NOTÍCIA
XX Congreso de ALAS, 1995 - México
El XX Congreso de ALAS, reunido entre los días 1 y 6 de octubre de 1995 en Ciudad de México, cuyo tema general fue «América Latina y el Caribe: perspectivas de su reconstrucción» y que congregó a cerca de 2.000 científicos sociales y estudiantes del continente, analizó en profundidad el momento que vive América Latina y el Caribe. En particular, el objetivo de este evento ha sido llevar a cabo una revisión con sentido crítico y amplio del pensamiento social acuñado en la región, superando las interpretaciones ideologizadas o aquellas que han sido incapaces de dar cuenta de fenómenos novedosos de la vida social.
Resumen Evaluativo XXI Congreso ALAS
São Paulo, Brasil 31 de Agosto al 5 de Septiembre 1997
Directiva
* Presidente: Emir Sader (Brasil)
* Vicepresidente: Eduardo Aquevedo (Chile)
* Secretario General: Eduardo Velásquez Carrera (Guatemala)
* Tesorera: Inés Izaguirre (Argentina)
* Vocales: Sergio Zermeño (México), Fernando Martínez Heredia (Cuba)
* Secretaría Ejecutiva:Adrián Gurza, Florencia Ferrer, Paulo Neves, Rogério Chaves, Vivian Urquidi.
Devaluación participativa
Fueron enviados más de mil trabajos al Congreso, que contó con la inscripción formal de 981 personas, con la siguiente distribución por países:
Brasil
Argentina
México
Venezuela
Perú
Chile
Uruguay
Cuba
581
160
85
50
15
13
12
12
Puerto Rico
USA
España
Colombia
Bolívia
Ecuador
Guatemala
Francia
10
160
6
6
5
3
3
2
Holanda
Itália
Japón
Panamá
Portugal
Surinam
África del Sur
Sin información
1
1
1
1
1
1
1
3
En total hubo participación, bajo distintas formas, de alrededor de 1500 personas, entre profesores, investigadores y estudiantes. El XXI Congreso Latinoamericano de Sociología se desarrolló entre los días 31 de agosto y 5 de septiembre de 1997 en la Ciudad Universitaria de la Universidad de São Paulo, en esta ciudad en Brasil. Conforme programación previa, el Congreso contó con cuatro conferencias magistrales, a cargo de los profesores: Octavio Ianni, Pablo Gonzáles Casanova, Francisco de Oliveira y Alain Touraine, así como con 22 mesas redondas y 22 grupos de trabajo.
Asamblea General
c) la definición de la sede del XXII Congreso Latinoamericano de Sociología en Concepción, Chile, 1999.
d) consideración como propuesta de sede alternativa del XXIII Congreso Ciudad de Guatemala, que en tal virtud será la sede del Congreso subsiguiente de ALAS, el año 2001.
e) la elección de la nueva directiva de ALAS.
f) la organización de una secretaría permanente de ALAS
g) la institución de pago de una anualidad por parte de los miembros de ALAS h) la organización de un Seminario el año 1998 en Guatemala.
Declaración final XXI Congreso ALAS São Paulo, Brasil
El XXI Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología, reunió en Sao Paulo, entre los días 31 de agosto y 5 de septiembre de 1997, a mas de mil especialistas de todas las disciplinas de las Ciencias Sociales, quienes participaron en cuatro conferencias magistrales, veintidós mesas redondas y veintidós comisiones de trabajo.
En un ambiente de pluralidad se discutieron los trabajos de los participantes y se logró un estimulante intercambio de conocimientos. Reunidos los asistentes en la Asamblea Final del Congreso, se acordó emitir la siguiente declaración: "Las tendencias hegemónicas de la globalización han significado un inmenso proceso de reacomodo de las relaciones de poder. La concentración del poder militar, político, económico, tecnológico, financiero y comunicacional en unos pocos Estados, organizaciones y empresas transnacionales, está acelerando la segregación y exclusión de la gran mayoría de la población del mundo.
Prevalece un modelo de desarrollo y organización sociopolítica en el cual los intereses del lucro de las minorías se imponen sobre todo otro valor o interés humano. Se trata igualmente de un modelo que para su reproducción requiere un violento y permanente asalto depredador de la naturaleza y es por ello absolutamente insustentable, en cuanto pone en peligro la vida misma en el planeta Tierra. Las reformas impuestas a los países latinoamericanos no son aplicadas en los países hegemónicos para reducir el gasto público, controlar la deuda interna y externa, o disminuir el proteccionismo.
En cambio, los programas actuales de los gobiernos de la mayor parte de nuestros países profundizan el proceso de privatizaciones de empresas públicas estratégicas, la subvención fiscal a los grandes capitalistas transnacionales, el subsidio masivo a la banca y una reestructuración productiva con la pérdida de derechos conquistados por las luchas históricas de los trabajadores del subcontinente. Los resultados de cerca de dos décadas de ajustes estructurales y reforma del Estado están a la vista: una inmensa masa de desempleados y subempleados, la precarización de los empleos y de los servicios de seguridad social, salud y educación, el incremento de la violencia social y política, y la pérdida prácticamente total de la soberanía económica y política de las naciones latinoamericanas. Hoy existen en la mayoría de nuestros países regímenes de democracia representativa. En ellos se manifiesta la lucha entre concepciones, proyectos, fuerzas y tendencias orientadas en sentidos diversos. Por un aparte, se plantea una opción que favorece la creciente concentración del poder económico y político, la exclusión mayoritaria y la práctica de programas encaminados a reforzar el control social, asegurar la gobernabilidad y limitar la participación popular en la vida pública. por otra, la democracia ha servido para ampliar la presencia de las colectividades, la formación de redes horizontales de las organizaciones culturales, políticas y de los movimientos sociales; para estimular y profundizar el cambio en las formas y medios mismo de la actividad pública, el establecimiento de nuevas relaciones y vías de comunicación alternativas, el establecimiento de los principios de una institucionalidad participativa y de una cultura democrática.
En su versión restringida, la democracia representativa ha conducido al abuso de las atribuciones presidenciales, a la toma de decisiones al margen de todo debate democrático; al favorecimiento de diversas formas tendientes a asegurar la continuidad de las políticas económicas neoliberales; a la ampliación de la presencia de las fuerzas armadas en la vida política; al desborde del enriquecimiento ilícito, la corrupción y la emergencia de ostensibles vinculaciones entre numerosos funcionarios públicos y el narcotráfico. El hostigamiento a movimientos populares, la identificación de los pobres como "delincuentes" y la represión como recurso permanente para enfrentar demandas no resueltas; constituyen grandes limitaciones para una genuina democracia. No obstante, la ampliación de derechos políticos y la participación de fuerzas opositoras permiten que se expresen intereses diversos a los del poder, legitima y fortalece la resistencia popular en contra de los programas de gobierno. La riqueza de experiencias y propuestas democráticas surgidas en los últimos años es notoria. Expresión suya son movimientos sociales como el de los Sin Tierra en Brasil, el de los estudiantes universitarios en Chile y Nicaragua, el de los empleados públicos en Argentina y Venezuela, de los cocaleros en Bolivia y Colombia, el de las asociaciones en lucha por los derechos humanos en Honduras y Paraguay, el de los movimientos indígenas en México, Guatemala y Ecuador, los de las mujeres y los de las minorías en todo el subcontinente.
En América Latina se han consolidado partidos y frentes políticos democráticos que favorecen la realización de experiencias de gobierno participativo en municipios y regiones, y apuntan hacia la ampliación de una conciencia y una práctica en la gestión pública, hacia la apertura de espacios no estatales de acción colectiva, la orientación de proyectos alternativos de desarrollo y el establecimiento de formas de representación incluyentes en todos los ámbitos. El potencial de las universidades públicas y de los centros de investigación como generadores de conocimiento, como difusores de prácticas sociales democráticas, como estudiosos de experiencias colectivas novedosas, es crucial. Nuestras universidades públicas se han visto sometidas a restricciones presupuestarias, a modelos tecnocráticos y de desarticulación de la investigación, la docencia y la difusión. La evaluación basada en criterios productivistas y eficientistas atenta contra la producción de un conocimiento creativo y con responsabilidad social, ya que impone normas de rentabilidad que son ajenas e inadecuadas para la actividad docente y de investigación. Por estas razones, los científicos sociales debemos aplicarnos más que nunca en la defensa y ampliación de estos espacios de pensamiento crítico y continuar abriendo horizontes de conocimiento que favorezcan la solución de los grandes problemas sociales que viven nuestros pueblos. La Asociación Latinoamericana de Sociología ratifica su compromiso con el impulso de un pensamiento latinoamericano propio, no colonial, identificado con los problemas y las luchas de las mayorías, con el objetivo de alcanzar una democracia de todos y para todos, sin exclusiones ni excluidos de la misma.
XXII Congreso de la Asociacion Latinoamericana de Sociologia
Concepción, Chile, 15 de octubre de 1999
Declaración final
La Asociación Latinoamericana de Sociología realizó en Chile su IX Congreso el año de 1972. En esa oportunidad nuestros colegas manifestaron su voluntad de que ALAS consolidara su vocación crítica y su compromiso con la democracia y la justicia social. Veintisiete años después, la comunidad sociológica latinoamericana vuelve a reunirse en Chile, esta vez en el XXII Congreso de la Asociación, que se realizó en la Universidad de Concepción, Chile, del 12 al 16 de octubre de 1999. En él participaron más de mil quinientos investigadores, docentes y estudiantes de ciencias sociales procedentes de todos los países de la región.
En veintitrés comisiones de trabajo, ocho mesas redondas, seis conferencias magistrales, y más de seiscientas ponencias, los sociólogos reunidos en el Congreso han debatido sobre la transición regional hacia el siglo XXI. A juicio de los asistentes, dicha transición ha resultado particularmente difícil y llena de obstáculos, debido a los fuertes lastres de las políticas neoliberales que durante más de veinte años levantaron mitos y desmontaron proyectos nacionales en todos nuestros países.
Las promesas de modernidad y progreso con que se impusieron ajustes estructurales y aperturas indiscriminadas al comercio y la inversión extranjera, se tradujeron en estancamiento, exclusión social y pérdida de soberanía. La gran mayoría de los latinoamericanos no cuenta con empleos formales y derechos sociales básicos o está en riesgo de perderlos, en condiciones de gran fragmentación social y de debilitamiento de todas las instancias democráticas de nuestras sociedades.
El tema central de la convocatoria del XXII Congreso: "¿Hacia dónde va América Latina?" plantea a los sociólogos latinoamericanos un reto fundamental: trabajar para forjar el marco teórico que nos permita superar la falsa disyuntiva entre, por una parte, una integración subordinada al mercado internacional, y, por otra, Estados o sociedades autárquicas. La alternativa, desde nuestro punto de vista, debe fundarse en el fortalecimiento de las democracias a nivel nacional, de las alianzas y de la solidaridad entre todos los países del continente y los de la periferia del planeta, excluídos de los mega-mercados de los países ricos.
ALAS ratifica y renueva con este Congreso su tradición intelectual y recoge los compromisos de sus más destacados exponentes con las luchas de los pueblos latinoamericanos. Los participantes de este evento, reunidos en Asamblea, reconocieron la necesidad de trabajar con intensidad para ofrecer explicaciones y propuestas de cambio en toda la región. En primer lugar, advierten que, en medio de la crisis de los modelos neoliberales, es preciso construir alternativas de desarrollo sostenido, que articulen productividad y equidad social. Ello sólo será posible mediante la extensión del mercado interno y políticas eficaces de redistribución de la riqueza.
Además, los sociólogos reunidos aceptamos el reto de contribuir a promover una nueva visión de la región basada en el desarrollo de una infraestructura científica y tecnológica apropiada a los requerimientos de nuestras sociedades. Son condiciones indispensables para impulsar este proceso la realización de profundos cambios en la actual estructura educativa, particularmente en el sentido de fortalecer el espacio investigativo y docente de la Universidad pública o semi-pública, víctima hasta ahora de los ataques de gobiernos que privilegian el ajuste fiscal por sobre la afirmación de los derechos sociales y del desarrollo científico y cultural.
Los participantes en el Congreso consideramos también indispensable situar en el centro de nuestros análisis las inquietudes manifestadas por grupos y organizaciones sociales cuyo potencial ha sido hasta ahora menospreciado o, inclusive, desechado. Creemos que es posible en efecto contribuir con nuestros trabajos a liberar las energías sociales contenidas en los movimientos de jóvenes, mujeres y pueblos indígenas, por la defensa de sus derechos a la libertad, la justicia, la diversidad cultural, la soberanía y la sustentabilidad ecológica, entre otros.
Los delegados de ALAS ratificaron su convicción de que la defensa de la soberanía supone el reconocimiento de la necesidad de la integración regional. Experiencias históricas de diverso alcance nos muestran que países cuyos orígenes y problemáticas son semejantes se encuentran en mejores condiciones para enfrentar los retos que se les presentan si articulan posturas y visiones para una lucha común. En este sentido, creemos que la unidad latinoamericana puede ser la expresión más acabada de la transición hacia el próximo milenio.
Los participantes en la Asamblea del XXII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología aspiramos a incorporar en nuestro quehacer legados éticos e intelectuales como los de Luis Emilio Recabarren y Salvador Allende, y expresamos por unanimidad que, en el ejercicio ético de nuestra profesión, los científicos sociales no pueden limitarse a la realización de un diagnóstico de sus sociedades, sin conocer y enfrentar las múltiples dimensiones en que se ejerce de manera inhumana y arbitraria el monopolio legal de la violencia en nuestro continente. Postulamos así la urgencia de colaborar en la construcción de un juicio moral que haga posible la ruptura con las formas de obediencia acrítica a la autoridad, haciendo observable y promoviendo la desobediencia debida a toda orden de inhumanidad.
Por último, agradecemos profundamente a los universitarios chilenos su acogida, siempre generosa, siempre grata. Reconocemos el enorme esfuerzo realizado por el comité organizador del XXII Congreso, y el apoyo brindado por las autoridades de la Universidad de Concepción.
Desde las riberas del Bío-Bío, tierra de los mapuches, convocamos a los sociólogos latinoamericanos a reunirnos nuevamente en el XXIII Congreso, que se efectuará en la ciudad de Guatemala, del 2 al 6 de julio del año 2001, momento que coincide y en que celebraremos el 50 aniversario del ALAS.
Parecerista do período 2003/2005
André Marenco
Angela Araújo
Anita Brumer
Antônio David Cattani
Carlos Alberto Steil
Carlos Alexandre Baumgarten
Céli Pinto
Diego Piñeiro
Élida R. Liedke
Elina Pessanha
Enno Liedke Filho
Eva M. B. Samios
Gilson Lima
Ilse Scherer-Warren
Ivaldo Gehlen
J. Marre
Jacob Carlos de Lima
Jacqueline Oliveira Silva
João Carlos Tedesco
Jorge Zaverucha
José Carlos Gomes dos Anjos
José Ricardo Ramalho
Liliana Segnini
Lorena Holzmann
Maria Stela Grossi Porto
Maria Susana A. Soares
Martha Lúcia Olivar Jimenez
Nadya Guimarães
Norma Giarracca
Raúl Enrique Rojo
Rodrigo Ghiringhelli de Azevedo
Ronaldo Helal
Sérgio Adorno
Sheila V. Borba
Sonia Maria G. Larangeira
Soraya Maria Vargas Cortes
Tânia Steren dos Santos.
Fechas de Publicación
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Publicación en esta colección
19 Set 2005 -
Fecha del número
Dic 2005