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Sobre el método progresivo-regresivo sartreano: una perspectiva para el trabajo social

On the Sartrean progressive-regressive method: a perspective for social work

Sobre o método progressivo-regressivo de Sartre: uma perspectiva para o trabalho social

Resumen

El artículo debate una perspectiva epistemológica generalmente omitida por el Trabajo Social especialmente a la hora de aplicar técnicas biográficas diversas. Nos referimos a los aportes de Sartre como una expresión del pensamiento marxista del Siglo XX. Las reflexiones que se sintetizan, de orden teórico/metodológico y tecno/operativo derivan de nuestra experiencia como investigadoras con métodos biográficos y no remiten a un proyecto concreto. Los objetivos del artículo son: 1.- alimentar el debate sobre las formas de pensar las prácticas profesionales como mediación entre expresiones macroscópicas y microscópicas de la vida social; 2.- en tal sentido subrayar la importancia de establecer relaciones entre lo singular y lo universal como forma de no cosificar el conocimiento en categorías universales y abstractas y; 3.- ordenar algunas advertencias o riesgos para aquellxs profesionales que incursionen en la aplicación de técnicas biográficas en el afán de comprender la existencia humana como expresión del espíritu epocal.

Palabras claves:
Práctica Profesional; Método Progresivo- Regresivo; Filosofía; Sartre

Abstract

The article discusses an epistemological perspective generally omitted by Social Work especially when applying various biographical techniques. We refer to Sartre’s contributions as an expression of Marxist thought in the 20th century. The reflections that are synthesized, of a theoretical / methodological and techno / operational nature derive from our experience as researchers with biographical methods and do not refer to a specific project. The objectives of the article are: 1.- to feed the debate on the ways of thinking professional practices as a mediation between macroscopic and microscopic expressions of social life; 2. in this sense, underline the importance of establishing relationships between the singular and the universal as a way of not objectifying knowledge into universal and abstract categories and; 3. order some warnings or risks for those professionals who venture into the application of biographical techniques in an effort to understand human existence as an expression of the epochal spirit.

Key words:
Professional Practice; Progressive-Regressive Method; Philosophy; Sartre

Resumo

O artigo discute uma perspectiva epistemológica geralmente omitida pelo Serviço Social, especialmente ao aplicar várias técnicas biográficas. Referimo-nos às contribuições de Sartre como uma expressão do pensamento marxista do século XX. As reflexões sintetizadas, de caráter teórico- metodológico e tecno-operacional, derivam de nossa experiência como pesquisadores com métodos biográficos. Os objetivos do artigo são: 1. alimentar o debate sobre as formas de pensar as práticas profissionais como mediação entre expressões macroscópicas e microscópicas da vida social; 2. nesse sentido, sublinhar a importância de estabelecer relações entre o singular e o universal como forma de não objetivar o conhecimento em categorias universais e abstratas; 3. solicitar alguns avisos ou riscos para os profissionais que se aventurarem na aplicação de técnicas biográficas, em um esforço para entender a existência humana como uma expressão do espírito da época.

Palavras-chave:
Prática Profissional; Método Progressivo-Regressivo; Filosofia; Sartre

Introducción

El artículo presenta, desde el vamos, una dificultad no explícita: mientras que el marxismo continúa teniendo una presencia viva en el mundo académico y profesional, parecería no ser así en el caso de su vertiente existencialista. Existe una meta primera a alcanzar y es que el presente trabajo permita entablar puentes de debate y reflexión conjuntas, de manera respetuosa y enriquecedora entre las diversas posturas filosóficas presentes en nuestra profesión, sin ser previamente catalogado de idealista o anacrónico.

El elenco de técnicas narrativas asociadas a la recuperación biográfica se ha ampliado en diversos campos disciplinarios, con el afán de abordar la experiencia humana en un contexto social complejo y poco condescendiente con la humanidad en su conjunto. En el campo asistencial, es el interés por la experiencia de vivir en la pobreza, el que alienta la aplicación de tales técnicas, especialmente en su versión de narrativas del yo (Chicchi, 2000Chicchi, F. (2000) Approccio biografico e grounded theory: una proposta metodologica per l’analisi delle nuove forme di debolezza sociales. Revista Sociología del Lavoro, 78/79, 28-56.; De La Paz y Díaz, 2013De La Paz, P. & Díaz, M. (2013) Trabajo Social con Narrativas orientado a la Resignificación con Personas Inmigrantes. Portularia, 13 (2), 39-47.; Guerrero, 2013Guerrero, J. (2013). Recursos Narrativos para el Trabajo Social en Grupos. Humanismo y Trabajo Social, 12, 95-108. ). No es extraño que tales técnicas adquieran relieve, cuando la tónica de la política pública asistencial es la hiperindividualización de los problemas sociales y la exigencia de dar respuestas biográficas a problemas estructurales (Castel, 1986Castel, R. (1986). De la peligrosidad al riesgo. En Alvarez-Uría, F. & Varela, J., Material de sociología critica (pp. 219-243). Madrid: La Piqueta.; De Martino, 2014De Martino, M. (2014). Familias y Estado en Uruguay. Continuidades críticas 1984-2005. Lecturas para el Trabajo Social. Montevideo: CSIC-UDELAR.). El desafío debe ser entendido con claridad meridiana, tales técnicas deben evitar hipostasiar tanto al individuo como al conjunto de condiciones sociales que lo determinan. ¿Cómo lograr tan delicado equilibrio entre individuo y sociedad, dilema histórico de las ciencias sociales y humanas?

Jean Paul Sartre, dentro del campo del pensamiento marxiano, ha tratado de elaborar una respuesta teóricometodológica que asume tal desafío. Aunque hija de los debates del Siglo XX dentro del campo marxiano, es aún válida para otorgar soporte y densidad a los abordajes biográficos que deberían siempre pretender acceder a la experiencia del ser como totalización de una realidad que se expresa en términos universales y no sólo singulares. A estos tópicos destina su obra póstuma, Crítica de la Razón Dialéctica (CRD).

El método progresivo-regresivo (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., p. 80144) al que hace referencia este artículo expresa la preocupación de Sartre por la existencia humana, esto es, por seres singulares y por cómo los procesos históricos se entrelazan en sus vidas. En pocas palabras, su preocupación es entender la experiencia humana en una sociedad de clase y, paralelamente, hacer inteligible su Historia, tarea para la cual el pensamiento marxista y marxiano no habría elaborado, según el autor, el entretejido de mediaciones necesarias y suficientes. Este método es el punto de encuentro, el nudo neurálgico entre el existencialismo y el marxismo especialmente porque el autor entiende que el marxismo carece de un arsenal teórico-metodológico para comprender la vida y subjetividad del ser humano, como ser singular y universal al mismo tiempo. Sartre acusa al marxismo por otorgar a la subjetividad, a la existencia humana, un lugar mínimo y dependiente de otras mediaciones universales (clase, modo de producción, relaciones técnicas y sociales de producción). El mayor aporte del autor francés lo constituye el colocar dicha subjetividad en diálogo con la época y con las concretas condiciones materiales que determinan la existencia humana, lo que habilita su conexión entre aquellas mediaciones abstractas y universales arriba mencionadas (Sartre, 2004a).

No obstante tal crítica no está exenta de ciertos reconocimientos y apegos a principios marxistas. Sartre (2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., p. 26) nos dice: [Marx estaba] “convencido de que los hechos nunca son apariencias aisladas; que si se producen juntos es siempre dentro de la más alta unidad de un todo, en la que están ligados entre sí por relaciones internas y en la que la presencia de uno modifica profundamente al otro”. Si Sartre se encuentra comprometido con la recuperación del sujeto en su calidad de singular, también lo está con otra comprensión o forma de entender la totalidad. En base a lo expresado en la cita anterior, la totalidad, categoría central para Marx, se convierte en CRD en una totalidad móvil, una totalidad que se totaliza a sí misma, en permanente movilidad, transformándose en “una filosofía que se convierte en el mundo” (Sartre, 2004a, p. 36) a través de la razón. La dialéctica minuciosa propuesta por Sartre exige un flujo constante de la razón entre procesos universales y singulares, desde aquellos procesos económicos más objetivos hasta las oscuridades de la psiquis humana. Ese ansía por la totalidad totalizada en tales términos, es una de las preocupaciones centrales del autor.

Expresando su fidelidad, Sartre rescata a Marx indicando sus esfuerzos por no “forzar” un “universal” a la hora de explicar un “particular”. Es decir, indica que Marx no sometía a distorsión ninguna mediación abstracta para alcanzar la comprensión de una situación particular compleja. Según el autor parisino El 18 Brumario de Luis Bonaparte es un buen ejemplo de cómo Marx (1998) intentó comprender el concepto de pequeña burguesía a partir de sus características antes de 1848, pero también teniendo en cuenta su posterior evolución. Es decir, a partir de situaciones concretas observó si era necesario modificar o no el concepto abstracto (Sartre, 2004a, p. 32-33). A partir de este ejemplo, Sartre nos dice que la historia debe ser considerada como totalidad, pero muy especialmente como totalización; es decir, una totalidad que necesita un totalizador para ser totalización (Sartre, 2004a) Esto no es un juego de palabras. Para Sartre, el concepto de totalidad abre el camino a posturas mecanicistas que pueden cosificar la propia totalidad, dándole un carácter inerte, inanimado. La totalidad cambia, se complejiza, crece y necesita ser reconstituida por el ser, a partir de la razón dialéctica, que coloca al ser humano en una posición activa frente al mundo y al conocimiento. La totalidad entendida como totalización, implica la propia dinámica dialéctica entre las diversas dimensiones de la realidad (universales, singulares, particulares) e implica el ser humano activo, histórica y cognitivamente, para comprender y reproducir racionalmente esa totalidad en totalización. La totalidad no sólo por su dinámica intrínseca es totalización, se convierte en ella por la mediación de la razón dialéctica desplegada por el ser para comprender la realidad. Es a esa totalización en andamiento que deben remitirse los hechos particulares de los seres humanos en tanto singulares. De no entenderlo así, se puede caer en banalizaciones, en un total divorcio entre teoría y praxis; lo singular y lo universal se tornarían en abstracciones formales, cosificadas, compartimentadas y alejadas entre sí (Sartre, 2004a). Esta es la preocupación y fundamentación que nos orienta a la hora de pensar no solo la investigación biográfica sino también el abordaje de diversas problemáticas que a atraviesan seres y grupos humanos concretos. Es esa razón activa y totalizadora la que debe mover la acción y el espíritu del profesional. A partir de esta postura, delinearemos a modo de cierre, algunas advertencias a la hora de aplicacar métodos o técnicas biográficas en los rígidos marcos de una política pública basada en la mera responsabilidad humana sobre su situación y destino.

Dilemas del método sartreano

Si bien Sartre plantea su método como una suerte de ortopedia o correctivo al materialismo dialéctico bajo su forma economicista, la fidelidad de Sartre a Marx y Engels creemos no puede ser discutida. El autor reitera en sus textos: “El modo de producción de la vida material domina en general el desarrollo de la vida social, política e intelectual” (Sartre, 2004a, p. 31). Ya es famoso el párrafo inicial de su ensayo El Método Progresivo Regresivo: “He dicho que aceptamos sin reservas las tesis expuestas por Engels en su carta a

Marx: “Los Hombres hacen la historia por sí mismos en un medio dado que los condiciona” (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., p. 80). Para retomar luego a Engels pocas páginas después: “Los hombres hacen la historia sobre la base de condiciones reales anteriores ...) pero son ellos los que la hacen, y no las condiciones anteriores, si no serían los simples vehículos de fuerzas inhumanas que dirigirán a través de ellos el mundo social” (Sartre, 2004a, p. 8182). Dentro de esta fidelidad también se encuentra el punto fundamental de encuentro y crítica del existencialismo sartreano al marxismo: la relación entre universal y particular, es decir, el rescate de la praxis humana frente al avance de un marxismo empobrecido teóricamente que subordinó la existencia y experiencia humana a universales tomados como leyes absolutas (Aronson, 2019Aronson, R. (2019). Revisting Existential Marxism. Sartre Studies International, 25(2), 92-98.). En palabras de Manigat (2017Manigat, M. (2017). Biografía y Marxismo: alcance del método progresivo-regresivo sartreano. Revista Mexicana de Sociología, 79 (4), 811-836.), Sartre nos dice:

Si el materialismo histórico superó el unilateralismo de los análisis del rol del individuo en los acontecimientos sociales en cuanto problemática estructurante del género biográfico, su sistematización como método de síntesis favoreció un pan-objetivismo que redujo la subjetividad a un epifenómeno (Sartre como se cita em Manigat, 2017Manigat, M. (2017). Biografía y Marxismo: alcance del método progresivo-regresivo sartreano. Revista Mexicana de Sociología, 79 (4), 811-836., p. 812).

Sartre propone pensar al ser humano como universal y singular al mismo tiempo, o como singular y genérico humano en palabras de Heller (1972Heller, A. (1972). Historia y Vida Cotidiana. México: Grijalbo.). Para abordar esta naturaleza del ser, la densidad del análisis del material empírico recogido a través de diversas técnicas y el intelecto formado del profesional, deben contornear minuciosamente lo biográfico, tratando de rescatarlo del baño de ácido sulfúrico al que fuera expuesto por un marxismo mecanicista que tan solo lo abordaba como portador o soporte de estructuras (Sartre, 2004a, p. 47).

Para ello el autor replantea un nuevo posicionamiento del marxismo en el elenco de las ciencias sociales y humanas (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada.) Es así como la psicología y la sociología aparecen como sustantivas a la hora de comprender lo humano, abandonando así la idea de una ciencia omnipresente, representada por el materialismo histórico-dialéctico. Para entretejer el conjunto de mediaciones que el marxismo ignoró a la hora de arrojar luz sobre la experiencia humana, será necesario: 1. recuperar significaciones primitivas y primarias a través del psicoanálisis; y 2. comprender diversos hechos, grupos e instituciones sociales que el ser atraviesa en su vida, para lo cual la sociología se torna sumamente pertinente. La dialéctica ágil y paciente (Arribas, 2005Arribas, S. (2005). Jean-Paul Sartre: La dialéctica ágil y paciente. Madrid: CSIC.) de Sartre va desbrozando, en tal compañía, las diversas mediaciones entre lo universal (lo conocido abstractamente) y los singular (la vivencia humana).

Sin ser infiel a las máximas marxistas, el existencialismo entiende encontrar las mediaciones que permitan engendrar lo concreto singular, la vida, la lucha real y con fecha, la persona a partir de las contradicciones generales de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., p. 58).

Pero esto no se reduce a la mera aproximación al grupo familiar, a las entidades psíquicas y otros grupos primarios. Hay que poder lograr en toda su complejidad la reconstrucción imaginaria del cruce de caminos en que se encuentran los actores de la historia, esto es, poder colocarse en ese instante preciso de lo vivido en el que el sujeto se sobrepone al conjunto de las condiciones dadas, las hace suyas o interioriza, y las transforma en un movimiento de externalización (movimiento progresivo) (Arribas, 2005Arribas, S. (2005). Jean-Paul Sartre: La dialéctica ágil y paciente. Madrid: CSIC.).

Como veremos posteriormente, esa dialéctica de la objetivo-subjetivizado y la exteriorización de lo ya internalizado son la base del proyecto humano la fuerza motora del individuo como salto y fuga hacia adelante (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., p. 86) hacia un futuro que aún no es. En tal sentido, las exteriorizaciones de lo internalizado, la objetivación de esa subjetividad previamente permeada por lo objetivo, tendrá siempre un matiz contingente. Existe espacio para lo contingente, para lo imprevisto, para la no pensado en esta propuesta sartreana. Por ello el profesional deberá tomar nota de lo que fue, es o ha sido plausible en esa vida humana pero también de todo aquel proyecto fracasado, en tanto nueva objetivación. (Sartre, 2004a & De Martino, 2014De Martino, M. (2014). Familias y Estado en Uruguay. Continuidades críticas 1984-2005. Lecturas para el Trabajo Social. Montevideo: CSIC-UDELAR.).

Pero Sartre no es el fundador del método biográfico dentro del campo del marxismo. Una primera interpretación sobre las experiencias singulares la aportan Marx y Engels. Las leyes del mundo capitalista, no solo el carácter privado de la propiedad, esto es, la cooperación entre los individuos como algo impuesto y no consciente que respalda tal tipo de propiedad; la producción de bienes diversos y mercancías y su desigual distribución, parecerían ser, en el marxismo, fuerzas poderosas independientes, autónomas que los individuos soportan y se ven constreñidos por ellas. Tales leyes generales distribuyen “como mano invisible la felicidad y la desgracia entre los hombres, creando y destruyendo imperios, alumbrando pueblos y haciéndolos desaparecer” (Marx y Engels, 1968, p. 37). Pero para el autor parisino, estas leyes se tornan en un chaleco de fuerzas para el ser. Así, recuerda que si bien Marx en La Guerra Civil en Francia indica el papel importantísimo de algunos individuos (Thiers, Blanqui) lo cierto es que la historia de la insurrección parecería estar ya definida más allá de tales personalidades (Sartre, 2004a). Manigat (2017Manigat, M. (2017). Biografía y Marxismo: alcance del método progresivo-regresivo sartreano. Revista Mexicana de Sociología, 79 (4), 811-836.) trae a la palestra a Plejánov porque el propio Sartre (2004a, p. 37 y ss.) lo trae a colación en pasajes apasionados, señalando que intentó construir una perspectiva que arroja luz sobre la relación entre singulares, circunstancias y tendencias históricas. Tratando de balancear el énfasis entre condiciones objetivas y una posible exageración del papel de lo individual, Plejánov indicó que los individuos pueden transformar la expresión de los hechos históricos en cierta medida, pero no su rumbo general, su tendencia histórica. Es imposible, para el autor, pensar que la acción de ciertos individuos pueda modificar la historia, las tendencias sociales. Sustituir tendencias universales por la potencia de lo biográfico constituye toda una “ilusión óptica” (Plejánov como se cita en Manigat, 2017, p. 816). Por otra parte, Plejánov deja clara su posición: la potencia de lo individual, la fuerza de uno o varios personajes, dependerán de su caudal educativo, político, acorde a la clase social a la que pertenecen. La densidad de un proceso social, de una corriente artística, de una escuela de pensamiento, “está determinada por la importancia que tiene para la clase o capa social cuyos gustos expresa y por el papel social de esta clase o capa (Plejánov como se cita en Manigat, 2017, p. 816). Esta es una frase precautoria, casi prescriptiva, realizada para evitar la ilusión óptica que coloca el énfasis en lo meramente subjetivo o psicológico. La postura de Plejánov fue toda una advertencia para aquellos que intentaron comprender el singular a partir del método biográfico señalando la seducción que debe evitarse, esto es, la seducción del personaje y su vida, que habilitarían la hipersubjetivizacion de los procesos sociales e históricos.

Desviaciones objetivistas en el pensamiento marxista: la anulación de la subjetividad

Como ya dijéramos aquella advertencia de Plejánov hizo mella en el pensamiento marxista y funcionó casi como un consejo de sentido común (Manigat, 2017Manigat, M. (2017). Biografía y Marxismo: alcance del método progresivo-regresivo sartreano. Revista Mexicana de Sociología, 79 (4), 811-836.). Como ya fuera dicho, fue Engels quien dotará de mayor profundad la premisa marxista de que los seres humanos construimos nuestra historia bajo circunstancias no elegidas, heredadas del pasado (Marx, 1998Marx, K. (1998) El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte. Buenos Aires: NEED.). Engel aporta su particular visión en la conocida carta a Joseph Blosch (Engels, 2001, p. 1). Engels asumirá los procesos históricos como producto de “los conflictos entre muchas voluntades individuales” [...] que se fundan en una media total, en una resultante común”. Los aspectos que hacen a la vida de todo singular y a su voluntad, parecería que queda anulada por el entretejido de las muchas individualidades y por esa media total (Remley, 2012Remley, W. (2012). Sartre and Engels: The Critique of Dialectical Reason and the confrontation on the dialectics of nature. Sartre Studies International, 18 (2), 19-48.). Para agregar, posteriormente, que los procesos históricos son “el producto de una potencia única que como un todo, actúa sin conciencia y sin voluntad” (Engels, s/f, p. 78-79). Tal vez sean estas definiciones de Engels las que impulsaron dentro del marxismo del siglo XX, el desdibujamiento de la subjetividad, de los individuos singulares y sus experiencias. Sartre es un acérrimo crítico a esta postura, indicando que la fetichización de los procesos universales conlleva una razón que también fetichiza las determinaciones abstractas que en parte los explica. Esto hace que todo hecho, proceso y vivencia se transforme en una “realidad independiente que se impone a los individuos” (Sartre, 2004a, p. 114).

Como resultado, hipostasiar lo objetivo se tradujo, en el campo académico marxiano, en la expulsión de todo rasgo biográfico, propio e irreductible a todo singular, de todo individuo concreto. Quedaron así fuera de juego, a la hora de comprender al ser humano y su existencia, todo rasgo psicológico, volitivo, personal. Fue este alto costo el que pagó el marxismo reduccionista, al colocar en un segundo plano la subjetividad y todo atisbo de individualidad: los seres singulares aparecían preformados por la historia, pero parecería que no importa conocer cómo el singular la y se conforma en ella.

Al respecto y como ya fuera dicho, Sartre respeta la máxima marxista de que el individuo hace su historia bajo condiciones que no ha podido elegir, pero Sartre agrega un concepto clave en su construcción teórica: la escasez de bienes y mercancías de diversa índole que caracterizan tales condiciones. Tal escasez estructural tensa las relaciones entre los individuos, ya que como negatividad original una vez interiorizada, corre el riesgo de transformarse en violencia (Sartre, 1973; Vásquez, 2012Vásquez, A. (2012). Sartre teoría fenomenológica de las emociones, existencialismo y conciencias posicional del mundo. Nómadas: Critical Journal of Social and Juridical Sciences, 36 (4).), En tal sentido, si bien Sartre comparte que el modo de producción de la vida material determina la vida en general, existe un matiz que lo diferencia. Esto es así porque “las transformaciones de las relaciones sociales y los progresos de la técnica no han liberado al hombre del yugo de la escasez” (Sartre, 2004a, p. 39). Aun reconociendo ello, Sartre no acuerda con colocar a la subjetividad como epifenómeno oponiéndose a las concepciones de Engels en términos de la dialéctica de la historia como una ley ajena a la accion humana y a la historia como una media de las vidas singulares.

Por el contrario, para abordar ese nudo entre agencia humana y estructura social ya no como una ecuación o promedio de acciones individuales, Sartre ha colocado el énfasis en el conocimiento de la construcción de los individuos concretos a partir de una nueva relación con otras disciplinas humanas y sociales. En tal sentido, para indagar la constitución de un singular, dentro del marco de un mundo que lo determina, realizará un aporte sumamente innovador: rescatar el lugar de la infancia, para comprender cómo se viven las condiciones materiales de existencia. Lo dice claramente al señalar que a los marxistas:

[...] sólo les preocupan los adultos; al leerles podría creerse que nacemos a la edad en que ganamos nuestro primer salario [...]. Todo ocurre como si los hombres sintieran su alienación y su reificación primero en su propio trabajo, cuando, cada cual lo vive, como niño en el trabajo de sus padres. Al chocar contra unas interpretaciones que son en demasía exclusivamente sexuales, se aprovechan para condenar un método de interpretación que pretende simplemente reemplazar en cada uno a la naturaleza por la Historia (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., pp. 61-62).

Pero la infancia no es un momento de la vida idealizado por Sartre, es más bien un paraíso envenenado al decir de Lebrun (2018Lebrun, G. (2018). Les Mots ouy les préjugés de l´enfance. Les Temps Modernes, 73 (700), 18-35.), pues la infancia es el momento de la adscripción a un grupo social y el psicoanálisis permite, además, analizar la interiorización no sólo de una clase, sino también, a modo de ejemplo, de modelos parentales y estereotipos de género. Sartre dota de una fuerte significación al psicoanálisis ya que permite balancear los condicionamientos objetivos con la influencia y determinación de la infancia en la vida adulta (Sartre, 2004a, p. 61-62). No obstante rechazó el concepto de inconsciente y coloca en primer la conciencia. Las problemáticas emocionales o psicológicas pasan así a ser entendidas como elecciones hechas a partir de una mala fe (Sartre, 2013) que es reconocida por el ser humano singular, pero no asumida conscientemente.1 1 Mala fé como autoengaño, como autocosificación del ser que niega su calidad de ser para sí y su libertad, por mínima que esta sea. El pansensualismo psicoanalítico (Arribas, 2005Arribas, S. (2005). Jean-Paul Sartre: La dialéctica ágil y paciente. Madrid: CSIC.) dio lugar a una suerte de psicoanálisis existencial que indicar que la personalidad individual surgirá de cómo se introyecta la clase de pertenencia a través de la familia y de cómo el individuo se desarraiga de ella a partir de la huida existencial de situaciones de escasez o rarificación (Sartre, 2004a, p. 92)2 2 En este aspecto, podemos encontrar cierta sintonía con Heller (1972) para quien el papel de los grupos primarios es fundamental para experimentar la clase a la que se pertenece y las relaciones establecidas con otras clases. .

El individuo, en tanto singular, tomará decisiones sobre su vida, en ese camino de desarraigo familiar (Lebrun, 2018Lebrun, G. (2018). Les Mots ouy les préjugés de l´enfance. Les Temps Modernes, 73 (700), 18-35.) y de huida de la escasez tanto subjetiva como objetiva Para ello atravesará diversos campos de lo social, objetos de estudio de la sociología especialmente. En tales campos prácticos el ser es y se construye. Reconocerlos y conocerlos plantea el desafío de cómo superar la reducción marxista de la vida a las relaciones de producción, pero también cómo evitar la reducción que realiza una sociología positivista, analítico-sintética. Lo que Sartre pretende es analizar dichos campos prácticos, su influencia en la vida de los individuos y en la conformación de la personalidad, lo que exige una apropiación critica de las herramientas propias de esa sociología no dialéctica, de tal manera que el análisis de tales campos abone el descubrimiento y definición de las mediaciones entre determinaciones abstractas y universales y la vida de los hombres como singulares. A modo de ejemplo:

[...] la presión de su grupo de producción, pero si, como es el caso de la gran ciudad, vive bastante lejos de su lugar de trabajo, estará sometido también a la presión de su grupo de habitación. Ahora bien, esos grupos ejercen acciones diversas sobre sus miembros. A veces, la “manzana” o el “barrio” (o suburbio) frenan en cada cual el impulso dado por la fábrica o el taller (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., p. 65-66).

Estos simples ejemplos de campos prácticos obligan a reflexionar sobre las tensiones entre ellos como “realidades vividas por sí mismas y que poseen eficacias particulares” y que “se interponen como una pantalla entre el individuo y los intereses generales de su clase” (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., p. 65). Además ponen de manifiesto el esfuerzo sartreano por conectar las diversas esferas de lo social con la totalidad de las relaciones sociales, dado el énfasis colocado a lo grupal. Los grupos como campos prácticos se transforman en colectivos en tanto la praxis individual se convierte en colectiva (Sartre, 2004a, 2004b) habilitando la superación del solipsismo propio de La Náusea (Sartre, 2011).

Es interesante puntualizar que infancia, familia y diversos tipos de grupos o instituciones, habilitan ese ser de clase del que habla Sartre que constituye la impronta del individuo como singular (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., p. 103). Esta indagación sobre la relación singular entre clase e infancia dentro de sus particulares condiciones, son los insumos que permitirían, de acuerdo al autor, analizar la subjetividad y el proceso histórico, o en pocas palabras, al individuo y su época. Esto es, por elevación, una crítica y una propuesta al marxismo mecanicista. El reduccionismo marxista posee una carácter progresivo y sintético: parte de categorías abstractas y universales (relaciones y modo de producción, etc.) para comprender objetos particulares y ubicarlos en su época. Sartre, por su parte, plantea un método progresivo-sintético y regresivo -analítico (Sartre, 2004a).

Basándose en el método historiográfico de Lefevbre (1981)3 3 En el artículo titulado Perspectivas de la Sociología Rural, Lefebvre (1981) nos indica que, analizando la realidad campesina de su época, su complejidad podría ser inteligible a partir de una perspectiva, que denominaba horizontal y de otra que denominaba vertical, estando ambas en sintonía dialéctica. La primera remitía a las grandes diferencias observadas en las estructuras agrarias de la época, en diversas sociedades, desde Estados Unidos a la URSS. Mientras que la complejidad vertical tenía una identidad estrictamente histórica. El autor ubicó estructuras y modalidades pertenecientes a diversas épocas conviviendo en el mismo territorio o sociedad. Propone un método que posee tres momentos, que requieren técnicas y disciplinas auxiliares. A saber: (i) Momento Descriptivo. Es decir, describir todas las facetas del fenómeno; (ii) Momento Analítico-Regresivo: consiste en ubicar la estructura agraria en cuestión en el tiempo, es decir, a partir de sus primeros antecedentes. En esta etapa debe fecharse el fenómeno desde sus primeras expresiones. y (iii) Momento histórico-genético, que implica analizar la estructura agraria en términos del desarrollo ulterior de sus antecedentes identificados en la fase anterior. Culminado tal proceso metodológico, el fenómeno podría ser explicado, no sólo descripto, especialmente al cumplir la tercera fase. Veamos ahora la única cita a pie de página que Sartre (2004a, pp. 41-42) dedica a este artículo pionero de Lefebvre. “Nosotros creemos válido este método - con la modificación que pueden imponerle sus objetos - en todos los dominios de la antropología. Es éste el que aplicaremos a las significaciones, a los individuos mismos, a las relaciones concretas entre los individuos. Este es el único que puede ser heurístico y el único que destaca la originalidad del hecho permitiendo las comparaciones”. , el autor plantea que, en el primer momento, deben analizarse profundamente y a-históricamente el hecho o situación particular. En un segundo momento, regresivamente, el analista debe llegar a las condiciones de posibilidad relativas a tal situación. ¿Cómo fue posible? ¿Por qué esta situación y no otra? ¿Era posible otra alternativa? Se trata de un viaje a través de la época donde el analista debe relacionar al individuo singular, no solo con su entorno sino con su sociedad fundamentalmente. Para ello, la intimidad, la vida familiar, los procesos históricos se relacionan y entrecruzan en un vaivén entre biografía - época (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., pp. 118-119). Un tercer momento obliga al analista a avanzar progresivamente- especialmente con la ayuda del psicoanálisis- para analizar cómo el individuo interiorizó las condiciones materiales de existencia no elegidas. Por último, en una espiral dialéctico, el analista retorna sobre el mismo camino volviendo a los hechos actuales para dejar en claro el proceso de interiorización y exteriorización de tales condicionamientos estructurales. De esta manera podríamos “determinará la biografía profundizando la época y la época profundizando la biografía (Sartre, 2004a, p. 119). Grüner (2006Grüner, E. (2006). Lecturas Culpables. Marx(ismos) y la Praxis del Conocimiento. En: Borón, A.; Amadeo, J.; González, S. (comp). La Teoría Marxista Hoy. Problemas y Perspectivas. Buenos Aires: Clacso., pp. 131-132) realiza una muy buena síntesis del método sartreano:

a. una fase de descripción fenomenológica, de observación sobre la base de la experiencia y de una teoría (o una serie articulada de hipótesis) general; b. un momento “analítico progresivo” que retorna sobre la historia del grupo en cuestión para definir, fechar y periodizar las etapas y transformaciones de esa historia; c. un momento “progresivo sintético”, que sigue siendo histórico-genético, pero que vuelve del pasado al presente en un intento por redefinir este último de manera más determinada y compleja que en la fase inicial, formulando además hipótesis tendenciales para el desarrollo futuro.

Este movimiento dialéctico permite y se asocia con lo que Sartre ha denominado como el proceso de totalización/destotalización/retotalización, llevada a cabo por un sujeto cognoscente que despliega una dialéctica minuciosa, tratando de evitar lo que el marxismo economicista realiza: “En lugar de la búsqueda totalizadora tenemos una escolástica de la totalidad. El principio heurístico “buscar el todo a través de las partes” se ha convertido en la práctica terrorista “liquidar la particularidad” (Sartre, 2004a, p. 34).

Sartre definirá su método como un vaivén entre el objeto (que resume la época como conjunto de significaciones) y la época (que contiene al objeto en su totalización) que permite alcanzar la singularidad de lo histórico, las diferencias entre los singulares, la profundidad de las experiencias humanas y las particularidades del proceso histórico. Al colocar al hombre como totalizador y lo social e individual como totalidad totalizada, otorga al ser humano: (i) la condición de ser producto de su pasado y de la Historia.; (ii) su carácter de respuesta al presente; y (iii) su naturaleza de apuesta al futuro. El futuro determina nuestro presente y en nuestro presente se condensan nuestras determinaciones y objetivaciones pasadas. También le imputa otros matices al ser humano. A saber: (i) el hombre es negatividad (niega el presente por su proyecto); (ii) es síntesis de lo objetivo y subjetivo, es mediación de una objetividad a otra por medio de la interiorización; y (iii) es ser y no ser al mismo tiempo ya que al proyectarse está también fuera de un campo práctico concreto en términos de intencionalidad. (Sartre, 2004a, pp. 80-144)4 4 Sartre hace referencia en estas páginas al Ser para Sí de su obra El Ser y la Nada. El Para Sí es pura negatividad del En Sí, denso y pura existencia o positividad. El Para Sí desorganiza al En Sí, incorporando a su positividad autocomplaciente, el mundo y sus tensiones. Remitimos a su obra El Ser y la Nada, ya que los límites de este trabajo nos impiden explayarnos sobre su concepción del ser (Sarte, 2013). .

Lo importante es tener claro que, por medio de este método, diversas ciencias sociales y humanas colaboran en el conocimiento de lo concreto porque las categorías abstractas del marxismo fungen como ordenadoras de una investigación interdisciplinaria y no como categorías a priori, cosificadas, que hunden toda subjetividad. De tal manera, y regresando al inicio del artículo, la aplicación de tal método transforma la totalidad en una totalidad viva, que se concreta en un proceso de totalización por parte de una mente totalizadora, que colocar cada hecho singular en relación con el todo.

cada hecho, una vez establecido, se interroga y se establece como parte de un todo; y es sobre él [...] como se determina, a título de hipótesis, la totalidad, en el seno de la cual encontrará su verdad. De tal manera, el marxismo vivo, es heurístico: en relación con su búsqueda concerta, sus principios y sus saberes anteriores aparecerán como principios reguladores (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., pp. 32-33).

La biografía aparece así como un constante proceso de exteriorización de situaciones, de procesos sociales condicionantes, previamente interiorizados, subjetivizados. Ahora bien, no menos importante es que el profesional, en el transcurso de tal recorrido intelectual, puedan abordar como unidad aquellos tres momentos. Para ello es decisivo el concepto del hombre como proyecto (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada.) en la medida que reúne aquellas elecciones y decisiones que dan un sentido a la vida y una dirección axiológica a la misma. La experiencia histórica de los individuos es posible, gracias a ese proceso (proyecto) que impulsa al ser humano a un salto y fuga hacia adelante (Sartre, 2004a) es decir, el impulso por superar condiciones objetivas dadas y condicionantes (he aquí la escasez entrando en juego) hacia nuevas experiencias guiadas por valores que devienen de lo objetivo interiorizado. Esta dialéctica entre lo objetivo y lo subjetivo hace que ya no sean abordados como compartimentos estancos, sino como una unidad en tensión, donde lo subjetivo es “un momento necesario de lo objetivo” (Sartre, 2004a, p. 89).

En breves palabras, concebir al ser humano como proyecto, es reconocer como viven, sufren e interiorizan subjetivamente sus diversos condicionamientos (familiares, de clase, culturales, psicológicos), es reconocer también, cómo la escasez es incorporada subjetivamente y guiada axiológicamente.

Conclusiones finales

Tres tendencias se entrecruzan en este capitalismo tardío (De Martino, 2014De Martino, M. (2014). Familias y Estado en Uruguay. Continuidades críticas 1984-2005. Lecturas para el Trabajo Social. Montevideo: CSIC-UDELAR., 2015). El despojamiento de todo cimiento estructural de los problemas socio-culturales y políticos. En segundo lugar, la traducción de estos últimos en hechos estrictamente individuales y de connotación biográfica. Y, por último, la responsabilización de individuos, familias y otros grupos primarios respecto a sus problemas, que son también relativos al orden social. Como ya fuera dicho, esta hiperindividialización e hiperresponsabilización tal vez se relacione con el predominio de ciertas técnicas que apelan a la narración del yo sobre sus circunstancias y procesos. En el campo asistencial esto es relativamente claro: ante la definición biográfica de problemas estructurales, obviamente el imperativo es sondear el devenir humano, como responsable por la administración de los riesgos por los que atraviesa (De Martino, 2015De tal manera que el ser humano que accede a la asistencia, pierde estatus ontológico siendo una mera sumatoria de atributos en general negativos. Ese homo pauper construido cultural y materialmente, reúne atributos negativos imputados a la pobreza y funciona a manera de un nuevo antrophos especialmente en los marcos de la asistencia (De Martino, 2018). Pero ahora es el concepto de riesgo quien asume dicho estatus, ya que parecería que aquellos que no administran sus riesgos de manera biográfica, son individuos de riesgo. Sobrevuela aquella denominación propia del Siglo XIX de clases peligrosas, aunque se utilice el eufemismo de en riesgo (Castel, 1986Castel, R. (1986). De la peligrosidad al riesgo. En Alvarez-Uría, F. & Varela, J., Material de sociología critica (pp. 219-243). Madrid: La Piqueta.).

De allí la necesidad de analizar una propuesta que sondea al individuo en tanto singular que expresa un universal, resumidamente, un orden social y su espíritu. Tal hiperindividualización de los problemas estructurales, debe contrarrestarse con la necesaria relación entre las determinaciones abstractas (leyes del capitalismo) y las vidas singulares.

Luego de lo escrito, es necesario enfatizar algunos aspectos, a modo de advertencias o posibles riesgos tanto de orden teórico/metodológico como tecno-operativo, a la hora del abordaje de diversas problemáticas humanas a través de técnicas o métodos biográficos. Tales aspectos se separan a los solos efectos de la exposición.

En primer lugar, debe recordarse la máxima sartreana que nos indica que el hombre se construye a partir de lo que la sociedad y los otros han hecho de él. Y se construye a partir de una conciencia situada, de un en sí anclado en la carencia y que se proyecta a partir de acciones volitivas axiológicamente guiadas, como ya fuera dicho. Pero lo que queremos indicar aquí es que, en el rescate de esa conciencia situada, por tanto limitada, las instituciones juegan un papel fundamental. La praxis individual, que debe ser descubierta y comprendida, es síntesis de condiciones estructurales y de la libertad humana, por limitada que se encuentre. En tal sentido, cobra relevancia la frase: “Valéry es un intelectual pequeño-burgués, no cabe la menor duda. Pero todo intelectual pequeño-burgués no es Valéry” (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., p. 57). Es decir, sólo será posible aprehender la singularidad si se la sitúa en un todo específico, sincrónica y diacrónicamente. Debe recordarse que los hechos singulares no son ni verdaderos ni falsos por naturaleza; su condición de verdad o no, solo puede ser comprendida si relacionamos “la mediación de las diferentes totalidades parciales con la totalización en curso” (Sartre, 2004a, p. 44). En otras palabras, deberá tenerse en cuenta que el singular no totaliza lo universal en tanto universal, Lo totaliza específicamente, esto es, a través de mediaciones como lo son los diversos grupos prácticos (familia, barrio, lugar de trabajo, sindicato, grupo de pares, diversas instituciones) Pero el movimiento es un vaivén: el orden social lo totaliza a él, lo condiciona e impregna a través de instituciones que se focalizan en el singular. Esto significa un proceso de totalización recíproca, en el que identificar y analizar el significado de grupos e instituciones es primordial, especialmente en términos de su intervención en la vida cotidiana de los seres humanos y a modo de vectores para totalizar lo universal. Desde el otro “lado”, debemos verlas desde la perspectiva del ser singular, quien las introyectará o interiorizará de manera vertical (biográficamente) y horizontal (las características del todo social en el que vive). En las matrices de protección asistencial, lo institucional se revela como una mediación que necesariamente deberá ser incorporada, ya que el estado es una meta institución con una función animadora de los escasos recursos de los pobres (Donzelot, 2017Donzelot, J. (2017) De la invención de lo social a la ciudad asediada. Entrevista a Jacques Donzelot. Cuadernos de Trabajo Social, 30 (2), 273-284.; Costa, 2018Costa, P. Para una crítica del régimen epistemopolítico neo-positivista en Salud Mental: Notas a partir de J. Samja y JP Sartre. (2018). En Actas de la 17 Jornadas de Investigación, Montevideo, 2018. Montevideo: Universidad de la República, 2018.).

En segundo lugar y de manera complementaria al ítem anterior, no debe dejarse de lado el análisis de los grupos primarios, pero con los recaudos indicados por Ferrarorti (1981Ferrarorti, F. (1981). On the autonomy of the Biographical Method. En Bertaux, D. (Ed.) Biography and Society: The Life History Approach in the Social Sciences. London: Sage.). Esto es, el grupo primario posee una función aorística, es decir, sería el número dentro de una serie entre el hoy y el futuro, en sentido aristotélico pero es un número indefinido, sin una clara proyección al futuro, es denso pero amorfo. En tal sentido, los grupos primarios son la síntesis del orden social que debe ser necesariamente desplegada dialécticamente, en el sentido en el que venimos hablando desde inicios del artículo. Especialmente como espacio de introyección de las condiciones de existencia, de la inscripción a una clase y de conformación de la psiquis humana, procesos profundos y desconocidos, por ello un lugar insondable en la serie del transcurrir de la vida. Pero también deben analizarse como espacio primigenio a partir de los cuáles comenzará la serie de “saltos y fugas” hacia el futuro que aún no es. Lo aorístico de los grupos primarios debe ser necesariamente desanudado y proyectado.

Esta importancia de los grupos primarios trae a colación otro aspecto a destacar, que debería ser contemplado. Sartre es claro en ello, en una nota al pie: el profesional o investigador que se embarca en la aplicación de técnicas biográficas, hará parte de la misma, en cierto sentido (Sartre, 2004a, p. 37) Por tanto es básico registrar el feed-back, la retroalimentación de la relación sujeto-objeto. El/la otro/a nunca será mi objeto de conocimiento, la pureza de la objetividad es inalcanzable en este tipo de técnicas. Ese conocimiento objetivamente inalcanzable significa que necesariamente deberé incorporar a mi análisis la intersubjetividad creada en el encuentro y, por otra parte, también necesariamente deberé tener en cuenta que el otro u otra no es mi objeto, sino que lo es su interrelación con una totalidad viva (Ferrarorti, 1981Ferrarorti, F. (1981). On the autonomy of the Biographical Method. En Bertaux, D. (Ed.) Biography and Society: The Life History Approach in the Social Sciences. London: Sage., 1991). Esto significa un pensamiento sumamente complejo y afinado en el siguiente sentido:

Que Valéry es un intelectual pequeño burgués está fuera de dudas. Pero no todos los intelectuales pequeño burgueses son Valéry. La inadecuación heurística del Marxismo - y permítasenos agregar, del método biográfico tradicional- está contenida en esas dos proposiciones. Para aprehender los procesos que producen a la persona y sus producciones dentro de una clase y sociedad dadas en un momento histórico dado, el Marxismo carece -al igual que la sociología- de una jerarquía de mediaciones... [Uno debe] encontrar las mediaciones que pueden dar nacimiento a lo singular concreto, la vida, y la lucha histórica real, fuera de las contradicciones generales de las fuerzas productivas y las relaciones de producción (Sartre, 2004aSartre, JP (2004a). Crítica de la razón dialéctica. Tomo I. Buenos Aires: Losada., p.57-58)

El tercer aspecto a señalar es el relativo al proyecto, que define la condición humana y no es una mera concepción filosófica. Es una construcción fáctica e imperativamente debe ser una construcción fáctica también para el profesional o investigador. Una construcción fáctica que debe totalizar intención y realidad; voluntad y proyecto ya sea éste exitoso o fracasado. Al decir de Sartre: “La verdad de la praxis imaginaria está en la praxis real, y aquélla, en la medida en que se tiene por simplemente imaginaria, envuelve unos retornos implícitos a ésta como a su interpretación” (Sartre, 2004a, p. 49). Lo real y lo imaginario (lo que impulsa el salto hacia adelante y la fuga de la escasez) se reúnen en una praxis concreta que se expresa en las diversas objetivaciones en las que el sujeto enraíza su vida. Tales objetivaciones deberán ser debidamente comprendidas en esa dialéctica entre lo real y lo imaginario, lo subjetivo y lo objetivo, lo volitivo y lo imprevisto, en una síntesis que disuelva tales pares dicotómicos en una unidad racional y fáctica a la vez. Este carácter fáctico es resaltado por Gorz y Macció (1969Gorz, A. & Macció M. (1969). Sartre y Marx. La dialéctica sartreana y la crítica de la dialéctica objetivista. Córdoba: Pasado y Presente.) en un escrito ya clásico: “[Para Sartre] ...la dialéctica no tiene base alguna a menos que en primer lugar tenga experiencia de sí misma “como un doble movimiento en el saber y en el ser” (p. 115).

Resumidamente, en la trama existente entre lo universal y lo singular, entre ser y saber, pensamos que existen algunas mediaciones que deberán necesariamente ser tenidas en cuenta a la hora de la aplicación del método. A saber: 1.- la concepción del individuo como proyecto, mediación de naturaleza práctica entre lo dado y a lo que se aspira; 2. - las necesidades sentidas, materiales y simbólicas; las creencias de los agentes - individuales o colectivos - sobre sí mismos. Esto es, aspectos subjetivos/simbólicos/imaginarios; 3.- los hechos concretos desarrollados por tales agentes. Aspectos objetivos/materiales/ prácticos. Lo que se hace a partir de lo que se cree hacer. Estos dos últimos puntos no nos deben hacer creer en una dicotomía entre los subjetivo y lo objetivo, sino en el análisis de los campos prácticos en los que estos aspectos se expresan en conductas concretas; 4.- aquellas mediaciones provenientes de la biografía personal; 5. - aquellas otras provenientes de las estructuras históricamente consideradas; 6. - la relación entre el ser -consciente y el mundo; e, 7. - ideologías y acciones de los agentes como campos prácticos donde se totaliza una praxis ya colectiva (Sartre, 2004bSartre, JP (2004b). Crítica de la razón dialéctica. Tomo II. Buenos Aires: Losada.).

Por último, todo profesional que apueste al método sartreano deberá tener en cuenta que más que un carácter correctivo tiene un carácter eminentemente político. Expresa la lucha contra toda expresión idealista aún dentro del campo del marxismo. Idealismo que en la existencia humana percibió un peligro, el de subjetivizar. Luchar contra todo tipo de idealismo significa, en el marco de este articulo y dentro de sus límites, reconstruir una totalización viva, que coloque nuevamente a los seres humanos y su experiencia como derivados y constituyente de un orden social y no como epifenómenos meramente subjetivos y biográficos. Significa desanclar a los seres humanos de los dominios de un lenguaje institucional que reduce su voluntad y libertad a límites, a veces, atroces e inimaginables. Simplemente permite aportar cierta cordura y coherencia epistemológica al accionar profesional, ni más ni menos.

Agradecimientos

Não se aplica.

Referencias

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  • Vásquez, A. (2012). Sartre teoría fenomenológica de las emociones, existencialismo y conciencias posicional del mundo. Nómadas: Critical Journal of Social and Juridical Sciences, 36 (4).

Notas

  • 1
    Mala fé como autoengaño, como autocosificación del ser que niega su calidad de ser para sí y su libertad, por mínima que esta sea.
  • 2
    En este aspecto, podemos encontrar cierta sintonía con Heller (1972) para quien el papel de los grupos primarios es fundamental para experimentar la clase a la que se pertenece y las relaciones establecidas con otras clases.
  • 3
    En el artículo titulado Perspectivas de la Sociología Rural, Lefebvre (1981) nos indica que, analizando la realidad campesina de su época, su complejidad podría ser inteligible a partir de una perspectiva, que denominaba horizontal y de otra que denominaba vertical, estando ambas en sintonía dialéctica. La primera remitía a las grandes diferencias observadas en las estructuras agrarias de la época, en diversas sociedades, desde Estados Unidos a la URSS. Mientras que la complejidad vertical tenía una identidad estrictamente histórica. El autor ubicó estructuras y modalidades pertenecientes a diversas épocas conviviendo en el mismo territorio o sociedad. Propone un método que posee tres momentos, que requieren técnicas y disciplinas auxiliares. A saber: (i) Momento Descriptivo. Es decir, describir todas las facetas del fenómeno; (ii) Momento Analítico-Regresivo: consiste en ubicar la estructura agraria en cuestión en el tiempo, es decir, a partir de sus primeros antecedentes. En esta etapa debe fecharse el fenómeno desde sus primeras expresiones. y (iii) Momento histórico-genético, que implica analizar la estructura agraria en términos del desarrollo ulterior de sus antecedentes identificados en la fase anterior. Culminado tal proceso metodológico, el fenómeno podría ser explicado, no sólo descripto, especialmente al cumplir la tercera fase. Veamos ahora la única cita a pie de página que Sartre (2004a, pp. 41-42) dedica a este artículo pionero de Lefebvre. “Nosotros creemos válido este método - con la modificación que pueden imponerle sus objetos - en todos los dominios de la antropología. Es éste el que aplicaremos a las significaciones, a los individuos mismos, a las relaciones concretas entre los individuos. Este es el único que puede ser heurístico y el único que destaca la originalidad del hecho permitiendo las comparaciones”.
  • 4
    Sartre hace referencia en estas páginas al Ser para Sí de su obra El Ser y la Nada. El Para Sí es pura negatividad del En Sí, denso y pura existencia o positividad. El Para Sí desorganiza al En Sí, incorporando a su positividad autocomplaciente, el mundo y sus tensiones. Remitimos a su obra El Ser y la Nada, ya que los límites de este trabajo nos impiden explayarnos sobre su concepción del ser (Sarte, 2013).
  • Agencia financiadora

    No se aplica.
  • Aprobación por Comisión de Ética y consentimiento para participación

    No se aplica.
  • Consentimiento para publicación

    Consentimento da autora.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    16 Oct 2020
  • Fecha del número
    Sep-Dec 2020

Histórico

  • Recibido
    14 Feb 2020
  • Acepto
    15 Mar 2020
  • Revisado
    18 Jun 2020
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