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Maternidad y prostitución ¿contradictorias y excluyentes?

Motherhood and prostitution, contradictory and non-inclusive?

Resumen:

Se presenta un estudio que exploró en las vivencias de maternidad de mujeres que ejercen la prostitución a nivel de vía pública. Así, se enfocó la maternidad como una institución social vinculada a imaginarios prescriptivos y a políticas de control de género; y a su vez, se entendió la prostitución como institución patriarcal que estigmatiza a las mujeres que la ejercen. En base al análisis de entrevistas en profundidad realizadas en Barcelona, los resultados dan cuenta que el ʻideal maternalʼ convive con el estigma de la prostitución, aunque no se interioriza negativamente, pues se desarrollan estrategias para gestionar la maternidad en el marco de una ʻvida ocultaʼ; sin embargo, también se vislumbra que esta gestión implica vivenciar experiencias muchas veces contradictorias en el marco del ejercicio de la prostitución.

Palabras Clave:
Sociología del Género; Maternidad; Prostitución; Estigma

Summary:

This paper presents a study that explored the experiences of motherhood in women who are involved in street prostitution. For this work, motherhood is focused as a socially constructed institution linked to prescriptive social imaginary and gender control policies; and, in turn, prostitution was understood as a patriarchal social institution where the associated stigma brands the experience of those women who exercise it. Based on the analysis of in-depth interviews conducted in Barcelona the results show that the ‘maternal ideal’ lives with the stigma of prostitution, although not negatively internalized as they have develop strategies to manage motherhood within a ʻhidden lifeʼ; however, it is also envisaged that this management involves living often contradictory experiences in the exercise of prostitution.

Keywords:
Gender Sociology; motherhood; prostitution; stigma

1. Introdución

En la familia patriarcal moderna, la maternidad es central, por lo cual en la figura de ʻla madreʼ se impregnan diversos imaginarios y discursos, los que se vinculan a la naturalización de una práctica en la que se socializan relaciones de poder en el marco de las estructuras sociales. De este modo, se plasman estrategias de control de género por medio de las cuales se adscriben a las mujeres en el ámbito reproductivo, medio por el que se justifica la prescripción de la domesticidad como constitutiva de la naturaleza femenina.

Así, el ideal de maternidad integra una serie de características y definiciones con las cuales deben cumplir las mujeres; en este contexto, a nivel simbólico quedan excluidas de la maternidad aquellas que no se enmarcan en dichos parámetros, siendo este el caso de las mujeres que ejercen la prostitución. De hecho, esta invisibilidad no es solo a nivel social, sino también en el medio académico, ya que, si bien existe una amplia literatura con respecto a la prostitución, la producción relativa a los vínculos entre este fenómeno y la maternidad suele provenir de las ciencias de la salud, más que de las ciencias sociales, y por tanto el foco no ha apuntado directamente a los aspectos sociales y culturales implicados en este proceso para el grupo específico de mujeres que ejercen la prostitución.

Con el propósito de traer a la luz los discursos y prácticas de mujeres que son madres y que ejercen la prostitución, en una primera parte de este artículo se presentan algunos lineamientos con que la perspectiva feminista ha analizado la institución maternal, y a su vez se desarrollan elementos propios del estigma de la prostitución. Posteriormente se expone un análisis con respecto a la intersección entre el imaginario tradicional de maternidad y el ejercicio de la prostitución, considerando ambas como instituciones patriarcales que se han erigido simbólicamente como contradictorias y excluyentes. En este sentido, el siguiente es un artículo que expone un estudio donde se abordaron experiencias de maternidad en mujeres que ejercen la prostitución a nivel de vía pública en Barcelona, atendiendo a los sentidos de maternidad que se expresan en sus discursos, así como a las estrategias que se utilizan para mantener la ideología maternal patriarcal que emana de dichos discursos, al margen del estigma de la prostitución. Así, se explora en las experiencias vinculadas a la familia y a la crianza para un colectivo de mujeres que suelen estar prejuiciadas e invisibilizadas en relación a sus vivencias de maternidad.

2. Discursos e imaginarios patriarcales de la maternidad

La maternidad, en tanto orden social y simbólico, es una pieza fundamental en la concepción y reproducción de familia tradicional. En dicha estructura, se concibe que la plenitud de la identidad femenina se basa en la materialización de la mujer-madre, inscribiéndose en las sociedades patriarcales como parte del deber ser de las mujeres. De este modo, la maternidad tiene implicancias tanto materiales como simbólicas en la vida de las mujeres. En términos prácticos, conlleva el establecimiento de la división del trabajo en razón de género (labores domésticas y de cuidado), y en su dimensión simbólica involucra una serie de imaginarios sociales en los cuales se estipulan las prescripciones del devenir madre. Ambas dimensiones de la maternidad son interdependientes; esto implica que los discursos dominantes sobre la ʻbuena madreʼ darán curso a prácticas específicas en la vida de cada mujer, y simultáneamente estas vivencias cotidianas nutrirán la supuesta ʻverdad naturalʼ que emana de dichas narrativas. En este sentido, se puede apreciar una estrategia de legitimación de los discursos de dominación indicada por Pierre BOURDIEU (2010BOURDIEU, Pierre. La dominación masculina. Barcelona: Editorial Anagrama, 2010.), en la cual el proceso de biologización de lo cultural justifica las desigualdades inherentes a las relaciones de poder establecidas desde las sociedades patriarcales; de este modo, la visión androcéntrica de la reproducción biológica y social es investida por una supuesta objetividad de la naturaleza humana.

En esta línea, se entiende que la familia y la maternidad no son el resultado de relaciones biológicas, sino que se constituyen como elementos culturales, estableciendo relaciones de poder en base a realidades materiales de vínculos y afectos. En este sentido, las teorías feministas han logrado evidenciar la maternidad como institución social patriarcal, siendo un foco de atención tanto a nivel de estructuras sociales como en la experiencia cotidiana de las propias mujeres.

Con respecto a la maternidad, desde las teorías feministas se han desarrollado enfoques que no son necesariamente coincidentes. En términos generales se pueden indicar dos vertientes principales; la primera es aquella perspectiva que indica que la maternidad patriarcal es la base de la opresión de las mujeres, pues por medio de ésta se les inculca cualidades que son funcionales al patriarcado y, de esta forma, el trabajo doméstico gratuito se constituye como piedra angular del patriarcado.1 1 En esta línea destacan autoras tales como Raquel OSBORNE, 1993; Alicia PULEO, 2004; Gerda LERNER, 2010. Por su parte, en la segunda vertiente, se destaca la relevancia del vínculo social y emocional con la madre y se llama a realizar una resignificación de la maternidad como camino para la transformación de relaciones opresoras tanto entre hombres y mujeres como entre las propias mujeres.2 2 En esta vertiente se destacan autoras como Adrianne RICH, 1996; Luisa MURARO, 1995; María Milagros RIVERA GARRETAS, 2012.

Aun así, si bien ambas conciben la maternidad desde lógicas diversas, se considera que ambas visiones no deben ser necesariamente asumidas como excluyentes, pues ambas apuntan a la transformación de la maternidad patriarcal -aunque por medio de distintas vías- por lo cual ambas líneas destacan la necesidad de construir nuevas formas de ser madre, así como sus proyecciones materiales y simbólicas.

Por su parte, Mary NASH (2010NASH, Mary. “Maternidad y construcción identitaria: debates del siglo XX”. In: FRANCI RUBIO, Gloria (ed.). Debates sobre la maternidad desde una perspectiva histórica. Barcelona: Icaria Editorial, 2010, p. 23-49.) resalta que la maternidad es una realidad histórica vinculada tanto a la autoridad patriarcal como a mecanismos de control de género; así, la autora plantea que se han establecido diversos regímenes de conocimiento relativos a la maternidad,3 3 Para NASH (2010), es en el siglo XX cuando en occidente se instala el saber maternal desde la ciencia, hecho que conlleva a la medicalización y profesionalización de la maternidad, y en este sentido, se abre camino a un nuevo saber: la maternología. sin embargo la matriz central del discurso sigue intacta: la vinculación de las mujeres a la domesticidad como elemento crucial de la identidad cultural femenina, estableciendo “la sublimación de la maternidad y ensalzamiento de la mujer madre como figura heroica que llega incluso en el desempeño de su deber de arriesgar su propia vida”(NASH, 1995NASH, Mary. “Maternidad, maternología y reforma eugenésica en España (1900-1939)”. In: DUBY, Duby y PERROT, Michelle (dirs.). Historia de las mujeres, Vol. V. España: Editorial Santillana, 1995., p.630).

En base a esta lógica, se afirma que la maternidad es una experiencia socialmente mediada, desde la ideología patriarcal se ha asociado a un supuesto ʻinstinto maternalʼ (Elisabet BADINTER, 1984BADINTER, Elisabet. ¿Existe el instinto maternal? Historia del amor maternal Siglos XVII al XX. España: Ediciones Paidos, 1984.) por medio del cual se desvaloriza el trabajo históricamente asociado a ésta.4 4 Si bien se ha desvalorizado la maternidad en cuanto supuesto reflejo de la naturaleza puramente femenina, son evidentes los esfuerzos que se realizan para socializar a las mujeres en el marco de los imaginarios establecidos. Así, Rahcel Salazar PARREÑAS subraya las lógicas institucionales establecidas con este fin: a modo de ejemplo se establece cómo el Estado Coreano dicta instrucción formal a las mujeres extranjeras que se casarán con nacionales en el marco de lo que se ha denominado como “ciudadanía maternal” (KIM, 2008 en PARREÑAS, 2010). En el caso de Japón, la autora destaca que dicha instrucción se realiza a través del esposo y la familia, aunque también se “imponen las normas culturales de la maternidad a las madres extranjeras” (PARREÑAS, 2010, p. 115) a lo que suma la instrucción que se otorga a madres extranjeras sobre cómo criar a los hijos e hijas en el marco de los trámites de custodia de los niños/as. Así, tal como ha desarrollado Alicia PULEO (2004PULEO, Alicia. “Perfiles filosóficos de la maternidad”. En: CONCHA, Ángeles y OSBORNE, Raquel (coord.). Las mujeres y los niños primero: discursos de la maternidad . Barcelona: Icaria Editorial, 2004, p. 23-42.), en las sociedades patriarcales occidentales se han establecido dos dimensiones discursivas con respecto a la maternidad, ambas basadas en una lógica sexista. Por un lado, se encuentra el ʻdiscurso del desprecioʼ, abiertamente misógino, en el que se establece la inferioridad de las mujeres como madre-naturaleza. Por otro lado, está el ʻdiscurso del elogioʼ, en el que se destaca la femineidad en cuanto maternal, tierna y cálida. Este último discurso es engañoso, pues tiene como fin establecer y delimitar a las mujeres al espacio privado y reproductivo, el que claramente es desvalorizado en relación al mundo de lo público. De este modo, se han generado históricamente representaciones de la maternidad, las que han sido “determinadas por una dominación simbólica basadas en las desiguales relaciones de poder dentro del orden de la dominación masculina” (María LOZANO, 2000LOZANO, María. Las imágenes de la maternidad: el imaginario social de la maternidad en occidente desde sus orígenes hasta la cultura de masas. España: Publicaciones ayuntamiento de Alcalá de Henares, 2000., p.96)

En el discurso del elogio y valoración de la maternidad, se fusionan imágenes culturales relevantes en las sociedades occidentales católicas, entre ellas la española y latinoamericana, donde la imagen mariana cobra relevancia (Sonia MONTECINO, 1997MONTECINO, Sonia. Palabra dicha: escritos sobre género, identidades y mestizaje. Chile: Colección de Ciencias Sociales Universidad de Chile, 1997.).

Así, se establece como modelo orientador de la maternidad aquella que es misericordiosa y sacrificada, proyectándose la identidad de la mujer-madre hacia la práctica del cuidado y entrega a los otros/as, que implica incluso la renuncia del propio deseo, estableciéndose así una imagen mítica de la maternidad: “la madre buena que existe sólo para el hijo” (María Asunción GONZÁLEZ DE CHÁVEZ, 1995GONZÁLEZ DE CHÁVEZ, María Asunción. Familia, maternidad y paternidad. España: Ediciones ayuntamiento de Alcalá de Henarez, 1995., p. 51).

3. Maternidad y ejercicio de la prostitución: ¿contradictorias y excluyentes?

En base a los elementos dominantes en el discurso de la maternidad anteriormente presentados, cabe preguntarse qué sucede con aquellas mujeres que no cumplen con todos los requisitos socialmente vinculados a la ʻbuena madreʼ. ¿Existe una reconfiguración del imaginario de la maternidad o, por el contrario, se establecen estrategias que permitan adecuarse a dicho imaginario? Es así como este artículo tiene como fin explorar las experiencias de maternidad en mujeres que ejercen la prostitución a nivel de vía pública en Barcelona. Es importante señalar que en dichas experiencias se evidenció la presencia del imaginario tradicional de maternidad y, en este sentido, la generación de múltiples estrategias que permiten ocultar el ejercicio de la prostitución con el objetivo de resguardar el imaginario tradicional de la maternidad del estigma de la prostitución. De este modo, es relevante establecer, tal como expresa Marcela LAGARDE (1997LAGARDE, Marcela. Cautiverios de las mujeres: Madresposas, monjas, putas, presas y locas. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1997.), que a nivel simbólico el cuerpo de la mujer que ejerce la prostitución excluye la maternidad en cuanto concreta la división entre erotismo y procreación. Así, las dimensiones de la maternidad que son valoradas tradicionalmente son negadas simbólicamente a las ʻprostitutasʼ para anular su inclusión en otros grupos de mujeres: Las madre-esposas. Aun así, dentro de las mujeres que ejercen la prostitución, existe una importante proporción de madres liderando hogares monoparentales, por lo cual son ellas quienes deben asumir las responsabilidades económicas y de cuidado.5 5 Así lo han evidenciado algunas investigaciones, tales como: Anna FREIXAS FARRÉ, 2006; Geeta PARDESHI, y Suan BHATTACHARYA, 2006; SURT, 2007; y Megan RIVERS-MOORE, 2010.

En el caso de las mujeres que ejercen la prostitución, se ha destacado que existen facetas que no han sido trabajadas en profundidad por las ciencias sociales. Entre quienes han planteado esta afirmación, se encuentran aquellos/as que han abordado las experiencias de maternidad y crianza dentro de este colectivo.6 6 Entre las investigaciones que han abordado de forma específica esta temática, se encuentran: Rachel DALLA, 2004; PARDESHI y BHATTACHARYA, 2006; RIVERS-MOORE, 2010; Cristine SLOSS y Gary HARPER, 2004. Aun así, si bien no existe un amplio trabajo de campo en esta área, se pueden establecer líneas generales con respecto a las investigaciones nacionales e internacionales realizadas en este ámbito: Primero, se puede afirmar que se vivencia una especial dificultad para conciliar estas dimensiones de la vida, siendo un factor de estrés persistente que sus hijos/as algún día se enteren de que se dedican o han dedicado a la prostitución, en el marco del estigma atribuido a ésta.7 7 Entre las investigaciones que realizan esta afirmación se encuentran: SLOSS y HARPER, 2004; FREIXAS FARRÉ, 2006; SURT, 2007. En esta misma línea, como segundo punto se aprecia que para estas mujeres existe una preocupación constante con respecto a que sus hijos/as experimenten consecuencias negativas del ejercicio de la prostitución, relativas tanto al estigma de “ser hijo/a de una prostituta” o de vivenciar situaciones de violencias posiblemente vinculadas a este ámbito (Cristine SLOSS y Gary HARPER, 2007; Rachel DALLA, 2004DALLA, Rachel. “I fell off [the mothering] track: Barriers to effective mothering among prostituted women”. Family Relations, v.53, n.2, p. 190-200. 2004.). Como tercer punto, se destaca para este colectivo que la maternidad cumple un papel relevante en sus experiencias, lo que permite justificar socialmente las razones del ejercicio de la prostitución, y a su vez elaborar una suerte de auto exculpación con respecto al estigma socialmente atribuido (Megan RIVERS-MOORE, 2010RIVERS-MOORE, Megan. “But the kids are okay: Motherhood, consumption and sex work in neo-liberal Latin America”. British Journal of Sociology, v. 61, n. 4, p. 716-736. 2010.; Anna FREIXAS FARRÉ, 2006FREIXAS FARRÉ, Anna et al. “Un sector susceptible de doble marginación: Mujeres mayores que han ejercido la prostitución. Reinserción o Permanencia”. Recuperado de: http://webs.uvigo.es/xenero/profesorado/teresa_yeves/prosti.pdf, 2006.
http://webs.uvigo.es/xenero/profesorado/...
; SURT, 2007SURT. “Investigación para la reubicación en el mercado de trabajo de las trabajadoras sexuales del barrio del Raval”. Recuperado de: http://www.surt.org/docs/informe_recerca_treballadores_sexuals_surt2007.pdf, 2007.
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). Así, las responsabilidades de la maternidad se presenta como una doble perspectiva: es la razón para entrar a la prostitución y una de las principales causas que se expresa como motivo para salir de ésta. Por otro lado, en algunas investigaciones se han destacado los aspectos favorables de la prostitución en el marco del ejercicio de la maternidad, en cuanto permite tener mayor flexibilidad horaria y por tanto contar con mayor tiempo para estar con sus hijos/as (SLOSS y HARPER, 2007; RIVERS-MOORE, 2007; Janemary MAHER, Sharon PICKERING y Alison GERARD, 2012MAHER, Janemary; PICKERING, Sharon; GERARD, Alison. “Privileging work not sex: Flexibility and employment in the sexual services industry”. The Sociological Review, v. 60, n.4, p.654-675. 2012.). Se entiende entonces, que ésta no sólo es una forma de subsistencia, sino que también permite acceder a un nivel de consumos que para este grupo de mujeres, de otra forma, sería imposible (RIVERS-MOORE, 2010; MAHER, PICKERING y GERARD, 2012). Sin embargo se debe tener en cuenta tal como indica Len LIN (2004LIN, Len. “La contribución económica de la industria”. In: OSBORNE, Raquel (Ed.). Trabajador@s del sexo: Derechos, migraciones y tráfico en el siglo XXI. Barcelona: Bellaterra, 2004, p.57-83.) que las motivaciones económicas son centrales a la hora de ejercer la prostitución.

Por otro lado, al abordar el fenómeno de la prostitución, se considera central integrar el papel del estigma asociado a ésta, especialmente cuando se procura explorar en experiencias ligadas a este ámbito y, como en este caso, a su intersección con experiencias de maternidad. En este sentido, tal como destaca Erving GOFFMAN (1998GOFFMAN, Erving. Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires: Editorial Amorrortu, 1998.), el estigma es un atributo desacreditador que conlleva de forma asociada representaciones sociales en torno a dichos sujetos, y vergüenza interiorizada por las propias personas a quienes se les atribuye un estigma determinado. En el marco de las categorizaciones realizadas por este autor, el estigma vinculado a la prostitución se relaciona con los ʻdefectos de carácterʼ, que desde la perspectiva feminista, se vincula tanto a las prescripciones del sistema sexo-género8 8 En esta línea se encuentran los aportes realizados por Dolores JULIANO, 2001; 2004. como a la prostitución en tanto institución social (Beatriz GIMENO, 2011GIMENO, Beatriz. La Prostitución, Barcelona: Editorial Bellaterra, 2011.). En este sentido, la función de este estigma es distinguir a las ʻbuenas y malasʼ mujeres dentro de las construcciones patriarcales, lo que implicará la ʻdesacreditaciónʼ social de las mujeres que la ejercen, experiencia que conforma aspectos de las vivencias cotidianas de este colectivas de mujeres.9 9 Esta experiencia ha sido indicada en diversas investigaciones tales como: Laura OSO CASAS, Laura y Marcela ULLOA JIMÉNEZ, 2001; SLOSS y HARPER, 2007; EDIS, 2005; FREIXAS FARRÉ, 2006. En términos históricos, Gerda LERNER (1990LERNER, Gerda. La creación del patriarcado. Barcelona: Crítica, Cop, 1990.) ubica la aparición de dicho estigma en la ley del velo,10 10 Esta ley está presente en el artículo 40 de las Leyes Mesoasirias, segundo milenio A.C.; LERNER, 1990. cuyo fin fue diferenciar a las mujeres casadas de las que ejercían la prostitución; por tanto, esta ley estipulaba que “una ramera no se puede tapar con un velo y su cabeza ha de estar al descubierto” (p.209). Para dicha autora, esta orden institucionaliza una jerarquía entre las mujeres, donde la distinción se relaciona por medio de su actividad sexual; las mujeres respetables serán aquellas que están bajo la tutela de un solo hombre y las prostitutas, como mujeres públicas que ʻpertenecen a todosʼ y carecen honor, no podrán cubrirse. Si bien este estigma cobra distintos ribetes en la actualidad,11 11 En este sentido, Ainhoa FERNANDEZ SOBREMAZAS (2006); señala que en España, a fines de la época mediavel y a inicios de la moderna se establecieron, desde los poderes públicos reglamentarios, una serie de normativas para diferenciar a las mujeres que ejercían la prostitución de las ʻrespetablesʼ; entre estas marcas distintivas estaba la prohibición de utilizar ciertos colores en su vestimenta así como de llevar prendas y joyas suntuosas. su matriz es equivalente a la de su origen: distinguir entre las mujeres que cumplen con el ideal de madre-esposa, y así depreciar a las que ejercen la prostitución en tanto devaluadas por el sistema patriarcal, ya que sin el estigma, la prostitución dejaría de existir en el marco de la masculinidad hegemónica (GIMENO, 2001).

4. Las voces de las mujeres: Imaginarios de maternidad y estrategias de gestión de la doble vida

Para acceder a la experiencia de mujeres que son madres y ejercen la prostitución a nivel de vía pública,12 12 Cuando se señala prostitución a nivel de vía pública, se hace referencia a aquella que se ejerce en las calles. Las mujeres entrevistadas se ubican en la zona céntrica de la ciudad de Barcelona, España. se realizaron durante el primer semestre del año 2013 doce entrevistas en profundidad a mujeres españolas y latinoamericanas. Es importante indicar que en el contexto del ejercicio de la prostitución se generan mayores limitaciones a la hora de realizar vínculos con mujeres, tal como lo indica Dolores JULIANO (2004JULIANO, Dolores. Excluidas y Marginadas. Madrid: Ediciones Cátedra, 2004, Serie Feminismos.) en base a su experiencia de trabajo con este colectivo. Este hecho se relaciona con el estigma y las condiciones de vulnerabilidad y alegalidad en que esta actividad se realiza.

El contacto con las mujeres se realizó por medio de salidas a terreno con una organización que trabaja con este colectivo en las calles de Barcelona. De este modo, como primer paso, se presentó el tema de investigación a aquellas que tuviesen interés en participar, lográndose contacto y conversaciones informales con aproximadamente treinta mujeres; de las cuales, doce aceptaron ser entrevistadas. Los encuentros se realizaron en diversos lugares, especialmente en cafeterías y parques cercanos a los lugares en los que ejercen la prostitución, en la zona céntrica de la ciudad de Barcelona.

Se optó por realizar las entrevistas con mujeres españolas y latinoamericanas dado que, en base a la información en el área, se puede afirmar que las nacionalidades de las mujeres que ejercen la prostitución en España actualmente son diversas (APRAMP, 2005APRAMP. La prostitución: Claves básicas para reflexionar sobre un problema. España: Apramp, 2005.); por tanto, si no se determina una selección a priori en este sentido, se obtiene un perfil ilimitado de países de procedencia. Dicha situación conduciría a desdibujar el foco de análisis, atendiendo a que la maternidad es una experiencia edificada sobre elementos sociales, por lo que varía ampliamente en términos culturales, y en este sentido la variable cultural hubiese cobrado mayor relevancia que la del ejercicio de la prostitución en cuanto a vivencias y experiencias relativas a la maternidad. Por otra parte, es necesario señalar que no encontraron diferencias importantes entre las condiciones materiales en las cuales ambos colectivos de mujeres ejercen la prostitución; tampoco en relación a otros contextos condicionantes como puede ser condiciones económicas, número de hijos/as, uso de alcohol o de drogas, etc. Así mismo, se puede indicar que todas las mujeres entrevistadas -independiente de la nacionalidad- se iniciaron en la prostitución de forma posterior al nacimiento de su primer/a hijo/a, siendo anterior sólo en una situación en que la mujer manifestó que en su infancia y adolescencia sufrió abuso sexual por parte del padre, y fue en ese momento en que él la obligó a cobrar por mantener relaciones sexuales, quedándose con casi la totalidad del dinero obtenido.

En base al análisis de estas entrevistas, se presentan a continuación los principales resultados vinculados a los imaginarios de maternidad presentes en el discurso de las mujeres entrevistadas; posteriormente se desarrollan los hallazgos relacionados a ʻestrategias de gestión de la doble vidaʼ en el marco del ejercicio de la prostitución. Es importante resaltar que ambas dimensiones están estrechamente vinculadas debido a que al sustentarse los imaginarios de maternidad en la ideología tradicional de género, estas mujeres generan estrategias tanto a nivel social como personal que permitan que dicho ʻideal maternalʼ sea ʻinmuneʼ o ʻsalvaguardadoʼ del estigma de la prostitución.

Con respecto a los imaginarios de maternidad, es relevante establecer que fue un tema complejo de abordar, en cuanto se hace difícil explicar sentimientos que se dan por hecho como parte del ʻsentido comúnʼ, situación que se puede reflejar en lo que comentó una de las mujeres a la que se entrevistó: bueno, ser madre ʻes lo que esʼ.

En esta línea, todas las informantes manifestaron un imaginario similar en torno a la maternidad, concibiéndola como entrega absoluta, haciendo hincapié tanto en los cuidados emocionales (afecto y cariño) como materiales (dar techo, alimentación, etc.). Por tanto, se entiende la maternidad como aquella experiencia que da sentido a la vida y que implica pensar en otro/a antes que en sí mismas, tal como lo indican las palabras de las propias mujeres:

“Es una naturalidad tener un hijo, pero cuando ya lo tienes pues es una ilusión, como por ejemplo como su perrito con sus cachorritos, que no se puede desprender de ellos” (Carmen).

“Para mí ser madre es lo más grande que hay en el mundo, o sea antes de mis hijos no hay nadie, nadie, yo quiero a mis hijos más que mi propia vida” (Elena).

“Sabes que te esfuerzas, que lo pasas mal y a veces, no tienes ganas de nada, pero sabes que lo estás haciendo por tu hijo, y sabes que por un hijo se puede hacer todo” (Julia).

De este modo, se puede afirmar que la imagen de maternidad tradicional es parte de los discursos de todas las informantes entendiéndola como una suerte de destino adscrito a la esencia femenina, por lo cual se vislumbra lo que se ha denominado como biologización del mito de la maternidad (FERNÁNDEZ MONTRAVETA, 2000FERNÁNDEZ MONTRAVETA, Carmen. "Mitos, realidad y biologías de la maternidad". In: FERNÁNDEZ MONTRAVETA, Carmen. (Ed.) Las Representaciones de la maternidad: debates teóricos y repercusiones sociales. Madrid: Instituto Universitario de Estudios de la Mujer, 2000, p.11-30.); y en este sentido, prima el ʻdiscurso del elogioʼ, el cual destaca la identidad maternal como entrega absoluta para con los hijos/as (PULEO, 2004PULEO, Alicia. “Perfiles filosóficos de la maternidad”. En: CONCHA, Ángeles y OSBORNE, Raquel (coord.). Las mujeres y los niños primero: discursos de la maternidad . Barcelona: Icaria Editorial, 2004, p. 23-42.). En esta línea, el sentido de maternidad como sacrificio indicado por diversas autoras (MONTECINO,1997MONTECINO, Sonia. Palabra dicha: escritos sobre género, identidades y mestizaje. Chile: Colección de Ciencias Sociales Universidad de Chile, 1997.; PULEO,2 004; Cristina MOLINA PETIT, 2004LIN, Len. “La contribución económica de la industria”. In: OSBORNE, Raquel (Ed.). Trabajador@s del sexo: Derechos, migraciones y tráfico en el siglo XXI. Barcelona: Bellaterra, 2004, p.57-83.) es el dominante en las voces de las entrevistadas, el que desde la perspectiva feminista se entiende como funcional al sistema sexo género ya que reproduce, tal como señalan Consuelo PATERNA y Carmen MARTÍNEZ (2005PATERNA, Consuelo y MARTÍNEZ, Carmen. La maternidad hoy: claves y encrucijadas. España: Minerva Ediciones, 2005.), la división sexual del trabajo, la ideología de dominio masculino y las expectativas de las propias mujeres respecto a su devenir madres; entendiendo que las características atribuidas a la maternidad son determinadas por las necesidades y valores imperantes de cada sociedad (BADINTER, 1984BADINTER, Elisabet. ¿Existe el instinto maternal? Historia del amor maternal Siglos XVII al XX. España: Ediciones Paidos, 1984.).

En términos latentes, esta imagen de maternidad implica que no se cuestiona el rol pasivo de paternidad que, aunque de distinto modo, han vivenciado todas las entrevistadas por parte de alguno de los padres de sus hijos/as. Este hecho ha tenido como resultado que la totalidad de las informantes han experimentado la monomarentalidad en algún momento de su maternidad, entendiendo que ésta toma forma cuando “una persona adulta gestiona un hogar sin pareja estable conviviente o sin que ésta se haga cargo de sus corresponsabilidades, independientemente de cuál sea el estado civil de esta persona” (Elisabet ALMEDA, y Dino DINELLA, 2011ALMEDA, Elisabet y DINELLA, Dino. “Familias monoparentales: Hacia una conceptualización crítica desde la perspectiva de los derechos de la infancia”. In: ALMEDA, Elisabet y DINELLA, Dino (Coord.). Entre la ley y la experiencia: nociones y redes de familias monoparentales, Volumen III. España: Ediciones Copalqui, 2011, p.33-54., p. 36). A dicha experiencia se suma que este tipo de conformaciones familiares suelen estar en un contexto de mayor pobreza y exclusión social (Diego RUIZ BECERRIL y Luis NAVARRO ARDOY, 2011RUIZ BECERRIL, Diego y NAVARRO ARDOY, Luis. “Monoparentalidad y exclusión social”. In: ALMEDA, Elisabet y DI NELLA, Dino (Coord.) Entre la ley y la experiencia: nociones y redes de familias monoparentales, Volumen III. 2011. España: Ediciones Copalqui, p.105-11.) y aún en la actualidad son menos valoradas por la sociedad al considerárseles como poco idóneas para la crianza (PATERNA y MARTÍNEZ, 2005PATERNA, Consuelo y MARTÍNEZ, Carmen. La maternidad hoy: claves y encrucijadas. España: Minerva Ediciones, 2005.).

Así, las entrevistadas señalan que son ellas quienes tienen mayores responsabilidades económicas con respecto a los/as hijos/as:

“A veces me separaba de este hombre, y me quedaba ahí y me tocaba a mí sola” (Carmen).

“Yo mando cada mes el dinero para la comida ¿sabes?, él también les manda, les ayuda, pero no es constante como yo, cada mes el colegio, la comida, que si falta esto otro” (Esther).

En este sentido, la maternidad en el marco del ejercicio de la prostitución se vincula con experiencias de monomarentalidad, situación que está en concordancia con los hallazgos de investigaciones nacionales e internacionales en el área, subrayándole como una situación a tener en cuenta cuando se aborda el ejercicio de la prostitución.13 13 Ver investigacions tales como: PARDESHI, Geeta y BHATTACHARYA, Suan, Op. Cit.; RIVERS-MOORE, Megan, Op. cit.; FREIXAS FARRÉ, Anna et al. Op. cit., SURT, Op. cit.

En el discurso de las informantes, el mandato de maternidad tradicional está presente tanto en su concepción, es decir en la vinculación de mujer y madre, como en su relación con la identidad femenina; por tanto, la maternidad se materializa en lo que algunas autoras han denominado como rango de ideal cultural (PATERNA y MARTÍNEZ, 2005PATERNA, Consuelo y MARTÍNEZ, Carmen. La maternidad hoy: claves y encrucijadas. España: Minerva Ediciones, 2005.).

En relación a cómo las entrevistadas integran en su vida los roles de maternidad y el ejercicio de la prostitución, emanaron vivencias relativas a una ʻvida ocultaʼ, a la ʻgestión de esta doble vidaʼ y a las estrategias que se realizan en este sentido, surgiendo elementos relativos a las ʻtécnicas de gestión de la informaciónʼ en el marco del estigma, destacándose como negativo el temor constante a ʻser descubiertaʼ como prostituta. Así, desde la voz de las propias mujeres se manifiesta que al ejercer la prostitución se vivencia una ʻvida ocultaʼ que ubican al margen de la familia y de la maternidad. Si bien existen matices en este sentido, siendo que algunas de ellas tienen familiares que están al tanto de esta situación (madre, pareja o hijas), el ejercicio de la prostitución implica para todas una ʻdoble vidaʼ, siendo éste un concepto utilizado por las propias entrevistadas. Esta vida oculta está determinada por el propio estigma de la prostitución (GOFFMAN, 1998GOFFMAN, Erving. Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires: Editorial Amorrortu, 1998.) y su vinculación negativa con el ideal femenino (JULIANO, 2004JULIANO, Dolores. Excluidas y Marginadas. Madrid: Ediciones Cátedra, 2004, Serie Feminismos.) así como con el de la maternidad (LAGARDE, 1997LAGARDE, Marcela. Cautiverios de las mujeres: Madresposas, monjas, putas, presas y locas. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1997.). En este sentido, se entiende que la prostitución no está bien evaluada por la sociedad por lo cual, una vez que ingresan a este ámbito, generan estrategias que les permitan gestionar de forma exitosa esta ʻdoble vidaʼ, dado que en la práctica la estigmatización logra colocar a la persona “bajo un rótulo uniformador en el que sus características más rechazadas socialmente ocupan la totalidad del campo identitario asignado” (JULIANO, 2004,p. 150) y, por tanto, estas estrategias tienen como fin evitar el estigma de la prostitución cuando no la ejercen. Esta gestión de la doble vida se materializa en estrategias llevadas a cabo para que la prostitución como ʻvida ocultaʼ sea exitosa. Estas tácticas, tal como lo señalan las mujeres, se basan en hacer una ʻvida normalʼ, es decir, procurar un horario diurno para ejercer la prostitución, no aceptar llamadas de ʻclientesʼ cuando se está con los hijos/as, o no llevar hombres al hogar; así comenta una de las entrevistadas:

“La trampa está en hacerse el mismo horario, por suerte no he bebido jamás alcohol, ni me he metido jamás nunca en el mundo de las drogas, entonces haciendo una vida normal, no tiene por qué enterarse” (Elena).

Además, es relevante tener en cuenta que muchas de las informantes han tenido entradas económicas fuera del ejercicio de la prostitución, por lo cual esas mismas experiencias les permiten contar con mayores detalles para entregar a quienes pregunten por referencias más específicas de su trabajo:

Y cuando estaba trabajando en un geriátrico, en una residencia cuidando a personas mayores, me la llevaba (a mi hija) por las noches cuando me tocaba el turno de la noche, y ella se acuerda de eso… yo me tengo que inventar unas historias con ella ¿no? Pero claro, ha ido conmigo al trabajo, ella me ha visto ¿me entiendes? (Carmen).

En este caso, las experiencias laborales con ancianos, han permitido ocultar el ejercicio de la prostitución en el país de origen, como por ejemplo se señala:

“Y como tengo fotos yo las pongo en el Facebook, ellos me las han de mirar ¿no? Y son con las abuelitas, con el uniforme y todo” (Carmen).

También, se utilizan las experiencias de amigas, lo que le permite poseer mayor cantidad de detalles que entregar acerca de su trabajo a la familia o a conocidos, tal como se comenta: “Yo tengo una amiga que trabaja de fija, y yo veo lo que ella hace. Me pongo en el papel de ella” (Julia).

Por tanto, se afirma que las entrevistadas en el marco de su rutina diaria manejan lo que GOFFMAN (1998GOFFMAN, Erving. Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires: Editorial Amorrortu, 1998.) denomina como técnicas de control de información, siendo una estrategia utilizada para minimizar riesgos relativos al estigma el dividir el mundo en dos partes, y así en mayor o menor medida, delimitan claramente su vida en el ejercicio de la prostitución y fuera de ésta, tal como señala Carmen:

En la calle soy lo que soy, y fuera de mi casa yo no tengo que estar pensando nada, y yo de mi casa y ya, yo cambio el chip como quien dice, y ya mi mentalidad saliendo de la calle ya es otra cosa, es mi hogar, mi tranquilidad, no tengo por qué estar pensando(Carmen).

Es necesario señalar que en las entrevistadas no está presente la imagen de ser ʻmalas madresʼ por ejercer la prostitución, puesto que entienden que separan exitosamente ambos mundos; y si bien han experimentado el estigma social relativo a la prostitución, éste no está interiorizado en relación a su experiencia de maternidad, por el contrario, sienten orgullo de brindarle un soporte económico a sus hijos/as al no contar con el padre y, en cierto modo, el peso de este estigma se equilibra con el hecho de haber logrado una maternidad exitosa, así señala:

“Me he dedicado a cosas que tal vez hay gente que me puede considerar sucia, ¿no?, por fuera y por dentro, pero me queda la satisfacción de decir que he criado a mis hijos sola, los he sacado adelante y son dos hombres” (Elena).

Así, a diferencia de hallazgos indicados en otras investigaciones14 14 Tales como: RIVERS-MOORE, Megan, Op. cit,FREIXAS FARRÉ, Anna et al. Op. cit., SURT, Op. cit. no se vivencia una incompatibilidad en la integración del rol de madre y de ejercicio de la prostitución, aunque claramente está presente la tensión de ocultar a sus hijos/as que ejercen la prostitución,15 15 Ver SLOOS, Cristine M. y HARPER, Gary W, Op. cit. pero esto no implica que la maternidad se experimente como una suerte de refugio ante el estigma de la prostitución, ya que se puede afirmar que el ʻvalorʼ de la maternidad es considerado como elevado ʻen sí mismoʼ y no se ha interiorizado la dicotomía entre madres y prostitutas (LAGARDE, 1997LAGARDE, Marcela. Cautiverios de las mujeres: Madresposas, monjas, putas, presas y locas. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1997.); en la voz de una de las entrevistadas:

Hay muchas madres que son del oficio, por decirlo de alguna manera, son muy buenas madres, las hay muy malas, pero también las hay muy buenas, igual que una madre que esté trabajando en una oficina las hay muy buenas pero también que pasan de sus hijos olímpicamente (Ana).

En este sentido, las sensaciones de culpabilidad por no cumplir a cabalidad el “ideal de la maternidad” no serían fruto del ejercicio de la prostitución, si no que provienen de la propia institución de la maternidad en la cual la culpa es un factor central y común a las mujeres que vivencian esta experiencia en el marco de las construcciones de género occidentales (GONZÁLEZ DE CHÁVEZ, 1995GONZÁLEZ DE CHÁVEZ, María Asunción. Familia, maternidad y paternidad. España: Ediciones ayuntamiento de Alcalá de Henarez, 1995.).

Ahora bien, estas experiencias no significan necesariamente que las mujeres vivencien esta gestión de la ʻdoble vidaʼ sin conflictos; es más, muchas de ellas plasman la sensación contradictoria que les significa el ejercicio de la prostitución, ya que señalan que ésta les ha ayudado para enfrentar las responsabilidades de la maternidad y salir adelante en términos económicos; pero por otro lado, se expresa que ha sido difícil y se vincula a diversas situaciones dolorosas, así se indica:

A ver, que yo me he servido de este trabajo, pero a veces pienso que no se si está bien o está mal. Pero que, siendo una muchacha que haya estudiado, se ha preparado, que hay muchas que son preparadas y están haciendo la calle, y yo a veces digo nunca me pensé estar aquí en la calle, hay momentos en que reniegas de la calle (Cristina).

En esta misma línea, el siguiente relato puede dar cuenta de la latencia de esta contradicción “yo estoy contenta, gracias a esta prostitución le he podido darles un futuro a mis hijos” (Virginia), sin embargo posteriormente indica:

“No me gustaba hacer esta vida, al principio no me gustaba yo me ponía a llorar cada vez que iba a la sicóloga ¿no?, es que si no voy a trabajar mis hijos no van a estudiar y ¿cómo junto el dinero? pero no me gusta trabajar aquí” (Virginia).

En este sentido, es importante destacar que en los casos de todas las mujeres con las cuales se conversó, se plasma el temor de que su familia se entere de que ejerce la prostitución, y de este modo el estigma asociado se vivencia como una constante en sus vidas, como relatan las propias mujeres:

“Ahhh si se entera me muero, me muero, ahhh me muero…..¿Que tú madre fuera una prostituta?, se pueden avergonzar” (Ana).

“No se los puedo decir, no lo entenderían, ellos jamás en la vida entenderían que lo he hecho para poder vivir un poco mejor, pero no me entenderían, yo sé que aunque lo supieran, les daría asco” (Elena).

“Porque a cualquier padre no le va gustar que sus hijas anden en este ambiente. Y a parte que ella está lejos y más bien va ser un pesar para ella” (Julia).

Así mismo, existe la comprensión de que en los círculos menos directos también se les pueda cuestionar por ejercer la prostitución, por ejemplo:

“Me corto muchas veces, a veces para decir que yo trabajo de prostituta, sí, porque esto como está mal visto y cuando te ve la gente lo primero que dice, mira esa puta” (Esther).

Y voy a comprar pescado por ejemplo y me preguntan ¿vas a trabajar? ¿Dónde trabajas? y no puedes decir oye, mira, estoy de acerera arriba abajo ¿no?, o sea siempre tienes que estar mintiendo, entonces dices qué he hecho para tener que ir mintiendo por la vida siempre (Carmen).

En esta línea, “aprender a encubrirse constituye una de las fases de socialización de la persona estigmatizada y un momento decisivo en su carrera moral” (GOFFMAN, 1998GOFFMAN, Erving. Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires: Editorial Amorrortu, 1998., p.122), en el cual juegan un papel relevante los ʻsabiosʼ, que serían aquellas personas que si bien no comparten el estigma lo conocen sin enjuiciarles, vinculándose con las informantes por medio de la estructura social: madre, hermana, marido, etc. (GOFFMAN, 1998, p.122). Así, la doble vida asociada implica un importante estrés, relacionado no sólo a las estrategias vinculadas a la gestión de la “doble vida”, sino también por la incomodidad que genera ʻengañarʼ a sus seres queridos. Para aquellas que tienen la familia en el país de origen, esta situación es un poco más llevadera, pero en todos los casos se desarrollan estrategias de gestión de la prostitución como vida oculta.

En el caso de algunas mujeres, el ʻsabioʼ ha sido su ex pareja que le ha chantajeado y utilizado la información para presionar a las informantes en determinadas circunstancias de la vida, siendo que algunos de ellos no han tenido éxito y otros sí, como se relata:

“Entonces me dice la niña: mami, mi papi me ha dicho una cosa, ¿qué te ha dicho?, dice que le pagues lo que gastó en traerte aquí o si no me va a decir lo que eres tú; hijita ¿y qué te ha dicho tu padre que soy? mi padre dice que tú eres una puta” (Esther).

Este caso ha implicado que la hija de esta entrevistada también deba gestionar ʻtécnicas de control de la informaciónʼ, especialmente en el marco de que el estigma “se expande en oleadas de intensidad decreciente” (GOFFMAN, 1998GOFFMAN, Erving. Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires: Editorial Amorrortu, 1998., p. 43) y puede proyectarse a los hijos/as de alguna persona desacreditable. Así, el relato continúa:

Esta conversación yo la tuve una vez con ella, entonces yo le digo, mijita, le digo y tú ¿qué vas a decir algún día que te pregunten y tu madre de qué trabaja?, tú qué vas a decir ¿que soy prostituta? Entonces ella me dice: ahh cómo crees que voy a decir eso… no pues, yo digo que tú trabajas de limpieza, de cocina, de ayudante de cocina, ¿Cómo crees que voy a decir? , me dice ella, ¿qué crees que me dirán mis compañeros? (Esther).

Es relevante señalar que aunque exista una gestión exitosa de la ʻdoble vidaʼ y una suerte de ʻacostumbramientoʼ a esta práctica, se genera una sensación negativa por tener que estar disimulando de forma constante, por tanto, las entrevistadas se sienten culpables por ʻmantener en secreto un estigma no manifiestoʼ (GOFFMAN, 1998GOFFMAN, Erving. Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires: Editorial Amorrortu, 1998., p. 92) de este modo, en la voz de algunas entrevistadas:

“A ver, te acostumbras a tener doble vida, pero te sientes sucia, al menos en mi caso, yo hablo por mí, yo me siento sucia, por engañarlos” (Carmen).

“Mi hija es una persona que odia la mentira y yo me siento sucia por haberla engañado” (Rosa).

“A veces me pregunta, y te sientes mal porque es tu madre y tienes que mentirle. Y le dices que llevé a pasear y que le preparo la comida a la persona que cuido” (Julia).

A modo de síntesis, se puede establecer que las experiencias de las mujeres entrevistadas existe una fuerte presencia de un imaginario tradicional de género que esencializa la maternidad como característica naturalmente femenina, lo que implica una serie de deberes asociados, especialmente ligados al sacrificio en post de la crianza y cuidado de hijos e hijas. Así mismo, como una suerte de estrategia para salvaguardar esta concepción patriarcal de maternidad del estigma de la prostitución, se generan una serie de tácticas que permiten a estas mujeres separar el mundo familiar del vinculado a la prostitución, generando lo que ellas entienden como una ʻdoble vidaʼ, la que conlleva una serie de prácticas con este fin, que si bien suelen ser exitosas, también son altamente estresantes y desgastantes en cuanto implican un encubrimiento constante de su vinculación con el ejercicio de la prostitución.

5. Conclusiones

En las experiencias personales se manifiestan particularidades propias de las vivencias; y en este sentido el análisis presentado en este artículo si bien apeló a las especificidad de las experiencias de ciertas mujeres con las que se tuvo contacto, lo central fue rescatar aspectos comunes de dichas experiencias, y en este sentido se tuvo presente lo que Charles WRIGHT MILLS (1993WRIGTH MILLS, Charles. La imaginación sociológica. México: Fondo de Cultura Económica, 1993.) ha plasmado como imaginación sociológica entendiendo que existe una vinculación de las estructuras sociales y las experiencias individuales. Así, se comprende que abordar las experiencias de maternidad y ejercicio de la prostitución trascienden las inquietudes personales del medio y constituyen problemas públicos de la estructura social concebidos como aquellos que van más allá de la vida del individuo, que reflejan las interpenetraciones de estas estructuras en las vidas individuales, tanto en su contexto social e histórico.

En esta línea, se estableció que las experiencias de maternidad de las entrevistadas han estado vinculadas a situaciones de pobreza y monomarentalidad. En este sentido, el ejercicio de la prostitución en el marco de las construcciones de sexo-género en sociedades patriarcales se experimenta como una alternativa de supervivencia económica, especialmente aquella que se ejerce a nivel de vía pública, pues las mujeres implicadas en este ámbito se encuentran en una situación especialmente vulnerable tanto por la exclusión económica a la que se enfrentan (EDIS, 2005EDIS, Equipo de Investigación Sociológica. Realidad Social de las mujeres sin techo, prostitutas, ex reclusas y drogodependientes en España. Madrid: Ediciones Instituto de la Mujer, 2005.), así como por las inequidades propias de las estructuras de géneros (LAGARDE, 1997LAGARDE, Marcela. Cautiverios de las mujeres: Madresposas, monjas, putas, presas y locas. México: Universidad Nacional Autónoma de México, 1997.). Además, se puede afirmar que está presente el imaginario de maternidad tradicional vinculado al sacrificio y entrega absoluta a los hijos/as. Este punto es coherente con las perspectivas feministas presentadas, ya que éstas subrayan la presencia de relaciones de poder patriarcales en los roles y estereotipos de género, entendiendo así la construcción de la maternidad como funcional a dichas estructuras sociales.16 16 Entre las autores que desarrollan este enfoque están: BADINTER, 1984; GONZÁLEZ DE CHÁVEZ, 1995; LOZANO, 2000; PULEO, 2004; MONTECINO, 1997; MOLINA PETIT, 2004; PATERNA, y MARTÍNEZ, 2005. Asimismo, las investigaciones vinculadas al ejercicio de la prostitución si bien no suelen profundizar en las vivencias de maternidad de las mujeres que integran este colectivo, sí consideran de forma tangencial el peso del ideal maternal en la vida de dichas mujeres, el que se entiende específicamente vinculado al estigma de la prostitución (FREIXAS FARRÉ, 2006FREIXAS FARRÉ, Anna et al. “Un sector susceptible de doble marginación: Mujeres mayores que han ejercido la prostitución. Reinserción o Permanencia”. Recuperado de: http://webs.uvigo.es/xenero/profesorado/teresa_yeves/prosti.pdf, 2006.
http://webs.uvigo.es/xenero/profesorado/...
; SURT, 2007).

Se ha de señalar que esta imagen de maternidad implica que no cuestionen de manera consciente el papel de los varones como padres, pues entienden que si éstos no están presentes son ellas quienes, en tanto madres, deben hacerse cargo ʻnaturalmenteʼ de cubrir todas las necesidades de sus hijos/as. Así, se considera recomendable desarrollar este punto con mayor profundidad desde las ciencias sociales, debido a que no es tratado en las investigaciones revisadas en el campo; y si bien los estudios de masculinidad(es) pueden dar luces en este sentido, es importante valorar esta dimensión en el marco de las vivencias de maternidad de mujeres que ejercen la prostitución, especialmente considerando la incidencia de las responsabilidades de madre en el ingreso a la prostitución en los casos que en este estudio fueron analizados.

En cuanto a las experiencias de maternidad, la integración de los roles de madre y ejercicio de la prostitución es vivenciado positivamente, esto a pesar de que socialmente se forjan como opuestos. Así, las entrevistadas dividen estos ʻmundosʼ y generan estrategias de gestión de ʻdoble vidaʼ que permiten que ambos roles no sean vivenciados de forma excluyente, aunque claramente tener que engañar para ocultar el ejercicio de la prostitución les provoca estrés e incomodad. Es interesante subrayar este punto, ya que las investigaciones en el área tienden a destacar que las mujeres que ejercen la prostitución suelen vivenciar los roles de prostitución y maternidad desde la incompatibilidad entre ambos (Rachel DALLA, 2004DALLA, Rachel. “I fell off [the mothering] track: Barriers to effective mothering among prostituted women”. Family Relations, v.53, n.2, p. 190-200. 2004.; SLOSS y HARPER, 2004SLOSS, Cristine M. y HARPER, Gary W. “When street sex workers are mothers”. Archives of Sexual Behavior, v. 33, n. 4, p. 329-341. 2004.), sin embargo la exploración aquí presentada, apunta a que estas mujeres gestionan estrategias para la ʻdoblevidaʼ, lo que les permite ʻprotegerʼ su papel de madre tanto del entorno como de sí mismas, esto en el marco de la ʻvergüenza interiorizadaʼ del estigma que pueden experimentar las personas que lo vivencian (GOFFMAN, 1998GOFFMAN, Erving. Estigma: la identidad deteriorada. Buenos Aires: Editorial Amorrortu, 1998.).

Como comentario final, se señala que para las entrevistadas, la maternidad se vivencia desde el imaginario tradicional proveniente de las construcciones de género establecidas, elemento crucial en las experiencias de maternidad y ejercicio de la prostitución. Este hecho puede ser analizado desde dos puntos de vista: por un lado permite desmantelar el estigma asociado a las ʻprostitutasʼ como sinónimo de ʻmala madreʼ, pero por otro, establece que ser ʻbuena madreʼ lleva asociado altos niveles de sacrificio no valorados socialmente, lo que en las sociedades patriarcales es funcional no sólo a la división sexual del trabajo y a los roles de género, sino también a los perjuicios del propio capitalismo como la pobreza y exclusión que vivencian estas mujeres.

Referencias

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  • WRIGTH MILLS, Charles. La imaginación sociológica México: Fondo de Cultura Económica, 1993.
  • 1
    En esta línea destacan autoras tales como Raquel OSBORNE, 1993; Alicia PULEO, 2004; Gerda LERNER, 2010.
  • 2
    En esta vertiente se destacan autoras como Adrianne RICH, 1996; Luisa MURARO, 1995; María Milagros RIVERA GARRETAS, 2012.
  • 3
    Para NASH (2010), es en el siglo XX cuando en occidente se instala el saber maternal desde la ciencia, hecho que conlleva a la medicalización y profesionalización de la maternidad, y en este sentido, se abre camino a un nuevo saber: la maternología.
  • 4
    Si bien se ha desvalorizado la maternidad en cuanto supuesto reflejo de la naturaleza puramente femenina, son evidentes los esfuerzos que se realizan para socializar a las mujeres en el marco de los imaginarios establecidos. Así, Rahcel Salazar PARREÑAS subraya las lógicas institucionales establecidas con este fin: a modo de ejemplo se establece cómo el Estado Coreano dicta instrucción formal a las mujeres extranjeras que se casarán con nacionales en el marco de lo que se ha denominado como “ciudadanía maternal” (KIM, 2008 en PARREÑAS, 2010). En el caso de Japón, la autora destaca que dicha instrucción se realiza a través del esposo y la familia, aunque también se “imponen las normas culturales de la maternidad a las madres extranjeras” (PARREÑAS, 2010SALAZAR PARREÑAS, Rhacel. “Hacer el amor por un visado: la ciudadanía sexual de las inmigrantes filipinas en Japón”. In: SORONELLAS MASDEU, Montserrat (coord.). Familias en la migración: emociones, solidaridad y obligaciones en el espacio trasnacional. España: Icaria, 2010, p. 97-124., p. 115) a lo que suma la instrucción que se otorga a madres extranjeras sobre cómo criar a los hijos e hijas en el marco de los trámites de custodia de los niños/as.
  • 5
    Así lo han evidenciado algunas investigaciones, tales como: Anna FREIXAS FARRÉ, 2006; Geeta PARDESHI, y Suan BHATTACHARYA, 2006; SURT, 2007; y Megan RIVERS-MOORE, 2010.
  • 6
    Entre las investigaciones que han abordado de forma específica esta temática, se encuentran: Rachel DALLA, 2004; PARDESHI y BHATTACHARYA, 2006; RIVERS-MOORE, 2010; Cristine SLOSS y Gary HARPER, 2004.
  • 7
    Entre las investigaciones que realizan esta afirmación se encuentran: SLOSS y HARPER, 2004; FREIXAS FARRÉ, 2006; SURT, 2007.
  • 8
    En esta línea se encuentran los aportes realizados por Dolores JULIANO, 2001JULIANO, Dolores. “Modelos de género a partir de suslímites: la prostitución”. In: NASH, Mary y MARRE, Diana (eds). Multiculturalismo y Género. Barcelona: Editorial Bellaterra, 2001, p. 87-113.; 2004.
  • 9
    Esta experiencia ha sido indicada en diversas investigaciones tales como: Laura OSO CASAS, Laura y Marcela ULLOA JIMÉNEZ, 2001; SLOSS y HARPER, 2007; EDIS, 2005; FREIXAS FARRÉ, 2006.
  • 10
    Esta ley está presente en el artículo 40 de las Leyes Mesoasirias, segundo milenio A.C.; LERNER, 1990.
  • 11
    En este sentido, Ainhoa FERNANDEZ SOBREMAZAS (2006FERNANDEZ SOBREMAZAS, Ainhoa. “Prostitutas en la España moderna”, Revista Historia, v.16, n.357, p.8-37. 2006.); señala que en España, a fines de la época mediavel y a inicios de la moderna se establecieron, desde los poderes públicos reglamentarios, una serie de normativas para diferenciar a las mujeres que ejercían la prostitución de las ʻrespetablesʼ; entre estas marcas distintivas estaba la prohibición de utilizar ciertos colores en su vestimenta así como de llevar prendas y joyas suntuosas.
  • 12
    Cuando se señala prostitución a nivel de vía pública, se hace referencia a aquella que se ejerce en las calles. Las mujeres entrevistadas se ubican en la zona céntrica de la ciudad de Barcelona, España.
  • 13
    Ver investigacions tales como: PARDESHI, Geeta y BHATTACHARYA, Suan, Op. Cit.; RIVERS-MOORE, Megan, Op. cit.; FREIXAS FARRÉ, Anna et al. Op. cit., SURT, Op. cit.
  • 14
    Tales como: RIVERS-MOORE, Megan, Op. cit,FREIXAS FARRÉ, Anna et al. Op. cit., SURT, Op. cit.
  • 15
    Ver SLOOS, Cristine M. y HARPER, Gary W, Op. cit.
  • 16
    Entre las autores que desarrollan este enfoque están: BADINTER, 1984; GONZÁLEZ DE CHÁVEZ, 1995; LOZANO, 2000; PULEO, 2004; MONTECINO, 1997; MOLINA PETIT, 2004MOLINA PETIT, Cristina. “Madre inmaculada, virgen dolorosa: modelos e imágenes de la madre en la tradición católica”. In: Ángeles CONCHA y Raquel OSBORNE (Coord.). Las mujeres y los niños primero: discursos de la maternidad. Barcelona: Icaria Editorial, 2004, p.43-67.; PATERNA, y MARTÍNEZ, 2005.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    Jan-Apr 2017

Histórico

  • Recibido
    01 Dic 2014
  • Revisado
    11 Mayo 2016
  • Acepto
    23 Jun 2016
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