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Pigmentocracia dei deseo en el mercado sexual Trans de Cali, Colombia

Pigmentocracy of desire in the trans sexual market in Cali, Colombia

Pigmentocracia do desejo no mercado sexual Trans de Cali, Colômbia

Resúmenes

Este artículo analiza el efecto de la condición étnico/racial para las mujeres negras Trans en el mercado sexual Trans femenino en Cali, Colombia. Se trata de un estudio sobre el trabajo sexual desde una perspectiva interseccional, a través de los aportes del black feminism, articulando raza como color de piel, auto-identidad de sexo/género, clase social y grupo etario, en la producción y consumo de servicios sexuales ofrecidos por mujeres no biológicas, que realizan en determinados casos el trabajo de peluquería. La hipótesis indica, como efecto más importante que el "exotismo de los cuerpos negros", en el juego de los capitales eróticos, valoriza sobremanera las "mujeres masculinas" o "activas" dotadas con "pene potente". Ello, debido a la confluencia entre clientes cuya fantasia sexual se recrea en una mujer fálica, y hombres biológicos, jóvenes de clases populares, en su mayoría negros, que reconstruyen sus identidades de sexo/género y encuentran en el mercado sexual un espacio laboral.

mujeres Trans; sexualización; racialización; mercado de trabajo sexual; generización


This article analyzes the effect of black trans women's ethnic/racial condition in the female trans sex market in the city of Cali, Colombia. The study looked at sex work from an intersectional perspective, with the contributions of Black Feminism, articulating race as skin color, sex/gender self-identity, social class and age group in the production and consumption of sex services offered by not-biologically-born women who sometimes work as hairdressers. We argue that the "exoticism of black bodies" as erotic capital gives a high value to the "wellendowed male" or "active" black woman with a "potent penis", in the confluence of clients whose sexual fantasy valorizes a phallic woman, and lower class male-born black youths who reconstruct their sex/gender identities and find a labor niche in the sex market.

Transgender women; sexualization; racialization; sex work market; gender


Este artigo analisa o efeito da condição étnico/racial para as mulheres negras trans no mercado sexual trans feminino em Cali, Colômbia. Trata-se de um estudo sobre o trabalho sexual a partir de uma perspectiva interseccional, através das contribuições do black feminism, articulando raça como cor de pele, autoidentidade de sexo/gênero, classe social e grupo etário na produção e no consumo de serviços sexuais oferecidos por mulheres não biológicas, que realizam, em determinados casos, o trabalho de cabeleireiras. A hipótese indica que o "exotismo dos corpos negros", no jogo dos capitais eróticos, valoriza sobremaneira as "mulheres masculinas" ou "ativas" dotadas de "pênis potente". Isto devido à convergência entre clientes cuja fantasia sexual se recria em uma mulher fálica e em homens biológicos, jovens de classes populares, em sua maioria negros, que reconstroem suas identidades de sexo/ gênero e encontram no mercado sexual um espaço de trabalho.

mulheres trans; sexualização; racialização; mercado de trabalho sexual; generização


ARTIGOS

Pigmentocracia dei deseo en el mercado sexual Trans de Cali, Colombia

Pigmentocracy of desire in the trans sexual market in Cali, Colombia

Pigmentocracia do desejo no mercado sexual Trans de Cali, Colômbia

Fernando Urrea GiraldoI; Ange La FurciaII

IMaestria en Ciencia Política, Universidad de los Andes (Bogotá) Profesor Titular Departamento de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, Universidad del Valle Cali, Colombia. furreagiraldo@yahoo.com

IICandidata a grado - Pregrado de Sociologia Departamento de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias Sociales y Económicas, Universidad del Valle Cali, Colombia. ange.lafurcia@correonivalle.edu.co

RESUMEN

Este artículo analiza el efecto de la condición étnico/racial para las mujeres negras Trans en el mercado sexual Trans femenino en Cali, Colombia. Se trata de un estudio sobre el trabajo sexual desde una perspectiva interseccional, a través de los aportes del black feminism, articulando raza como color de piel, auto-identidad de sexo/género, clase social y grupo etario, en la producción y consumo de servicios sexuales ofrecidos por mujeres no biológicas, que realizan en determinados casos el trabajo de peluquería. La hipótesis indica, como efecto más importante que el "exotismo de los cuerpos negros", en el juego de los capitales eróticos, valoriza sobremanera las "mujeres masculinas" o "activas" dotadas con "pene potente". Ello, debido a la confluencia entre clientes cuya fantasia sexual se recrea en una mujer fálica, y hombres biológicos, jóvenes de clases populares, en su mayoría negros, que reconstruyen sus identidades de sexo/género y encuentran en el mercado sexual un espacio laboral.

Palabras clave: mujeres Trans; sexualización; racialización; mercado de trabajo sexual; generización

ABSTRACT

This article analyzes the effect of black trans women's ethnic/racial condition in the female trans sex market in the city of Cali, Colombia. The study looked at sex work from an intersectional perspective, with the contributions of Black Feminism, articulating race as skin color, sex/gender self-identity, social class and age group in the production and consumption of sex services offered by not-biologically-born women who sometimes work as hairdressers. We argue that the "exoticism of black bodies" as erotic capital gives a high value to the "wellendowed male" or "active" black woman with a "potent penis", in the confluence of clients whose sexual fantasy valorizes a phallic woman, and lower class male-born black youths who reconstruct their sex/gender identities and find a labor niche in the sex market.

Keywords: Transgender women; sexualization; racialization; sex work market; gender

RESUMO

Este artigo analisa o efeito da condição étnico/racial para as mulheres negras trans no mercado sexual trans feminino em Cali, Colômbia. Trata-se de um estudo sobre o trabalho sexual a partir de uma perspectiva interseccional, através das contribuições do black feminism, articulando raça como cor de pele, autoidentidade de sexo/gênero, classe social e grupo etário na produção e no consumo de serviços sexuais oferecidos por mulheres não biológicas, que realizam, em determinados casos, o trabalho de cabeleireiras. A hipótese indica que o "exotismo dos corpos negros", no jogo dos capitais eróticos, valoriza sobremaneira as "mulheres masculinas" ou "ativas" dotadas de "pênis potente". Isto devido à convergência entre clientes cuja fantasia sexual se recria em uma mulher fálica e em homens biológicos, jovens de classes populares, em sua maioria negros, que reconstroem suas identidades de sexo/ gênero e encontram no mercado sexual um espaço de trabalho.

Palavras-chave: mulheres trans; sexualização; racialização; mercado de trabalho sexual; generização

Introducción: feminidades Trans en sectores populares y mercado sexual Trans en Cali-Colombia

Este artículo tiene soporte en dos experiencias investigativas.1 1 El autor y la autora agradecen a la antropóloga Jeanny Posso Quiceno por autorizar el uso de fragmentos de entrevistas que fueron llevadas a cabo en el proyecto de investigación que ella ha dirigido y que se menciona en el texto. Dos de las entrevistas de este estudio citado fueron realizadas por Miyer Cabanzo. En este caso, los fragmentos de las entrevistas de dicho estudio tienen que ver con las experiencias en el mercado sexual de las mujeres Trans entrevistadas, si bien varias de ellas también trabajan en peluquería. Igualmente agradecen a los sociólogos Jairo Alexander Castano López, José Ignacio Reyes Serna y Eduardo Moncayo Quevedo por sus comentarios. Debe senalarse que tres de las entrevistas con sujetas Trans aquí empleadas, son autoria de Reyes. Castano aportó información sobre jóvenes negros corteros de cana que, eventualmente, ejercen el trabajo sexual en Cali a través de una puesta en escena femenina. Agradecen también al estudiante de Sociologia de la Universidad del Valle, Marlon Lasso Ortega, así como a las integrantes de la organización de Derechos Humanos de mujeres Trans en Cali (Santamaria Fundación) por sus sugerencias, informaciones y testimonios; igualmente al estudiante de secundaria Daniel Felipe Echeverry Cano por la información sobre Trans femeninas indígenas en los municipios cafeteros de Santuario, Pueblo Rico y Apia (Risaralda). Este artículo fue presentado, en su primera versión, como una ponencia titulada "Colores de piel en el mercado sexual Trans de Cali-Colombia", en el GT "Mercados de Trabajo y Sexualidades Disidentes", coordinado por Teodora Hurtado Saa de la Universidad de Guanajuato (México) y Fernando Urrea Giraldo de la Universidad del Valle (Cali, Colombia), en el marco del VII Congreso Latinoamericano de Estudios del Trabajo, organizado por la Asociación Latinoamericana de Estudios del Trabajo (ALAST), bajo el título "El trabajo en el Siglo XXI: Mudanzas, Impactos y Perspectivas"; congreso llevado a cabo en la US, del 2 al 5 de Julio de 2013, São Paulo. En el presente texto, algunos de los principales resultados de la investigación Colciencias-Cidse/ Universidad del Valle, "Sexualidades y feminidades contemporâneas de mujeres negras e indígenas: un análisis de cohorte generacional y étnico-racial" (2008) dirigida por Fernando Urrea- en el capítulo dedicado a "transgeneristas" negras, dialogan con los del estudio posterior sobre peluquerías Trans titulado "Los servicios estéticos de cuidado del cabello en la ciudad de Cali" (2013), -dirigido por Jeanny Posso Quiceno-, del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad del Valle, en el que Ange La Furcia, coautora de este artículo, participó como monitora de investigación.2 2 Se incluyen también testimonios de un grupo focal de dicha investigación, llevado a cabo en Santamaría Fundación de Cali, que aglutina a mujeres Trans de sectores populares.

El análisis se apoya en un ejercicio metodológico con trayectorias sexuales y laborales de siete Trans femeninas de clases populares3 3 Por géneros Trans femeninos nos referimos a las personas que han realizado algún tipo de transformación de su cuerpo, ya sea mediante tratamientos estéticos, modificaciones en las formas de vestir, maquillaje, gestualidad, tratamientos hormonales o cirugías plásticas, en un continuum de posibilidades que viven y se representan en una identidad femenina que no corresponde a la asignación biológica de origen. De este modo, social y culturalmente construyen un habitus y una hexis corporal (en el sentido de Bourdieu, 1998 [1979]) que se consideran propios del género femenino, asumiéndose como mujeres (no biológicas). Para un análisis detallado al respecto ver García, 2010; Vieira et al., 2010; Vartabedian, 2012:44-50; Arán, 2012:148-150; y Rutter & Schwartz, 2012:121-122. , realizado a partir de esbozos biográficos y conversaciones con ellas. Se analizan las entrevistas realizadas a cuatro mujeres Trans negras de clases populares de Cali y Jamundí. Algunas de ellas se autodefinen, no como mujeres -porque aseguran que una "mujer nace mujer y no la que nace hombre biológico"- sino como travestis en un trânsito de género hacia una expresión femenina. Además, se trabaja con tres entrevistas a mujeres Trans que ejercen la peluquería, algunas alternándola con el trabajo sexual.4 4 No incluimos sujetas transexuales, debido a que el acceso a cirugías de "reasignación de sexo" en Colombia es incipiente y ha correspondido con exigencias al Estado por la vía de acciones de tutela de mujeres Trans de sectores medios (La Furcia, 2013). Aunque existen experiencias de "cambio de sexo" de mujeres Trans de sectores medios y medios-bajos, realizadas en el exterior, no es característico que ellas tengan inserción en el mercado sexual en Cali.

Las feminidades Trans,5 5 A nivel local ha habido una resistencia a las categorías de transexualidad y transgenerismo debido a la connotación heteronormativa binaria que las asocia con la disforia de género y el fetichismo travestista en los manuales de psiquiatría DSM-4 y DSM-5. Por el contrario, suele usarse como forma de enunciación política la denominación mujeres Trans, para un continuum de identidades no homogéneas en la construcción de las feminidades como las transformistas, travestis, transgéneros... Asimismo opera el uso de categorías prácticas, en el sentido propuesto por Hallberstam (2008), que se manifiestan en los discursos cotidianos como formas de posicionamiento del sujeto: "locas", "maricas", "pirobas", "travestis"" (García, 2010 ; y La Furcia, 2014:145). Una discusión similar en el contexto brasilero puede verse en Balzer (2008, 2010); Leite (2011) y Barbosa (2013). como identidades que se construyen a partir de la presencia de roles socio-sexuales que operan en diversas sociedades, problematizan la clasificación de la pareja sexo/género y los limites de la dicotomia normal/ patológico de los cuerpos del modelo biologista. Las identidades Trans desestabilizan la manera arbitraria en que tales roles son asignados a unos cuerpos, basándose unicamente en la presunción de un sexo anatómico. El cuerpo mismo se modifica subvirtiendo su aparente sustancialidad, desde las transformaciones de la materia que ellas realizan como forma radical de agenciamiento (Butler, 2002; Preciado, 2002). Sin embargo, para Woodhouse (1989), algunas travestis concebirían el género y sus representaciones sobre masculinidad/feminidad como algo rígidamente demarcado y excluyente, reflejando de este modo roles de género tradicionales. Las feminidades Trans no generarían necesariamente una implosión de variaciones al interior de la identidad del género; por el contrario, reforzarían estereotipos de feminidad que perpetúan la cosificación de la mujer como objeto de placer y su opresión como sujeta de derechos. Para esta autora, se trata de un determinismo que impone el modelo binario de género heteronormativo.

Aunque la construcción de feminidades Trans en sociedades contemporáneas conlleva un espacio de transgresión, paradójicamente no puede desembarazarse de un sistema patriarcal de dominación, por el cual las feminidades están subordinadas a las masculinidades. Esta característica de conservadurismo de género entre las travestis probablemente se asocie a los esquemas de percepción y aprehensión del mundo social que incorporan en sus dinâmicas de clase en sectores populares locales, como se advertiria desde Vartabedian (2012:222-224) y Reyes & Urrea (2011).6 6 Uno de los hallazgos fundamentales del proyecto "Feminidades y sexualidades: mujeres negras, indígenas, mestizas-blancas y transgeneristas negras en el suroccidente colombiano" insiste en la paradoja de las feminidades Trans negras. Los testimonios de las entrevistadas, si bien sugieren una subversión del género en el sentido butleriano, se instalan en actividades "tradicionalmente asociadas con las mujeres", en términos de la producción del trabajo doméstico, de cuidado y afecto. La afirmación de la identidad Trans en los casos analizados se relaciona con la insistente referencia al "marido" y las correspondientes labores para su atención: "lavar y planchar la ropa", "ser fiel" y convertirse no sólo en proveedora de afectos sino también de sustento económico. En otros casos, la afirmación radical como mujer se asocia con la aceptación de la violencia del varón manifestada en expresiones tales como "si me pega me siento más mujer", "si me pega me quiere más". La investigación capta esta dimensión de conservadurismo de género en mujeres Trans de sectores populares. La hipótesis de que tal dimensión obedece a dicho contexto socio-cultural debería matizarse, explorando la existencia de otras formas de afirmación del binarismo de género, como las modalidades de violencia que atraviesan a mujeres Trans de otros sectores y clases sociales poseedoras de otros capitales sociales, simbólicos y culturales. Caso contrario, la aseveración podría suponer una generalización arbitraria, con un sesgo estereotipado respecto de las clases subalternas.

En diferentes sociedades contemporâneas y en las últimas décadas, está en expansion un mercado de trabajo sexual, particularmente de Trans femeninas. Cada vez más ellas dominan espacios urbanos, desplazando en el mercado sexual a mujeres "biológicas"7 7 Todo intento por determinar así sea de manera temporal una referencia al concepto de "mujer" es fracasado, puesto que la categoria de "mujer" se vuelve normativa si se asume como una cuestión de atributos y requisitos a modo de características. Recurrimos a los aportes de Butler (2007 [1990]) y Riley (1988) para ver la identidad como una "metaforicidad sostenida" que crea la fantasia de "ser una mujer". En ese sentido, nos percatamos de mencionar que decir mujer "biológica" en contraste con mujeres Trans implicaría instalar nuevamente la dicotomia naturaleza/ cultura, y por consiguiente, no hacer justicia a la afirmación radical que hizo Simone de Beauvoir "no se nace mujer, se llega a serlo". de áreas que éstas últimas tenían bajo su control . A diferencia de la tradicional producción industrial donde prima la relación máquina-trabajador y trabajador-jefe, las dinámicas históricamente consolidadas del mercado sexual se relacionan con la producción inmaterial o simbólica, donde la interacción con un tercer actor, el consumidor o cliente, seria -como sugiere Daniel Bell (1976)- cada vez más característica de las sociedades contemporâneas. Las interrelaciones comerciales entre individuos a través de intercambios de forma directa -consumidor/ trabajador- en diferentes mercados de trabajo contemporáneo implican escenarios de contacto corporal que buscan generar efectos psíquicos -placenteros, de confort, emocionales- en el cliente. Al indagar sobre los efectos subjetivos y el intercambio emocional/erótico en el mercado de trabajo, estas cuestiones problematizan -desde los aportes de la economia feminista y de la sociologia del trabajo contemporânea- la categoria trabajo (De la Garza, 2001; Del Rio, 2003; Del Rio y Pérez, 2002; Carrasco, 1999; Carrasco et al. 2003).

Se trata de un mercado sexual con clientes masculinos "biológicos" de diferentes clases sociales y grupos etarios, aunque predominan los de sectores populares y clases medias bajas,8 8 Esta argumentación no exime la existencia de clientela masculina de sectores acomodados. Esta dimensión es poco explorada en el presente trabajo. cuyas fantasias sexuales se construyen con mujeres no "biológicas" que conservan los genitales masculinos y los emplean durante la relación sexual. La anatomia de la 'mujer con pene' juega un efecto determinante en esta demanda porque buena parte de la clientela está constituida por hombres deseosos de ser penetrados por ellas.9 9 Cada vez se presenta un mayor protagonismo de las mujeres "biológicas" como sujetas activas en los intercambios eróticos heterosexuales en las parejas menores de 30 anos de clases medias y clases populares. Algunos hombres solicitan a sus parejas femeninas que los penetren, ya sea utilizando las manos, pies o la lengua, o a través de medios mecânicos (penes artificiales o dildos). Esto mostraria una transformación social del deseo, en el que la masculinidad puede jugar pasivamente en el contexto de intercambios heterosexuales. Esto favorece el fenómeno de la oferta Trans femenina; en este caso, mujeres no biológicas dotadas de pene.

En este escenario de trabajo sexual aparece un modelo de sexualidad "activo/ pasivo" en el que las travestis más exitosas desarrollan la capacidad de cumplir ambos roles, pero con mayor frecuencia el papel "activo". Como senala Vieira Garcia (2008), acerca de la combinación entre lo femenino y lo masculino en el arte de la seducción de las mujeres Trans:

En este sentido, se constituian no tanto como figuras andróginas sin referencia clara a características masculinas o femeninas, sino como personas que incorporaban simultáneamente elementos considerados en nuestra sociedad como tipicamente masculinos y femeninos. Un ejemplo de esto es la presencia de senos y nalgas voluminosas mezcladas con la ostentación de la erección de la "neca" (pene) en las exhibiciones nocturnas en las calles y avenidas (2008:15).

Lo que complejiza estas dinâmicas de trabajo en los mercados de trabajo sexual de mujeres no "biológicas" de Cali es que producen la fantasia de la "mujer con pene pintada de colores", a pesar de que las Trans femeninas de pieles más oscuras sean estigmatizadas de modo más directo que las de pieles más claras, resultado de dinâmicas de racialización y sexualización entrecruzada.10 10 Las propuestas de las afroestadounidenses Angela Davis (1981) y bell hooks (1984) son tomadas aquí como referencias para el entendimiento del "entrecruzamiento de las opresiones", o interseccionalidad de sistemas de dominación: clase, 'raza', género y sexualidad. La socióloga norteamericana Patricia Hill Collins (1990), sistematizaria la propuesta del Black Feminism como una perspectiva de conocimiento en la que los sistemas de opresión se articulan en una matriz de la dominación. Por otro lado, lo anterior es concomitante con camadas de clases populares masculinas más jóvenes, con alta deserción escolar y por ello con cada vez menos opciones de una inserción laboral estándar, que viven profundos cambios en sus identidades de género y sexualidad. La opción del mercado sexual Trans se ha convertido en una alternativa laboral que se combina con otras de distinto tipo: desde peluquerías o salones de belleza, con estética femenina hasta labores, como jornaleros o peones de cosechas,11 11 Daniel Felipe Echeverry (estudiante de secundaria en Santuario, Risaralda, 16 anos) nos ha comentado acerca de hombres indígenas que alternan períodos de trabajo como jornaleros recolectores de café con trabajo sexual a través de una transformación y trânsito temporal a la feminidad, en horarios nocturnos o en días que no trabajan como jornaleros ya que en el oficio de recolectores de café no se les permite usar indumentaria femenina. También en el estudio de Castano sobre Masculinidades de corteros negros de cana de azúcar (2010) se recogió información de corteros negros con performatividades de trânsito de género que, en ocasiones, han alternado el oficio de cortero con la prostitución en la ciudad de Cali. En estos casos se les representa con la siguiente expresión émica: cortero "gaytored" [asociando el nombre de una bebida energizante con la asignación identitaria de gai ]. y, en algunas ocasiones, con actividades de "rebusque" ilícito.

En Cali, una ciudad con una significativa población negra (alrededor del 35%), la mayor parte en las clases populares (Urrea & Congolino, 2007), la presencia de mujeres negras Trans ha venido en aumento, al punto de predominar en varios espacios del mercado sexual local. Este texto sugiere que la construcción de feminidades Trans se ha caracterizado por el anclaje transversal de identidades de género y laborales en el mercado de trabajo local, especialmente en los espacios de trabajo sexual y en la peluquería (Posso, 2013). En términos analíticos, asumimos que la sexualidad y el género, en sus diversas variantes y transformaciones, son componentes transversales de diferentes procesos de trabajo, cuyos efectos materiales atraviesan y producen determinadas lógicas de funcionamiento de los mercados laborales. Por otra parte, las subjetividades en la contemporaneidad están atravesadas por dinâmicas de la globalización que permean al mundo del trabajo (Bauman, 1999; Lipovestky, 1992). Asimismo, dinâmicas de construcción radical del género en las clases populares a través del mercado de trabajo del intercambio erótico/sexual, se entrecruzan con dinâmicas de racialización, en un contexto de "cuerpos con colores de piel oscuros". No obstante, diferentes feminidades Trans se construyen en distintas clases sociales,12 12 Un ejemplo claro es el de la coautora Trans de este texto (Ange La Furcia) cuyo posicionamiento en la clase media, y el acúmulo de capitales culturales a través de la educación universitaria, la ubican en un contexto distinto al de la clásica dicotomía "puta o peluquera". como modos diferentes de vivir sexualidades y géneros, trastocando la reduccionista solución de continuidad de la matriz heterosexual binaria que regla sexo/género/deseo (Butler, 2007 [1990]).

De acuerdo con los testimonios ofrecidos por las mujeres Trans con las que se mantuvo diálogo, respecto del mercado sexual de Cali se hace indispensable registrar el efecto de la condición étnica-racial.13 13 La condición étnica/racial es examinada como una heteroclasificación arbitraria externa de la apariencia, en términos de los colores del rostro y los cuerpos de las sujetas observadas, en este caso, realizado por los autores (la y el autor) del estudio, que coinciden con el autorreconocimiento de varias de las entrevistadas bajo categorías determinadas. En el estudio PERLA (Proyecto de Etnicidad y Raza en América Latina) para cuatro países de la región (Brasil, Colombia, México y Perú), coordinado por Edward Telles (Princeton University), existe una alta correlación entre la autoidentificación del entrevistado/a y la mirada externa realizada por el encuestador/a sobre los colores de piel (Urrea, Viáfara & Viveros, 2012). Ese estudio está en prensa bajo el título Pigmentocracies. Ethnicity, Race and Color in Latin America. Edward Telles and the Project on Etnicity and Race in Latin America (PERLA). Forthcoming with the University of North Carolina Press. El color de piel y la clase son marcadores sociales que transversalizan este mercado sexual y establecen reglas de subalternidad. El racismo y su complemento, la racialización, se cuelan en los deseos sexuales en los intercambios eróticos con las Trans negras. El comercio sexual de las Trans femeninas es un fenómeno social que altera el orden de género al tiempo que lo refuerza, y que sofistica el mercado erótico con sexo-servidoras de orígenes populares, produciendo nuevos interrogantes en el campo de estudios del trabajo. Para entender este fenómeno es necesario problematizar las miradas convencionales -hasta hace poco predominantes- de la sociologia del trabajo, que han evitado abordar la esfera de la sexualidad.

La dicotomia "puta o peluquera" en el mercado de trabajo de mujeres Trans

Entre los hallazgos más importantes de Posso (2013) se encuentra que, en las trayectorias laborales de mujeres Trans, es transversal la construcción de sus identidades de género con los espacios asignados para el ejercicio del trabajo: sexual y de peluquería.14 14 Esta referencia también aparece en los resultados preliminares de la investigación "Los servicios estéticos y corporales en las nuevas configuraciones del trabajo: empleo, trayectorias sociales y construcción social de la diferencia" realizada en Bogotá bajo la dirección de Luz Gabriela Arango y con la participación de Javier Pineda como co-investigador, especialmente en el análisis sobre las peluquerías Trans realizado por Bello (2012). Muchas hicieron cursos de peluquería en el período de sus estudios de bachillerato y/o salieron a la calle desde muy pequenas, como estrategias de iniciación no sólo en la vida laboral sino también para construir una expresión de género femenina. Los condicionantes de habitus de clase se intersectan con patrones de género reglados por una matriz de heterosexualidad que las ubica en rejillas de inteligibilidad, en escenarios de disputas por ser mujeres. Los stages del género, es decir, los escenarios de la puesta en escena o la perfomance, son los espacios de trabajo donde "se es una puta o una peluquera". En ese sentido, sólo se hace posible ser una mujer Trans bajo la obligación laboral implícita de dedicarse a un oficio altamente feminizado para encontrar un margen de inteligibilidad.

En conversaciones con integrantes Trans de Santamaria Fundación,15 15 Los nombres de las entrevistadas han sido cambiados por cuestiones éticas; sólo se usan los nombres propios de aquellas Trans que así lo decidieron. encontramos elementos que senalarían que "ser una Trans, es ser también una puta y/o una peluquera":

Melania (pregunta): Sí, por ejemplo nos interesaría conocer por qué eligen el oficio de la peluquería y no otro.

Miyer (pregunta): Si realmente es una elección o no.

Sandra: Mirá, eso es una pregunta clara, si tú me la haces como me la estás diciendo, yo te voy a decir que nosotras no lo elegimos, nos lo impusieron.

Melania (pregunta): ¿Y quién se los impone?

Sandra y Brenda: La sociedad.

Melania (pregunta): Entonces cuéntenos un poco sobre eso.

Sandra: Yo soy una mujer Trans pero a mí no me gusta la peluquería, ni me gustó nunca, trabajé pero no me gustó, trabajé sexualmente, en la calle, pero no me gustó la peluquería, y la gente tiene encasillado eso, porque eres Trans, porque eres gay tienes que ser peluquera porque ese es su trabajo, eso es para lo que ustedes están hechas, para peluquear o para putear, pero nosotras no, a mí no me gusta. (...) Siempre va a mantener eso de que como somos la parte visible del sector LGTB, entonces 'no, es que estas son las boletas'. Hay algunas que les gusta, pero a mí particularmente, no me gusta la peluquería y no me parece regio, y admiro mucho a las chicas que les gusta su negocio, su peluquería, porque sé que hay chicas que nacen como con el don, no tienen ni necesidad de estudiar como para ser una buena estilista, con eso te digo todo.

Brenda: Yo también queria expresarme como Sandra. En mi caso yo también trabajé la peluqueria pero jamás me gustó, igualmente el trabajo sexual lo ejerci pero como acabó de decir Sandra, no teniamos otra elección, hubiéramos tenido algunas capacidades para hacer otras cosas pero por nuestra identidad de género, nuestra expresión, no se nos permitia, entonces unicamente teniamos esa. Muchas lo hacemos prácticamente por obligación o necesidad, no hay de otra para sostenernos.

Existen matices interesantes ante la dicotomia generizada de "ser una puta o ser una peluquera"; encontramos aquellas que se negaron al ejercicio de la peluqueria, aquellas que realizan ambos trabajos dando prioridad al estatus de la peluqueria frente al trabajo sexual en calle, y aquellas que no se dedicaron al trabajo sexual porque hubo medidas de control familiar para imposibilitarlo. Como relata Sandra, una mujer Trans que ejerció el trabajo sexual y la peluqueria y que, posteriormente, se vinculó a Santamaria Fundación a través de un proceso de politización radical Trans por los derechos humanos:

Sandra: Yo si estudié, estudié en Carrusel16 16 Se trata de un establecimiento tipo academia de peluqueria para clases populares en la ciudad de Cali, donde la clientela puede realizarse cortes de cabello y peinados sin ningún costo debido a que los y las estudiantes se encuentran en práctica. , pero lo que les estaba diciendo ahora, yo estudié porque mi familia pensó que eso era lo que yo tenia que ser, entonces volverse travesti sólo tienes dos opciones, o sea, para dónde vas a pegar, pues a estudiar peluqueria, pero a mi no me gustaba eso, iba y me gradué y todo y trabajé peluqueria.

Melania (pregunta): ¿Y tu familia lo pagaba?

Sandra: Una prima lo pagó pero no me gustó nunca eso y no tenia la paciencia, no tenia la paciencia para atender la gente, soy malgeniada, entonces no me gustaba estar, pero yo admiro a las chicas porque yo misma les digo a mis amigas, ¿es que uno estar todo el dia en la peluqueria esperando un corte?, jay no, qué pereza!, y si eres la empleada te ganas la mitad, el 50% y si no llega nadie, y si viene la duena, quieren que primero la duena la atienda, entonces tiene que tener uno también el carisma para llegarle a la gente, pero jay no!. Y siempre fui trabajadora sexual, pero alternaba, o sea, cuando me aburria de estar por allá parada en la calle, yo decia "ay voy a trabajar peluqueria" y trabajaba un ano, seis meses y ya, qué pereza porque no es, cómo te explico yo, lo económico muchas veces no te alcanza, una mujer Trans que vive sola, pagar comida, pagar pieza, entonces no te alcanza para rumbiar17 17 Es una forma local usada para referirse al disfrute en fiestas nocturnas. , para tomarte los traguitos18 18 Hace referencia al consumo de licor, particularmente ron y aguardiente, en contextos de reunión y fiestas. de vez en cuando que no te alcance el dinero, entonces jay qué pereza!, lo que me hago en la peluquería en una semana, lo hago en una noche.

Asimismo Brenda, una Trans que se asume afrodescendiente, que ha pasado por una trayectoria de politización similar a la de Sandra en Santamaria Fundación y que ejerció como trabajadora sexual y peluquera (en una posición subalterna como "shampusera"19 19 Se refiere a quien se encarga del lavado del pelo de los-as clientes-as. ) relata su negación al trabajo en salones de belleza. Esto debido a lo que sugiere como su falta de competencia para producir un efecto embellecedor, caracteristica fundamental del imaginario construido por la clientela de que "las Trans y los gays tienen mejor mano":

Miyer (pregunta): Yo quisiera saber, ambas mencionaron que no les gusta la peluquería ¿por qué dicen, no me gusta, no quiero ser estilista, no quiero trabajar en eso sino que prefiero trabajar en el trabajo sexual o qué se yo?

Brenda: Por lo menos en mi caso yo no tuve como, ¿cómo te digo?, como dijo Sandra, que hay unas chicas que sin necesidad de estudiar nacen como con esas capacidades, como con ese don, o sea, yo no tenia como esa parte, o sea, no me nacia, como aprender o como meterme de lleno con la peluquería, yo no sentia como ese talento para eso, entonces básicamente eso (...) La mayoria tienen ese talento y por ejemplo, mi hija Adriana20 20 Adriana es una mujer Trans blanca/mestiza de sectores populares dedicada a la peluquería, trabajo que alterna con el sexual. Se trata de una mujer que ha radicalizado una expresión de género femenina y es altamente valorada por su imagen, no sólo entre sus compareras Trans, sino también entre los varones. ella es una que jamás estudió y ella maquilla, cepilla y corta divino, porque ella tiene esa capacidad para hacerlo.

Mónica, transformista, de sectores populares, y mulata, ejerció el trabajo sexual y actualmente se dedica a la peluqueria. Narra su experiencia personal en el mundo laboral en la dicotomia 'puta/peluquera', concediéndole mejores condiciones al trabajo en salones de belleza. Ella se niega a realizar nuevamente el trabajo sexual por las dificultades que tuvo con los clientes a la hora del pago, las largas jornadas de trabajo en calle a la expectativa de que la recogiera un cliente, en un contexto de alta vulnerabilidad.

Miyer (pregunta): ¿Y cómo llegaste? O sea, empezaste trabajando como estilista...

Mónica: Shampucero (...) auxiliar, digámoslo así. Ya después conocí a otros amigos y me dediqué ya a la vida alegre, digámoslo así, pero seguía en el día en la peluquería y en la noche salía a la vida alegre, nunca dejé la peluquería.

Miyer (pregunta): Pensando un poco, manana y tarde trabajando como peluquero y en la noche ejerciendo la vida alegre como tú dices ¿Cómo lograbas combinar esas dos esferas?

Mónica: ¿Cómo así?

Miyer (pregunta): Pues digamos en términos de tiempo. Si estabas muy cansado.

Mónica: a las 10 me iba para la casa o sea al trabajo de la calle. Llegaba tipo 3, 4 de la manana, yo entraba a las 10 de la manana a la peluquería, alcanzaba a dormir mis horas y en los ratos libres en la peluquería que no había nada, me podía acostar en una sala que hay allá para dormir una siesta y ya no más, no me agotaba ni nada. Y había tiempo para las onces (...).

Miyer (pregunta): Cuando tú trabajabas ejerciendo la prostitución, ¿ternas algún tipo de jefe o era independiente?

Mónica: En la calle no tenés un jefe, porque la calle es libre y usted ya verá cómo cobra.

Miyer (pregunta): digamos, <mo había un grupo de chicas que se protegieran unas a las otras o companeras? ¿O eras tú solito?

Mónica: Cada cual tiene que defenderse en la calle, allá no tenés ni guardaespaldas ni nada, cada cual se tiene que defender en la calle sea de los 'maricas', de los ladrones, o sea del mismo cliente, uno mismo se tiene que defender, tú no tienes el respaldo de nadie en la calle.

Miyer (pregunta): Pensando un poco en la relación con los clientes en cuanto a la peluquería y al otro trabajo ¿cómo era la relación con los clientes?

Mónica: pero los clientes de otras partes.

Miyer (pregunta): Sí, de las peluquerías y del otro oficio.

Mónica: Más agradables son los clientes de la peluquería que los de la calle. Son más llevables los clientes de la peluquería que los de la calle.

Miyer (pregunta): ¿Por qué?

Mónica: Porque los de la calle son más complicados, ya que no te quieren pagar, salen con mucho problema, en cambio el cliente, le cortas el pelo y todo y te pagan tus seis mil pesos y punto y ya....

Miyer (pregunta): Y en términos, de bueno, las dos peluquerías y el trabajo de la prostitución, comparando esos dos oficios o esos dos lugares en los que has trabajado, ¿cuál crees que ha sido la mejor experiencia laboral?

Mónica: La mejor en las peluquerías, jclaro! El ambiente cambia mucho, es más agradable que estar en la calle parado toda una noche esperando un cliente.

En el caso de Mireya, una mujer Trans mulata de sectores populares que realiza el trabajo de peluquería como co-propietaria de un establecimiento, encontramos una negación al trabajo sexual en modalidad de calle debido a las condiciones de vulnerabilidad en las que se sentia, distintas a la seguridad que ofrece el espacio de los salones de belleza, donde si alterna ambos trabajos. Mireya además menciona una de las particularidades del mercado de trabajo sexual Trans. Alli los clientes buscarian la realización de una fantasia sexual a través de la penetración de una figura femenina.

Mireya: En mi vida yo empecé a trabajar a los 16 anos. A los 15 hice el curso. A los 16 anos terminé el curso y empecé a trabajar en la peluqueria. En ese tiempo yo conoci otra chica, que era companera de trabajo mio. Trabajamos tres. Una de mis companeras fue la que me dijo que por qué yo no salia a trabajar a la calle, que me iba a ir bien, pues en ese tiempo yo estaba súper joven. Entonces yo empecé a trabajar como trabajadora sexual. Trabajé 4 anos. Vi que no era lo mio pues porque en ese trabajo buscan mucho que las chicas sean activas y yo nunca fui activa. No me llamó la atención ese trabajo y segui en la peluqueria. pero pues los únicos trabajos que he tenido en mi vida han sido: trabajadora sexual y estilista.

Ange: ¿Lo del trabajo sexual era a los 16 me dijiste también?

Mireya: Si, de 16 a los 20 anos. En este momento lo hago, pero pues aqui, en mi negocio. Aqui en la peluqueria más no lo practico en la calle. Ni tampoco asi que me llamen, no. Solamente aqui en el trabajo. Salgo con clientes mios de aqui de la peluqueria, pero con clientes que conozca asi en la calle, no, no salgo. Me da pánico.

Ange: ¿Para vos cuál ha sido como tu mejor trabajo, tu peor trabajo?

Mireya: No pues para mi el mejor trabajo este de estilista, me siento completamente feliz, yo me siento feliz con lo que hago aunque al principio estudié como una forma de cómo defenderme de la vida, pero poco a poco le fui cogiendo amor y yo me siento feliz, trabajando en la peluquería me siento feliz. Y el peor trabajo fue cuando trabajé en la calle. jAh eso no se lo deseo a nadie! Eso no me gustó, para mí no era. jUy no, me pareció terrible eso!

Aunque no son muchos ni muy comunes los casos de mujeres Trans de sectores populares que no se hayan dedicado al trabajo sexual en alguna ocasión, Melanie, una mujer Trans triguena, de cuarenta anos, que trabaja subcontratada en una peluquería, comenta que debido al soporte familiar que tuvo en su infancia y adolescencia se dedicó desde joven a la peluquería y no se vio en la obligación de salir a la calle.

Miyer (pregunta): ¿Has tenido otra formación fuera de la peluquería?

Melanie: No, yo siempre he sido estilista, terminé mi bachillerato, como a los dos o tres anos, me dediqué a la peluquería...

Miyer (pregunta): ¿A qué edad empezaste a trabajar?

Melanie: A los veinte anos.

Miyer (pregunta): ¿Empezaste como peluquero también?

Melanie: Yo salí como de 18 anos de bachillerato, y como a los tres anos empecé a trabajar peluquería y desde esa edad estoy trabajando peluquería. O sea, como veintiún anos, porque si tengo 41.

Miyer (pregunta): O sea que tu primer oficio, siempre te has desempenado dentro de la peluquería. Nunca has trabajado en otra cosa.

Melanie: No, porque en mi casa, yo vivo con mi papá y mi mamá, entonces pues, ellos siempre han querido lo mejor para mí, ¿mo?

Podría decirse que el ejercicio de la peluquería significaría acceder a un trabajo de mayor prestigio en la escala de valoraciones frente a la connotación -negativa en determinados casos- del trabajo sexual. De ese modo, el factor de clase se cuela de forma ineludible con la subversión del género y se manifiesta en dinâmicas laborales.

Brenda: Yo creo que hablando un poquito de la peluquería y conectândolo un poco con lo del trabajo sexual, en algunas, no en todas, ¿no?, hay chicas que son estilistas y lo alternan. Entonces, algunas no necesariamente tienen que salir a la calle como tal sino que como nosotras decimos hacen la ficha21 21 La expresión indica que mantienen relaciones sexuales con retribución económica. en la misma peluquería. Entonces es corte y también trabajo sexual al mismo tiempo. Hay unas que se dedican solamente a la peluquería (...). Entonces a muchas chicas peluqueras les pasa igual, pero les puede caer el turno a la peluquería y así no van a desaprovechar la oportunidad de una platica [dinero] extra. (...)

Débora: Es decir, es más difícil encontrar una nena que se nombre como trabajadora sexual y que alterne de vez en cuando la peluquería, es más habitual encontrar a nenas que se nombren en primera profesión la peluquería, pero en la medida en que es menor la cantidad de las que se paran en la esquina con las otras putas, sino que hacen el trabajo sexual, la ficha, dentro de la peluquería, al cliente, al "pollo", "vea mami y qué otro servicio presta", "no papi, yo vengo a trabajar". Pero allí mismo dentro de la peluquería.

Regulación dei trabajo sexual y agenciamiento Trans en el mercado de trabajo

Si bien se ha sostenido el entrecruzamiento entre clase social e identidad de género en los espacios de trabajo donde participan las feminidades Trans, es importante observar las formas de agencia y regulación en estos escenarios que permiten movimientos estratégicos y de control de las trabajadoras sexuales. El trabajo sexual suele realizarse de noche en zonas específicas y conocidas en la ciudad en las que no sólo se encuentran las Trans, sino que aparecen otros actores: consumidores y vendedores de sustancias psicoactivas, traficantes de armas y licor, taxistas, policías y grupos de pandilla, entre otros. A primera vista puede verse como un escenario de libre movimiento mercantil, por la debilidad del control institucional; no obstante, operan mecanismos implícitos de regulación que posibilitan las transacciones económicas y las negociaciones erótico/sexuales.

Entre las exigencias para desenvolverse con éxito en el mercado sexual Trans, no sólo se cuenta la de una puesta en escena que implique una inversión corporal para radicalizar una hiperfeminidad como oferta erótica sino la de producir una perfomance de defensa contra cualquier potencial agresor. Esto es, contra grupos de pandillas, traficantes o policías que quieran realizar actos sexuales sin su consentimiento, desplazarlas de sus sitios de trabajo por discriminación, o contra clientes que evaden sus pagos. En este sentido, la fuerza física, asociada socioculturalmente a la masculinidad, sería mantenida como forma de posicionamiento necesaria en este mercado de trabajo, debido a los "riesgos de la vida nocturna" .

Sandra:

La gente dice 'es que ellas son agresivas', no, no, nosotras no somos agresivas, la misma sociedad nos hizo agresivas, porque si tú me agredes, yo te agredo, verbal o físicamente, yo era de las que pasaba y a mí me gritaban tres cosas y yo les gritaba ocho, ¿me entendés?, porque esa era mi defensa, yo le decía una vez a alguien que me hacía una entrevista y me decía que por qué nosotras éramos tan agresivas, y le decía, "no, nosotras no somos agresivas, pero si a usted le van a pegar, usted pega, porque es que ningún heterosexual, ni ninguna mujer se va a dejar pegar", entonces esa fue la vida que nos tocó, agarrarnos. Y la madre

22 22 Las "madres" son mujeres Trans de larga trayectoria que iniciaron actividades de trabajo sexual manteniendo zonas durante anos y que se caracterizan por criar a "hijas Trans" para el ejercicio del trabajo sexual. Ello les facilita el control de buena parte del mercado de trabajo en el que se mueven. Estas redes filiales constituyen asimismo una forma de parentesco no consanguíneo (Posso, 2013).

siempre decía una cosa que yo después lo analicé, a nosotras nos tocó estar en la parte donde están los ladrones, los drogadictos, y nos tocó vivir con ellos y aprender a defendemos de ellos y otras personas, ;me entiendes? Porque allá fue donde nos mandaron, allá a esos lugares oscuros, y yo por lo menos por mi casa yo le decía a la gente "vea, es que ustedes de día nos critican, pero de noche nos usan", porque de día 'las boletas' y se te ven 'las guevas' [testículos] y se te ve esto, pero de noche, la más linda, "ay usted es la más hermosa del barrio", por usarnos, ¿me entendés?"

Muchas Trans radicalizan sus formas de defensa personal, no sólo evidenciando que ellas mismas también eligen a su clientela, sino que el uso de la fuerza y la agresividad se vuelven estrategias de afirmación. Las más exitosas en estos escenarios son mujeres Trans muy respetadas, generalmente respaldadas por grupos de pandillas, particularmente racializadas, y convertidas finalmente en "madres de plaza". En este tipo de perfomance, el elemento racial se introduce cuando se construye la imagen de una mayoría de Trans de colores de piel más oscuros y de larga trayectoria, como "travestis más duras", asociándolas con rasgos de mayor agresividad.

La gata:

(...) yo he tenido manes ['hombres'] que en su momento han sido patanes, no rudos sino patanes, y por eso ha habido problemas y por eso muchos se han estrellado, porque ellos no han contado de pronto, no han pensado o no se han acordado quién soy yo, de dónde vengo, como me crié, que mi crianza fue al lado de ellos, que fui una delincuente más, porque en el momento en que yo tenía que valerme del mundo de la delincuencia, era todo un macho, cuando hablo de todo un macho, no hablo en mi mente ni en mis sentimientos, pero sí en mis acciones y en mi apariencia tenía que ser de un hombre, no podía usar unas extensiones, y cuando utilizaba peluca, vestido, entonces decían, van a hacer algo contra alguien, porque hay cosas que como hombre no podía hacer, entonces había que disfrazarse y llegar hasta donde había que llegar, pero no lo hacía como lo hago ahora, que es que quiero, quiero estar así, entonces yo no podía darme este pinche [lujo, gusto] porque tenía que pararme duro y mi estilo de vida no me lo daba, entonces yo era todo un hombre en mi apariencia, pero mi mente y mis sentimientos eran de una nina, y soy una nina, una mujer.

Por otro lado, el desenvolvimiento de las mujeres Trans trabajadoras sexuales en estos escenarios tiene que ver con la incorporación de reglas de juego para controlar los espacios de trabajo o las "plazas" que asumen como propias. Crean así mecanismos de control de sus pares/companeras como modo de afirmar los anos de trabajo de las mayores a través del "cobro de impuestos", recaudados por estas mujeres Trans "madres" que han criado a sus "pollitas"23 23 Se trata de mujeres Trans jóvenes, de entre los 14 y 20 anos, dedicadas al trabajo sexual. como pupilas en el ejercicio del trabajo sexual. Este "cobro de impuestos" -característico de este mercado de trabajo- significa la gratificación monetaria por la apertura de zonas de trabajo, por la garantía de la defensa de la "madre a la polla" y como forma de regulación creada no sólo para la obtención de dinero adicional, sino como mecanismo sociocultural de reclutamiento y mantenimiento del mercado de trabajo sexual de feminidades Trans.

Débora:

Allí hay un tema que yo daba una discusión con una persona cuando hablaba del trabajo sexual sobre todo en modalidad de calle cuando comentaba que era muy frecuente, encontrar en mujeres Trans, que se cobre el impuesto, es pedirle dinero a la otra, ¿cierto?, pero yo digo, yo no las voy a justificar pero yo sí las entiendo, ¿por qué?, si yo tengo 32 anos de edad y me paré desde los 18, llevo 14 anos en esta esquina y yo fui la primera, fuimos las primeras que abrimos esta esquina, abrimos el negocio, ¿cierto?, abrimos plaza... Pero además es nuestro ejercicio de jubilación. Porque yo vieja, que no he tenido ningún sistema de filiación, y no sé qué más, y no me contratan, "usted está joven, yo abrí la plaza, usted está 'pollita', yo la he guerriado [luchado, combatido], me tocó más duro con la policía", es mi jubilación. Y mi jubilación, ¿quién me la va a dar?, de dónde paga el gobierno la jubilación, de la fuerza activa, la fuerza activa son las 'pollas' que todavía están puteando que están siendo contratadas, a las feas, viejas, gordas, no.

La construcción de feminidades Trans en este mercado sexual implica la creación de estrategias, que no se reducen a simples dinámicas de elección y decisión racional, como agentes que se mueven por intereses de maximización de ganancias, en un sentido neoliberal de homo economicus, sino que las subjetividades en este mercado laboral son posibles en el marco de una economia política del sexo (Rubin, 1975 [1996]). Es decir, haciendo uso de maniobras individuales, mezcladas con la apropiación de roles de género (tanto la hiperfeminidad para el deseo, como la masculinidad para la defensa). Performances carismáticas frente a los clientes, tanto en hexis corporales como expresiones orales,24 24 Muchas Trans suelen cambiarse el nombre de acuerdo a la situación en que se encuentren con sus clientes. En muchos casos, intentan ocultar el nombre femenino que suelen usar en su vida cotidiana. producción del efecto de placer a través de la penetración, y formas de control y regulación del trabajo a través de normas incorporadas en la crianza y el reclutamiento de "madres a hijas".

Aunque suele asumirse que, para las trabajadoras sexuales Trans su oficio es vergonzoso, en uno de los testimonios encontramos elementos que denotan que el trabajo sexual es visto de manera positiva, en dinâmicas cotidianas de apropiación del espacio público.25 25 Estos elementos pueden coincidir con dinâmicas de politización de las mujeres (las trabajadoras sexuales, entre ellas) a nivel global. En el caso emblemático de la "Marcha de las putas", una iniciativa surgida en Canadá en el ano 2011 contra la violencia de género, se crítica la justificación del prejuicio sexista que avala actos misóginos por la forma en que se visten las mujeres; en Cali se realizó con el nombre de Puti-Plantón (2011). En este evento participaron mujeres Trans, con experiencia en el trabajo sexual, de la Santamaría Fundación, que exigieron que este trabajo fuera visto como uno que debe ser valorado dignamente y no como la única opción posible e impuesta para las Trans-femeninas.

Sandra:

Que uno va en pantalones y "que se te ven las 'guevas' [testículos], entonces uno de lógica dice, si voy en minifalda que digan esa estupidez, pero si yo voy en jean. Alguien me decía una vez, una amiga, una Trans, yo cuando trabajaba en la calle, yo nunca me iba en vestidos, los vestiditos desde mi casa, no, yo me iba en mis jean y así y ya cuando llegaba a mi zona de trabajo me ponía mi vestido, entonces ella un día me preguntó "Sandra, ivos por qué no te venís arreglada desde tú casa?", no porque es que una se sube al bus, así, la gente empieza a mirarte, entonces ella me dijo estas palabras, "súbete como te subas la gente te va a mirar, así te subas en jean, te subas disfrazada de monja, la gente te va a mirar por ser Trans". Desde ahí empecé a irme en mi 'culifalda' [falda corta] y me subía al bus, y cuando la gente me miraba yo les decía "sí, voy a putear", "sí senora voy a putear", por qué, para que la gente, la gente así no se lo imagine, sabe.

26 26 En el conversatorio también se hizo mención al uso de palabras como "maricas, locas y travestis", además de prendas de vestir, connotadas como "extravagantes", asociadas con las trabajadoras sexuales Trans que son politizadas, en escenarios de visibilización como las marchas LGTBI locales.

Encontramos otros espacios de trabajo sexual que tienen bastante incidencia a nivel local. Se trata, por un lado, de sitios coreográficos o casas de citas donde se alojan un conjunto de mujeres Trans de distintas edades. Alli, bajo la dirección de una 'madre' y el correspondiente pago de impuesto, ejercen el trabajo sexual, en habitaciones separadas. Por otro, el trabajo sexual virtual (por videochats), como parte de dinámicas de flexibilización del trabajo; modalidad de trabajo que cada vez tiene mayor influencia a nivel local, puesto que se han constituido 'casas' con las instalaciones adecuadas para efectuar el trabajo sexual por webcams con clientes de las más diversas latitudes, que pagan con tarjetas de crédito. Uno de los sitios web emblemáticos de esta modalidad es LiveJazmin que tiene una oferta especial de "transgender/transexual".

Cuerpos exóticos, cuerpos pintados... Cuerpos oscuros, cuerpos masculinizados

La racialización de la sexualidad y la sexualización de lo racial forman parte de la construcción identitaria en el universo de las feminidades Trans en este mercado sexual. Ello implica que mujeres Trans negras -pero también otras feminidades negras- sean vistas con una sobrevaloración de su "hipersexualidad". Asimismo, la racialización del sexo coadyuva a que determinadas Trans sean consideradas más potentes -"superdotadas"- que otras, por su color de piel. En ese sentido, la construcción de la "mujer con pene con colores de piel más oscuros" discurre más cercana al exotismo hipersexual. La racialización de la sexualidad hace ver lo más oscuro como más masculino, porque simbolizaria, en el imaginario de la clientela, a una mujer penetradora a quien se le demandaria comportarse como una "mujer con pene".

Las mujeres Trans blancas/mestizas tienen una connotación más femenina,27 27 Este hallazgo a nivel cualitativo coincide con resultados a nivel cuantitativo, donde lo racial es entendido como un dispositivo pigmentocrâtico que interactua con la clase social, de acuerdo con el estudio PERLA. Segun Urrea, Viâfara & Viveros (2012), Colombia es una pigmentocracia social en la que el género articula, a la vez, el proceso de producción de desigualdades sociales por clase y raza mediante las parejas blanquitud-feminidad y negritud- masculinidad. Ver también Telles et al., 2014. especialmente si interviene el elemento etario en esta economia politica del sexo. Las feminidades Trans más jóvenes, nombradas habitualmente como "pollitas",28 28 Uno de los comentarios mâs enfáticos que realizaron algunas de las mujeres Trans con las que conversamos tiene que ver con el auge de "pollitas" en el mercado sexual Trans, no sólo desplazando a las mâs viejas sino asumiendo posturas de control sobre éstas. son eróticamente construidas como más "pasivas" dentro de las performances de los cuerpos más claros.

Mireya, una mujer Trans mulata, insiste en que las Trans hagan inversiones corporales a través de la hormonización desde muy jóvenes, con el fin de eliminar el "fantasma de la masculinidad".29 29 Este tipo de testimonios y referencias coincide con los hallazgos del trabajo de Andrea García en mujeres Trans de Bogotá, aunque el elemento racial es abordado de forma escasa y sin mucha profundidad (García, 2010).

Mireya: No, usted todavia está 'polla'. Usted todavia no está en edad adulta, no. Usted ahora es donde más 'marica' tiene que ponerse las pilas. No ve que así le decía yo a la 'polla' de allá en frente. Ella tiene como 18 o 19 también, "polla, hormonícese, marica, hormonícese que eso es lo que le queda a uno", ya después usted sigue regia, yo por ejemplo a veces paro unos dos o tres meses, paro, pero porque yo sí puedo, pero una 'marica' así no puede, 'machis' [hermana], por eso, pues yo no les digo nada porque "ya es quitarles a ellas, a ellas ya no les hace nada", y más por ejemplo Sandra que es activa. Karla también.

Ange: ¿Y el ser activa, eyacular todo el tiempo...?

Mireya: La verdad, 'machis', si. Yo le soy sincera, qué es lo que pasa, que cuando vos eyaculas, digamos si vos en la semana eyaculas unas tres, cuatro veces, qué pasa, tú cuerpo empieza a producir mucha testosterona, entonces eso poco a poco, tampoco va a ser de una, poco a poco va a hacer que vas cogiendo más rasgos masculinos, vas cogiendo más tendencia masculina, las maricas dicen, "Ay no, eso es mentira", eso es verdad mami, eso es verdad. Mi papá es re contra peludo nena, mi papá es peludísimo, yo vengo de una familia peluda, yo era bárbara, pero no era bárbara como Brenda ni como Sandra".

Las mujeres Trans negras son percibidas como masculinas debido a referencias racializadas de sus hexis corporales: "espaldas más anchas", "penes más grandes", "ojos y boca más marcados", "vellos y voz más ásperas". En determinados casos son nombradas como "micos" (especialmente si se trata de mujeres negras Trans de más de 35 anos de edad que han devenido en "madres")30 30 En este caso, son "madres" que para tener el control de las plazas de trabajo sexual, se apoyan en hombres negros corpulentos menores de 30 anos que "pueden intimidar fácilmente" a los clientes que maltratan a las Trans o se niegan a pagarles. . Mireya comenta en los siguientes términos los cuerpos y las prácticas sexuales de algunas de sus companeras,:

Mireya:

Por ejemplo en el caso mio yo debo estar estéril porque yo llevo muchos anos "hormonizándome" y entonces claro, ya mis piernas son de mujer. Yo para ser trozuda [voluptuosa] mis brazos no son de hombre, noson marcados. Entonces el cuerpo de ella [se refiere a una de sus companeras negras] ya está construído "masculinamente", porque mire que ninguna de ellas dos tienen nada, ellas se ponen sus "tramoyitos"

31 31 "Tramoyitos" se refiere a técnicas de arreglo del cuerpo para crear el efecto de apariencia femenina, especialmente la protuberancia de los senos.

ahí en la tetas, y por ejemplo en el caso de Brenda, ya tiene el cuerpo marcado de hombre, lo mismo Sandra. Ella por mucho que quiera, y ellas por mucho que hagan mami, no hacen nada. Yo no les digo nada porque ahí mismo ellas van a decir "Ay tan convencida o es que ella se cree una mujer, o ella cree esto", pero no les hace nada. Ellas lo que están haciendo y más si se inyectan cada rato, ahí lo que hacen es botar el dinero, las hormonas no les hace nada a ellas.

Como viene planteándose, el elemento de masculinidad en las Trans negras es afirmado con énfasis cuando se las compara con mujeres Trans blancas/mestizas con rangos de edad inferiores que consumen hormonas:

Mireya:

De todos modos seguimos produciendo testosterona. En cambio, vos te empezás a "hormonizar" con juicio "machis" y la libido a uno se le baja. Si me pasa a mí y ya con la edad que tengo. A veces yo paso tiempo sin eyacular, más no me hace falta, me doy cuenta porque me da dolores de cabeza seguidos, pero es por eso, porque como no eyaculo, pero no, de todos modos, yo ni loca marica. Imagínese donde yo fuera 'activa', donde yo no me "hormonizara" estaría un hombre completo, estaría bien Brenda, peluda, barbada, de todo, espaldona, ¡nol, ¡nol, ¡no!

Relaciones afectivas y sexualización racial

Las relaciones afectivas de las mujeres Trans entrevistadas se combinan en muchos de los casos con las relaciones con clientes, denotando que trabajo y afecto van de la mano. Casandra, una mujer Trans negra dedicada a la peluquería y al trabajo sexual, está en una relación de pareja en Espana. y describe su papel activo en el acto sexual de una manera placentera. Este punto es relevante porque casi todas las mujeres Trans -negras, mestizas y blancas- que han viajado al exterior han manifestado que la mayor demanda de los clientes en su trabajo sexual en Europa es que los penetren32 32 De acuerdo con indagaciones que José Ignacio Reyes nos comenta, en el mercado de trabajo Trans en París, la demanda de los clientes es fundamentalmente la de ser penetrados. Las mujeres Trans muy femeninas suelen camuflarse en las zonas de trabajo de mujeres "biológicas" y, en caso de ser descubiertas, pueden ser expulsadas de tales lugares. o que ellos hagan la felación.33 33 A nivel local suele usarse en el lenguaje cotidiano la referencia a la felación como "chupada" o "mamada". De igual modo opera en este mercado local sexual. El placer representa aquí un papel importante en el ambiguo juego de roles sexuales, que no genera problemas de identidad.

Casandra:

Con Oliver descubrí cosas que no conocía (risas), llegué a conocer lo que es el sexo oral, yo no sabía lo que era eso, pues me lo habían hecho muchas veces, infinidades de veces, pero nunca lo había hecho yo, él a mí nunca me pidió que lo hiciera, yo fui la que tomó la iniciativa de decirle a él que quería (...). Al amigo sí le gustaba todo tipo de sexo, es más, yo puedo decir que él era más pasivo que activo (...).

El carino tiene un peso en estas feminidades de manera muy similar al experimentado por otras mujeres inscritas en la ideología del amor romántico. Catalina, una mujer Trans negra de 26 anos de edad, respondía de este modo:

José Ignacio (pregunta): Para vos, ¿cómo es un hombre ideal tanto física como interiormente?

Catalina: Pues físicamente no me gustan los gordos. Los detesto (sonríe). Me gustan flacos, flaquitos, o sea delgados. Gurre gurres [feos] no, delgados. Físicamente, pues no tengo un ideal, que sean caribonitos no, depende, si hay sex-appeal, no importa como sea. Que me guste, que tenga algo, como esa química que me guste (...). En la edad tampoco. Para el amor no tiene que haber edad, pienso que no. No me gustan los menores de 16 anos, no me gustan. Hasta los 20. De 20 pa' arriba. No, no, no, no. De 20 en adelante. O sea hasta los 20, están ricos, están buenos, listo. No se ya. Y hasta 45, depende, a mí me sale un viejo de 45 y me gusta, normal. Si le gusta a uno. Que le guste.

José Ignacio (pregunta): ¿Y cómo te gusta que sea internamente, emocionalmente? Catalina: Que sea carinoso, que sea descomplicado, que sea carinoso, que sea bien carinoso, porque a mí me gustan los hombres carinositos.

Micaela, de 18 anos, la mujer Trans negra más joven con la dialogamos, advierte que no gusta de hombres machistas y que tiene preferencia por los hombres blancos: le parecen más llamativos que los hombres de color, a diferencia de la Gata, una mujer Trans negra de sectores populares que se dedicó a actividades delictivas y que ahora es cantante de rap.

José Ignacio (pregunta): ¿Cómo te gustan los hombres, tienes un prototipo de hombre ideal?

Micaela: Lo normal.

José Ignacio (pregunta): ¿Cómo es normal?

Micaela: O sea, mi tipo de hombre es que no sea machista. O sea, que por cualquier cosa ya le va a venir a pegar a uno, no, que no sean tan agresivos, que sea así, regio [chévere, agradable], así, como es de regio con las mujeres, que también sea regio con una marica, o sea, haz de cuenta que están con una mujer en el sentido de hablar, en el sexo (...). Como estábamos hablando ahorita, que bruto así, no, suave, todos amorosos con uno.

José Ignacio (pregunta): ¿Y físicamente, cómo te gustan?

Micaela: O sea, me gustan los blanquitos más que los negritos, son más llamativos los blancos que los negritos, más provocativos, altos o bajitos, gordos no, acuerpaditos, que uno les vea el musculito, regio.

José Ignacio (pregunta): ¿Y que el pene sea cómo?

Micaela: Normal, porque uno va por la ricura, no por lo grande.

José Ignacio (pregunta): ¿Y si es muy grande, es muy incómodo?

Micaela: No, antes más rico.

José Ignacio (pregunta): Y si es muy pequeno, ¿qué pasa?

Micaela: Normal, uno también hace travesuras con eso. Dicen que los chiquiticos son los más ricos, uno le hace cualquier cosa al chiquito, cosas ricas pa' que el hombre se excite el día que tenga arrechera [deseo sexual elevado] y vuelva pa' donde uno.

Aunque para la mayoría de las entrevistadas la fuerza y la autoridad son rasgos más masculinos que femeninos, ellas definen límites para su ejercicio. Los hombres no son aceptados cuando rayan en la violencia y aflora un comportamiento machista y demasiado posesivo. El hecho de que sean carinosos y amorosos es importante para ellas; esa actitud reforzaría su identidad femenina, ya que asumen que el amor romántico forma parte de los "sentimientos femeninos de toda mujer". Sandra sugiere, tal como hemos encontrarlo en otros relatos, que muchas de ellas no sólo salen a la calle para buscar una relación sexual a modo de relación de intercambio mercantil, sino que existen exigencias frente a sus clientes o demás companeros de tener relaciones que no necesariamente estén mediadas por el trabajo.

Sandra:

"ay no, la travesti, no", porque la gente de estrato alto piensa que nosotras, o sea, somos las 'boletas', o somos las enfermas, o que les vamos a coquetear. Yo le he dicho a muchos hombres, es que los hombres se les olvida que nosotras podemos ser amigas, yo no tengo necesidad de que usted vaya y que yo me esté previniendo porque es que el hecho de ser Trans, ya te pone la "P" en la frente (...) No pueden creer que nosotras podemos tener o crear una amistad con un hombre sin necesidad de que tengamos nada, porque es que yo puedo ser amiga de alguien, o puedo ser amiga de la senora, pero si soy amiga de la senora, va detrás del marido.

Los relatos indican que en las relaciones sexuales -incluyendo las que tienen con la clientela-, el componente del placer no pierde importancia. Su trabajo sexual no está separado del placer.

José Ignacio (pregunta): iQué tan importante es para vos desarrollarte con tu pareja?

Catalina: ¡Ah!, ahora que me estoy hormonizando me han dicho que es muy malo estarse botando [eyacular] ¿no? Eso me han dicho las chicas. Que más bien hay que dejar que las hormonas cojan [hagan efecto]. Anteriormente no, pues normal, siempre que teniamos sexo, yo una vez, no voy a botarme dos o tres veces en la noche, no. Yo puedo tener sexo casi toda la noche, pero tampoco no me gusta llegar al climax, botarme. Yo me boto una sola vez y ya. Evito eyacular siempre. ¿Me entiende? O sea, me gusta botar una sola vez y de ahi ya puedo tener sexo toda la noche, y erección igual pero no, no. No me gusta.

José Ignacio (pregunta): ¿Para ti es importante desarrollarte cuando estas teniendo una relación?

Micaela: O sea, todas las veces no me desarrollo, unas veces me desarrollo pero otras veces no, normal, si uno siente arrechera, si.

Casandra no admite las relaciones sexuales con hombres negros, y aunque alguna vez llegó a tener uno como novio, asegura que lo que sentia por él no era tan fuerte como lo que puede sentir sexual y afectivamente con un hombre que no lo fuera. Ni siquiera el dinero, afirma Casandra, es un aliciente lo suficientemente fuerte como para sentirse atraida por un hombre negro. Tener una relación con un hombre negro es para ella como estar con su padre, lo que le parece repulsivo. Casandra recuerda que, en su adolescencia, la familia paterna le recalcaba la virilidad masculina de la gente negra.

Casandra:

No me gusta, para nada, puede ser joven, de cualquier edad, no me interesa, aunque me paguen, si he estado con un hombre negro, como se dice, buscando la experiencia, pero no, no es mi gusto (...). Tal vez la imagen de mi papá, igual, a mi no me gustan los jóvenes porque saben lo que quieren, entonces yo miro un senor negro, e irme a acostar con el sería como irme a acostar con mi papá y no, no lo haría (...). Hay un hombre allá (Espana) que me ofrece mucho dinero y él me dice que algún día tiene que estar conmigo, un africano, y yo le digo "amanecerá y veremos".

Policromia y generización en el mercado sexual Trans: apuntes finales

No todas las mujeres Trans negras son de por sí más exitosas que las blancamestizas; porque si afirman demasiado su feminidad, revelando que son pasivas, sus posibilidades de consecución de clientes disminuyen, haciendo que, como lo manifiestan en el lenguaje cotidiano ellas mismas, no "bajen bandera".34 34 "Bajar bandera", en forma equivalente al taxímetro en un vehículo de servicio público (taxi), quien "baja bandera" tiene un cliente. No poder "bajar bandera", en el mercado Trans, es quedarse varias horas esperando, o pasar una noche sin clientela. Algunas de ellas que tuvieron que lidiar con clientes que las buscaban para ser penetrados, como en el caso de Mireya y Brenda, que suelen ser abordadas con preguntas sobre el tamano de sus genitales. Sin embargo, ambas aseguran que son pasivas y que cumplen un rol radicalmente femenino, en relaciones que asumen como heterosexuales. Asimismo, Brenda menciona que suele ser discriminada como mujer Trans afrocolombiana -en comentarios que le hicieron en la calle como "tras de negro, marica"- debido a que siempre se la ha asociado con elementos relacionados con la virilidad negra, como la rudeza, la función de "macho proveedor" y el trabajo duro.

Aunque efectúen inversiones corporales sobre sus cuerpos, como implantes, buenas cabelleras, maquillaje de noche, depilaciones, las mujeres Trans negras sobrellevan un coeficiente negativo debido a la marcación racial. Este coeficiente remitiría a la aparición en la fantasía sexual de la imagen cultural de la "hipermasculinidad del hombre negro". Generalmente, las más masculinas no sólo son la mujeres Trans negras corpulentas sino aquellas que tienen mayores edades -y que en varios casos son "madres de plaza"- lo que muestra que las fantasías que fluyen en el mercado de trabajo sexual Trans son posibles gracias a la existencia de una pigmentocracia del deseo y el placer, a partir de una generización del dilema mujer activa (mujer-hombre) y mujer pasiva (mujer-mujer)35 35 Sin referencia a un sentido biológico. , y de una cohorte etaria (las más jóvenes o adolescentes hasta las de mayor edad, por encima de los 40 anos). De ese modo, la paradoja de las feminidades Trans negras, entre la sexualización de la "raza" y la racialización de lo sexual se mueve en el mercado sexual entre el plus de la "mujer superdotada" y el coeficiente negativo "del fantasma del hombre viril negro"36 36 No solamente el fantasma del eje masculinidad/colores oscuros versus feminidad/colores claros incide socialmente sobre las Trans negras; también otros-as sujetos-as de "colores oscuros" a los ojos de la población blanca-mestiza colombiana -como indígenas- pueden aparecer en el campo del erotismo -con base en la fantasía sexual- exotizados-as como "salvajes viriles". El testimonio de las Trans indígenas en los municipios de Santuario, Pueblo Rico y Apía, podría corresponder a esta interpretación. Es decir, tanto población negra como indígena, al igual que sectores mestizos de pieles oscuras, entran en este imaginario que atraviesa el campo sexual-laboral en la sociedad colombiana. .

Recibido: 05/09/2013

Aceptado para publicación: 24/03/2014

Anexo 1. Características de las Trans entrevistadas

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Anexo 2. Conversatorio - Grupo Focal en Santamaria Fundación, 2012

Santamaria Fundación es una organización de derechos humanos de mujeres Trans constituida en Cali en el ano 2005.

Objetivo del conversatorio: comentarios y sugerencias al desarrollo de la investigación "Los servicios estéticos de cuidado del cabello en la ciudad de Cali", dirigida por la profesora Jeanny Posso. En la discusión se tocaron principalmente los temas de identidad Trans y mercado de trabajo, con énfasis en el ejercicio del trabajo sexual y la peluqueria.

Participantes: Jeanny Posso, Melania Satizábal, Ange La Furcia y Miyer Cabanzo, como parte del equipo investigador. El contacto se realiza por via de Ange La Furcia, quien en ese momento formaba parte del equipo de trabajo de Santamaria Fundación. Participaron varias integrantes de la ONG, entre las mencionadas Brenda, Débora y Sandra.

Otros informantes:

Daniel Felipe Echeverry Cano, 16 anos, hombre mestizo, estudiante de último ano de bachillerato, municipio de Santuario (Risaralda), clase alta en este municipio (padre, tio y abuelos paternos blancos, propietarios de varias fincas cafeteras, madre mestiza de piel oscura).

Marlon Lasso Ortega, 21 anos, hombre negro, estudiante de Sociologia de la Universidad del Valle, originario de Puerto Tejada (Cauca), familia de proletariado canero e industrial del norte del Cauca.

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  • 1
    El autor y la autora agradecen a la antropóloga Jeanny Posso Quiceno por autorizar el uso de fragmentos de entrevistas que fueron llevadas a cabo en el proyecto de investigación que ella ha dirigido y que se menciona en el texto. Dos de las entrevistas de este estudio citado fueron realizadas por Miyer Cabanzo. En este caso, los fragmentos de las entrevistas de dicho estudio tienen que ver con las experiencias en el mercado sexual de las mujeres Trans entrevistadas, si bien varias de ellas también trabajan en peluquería. Igualmente agradecen a los sociólogos Jairo Alexander Castano López, José Ignacio Reyes Serna y Eduardo Moncayo Quevedo por sus comentarios. Debe senalarse que tres de las entrevistas con sujetas Trans aquí empleadas, son autoria de Reyes. Castano aportó información sobre jóvenes negros corteros de cana que, eventualmente, ejercen el trabajo sexual en Cali a través de una puesta en escena femenina. Agradecen también al estudiante de Sociologia de la Universidad del Valle, Marlon Lasso Ortega, así como a las integrantes de la organización de Derechos Humanos de mujeres Trans en Cali (Santamaria Fundación) por sus sugerencias, informaciones y testimonios; igualmente al estudiante de secundaria Daniel Felipe Echeverry Cano por la información sobre Trans femeninas indígenas en los municipios cafeteros de Santuario, Pueblo Rico y Apia (Risaralda). Este artículo fue presentado, en su primera versión, como una ponencia titulada "Colores de piel en el mercado sexual Trans de Cali-Colombia", en el GT "Mercados de Trabajo y Sexualidades Disidentes", coordinado por Teodora Hurtado Saa de la Universidad de Guanajuato (México) y Fernando Urrea Giraldo de la Universidad del Valle (Cali, Colombia), en el marco del VII Congreso Latinoamericano de Estudios del Trabajo, organizado por la Asociación Latinoamericana de Estudios del Trabajo (ALAST), bajo el título "El trabajo en el Siglo XXI: Mudanzas, Impactos y Perspectivas"; congreso llevado a cabo en la US, del 2 al 5 de Julio de 2013, São Paulo.
  • 2
    Se incluyen también testimonios de un grupo focal de dicha investigación, llevado a cabo en Santamaría Fundación de Cali, que aglutina a mujeres Trans de sectores populares.
  • 3
    Por géneros Trans femeninos nos referimos a las personas que han realizado algún tipo de transformación de su cuerpo, ya sea mediante tratamientos estéticos, modificaciones en las formas de vestir, maquillaje, gestualidad, tratamientos hormonales o cirugías plásticas, en un
    continuum de posibilidades que viven y se representan en una identidad femenina que no corresponde a la asignación biológica de origen. De este modo, social y culturalmente construyen un
    habitus y una
    hexis corporal (en el sentido de Bourdieu, 1998 [1979]) que se consideran propios del género femenino, asumiéndose como mujeres (no biológicas). Para un análisis detallado al respecto ver García, 2010; Vieira et al., 2010; Vartabedian, 2012:44-50; Arán, 2012:148-150; y Rutter & Schwartz, 2012:121-122.
  • 4
    No incluimos sujetas transexuales, debido a que el acceso a cirugías de "reasignación de sexo" en Colombia es incipiente y ha correspondido con exigencias al Estado por la vía de acciones de tutela de mujeres Trans de sectores medios (La Furcia, 2013). Aunque existen experiencias de "cambio de sexo" de mujeres Trans de sectores medios y medios-bajos, realizadas en el exterior, no es característico que ellas tengan inserción en el mercado sexual en Cali.
  • 5
    A nivel local ha habido una resistencia a las categorías de transexualidad y transgenerismo debido a la connotación heteronormativa binaria que las asocia con la
    disforia de género y el
    fetichismo travestista en los manuales de psiquiatría DSM-4 y DSM-5. Por el contrario, suele usarse como forma de enunciación política la denominación
    mujeres Trans, para un
    continuum de identidades no homogéneas en la construcción de las feminidades como las transformistas, travestis, transgéneros... Asimismo opera el uso de categorías prácticas, en el sentido propuesto por Hallberstam (2008), que se manifiestan en los discursos cotidianos como formas de posicionamiento del sujeto: "locas", "maricas", "pirobas", "travestis"" (García, 2010 ; y La Furcia, 2014:145). Una discusión similar en el contexto brasilero puede verse en Balzer (2008, 2010); Leite (2011) y Barbosa (2013).
  • 6
    Uno de los hallazgos fundamentales del proyecto "Feminidades y sexualidades: mujeres negras, indígenas, mestizas-blancas y transgeneristas negras en el suroccidente colombiano" insiste en la paradoja de las feminidades Trans negras. Los testimonios de las entrevistadas, si bien sugieren una subversión del género en el sentido butleriano, se instalan en actividades "tradicionalmente asociadas con las mujeres", en términos de la producción del trabajo doméstico, de cuidado y afecto. La afirmación de la identidad Trans en los casos analizados se relaciona con la insistente referencia al "marido" y las correspondientes labores para su atención: "lavar y planchar la ropa", "ser fiel" y convertirse no sólo en proveedora de afectos sino también de sustento económico. En otros casos, la afirmación radical como mujer se asocia con la aceptación de la violencia del varón manifestada en expresiones tales como "si me pega me siento más mujer", "si me pega me quiere más". La investigación capta esta dimensión de conservadurismo de género en mujeres Trans de sectores populares. La hipótesis de que tal dimensión obedece a dicho contexto socio-cultural debería matizarse, explorando la existencia de otras formas de afirmación del binarismo de género, como las modalidades de violencia que atraviesan a mujeres Trans de otros sectores y clases sociales poseedoras de otros capitales sociales, simbólicos y culturales. Caso contrario, la aseveración podría suponer una generalización arbitraria, con un sesgo estereotipado respecto de las clases subalternas.
  • 7
    Todo intento por determinar así sea de manera temporal una referencia al concepto de "mujer" es fracasado, puesto que la categoria de "mujer" se vuelve normativa si se asume como una cuestión de atributos y requisitos a modo de características. Recurrimos a los aportes de Butler (2007 [1990]) y Riley (1988) para ver la identidad como una "metaforicidad sostenida" que crea la fantasia de "ser una mujer". En ese sentido, nos percatamos de mencionar que decir mujer "biológica" en contraste con mujeres Trans implicaría instalar nuevamente la dicotomia naturaleza/ cultura, y por consiguiente, no hacer justicia a la afirmación radical que hizo Simone de Beauvoir "no se nace mujer, se llega a serlo".
  • 8
    Esta argumentación no exime la existencia de clientela masculina de sectores acomodados. Esta dimensión es poco explorada en el presente trabajo.
  • 9
    Cada vez se presenta un mayor protagonismo de las mujeres "biológicas" como sujetas activas en los intercambios eróticos heterosexuales en las parejas menores de 30 anos de clases medias y clases populares. Algunos hombres solicitan a sus parejas femeninas que los penetren, ya sea utilizando las manos, pies o la lengua, o a través de medios mecânicos (penes artificiales o
    dildos). Esto mostraria una transformación social del deseo, en el que la masculinidad puede jugar pasivamente en el contexto de intercambios heterosexuales. Esto favorece el fenómeno de la oferta Trans femenina; en este caso, mujeres no biológicas dotadas de pene.
  • 10
    Las propuestas de las afroestadounidenses Angela Davis (1981) y bell hooks (1984) son tomadas aquí como referencias para el entendimiento del "entrecruzamiento de las opresiones", o interseccionalidad de sistemas de dominación: clase, 'raza', género y sexualidad. La socióloga norteamericana Patricia Hill Collins (1990), sistematizaria la propuesta del
    Black Feminism como una perspectiva de conocimiento en la que los sistemas de opresión se articulan en una matriz de la dominación.
  • 11
    Daniel Felipe Echeverry (estudiante de secundaria en Santuario, Risaralda, 16 anos) nos ha comentado acerca de hombres indígenas que alternan períodos de trabajo como jornaleros recolectores de café con trabajo sexual a través de una transformación y trânsito temporal a la feminidad, en horarios nocturnos o en días que no trabajan como jornaleros ya que en el oficio de recolectores de café no se les permite usar indumentaria femenina. También en el estudio de Castano sobre
    Masculinidades de corteros negros de cana de azúcar (2010) se recogió información de corteros negros con performatividades de trânsito de género que, en ocasiones, han alternado el oficio de cortero con la prostitución en la ciudad de Cali. En estos casos se les representa con la siguiente expresión émica: cortero "gaytored" [asociando el nombre de una bebida energizante con la asignación identitaria de
    gai ].
  • 12
    Un ejemplo claro es el de la coautora Trans de este texto (Ange La Furcia) cuyo posicionamiento en la clase media, y el acúmulo de capitales culturales a través de la educación universitaria, la ubican en un contexto distinto al de la clásica dicotomía "puta o peluquera".
  • 13
    La condición étnica/racial es examinada como una heteroclasificación arbitraria externa de la apariencia, en términos de los colores del rostro y los cuerpos de las sujetas observadas, en este caso, realizado por los autores (la y el autor) del estudio, que coinciden con el autorreconocimiento de varias de las entrevistadas bajo categorías determinadas. En el estudio PERLA (Proyecto de Etnicidad y Raza en América Latina) para cuatro países de la región (Brasil, Colombia, México y Perú), coordinado por Edward Telles (Princeton University), existe una alta correlación entre la autoidentificación del entrevistado/a y la mirada externa realizada por el encuestador/a sobre los colores de piel (Urrea, Viáfara & Viveros, 2012). Ese estudio está en prensa bajo el título
    Pigmentocracies. Ethnicity, Race and Color in Latin America. Edward Telles and the Project on Etnicity and Race in Latin America (PERLA). Forthcoming with the University of North Carolina Press.
  • 14
    Esta referencia también aparece en los resultados preliminares de la investigación
    "Los servicios estéticos y corporales en las nuevas configuraciones del trabajo: empleo, trayectorias sociales y construcción social de la diferencia" realizada en Bogotá bajo la dirección de Luz Gabriela Arango y con la participación de Javier Pineda como co-investigador, especialmente en el análisis sobre las peluquerías Trans realizado por Bello (2012).
  • 15
    Los nombres de las entrevistadas han sido cambiados por cuestiones éticas; sólo se usan los nombres propios de aquellas Trans que así lo decidieron.
  • 16
    Se trata de un establecimiento tipo academia de peluqueria para clases populares en la ciudad de Cali, donde la clientela puede realizarse cortes de cabello y peinados sin ningún costo debido a que los y las estudiantes se encuentran en práctica.
  • 17
    Es una forma local usada para referirse al disfrute en fiestas nocturnas.
  • 18
    Hace referencia al consumo de licor, particularmente ron y aguardiente, en contextos de reunión y fiestas.
  • 19
    Se refiere a quien se encarga del lavado del pelo de los-as clientes-as.
  • 20
    Adriana es una mujer Trans blanca/mestiza de sectores populares dedicada a la peluquería, trabajo que alterna con el sexual. Se trata de una mujer que ha radicalizado una expresión de género femenina y es altamente valorada por su imagen, no sólo entre sus compareras Trans, sino también entre los varones.
  • 21
    La expresión indica que mantienen relaciones sexuales con retribución económica.
  • 22
    Las "madres" son mujeres Trans de larga trayectoria que iniciaron actividades de trabajo sexual manteniendo zonas durante anos y que se caracterizan por criar a "hijas Trans" para el ejercicio del trabajo sexual. Ello les facilita el control de buena parte del mercado de trabajo en el que se mueven. Estas redes filiales constituyen asimismo una forma de parentesco no consanguíneo (Posso, 2013).
  • 23
    Se trata de mujeres Trans jóvenes, de entre los 14 y 20 anos, dedicadas al trabajo sexual.
  • 24
    Muchas Trans suelen cambiarse el nombre de acuerdo a la situación en que se encuentren con sus clientes. En muchos casos, intentan ocultar el nombre femenino que suelen usar en su vida cotidiana.
  • 25
    Estos elementos pueden coincidir con dinâmicas de politización de las mujeres (las trabajadoras sexuales, entre ellas) a nivel global. En el caso emblemático de la "Marcha de las putas", una iniciativa surgida en Canadá en el ano 2011 contra la violencia de género, se crítica la justificación del prejuicio sexista que avala actos misóginos por la forma en que se visten las mujeres; en Cali se realizó con el nombre de Puti-Plantón (2011). En este evento participaron mujeres Trans, con experiencia en el trabajo sexual, de la Santamaría Fundación, que exigieron que este trabajo fuera visto como uno que debe ser valorado dignamente y no como la única opción posible e impuesta para las Trans-femeninas.
  • 26
    En el conversatorio también se hizo mención al uso de palabras como "maricas, locas y travestis", además de prendas de vestir, connotadas como "extravagantes", asociadas con las trabajadoras sexuales Trans que son politizadas, en escenarios de visibilización como las marchas LGTBI locales.
  • 27
    Este hallazgo a nivel cualitativo coincide con resultados a nivel cuantitativo, donde lo racial es entendido como un dispositivo pigmentocrâtico que interactua con la clase social, de acuerdo con el estudio PERLA. Segun Urrea, Viâfara & Viveros (2012), Colombia es una pigmentocracia social en la que el género articula, a la vez, el proceso de producción de desigualdades sociales por clase y raza mediante las parejas blanquitud-feminidad y negritud- masculinidad. Ver también Telles et al., 2014.
  • 28
    Uno de los comentarios mâs enfáticos que realizaron algunas de las mujeres Trans con las que conversamos tiene que ver con el auge de "pollitas" en el mercado sexual Trans, no sólo desplazando a las mâs viejas sino asumiendo posturas de control sobre éstas.
  • 29
    Este tipo de testimonios y referencias coincide con los hallazgos del trabajo de Andrea García en mujeres Trans de Bogotá, aunque el elemento racial es abordado de forma escasa y sin mucha profundidad (García, 2010).
  • 30
    En este caso, son "madres" que para tener el control de las plazas de trabajo sexual, se apoyan en hombres negros corpulentos menores de 30 anos que "pueden intimidar fácilmente" a los clientes que maltratan a las Trans o se niegan a pagarles.
  • 31
    "Tramoyitos" se refiere a técnicas de arreglo del cuerpo para crear el efecto de apariencia femenina, especialmente la protuberancia de los senos.
  • 32
    De acuerdo con indagaciones que José Ignacio Reyes nos comenta, en el mercado de trabajo Trans en París, la demanda de los clientes es fundamentalmente la de ser penetrados. Las mujeres Trans muy femeninas suelen camuflarse en las zonas de trabajo de mujeres "biológicas" y, en caso de ser descubiertas, pueden ser expulsadas de tales lugares.
  • 33
    A nivel local suele usarse en el lenguaje cotidiano la referencia a la felación como "chupada" o "mamada".
  • 34
    "Bajar bandera", en forma equivalente al taxímetro en un vehículo de servicio público (taxi), quien "baja bandera" tiene un cliente. No poder "bajar bandera", en el mercado Trans, es quedarse varias horas esperando, o pasar una noche sin clientela.
  • 35
    Sin referencia a un sentido biológico.
  • 36
    No solamente el fantasma del eje masculinidad/colores oscuros versus feminidad/colores claros incide socialmente sobre las Trans negras; también otros-as sujetos-as de "colores oscuros" a los ojos de la población blanca-mestiza colombiana -como indígenas- pueden aparecer en el campo del erotismo -con base en la fantasía sexual- exotizados-as como "salvajes viriles". El testimonio de las Trans indígenas en los municipios de Santuario, Pueblo Rico y Apía, podría corresponder a esta interpretación. Es decir, tanto población negra como indígena, al igual que sectores mestizos de pieles oscuras, entran en este imaginario que atraviesa el campo sexual-laboral en la sociedad colombiana.
  • Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      30 Abr 2014
    • Fecha del número
      Abr 2014

    Histórico

    • Recibido
      05 Set 2013
    • Acepto
      24 Mar 2014
    Centro Latino-Americano em Sexualidade e Direitos Humanos (CLAM/IMS/UERJ) R. São Francisco Xavier, 524, 6º andar, Bloco E 20550-013 Rio de Janeiro/RJ Brasil, Tel./Fax: (21) 2568-0599 - Rio de Janeiro - RJ - Brazil
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