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Resúmenes

FUNDAMENTO: O processo de envelhecimento associa-se ao desenvolvimento de várias doenças, que podem ser amenizadas pela prática de atividades físicas. O treinamento aeróbico é um meio efetivo para manter e melhorar as funções cardiovasculares. Além disso, desempenha um papel fundamental na prevenção e tratamento de diversas doenças crônico-degenerativas, em especial o diabete melito. OBJETIVO: Verificar os efeitos de 13 semanas de treinamento aeróbico sobre a pressão arterial, o índice de massa corpórea e a glicemia em idosas com diabete tipo 2. MÉTODOS: Onze mulheres idosas diabéticas (61,0 ± 9,1 anos de idade), sedentárias, realizaram 13 semanas de treinamento aeróbico, compondo o grupo G2. Onze idosas (60,2 ± 6,8 anos de idade) controladas não realizaram exercícios físicos durante a pesquisa, constituindo o grupo-controle (G1). O grupo G1 foi submetido somente a orientações educativas uma vez na semana, e o grupo G2, a caminhadas três vezes na semana. RESULTADOS: Houve redução significativa da glicemia e da pressão arterial diastólica nos dois grupos. Não foram encontradas reduções significativas no IMC após o treinamento aeróbico em ambos os grupos. CONCLUSÃO: Treze semanas de treinamento aeróbico foi suficiente para promover reduções significativas na pressão arterial diastólica e glicemia, portanto, esse tipo de exercício reduz os fatores de risco para doenças cardiovasculares e metabólicas.

Hipertensão; exercício; esforço físico; índice de massa corporal; idoso; diabete melito


BACKGROUND: The aging process is associated with the development of several diseases, which can be attenuated by the practice of physical activities. Aerobic training is an effective method to maintain and improve cardiovascular function. Additionally, it has a crucial role in the prevention and treatment of several chronic-degenerative diseases, especially diabetes mellitus. }OBJECTIVE: To verify the effect of a 13-week aerobic training program on blood pressure (BP), body mass index (BMI) and glycemia levels in elderly women with type-2 diabetes mellitus (DM2). METHODS: Eleven sedentary elderly women with DM2, aged 61.0 ± 9.1 years, were submitted a 13-week aerobic training program, constituting group G2. Eleven controlled elderly women (aged 60.2 ± 6.8 years) were not submitted to the aerobic training, constituting the control group (G1). G1 attended educational lectures once a week, whereas G2 walked three times a week. RESULTS: Both groups presented a significant decrease in glycemia and diastolic blood pressure levels. No significant decreases in BMI were observed after the aerobic training in either group. CONCLUSION: The 13-week aerobic training program was enough to promote significant decrease in the diastolic blood pressure and glycemia levels; therefore, this type of exercise training decreases the risk factors for cardiovascular and metabolic diseases.

Hypertension; exercise; physical exercise; body mass index; aged; diabetes mellitus


ARTÍCULO ORIGINAL

IDepartamento de Clínica Médica - División de Endocrinología y Metabología - Facultad de Medicina de Ribeirão Preto, Universidad de São Paulo - USP, São Paulo, SP - Brasil

IIEscuela de Enfermería de Ribeirao Preto, Universidad de São Paulo - USP, São Paulo, SP - Brasil

Correspondencia

RESUMEN

FUNDAMENTO: El proceso de envejecimiento se asocia con el desarrollo de muchas enfermedades que pueden prevenirse con la práctica de actividad física. El entrenamiento aeróbico es un medio eficaz para mantener y mejorar las funciones cardiovasculares. También juega un papel clave en la prevención y el tratamiento de varias enfermedades crónico-degenerativas, especialmente la diabetes mellitus.

OBJETIVOS: Para investigar los efectos de 13 semanas de entrenamiento aeróbico sobre la presión arterial, el índice de masa corporal y la glucemia en mujeres adultas mayores con diabetes tipo 2.

MÉTODOS: Once mujeres adultas mayores con diabetes (61,0 ± 9,1 años), sedentarias, realizaron 13 semanas de entrenamiento aeróbico, conformando el grupo G2. Once mujeres adultas mayores (60,2 ± 6,8 años de edad) controladas no llevaron a cabo ejercicios físicos durante la investigación, constituyendo el grupo-control (G1). El grupo G1 fue sometido solamente a orientaciones educativas una vez en la semana, y el grupo G2, a caminatas tres veces en la semana.

RESULTADOS: Hubo reducción significativa de la glucemia y de la presión arterial diastólica en los dos grupos. No se encontraron reducciones significativas en el IMC después del entrenamiento aeróbico en ambos grupos.

CONCLUSIÓN: Trece semanas de entrenamiento aeróbico fueron suficientes para promocionar reducciones significativas en la presión arterial diastólica y la glucemia, por lo tanto, este tipo de ejercicio reduce los factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

Palabras-clave: Hipertensión / prevención y control, ejercicio, esfuerzo físico, índice de masa corporal, adulto mayor, diabetes mellitus.

Introducción

La hipertensión arterial (HA) la diabetes mellitus (DM) conforman importantes problemas de salud colectiva en Brasil, y por sus altas prevalencias, complicaciones agudas y crónicas, dan lugar a los factores de riesgo asociados con enfermedades cardiovasculares1-3.

Con el envejecimiento, hay una tendencia a la disminución de la autonomía funcional, para el que concurren reducciones en la masa y fuerza muscular, bien como de la capacidad cardiorrespiratoria. La actividad física prescrita de forma adecuada parece ser capaz de garantizar el mantenimiento de estas calidades, prolongando la independencia funcional y mejorando la calidad de vida del adulto mayor4. El sedentarismo es más común en el adulto mayor que en cualquier otro grupo de edad, lo que puede contribuir a la pérdida de la independencia funcional en la edad avanzada5.

Aunque el ejercicio físico (EF) regular constituye un factor importante en la reducción de los índices de morbimortalidad cardiovascular y por todas las causas6, parece haber también beneficios adicionales y independientes de la práctica regular del ejercicio físico y de la mejora de la condición aeróbica7, valorando en gran medida su práctica cada vez más frecuente.

Uno de los efectos de la EF es la reducción de la presión arterial (PA) post ejercicio con relación a los niveles pre ejercicio, siendo esta reducción más pronunciada en los individuos hipertensos en comparación con los normotensos8,9. Aunque hay diversas evidencias demostrando el efecto benéfico del EF en la hipertensión arterial, principalmente el ejercicio aeróbico (EA), agudo10 y crónico9,11-14 y, en menor proporción, los ejercicios resistidos, los estudios en la población adulta mayor son relativamente raros.

El entrenamiento aeróbico es considerado como un medio efectivo para mantener y mejorar las funciones cardiovasculares y, por lo tanto, el desempeño físico15. Además de ello, juega un papel fundamental en la prevención y tratamiento de diversas enfermedades crónico-degenerativas, en especial la diabetes melito, contribuyendo así para aumentar la expectativa de vida y mantener la independencia funcional16.

Ante esto, es fundamental realizar investigaciones que examinen los efectos del entrenamiento aeróbico en las mujeres adultas mayores con diabetes. De esta manera, el objetivo de este estudio fue averiguar los efectos de 13 semanas de entrenamiento aeróbico sobre la presión arterial, el índice de masa corporal y la glucemia en mujeres adultas mayores con diabetes Tipo 2.

Métodos

La investigación se llevó a cabo entre ago-nov/2004, los datos se recolectaron los lunes, los miércoles y los viernes, en el gimnasio de deportes en el Centro de Educación Física, Deportes y Recreación - CEFER de la Universidad de São Paulo, Ribeirão Preto (USP-RP). Antes del entrenamiento, todos los voluntarios firmaron un formulario de consentimiento libre que contenía todos los procedimientos que desarrollar. Este estudio fue aprobado por el Comité de Ética de la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto, Universidad de São Paulo-USP.

La muestra fue aleatoria, compuesta por 22 mujeres adultas mayores seguidas en el Centro Educativo de Enfermería, para Portadores de Diabetes Tipo 2, de la Universidad de São Paulo, Ribeirão Preto, con edad superior a 60 años, portadores de DM2, no practicantes de ejercicios físicos regulares y con glucemia capilar inferior a 240 mg/dl, divididas en dos grupos:

G1 (grupo control) - con 11 mujeres adultas mayores sometidas solamente a las directrices educativas, una vez por semana, con dos horas de duración cada sesión, con un total de 13 semanas, y

G2 (grupo aeróbico) - grupo experimental con 11 mujeres adultas mayores sometidas al programa de entrenamiento aeróbico tres veces por semana, durante 13 semanas, con la selección de las mujeres de edad avanzada con participación igual o superior a 5 sesiones de entrenamiento.

Como todos los pacientes pertenecían al Centro Educativo de Enfermería para Portadores de Diabetes Tipo 2, ellos seguían la rutina de funcionamiento del Centro, es decir, en el mes de diciembre, debido al período de ferias, las actividades para los pacientes se interrumpieron. Por esta razón, el estudio se realizó a las 13 semanas, periodo que fue hasta noviembre de 2004.

Criterios de inclusión

Se incluyeron a mujeres adultas mayores diabéticas que aceptaron participar y, tras la evaluación clínica, el médico asistente las dispensó. Para ello, se realizó una evaluación médica en la que sus condiciones cardiovasculares, metabólicas y del aparato osteoarticular fueron consideradas. Esta evaluación determinó con seguridad a las participantes aptas a practicar actividades físicas.

El diagnóstico de diabetes se estableció a través de criterios clínico-laboratoriales, de acuerdo con los recomendados por la Sociedad Brasileña de Diabetes2, y se obtuvieron mediante la revisión de los prontuarios de los pacientes.

Criterios de exclusión

Se utilizaron como criterios de exclusión, la no concordancia por parte de las voluntarias en participar en el estudio o aquellos que sufrían de: cardiopatía severa, coronariopatía y cardiopatías descompensadas, neuropatía periférica limitante, lesiones osteoarticulares, úlceras en extremidades, lesiones dermatológicas severas y retinopatía proliferativa.

Para definir estos criterios, se utilizaron los datos de la anamnesis, examen físico y pruebas complementares de rutina del Centro.

Medicaciones en uso

De las 22 mujeres con edad avanzada, 12 hacían uso de antihipertensivo - 5 mg + antidiurético - 1,5 mg (07 del grupo G1 y 05 del grupo G2) y 17 mujeres con edad avanzada hacían uso de hipoglucemiante oral - 500 mg (09 del grupo G1 y 08 del grupo G2). El uso de la medicación no se modificó durante el estudio.

Medición de la presión arterial, del IMC y de la glucemia

a) Presión arterial (PA)

La identificación de los valores de PA se hizo por el método indirecto, utilizando manguitos con bolsa de goma con una anchura compatible a la circunferencia braquial de la participante (8, 12 y 15 cm de ancho) utilizando aparato oscilométrico, modo automático de la marca Dixtal 1710, de acuerdo con las recomendaciones de las IV Directrices Brasileñas de Hipertensión Arterial.

Los evaluadores posicionaban el individuo de forma que este se mantuviera en reposo absoluto durante un período de tres a cinco minutos, sentado en una silla con respaldo, las espaldas apoyadas, las piernas relajadas, los pies paralelos y los brazos relajados. Antes de realizar la medición, el evaluador determinaba la presión máxima que asignar al esfigmomanómetro, con la ayuda del segundo y tercero dedos ubicados sobre la arteria radial. El evaluador inflaba el esfigmomanómetro hasta identificar la presión en la que se producía la desaparición del pulso en la misma.

La medición se realizó con el esfigmomanómetro posicionado en el brazo derecho (si la paciente presentara cateterismo a la medición se realizaba en el brazo izquierdo) y un estetoscopio colocado sobre la arteria braquial. Si la paciente tenía una masa de brazo de gran volumen, la ubicación del esfigmomanómetro se producía en el antebrazo y el posicionamiento del estetoscopio sobre la arteria radial.

b) IMC

El peso (kg) se observó una sola vez, con la utilización de una balanza digital portátil, marca Filizola con una capacidad máxima de 150 kg, y variación de 100g. La estatura (cm) se midió una sola vez con la ayuda de una cinta métrica inelástica. El índice de masa corporal (IMC) se determinó por medio de la división del valor del peso (en kilogramos) por la estatura al cuadrado. El IMC es utilizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para clasificación del estado nutricional de adultos y adultos mayores17. La OMS17 considerada como normal el IMC hasta 25 kg/m2 y sobrepeso superior a 25 kg/m2.

c) Glucemia capilar

La glucemia capilar se evalúo con la ayuda de un glucosímetro portátil (One Touch Ultra Òde la Johnson & Johnson).

La participante se sentaba en una silla y ejecutaba la antisepsia de la piel del dedo que puncionar (porción lateral de la falange distal del dedo medio) con un algodón con alcohol a 70,0%, tenía la mano al evaluador que, con la ayuda de una lanceta desechable, ejecutaba la punción del local y una gota de sangre se colocaba sobre la tira reactiva acoplada al glucosímetro.

Aunque siendo de extrema importancia, no se llevó a cabo la prueba de hemoglobina glicosilada, ya que algunos pacientes no tenían registro en el Hospital de Clínicas de RP.

Procedimientos

El protocolo aplicado al grupo G1 se constituyó de orientaciones educativas una vez en la semana, con duración de dos horas cada sesión, totalizando 13 semanas, donde se abordarán los temas sobre: alimentación saludable, hipertensión arterial, complicaciones crónicas de la diabetes, ejercicio físico y utilización adecuada de los medicamentos. Estas orientaciones eran suministradas por el equipo multiprofesional (profesional de educación física, enfermeros, nutricionistas y psicólogos) del Centro Educativo de Enfermería para Portadores de Diabetes Tipo 2.

El protocolo aplicado al grupo G2, comprendió primeramente la prueba de consumo máximo de oxígeno (VO2 máx), determinado en un modelo de cinta rodante ATL 10200 (Inbramed) y caminatas realizadas tres veces/semana, con intensidad estipulada a 60, 70 y 80,0% de la frecuencia cardíaca máxima (FCmáx). La caminata se llevó a cabo durante 50 minutos en CEFER, y cada dos minutos, se registró la frecuencia cardíaca. En cada sesión se midió la presión arterial (PA) y glucemia capilar iniciales y finales. La prueba de VO2 máx. se llevó a cabo el primer día y en el último día de entrenamiento.

El VO2 máx. se midió utilizando el sistema Vista CPX , Vacumed, 1996. Este sistema permitió la dosificación del O2 y CO2 del aire expirado cada 30 segundos, con la utilización de la cámara de mezcla y analizadores Oxygen Analyser OM-11 y Carbon Dioxide análiser LB-2 respectivamente, y la determinación del volumen de aire expirado por medio de fluxómetro Flow Transducer K-520.

El grupo G2 no participó en las actividades educativas, aunque esto era importante para las mujeres de edad avanzada. El hecho de ellas residir lejos del local de la investigación y necesitar de transporte público hizo que este grupo no participase en los dos procedimientos (aeróbico + parte educativa).

Análisis estadística

Para análisis estadística, se realizaron las pruebas mediante la prueba t de Student y ANOVA. Para ver la diferencia entre los grupos, se utilizó el análisis de la varianza para medidas repetidas y post hoc Tukkey. Los valores están expresados como media ± desviación estándar. Se utilizó el software SAS versión 9.0.

Para todos los análisis, el nivel de significación adoptado fue de p <0,05.

Resultados

En las Tablas 1 y 2 están detalladas las características del Grupo G1 y G2.

La muestra estaba conformada por 11 mujeres adultas mayores diabéticas y sedentarias, con media de edad de 61,0 ± 9,1 años, presentando 73,1 ± 10,6 kg y 1,7 ± 0,1 m, que conformaba el grupo aeróbico (G2) y 11 mujeres adultas mayores con edad 60,2 ± 6,8 años, 74,9 ± 18,3 Kg y 1,6 ± 0,1 m, que conformaba el grupo control (G1).

En cuanto a los valores de VO2 máx. de las mujeres adultas mayores G2, observamos una diferencia significativa (p <0,01) entre el primer día de entrenamiento aeróbico (35,9 ± 9,2 ml.kg.min.-1).

El Gráfico 1 muestra que no hubo diferencia estadística del IMC basal y final en los grupos G1 (p = 0,68) y G2 (p = 0,65).


En el Gráfico 2, se observó una diferencia significativa del grupo G1 (p <0,01) y G2 (p <0,01), en comparación con el valor de la glucemia, tras 13 semanas de entrenamiento aeróbico y sesiones educativas. Estas diferencias fueron significativas entre la glucemia basal y final del grupo G1 y G2. A pesar del grupo G1 no haber sido sometido al entrenamiento, nos parece que las intervenciones educativas fueron de suma importancia para estos participantes mejorar su control glucémico.


Los Gráficos 3 y 4 presentan los efectos de 13 semanas de intervención en el control de la PA, donde notamos que tanto el grupo G1 como el G2 obtuvieron disminuciones de la PAS y PAD. A pesar de verificar esta disminución, no observamos diferencia significativa en la PAS entre el grupo aeróbico y el control (F = 1,74 y Sig = 0,174). Sin embargo en la PAD, notamos que tuvo diferencia significativa en el grupo G2, donde observamos una reducción significativa en la PAD basal y final (p < 0,01). El grupo G2 tuvo una reducción de 27,0% en la PAD final.



Se observó que las intervenciones educativas son también muy importantes para obtener una mejora en el control de la PA en diabéticos.

Discusión

Los resultados de este estudio revelaron que 13 semanas de entrenamiento aeróbico es capaz de promover reducciones significativas en la glucemia y en la presión arterial en adultas mayores con diabetes.

Algunas limitaciones del presente estudio se deben tenerse en cuenta. El pequeño número de participantes perjudicó un poco el análisis de los datos, pero sólo aquellos que cumplan los criterios para la inclusión. Este número se explica por el hecho de que los participantes residen lejos de la investigación y por ello, requieren el transporte público.

En nuestro estudio encontramos que las mujeres adultas mayores mostraron un aumento en el VO2 máx. después de 13 semanas de entrenamiento aeróbico.

Con el fin de evaluar la eficacia de un programa de ejercicios físicos (PEF) en individuos sedentarios, un estudio observó un aumento significativo de la VO2 máx. en un grupo de 22 individuos que entrenaron tres veces/semana, con sesiones de 50 minutos de duración y intensidad de 60,0%-75,0% del VO2 máx17. Dichos datos corroboran los hallazgos de otros autores18-20 y, según Monteiro18, los mecanismos relacionados a la disminución de la PA están relacionados a factores hemodinámicos, humorales y neurales.

Stathokostas et al 21 encontraron que VO2 máx. disminuye con la edad, aunque las mujeres tienen menos razones de descenso menor.

Tjonna et al22 estudiaron a 32 sujetos con síndrome metabólico y observaron que después de 16 semanas de ejercicio aeróbico de intensidad moderada, tres veces por semana, estos tuvieron disminución significativa del VO2 máx.

Sabemos que una actividad aeróbica de intensidad moderada (como caminar) durante al menos 30 minutos, 3-5 veces por semana, es beneficiosa para la salud cardiovascular.

En un estudio realizado por Conte et al23, se encontró que las mujeres adultas mayores presentaron un VO2 máx. reducido y/o dentro de la media, y que éstas tienen un riesgo de 9,84 veces mayor de obesidad, comparándose a las mujeres con VO2 máx. elevado.

Las personas con sobrepeso tienen el 180% más de probabilidades de desarrollar hipertensión arterial y el 1000% mayor de probabilidad de desarrollar resistencia a la insulina en comparación con individuos de peso normal, lo que demuestra una asociación directa entre el IMC y la presión arterial24.

El IMC del grupo estudiado se ha mejorado, lo cual se observó por una disminución en sus valores después del entrenamiento físico. Pratley et al25 evidenciaron que el entrenamiento con ejercicios físicos aeróbicos disminuye la cantidad de grasa corporal en personas adultas mayores, lo que puede mediar algunos efectos metabólicos del ejercicio físico aeróbico, principalmente por el exceso de grasa abdominal estar asociado con la resistencia a la insulina y a la hiperinsulinemia.

Nuestros datos son concordantes con otros estudios.26-28, que también observaron la disminución del IMC después de un programa de ejercicio físico.

En otro estudio, encontramos que los autores no encontraron diferencias significativas en el IMC de sujetos diabéticos sometidos al ejercicio físico29.

Tjonna et al22 estudiaron a 32 sujetos con síndrome metabólico y observaron que dichos individuos, después de 16 semanas de ejercicio aeróbico de intensidad moderada, presentaron disminución del IMC, pero no fue significativo.

Otros estudios evidenciaron que el entrenamiento con ejercicios físicos aeróbicos disminuye la masa corporal en los individuos con diabetes30,31. La mayoría de estos estudios, además de la intervención a través de la actividad física, asoció una dieta controlada a los pacientes.

Hay que tener en cuenta que el ejercicio físico, incluso sin una pérdida significativa del peso corporal, mejora el perfil metabólico y ejerce efectos antiinflamatorios en los pacientes con DM232.

En nuestro estudio, encontramos que las mujeres de edad avanzada tuvieron disminuciones significativas en la glucemia, donde el grupo control fue 22% mayor que el grupo aeróbico en la glucemia basal y presentó una reducción del 27% en la glucemia final. Duarte y Martins33 refirieron que reducciones significativas de la glucemia en ayunas fueron presentadas en los tres primeros meses de entrenamiento, tras este período, las reducciones de esta variable no presentaron diferencias significantes hasta el final del período de entrenamiento, que fue de 9 meses.

La reducción de la glucemia capilar, inmediatamente después de la sesión de ejercicio físico, apuntó el efecto agudo del ejercicio. Se puede detectar una variación menor de la glucemia capilar tras el ejercicio físico en los pacientes diabéticos, pero esta variación no fue estadísticamente significativa34.

La relación entre la glucemia de ayunas y los programas de ejercicio físico es controvertida. Un reciente35 estudio demostró que la glucemia de ayunas aumenta dentro de 24-72 horas tras una sesión de ejercicio físico (60% del VO2 max, una hora de duración, con una frecuencia de tres veces por semana). En este programa, los pacientes con DM2 se estaban tratando con dieta y drogas orales.

Las reducciones en los niveles de la presión arterial después de una sesión de ejercicio aeróbico confirman los resultados obtenidos por otros autores que también evidenciaron hipotensión post ejercicio36.

Las presiones arteriales sistólica y diastólica no mostraron cambios estadísticamente significativos en el grupo que realizó ejercicio tres veces a la semana. En el grupo que realizó ejercicio 5 veces a la semana, hubo una tendencia a la disminución de la PAS y PAD. La hipertensión arterial de los principales factores de riesgo para la instalación y progresión de las complicaciones crónicas de la DM2. Uno de los pilares del tratamiento de la hipertensión en diabéticos es el ejercicio físico, que ejerce una influencia positiva en el descenso de la presión arterial de pacientes DM237.

El efecto del ejercicio físico sobre los niveles de reposo de la presión arterial de grado leve a moderado es especialmente importante, ya que los pacientes hipertensos pueden reducir la dosificación de sus medicamentos antihipertensivos, o incluso tener su presión arterial controlada, sin la adopción de medidas farmacológicas38. La tendencia de utilizar precozmente agentes farmacológicos fue sustituida por agentes no farmacológicos, de entre estos, el ejercicio físico aeróbico se viene recomendado para el tratamiento de la hipertensión arterial sistémica ligera38.

Más recientemente, Takata et al39 se sometieron a 207 individuos con hipertensión esencial de grados 1 y 2 a un programa de ejercicios durante 8 semanas. Se dividieron en cinco grupos fundamentados en la duración y la frecuencia por semana de ejercicio (grupo control - sedentarios, 30 a 60 minutos/semana, 61 a 90, 91 a 120 y arriba de 120 minutos/semana). Verificaron que la PA diastólica no se modificó en reposo en el grupo control. Sin embargo, hubo significativa reducción en la presión arterial sistólica y diastólica en reposo en los 4 grupos sometidos a ejercicios. La magnitud de la reducción de la presión arterial sistólica fue mayor en el grupo de 60 a 90 minutos/semana, comparada con el grupo de 30 a 60 minutos/semana. No hubo una reducción mayor con el aumento del volumen de ejercicio. La magnitud de la reducción de la presión arterial diastólica no fue significativamente diferente en los cuatro grupos.

Conclusión

Los resultados encontrados añaden un conocimiento a la literatura científica, lo que demuestra que las personas con diabetes pueden mejorar el control metabólico, la presión arterial y la antropometría mediante ejercicios aeróbicos realizados sólo tres veces a la semana. Otros beneficios de la práctica de actividad física para mujeres adultas mayores con diabetes se han destacado en la literatura, lo que refuerza la idea de que la actividad física debe fomentarse desde la niñez.

Potencial Conflicto de Intereses

No hay conflicto de intereses pertinentes.

Fuentes de Financiamiento

El presente estudio no tuvo fuentes de financiación externas.

Vinculación Académica

Este estudio no está asociado a programa de posgrados.

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    Luciana Zaranza MonteiroI; Cássio Ricardo Vaz FianiI; Maria Cristina Foss de FreitasI; Maria Lúcia ZanettiII; Milton César FossI
  • Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      01 Oct 2010
    • Fecha del número
      Oct 2010

    Histórico

    • Revisado
      28 Abr 2010
    • Recibido
      26 Oct 2009
    • Acepto
      25 Mayo 2010
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