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La práctica educativa de cuidadores profesionales en refugios para niñas: enfrentando la violencia vivida por mujeres adolescentes

Resúmenes

Este estudio tuvo como objetivo identificar las estrategias discutidas y utilizadas por los profesionales cuidadores de refugios para niñas en la atención a las situaciones de violencia, vividas por las adolescentes, y discutir la práctica educativa como una tecnología de cuidado en el enfrentamiento de la violencia. Con base en la investigación cualitativa, los datos fueron producidos a través de entrevistas a cuidadores de un refugio municipal para adolescentes e interpretados bajo el marco teórico del análisis de contenido. Los resultados evidenciaron estrategias individuales e institucionales para atender a las adolescentes. Se concluye que las acciones educativas son tecnologías de cuidado en el proceso de dar un nuevo significado al valor de la vida para las adolescentes en situación de vivir en la calle o como refugiadas en abrigos, considerando la diversidad cultural - una práctica dialógica sistematizada e institucionalizada para el enfrentamiento de la violencia vivida.

violencia contra la mujer; adolescente institucionalizado; jóvenes sin hogar; educación en salud; atención integral de salud


This study aimed to identify strategies caregiving professionals at shelters discuss and use in care delivery to violence situations lived by female adolescents; and to discuss educative practice as a care technology for coping with violence. Based on qualitative research, the data were produced through interviews with caregivers at a municipal adolescent shelter and were interpreted according to content analysis. The results evidenced individual and institutional strategies for care delivery to the adolescents. In conclusion, educative actions are care technologies in the reframing process of life's value by female adolescents living on the streets or in shelters, considering the cultural diversity - a dialogical action systemized and institutionalized for coping with the violence they experience.

violence against women; adolescent institutionalized; homeless youth; health education; comprehensive health care


Este estudo objetivou identificar estratégias discutidas e utilizadas pelos profissionais cuidadores de abrigo na atenção às situações de violência, vividas pelas adolescentes, e discutir a prática educativa como tecnologia de cuidado no enfrentamento da violência. Com base na pesquisa qualitativa, os dados foram produzidos através de entrevistas a cuidadores de abrigo municipal para adolescentes e interpretados à luz da análise de conteúdo. Os resultados evidenciaram estratégias individuais e institucionais para o atendimento das adolescentes. Concluindo, ações educativas são tecnologias de cuidado no processo de ressignificação do valor da vida pelas adolescentes em situação de rua ou abrigadas, considerando a diversidade cultural - uma prática dialógica sistematizada e institucionalizada para o enfrentamento da violência vivida.

violência contra a mulher; adolescente institucionalizado; menores de rua; educação em saúde; assistência integral à saúde


ARTIGO ORIGINAL

La práctica educativa de cuidadores profesionales en refugios para niñas: enfrentando la violencia vivida por mujeres adolescentes

Lucia Helena Garcia PennaI; Joana Iabrudi CarinhanhaII; Ligia Costa LeiteIII

IEnfermera, Doctor en Salud de la Mujer y del niño, Profesor Adjunto, Faculdade de Enfermagem Raquel Haddock Lobo, Universidade do Estado do Rio de Janeiro, Brasil, e-mail: luciapenna@terra.com.br

IIEnfermera, Estudiante de Maestría de la Faculdade de Enfermagem Raquel Haddock Lobo, Universidade do Estado do Rio de Janeiro, Brasil, e-mail: iabrudi@yahoo.com

IIIDoctor en Comunicación, Investigador, Profesor, Instituto de Psiquiatria, Universidade Federal do Rio de Janeiro, Brasil, e-mail: ligialeite@invenciveis.com

RESUMEN

Este estudio tuvo como objetivo identificar las estrategias discutidas y utilizadas por los profesionales cuidadores de refugios para niñas en la atención a las situaciones de violencia, vividas por las adolescentes, y discutir la práctica educativa como una tecnología de cuidado en el enfrentamiento de la violencia. Con base en la investigación cualitativa, los datos fueron producidos a través de entrevistas a cuidadores de un refugio municipal para adolescentes e interpretados bajo el marco teórico del análisis de contenido. Los resultados evidenciaron estrategias individuales e institucionales para atender a las adolescentes. Se concluye que las acciones educativas son tecnologías de cuidado en el proceso de dar un nuevo significado al valor de la vida para las adolescentes en situación de vivir en la calle o como refugiadas en abrigos, considerando la diversidad cultural - una práctica dialógica sistematizada e institucionalizada para el enfrentamiento de la violencia vivida.

Descriptores: violencia contra la mujer; adolescente institucionalizado; jóvenes sin hogar; educación en salud; atención integral de salud

CONSIDERACIÓN INICIAL

Las adolescentes que viven en la calle o como refugiadas en abrigos experimentan violencia en los más variados aspectos, desde la violencia estructural e invisible, caracterizada por el abandono de la familia y del Estado, asociado a las dificultades personales y coyunturales de desempleo, hasta las manifestaciones visibles como la agresión física, el abuso sexual, la violencia psicológica, la negligencia, el maltrato(1-2). La vulnerabilidad, que produce agravios a la salud, aparece en el uso abusivo de drogas psicoactivas, en la gravidez precoz, en el aborto, en la agresión física, y en la relación sexual sin protección(3-4). De ese modo, se reconoce la relevancia y particularidad de la violencia en la restricción al ejercicio de la ciudadanía de las adolescentes que viven en la calle o son refugiadas en abrigos y en la vulnerabilidad de su salud.

Tomando como base las ideas de Paulo Freire sobre la educación problematizadora(5-6), es posible comprender que se trata de un asunto de ciudadanía que puede ser rescatado, a partir del proceso de concientización de sí mismo y de su inserción en el mundo, como un potencial transformador de la realidad de la vulnerabilidad. Ese enfoque problematizador es apuntado como el pilar fundamental para las prácticas educativas que se proponen que sean transformadoras, o sea, capaces de romper con lo instituido(7) - es decir la negación de los derechos de esas mujeres adolescentes. En ese sentido, los refugios, que acogen esas adolescentes y que se caracterizan como instituciones facilitadoras del proceso de reinserción social, deben configurar un escenario propicio al proceso educativo crítico y transformador.

Los profesionales cuidadores de los refugios, a su vez, pueden ejercer una función valiosa como educadores en el proceso de trabajo de las manifestaciones de la violencia, vividas por las adolescentes que viven en la calle o son refugiadas en abrigos. Entretanto, la dificultad para interpretar la realidad de las jóvenes, tan diferente de nuestra forma de actuar, expone a esos profesionales a desgaste emocional, interfiriendo en su capacidad de actuar.

El Ministerio de la Salud reconoce el esfuerzo común de los diversos sectores sociales y de las políticas públicas para la reflexión y acción en el enfrentamiento de la violencia, particularmente cuando se trata de mujeres y adolescentes. En ese sentido, viene haciendo inversiones en la capacitación de servicios para diagnosticar los casos de violencia y promover la asistencia adecuada, a través de la Norma Técnica Prevención y Tratamiento de los Agravios Resultantes de la Violencia Sexual contra Mujeres y Adolescentes(8). Esa política valoriza el acogimiento, las estrategias de adhesión y la consolidación de la eficacia de los abordajes, estimulando la búsqueda por formas de comprender las demandas y expectativas de la mujer adolescente que sufre violencia, así como contribuir para su fortalecimiento personal, ayudándola a enfrentar los conflictos y los problemas inherentes a la situación vivida, para esto, se requiere conocimiento técnico científico y la sensibilidad de los profesionales. La respuesta a la violencia debe ser acompañada de un proceso de discusión intersectorial que contribuya para conferir mayor visibilidad al problema y que permita la implantación de estrategias más amplias.

Algunos estudios de enfermeros, sobre la actuación de los profesionales en la atención a las niñas y adolescentes en situación de violencia, están siendo desarrollados, apuntando un camino de precariedades, pero también de éxitos y de cambios, como el de la inserción de la temática en la formación académica de enfermería(9-13). Con el objetivo de contribuir para el enfoque sobre la atención a las adolescentes, que viven en la calle, y sus implicaciones para el cuidado de enfermería, consideramos que la discusión cotidiana, de los profesionales de los refugios destinados a las adolescentes, sobre su experiencia puede auxiliar en la reflexión sobre las estrategias educativas dirigidas para el desarrollo de la ciudadanía de esas mujeres adolescentes, favoreciendo el enfrentamiento de la violencia. En este estudio, se uso la pregunta orientadora: ¿Cuáles son las acciones educativas desarrolladas por los profesionales cuidadores de los refugios que pueden ser apuntadas como tecnologías de cuidado en el enfrentamiento de la violencia, vivida por las adolescentes que habitan en la calle? Se establecieron, entonces, como objetivos: identificar las estrategias discutidas y utilizadas por los profesionales cuidadores del refugio en la atención a las situaciones de violencia, experimentadas por las adolescentes abrigadas, y discutir la práctica educativa como tecnología de cuidado a ser utilizada en el enfrentamiento de la violencia experimentada por las adolescentes abrigadas, a partir de la óptica de los profesionales cuidadores del refugio.

METODOLOGÍA

Este estudio consiste en una investigación cualitativa que busca examinar cuidadosamente los significados, las subjetividades, los valores presentes en lo cotidiano de un equipo de profesionales cuidadores de un refugio para adolescentes.

El escenario del estudio fue un albergue de la red de refugios municipales de Rio de Janeiro, localizado en el barrio central de la ciudad. El referido refugio es una casa temporaria que acoge adolescentes que viven en la calle, o sea, aquellos que están alejados de sus familias por motivos variados, desde situaciones de violencia intrafamiliar, de pobreza, y hasta de riesgo en la comunidad.

Se entiende que los profesionales cuidadores de los refugios que lidian directamente con las adolescentes pueden actuar como educadores en el proceso de manejar las manifestaciones de la violencia vividas por las mismas. Los protagonistas sociales de este estudio, por lo tanto, fueron ocho profesionales cuidadores del referido refugio. El equipo estuvo compuesto por técnicos (profesionales con cargo de nivel superior de escolaridad) y educadores (profesionales con cargo de nivel medio de escolaridad). Considerando las funciones diferenciadas de esos profesionales en la atención a las adolescentes, se buscó obtener informaciones de ambas categorías profesionales a fin de captar, de forma más completa, las estrategias utilizadas por el equipo. Además de eso, el número de sujetos fue delimitado por la saturación de los datos, de forma que cuatro técnicos y cuatro educadores constituyeron los protagonistas sociales de este estudio.

Los datos fueron producidos, en el período de noviembre a diciembre de 2007, a partir de entrevistas semiestructuradas, e interpretados según la técnica de análisis de contenido(14). Para esto, se procedió a la lectura fluctuante de las declaraciones, seguido de la delimitación de trechos de las declaraciones con significado pertinente al objetivo del trabajo (unidades de registro). Las unidades de registro fueron agrupadas en categorías, conforme la proximidad del significado que contenían. A partir de esta técnica, se analizó la práctica educativa de los profesionales de refugio como tecnología de cuidado en una perspectiva crítica y transformadora con base en las concepciones teóricas de Paulo Freire.

En el desarrollo de este trabajo, fueron atendidas las exigencias éticas y científicas para investigaciones envolviendo seres humanos, siendo que el proyecto fue aprobado por el Comité de Ética en Investigación de la Secretaría Municipal de Salud de Rio de Janeiro (CEP/SMS/RJ), bajo el Protocolo n. 203/07.

Los profesionales cuidadores en el enfrentamiento de la violencia vivida por las adolescentes que viven en la calle - una acción dialógica como tecnología de cuidado en los refugios

Los profesionales cuidadores del refugio apuntan que al trabajar con el enfrentamiento de las situaciones de violencia, vividas por las adolescentes, que no son pocas, aparecen algunas dificultades. La mayoría de las niñas tiene historias crueles que sensibilizan a los profesionales. En sus discursos queda nítida la necesidad de soporte, desde aspectos materiales hasta emocionales. Apuntan que, en la mayoría de las situaciones, no se sienten capacitados para administrar los casos considerados más difíciles, en que la violencia aparece de forma más pronunciada y explícita.

Sobre el ser y el vivir del cuidador, se entiende que la impotencia delante de tantas situaciones de injusticia, violencia y desigualdad genera un estado que destruye al ser, paralizándolo y martirizándolo(15). Entre tanto, también se añade que eso no es permanente y que, en la condición de cuidador, existe el impulso a otra dimensión del ser y del vivir. Ese cuidado se basa en un profundo respeto por la vida, en sus más diversas formas de expresión, lo que significa "darle prioridad a nuevas formas de conciencia, con el objetivo de obtener las transformaciones requeridas en la calidad de ser y de vivir en el mundo", implicando "en la socialización del poder y de los privilegios y en la complejidad creciente de la calidad de vida para todos"(15). Aquí, se encuentra el puente que une el cuidado y la educación, ambos demandan formas de cooperación, envolvimiento y apoyo mutuo para que, en una acción dialógica, la tomada de conciencia del mundo, y la revelación del "porqué" y el "cómo" de la realidad vivida florezcan(6,15). Como será visto a seguir, en las estrategias apuntadas, el cuidado y la educación caminan juntos en las declaraciones de los profesionales, sin embargo, tal vez, sin mucha conciencia de ese potencial transformador.

Los profesionales refieren que es casi una lucha solitaria. Por un lado, sienten el peso de la familia que no consigue cuidar al adolescente, indicando que esta también precisa de apoyo en todos los sentidos; por otro lado, el trabajo intersectorial, que debería componer una red de apoyo eficaz, es el resultado de las características personales del profesional, de su compromiso para que la alianza se establezca de forma productiva y, todavía, no constituye efectivamente una estrategia institucional. [...] queda muy relacionado a una personalidad, no es una política. [...] Va a depender de la persona que usted va a encontrar [...] quien es el médico, por ejemplo, que va a atender, que profesora es aquella. Va encontrar personas que son óptimas que tiene una preocupación por ellas como ciudadano, que son personas capaces, que son personas que tiene cosas óptimas, y va a encontrar otra perspectiva como 'mira, ese niño no tiene más arreglo' (Entrevistada 3).

Delante de la realidad de lo cotidiano, los profesionales cuidadores del refugio presentan, en sus declaraciones, algunas estrategias utilizadas en el enfrentamiento de la violencia experimentada por las adolescentes refugiadas. Se puede identificar y agrupar dos tipos de estrategias: las individuales y las institucionales.

Las estrategias individuales se refieren al acogimiento de las adolescentes en conversaciones, en las cuales se procura ofrecer orientaciones delante de las demandas observadas, o expuestas, por las propias adolescentes, tales como: adecuación del lenguaje, organización financiera, apariencia personal y reglas de convivencia. Hagan una simulación, 'antes de ir [para la entrevista del entrenamiento], ustedes venir para acá. Vengan todas preparadas que yo voy a simular una entrevista con ustedes'. La ropa que ellas usaban no era apropiada para una entrevista, eras niñas con una falda bien corta, con una blusa pegada al cuerpo... ellas se arreglaban bien, pero a su manera. Después conversaba con ellas [...] usaba un material 'Preocúpese con su Marketing Personal' que habla de la buena apariencia, que existe ropa para un lugar y ropa paro otro, aquella ropa no era para una entrevista [...] short, faldita - es muy bonito para ser usado en un baile, o en la playa o en la casa de ustedes cuando vuelvan, pero aquí adentro no (Entrevistado 1).

Es fundamental reflexionar sobre el sentido de las orientaciones dadas por los profesionales en el refugio. Hay que cuidarse para no incurrir en el equívoco de ofrecer orientaciones a las adolescentes en lugar de la construcción del conocimiento que impulsa la transformación. Es necesaria mucha atención, ya que, fácilmente, el profesional al tratar de 'ayudar' establece las reglas de convivencia, los limites y los modos de vivir - entendidos como correctos por él y también por la sociedad, entre tanto, puede promover el alejamiento de la adolescente, ya que no considera efectivamente las historias y experiencias de la misma. Así, se reproduce un contexto opresor sin darse cuenta de lo que se hace. Es necesario despertar para una planificación estratégica de actuación, que ofrezca sistematización de las acciones a partir de una reflexión crítica de la realidad de las mujeres adolescentes que viven en la calle o en refugios.

A pesar de la referencia en sus discursos de constantes capacitaciones formales, se nota que las estrategias de cuidar utilizadas por los profesionales tiene en su base una perspectiva personal importante, que determina la forma de abordaje y manejo junto a las adolescentes, conforme sus afinidades, habilidades, posturas y, principalmente, valores personales. Cada uno [profesional] tiene su estrategia: tenemos el que conversa mucho, tiene otra que es la educadora del corazón de ellos. Otra con aquella postura bien rígida [...]. Hay aquel que consigue conquistar el adolescente porque hace 'n' actividades externas. Hay aquel que organiza juegos de fútbol [...] y durante el juego van conversando (Entrevistado 1).

El cuidado presupone la relación entre los seres humanos (el cuidador y el cuidado) y desafía la habilidad para utilizar esas relaciones como una tecnología que construye un cotidiano, por intermedio de la cooperación mutua entre los sujetos, sea a través del lenguaje, del cuerpo, de las interacciones, o de la capacidad de ver y sentir el mundo(16). Es preciso que los profesionales perciban que sus actitudes y discursos produzcan efectos que pueden ser devastadores o constructivos en el otro, como apuntado en la declaración: ...cuando una niña llega aquí yo le digo así: 'ven aquí, que voy a presentarte a ella, ella va a conocer una niña de la calle'. Lo que dije produce una subjetividad en ella - una subjetividad 'basura', es esa que estoy produciendo (Entrevistada 3).

Se nota que el trabajo de los profesionales cuidadores junto a las adolescentes, de forma general, incluyendo las situaciones de violencia, pasó por la actitud común de respeto a la adolescente y a lo que ella declara. Se trata de acciones educativas importantes, que necesitan ser estudiadas en detalle. La declaración es entendida como una comunicación entre sujetos(6). Es en la co-laboración en la acción dialógica que los sujetos problematizan la opresión con el objetivo de libertarse. Por eso, la declaración no impone, no maneja, no domestica no produce slogans, ella desmitifica, revela la realidad, que problematizada, desafía al sujeto que las examina. Se trata, por lo tanto, de una acción humana, simpática, amorosa, comunicante, humilde y transformadora.

Y, así, se hace la acción dialógica, entendiéndola como la forma de proporcionar a los seres humanos medios de superar sus actitudes ingenuas e ignorantes sobre la opresión real en que vive el propio ser humano. Se encuentra eco en las declaraciones de los profesionales cuidadores del refugio: ...procuro hacer el trabajo junto con ellas, todo lo que yo voy a hacer, no lo hago por mí, por lo que yo pienso, estoy siempre conversando con ellas: '¿qué crees tú que podemos hacer?'. [...] No es de mi punto de vista, lo que yo pienso que debe ser hecho. Yo estoy siempre conversando con ellas y colocando la situación (Entrevistada 2).

A pesar de identificar la complexidad del contexto de violencia en que las adolescentes están inmersas, se entiende, aquí, que existe la necesidad de contar con una mayor instrumentalización de los profesionales para lidiar con esas vivencias tantas veces banalizadas, que al mismo tiempo, son inquietantes y movilizadoras; también es necesario contar con una red de apoyo institucionalizada y sistematizada (intersectorial, interdisciplinar).

A partir del acogimiento de las adolescentes, los profesionales identifican los problemas y, entonces, utilizan las estrategias institucionales para el enfrentamiento de los mismos, que son: los encaminamientos y las actividades externas. Los encaminamientos son diversos (servicios de salud, escuelas, cursos de profesionalización, entrenamientos en profesiones, entre otros), conforme la demanda del adolescente, sin embargo, sin relación intersectorial y acompañamiento procesual de la inserción social del adolescente. [...] encaminamiento para el puesto de salud, encaminamiento para la escuela. Tiene atención individual, pero cuando percibimos una cuestión diferenciada, encaminamos para Leila Diniz [proyecto municipal de combate al abuso y exploración sexual] (Entrevistado 1).

A pesar de la alianza del refugio con diversas instituciones públicas y privadas, esta no se constituye en una red - entendida como una estructura dinámica en que sus integrantes comparten valores y objetivos comunes en un proceso de comunicación(17). Un estudio(18) sobre las redes de prevención a la violencia constata que las principales dificultades para la actuación en red son: diferencia de comprensión, divergencias políticas, ostentación personal, conflictos de papeles entre las entidades integrantes, rotación de los profesionales, diferentes ritmos de trabajo, incompatibilidad de cuadros referenciales de vida y dificultad de incluir a la familia en las acciones de protección y de prevención de la violencia.

La precariedad en esa sistematización permite el surgimiento de acciones junto a las adolescentes con características más personales que profesionales, o sea, hay la posibilidad de realizar evaluaciones diagnósticas, encaminamientos y conductas profesionales con justificativas poco fundamentadas, pudiendo originar referencias casi que aleatorias a los aliados, que podrían componer una red de apoyo. Sin embargo, la red de apoyo se establece de forma dialéctica, luego, cabe analizar el siguiente cuestionamiento: ¿Cuál es el papel del profesional del refugio y del profesional de los servicios externos en el establecimiento de esa rede?

Por otro lado, se encuentra, en la declaración del equipo, la valorización de la conducta profesional al realizar el encaminamiento, que es identificado como estrategia para el enfrentamiento de las situaciones problemáticas y/o de violencia.

El profesional, entretanto, no valoriza sus orientaciones - las acciones educativas - de la misma forma que las acciones de encaminamiento. En otras palabras, es como si no percibiesen las declaraciones y el escuchar como procedimientos de valor, como acciones educativas. La acción solo parece ser efectiva en la forma del encaminamiento que tiene una respuesta inmediata, concreta y no como un proceso de desarrollo humano, construido en la vida, a partir de relaciones en el mundo y con el mundo. Se puede interpretar esa motivación por la valorización del encaminamiento por la propia dificultad en lidiar con las situaciones de vida de esas adolescentes, incluyendo la demanda constante e intensiva de adolescentes por la resolución rápida de sus problemas. Además de eso, hay profesionales que no poseen habilidades para comprender el proceso gradual y lento de las transformaciones provenientes de las acciones educativas, y optan por el encaminamiento como una acción de respuesta inmediata. La mayor parte de las veces, no se trata de una cuestión de desvalorización de la acción educativa, tiene que ver más bien con las limitaciones y exigencias del propio sistema construido y por muchos segmentos mantenidos.

Las actividades externas, a su vez, configuran una estrategia institucional basada en la alianza del refugio con otros espacios de entretenimiento y cultura (teatro, cancha de deportes, centros culturales, museos, playas, parques), donde se promueve el contacto y la circulación de las adolescentes por lugares y el contacto con personas, circunstancias que no son comunes para ellas. Hay un proyecto de llevarlos en varios locales, locales en que todo mundo va. Una vez los llevamos al Jardín Botánico (Entrevistada 2).

Cuando el profesional propone mostrar a la adolescente otra forma de inserción en la sociedad está ofreciendo la oportunidad para que ella busque el 'porqué' y el 'cómo' de su realidad vivida. Aquí se encuentra un buen ejemplo de cómo la acción educativa constituye una estrategia única en el cuidado, entendido como "una forma de crear, como una posibilidad de intervenir y transformar las situaciones"(16).

Se entiende que todo hombre es capaz de captar los datos de la realidad, configurando un conocimiento, inclusive ingenuo, o sea, con aprehensión mínima de la causalidad de las situaciones vividas(19). Entretanto, al construir las interconexiones entre los hechos percibidos, las jóvenes que viven en la calle, al contrario de lo que algunos podrían pensar, son absolutamente capaces de no solamente hablar sobre su realidad, también saben criticarla y, así, ayudar a construir un cuidado autentico que las lleve al autoconocimiento, al autocuidado, y a la restitución de su salud.

Se trata, por lo tanto, de valorizar la importancia, que los profesionales del refugio tienen en el cuidado de las jóvenes que viven en la calle, al auxiliarlas a crear nuevos estándares para el modelo que aprendieron, o sea, a ayudarlas a romper con la repetición de los estándares que son esperados. Es posible promover ese cambio a través de una educación valerosa que posibilite al hombre "una nueva postura delante de los problemas de su tiempo y de su espacio - la intimidad con ellos - la investigación que no sea apenas la peligrosa y fastidiosa repetición de trechos y de afirmaciones desconectadas de sus condiciones de vida"(5).

CONCLUSIONES

Se verificó, al detectar las estrategias para enfrentar las situaciones de violencia, un envolvimiento, por parte de los profesionales cuidadores del refugio, con las situaciones vividas por las adolescentes. En esas relaciones, se constata un potencial de educación y de cuidados en cada uno de los profesionales. Existe un real esfuerzo para realizar iniciativas que favorezcan la inserción social tanto bajo la perspectiva de la adolescente como de la propia sociedad. Entre tanto, se percibe que la perspectiva de la educación tradicional y de algunos valores con prejuicios, todavía orientan significativamente su práctica cotidiana. Por lo tanto, es preciso rescatar y sensibilizar a esos profesionales sobre la relevancia de las acciones dialógicas, proponiendo y apoyando capacitaciones, actualizaciones y continuas sensibilizaciones que favorezcan e instrumentalicen a esos profesionales para enfrentar la violencia o otras formas de adversidades que esas jóvenes puedan experimentar.

Las niñas y jóvenes que viven en la calle constituyen una realidad nacional histórica, así como su institucionalización, entendida como un intento para controlar a aquellos que, supuestamente, representan una amenaza a la sociedad. A pesar de las conquistas a partir del ECA, todavía hay muchas barreras que vencer para establecer un acogimiento que pueda efectivamente promover su reinserción social a partir de una acción dialógica que las sitúe como sujetos y ciudadanas. Establecer una propuesta de cuidado, libre de juicios de valor, que considere la posibilidad de una historia de vida diferente, comprendiendo sus raíces, que no espere confirmar estigmas y rótulos sancionados para ese grupo, pero que acepte y respete sus formas de ver y estar en el mundo y con afecto las ayude a superar la pobre imagen que tienen de sí mismas. Los profesionales cuidadores del refugio estudiado, a pesar de apuntar acciones para promover el cuidado dialógico, todavía se inmovilizan delante de situaciones tan adversas y vulnerables como aquellas experimentadas por las adolescentes, que reflejan un orden social más amplio, inequidad y violencia, sobre la cual se sienten igualmente oprimidos y, por eso, incapaces de actuar para efectuar el cambio.

Fueron encontrados profesionales empeñados y dedicados al cuidado de las jóvenes, sin embargo, se percibe la necesidad de colocar más recursos en la instrumentalización de esos cuidadores en el sentido de potencializar su habilidad como educadores, como facilitadores del proceso de dar un nuevo significado al valor de la vida, al fortalecimiento de la autoestima de las adolescentes. Sabemos que es un proceso difícil que resbala también en los obstáculos impuestos por el propio sistema de políticas públicas de educación, sanitarias y económicas que no coloca a disposición los recursos para realizar esa labor. Por otro lado, las intervenciones posibles en el ámbito de las relaciones precisan ser fortalecidas a través de la reflexión y discusión de su praxis cotidiana, de modo a producir acciones efectivamente dialógicas, movilizando el potencial transformador de profesionales y adolescentes.

Se reconoce las acciones dialógicas como tecnologías de cuidado fundamentales en el proceso de concientizar a las jóvenes mujeres, que viven en la calle o en refugios, sobre su realidad, sobre sus derechos a la salud y sobre sus necesidades, despertándolas para la búsqueda de la calidad de vida, de la promoción de la salud y de la prevención de agravios (autocuidado). Sin embargo, no puede ser una práctica rutinera de adecuación de las adolescentes a las normas sociales vigentes, debe ser una acción dialógica más crítica, reflexiva, sistematizada e institucionalizada para el enfrentamiento de la violencia vivida por las adolescentes - una propuesta reconocida como cuidado.

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Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    21 Ene 2010
  • Fecha del número
    Dic 2009

Histórico

  • Acepto
    28 Jul 2009
  • Recibido
    24 Nov 2008
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