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Hijas del desamor. Efectos de la perversión femenina materna en la constitución subjetiva de sus hijas*1 *1 Los resultados preliminares de esta investigación fueron presentados en el Congreso de la Asociación de Pesquisa en Psicopatología Fundamental, en Curitiba.

Filhas da indiferença. Efeitos da perversão feminina materna sobre a constituição subjetiva das filhas

Daughters of indifference: effects of the mother´s female perversion on the daughters’ subjective constitution

Filles de l’indifférence. Effets de la perversion féminine maternelle sur la constitution subjective des filles

Töchter der Gleichgültigkeit. Auswirkungen der weiblichen Perversion von Müttern auf die subjektive Verfassung ihrer Töchter

女儿的冷漠:母亲的变态对其女儿的主观意识的影响

Resúmenes

Este artículo tiene como objetivo esbozar algunas de las características comunes de pacientes que comparten la triste realidad de ser hijas de madres probablemente perversas. La investigación se basó esencialmente en el método clínico. En el artículo se discuten inicialmente algunas ideas teóricas en torno a la perversión como estructura y sus efectos constitutivos en el otro. Luego se presentan los casos a partir de los datos que fueron relevantes a la clínica. Se sistematizan aquellos síntomas que parecen compartir las pacientes que tienen en común, en principio, ser hijas de madres con esta estructura. Se culmina con algunas de las encrucijadas en el análisis y la investigación con estas pacientes.

Perversión; clínica; mujer; psicoanálisis


O objetivo deste artigo é esboçar algumas das características comuns de pacientes que compartilham a triste realidade de ser filhas de mães possivelmente perversas. A pesquisa baseou-se principalmente no método clínico. No artigo, inicialmente discutem-se algumas ideias teóricas em torno da perversão como estrutura, e seus efeitos na constituição do outro. Em seguida, são apresentados casos com base em dados clinicamente relevantes. São sistematizados os sintomas que as pacientes compartilham e que têm em comum, basicamente, ser filhas de mães com essa estrutura. Conclui-se com algumas das encruzilhadas da análise e pesquisa com essas pacientes.

Perversão; clínica; mulheres; psicanálise


This paper aims to outline some of the common characteristics of patients who share the sad reality of being daughters of probably perverse mothers. The research was based primarily on the clinical method. In the paper some theoretical ideas about perversion as structure are initially discussed. Based on clinically relevant data, cases are presented. Symptoms that seem to be shared by these patients, in principle, being daughters of mothers with this structure, are systematized. It concludes with a series of crossroads in psychoanalysis and research with these patients.

Perversion; clinic; women; psychoanalysis


Cet article vise à décrire quelques-unes des caractéristiques communes de patients qui partagent la triste réalité d’être les filles de mères probablement perverses. Notre recherche s’appuie avant tout sur la méthode clinique. L’article discute initialement quelques idées théoriques sur la perversion en tant que structure et ses effets sur la constitution de l’autre. Ensuite, nous présentons des cas à partir de données pertinentes du point de vue de la clinique et nous systématisons les symptômes partagés par les patients, soit, en principe, le fait d’être des filles de mères qui présentent cette structure. Nous concluons par une série de croisement de données de l’analyse et de la recherche auprès de ces patients.

Perversion; clinique; femmes; psychanalyse


Dieser Artikel beschreibt einige gemeinsame Merkmale von Patientinnen, dessen traurige Realität es ist, Töchter von perversen Müttern zu sein. Unsere Nachforschungen basierten in erster Linie auf der klinischen Methode. Anfänglich diskutieren wir diverse theoretische Grundlagen zur Perversion als Struktur, dann stellen wir Fälle anhand von klinisch relevanten Daten dar. Wir systematisierten anschließend die Symptome, welche die Patientinnen scheinbar teilen. Was diese im Prinzip gemeinsam haben, ist die Tatsache, dass sie Töchter von Müttern sind, die diese Struktur aufweisen. Zum Schluss wurden die Daten der Analyse mit den Untersuchungsdaten dieser Patientinnen gekreuzt.

Perversion; Klinik; Frauen; Psychoanalyse


本文的目的是揭示出患者的一些共同特征:她们是变态母亲们所造成的冷漠的女儿。作者以临床为基础,首先讨论关于女人变态的相关理论,围绕变态是如何构成的,而它又是如何影响其它人的。其次,作者提供了相关的临床资料。最后,论文系统总结了这些患者所显示的共同症状和她们的共同特征—亦即患者们是变态母亲的女儿。本论文对比了有关此类患者的精神分析学研究成果,提出了相关结论。

变态(perversão); 临床; 女人; 精神分析


Introducción

En los marcos de un consultorio,1 1 Subordinado al Ministerio de Salud Pública, y enclavado en el Campus de la Universidad de Matanzas, sostuvimos durante casi quince años una consulta de psicología con orientación psicoanalítica. se dejan escuchar las más diversas narraciones de miserias neuróticas y ordinarias (Safoan, 2000Safouan, M. (2000). Miseria neurótica y miseria ordinaria. Revista Colombiana de Psicología. 9, 61-64.); sin embargo, el análisis de los casos clínicos se ordena siempre a posteriori. El que presentamos emergió revisando, sincrónicamente, las notas que se habían reunido en varios expedientes de los acumulados por la clínica en ese espacio.2 2 Esta revisión formó parte de varias fases del proyecto “Estudios de psicopatologías” financiado por la Universidad de Matanzas y asociado a la ALPPF. Enlazados por un eje común que nuestro inconsciente, caprichosamente, decidió recortar bajo el rótulo hijas del desamor, sugió esta sistematización de casos a partir de reportes de casos ya consolidados, que decidimos nombrar según la expresión usada por una de ellas.

El eje de análisis que impuso el material empírico con que se contaba, se relacionaba con cierta peculiaridad común en la demanda de varias de las mujeres en consulta a lo largo de ese período; pacientes femeninas cuyas madres se percibían como carentes de amor neurótico, o más específicamente, con un deseo perverso sobre ellas.

Como el tema de la perversión, y específicamente la perversión femenina, es bien polémico, acotaremos primero algunas ideas en torno a este campo, para luego dar cuentas de cómo la paciente neurótica sufrió y sufre su propia configuración de sujeto a partir del lazo imposible a una madre perversa. O, al menos, cómo emerge este vínculo en su relato.3 3 Una de las más interesantes producciones del nexo psicoanálisis-etnografía-literatura, es la producción del análisis del relato clínico. Ojalá con ello estemos contribuyendo además a la clínica con pacientes en cuya historia constitutiva la perversión del otro haya hecho mella.

La perversión femenina

Para entender el fenómeno de que se trata, acordemos un recorte de definición inicial, dentro del amplio y complejo espacio de lo humano que ha sido llamado perversión. Como la propia idea de la perversión ha sido tan polémica, acá remitiremos la definición apenas a sus líneas mínimas en la constitución estructural, genética, y vincular: la recusa como mecanismo constitutivo, la posición de corrimiento del deseo del otro, la incapacidad de vincularse al otro desde el reconocimiento de su deseo y la objetivación del otro.

Así definida, desde un psicoanálisis entendido como alternativa epistémica que extrae su saber del lazo social (Machín, 2006Machín, R., & Santana, L. (2006, dez.). Los borrosos límites del diagnóstico de las psicosis. Revista Latinoamericana de Psicopatología Fundamental, IX(4), 611-635.), podemos entender entonces que lo que el perverso desafía no es al otro, ni a una ley, ni siquiera a La Ley, sino al otro en su estatuto sancionador de esa Ley. La recusa — denegación4 4 Como se expresa en la segunda entrada de la definición de recusar por el diccionario de la RAE “2. der. Impedir legítimamente la actuación de un tribunal, juez, perito etc., en un procedimiento o juicio”, este término remite primigeniamente a lo que en verdad estaba identificando Freud, y que si bien en portugués se ha traducido como recusa, en español se ha preferido denegación, como término más común evitando la marca jurídica; sin embargo denegación es menos esencial para entender el proceso de constitución de la perversión. (http://www.wordreference.com/definicion/recusar) “recusar. (Del lat. recusāre). 1. tr. No querer admitir o aceptar algo. 2. tr. Der. Poner tacha legítima al juez, al oficial, al perito que con carácter público interviene en un procedimiento o juicio, para que no actúe en él.” RAE [Subrayado del autor] sin embargo para denegar aparece la definición “denegar. (Del lat. denegāre). 1. tr. No conceder lo que se pide o solicita.” [Subrayado del autor] “2 No querer admitir la competencia de una persona para alguna cosa.” VV. AA. (1914). «recusar», en Real Academia Española: Diccionario de la lengua castellana, decimocuarta edición, Madrid: Sucesores de Hernando, p. 874. Última consulta: 10 de abril de 2015. http://www.archive.org/stream/diccionariodelal00realuoft#page/874/mode/2up — como mecanismo propio de la perversión como estructura, se originaría en el espacio de destitución del Otro de su lugar de juicio de valor.

Si bien mucho se ha escrito sobre la constitución de esta estructura, y las especificidades en la mujer (Martin-Mattera, 2014Martin-Mattera, P. (2014, set.). Perversão nas mulheres ou perversão feminina. Uma questão de sexuação. Revista Latinoamericana de Psicopatología Fundamental, 17(3-suppl.), 720-737.) los costos para el que depende de él o ella para su propia constitución han sido relativamente menos explorados (Martin-Lavaud, 2014Martin-Lavaud, V. (2014, set.). Perversion maternelle et troubles du comportement de l’enfant: l’exemple de D’ylan, Object du caprice de sa mère. Revista Latinoamericana de Psicopatología Fundamental, 17(3-suppl.), 706-719.). Puesto que no se trata sólo del apego, sino de algo más esencial, como la capacidad de reconocimiento del lugar subjetivo del otro5 5 Tanto en su vínculo con sus hijas como en el vínculo con su partner. —, este lazo puede acarrear consecuencias sobre el sujeto en constitución.

La pregunta entonces sería: ¿Qué pasa cuando una madre no coloca al niño en el lugar de deseante, e incluso al padre, le regatea su estatuto de sujeto?

El vínculo de las hijas con la perversión materna

Los estudios tradicionales sobre el tema se agrupan, según otros autores en las siguientes perspectivas: psicoanalítica -en su tradición anglosajona-, de la teoría feminista, los estudios socio-cognitivos, y los de la teoría del apego (Scher et. al., 2006Scher, A. et al. (2006). The Dual Viewpoints of Mother and Child on Their Relationship: A Longitudinal Study of Interaction and Representation. In O. Mayseless (ed.), Parenting Representations (pp. 149-176). [Online]. Cambridge Studies in Social and Emotional Development. Cambridge: Cambridge University Press. Available on 26 May 2015 from: Cambridge Books Online <http://dx.doi.org/10.1017/CBO9780511499869.006>.
http://dx.doi.org/10.1017/CBO97805114998...
). En ese orden propuesto, todos los estudios elegidos curiosamente comparten una tendencia “clasificatoria” de los posibles vínculos maternos en un orden lógico discreto y, por otro lado, una tendencia de predicción fatalista.

Por otra parte, una tradición psicoanalítica otra, entendida como una teoría del lazo social (Machín, 2015Machín, R. (2015). La defensa perversa: indicadores ontogenéticos, estructurales y clínicos, revisados desde una perspectiva vincular del psicoanálisis. Ponencia para I Colloquio La psicología y el psicoanálisis en la praxis social. UNAB, junio 2015.), pocas referencias directas ha aportado a la intelección de la huella de una madre perversa en la constitución subjetiva de un sujeto neurótico, en particular de una mujer.

De todos modos, aún cuando no se ha sometido a revisión directa, los costos de ese peculiar vínculo se pueden derivar de su modelo de interpretación de la perversión algunas de las alternativas para el neurótico que se constituyó en las cercanías de la propuesta de un lazo materno perverso. A partir de las conclusiones de Piera Aulanier sobre la perversión, cabría esperar serias dificultades en el reconocimiento de la ley paterna, las cuales podrían ser vividas con angustia, o ser constitutivas de una subjetividad también perversa, o en el peor de los casos psicótica. De las tesis de Joël Dor (1987Dor, J. (1987). Estructura y perversiones. Gedisa: Barcelona, 2006./2006), cuya ambivalencia sobre la posibilidad de la perversión en la mujer es evidente, se puede pensar sin embargo que la ausencia de una propuesta de lazo desde el perverso, pida al neurótico un desplazamiento de la figura materna. Con Elizabeth Roudinesco (2009)Roudinesco, E. 2009. Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos. Barcelona: Anagrama. podríamos coincidir en que el(a) perverso(a), convocaría al neurótico al encuentro con su propia perversión. De Julia Kristeva (1980/2006Kristeva, J. (2006). Poderes de la perversión. Mexico: Siglo XXI. (Trabalho original publicado em 1980).), se podría entender que la sensación de abjección sobre sí mismo y el propio cuerpo, serían resultados probables de una hija de madre perversa.

Granof y Perrier (1964/1980)Granof, V., & .Perrier, F. (1980). El problema de la perversión en la mujer. Barcelona: Editorial Crítica, Grijalbo. (Trabalho original publicado em 1964)., en la polémica sobre la posible perversión femenina, apuestan por una interesante alternativa, ver los destinos perversos de la pulsión femenina, privilegiando el fetichismo como alternativa más probable.6 6 “Más fácil será́ la salida perversa en la que el hijo, objeto, juguete, cabeza de turco, concentrará́ en él, los fuegos cruzados de la relación perversa” (Granof y Perrier, 1964, p. 93). Esta perspectiva, enriquece el análisis para lo que nos interesa, pues de ello pordría derivarse que una alternativa sería considerar estas madres como convocantes de un vínculo que le ofrece al hijo neurótico apenas el lugar de apostar a ser elegido en algún momento como fetiche, y por tanto trasladarse eternamente tras esa zanahoria.

Por último a todas estas especulaciones teóricas podrían añadirse algunos anticipos del fundador del psicoanálisis, antes de concentrarnos en la revisión de los casos clínicos.

Una casi imperceptible referencia primicial se puede hallar en la carta de Freud a Fliess (1896) donde colocaba para la perversión en el momento actual del sujeto, una represión imposible o no intentada, lo cual es asimilable al modo en que la perversión es percibida del lado del neurótico. O sea, ésta identificada desde lo que transferecialmente evoca la presencia del perverso en el neurótico.

Luego en la misma carta nombraba la histeria como una perversión desautorizada (Freud, 1896/1994Freud, S. (1994). Cartas a Wilhem Fliess 1887-1904. Buenos Aires: Amorrortu, 1994. Edición Original S. Fischer Verlag, Francfort del Meno, Alemania, 1986 (Trabajo original publicado en 1896).). Si bien Freud en ese texto ya adelanta la posibilidad de una perversión femenina; y de paso se adentra también en los efectos sobre la mujer de la perversión, sólo analiza el caso del padre perverso.7 7 Krafft Ebing, Psychopalhia sexualis (1886), citado en la carta de Freud a Fliess el 3 de marzo de 1897.

La primera mención a la fórmula de la neurosis como negativo de la perversión, aparece en la carta de 1897 “No estoy lejos de la idea de que en las perversiones, cuyo negativo es la histeria (…)” (Freud, 1896/1994Freud, S. (1994). Cartas a Wilhem Fliess 1887-1904. Buenos Aires: Amorrortu, 1994. Edición Original S. Fischer Verlag, Francfort del Meno, Alemania, 1986 (Trabajo original publicado en 1896)., p. 241) y alude a esto en el contexto de las fases generacionales de la histeria, que viene de una carta anterior a Fliess.

La otra alusión imprescindible en su obra es la referencia a lo sacro, como punto de demarcasión entre neurosis y perversión “«Sagrado» es lo que descansa en que los seres humanos en aras de la comunidad más vasta han sacrificado un fragmento de su libertad sexual y de perversión.” De este modo subraya lo axiológico en el núcleo constitutivo de la perversión: “Por eso es antisocial — la cultura consiste en esta renuncia progresiva — (…), el ‘superhombre’.” (Freud, 1986/1994Freud, S. (1994). Cartas a Wilhem Fliess 1887-1904. Buenos Aires: Amorrortu, 1994. Edición Original S. Fischer Verlag, Francfort del Meno, Alemania, 1986 (Trabajo original publicado en 1896)., p. 270). Esta cita tendrá consecuencias posteriores en varios de sus textos pero sobre todo en su obra “El malestar en la cultura”.

Más adelante, en el mismo manuscrito, reconce por primera vez que la duda es del yo no del inconsciente y desliza así, implícitamente, cómo la neurosis es por esta razón, muestra antitética de la perversión. “Ante mi se presenta como problema el de la ‘elección de neurosis’. ¿Cuándo un hombre se vuelve histérico en lugar de paranoico? Un primer intento (…) (suponía) que se trataba de la edad en que ocurrieron los traumas sexuales, de la edad del vivenciar (…). Esto se dejó de lado hace mucho tiempo, después permanecí en una total ignorancia hasta hace pocos días cuando se me ofreció un nexo con la ‘teoría sexual (…)” “La capa inferior en la formación laminar sexual es la del autoerotismo, que renuncia a una meta psicosexual y pide sólo la sensación que satisface localmente. Es relevada después por el alo-homo- y hetero-erotismo pero sin duda persiste como corriente particular. La histeria (y su variedad, la neurosis obsesiva) es aloerótica, su cauce principal es en efecto la identificación con la persona amada. La paranoia torna a disolver la identificación, restablece todas las personas de amor de la niñez (…) y disuelve al yo mismo en personas ajenas (…) La formación de perversión correspondiente seria la denominada locura originaria.” (Freud, 1896/1994Freud, S. (1994). Cartas a Wilhem Fliess 1887-1904. Buenos Aires: Amorrortu, 1994. Edición Original S. Fischer Verlag, Francfort del Meno, Alemania, 1986 (Trabajo original publicado en 1896)., p. 427-428). Dejando así también adelantado el fenómeno narcisístico que luego se asociaría con la estructura perversa.

Por esa época, ya enuncia también la otra hipótesis que sería luego tan repetida por otros psicoanalistas, sobre la el mecanismo inicial de defensa ante la creencia donde la denegación imcompatibiliza la aparición de la neurosis obsesiva y la histeria para condicir por vía de la paranoia o la perversión. Y luego remata con la duda sobre una cuestión aún no resuelta: “Queda pendiente averiguar si el mecanismo de la proyección depende por completo de la predisposición individual o si es escogido por determinados factores temporales y contingentes” (Freud, 1896/1994Freud, S. (1994). Cartas a Wilhem Fliess 1887-1904. Buenos Aires: Amorrortu, 1994. Edición Original S. Fischer Verlag, Francfort del Meno, Alemania, 1986 (Trabajo original publicado en 1896).), p. 105).

Volvamos entonces a nuestro objeto, analizando la posible perversión en el lugar de madre. ¿Qué puede pasar entonces cuando una mujer con propuestas de lazo cercanas a esa estructura está en el lugar de madre?

Como ontológicamente las posibilidades pueden ser bien variadas e impredecibles, y una elucidación estructural abstracta, ya sabemos a los atolladeros que conduce, acá nos detendremos apenas en algunos de los efectos en mujeres que llegaron a la clínica con una historia de madre probablemente perversa, de entre los pacientes evaluados en los últimos 15 años.

La falla del amor en el lazo

Cuando nombramos Amor aparecen imágenes que trascienden las posibles conceptualizaciones del término. Tanto en la alta como en la baja tradición,8 8 O si se quiere en el discurso de las ciencias, las artes, la Teología, como discurso sistemático o simplemente en el discurso popular como expresión del pensamiento cotidiano, según la versión marxista. Barthes (1993/1977Barthes, R. (1993). Fragmento de un discurso amoroso. Siglo XXI: México. (Trabalho original publicado em 1977).) mediante, se mueven significantes a lo largo un discurso fragmentario e inacabado, que precisan ser contrastados. Sin embargo, en cuanto le acompañamos otro significante, las imágenes precipitan en vínculos que parecieran prefijados. Cuando se menciona Amor con apellido, todos creen saber de qué se trata: Amor maternal, amor para vivir, vivir por amor, amor por el prójimo, amor propio, amor filial, amor por lo imposible, amor por su cuerpo, amores que trastornan, amores que matan, trastornos que trastornan el Amor. Los significados aparecen de la intepretación en los tres niveles que el propio Freud propuso: universales, particulares e individuales.

A pesar de que ese malentendido resultado del intento por transmitir en palabras lo que se siente, en el nivel particular, el imaginario cubano insiste:9 9 Percutir, se ha antojado para la cultura cubana en el acto identitario del repetir, con emergencias en casi cualquier forma de expresión desde la poesía (Sexto, 2007; -), hasta el humor “Lo digo y lo repito y no es matraca mía”.

De los padres y de las madres se espera amor. De los hijos se espera amor. ¿Qué pasa entonces cuando no ocurre así? En lugar del amor se instala el desamor. En lugar de un deseo de darse a ese Otro se instala un deseo de someter10 10 Como uno de los signos inequívocos de la tercera estructura. Aulagnier, P (1967). (lo). En vez de disfrutar a ese ser que te engendra, solo aparece un ser que “no te disfruta ni te deja que lo disfrutes…”. Allí donde la castración falló como renegación (Aulagnier, 1967/2003Aulagnier-Spairani, P. (2003). A perversão como estructura. Revista Latinoamericana de Psicopatología Fundamental, I(3), 43-69. (Trabalho original publicado em 1967).), se operaba la caída del Otro como su sancionador (recusa), y este giro más esencial que la propia negación, marca para la mujer una renuncia también al juego del sujeto de deseo en el vínculo. Como madres, se mostraron incapaces de sostener siquiera una duda. Allí donde el sujeto espera una frase incompleta, por lo general del lado de la sintaxis (Barthes, 1977/1993Barthes, R. (1993). Fragmento de un discurso amoroso. Siglo XXI: México. (Trabalho original publicado em 1977).), sus hijas obtuvieron en el mejor de los casos un significante pleno, sintácticamente completo y usualmente en imperativo: “No me molestes”, “Déjame quieta”, “Búscate algo que hacer”; que retorna en el tiempo de la clínica percutiendo, eso sí, como la susodicha frase Barthesiana pero en clave de angustia o inhibición.

Relectura de los casos

La primera causa común que resaltó en estas pacientes, fue el ser excluidas de varios espacios de salud anteriores, por no poseer un síntoma que ofertar de los disponibles en los manuales de trastornos mentales. No tener, en principio, nada más que brindar que la queja sobre su sufrimiento sostenido por años en el vínculo con sus madres, las dejaba de nuevo desamparadas. Ahora ante nosotros sus progenitoras eran nombradas con culpa, en los marcos de un imaginario social que mitifica a las madres, como “especiales”, y que por tanto juzga y culpa a quien las descalifique. El modo de “hablar de la madre” había sido, para muchas de ellas, motivo para una segunda — o tercera — exclusión en su búsqueda de un lazo social en el cual ser relevante para alguien.

El momento de la demanda

Luego de varios años, fue relevante el hecho de que ciertas mujeres habían llegado a nuestro servicio buscando ser ayudadas, por tener “una mala relación con sus madres”. Así, el momento de la demanda, fue el que aportó la dimensión común a todas. Desde este partimos en el análisis de las similitudes y diferencias de cada caso clínico. Por razones diversas han considerado que lo deben resolver en estos momentos: porque “deben atenderlo por enfermedad”, porque “siguen conviviendo juntos”, porque “ya se han puesto viejos…”, porque se sienten culpables de no quererlos lo suficiente.

Resaltaba entonces el hecho de que en ningún momento hubiesen considerado que el familiar tuviese crítica del fenómeno. Como casi siempre, es esta una conjetura neurótica. Las teorías son hechas usualmente desde la neurosis — incluso la teoría que nos trae el neurótico a la consulta como novela familiar —, que en última instancia es la que se pregunta por el resto de las estructuras y en relación a ella las lee.11 11 Esta idea ha sido defendida en otros textos, se puede revisar al respecto Machín y Santana, (2006) “Los borrosos límites del diagnóstico de las psicosis” Revista Latinoamericana de Psicopatología Fundamental, IX(4), 611-635.

En la relatoría de su vida, una paciente refiere que le preguntó a la madre porqué nunca era cariñosa con ella y aquella le contestó “yo no sé, porque es así”. Otra madre ante la misma interrogante dijo: “que ella no era así [atenta, con deseos de escuchar a su hija…], que cada cual es como es…” y otra ante la insistencia apenas alcanzó a responderle “que ella no iba a sentir nunca eso…que no podía”. Así se presentan estas pacientes, tratando de entender su relación con alguien que — a su pesar —, ya les habían dejado explícito que ni van, ni quieren cambiar nada. Una vez en consulta solicitan ayuda para intentar variar o extirpar (se) algo porque lo que los une a esas personas es un lazo que no se desata con la ley, la pluma, o la palabra.

¿Qué otro lazo puede ofrecer la clínica a estas pacientes que habiendo crecido vinculadas a quien sólo evocaba su lado oscuro (Roudinesco, 2009Roudinesco, E. 2009. Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos. Barcelona: Anagrama. (2007)), esperan reencontrarse con la madre amorosa?

La infancia y su retorno en la clínica

Estas niñas crecieron con los derechos elementales: estar vivas, comer, vivir en el hogar… sus derechos (pocos) y muchos deberes. Además de las funciones como estudiantes, hubo otras que, eran igual de importantes y exigidas con creces. Pasó a ser cotidiano que asumieran múltiples responsabilidades: labores hogareñas, cuidado de hermanos. “Una familia de cuatro hermanas se acerca para interceder por una de ellas: la hermana mayor que tuvo que suplir el rol de la madre quien nunca se ocupó de su cuidado por estar haciendo sus cosas. Ella desde niña se dedicó a sus hermanitas. No se casó, ni tuvo hijos, apenas pudo estudiar”. En otro caso la hija mayor comenta con sufrimiento que “tuvo que llevar siempre en paralelo todas las funciones y que nunca fue reconocida por ello. Le hacían sentir que estaba cumpliendo con su deber”.

Mientras otras niñas se preocupaban por jugar y por estudiar, estas lo hacían cuando se podía. “tenía que llevar a mis hermanos a jugar conmigo a casa de mis amigas” contaba un caso. A pesar de todo “no cumplo las expectativas nunca” comentaba otra.

El sufrimiento por no ser ubicadas en el lugar esperado, del modo que repetidamente se construye el común de los neuróticos, es sentido aquí, más que con angustia, con resignación. ¿Será que habrán sido preparadas para que el desamor no las sorprenda?

Carecieron de mimos, no fueron premiadas con besos, caricias. Nadie les dijo que eran felices por su existencia, que estaban orgullosos de ellas. ¿No completaron a nadie? ¿O sí? ¿Acaso no es esto sólo el discurso sufrido de aquellas que evidentemente se estructuraron como otros: neuróticos? ¿Entonces o “el amor” fue dado por un sustituto, que quizás no ha sido nombrado en consulta o “la posibilidad de amor” (o “el desamor” nombrado aquí) funda la neurosis también?

Hijas sometidas y culpadas. La culpa fue un mecanismo eficaz en su crianza: si protestaban, si no asumían, si se quejaban. “A una paciente una vecina (amiga de la madre) la culpó directamente por un intento de suicidio de la progenitora aludiendo que ella no era buena hija, que quería más al padre y que por eso su madre sufría…” En otros casos la culpa es móvil en la actualidad: una paciente nos dice “necesito que me ayudes porque ya mi madre está vieja y si esto sigue así…yo no me puedo quedar con esta culpa…yo tengo que hacer algo, pero ya no sé qué”.

Pedir ayuda desde pequeñas parecía ser algo normal pero sin resultado: otra nos confesó “haber rastreado a la psicóloga de sus padres” a la que se le presentó así: “yo no puedo reír”, no llegaba a los 20 años pero recuerda que siendo niña su madre la había consultado porque “hacía una mueca” y “se veía feo eso en la escuela” y que ella, en ocasiones, “llamaba llorando por teléfono a sus tías”.12 12 Probablemente una de las derivaciones de la abyección sobre sí a la que aludía Kristeva (1980/2006).

Para estas pacientes, por lo general, el pedir ayuda se torna especialmente difícil, lo hacen como último recurso. Es sentido en el vínculo casi como “limosna con escopeta”. Parecen no creer en el ruego ni en perdón, ni solicitan ni esperan, ni aceptan. En Cuba decimos “como el cuento del gato”.13 13 Se trata de un chiste popular en el cual a través de lo cómico se ilustra la postura del que no obtiene nada del vínculo porque pretende anticiparse a una certidumbre que a su vez es la que sostiene su posibilidad de respuesta anticipada, sería algo así como el reverso lo que Lacan llamó en enero 1962, aserto de certidumbre anticipada, y sobre lo cual volvió luego en varias ocasiones, entre otras, once años después, en el seminario de 1973. Se trata en última instancia de una sobre — acentuación en el trazo imaginario del proceso de identificación por el imposible encontrado en la demanda de sostén de deseo en la madre en el proceso identificatorio (Lacan, 1957-1958/2001aLacan, J. (2001a). El seminario. Libro 5. Las formaciones del inconsciente. Buenos Aires: Paidós. (Trabalho original publicado em 1957-1958).; 1962/2001bLacan, J. (2001b). El seminario. Libro 9. La identificación. Buenos Aires: Paidós. (Trabalho original publicado em 1962).; 1972-1973/2001dLacan, J. (2001d). El seminario. Libro 20. Aún. Buenos Aires: Paidós. (Trabalho original publicado em 1972-1973).).

Este elemento, por demás insignificante en el proceso de constitución subjetiva, reaparece en el sujeto en consulta como forma de lo que algunos psicólogos les ha gustado llamar urgencia temporal (González Rey, 1989González Rey, F. (1989). La personalidad su configuración y desarrollo. Félix Varela: La Habana.), o poca tolerancia a la frustración. Se trata de la corroboración de que la certeza de sí aparece en el movimiento del otro, pero se carece de la paciencia para aceptar el vacío entre el tiempo de pensar y el de decidir; la angustia nace en el breve intervalo del péndulo suspendido y les reduce a un mínimo imperceptible la tolerancia a la duda.14 14 “Pero ¿a qué clase de relación responde tal forma lógica? A una forma de objetivación que ella engendra en su movimiento, es a saber a la referencia de un “yo” [“je”] a la común medida del sujeto recíproco, o también: de los otros en cuanto tales, o sea: en cuanto son otros los unos para los otros. Esta común medida está dada por cierto tiempo para comprender, que se revela como una función esencial de la relación lógica de reciprocidad. Esta referencia del “yo” [“je”] a los otros en cuanto tales debe, en cada momento crítico, ser temporalizada, para reducir dialécticamente el momento de concluir el tiempo para comprender a durar tan poco como el instante de la mirada” (Lacan, 1956/2000). Es común que cada una de estas mujeres en consulta, recuerda a su modo un síntoma emergiendo de la duda del otro. Allí, la sutil línea de la interpretación de la trasferencia entre el semblante y la iatrogenia se hace más delgada aún para el analista. Una buena supervisión en esta encrucijada no estaría de más.

La posición del oTRO15 15 Intencionalmente invertimos la grafía para significar las peculiares situaciones en las que se encontraron estas pacientes con un padre borrado del lugar de la ley, minimizado ante madres fálicas, convertidas a oTROS, que evaden su lugar de sujeto de deseo y a la vez son incapaces de sostener(se) ante el deseo de sus hijas y la omnipotente ley de una esposa perversa. progenitor también apareció en consulta. Mencionaron por ejemplo que hubo padres que se enfrentaban a la mala actitud de la madre con la hija, otros que paleaban la situación tratando de educar a los hijos amando al otro progenitor a pesar de todo y otros se esfumaron en la dinámica. En todas, una apuesta “mayor” por el padre combinado,16 16 “Pero como el padre combinado no existe, está el padre por un lado y la madre por otro […] eso pone seriamente en cuestión que pueda jugarse a todo o nada el plus de goce contra la vida eterna” (Lacan, 1970/2001c, p. 105). que una vez descubierto que no existe conduce repetitivamente a la fantasía de la muerte. Muerte que en ocasiones se torna auto-mutilación, como forma de goce.17 17 Aquí de nuevo, el relato de estas pacientes en ocasiones más que a un suicidio como acto en lo real, nos conducía a la idea de automutilación moral, lo cual nuevamente nos conduce a la imagen propuesta por Kristeva (1980/2006).

Describieron en consulta a madres con una irresistible necesidad de sometimiento de todos, incluidos los hijos, con sutiles formas y métodos. Mostrando “risa” cuando han logrado algo; “gritos y ofensas” cuando no. Nos cuenta, otra de estas pacientes para ilustrar que “no entendía la posición adoptada por su madre”: “yo empecé a llorar y ella se echó a reír…” El resultado es una peculiar interpretación de La moral, la ley, el Otro.

Una “caracterización de sí mismas como personas” siempre hacen estas pacientes. Se “definen”: “hiper-responsables”, “quisquillosas”, “sobre-preocupadas”, “trabajólicas”. No falta el comentario sobre a quién quieren y a quien no, como si fuera necesario exponer que eso está claro. En varios de los casos nos decían que no “desfilan”, “evitan las pasarelas”, “los escenarios”, “las tribunas”, haciendonos saber las formas que utilizan para ocultar su ingenio, sus dones, su intelecto. Al miedo, la inseguridad, les acompañaba en algunos casos la imposibilidad de gritar que se es exitoso son sus acompañantes fieles.

Fue común que aparecieran significantes asociados a la complejidad en el análisis de sus situaciones y las de otros: “Profunda”, “compleja”, “acuden a mí para hablar de sus problemas”.

Esto último apareció relacionado con otra imagen de sí que las atrapaba: Se consideraban cuidadoras por excelencia. Tanto quienes ya son madres como quienes no pueden serlo, manifiestaron sentir devoción por la maternidad, con preocupación por hacerlo bien. ¿Vacío que no se llena? ¿Maternidad como completud? ¿Conciencia de esto?

Incapaces de sentirse ni “parte de alguien” y ni “centro del mundo”. Necesidad de reforzamiento. A cada paso se espera una aprobación que nunca es suficiente; cuando falta porque no llega, cuando se pasa18 18 Exactitud que por identidad es un imposible. En otro trabajo nuestro se puede ver cómo es difícil no hallar esto como parte de la identidad imaginaria del cubano cuya exactitud, al menos en el imaginario compartido es definida como dudosa, desde los próceres hasta los que lo traen como síntoma (Machín y Santana, 2010). “Imagen social en los márgenes del fluido imaginario; el sujeto que sufre.” Ponencia presentada en el IV Congreso de la AUPPF, Curitiba, Brasil, con los resultados de una investigación preliminar sobre el imaginario social cubano a partir del discurso de los pacientes. por falsa. Mientras otras sufren el que puedan dejar de quererlas estas tienen esa premisa como punto de partida. Es seguro que pueden no quererlas y se la pasan comprobándolo.

Sobre estas mujeres aún nos queda por preguntar ¿Qué pasa con aquellas por fuera de un análisis? ¿Qué “salidas” se han inventado? A pesar de “la mala vida”19 19 Como acostumbraba a nombrar su día a día una de estas pacientes. ¿se quedan ahí sufriendo? ¿Intentan entender lo que pasa para ver si pueden modificar algo? ¿Resuelven el problema intentando un no-vinculo, “levantando muros”?

Escapar ha sido una vía explorada en todos los casos pero separarse y hacer una vida independiente les resulta casi imposible. La dificultad para irse a vivir a un departamento separado del de la familia de origen en el contexto cubano, les hacía necesitar de la vivienda de los padres o de la construida en matrimonio. Este hecho obligaba a una convivencia prolongada con otros y para estas pacientes ha tenido un costo especial: “mi madre se quedó sola en la casa. Yo vivo con mi pareja, en la casa de sus padres en un cuartito independiente… pero allí pobre del que me moleste. Para hablar conmigo tienen que esperar a que me despierte…” ¿Sin poder controlar a la madre, se satisface con otra madre a quien controlar?20 20 O será una de las vertientes del encuentro con la propia perversión a que nos remite la hipótesis de Roudinesco (2009). Otro caso reflexiona sobre sus decisiones “Yo no puedo irme de mi casa porque sólo tendría la casa de mi madre y con ella yo no puedo vivir. Por eso tengo que estar con mi esposo aunque no lo quiera ya…” Y así nos dice otra “yo tengo que hacer lo que ella quiere porque para dónde me voy a ir?” Aun cuando han logrado supuestamente “separarse” vuelven una y otra vez buscando repuestas, esperando un cambio, intentando obtener de una vez eso que nunca se tuvo.21 21 De estas y otras formas similares emerge el objeto disfrazado en el discurso de estas pacientes.

Volver sobre la familia de origen, una y otra vez. La repetición en torno al drama familiar, que una vez una terapeuta de familia le había interpretado como imposibilidad de cortar el cordón umbilical, y otra paciente decía de sí misma tener en su defecto “varios cordones umbilicales”. Este síntoma aparece enmascarado en las más disímiles justificaciones: “El cuidado de los padres es un deber de los hijos”; “Si se enferman…”; “Sólo tengo a mi madre y el padre de mi hija, sólo ellos pueden hacer por mí”

Conclusiones: Una cuestión liminar a toda escucha necesaria a estas mujeres

Estas puntulizaciones que hemos ido mostrando acá, son apenas una primera aproximación, desde la clínica, a los trastornos del amor en estas personas o, si se quiere, al sufrimiento del neurótico en su relación con una supuesta perversión materna.

Como estructuras de funcionamiento la neurosis y la perversión han sido diferenciadas esencialmente en torno a su posición con un Otro. Otro que es necesitado, añorado y sufrido en la neurosis; recusado y sometido en la perversión (Freud, Lacan, 1957-1958/2001aLacan, J. (2001a). El seminario. Libro 5. Las formaciones del inconsciente. Buenos Aires: Paidós. (Trabalho original publicado em 1957-1958).; 1975-1976/2006Lacan, J. (2006). El seminario. Libro 23. El sinthome. Buenos Aires: Paidós. (Trabalho original publicado em 1975-1976).; Aulagnier, 1967/2003Aulagnier-Spairani, P. (2003). A perversão como estructura. Revista Latinoamericana de Psicopatología Fundamental, I(3), 43-69. (Trabalho original publicado em 1967).; Machín, 2015Machín, R. (2015). La defensa perversa: indicadores ontogenéticos, estructurales y clínicos, revisados desde una perspectiva vincular del psicoanálisis. Ponencia para I Colloquio La psicología y el psicoanálisis en la praxis social. UNAB, junio 2015.).

El vínculo de sujetos con estas estructuras, según se percibe del lado del neurótico, es siempre un camino interesante y aún por recorrer, una angustia que adquiere aquí matices más allá del exceso de significante predicho por Lacan, para adquirir diversas formas de “(…) consistencia (…)”, otorgadas “(…) al goce del otro (…)” (Schejtman y Godoy, 2009Schejtman, F., Godoy, C. (2009, ene./dic.). Hacia el sinthome de la inhibición, el síntoma y la angustia. Anuario de investigaciones. Facultad de Piscología ISSN 1851-1686), UBA: Bs As, XVI ,157-160. Recuperado de <http://www.scielo.org.ar/scielo.php.
http://www.scielo.org.ar/scielo.php...
: 159).

Si bien, como Freud intuía, en la genealogía de la histeria de la niña, hay algo del orden de la perversión, real o fantasmática del lado del padre; sin embargo, la probable perversión materna, diasporiza las posibilidades estructurales de la mujer, a la vez que le asegura una angustia persecutoria independientemente de lo estructural que retorna en síntoma en el vínculo, de las más diversas formas.

¿Qué esperar del curso de un análisis con una mujer hija del desamor? Sería una interrogante a resolver en otras aproximaciones al tema.

Todas estas mujeres padecen la marca del desamor. Una marca que hace que se desee desesperadamente encontrar solución: ¿Asumir resignadamente que ese ser querido es así? ¿Vivir maltratada por siempre, pasando por la ilusión de cambiarla, modificarla, y ante la imposibilidad, sacarle pequeños actos de bondad, de cariño y comprensión o alejarse transitoria o definitivamente? De todas formas la marca está, el sello que “el desamor” ha dejado y que se va a repetir una y otra vez, ha quedado tatuado. ¿A dónde conduce, entonces, un análisis en estos casos? ¿Es posible más allá de las ligeras semejanzas clínicas, encontrar algunos asideros que guíen en el análisis con estas mujeres?

Referencias

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  • Sexto, L. (2007) Poesía: El misterio de un alma humana. Recuperado de <http://luisexto.blogia.com/2007/041101-poesia-el-misterio-de-un-alma-humana.php
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  • 1
    Subordinado al Ministerio de Salud Pública, y enclavado en el Campus de la Universidad de Matanzas, sostuvimos durante casi quince años una consulta de psicología con orientación psicoanalítica.
  • 2
    Esta revisión formó parte de varias fases del proyecto “Estudios de psicopatologías” financiado por la Universidad de Matanzas y asociado a la ALPPF.
  • 3
    Una de las más interesantes producciones del nexo psicoanálisis-etnografía-literatura, es la producción del análisis del relato clínico.
  • 4
    Como se expresa en la segunda entrada de la definición de recusar por el diccionario de la RAE “2. der. Impedir legítimamente la actuación de un tribunal, juez, perito etc., en un procedimiento o juicio”, este término remite primigeniamente a lo que en verdad estaba identificando Freud, y que si bien en portugués se ha traducido como recusa, en español se ha preferido denegación, como término más común evitando la marca jurídica; sin embargo denegación es menos esencial para entender el proceso de constitución de la perversión. (http://www.wordreference.com/definicion/recusar) “recusar. (Del lat. recusāre). 1. tr. No querer admitir o aceptar algo. 2. tr. Der. Poner tacha legítima al juez, al oficial, al perito que con carácter público interviene en un procedimiento o juicio, para que no actúe en él.” RAE [Subrayado del autor] sin embargo para denegar aparece la definición “denegar. (Del lat. denegāre). 1. tr. No conceder lo que se pide o solicita.” [Subrayado del autor] “2 No querer admitir la competencia de una persona para alguna cosa.” VV. AA. (1914). «recusar», en Real Academia Española: Diccionario de la lengua castellana, decimocuarta edición, Madrid: Sucesores de Hernando, p. 874. Última consulta: 10 de abril de 2015. http://www.archive.org/stream/diccionariodelal00realuoft#page/874/mode/2up
  • 5
    Tanto en su vínculo con sus hijas como en el vínculo con su partner.
  • 6
    “Más fácil será́ la salida perversa en la que el hijo, objeto, juguete, cabeza de turco, concentrará́ en él, los fuegos cruzados de la relación perversa” (Granof y Perrier, 1964Granof, V., & .Perrier, F. (1980). El problema de la perversión en la mujer. Barcelona: Editorial Crítica, Grijalbo. (Trabalho original publicado em 1964)., p. 93).
  • 7
    Krafft Ebing, Psychopalhia sexualis (1886), citado en la carta de Freud a Fliess el 3 de marzo de 1897.
  • 8
    O si se quiere en el discurso de las ciencias, las artes, la Teología, como discurso sistemático o simplemente en el discurso popular como expresión del pensamiento cotidiano, según la versión marxista.
  • 9
    Percutir, se ha antojado para la cultura cubana en el acto identitario del repetir, con emergencias en casi cualquier forma de expresión desde la poesía (Sexto, 2007Sexto, L. (2007) Poesía: El misterio de un alma humana. Recuperado de <http://luisexto.blogia.com/2007/041101-poesia-el-misterio-de-un-alma-humana.php.
    http://luisexto.blogia.com/2007/041101-p...
    ; -), hasta el humor “Lo digo y lo repito y no es matraca mía”.
  • 10
    Como uno de los signos inequívocos de la tercera estructura. Aulagnier, P (1967)Aulagnier-Spairani, P. (2003). A perversão como estructura. Revista Latinoamericana de Psicopatología Fundamental, I(3), 43-69. (Trabalho original publicado em 1967)..
  • 11
    Esta idea ha sido defendida en otros textos, se puede revisar al respecto Machín y Santana, (2006)Machín, R., & Santana, L. (2006, dez.). Los borrosos límites del diagnóstico de las psicosis. Revista Latinoamericana de Psicopatología Fundamental, IX(4), 611-635. “Los borrosos límites del diagnóstico de las psicosis” Revista Latinoamericana de Psicopatología Fundamental, IX(4), 611-635.
  • 12
    Probablemente una de las derivaciones de la abyección sobre sí a la que aludía Kristeva (1980/2006Kristeva, J. (2006). Poderes de la perversión. Mexico: Siglo XXI. (Trabalho original publicado em 1980).).
  • 13
    Se trata de un chiste popular en el cual a través de lo cómico se ilustra la postura del que no obtiene nada del vínculo porque pretende anticiparse a una certidumbre que a su vez es la que sostiene su posibilidad de respuesta anticipada, sería algo así como el reverso lo que Lacan llamó en enero 1962, aserto de certidumbre anticipada, y sobre lo cual volvió luego en varias ocasiones, entre otras, once años después, en el seminario de 1973.
  • 14
    “Pero ¿a qué clase de relación responde tal forma lógica? A una forma de objetivación que ella engendra en su movimiento, es a saber a la referencia de un “yo” [“je”] a la común medida del sujeto recíproco, o también: de los otros en cuanto tales, o sea: en cuanto son otros los unos para los otros. Esta común medida está dada por cierto tiempo para comprender, que se revela como una función esencial de la relación lógica de reciprocidad. Esta referencia del “yo” [“je”] a los otros en cuanto tales debe, en cada momento crítico, ser temporalizada, para reducir dialécticamente el momento de concluir el tiempo para comprender a durar tan poco como el instante de la mirada” (Lacan, 1956/2000).
  • 15
    Intencionalmente invertimos la grafía para significar las peculiares situaciones en las que se encontraron estas pacientes con un padre borrado del lugar de la ley, minimizado ante madres fálicas, convertidas a oTROS, que evaden su lugar de sujeto de deseo y a la vez son incapaces de sostener(se) ante el deseo de sus hijas y la omnipotente ley de una esposa perversa.
  • 16
    “Pero como el padre combinado no existe, está el padre por un lado y la madre por otro […] eso pone seriamente en cuestión que pueda jugarse a todo o nada el plus de goce contra la vida eterna” (Lacan, 1970/2001cLacan, J. (2001c). El seminario de Jaques Lacan Libro 17. El reverso del Psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós. (Trabalho original publicado em 1970)., p. 105).
  • 17
    Aquí de nuevo, el relato de estas pacientes en ocasiones más que a un suicidio como acto en lo real, nos conducía a la idea de automutilación moral, lo cual nuevamente nos conduce a la imagen propuesta por Kristeva (1980/2006Kristeva, J. (2006). Poderes de la perversión. Mexico: Siglo XXI. (Trabalho original publicado em 1980).).
  • 18
    Exactitud que por identidad es un imposible. En otro trabajo nuestro se puede ver cómo es difícil no hallar esto como parte de la identidad imaginaria del cubano cuya exactitud, al menos en el imaginario compartido es definida como dudosa, desde los próceres hasta los que lo traen como síntoma (Machín y Santana, 2010Machin, R., & Santana, L. (2010). Imagen social en los márgenes del fluido imaginario; el sujeto que sufre. IV Congreso Internacional de Psicopatologia Fundamental, Curitiba, Brasil.). “Imagen social en los márgenes del fluido imaginario; el sujeto que sufre.” Ponencia presentada en el IV Congreso de la AUPPF, Curitiba, Brasil, con los resultados de una investigación preliminar sobre el imaginario social cubano a partir del discurso de los pacientes.
  • 19
    Como acostumbraba a nombrar su día a día una de estas pacientes.
  • 20
    O será una de las vertientes del encuentro con la propia perversión a que nos remite la hipótesis de Roudinesco (2009)Roudinesco, E. 2009. Nuestro lado oscuro. Una historia de los perversos. Barcelona: Anagrama..
  • 21
    De estas y otras formas similares emerge el objeto disfrazado en el discurso de estas pacientes.
  • Financiamento/Funding: Os autores declaram não terem sido financiados ou apoiados / The authors have no support or funding to report.

Editado por

Editores do artigo/Editors: Profa. Dra. Ana Maria Rudge e Profa. Dra. Sonia Leite

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    Jun 2017

Histórico

  • Recibido
    9 Oct 2016
  • Acepto
    15 Dic 2016
Associação Universitária de Pesquisa em Psicopatologia Fundamental Av. Onze de Junho, 1070, conj. 804, 04041-004 São Paulo, SP - Brasil - São Paulo - SP - Brazil
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