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Cultura física, cuerpos y sexualidades en la revista Cultura Sexual y Física, 1937-1941

Physical culture, bodies and sexualities in the journal Cultura Sexual y Física, 1937-1941

Resumen

En este trabajo se analizan los distintos sentidos que produjo, transmitió y puso en circulación la revista Cultura Sexual y Física (1937-1941) respecto de las sexualidades, los cuerpos, los deseos y las otredades desde y a partir del campo de la cultura física. Editada en Buenos Aires, pero con una circulación a escala internacional, examinaremos aquellos tópicos desde una perspectiva de género y a través del análisis crítico del discurso para dar cuenta de los matices, continuidades e inflexiones discursivas respecto del discurso dominante. En este sentido, señalaremos las polémicas que suscitó la publicación y los ataques recibidos por parte de sectores conservadores que llevaron a la prohibición de la revista.

cultura física; cuerpos; sexualidad

Abstract

This study analyzes the different meanings produced, transmitted and circulated by the journal Cultura Sexual y Física (1937-1941) about sexualities, bodies, desires and forms of otherness from the standpoint of and based on physical culture. In the journal, which was published in Buenos Aires but had an international readership, we examine these issues from a gender perspective via critical discursive analysis in order to demonstrate the nuances, continuities and departure points with regard to the dominant discourse. Hence, we show the polemics triggered by this publication and the attacks on it by conservative sectors, which led to it being banned.

physical culture; bodies; sexuality

En agosto de 1937 se publicó en la ciudad de Buenos Aires el primer número de la revista Cultura Sexual y Física (CSyF). Según la editorial, la publicación venía a cubrir un vacío. Se proponía abordar “dos de los problemas de mayor preocupación en la vida moderna, cual son la cultura sexual y los ejercicios físicos” (Editorial, 1937, p.1). El conocimiento científico era el medio a través del cual se escrutarían aquellos tópicos para legitimar el contenido y sentar bases de autoridad al discurso difundido a través de los 48 números publicados entre 1937 y 1941. Ciertamente, por un lado, el consumo, la divulgación y la práctica deportiva no fueron temas menores en los años 1930. La irrupción de la revista no se produjo en un país indiferente al mundo de las prácticas corporales. Más bien todo lo contrario. Cuando la revista se publicó y comenzó a circular, el heterogéneo y dinámico campo de la “cultura física” estaba fuertemente instalado por diferentes agentes, actores, instituciones y grupos sociales. Asimismo, por otro lado, el saber científico sobre la sexualidad tenía una gran circulación, ya desde los años 1920, a través de diversas publicaciones y proyectos editoriales que respondieron a una demanda popular de conocimientos sobre la sexualidad. Es decir, si bien la revista era original al unir contenidos sobre cultura sexual y física, su aparición se produjo en un medio socio cultural propicio que demandaba aquel contenido. Sin embargo, también, su circulación se enfrentó a la censura y deslegitimación de los sectores conservadores y religiosos.

En este trabajo analizaremos la revista CSyF atendiendo a algunos interrogantes que se nos presentan al considerar el orden social discursivo, es decir, teniendo en cuenta el contexto en el cual se editó y difundió la publicación. Particularmente, nos interesa indagar, entre otras cuestiones que promovió, el vínculo entre la “cultura física”, la sexología y las nociones sobre los cuerpos, las sexualidades y el placer. Asimismo, analizaremos hasta qué punto fue marginal su posicionamiento respecto del discurso dominante sobre aquellos tópicos, señalando continuidades e inflexiones discursivas.

Para ello, desde una perspectiva de género y a través del análisis crítico del discurso, en primer lugar, situaremos la revista en el orden social discursivo, señalando las polémicas generadas con sectores conservadores que llevaron a la prohibición de la circulación de la revista. En segundo lugar, analizaremos qué sentidos puso en circulación CSyF con relación al cuerpo femenino vinculado a los estereotipos de belleza y a la focalización de ciertas zonas corporales. En tercer lugar, indagaremos las intervenciones en torno a la maternalización del cuerpo femenino. Por último, examinaremos cómo construyó y reforzó, a partir de la cultura física, el cuestionamiento de aquellos modelos corporales femeninos que osaron cuestionar el paradigma.

La revista Cultura Sexual y Física como un espacio de producción cultural

La revista CSyF formó parte de un proyecto editorial mayor que comenzó en los años 1920. Nos referimos a la editorial Claridad, motorizada por el socialista Antonio Zamora,1 1 Inmigrante español, llega a la Argentina en su adolescencia y comienza a trabajar en el diario Crítica , de Natalio Botana, como corrector de pruebas. Ya en los años 1920 comienza su actividad como editor. También se destacó en la actividad política, siendo concejal en el municipio de Quilmes y senador provincial por la provincia de Buenos Aires, entre otros cargos, siempre en representación del socialismo ( Barcia, 1981 ; Ferreira de Cassone, 2005 ). que fue una expresión de la “cultura de masas” (Gayol, Palermo, 2018) y formó parte del proceso que se despliega entre los años 1920 y 1930 donde lo viejo y lo nuevo se mezclan, caracterizado por Beatriz Sarlo (2003SARLO, Beatriz. Una modernidad periférica: Buenos Aires, 1920 y 1930. Buenos Aires: Nueva Visión. 2003. , p.28) como una “modernidad periférica”. El aumento de la tasa de alfabetización y escolarización ampliaron el público lector, y Claridad, según la autora, formó parte de los proyectos editoriales que “arman la biblioteca del pobre; responden a un nuevo público que, al mismo tiempo, están produciendo, proporcionándole una literatura responsable desde el punto de vista moral, útil por su valor pedagógico, accesible tanto intelectual como económicamente” Sarlo (2003SARLO, Beatriz. Una modernidad periférica: Buenos Aires, 1920 y 1930. Buenos Aires: Nueva Visión. 2003. , p.19). Asimismo, Laura Fernández Cordero (2014a, p.158), sostiene que “la Editorial Claridad fue usina de ideas progresistas y modernizadoras, y se erigió, con su conjunto de publicaciones, en portavoz de todo un arco de las izquierdas locales y latinoamericanas”.

Podríamos situar la publicación dentro del arco de la cultura de izquierda del período, dado que formaba parte del proyecto editorial de Claridad y muchas/os colaboradoras/es provenían del socialismo, anarquismo, sindicalismo revolucionario, otras/os se identificaban con el anticlericalismo y el antifascismo, aunque corremos el riesgo de restar importancia a la característica más notable de la revista, el eclecticismo de su contenido. Sin embargo, si tenemos en cuenta las consideraciones de Carlos Altamirano (2011ALTAMIRANO, Carlos. Peronismo y cultura de izquierda. Buenos Aires: Siglo Veintiuno. 2011. , p.15), quien sostiene que

irrigada por partidos políticos rivales, por publicaciones a menudo hostiles y por personalidades intelectuales irreductibles a los grupos organizados, la cultura de la izquierda no ha tenido una sola fuente de propagación ni de inculcación. Su configuración, que se compone de elementos diversos, no responde pues al modelo de una estructura coherente, sin contradicciones, incongruencias ni cabos sueltos.

Podemos considerarla como parte de una cultura de izquierda que en los años 1930 y 1940 se desarrolló no de manera contradictoria en cuanto a las ideas en relación con la sexualidad y la cultura física pero que recibió la censura de sectores conservadores y católicos que la catalogaron como una amenaza.

La revista CSyF, siguiendo a Hugo Vezzetti (1996VEZZETTI, Hugo. Aventuras de Freud en el país de los argentinos: de José Ingenieros a Enrique Pichon-Rivière. Buenos Aires: Paidós. 1996. , 1997VEZZETTI, Hugo. Historia del freudismo e historia de la sexualidad: el género sexológico en Buenos Aires en los treinta. Prismas, n.1, p.211-218. 1997. ), difundió una sexología popular que, desde los años 1920, vinculó la medicina, la eugenesia y el psicoanálisis. Asimismo, tanto desde la sociedad civil como desde el Estado, la propagación de la cultura física comenzó a penetrar en grandes sectores de la población, fundamentalmente urbana y mayoritariamente masculina ( Scharagrodsky, 2016SCHARAGRODSKY, Pablo (Coord.). Mujeres en movimiento: deporte, cultura física y feminidades. Argentina, 1870-1980. Buenos Aires: Prometeo. 2016. ). Las preocupaciones por la cultura física y la sexología, en los años 1930, se conjugaron con ideas eugénicas sobre la población, que pusieron el acento en la reproducción, la salud de los futuros padres y la niñez. Estas preocupaciones atravesaron todo el arco político, de derecha a izquierda ( Armus, 2007ARMUS, Diego. La ciudad impura: salud, tuberculosis y cultura en Buenos Aires, 1870-1950. Buenos Aires: Edhasa. 2007. ; Miranda, Vallejo, 2012; Ledesma Prietto, 2012LEDESMA PRIETTO, Nadia. Apuntes sobre la eugenesia y la libertad sexual en el discurso de dos médicos anarquistas. Argentina, 1930-1940. Nomadías, n.16, p.75-97. Disponível em: <https://nomadias.uchile.cl/index.php/NO/article/view/24961/26313>. Acesso em: 9 ago. 2020. 2012.
https://nomadias.uchile.cl/index.php/NO/...
, 2016LEDESMA PRIETTO, Nadia. La revolución sexual de nuestro tiempo: el discurso médico anarquista sobre el control de la natalidad, la maternidad y el placer sexual. Argentina, 1931-1951. Buenos Aires: Biblos. 2016. ).

El epígrafe que acompaña los primeros 17 números describe su contenido: “magazine de divulgación científica de todos los estudios que interesan al hombre y a la mujer para conseguir y conservar la salud y la belleza del cuerpo y del espíritu”. En sus propósitos, afirmaba, por un lado, abordar “el problema sexual … para ir desvaneciendo los falsos prejuicios, destruyendo la falsa vergüenza” y, por el otro, analizar en forma “científica” la problemática de los ejercicios físicos y los deportes “que son complemento de aquella [la problemática sexual]” (Propósitos, 1937, p.2). Según el propio Zamora (citado en Corbiére, 1981CORBIÉRE, Emilio J. Recuerdos de Antonio Zamora. Todo es historia, n.172, p.38-39. set. 1981. , p.39), en la revista CSyF en relación con los temas sexuales abordados, “se decían las cosas como tenían que decirse, y estaba escrita por médicos. Se vendía muy bien”. Su meta era convertirse en una revista de referencia para toda América, su difusión fue amplia en la mayoría de los países, según señalaba en todas las ediciones, tenía “agentes distribuidores” en cada uno de ellos. Apenas comenzó a circular, según señalaron en una reedición del primer número, la revista fue un éxito en ventas. La necesidad de reeditar ese número tres veces en veinte días se tomó como indicador. Este boom editorial fue sostenido en el tiempo y en el primer aniversario de la publicación pudieron jactarse de no haber recurrido a la publicidad comercial para sostener la revista – aunque luego en tres ocasiones aparecen publicidades. La revista solo se cubría con la venta en kioscos, librerías, agencias y a través de las suscripciones, manteniendo un precio de 30 cts. por número y 3,50 (1 dólar) la suscripción anual durante todo el período.

El contrato de lectura de la revista, siguiendo a Eliseo Verón (2004)VERÓN, Eliseo. Fragmentos de un tejido. Barcelona: Gedisa. 2004. , fue estable y coherente durante todo el período. Las portadas de CSyF, contenían una sola imagen, en general, fotografías de cuerpos desnudos de adultxs y niñxs en movimiento, retratos de mujeres y éstas practicando deportes o actividades recreativas (Fernández Cordero, 2014b). Solo algunos números incluyeron el sumario en la portada. Las imágenes estaban acompañadas por epígrafes breves cuya función de anclaje ( Barthes, 1986BARTHES, Roland. Retórica de la imagen. In: Barthes, Roland. Lo obvio y lo obtuso: imágenes, gestos y voces. Barcelona: Paidós. p.29-47. 1986. ) orientaba la interpretación, estableciendo una enunciación pedagógica que establecía cierta asimetría entre quien enuncia y lxs destinatarixs.

A lo largo de los 48 números, las secciones de la revista fueron variando, algunas solo permanecieron durante los primeros números y otras se mantuvieron hasta el final. Por ejemplo, “La voz de la mujer argentina” a cargo de la escritora Sara Papier;2 2 Sara Papiermeister fue una escritora y periodista vinculada a la Editorial Claridad y al grupo Boedo. Esposa de Raúl Larra, participó del Teatro Proletario y escribió diversos artículos sobre literatura, política y feminismo ( Ferreira de Cassone, 2005 ). “Las bellezas del amor” por el doctor Oscar Petrarca; “Cartas de mujeres” por Ada de la Peña; “Belleza y personalidad femeninas” por la profesora Eva Gérard, fueron columnas discontinuas. Otras, en cambio, fueron estables y aumentaron su presencia en las páginas de la revista. Fue el caso de los consultorios. La modalidad de interacción con el público lector a través del “consultorio” no era nueva, pero sí las especialidades elegidas ( Fernández Cordero, 2015FERNÁNDEZ CORDERO, Laura. Sexología europea en las izquierdas argentinas de los años cuarenta: el correo de lectores de las revistas Cultura Sexual y Física y Hombre de América. In: Jornadas de Sociología, 11., 2015. Actas… Buenos Aires: Facultad de Ciencias Sociales; Universidad de Buenos Aires. Disponível em: <http://cdsa.aacademica.org/000-061/546.pdf>. Acesso em: 20 set. 2018. 2015.
http://cdsa.aacademica.org/000-061/546.p...
; Tabernero-Holgado, Jiménez-Lucena, Molero-Mesa, 2013). En el primer número se anunció la propuesta de lanzar una sección, titulada “Contestando a los lectores”, para, señalaba, “evacuar consultas que se nos hagan respecto a sexología, siempre que sean hechas de un modo general y sin la exigencia de detalles muy minuciosos” (Contestando..., 1937c, p.9). Ya en el segundo número se amplió a “temas sexuales y físicos” (Contestando..., 1937b, p.117) y a partir del número 4 comenzó a distinguir las especialidades de las consultas: sexuales y deportivas bajo los títulos “Problemas sexuales” y “Correo de educación física” para ordenar las temáticas (Contestando..., 1937a, p.255-256). Con intermitencia aparecieron otros consultorios, “Clínica general” a cargo del doctor Manuel Lesende, “Cirugía estética” a cargo del doctor Federico Aps, “Educación física y deportes” dirigido por el profesor José Porras Castillo3 3 El profesor de educación física, José Porras Castillo se graduó en el año 1924 en el Instituto de Educación Física de la Universidad de Chile. Fue un reconocido docente vinculado al campo de la cultura física y la educación física en Argentina en los años 1940. Participó en varios eventos y congresos de la especialidad, entre ellos en la primera Conferencia de Profesores de Educación Física realizada en Buenos Aires en 1942. y “Preguntas femeninas” a cargo de la doctora Elvira Rivera Maine.

Además de las colaboraciones locales e internacionales, la revista reproducía artículos y noticias de distintas agencias internacionales como la empresa Hugo Gernsback para el material científico. Entre las colaboraciones locales, se destacaba la presencia de voces femeninas, aunque siempre en una relación desigual con los varones. Sin embargo, su participación fue habilitada desde el segundo número cuando se extendió la invitación a contribuir con su opinión en una nueva sección: “La mujer nueva ¿Qué es? ¿Debe sentir o pensar?” ( La mujer..., 1937LA MUJER... La mujer nueva ¿Qué es? ¿Debe sentir o pensar? Cultura Sexual y Física, año 1, n.2, p.69-70. 1937. , p.69). Más tarde, en el número 15 se realizó un nuevo llamado a las lectoras para que establecieran contacto con Nelly Ratti de Mallon en la sección titulada “Confesiones íntimas. Conversando con las mujeres” ( Confesiones..., 1938CONFESIONES... Confesiones íntimas: conversando con las mujeres. Cultura Sexual y Física, año 1, n.3, p.147. 1938. , p.147). También, la publicación contaba con secciones exclusivamente producidas por mujeres y para mujeres, como las que ya mencionamos a cargo de Sara Papier y el consultorio de Eva Gerard. En la columna dirigida por Papier, la escritora entrevistó a mujeres destacadas en la lucha por la conquista de los derechos femeninos. Entre otras, podemos mencionar a la médica feminista y socialista Alicia Moreau de Justo; Paulina Luisi, primera médica de Uruguay, socialista y feminista; Elvira Rawson de Dellepiane, médica feminista vinculada a la Unión Cívica Radical; Salvadora Medina Onrubia, escritora, maestra y periodista anarquista, y Rosa Scheiner, cirujana dental, socialista y feminista. Varios artículos llevaron firmas femeninas, como Julieta Carrera4 4 Escritora feminista cubana, formó parte de diversos proyectos editoriales. En Cuba dirigió la revista Venus a comienzos de los años 1940, colaboró en revistas de Chile y México, lugar en el que residió en los años 1950. Entre sus obras se destaca, La mujer en América escribe... semblanzas (1956), México, Ediciones Alonso. (Cuba) y Marta Goya (Uruguay), en los cuales trataron temáticas vinculadas a la situación de opresión de las mujeres. Asimismo, tópicos vinculados a su salud, vida sexual y capacidad reproductiva fueron contenidos que aparecieron asiduamente en CSyF durante todo el período. Como así también, reflexiones y análisis de su situación en la sociedad y la vida cotidiana. Algunos de sus sentidos rupturistas o alternativos sobre la sexualidad, la feminidad y la cultura física incomodó a ciertos sectores, especialmente aquellos vinculados con el discurso religioso.

Ataque y defensa: polémicas suscitadas a partir de la circulación de la revista

Ante el éxito editorial que auguraron y que durante las sucesivas ediciones iban alcanzando, así, también, fueron en aumento los obstáculos que interpuso la Iglesia católica y los sectores políticos conservadores para neutralizar el alcance del discurso difundido por CSyF. Siguiendo a Luisa Martín Rojo (1997)MARTÍN ROJO, Luisa. El orden social de los discursos. Discurso, n.21-22, p.1-37. otoño-primavera 1997. , entendemos que sobre el discurso defendido por la revista se desplegaron dispositivos de control y exclusión a través de la censura directa. CSyF se presentaba como “un vehículo de cultura popular” que había ocupado un espacio que estaba vacante y sostenía que la respuesta del público se debía a esa falta de conocimientos sobre “sexología y cultura física” ( Nota..., 1938NOTA… Nota editorial. Cultura Sexual y Física, año 1, n.12, p.705. 1938. , p.705).

Las críticas y las polémicas – que fueron en aumento a partir del n.27 – se establecieron a partir de los ataques del catolicismo. Particularmente con monseñor Gustavo Franceschi,5 5 Reconocido intelectual católico, además de la función pastoral fue profesor de filosofía y sociología en diversas instituciones católicas. Dirigió la revista Criterio desde 1932 hasta su fallecimiento en 1957. Ferviente anticomunista, se propuso enfrentar el avance del comunismo por medio de la creación de Círculos de Obreros Católicos y otras asociaciones ( Echeverría, 2017 ). quien a través de las páginas de la revista Criterio lanzó una campaña de deslegitimación y censura sobre CSyF. Unos años después logró su propósito con el apoyo de sectores políticos conservadores del Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires.

Un lector realizó un llamado a defender públicamente la revista y a “poner en evidencia que los ataques a Cultura Sexual y Física se repiten a medida que ésta va extendiendo su difusión. Y que el ataque, de los más artero, surge de los extremos reaccionarios del púlpito y de un pasquín fascista” (Muzzo, 1940b, p.384). Así, en las sucesivas ediciones comenzaron a publicarse las cartas. Allí se destacaba la labor llevada a cabo por CSyF, entre otras cuestiones, decían lxs lectorxs, porque “trata de destruir el ‘sentido de lo pornográfico’ en las manifestaciones naturales de la vida sexual humana” (Muzzo, 1940a, p.447; énfasis del original). También, se hacía hincapié en lo novedoso y excepcional del contenido difundido, llegando a pensar que, señalaba Juan E. Mollard, la publicación era extranjera. Este lector, interpelaba a los “puritanos” que no permitían hablar sobre “sexo”: “¿Por qué tratáis de enlodar con vuestros sucios pensamientos el nombre del órgano sublime al que debéis la vida” (Mollard, 1940, p.496). Algunos lectores varones, acompañaron sus cartas con fotografías, para demostrar los beneficios físicos que habían logrado a partir de seguir los consejos de la revista ( La voz..., 1941LA VOZ... La voz de los lectores. Cultura Sexual y Física, año 3, n.43, p.440. 1941. ).

Las voces femeninas se unieron a la defensa de la revista, así lo destacaban en el n.32, donde se publicaron las intervenciones de distintas mujeres. Por ejemplo, Delia Galván (1940GALVÁN, Delia. La voz de la mujer se une a la defensa de Cultura Sexual y Física. Cultura Sexual y Física, año 3, n.32, p.499-500. 1940. , p.499-500), indicaba los motivos por los cuales, particularmente las mujeres, tenían que defender la publicación, dado que era el “único vehículo de instrucción completa y variada”. Que la enunciadora fuera una mujer, sostenía Delia, le sumaba valor al pronunciamiento “porque se trata precisamente de romper con la indiferencia hipócrita frente al problema fundamental de nuestra vida: el del amor, y porque con ello se rompe el encantamiento en que han hundido a la mujer siglos enteros de perniciosas simulaciones y de vergonzosas desviaciones que del instinto proliferan como escuela de la represión sexual y de la continencia forzosa” (p.499). Las distintas intervenciones tenían el mismo tono y, en general, destacaban la labor educativa de la revista y cómo estos saberes las habían beneficiado para el conocimiento de una misma y la sexualidad. Esta cuestión estaba vedada por la ideología de la domesticidad junto con el maternalismo que confinaba a las mujeres al hogar y las tareas de cuidado y crianza ( Nari, 2004NARI, Marcela. Políticas de maternidad y maternalismo político, 1890-1940. Buenos Aires: Biblos. 2004. ).

El punto más álgido de las polémicas que llevó a la prohibición de la revista, se produjo luego de la publicación de un número especial dedicado a Uruguay. Las repercusiones no se hicieron esperar. El Diario , periódico uruguayo, y la revista Criterio fueron las publicaciones que criticaron el número, pero en especial, las acusaciones se concentraron en la sección del Consultorio sobre temas sexuales a cargo del médico anarquista Manuel Martín Fernández.6 6 Médico anarquista, oriundo de la provincia de Jujuy, estudió en Córdoba y luego de recibirse, se trasladó a la provincia de Santiago de Estero, donde participa en el sostenimiento del movimiento ácrata a través de la agrupación anarquista Renovación. En 1937, formó parte de los sostenedores de la revista Vertical que aglutinó a los sectores más contestatarios de la agrupación intelectual La Brasa de la que formaba parte. Un año después se encontraban en la provincia de Buenos Aires, estableciéndose en San Fernando, donde, junto con su compañera Lola Quiroga establecieron sus consultorios. Ambos participaron en la organización de la USL de Capital en 1946, de la cual Martín Fernández era el secretario general. A nivel nacional, en la lucha antifascista, formó parte de la Junta Ejecutiva Nacional de Solidaridad Internacional Antifascista (SIA) siendo elegido secretario general en abril de 1939. Además del consultorio en CSyF, dirigió el Consultorio Psicosexual en la revista Hombre de América que se editó en Buenos Aires entre 1940 y 1945 ( Ledesma Prietto, 2012 ; Fernández Cordero, 2015 ). El intendente municipal de la ciudad de Buenos Aires, Carlos Alberto Pueyrredón, decretó la censura de la publicación a través de la prohibición de la circulación de los números de marzo y abril de 1941. Durante las sesiones del Concejo Deliberante del 10 al 13 de junio de 1941, el secretario de Obras Públicas, Higiene y Seguridad, Martín Aberg Cobo, presentó el informe sobre el “Contralor de Espectáculos y Publicaciones” donde dio cuenta de la labor realizada e hizo hincapié en CSyF. En su intervención, por medio de intertextualidades explícitas, para legitimar la acción que llevó adelante el Departamento Ejecutivo, fue seleccionando las distintas manifestaciones de apoyo. Por ejemplo, Franceschi y el presidente de la Academia Argentina de Letras, Carlos Ibarguren, felicitaban al intendente por las medidas que había tomado. Este último, mencionaba que la institución que encabezaba ya había advertido en 1938 “el problema social creado en el país por la difusión de cierta literatura inmoral y pornográfica que aparece frecuentemente bajo la forma de obras que se ocupan de temas artísticos” (citado en Aberg Cobo, 1941ABERG COBO, Martín. Contralor municipal de la moralidad pública. Buenos Aires: Talleres Gráficos F. Colombo. 1941. , p.83). Estas calificaciones nos orientan a pensar sobre los procesos de interpretación, es decir, la interacción que se producía entre la revista y lxs destinatarixs. Es decir, lxs lectorxs de CSyF, manifestaban su apoyo a través de la correspondencia, destacando el carácter científico y serio de la publicación, pero también, ante las denuncias de lxs detractorxs, indicaban que no era responsabilidad de la revista si algunas personas no la interpretaban de ese modo. Marta Goya (1940GOYA, Marta. La voz de una conciencia libre: carta abierta al director de Cultura Sexual y Física. Cultura Sexual y Física, año 4, n.37, p.759-760. 1940. , p.760), ponía el acento en este punto y señalaba “¿Qué hay quien compra nuestra revista con fines contradictorios a nuestra intención? Y bien ¿Qué prueba ello contra nosotros? ... Si hay en el mundo imbéciles y degenerados irreductibles, nosotros no tenemos la culpa, y el cargo es completamente ridículo y arbitrario”.

Entre las consideraciones del Departamento Ejecutivo para declarar inmoral a la publicación respecto de la sección Consultas sobre temas sexuales se destacaba que, atentaba contra la familia; eran problemas privados y no debían difundirse para no “despertar los bajos instintos de los individuos no capacitados para discernir entre el consejo médico o el aspecto real del problema en dilucidación” (Pueyrredón citado en Aberg Cobo, 1941ABERG COBO, Martín. Contralor municipal de la moralidad pública. Buenos Aires: Talleres Gráficos F. Colombo. 1941. , p.166). Finalmente, se acusaba de falta de discreción, “excesiva crudeza y grosería” en las respuestas. Desde CSyF, la respuesta fue contundente y sin rodeos sobre la ofensiva de El Diario de Uruguay y las palabras de monseñor en la revista Criterio . Bajo el título “Un eje rioplatense contra Cultura Sexual y Física ”, el comité editorial, también haciendo uso de la intertextualidad explícita como estrategia discursiva, impugnaron las acusaciones por medio de la deslegitimación de las fuentes del discurso. Sostenía que

ambas publicaciones, representan, más que dos opiniones circunscriptas, dos plagas del espíritu muy extendidas por todo el orbe, que azotan por igual a casi todos los pueblos del planeta: al oscurantismo y a la reacción. Políticamente, las dos se bañan, una por inmersión y otra por aspersión, en la misma pileta totalitaria, aunque una apunta para Berlín y la otra para Roma. Moralmente, en cambio, ambas apuntan para el mismo lado. Son partidarias del opio de la religión ( Comité editorial, 1941COMITÉ EDITORIAL. Un eje rioplatense contra Cultura Sexual y Física. Cultura Sexual y Física, año 4, n.47, p.696-698. jun. 1941. , p.698).

Así, CSyF reaccionó ante los agravios y defendió su labor, señalando, respecto de las críticas al Consultorio, “nosotros creemos que los problemas sexuales son como todos los problemas que se le plantean a la especie humana” ( Comité editorial, 1941COMITÉ EDITORIAL. Un eje rioplatense contra Cultura Sexual y Física. Cultura Sexual y Física, año 4, n.47, p.696-698. jun. 1941. , p.698). Martín Fernández (1941MARTÍN FERNÁNDEZ, Manuel. Contestando a los lectores. Cultura Sexual y Física, año 4, n.47, p.699-702. 1941. , p.699), responsable de la sección, de igual modo se enfrentó a las críticas pero a través de una intertextualidad implícita, con la incorporación de un epígrafe bajo el título de su sección que decía “no debiéramos avergonzarnos de hablar de lo que Dios no se avergonzó de crear – San Clemente de Alejandría”. La revista dejó de editarse al mes siguiente, además de la censura, en el contexto de la guerra, el precio del papel se disparó y la llegada de editores españoles aumentaron la competencia. El director de Claridad decidió culminar la edición de CSyF y en diciembre se sumó el cierre de Claridad , revista que había surgido en 1926 ( Barcia, 1981BARCIA, José. Claridad, una editorial de pensamiento. Todo es Historia, n.172, p.8-25. set. 1981. ). En este horizonte, es posible afirmar que en casi cuatro años CSyF se convirtió en un objeto cultural visible, reconocido y, en algún sentido disruptivo en el mundo de la prensa produciendo sentidos similares a los del contexto social más amplio pero, también, transmitiendo significados alternativos o rupturistas sobre la diferencia corporal y sexual desde el campo de la cultura física y las prácticas deportivas.

Construyendo una topografía corporal “femenina” o acerca de cómo feminizar músculos, fluidos, zonas y órganos

La revista CSyF, como cualquier actor social vinculado con la prensa escrita argentina de aquella época ( Bontempo, 2012BONTEMPO, María Paula. Editorial Atlántida: un continente de publicaciones, 1918-1936. Tesis (Doctorado en Historia) – Universidad de San Andrés, Buenos Aires. 2012. ), se ocupó y preocupó por regular, gestionar y controlar los cuerpos fabricando distintos sentidos sobre la feminidad adecuada, correcta y deseable en el campo de la cultura física. Para ello se establecieron y resaltaron ciertas partes o zonas corporales con determinados sentidos morales, estéticos, eróticos y políticos. Incluyó en su proyecto corporal al rostro como uno de los significantes centrales de las personas, especialmente, de las mujeres: “la cara, es incuestionablemente, lo más saliente de la arquitectura humana. Es el mirador del edificio. A través de sus puertas y ventanas se penetra ordinariamente en el interior de la persona. Más que el espejo del alma es el punto de referencia obligado para entrar en contacto con el alma” ( Aps, 1939APS, Federico. Levantamiento de los senos caídos y reducción de los hipertrofiados. Cultura Sexual y Física, año 2, n.22, p.605-608. 1939. , p.605). La racionalidad médica y los principios estéticos patriarcales intentaron hacer del cuerpo femenino, su rostro, el pelo, la frente, las orejas, los dientes, la sonrisa o las cejas, un reflejo de lo que era el ser humano “interior”, de su moral y su inteligencia configurando una supuesta esencia femenina. En la mujer, señalaba el cirujano plástico Federico Aps ( 1939, p.607), una “nariz larga o un par de orejas en asa” era una “drama de la belleza” con serias consecuencias para su personalidad y su comportamiento.

En esta semiología corporal los senos condensaron ansiedades y temores que excedieron lo estrictamente orgánico. Según Aps (1939APS, Federico. Levantamiento de los senos caídos y reducción de los hipertrofiados. Cultura Sexual y Física, año 2, n.22, p.605-608. 1939. , p.608) “los senos en la mujer desarrollan un rol capital, tanto en lo que se refiere a su función, como en lo que respecta a su configuración estética”. Por lo tanto, la lucha estético-política era contra aquellas mujeres con senos “fofos, hipertróficos, apanados o monstruosos” (p.605). De los senos, su forma, tamaño y función se infirieron cualidades morales, psicológicas y sociales. El carácter de las mujeres – su mesura, seguridad, gracia, alegría, tristeza, belleza y compostura – se derivó en forma imaginaria – y arbitraria – de esta particular zona corporal, según el galeno, “la caída de los senos arrastra habitualmente a toda la persona. Cae con ellos, incluso el espíritu. La mujer se hace triste, melancólica. Declina visiblemente. En el fondo se conceptúa una fracasada biológica” (p.608). Una batería de ejercicios físicos con gradaciones, intensidades y dosificaciones específicas se fueron configurando como uno de los mejores remedios ante supuestas “anormalidades” corporales “femeninas”. Un pecho turgente y firme representaba “la clave de todos los encantos, porque el fin del amor es la reproducción y porque un pecho bien implantado y turgente es la mejor garantía para el fruto de la gestión amorosa: el hijo” (p.607). Esta particular zona compuesta por músculos, lóbulos, lubullillos, pezones, areolas, glándulas mamarias, conductos, tejido adiposo y piel quedó atrapada por funciones estéticas, sexuales y políticas: los encantos, la reproducción, la nutrición y la compulsiva – e irrenunciable – gestión amorosa vinculada con el hijo.

Además de una cierta disposición de la cara y los senos, las piernas expresaron sentidos que excedieron la estructura muscular, anatómica, articular o ligamentaria de dicha parte del cuerpo. La feminización de las piernas fue una operación estética y, sobre todo, política. Una mujer bella y saludable debía tener piernas firmes, eficientes y elegantes. Los ejercicios físicos y los masajes debían corregir “el abultamiento y el endurecimiento de sus músculos … rodillas huesudas, o deformes por el exceso de carne a su alrededor” ( Alvarez, 1938ALVAREZ, Madeline. La forma más eficaz para embellecer las piernas. Cultura Sexual y Física, año 1, n.12, p.774. 1938. , p.774). Pero la gestión de las piernas y su feminización producto de los discursos de la revista y del contexto social más amplio estuvo acompañada por la prescripción de un proyecto kinético particular. Helen Macfadden (1938MACFADDEN, Helen. Una postura perfecta del cuerpo aumenta la personalidad. Cultura Sexual y Física, año 1, n.12, p.754. 1938. , p.754) recomendaba a la mujer “trate de caminar graciosamente. No sabe todas las ventajas que agregará a su personalidad”. Para lograr ello la clave del proyecto corporal moderno femenino fue el “garbo”: “Los especialistas en elegancia femenina insisten, repetidamente, sobre la necesidad de que se camine con garbo. ¿Por qué? Porque es algo indispensable para la mujer que quiere ser atrayente” ( Es preciso..., 1938ES PRECISO... Es preciso caminar con garbo. Cultura Sexual y Física, año 2, n.15, p.184. 1938. , p.184). Caminar en forma “femenina”, es decir, con garbo implicó disponer el cuerpo erguido, dar pasos cortos, con “naturalidad”, gracia, soltura, desenvoltura y, al mismo tiempo, firmeza y porte contorneando suavemente la cintura y, muy especialmente, las nalgas. La elegancia y la belleza femenina estaban menos en la vestimenta, las reglas de etiqueta y los aderezos y más en la simbólica sexual de la biomécanica corporal. Caminar con garbo condensó los objetivos de una particular política kinética difundida no solo en esta revista que fue central para consolidar una feminidad moderna: “Una muchacha puede tener todos los encantos posibles para gustar, pero si descuida su postura, nunca podrá llegar a impresionar en el grado que lo merecería. Cuando falta la personalidad falta todo” ( Macfadden, 1938MACFADDEN, Helen. Una postura perfecta del cuerpo aumenta la personalidad. Cultura Sexual y Física, año 1, n.12, p.754. 1938. , p.753). Además de las piernas; la espalda, los hombros y el estomago entraron en acción en la regionalización de determinadas “zonas” del cuerpo para alcanzar el ideal femenino. Una acción más simbólica que física. Si se ejercita correctamente, aconsejaba Bernarr Macfadden (1939MACFADDEN, Bernarr. Importancia de la salud sobre los afeites femeninos. Cultura Sexual y Física, año 3, n.25, p.39. 1939. , p.28), “usted podrá tener hermosas piernas y sus hombros estarán perfectamente conformados, así como su espalda, y su cuello semejará el del cisne”. La corrección en función a criterios de belleza o biomédicos tuvieron en la espalda “femenina” otro objeto de preocupación. La “apariencia jibosa y desgarbada, tan poco agradable a la vista” o la “espalda caída y encorvada” ( Chatin, 1938CHATIN, Rita. ¿Cómo corregir la curva de nuestra espalda? Cultura Sexual y Física, año 1, n.7, p.438. 1938. , p.438) especialmente en las niñas y mujeres fueron objeto de permanentes atenciones y cuidados. Además de ejercitar, “el busto y su firmeza”, formar “piernas esbeltas”, “pectorales vigorosos”, “caderas de ancho normal”, “la región glútea no (debe tener) apariencia flácida … evitando el ablandamiento de las nalgas, tan sin gracia” (Cómo embellecer..., 1940, p.371).

Por último, aunque el tono dominante de los trabajos publicados sobre cultura física contribuyó a construir una topografía corporal “femenina” que cosificó ciertas partes del cuerpo y exaltó una estética dirigida a la deseante mirada masculina heterosexual, es posible identificar ciertas fugas de sentido y algunas resistencias de parte de determinadas voces de la revista. Varios trabajos afirmaron que “en nuestro cuerpo no hay partes, ni funciones bajas y degradantes” ( Petrarca, 1937PETRARCA, Oscar. Hay que ennoblecer el cuerpo y el espíritu. Cultura Sexual y Física, año 1, n.2, p.86. 1937. , p.86). Otros cuestionaron la adulación masculina del himen y que de éste “dependa la realización del matrimonio, o la anulación del compromiso” ( Petrarca, 1938PETRARCA, Oscar. El testimonio de la virginidad. Cultura Sexual y Física, año 2, n.16, p.213. 1938. , p.213). La crítica a la virginidad femenina potenció el derecho al placer sexual (hetero) ( Ledesma Prietto, 2016LEDESMA PRIETTO, Nadia. La revolución sexual de nuestro tiempo: el discurso médico anarquista sobre el control de la natalidad, la maternidad y el placer sexual. Argentina, 1931-1951. Buenos Aires: Biblos. 2016. ). De igual manera, la cosificación de la mujer también fue objeto de rechazo:

el hombre considera aún a la mujer como un mueble que, al adquirirlo, debe ser completamente nuevo, para uso propio. Es que para esa clase de hombres – que constituyen aún una inmensa mayoría – el derecho de la mujer a conservar o no la virginidad física, no debe existir. ¿Qué sucedería si las mujeres exigieran, pudieran exigir, la recíproca al hombre? ( Petrarca, 1938PETRARCA, Oscar. El testimonio de la virginidad. Cultura Sexual y Física, año 2, n.16, p.213. 1938. , p.213-214).

En esta misma línea, otros trabajos con matices y ciertas ambivalencias semánticas cuestionaron la forma de clasificar los cuerpos desde la imparcial voz masculina, denunciando que “el ambiente sexual de la mujer no es realmente el femenino, sino el masculino” ( Turati, 1938TURATI, Felipe. El pudor femenino. Cultura Sexual y física, año 1, n.7, p.397. 1938. , p.397). Otros escritos fueron más allá de los criterios estéticos dominantes y resaltaron la importancia del placer y la alegría durante ciertas prácticas corporales: “no existe movimiento comparable al de la danza para provocar y dar origen a la alegría, al placer y la tranquilidad del cuerpo y el espíritu” ( Zamora, 1939ZAMORA, Julieta. Poder expresivo de la danza. Cultura Sexual y Física, año 3, n.26, p.65. 1939. , p.65). En la revista, convivieron estas expresiones, que muestran la ambivalencia, tensiones y contradicciones de aquel momento de cambios y transformaciones. El cuerpo de las mujeres fue objeto de dispositivos de control a través de la cultura física que construyó un ideal femenino de belleza que, como veremos a continuación, también se vinculó a la maternidad.

Definiendo finalidades femeninas o acerca de cómo naturalizar la maternidad y la sexualidad

La topografía corporal fuertemente feminizada proyectada por la revista no se agotó en las zonas, partes o grupos musculares anteriormente mencionadas. La pelvis, el abdomen y el vientre tuvieron un lugar central. Múltiples factores condensaron la obsesión por administrarlos, regularlos y controlarlos: el porvenir de la “raza”, la salud de los futuros hijos de la nación, los “problemas” de natalidad de la época, entre otros.

El mandato hacia las niñas y mujeres de hacer ejercicios físicos para la región de la pelvis y el abdomen estuvo asociado simbólicamente con el logro de una “buena y sana” maternidad. Según B. Macfadden (1939MACFADDEN, Bernarr. Importancia de la salud sobre los afeites femeninos. Cultura Sexual y Física, año 3, n.25, p.39. 1939. , p.29), “toda muchacha espera algún día ser madre. El parto debiera ser una función completamente natural para todas las mujeres, pero desgraciadamente en muchas de ellas los músculos abdominales son débiles debido a la falta de ejercicio”.

Lentamente, a partir de los años 1930, un buen embarazo debía estar acompañado de una cordial y necesaria preparación física para las mujeres (Reggiani, Scharagrodsky, 2016SCHARAGRODSKY, Pablo (Coord.). Mujeres en movimiento: deporte, cultura física y feminidades. Argentina, 1870-1980. Buenos Aires: Prometeo. 2016. ). En nombre de la maternidad, las adolescentes y las mujeres no solo podían sino que debían ejercitar ciertas partes del cuerpo antes y después del parto. Aquellas viejas ideas decimonónicas provenientes del discurso bio-médico que alertaban sobre los esfuerzos físicos y “sus consecuencias dañinas sobre la pelvis, provocando dislocaciones uterinas”, problemas en “la posición de los órganos genitales” ( Doleris, 1937DOLERIS, J.A. El ejercicio físico y la función menstrual. Cultura Sexual y Física, año 1, n.2, p.99. 1937. , p.99), hemorragias, dolores pelvianos, pérdida de energía vital ( Vertinsky, 1987VERTINSKY, Patricia. Exercise, physical capability, and the eternally wounded woman. Journal of Sport History, v.14, n.1, p.7-27. 1987. ), estaban en franco retroceso o puestos en cuestión por ciertos actores del mundo médico local y transnacional ( Anderson, 2014ANDERSON, Patricia. Mens sana in corpore sano: deportismo, salud y feminidad en Argentina, 1900-1945. In: Scharagrodsky, Pablo (Coord.). Miradas médicas sobre la cultura física en Argentina, 1880-1970. Buenos Aires: Prometeo. p.83-100. 2014. ). A pesar de ello, la cultura física contribuyó a naturalizar la “sagrada misión femenina”, la maternidad.

En varias ocasiones, los argumentos a favor de la práctica corporal en las mujeres se ubicó en sus cuerpos, naturalizándolos como simples espacios de procreación. Como señala Marcela Nari (2004)NARI, Marcela. Políticas de maternidad y maternalismo político, 1890-1940. Buenos Aires: Biblos. 2004. , en aquella época todas las mujeres, por naturaleza, no solo poseían las condiciones biológicas para procrear sino que eran madres, nacían para serlo. La obsesión por una sana maternidad como fin supremo en la mayoría de las mujeres – con ciertos matices dependiendo de la clase social, el capital cultural etc. –, naturalizó ciertos espacios y determinadas responsabilidades. El hogar fue el lugar “naturalmente” asignado al universo femenino y el cuidado y gestión de los hijos, una de sus grandes responsabilidades a cumplir. Para ello las mujeres debían estar ejercitadas, ser fuertes, sanas y, al mismo tiempo, ser bellas y atractivas. Una mujer física y moralmente débil podía poner en riesgo el gobierno del hogar, la preservación de la familia nuclear y, por extensión, la nación:

Una mujer débil no puede construir y dirigir un hogar como Dios manda; esto es cosa que requiere toda la fuerza y vitalidad que el cuerpo de la mujer fuerte es capaz de desplegar, además de que solo una mujer fuerte puede tener descendientes que no solo sean su orgullo, sino también el de su nación. Y, ¿Qué más puede desear ni contribuir tanto a la felicidad de la mujer, que un hogar, un esposo digno y unos hijos fuertes y saludables? ( Liederman, 1938LIEDERMAN, Young. Fuerza y belleza. Cultura Sexual y Física, año 1, n.9, p.532. 1938. , p.532).

En este contexto, en el que el cuerpo femenino y ciertos procesos y fluidos fueron fuertemente semantizados y re-semantizados, la invención de la pubertad femenina fue uno de los períodos con mayores proyecciones simbólicas, el cual incluyó tonos como el cuidado, el resguardo, la protección, la heteronomía hacia un adulto, en un contexto de crisis y peligro. La pubertad femenina fue considerada por la medicina como “la edad del matrimonio y la procreación” y, al mismo tiempo, como una etapa “peligrosa” que había que controlar, educar y, también, ejercitar. Los supuestos desequilibrios anatómicos, fisiológicos y endócrinos estuvieron acompañados por debilidades físicas, ciertas enfermedades absolutamente feminizadas (melancolía, histeria, anemia, clorosis, neurosis, agorafobia, tuberculosis, dispepsias, estreñimientos etc.) y fuertes cambios psíquicos:

junto con los cambios físicos hacen su aparición muchos cambios psíquicos. La joven se torna muy sensible … mucho más emotiva que la niña. Su alma se llena de ensueños, anhelos y deseos … Todos conocemos a la adolescente que se abruma con ensoñaciones, no solo referentes al sexo opuesto, sino, con más frecuencia, al propio sexo. Su alma se torna soñadora y romántica. La adolescente es impresionable … La mujer se torna nerviosa en la pubertad ( Segovia, 1938SEGOVIA, Silvia, R. Pubertad: edad crítica. Cultura Sexual y Física, año 2, n.16, p.243. 1938. , p.243).

Con ciertos recaudos se impuso en esta “etapa” del ciclo vital femenino la ejercitación física. Especialmente aquella dirigida a la pelvis y el abdomen. Se combatieron ciertas cuestiones estéticas a partir de un criterio masculino: la “caída del vientre” ( Leeds, 1940LEEDS, Lois. El arte de embellecer por el ejercicio. Cultura Sexual y Física, año 3, n.32, p.471. 1940. , p.471). Asimismo, la masturbación fue uno de los tópicos que inquietaron a lxs escritorxs de la revista. Una forma de poner coto a dicho comportamiento “desviado” fue alentar la práctica de ciertas gimnasias y deportes: “un tratamiento positivo y seguro para combatir esta desviación sexual, es el entrenar la mente de acuerdo a un plan sistemático y desarrollar el cuerpo mediante los deportes” ( Willi, 1939WILLI, James. El tratamiento de la masturbación. Cultura Sexual y Física, año 3, n.25, p.49. 1939. , p.49).

Detrás de la maternidad, el parto, la ejercitación de la pelvis, el abdomen, el vientre, la menstruación, el cuidado del hogar, lo hijos y un “esposo digno” se alojó y naturalizó una determinada grilla interpretativa sobre la economía de deseo posible: la heterosexualidad. En este sentido, los ejercicios físicos contribuyeron a instalar un conjunto de mandatos estéticos cosificando, en parte, al cuerpo femenino y a ciertas zonas, por ejemplo, los senos que “poseen una atracción más concluyente que los ojos o las pestañas” ( Aps, 1939APS, Federico. Levantamiento de los senos caídos y reducción de los hipertrofiados. Cultura Sexual y Física, año 2, n.22, p.605-608. 1939. , p.606-607).

Por último, aunque el tono dominante de los trabajos publicados sobre cultura física contribuyó a naturalizar supuestas finalidades femeninas como la maternidad, el binarismo sexual y la sexualidad heteronormativa ( Ledesma Prietto, 2016LEDESMA PRIETTO, Nadia. La revolución sexual de nuestro tiempo: el discurso médico anarquista sobre el control de la natalidad, la maternidad y el placer sexual. Argentina, 1931-1951. Buenos Aires: Biblos. 2016. ), es posible identificar ciertas torsiones de sentido y determinadas argumentaciones alternativas de parte de algunxs colaboradorxs de la revista. Varios trabajos cuestionaron la posición de autoridad y las relaciones desiguales de poder por parte de los maridos hacia las mujeres en el hogar ( Vinton, 1939VINTON, David. Permítase hablar de sexo. Cultura Sexual y Física, año 3, n.29, p.301. 1939. ). Otros trabajos denunciaron la falta de libertad e independencia de las mujeres y objetaron que la sexualidad sea considerada como un simple proceso vinculado con la reproducción y la perpetuación de la especie. Particularmente, Bartolomé Bosio (1938BOSIO, Bartolomé. La mujer aún no goza de libertad, dignidad e independencia. Cultura Sexual y Física, año 1, n.8, p.505. 1938. , p.505-506),7 7 Médico italiano, llegó a la Argentina en 1881, estudió farmacia en la Universidad Nacional de Buenos Aires y luego, en el año 1912, se doctoró en medicina y cirugía. Ejerció su profesión en el ámbito rural por treinta años y después residió en la ciudad de Buenos Aires. Participó del sindicalismo revolucionario, dirigió varias publicaciones sobre medicina social como el periódico Lucha Antituberculosa y dirigió la revista El Médico Práctico (Petriella, Sosa Miatello, 1976; Miranda, 2009 ; Poy, 2016 ). quien se expresaba en este sentido en varios artículos, señalaba

aún la mujer no tiene, en general, independencia y libertad, condiciones que fundamentan la dignidad. Es que la mujer todavía depende del hombre. La dependencia a que está sujeta la mujer hace que el amor sexual no exista como manifestación de independencia y libertad y, por ende, como manifestación de dignidad. … se inculca en el alma de las mujeres, sobre todo, que la cuestión sexual es cosa secundaria, y que solo tiene valor para la perpetuación de la especie.

En esta misma línea, otros artículos con matices y ciertas ambivalencias cuestionaron, retomando a Sigmund Freud, la forma en que ciertos discursos y prácticas regulaban el deseo femenino “estrangulándolo” y generando “desequilibrios nerviosos” y sexuales ( La tragicomedia..., 1940LA TRAGICOMEDIA... La tragicomedia sexual. Cultura Sexual y Física, año 3, n.36, p.747. 1940. , p.747). De igual manera, varios trabajos rechazaron la hipocresía de la doble moral y los prejuicios sexuales hacia a las mujeres ( Vinton, 1939VINTON, David. Permítase hablar de sexo. Cultura Sexual y Física, año 3, n.29, p.301. 1939. ). El consultorio sexual, los artículos escritos por Julieta Carrera o la columna de Sara Papier e incluso la columna firmada por Ada de la Peña fueron espacios donde el sentido disruptivo se hace presente, pero estas afirmaciones tuvieron un lugar cuantitativamente menor y cuasi marginal en la revista. La preocupación por la salud de las mujeres estuvo vinculada a modelos de belleza pero también a su posible capacidad de gestar. La cultura física debía preparar a las mujeres para ser las mejores madres que transmitieran a sus hijxs hábitos saludables.

Reafirmando los ideales corporales femeninos o acerca de cómo construir otredades

La mayoría de los trabajos de la revista CSyF no solo se encargaron de construir a partir de ciertas ponderaciones falologocéntricas una topografía corporal que produjo y resaltó una silueta femenina adecuada y deseable, naturalizando ciertas funciones y fines (la maternidad, el cuerpo como objeto de belleza etc.) y regulando una cierta economía de deseo (la heterosexualidad obligatoria, la erotización de ciertas “zonas” corporales etc.); sino que potenciaron a partir de la cultura física, en forma analítica y descriptiva, la persecución y el cuestionamiento de aquellos modelos corporales femeninos que osaron cuestionar el paradigma vinculado con una silueta femenina bella, atractiva, firme, grácil, fuerte, sana y maternal anteriormente mencionado.

El ideal de feminidad moderna activa, práctica, ejercitada, segura de sí, alegre, armónica, estilizada y atractiva para los varones se reafirmó y fortaleció en su imagen y en sus características como resultado de la pugna con las “otras” múltiples posibilidades, sus adversarixs y enemigas ( Bizerte, 1937BIZERTE, Pedro y Rogelio. Cultura física y autoplástica. Cultura Sexual y Física, año 1, n.4, p.237. 1937. ; Amaral,1939AMARAL, Pompêo do. El resurgimiento de la educación física. Cultura Sexual y Física, año 2, n.21, p.539. 1939. ).8 8 Francisco Pompêo do Amaral (1907-1990), fue un reconocido médico, profesor y divulgador en el campo de la alimentación, la vida sana y la salud en Brasil. En 1939, Pompêo do Amaral fue contratado como médico jefe de la Superintendencia de Enseñanza Profesional del Estado de São Paulo, creando el primer curso de formación de técnicos en alimentación de Brasil. Durante su larga carrera médica se destacó en el campo de la nutrición. Estas últimas, estuvieron representadas por mujeres con cualidades, características, propiedades y funciones que no se asociaban imaginariamente – y arbitrariamente – con lo que significaba ser una “verdadera” mujer para ciertos sectores y actores sociales. Aquellas mujeres que osaron asemejarse a un supuesto “patrón” kinético masculino fueron objeto de burla y desprecio: “La mujer que se considera igual que el hombre y pasa los límites de la línea que marca la feminidad, no es mujer ni es hombre; es cualquier otra cosa, que nadie puede admirar, porque se hace detestable y aborrecible” ( Liederman, 1938LIEDERMAN, Young. Fuerza y belleza. Cultura Sexual y Física, año 1, n.9, p.532. 1938. , p.531).

Las recurrentes figuras del “marimacho” o “copia ridícula del varón” poblaron buena parte de los discursos referidos a la cultura física “femenina” con independencia de los perfiles político-ideológicos, instalando ciertos límites materiales y simbólicos que no se debían atravesar so pena de ridiculización o estigmatización hacia aquellas mujeres que cuestionaban los ideales corporales femeninos dominantes. La cultura física debía producir soltura, gracia, elegancia, firmeza, belleza, dinamismo y fuerza en el cuerpo y, al mismo tiempo, alejarse de “lucir los músculos del hombre” ( Debec, 1940DEBEC, Jorge. Lección de gimnasia estilizada. Cultura Sexual y Física, año 3, n.36, p.725. 1940. , p.725). Vale decir, según expresaba Young Liederman (1938LIEDERMAN, Young. Fuerza y belleza. Cultura Sexual y Física, año 1, n.9, p.532. 1938. , p.531), “para ser fuerte, ninguna mujer tiene necesidad de lucir masculinizada. Existe lo que puede llamarse fuerza masculina y fuerza femenina; y es menester que cada hombre y cada mujer disfruten del mayor grado de fuerza que les sea permitido a su respectivo sexo”. El terror estético desde una mirada masculina heteronormativa en la formación atlética y deportiva femenina recayó, recurrentemente, en los senos. La clave era no perder los encantos de las curvas supuestamente “femeninas” aunque manteniendo “la firmeza de las carnes y la perfección de las proporciones” (Cómo embellecer..., 1940, p.371).

Sin duda, el contraste entre la mujer femenina ideal y la “machona” estuvo presente a lo largo de todo el proceso de construcción de la feminidad moderna. Los argumentos en pos de la gracia y la salud, la fuerza y la belleza femenina implicó la existencia de su opuesto. El ideal de feminidad tenía a la mujer poco femenina como su antagonista. En este contexto discursivo, entre los años 1920 y 1930, las mujeres, especialmente las urbanas y con cierto capital cultural y económico, amplificaron su participación en el mundo deportivo y gímnico. El supuesto riesgo de semejante participación fue producir mujeres machonas, estériles o con deseos sexuales dudosos y/o desviados productos de su virilización corporal. Para contrarrestar estos temores y ansiedades propios de la elite patriarcal, se instaló la idea de confiar más en el estado civil de las deportistas y menos en las reglas de apariencia. Si las mujeres deportistas contraían matrimonio su supuesta apariencia masculina dudosa y peligrosa se diluía:

hace algunos años, ciertas predicciones condenaron a las señoritas Wills y Madison, atletas norteamericanas de primer orden, ‘a vestir santos’. Eran ‘terriblemente masculinas’. Pero la señorita Wills convirtiéndose pronto en señora Moody, siendo, según todas las evidencias, una esposa excelente. En cuanto a la señorita Madison, acaba de contraer enlace con un hombre que no ocultaba sus aspiraciones de formar un hogar con una mujer muy femenina ( Eubanks, 1938EUBANKS, L.E. ¿Debe la mujer practicar deportes con los hombres? Cultura Sexual y Física, año 1, n.7, p.391-392. 1938. , p.392).

El matrimonio contraído por una mujer deportista modelo (en general norteamericana) aseguró dos cuestiones básicas que contribuyeron a reproducir el tradicional orden social, erótico y sexual dominante. Por un lado, naturalizó la matriz heterosexual como la única alternativa de deseo posible suprimiendo la multiplicidad de sexualidades y economías de deseo existentes en el contexto social más amplio y afianzó la sexualidad reproductiva y médico jurídica. El “régimen heterosexual compulsivamente obligatorio” ( Rich, 1985RICH, Adrienne. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana. Nosotras, n.3, p.5-36. nov. 1985. ; Butler, 2001BUTLER, Judith. El género en disputa: el feminismo y la subversión de la identidad. Ciudad de México: Paidós. 2001. ; Wittig, 2006WITTIG, Monique. El pensamiento heterosexual y otros ensayos. Madrid: Egales. 2006. ) en el universo de la cultura física operó con el objeto de circunscribir y contornear una determinada forma de concebir la sexualidad, el deseo y los placeres. Al hacerlo excluyó otras alternativas posibles de pensar, experimentar y vivir la corporalidad, la sexualidad y el deseo. El universo deportivo al consolidar el imperativo heterosexual permitió ciertas identificaciones sexuadas y excluyó y repudió otras – homosexuales, bisexuales, trans – ( Otra campeona..., 1937OTRA CAMPEONA... Otra campeona que ha cambiado de sexo. Cultura Sexual y Física, año 1, n.5, p.314. 1937. , p.314). Por otro lado, mostrar y confirmar en público el estado civil de las practicantes aseguró un objetivo muy deseado en aquella época: alcanzar una descendencia fuerte y sana en momentos en que la cantidad y la calidad de la población se convirtieron en un problema de gobierno ( Pathault, 1938PATHAULT. La regeneración de la raza. Cultura Sexual y Física, año 1, n.8, p.455-456. 1938. , p.456). Parte del discurso eugenésico comenzó a cuestionar las antiguas ideas decimonónicas que sostenían los peligros en la procreación de aquellas mujeres que practicaran ciertas gimnasias o deportes. El medio ambiente y ciertas prácticas como, por ejemplo, las gimnasias y los deportes adquirieron, con ciertas precauciones, nuevos sentidos. Así lo expresaba la nadadora estadounidense Ethelda Bleibtrey (1938BLEIBTREY, Ethelda. La alegría de vivir y la natación. Cultura Sexual y Física, año 1, n.7, p.421. 1938. , p.421):9 9 Ethelda Bleibtrey fue una destacadísima nadadora estadounidense, especialmente en los años 1920. Se convirtió en la primera mujer en ganar tres preseas doradas en las Olimpíadas de Amberes en 1920. “el mundo miraba horrorizado a las mujeres que practicaban deportes, son hoy madres de bellas criaturas ... Muchas mujeres y hombres que practican la natación han tenido honores tan prominentes, han engendrado hijos sanos y robustos”. En consecuencia, el universo deportivo dirigido a las niñas y mujeres, en su propia constitución, puso en circulación ciertos guiones de género que, al mismo tiempo, produjo diversas abyecciones. La difusión y prescripción de la “cultura física” femenina estuvo históricamente atravesada por un constante combate entre lo mismo y lo otro. Esta lógica de pensamiento occidental y moderno propició un sistema particular de exclusión, separación y control epistemológico, moral, político y social sobre las identidades, muy especialmente las sexuadas y generizadas.

La construcción de un ideal ficcional femenino o de una mujer “promedio” se asentó en la lógica de la mismidad. Esta lógica necesitó la construcción de “otredades” que permitieron afirmar la posición de la mismidad como la única posición “normal”, “verdadera” y deseable; excluyendo, silenciando, cuestionando y omitiendo otras formas posibles de pensar y experimentar, en este caso, la corporalidad femenina.

La definición de la feminidad moderna necesitó autoafirmarse construyendo la figura de la “mujer impostora”. Adjetivaciones tales como, “demasiado débil” ( Liederman, 1938LIEDERMAN, Young. Fuerza y belleza. Cultura Sexual y Física, año 1, n.9, p.532. 1938. , p.532) o la que no tenía gracia, belleza, firmeza, salud, garbo y no se comportaba en forma “femenil” durante un ejercicio físico, un juego o una práctica deportiva fue rápidamente negativizada y, en muchas ocasiones, humillada y hasta patologizada. En el juego de las otredades, en el campo de la “cultura física” y los deportes, la mujer podía y debía practicar deportes o ciertas gimnasias aunque sin virilizarse ni masculinizarse. La norma masculina ubicaba a las mujeres en un lugar de incompletud física. Aunque el tono dominante de los trabajos publicados sobre cultura física contribuyó a naturalizar y reforzar la lógica de la mismidad fabricando una gran cantidad de otredades similares a las construidas en otros espacios y prácticas sociales; la fabricación de la mismidad femenina fue un contrapunto con relación a las mismidades femeninas más tradicionales y hegemónicas en el campo de la cultura física ya que amplió y diversificó la semántica del cuerpo femenino al resaltar la independencia y la libertad de movimiento, potenciar el derecho al placer kinético y al positivizar el deseo, el goce y la alegría femenina así como la potestad de libre elección en el campo de la cultura física. Aunque las otredades mantuvieron un tono moderno, la subjetividad femenina y su sexualidad fueron ampliadas en la revista con nuevos sentidos generando tensiones y disputas con otros proyectos corporales más tradicionales y conservadores vinculados con la mujer moderna.

Consideraciones finales

En este trabajo nos interesó realizar un primer acercamiento a la revista CSyF teniendo en cuenta sus intervenciones en torno al cuerpo, la feminidad desde y a partir de la cultura física. La publicación produjo, transmitió y puso en circulación una serie de sentidos y significados atravesados por discursos, saberes y prácticas originadas en la cultura de izquierda. Generó ciertas torsiones de sentido y determinados contrapuntos aunque, también, mantuvo determinadas lógicas corporales dominantes producidas en el contexto social más amplio. Al mismo tiempo que naturalizó una topografía corporal “femenina” que jerarquizó ciertas partes del cuerpo en función a la lógica deseante masculina heteronormativa, e incluyó entre sus finalidades de ejercitación física a la maternidad y fabricó otredades modernas en y desde el campo de la cultura física; generó nuevos sentidos, algunos de ellos en franca contraposición con los hegemónicos. Por ejemplo, desde la revista se criticó la semantización tradicional de ciertas partes del cuerpo, rechazando el concepto de que ciertas partes o funciones corporales eran degradantes. Asimismo, ciertas voces reivindicaron el derecho al placer sexual femenino, al goce y a la alegría a través del movimiento físico y a la independencia y la libertad corporal lo que significó, en parte, una ampliación del ejercicio de poder y la autoridad sobre sus cuerpos, y sus deseos de manera temprana. Estas disrupciones generaron las polémicas con los sectores conservadores que llevaron a la prohibición de la revista. Así, en este contexto discursivo ambivalente, contradictorio e, inclusive, paradójico podemos situar las distintas voces que emergieron en la revista CSyF. Fueron sus matices, sus diversos tonos, sobre la diferencia sexual y corporal, los que marcaron la diferencia con la mayoría de los medios dominantes en dicha época.

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NOTAS

  • 1
    Inmigrante español, llega a la Argentina en su adolescencia y comienza a trabajar en el diario Crítica , de Natalio Botana, como corrector de pruebas. Ya en los años 1920 comienza su actividad como editor. También se destacó en la actividad política, siendo concejal en el municipio de Quilmes y senador provincial por la provincia de Buenos Aires, entre otros cargos, siempre en representación del socialismo ( Barcia, 1981BARCIA, José. Claridad, una editorial de pensamiento. Todo es Historia, n.172, p.8-25. set. 1981. ; Ferreira de Cassone, 2005FERREIRA DE CASSONE, Florencia. Índice de Claridad: una contribución bibliográfica. Buenos Aires: Dunken. 2005. ).
  • 2
    Sara Papiermeister fue una escritora y periodista vinculada a la Editorial Claridad y al grupo Boedo. Esposa de Raúl Larra, participó del Teatro Proletario y escribió diversos artículos sobre literatura, política y feminismo ( Ferreira de Cassone, 2005FERREIRA DE CASSONE, Florencia. Índice de Claridad: una contribución bibliográfica. Buenos Aires: Dunken. 2005. ).
  • 3
    El profesor de educación física, José Porras Castillo se graduó en el año 1924 en el Instituto de Educación Física de la Universidad de Chile. Fue un reconocido docente vinculado al campo de la cultura física y la educación física en Argentina en los años 1940. Participó en varios eventos y congresos de la especialidad, entre ellos en la primera Conferencia de Profesores de Educación Física realizada en Buenos Aires en 1942.
  • 4
    Escritora feminista cubana, formó parte de diversos proyectos editoriales. En Cuba dirigió la revista Venus a comienzos de los años 1940, colaboró en revistas de Chile y México, lugar en el que residió en los años 1950. Entre sus obras se destaca, La mujer en América escribe... semblanzas (1956), México, Ediciones Alonso.
  • 5
    Reconocido intelectual católico, además de la función pastoral fue profesor de filosofía y sociología en diversas instituciones católicas. Dirigió la revista Criterio desde 1932 hasta su fallecimiento en 1957. Ferviente anticomunista, se propuso enfrentar el avance del comunismo por medio de la creación de Círculos de Obreros Católicos y otras asociaciones ( Echeverría, 2017ECHEVERRÍA, Olga. Virtudes de la doctrina y errores de la política: monseñor Gustavo Franceschi ante los ‘totalitarismos’ soviético, fascista y nacional socialista. Quinto Sol, v.21, n.1, p.1-17. 2017. ).
  • 6
    Médico anarquista, oriundo de la provincia de Jujuy, estudió en Córdoba y luego de recibirse, se trasladó a la provincia de Santiago de Estero, donde participa en el sostenimiento del movimiento ácrata a través de la agrupación anarquista Renovación. En 1937, formó parte de los sostenedores de la revista Vertical que aglutinó a los sectores más contestatarios de la agrupación intelectual La Brasa de la que formaba parte. Un año después se encontraban en la provincia de Buenos Aires, estableciéndose en San Fernando, donde, junto con su compañera Lola Quiroga establecieron sus consultorios. Ambos participaron en la organización de la USL de Capital en 1946, de la cual Martín Fernández era el secretario general. A nivel nacional, en la lucha antifascista, formó parte de la Junta Ejecutiva Nacional de Solidaridad Internacional Antifascista (SIA) siendo elegido secretario general en abril de 1939. Además del consultorio en CSyF, dirigió el Consultorio Psicosexual en la revista Hombre de América que se editó en Buenos Aires entre 1940 y 1945 ( Ledesma Prietto, 2012LEDESMA PRIETTO, Nadia. Apuntes sobre la eugenesia y la libertad sexual en el discurso de dos médicos anarquistas. Argentina, 1930-1940. Nomadías, n.16, p.75-97. Disponível em: <https://nomadias.uchile.cl/index.php/NO/article/view/24961/26313>. Acesso em: 9 ago. 2020. 2012.
    https://nomadias.uchile.cl/index.php/NO/...
    ; Fernández Cordero, 2015FERNÁNDEZ CORDERO, Laura. Sexología europea en las izquierdas argentinas de los años cuarenta: el correo de lectores de las revistas Cultura Sexual y Física y Hombre de América. In: Jornadas de Sociología, 11., 2015. Actas… Buenos Aires: Facultad de Ciencias Sociales; Universidad de Buenos Aires. Disponível em: <http://cdsa.aacademica.org/000-061/546.pdf>. Acesso em: 20 set. 2018. 2015.
    http://cdsa.aacademica.org/000-061/546.p...
    ).
  • 7
    Médico italiano, llegó a la Argentina en 1881, estudió farmacia en la Universidad Nacional de Buenos Aires y luego, en el año 1912, se doctoró en medicina y cirugía. Ejerció su profesión en el ámbito rural por treinta años y después residió en la ciudad de Buenos Aires. Participó del sindicalismo revolucionario, dirigió varias publicaciones sobre medicina social como el periódico Lucha Antituberculosa y dirigió la revista El Médico Práctico (Petriella, Sosa Miatello, 1976; Miranda, 2009MIRANDA, Marisa. Bartolomé Bosio, un heterodoxo en el campo eugénico argentino del período entreguerras. In: Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia, 12., 2009, San Carlos de Bariloche. Actas… San Carlos de Bariloche: Universidad Nacional del Comahue. 2009. ; Poy, 2016POY, Lucas. ‘Neutralistas’ y ‘políticos’: los debates en el Partido Socialista argentino acerca de la relación entre partido y sindicato, 1901-1904. Avances del Cesor, v.13, n.15, p.19-38. 2016. ).
  • 8
    Francisco Pompêo do Amaral (1907-1990), fue un reconocido médico, profesor y divulgador en el campo de la alimentación, la vida sana y la salud en Brasil. En 1939, Pompêo do Amaral fue contratado como médico jefe de la Superintendencia de Enseñanza Profesional del Estado de São Paulo, creando el primer curso de formación de técnicos en alimentación de Brasil. Durante su larga carrera médica se destacó en el campo de la nutrición.
  • 9
    Ethelda Bleibtrey fue una destacadísima nadadora estadounidense, especialmente en los años 1920. Se convirtió en la primera mujer en ganar tres preseas doradas en las Olimpíadas de Amberes en 1920.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    18 Dic 2020
  • Fecha del número
    Oct-Dec 2020

Histórico

  • Recibido
    7 Mayo 2019
  • Acepto
    21 Oct 2019
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