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“Todas queríamos ser como Simone”: Las primeras lecturas de El Segundo Sexo en Argentina

“Everyone Wanted To Be Like Simone”: The First Lecture On The Second Sex In Argentina

Resumen

La primera versión en español de El Segundo Sexo , de Simone de Beauvoir, aparece en Buenos Aires en el año 1954, en la Editorial Psique, con la traducción de Pablo Palant. Esta edición, poco conocida (la de 1962 es mucho más popular), es leída por unas pocas mujeres en Argentina. Sin embargo, ambas ediciones dejaron su huella en las feministas de los años 70 y 80. Nos interesa rastrear el impacto del libro y también cómo el estilo de vida de Simone de Beauvoir, no convencional para la época, influía en la recepción de la obra. Ella y Jean Paul Sartre constituían una pareja “libre” (libertad que también aparecía en las obras de Beauvoir); eran comunistas que iban a Cuba y antimperialistas a favor de la independencia de Argelia. Los círculos intelectuales en Argentina, proclives a la admiración de la cultura francesa, seguían las discusiones sartreanas y muchos y muchas se denominaban existencialistas. Es imposible pues separar la vida de la obra de Simone y eso aparece en los relatos de las mujeres que leyeron El Segundo Sexo em épocas tempranas y que analizaremos en el artículo.

Feminismo en Argentina; Impacto; Libertad; Relatos

Abstract

The first Spanish version of The Second Sex by Simone de Beauvoir appeared in Buenos Aires in 1954, published by the Editorial Psique and translated by Pablo Palant. This little-known edition (the one from 1962 is much more popular) was read by few women in Argentina. However, both editions left their mark on feminists of the 1970s and ‘80s. This paper examines the impact of the book and how Beauvoir's lifestyle, which was unconventional for the time, influenced reception of the work. Simone and Jean Paul Sartre were a "free" couple (a kind of freedom that also appeared in the works of Beauvoir). They were communists who went to Cuba and anti-imperialists in favor of Algerian independence. Intellectual circles in Argentina, who admired French culture, followed the Sartrean discussions and many called themselves existentialists. Therefore, it is impossible to separate Beauvoir’s life and work and this is apparent in the accounts of the first women who read The Second Sex in Argentina and that we will analyze in the article.

Argentina Feminism; Impact; Freedom; Stories

Introducción

La obra de Simone de Beauvoir se traduce entre los años cincuenta y setenta en Argentina, para un público lector mucho más amplio que el de nuestro país ya que su distribución abarcaba países de América Latina y España ( Smaldone, 2015Smaldone, Mariana. Las traducciones rioplatenses de Le deuxième sexe de Simone de Beauvoir: marcas de época en torno a la enunciación de identidades generizadas. Mutatis Mutandis, vol. 8 (2), 2015, pp.394-416. ).

La primera edición de El Segundo Sexo en castellano fue la realizada por la editorial Psique en 1954 con la traducción de Pablo Palant. Durante muchos años se creyó que la publicación de 1962, por ser la más conocida, había sido la pionera. Ese malentiendo que comentamos en Tarducci (1999)Tarducci, Mónica. ¿Pero lo leíste en los cincuentas o más adelante? Memoria de la primera edición de El Segundo Sexo. Doxa. Cuadernos de Ciencias Sociales, Año X, (20), 1999, pp.123-130. creó algunos equívocos, tanto entre quienes leyeron la obra como entre quienes investigamos el impacto de la obra de Simone de Beauvoir en Argentina.

En este artículo seguiremos el recorrido del libro comenzando por la época de su primera edición, los años cincuenta del siglo pasado, tanto en los comentarios escritos como en las palabras de las mujeres que lo leyeron en los años cincuenta y los primeros sesenta. Luego, comentaremos el impacto de El Segundo Sexo en algunas de las activistas feministas de los años setenta y ochenta en Argentina. La gran mayoría de las entrevistas para lograr nuestro cometido fueron realizadas para un trabajo que encaramos a propósito de los cincuenta años de la publicación original, en 1999, otras como parte de una investigación que estamos realizando sobre los activismos feministas de la década de los 80 en Buenos Aires.

Lecturas tempranas

Una de las primeras producciones beauvoirianas que se traduce y se publica en castellano es el artículo “Literatura y metafísica”, en el año 1947, en la revista argentina Sur y su traductora es María Rosa Oliver ( Smaldone, 2015Smaldone, Mariana. Las traducciones rioplatenses de Le deuxième sexe de Simone de Beauvoir: marcas de época en torno a la enunciación de identidades generizadas. Mutatis Mutandis, vol. 8 (2), 2015, pp.394-416. ).

Sur fue una revista cultural, fundada y dirigida por Victoria Ocampo desde 1931 y una editorial del mismo nombre que apareció dos años después. Su último número fue el 371 del año 1992. Desde su fundación y por varias décadas fue una revista imprescindible en el ambiente literario argentino. Allí publicaron Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Alicia Jurado, Julio Cortázar, por nombrar a los más reconocidos ( Diz, 2019Diz, Tania. Historia: Lecturas feministas y escritoras en los 70. Una aproximación a “La Mujer” (Sur, 1971), Somos (1973-6) y Persona (1974-5). Questões & Debates , vol. 67 (1), 2019, pp.87-110. ).

Victoria Ocampo, escritora y mecenas cultural, alentaba desde las páginas de la revista y la editorial, las traducciones de escritoras feministas, como la que se realizó en los años treinta del siglo veinte, de Un cuarto propio de Virginia Woolf.

En junio de 1950 (pensemos que la edición original de El segundo sexo era de 1949), se traduce del francés un artículo de la escritora belga Emilie Noulet, titulado “El Segundo Sexo”. Allí, la autora menciona con cierto fastidio las “mil páginas compactas” del libro, cuya lectura exige tiempo y esfuerzo. Para ella el asunto tratado es el “porvenir de la mujer”, lo que obliga a quien lo lee a “creer o no creer”. Si bien reconoce a Beauvoir conocimiento y coordinación para expresarlos, caracteriza a la obra como “irritante” y cargada de la “jerga germánica” del existencialismo, pero que no deja a nadie indiferente ya que provoca cólera o entusiasmo, ambos sentimientos “vivificantes”. Tras describir el contenido, criticando, por ejemplo, que en el segundo volumen las fuentes de sus afirmaciones sean tan dispares, culmina afirmando que el libro, “…con su centellante inteligencia, sus desigualdades, su fárrago, sus ocasionales empantanamientos, su notable síntesis, defiende una causa en que no sólo ve justicia, sino generosidad” (Noulet, 1950:22).

Dos años después de publicada la crítica de Noulet tiene lugar en las páginas de Sur la polémica entre su directora y el escritor Ernesto Sábato, que se desarrolla en los números 209/210; 211/212 y 213/214, todos del año 1952 y que comenzó como respuesta de Ocampo a un artículo de Sábato. Como señala la historiadora Marcela Nari, es extraño que en el ir y venir entre ambos haya existido un

significativo silencio, tanto si se hubiera leído como si no, del campo ya transitado por Simone de Beauvoir. Efectivamente, las ideas desarrolladas por Sábato eran las que El Segundo Sexo desarmaba ( Nari, 2002Nari, Marcela. No se nace feminista, se llega a serlo. Lecturas y recuerdos de Simone de Beauvoir en Argentina, 1950-1990. Mora , (8), 2002, pp.59-72.: 65).

¿Puede ser que Victoria Ocampo no lo haya leído? Imposible. Retomaremos este interrogante más adelante. Quien sí lo había leído es Regina Gibaja, quien desde las páginas de la revista Centro , publicada por el Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, no sólo comenta el libro, sino que responde a las afirmaciones de Ernesto Sábato en Sur ( Nari, 2002Nari, Marcela. No se nace feminista, se llega a serlo. Lecturas y recuerdos de Simone de Beauvoir en Argentina, 1950-1990. Mora , (8), 2002, pp.59-72. ).

El 19 de diciembre de 1954 aparece en el diario La Prensa un aviso publicitario de la editorial Psique y de su distribuidora, la también editorial Siglo Veinte, que anunciaba “La obra capital de Simone de Beauvoir y uno de los libros capitales de nuestro tiempo”, “dos tomos, 1000 páginas”. Invitan a leerlo las opiniones de Ashley Montagu: “El libro más serio, más sesudo, más rico y más sabio que se haya escrito jamás acerca de las mujeres, y por consiguiente de los hombres”; de Margaret Mead: “El libro es fresco y vívido porque se refiere al clima contemporáneo de pensamiento”; y de Jean Paul Sartre: “Uno de los pocos grandes libros de nuestra época”. El mismo aviso aparece en La Nación del 2 de enero de 1955.

Esta primera edición en castellano no despertó interés en Buenos Aires, al menos por lo que leemos en los diarios de la época, el escándalo que produjo en Francia (y que sí provocaron aquí novelas de la autora) ni siquiera lo comentan durante 1955 y 1956. También es cierto que tampoco existían los suplementos literarios en su sentido actual, si bien los domingos eran los días en que se dedicaba más espacio a las actividades culturales en los periódicos.

En comentarios a las obras de ficción de Simone de Beauvoir a veces se menciona a El Segundo Sexo , como cuando en la revista Vea y Lea del 26 de enero de 1956 se lee: “No sólo la novela ha encarado con éxito Simone de Beauvoir. Lo ha hecho también en el campo del ensayo y de la ciencia, como en El Segundo Sexo” , a propósito del comentario de la novela La sangre de los otros .

La escritora Alicia Jurado, amiga de Victoria Ocampo, en la revista Ciudad , criticando el contenido de las revistas femeninas de la época menciona:

Dejando de lado esta minoría, que en el aspecto intelectual al menos ha abandonado su posición de segundo sexo, para pasar a la de humano, según entiende Simone de Beauvoir ( Jurado, 1956Jurado, Alicia. Consideraciones sobre las revistas femeninas. Ciudad, (4-5), 1956, pp.10-12. ).

En 1956, Rosa Chacel, una escritora española, republicana en el exilio, que solía pasar temporadas en Buenos Aires, escribe largamente sobre El Segundo Sexo en un artículo publicado en Sur , que debería haber estado dedicado a las novelas de Simone de Beauvoir, según ella misma lo confiesa y donde no se hace ninguna mención a la edición argentina ( Tarducci, 1999Tarducci, Mónica. ¿Pero lo leíste en los cincuentas o más adelante? Memoria de la primera edición de El Segundo Sexo. Doxa. Cuadernos de Ciencias Sociales, Año X, (20), 1999, pp.123-130. ).

En este “Comentario tardío sobre Simone de Beauvoir”, Chacel apuesta a lo que “no se dice sobre Simone de Beauvoir”, en un texto farragoso y confuso que confronta con cuestiones desarrolladas en el libro como la concepción de la mujer como el “otro”, a la comparación de la mujer con otros grupos oprimidos (negros, judíos, proletarios), a la negativa de Simone de que se afirme que la mujer “piensa con las glándulas”, entre otras cosas, de manera poco fundamentada, o más bien extrañamente fundamentada. Un dato curioso es que, a diferencia de otras menciones a Beauvoir en Sur , la autora de la crítica se refiere al materialismo histórico, para cuestionarlo como “principio de la historia del hombre” ( Chacel, 1956Chacel, Rosa. Comentario tardío sobre Simone de Beauvoir. Sur (243), 1956, pp.9-35.: 16). Antes de pasar al análisis de La invitada , con el que continúa el artículo, se refiere a la buena acogida que tuvo Le deuxième sexe “entre los lectores cultos, principalmente de las lectoras” ( Chacel, 1956Chacel, Rosa. Comentario tardío sobre Simone de Beauvoir. Sur (243), 1956, pp.9-35.: 24).

En nuestras entrevistas, las mujeres que habían leído el libro en la década de su primera edición y los primeros años de la siguiente, coincidían en dos cosas fundamentales, la primera de ellas es la admiración con que se seguían las manifestaciones de la cultura francesa, al menos en las ciudades de Buenos Aires y Rosario. En segundo lugar, lo poco significativos que eran los espacios dedicados en los diarios y revistas a promover los libros que salían a la venta, y como consecuencia de ello, conocer las “novedades” tenía que ver con las visitas a las librerías de manera regular, con las recomendaciones de profesores y gente conocida que afirmaban por ejemplo, que “este libro es para vos”. Una escritora nos comentaba de manera taxativa: “En los cincuenta no existía la publicidad que hay ahora para los libros y los autores”. “La Facultad de Filosofía y Letras entonces estaba en la calle Viamonte y había un ambiente cultural alrededor, con sus bares y librerías que traían libros en francés” nos dice una lectora de la época.

Otra, estudiante de Filosofía, afirma que “lo que me llevaba a determinadas obras era mi propia indagación por las librerías”. Coincide también una estudiante de Filosofía en los años cincuenta, que leyó El Segundo Sexo en 1955 y que formó parte de la Unión Feminista Argentina (UFA) una década y media después:

El centro geográfico era la Facultad de Filosofía y Letras, todavía no se había producido la mudanza al bar La Paz1 1 Bar que aún existe pero que tuvo su centralidad como un punto de reunión intelectual y político en los años sesenta y setenta. , todavía era Viamonte alrededor de la Facultad…El ideal era Francia, no Estados Unidos. De Estados Unidos nos gustaba el jazz y las películas. Estábamos pendientes de Merleau-Ponty y de Sartre y cuál era la última publicación que venía de París. La gente iba a las librerías, había cuatro alrededor de la Facultad, estaba Galatea que vendía libros en francés.

Sin embargo, la misma entrevistada reconoce que a Beauvoir se la conocía más como la “mujer de Sartre”, y tanto ella como otras, afirman que se conocían aspectos no convencionales sobre la vida privada de ambos. Como afirmó una escritora entrevistada “Simone era una mujer lejana, una mujer francesa y las francesas hacían lo que querían, no era escándalo”.

En el caso de las mujeres entrevistadas que estudiaron en la ciudad de Rosario, el conocimiento de Sartre y de Beauvoir vino por algún profesor de Letras que se refirió en sus clases al existencialismo. Simone en esa época era como una revolución, afirma una de ellas, fue un gran impacto:

Se sabía algo de su vida privada. Se sabía de sus relaciones libres con Sartre, de compartir otros amores…Simone de Beauvoir escribía sobre sí misma, ella no ocultaba nada y eso nos maravillaba en un ambiente totalmente diferente, en donde las mujeres estaban muy presas, muy inhibidas, de costumbres muy tradicionales…

Ninguna de las entrevistadas recuerda comentarios de El Segundo Sexo en la prensa escrita en la época de su aparición y todas remarcan el impacto del libro y su divulgación “boca a boca”, dentro y fuera de las universidades. Algunas empezaron por las novelas y todas estaban al tanto del estilo de vida no convencional de la autora.

Tanto es así que una lectora de los años cincuenta de la alta burguesía confiesa haberlo leído “porque Simone de Beauvoir era un símbolo de rebeldía”.

Símbolo de rebeldía también para quien afirma que se idealizaba mucho la vida de Simone y el ambiente existencialista parisino y que, como escritora no le gustaban mucho las novelas de Simone pero no así la obra que estamos comentando, que para ella fue como si pusiera orden al malestar que sentía como mujer. “Yo estaba deslumbrada por El segundo sexo , de ahí pasé a la gran bibliografía feminista. Fue como pisar el primer escalón y después seguir subiendo”.

El libro, como aseguran sus lectoras en esas tempranas lecturas, circulaba entre un ambiente de izquierda, dicho en un sentido amplio, ya que como comentan algunas mujeres, en esa época la pareja Sartre-Beauvoir no era muy bien vista en los partidos políticos, por más de izquierda que fueran. Aunque muchos de los resquemores fueron dejados de lado por el compromiso de ambos con las luchas por la independencia de Argelia y con la Revolución Cubana.

Como lo expresa una militante trotskista de esa época, “llegó a mis manos porque el libro circulaba en el ambiente de izquierda”.

Existencialistas había pocos, y el concepto estaba asociado más bien a “bohemios, intelectuales y por supuesto a Simone y Sartre”, como nos comentaba una abogada que le envió una carta a Beauvoir cuando apenas leyó Los mandarines , y que ella contestó inmediatamente.

De todos modos, el impacto de una vida libre como la de nuestra autora, sumado a un libro que denunciaba la desigualdad entre hombres y mujeres, fue decisivo entre muchas de sus lectoras que, cuando el contexto lo permitió, conformaron la segunda ola del feminismo en nuestro país. Como fue el caso, tan peculiar, de una antropóloga que lo leyó en 1955 porque se lo recomendó una amiga nacida en la India, esposa de un famoso sociólogo argentino.

Varias de esas pioneras del feminismo en la Argentina de los años setenta lo leyeron en esta primera etapa.

Las militantes feministas de los setenta

Coincidiendo con el activismo de grupos feministas como la Unión Feminista Argentina (UFA) y el Movimiento de Liberación Femenina, en 1971 se publica el número especial “La Mujer” de la revista Sur , donde colaboraron con pequeños artículos y prestaron su nombre para una encuesta de mujeres del ámbito de la cultura. Algunas muy conocidas como Victoria Kent, luchadora por los derechos de la mujer durante la República Española, y otras que luego adquirieron notoriedad como Manuela Carmena, actual alcaldesa de Madrid.

Llama la atención que se nombre muy poco a Simone de Beauvoir, incluso menos que a Kate Millett, Betty Friedan y Robin Morgan, que son citadas en varias ocasiones. Ni siquiera Alicia Moreau2 2 Alicia Moreau de Justo fue una dirigente socialista-feminista muy importante en la historia del feminismo argentino, que vivió entre los años 1885 y 1986. lo hace.

¿Quiénes dedican algún párrafo a Beauvoir? Marta Elena Samatán ( La Mujer , 1971:52) para compartir lo expresado por Simone acerca de que el “hombre vive en la trascendencia mientras la mujer se debate en la inmanencia”.

En “La mujer y la filosofía” de Lucía Piossek Prebisch se menciona a El Segundo Sexo junto a la obra literaria de Alfonsina Storni y Gabriel Mistral.

Alicia Jurado dedica un poco más de espacio a nuestra autora, “un libro pesimista, tal vez en demasía, pero no le podemos negar inteligencia y clara exposición de los hechos” ( La Mujer , 1971:130).

En otra sección de este volumen de Sur , en la encuesta a personalidades de la cultura, sólo María Luisa Bemberg3 3 María Luisa Bemberg fue una de las fundadoras de la Unión Feminista Argentina y famosa directora de cine, entre sus películas más conocidas podemos mencionar “Camila”, “Señora de nadie”, entre otras. la nombra y cita en francés, en una frase donde afirma que “las mujeres deben tomar lo que les corresponde” ( La Mujer , 1971:198).

A propósito de esta ausencia, sobre todo de parte de Victoria Ocampo, que tampoco había citado anteriormente a nuestra autora, Tania Diz afirma que en los años setenta la revista era considerada reaccionaria y conservadora:

No es muy arriesgado afirmar que Ocampo la había leído (a Beauvoir) pero el problema es que ella nunca abandona su conservadurismo y está en contra de los movimientos de izquierda y, sobre todo de la Revolución cubana. Recordemos que hacía pocos años que la filósofa francesa, junto con Sartre, pasara una temporada en Cuba, en un contexto de celebración y compromiso con esos ideales ( Diz, 2019Diz, Tania. Historia: Lecturas feministas y escritoras en los 70. Una aproximación a “La Mujer” (Sur, 1971), Somos (1973-6) y Persona (1974-5). Questões & Debates , vol. 67 (1), 2019, pp.87-110.: 95).

Ahora bien, en las entrevistas a varias de las militantes feministas de los años setenta, el libro aparece como fundamental en sus vidas, pero algunas se preguntan si para quienes se iniciaban en las lecturas feministas, durante los años setenta, tuvo la misma importancia. En muchos de los relatos el énfasis estaba puesto en los escritos de Kate Millett o Carla Lonzi, que las convocaba más, tal vez por su escritura más ágil y por abordar de manera más directa temáticas que muchas mujeres podían sentir como cercanas a sus experiencias cotidianas, como la sexualidad, la violencia contra las mujeres, el aborto.

También hubo quien, como estudiante de Letras, lo leyera en su paso por la Universidad de Buenos Aires y que su impacto fue tal que le

cambió la manera de ver el mundo, porque yo me sentía inadaptada y mi rechazo a la ‘feminidad’ lo tomaba como un problema de falta de adaptación. Con Simone yo aprendí que eso podría ser una visión del mundo.

Pero, como ella misma relata, su incorporación a la Juventud Peronista, en 1972, la hizo ver que “Beauvoir y su militancia política eran dos mundos que no se tocaban” y recién a la vuelta de su exilio pudo unirlos.

Gabriella Christeller, una de las fundadoras de la Unión Feminista Argentina (UFA) en los años setenta, había leído El segundo sexo en su edición original y según cuenta en su autobiografía (Roncoroni Christeller, 2014) conoció a Simone de Beauvoir en sus viajes por Europa. La visitó en su casa y conversaron largamente. Cuando el hijo y nuera de Christeller caen presos a principios de los años setenta, Simone protesta ante el embajador argentino pidiendo por los presos políticos en Argentina.4 4 Tan desconocida es esta acción de Simone de Beauvoir como la que narra Piera Oria (1989) respecto al Manifiesto Feminista, aparecido en el diario Le Monde del 23 de febrero de 1978, donde se apoya la lucha de las Madres de Plaza de Mayo y que cuenta con la firma de nuestra autora.

María Elena Oddone5 5 María Elena Oddone fue la fundadora del Movimiento de Liberación Femenina en los años setenta. , según ella misma relata, llegó a El Segundo Sexo por recomendación del empleado de una librería de la que ella era clienta, a quien demandó un libro para leer en vacaciones. “¿Dos tomos para leer en la playa, y un ensayo, no tiene algo más entretenido”?, cuenta Oddone que respondió ella cuando él le ofreció la obra de Beauvoir (Oddone, 2001:64).

Ante la insistencia del vendedor que la “seguía con los dos tomos en la mano mientras me hablaba de Simone de Beauvoir”, aceptó “tomar uno de los tomos y leer el índice para encontrar algo que me decidiera a llevarlos. Leí ‘la mujer casada, la madre, la prostituta, la mujer independiente, etc.’. Me había decidido”. ( Oddone, 2001Oddone, María Elena. La pasión por la libertad. Memorias de una feminista . Asunción, Colihue-Mimbirá, 2001, pp.36-54.: 64).

Comenta que, en la playa, comenzó con el segundo tomo y en el capítulo de la mujer casada:

Me sentí deslumbrada. Vi escrita mi vida de mujer casada y madre de familia. En un lenguaje claro, directo, estremecedor, se contaba allí mi propia historia. Allí estaban las respuestas a tantas preguntas que yo me hacía y a las que respondía sólo con mi angustia. En esas páginas encontraba la explicación de esa sensación de vacío, de desasosiego que sentía a menudo y que yo combatía como algo culposo diciéndome que si tenía todo para ser feliz y no lo era, la falla estaba en mí ( Oddone, 2001Oddone, María Elena. La pasión por la libertad. Memorias de una feminista . Asunción, Colihue-Mimbirá, 2001, pp.36-54.: 65).

Oddone siente que la lectura del libro hizo que su pedestal de reina del hogar “tambaleara” para darse cuenta que, como le había dicho su marido años antes, ella era un “buen suboficial” y su error, reflexiona, es haber sido una ingenua al creerse una igual.6 6 María Elena Oddone estuvo casada con un oficial de la Fuerza Aérea Argentina.

En el libro Diario colectivo publicado en 1982, con textos que, como expresa el título, no expresan autoría identificable, una de sus autoras, a partir de la afirmación de que el feminismo la cambió porque empezó a usar el “nosotras”, dice:

Descubrí que es cierto lo que dice Simone de Beauvoir: “la mujer se siente inferior porque, de hecho, las exigencias de la femineidad la empequeñecen” y cuando logramos reconocer este hecho como algo exterior a nosotras mismas, se despiertan energías dormidas, capacidades desconocidas. Experimentarlo en mí y en otras es una experiencia maravillosa (Aldaburu; Cano; Rais; Reynoso, 1982:77).

Comentarios finales

Como muy bien lo expresó Marcela Nari, existe una discrepancia entre el impacto de El Segundo Sexo en el recuerdo y lo poco que ese impacto aparece en la época de su lectura, fue un “libro de lecturas privadas” ( Nari, 2002Nari, Marcela. No se nace feminista, se llega a serlo. Lecturas y recuerdos de Simone de Beauvoir en Argentina, 1950-1990. Mora , (8), 2002, pp.59-72.: 71).

Esas lecturas solitarias de El Segundo Sexo , expresadas en un “nunca lo leí en grupo”, en primer lugar, nos sitúa en una época anterior a la conformación del activismo feminista de la Segunda Ola en Argentina. En un contexto, además, donde la primacía de la comunicación de ideas la tenían los libros y la limitada presencia de algunas revistas culturales.

Sin la promoción que hoy gira alrededor de la aparición de libros en el mercado editorial, y sin los recursos infinitos que otorga el uso de Internet, el libro circuló en dos ámbitos paralelos: alrededor de la revista Sur , en donde, como vimos, tuvo una presencia casi inadvertida sin que su directora, que era feminista, tomara el tema con el énfasis con que había asumido, por ejemplo, la obra de Virginia Woolf. Sin embargo, desde las páginas de la revista, alguna referencia se hizo a pesar del rechazo a las posiciones de izquierda de Simone y Sartre que aquella sostenía.

Por otro lado, las mujeres que leyeron la obra y que se consideraban de “izquierda”, eran en su mayoría estudiantes universitarias durante los años cincuenta y sesenta y estaban impactadas por los libros de Beauvoir, a los que llegaron por la recomendación de profesores y libreros.

La práctica sistemática de hablar de sí misma, transformaba la vida íntima de la autora en reflexiones teórico-políticas y eso sorprendía a las lectoras de sus novelas y memorias. El halo de libertad que irradiaba la pareja era secretamente envidiado por mujeres disconformes con el lugar reservado a ellas en esos años. Su ensayo monumental completó esa percepción y le dio sentido al malestar que sentían.

Si coincidimos con Alessandro Portelli (1991)Portelli, Alessandro. Lo que hace diferente a la historia oral. En: Schwarzstein, Dora. Historia Oral: Introducción y selección de textos . Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1991, pp.36-53. , en que lo importante de los relatos autobiográficos no son los acontecimientos sino los significados que quien recuerda les otorga, para nuestras mujeres el libro fue un antes y un después en sus vidas.

En un proceso creativo de construcción del pasado, el libro se agiganta en el recuerdo de sus lectoras a medida que pasan los años. El Segundo Sexo fue un hito en sus vidas, en el sentido que Teresa Del Valle le otorga al concepto:

aquellas experiencias, decisiones y acontecimientos que al recordarlas se constituyen en una experiencia significativa....la capacidad que esos acontecimientos han tenido para desencadenar situaciones y decisiones posteriores....se descubren a través de las consecuencias que tuvieron en su momento, de la huella que dejaron bien a nivel individual y o colectivo ( Del Valle, 1996Del Valle, Teresa. Incidencia de las nuevas socializaciones en la elaboración de las memorias. En: Echevarria, Teresa (comp.). Epistemología y Método. VII Congreso de Antropología del Estado Español, Zaragoza, 1996.: 146).

Los relatos reflexivos sobre el pasado son construidos en una interacción entre las situaciones estructurales y las elecciones subjetivas y como tales son un elemento fundamental para comprender a los movimientos sociales ( Marche, 2017Marche, Guillaume. Political memoirs and intimate confessions: Analysing four US gay liberation/gay rights militants’ memoirs. Sexualities , vol. 20 (8), 2017, pp.959-980. ).

El movimiento feminista se nutre de esas historias entretejidas entre la emoción y la reflexión, y nosotras, como investigadoras, nos emocionamos también al escucharlas y las recuperamos conscientes de nuestro pequeño aporte para sostener la memoria, que siempre es colectiva.

Referencias bibliográficas

  • Chacel, Rosa. Comentario tardío sobre Simone de Beauvoir. Sur (243), 1956, pp.9-35.
  • Del Valle, Teresa. Incidencia de las nuevas socializaciones en la elaboración de las memorias. En: Echevarria, Teresa (comp.). Epistemología y Método. VII Congreso de Antropología del Estado Español, Zaragoza, 1996.
  • Diz, Tania. Historia: Lecturas feministas y escritoras en los 70. Una aproximación a “La Mujer” (Sur, 1971), Somos (1973-6) y Persona (1974-5). Questões & Debates , vol. 67 (1), 2019, pp.87-110.
  • Gibaja, Regina. Le Deuxième Sexe de Simone de Beauvoir. Centro , (3), 1952, (s/p).
  • Jurado, Alicia. Consideraciones sobre las revistas femeninas. Ciudad, (4-5), 1956, pp.10-12.
  • La Mujer. Sur . Número especial, 326-327-328, 1971.
  • Marche, Guillaume. Political memoirs and intimate confessions: Analysing four US gay liberation/gay rights militants’ memoirs. Sexualities , vol. 20 (8), 2017, pp.959-980.
  • Nari, Marcela. No se nace feminista, se llega a serlo. Lecturas y recuerdos de Simone de Beauvoir en Argentina, 1950-1990. Mora , (8), 2002, pp.59-72.
  • Noulet, Emilie. El Segundo Sexo. Sur , (188), 1950, pp.13-22.
  • Oddone, María Elena. La pasión por la libertad. Memorias de una feminista . Asunción, Colihue-Mimbirá, 2001, pp.36-54.
  • Oria, Piera. In memorian. Simone de Beauvoir . Taller Permanente de la Mujer, Buenos Aires, 1989.
  • Portelli, Alessandro. Lo que hace diferente a la historia oral. En: Schwarzstein, Dora. Historia Oral: Introducción y selección de textos . Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1991, pp.36-53.
  • Roncoroni Christeller, Gabriella. Con el corazón en llamas. Buenos Aires, Fundación Pío Roncoroni, 2014.
  • Smaldone, Mariana. Las traducciones rioplatenses de Le deuxième sexe de Simone de Beauvoir: marcas de época en torno a la enunciación de identidades generizadas. Mutatis Mutandis, vol. 8 (2), 2015, pp.394-416.
  • Tarducci, Mónica. ¿Pero lo leíste en los cincuentas o más adelante? Memoria de la primera edición de El Segundo Sexo. Doxa. Cuadernos de Ciencias Sociales, Año X, (20), 1999, pp.123-130.
  • 1
    Bar que aún existe pero que tuvo su centralidad como un punto de reunión intelectual y político en los años sesenta y setenta.
  • 2
    Alicia Moreau de Justo fue una dirigente socialista-feminista muy importante en la historia del feminismo argentino, que vivió entre los años 1885 y 1986.
  • 3
    María Luisa Bemberg fue una de las fundadoras de la Unión Feminista Argentina y famosa directora de cine, entre sus películas más conocidas podemos mencionar “Camila”, “Señora de nadie”, entre otras.
  • 4
    Tan desconocida es esta acción de Simone de Beauvoir como la que narra Piera Oria (1989)Oria, Piera. In memorian. Simone de Beauvoir . Taller Permanente de la Mujer, Buenos Aires, 1989. respecto al Manifiesto Feminista, aparecido en el diario Le Monde del 23 de febrero de 1978, donde se apoya la lucha de las Madres de Plaza de Mayo y que cuenta con la firma de nuestra autora.
  • 5
    María Elena Oddone fue la fundadora del Movimiento de Liberación Femenina en los años setenta.
  • 6
    María Elena Oddone estuvo casada con un oficial de la Fuerza Aérea Argentina.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    03 Feb 2020
  • Fecha del número
    2019

Histórico

  • Recibido
    15 Mayo 2019
  • Acepto
    20 Ago 2019
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