivienda. La precariedad en todos los órdenes marca la cotidianidad de mujeres que, después de veinte años de haber invadido estos predios, no cuentan con estabilidad en acceso a servicios públicos.

  • El grupo de afrocolombianos se ha reunido en familia extensa en el barrio donde se fueron ubicando por información de sus paisanos, que ya habían migrado a Bogotá, la capital del país. Siguen ocupando viviendas en arriendo en condiciones de elevada precariedad, dependiendo de los subsidios estatales, buscando recrear sus espacios de tradición y tratando de dotar el actual lugar de residencia como un espacio semejante al que vivían en medio de la familia y de la naturaleza, con recreación, música, juego y esparcimiento con los paisanos.

Hallazgos y preguntas con relación al proceso de reterritorialización

Sentimientos y percepciones de los desplazados podrían dar cuenta de un proceso de construcción de nuevas territorialidades a partir de la apropiación de los espacios donde han llegado y que ahora habitan: las relaciones sociales que inician y establecen, la percepción de sí mismos como habitantes de esos lugares y sentimientos nacientes de “estar ahí” en el marco de las características físicas del nuevo espacio les comunican formas desconocidas de apropiación de estas condiciones.

En el entorno inmediato donde residen, desarrollan una sociabilidad con otros desplazados, familiares o amigos y también con vecinos residentes establecidos, con quienes realizan actividades asociativas como la junta del barrio, realizan compras, asisten a la iglesia y emprenden actividades productivas o dirigidas a generar un ingreso, especialmente en el caso de las mujeres; los hijos van al colegio más cercano y la mayor parte de la familia y de los amigos vive también allí. A pesar de la precariedad y de las dificultades, es un espacio en el cual sienten confianza. Existen riesgos que por lo general son minimizados y restringidos a algunos sitios críticos. El colegio y la iglesia son percibidos como lugares agradables y generadores de apoyo y confianza; la residencia de familiares y amigos se ha convertido en lugar donde comparten experiencias como grupo y obtienen algún grado de refugio o protección contra expresiones consideradas hostiles provenientes del mundo exterior. Las relaciones con la institucionalidad formal del Estado y con las organizaciones no gubernamentales, la participación en espacios sociales, laborales y políticos que surgen de la necesidad de organizarse para solicitar la asistencia estatal en la estabilización de sus condiciones de vida y el uso de mecanismos para el reclamo de derechos, forma parte de aprendizajes en uso que antes no existían para los desplazados.

Los desplazados trabajan en diversos sectores de la ciudad, algunos recorren largas distancias a pie para llegar a ellos, para otros el trabajo se ubica cerca al lugar de residencia, especialmente para las mujeres quienes han establecido el trabajo en la casa donde habitan con la familia. Algunos grandes parques son locales visitados esporádicamente, así la ciudad realmente conocida y regularmente transitada se concentra en estos lugares frecuentados; los alrededores son prácticamente desconocidos, la carencia de recursos económicos hace muy difícil que los desplazados frecuenten lugares por fuera del espacio inmediato donde residen. El centro de la ciudad está generalmente reservado a los trámites y en especial a las gestiones relacionadas con el apoyo a los desplazados ofrecido por las entidades estatales y no gubernamentales, la atención médica de situaciones de complejidad y algunas compras extraordinarias. Por lo general, el centro es percibido como un espacio conflictivo y ajeno. Este proceso, si bien ejemplifica en los desplazados la adquisición de nuevas herramientas para la vida, no permite afirmar que estas prácticas promueven sentimientos de autonomía y ejercicio de una ciudadanía plena por cuenta de oportunidades para reinventar perspectivas o un proyecto como habitante de la ciudad.

La oposición planteada por (Mercier, 2009Mercier, G., (2009). Una teoría del lugar. In J. W. Montoya (Ed.), Lecturas en teoría de la geografía. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.) entre el territorio como producto del poder intrínseco del actor y el lugar como resultado del juego de poderes extrínsecos permitiría dar una lectura al proceso de desplazamiento forzado y reasentamiento como una secuencia en la que se parte de un territorio de origen en el que las personas podían ejercer algún tipo de poder o despliegue de su potencia de vida. Las acciones y la influencia de diversos actores de violencia e intimidación convirtieron este territorio de suficiencia en un lugar de miedo y terror que limitó el poder intrínseco de los pobladores. Éstos debieron desplazarse y reasentarse en un lugar en donde, con muy poca autonomía y en medio de la precariedad, están logrando sobrevivir. Lejos de poder desplegar su propia capacidad, deben limitarse a aprovechar las escasas posibilidades ofrecidas y depender de diversos tipos de ayudas. En este proceso, los desplazados adquieren nuevas habilidades y comienzan a desplegar sus capacidades para superar la pobreza y la marginalidad. No obstante, este es un proceso lento, difícil e inacabado, que correspondería a una transformación del lugar de poderes extrínsecos, en territorio de dominio y apropiación plena. En esta medida, se puede hablar de territorios en construcción. El Gráfico 1 muestra elementos de este proceso en el que la vivienda juega un papel fundamental; las dificultades para conseguirla o al menos para contar con un alojamiento adecuado son duramente resentidas por los desplazados. La oposición entre los casos de Cúcuta y Suba es bien diciente. La precaria situación de los desplazados en Suba es un punto crítico en el proceso de reasentamiento, como bien lo expresa el siguiente testimonio:

Si yo acá [en Bogotá] tuviera una propiedad, me sentiría la mujer más feliz del mundo. Que tuviera no una casa, sino que tuviera mi ranchito, un ranchito donde pudiera echar sueño con mis hijos, sin tener que pensar “ah, se me va a llegar el día del arriendo”. Entonces, si yo tuviera eso, yo viviría feliz, porque para lo demás, trabajaría, trabajaría duro. (Gina, 34 años, mujer afrocolombiana reasentada en Suba, Bogotá)

Gráfico 1
El nuevo territorio en construcción de los desplazados

En Cúcuta, en cambio, el proyecto de vivienda hizo menos duro la fase inicial del proceso de reasentamiento. Las dificultades en la generación de ingresos son la principal preocupación de los desplazados.

Por otra parte, la percepción de la discriminación ejercida hacia ellos por la sociedad que los rodea o los ha rodeado en los diversos sitios a los que han llegado y la situación económica generada por la precariedad de sus empleos les empiezan a mostrar a los desplazados otra faceta de sí mismos. Comienzan a soñar con lugares parecidos al lugar de origen, pero donde puedan encontrar condiciones laborales y de seguridad que les permita la supervivencia en paz: alcanzar condiciones de reparación al daño causado por la violencia, la marginalidad y la exclusión, reencontrarse con lo autóctono y propio de su cultura y así mismo la garantía de los derechos civiles. La realidad de la pobreza y la dificultad para suplir necesidades básicas hace presente estos dilemas. De manera insoslayable, la espiral de pobreza, de desigualdad de medios físicos, económicos y sociales seguirá marcándolos en su proceso de adaptación e integración al nuevo medio, lugar y territorio para desplegar sus aspiraciones y necesidades.

Son las nuevas generaciones de los hogares desplazados quienes garantizan la permanencia como comunidad en el tiempo. Los jóvenes, muchos de los cuales se hicieron adultos a partir de la llegada a los sitios de asentamiento, y algunos otros nacidos y socializados en el nuevo lugar, consideran que este es su lugar de origen, el lugar que les ha permitido formarse y llegar a ser los hombres y mujeres que son. Estos sentimientos de pertenencia florecen en el momento mismo que adultos jóvenes, adolescentes y niños han constituido una identidad basada en su relación con el nuevo territorio con el cual han establecido procesos de apropiación y han construido un sentido de territorialidad. Los mayores plantean así uno de los pilares clave que fundamentaron el sentido de esta investigación, en tanto la relación con el territorio es estructurante de las formas de vida de una comunidad, colectivo o individuo, que en esta relación constituye un referente mayor para su proyecto de vida y la construcción simbólica del mundo que se apropia. Así, hemos visto la evidencia reiterada de cómo el desplazamiento forzado obliga a las comunidades, colectivos o individuos a reestructurar sus formas de vida.

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  • Yory, C. (2007). Topofilia o la dimensión poética del habitar. Bogotá: Javegraf.
  • 1
    Si se entiende la territorialidad como la relación que establece el sujeto con el territorio, se puede comprender que la desterritorialización es el proceso de ruptura, instigada por la violencia, de la relación con dicho territorio, y la reterritorialización es la construcción de una nueva relación con el lugar de reasentamiento, entendiendo que dicha relación comprende desde la disponibilidad de una vivienda y domicilio fijo, la generación de sentidos asociados a los lugares habitados y recorridos, hasta la garantía de la subsistencia y del disfrute de condiciones de seguridad.
  • 2
    Esta sensación y percepción de buen vivir se refiere a una noción de bienestar. Es una sensación de bienestar subjetivamente percibido como goce de la vida, satisfacción y felicidad, generalizaciones para su hacer que les permitía pensar el día a día como una sucesión de hechos predecibles. Las condiciones de vida en su territorio previo eran buenas y juzgada positiva por ellos. Estas condiciones se refieren al modo de vida antes de la expansión de las acciones de los actores armados e incluyen la época del poblamiento en sus respectivas regiones y aún hasta la época del cultivo de la hoja de coca con fines comerciales.
  • 3
    Campo de interacción donde se expresan fuerzas que emanan del sujeto y fuerzas generadas por hechos sociales que ejercen influencias diversas, como planteaba Kurt (Lewin, 1988Lewin, K. (1988). La teoría del campo y el aprendizaje. Barcelona: Paidós.), en su La teoría del campo y el aprendizaje el campo psicológico considerado como una “totalidad dinámica” que manifiesta el estado relacional de una persona con su entorno social en un momento determinado, el cual incluye percepciones y motivaciones. Este campo relacional podemos decir que crea un escenario para desplegar el mundo imaginativo y el mundo de implementación de acciones, como lo refieren los desplazados.
  • 4
    El bienestar subjetivo según Diener (Abello et al., 2009Abello, R. L., Macías, M. A., Abarca, A. B., Orozco, C. M., Palacio, K. P. M., González, M. M., . . ., & Méndez, D. D. (2009). Bienestar y trauma en personas adultas desplazadas por la violencia política. In Universitas Psychologica, 8(2), 455-470. Recuperado de https://goo.gl/ZW9q4N
    https://goo.gl/ZW9q4N...
    ) corresponde a las evaluaciones cognitivas y afectivas que una persona hace en torno a su vida. El bienestar psicológico según Ryff (Abello et al., 2009Abello, R. L., Macías, M. A., Abarca, A. B., Orozco, C. M., Palacio, K. P. M., González, M. M., . . ., & Méndez, D. D. (2009). Bienestar y trauma en personas adultas desplazadas por la violencia política. In Universitas Psychologica, 8(2), 455-470. Recuperado de https://goo.gl/ZW9q4N
    https://goo.gl/ZW9q4N...
    ) se relaciona con “el esfuerzo por perfeccionarse y la realización del propio potencial.
  • 5
    Este espacio contiene a la persona misma, las metas que busca, las “metas” negativas que trata de evitar, las barreras que restringen sus movimientos y los caminos que debe seguir para obtener lo que quiere, aprendizajes que van requiriendo apoyarse en conocimientos previos. El espacio vital, más allá de lo planteado por (Lewin, 1988Lewin, K. (1988). La teoría del campo y el aprendizaje. Barcelona: Paidós.), incluye el espacio geográfico o físico y el significado que el sujeto ha internalizado y convertido en contenido simbólico que constituye el mundo tal como lo afecta o incide sobre él (Hill, 1974Hill, W. F. (1974). Teorías contemporáneas del aprendizaje. Buenos Aires: Paidós.).
  • 6
    If territoriality is understood as the relation established by the subject with the territory; it is possible to understand that deterritorialization is the process of rupture, instigated by violence, of the relation with the territory and the territorialization is the construction of a new relationship with the resettlement site, understanding that this relation includes the availability of a home and fixed address, the generation of meanings associated with inhabited places and routed, and the guarantee of subsistence and enjoyment of safety conditions of life.
  • 7
    This feeling and perception of good living refers to a notion of well-being. It is a feeling of well-being subjectively perceived as enjoyment of life, satisfaction and happiness, generalizations for their doing that allowed them to think day by day as a succession of predictable events. The living conditions in their previous territory were good and judged positive by them. These conditions refer to the way of life before the expansion of the actions of the armed actors and include the time of settlement in their respective regions and even until the time of the cultivation of the coca leaf for commercial purposes.
  • 8
    Field of interaction where forces emanating from the subject and forces generated by social facts that exert different influences are expressed, as Kurt Lewin put it in his field theory (1988Lewin, K. (1988). La teoría del campo y el aprendizaje. Barcelona: Paidós.), the psychological field considered as a “dynamic totality” that manifests the relational state of a person with the social environment at a given time, includes perceptions and motivations. It is possible to say that his relational field creates a scenario for deploying the imaginative world and the world of actions implementation, as described by the displaced.
  • 9
    Subjective Well-Being according to Diener (Abello et al., 2009Abello, R. L., Macías, M. A., Abarca, A. B., Orozco, C. M., Palacio, K. P. M., González, M. M., . . ., & Méndez, D. D. (2009). Bienestar y trauma en personas adultas desplazadas por la violencia política. In Universitas Psychologica, 8(2), 455-470. Recuperado de https://goo.gl/ZW9q4N
    https://goo.gl/ZW9q4N...
    ) corresponds to the cognitive and affective assessments that a person makes around the life; Psychological Well-Being according to Ryff (Abello et al., 2009Abello, R. L., Macías, M. A., Abarca, A. B., Orozco, C. M., Palacio, K. P. M., González, M. M., . . ., & Méndez, D. D. (2009). Bienestar y trauma en personas adultas desplazadas por la violencia política. In Universitas Psychologica, 8(2), 455-470. Recuperado de https://goo.gl/ZW9q4N
    https://goo.gl/ZW9q4N...
    ) is related to “the effort to perfect oneself and the realization of own potential”.
  • 10
    This space contains the person, the goals that seeks, the negative “goals” that is trying to avoid, the barriers that restrict the movements and the paths that is necessary to follow in order to obtain what is needed, learning that requires to rely on previous knowledge. Life space, beyond (Lewin, 1988Lewin, K. (1988). La teoría del campo y el aprendizaje. Barcelona: Paidós.) formulated, includes the geographic or physical space and the meaning that the subject has internalized and converted into symbolic content that constitutes the world as it affects or affects himself. (Hill, 1974Hill, W. F. (1974). Teorías contemporáneas del aprendizaje. Buenos Aires: Paidós.).

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    May-Aug 2017

Histórico

  • Recibido
    10 Jun 2016
  • Revisado
    05 Oct 2016
  • Acepto
    14 Ene 2017
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