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La importancia de la alimentación para los historiadores

La historia de la alimentación ha adquirido especial relevancia entre los investigadores latinoamericanos en los últimos años. Estudios renovadores han analizado los discursos de progreso que asociaron alimentos indígenas y afroamericanos con la discriminación y el atraso, con el deterioro de la agricultura de subsistencia, la invisibilización de las mujeres y de sus tareas domésticas, con los significados cambiantes de los conceptos de “desnutrición” y “hambre”, y las vicisitudes de las vitaminas y las proteínas, asi como con las campañas sanitarias para educar a la población sobre dietas “saludables” y el creciente poder político de la industria alimentaria comercial (Pohl-Valero, Vargas Domínguez, 2021). Los historiadores de la alimentación han demostrado además que este es un tema fundamental para entender la interacción de la cultura popular con las creencias médicas y religiosas en la vida cotidiana y también para comprender la relación de los seres humanos con los animales domesticados – un asunto trascendente para nuevas trochas de estudio que hoy en día comprometen a los especialistas. La revista História, Ciências, Saúde – Manguinhos no ha estado ajena a esta área de estudios. Hace poco, Ablard (2021)ABLARD, Jonathan. Framing the Latin American nutrition transition in a historical perspective, 1850 to the present. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, v.28, n.1, p.233-253, 2021. realizó una revisión historiográfica sobre las tendencias históricas en los problemas de salud relacionados con los patrones de alimentación en América Latina, enfatizando el creciente impacto de la desnutrición y la obesidad. Otro estudio analizó cómo la alimentación fue una preocupación de los militares brasileros desde por lo menos fines del siglo XIX añadiendo una connotación de seguridad nacional al tema (Oliveira Filho, Messias, 2020). Un estudio sobre el siglo XVI muestra cómo la alimentación fue esencial para los colonizadores portugueses quienes “descubrieron” las frutas autóctonas y las usaron para comercializar nuevos dulces consumidos en las dietas europeas (Santos, Oliveros, 2017).

La agricultura y la actividad agropecuaria dirigidas al consumo humano también marcaron las vicisitudes de la cooperación internacional. La Fundación Rockefeller – una agencia creada en 1913 – tuvo como prioridad, hasta 1951, la salud internacional. Pero desde los años 1940 sus directivos se convencieron que se podía hacer poco para controlar la recurrencia de las enfermedades endémicas y epidémicas si antes no se solucionaba la vulnerabilidad de los seres humanos causada por la mala alimentación. Por ello, se concentraron durante la segunda mitad del siglo XX en la “Revolución Verde”. Querían precipitar que gobiernos de países en desarrollo apelen a tecnologías modernas para embarcarse en una producción agrícola comercial y se acaben por integrar a una economía capitalista. Sin embargo, en un giro neomalthusiano, el Banco Mundial y la Fundación Ford culparon de contraproducentes la mejora de la alimentación de los pobres porque producía un crecimiento exagerado de la población en un contexto de miseria. La alternativa fue el control de la tasa de nacimientos de los niños en sociedades pobres, a veces con métodos que iban en contra de los derechos humanos, como la esterilización compulsiva de las mujeres. Otro momento memorable de esta historia fueron los debates que precedieron el surgimiento de la propuesta de Atención Primaria de Salud (APS), en 1978, cuando científicos y salubristas revaloraron la alimentación porque consideraban que ella era tan o más importante que la provisión de servicios médicos. Sin embargo, esta propuesta de la APS contuvo cierta contradicción, porque junto con proponer la “suplementación alimentaria” al mismo tiempo se apoyaron medidas de control de la población encubiertas en el término “planificación familiar”. Más recientemente, discusiones acaloradas sobre las desventajas del azúcar, las grasas y las proteínas de origen animal han capturado la atención de historiadores y del público en general demostrando la vigencia del tema.

En este número incluimos un dossier, gracias a los investigadores Sören Brinkmann y José Buschini, sobre producción, representación y consumo de un alimento glorificado y asociado a la “buena” maternidad en América Latina: la leche de origen animal. Asimismo, publicamos un artículo de revisión complementario a este dossier de Adriana Salay Leme sobre una de las figuras principales de la historia de la alimentación en el Brasil y en el mundo: Josué de Castro (1908-1973). Sobre Castro vale la pena resaltar que creó una riquísima veta de estudios y acción a partir de la intersección de la medicina, la sociología, la geografía y la nutrición cuyos ecos pueden encontrarse, como señala Leme, hasta comienzos del siglo XX en pensadores como Amartya Sen. Otros datos biográficos significativos del personaje fueron que durante los años 1940 – es decir en el gobierno populista de Getulio Vargas – coordinó la implementación de los primeros restaurantes populares y posteriormente llegó a ser presidente del Consejo de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, conocida por su sigla en inglés FAO, en el momento de auge de las agencias multilaterales, es decir los años 1950 (Bizzo, 2009BIZZO, Maria Letícia Galluzzi. Ação política e pensamento social em Josué de Castro. Boletim do Museu Paraense Emílio Goeldi. Ciências Humanas, v.4, n.3, p.401-420, 2009.).

Los valiosos estudios sobre la alimentación, así como los otros artículos que acompañan este número, son una demostración que los historiadores siguen trabajando en las agudas crisis y adversidades precipitadas en Brasil y en buena parte de la región latinoamericana por la tragedia de la pandemia de covid-19 y la insistencia en la necropolítica gubernamental que provoca incertidumbres personales e institucionales. Tenemos la fe que podremos superarlas con dos de los elementos centrales de toda recuperación social, cultural y política: la esperanza y la investigación histórica. El último de ellos brilla en los artículos de este número, y el primero espero que sea una inspiración que nazca de su lectura.

REFERENCIAS

  • ABLARD, Jonathan. Framing the Latin American nutrition transition in a historical perspective, 1850 to the present. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, v.28, n.1, p.233-253, 2021.
  • BIZZO, Maria Letícia Galluzzi. Ação política e pensamento social em Josué de Castro. Boletim do Museu Paraense Emílio Goeldi. Ciências Humanas, v.4, n.3, p.401-420, 2009.
  • OLIVEIRA FILHO, Sergio Willian de Castro; MESSIAS, Luana Costa Pierre de. Da circum-navegação da Vital de Oliveira às novas tabelas de rações: alimentação e saúde a bordo dos navios da Marinha Imperial Brasileira, 1879-1886. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, v.27, n.4, p.1285-1308, 2020.
  • POHL-VALERO, Stefan; VARGAS DOMÍNGUEZ, Joel. El hambre de los otros: ciencia y políticas alimentarias en Latinoamérica, siglos XX y XXI. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2021.
  • SANTOS, Christian Fausto Moraes dos; OLIVEROS, Julianna Morcelli. Saborosos, sadios e digestivos: o discurso médico presente no consumo de frutos, conservas e compotas na América portuguesa do século XVI. História, Ciências, Saúde – Manguinhos, v.24, n.4, p.897-912, 2017.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    13 Dic 2021
  • Fecha del número
    Oct-Dec 2021
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