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Fonología segmental del chiquitano migueleño

Segmental phonology of Migueleño Chiquitano

Resumo

Este artículo describe la fonología segmental del chiquitano migueleño (familia macro-ye), una variedad severamente amenazada hablada en el municipio de San Miguel de Velasco (Santa Cruz, Bolivia). La fonología de esta variedad presenta una serie de procesos tanto léxicos como posléxicos, algunos de los cuales no han sido atestiguados en ninguna otra variedad del chiquitano. Se proponen 21 fonemas consonánticos, de los cuales 7 son marginales: /tʲ c ̠ ɕ ʂ/ son demostrablemente derivadas de |t p/k x ɾ| subyacentes mediante los procesos morfofonológicos de palatalización y ensordecimiento, /ɰ ŋ/ resultan de un proceso morfofonológico de epéntesis, mientras que /h/ es de baja frecuencia y alterna con cero. En cuanto al sistema vocálico, se proponen doce fonemas /a ɨ ɛ i o u ã ɨ̃ ɛ̃ ĩ õ ũ/, que se ensordecen en algunos ambientes. En la superficie, las nasales adquieren una fase consonántica si no están adyacentes a /ʔ/ o seguidas de /x/, excepto las secuencias tautosilábicas /aɛ̃ oɛ/, que jamás adquieren la fase consonántica. Además, se documenta un proceso que inserta la secuencia [jo] tras una /i/ final.

Palavras-chave
Chiquitano; Fonología; Palatalización; Ensordecimiento vocálico; Macro-ye

Abstract

The article contains a description of the segmental phonology of the Migueleño dialect of Chiquitano (Macro-Jê), a critically endangered variety spoken in San Miguel de Velasco (Santa Cruz, Bolivia). The phonology of this variety presents a number of processes, both lexical and postlexical, some of which have not been attested in other varieties of Chiquitano. I propose an inventory of 21 consonantal phonemes, including 7 segments whose phonological status is marginal: /tʲ c ̠ ɕ ʂ/ are demonstrably derived from underlying |t p/k x ɾ| by means of the morphophonological processes of palatalization and devoicing, /ɰ ŋ/ result from a morphophonological process of epenthesis, whereas /h/ is of low frequency and alternates with zero. As for the vowels, I propose twelve phonemes /a ɨ ɛ i o u ã ɨ̃ ɛ̃ ĩ õ ũ/,/, which may undergo devoicing in certain environments. Nasal vowels acquire a consonantal phase at surface unless they are adjacent to /ʔ/ or followed by /x/, except the tautosyllabic sequences /aɛ̃ oɛ̃/, which never gain a consonantal phase. In addition, I document a process that inserts the sequence [jo] after a word-final /i/.

Keywords
Chiquitano; Phonology; Palatalization; Vowel devoicing; Macro-Jê

INTRODUCCIÓN

El chiquitano migueleño (localmente conocido simplemente como ‘el dialecto’ y autodenominado ózura [ˈo̞tsuɾ̥ḁ] ‘nuestra habla’) es una variedad lingüística severamente amenazada recordada por algunos individuos, en su mayoría ancianos, en el municipio de San Miguel de Velasco, ubicado en la provincia de José Miguel de Velasco del departamento de Santa Cruz, Bolivia. A pesar de que dicha variedad esté estrechamente relacionada a las demás variedades del chiquitano, como el bésɨro (nombre dado a la variedad utilizada en la región de Lomerío y en San Javier, la única que posee estatus oficial en Bolivia) y el chiquitano oriental (hablado en las cercanías de San Ignacio de Velasco, San Rafael de Velasco y Santiago de Chiquitos), las diferencias fonológicas, morfológicas, morfosintácticas y léxicas entre ellas son extremadamente numerosas, al punto de que según el criterio de la inteligibilidad mutua el chiquitano migueleño podría considerarse una lengua aparte. En cuanto a la filiación lingüística, el conjunto de las variedades del chiquitano ha sido clasificado como perteneciente a la familia lingüística macro-ye (Adelaar, 2008Adelaar, W. F. H. (2008). Relações externas do Macro-Jê: o caso do Chiquitano. In S. V. T. A. P. L. Telles & A. S. Paula (Orgs.), Topicalizando Macro-Jê (pp. 9-28). Recife: Nectar.) o al menos remotamente relacionado a esa familia (Nikulin, 2020aNikulin, A. (2020a). Proto-Macro-Jê: um estudo reconstrutivo (Tesis de doctorado). Universidade de Brasília, Brasilia, DF., pp. 179-181).

La documentación del chiquitano migueleño se encuentra en una etapa inicial. La primera obra publicada en o sobre esa variedad es el volumen producido por Parzinger & Cabildo Indígena de San Miguel de Velasco (2016)Parzinger, S., & Cabildo Indígena de San Miguel de Velasco (Eds.). (2016). Osuputakai rurasti Tupáj: Manual de Sermones Chiquitanos de San Miguel de Velasco y sus comunidades (Misión y Diálogo, No. 15). Cochabamba: Editorial Verbo Divino., en el que se encuentran reunidos los sermones cristianos de la región que vienen siendo transmitidos oralmente y vía cuadernos manuscritos desde la época jesuítica (ver sección ‘Perfil sociolingüístico’). Recientemente han salido artículos cortos acerca de algunas particularidades morfológicas y morfofonológicas del dialecto (Nikulin, 2019bNikulin, A. (2019b). First person singular markers in Migueleño Chiquitano. In D. K. E. Reisinger & R. Yu-Hsiang Lo (Eds.), Proceedings of the Workshop on the Structure and Constituency of Languages of the Americas 23 (pp. 62–76). Vancouver: UBCWPL., 2019cNikulin, A. (2019c). Indexical gender and grammatical gender in Chiquitano. Typology of Morphosyntactic Parameters, 2(1), 86–99., 2020bNikulin, A. (2020b). Elementos de la morfofonología del chiquitano migueleño. LIAMES, 20, 1-21. doi: https://doi.org/10.20396/liames.v20i0.8660822
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). Además, existen dos manuscritos no publicados, uno de Bas Aguilera (sin fecha)Bas Aguilera, B. (sin fecha). Vocabulario de Benjamín Bas. San Miguel de Velasco. Manuscrito. con una colección de frases y vocablos, y otro del presente autor (Nikulin, 2019aNikulin, A. (2019a). ¡Manityaka au r-ózura! Diccionario básico del chiquitano migueleño: el habla de San Miguel de Velasco y de San Juan de Lomerío. Recuperado de https://www.academia.edu/38284134/_Manityaka_au_r_%C3%B3zura_Diccionario_b%C3%A1sico_del_chiquitano_miguele%C3%B1o_El_habla_de_San_Miguel_de_Velasco_y_de_San_Juan_de_Lomer%C3%ADo
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), que consiste en un diccionario y un esbozo gramatical del chiquitano migueleño.

Este estudio, cuyo objetivo es proporcionar una descripción fonética y un análisis fonológico del chiquitano migueleño, se basa en los materiales que provienen del trabajo de campo realizado por el autor en cinco visitas (julio de 2017, enero de 2018, junio de 2018, febrero de 2019, julio de 2019) a las comunidades de San Juan de Lomerío y San Miguel de Velasco. Los datos analizados aquí son de dos hablantes (♀) de San Juan y de un hablante (♂) de San Miguel 1 1 Aunque el chiquitano migueleño posee un sistema de diferencias generolectales, éstas no interactúan con el nivel fonológico, excepto un ítem léxico que presenta una diferencia en la posición del acento: [ˈt̠ʲo̞β̞akḁ] (♀) / [tʲ̠uˈβakḁ] (♂) ‘mañana’. No se pudo alcanzar un balance de las variables ‘género’ y ‘comunidad de origen’, ya que no hay hablantes del género masculino en San Juan. En San Miguel, se han realizado grabaciones con hablantes de ambos géneros, pero apenas uno de los consultantes de San Miguel poseía dicción suficientemente clara para un análisis fonético. Ambos hablantes del género masculino con los que se trabajó fallecieron en 2019. .

En la sección ‘Perfil sociolingüístico’, se describe la situación sociolingüística del chiquitano migueleño. La fonología segmental se abordará en las secciones tituladas ‘Consonantes’ y ‘Vocales’. La discusión en las secciones anteriores se resumirá en las ‘Conclusiones’. Finalmente, el ‘Glosario’ contiene una lista de términos del castellano regional con sus definiciones y/o equivalentes en el castellano venezolano y en el portugués.

Se optó por no incluir una discusión detallada de las semejanzas y de las diferencias entre los sistemas fonológicos del chiquitano migueleño y de las demás variedades del chiquitano, como el bésɨro (Krüsi & Krüsi, 1978Krüsi, M., & Krüsi, D. (1978). Phonology of Chiquitano. In Work papers of the Summer Institute of Linguistics Riberalta, Bolivia 1972–1976 (pp. 53–93). Riberalta: Summer Institute of Linguistics.; Parapaino Castro, 2008Parapaino Castro, P. (2008). Isiukiché nikorokó Bésɨro: guía de escritura del idioma Bésɨro. Santa Cruz de la Sierra: Unión de Artesanos de la Tierra-UNIARTE.; Sans, 2010Sans, P. (2010). Éléments de sociolinguistique et de phonologie du bésɨro (chiquitano): langue en danger des basses terres de Bolivie (Tesis de maestría). Université Lumière Lyon 2, Lyon., 2011Sans, P. (2011). Is nasality an autosegmental feature in Bésɨro (a.k.a. Chiquitano)? In A. S. A. C. Cabral, A. D. Rodrigues, J. D. Lopes & M. R. S. Julião (Orgs.), Línguas e culturas Tupí (Vol. 2, pp. 237–248). Campinas: Curt Nimuendajú., 2013Sans, P. (2013). Elementos de la gramática del Bésɨro: sociolingüística-fonología-morfología-Textos. Recuperado de https://www.academia.edu/4534429/Elementos_de_la_gram%C3%A1tica_del_B%C3%A9s%C9%A8ro._Socioling%C3%BC%C3%ADstica_-_Fonolog%C3%ADa_-_Morfolog%C3%ADa_-_Textos
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), la variedad de San Rafael de Velasco (Girard, 2012Girard, R. (2012). Documentación de la cantidad vocálica en chiquitano: algunas observaciones preliminares. In H. A. González & B. Gualdieri (Eds.), Lenguas indígenas de América del Sur I. Fonología y léxico (pp. 25-38). Mendoza: Editorial FFyL-UNCuyo y SAL., 2014Girard, R. (2014, mayo). Agreement without similarity: the case of Chiquitano nasal (consonant) harmony. University of California-Berkeley, Berkeley. Recuperado de http://linguistics.berkeley.edu/~inkelas/PosterAbstracts/Girard.pdf
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), la de San Javierito (Ciucci & Macoñó Tomichá, 2018Ciucci, L., & Macoñó Tomichá, J. (2018). Diccionario básico del chiquitano del Municipio de San Ignacio de Velasco. Santa Cruz de la Sierra: Industria Maderera San Luis S. R. L.) y la de Brasil (Santana, 2005Santana, Á. C. (2005). Transnacionalidade lingüística: a língua Chiquitano no Brasil (Tesis de maestría). Universidade Federal de Goiás, Goiânia, GO., 2012Santana, Á. C. (2012). Línguas cruzadas, histórias que se mesclam: ações de documentação, valorização e fortalecimento da língua Chiquitano no Brasil (Tesis de doctorado). Universidade Federal de Goiás, Goiânia, GO.); a ese tema se le dedicará una publicación futura. Tampoco se discutirán los procesos morfofonológicos, que se examinan en una otra publicación (Nikulin, 2020bNikulin, A. (2020b). Elementos de la morfofonología del chiquitano migueleño. LIAMES, 20, 1-21. doi: https://doi.org/10.20396/liames.v20i0.8660822
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), ni el acento, que se analizará en una publicación futura.

PERFIL SOCIOLINGÜÍSTICO

La situación sociolingüística del chiquitano migueleño es crítica, resultado de un cese abrupto de transmisión lingüística de esa variedad ocurrido a mediados del siglo XX. Actualmente la variedad lingüística dominante en San Miguel es el dialecto camba del castellano. En el escenario más optimista, el chiquitano migueleño contaría hoy con menos de 30 hablantes, dispersos por la zona rural del municipio de San Miguel de Velasco. A pesar de que hasta la presente fecha no se haya conducido una investigación sociolingüística detallada, se ha podido obtener la siguiente estimación del número de hablantes en cada comunidad: 4 en Altamira, 2 en San Juan de Lomerío, 2 en San Francisco de Lima, 1 en Santa Rosita de Lomerío, 1 en San José de Corralito y un número desconocido (por lo menos 1) en San Antonio Tacoó. Además de estos, en la zona urbana de San Miguel residen aproximadamente 10 hablantes del chiquitano (incluyendo a la única hablante monolingüe viva de la que se ha tenido noticia). Sin embargo, no se sabe de ningún núcleo familiar o vecinal en el que la lengua originaria siga siendo utilizada regularmente (con la posible excepción de la hablante monolingüe mencionada, que se comunica con su hija semihablante). Como consecuencia de la situación de desuso del chiquitano migueleño, la mayoría (si no la totalidad) de los hablantes admite tener dificultades en cuanto a la producción oral en su lengua materna.

Además de los hablantes plenos, algunas personas retienen un dominio pasivo del chiquitano migueleño. Se trata sobre todo de hijos biológicos o adoptivos de hablantes monolingües ya fallecidos. En su mayoría, estos semihablantes afirman no hablar la lengua, pero por lo menos algunos de ellos pueden comprender fácilmente el chiquitano hablado 2 2 Ejemplifico esta afirmación con evidencia anecdótica. El presente autor tuvo la ocasión de trabajar con una hablante anciana del chiquitano migueleño (su consultante principal) en la presencia de su sobrina, huérfana desde muy corta edad y criada por su abuela (que era una hablante competente del chiquitano). En un determinado momento, la consultante, que por su avanzada edad posee una capacidad auditiva reducida, pidió al autor que repitiera la frase que él había acabado de decir (“/tsoĩtsɨmóka kiɲána nútaʔa soɛ́sɨ | aβéʔe taɾíc̠ʲaa/”). No obstante, antes de que el autor haya podido hacerlo, la sobrina de la consultante repitió, en castellano: “nos sentamos debajo del árbol y había petos, dice”, demostrando haber comprendido la frase pronunciada por el autor en chiquitano. Sin embargo, esa sobrina de la consultante afirma que no habla la lengua originaria. . Las instancias de producción lingüística de los semihablantes que se han registrado se limitan a palabras aisladas, generalmente adaptadas a la fonética del castellano camba (las sustituciones más comunes son: [ɨ] → [u]; [c]̠ → [ki]; [ts] → [s], [ʔ] → cero).

Es necesario subrayar que existe una situación extraordinaria en la que el chiquitano migueleño todavía se emplea con cierta frecuencia. Se trata de la recitación de los sermones cristianos (la población de San Miguel es, en su casi totalidad, católica romana). Actualmente los sermones, cuyos textos vienen siendo transmitidos oralmente y en cuadernos manuscritos, son recitados por los caciques y los maestros de capilla (semihablantes o no hablantes del chiquitano) en determinadas ocasiones, tales como las fiestas religiosas (Parzinger, 2017Parzinger, S. (2017). Los sermones chiquitanos: catequesis ancestral en una sociedad globalizada. Verbum SVD, 58(1), 62–77.). Recientemente se publicó una importante recopilación de los sermones de San Miguel (Parzinger & Cabildo Indígena de San Miguel de Velasco, 2016Parzinger, S., & Cabildo Indígena de San Miguel de Velasco (Eds.). (2016). Osuputakai rurasti Tupáj: Manual de Sermones Chiquitanos de San Miguel de Velasco y sus comunidades (Misión y Diálogo, No. 15). Cochabamba: Editorial Verbo Divino.). Sin embargo, el lenguaje de los sermones no es completamente idéntico al lenguaje utilizado en el habla normal: por ejemplo, la composición morfológica del ítem [tsaˈɨka] ‘mis hijos’, omnipresente en los sermones, difiere de aquella de [ɛˌtsaɨˈta̯ik̥i]‘id.’, que ocurre en los datos del autor (la forma [tsaˈɨka] es fácilmente asociada por los hablantes al lenguaje de los sermones). Es posible que el lenguaje utilizado en los sermones represente una etapa anterior del chiquitano migueleño, hablada todavía en la época jesuítica.

Los no hablantes del chiquitano residentes en el municipio de San Miguel demuestran un interés, aunque moderado, por la revitalización de esa variedad lingüística. Algunos de ellos tienen conocimiento de las diferencias más notables entre las variedades migueleña y lomeriana del chiquitano, como la correspondencia entre [x] en San Miguel y [ʂ] en Lomerío o el shibboleth que involucra la palabra [tʃa̰naˈpɨʔɨ]̥ ‘no; no hay’ (champɨ [tʃãmˈpɨ] en Lomerío). Actualmente el currículo escolar en la región incluye la enseñanza del bésɨro (la variedad lomeriana del chiquitano), aunque los profesores que imparten las clases no son hablantes de esa variedad y poseen una competencia apenas inicial en bésɨro 3 3 Uno de los estímulos para la adquisición de un nivel básico del bésɨro por los alumnos es el hecho de que la competencia en la lengua originaria sea un requisito para la contratación en la Administración Pública del Estado Plurinacional de Bolivia. . Según las observaciones del autor, los profesores tienen conciencia de que la variedad enseñada no es la originaria de San Miguel, y ha habido algunos intentos de introducir material migueleño en las clases del chiquitano (en un caso, la maestra cuenta con la ayuda del único hablante de la comunidad), que culminaron en la publicación de una edición de un libro didáctico del bésɨro (de distribución extremadamente limitada) en la que algunas palabras lomerianas vienen acompañadas de su equivalente migueleño (en una ortografía no estandarizada).

CONSONANTES

Se postula aquí para el chiquitano migueleño un inventario máximo de 21 fonemas consonánticos, que se encuentran expuestos en la Tabla 1 4 4 Los datos en este artículo se representan en el Alfabeto Fonético Internacional (AFI), con la excepción del acento en las representaciones fonológicas, que se representa mediante la tilde (´). Utilizo los diacríticos de retracción en /t̠ʲ c̠/ para subrayar que estos fonemas se articulan en las zonas postalveolar (= prepalatal) y pospalatal (= prevelar), respectivamente. El diacrítico de descenso en /β/ indica que se trata de una aproximante y no de una fricativa. La africada /tʃ/ se clasifica como [+palatal] y no como [+postalveolar] —a pesar de articularse en la zona postalveolar— porque de otro modo sería necesario explicar por qué la consonante /ts/ no se palataliza a /tʃ/ en el mismo ambiente en que /t/ se palataliza a /t̠ʲ/ (ver ‘Palatalización’). .

Tabla 1
Las consonantes del chiquitano migueleño.

El estatus fonológico de algunos de estos segmentos (representados con letra inclinada en la Tabla 1) se podría poner en tela de juicio. Por ejemplo, los segmentos [tʲc ɕ] se podrían considerar alófonos de /t p/k x/, respectivamente, ya que hay amplia evidencia de que sus ocurrencias son consecuencia de la operación de un proceso regular de palatalización progresiva. Sin embargo, ese proceso antecede a un proceso no completamente regular de aféresis vocálica, lo que justifica la atribución de estatus fonológico a /tʲc ɕ/ (véase la subsección ‘Palatalización’). El mismo raciocinio se aplica al segmento /ɰ/, cuya ocurrencia es predecible (ver ‘Resolución de hiatos y estatus de ŋ, ɰ’) pero cuya inserción antecede al proceso morfofonológico de nasalización, justificando el reconocimiento del estatus fonológico de /ɰ/.

En (1–21), se demuestran algunos contrastes fonológicos con pares mínimos o análogos. Por razones de espacio, se dará preferencia a los pares de segmentos para los que se haya reportado ausencia de contraste en otras variedades del chiquitano5 5 Las abreviaciones se enumeran al final del artículo. Para el significado de los términos regionales, ver ‘Glosario’. .

(1) /β/ x /m/: ̞ [cɨ̠ β̞ɨɾiˈjɨx] ‘su nervio’ [cɨ̠ ˈmɨx] ‘gusano (♀)’ [β̞aˈkax] ‘vaca’ [maːˈkax] ‘viento sur’ [β̞atoˈkax] ‘gualele’ [matoˈɾɨx] ‘tarechi (♀)’ [taˈβ̞ax] ‘yuca’ [tamaˈʔ̞a] ‘uno’ [β̞asɛˈɾɛβiʲʔo̥] ‘está sirviendo’ ̞ [maˈsɛs] ‘masi (♀)’ (2) /t/ x /tʲ/: [tuˈɾux] ‘turu’[toːˈnɛʔɛ̥] ‘ella (♀/♂), él (♀)’[takuˈʔ̞ux] ‘tacú’[toˈβʷɨːtso̥] ‘está saltando’ ̞[tɨ] ‘ya’, aspecto perfecto [t̠ʲuˈɾux] ‘puerta’[t̠ʲoːˈnɛʔɛ̥] ‘él (♂)’[ˈt̠ʲaku̥ta] ‘porque’[t̠ʲoˈβʷiɕ] ‘noche’ ̞[ˈt̠ʲɨː] ‘su cuello (de X)’ (3) /ts/ x /s/: [otsiˈjo̞ɲɨʔ] ‘me mordió’[ɛtsɨɰoˈɾic̠ḁ] ‘llevé huasca’[xaɾuˈtsɨx] ‘hormiguero (♀)’[tsaiɲ̯ aˈʔ̞amaʔ] ‘cerquita’[tsuˈβʷakatɨ]̥ ‘nos fuimos.EXCL’ ̞ [osɛˈjo̞x] ‘maíz’[ɛsɨβ̞oˈɾic̠ḁ] ‘estoy viviendo’[kuɾuˈsɨx] ‘cruz’[ˈsaiɕ̯ ] ‘seis’[suβʷaˈiɕ] ‘harto, gran cantidad’ ̞ (4) /s/ x /ʂ/: [ostoˈɲɛs] ‘estrella (♂)’[suβʷɛˈɾax] ‘suela’ ̞[askɨˈ̥ βɛs] ‘año’ ̞[ɛtsɨ̥ˈpo̞skḁ] ‘me casé’[astoˈpɨkḁ] ‘buenos días’ [poʂtuˈɛs] ‘portugués (idioma)’[ʂoβʷɛʂˈto̞x] ‘Roberto’ ̞[aʂkoˈɾɛs] ‘caracoré’[koʂkiˈɾo̞ːɾɛ̥] ‘corregidor’[ˌjaʂtaˈʔɨːɰo̥] ‘lo botó’ (5) /s/ x /ɕ/: [ˈsaβaɾu̥] ‘sábado’ ̞[ˈso̯ɛs] ‘palo, árbol’[ˈβisːɨ̥ˌɾo] ‘es recto’ ̞[kamiˈsax] ‘camisa’[saˈmax] ‘araña (♀)’ [ɕaˈβo̞x] ‘jabón’ ̞[ɕoˈʔ̞ɛ̃s] ‘campo, pampa’[taiɕ̯ ɨ̥ˈpo̞x] ‘tijera (para cortar)’[oβiˈɕax] ‘oveja’ ̞[ɕaːˈɾax] ‘cruceño (♂)’ (6) /ts/ x /tʃ/: [kiˈtʃutsaβo̥] ‘se hinchó’ ̞[tsaˈux] ‘ayoreo (♀)’[kɛnɛnɛˈtsɛ] ‘bajo (una persona)’[ˈtsaɾuki]̥ ‘mi labio’[ɛtsɨɾɨˈpɨkḁ] ‘tengo hambre’ [ˈβ̞utʃaβ̞o̥] ‘bebieron (♀)’[tʃakuˈʔ̞ux] ‘su espalda’[ɛtsaˈtʃɛ] ‘¿cúyo es? (♂)’[ˈtʃaɾico̠ ̥] ‘se peyó’[cɛ̠ mɛtʃɨˈɾɨx] ‘cidrillo’ (7) /tʲ/ x /tʃ/: [ˈit̠ʲḁ] ‘sobre él, en su cabeza’[t̠ʲaˈkiɕ] ‘su piel, su cuero’[t̠ʲapɛˈʔ̞ux] ‘su espalda’[piˈt̠ʲux] ‘pipa’[oit̯ ̠ʲɨˈmɨx] ‘tigre (♂)’ [ˈiʔ̞itʃḁ] ‘mi rodilla’[tʃakuˈʔ̞ux] ‘su espalda’[tʃaˈpo̞x] ‘vaso’[kiβiˈtʃo̞x] ‘camote’ ̞[tsoit̯̃ ʃɨˈmo̞kḁ] ‘nos sentamos.INCL’ (8) /tʲ/ x /c/̠: [ˈit̠ʲḁ] ‘sobre él, en su cabeza’[t̠ʲaˈʔ̞iɕ] ‘su dureza’[t̠ʲaˈkɨx] ‘su tronco, su chala’[t̠ʲaˈpax] ‘su pierna’[t̠ʲuˈɾux] ‘puerta’ [ˈicḁ̠ ] ‘mi brazo’[c̠aˈʔ̞iɕ] ‘su hueso’[c̠aˈkɨx] ‘su madre de él (♀)’[c̠aˈpax] ‘su madre de ella’[c̠uˈɾo̞x] ‘letra’ (9) /ɾ/ x /n/: [pitʃaˈɾax] ‘veneno’[tsokoˈɾɛs] ‘socori (♀)’[ˈɾaːpiɕ] ‘lápiz’[ˈpo̞ɾɛʔo̥] ‘está podrido’[ɕajuˈɾakḁ] ‘estoy ayudando (♀)’ [pɨtsaˈnax] ‘bolsa’[takoˈnɛs] ‘caña de azúcar’[naːˈkiɕ] ‘maní’[ˈpɛnɛko̥] ‘lo botaron’[ɕatuːˈnakḁ] ‘estoy nadando (♀)’ (10) /ɾ/ x /ʂ/: [aʂˈpo̞ɾkax] ‘alforja’[kaɾɛˈtax] ‘carroza, carretón’[oʂβaɾˈto̞x] ‘Osvaldo (♀)’ ̞[ˈxu̯ɛɾtɛ̥] ‘fuerte (sol, ají)’[liˈmo̞ɾna] ‘limosna’6 [aʂˈkatɛ̥] ‘alcalde (♀)’[kaʂɛˈtɛɾax] ‘carretera’[ʂoβʷɛʂˈto̞x] ‘Roberto’ ̞[ˈβɛːʂtɛ̥] ‘verde’ ̞[aʂˈmɛntɾax] ‘almendra’ (11) /n/ x /ɲ/: [makoˈno̞x] ‘frejol gateador’[onoˈnɛs] ‘tucán’[ˈpiːno̥] ‘es lindo’[aˈnɛʔɛ̥] ‘hay, está’[ˈnɛpɨ] ‘eso sí’ [makoˈɲo̞x] ‘macono (♀)’[oˈɲɛs] ‘jone’[ˈiːɲo̥] ‘para mí (♀)’[aˈɲɛs] ‘carne’[ɲɛsɨˈnakḁ] ‘está relampagueando’ (12) /j/ x /ɲ/: [motojoˈʔ̞ɛs] ‘motoyoé (♀)’[ˈβoːjɛs] ‘buey’ ̞[joˈto̞x] ‘su nalga’[pajuˈto̞x] ‘flecha’[ajɛːˈtato̥] ‘que volvás’ [makoˈɲo̞x] ‘macono (♀)’[oˈɲɛs] ‘jone’[ɲotoxĩˈj̃atḁ] ‘lo colgó’[saɲoˈɾax] ‘señora’[aɲɛˈtux] ‘su carnaza’ (13) /p/ x /c/̠: [pɨˈtsiɕ] ‘negro, moreno (♀)’[ˈpo̞ːx] ‘casa’[paˈtax] ‘alacrán (♀)’[paxpaˈkiɕ] ‘sucha (♀)’[ɾaʂˈpaɛ̯ɾax] ‘San Rafael’ [c̠ɨˈtsiɕ] ‘negro, moreno (♂)’[ˈc̠o̞ːx] ‘su casa’[c̠aːˈtax] ‘otro’[ɲaxca̠ ˈʔ̞ĩɲaʔ] ‘su gajo’[joʂc̠akiˈjox] ‘paquió’ (14) /k/ x /c/̠: [kaːˈsiki]̥ ‘cacique (♀)’[kopiˈʔ̞iːɾ̥o̥] ‘está jugando’[kɨˈɾiɕ] ‘lagarto (♀)’[kaxkaˈɾɛs] ‘cascaré (♀)’[ˈpikox] ‘pico (beso)’ [c̠aːˈsiki]̥ ‘cacique (♂)’[c̠oˈpɛs] ‘su pie’[c̠ɨˈtsiɕ] ‘negro, moreno (♂)’[ɲaxca̠ ˈtax] ‘su flojera’[ˈico̠ ] ‘mi casa’ (15) /x/ x /s/: [aˈxiɕ] ‘jachi’[ˈaxtakaʔ] ‘hasta que’[ˈpiɨ̯ xtḁ] ‘fiesta, cumpleaños’[kaxkaˈɾɛs] ‘cascaré (♀)’[ˈtɾɛːx] ‘tres’ [aˈsiɕ] ‘curupaú’[astoˈpɨka] ‘buenos días’[ostoˈɲɛs] ‘estrella (♂)’[askɨˈβɛs] ‘año’ ̞ [ˈso̯ɛs] ‘palo, árbol’ (16) /x/ x /ʂ/: [ˈaxpɛkuʔ] ‘entre’[xoɾijoˈko̞x] ‘soriocó’[kaxkaˈɾɛs] ‘cascaré (♀)’[kaxtɾiˈjanux] ‘castellano’[ˈaxtakaʔ] ‘hasta que’ [aʂˈpo̞ɾkax] ‘alforja’[ʂoβʷɛʂˈto̞x] ‘Roberto’ ̞[aʂkoˈɾɛs] ‘caracoré’[ˈβɛːʂtɛ̥] ‘verde’ ̞[ˌjaʂtaˈʔɨːɰo̥] ‘lo botó’ (17) /x/ x /ɕ/: [xaːˈɾax] ‘cruceño (♀)’[xoɾijoˈko̞x] ‘soriocó’[tʃixĩjã ˈa̰pɨ]̥ ‘no quiere’[xiˈɕo̞x] ‘ratón (♀)’[xuβʷɛˈjo̞kḁ] ‘está lloviznando’ ̞ [ɕaːˈɾax] ‘cruceño (♂)’[ɕoɾica̠ ˈkiɕ] ‘su bofe; esp. de sepe’[iɕĩˈj̃akḁ] ‘quiero’[ɕĩˈj̃ɛs] ‘anguila (♀)’[ɕoˈux] ‘víbora (♀)’ (18) /x/ x /h/7: [xaːˈɾax] ‘cruceño (♀)’[xoɾijoˈko̞x] ‘soriocó’[xɨɾɨpɨˈtɨx] ‘trapo’[xiˈɕo̞x] ‘ratón (♀)’[xaˈʔ̞ĩɕ] ‘puchi, excrementos’ [ˈ(h)apɛ̥] ‘arriba’[(h)oˈnɛ] adverbio de pasado[ˈ(h)ɨm̩ ] ‘a ella (♀/♂), a él (♀)’[(h)iɨˈɾotɨ]̥ ‘que yo vaya’[(h)aˈɛm̩ ] ‘a vos’ (19) /ɰ/ x /β/: ̞ [ˈsɨːɰo̥] ‘está seco (planta)’[ɛtsɨˈɰo̞ʔi]̥ ‘que yo pise’[kɨˈɰo̞ɾiʲʔo̥] ‘llevó huasca’[kɨɰaˈɾax] ‘azucaró (♀)’[ɨˈɰo̞x] ‘urina (♀)’ [ˈkijɨβ̞o̥] ‘nació’[ɛtsɨˈ̥ β̞o̞ːβi]̥ ‘en mi barriga’ ̞ [sɨˈβ̞o̞ɾico̠ ̥] ‘está viviendo’[aɾɨβ̞aˈʔ̞akax] ‘albahaca’[askɨˈβ̞ɛs] ‘año’ (20) /ɰ/ x /ŋ/: [kɨˈɰo̞x] ‘urucú’ [kɨɰoxˈkiɕ] ‘pala’ [kɨˈŋo̞maʔ] ‘urucucito’ [kɨŋoxˈkĩjã ʔ] ‘palita’ (21) /ʔ/ x /∅/: [oˈʔ̞ux] ‘miel (♂)’ [βaˈʔ̞iɕ] ‘palma’ ̞ [jaˈʔ̞ɨx] ‘joven (hombre)’[pɛˈʔ̞iɕ] ‘costilla’[po̞ˈʔ̞o̞x] ‘gallo, macho de pato’[kɨˈʔ̞ɨx] ‘tierra’ [oˈux] ‘paja’ [βaˈiɕ] ‘curichi’ ̞ [jaˈɨx] ‘su padre de él (♀)’[pɛˈiɕ] ‘peji (♀)’[ˈpo̞ːx] ‘casa’[ˈkɨːx] ‘capiguara, cujuchi (♀)’

La realización fonética de los fonemas consonánticos será discutida en la próxima subsección, mientras que en las subsecciones subsiguientes se proporcionará la evidencia que podría utilizarse para cuestionar el estatus fonológico de los segmentos /tʲ c ɕ ʂ h ɰ ŋ/.

REALIZACIÓN FONÉTICA DE LAS CONSONANTES

La realización de los segmentos /p m t ɾ n tʃ ɕ j k ɰ ŋ/ es invariable y corresponde a sus valores en el Alfabeto Fonético Internacional (AFI)8 8 Un análisis auditivo sugiere que el sonido que se representa aquí como [t] es una oclusiva dental y no alveolar, hecho que debería representarse en el AFI mediante la utilización de un diacrítico dental ([t̪]). Sin embargo, no se ha podido realizar un análisis palatográfico que podría comprobar esta impresión auditiva. Por esta razón, en este artículo se mantendrá la utilización del símbolo [t]. . Obsérvese que en esta propuesta ciertas alternancias entre consonantes (como aquellas que involucran la palatalización) se atribuyen a procesos que operan en el nivel morfofonológico, como se mostrará en las secciones subsiguientes. Por ello, no se considera, por ejemplo, que el fonema /t/ posee un alófono [tʲ̠], sino que se propone postular una alternancia morfofonológica entre los fonemas /t/ y /tʲ/ (y otros pares similares).

El segmento /β̞/ normalmente se realiza como una aproximante bilabial [β̞], aunque en algunos casos su realización puede oscilar. Más específicamente, en el comienzo de las palabras se ha registrado la ocurrencia opcional del alófono oclusivo [b], posiblemente por la interferencia del castellano. Además, tras las vocales /o, u, ɨ/ el fonema /β̞/ frecuentemente muestra un efecto coarticulatorio (muy similar a lo que ocurre en el español cubano) que consiste en el mantenimiento del redondeamiento labial durante toda la duración de la aproximante, resultando en las realizaciones como [β̞ʷ], [w] o incluso [∅] (en este último caso la vocal precedente puede reducirse a [w])9 9 No está completamente claro por qué la vocal no redondeada /ɨ/ desencadenaría tal realización. . Algunos ejemplos se dan en (22).

(22) a. /βuxíɕi/ ̞ [βuˈxiɕ] ̞ ‘tigre (♀)’ /βakíɕi/ ̞ [βaˈkiɕ] ̞ ‘garza (♀)’ /βísɨɾo/ ̞ [ˈβisːɨˌ̥ɾo] ̞ ‘es recto’ /ɕaβóxɨ/ ̞ [ɕaˈβo̞x] ̞ ‘jabón’ b. /βátʃɛjo/ ̞ [ˈbatʃɛjo̥ ~ ˈβatʃɛjo̥] ̞ ‘dio’ /βáʔa poókaa/ ̞ [ˌba̰ː ˈpo̞ːka ~ ˌβa̰ː ˈpo̞ːka] ̞ ‘las casas’ c. /kuβátɨ/ ̞ [kuˈβʷatɨ ̥ ~ ˈkwatɨ]̥ ̞ ‘viene’ /ɛtsu̞βuxíca/ [ɛtsuwuˈxicḁ ~ ɛtsuːˈxicḁ] ‘me tapé’ /ɛtso̞βoɾíca/ [ɛtsowoˈɾicḁ ~ ɛtsoːˈɾicḁ] ‘me preparé’ /tɨ̞βatsɨ́xɨ/ [tɨβʷaˈtsɨx ~ tɨwaˈtsɨx] ‘pato (♀)’

A pesar de que los segmentos /t̠ʲ/ y /c/̠ posean una realización constante (salvo en la pronunciación de los semihablantes, que suelen realizarlos como [t] y [ki], respectivamente), es oportuno discutirla aquí en más detalle, ya que los fonos que les corresponden son similares acústica y perceptualmente. El segmento /tʲ/ se realiza como una oclusiva sorda, cuyo punto de articulación es posalveolar (o prepalatal); la configuración de la lengua durante la obstrucción de este fono puede describirse como laminal o antedorsal (algo que no se ha podido averiguar palatográficamente). Por falta de un símbolo dedicado del Alfabeto Fonético Internacional, este fonema y su fono correspondiente se representarán aquí como /tʲ/ [tʲ] (otra opción posible sería /c/̟ [c]̟ ). En cambio, el segmento /c/̠ es una oclusiva sorda pospalatal (o prevelar), articulada con la zona antedorsal de la lengua. Este fonema y su fono correspondiente podrían representarse alternativamente mediante el símbolo /k̟/ [k]̟ . El contraste entre /tʲ= c/̟ y /c= k̟/ está bien documentado y no presenta ninguna dificultad para los hablantes del chiquitano migueleño.

Los segmentos /ts/ y /s/ se realizan siempre como [ts] y [s], respectivamente, en el habla tanto de una de las consultantes del autor en San Juan de Lomerío como de un consultante originario de San Pedro de Sapocó (cuyos datos no fueron analizados en este artículo). Un consultante originario de San Miguel de Velasco muestra una fuerte tendencia a realizar los dos segmentos como [s]. Finalmente, los idiolectos de otras consultantes presentan algunas particularidades que podrían estar o no relacionadas con el estado deteriorado de su dentición. Una consultante de San Juan no reproduce la distinción entre /ts/ y /s/ de forma sistemática, a veces realizando /s/ como [ts] y, con una frecuencia menor, /ts/ como [s] (esta misma hablante a veces pronuncia /tʃ/ como [ts]). Otra consultante, de San Pedro de Sapocó, mantiene la distinción entre /s/ y /ts/, pero realiza este último segmento como una oclusiva dental [t]̪ (no se analizarán sus datos en este artículo).

El segmento /ʂ/ se realiza con un grado variable de fricción: [ʂ ~ ʂ ~ r]̝̊ , igual a su equivalente en el castellano camba.

El segmento /ɲ/ suele realizarse como una oclusiva nasal palatal sonora [ɲ] (23a), pero tras la vocal anterior alta /ɲ/ puede perder la oclusión y se realiza como una aproximante nasalizada, nasalizando también la vocal precedente (23b).

(23) a. /makoɲóxɨ//ɲasúxɨ//íɲo/ [makoˈɲo̞x][ɲaˈsux][ˈiːɲo̥] ‘macono (♀)’‘su oreja’‘para mí (♀)’ b. /iɲáxɨ/ [ĩˈj̃ax] ‘su nariz’ /iɲásu/ [ĩˈj̃asu̥] ‘mi oreja’ /piɲóoniɕi/ [pĩˈj̃õ̞ːniɕ] ‘piñón’ /iɲatáʔi/ [ĩjã ˈtaʔi ̥ ~ iɲaˈtaʔi]̥ ‘llegó’ /piɲɛ́sɨ/ [pĩˈj̃ɛs] ‘peni, jaúsi (♀)’

La realización del segmento /x/ parece oscilar entre [x] y [h] tanto en los ataques como en las codas (24). No se ha detectado ninguna ocurrencia de [h] en la posición final de la palabra.

(24) a. /xaɾutsɨx́ ɨ/ [xaɾuˈtsɨx ~ haɾuˈtsɨx] ‘hormiguero (♀)’ /kuxuɾɛ́sɨ/ [kuxuˈɾɛs ~ kuhuˈɾɛs] ‘piraña (♀)’ b. /axtsaʔíɕi/ [axtsaˈʔ̞iɕ ~ ahtsaˈʔ̞iɕ] ‘jasayé’ /paxpakíɕi/ [paxpaˈkiɕ~ pahpaˈkiɕ] ‘sucha (♀)’

En cambio, apenas un alófono, [h], ha sido atestiguado para el supuesto segmento /h/, de muy baja frecuencia en el corpus (ver subsección ‘Estatus de h’ para algunos ejemplos).

Finalmente, el segmento /ʔ/ raramente se realiza como una verdadera oclusiva glotal en chiquitano migueleño. La oclusión completa suele conservarse precediendo una vocal ensordecida o en posición final, que sólo resulta de elisión de la vocal final (ver ‘Ensordecimiento y elisión’) (25a). En cambio, en la posición entre dos vocales no ensordecidas /ʔ/ prototípicamente pierde la oclusión, realizándose como una aproximante [ʔ̞] o incluso como una fonación no modal (voz tensa o voz crujiente 10 10 Aquí no se hará un intento de distinguir entre esas fonaciones y se utilizará la notación [V̰] para representar cualquier tipo de vocales no modales del chiquitano migueleño. Obsérvese que algunos autores emplean los términos ‘voz tensa’ y ‘voz crujiente’ refiriéndose a dos grados distintos de constricción de la glotis, que pertenecerían a un mismo continuo entre la fonación modal y el estado totalmente constreñido de la glotis. Otros autores definen la voz crujiente (creak en inglés) como una fonación irregular, sin la implicación de que las cuerdas vocales estén más constreñidas a comparación de la voz modal. Futuros estudios deberán determinar cómo exactamente se producen las vocales denotadas aquí como [V̰]. ) en la vocal siguiente (25b, c), tal como sucede en un sin número de lenguas del mundo (cf. Ladefoged & Maddieson, 1996Ladefoged, P., & Maddieson, I. (1996). The sounds of the world’s languages. Oxford: Blackwell., p. 75). Esta última posibilidad es particularmente frecuente cuando /ʔ/ se encuentra entre vocales átonas (25c).

(25) a. /cɨ̠ póʔi//ítʲ̠oʔo//ɲaɛ̃támaʔa/ [cɨ̠ ˈpo̞ʔi]̥[ˈitʲ̠oʔ][ɲaɛ̯̃ˈtamaʔ] ‘está pisando’‘también’‘solito (♂)’ b. /saʔáxɨ/ [saˈʔ̞ax] ‘paja sujo (♀)’ /paʔɨx́ ɨ/ [paˈʔ̞ɨx] ‘mujer’ /ɕoʔɛ̃́sɨ/ [ɕoˈʔ̞ɛ̃s] ‘campo, pampa’ c. /aβɛ́ʔɛko/ ̞ [aˈβɛɛ̰ko̥] ̞ ‘está satisfecho’ /kótaʔa/ [ˈko̞taa̰ ] ‘¿dónde?’ /tsáʔa poóxɨ/ [ˌtsa̰ːˈpo̞ːx] ‘esta casa’

PALATALIZACIÓN

La palatalización progresiva es un proceso omnipresente en el chiquitano migueleño; consiste en que las consonantes |p β̞ m t k x| subyacentes son sustituidas por / c j ɲ t ʲ c ɕ/, respectivamente, en determinados ambientes11. En términos de los rasgos distintivos, se podría proponer la siguiente generalización: las consonantes [+labiales] y [+velares] se palatalizan a [+palatales] manteniendo el modo de articulación, mientras que la consonante [+dentoalveolar] |t| se palataliza a su contraparte [+postalveolar] /tʲ/ (las demás consonantes [+dentoalveolares] —esto es, |ts s ɾ n|— no se palatalizan, ya que el inventario del chiquitano migueleño no tiene africadas, fricativas o sonorantes [+postalveolares]). Para las consonantes |p β̞ m t k|, el ambiente condicionante es la posición entre una vocal |i| o |ĩ| subyacente y cualquier vocal que no sea |i ĩ|12 12 La vocal |ĩ| es de muy baja frecuencia en el chiquitano migueleño, por lo que las instancias de palatalización que involucran esta vocal son muy pocas y no se discutirán detalladamente en esta subsección. Los ejemplos incluyen: |paʔĩ-xɨ| /paʔí̃ɕi/ [paˈʔ̞ĩɕ] ‘cura’, |xaʔĩ-xɨ| /xaʔĩ́ɕi/ [xaˈʔ̞ĩɕ] ‘puchi’, |ij/x-i-̃́ ka-tɨ| /ić̃ ̠atɨ/ [ˈĩɲc̠atɨ]̥ ‘voy’, |tomĩko| /tomić̃ ̠o/ [toˈmĩɲc̠o̥] ‘domingo’. . Esta última condición no se aplica a la |x|, que se palataliza tras |i ĩ| sin importar la vocal que le sigue. Las evidencias que muestran que la palatalización es un proceso activo incluyen los siguientes hechos:

  1. hay numerosos ejemplos de alternancias entre /p β̞ m t k x/ y /cj ɲ tʲcɕ/;

  2. /p β̞ m t k x/ no ocurren en el ambiente /i...V/ o /ĩ...V/ (salvo si V = i/ĩ en el caso de las primeras cinco consonantes), con contadísimas excepciones;

  3. /c tʲɕ/ nunca ocurren tras vocales que no sean /i ĩ/ (aunque sí pueden ocurrir en los ambientes #_, C_).

Hay dos dificultades posibles para el análisis propuesto aquí. La primera consiste en la existencia de palabras en las que la palatalización no ocurre a pesar de que haya condiciones para ello. Se trata de algunos préstamos del castellano y, en el subdialecto de San Juan, de las formas que contienen el prefijo negativo/condicional /tʃi-/ (en San Miguel y en otras comunidades este mismo prefijo tiene la forma /tʃɨ-/), como se muestra en (26).

(26) /ɾíkoxɨ/ [ˈɾikox] ‘rico’ < cast. rico /píkoxɨ/ [ˈpikox] ‘beso’ < cast. pico /sik̃́ u/ [ˈsĩŋku] ‘cinco’ < cast. cinco /anitáxɨ/ [aniˈtax] ‘Ana’ < cast. Anita /tʃiβ̞óxɨ/ [tʃiˈβ̞o̞x] ‘chivo’ < cast. chivo /ɾímaxɨ/ [ˈɾimax] ‘lima’ < cast. lima /ɾasímoxɨ/ [ɾaˈsimox] ‘racimo’ < cast. racimo /tʃipakoáijopɨ/ [tʃipaˈko̯aij̯ opɨ]̥ ‘no es ancho’ (San Miguel: /tʃɨ-/ [tʃɨ-]) /tʃixiɲaʔápɨ/ [tʃixĩˈjã ̰ːpɨ]̥ ‘no quiere’ (San Miguel: /tʃɨ-/ [tʃɨ-])

Sin embargo, en la mayoría de los préstamos las secuencias ‘ilícitas’ se eliminan por el proceso de palatalización, como se muestra en (27) a continuación.

(27) /mic̠oɾáxɨ/ [mico̠ ˈɾax] ‘Nicolás’ < cast. Nicolás /tomic̃́ o̠ / [toˈmĩɲ̠c̠o̥] ‘domingo’ < cast. domingo /βuɾicá̠ xɨ/ [βuɾiˈca̠ x] ‘mula’ < cast. burrica /iɕkaɾɛɾáxɨ/ [iɕkaɾɛˈɾax] ‘escalera’ < cast. escalera /maíɕtɨɾu/ [maˈiɕtɨˌɾu] ‘profesor (♀)’ < cast. maestro /iɕpinit̠ʲúmaʔa/ [iɕpiniˈt̠ʲumaʔ] ‘picaflor’ < cast. espíritu + DIM

La segunda dificultad consiste en el hecho de que la vocal que desencadena la palatalización puede sufrir aféresis (en la posición inicial) o síncopa (en posición átona entre dos consonantes sordas). Algunos ejemplos se dan en (28).

(28) |i1-taʔanɨ-xɨ|13 /t̠ʲaʔanɨx́ ɨ/ [t̠ʲa̰ːˈnɨx] ‘su cabeza’ |i1-β̞oto-xɨ| /jotóxɨ/ [joˈto̞x] ‘su nalga’ |i2-pɛnɛ-ɾo-ɲɨʔɨ| /c̠ɛnɛnóɲɨʔɨ/ [c̠ɛnɛˈno̞ɲɨʔ] ‘me botó, me empujó’ |ijx-i2-tasu-ka-ɨʔɨ| /t̠ʲasúkɨʔɨ/ [t̠ʲaˈsukɨʔ] ‘te llamé’ |ixou-xɨ| /ɕoúxɨ/ [ɕoˈux] ‘víbora (♀)’ |i kp oɾɛɾa-xɨ| /c̠oɾɛɾáxɨ/ [c̠oɾɛˈɾax] ‘corredor’ |i2-kosɛɛ-xɨ| /c̠osɛɛ́sɨ/ [c̠oˈsɛːs] ‘José (♂)’ |i2-kaaɾuxi-xɨ| /c̠aaɾuxíɕi/ [c̠aːɾuˈxiɕ] ‘Carlos (♂)’ |joɾi kp aki jβ ̞ o-xɨ| /joʂc̠akijóxɨ/ [joʂc̠akiˈjo̞x] ‘paquió’ |i1-maxi kp ata-xɨ| /ɲaxc̠atáxɨ/ [ɲaxc̠aˈtax] ‘su flojera’

Al contrario de lo que ocurre en lenguas como el kari’ña (familia caribe) (ver Álvarez, 2016Álvarez, J. (2016). Esbozo de una gramática de la lengua kari’ña. Recuperado de https://www.academia.edu/28516773/Esbozo_de_una_gram%C3%A1tica_de_la_lengua_kari%C3%B1a
https://www.academia.edu/28516773/Esbozo...
, pp. 23–24), que también presenta un proceso de palatalización progresiva seguido de un proceso de aféresis vocálica, en chiquitano migueleño la aféresis de |i| no es un proceso estrictamente fonológico, ya que es imposible predecir su aplicación sin recurrir a la información morfológica (compárese /iɛnɛ́ka/ [iɛˈnɛkḁ] ‘me botaron’ y /ɛnɛ́ta/ [ɛˈnɛtḁ] ‘lo botó’, con prefijos distintos). Por esta razón, la palatalización debe atribuirse al nivel morfofonológico.

A continuación, se ilustra la aplicación regular del proceso de palatalización progresiva desencadenado por los segmentos finales de los prefijos |i1-| 3SG (29a), |i2-| HT (29b), |i2-| M.♂ (29c), |ix-/ij-| 1SG.♀/♂ (29d), |tsoij-| 1EXCL (29e), así como por la vocal final de las raíces (29f), afectando los segmentos iniciales de los sufijos |-xɨ| X, |-kaa| PL, |-maʔa| DIM, |-ka| F.SAP, |-ko| F.3, |-ka| F.CLIM, |-ta| 3SG.OBJ, |-taiki| PL.KIN, |-po| NMLZ.INSTR, |-β̞o| TRANSL.

(29) Palatalización progresiva a. |i1-| 3SG: |p| → /c/̠ /ic̠áxɨ/ [iˈc̠ax] ‘su brazo’ cf. 2SG /ápa/ [ˈapḁ] /c̠ɛɛkíɕi/ [cɛ̠ ːˈkiɕ] ‘su fiebre’ cf. 2SG /apɛ́ɛki/ [aˈpɛːki]̥ /c̠opɛ́sɨ/ [co̠ ˈpɛs] ‘su pie’ cf. 2SG /ápopɛ/ [ˈapopɛ̥] /c̠ɨtáxɨ/ [cɨ̠ ˈtax] ‘su talón’ cf. 2SG /apɨ́ta/ [aˈpɨtḁ] |t| → /tʲ/ /t̠ʲaʔanɨx́ ɨ//t̠ʲokiʔã́xɨ//t̠ʲusíɕi//t̠ʲɨɨ́xɨ/ [t̠ʲa̰ːˈnɨx][t̠ʲokiʲˈʔãx][t̠ʲuˈsiɕ][ˈt̠ʲɨːx] ‘su cabeza’‘su ombligo’‘su pecho’‘su cuello’ cf. 2SG /atáʔanɨ/ [aˈtaa̰n̩]cf. 2SG /atókiʔã/ [aˈto̞kiʲʔḁ̃]cf. 2SG /átusi/ [ˈatusi]̥ cf.2SG /átɨɨ/ [ˈatɨ] |k| → /c/̠ /c̠ɛmɛ́sɨ/ [cɛ̠ ˈmɛs] ‘su espina’ cf. 2SG /ákɛmɛ/ [ˈakɛmɛ̥] /c̠omɛ́sɨ/ [co̠ ˈmɛs] ‘su escopeta’ cf. 2SG /ákomɛ/ [ˈakomɛ̥] /cɨ̠ poosɨtoxɨtíʔi/ [cɨ̠ poːstoxˈtiʔ] ‘su esposo (♂)’ cf. 2SG /akɨpóosɨ/ [akɨ̥ˈpo̞ːs] |β̞| → /j/ /jaɨtsíɕi/ [jaɨˈ̯ tsiɕ] ‘su hamaca’ cf. 2SG /aβ̞áɨtsi/ [aˈβ̞aɨ̯tsi] /joʔóxɨ/ [joˈʔ̞o̞x] ‘su chaco’ cf. 2SG /aβ̞óʔo/ [aˈβ̞o̞ʔo̥] |m| → /ɲ/ /ɲasúxɨ/ [ɲaˈsux] ‘su oreja’ cf. 2SG /amásu/ [aˈmasu̥] /ɲomɛ́sɨ/ [ɲoˈmɛs] ‘su chipa’ cf. 2SG /amómɛ/ [aˈmo̞ːmɛ̥] b. |i2-| HT: |p| → /c/̠ /c̠ɛnɛ́ta/ [cɛ̠ ˈnɛtḁ] ‘lo botó’ cf. /pɛ́nɛko/ [ˈpɛnɛko̥] ‘fue expulsado’ |t| → /tʲ/ /t̠ʲaβáitʲ̠a/ ̞ [t̠ʲaˈβ̞ait̯ʲ̠ḁ] ‘lo mató’ cf. /β̞ataβ̞áij̯ o/ [β̞ataˈβ̞aij̯ o̥] ‘mató’ /t̠ʲomoɛ́ta/ [t̠ʲoˈmo̯ɛtḁ] ‘lo ató’ cf. /tomóɛno/ [toˈmo̞ɛ̯no̥] ‘fue atado’ /t̠ʲumɛ́ta/ [t̠ʲuˈmɛtḁ] ‘lo ahorcó’ cf. /matumɛ́ɛno/ [matuˈmɛːn̩] ‘ahorcó’ /t̠ʲɨmokóta/ [t̠ʲɨmoˈko̞tḁ] ‘lo asentó’ cf. /tɨmóotso/ [tɨˈmo̞ːtso̥] ‘está sentado’ |k| → /c/̠ /c̠áta/ [ˈca̠ tḁ] ‘lo llevó/sacó’ cf. /makáana/ [maˈkaːn̩] ‘llevó/sacó’ /c̠oɲokóta/ [co̠ ɲoˈkótḁ] ‘lo adornó’ cf. /akóɲoko/ [aˈko̞ɲoko̥] ‘tu hermosura’ /c̠upúta/ [cu̠ ˈputḁ] ‘lo mandó’ cf. /βakúpuɾo/ [β̞aˈkupuɾ̥o̥] ‘mandó’ ̞ /c̠ɨɰaít̠ʲa/ [cɨ̠ ɰaˈit̠ʲḁ] ‘lo azotó’ cf. /β̞akɨɰáiɾo/ [β̞akɨˈɰai̯ɾ̥o̥] ‘azotó’ c. |i2-| M.♂: |p| → /c/̠ /c̠ɛɾúxɨ/ [cɛ̠ ˈɾux] ‘Pedro (♂)’ cf. ♀ /pɛɾúxɨ/ [pɛˈɾux] /c̠ɨtsíɕi/ [cɨ̠ ˈtsiɕ] ‘negro (♂)’ cf. ♀ /pɨtsíɕi/ [pɨˈtsiɕ] |t| → /tʲ/ /t̠ʲaniɛ́ɾɛ/ [t̠ʲaˈniɛ̯ ːɾ̥ɛ̥] ‘Daniel (♂)’ cf. ♀ /taniɛ́ɾɛ/ [t̠ʲaˈniɛ̯ ːɾ̥ɛ̥] /t̠ʲoonɛ́ʔɛ/ [t̠ʲoːˈnɛʔɛ̥] ‘él (♂)’ cf. ♀ /toonɛ́ʔɛ/ [toːˈnɛʔɛ̥] /t̠ʲupáxɨ/ [t̠ʲuˈpax] ‘Dios (♂)’ cf. ♀ /tupáxɨ/ [tuˈpax] |k| → /c/̠ /c̠aasíki//c̠ɛsúuxɨ//c̠osɛ́ɛsɨ//c̠uxtínɛ/ [ca̠ ːˈsiki]̥[cɛ̠ ˈsuːx][co̠ ˈsɛːs][cu̠ xˈtiːnɛ̥] ‘cacique (♂)’‘Jesús (♂)’‘José (♂)’‘Agustín (♂)’ cf. ♀ /kaasíki/ [kaːˈsiki]̥ cf. ♀ /kɛsúuxɨ/ [kɛˈsuːx]cf. ♀ /kosɛ́ɛsɨ/ [koˈsɛːs]cf. ♀ /kuxtínɛ/ [kuxˈtiːnɛ̥] |m| → /ɲ/ /ɲaíɕtɨɾu/ [ɲaˈiɕtɨˌɾu] ‘profesor (♂)’ cf. ♀ /maíɕtɨɾu/ [maˈiɕtɨˌɾu] /ɲɛ́ʂku/ [ˈɲɛʂku̥] ‘médico (♂)’ cf. ♀ /mɛ́ʂku/ [ˈmɛʂku̥] |x| → /ɕ/ /ɕaaɾáxɨ/ [ɕaːˈɾáx] ‘cruceño (♂)’ cf. ♀ /xaaɾáxɨ/ [xaːˈɾáx] d. |ix-/ij-| 1SG.♀/♂ (con la caída de |x| y |j| ante consonante): |p| → /c/̠ /ic̠akíca̠ / [ic̠aˈkicḁ̠ ] ‘me caí’ cf. 3SG /pákiʔo/ [ˈpakiʲʔo̥] /ic̠ɛnɛ́ka/ [ic̠ɛˈnɛkḁ] ‘me botaron’ cf. 3SG /pɛ́nɛko/ [ˈpɛnɛko̥] /ic̠osíca̠ / [ic̠oˈsicḁ̠ ] ‘soñé’ cf. 3SG /pósic̠o/ [ˈposico̠ ̥] /ic̠ɨ́ta/ [iˈc̠ɨtḁ] ‘mi talón’ cf. 2SG /apɨ́ta/ [aˈpɨtḁ] |β̞| → /j/ /ijáɨtsi/ [iˈjaɨt̯ si] ‘mi hamaca’ cf. 2SG /aβ̞áɨtsi/ [aˈβ̞aɨ̯tsi] /ijóʔo/ [iˈjo̞ʔo̥] ‘mi chaco’ cf. 2SG /aβ̞óʔo/ [aˈβ̞o̞ʔo̥] |m| → /ɲ/ /iɲásu/ [ĩˈjã su̥] ‘mi oreja’ cf. 2SG /amásu/ [aˈmasu̥] /iɲómɛ/ [ĩˈjõ ːmɛ̥] ‘mi chipa’ cf. 2SG /amómɛ/ [aˈmo̞ːmɛ̥] |x| → /ɕ/ /iɕiɲáka/ [iɕĩˈj̃akḁ] ‘quiero’ cf. 2SG /axiɲáka/ [axĩˈj̃akḁ] e. |tsoij-| 1EXCL: |p| → /c/̠ /tsoic̠áʔu/ [tsoiˈ̯ c̠aʔu̥] ‘nuestro animal’ cf. 2PL /aupáʔu/ [au̯ˈpaʔu̥] f. raíces que terminan en |i|: |p| → /c/̠ |-po-| NMLZ.INSTR /β̞atuβ̞axicó̠ xɨ/ ̞̞ [β̞atuβ̞ʷaxiˈ̥ co̠ ̞x] ̞̞ ‘moledor’ cf. /tʃapóxɨ/ [tʃaˈpo̞x] ‘vaso’ |t| → / t ʲ/ |-taiki| PL.KIN, |-ta| 3SG.P /tsaɾukit̠ʲáiki/ [tsaɾukiˈt̠ʲaik̯ i]̥ ‘mis hermanos’ cf. /utsaɨtáiki/ [utsaɨˈtaik̯ i]̥ ‘nuestros hijos’ /tʲ̠aβ̞áit̠ʲa/ [tʲ̠aˈβ̞ait̯ ̠ʲḁ] ‘lo mató’ cf. /cu̠ púta/ [cu̠ ˈputḁ] ‘lo mandó’ |k| → /c/̠ |-kaa| PL, |-ka| F.SAP, |-ko| F.3, |-ka| F.CLIM /tʃikíc̠aa//ica̠ kíca̠ //tosíβ̞ico̠ / ̞/tʲ̠oβ̞íca̠ / ̞ [tʃiˈkic̠a][ica̠ ˈkicḁ̠ ][toˈsiβico̠ ̥] ̞[tʲ̠oˈwicḁ̠ ] ‘huevos’‘me caí’‘está gritando’‘anochece’ cf. /tamokókaa/ [tamoˈko̞ka]‘perros’cf. /itʃɨmóka/ [itʃɨˈmo̞kḁ] ‘estoy sentado’cf. /aɾɛj́ oko/ [aˈɾɛjoko̥] ‘está llorando’cf. /taʔáka/ [taˈʔ̞akḁ] ‘llueve’ |β̞ |→ /j/ |-β̞o| TRANSL /itʃapikíjo/ [itʃapiˈkiːjo̥] ̞ ‘para mi tapeque’ cf. /ico̠ oβ̞o/ [iˈco̠ ːβ̞o̥] ‘para mi casa’ |m| → /ɲ/ |-maʔa|DIM /aníɲaʔa/ [aˈnĩjã ʔ] ‘ajicito’ cf. /kapɛ́maʔa/ [kaˈpɛmaʔ] ‘cafecito’ |x| → /ɕ/ |-xɨ| X /tʃikíɕi/ [tʃiˈkiɕ] ‘huevo’ cf. /kaʔaxɨ/ [kaˈʔ̞ax] ‘piedra’

Los ejemplos en (30) muestran que las consonantes |p t k β̞ m| no se palatalizan cuando son seguidas de /i/. El bloqueo de palatalización progresiva en condiciones similares ha sido atestiguado en lenguas tales como el paresí (familia arahuaca) (ver Brandão, 2014Brandão, A. P. B. (2014). A reference grammar of Paresi-Haliti (Arawak) (Tesis de doctorado). University of Texas at Austin, Austin., pp. 42, 46) y el ye’kwana (caribe) (ver Cáceres, 2011Cáceres, N. (2011). Grammaire fonctionnelle-typologique du ye’kwana, langue caribe du Venezuela (Tesis de doctorado). Université Lumière Lyon 2, Lyon., p. 74), pero no en las demás variedades del chiquitano14 14 En el bésɨro, según Sans (2010), la palatalización ocurre regularmente solamente en el ambiente i_a. La consonante /k/ se palataliza también en el ambiente i_o, mientras que /t/ se palataliza entre i y cualquier vocal no anterior (a, o, u, ɨ). La fricativa /ʂ/ se palataliza tras i sin importar la vocal que le sigue, compartiendo este comportamiento con la /x/ del migueleño (que corresponde regularmente a la /ʂ/ del bésɨro). En cuanto al chiquitano ignaciano, Ciucci y Macoñó Tomichá (2018) observan que la palatalización progresiva no ocurre si a la consonante le siguen /ɨ i/; además, la palatalización de /p m/ en el ambiente i_o está sujeta a determinadas restricciones morfológicas. .

(30) |tipi-xɨ| /tipíɕi/ [tiˈpiɕ] ‘hormiga (♀)’ |i jx -piɨxta| /ipiɨx́ ta/ [iˈpiɨ̯xtḁ] ‘mi cumpleaños’ |i jx -pitu| /ípitʲ̠u/ [ˈipitʲ̠u̥] ‘mi pipa’ |i2-piɾipi| /piɾípi/ [piˈɾipi]̥ ‘Felipe (♂)’ |tapiti-xɨ| /tapitíɕi/ [tapiˈtiɕ] ‘tapití (♀)’ |oi-tiʔi| /oitíʔi/ [oiˈ̯ tiʔ] ‘por él (♂)’ |i1-ki-xɨ| /ikíɕi/ [iˈkiɕ] ‘su pluma, su vello’ |kupiki-xɨ| /kupikíɕi/ [kupiˈkiɕ] ‘joven (mujer)’ |kɨtuɾiki| /kɨtúɾiki/ [kʉˈtuɾiˌki] ‘rojo’ |kaasiki| /kaasíki/ [kaːˈsiki]̥ ‘cacique (♀)’ |ix-otuxiki| /ɕotúxiki/ [ɕoˈtuxik̥ ijo̥] ‘mi saliva (♀)’ |i jx -tapiki| /itʃapíki/ [itʃaˈpiki]̥ ‘mi tapeque’ |aʔiβ̞i-xɨ| /aʔiβ̞íɕi/ [aʔ̞iˈβ̞iɕ] ‘su ropa’ |tiβ̞iβ̞i-xɨ| /tiβ̞iβ̞íɕi/ [tiβ̞iˈβ̞iɕ] ‘tibibi (♀)’ |tosiβ̞i-ko| /tosíβ̞ico/ [toˈsiβ̞i̠co ̥] ‘está gritando’ |uɾasiβ̞i-xɨ| /uɾasiβ̞íɕi/ [uɾasiˈβ̞iɕ] ‘sardina’ |aɾiβ̞iɾonɛ| /aɾiβ̞iɾónɛ/ [aɾiβ̞iˈɾo̞ːnɛ̥] ‘almidón’ |kiβ̞itʃo-xɨ| /kiβ̞itʃóxɨ/ [kiβ̞iˈtʃo̞x] ‘camote’ |∅-(β̞)a-ɛ̃tonimi-ʔo| /maɛ̃tonímiʔo/ [maɛ̯̃toˈnimiʲʔo̥] ‘se lava las manos’ |i2-mikoɾa-xɨ| /micoɾáxɨ/ [micoˈɾax] ‘Nicolás (♂)’

Finalmente, es importante mencionar aquí un fenómeno que podría estar relacionado con el bloqueo discutido arriba y que consiste en lo siguiente: cuando a un tema que termina en /i/ se le agrega uno de los sufijos |-pɨ| NEG/ DUBIT, |-tɨ| DIR o |-xɨ| X, la vocal del sufijo se transforma en una /i/, como se muestra en (31).

(31) |tʃi-∅-uɾa-p-oʔi-pɨ||tʃi-ix-õʔõ-ka-oʔi-pɨ||tʃi-ix-suputa-ka-aʔi-pɨ||tsai-pɨ||∅-tsɨɾo-tiʔi-tɨ||i1-aɾuβ̞aʔi-xɨ||ko ɾ-oβ-oɾi-xɨ| ̞ /tʃuɾapóʔipi//tʃiʔiɕõʔõkóʔipi//tʃɛʔɛsuputakáʔipi//tsáipi//tsɨɾotíʔiti//aɾuβaʔíɕi/ ̞/ko ɾoβoɾíɕi/ ̞ [tʃuɾaˈpo̞ʔip̥ i]̥[tʃiḭɕõʔ̞õˈko̞ʔip̥ i]̥[tʃɛɛ̰su̥putaˈkaʔip̥ i]̥[ˈtsaip̯ i]̥[tsɨɾoˈtiḭti]̥[aɾuβaˈʔ̞iɕi (ɲanaˈʔ̞ux)] ̞ [koɾoβoˈɾiɕi (ɾɛˌʔ̞ɛ)] ̞ ‘no avisó’‘no oigo (♀)’‘no conozco’‘casi’‘se va (♂)’‘es ancho (el chaco)’‘son hediondos (pues)’

En el caso de |-pɨ| NEG/DUBIT y |-tɨ| DIR es probable que el proceso de armonización esté motivado por la necesidad de preservar la calidad de los segmentos iniciales de estos afijos, que se realizarían */-cɨ̠ / y */-tʲ̠ɨ/, respectivamente, si el proceso de armonización no existiera. Se podría suponer que en la mente de los hablantes la preservación de la calidad de la consonante resulta más importante que la preservación de la calidad de la vocal. Sin embargo, esta explicación es algo problemática por no contemplar el sufijo |-xɨ| X y permanece especulativa.

ESTATUS DE ʂ

Hay evidencias que sugieren que el segmento [ʂ] podría analizarse como un alófono del fonema /ɾ/ en la posición de coda. Crucialmente, en algunos morfemas que claramente contienen |ɾ| este segmento puede alternar con [ʂ] en los contextos de elisión vocálica (ver ‘Ensordecimiento y elisión’), como se muestra en (32) a continuación.

(32) [ˌjaʂtaˈʔ̞ɨːɰo̥] [ˈaʂkɨɾɛˌʔ̞ɛ][aʂˈkantɾux] ‘lo botó’ ‘hasta luego (♀)’(lit. ‘acostate pues’)‘Alejandro (♀)’ cf. /ajáɾa ɨɰ́ o/ [aˌjaɾaˈʔ̞ɨːɰo̥] ‘a botarlo (vos u otro)’cf. /aɾɨkɨ́ka/ [aɾɨˈkɨkḁ] ‘estás acostado’cf. /aɾɛkã́tɾuxɨ/ [aɾɛˈkantɾux] ‘id.’ (variante)

Otros ítems no presentan alternancias sincrónicas (o por lo menos no se han atestiguado las respectivas alternantes con /ɾ/), pero en sus cognados en otras variedades del chiquitano —o en sus étimos en el caso de los préstamos— a la /ʂ/ en coda del chiquitano migueleño le corresponde /ɾ/ (y en el caso del castellano, cualquier consonante líquida o el alófono [ð̞] del fonema /d/), como se muestra en (33).

(33) [aʂkoˈɾɛs] ‘caracoré’ cf. lomeriano n-aɾakoˈɾɛ-s ‘id.’ (Sans, 2010, p. 162) [joʂca̠ kiˈjox] ‘paquió’ cf. ignaciano de San Rafael joːɾipʲakiˈʔo-ʂ ‘id.’ (Girard, 2014), lomerianon-oɾipʲaˈkjo-ʂ ‘id.’ (Sans, 2010, p. 160) [ʂoβɛʂˈto̞x] ̞ ‘Roberto’ < cast. Roberto [ˈβ̞ɛːʂtɛ̥] ‘verde’ < cast. verde [koʂkiˈɾo̞ːɾɛ̥] ‘corregidor’ < cast. corregidor15 [aʂˈpo̞ɾkax] ‘alforja’ < cast. alforja [aʂˈkatɛ̥] ‘alcalde (♀)’ < cast. alcalde [aʂˈmɛntɾax] ‘almendra’ < cast. almendra [ˈmɛʂku̥] ‘médico (♀)’ < cast. médico

Obsérvese que los mismos fonemas líquidos del castellano (/ɾ/, /r/̄ , /l/, /ʎ/16 16 En algunos préstamos la /ʎ/ del castellano se adapta como /j/, como, por ejemplo, en /kájaxɨ/ < cast. calle. , bien como el alófono [ð̞] del fonema /d/ o cualquier secuencia de éstos) se sustituyen por /ɾ/ en la posición de ataque en los préstamos (el alófono [d] del fonema /d/ del castellano se adapta consistentemente como /t/), como se muestra en (34) a continuación.

(34) [matɛˈɾax] ‘bandera’ < cast. bandera [saɲoˈɾax] ‘señora’ < cast. señora [aɾɛˈkantɾux ~ aʂˈkantɾux] ‘Alejandro (♀)’ < cast. Alejandro [iɕkaɾɛˈɾax] ‘escalera’ < cast. escalera [ɾoˈɾɛ̃ŋsax] ‘Lorenza’ < cast. Lorenza [toˈɾo̞ɾiɕ] ‘Dolores’ < cast. Dolores [maˈiɕtɨˌɾu] ‘profesor (♀)’ < cast. maestro [aʂˈmɛntɾax] ‘almendra’ < cast. almendra [kaːɾuˈxiɕ] ‘Carlos (♀)’ < cast. Carlos [kaɾuˈmɛːɾu̥] ‘Carmelo (♀)’ < cast. Carmelo [pɛˈɾux] ‘Pedro (♀)’ < cast. Pedro [ˈɾikox] ‘rico’ < cast. rico [ɾaˈsimox] ‘racimo’ < cast. racimo [βuɾiˈca̠ x] ̞ ‘mula’ < cast. burrica [aˈɾo̞x] ‘arroz’ < cast. arroz [ɨɾaˈpaɛ̯ɾ̥ḁ] ‘Rafael (♀)’ < cast. Rafael [ˈɾimax] ‘lima’ < cast. lima [ˈɾiɛ̯ ̃ŋsox] ‘lienzo’ < cast. lienzo [saˈɾinax] ‘Salinas’ < cast. Salinas [ãŋkɛˈɾax] ‘Ángela’ < cast. Ángela [kataˈɾinax] ‘Catalina’ < cast. Catalina [uɾuˈβʷiːɕ] ‘Luis (♀)’ < cast. Luis [piˈɾipi]̥ ‘Felipe’ < cast. Felipe [aɾiβiˈɾo̞ːnɛ̥] ̞ ‘almidón’ < cast. almidón [samĩˈj̃ɛːɾɛ̥] ‘San Miguel’ < cast. San Miguel [mico̠ ˈɾax] ‘Nicolás’ < cast. Nicolás [saβɛˈɾax] ̞ ‘Isabel’ < cast. Isabel [kaxtɾiˈjanux] ‘castellano’ < cast. castellano [ɛ̃ŋsɛntɛˈɾo̞ːɾɛ̥] ‘yesquero’ < cast. encendedor [koʂkiˈɾo̞ːɾɛ̥] ‘corregidor’ < cast. corregidor [kantiˈɾax] ‘Cándida’ < cast. Cándida

Se podría hipotetizar que los segmentos líquidos y [ð̞] del castellano se adaptan siempre como /ɾ/ (34), que se realiza como [ʂ] en la posición de coda (33). Sin embargo, hay datos que muestran que, sincrónicamente, no existe una distribución perfectamente complementaria entre la /ɾ/ y la /ʂ/ en el chiquitano migueleño, ya que se han atestiguado ocurrencias de [ɾ] en la posición de coda —tanto en los préstamos adaptados (35a–b) como en los contextos de elisión vocálica (35c)— y de [ʂ] en ataques en algunos préstamos (36), como se mencionó en la nota 16.

(35) a. [oʂβaɾˈto̞x] ̞ ‘Osvaldo (♀)’ < cast. Osvaldo b. [mɛɾˈsɛːɾa] ‘Mercedes’ < cast. Mercedes c. [ˈtaɾko ~ ˈtaɾuko] ‘muy’ (36) a. [kaʂɛˈtɛɾax] ‘carretera’ < cast. carretera b. [ˈʂajax] ‘raya’ < cast. raya c. [ˈxaʂax] ‘caneco’ < cast. jarra

Por lo menos algunos de los préstamos supracitados son de uso totalmente consolidado en el chiquitano migueleño (35a–b, 36c); obsérvese que las formas de los nombres propios en (35a–b) difieren significativamente de las de sus étimos en castellano. En este trabajo, se optó por considerar /ʂ/ un fonema marginal del chiquitano migueleño recientemente fonologizado, o tal vez en trance de fonologización17 17 Un(a) evaluador(a) anónimo/a sugiere que las ocurrencias de [ɾ] en coda, como en (35), podrían considerarse excepciones léxicas de una regla que convierte /ɾ/ a [ʂ] en coda. Efectivamente, algunas teorías fonológicas (cf. Zonneveld, 1978) permiten especificaciones diacríticas de este tipo. Sin embargo, en este estudio no se aceptará esta posibilidad alternativa de análisis por no explicar las ocurrencias de [ʂ] en ataques (36), además de tener la desventaja de exigir complicaciones innecesarias en la fonología. .

ESTATUS DE h

No está absolutamente claro si realmente existe un contraste entre /h/ y /x/. En los materiales destinados a la comunidad chiquitana se ha representado ambos supuestos fonemas con un único grafema ‹j› (Nikulin, 2019aNikulin, A. (2019a). ¡Manityaka au r-ózura! Diccionario básico del chiquitano migueleño: el habla de San Miguel de Velasco y de San Juan de Lomerío. Recuperado de https://www.academia.edu/38284134/_Manityaka_au_r_%C3%B3zura_Diccionario_b%C3%A1sico_del_chiquitano_miguele%C3%B1o_El_habla_de_San_Miguel_de_Velasco_y_de_San_Juan_de_Lomer%C3%ADo
https://www.academia.edu/38284134/_Manit...
). Una dificultad adicional proviene del hecho de que /h/ aparece solamente en el habla fluida en determinados contextos morfosintácticos, resultando en la ausencia absoluta de ejemplos con /h/ en el corpus de palabras aisladas elicitadas. Algunos ejemplos que ilustran la ocurrencia de /h/ están en (37).

(37) a. [ˈko̞taa̰ noxoːˈnɛ haɛ̯ˈmo̞] /kótaʔa noxoonɛ́ haɛmó/ |kotaʔa ɾ-oxoo-nɛ h-a-ɛmo| dónde L- doler-ATTR H-2SG-DAT ‘¿Qué te duele a vos?’ b. [iɕĩˈj̃aka hiɨˈɾo̞tɨ ˈɕapatʃɛ ɾosɛˈjo̞x /iɕiɲáka hiɨɾótɨ ɕápatʃɛ ɾosɛjóxɨ |ix-xiɲa-ka h-ix-ɨɾo-tɨ ix-(β)a-patʃɛ ̞ ɾ-osɛjo-xɨ 1SG.♀-querer-F.SAP H-1SG.♀-ir.NF-DIR 1SG.♀-ACT-buscar L-maíz-X ˈno̞u̯waʔ kunumasɨmaˈʔ̞aka ˈtʲ̠owakḁ] nóuβ̞aʔa kunumasɨmaʔákaa tʲ̠óβ̞aka/ ɾ-ouβ̞-a(ʔ)a kuɾuβ̞asɨ-maʔa-kaa itoβ̞aka| L-3PL-comer pollo-DIM-PL mañana.♀ ‘Quiero ir a buscar maíz para que los pollitos coman mañana.’ c. [tutsĩːˈj̃a/tutsiiɲá|tutsi-Vɲasaberse-STAT ˈhɨm̩]hɨ́mo/h-i-(ɛ)mo|H-3-DAT d. [ɕĩjã ˈnɛ/ɕiɲanɛ́|ixiɲa-nɛfrío-ATTR hoˈnɛhonɛ́honɛantes tʲ̠oˈwitʲ̠ḁ]tʲ̠oβítʲ̠a/ ̞itoβi-ta| ̞ noche-? ‘Él sabe.’ ‘¿Hacía frío anoche?’ e. [tʃitutsĩːˈj̃apɨɾɛɛ̰/tʃitutsiiɲápɨ=ɾɛʔɛ́|tʃi-tutsi-Vɲa-pɨ=ɾɛʔɛNEG-saberse-STAT-NEG=pues.♀‘No sabemos (incl.) pues.’ ˈho̯ɛm̩ ]hoɛ́mo/h-o-(ɛ)mo|H-1INCL-DAT f. [ta ˈhapɛ̥]/ta hápɛ/|ta hapɛ|FOC arriba‘Sí [está] arriba.’

La /h/ móvil ocurre al inicio de algunas formas flexionadas de la adposición dativa (37a, c, e) y en las formas no finitas de los verbos (37b), siempre que éstos tienen por su segmento inicial una vocal. Además, es parte de algunos adverbios, como /(h)apɛ/ ‘arriba’ y /(h)onɛ/ ‘en el pasado’ (37d, f)18 18 Un(a) evaluador(a) anónimo/a sugiere analizar las ocurrencias de /h/ como insertadas mediante una regla de epéntesis en palabras que inician con vocales. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la mayoría de las palabras que inician con vocales (por ejemplo, /ɨɾíɕi/ [ɨˈɾiɕ] ‘su nombre’, /ápoo/ [ˈapo] ‘tu casa’, /ɛsutʃɛ́ka/ [ɛsuˈtʃɛkḁ] ‘estoy triste’) jamás admiten la ocurrencia de /h/, que, como ya se dijo, se limita a la adposición dativa, a las formas no finitas de los verbos y a algunos adverbios. Por ello, prefiero mantener el análisis en que las palabras que admiten la ocurrencia de /h/ presentan la respectiva especificación. . En esta etapa de la investigación no se puede proponer una generalización descriptiva que explique todas las (no) ocurrencias del supuesto fonema /h/ en el habla fluida. Su ocurrencia o no ocurrencia parece estar condicionada por el contexto izquierdo: /h/ suele ocurrir con bastante frecuencia tras los predicados atributivos en /-nɛ/ (37a, d), estativos en /-Vɲa/ (37c) y la partícula multifuncional /ta/ FOC/COP/SUB (37f), pero también en otros contextos (37b, e).

Una posibilidad que merece ser investigada en el futuro es que la consonante [h] emerge en la superficie a través de un proceso de sandhi, cuando un morfema que termina en una |h| subyacente (por ejemplo, |-nɛh| ATTR, |-Vɲah| STAT, |tah| FOC/COP/SUB) es seguido por un morfema que empieza con una |h| subyacente (por ejemplo, |hapɛ| ‘arriba’). Sin embargo, la ocurrencia de [h] en ejemplos como (37b, e) permanecería sin explicación: son los únicos ejemplos en mi corpus en que [h] ocurre tras /-ka/ F.SAP y /=ɾɛʔɛ/ ‘pues.♀’, respectivamente. Por ende, no se propondrá una explicación universal para todas las instancias de /h/ hasta que un corpus más extenso sea analizado.

RESOLUCIÓN DE HIATOS Y ESTATUS DE ŋ, ɰ

Una inspección del léxico registrado muestra que el chiquitano migueleño no presenta secuencias del tipo V[+alta]V[-anterior] (ni tampoco las secuencias *iu, *uɨ, *ui) en la superficie en el interior de palabras. Por el otro lado, se destaca la alta frecuencia de las secuencias del tipo [ijV], [ĩjṼ ], [uβʷV], [ɨɰV]. Además, es importante notar que la consonante [ɰ] ocurre exclusivamente en el ambiente ɨ_V. Ello podría sugerir que las instancias de [j], [j]̃ , [βʷ] y [ɰ] en dichos contextos deban analizarse como automáticas, es decir, que una regla fonológica de epéntesis inserte una aproximante tras vocales altas seguidas de otra vocal que no sea alta ni anterior, así como en los ambientes i_u, u_ɨ/i (38). Obsérvese que ello permitiría reducir el inventario de segmentos consonánticos a través de la eliminación de /ɰ/: todas las ocurrencias de ese segmento podrían atribuirse a la regla de epéntesis (por ejemplo, /ɨóxɨ/ [ɨˈɰo̞x] ‘urina.♀’).

(38) ∅ → C[+aproximante, α punto, β nasalidad] /V[+alta, α punto, β nasalidad]- V[-alta, -anterior] /i[α punto, β nasalidad]-u / u[α punto, β nasalidad]-ɨ, i a. /βiotsɨx́ ɨ/ ̞ [βijoˈtsɨx] ̞ ‘bibosi (♀)’ b. /kĩána/ [kĩˈjã ːna] ‘debajo de’ c. /kuɾuasɨx́ ɨ/ [kuɾuβ̞ʷaˈsɨx ~ kuɾuwaˈsɨx] ‘pollo (♀)’ d. /kɨónotsoʔo/ [kɨˈɰo̞no̞tsoʔ] ‘es tuerto’ e. /tʲ̠uíɕi/ [tʲ̠uˈβ̞ʷiɕ ~ tʲ̠uˈwiɕ] ‘concha’

Sin embargo, a pesar de que se haya tenido en cuenta la regla propuesta en (38), el autor prefiere abstenerse de utilizarla, y más bien derivar las formas en (38a-d) de una representación fonológica menos abstracta, como se muestra en (38’), por motivos que se explicarán a continuación.

(38’) a. /β̞ijotsɨx́ ɨ/ ̞ [β̞ijoˈtsɨx] ̞ ‘bibosi (♀)’ b. /kiɲána/ [kĩˈjã ːna] ‘debajo de’ c. /kuɾuβ̞asɨx́ ɨ/ [kuɾuβ̞ʷaˈsɨx ~ kuɾuwaˈsɨx] ‘pollo (♀)’ d. /kɨɰónotsoʔo/ [kɨˈɰo̞no̞tsoʔ] ‘es tuerto’ e. /tʲ̠uβ̞íɕi/ [tʲ̠uˈβ̞ʷiɕ ~ tʲ̠uˈwiɕ] ‘concha’

El primer argumento consiste en el hecho de que las secuencias [ijV], [ĩjṼ ] y [uβʷV] ocurren también en palabras morfológicamente complejas en que se puede demostrar que las aproximantes son realizaciones de fonemas consonánticos (39). Lo contrario no ocurre: no se sabe de ninguna palabra cuya composición morfológica nos obligue a analizar como epentéticas las aproximantes que son parte de secuencias de ese tipo.

(39) a. |i jx -β̞aɨtsi| ̞ /ijáɨtsi/ [iˈjaɨt̯ si] ‘mi hamaca’ b. |i jx -masu| /iɲásu/ [ĩˈj̃asu̥] ‘mi oreja’ c. |o-β̞aki-xɨ| /uβ̞akíɕi/ [uβ̞ʷaˈkiɕ] ‘garza (♂)’

El segundo argumento proviene de las particularidades de la operación del proceso morfofonológico de nasalización. Este proceso de asimilación a distancia, desencadenado por una clase cerrada de sufijos (notablemente, /-maʔa/ DIM), afecta las consonantes /β̞ ɾ j ɰ/, transformándolas en /m n ɲ ŋ/. Las secuencias /ijV/, /uβ̞V/, /ɨɰV/ también se ven afectadas (40).

(40) a.b.c. |kijaɾa-maʔa||kuɾuβasɨ-maʔa| ̞|kɨɰo-maʔa| /kiɲanámaʔa//kunumasɨḿ aʔa//kɨŋómaʔa/ [kĩjã ˈnamaʔ][kunumaˈsɨmaʔ][kɨˈŋo̞maʔ] ‘zorrito (♀)’‘pollito (♀)’‘urucucito (♀)’

El proceso de la nasalización debe clasificarse como léxico y no posléxico, ya que hay casos en que consonantes nasales coocurren con /β̞ ɾ j ɰ/ en una misma palabra: /kɨɰónotsoʔo/ [kɨˈɰo̞no̞tsoʔ] ‘es tuerto’, /ɾominúxɨ/ [ɾomiˈnux] ‘apero’, /ɾúni/ [ˈɾuniɕ] ‘lunes’, /β̞aʔámaʔa/ [ˈβ̞a̰ːmaʔ] ‘estos (♂)’, /aɾiβ̞iɾónɛ/ [aɾiβ̞iˈɾo̞ːnɛ̥] ‘almidón’. Por esa razón, el segmento [ɰ] se atribuye al fonema /ɰ/ en vez de que se le dé una interpretación epentética: si el proceso de epéntesis fuera posléxico, su resultado no podría ser afectado por un proceso léxico.

Es oportuno mencionar un fenómeno similar al proceso de epéntesis propuesto (y rechazado) arriba, este sí automático. Consiste en un aumento del grado de constricción hacia la fase final de /i u/ precediendo una /ʔ/, resultando —desde el punto de vista segmental— en la ocurrencia de una aproximante ultracorta inmediatamente antes del cierre de la glotis, que se transcribirá como [ʲ/ʷ], como en /pákiʔo/ [ˈpakiʲʔo̥] ‘se cayó ’, /piʔṹxɨ/ [piʲˈʔ̞ũx] ‘su vagina’, /itʃókiʔã/ [iˈtʃo̞kiʲʔḁ̃] ‘mi ombligo’, /c̠uʔáx/ [c̠uʷˈʔ̞ax] ‘su precio’. Una descripción más adecuada del fenómeno podría hacerse en los términos de la coordinación gestual (cf. Gafos, 2002Gafos, A. I. (2002). A Grammar of Gestural Coordination. Natural Language & Linguistic Theory, 20, 269–337. doi: https://doi.org/10.1023/A:1014942312445
https://doi.org/10.1023/A:1014942312445...
); aparentemente la fase final del gesto del cuerpo de la lengua que corresponde a /i u/ no está sincronizada con ninguna fase de /ʔ/, sino con la fase inicial de la vocal siguiente. De esta forma, la transición de /i u/ hacia la vocal siguiente estaría sobrepuesta al gesto de la oclusión glotal y por ende se volvería parcialmente inaudible. El autor tiene la intención de hacer mediciones exactas con la finalidad de determinar el grado de la superposición gestual en las secuencias del tipo /iʔV, uʔV/ en futuros trabajos.

VOCALES

En cuanto a las vocales del chiquitano migueleño, se postula aquí un inventario simétrico de 12 fonemas vocálicos (6 orales y 6 nasales), que se encuentran expuestos en la Tabla 2.

Tabla 2
Las vocales del chiquitano migueleño.

En (41–47), se muestran algunos contrastes fonológicos con pares mínimos o análogos entre las vocales orales.

Por razones de espacio, se incluyen solamente los pares de segmentos que difieren en una única dimensión del cuadro.

(41) /o/ x /u/: [βijoˈtsɨx] ‘bibosi (♀)’̞ [oˈto̞x] ‘su sangre’[aˈɾo̞x] ‘arroz’[tʲoˈβ̞ʷiɕ] ‘noche’[toˈɾo̞ x] ‘toro’ [βijuˈtsɨx] ‘isotoúbo (♀)’, ‘murciélago (♀)’ (San Juan) ̞[oˈtux] ‘su lengua’[aˈɾux] ‘su labio’[tʲuˈβ̞ʷiɕ] ‘concha’[tuˈɾux] ‘turu’ (42) /a/ x /ɨ/: [kaˈʔ̞ax] ‘piedra’ [aˈɾiɕ] ‘ají’[oˈβʷakiʲʔo̥] ‘está abollado’ ̞[ɲaˈmatḁ] ‘lo abrió’[matɛˈɾax] ‘bandera’ [kɨˈʔ̞ɨx] ‘tierra’[ɨˈɾiɕ] ‘su nombre’[oˈβʷɨkiʲʔo̥] ‘se cuece, está cocido’[ɲɨˈmo̞tḁ] ‘le contestó’[matoˈɾɨx] ‘tarechi (♀)’ (43) /ɛ/ x /i/: [β̞ɛjaˈβ̞o̞x] ‘bagre (♀)’ [aɾɛjoˈko̞x] ‘su llanto’[uˈβʷɛʔɛ̥] ‘afuera’ ̞ [mɛˈsax] ‘mesa’[ɛɲaˈkiɕ] ‘garabatá (♀)’ [ˈβ̞ijaβ̞o] ‘se ríe’[xoɾijoˈko̞x] ‘soriocó (♀)’[puɾusuˈβʷi] ‘blanco’ ̞ [kamiˈsax] ‘camisa’[ĩjã ˈkax] ‘corechi (♀)’ (44) /o/ x /a/: [oˈɲɛs] ‘jone’ [oˈɾiɕ] ‘su olor’[pau̯ˈɾo̞ x] ‘puquio, paúro’[siʲˈʔo̞x] ‘cotorra (♀)’[ˈo̯ ɛm̩] ‘a nosotros (incl.)’ [aˈɲɛs] ‘carne’[aˈɾiɕ] ‘ají’[tau̯ˈɾax] ‘tabla’[siˈjax] ‘silla’[aˈɛm̩] ‘a vos’ (45) /u/ x /ɨ/: [apaˈʔ̞ux] ‘su sobaco’ [juˈpux] ‘su padre (de mujer)’[ca̠ ˈux] ‘su mano izquierda’[jaˈux] ‘su animal’[tsaˈuka] ‘bárbaros, ayoreos (♀)’ [paˈʔ̞ɨx] ‘mujer’[kɨˈpɨx] ‘mosca (♀)’[ca̠ ˈɨx] ‘su leche’[jaˈɨx] ‘su padre (de hombre)’[tsaˈɨka] ‘mis hijos’ (en sermones) (46) /a/ x /ɛ/: [paˈtax] ‘alacrán (♀)’ [aˈsux] ‘su hoja’[iˈtʃax] ‘su rodilla’[paˈʔ̞iɕ] ‘tabaco’[paˈʔ̞aɲaʔ] ‘humedito’ [pɛˈtax] ‘peta, tortuga (♀)’[ɛˈsux] ‘su cara, su rostro’[iˈtʃɛ] ‘lejos’[pɛˈʔ̞iɕ] ‘costilla’[pɛˈʔ̞ɛɲaʔ] ‘calientico’ (47) /ɨ/ x /i/ [ˈɨɾi] ‘tu nombre’ [tʲ̠akɨ] ‘la chala de’[ˈɨʔɨ̥] ‘tu orina’[ˈaɨ̯] ‘tu hijo’[ˈica̠ ɨ] ‘mi leche’ [ˈiɾi] ‘nada, no’[tʲ̠aki] ‘la piel de, la cáscara de’[ˈiː] ‘mi canilla’[ˈaʔi]̥ ‘tu boca’[ˈica̠ ʔi]̥ ‘mi hueso’

En cuanto a las vocales nasales, son relativamente raras en el chiquitano migueleño, volviendo difícil la tarea de encontrar pares mínimos o análogos que las involucren. En (48) se ilustra con un número reducido de ejemplos el contraste entre vocales orales y nasales.

(48) [paˈʔ̞iɕ] ‘tabaco’ [aˈʔ̞iɕ] ‘su boca’[ˈpaɨ̯ɾo] ‘mama’[taˈʔ̞ux] ‘barro, lodo’[motojoˈʔ̞ɛs] ‘motoyoé (♀)’[ˈiɕaʔ] ‘a comer yo’[ɛˈtso̞ ʔo̥ ] ‘mi diente’[po̞ ˈʔ̞o̞ x] ‘gallo, macho de pato’ [paˈʔ̞ĩɕ] ‘cura, padre’[xaˈʔ̞ĩɕ] ‘puchi’[ˈpaɨ̯̃x] ‘mes’[piʲˈʔ̞ũx] ‘su vagina’[ɕoˈʔ̞ɛ̃s] ‘campo, pampa’[iˈɕãʔḁ̃] ‘mi puchi’[ɛˈtsõ̞ʔ̞õ̥] ‘a morir yo’[takõ̞ˈʔ̞õ̞x] ‘tatú (♀)’

En (49) se ilustran algunos contrastes entre las propias vocales nasales.

(49) [ˈãʔḁ̃] ‘tu puchi’ [ˈõ̞ŋkḁ] ‘vomitaste’ [ˈɛ̃ʔɛ̥̃] ‘tu mano’[ˈũŋka] ‘quién (♀)’ [ˈõʔõ] ‘a vomitar vos’ ̥[ˈɨ̃ŋkaʔ] ‘ahí’ [ˈĩɲ̠c̠atɨ̥] ‘me voy’

REALIZACIÓN FONÉTICA

Las vocales del chiquitano migueleño presentan relativamente poca alofonía. Los símbolos del AFI [i ĩ ɨ ɨ ̃ u ũ ɛ ɛ̃ o õ a ã] representan la pronunciación prototípica de las respectivas calidades vocálicas de forma bastante exacta (sin tomar en cuenta el fenómeno de ensordecimiento, que se discutirá en la subsección siguiente, y los alófonos no silábicos, que se presentarán en la subsección ‘Silabificación’), con las siguientes salvedades:

  1. las vocales /o õ/ suelen pronunciarse como medias [o̞ õ̞] en las sílabas tónicas y como medias altas [o õ] en las sílabas átonas ([aˈɾx] ‘arroz’, [oˈɲɛs] ‘jone’), aunque la diferencia entre los alófonos es mínima (no se la ha cuantificado instrumentalmente);

  2. en el subdialecto de San Juan, pero no en el de San Miguel, la vocal /ɨ/ suele realizarse como redondeada [ʉ] si la sílaba siguiente contiene una /u/ (o asimilarse totalmente si no interviene ninguna consonante), como en /takɨɾ́ utso/ [taˈkʉɾutso] ‘se acabó’, /kɨtúɾiki/ [kʉˈtuɾiˌki] ‘rojo’, /kɨt́ u/ [ˈkʉtu̥] ‘cavando’, /β̞ɛtsɨβ́ ̞uɾo/ [βɛˈtsʉu̯ɾo̥ ~ βɛˈtsuːɾo̥] ‘huyó’;

  3. en el ambiente _{m,n,ɲ,β̞,j,ɰ}V# cualquier vocal tónica se alarga: /tsaʔíβ̞i/ [tsaˈʔ̞β̞i̥] ‘mi vestido, mi ropa’, /ɛtsuxtánɛ/ [ɛtsuxˈtnɛ̥] ‘mi justán’, /tsóβi/ [ˈtso̞ ːβ̞i̥] ‘mediante mío’, /ɨɰ́ o/ [ˈɨːɰo̥] ‘afuera, abriendo’, /íɲo/ [ˈɲo̥] ‘para mí (♀)’.

Además, la nasalidad en las vocales nasales se puede manifestar en la superficie de diversas maneras, dependiendo del ambiente. La realización que juzgo ser más básica, [Ṽ], ocurre en tres ambientes: precediendo una /ʔ/, precediendo una /x/ o siguiendo una /ʔ/ (50). En esos casos, la nasalidad suele ser bastante débil (no se ha podido medirla con nasómetro).

(50) a. /tʲ̠okĩʔokóta/ [tʲ̠okĩʲʔoˈko̞tḁ] ‘lo está desnudando’ /tsomɨʔ̃́ ɨ/̃ [tsoˈmɨʔ̃ ɨ]̥̃ ‘nosotros (excl.)’ /ɛ̃ʔɛ̃́sɨ/ [ɛ̃ˈʔ̞ɛ̃s] ‘su mano’ /ca̠ kãʔã́x/ [ca̠ kãˈʔ̞ãx] ‘su hígado’ /õʔṍpakɨ/ [õˈʔ̞õpakɨ]̥ ‘tu hombro’ /ɕõʔõkóʔi/ [ɕõʔ̞õˈko̞ʔi̥] ‘yo escucho (♀)’ b. /tamõxíɕi/ [tamõˈxiɕ] ‘chuubi, falcón (♀)’ c. /aʔiɕ̃́ a/ [aˈʔ̞ĩɕḁ] ‘tu tocayo’ /ɲoniɕaʔiɕ̃́ i/ [ɲoniɕaˈʔ̞ĩɕ] ‘sucupiro’ /paʔiɕ̃́ i/ [paˈʔ̞ĩɕ] ‘cura’ /xaʔiɕ̃́ i/ [xaˈʔ̞ĩɕ] ‘puchi’ /ɲaʔɨm̃́ aʔa/ [ɲaˈʔ̞ɨm̃ aʔ] ‘niño’ /astanaʔũka/ [astanaˈʔ̞ũkḁ] ‘vos ves bien’ /piʔṹxɨ/ [piʲˈʔ̞ũx] ‘su vagina’ /ɕoʔɛ̃́sɨ/ [ɕoˈʔ̞ɛ̃s] ‘campo, pampa’ /õʔõsɨkɨx́ ɨ/ [õʔ̞õsɨ̥ˈkɨx] ‘su aro’ /itʃókiʔã/ [iˈtʃo̞kiʲʔḁ̃] ‘mi ombligo’

En todos los demás ambientes las vocales nasales adquieren en su fase final una constricción en la cavidad oral (en términos segmentales, una consonante nasal de transición). El punto de la constricción es homorgánico con la consonante siguiente si ésta es una oclusiva o una africada (51a). Si la consonante siguiente es una nasal o una fricativa (o si no hay una consonante), la consonante nasal de transición será velar (51b)19 19 Las vocales nasales no ocurren precediendo /ɲ/. En este ambiente, las vocales nasales subyacentes parecen desnasalizarse regularmente: |kõõ-jo| /kóoɲo/ ‘se muere’, |pokunũ-Vɲa| /pokunuuɲá/ ‘contento’. . Es importante notar que la nasalidad de las vocales se vuelve extremadamente débil delante de las consonantes de transición [m n] (no se representará en las transcripciones fonéticas), pero muy audible delante de [ɲ̠, ŋ]. Ello indica que el gesto del rebajamiento del velo del paladar no se sincroniza solamente con la fase inicial de la vocal, sino que puede sincronizarse con el gesto de cierre de la articulación de la consonante siguiente.

(51) a. /kã́poxɨ/ /tʃṍpaxɨ//tãtóxɨ//ɛ̃́tuβo/ ̞/aβaɾiɛ̃́tɛ/ ̞/co̠ ṍtoʔo//sṹtsaβo/ ̞/βɛ̃́taxɨ/ ̞/matãtʃómɛno//ic̃́ a̠ tɨ//tomic̃́ o̠ / [ˈkampox][ˈtʃo̞mpax][tanˈto̞x][ˈɛntuβo] ̞[aβaˈɾiɛ̯ ntɛ̥] ̞[ˈco̠ ̞ːntoʔ][ˈsunˌtsaβo] ̞[ˈβɛntax] ̞[matan̠ʲˈtʃomɛn̩][ˈĩɲ̠c̠atɨ̥][toˈmĩɲ̠c̠o̥] ‘espacio’‘chompa’‘güembé’‘cuántos’‘aguardiente’‘luego’‘es hediondo’‘venta, tienda’‘está ordeñando’‘me voy’‘domingo’ /ṍka/ [ˈõ̞ŋkḁ] ‘vomitaste’ /apokunṹka/ [apokuˈnũŋkḁ] ‘estás contento’ /ɛtsṍka/ [ɛˈtsõ̞ŋkḁ] ‘me muero’ /mõkóxɨ/ [mõŋˈko̞x] ‘Mojos’ /tãkusíɕi/ [tãŋkuˈsiɕ] ‘seboí (♀)’ /ṹka naʔa/ [ˈũŋkanaˌa̰] ‘quién es (♀)’ /ɨk̃́ aʔa/ [ˈɨŋ̃ kaʔ] ‘ahí’ b. /pã́/ [ˈpãŋ] ‘pan’ /sãkuã́/ [sãŋˈku̯ãŋ] ‘San Juan’ /tã́maʔ/ [ˈtãŋmaʔ] ‘pájaro’ /kãmaʔá/ [kãŋmaˈʔ̞a] ‘ahora’ /ṍno/ [ˈõ̞ŋno̥] ‘vomitó’ /akãsáka/ [akãŋˈsakḁ] ‘estás descansando; buenas tardes’ /ɾiɛ̃́soxɨ/ [ˈɾiɛ̯ ̃ŋsox] ‘lienzo’ /mapɛ̃́saɾa/ [maˈpɛ̃ŋsaɾḁ] ‘piensa’

En cuanto a las secuencias vocálicas tautosilábicas (ver ‘Silabificación’) cuyo último elemento es una vocal nasal, llama la atención el hecho de que las secuencias /aɛ̃, oɛ̃, ɛ̃a/ jamás adquieren una constricción bucal final, realizándose simplemente como [aɛ̯̃, o̯ɛ̃, ɛ̯̃a] delante de cualquier consonante (52a). En cambio, las secuencias tautosilábicas cuyo segundo elemento es una vocal nasal alta (/aĩ aɨ̃ aũ oĩ/) adquieren una constricción bucal final delante de las consonantes (incluyendo /x/ pero excepto /ʔ/, 52b).

(52) a. /ɕakica̠ ɛ̃́ka/ [ɕakiˈca̠ ɛ̯̃kḁ] ‘estoy cosiendo (♀)’ /maɛ̃tonímiʔo/ [maɛ̯̃toˈnimiʲʔo̥] ‘se lavó las manos’ /maɛ̃tapáxiʔo/ [maɛ̯̃taˈpaxiʲʔo̥] ‘lastimó la mano’ /ɲaɛ̃támaʔa/ [ɲaɛ̯̃ˈtamaʔ] ‘solito (♂)’ /poɲoɛ̃tóxɨ/ [poɲo̯ɛ̃ˈto̞x] ‘cinturón’ /ɛ̃ána/ [ˈɛ̯̃aːna] ‘entre (líquido)’ b. /máĩkiʔo/ [ˈmaĩ̯ŋkiʲʔo̥] ‘se lavó las manos’ /aĩcá̠ ʔi/ [aĩ̯ɲ̠ˈc̠aʔi̥] ‘¡traelo!’ /ɲapaɨk̃ áxɨ/ [ɲapaɨŋ̯̃ ˈkax] ‘su mentira’ /maũxókono/ [maũ̯ŋˈxo̞kono̥] ‘está enfermo’ /tʲ̠ɨmoĩtʲ̠aʔáxɨ/ [tʲ̠ɨmoĩ̯n̠ʲtʲ̠aˈʔ̞ax] ‘mitad’

Teniendo en cuenta que lo que analizo como vocales nasales se realiza como secuencias del tipo “vocal + consonante nasal” con gran frecuencia, uno podría preguntarse si éstas no se deberían analizar como secuencias de una vocal (oral) y una consonante nasal en coda (no especificada para el punto de articulación), permitiendo eliminar las vocales nasales del inventario. Sin embargo, tal análisis no se justifica para el chiquitano migueleño por las siguientes razones:

  1. sería imposible atribuir la nasalidad vocálica a una supuesta coda subyacente en ejemplos como /ɛ̃ána/ [ˈɛ̯̃aːna] ‘entre (líquido)’, en que una vocal nasal es seguida por otra vocal;

  2. a diferencia de lo que ocurre en lenguas como el portugués o el francés, en chiquitano las vocales nasales jamás alternan con secuencias de vocales orales y consonantes nasales en el ataque de la sílaba siguiente;

  3. el chiquitano migueleño presenta alternancias morfofonológicas entre vocales orales y nasales desencadenadas por segmentos nasales a distancia (por ejemplo, los prefijos |tsoij-| 1EXCL e |i2-| HT poseen los alomorfos /tsoĩ-/ e /-ĩ-/ que ocurren cuando la raíz contiene una consonante nasal: /tsoĩtʃɨmóka/ ‘estamos sentados (EXCL.)’, /aĩcá̠ ʔi/ ‘¡traelo!’); sería más natural atribuirlo a un proceso de propagación del rasgo [+nasal] que a una supuesta inserción de una coda nasal subyacente;

  4. en algunas pocas palabras, las consonantes nasales pueden ocupar la posición de coda como resultado de una elisión (morfofonológica) de una vocal: /masuunkóono/ [masuːnˈko̞ːn̩] ‘está barriendo’, /masuunkotóxɨ/ [masuːnkoˈto̞x] ‘escoba’; si se supusiera que las nasales en coda se elidieran al nasalizar el núcleo, habría que representar dichos lexemas como /masuunVkóono/, /masuunVkotóxɨ/, pero la supuesta vocal jamás se pronuncia, ni siquiera en el habla lenta (aunque probablemente sí es parte de la representación morfofonológica de la raíz ‘barrer’).

Por ende, se concluye que el chiquitano migueleño posee doce vocales y no seis.

ENSORDECIMIENTO Y ELISIÓN

Todas las vocales átonas en el chiquitano migueleño se pueden ensordecer —y normalmente se ensordecen— ante pausa y en algunos casos en la posición final de una palabra fonológica en el interior de las frases (posiblemente delimitando los márgenes de las palabras prosódicas; no se han investigado detalladamente las condiciones del ensordecimiento en el interior de las frases)20 20 En algunos estilos del habla (supongo que sobre todo cuando el hablante desea comunicar la idea del cansancio), el ensordecimiento de una vocal alta puede ser acompañado por una considerable constricción oral. En este caso, las vocales /i ɨ u/ se realizan como [ç x ʍ], como en el siguiente trecho de una narrativa: /… ɕaɾɨkɨ́ka=ɾɛʔɛ́ | áuki kãmaʔá noxoonɛ́ nanaiɲá ɾɛtsɨtɨ́pɨ [ɾɛtsɨˈtɨpxː] | oxoonɛ́ naʔ=itʃáʔanɨ …/ ‘…me acosté y de ahí en ese momento dolió todo mi cuerpo, dolió mi cabeza …’. . Doy algunos ejemplos en (53a). Si la palabra fonológica termina en una secuencia de vocales átonas, el ensordecimiento jamás ocurre; la secuencia de vocales idénticas típicamente se realiza como una vocal corta sonora (53b).

(53) a. /iɕáka/ [iˈɕakḁ] ‘comí’ /ɛ̃́ʔɛ̃/ [ˈɛ̃ʔɛ̥̃] ‘tu mano’ /amásu/ [aˈmasu̥ ] ‘tu oreja’ /maɛmatakúɾutso/ [maɛ̯mataˈkuɾutso̥ ] ‘está esperando’ /itʃókiʔã/ [iˈtʃo̞kiʲʔḁ̃] ‘mi ombligo’ /kíjɨβ̞o/ ̞ [ˈkijɨβ̞o̥] ‘nació’ /aɾiβ̞iɾónɛ/ ̞ [aɾiβ̞iˈɾo̞ːnɛ̥] ̞ ‘almidón’ b. /ítʃɨɨ/ [ˈitʃɨ] (*[ˈitʃɨ]̥ ) ‘mi cuello’ /ápoo/ [ˈapo] (*[ˈapo̥]) ‘tu casa’ /útsaɨ/ [ˈutsaɨ] (*[ˈutsaɨ]̥ ) ‘nuestro.INCL hijo’

En algunos casos se notó un ensordecimiento total o parcial de la consonante que precede a la vocal ensordecida. Los casos más claros de este fenómeno en el corpus grabado se refieren a la /ɾ/ (por ejemplo, /β̞aɾɨ́kɨɾo/ [baˈɾɨkɨɾ̥o̥] ‘está acostado, echado’), pero en el habla espontánea se han observado algunas ocurrencias del mismo fenómeno en las aproximantes /β j ɰ/. Si la consonante que precede a la vocal átona final es una de las nasales /m n ɲ/, la vocal típicamente no se ensordece, sino que se elide completamente, sobre todo si es una de /a o ɨ/ (pero no /ɛ/; para /i u/ no hay ejemplos ni contraejemplos claros). En este caso la consonante nasal suele pronunciarse como ligeramente alargada, hecho que interpreto como una transferencia de la mora de la vocal elidida a la consonante; transcribo tales nasales como silábicas (54).

(54) /(h)ɨ́mo/ /atáʔanɨ//íɲo//manitʲ̠áana/ [ˈ(h)ɨm̩ ~ ɨmo][aˈtaa̰n̩ ~ aˈtaa̰nɨ][ˈiːɲo̥ ~ ˈiːɲ̩][man̩ˈtʲ̠aːn̩ ~ maniˈtʲ̠aːna] ‘a ella (♀/♂), a él (♀)’‘tu cabeza’‘a mí (♀)’‘habló’

A veces el ensordecimiento afecta las vocales en el interior de la palabra, particularmente si éstas se encuentran cercadas por segmentos sordos (por ejemplo, /ɕotúxiki/ [ɕoˈtuxik̥ ijo̥] ‘mi saliva (♀)’). En varios casos, en ese mismo ambiente ninguna vocal está presente a pesar de que la composición morfológica de una palabra (o sus cognados en otras variedades del chiquitano) muestra que diacrónicamente una vocal debió estar presente ahí en algún momento (55). En este análisis, se propone que las vocales están presentes en la representación subyacente (morfofonológica) de los respectivos ítems pero no en la fonológica, ya que su elisión en estos casos parece ser categórica e imprevisible. El origen del fenómeno, sin duda, es relacionado al ensordecimiento vocálico: de lo contrario se esperaría que se atestiguara antecediendo segmentos sonoros, lo que no ocurre.

(55) |o-kɨtapaki-xɨ| /oktapakíɕi/ [oktapaˈkiɕ] ‘anta.♂’ (cf. /kɨtapakíɕi/ [kɨtapaˈkiɕ] ‘anta.♀’) |o-sutoɲɛ-xɨ| /ostoɲɛ́sɨ/ [ostoˈɲɛs] ‘estrella (♀/♂ en S. Juan, ♀ en S. Miguel)’ (cf. /sutoɲɛ́sɨ/ [sutoˈɲɛs] ‘estrella.♀’) |a-a-ɾɨkɨ=ɾɛʔɛ| /áʂkɨ=ɾɛʔɛ́/ [ˈaʂkɨɾɛˌʔ̞ɛ] ‘hasta luego (♀)’ (lit. ‘acostate pues’) (cf. /aɾɨkɨḱ a/ [aɾɨˈkɨkḁ] ‘estás acostado’) |i2-aɾa-ta=ɨo| /jáʂta=ɨɰ́ o/ [ˌjaʂtaˈʔ̞ɨːɰo̥] ‘lo botó’ (cf. /ajáɾa=ɨɰ́ o/ [aˌjaɾaˈʔ̞ɨːɰo̥] ‘a botarlo (vos u otro)’

Un fenómeno de elisión que sí se atribuye al nivel posléxico afecta las secuencias finales átonas de dos tipos: /-xɨ, -sɨ, -ɕi/ (56a) y /-VʔV/ (56b). Las secuencias del primer tipo ocurren como alomorfos del sufijo |-xɨ| X (sustantivo singular, no diminutivo, sin un poseedor referencial) o como partes no segmentables de raíces (como en |-kɨpoosɨ| ‘esposa’). Las secuencias afectadas del segundo tipo involucran vocales átonas idénticas separadas por una oclusiva glotal; en este caso la vocal final se suele elidir completamente. Si las vocales no son idénticas o si el acento recae en una de ellas, la elisión no ocurre: /ɨṕ oʔi/ [ˈɨpoʔi]̥ ‘adentro’, /áuki náʔa/ [ˌau̯kiˈnaʔḁ] ‘de aquí’.

(56) a. /xɨɾɨpɨtɨx́ ɨ/ [xɨɾɨpɨˈtɨx] ‘trapo’ /tóoxɨ/ [ˈto̞ːx] ‘dos’ /ɛtsɨpóosɨ/ [ɛtsɨˈ̥ po̞ːs] ‘mi esposa’ /sitʃɛ́sɨ/ [siˈtʃɛs] ‘su hija’ /axtsaʔíɕi/ [axtsaˈʔ̞iɕ] ‘jasayé’ /ɨɾɨɾíɕi/ [ɨɾɨˈɾiɕ] ‘su tari’ b. /táisiʔi/ [ˈtais̯ iʔ] ‘también’ /kapɛ́maʔa/ [kaˈpɛmaʔ] ‘cafecito’ /íɕaʔa/ [ˈiɕaʔ] ‘a comer yo’ /taβáɛtsoʔo/ [taˈβaɛ̯tsoʔ] ̞ ‘es grande’

El hecho de que las palabras como aquellas en (56) contienen una vocal final subyacente se hace evidente en el habla fluida (57a), cuando hay sufijación (57b) y en las preguntas de contenido, que presentan un fenómeno de desplazamiento acentual hacia la derecha (57c).

(57) a. [aɾuβaˈʔ̞iɕi ɲanaˈʔ̞ux] ̞ /∅-aɾuβaʔí-ɕi ɲanaʔú-xɨ/̞ 3SG-anchura-X chaco-X‘Es grande el chaco.’ aislado: [aɾuβaˈʔ̞iɕ] ̞ [koɾoβoˈɾiɕi =ɾɛˌʔ̞ɛ] ̞ /ko ɾ-oβ-oɾí-ɕi =ɾɛʔɛ́/ ̞muy L-3PL-olor-X =pues.♀‘Son hediondos pues.’ aislado: [koɾoβoˈɾiɕ] ̞ b. [cɛ̠ sɛˈsɨmaʔ] /cɛ̠ sɛ-sɨ́-maʔa/3SG.cuchillo-X-3PL.♂‘sus cuchillos (de ellos, ♂)’ compare: [cɛ̠ ˈsɛs] ‘su cuchillo (de ella)’ [tãŋmaˈʔaka] /tã-maʔá-kaa/pájaro-DIM-PL‘pajaritos (♀)’ compare: [ˈtãŋmaʔ] ‘pajarito’ c. [ˈiɾakanaˌa̰ ˈβatso ̞ /í ɾ-áka naʔá β-a-tso ̞qué L-ser.3SG lo_que 3SG-comer-F.3‘¿Qué comió el perro?’ tsa̰ tsaʔaeste tamokoˈxɨ] aislado: [tamoˈko̞x] tamokó-xɨ=´/perro-X=?

Finalmente, menciono algunas aparentes excepciones de las regularidades propuestas arriba.

  1. La vocal final del sufijo de plural nominal [-ka] parece ser inmune al ensordecimiento ([ˈto̞ːx ˈpaɨŋ̯̃ ka] ‘dos meses’, [tamoˈko̞ka] ‘perros’), a diferencia del sufijo de F.SAP /-ka/ [kḁ ~ -ka] ([ˈõ̞ŋkḁ] ‘vomitaste’, [itʃoˈko̞kḁ] ‘estoy bailando’). Se puede explicar este fenómeno representando fonológicamente el sufijo de plural nominal como /-kaa/.

  2. El ítem [aɨˈ̯ ɰo̞xɨ] ‘recién, ahorita’ se realiza siempre con una vocal final, sin la esperada elisión (compárese /tamokóxɨ/ [tamoˈko̞x] ‘perro’), lo que se captura representando este ítem como /aɨɰóxɨɨ/.

  3. Algunas palabras presentan un contorno rítmico inesperado, con una de las sílabas postónicas portando un acento secundario que parece bloquear el ensordecimiento de la vocal final. Como se trata de un número muy reducido de temas, no se propondrá aquí un análisis unificado para estos casos; es posible que el fenómeno tenga alguna relación con la presencia de una vocal alta en la sílaba postónica. Los temas bajo discusión incluyen: /kɨtúɾiki/ [kʉˈtuɾiˌki] ‘rojo’, /maíɕtɨɾu/ [maˈiɕtɨˌɾu] ‘profesor (♀)’, /βísɨɾo/ [ˈβisːɨˌ̥ ɾo] ‘es recto’, /sṹtsaβo/ [ˈsunˌtsaβo] ‘es hediondo’ y sus formas flexionadas.

SILABIFICACIÓN20 20 En algunos estilos del habla (supongo que sobre todo cuando el hablante desea comunicar la idea del cansancio), el ensordecimiento de una vocal alta puede ser acompañado por una considerable constricción oral. En este caso, las vocales /i ɨ u/ se realizan como [ç x ʍ], como en el siguiente trecho de una narrativa: /… ɕaɾɨkɨ́ka=ɾɛʔɛ́ | áuki kãmaʔá noxoonɛ́ nanaiɲá ɾɛtsɨtɨ́pɨ [ɾɛtsɨˈtɨpxː] | oxoonɛ́ naʔ=itʃáʔanɨ …/ ‘…me acosté y de ahí en ese momento dolió todo mi cuerpo, dolió mi cabeza …’.

Las secuencias de dos vocales pueden ser tautosilábicas o heterosilábicas. La silabificación es casi siempre predecible, con poquísimas excepciones ([ˈsaiɕ̯ ] ‘seis’, [ˈpaɨ̯̃x] ‘mes’; cf. [βa.ˈiɕ] ‘curichi’, [a.ˈɨx] ‘su hijo’) que pueden ser atribuidas a un patrón acentual excepcional. Obsérvese que el acento en chiquitano no es previsible y cada morfema posee su propio patrón acentual subyacente.

Las secuencias de vocales idénticas son tautosilábicas, esto es, se realizan como vocales largas: /toóxɨ/ [ˈto̞ːx] ‘dos’, /βaáxɨ/ [ˈβaːx] ‘rocío’. Las analizo como secuencias de segmentos y no como unidades monosegmentales porque no se hallaron evidencias que apuntaran a lo contrario, mientras que el análisis bisegmental permite explicar la realización de formas morfológicamente complejas como |a-a-ka| /aáka/ [ˈaː.kḁ] ‘comiste’ sin recurrir a reglas adicionales.

Las secuencias de vocales distintas en que la segunda vocal es más alta que la primera suelen ser tautosilábicas, con el pico de sonoridad recayendo en la primera vocal: /ai aĩ aɨ aɨ̃ au aũ aɛ aɛ̃ oi oĩ oɨ ou ɨu/ [ai̯ aĩ̯ aɨ̯ aɨ̯̃ au̯ aũ̯ aɛ̯ aɛ̯̃ oi̯ oĩ̯ oɨ̯ ou̯ ɨu̯], como se muestra en (58)22 22 Un(a) evaluador(a) anónimo/a indaga si las secuencias vocálicas tautosilábicas no podrían ser analizadas como diptongos. Aquí se prefirió un análisis que involucra secuencias de fonemas —y no diptongos— porque no se han observado restricciones de coocurrencia de segmentos vocálicos en el chiquitano migueleño y porque en algunos casos los elementos que constituyen las secuencias vocálicas pertenecen a morfemas distintos (por ejemplo, /oɨɰóxɨ/ ‘urina (♂)’ contiene el prefijo /o-/, que marca el género no humano animado en el habla masculina, y la raíz /ɨɰo-/ ‘urina’). Véase Sánchez Miret (1998) para una discusión de los problemas asociados al uso del término ‘diptongo’. . Una excepción importante son las secuencias finales de temas nominales, que se suelen silabificar como heterosilábicas (59).

(58) /apataβáica̠ / ̞ [a.pa.ta.ˈβ̞ai̯.cḁ̠ ] ‘ustedes matan’ /máĩkiʔo/ [ˈmaĩ̯ŋ.kiʲ.ʔo̥] ‘pidió’ /maɨnonitʲ̠áana/ [maɨ.̯ no.ni.ˈt̠ʲaː.n̩] ‘enseñó’ /mapáɨʔ̃ a/ [ma.ˈpaɨ̯̃.ʔḁ] ‘mintió’ /auki/ [au̯.ki] ‘de (ablativo)’ /maũxókono/ [maũ̯ŋ.ˈxo̞.ko.no̥] ‘está enfermo’ /maɛmatakúɾutso/ [maɛ̯.ma.ta.ˈku.ɾu.tso̥] ‘está esperando’ /aɛ̃támaʔa/ [aɛ̯̃.ˈta.maʔ] ‘solito (vos u otro)’ /oitʲ̠ɨmɨx́ ɨ/ [oi.̯ tʲ̠ɨ.ˈmɨx] ‘tigre (♂)’ /tʲ̠ɨmóĩtʲ̠aʔa/ [tʲ̠ɨ.ˈmoĩ̯n̠ʲ.tʲ̠aʔ] ‘en el medio de’ /oɨɰóxɨ/ [oɨ.̯ ˈɰo̞x] ‘urina (♂)’ /taijóuko/ [tai.̯ ˈjo̞u̯.ko̥] ‘está volcando’ (59) /βaí-ɕi/ ̞ [βa.ˈiɕ] ̞ ‘curichi’ /ɛ́-ts-aɨ/ [ˈɛ.tsa.ɨ] ‘mi hijo’ /tamaɨ-̃́ maʔa/ [ta.ma.ˈɨ̃ŋ.maʔ] ‘chichita’ /pakaú-kaa/ [pa.ka.ˈu.ka] ‘plátanos’ /ɕoú-xɨ/ [ɕo.ˈux] ‘culebra, víbora (♀)’ /pɛí-ɕi/ [pɛ.ˈiɕ] ‘peji (♀)’

Las secuencias de dos vocales distintas en que la segunda es más baja que la primera son tautosilábicas, pero con el pico de sonoridad recayendo en la segunda vocal: /oɛ oa uɛ iɛ/ [o̯ɛ o̯a u̯ɛ iɛ̯ ] (60).

(60) /soɛ́sɨ/ [ˈsoɛ̯ s] ‘palo, árbol’ /pakoɛ́tsoʔo/ [pa.ˈko̯ɛ.tsoʔ] ‘es ancho’ /tʃipakoáijopɨ/ [tʃi.pa.ˈko̯ai̯.jo.pɨ]̥ ‘no es ancho’ /kuɛ́xtaxɨ/ [ˈku̯ɛx.tax] ‘es difícil, cuesta’ /xuɛ́ɾtɛ/ [ˈxu̯ɛɾ.tɛ̥] ‘es fuerte (sol, ají)’ /kuɛ́βiɕi/ ̞ [ˈku̯ɛ.β̞iɕ] ‘jueves’ /tiɛɛ́sɨ/ [ˈtiɛ̯ ːs] ‘diez’ /tʃapiɛ́/ [tʃa.ˈpi̯ɛ] ‘gracias’ /βiɛ́ɾniɕi/ ̞ [ˈβiɛ̯ ɾ.niɕ] ̞ ‘viernes’

La silabificación de la secuencia /ɨu/, la única que involucra vocales de la misma altura, parece depender de la posición del acento subyacente. Si se acentúa la primera mora, la realización parece ser [ɨu̯] ([ʉu̯] en San Juan), como en |kosɨu-ɾo| /kosɨú ɾo/ [ˈko.sɨu̯.ɾo̥] ‘puede, tiene fuerza’, |sɨu-ɾo| /sɨú ɾo/ [ˈsɨu̯.ɾo̥] ‘está tronando’ (el sufijo |-ɾo| F.3 exige que el acento recaiga en la antepenúltima mora). En cambio, si es la segunda mora que se acentúa, la secuencia /ɨu/ parece permanecer heterosilábica: |i jx -kosɨu-ka| /ɛtsosɨúka/ [ɛ.tso.sɨ.ˈu.kḁ] ‘puedo, tengo fuerza’, |ɨu-xɨ| /ɨúxɨ/ [ɨ.ˈux] ‘monte’.

EPÉNTESIS DE [jo]

El último proceso, posléxico y opcional, afecta las palabras que terminan en /i/, sin importar si ésta es tónica o átona, y consiste en una inserción de la secuencia [jo ~ jo̥ ~ ço̥] en el margen derecho de la palabra fonológica. Algunos ejemplos (tanto extraídos de diálogos espontáneos como elicitados) se dan en (61).

(61) [iɕĩˈj̃aka ɲaĩ̯ŋˈkijo̥ ] [ˌka̰atatuˈɾuβiç̥ o̥] ̞ /i-ɕiɲá-ka ɲ-a-ĩkí/ /…káʔa a-tatuɾúβi/ ̞ 1SG.♂-querer-F.SAP 1SG.♂-ACT-preguntar …para_que 2/3SG.NF.ACT-enjuagar ‘Quiero preguntar (♂).’ ‘[El cepillo] para enjuagarse.’ [ˌβ̞a̰ˈʔiːço̥ ~ ˌβ̞a̰ˈʔiː] [ɕoˈtuxik̥ ijo̥] [koˈɾiḭɾɛˌɛ̰ β̞atuˈβ̞axiço̥ ] /βáʔa ∅-íi/ ̞ /ɕ-otúxiki/ /koɾíʔi=ɾɛʔɛ́ β̞-a-tuβ̞áxi/ estos. ♀ 1SG.♀-canilla 1SG.♀-saliva HORT=pues.♀ 1INCL-ACT-moler ‘Mis canillas (♀).’ ‘Mi saliva.’ ‘Vamos a moler (♀).’ […ˈta ˈtaɾko tʃoxĩj̃aˈpɨʔɨˌtai ̥ jo ̯ ɾuˈtsakɨʔ…] /…tá táɾuko tʃ-oxiɲa-pɨ́ʔɨ=tái ɾ-u-ts-á-k-ɨʔɨ…/ FOC muy NEG-bueno-NEG=nomás L-1INCL-TH-estar-F.SAP-PSTV ‘[Cuando estamos solas,] es muy mal nomás que estemos [así, cuando nos enfermamos].

Ningún fenómeno semejante se ha atestiguado en las demás variedades del chiquitano y tampoco se sabe cuál motivación podría subyacerlo.

CONCLUSIONES

En este artículo se presentó una primera descripción de la fonología segmental del chiquitano migueleño. Con ello, se pretende contribuir a la documentación de esta variedad lingüística severamente amenazada. Los fenómenos que podrían presentar interés tipológico incluyen la palatalización progresiva, la realización variable de las vocales nasales, el ensordecimiento y la elisión de vocales en determinados ambientes.

La palatalización total de las consonantes labiales (|p β̞ m| → /cj ɲ/), en particular, no ha sido previamente atestiguada en las lenguas de la región chaqueña y en zonas adyacentes (cf. González, 2014González, H. A. (2014). Procesos fonológicos como rasgos areales: el caso de la palatalización en las lenguas chaqueñas. LIAMES, 14(1), 11–39. doi: https://doi.org/10.20396/liames.v0i14.1519
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) ni en los demás dialectos del chiquitano, en los que las consonantes labiales pueden sufrir palatalización secundaria —por ejemplo, /p m/ → [pʲ mʲ] en el bésɨro, ver Sans (2010, p. 103)Sans, P. (2010). Éléments de sociolinguistique et de phonologie du bésɨro (chiquitano): langue en danger des basses terres de Bolivie (Tesis de maestría). Université Lumière Lyon 2, Lyon.—, pero no total. Efectivamente, se trata de un patrón muy raro translingüísticamente: en una muestra de 117 lenguas analizada por Bateman (2007)Bateman, N. (2007). A crosslinguistic investigation of palatalization (Tesis de doctorado). University of California San Diego, San Diego., apenas dos presentan el patrón de la palatalización total —en oposición a la secundaria— de los segmentos labiales: el dialecto del rumano hablado en la Moldavia rumana (romance, familia indoeuropea) y el setsuana (bantú, familia Atlántico-Congo). En ambos casos, las evidencias comparativas, morfofonológicas y filológicas convergen en señalar que la palatalización total de los segmentos labiales en esas variedades es esencialmente epifenomenal, ya que los respectivos cambios fonéticos involucraron etapas adicionales, tales como la fortición de una semivocal palatal y la elisión o la absorción del segmento labial original (por ejemplo, b > bj > bʝ > bgʲ > gʲ; ver Bateman, 2007Bateman, N. (2007). A crosslinguistic investigation of palatalization (Tesis de doctorado). University of California San Diego, San Diego., p. 89). La autora hipotetiza que las secuencias de cambios fonéticos de este tipo (es decir, las que involucran secuencias bisegmentales) son el único mecanismo diacrónico capaz de engatillar la palatalización total de una consonante labial. En este sentido, el chiquitano migueleño podría resultar problemático para la hipótesis de Bateman (2007)Bateman, N. (2007). A crosslinguistic investigation of palatalization (Tesis de doctorado). University of California San Diego, San Diego., ya que esta variedad no presenta ninguna evidencia de que la palatalización |p β̞ m| → /cj ɲ/ haya pasado por la etapa *[pcβ̞j mɲ].

Por razones de espacio, no se han podido abordar temas como la estructura silábica, la fonética y la fonología del acento y los procesos morfofonológicos activos en el chiquitano migueleño (con la excepción de la palatalización). Estos temas se discuten parcialmente en un otro trabajo (Nikulin, 2020bNikulin, A. (2020b). Elementos de la morfofonología del chiquitano migueleño. LIAMES, 20, 1-21. doi: https://doi.org/10.20396/liames.v20i0.8660822
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), basado en el mismo corpus.

Se espera que las generalizaciones expuestas aquí permitan mejorar la propuesta ortográfica de Nikulin (2019a)Nikulin, A. (2019a). ¡Manityaka au r-ózura! Diccionario básico del chiquitano migueleño: el habla de San Miguel de Velasco y de San Juan de Lomerío. Recuperado de https://www.academia.edu/38284134/_Manityaka_au_r_%C3%B3zura_Diccionario_b%C3%A1sico_del_chiquitano_miguele%C3%B1o_El_habla_de_San_Miguel_de_Velasco_y_de_San_Juan_de_Lomer%C3%ADo
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para el chiquitano migueleño, que sufre de ciertas inconsistencias, y que contribuyan para la comprensión de la diversidad lingüística de la Chiquitanía.

GLOSARIO

En este glosario se reproducen los términos regionales (del castellano camba) que ocurren en las glosas de este artículo y se proporcionan definiciones. Para los zoónimos y fitónimos, se dan sus equivalentes en portugués y en el castellano venezolano (dos otras variedades ampliamente conocidas por los estudiosos de la Amazonía).

Camba Definición Camba Definición Apero Parte de la silla de montar que tiene los dos arzones Jone Pedazo de ladrillo, adobe Chaco Conuco Paúro Pozo de agua Chompa Suéter Puchi Heces Curichi Barrizal, lugar anegado Tacú Mortero Jachi Residuo de chicha Tapeque Provisión de víveres para un viaje Jasayé Tipo de cesto tradicional Tari Tipo de recipiente tradicional Animales Camba Venezolano Portugués Camba Venezolano Portugués Capiguara Chigüire Capivara Peto Abeja silvestre Caba Ca(s)caré Especie de piarro Gralha-do-pantanal Seboí Tordo Chupim Chuubi Gavilán Gavião Sepe Comején Cupim Cujuchi Especie de roedor Tuco-tuco Sucha Zamuro Urubu Corechi Especie de cachicamo Tatu-bola Tapití Conejo de monte Tapiti Macono Halcón macagua Acauã Tarechi Loro hablador Maitaca-verde Masi Ardilla Serelepe Tatú Cachicamo Tatu Peji Especie de cachicamo Tatu-peba Tibibi Tigüi-tigüe Perna-amarela Peni/jaúsi Mato Calango/teiú Turu Caracol Caracol Peta Morrocoy Jabuti Urina Venado Veado Plantas Almendra Nuez parecida a la sarrapia Cumaru Isotoúbo Paraparo Saboeiro Azucaró Jobo Taperebá Motoyoé Mamoncillo Especie de fruta Bibosi Matapalo Gameleira Paja sujo Esp. de hierba Capim-sapé Caracoré Cardón, cirio Mandacaru Paquió Algarrobo Jatobá Curupaú Yopo Angico Soriocó Bucare Mulungu Garabatá Maya Caraguatá Sucupiro Alcornoque Sucupira-preto Gualele Cambur Espécie de banana Urucú Onoto Urucum Güembé Especie de bejuco Cipó-imbé

AGRADECIMIENTOS

Agradezco a Doña Ignacia (Násiya) Yopié Tomichá, a Doña Antonia (Ato’ĩxh) Socoré Masaí, a Don Victoriano Julián Laverán Ramos (in memoriam), a Doña Micaela Ribera Montero y a Don Miguel Putaré Tapanaché (in memoriam) por haberme enseñado su idioma, así como al cacique Elmar Socoré Casupá y a Rubén Pitigá Socoré por el respaldo logístico en San Juan de Lomerío. Expreso mi gratitud a dos evaluadores/as anónimos/as, a Andrés Pablo Salanova y al Editor Asociado de este Boletim, Hein van der Voort, por sus comentarios y sugerencias. Mi conocimiento del chiquitano se benefició enormemente de las conversaciones con Brittany Hause y Luca Ciucci, a quienes les doy mis gracias. Además, agradezco la colaboración y compañía de Rafael Andrade, Bruno L’Astorina y Mauricio Meza durante el trabajo de campo en 2017–2018. Finalmente, expreso mi gratitud a Severino Parzinger por haberme proporcionado datos preliminares sobre los hablantes del chiquitano migueleño fuera de San Juan de Lomerío, que posteriormente he podido constatar, aunque parcialmente, in loco. La responsabilidad por cualquier error recae únicamente en mí.

  • 1
    Aunque el chiquitano migueleño posee un sistema de diferencias generolectales, éstas no interactúan con el nivel fonológico, excepto un ítem léxico que presenta una diferencia en la posición del acento: [ˈt̠ʲo̞β̞akḁ] (♀) / [tʲ̠uˈβakḁ] (♂) ‘mañana’. No se pudo alcanzar un balance de las variables ‘género’ y ‘comunidad de origen’, ya que no hay hablantes del género masculino en San Juan. En San Miguel, se han realizado grabaciones con hablantes de ambos géneros, pero apenas uno de los consultantes de San Miguel poseía dicción suficientemente clara para un análisis fonético. Ambos hablantes del género masculino con los que se trabajó fallecieron en 2019.
  • 2
    Ejemplifico esta afirmación con evidencia anecdótica. El presente autor tuvo la ocasión de trabajar con una hablante anciana del chiquitano migueleño (su consultante principal) en la presencia de su sobrina, huérfana desde muy corta edad y criada por su abuela (que era una hablante competente del chiquitano). En un determinado momento, la consultante, que por su avanzada edad posee una capacidad auditiva reducida, pidió al autor que repitiera la frase que él había acabado de decir (“/tsoĩtsɨmóka kiɲána nútaʔa soɛ́sɨ | aβéʔe taɾíc̠ʲaa/”). No obstante, antes de que el autor haya podido hacerlo, la sobrina de la consultante repitió, en castellano: “nos sentamos debajo del árbol y había petos, dice”, demostrando haber comprendido la frase pronunciada por el autor en chiquitano. Sin embargo, esa sobrina de la consultante afirma que no habla la lengua originaria.
  • 3
    Uno de los estímulos para la adquisición de un nivel básico del bésɨro por los alumnos es el hecho de que la competencia en la lengua originaria sea un requisito para la contratación en la Administración Pública del Estado Plurinacional de Bolivia.
  • 4
    Los datos en este artículo se representan en el Alfabeto Fonético Internacional (AFI), con la excepción del acento en las representaciones fonológicas, que se representa mediante la tilde (´). Utilizo los diacríticos de retracción en /t̠ʲ c̠/ para subrayar que estos fonemas se articulan en las zonas postalveolar (= prepalatal) y pospalatal (= prevelar), respectivamente. El diacrítico de descenso en /β/ indica que se trata de una aproximante y no de una fricativa. La africada /tʃ/ se clasifica como [+palatal] y no como [+postalveolar] —a pesar de articularse en la zona postalveolar— porque de otro modo sería necesario explicar por qué la consonante /ts/ no se palataliza a /tʃ/ en el mismo ambiente en que /t/ se palataliza a /t̠ʲ/ (ver ‘Palatalización’).
  • 5
    Las abreviaciones se enumeran al final del artículo. Para el significado de los términos regionales, ver ‘Glosario’.
  • 6
    En esta propuesta, /l/ no se considera parte del inventario fonológico del chiquitano migueleño; [l] ocurre en algunos ítems en el corpus ([liˈmo̞ɾna] ‘limosna’, [ˈbaldɛs] ‘balde’, [ˈtɛlɛ] ‘televisión’) que podrían analizarse como préstamos no adaptados o instancias de alternancia de códigos (code-switching). Alternativamente, /l/ podría considerarse un fonema marginal.
  • 7
    El estatus fonológico de /h/ es problemático, como se discutirá en la sección ‘Estatus de h. Un(a) evaluador(a) anónimo propone atribuir las ocurrencias de /h/ que alternan con cero a una regla de epéntesis; en este caso los ejemplos en (18) ilustrarían el contraste entre /x/ y cero.
  • 8
    Un análisis auditivo sugiere que el sonido que se representa aquí como [t] es una oclusiva dental y no alveolar, hecho que debería representarse en el AFI mediante la utilización de un diacrítico dental ([t̪]). Sin embargo, no se ha podido realizar un análisis palatográfico que podría comprobar esta impresión auditiva. Por esta razón, en este artículo se mantendrá la utilización del símbolo [t].
  • 9
    No está completamente claro por qué la vocal no redondeada /ɨ/ desencadenaría tal realización.
  • 10
    Aquí no se hará un intento de distinguir entre esas fonaciones y se utilizará la notación [V̰] para representar cualquier tipo de vocales no modales del chiquitano migueleño. Obsérvese que algunos autores emplean los términos ‘voz tensa’ y ‘voz crujiente’ refiriéndose a dos grados distintos de constricción de la glotis, que pertenecerían a un mismo continuo entre la fonación modal y el estado totalmente constreñido de la glotis. Otros autores definen la voz crujiente (creak en inglés) como una fonación irregular, sin la implicación de que las cuerdas vocales estén más constreñidas a comparación de la voz modal. Futuros estudios deberán determinar cómo exactamente se producen las vocales denotadas aquí como [V̰].
  • 11
    Las representaciones morfofonológicas (subyacentes) se dan entre plecas (|…|), mientras que las barras oblicuas (/…/) se reservan para las representaciones fonológicas. Los archifonemas se representan con una notación fraccionaria, con una posibilidad indicada en el numerador y otra en el denominador (como, por ejemplo, cuando no se puede determinar si una ocurrencia de /c̠/ es derivada de |p| o de |k|). La morfofonología del chiquitano se discute de un trabajo aparte (Nikulin, 2020b).
  • 12
    La vocal |ĩ| es de muy baja frecuencia en el chiquitano migueleño, por lo que las instancias de palatalización que involucran esta vocal son muy pocas y no se discutirán detalladamente en esta subsección. Los ejemplos incluyen: |paʔĩ-xɨ| /paʔí̃ɕi/ [paˈʔ̞ĩɕ] ‘cura’, |xaʔĩ-xɨ| /xaʔĩ́ɕi/ [xaˈʔ̞ĩɕ] ‘puchi’, |ij/x-i-̃́ ka-tɨ| /ić̃ ̠atɨ/ [ˈĩɲc̠atɨ]̥ ‘voy’, |tomĩko| /tomić̃ ̠o/ [toˈmĩɲo̥] ‘domingo’.
  • 13
    |i1| denota una variante de |i| que se elide delante de vocales, mientras que |i2| denota una variante de |i| que se transforma en /j/ o /ɲ/ en el mismo ambiente.
  • 14
    En el bésɨro, según Sans (2010), la palatalización ocurre regularmente solamente en el ambiente i_a. La consonante /k/ se palataliza también en el ambiente i_o, mientras que /t/ se palataliza entre i y cualquier vocal no anterior (a, o, u, ɨ). La fricativa /ʂ/ se palataliza tras i sin importar la vocal que le sigue, compartiendo este comportamiento con la /x/ del migueleño (que corresponde regularmente a la /ʂ/ del bésɨro). En cuanto al chiquitano ignaciano, Ciucci y Macoñó Tomichá (2018) observan que la palatalización progresiva no ocurre si a la consonante le siguen /ɨ i/; además, la palatalización de /p m/ en el ambiente i_o está sujeta a determinadas restricciones morfológicas.
  • 15
    A pesar de que en el castellano camba moderno este ítem contenga una fricativa ([koʂe̞hiˈð̞o̞ɾ]), la adaptación de los demás segmentos en este préstamo es típica de un estrato más antiguo de préstamos, en el que el fonema /r̄/ del castellano se sustituye normalmente por la /ɾ/ del chiquitano (probablemente esos préstamos se incorporaron al chiquitano en una época cuando el fonema /r̄/ todavía conservaba una realización vibrante): /aɾóxɨ/ < cast. arroz, /ɾíkoxɨ/ < cast. rico, /ɾasímoxɨ/ < cast. racimo. En los préstamos más recientes la /r̄/ se adapta como /ʂ/ incluso en la posición del ataque: /ʂájaxɨ/ < cast. raya, /kaʂɛtɛ́ɾaxɨ/ < cast. carretera.
  • 16
    En algunos préstamos la /ʎ/ del castellano se adapta como /j/, como, por ejemplo, en /kájaxɨ/ < cast. calle.
  • 17
    Un(a) evaluador(a) anónimo/a sugiere que las ocurrencias de [ɾ] en coda, como en (35), podrían considerarse excepciones léxicas de una regla que convierte /ɾ/ a [ʂ] en coda. Efectivamente, algunas teorías fonológicas (cf. Zonneveld, 1978Zonneveld, W. (1978). A formal theory of exceptions in phonology. Lisse: Peter de Ridder Press. doi: https://doi.org/10.1515/9783110859911
    https://doi.org/10.1515/9783110859911...
    ) permiten especificaciones diacríticas de este tipo. Sin embargo, en este estudio no se aceptará esta posibilidad alternativa de análisis por no explicar las ocurrencias de [ʂ] en ataques (36), además de tener la desventaja de exigir complicaciones innecesarias en la fonología.
  • 18
    Un(a) evaluador(a) anónimo/a sugiere analizar las ocurrencias de /h/ como insertadas mediante una regla de epéntesis en palabras que inician con vocales. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la mayoría de las palabras que inician con vocales (por ejemplo, /ɨɾíɕi/ [ɨˈɾiɕ] ‘su nombre’, /ápoo/ [ˈapo] ‘tu casa’, /ɛsutʃɛ́ka/ [ɛsuˈtʃɛkḁ] ‘estoy triste’) jamás admiten la ocurrencia de /h/, que, como ya se dijo, se limita a la adposición dativa, a las formas no finitas de los verbos y a algunos adverbios. Por ello, prefiero mantener el análisis en que las palabras que admiten la ocurrencia de /h/ presentan la respectiva especificación.
  • 19
    Las vocales nasales no ocurren precediendo /ɲ/. En este ambiente, las vocales nasales subyacentes parecen desnasalizarse regularmente: |kõõ-jo| /kóoɲo/ ‘se muere’, |pokunũ-Vɲa| /pokunuuɲá/ ‘contento’.
  • 20
    En algunos estilos del habla (supongo que sobre todo cuando el hablante desea comunicar la idea del cansancio), el ensordecimiento de una vocal alta puede ser acompañado por una considerable constricción oral. En este caso, las vocales /i ɨ u/ se realizan como [ç x ʍ], como en el siguiente trecho de una narrativa: /… ɕaɾɨkɨ́ka=ɾɛʔɛ́ | áuki kãmaʔá noxoonɛ́ nanaiɲá ɾɛtsɨtɨ́pɨ [ɾɛtsɨˈtɨpxː] | oxoonɛ́ naʔ=itʃáʔanɨ …/ ‘…me acosté y de ahí en ese momento dolió todo mi cuerpo, dolió mi cabeza …’.
  • 21
    En esta sección indico la silabificación en las transcripciones fonéticas, mediante un punto.
  • 22
    Un(a) evaluador(a) anónimo/a indaga si las secuencias vocálicas tautosilábicas no podrían ser analizadas como diptongos. Aquí se prefirió un análisis que involucra secuencias de fonemas —y no diptongos— porque no se han observado restricciones de coocurrencia de segmentos vocálicos en el chiquitano migueleño y porque en algunos casos los elementos que constituyen las secuencias vocálicas pertenecen a morfemas distintos (por ejemplo, /oɨɰóxɨ/ ‘urina (♂)’ contiene el prefijo /o-/, que marca el género no humano animado en el habla masculina, y la raíz /ɨɰo-/ ‘urina’). Véase Sánchez Miret (1998)Sánchez Miret, F. (1998). Some reflections on the notion of diphthong. In Papers and Studies in Contrastive Linguistics (No. 34, pp. 27–51). Poznan, Poland: School of English, Adam Mickiewicz University. para una discusión de los problemas asociados al uso del término ‘diptongo’.
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Editado por

Responsabilidade editorial: Hein van der Voort

Datas de Publicação

  • Publicação nesta coleção
    17 Maio 2021
  • Data do Fascículo
    2021

Histórico

  • Recebido
    27 Abr 2020
  • Aceito
    10 Set 2020
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