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Ética: el derecho, la moral y la religión en el mundo moderno

RESEÑA

Kaneji Shiratori I

IDoutora, Professora Associada do Programa de Pós-Graduação Mestrado em Enfermagem (PPGEnf) - Universidade Federal do Estado do Rio de Janeiro (UNIRIO). Coordenadora do Núcleo de Extensão, Pesquisa e Extensão da Faculdade do Futuro Manhuaçu MG. Brasil. E mail kanejish@yahoo.com.br.

Comparato, Fabio Konder. Ética: el derecho, la moral y la religión en el mundo moderno. São Paulo: Companhia das Letras, 2006. 716p.

¿Puede haber algo más valioso que el alcance de la felicidad? La felicidad es la recompensa de esfuerzos constantes y direccionados y, como tal, es el foco de atención de la ética. El sentido que se le da a la ética en este compendio se basa en su comprensión cuanto a su alcance como un sistema de deber-ser que, largo y contradictorio, en la mayoría de las veces, de la religión, la moral y el derecho. Subraya la actual convergencia del pensamiento para una "visión integradora de las sociedades y las civilizaciones". Este es un estudio histórico y estructural, fuertemente subsidiado de reflexiones, críticas y perspectivas del deber-ser humano, no sólo en el ámbito de las ideas, pero expresando los modos de vida y las ideas de algunos pensadores que han repercutido en la sociedad de forma general, hasta el momento contemporáneo. Señala, que para la comprensión de los hechos históricos es necesario que el esté interconectado de los conocimientos originarios de la economía, sociología, antropología, derecho, geografía, lingüística de determinados períodos, y, por se estar en una era global se requiere la intercomunicación de todos los pueblos de la Tierra. Se presentan los diversos sentidos y los tratamientos obtenidos por la ética y la moral en toda la historia de la humanidad, que se discuten y se presentan en tres partes: la primera establece el pasaje del mundo antiguo al mundo moderno, en lo cual se observa la hegemonía ideológica, originaria de Europa (siglo XVI), que ha predominando hasta el siglo XX, que ha establecido las bases del pensamiento moderno; la segunda, subraya el por qué de la época de las contradicciones; y, la tercera, se encuentra la ética en un mundo donde se exige que prevalezca el deber-ser solidario - con la técnica y la ética se completando para dar impulso a la unión de los pueblos y las civilizaciones, con las perspectivas de construcciones teóricas y institucionales de la nueva ética. El fulcro de la comprensión de la sociedad actual, se encuentra en el período histórico que COMPARATO, basado en Karl Jaspers, llamó de axial (eje histórico de la humanidad), aquél comprendido entre los siglos VIII a II a.C., donde se enunciaron los principios fundamentales y se establecieron las directrices de la vida, los cuales están en vigor hasta hoy. Se enfatiza la necesidad de reconsiderar la totalidad de los tres principales sistemas para regular la conducta humana - la religión, la moral y el derecho, que en las civilizaciones antiguas, formaban uno solo; en el mundo moderno, ellos se distinguen y se oponen unos a otros. La libertad en el mundo antiguo, correspondió exclusivamente a una participación del individuo en la vida política. Por lo tanto, sólo los ciudadanos, o sea, los que tenían el derecho a participar en las decisiones públicas, eran considerados libres y socialmente eran absorbidas por el grupo social - el clan, la familia, la tribu, la ciudad, aunque se sometieren a las costumbres de sus antepasados en la regulación de sus vidas privadas. Contrariamente a la época contemporánea, en que predomina el tener sobre el ser, con la mentalidad y las instituciones regidas por el capital, en la antigüedad, se evidencia el desprecio por las tareas mecánicas y por la mercantilización. La rotura de la comprensión de la libertad en el mundo antiguo se verifica en el período axial con el surgimiento de la fe monoteísta y del conocimiento filosófico, basado en la razón. Las religiones locales o nacionales comenzaron a desaparecer, dando lugar a la religión universal de Dios uno y verdadero. El monoteísmo judío, que inauguró la nueva fase presentó una característica revolucionaria, presentando el vínculo entre la religión y la ética, en que se observa en el Decálogo más del 50% preceptos morales y no culturales. En la modernidad, se evidencia la mentalidad bajo la ideología individualista del capitalismo, con las libertades privadas acentuando el derecho a resistir a la interferencia del Estado. En el ámbito religiosos, se puede verificar las consecuencias éticas de las diferencias entre San Francisco de Asís y Santo Tomás de Aquino. San Francisco de Asís, presentado por base la paradoja prescrita por Jesús en el Evangelio: "Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará." (Lucas, 9:24). En Santo Tomás, por el contrario, el criterio supremo de la vida ética es el justo medio-término, preconizado por Aristóteles: nada de excesivo. San Tomás de Aquino, gran promotor de la razón filosófica en el análisis de los preceptos religiosos. En Brasil, la noción de la ética sigue siendo interconectada para la fruición de las franquicias privadas, pues la condenación de una figura pública que roba, no difiere, sustancialmente, del acto de la persona de quien también lo practica. Sin embargo, existe una gran dificultad en apropiarse de la comprensión de que una política de privatización del Estado, o de la deuda pública, es infinitamente más nociva para la sociedad de hoy y el futuro del país, que la práctica de una malversación de fondos. La razón de eso está en la falta de espíritu republicano, denunciado por Frei Vicente del Salvador (1627) "Ningún hombre sobre la tierra es republico, ni vela y trata del bien común, pero cada uno del bien particular". Se vislumbra que la globalización humanista debe concebir la tecnología relacionados con la ética para evitar cualquier interrupción de la humanidad, porque "la ética ignorante del conocimiento tecnológico, es ineficaz y vacía." Por lo tanto, la ciencia y la técnica deben ser reconocidas como patrimonio de la humanidad, si se pensar el gran proyecto de humanización mundial. En conclusión, el autor señala el sentido ético de la vida, señalando las lecciones de sabiduría mitológicas y de sus interpretaciones; el propósito de la vida humana y el sentido ético de la historia. El verdadero sentido de la vida es la pacífica y armoniosa convivencia de todos los seres humanos, pues es preferible la desaparición que la búsqueda insensata de la inmortalidad, degradando a todo y todos. Vivir no es un simple existir biológico, es existir en el contexto del mundo con todos los contrastes y los conflictos, la armonía y la construcción de la historia.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    11 Jun 2010
  • Fecha del número
    Mar 2009
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