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Instantánea de aguará guazú: etnografía de un monitoreo participativo con cámaras trampa en Paso Centurión, Uruguay

Snapshot of aguara guasu: ethnography of participatory monitoring with camera traps in Paso Centurión, Uruguay

Resumen

En 2013 una ambigua fotografía de cámara trampa puso en discusión la extinción del aguará guazú en el territorio uruguayo. Este registro, tomado en el marco de un monitoreo participativo con cámaras trampa realizado en Paso Centurión, un área protegida del departamento de Cerro Largo, en el noreste del Uruguay, da lugar a reflexiones antropológicas sobre distintas formas de conocimiento y relaciones entre humanos y animales que se encuentran, dialogan y tensionan. Este trabajo parte de una etnografía sobre diálogos entre conocimientos locales y biológicos, enfocando en particular en un monitoreo participativo con cámaras trampa desarrollado por una organización civil que combina biología y activismo ambiental en la localidad. Nos centramos en las relaciones con uno de los animales registrados, el aguará guazú, para discutir acerca de sus categorizaciones como especie rara, presente o elusiva y su devenir como emblema del monitoreo.

Palabras clave:
aguará guazú; monitoreo participativo; cámaras trampa; etnografía

Abstract

In 2013, an ambiguous camera trap photograph called into question the extinction of the maned wolf in Uruguayan territory. This record, taken within the framework of participatory monitoring with camera traps carried out in Paso Centurión, a protected area in the department of Cerro Largo, Uruguay, give rise to anthropological reflections on different forms of knowledge and relationships between humans and animals that meet, dialogue and tense up. This work is based on an ethnography on dialogues between local and biological knowledge, focusing in particular on a participatory monitoring with camera traps developed by a civil organization that combines biology and environmental activism in the locality. We focus on the relationships with one of the recorded animals, the maned wolf, to discuss its categorization as a rare, present or elusive species and its becoming an emblem of monitoring.

Keywords:
aguara guasu; participatory monitoring; camera traps; ethnography

Introducción

En 2013 una ambigua fotografía de cámara trampa puso en discusión la extinción del aguará guazú en el territorio uruguayo. Este registro, tomado en el marco de un monitoreo participativo con cámaras trampa realizado en una localidad en la frontera noreste con Brasil, y sus efectos, dan lugar a reflexiones antropológicas sobre distintas formas de conocimiento y relaciones entre humanos y animales que se encuentran, dialogan y disputan espacios.

Este trabajo es producto de una etnografía realizada en Paso Centurión, una pequeña localidad rural del departamento de Cerro Largo, Uruguay, señalada de interés para la conservación y objeto de diversas intervenciones académicas, políticas y de ONG conservacionistas. El área es parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) desde 2019. Ya desde la década del 90 los diagnósticos ambientales, desarrollados por instituciones académicas e interinstitucionales, señalan el buen estado de conservación de ecosistemas. En lo que respecta a la fauna, la presencia de la mayoría de las especies terrestres citadas para Uruguay, de animales endémicos, raros y prioritarios para la conservación, tornan a Centurión un lugar clave.

La investigación, centrada en los conocimientos ambientales y las relaciones entre humanos y animales en el lugar, siguió el desarrollo de un monitoreo participativo de fauna con cámaras trampa, llevado adelante por la Asociación Civil de educación ambiental Julana (Jugando en la naturaleza), así como la intervención de COENDU, otra ONG conservacionista. En este artículo nos centraremos específicamente en el monitoreo con cámaras trampa, entretejiendo una serie de reflexiones que surgen en el trabajo de campo etnográfico. Enfocaremos especialmente en los vínculos que se tejen con el aguará guazú en el marco de esa intervención.

La Asociación Civil Julana (Jugando en la naturaleza) combina biología y activismo ambiental. Está integrada fundamentalmente por biólogos y biólogas y su objetivo es la educación ambiental crítica y el trabajo colaborativo con las comunidades.1 1 Ver http://julana.org/. En ese sentido cuestiona tanto el ambientalismo hegemónico capitalista como las prácticas biológicas académicas clásicas en las que la ciencia se coloca como único conocimiento válido. La educación ambiental es entendida como un subcampo del ambientalismo, con un ethos propio vinculado a su dimensión educativa (Layrargues; Lima, 2014LAYRARGUES, P. P.; LIMA, G. F. da C. As macrotendências político-pedagógicas da educação ambiental brasileira. Ambiente & Sociedade, São Paulo, v. 17, n. 1, p. 23-40, jan./mar. 2014.). Según especifican, los objetivos de su práctica tienen que ver con discutir y problematizar junto a las comunidades sobre los problemas ambientales de sus territorios y las causas estructurales, trascendiendo un enfoque unilineal y previo, promoviendo la participación.

El principal proyecto de Julana durante los años en que desarrollé la etnografía (2015-2018) es el mencionado monitoreo participativo con cámaras trampa. Las cámaras trampa se colocan en zonas de monte y de posibles trillas de animales silvestres, se activan con calor o movimiento, registrando fotos y videos de animales silvestres (y ocasionalmente domésticos). Pero, a diferencia de su utilización en estudios sistemáticos orientados al conocimiento científico riguroso y la gestión ambiental institucional, este monitoreo participativo se propone involucrar personas y saberes locales sobre animales, sin preguntas de investigación u objetivos o conservación a priori.

Mi acercamiento al campo y al problema de estudio se inicia antes, en 2013, cuando se conforma y comienzo a integrar el equipo docente del Espacio de Formación Integral (EFI en adelante) de la Universidad de la República, llamado en esa primera edición “Monitoreo participativo de fauna en Paso Centurión”.2 2 En subsiguientes ediciones (2016 al 2020), el EFI se denominó Relaciones sociedad-naturaleza en la frontera. Dicho equipo es interdisciplinario, combina fundamentalmente antropología y biología, e integra las funciones universitarias de enseñanza, investigación y extensión y el diálogo de saberes con actores no académicos, tanto pobladores locales de Centurión como organizaciones (Santos et al., 2021SANTOS, C. et al. Ambiente y extensión en Paso Centurión, Uruguay: la construcción de una práctica integral y los caminos hacia el diálogo de saberes. +E: revista de extensión universitaria, [s. l.], v. 11, n. 14, e0002, enero/jun. 2021. DOI: https://doi.org/10.14409/extension.2021.14.Ene-Jun.e0002.
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). Así, el grupo comparte con Julana integrantes y diversos proyectos, en particular, el monitoreo participativo con cámaras trampa en Centurión, que fue deviniendo un espacio de aprendizajes colaborativos, diálogos entre saberes y generación de vínculos entre universitarios y comunidad local.3 3 Para un panorama amplio y en profundidad sobre las actividades y producciones del grupo universitario ver: “Relaciones sociedad-naturaleza en Paso Centurión. Aportes desde una trayectoria integral universitaria en la frontera noreste de Uruguay” (Chouhy et al., 2022). En ese marco las actividades en el terreno -en las que participaban integrantes de Julana, del grupo universitario (incluyendo muchas veces docentes y estudiantes) y habitantes - comprendían la colocación de cámaras trampa, revisión y visualización de los registros. Asimismo, rondas de charlas en los patios y casas, entrevistas abiertas, talleres, mapeos colectivos, y reuniones eran parte del monitoreo.

En 2015 decidí realizar mi tesis de Maestría en Antropología sobre relaciones entre humanos y animales en Centurión, centrándome en los diálogos entre los conocimientos locales y las intervenciones, particularmente en el monitoreo participativo. Sin dejar de estar inmersa en ese trabajo colectivo, me propuse desarrollar una etnografía que profundizara en ciertas preguntas desde una mirada antropológica y mediante el extrañamiento de prácticas ya habituales. Esto supuso una forma particular de estar en el campo, que he caracterizado, desde la propuesta de Althabe y Hernández (2005)ALTHABE, G.; HERNÁNDEZ, V. Implicación y reflexividad en antropología. In: HERNÁNDEZ, V.; HIDALGO, C.; STAGNARO, A. (comp.). Etnografías globalizadas. Buenos Aires: Sociedad Argentina de Antropología, 2005. p. 71-88., como “implicancia-reflexividad”, en lugar de la “observación-participante”, ya que mi participación activa (implicada) en el monitoreo configuraba determinados escenarios, posiciones, las formas en que percibía y era percibida por unos y otros, lo que producía determinados conocimientos a partir de mi propia reflexividad.

Me instalé en la localidad durante estadías frecuentes de entre tres y quince días en 2016 y 2017, donde compartí tiempo, caminatas en montes y praderas, cruces del río en bote, rondas de mate, conversaciones, comidas y actividades en torno al monitoreo y los saberes sobre animales con pobladores, biólogos activistas y conservacionistas de otras organizaciones. En algunas de estas estadías acompañé como investigadora (implicada) al grupo Julana (ahora en parte sujeto de estudio) y otras fui de manera independiente al lugar, lo que daba lugar a otros temas, otras interacciones con la población local. Los vínculos entablados desde el 2013 ayudaron a la creciente generación de confianza con las personas y el desarrollo de un conocimiento sobre múltiples aspectos de la vida en el lugar, pero en esa nueva etapa surgieron también nuevos vínculos. Asimismo, algunos intercambios con una bióloga (no integrante de la organización4 4 Con quien comparto un grupo interdisciplinario de investigación en el Centro Universitario Regional Este, CURE, Universidad de la República. ), investigadora de mamíferos con cámaras trampa, me permitieron contraponer distintos usos de estos dispositivos y comparar prácticas científicas académicas y activistas.

La metodología empleada fue la etnografía, combinando la convivencia con pobladores y activistas -en la escuela rural de la localidad donde en general pernoctábamos-, talleres, reuniones y entrevistas en profundidad, la participación en múltiples acontecimientos y actividades locales cotidianas, laborales, festivas y rituales como yerras, raids y fiestas de la escuela, entre otras. Las actividades del grupo universitario, junto a integrantes de Julana en Centurión, orientados al diálogo con los saberes locales, y en Montevideo (lugar de reuniones y aulas), formaron parte de la generación de datos de campo y de las interpretaciones. En ese sentido, la metodología utilizada combinó técnicas “clásicas” -entrevistas dirigidas por el investigador según sus intereses, la selección de informantes y de los momentos de la investigación (Vasco, 2002VASCO, L. G. En busca de una vía metodológica propia: replanteamiento del trabajo de campo y la escritura etnográfica. In: VASCO, L. (ed.). Entre la selva y páramo: viviendo y pensando la lucha india. Bogotá: ICANH, 2002. p. 433-486.)- con otras que pueden ser comprendidas en la llamada “etnografía en co-labor”, donde los intereses y preguntas de los interlocutores forman parte de las conceptualizaciones que ocurren durante el trabajo de campo (Rappaport, 2007RAPPAPORT, J. Más allá de la escritura. La epistemología de la etnografía en colaboración. Revista Colombiana de Antropología, [s. l.], n. 4, p. 197-229, enero/dic. 2007., p. 198). Esta colaboración implicó, además de tomar en serio los saberes locales para repensar las categorías y problemas, la constante interacción entre la antropología y la biología, sus preguntas y metodologías, desarrollada en el marco de los proyectos y actividades desde 2013.

Mediante la participación en el monitoreo y en otras instancias etnográficas en las que aprendí sobre los conocimientos biológicos y de la población local, exploré en los diálogos que ocurren entre epistemologías en torno a temas ambientales y sobre animales en particular. Entendiendo la crisis ambiental como la de un modelo económico, político, cultural y también epistemológico (Escobar, 2016aESCOBAR, A. Autonomía y diseño: la realización de lo comunal. Popayan: Universidad del Cauca, 2016a., 2016bESCOBAR, A. Sentipensar con la Tierra: las luchas territoriales y la dimensión ontológica de las epistemologías del Sur. AIBR: revista de antropología iberoamericana, [s. l.], v. 11, n. 1, p. 11-32, 2016b.; Machado Aráoz, 2013MACHADO ARÁOZ, H. Orden neocolonial, extractivismo y ecología política de las emociones. RBSE: revista brasileira de sociologia da emoção, [s. l.], v. 12, n. 34, p. 11-43, 2013.), las salidas posibles implican la ecología de saberes (Santos, 2014 apudEscobar, 2016bESCOBAR, A. Sentipensar con la Tierra: las luchas territoriales y la dimensión ontológica de las epistemologías del Sur. AIBR: revista de antropología iberoamericana, [s. l.], v. 11, n. 1, p. 11-32, 2016b.) y la combinación horizontal de conocimientos científicos y de los habitantes (Ingold, 2012INGOLD, T. Ambientes para la vida: conversaciones sobre humanidad, conocimiento y antropología. Montevideo: Trilce, 2012.). Es en esa dirección que abordo el diálogo de saberes ambientales y específicamente sobre animales en un territorio en proceso de ambientalización, donde la multiplicidad de significados y prácticas está en juego.

En 2013 una fotografía de cámara trampa colocada en el marco del monitoreo registró en Centurión un aguará guazú, considerado extinto en Uruguay en base a la ausencia de registros desde el 2006. A pesar de lo dudosa de la referencia de esa imagen, donde no se ve claramente la cara ni la cabeza del animal, esta sacudió presupuestos y categorías de la especie y actualizó las esperanzas de biólogos activistas de confirmar su presencia en el territorio. En este artículo exploramos los efectos de este registro de aguará guazú para biólogos, activistas, pobladores locales y asimismo para el propio monitoreo participativo. El hallazgo del aguará permite visibilizar, pero también producir saberes y categorías, en el diálogo entre conocimientos científicos, activistas y locales.

Analizamos los dispositivos cámaras trampa, su epistemología subyacente y la metodología utilizada en los monitoreos de fauna, especialmente en la investigación para la conservación de mamíferos, para compararlas con el monitoreo participativo de Julana. Asimismo, indagamos en las percepciones sobre el aguará entre los habitantes de Centurión, en parte constituidas por narrativas de la biología de la conservación, significados que colocan sucesivas intervenciones desde hace al menos dos décadas, incluyendo la de Julana. Exploramos el rol de los animales en el proceso de ambientalización del lugar, tomando en particular el aguará guazú en el borde entre lo extinto, amenazado, esperado, presente y elusivo, capturado en 2013 en el instante de una foto ambigua.

Paso Centurión, un lugar en la frontera

Paso Centurión (en adelante Centurión)5 5 Se trata de dos caseríos contiguos, Paso Centurión y Centurión, que suelen tomarse como unidad social y territorial. La denominación más común para esta unidad es Centurión y es la que será adoptada aquí en adelante. se encuentra al noreste del Uruguay, en el departamento de Cerro Largo, en la cuenca de la laguna Merín. Limita con Brasil mediante el río Yaguarón. En tanto sitio de frontera, es un espacio culturalmente híbrido y lingüísticamente bilingüe y diglósico, donde se habla, además del español y el portugués, una variedad del llamado Dialecto Portugués del Uruguay (DPU) (Behares, 2007BEHARES, L. Portugués del Uruguay y educación fronteriza. In: BROVETTO, C.; BRIAN, N.; GEYMONAT, J. (ed.). Portugués del Uruguay y educación bilingüe. Montevideo: Administración Nacional de Educación Pública, 2007. p. 99-172.). Su paisaje serrano combina pastizal, monte y praderas, ganadería tradicional extensiva de bovinos y ovinos, quebradas, múltiples cursos de agua y bosques ribereños, monocultivos forestales, antiguas casas de terrón dispersas en predios pequeños, medianos y grandes, un núcleo de viviendas convencionales del plan MEVIR (Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural6 6 El Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural es una persona pública de derecho privado, creada por ley en 1967, que con el objetivo de “erradicar la vivienda insalubre del asalariado rural” apoya la construcción, reparación de viviendas y otras edificaciones. ), realizadas en la primera década del siglo XXI.

A pasos del río Yaguarón, las ruinas de una antigua aduana documentan la importancia histórica del lugar como paso de frontera, hasta la primera mitad del siglo XX, cuando se construyó el Puente Barón de Mauá más al sur sobre el mismo río, entre las ciudades de Río Branco (Departamento de Cerro Largo, Uruguay) y Jaguaraõ (Estado de Rio Grande do Sul, Brasil). La aduana tenía la función de contralor del paso de ganado por el río Yaguarón, y ofició de hospital militar durante la Guerra Grande (1839-1851).

El tránsito entre ambos lados de la frontera ha sido importante históricamente en la configuración social y demográfica de Centurión, en las trayectorias individuales y familiares. Muchos actuales pobladores locales han nacido en Brasil (generalmente los de mayor edad), sus padres son brasileros o tienen familia en ese país. Actualmente es frecuente que las familias tengan integrantes en ambos márgenes, y además la vida social y laboral transcurre en buena medida en un territorio que trasciende la frontera del Estado Nación: trabajos zafrales, partidos de fútbol, fiestas, yerras, compras y visitas, nacimientos y muertes.

No obstante, la frontera es a veces un límite físico, ya que la movilidad está condicionada por la altura del río Yaguarón. No hay puentes sino un río que da paso o no, que requiere fuerza y destreza con los remos para cruzar en bote cuando no hay botero, y valor: no todas las personas se animan a cruzar en bote. Pero cuando hay seca y está bajo, el río se cruza fácilmente caminando, en moto o a caballo, y la frontera une y transforma el lugar. La cercanía con Brasil aparece en las teorías ecológicas de conservacionistas y pobladores, especialmente sobre la abundancia de animales silvestres o los registros de bichos novedosos. Antes de ver los registros de una cámara ubicada en el monte de una estancia, a orillas del río, la conversación con el capataz deriva en el origen de animales antes desconocidos: “son bichos que van viniendo de Brasil”.

Centurión es también un caserío rural de difícil acceso por tierra, ya que a pesar de estar a 60 km de la capital departamental (Melo), el camino sin asfaltar impone un tiempo considerable y es a veces también una frontera que se corta cuando llueve durante varios días. Cuando había transporte público (hace unos años que ya no) este consistía en un ómnibus con un sólo horario los lunes y los viernes. En contraste, en años recientes proliferaron las motos de origen chino, que se tornaron accesibles para parte de la población, cambiando las pautas de movilidad. La conexión con la ciudad brasilera de Herval y las localidades cercanas dentro de Cerro Largo, es importante en la vida social y productiva.

Su población es pequeña, tiende al envejecimiento, la disminución,7 7 Para los caseríos Paso Centurión y Centurión, los censos de 1963 y 1975 arrojan 284 y 175 personas, respectivamente. El censo de 2011 arroja un total de 163 personas para un conjunto mayor de caseríos, que incluyen a Centurión y Paso Centurión (Instituto Nacional de Estadística, 2011). y en su mayoría presenta índices socioeconómicos muy bajos, que lo han hecho objetivo de diversos planes sociales estatales (Taks et al., 2019TAKS, J. et al. Participación social, conocimiento experto y conflictos ambientales sobre uso del suelo, energía y biodiversidad en Paso Centurión (Cerro Largo, Uruguay). Montevideo: Udelar, CSIC, Programa I+D, 2019.). Recién en este siglo llegaron al lugar los servicios estatales de agua y luz a la zona más poblada, vinculados al mencionado plan de viviendas MEVIR.

Las actividades económicas y productivas principales se basan en la producción pecuaria de escasa tecnificación, la ganadería dedicada a la recría de bovinos y ovinos, realizada por grandes, medianos y pequeños productores, siendo estos últimos los que mayormente residen en el lugar. La ganadería emplea a parte de la población en forma permanente o en “changas” (trabajos informales, ocasionales y temporalmente acotados), oficios rurales tradicionales, como el de alambrador, y trabajos zafrales, como la esquila.

A comienzos del siglo XXI la forestación con árboles exóticos (eucaliptus) tiene un gran avance en el área, pero este agronegocio fue rechazado por la población local de Centurión y frenado por medidas cautelares impuestas por la Junta Departamental en 2011 (Taks et al., 2019TAKS, J. et al. Participación social, conocimiento experto y conflictos ambientales sobre uso del suelo, energía y biodiversidad en Paso Centurión (Cerro Largo, Uruguay). Montevideo: Udelar, CSIC, Programa I+D, 2019.). Pese a esto, en años recientes continúan las pujas desde grupos de poder político y económico para forestar mediante la reducción territorial del área protegida (Santos et al., 2021SANTOS, C. et al. Ambiente y extensión en Paso Centurión, Uruguay: la construcción de una práctica integral y los caminos hacia el diálogo de saberes. +E: revista de extensión universitaria, [s. l.], v. 11, n. 14, e0002, enero/jun. 2021. DOI: https://doi.org/10.14409/extension.2021.14.Ene-Jun.e0002.
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).

Desde la década de 1990, el área de Centurión y Sierra de Ríos (localidad cercana) es señalada de interés para la conservación, por la singularidad y el estado de conservación de ecosistemas, paisajes, especies de fauna y flora. En cuanto a la fauna, se destaca por encontrarse allí la mitad del grupo total de especies registradas para el país (Uruguay, 2019URUGUAY. Ministério de Ambiente. Proceso de ingreso de Paso Centurión y Sierra de Ríos al Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Montevideo: ME, 2019. Disponible en: Disponible en: https://www.gub.uy/ministerio-ambiente/comunicacion/publicaciones/proyecto-ingreso-del-paisaje-protegido-paso-centurion-sierra-rios-snap . Acceso en: 20 agosto 2022.
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), así como especies raras y nuevas para el Uruguay y muchas otras que se encuentran bajo alguna categoría de conservación (Grattarola et al., 2016GRATTAROLA, F. et al. Primer registro de yaguarundí (Puma yagouaroundi) (Mammalia: Carnivora: Felidae) en Uruguay, con comentarios sobre monitoreo participativo. Boletín de la Sociedad Zoológica del Uruguay, [s. l.], v. 2, n. 1, p. 85-91, 2016.). En 2007 es declarada Reserva Departamental y en 2019 ingresa al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP).8 8 Parte entonces de la Dirección Nacional de Medioambiente (DINAMA), del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), actual Dirección Nacional de Biodiversidad y servicios ecosistémicos (DINABISE) del Ministerio de Ambiente. Asimismo, se vienen desarrollando investigaciones e intervenciones en conservación de instituciones de investigación (como la Universidad de la República y el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable) y organizaciones de la sociedad civil. Una de estas es la Asociación Civil Julana, que desde 2013 lleva a cabo un monitoreo participativo con cámaras trampa, el cual analizamos en este trabajo.

Una mirada crítica de las cámaras trampa

Las cámaras trampa constan de un sensor que se activa con el movimiento o calor. Se sujetan generalmente en troncos de árboles en caminos de animales, entradas de madrigueras, echaderos, etc., dependiendo de los objetivos del estudio. Permiten determinar la presencia de animales, en particular de mamíferos, detectar especies sigilosas o de hábitos nocturnos, que mediante otros métodos de muestreo no es posible conocer. Actualmente son una de las principales herramientas para el estudio de la vida silvestre, distribución, abundancia, densidad poblacional y comportamiento de mamíferos, e incluso para identificar individuos. Los monitoreos basados en esta técnica permiten identificar cambios en el tiempo y en relación con actividades antrópicas, fundamentando planes de gestión.

Las cámaras trampa tienen su origen en Estados Unidos para el manejo de caza y luego comienzan a ser utilizadas en la biología de campo en investigaciones sobre tigres en India (Süssekind, 2010SÜSSEKIND, F. O rastro da onça: etnografia de um projeto de conservação em fazendas de gado do Pantanal Sul. 2010. Tese (Doutorado em Antropologia Social) - Museu Nacional, Universidade Federal do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, 2010.). Este es uno de los métodos de muestreo denominados no invasivo,9 9 Aunque no imperceptible, según me señala una bióloga en una conversación: las cámaras emiten sonidos imperceptibles para el oído humano, pero audibles para los animales: “algunos los ves una vez y no los ves nunca más”. como la observación de huellas y el análisis de ADN (extraído por ejemplo de heces de animales) para la identificación de especies y sus dietas, métodos que no implican la muerte o captura de especímenes. También se utilizan fuera del ámbito científico, como forma de saber qué animales se hallan en un lugar y poder verlos, para la caza y asimismo para el control de cazadores. Como parte de la “fotografía de naturaleza”, implican una dimensión estética, además de científica y conservacionista.

En la historia natural, las cámaras sustituyen al dibujo en la representación de plantas y animales que los naturalistas utilizaban desde el siglo XVII (Pratt, 1997PRATT, M. L. Ojos imperiales: literatura de viajes y transculturación. Buenos Aires: Ediciones de la Universidad Nacional de Quilmes, 1997.). En ese sentido, mantienen la centralidad de la vista en el conocimiento de los animales, pero operando un pasaje de la historia natural tradicional a la biología de la conservación (Süssekind, 2010SÜSSEKIND, F. O rastro da onça: etnografia de um projeto de conservação em fazendas de gado do Pantanal Sul. 2010. Tese (Doutorado em Antropologia Social) - Museu Nacional, Universidade Federal do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, 2010.). Si, como expresa Le Breton (2007LE BRETON, D. El sabor del mundo: una antropología de los sentidos. Buenos Aires: Nueva Visión, 2007., p. 40), “sólo lo visible otorga la legitimidad de existir en nuestras sociedades”, en ciencias naturales esto es ampliado y sofisticado mediante la tecnología. En contraste, en mi trabajo de campo pude confirmar la importancia de la oralidad en la transmisión de sabes locales y la multisensorialidad, la experiencia a través de distintos sentidos (D’Ambrosio Camarero, 2017D’AMBROSIO CAMARERO, L. La experimentación perceptual de la costa y el mar: un estudio con surfistas, biologos y pescadores artesanales. Tessituras, Pelotas, v. 5, n. 1, p. 29-55, jan./jun. 2017.) que caracteriza esta forma de conocimiento.

Al sofisticarse la técnica, dice Berger (2001)BERGER, J. Por qué mirar a los animales. El Jarocho Verde, [s. l.], n. 13/14, p. I-X, 1 marzo 2001. Disponible en: Disponible en: https://riaaver.org/sites/default/files/2020-12/13%2C14.19%20SUPLEMENTO%20%C2%BFPOR%20QU%C3%89%20MIRAR%20A%20LOS%20ANIMALES%EF%80%A5%20DE%20JOHN%20BERGER.pdf . Acceso en: 23 junio 2023.
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, se incrementa la distancia (en términos de tiempo y espacio) entre humanos y animales, entre observadores y observados. De acuerdo con esta perspectiva, las cámaras trampa, un método de muestreo no invasivo de animales, paradojalmente extreman la ruptura de la reciprocidad en las relaciones con estos. Al mismo tiempo, la idea de una captación realista, que oculta el carácter de representación de los animales desde una perspectiva transparente de la ciencia (Haraway, 1989 apudSüssekind, 2010SÜSSEKIND, F. O rastro da onça: etnografia de um projeto de conservação em fazendas de gado do Pantanal Sul. 2010. Tese (Doutorado em Antropologia Social) - Museu Nacional, Universidade Federal do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, 2010.), refuerza la confianza en la rigurosidad y objetividad científica.

Con las cámaras trampa ya no es preciso “estar allí” para ver animales, documentarlos, representarlos. Aún más, hacen visible lo que antes era invisible (Carlon, 2004CARLON, M. De la invisibilidad a la visibilidad: sobre los mordiscos televisivos de Mike Tyson. In: CARLON, M. Sobre lo televisivo: dispositivos, discursos y sujetos. Buenos Aires: La Crujía, 2004. p. 151-171.), creando así nuevos acontecimientos, discursos, conocimientos, especies. Siguiendo a Haraway (2017)HARAWAY, D. Manifiesto de las especies de compañía: perros, gentes y otredad significativa. Córdoba: Bocavulvaria Ediciones, 2017. ni objeto ni sujeto son preconstituidos ni definitivos. Especies, sujetos, objetos, géneros, no existen en sí, ni previamente, sino que son producto de sus relaciones. Junto a Latour (2008)LATOUR, B. Reensamblar lo social: una introducción a la teoría del actor-red. Buenos Aires: Manantial, 2008., podemos entender las cámaras trampa como actores que participan de la producción de nuevas entidades y categorías como presencia, especie rara, bandera, emblemática.

La aparente capacidad de la fotografía de capturar la realidad de forma objetiva y directa (Flores, 2007FLORES, C. Y. La antropología visual: ¿distancia o cercanía con el sujeto antropológico? Nueva Antropología, [s. l.], v. 20, n. 67, p. 65-87, mayo 2007.) fue crucial para su adopción por parte de las ciencias tanto naturales como sociales. En el siglo XIX, en plena expansión imperial europea, la antropología integró la captura visual mediante medios mecánicos colaborando en la construcción de tipos humanos y teorías racistas (Flores, 2007FLORES, C. Y. La antropología visual: ¿distancia o cercanía con el sujeto antropológico? Nueva Antropología, [s. l.], v. 20, n. 67, p. 65-87, mayo 2007.), aportando material empírico a la idea de que las sociedades no europeas se encontraban en estadios atrasadas con respecto a la civilización, entendida como proceso lineal. Así, la “documentación visual de la distancia cultural” enfatizaba la dualidad entre primitivismo y modernidad y legitimaba la empresa eurocéntrica de modernizarlas.10 10 En este ámbito la fotografía también sustituyó al dibujo y los relatos científicos dejando atrás las invenciones de protohumanos como trogloditas y hombres con cola (Ingold, 1994; Pratt 1997). Una forma de mirar profundamente colonialista que persiste en la antropología a pesar de las revisiones y críticas poscoloniales (Flores, 2007FLORES, C. Y. La antropología visual: ¿distancia o cercanía con el sujeto antropológico? Nueva Antropología, [s. l.], v. 20, n. 67, p. 65-87, mayo 2007.).

Desde esta perspectiva, la mirada colonialista sobre los otros (no occidentales) en la antropología y sobre los otros animales (no humanos) en biología, produce dos tipos de diferencia: respectivamente, entre occidente y los otros, entre humanidad y animalidad. En ambos casos la diferencia está jerarquizada entre quien mira y quien es mirado, entre sujeto y objeto. Lo que se enfatiza en el cine y fotografía antropológica de comienzos de siglo XX, “la esencia estética, exótica, oculta, profunda y en todo caso distante” de los pueblos originarios (Flores, 2007FLORES, C. Y. La antropología visual: ¿distancia o cercanía con el sujeto antropológico? Nueva Antropología, [s. l.], v. 20, n. 67, p. 65-87, mayo 2007., p. 76), puede aplicarse a cómo vemos a los animales a través de las cámaras trampa.

Asimismo, ambas formas de fotografía son claves en las narrativas de extinción: las cámaras trampa registrando animales amenazados, para contribuir a su conservación, por un lado; la documentación de modos de vida no europeos considerados en desaparición, por otro. En los trabajos antropológicos visuales no faltaron los enfoques nostálgicos que concebían esas culturas como paraísos perdidos que aún podían encontrarse al margen del mundo industrializado (Flores, 2007FLORES, C. Y. La antropología visual: ¿distancia o cercanía con el sujeto antropológico? Nueva Antropología, [s. l.], v. 20, n. 67, p. 65-87, mayo 2007., p. 72). Incluso para el difusionismo de Boas y sus estudiantes se trataba de salvaguardar la memoria de culturas en vías de desaparición (Ghasarian, 2008GHASARIAN, C. Por los caminos de la etnografía reflexiva. In: GHASARIAN, C. et al. De la etnografía a la antropología reflexiva: nuevos campos, nuevas prácticas, nuevas apuestas. Buenos Aires: Del Sol, 2008. p. 9-42., p.10). Esta antropología de salvamento, orientada a documentar lo considerado auténtico, descontextualizaba a los otros del colonialismo que padecían (Flores, 2007FLORES, C. Y. La antropología visual: ¿distancia o cercanía con el sujeto antropológico? Nueva Antropología, [s. l.], v. 20, n. 67, p. 65-87, mayo 2007., p. 74).

En una relación mutuamente constitutiva con el avance capitalista, el desarrollo de la fotografía opera una duplicación nostálgica del mundo: “mientras se destruye un número incalculable de formas de vida biológica y social en un breve período, se obtiene un artefacto para registrar lo que está desapareciendo” (Sontag, 2006SONTAG, S. Sobre la fotografía. México: Santillana, 2006., p. 32). De manera análoga, la fotografía está ligada a la nostalgia que caracteriza las relaciones contemporáneas con la naturaleza, las cámaras sustituyen las armas de caza (Haraway, 2015HARAWAY, D. El patriarcado del osito Teddy: taxidermia en el jardín del edén. Barcelona: Sans Soleil Ediciones, 2015.; Sontag, 2006SONTAG, S. Sobre la fotografía. México: Santillana, 2006.; Süssekind, 2010SÜSSEKIND, F. O rastro da onça: etnografia de um projeto de conservação em fazendas de gado do Pantanal Sul. 2010. Tese (Doutorado em Antropologia Social) - Museu Nacional, Universidade Federal do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, 2010.). Como expresa Haraway (2015)HARAWAY, D. El patriarcado del osito Teddy: taxidermia en el jardín del edén. Barcelona: Sans Soleil Ediciones, 2015., una vez que la dominación se completa, la conservación es urgente.

En tal sentido, el registro de aguará -considerado posiblemente extinto en el país-, en el marco del monitoreo de fauna y en el contexto de la ambientalización del área, puede enfocarse desde una mirada crítica e histórica sobre las cámaras trampa y su rol contemporáneo en las relaciones entre sociedad y naturaleza. La actitud nostálgica, el deseo de encontrar animales como el aguará por parte de la biología de la conservación, halla sentido en el contexto del avance del capitalismo extractivo sobre los territorios, la pérdida de hábitat y de biodiversidad. La población local, en contra del avance de la forestación, expuso su propio sentido de lo amenazado: la vida en el lugar, tomada en su conjunto de personas, ganado, paisajes.

El monitoreo participativo de Julana en Centurión

El monitoreo participativo desarrollado en Centurión invita a pobladores locales a involucrarse desde el proceso de elección de lugares a la visualización de registros. Esta última se realiza primero en los hogares de los predios donde están las cámaras, y luego se colectivizan en reuniones, talleres o fiestas en la escuela rural, centro de encuentro comunitario de la localidad. Es decir que la participación que propone la organización implica, por un lado, acordar con pobladores locales los lugares donde se colocan las cámaras y divulgar esta información de manera que la gente sepa dónde se encuentran y para qué se usan. Por otro, implica involucrar a los habitantes en la visualización de los registros. También se problematiza en talleres acerca de los usos sociales y políticos del conocimiento derivado de dichos registros. Julana va almacenando los registros, y una selección se sube a una plataforma web, donde queda disponible mediante una licencia de libre acceso.11 11 Ver http://julana.org/.

En algunos casos los moradores de los predios donde se colocan cámaras participan en la elección de los lugares, haciendo sugerencias, guiando y/o acompañando al equipo. En casos hasta el momento muy puntuales los pobladores aprenden y realizan la colocación de las cámaras, las cambian de lugar según su parecer: Enrique12 12 Los nombres utilizados a lo largo del texto son seudónimos. aprendió a instalarlas, dejarlas activadas, y cambia de lugar las dos que tiene en su predio cuando entiende que así puede captar más o determinados animales que le interesan. Este poblador ve con creciente interés la aparición de animales para el desarrollo de un proyecto ecoturístico en su predio, complementario a su actividad como pequeño productor ganadero.

Un monitoreo participativo se distingue de uno “clásico” (el más utilizado en las ciencias biológicas) en que el primero implica “aprendizaje colaborativo” (Villaseñor et al., 2016VILLASEÑOR, E. et al. Characteristics of participatory monitoring projects and their relationship to decision-making in biological resource management: a review. Biodiversity and Conservation, [s. l.], v. 25, n. 11, 2016.), lo que para la organización define mejor su práctica. En palabras de una bióloga de Julana, el monitoreo que se realiza en Centurión se orienta actualmente a “potenciar el conocimiento juntos”.13 13 Clase dictada por dos biólogas, integrantes de Julana y del equipo docente del Espacio de Formación Integral, Relaciones sociedad-naturaleza en Centurión, en la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República, 2017. Un monitoreo de este tipo no excluye por definición la generación de evidencias que pueden eventualmente desencadenar medidas de manejo, aunque no es su objetivo principal. Así presenta en 2017 la idea del monitoreo, enfatizando el espacio como tal y el intercambio con los saberes locales:

Generar un espacio de generación de conocimiento conjunto sobre fauna. […] Que aportara diversas herramientas para registrar esos animales, que contemplara más allá del registro la asociación de esos animales [con pobladores locales]. (Entrevista colectiva con miembros de Julana).

En un abordaje clásico, en cambio, la sistematicidad y la estandarización son condiciones necesarias y excluyentes para una ciencia robusta,14 14 Bióloga investigadora con uso de cámaras trampa, en entrevista. que desde esa perspectiva permite traducir el conocimiento en medidas de manejo. Este tipo de investigaciones difícilmente da lugar a la participación de otros saberes, ya que es controlada por los científicos desde parámetros rigurosos, lo que desde esta mirada asegura su impacto en términos de gestión. El traslado de una cámara de un sitio a otro por parte de un habitante no cumple con estos requisitos metodológicos. Así lo expresa una bióloga cuando hablamos del diseño metodológico en su investigación sobre efectos de la actividad forestal industrial en mamíferos no humanos, basado en un mismo “esfuerzo de muestreo” en tres ambientes distintos dentro de campos forestados de distintas zonas del país:

Por una cuestión estadística […], si yo quería realmente hacer buenos análisis que me dieran algo, un modelo, un mapa de distribución coloreado según donde hay más/menos registros, precisaba que fuera consistente. Y ponerlas como criterio: “ah las voy a poner acá porque pasan bichos y vamos a ponerlos con ellos…” esa parte estadística se pierde. (Bióloga investigadora con cámaras trampa, en entrevista).

Muy distinto al sesgo buscado en el monitoreo participativo, en el que las cámaras se colocan donde se presume que es más probable que salgan bichos, o incluso determinados bichos; en el que una cámara puede ser relocalizada por habitantes de un momento a otro y sin consulta previa. Se trata de diseños metodológicos diversos y “esfuerzos de muestreo” de distinta escala. Pero también los objetivos de estos diseños y usos de las cámaras difieren, aunque estén bajo el mismo paraguas de la conservación.

Vamos con Enrique adonde colocó él mismo la cámara; se trata de un lugar que ya tenía identificado cuando se le dejó la cámara en diciembre de 2015. Es otro monte en su campo. Vemos las fotos y videos que fueron tomados por la cámara. Salió de todo. Lo más raro es la aparición de un tamandua de día; este animal es nocturno, de día está en cuevas. Por eso hasta ahora las imágenes eran siempre nocturnas. Cunde el asombro. Se le notan bien los colores. (Diario de campo, 2016).

En el marco del EFI y los proyectos colaborativos del grupo universitario y Julana, la antropología aportaba miradas críticas de las relaciones sociedad-naturaleza, la pretensión de universalidad de la taxonomía occidental y científica, así como de las categorías usuales en biología (como la propia noción de conservación), dando fundamentos epistemológicos y aportes metodológicos a un monitoreo que apuntaba a ser participativo. Los encuentros con la población local en torno a las cámaras y los registros se fueron dirigiendo con creciente atención a las clasificaciones y saberes locales, desplazando a los conocimientos y categorías científicas y conservacionistas (como mamíferos, amenazados, prioritarios) desde un lugar central, de referencia a otro equivalente. Así, las taxonomías biológicas fueron tomadas como etnotaxonomías, constructos particulares de la etnociencia (Vander Velden, 2015VANDER VELDEN, F. Apresentação ao dossiê. R@U: revista de antropologia da UFSCar, São Carlos, v. 7, n. 1, p. 7-16, 2015.).

Así, el aprendizaje colaborativo tenía lugar a partir, no sólo de los registros y conocimientos científicos zoológicos compartidos, sino también de escuchar cómo los lugareños clasifican, nombran y saben sobre animales, sin discutir acerca de la validez de tales saberes. En las conversaciones en instancias del monitoreo, las nominaciones científicas y locales convergen, no se corrigen una a la otra. A veces los miembros de Julana comienzan a adoptar los nombres locales: más venado y menos guazubirá. Estos nombres no son simétricos en la medida en que guazubirá, así como más especialmente el nombre en latín que le corresponde recuerda o hace parte de una taxonomía de carácter universal (Martínez Medina, 2020MARTÍNEZ MEDINA, S. Lo que pliega la colecta: conocimientos, científicos y especímenes para otras ciencias posibles. Antípoda: revista de antropología y arqueología, [s. l.], n. 41, p. 31-56, 2020.).15 15 El latín será la referencia utilizada en comunicaciones científicas por parte de Julana.

La escucha de los relatos, los nombres, los conflictos de la gente con animales valorados por la conservación como zorros o gatos monteses predadores de gallinas ponen en juego moralidades, experiencias y saberes que daban cuenta de otras formas de estar en el mundo y de otras relaciones entre humanos y animales. Como se fue evidenciando a partir de estos diálogos, los encuentros con animales, las corporalidades, las huidas, la reciprocidad, todos los sentidos, son parte de la producción del conocimiento local. Asimismo, la oralidad se fue evidenciando como forma de transmisión de los conocimientos locales, a diferencia de la centralidad de lo visual, los artefactos y los inventarios del conocimiento científico.

En el monitoreo la elección de lugares para las cámaras se realiza según dos criterios. Por un lado, las condiciones del ambiente, tomando en cuenta siempre la cercanía de un curso de agua y de posibles trillas de animales. También la cercanía de fuentes de alimentos como árboles frutales es una forma de aumentar las probabilidades de capturar imágenes. Por otro lado, se tiene en cuenta la accesibilidad de ganado, el cual se intenta minimizar para aumentar el porcentaje de imágenes de animales silvestres en los registros, al mismo tiempo que se maximiza el espacio destinado a ellos en las tarjetas de memoria de las cámaras. Esto revela un sesgo ecológico asociado a una forma de conocimiento: mientras que las vacas y otros animales productivos y domésticos son evitados para enfocarse en la presencia de animales silvestres, nativos, etc., la población local no los excluye de la categoría animales que es interesante ver en fotos o videos. Así, durante una reunión en la escuela a la que Julana invitaba a ver registros relevados en esos días, una pobladora compartió el video de una vaca pariendo que su pareja asistía y que ella había filmado.16 16 Sobre proyectos conservación en un contexto ganadero ver la etnografía de Süssekind (2010).

Asimismo, los sitios son escogidos según la vinculación con los propietarios, moradores y trabajadores de los predios, su interés en la colocación de cámaras, la afinidad con respecto al proyecto. De los intercambios surgen además recomendaciones de sitios específicos por parte de habitantes, que los señalan como lugares a los que asocian el tránsito de animales.

Luego la tarea implica “revisar cámaras”: extraer la información registrada y hacer el mantenimiento necesario, como chequear su funcionamiento, eventualmente cambiar la batería17 17 Las cámaras utilizadas son a pila, pero un integrante de Julana que es ingeniero electrónico las adapta y les coloca baterías recargables de varios meses de duración. e incluso su lugar. Se constata que esté funcionando correctamente, que el encuadre sea adecuado y que el lugar de la cámara sea bueno: poco tránsito de ganado, mucho de animales silvestres, y que estos puedan ser bien capturados en las trampas-cámaras.18 18 Escuché esta denominación de un experto en zoología en nuestro país, en el Congreso Uruguayo de Zoología en 2018. Luego la tarea consiste en extraer la tarjeta de memoria, copiar los registros en una computadora portátil, vaciar la tarjeta y volverla a colocar en la cámara. Todas estas operaciones se realizan en el lugar, a pocos metros de la cámara, generalmente en un monte ribereño. A la sombra de los árboles, una computadora, algún miembro de Julana copia allí las fotos y videos de la tarjeta de memoria de la cámara, varias personas en torno, viendo las imágenes tomadas en ese mismo lugar… una escena recurrente, familiar y exótica, donde la computadora hace parte de las tramas del monte.

Los intervalos entre fotos o videos se programan, así como el modo, que puede ser tomar sólo fotografías, sólo videos, o ambos. Esto último se utiliza con mayor frecuencia en el monitoreo abordado. Los videos producen singulares sentimientos en los espectadores: una hembra carpincho es seguida por sus tres o cuatro crías en fila; otra hembra, pero de tamandua, cruza la imagen con su cría en su lomo; un gato manchado (para los pobladores) o margay (para los biólogos) camina sinuosamente en la noche.

Para Julana, los registros no son un fin en sí mismo sino una instancia de relacionamiento con la población local (y de construcción de empatía hacia los animales), por lo que se destina gran parte del tiempo a los vínculos sociales creados. La mayoría de las cámaras están asociadas a personas que viven en los predios donde se ubican, y adquieren sus nombres: “la cámara de Enrique”, “de Haydé”. Así, la revisión de cada cámara es parte de una práctica más amplia que implica la visita a esas personas, compartir generalmente una charla previa a la revisión de la cámara, y una posterior, cuando además se ven y se comentan los registros recién colectados. En esas conversaciones se comparten, además, conocimientos, anécdotas, nombres locales dados a los bichos que van apareciendo en las cámaras y relatos.

En el interior de las casas de campaña, la ronda de pobladores y miembros de Julana se focaliza durante un tiempo en el monitor de la computadora del grupo. Muchas veces se vuelve atrás para repetir alguna foto o video de algo novedoso, confuso, que causa ternura o gracia. En algunos casos esto ocurre en el exterior de las casas: cuando es verano, la ronda está instalada en la sombra de un árbol y el calor se tolera por la corriente de brisa que casi siempre corre en los predios altos de las sierras. En invierno se da en el interior de las casas, generalmente de terrón, cálido por el horno a leña siempre prendido y manteniendo calientes calderas de agua para el mate.

Algunos lugareños también participan en la revisión in situ de las cámaras, en ir al lugar y analizar las condiciones ambientales, y con el tiempo van acumulando experiencia y conocimientos técnicos asociados al uso de cámaras. Además, algunos niños se suman a las expediciones, aprenden a manipular las cámaras, extraer las tarjetas de memoria, hacer el mantenimiento de las baterías.

El monitoreo participativo ha corroborado la presencia de numerosas especies, pero al mismo tiempo se ha ido constituyendo como un medio de comunicación social, de vínculos entre conocimientos y entre personas. Sin regirse por el ideal científico de rigurosidad, va priorizando los vínculos y las emociones por sobre datos sistemáticos. Los registros se acumulan sin proyectos concretos de investigación, a excepción de pasantías de estudiantes de biología realizadas en el marco del monitoreo. A excepción también de hallazgos que dan lugar a la publicación científica, como en el caso del primer registro científico de gato yaguarundí (Grattarola et al., 2016GRATTAROLA, F. et al. Primer registro de yaguarundí (Puma yagouaroundi) (Mammalia: Carnivora: Felidae) en Uruguay, con comentarios sobre monitoreo participativo. Boletín de la Sociedad Zoológica del Uruguay, [s. l.], v. 2, n. 1, p. 85-91, 2016.).

Asimismo, en torno al monitoreo se van tejiendo otros objetivos de proyectos científicos y actividades de extensión, enseñanza e investigación, vinculados al EFI y la trayectoria integral universitaria antes presentados. Trabajos que interactúan en un espacio colaborativo, a través de distintas instancias como reuniones, talleres y seminarios, en la localidad junto con actores sociales y en la capital, en distintos espacios universitarios. De esta forma el monitoreo, sus diálogos y registros no se circunscriben a la localidad. Además, la virtualidad amplía el espacio de visualización de los registros, que circulan en la página web de Julana y redes sociales en internet.

Instantánea de aguará guazú

En 2006 fue realizado el último registro directo e indiscutido por la ciencia de aguará guazú (Chrysocyon brachyurus) en Uruguay: un individuo macho que fue abatido, justamente, en Centurión (Mannise, 2013MANNISE, N. Análisis de la estructura genética de poblaciones de aguará guazú (Chrysocyon brachyurus). 2013. Tesis (Maestría en Biología) - Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Montevideo, 2013.; Queirolo et al., 2011QUEIROLO, D. et al. Historical and current range of the Near Threatened maned wolf Chrysocyon brachyurus in South America. Oryx, [s. l.], v. 45, n. 2, p. 296-303, 2011.). Aguará guazú significa en lengua guaraní perro o zorro grande (guazú) colorado (guará). En Brasil se le llama lobo guará (lobo colorado) (Pereira et al., 2019PEREIRA, S. G. et al. Lobo-guará (Chrysocyon brachyurus): características gerais, mitológicas e seu conhecimento popular na região noroeste de Minas Gerais. Revista Acadêmica: ciência animal, [s. l.], v. 17, n. 1, e1700, 2019.) y también en la frontera uruguayo-brasilera, por lo que esta denominación es la que muchas veces oímos en Centurión. Pero, si bien recibe el nombre de zorro en estas lenguas y de lobo en lengua inglesa, para la biología evolutiva es clasificado como un cánido particular, el más grande de Sudamérica (Mannise et al., 2012MANNISE, N. et al. Análisis genético sobre la presencia de aguará guazú (Carnivora, Mammalia) en Uruguay. Boletín de la Sociedad Zoológica del Uruguay, [s. l.], v. 21, n. 1-2, p. 30-38, 2012.). No obstante, la literatura señala su proximidad filogenética con perros, lobos y zorros y en mayor medida con los perros venaderos (Speothos venaticus) (Pereira et al., 2019PEREIRA, S. G. et al. Lobo-guará (Chrysocyon brachyurus): características gerais, mitológicas e seu conhecimento popular na região noroeste de Minas Gerais. Revista Acadêmica: ciência animal, [s. l.], v. 17, n. 1, e1700, 2019.).

Morfológicamente suele describirse como alto, ya que llega a medir 90 cm de altura, con pelo dorado-rojizo (Mannise, 2013MANNISE, N. Análisis de la estructura genética de poblaciones de aguará guazú (Chrysocyon brachyurus). 2013. Tesis (Maestría en Biología) - Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Montevideo, 2013.), una crin espesa y oscura (que le otorga también el nombre de lobo de crin) y largas patas negras. Para la biología sus características patas son un rasgo adaptativo que le permiten una eficiente visión y movilidad en vegetaciones altas, típicas de los ambientes de pastizales, malezales y bosques de galería donde habita (Mannise, 2013MANNISE, N. Análisis de la estructura genética de poblaciones de aguará guazú (Chrysocyon brachyurus). 2013. Tesis (Maestría en Biología) - Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Montevideo, 2013.). Se lo describe como de hábito preferencialmente crepuscular-nocturno, de dieta omnívora compuesta por frutos y pequeños vertebrados, y con un área de desplazamiento variable, de hasta 115 km2 (Pereira et al., 2019PEREIRA, S. G. et al. Lobo-guará (Chrysocyon brachyurus): características gerais, mitológicas e seu conhecimento popular na região noroeste de Minas Gerais. Revista Acadêmica: ciência animal, [s. l.], v. 17, n. 1, e1700, 2019.).

A escala global el aguará es categorizado como “cercano a la amenaza” por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), a causa de la reducción de sus hábitats, la sustitución de praderas nativas, la desertificación causada por la expansión de la agroindustria y el mal manejo del suelo (Mannise, 2013MANNISE, N. Análisis de la estructura genética de poblaciones de aguará guazú (Chrysocyon brachyurus). 2013. Tesis (Maestría en Biología) - Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Montevideo, 2013.; Queirolo et al., 2011QUEIROLO, D. et al. Historical and current range of the Near Threatened maned wolf Chrysocyon brachyurus in South America. Oryx, [s. l.], v. 45, n. 2, p. 296-303, 2011.). Estas también son causas de cambios en su rango de distribución geográfica (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Perú y Uruguay): una ampliación hacia el este y una retracción del límite sur (Mannise et al., 2012MANNISE, N. et al. Análisis genético sobre la presencia de aguará guazú (Carnivora, Mammalia) en Uruguay. Boletín de la Sociedad Zoológica del Uruguay, [s. l.], v. 21, n. 1-2, p. 30-38, 2012.). Los atropellamientos en carreteras y la caza son otros factores a los que la literatura consultada atribuye su declive poblacional (Mannise, 2013MANNISE, N. Análisis de la estructura genética de poblaciones de aguará guazú (Chrysocyon brachyurus). 2013. Tesis (Maestría en Biología) - Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Montevideo, 2013.; Queirolo et al., 2011QUEIROLO, D. et al. Historical and current range of the Near Threatened maned wolf Chrysocyon brachyurus in South America. Oryx, [s. l.], v. 45, n. 2, p. 296-303, 2011.).

La estructura económico-productiva que lleva a la modificación y destrucción de hábitats es mencionada en las fuentes como principal amenaza a la biodiversidad y los animales (Mannise, 2013MANNISE, N. Análisis de la estructura genética de poblaciones de aguará guazú (Chrysocyon brachyurus). 2013. Tesis (Maestría en Biología) - Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Montevideo, 2013.; Pereira et al., 2019PEREIRA, S. G. et al. Lobo-guará (Chrysocyon brachyurus): características gerais, mitológicas e seu conhecimento popular na região noroeste de Minas Gerais. Revista Acadêmica: ciência animal, [s. l.], v. 17, n. 1, e1700, 2019.; Queirolo et al., 2011QUEIROLO, D. et al. Historical and current range of the Near Threatened maned wolf Chrysocyon brachyurus in South America. Oryx, [s. l.], v. 45, n. 2, p. 296-303, 2011.), pero en Uruguay “la problemática de alteración y degradación de los ambientes naturales está pobremente evaluada, en particular en lo que refiere a la fauna de mamíferos” (González; Martínez-Lanfranco, 2010GONZÁLEZ, E. M.; MARTÍNEZ-LANFRANCO, J. A. Mamíferos de Uruguay: guía de campo e introducción a su estudio y conservación. Montevideo: Banda Oriental: MNHN: Vida Silvestre Uruguay, 2010.). La reducción de sus territorios y fuentes de alimentos acarrea desplazamientos de animales que terminan teniendo mayores interacciones con poblaciones rurales (y así mayor exposición a ser muertos por armas de fuego o por perros). En Uruguay la frontera agraria avanza de manera exponencial en este siglo mediante la silvicultura empresarial, la intensificación ganadera, la plantación de praderas y los cultivos de siembra directa de arroz y soja (Gautreau, 2014GAUTREAU, P. Forestación, territorio y ambiente: 25 años de silvicultura transnacional en Uruguay, Brasil y Argentina. Montevideo: Trilce, 2014.).

Al momento de la colonización europea el aguará guazú ocupaba todo el actual territorio del Uruguay (Queirolo et al., 2011QUEIROLO, D. et al. Historical and current range of the Near Threatened maned wolf Chrysocyon brachyurus in South America. Oryx, [s. l.], v. 45, n. 2, p. 296-303, 2011.). Actualmente la ciencia la considera una especie amenazada, con pocos registros (científicamente avalados) (Mannise, 2013MANNISE, N. Análisis de la estructura genética de poblaciones de aguará guazú (Chrysocyon brachyurus). 2013. Tesis (Maestría en Biología) - Facultad de Ciencias, Universidad de la República, Montevideo, 2013.), “posiblemente extinto” en el país (Cunha; De Matteo, 2015 apudGrattarola et al., 2016GRATTAROLA, F. et al. Primer registro de yaguarundí (Puma yagouaroundi) (Mammalia: Carnivora: Felidae) en Uruguay, con comentarios sobre monitoreo participativo. Boletín de la Sociedad Zoológica del Uruguay, [s. l.], v. 2, n. 1, p. 85-91, 2016.), donde está en duda la existencia de poblaciones reproductivas. Los últimos trabajos en genética se basan en el ADN extraído de un aguará cazado en el departamento de Río Negro en 1989 y del ejemplar matado en Centurión en 2006, más precisamente de material genético extraído de excremento encontrado cerca de ese “último aguará” (Mannise et al., 2012MANNISE, N. et al. Análisis genético sobre la presencia de aguará guazú (Carnivora, Mammalia) en Uruguay. Boletín de la Sociedad Zoológica del Uruguay, [s. l.], v. 21, n. 1-2, p. 30-38, 2012., p. 33).19 19 Todas las muestras se hallan en el Museo de Historia Natural (Mannise et al., 2012).

En el marco del monitoreo participativo de fauna, en 2013 Julana en colaboración con el EFI colocaron algunas cámaras trampa, cuyos registros confirmaron la presencia de varios mamíferos nativos citados para la zona. Sin embargo, algo sorprendió al poco tiempo de instalar las cámaras, que hasta el momento no se reiteraría. En la proyección de las fotos colectadas, una devuelve una imagen extraña, una silueta de un animal indefinido, que deja sin poder decir a mis compañeros biólogos, ni a los lugareños presentes, de qué bicho se trata.

Figura 1
Aguará guazú. Fotografía de cámara trampa del monitoreo participativo.

Es claramente un cuadrúpedo, pero no es claro si viene o va, si está mirando para atrás, o si mira para delante y no se le ve la cara. Para ser guazubirá es muy peludo. Para ser perro, muy alto… Las patas, además, parecen ir en bloques, derecho e izquierdo, y no alternado, uno de los rasgos distintivos del aguará guazú. “Es aguará”, comienzan a murmurar con dudas los biólogos del equipo. Parece posible y a la vez, difícil de creer, teniendo en cuenta las pocas posibilidades de que en tan poco tiempo y con un tan pequeño “esfuerzo de muestreo” se registre un animal presuntamente extinto en el país.

Desafiando la categoría “extinto del territorio”, la ambigüedad de la imagen de la cámara trampa alimenta la expectativa de hallar al aguará. Las elucubraciones primero se dan en el lugar, en la proyección al aire libre en el patio de la escuela. Luego y lejos de allí empiezan las discusiones entre expertos. Un tiempo después, un email de una integrante del EFI y de Julana anuncia: “es aguará”. El email me sobresalta: participar en el monitoreo me ha llevado a compartir expectativas y deseos en torno a hallar animales raros, a la vez que a interpelar ese deseo y esa rareza desde una mirada antropológica.

La información había sido confirmada por un biólogo experimentado en identificar animales a partir de imágenes de cámaras trampa. Sin embargo, la ambigua imagen no permitía una cita, una publicación que hiciera existir al aguará en la bibliografía, en la realidad objetiva de la ciencia. El último registro oficial seguía siendo el del aguará abatido en Centurión, pero tenía ahora un contrarrelato, no científica, aunque sí simbólicamente equiparable.

El aguará es lo que se busca

Una integrante del EFI y Julana, investigadora entonces en genética de la conservación en el IIBCE -el instituto que analizó el ADN de aquellos aguarás de Río Negro y Centurión-, está, en esos años, entusiasmada con encontrar al aguará. Cada tanto ella mira los pastizales de la zona y los imagina, comenta que si fuera aguará andaría por allí. La escasez proyectada en el aguará parece ser un incentivo para su búsqueda que reviste carácter casi mítico. Lo “vulnerable y elusivo de este cánido” (Mannise et al., 2012MANNISE, N. et al. Análisis genético sobre la presencia de aguará guazú (Carnivora, Mammalia) en Uruguay. Boletín de la Sociedad Zoológica del Uruguay, [s. l.], v. 21, n. 1-2, p. 30-38, 2012.) -tal como lo presenta la literatura biológica-, parece una motivación adicional para su búsqueda, impregnada de nostalgia. La ciencia no tiene más registros de este animal desde 2006, cuando la misma ocasión de su aparición es la de su aparente eliminación. Es interesante que se confirma la presencia de la especie en el mismo evento que documenta la muerte del último espécimen. En la biología de la conservación, esto es lamentado, pero por otro lado habilita investigaciones ulteriores sobre la especie en base al ADN de su excremento.

La importancia del aguará es propagada en la localidad mediante el monitoreo, aunque otras intervenciones anteriores ya habían puesto en circulación dicho significado. Este es asimilado selectivamente por la población: la integración de perspectivas y valoraciones de la conservación no es homogénea entre pobladores locales (Pizarro; Maestriperi; Lifteneger, 2016PIZARRO, C.; MAESTRIPERI, E.; LIFTENEGER, A. “¿Pero vos nunca comiste carpincho?” Resignificaciones locales de las prescripciones sobre el uso de la fauna nativa en los humedales del delta inferior del Paraná. AMBIENS, [s. l.], v. 2, n. 3, p. 52-72, 2016.), ni siquiera entre los más vinculados al monitoreo. A veces, viendo y admirando especímenes registrados, las personas hablan de sus conflictos con animales de esas mismas especies -consideradas nativas y prioritarias-, a los que eventualmente matan por comer sus gallinas o corderos.

La foto del aguará es especialmente motivadora a pesar de ser poco clara. La expectativa de ver algún lobo guará con las cámaras trampa se expande. Así, Enrique, que tiene en su predio dos cámaras trampa, a su modo tranquilo dice en un documental realizado sobre el monitoreo de Julana: el aguará “es lo que se busca”.20 20 En 2017 fue estrenado un documental sobre el monitoreo participativo, un trabajo de graduación de dos estudiantes en comunicación, en cuya producción, realización y edición Julana también participa (Jugando…, 2017).

Otro poblador también expresa este interés. Cuando llegamos a su casa, Juan llegaba también en su moto: “¿vamos a ver si aparece el zorro guará?”, dice cuando nos ve. En el predio de este poblador pequeño productor ganadero también hay una cámara, junto a un arroyo, cercano a un extenso ceibal. Pero en los registros de esa cámara los que aparecen con más frecuencia son manopeladas (o mãopeladas), caminando por el agua de poco caudal, pescando en pareja, con sus manos. Estos animales son en cierta medida cotidianos para Juan y no parecen causarle mayor curiosidad. Incluso les tiene cierto rechazo porque dice que atacan sus corderos y les comen las vísceras. Él en cambio nos comenta con entusiasmo sobre un aguará que vio en las cercanías.

Al decir que el aguará es lo que se busca -y al incluir esto en el documental mencionado- que a su vez es proyectado en la localidad, este animal se coloca como síntesis, emblema del monitoreo. Es presentado como un fin en sí mismo, se omite el sujeto que busca y se da por sentado el fundamento de buscarlo. Pero también el propio animal es definido por la acción dirigida hacia él: el aguará es lo que se busca. Una integrante de Julana dirá en una conferencia que el aguará es el “Santo Grial”,21 21 En el relato cristiano el Santo Grial es la copa usada por Jesucristo en la última cena, cuya búsqueda es un elemento importante en las historias relacionadas con el Rey Arturo, que combinan la tradición cristiana con antiguos mitos celtas referidos a un caldero divino (Grial, 2021). porque “van mucho a buscar eso” (La curiosidad…, 2017LA CURIOSIDAD atrajo al gato: Magdalena Carabio: TEDxCaboPolonio. 1 video (16min29s). [S. l.]: TEDx, 29 marzo 2017. Publicado en el canal TEDx Talks. Disponible en: Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=YxAn2hLIm8w . Acceso en: 20 agosto 2022.
https://www.youtube.com/watch?v=YxAn2hLI...
). Se refiere a las varias intervenciones de investigación, educación y conservación que se han centrado en este animal, sacralizándolo al fin. En su discurso, son otros los que lo buscan. Aunque Julana forma parte de los buscadores, se aparta de las prácticas de investigación que no interactúan o reconocen saberes locales ni retornan los conocimientos producidos a los territorios.

Esto coloca las prácticas de Julana en una interfaz entre la biología académica y el activismo, entre la valorización de la biodiversidad y la crítica del conservacionismo hegemónico, la fascinación por el encuentro de bichos raros y el interés por el encuentro social. Un slogan del monitoreo expresaba: “al final los bichos conectan todo”. Para el monitoreo los bichos importan menos en sí mismos que en un ensamblaje social, donde los vínculos sociales son lo central. Hallazgos como el del aguará se proponen secundarios en el espacio de aprendizaje colaborativo que el monitoreo genera entre organización y pobladores locales.

Pero, por otro lado, la valoración de algunos animales categorizados como nativos, raros, emblemáticos, se produce a través de distintas acciones de Julana. El aguará es un ejemplo de esto, es resaltado entre los demás bichos. En la edición final del documental mencionado, que tuvo participación de la organización en todas las etapas, el aguará tiene gran protagonismo. El aguará aparecerá en un lugar central y proporcionalmente más grande en un mural que Julana pinta en la pared exterior del salón de la escuela, cuyo motivo exclusivo son animales nativos presentes en Centurión.22 22 Este mural fue realizado en 2016 en una pared exterior del salón de clase de la escuela Nº16 de Centurión. Esta pintura es a su vez reproducida en un almanaque de la organización que pasará a adornar varias paredes locales durante el año siguiente a su realización.

En la localidad, pocos lugareños han sabido de o visto directamente un aguará, pero algunos sí oyeron alguna vez sus característicos aullidos, y algunos relatos sobre estos remiten a la leyenda del lobizón.23 23 Según la leyenda que se remonta a la edad media y que retoma mitos anteriores, los lobizones eran hombres que bajo la influencia de la luna llena se transformaban en lobos (Pereira et. al., 2019). A veces cuando menciono al aguará mis interlocutores locales me preguntan dónde se ha visto, y contesto que “el último que se vio fue acá en Centurión”, lo que me hacer reflexionar sobre mi propia intervención en el proceso de conocer y valorar el aguará. Asimismo, comprendo que el abatimiento del animal en 2006 fue noticia pública y en el ámbito de la conservación, pero no tiene el mismo carácter disruptivo y dramático para la gente del lugar. Otros pobladores me dicen que una pareja que andaba alambrando hace años vio un casal por el arroyo Chuy (a pocos kilómetros de la localidad). Esta locación asociada a un casal de aguarás se repite en otras conversaciones, coincidiendo con lo que una bióloga de Julana me dice, acerca de que suelen estar en lugares determinados, aunque también se trasladen a grandes distancias.

Hace generaciones que el aguará es raro en el lugar, antes que esa categoría apareciera con un nuevo sentido de la mano de la biología de la conservación. El aguará retorna con la conservación: los animales se resignifican, se comienza a hablar de estos en el lenguaje de la valoración ambiental, sobre todo en el ámbito de la escuela, epicentro de sucesivos proyectos. Retorna en términos de especie, una categoría que, como distintos autores argumentan (Garcia, 2018GARCIA, U. Macacos também choram, ou esboço para um conceito ameríndio de espécie. Revista do Instituto de Estudos Brasileiros, [s. l.], n. 69, p. 179-204, abr. 2018.; Haraway, 2017HARAWAY, D. Manifiesto de las especies de compañía: perros, gentes y otredad significativa. Córdoba: Bocavulvaria Ediciones, 2017.) aunque no sea un dato de la realidad, no debe ser necesariamente descartada sino repensada en cada contexto etnográfico. En Centurión el aguará no deviene especie a secas sino adjetivada, recategorizada: rara, extinta, amenazada.

Pero no es apenas con el monitoreo, sino que algunos años atrás otras investigaciones y proyectos desarrollados en el lugar colocaron al aguará en términos de especie posiblemente extinta (Cosse; Mannise, 2008COSSE, M.; MANISSE, N. Informe del proyecto Diagnóstico sobre el conocimiento de cánidos autóctonos, Cerro Largo. [S. l.]: Global Greengrants Fund, 2008.). La maestra de la escuela me cuenta que cuando trabajaba en la escuela de la cercana localidad Sierra de Ríos hicieron sobre este animal un Club de Ciencias (un proyecto científico que competía con otros en una feria de ciencias).24 24 Estas ferias son Actividades de Cultura Científica que se desarrollan en coordinación entre la Administración Nacional de Educación Pública y el Ministerio de Educación y Cultura. Cada Club participante elije un tema de investigación (Uruguay, 2023).

La aparición eventual y posible del aguará comienza a avizorarse como una fuente de cierta clase de prestigio para el lugar. Un poblador que proyecta un emprendimiento ecoturístico en su predio manifiesta el interés de acrecentar el inventario zoológico, los atractivos para visitantes interesados en la naturaleza que se va construyendo para el embrionario ecoturismo.

En el equipo de biólogos y antropólogos rápidamente se contagia la expectativa de verlo. Aparece en nuestros sueños. Se ven videos caseros filmados en países de la región que circulan por internet. Se habla del aguará y se lo imagina al mirar el pastizal en Centurión. La escasez y su presunta extinción del territorio, su raro andar, su tamaño mucho mayor que otros cánidos categorizados como nativos, y su particularidad genética, colaboran en hacerlo carismático y hasta sagrado. Otro equipo integrado por comunicadores y un biólogo que hacen un libro y un programa de TV en internet sobre “fauna amenazada” (Oteghy; Pereyra, 2017OTEGHY, M.; PEREYRA, R. Mañana es tarde: viaje en busca de la fauna amenazada del Uruguay. Montevideo: Ediciones B, 2017.), le dedican un capítulo, y lo buscan en Centurión, donde filman uno de los programas.

Para la biología de la conservación existen motivos ecológicos para querer que un animal esté presente, no sólo como representante de una especie en sí sino como indicador de un buen estado de conservación de ecosistemas y ambientes. Sin embargo, también las presencias animales en un sitio pueden implicar sus ausencias en otros, por la reducción de sus hábitats, y el cambio en las distribuciones de las poblaciones puede ser indicador de efectos ambientales del cambio climático. Asimismo, los aspectos simbólicos atraviesan las relaciones entre humanos y animales en el ámbito científico y en la gestión ambiental institucional (Beltrán; Vaccaro, 2015BELTRÁN, O.; VACCARO, I. Animais selvagens convertidos em sujeitos políticos: a gestão pública da fauna nos Pirineus. R@U: revista de antropologia da UFSCar, São Carlos, v. 7, n. 1, p. 37-58, jan./jun. 2015.). Aquí el aguará es un animal poco frecuente, escaso, que deviene emblemático, lo que fundamenta acciones centradas en él. Su presencia se desvanece, mientras prolifera su representación.

Consideraciones finales

El monitoreo participativo de Julana -así como otras intervenciones- pone en circulación en Centurión categorías de animales y sentidos asociados al conocimiento científico y la perspectiva conservacionista. A instancias de la ambientalización, en parte un proceso de resemantización del territorio en términos ambientales, el aguará se torna especie emblemática, aunque esté poco representada en los registros visuales y orales de científicos, activistas y pobladores. En él confluyen proyecciones y acciones diversas, imbricadas en narrativas conservacionistas, científicas y locales: es nativo, lobizón, es lo que se ve, se escucha, se busca, se mata, se estudia, se fotografía, se pinta. El aguará hace y confluye, a su vez, con otros -humanos y no humanos, monte, cámaras, computadora- en la red del monitoreo.

La valorización simbólica de determinados animales -su categorización como nativos, amenazados, prioritarios -, que refleja y actualiza una perspectiva y sensibilidad determinada, va acompañada de la preeminencia y refinamiento de lo visual. Las cámaras trampa vehiculizan una determinada relación sensible con el mundo, son constitutivas del mundo que se registra en imágenes. Actualizan una forma de relación entre vista y conocimientos zoológicos, cultural e históricamente situada. Estos dispositivos, a su vez, producen algo nuevo, los registros, nuevas entidades cuyos efectos intentamos captar etnográficamente.

Las cámaras no parecen subvertir el tipo de relación sujeto-objeto y la centralidad visual que caracteriza la racionalidad científica occidental moderno/colonial, episteme común a las ciencias naturales y sociales (Santos, 2009SANTOS, B. de S. Una epistemología del Sur. Buenos Aires: Siglo XXI: CLACSO, 2009.). La crítica proveniente de la antropología visual acerca de las relaciones entre antropólogos y retratados en contextos coloniales (y poscoloniales), sujetos devenidos objetos (culturales) en estas formas de representación, puede ser aplicada a estas formas de registrar y conocer animales. Retomando la idea de “documentación visual de la distancia cultural” que Flores (2007)FLORES, C. Y. La antropología visual: ¿distancia o cercanía con el sujeto antropológico? Nueva Antropología, [s. l.], v. 20, n. 67, p. 65-87, mayo 2007. adjudica a la antropología visual, podemos plantear que las cámaras trampa documentan y producen una “distancia natural”. Las ideas de distancia y neutralidad asociadas a las cámaras trampa actualizan los dualismos naturaleza-cultura, humanidad-animalidad.

A su vez, el monitoreo es también un diálogo con los conocimientos locales, que involucran texturas, olores, sonidos, actualizan experiencias mediante la oralidad y en términos de relaciones entre humanos y animales, incluyen intercambios, reciprocidad, memorias de miradas, de reacciones, rechazo, moralidades, muerte. El conocimiento local se basa en las experiencias, es multisensorial. No obstante, también lo es la visualización de registros del monitoreo, no solo porque los sentidos no actúan separados sino articulados (Le Breton, 2007LE BRETON, D. El sabor del mundo: una antropología de los sentidos. Buenos Aires: Nueva Visión, 2007.), sino porque estos registros se ven primero en el propio sitio donde los bichos fueron registrados, donde el monte y sus habitantes se hacen presente a través de todos los sentidos. Las cámaras alejan y acercan, eliminan el tiempo, fragmentan y recomponen lo fragmentado, tecnológicamente.

En la investigación clásica en ciencias naturales la oralidad y los saberes populares pueden dar indicios a seguir, pero algo no se confirma en tanto no existan otro tipo de evidencias que lo demuestren. La práctica dialógica del monitoreo, que va más allá de las cámaras, hacia los relatos y saberes locales, descentra la práctica biológica, se abre a la oralidad y cuestiona la manera de la academia de relacionarse con los conocimientos no científicos.

Por el lugar protagónico que ha tomado en él, el aguará deviene especie emblema del monitoreo participativo con cámaras trampa. No obstante, por otro lado, en los discursos de Julana la importancia de los bichos en sí va cambiando a la de los bichos para algo más: son conectores de personas y conocimientos, en una intervención que busca potenciar los vínculos sociales y el diálogo de saberes para propiciar un espacio donde pensar colectivamente sobre percepciones y causas estructurales de problemas ambientales. Así, las prácticas de esta intervención tensionan y recombinan conocimientos locales y científicos, sensorialidades y significados que pueden ser claves para co-habitar y co-gestionar este territorio en proceso de ambientalización.

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  • 1
  • 2
    En subsiguientes ediciones (2016 al 2020), el EFI se denominó Relaciones sociedad-naturaleza en la frontera.
  • 3
    Para un panorama amplio y en profundidad sobre las actividades y producciones del grupo universitario ver: “Relaciones sociedad-naturaleza en Paso Centurión. Aportes desde una trayectoria integral universitaria en la frontera noreste de Uruguay” (Chouhy et al., 2022CHOUHY, M. et al. (ed.). Relaciones sociedad-naturaleza en Paso Centurión: aportes desde una trayectoria integral universitaria en la frontera noreste de Uruguay. Montevideo: Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio, Universidad de la República, 2022.).
  • 4
    Con quien comparto un grupo interdisciplinario de investigación en el Centro Universitario Regional Este, CURE, Universidad de la República.
  • 5
    Se trata de dos caseríos contiguos, Paso Centurión y Centurión, que suelen tomarse como unidad social y territorial. La denominación más común para esta unidad es Centurión y es la que será adoptada aquí en adelante.
  • 6
    El Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural es una persona pública de derecho privado, creada por ley en 1967, que con el objetivo de “erradicar la vivienda insalubre del asalariado rural” apoya la construcción, reparación de viviendas y otras edificaciones.
  • 7
    Para los caseríos Paso Centurión y Centurión, los censos de 1963 y 1975 arrojan 284 y 175 personas, respectivamente. El censo de 2011 arroja un total de 163 personas para un conjunto mayor de caseríos, que incluyen a Centurión y Paso Centurión (Instituto Nacional de Estadística, 2011INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (Uruguay). Censo 2011. Montrevideo: INE, 2011. Disponible en: Disponible en: https://www.gub.uy/instituto-nacional-estadistica/datos-y-estadisticas/estadisticas/censo-2011 . Acceso en: 20 agosto 2022.
    https://www.gub.uy/instituto-nacional-es...
    ).
  • 8
    Parte entonces de la Dirección Nacional de Medioambiente (DINAMA), del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA), actual Dirección Nacional de Biodiversidad y servicios ecosistémicos (DINABISE) del Ministerio de Ambiente.
  • 9
    Aunque no imperceptible, según me señala una bióloga en una conversación: las cámaras emiten sonidos imperceptibles para el oído humano, pero audibles para los animales: “algunos los ves una vez y no los ves nunca más”.
  • 10
    En este ámbito la fotografía también sustituyó al dibujo y los relatos científicos dejando atrás las invenciones de protohumanos como trogloditas y hombres con cola (Ingold, 1994INGOLD, T. Humanidade e animalidade. Tradução de Vera Pereira. [S. l.: s. n], 1994. Disponible en: Disponible en: http://www.iea.usp.br/eventos/destaques/ingold-humanidade . Acceso en: 20 agosto 2022.
    http://www.iea.usp.br/eventos/destaques/...
    ; Pratt 1997PRATT, M. L. Ojos imperiales: literatura de viajes y transculturación. Buenos Aires: Ediciones de la Universidad Nacional de Quilmes, 1997.).
  • 11
  • 12
    Los nombres utilizados a lo largo del texto son seudónimos.
  • 13
    Clase dictada por dos biólogas, integrantes de Julana y del equipo docente del Espacio de Formación Integral, Relaciones sociedad-naturaleza en Centurión, en la Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de la República, 2017.
  • 14
    Bióloga investigadora con uso de cámaras trampa, en entrevista.
  • 15
    El latín será la referencia utilizada en comunicaciones científicas por parte de Julana.
  • 16
    Sobre proyectos conservación en un contexto ganadero ver la etnografía de Süssekind (2010)SÜSSEKIND, F. O rastro da onça: etnografia de um projeto de conservação em fazendas de gado do Pantanal Sul. 2010. Tese (Doutorado em Antropologia Social) - Museu Nacional, Universidade Federal do Rio de Janeiro, Rio de Janeiro, 2010..
  • 17
    Las cámaras utilizadas son a pila, pero un integrante de Julana que es ingeniero electrónico las adapta y les coloca baterías recargables de varios meses de duración.
  • 18
    Escuché esta denominación de un experto en zoología en nuestro país, en el Congreso Uruguayo de Zoología en 2018.
  • 19
    Todas las muestras se hallan en el Museo de Historia Natural (Mannise et al., 2012MANNISE, N. et al. Análisis genético sobre la presencia de aguará guazú (Carnivora, Mammalia) en Uruguay. Boletín de la Sociedad Zoológica del Uruguay, [s. l.], v. 21, n. 1-2, p. 30-38, 2012.).
  • 20
    En 2017 fue estrenado un documental sobre el monitoreo participativo, un trabajo de graduación de dos estudiantes en comunicación, en cuya producción, realización y edición Julana también participa (Jugando…, 2017JUGANDO en la naturaleza. Dirección: José Dell’ Acqua y Caetano López. Montevideo: Julana: Lula: Masticable, 2017. 1 video (55min11s). Disponible en: Disponible en: https://archive.org/details/jugando_en_la_naturaleza . Acceso en: 20 agosto 2022.
    https://archive.org/details/jugando_en_l...
    ).
  • 21
    En el relato cristiano el Santo Grial es la copa usada por Jesucristo en la última cena, cuya búsqueda es un elemento importante en las historias relacionadas con el Rey Arturo, que combinan la tradición cristiana con antiguos mitos celtas referidos a un caldero divino (Grial, 2021GRIAL. In: WIKIPEDIA. [S. l.]: Wikipedia, 2021. Disponible en: Disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Grial . Acceso en: 23 feb. 2021.
    https://es.wikipedia.org/wiki/Grial...
    ).
  • 22
    Este mural fue realizado en 2016 en una pared exterior del salón de clase de la escuela Nº16 de Centurión.
  • 23
    Según la leyenda que se remonta a la edad media y que retoma mitos anteriores, los lobizones eran hombres que bajo la influencia de la luna llena se transformaban en lobos (Pereira et. al., 2019PEREIRA, S. G. et al. Lobo-guará (Chrysocyon brachyurus): características gerais, mitológicas e seu conhecimento popular na região noroeste de Minas Gerais. Revista Acadêmica: ciência animal, [s. l.], v. 17, n. 1, e1700, 2019.).
  • 24
    Estas ferias son Actividades de Cultura Científica que se desarrollan en coordinación entre la Administración Nacional de Educación Pública y el Ministerio de Educación y Cultura. Cada Club participante elije un tema de investigación (Uruguay, 2023URUGUAY. Ministerio de Educación y Cultura. Clubes de ciencia. Montevideo: ME C, 2023. Disponible en: Disponible en: https://www.gub.uy/ministerio-educacion-cultura/politicas-y-gestion/clubes-ciencia . Acceso en: 20 jun. 2023.
    https://www.gub.uy/ministerio-educacion-...
    ).

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    17 Jul 2023
  • Fecha del número
    May-Aug 2023

Histórico

  • Recibido
    29 Ago 2022
  • Acepto
    24 Feb 2023
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