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EL CLAPCS Y EL DESARROLLO DE LAS CIENCIAS SOCIALES EN RÍO DE JANEIRO

O CLAPCS E O DESENVOLVIMENTO DAS CIÊNCIAS SOCIAIS NO RIO DE JANEIRO

CLAPCS AND THE DEVELOPMENT OF THE SOCIAL SCIENCES IN RÍO DE JANEIRO

CLAPCS ET LE DÉVELOPPEMENT DES SCIENCES SOCIALES À RÍO DE JANEIRO

Resúmenes

Este artículo se propone explorar el impacto del Centro Latino-Americano de Pesquisas em Ciências Sociais (CLAPCS) en el escenario de las ciencias sociales de Rio de Janeiro entre los años 1950s y 1970s. A partir de la reconstrucción de algunas de sus principales iniciativas (que incluyeron la realización de relevamientos empíricos, el trabajo de documentación y la edición de publicaciones, entre las que se destaca la célebre revista América Latina), se busca mostrar que, lejos de un “enclave” – orientado predominantemente “hacia afuera”–, el CLAPCS fue una institución relevante en el escenario de las ciencias sociales cariocas que, al tiempo que multiplicaba las oportunidades de trabajo para quienes quisieran volcarse a las ciencias sociales, impulsaba la investigación empírica y las actividades editoriales de acuerdo a los cánones más “modernos” de la época. El análisis está basado en un amplio corpus empírico que incluye entrevistas con informantes clave y actores relevantes, documentos y publicaciones del CLAPCS, así como prensa de la época.

Centro Latino-Americano de Pesquisas em Ciências Sociais (CLAPCS; UNESCO; Luiz Aguiar de Costa Pinto; Manuel Diegues Jr; América Latina


Este artigo se propõe a explorar o impacto do Centro Latino-Americano de Pesquisas em Ciências Sociais (CLAPCS) no cenário das ciências sociais do Rio de Janeiro entre os anos 1950 e 1970. A partir da reconstrução de algumas das suas principais iniciativas (que incluíram a realização de pesquisas empíricas, o trabalho na área de documentação e a edição de publicações, dentre as quais se destaca a célebre revista América Latina), procura-se mostrar que, mais do que um “enclave” – orientado predominantemente “para fora”–, o CLAPCS foi uma instituição relevante no cenário das ciências sociais cariocas. Ao mesmo tempo em que multiplicava as oportunidades de trabalho para aqueles que quiseram atuar na área das ciências sociais, o centro fomentava pesquisa empírica e atividades editoriais de acordo com os cânones mais “modernos” da época. A análise está baseada em um amplo corpus empírico que incluiu entrevistas com informantes-chave e atores relevantes, documentos e publicações do CLAPCS, e materiais de imprensa da época.

Centro Latino-Americano de Pesquisas em Ciências Sociais (CLAPCS; UNESCO; Luiz Aguiar de Costa Pinto; Manuel Diegues Jr; América Latina


This article seeks to explore the influence that the Latin American Center for Social Science Research (CLAPCS) had on the social sciences in Rio de Janeiro between the 1950s and 1970s. By assessing some of its main initiatives (which comprised the launching of empirical studies, documentary work, and the edition of publications, including the famous journal América Latina ), it aims to show that, far from operating like an “enclave” – mostly oriented “toward outside”–, CLACPS was a relevant institution in Rio de Janeiro’s social sciences field. Not only did it multiply job opportunities for those who were interested in the social sciences but also contributed to encourage empirical research and editorial activities according to most “modern” and updated canons. This study is based on a large corpus which includes interviews with key informants and relevant actors, CLAPCS’ documents and publications, and newspapers.

Centro Latino-Americano de Pesquisas em Ciências Sociais (CLAPCS; UNESCO; Luiz Aguiar de Costa Pinto; Manuel Diegues Jr; Latin America


Cet article vise à explorer l’impact du Centro Latino-Americano de Pesquisas em Ciências Sociais (CLAPCS) sur la scène des sciences sociales à Rio de Janeiro entre les années 1950 et 1970. A partir de la reconstitution de quelques-unes de ses principales initiatives (qui comprenaient la réalisation d’enquêtes empiriques, des travaux de documentation et l’édition de publications, parmi lesquelles se distingue le célèbre revue América Latina ), elle cherche à montrer que, loin d’être une “enclave” – orientée majoritairement “vers l’extérieur” –, CLAPCS était une institution importante dans la scène des sciences sociales de Rio. Cette institution multiplié les opportunités d’emploi pour ceux qui voulaient se tourner vers les sciences sociales, mais aussi promu des activités de recherche empirique et de publication selon les canons les plus “modernes” de l’époque. L’analyse est basée sur un large corpus empirique qui comprend des entretiens avec des informateurs clés et des acteurs importantes, des documents et publications du CLAPCS, ainsi que la presse de l’époque.

Centro Latino-Americano de Pesquisas em Ciências Sociais (CLAPCS; UNESCO; Luiz Aguiar de Costa Pinto; Manuel Diegues Jr; Amérique latine


INTRODUCCIÓN

A mediados del siglo pasado se produjo en América Latina una profunda renovación de las ciencias sociales ( Blanco, 2007BLANCO, A. Ciências sociais no Cone Sul e a gênese de uma elite intelectual (1940-1965). Tempo Social, v.19, n.1, p.89-114. 2007. ; Trindade, 2021TRINDADE, H. Uma longa viagem pela América Latina. Invenção, reprodução e fundadores das ciências sociais. Buenos Aires: CLACSO, 2021. ). Sobre la base de una extendida creencia en la contribución que esas ciencias podrían hacer al progreso social, se crearon numerosas carreras y centros de investigación que, en el lapso de unos pocos años, cambiaron profundamente el escenario en el que los cientistas sociales venían moviéndose. Pese a que Brasil en alguna medida se había adelantado a ese movimiento, siendo el primer país de la región en contar con escuelas de grado y posgrado, las ciencias sociales brasileñas no se mantuvieron cerradas a la oleada “modernizadora”. Sin dudas, la instalación en 1957 del Centro Latino-americano de Pesquisas em Ciências Sociais (CLAPCS) en Rio de Janeiro fue una de las expresiones más claras de la nueva etapa.

Surgido gracias a los auspicios de la UNESCO, el CLAPCS fue creado conjuntamente con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), ubicada en Santiago de Chile. Mientras esta última estaría abocada a la enseñanza de posgrado, el CLAPCS debía dedicarse a la investigación de gran escala ( Beigel, 2009BEIGEL, F. La Flacso chilena y la regionalización de las ciencias sociales en América Latina (1957-1973). Revista Mexicana de Sociología, v.71, n.2, p.319-349. 2009. ). Tres fueron los rasgos distintivos de ambas instituciones. Por un lado, contra la denominada “sociología de cátedra” ( Blanco, 2007BLANCO, A. Ciências sociais no Cone Sul e a gênese de uma elite intelectual (1940-1965). Tempo Social, v.19, n.1, p.89-114. 2007. ), impulsaron la investigación como parte central del quehacer de las ciencias sociales. Por otro, entendiendo que la búsqueda del conocimiento debía estar estrechamente asociada a una finalidad “práctica”, buscaron posicionarse como una fuente de insumos para la resolución de los problemas del “desarrollo”, por entonces la principal problemática en la agenda de los países latinoamericanos. Finalmente, se empeñaron en la construcción de una “sociología latinoamericana” capaz de superar la escala “nacional” y, por ello, de ponerse en mejores condiciones de analizar los problemas comunes que afectaban a las naciones latinoamericanas.

En función de lo anterior, el CLAPCS desplegó diversas iniciativas: incentivó la circulación de los investigadores latinoamericanos, proyectó ambiciosos estudios comparados, desarrolló un novedoso centro de documentación que buscaba reunir en un sólo lugar la producción intelectual sobre los diversos países de la región, organizó seminarios y conferencias internacionales de marcada visibilidad, llevó a cabo una activa política de publicaciones. Esta última, además de numerosos libros, incluyó la edición de la célebre revista América Latina ( Bringel y Leone, 2021BRINGEL, B. y LEONE, M., La construcción intelectual del concepto de colonialismo interno en América Latina: diálogos entre Cardoso de Oliveira, González Casanova y Stavenhagen (1959-1965). Mana, v.27, n.2, p. 1-36., 2021. ). Semejante accionar lo ubicaron como un actor de referencia entre las instituciones latinoamericanas que buscaban “modernizar” las ciencias sociales ( Blanco, 2007BLANCO, A. Ciências sociais no Cone Sul e a gênese de uma elite intelectual (1940-1965). Tempo Social, v.19, n.1, p.89-114. 2007. ).

Salvo los pioneros estudios de Lúcia Lippi (1995)LIPPI, L. As ciências sociais no Rio de Janeiro.In: MICELI, S. (Org.) História das ciências sociais no Brasil, v. 2. São Paulo: Sumaré/Idesp/Fapesp, 1995. y de Janaina Ferreira (1999)FERREIRA, J. Resistências à Mudança. Um debate dos cientistas sociais na década de 50. 1999. 146 p. Tesis (Maestría en Sociología) – Programa de Pós-graduação em Sociologia e Antropologia da Universidade Federal de Rio de Janeiro. , el CLAPCS no había merecido hasta no hace mucho una detenida atención entre los estudiosos de las ciencias sociales brasileñas y latinoamericanas; lo que contrasta con lo ocurrido con la FLACSO (entre otros: Beigel, 2009BEIGEL, F. La Flacso chilena y la regionalización de las ciencias sociales en América Latina (1957-1973). Revista Mexicana de Sociología, v.71, n.2, p.319-349. 2009. ; Franco, 2007FRANCO, R. La Flacso clásica (1957-1973). Santiago: Catalonia/Flacso-Chile, 2007. ; Pérez Brignoli, 2008PÉREZ BRIGNOLI, H. Los 50 años de la FLACSO y el desarrollo de las ciencias sociales en América Latina. San José: Juricentro/FLACSO, 2008. ). Recientemente, sin embargo, ha habido un mayor interés en el CLAPCS, visible en la aparición de una serie de trabajos que, desde diversas perspectivas, se han preocupado por analizar su influjo en la producción transnacional de una “sociología latinoamericana”. Así, Macedo (2017)MACEDO, F. Uma sociologia das ciências sociais latino-americanas: o CLAPCS como movimento intelectual periférico. 2017. 201p. Tesis (Maestría en Sociología) –Programa de Pós-Graduação em Sociologia da Universidade do Estado do Rio de Janeiro. analizó al CLAPCS como parte de un “movimiento intelectual periférico” que promovió la consolidación de América Latina como una “unidad de análisis y categoría identitaria”, mientras que Grisendi (2014)GRISENDI, E. El centro de la periferia: internacionalización de las ciencias sociales y redes académicas latinoamericanas. Manuel Diegues Júnior y los avatares de la sociología del desarrollo. Crítica e Sociedade, v.4, n.2, p.148-167. 2014. exploró detalladamente sus contactos con las comunidades académicas de Argentina y México. Por su parte, Maia (2014)MAIA, J. Um capítulo do pensamento social periférico no Brasil: o caso da revista América Latina. In: 38º ENCONTRO ANUAL DA ANPOCS. Caxambu. 2014. avanzó en un análisis de la revista América Latina como espacio de producción y canalización de una agenda y estilo de trabajo diferenciados del mainstream internacional de las ciencias sociales. Finalmente, Bringel y Leone (2021)BRINGEL, B. y LEONE, M., La construcción intelectual del concepto de colonialismo interno en América Latina: diálogos entre Cardoso de Oliveira, González Casanova y Stavenhagen (1959-1965). Mana, v.27, n.2, p. 1-36., 2021. examinaron el papel del CLAPCS como espacio de convergencia que facilitó el diálogo entre el brasileño R. Cardoso de Oliveira y los mexicanos P. González Casanova y R. Stavenhagen, diálogo que derivó en la formulación original del concepto de “colonialismo interno” ( Bringel y Leone, 2021BRINGEL, B. y LEONE, M., La construcción intelectual del concepto de colonialismo interno en América Latina: diálogos entre Cardoso de Oliveira, González Casanova y Stavenhagen (1959-1965). Mana, v.27, n.2, p. 1-36., 2021. ).

El presente artículo busca contribuir a esta agenda de indagaciones sobre el CLAPCS asumiendo un foco diferente. En efecto, más que examinar la dinámica internacional en la que el Centro se insertaba, este trabajo se propone reconstruir el influjo de esta institución en el escenario de las ciencias sociales de Río de Janeiro. Si bien el CLAPCS fue el producto de una acción “transnacional” motorizada por la UNESCO y varios gobiernos de la región, su implantación en un determinado contexto local no dejó de condicionar su particular derrotero y, a la vez, de tener un efecto en ese contexto. La idea que permea este trabajo es que el CLACPS no operó, tal como fue sugerido en el pasado ( Lippi, 1995LIPPI, L. As ciências sociais no Rio de Janeiro.In: MICELI, S. (Org.) História das ciências sociais no Brasil, v. 2. São Paulo: Sumaré/Idesp/Fapesp, 1995. ), a la manera de un “enclave”; es decir, como una institución que, en su orientación “hacia afuera”, se desconectaba del medio donde se insertaba. Por el contrario, aunque con una intensidad cambiante, el CLAPCS se constituyó como una institución gravitante para quienes en la ciudad de Rio de Janeiro tenían una vocación por dedicarse a las ciencias sociales. Al tiempo que ampliaba las oportunidades de trabajo y formación, el nuevo centro irradiaba una cultura profesional novedosa, a tono con el mainstream internacional de las ciencias sociales que incluía no sólo un claro énfasis en las tareas de investigación, en particular de base cuantitativa, sino un estímulo a las actividades de documentación y las iniciativas editoriales. Inspirado en una perspectiva institucional ( Fleck; Duller; Karády, 2018FLECK, C., DULLER, M. y KARÁDY, V. Shaping Disciplines. Recent Institutional Developments in the Social Sciences and Humanities in Europe and Beyond. In: FLECK, C., DULLER, M. y KARÁDY, V. (Eds.) Shaping Human Science Disciplines. Institutional Developments in Europe and Beyond. Basingstoke: Palgrave Macmillan, 2018. ; Turner y Turner, 1990TURNER, J. y TURNER, S. The Impossible Science: An Institutional Analysis of American Sociology. Newbury: Sage, 1990. ) que pone el acento en los recursos y públicos con los que cuentan las ciencias sociales, así como en el perfil de las organizaciones donde se inscriben, este artículo busca contribuir a la serie de indagaciones que, desde el pionero trabajo de Almeida (1989)ALMEIDA, M. Dilemas da institucionalização das ciências sociais no Rio de Janeiro. In: MICELI, S. (Org.) História das ciências sociais no Brasil. v. 1. São Paulo: IDESP, 1989. , se propone echar luz sobre las condiciones institucionales en que las ciencias sociales se desarrollaron en Río de Janeiro en los años 1950s y 1960s.

Además de esta introducción y las reflexiones finales, el trabajo se divide en cuatro secciones. La primera aborda brevemente el contexto de implantación del CLAPCS, es decir, el escenario de las ciencias sociales cariocas, haciendo especial foco en la situación de los dos principales espacios universitarios de formación: los cursos de Ciencias Sociales de la Universidade do Brasil (UB) y de la Pontifícia Universidade Católica de Rio (PUC-RIO). A continuación, en dos secciones consecutivas, se reconstruyen algunas de las principales iniciativas en materia de investigación, edición y documentación desplegadas por el CLAPCS, prestando particular atención a las oportunidades profesionales que generaban, así como a las prácticas y estilos de trabajo que estimulaban. Finalmente, se analizan las dificultades que el CLAPCS debió enfrentar a la hora de sustentar sus actividades a partir del examen de sus relaciones con el Estado brasileño y los gobiernos de la región. De acuerdo a las expectativas que habían orientado su fundación, los países de la región debían operar como sus principales puntos de apoyo, lo que estuvo lejos de ocurrir.

El análisis está basado en un amplio corpus empírico producido en el marco de una investigación colectiva más amplia desarrollada en el IESP-UERJ.1 1 La investigación contó con el apoyo de la FAPERJ y fue coordinada por Breno Bringel. Contó asimismo con la participación de Miguel Leone, Lilia Macedo Silva, Felipe Macedo y Leonardo Nóbrega. El grupo avanzó en la reconstrucción y búsqueda de las fuentes de archivo y bibliográficas, la realización de entrevistas con informantes clave y la discusión regular de avances. Buena parte de las argumentaciones desarrolladas en este artículo fueron nutridas por esos materiales y los ricos intercambios sostenidos por el grupo. Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en el congreso de la Sociedade Brasileira de Sociología (SBS) celebrado en Florianópolis en 2019. Además de entrevistas con informantes clave y actores relevantes (algunas realizadas por integrantes del grupo, otras disponibles en publicaciones y en el archivo del CPDOC-FGV), serán movilizados diversos tipos de documentos producidos por el CLAPCS y la UNESCO (actas, informes, etc.), así como sus principales publicaciones (el Boletim y la revista América Latina ) y diarios de la época.

LAS CIENCIAS SOCIALES EN RÍO DE JANEIRO HACIA MEDIADOS DEL SIGLO PASADO

El desarrollo universitario de las ciencias sociales en Brasil, como es sabido, tuvo inicialmente su epicentro en San Pablo donde dos instituciones creadas en los años treinta, la Escola Livre de Sociologia e Política (ELSP) y la Universidade de São Paulo (USP), le dieron cobijo a la enseñanza e investigación, convocando para ello a personal extranjero que pudiera hacer frente a la falta de “recursos humanos” locales ( Jackson y Blanco, 2014JACKSON, L. y BLANCO, A. Sociologia no espelho. Ensaistas, cientistas sociais e críticos literários no Brasil e na Argentina (1930-1970). São Paulo: Editora34. 2014. ). Aun cuando lo que se terminó configurando desmintió en buena medida las expectativas de los mentores que habían apoyado esos proyectos ( Miceli, 1989MICELI, S. Condicionantes do desenvolvimento das Ciências Sociais. In: MICELI, S. (Org.) História das ciências sociais no Brasil, Vol. 1. São Paulo: IDESP, 1989. ), los trabajos y discusiones promovidos por los cientistas sociales no demoraron en integrarse a lo más dinámico del escenario intelectual paulista ( Jackson, 2004JACKSON, L. A sociologia paulista nas revistas especializadas (1940-1965), Tempo Social, v.16, n.1, p.263-283. 2004. ).

Semejante derrotero contrastó de modo bastante marcado con lo que paralelamente ocurría en la entonces capital federal. Allí, la flamante institución universitaria, la Facultade Nacional de Filosofía (FNFi), tuvo marcadas dificultades para asegurarse ciertos márgenes de autonomía respecto de la dinámica del campo político ( Jackson y Blanco, 2014JACKSON, L. y BLANCO, A. Sociologia no espelho. Ensaistas, cientistas sociais e críticos literários no Brasil e na Argentina (1930-1970). São Paulo: Editora34. 2014. ; Miceli, 1989MICELI, S. Condicionantes do desenvolvimento das Ciências Sociais. In: MICELI, S. (Org.) História das ciências sociais no Brasil, Vol. 1. São Paulo: IDESP, 1989. ). Creada en 1937 en el contexto del Estado Novo , las autoridades gubernamentales procuraron mantener un control férreo en la orientación general de los estudios ( Almeida, 1989ALMEIDA, M. Dilemas da institucionalização das ciências sociais no Rio de Janeiro. In: MICELI, S. (Org.) História das ciências sociais no Brasil. v. 1. São Paulo: IDESP, 1989. ) a punto tal que la elección del cuerpo docente estuvo sujeta a la autorización presidencial, respondiendo más a una lógica “política” de reparto de cargos que a una lógica “académica” ( Lippi, 1995LIPPI, L. As ciências sociais no Rio de Janeiro.In: MICELI, S. (Org.) História das ciências sociais no Brasil, v. 2. São Paulo: Sumaré/Idesp/Fapesp, 1995. ).

Ahora bien, si a partir de 1945 la apertura democrática se tradujo en un relajamiento de los controles ideológicos, la dinámica y funcionamiento de la universidad, al menos en lo que compete a las ciencias sociales, no variaron sustancialmente. Lejos de ello, las decisiones iniciales acabaron estructurando una configuración duradera en la que los nombramientos interinos se transformaban de facto en vitalicios y en la que los concursos docentes brillaban por su ausencia ( Amorim, 1999AMORIM, M. Costa Pinto e a missão sociológica. In: MAIO, M.; VILLAS BOAS, G. (Orgs.) Ideias de modernidade e sociologia no Brasil.Porto Alegre, Ed. UFRGS, 1999, p.23-38. ). Es que el cuerpo de profesores, siguiendo una lógica corporativa, prefirió coaligarse para evitar los llamados a concursos que pudieran poner en riesgo sus posiciones. En esas condiciones, el reclutamiento de nuevos docentes dependía de la voluntad personal de los profesores titulares quienes podían nombrar discrecionalmente a sus colaboradores ( Santos, 2011SANTOS, W. Wanderley Guillherme dos Santos III (depoimento), Rio de Janeiro, CPDOC/FGV. 2011. ). Como en otras latitudes donde imperaba una dinámica semejante ( Fleck Duller; Karády, 2018FLECK, C., DULLER, M. y KARÁDY, V. Shaping Disciplines. Recent Institutional Developments in the Social Sciences and Humanities in Europe and Beyond. In: FLECK, C., DULLER, M. y KARÁDY, V. (Eds.) Shaping Human Science Disciplines. Institutional Developments in Europe and Beyond. Basingstoke: Palgrave Macmillan, 2018. ), ello conspiraba contra la innovación y hacía de la lealtad y del escaso “vuelo propio” atributos fuertemente valorados por quienes controlaban los nombramientos. La renovación del perfil de la enseñanza tanto como de los contenidos no se veían de ese modo favorecidos.

La cátedra de Sociología había sido inicialmente confiada a Jacques Lambert, un egresado de la Facultad de Derecho de Lyon que permaneció en el cargo hasta 1944, y posteriormente asignada a Hildebrando Leal, un ex sacerdote que se había desempeñado como asistente de Lambert. Leal era un activo miembro de los círculos católicos2 2 En más de una oportunidad, Leal llegó a ser candidato a diputado por el Partido Demócrata Cristiano (PDC). que había ingresado como docente a la FNFi gracias a las gestiones de Alceu Amoroso Lima ( Brasil Jr., 2017BRASIL JR., A. La sociología en Río de Janeiro (1930-1970): un debate sobre Estado, democracia y desarrollo, Sociológica, v.32, n.90, p.69-107. 2017. ) y que se ganaba la vida enseñando sociología en diversas instituciones vinculadas al mundo católico. Su trabajo en la FNFi se limitaba a dar clases, sin promover la investigación como parte central en la formación de los futuros cientistas sociales.

Con todo, el perfil de Leal no era el único inconveniente a la hora de estimular la investigación en esta institución. Más importante eran las condiciones de contratación del cuerpo de profesores, signadas por la virtual inexistencia de dedicaciones de tiempo integral, y el carácter ad-honorem de los profesores asistentes ( Santos, 2011SANTOS, W. Wanderley Guillherme dos Santos III (depoimento), Rio de Janeiro, CPDOC/FGV. 2011. ). Como apunta Amorim, “a carga horária docente não excedia 12 horas semanais e a grande maioria [dos] professores acumulava funções docentes, ou a docência com outra atividade” ( Amorim, 1999AMORIM, M. Costa Pinto e a missão sociológica. In: MAIO, M.; VILLAS BOAS, G. (Orgs.) Ideias de modernidade e sociologia no Brasil.Porto Alegre, Ed. UFRGS, 1999, p.23-38. , p.32). También era decisiva la ausencia de recursos asignados a la investigación, en contraste con lo que (aunque no sin limitaciones) se daba en San Pablo. En esas condiciones, como apuntan Maio y Lopes, las ciencias sociales practicadas en la FNFi “estiveram voltadas esencialmente para o ensino, não tendo logrado consolidar a atividade de pesquisa” ( Maio y Lopes, 2015MAIO, M. y LOPES, T.“For the establishment of the social disciplines as sciences”: Donald Pierson e as ciências sociais no Rio de Janeiro (1942-1949). Sociologia & Antropologia, v. 5, n.2, pp. 343-380. 2015. , p.350). Tal vez por ello, como apunta Brasil Jr., esa institución no pudo transformarse, tal como ocurría con la USP en San Pablo, “en el espacio preferencial de las formas de sociabilidad y en el dictaminador exclusivo de los parámetros de excelencia intelectual para los propios practicantes de la disciplina” ( Brasil Jr., 2017BRASIL JR., A. La sociología en Río de Janeiro (1930-1970): un debate sobre Estado, democracia y desarrollo, Sociológica, v.32, n.90, p.69-107. 2017. , p. 73-74).

En ese marco, la debilidad de la institución universitaria favoreció la inserción de los sociólogos en instituciones alternativas ( Keinert, 2011KEINERT, F. Cientistas sociais entre ciência e política (Brasil, 1968-1985). 2011. 224p.Tesis (Doctorado en Sociología) – Programa de Pós-Graduação em Sociologia da Universidade de São Paulo. ). Esas instituciones no sólo aseguraban un sustento económico sino que, en varios casos, ofrecieron las condiciones para desarrollar el tipo de sociología con énfasis en la investigación empírica que no era posible impulsar en la institución universitaria. Entre ellas cabe distinguir dos circuitos ( Almeida, 1989ALMEIDA, M. Dilemas da institucionalização das ciências sociais no Rio de Janeiro. In: MICELI, S. (Org.) História das ciências sociais no Brasil. v. 1. São Paulo: IDESP, 1989. ; Brasil Jr., 2017BRASIL JR., A. La sociología en Río de Janeiro (1930-1970): un debate sobre Estado, democracia y desarrollo, Sociológica, v.32, n.90, p.69-107. 2017. ). Por un lado, el conjunto de dependencias gubernamentales de nivel estadual y federal encargadas de la planificación y gestión de diversas áreas (salud, educación, vivienda, administración, etc.). Por el otro, la trama de instituciones de carácter intergubernamental que tenían su sede central en Rio de Janeiro y en cuyo seno se insertaría el CLAPCS. De ese modo, los cientistas sociales instalados en Rio se beneficiaban de los recursos que eran movilizados en la ciudad gracias a su estatus de capital, pero también de un Estado que desde el fin de la Segunda Guerra Mundial se había mostrado particularmente interesado en promover las instituciones internacionales que orbitaban alrededor de las Naciones Unidas ( Beigel, 2009BEIGEL, F. La Flacso chilena y la regionalización de las ciencias sociales en América Latina (1957-1973). Revista Mexicana de Sociología, v.71, n.2, p.319-349. 2009. ).

AMPLIACIÓN DE LAS OPORTUNIDADES DE TRABAJO E INVESTIGACIÓN

Luego de arduas negociaciones, en abril de 1957, la Segunda Conferencia Regional de Ciencias Sociales para América Latina auspiciada por la UNESCO, anunció la creación del CLAPCS y la FLACSO ( Beigel, 2009BEIGEL, F. La Flacso chilena y la regionalización de las ciencias sociales en América Latina (1957-1973). Revista Mexicana de Sociología, v.71, n.2, p.319-349. 2009. ; Bringel y Leone, 2021BRINGEL, B. y LEONE, M., La construcción intelectual del concepto de colonialismo interno en América Latina: diálogos entre Cardoso de Oliveira, González Casanova y Stavenhagen (1959-1965). Mana, v.27, n.2, p. 1-36., 2021. ). La fundación de un centro dedicado a la investigación fue recibida con beneplácito entre quienes buscaban promover las ciencias sociales en la entonces capital de Brasil. Varias razones justificaban un fuerte optimismo. Por un lado, la nueva institución contaba con el aval de la UNESCO, la principal institución internacional de fomento de las ciencias sociales, pero también con el auspicio de los principales gobiernos de la región que se comprometieron a financiar sus actividades. Por otro lado, el Comité Directivo, órgano que se reuniría anualmente para velar por el funcionamiento del CLAPCS y de la FLACSO, incluía a algunas de las principales figuras de las ciencias sociales a nivel regional como Eduardo Hamuy (Universidad de Chile), Isaac Ganon (Universidad de Montevideo), Gino Germani (Universidad de Buenos Aires) y Lucio Mendieta y Núñez (Universidad Nacional Autónoma de México), quien sería luego reemplazado por Pablo González Casanova. Finalmente, la circulación de investigadores extranjeros enviados por la UNESCO jerarquizaba también las actividades de la flamante institución. El primer llegado fue el ya por entonces reconocido sociólogo de la Universidad de Chicago y promotor del interaccionismo simbólico, Herbert Blumer, quien sería luego seguido por otros como Joseph Kahl y Alain Touraine ( Bringel y Leone, 2021BRINGEL, B. y LEONE, M., La construcción intelectual del concepto de colonialismo interno en América Latina: diálogos entre Cardoso de Oliveira, González Casanova y Stavenhagen (1959-1965). Mana, v.27, n.2, p. 1-36., 2021. ).

Por lo demás, el volumen de los recursos económicos proyectados para las actividades del CLAPCS era muy significativo: a los 50 mil dólares anuales inicialmente provistos por la UNESCO (casi 500 mil a valores actuales), correspondía sumar otro tanto ofrecido por el gobierno brasileño y el resto de los gobiernos latinoamericanos. Aun cuando, como veremos, el aporte de esos países estuvo lejos de hacerse efectivo, inicialmente el Centro contó con una suma importante para sus iniciativas en materia de investigación y publicaciones. Semejante apoyo material no podía pasar desapercibido en momentos en los que incluso en San Pablo la situación de las ciencias sociales no era de ningún modo holgada, tal como quedaba claro en el informe que Florestan Fernandes envió al gobernador Jânio Quadros en 1956 ( Keinert, 2011KEINERT, F. Cientistas sociais entre ciência e política (Brasil, 1968-1985). 2011. 224p.Tesis (Doctorado en Sociología) – Programa de Pós-Graduação em Sociologia da Universidade de São Paulo. ).

Además de su Comité Directivo, el CLAPCS tenía su propio director, que debía velar por su funcionamiento cotidiano, siendo una figura crucial en las tareas organizativas y en el liderazgo científico y académico del proyecto ( Bringel y Leone, 2021BRINGEL, B. y LEONE, M., La construcción intelectual del concepto de colonialismo interno en América Latina: diálogos entre Cardoso de Oliveira, González Casanova y Stavenhagen (1959-1965). Mana, v.27, n.2, p. 1-36., 2021. ). El primer director fue Luiz Aguiar de Costa Pinto quien cumplió un mandato de cuatro años (1957-1961), siendo luego reemplazado por Manuel Diegues Jr., quien fue capaz de renovar su mandato hasta 1974 cuando decidió delegar su función en su estrecho colaborador Carlos Alberto Medina, quien a su vez se mantuvo en su cargo hasta el cierre del CLAPCS en 1979. Tanto para Costa Pinto como para Diegues Jr., el CLAPCS se ofreció como una atractiva plataforma de proyección que ampliaba su reputación y contactos a escala regional ( Blanco, 2007BLANCO, A. Ciências sociais no Cone Sul e a gênese de uma elite intelectual (1940-1965). Tempo Social, v.19, n.1, p.89-114. 2007. ). Ambos intelectuales, en efecto, venían desarrollando una carrera que combinaba el trabajo en organizaciones públicas brasileñas con la inserción en instituciones internacionales.3 3 Antes de su designación como director del Centro, Costa Pinto había sido parte del grupo de expertos que en 1949 redactó la “Declaración sobre las razas” de la UNESCO, había participado en la investigación Estado de Bahia-Universidad de Columbia ( Maio, 2009 ), había sido el encargado del área de investigaciones del Centro Brasileiro de Pesquisas Educativas (CBPE) – una institución creada con el auspicio de la UNESCO en la órbita del Ministerio de Educación ( Amorin, 1999 ) –, y en 1956 había sido nombrado vicepresidente de la International Sociological Association (ISA). Manuel Diegues Jr., por su parte, había sido miembro de la Comisión Nacional de Folklore del Instituto Brasileiro de Educação, Ciência e Cultura (IBECC), órgano creado a instancias de la UNESCO, al tiempo que había sido presidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS) entre 1953 y 1955. Como fue notado por Blanco y Brasil Jr. (2018)BLANCO, A. y BRASIL JR., A. A circulação internacional de Florestan Fernandes, Sociologia & Antropologia, v.8, n.1, p.69-107. 2018. , la debilidad de las instituciones universitarias en Río de Janeiro, que no ofrecían dedicaciones de tiempo completo, aumentaba el atractivo de las inserciones en el circuito internacional.

La conformación del CLAPCS se completaba con un staff de miembros permanentes que eran reclutados por su director. La inserción en el Centro les brindaba la posibilidad de volcarse full time a las ciencias sociales en una institución que promovía la realización de ambiciosos relevamientos empíricos, lo que multiplicaba las oportunidades de cultivar un perfil volcado a la investigación. Les daba también la posibilidad de incorporar un repertorio profesional especializado: las tareas de investigación suponían la organización de grupos de trabajo, la coordinación de los encuestadores y personal junior, así como la producción de papers y la confección de informes técnicos. Sólo durante sus primeros diez años de funcionamiento, el CLAPCS desarrolló más de treinta proyectos de investigación, una buena parte de los cuales, al ser “multisituados”, es decir, que se hacían en más de una localidad a la vez, suponía un trabajo de coordinación con investigadores ubicados en otras ciudades de Brasil e incluso en otros países de la región ( Bringel y Leone, 2021BRINGEL, B. y LEONE, M., La construcción intelectual del concepto de colonialismo interno en América Latina: diálogos entre Cardoso de Oliveira, González Casanova y Stavenhagen (1959-1965). Mana, v.27, n.2, p. 1-36., 2021. ).

Durante la gestión de Costa Pinto, las dos figuras más relevantes de su equipo fueron Waldemiro Bazzanella y Thomas Pompeu Accioly Borges ( Macedo, 2017MACEDO, F. Uma sociologia das ciências sociais latino-americanas: o CLAPCS como movimento intelectual periférico. 2017. 201p. Tesis (Maestría en Sociología) –Programa de Pós-Graduação em Sociologia da Universidade do Estado do Rio de Janeiro. ). Bazzanella era un graduado en ciencias sociales de la FNFi que había conocido a Costa Pinto durante la realización de sus estudios y desde entonces lo había acompañado en diversas tareas: como su asistente de investigación, como asistente de su cátedra en la Faculdade de Economia , como su “mano derecha” en el Centro Brasileiro de Pesquisas Educacionais (CBPE), donde Costa Pinto había pasado una temporada antes de recalar en el CLAPCS ( Costa Pinto, 2002COSTA PINTO, L. Waldemiro Bazzanella. Relembrando um amigo. Dados, v.45, n3, p. 353-360. 2002. ). Accioly Borges, por su parte, era un ingeniero y economista, que trabajaba en la Fundação Getúlio Vargas (FGV) y en la influyente revista Conjuntura Econômica . Sus conocimientos en estadística y economía fueron un importante recurso en su trabajo en el Centro; lo que se vio reflejado en sus varias publicaciones en el Boletim del CLAPCS donde solía analizar datos cuantitativos. Durante el período de Diegues Jr., los principales colaboradores fueron el ya mencionado Carlos Alberto Medina, quien llegó al Centro luego de un paso por el Serviço Especial de Saúde Pública de la mano de José Arthur Ramos ( Brasil Jr., 2017BRASIL JR., A. La sociología en Río de Janeiro (1930-1970): un debate sobre Estado, democracia y desarrollo, Sociológica, v.32, n.90, p.69-107. 2017. ), Olga Lopes da Cruz, formada en biblioteconomía, encargada del servicio de documentación y de las publicaciones del Centro, y Regina Helena Tavares, coordinadora de la biblioteca, quien había también tenido un paso previo por el CBPE.

Aun cuando desde temprano Costa Pinto hizo referencia al volumen insuficiente del staff ( Costa Pinto, 1959COSTA PINTO, L. Política de Programa e Plano de Trabalho.Boletim do Centro Latino Americano de Pesquisas em Ciências Sociais, v.3, n.4. 1959. , p. 2), su escala no resultaba desdeñable en el contexto de las ciencias sociales cariocas y brasileñas.4 4 Como notan Jackson y Blanco (2014) , aunque la cantidad de miembros de las dos cátedras de sociología de la USP venía aumentando desde los años cincuenta, su número no iba más allá de los 10 (entre titulares, asistentes, auxiliares de docencia y auxiliares de investigación) ( Jackson y Blanco, 2014 , p.143). Más aún si se recuerda que no era inusual que para cada una de sus investigaciones, el Centro contratara investigadores adicionales, algunos con mayor trayectoria,5 5 Tal fue el caso del propio Diegues Jr. que durante la gestión de Costa Pinto fue contratado para realizar un informe sobre el estado de las ciencias sociales en Brasil ( CLAPCS, 1969 ). otros más jóvenes y sin demasiada experiencia.

Este último era el caso de los estudiantes y graduados de los dos cursos en ciencias sociales que por entonces se ofrecían en Rio de Janeiro: el de la UB y el de la PUC-RIO. Ambos cursos operaron como canteras donde reclutar personal junior deseoso de iniciarse en las lides de la investigación y de colaborar con las indagaciones desarrolladas desde el Centro. Sin posibilidades de acceder, al menos inicialmente, a un curso de posgrado en su ciudad, las oportunidades ofrecidas por el CLAPCS resultaban muy atractivas. Más aún si se tiene en cuenta que la carrera de la PUC, pese a su formación reciente, no se había mostrado más abierta que su antecesora a estimular la enseñanza del oficio de investigación.

Durante la gestión de Costa Pinto los vínculos más fluidos se dieron con la UB. Allí, el sociólogo bahiano, junto con otras figuras relevantes de esa institución (como Evaristo de Moraes Filho, Luiz de Castro Faria, Víctor Nunes Leal, Roberto Cardoso de Oliveira y Marina São Paulo Vasconcelos), estaban impulsando la creación de un centro volcado a la investigación. El nuevo centro, creado en 1958 y bautizado Instituto de Ciências Sociais (ICS), estaba formalmente vinculado a la FNFi, la Faculdade Nacional de Direito , la Faculdade de Ciências Económicas y al Museu Nacional , y era una apuesta de aquellos docentes “modernizadores” por trascender las dificultades que la investigación tenía en esa universidad. Hildebrando Leal, como podría anticiparse, no participó de esta institución. Es que, para quienes lo impulsaron, el flamante centro era una tentativa por sortear los obstáculos propios de la burocracia universitaria. Según recuerda, Luciano Martins, un graduado de la FNFi, colaborador de Costa Pinto, el ICS buscó ser “um órgão separado do ensino e das turbulências naturais da universidade” (citado en Perruso, 2008PERRUSO, M. Em busca do “novo”: intelectuais brasileiros e movimentos populares nos anos 1970-1980. 2008. 540p. Tesis (Doctorado en Sociología) – Programa de Pós-graduação em Sociologia e Antropologia da Universidade Federal de Rio de Janeiro, Río de Janeiro. , p. 207). Apoyado por algunos recursos provenientes del Ministerio de Educación, el ICS se embarcó en una serie de investigaciones de ambicioso alcance ( Villas Boas, 2019VILLAS BOAS, G. 80 anos de ciências sociais na UFRJ: relembrando o pioneirismo dos projetos grupos económicos (1962) e trabalhadores cariocas (1987). Sociologia & Antropologia, v.9, n.1, p.297-312. 2019. ), al tiempo que ofreció becas para jóvenes graduados para hacer estancias de investigación en el CLAPCS.

Con todo, la institución de enseñanza con la que el Centro mantuvo vínculos más fluidos fue la carrera de ciencias sociales de la PUC, cuya creación había sido encargada al padre Fernando Bastos D’Ávila, un jesuita que se había doctorado en Lovaina. La tarea no era sencilla ya que los recursos humanos formados en ciencias sociales eran escasos. Si tiempo atrás la ELSP y USP habían salido del paso convocando a docentes extranjeros, el padre D’Ávila no dispuso de este recurso, debiéndose apoyar en profesores provenientes del derecho (cuyo conocimiento en ciencias sociales se había construido de manera autodidacta), y en un buen número de materias ya ofrecidas en la PUC pertenecientes a otros cursos (geografía, historia, literatura…). Para darse una idea del tono que podían tener algunas materias, Moacir Palmeira, uno de los primeros estudiantes del curso, recuerda que la materia “Introdução às ciências sociais”, a cargo de Arthur Neiva, un abogado volcado a la demografía, ofrecía un panorama ecléctico donde los materiales propios de las ciencias sociales convivían con discusiones traídas de las ciencias físicas y biológicas (en Keinert, 2011KEINERT, F. Cientistas sociais entre ciência e política (Brasil, 1968-1985). 2011. 224p.Tesis (Doctorado en Sociología) – Programa de Pós-Graduação em Sociologia da Universidade de São Paulo. , p. 141). Se entiende que los reclamos de los alumnos contra la “cultura bacharelesca” no se hicieran esperar ( Carvalho, 2015CARVALHO, L. Projeto, conhecimento e reflexividade: estudos rurais e questão agrária no Brasil dos anos 1970. 2015. 256p. Tesis (Doctorado en Sociología) – Programa de Pós-Graduação em Sociologia e Antropologia da Universidade Federal de Rio de Janeiro. , p. 76).6 6 Cabe aclarar que semejante perfil, amplio en su alcance y sin un foco claro en la investigación, no resultaba, con todo, incoherente con las intenciones originarias que habían movilizado la creación del curso que, como recuerdan varios de sus primeros estudiantes, aparecía como una instancia “preparatoria para Itamaraty” ( Palmeira, 2009 ). Esto, como apunta Carvalho, era visible en su plan de estudios en el que, además de las materias de sociología, figuraban “diversas disciplinas de línguas – russo, inglês e francês -, de história econômica, social e política; de economia e estatística; política internacional, sendo a de ‘antropología cultural (etnologia)’ ministrada somente no terceiro e quarto anos” ( Carvalho, 2015 , p. 74). De hecho, en una nota publicada en el Diário de Notícias del 19 de enero de 1960, cuyo título era “Formação de líderes e administradores na Escola de Sociología e Política”, se señalaba que esta carrera había sido “idealizada para prencher uma lacuna no ensino superior do país, como seja preparar elementos altamente técnicos nas ciencias sociais, que possam interpretar os problemas sociais, económicos e políticos, preparando líderes e administradores tanto para os setores públicos como os privados”(idem, p. 11).

En ese marco, el CLAPCS parecía ofrecer lo que su curso no suministraba: una iniciación a la práctica de la investigación empírica. Fue allí, en efecto, que un conjunto de jóvenes estudiantes de la PUC (entre los que, además de Palmeira, figuraban Luiz Antonio Machado, Otávio Velho, Lucia Lippi y Lícia Valladares) fueron introducidos en los rudimentos del oficio a partir de la inmersión en el trabajo de campo, la aplicación de cuestionarios, la coordinación de encuestadores, la realización de entrevistas y observaciones, así como la elaboración de análisis e informes. Fue allí asimismo que algunos, como nota Keinert (2011)KEINERT, F. Cientistas sociais entre ciência e política (Brasil, 1968-1985). 2011. 224p.Tesis (Doctorado en Sociología) – Programa de Pós-Graduação em Sociologia da Universidade de São Paulo. , comenzaron a delimitar, de la mano de los temas que les tocaba indagar, sus propios intereses de investigación.7 7 Así, por ejemplo, Valladares vincula su preocupación por el estudio de la pobreza urbana con los estudios que hizo desde el CLAPCS en las favelas de Río de Janeiro ( Keinert, 2011 ).

El paso por el Centro se reveló asimismo importante a la hora de construir una red de contactos que sirvieron de apoyo en los primeros pasos de su carrera académica. Según recuerda Palmeira, fue en el CLAPCS que se enteró de la oferta de becas del gobierno francés para desarrollar posgrados en aquel país, siendo Diegues Jr., quien elaboró una de las cartas de recomendación que facilitó su aceptación en el Institut des Hautes Études de l’Amerique Latine , institución donde planeaba hacer su doctorado ( Carvalho, 2015CARVALHO, L. Projeto, conhecimento e reflexividade: estudos rurais e questão agrária no Brasil dos anos 1970. 2015. 256p. Tesis (Doctorado en Sociología) – Programa de Pós-Graduação em Sociologia e Antropologia da Universidade Federal de Rio de Janeiro. ; Keinert, 2011KEINERT, F. Cientistas sociais entre ciência e política (Brasil, 1968-1985). 2011. 224p.Tesis (Doctorado en Sociología) – Programa de Pós-Graduação em Sociologia da Universidade de São Paulo. ). Es que, tanto por la presencia de expertos extranjeros, como por la información que circulaba, así como por los números seminarios internacionales que promovía ( Bringel y Leone, 2021BRINGEL, B. y LEONE, M., La construcción intelectual del concepto de colonialismo interno en América Latina: diálogos entre Cardoso de Oliveira, González Casanova y Stavenhagen (1959-1965). Mana, v.27, n.2, p. 1-36., 2021. ),8 8 En su primera década el CLAPCS organizó quince seminarios de considerable envergadura ( Bringel y Leone, 2021 ) que analizaron temáticas que, en general, oscilaron en torno a los problemas del “desarrollo” y al estado de las ciencias sociales en América Latina. Sobre el primer, y tal vez más importante, seminario, que se ocupó de los “obstáculos al desarrollo”, puede verse Ferreira (1999) . el CLAPCS era un espacio muy relevante para quienes quisieran hacer una carrera en el área de las ciencias sociales. Para ellos, en efecto, tal como se desprende de las entrevistas realizadas, se trataba de una referencia obligada que ofrecía parte de aquello que los posgrados suelen brindar: una socialización profesional que supone la transmisión de un oficio de la mano de personal formado, la construcción de redes de contactos y un ingreso mínimo capaz de sustentar ese aprendizaje.

El puente entre ambas instituciones era facilitado por Diegues Jr. quien desde 1955 formaba parte del cuerpo de profesores de la PUC. Pero también por otros integrantes del CLAPCS que complementaban sus actividades de investigación con la enseñanza en esa institución. Las dedicaciones simples sobre las que se había construido este curso facilitaban, de hecho, esta circulación. Ahora bien, cabe enfatizar que la articulación entre ambos espacios no se tradujo en convenios duraderos de tipo formal (lo que tampoco ocurrió con el ICS de la UB), dependiendo entonces del trabajo “conector” de quienes tenían un pie en cada institución.9 9 El carácter informal de tales vínculos es uno de los rasgos que diferencia la experiencia del CLAPCS y de la FLACSO. Desde temprano, la institución ubicada en Santiago logró articular una conexión estrecha con la Universidad de Chile, operando en su propio campus y estableciendo una fluida circulación con sus docentes y estudiantes ( Franco, 2007 ). Esas conexiones, cabe destacar, se revelaron cruciales cuando el financiamiento de la UNESCO llegó a su fin en 1968, en la medida en que se tradujeron en un claro apoyo económico. Por supuesto, fueron esas mismas conexiones las que, en contrapartida, complicaron su situación una vez producido el golpe militar de 1973 ( Beigel, 2009 ).

Pese a que los problemas financieros no demoraron en agudizarse, el CLAPCS no perdía su gravitación. Lejos de ello, cuando a fin de los años sesenta comenzaron a ser ofrecidos los primeros programas de posgrado en Río de Janeiro – el de Antropología Social del Museu Nacional y el de Ciencia Política del Instituto Universitário de Pesquisas de Rio de Janeiro (IUPERJ) – la experiencia desarrollada en el CLAPCS, junto con los contactos allí anudados, facilitaron la incorporación de algunos jóvenes graduados de la PUC y la UB como estudiantes de los flamantes programas. Cabe destacar, en este sentido, que durante sus primeros años de funcionamiento, las clases del programa de posgrado del Museu eran dictadas en las instalaciones del CLAPCS y no en la Quinta de Boa Vista, sede el Museu ( Macedo, 2017MACEDO, F. Uma sociologia das ciências sociais latino-americanas: o CLAPCS como movimento intelectual periférico. 2017. 201p. Tesis (Maestría en Sociología) –Programa de Pós-Graduação em Sociologia da Universidade do Estado do Rio de Janeiro. ). Aún más, hubo casos, como el de Jorge Graciarena, sociólogo argentino enviado al Centro por la UNESCO, o el del propio Diegues Jr., que ofrecieron alguno de los primeros seminarios del flamante programa. La vinculación del Centro con el Museu era tal que, en una nota del Correio da Manhã del 20 de junio de 1970 se presentaba a la maestría como una iniciativa de la Divisão de Antropologia do Museu Nacional “en convenio con el CLAPCS” ( FORD…, 1970FORD financia projeto de antropologia social. Correio da Manhã, Río de Janeiro, 20 jun. 1970. , p. 8).

Las conexiones del personal del Centro con las instituciones universitarias de formación, tanto como el ascendiente que tuvo entre aquellos jóvenes interesados en las ciencias sociales, cuestiona la imagen de éste como una institución que, orientada predominantemente “hacia afuera”, habría echado escasas raíces en el escenario de las ciencias sociales cariocas; y apunta en el sentido de relativizar la idea del CLAPCS como un “enclave” ( Lippi, 2005LIPPI, L. Diálogos intermitentes: relações entre Brasil e América Latina, Sociologias, v.7, n.4, p.110-129. 2005. ). En este sentido, si bien es cierto que, como notó hace tiempo Miceli (1989)MICELI, S. Condicionantes do desenvolvimento das Ciências Sociais. In: MICELI, S. (Org.) História das ciências sociais no Brasil, Vol. 1. São Paulo: IDESP, 1989. , en Río de Janeiro predominó una institucionalización de las ciencias sociales caracterizada por la “fragmentación” (con carreras universitarias donde había limitaciones para la investigación e instituciones volcadas a la investigación donde no se emitían diplomas oficiales), la circulación de los estudiantes y graduados por espacios como el CLAPCS, tanto como la actuación de sus investigadores como docentes universitarios, tendía a morigerar, al menos en las trayectorias de los individuos, el divorcio entre investigación y enseñanza.10 10 Cabe mencionar aquí también las relaciones que otros cientistas sociales de otras ciudades de Brasil mantuvieron con el CLAPCS, sea porque participaban de las conferencias auspiciadas por el Centro, sea porque tomaban parte en las indagaciones que el mismo realizaba en distintas regiones del país. Para dar sólo un ejemplo, es interesante mencionar el caso de Fernando Henrique Cardoso que, cuando aún se desempeñaba en la USP, fue convocado por el CLAPCS para desarrollar una investigación sobre “empresarios industriales y desarrollo económico en América Latina” ( Cardoso, 1964 ). La investigación, que daría continuidad a sus trabajos sobre la burguesía brasileña no pudo, con todo, concretarse “debido a la transferencia de su responsable para ILPES” ( CLACPS, 1969 , p.465) luego del golpe de 1964. Estos vínculos con investigadores brasileños son un argumento adicional contra la imagen del “enclave”.

AMÉRICA LATINA , EL SERVICIO DE DOCUMENTACIÓN Y UNA BIBLIOTECA “LATINOAMERICANA”

La labor del Centro, con todo, no se restringió al estímulo a la investigación. Lejos de ello, como parte de sus iniciativas por federar los debates en torno a los problemas de la región, el mismo se abocó a la publicación de la revista América Latina , una iniciativa editorial ciertamente novedosa dado su alcance transnacional. Surgida del Boletim del CLAPCS , una publicación lanzada ya durante la gestión de Costa Pinto cuyo objetivo había sido principalmente dar a conocer las actividades del Centro y que para 1960 era distribuido en más de 1500 direcciones en Brasil y otros países ( CLACPS, 1960CLACPS Resistências a mudança. Boletim do Centro Latino Americano de Pesquisas em Ciências Sociais, v.3, n.3, 1960. , p.4), la nueva revista fue una de las principales apuestas de Diegues Jr. por darle una mayor visibilidad a la institución (Hutchinson, 1966a). Rápidamente, América Latina se volvió una de las revistas de mayor circulación en la región, junto a la tradicional Revista Mexicana de Sociología y a las más reciente Revista Latinoamericana de Sociología , editada en Buenos Aires ( Blanco, 2007BLANCO, A. Ciências sociais no Cone Sul e a gênese de uma elite intelectual (1940-1965). Tempo Social, v.19, n.1, p.89-114. 2007. ).

La apertura a la recepción de artículos de autores ajenos a la institución, que sólo había sido ocasional en el Boletim , se propuso quebrar la tendencia a la “endogamia” que según una investigación de la UNESCO afectaba a la mayoría de las revistas en ciencias sociales a nivel mundial ( Lengyel, 1967LENGYEL, P. Os periódicos de Ciências Sociais no Mundo.América Latina, v.10, n.2, p.3-15. 1967. ). En el contexto brasileño, semejante orientación acercaba esta iniciativa a algunos emprendimientos editoriales paulistas de reconocida trayectoria, como Sociologia , revista creada por Emilio Willens en 1939, que cultivaban un perfil especializado, tomando distancias de emprendimientos más directamente implicados en los debates políticos y culturales del momento ( Jackson, 2004JACKSON, L. A sociologia paulista nas revistas especializadas (1940-1965), Tempo Social, v.16, n.1, p.263-283. 2004. ). Si bien de acuerdo al testimonio de los entrevistados no faltaban las veces en que los artículos se publicaban sin pasar por las instancias formales de evaluación, los miembros del staff debieron hacer frente a una pesada carga de lectura.11 11 Para darse una idea de lo novedosa que resultaba esa orientación en el contexto de las ciencias sociales latinoamericanas, cabe destacar lo que paralelamente ocurría en México. Allí, de las 24 revistas estudiadas por la investigación de la UNESCO, sólo 7 hacían pasar las contribuciones por un “jurado”. Según los autores, lo anterior respondía a la situación de “relativo atraso” de las ciencias sociales mexicanas en las que “la oferta de manuscritos inéditos no rebasa a la demanda de las revistas por un margen suficiente para permitir una selección regular sobre normas rígidas” ( Bonfil Batalla y Mendoza Navarro, 1967 , p.19). Es que, siguiendo los consejos de Bertram Hutchinson (1966a)HUTCHINSON, B. Memorandum 30/6/1966 a la UNESCO. Parte I.1966a , un experto en estratificación social enviado por la UNESCO que permaneció en el Centro entre 1962 y 1966, la revista buscó construirse según el modelo ofrecido por las revistas de los países centrales. Así, América Latina pasó a tener una sección con artículos, una sección de investigaciones en curso y una sección con noticias sobre congresos, reuniones, novedades institucionales (con particular foco, claro está, en las ciencias sociales latinoamericanas).

Con todo, América Latina incorporaba una novedad que la distinguía de la mayoría de las revistas: cada número incluía una sección con resúmenes de artículos y libros sobre la región elaborada por un ambicioso Servicio de Documentación. Impulsado bajo la gestión de Diegues Jr., este servicio continuaba, a una nueva escala, las investigaciones sobre el estado de las ciencias sociales que Costa Pinto había encargado al inicio de su mandato. En aquella oportunidad, los relevamientos se habían basado en encuestas enviadas a los centros de investigación y enseñanza de cada país con la intención de dar cuenta de sus agendas de trabajo, proyectos en marcha y recursos disponibles, así como de las oportunidades de empleo para los cientistas sociales en cada contexto nacional.12 12 El proyecto, denominado “Estado actual de las ciencias sociales en América Latina”, buscó producir información sobre Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Uruguay y Venezuela. Cf. CLAPCS (1958) . Ahora, la idea era proveer no sólo información sobre las instituciones y las investigaciones en marcha, sino que se apuntaba a brindar también un mapeo constante sobre las publicaciones que fueran apareciendo. La idea era combatir la dispersión y fragmentación que pesaba sobre la producción intelectual latinoamericana.

Para ello, se estableció la confección regular de resúmenes de aquellas obras que, a criterio de Regina Helena Tavares, la encargada del servicio de documentación, o de algún otro miembro del CLAPCS, merecieran ser referenciadas. La selección se hacía sobre la base de las revistas y libros que, merced a la activa campaña de intercambio con diferentes instituciones, llegaban al Centro. Durante sus primeros diez años, se produjeron 870 resúmenes, la mayoría de los cuales fue publicada en América Latina . Semejante iniciativa, como podrá intuirse, demandaba una aceitada rutina de trabajo a fin de seguir el ritmo de las novedades editoriales. Diegués Jr. reclutó entonces un conjunto de jóvenes colaboradoras entre sus estudiantes de la PUC (entre las que figuraron Alice Rangel, Licia Valladares y su propia hija Madalena Diegues) que, a cambio de un modesto pago, se pasaban una parte de su día leyendo artículos (en varios idiomas) para producir los resúmenes.13 13 Entrevista con Madalena Diegues, hija de Manuel, realizada por Breno Bringel, Felipe Macedo, Lília Macedo y Leonardo Nóbrega. Ese personal, por acotado que pudiera ser, distinguía a América Latina de la mayoría de las revistas a nivel global, que rara vez disponían de personal específicamente dedicado a su edición ( Lengyel, 1967LENGYEL, P. Os periódicos de Ciências Sociais no Mundo.América Latina, v.10, n.2, p.3-15. 1967. ).

América Latina fue fundamental como objeto de intercambio con instituciones de otros países. Fue esa labor, de hecho, la que, junto con la compra directa de materiales, permitió montar una colección bibliográfica sobre la región latinoamericana muy actualizada. Tal como puede verse en las cartas entre Diegues Jr. e Irving Horowitz, un sociólogo estadounidense especializado en América Latina que editaba la revista The Sociology of Development , la labor del CLAPCS consistía en enviar un ejemplar de América Latina de cortesía a los editores de otras revistas y una invitación a suscribirse, o, al menos, a establecer una política de intercambio. Según el texto promocional de la revista, presumiblemente estandarizado para todas las cartas que salían desde Río, América Latina había “venido a llenar una necesidad en el campo de las ciencias sociales, ya que constituye la única revista regional de las ciencias sociales en América Latina”. Ello, según se indicaba, la había convertido “en poco tiempo en un instrumento indispensable para el especialista en asuntos latinoamericanos”.14 14 Carta de Diegues Jr. a Irving Horowitz, 1964. Disponible en https://libraries.psu.edu/about/collections/horowitz-transaction-publishers-archives/horowitz-transaction-publishers-archives El material que así se fue acumulando hizo que, aun en 1979, cuando el CLAPCS se hallaba próximo a su cierre – y cuando hacía ya mucho tiempo que no hacía nuevas compras por problemas financieros – ( Hutchinson, 1966aHUTCHINSON, B. Memorandum 30/6/1966 a la UNESCO. Parte I.1966a ), su corpus figurase como uno de los más amplios del país, incluyendo unos 1600 títulos de revistas internacionales y más de 10 mil libros ( Seckinger y Morton, 1979SECKINGER, R. y MORTON, F. Social Science Libraries in Greater Rio de Janeiro. Latin American Research Review, v.14, n.3, p.180-201. 1979. , p. 185).15 15 Para darse una idea de la magnitud de ese material es interesante notar que luego de diez años de lanzado su programa de posgrado, en los que pudo gozar de un amplio y generoso apoyo de la Fundación Ford, el IUPERJ contaba con 120 revistas y 9 mil libros (llegados por lo general de Estados Unidos, Francia e Inglaterra) ( Secking y Morton, 1979 ).

Lo anterior hizo de esta biblioteca un espacio muy atractivo donde confluían los miembros del staff , los investigadores visitantes y experts extranjeros, pero también jóvenes estudiantes y graduados en ciencias sociales de la UB y la PUC, así como profesores e investigadores de otras ciudades de Brasil ( Macedo, 2017MACEDO, F. Uma sociologia das ciências sociais latino-americanas: o CLAPCS como movimento intelectual periférico. 2017. 201p. Tesis (Maestría en Sociología) –Programa de Pós-Graduação em Sociologia da Universidade do Estado do Rio de Janeiro. ). Como señalaba Hutchinson, hacia 1963, quizás uno de los momentos de auge del Centro, su edificio “was full to overflowing with research workers from Latin America and from elsewhere” ( Hutchinson, 1966bHUTCHINSON, B. Memorandum 27/10/1966 a la UNESCO. Parte II. 1966b. , p. 3). La biblioteca fue pues un elemento adicional clave en hacer del CLAPCS una referencia insoslayable para quienes en Río de Janeiro tuvieran un interés en las ciencias sociales.

DIFICULTADES ECONÓMICAS Y CAMBIO DE AGENDA

La puesta en marcha del CLAPCS y de la FLACSO estuvo motorizada por la expectativa de que los gobiernos de la región operasen como interlocutores permanentes de sus labores. Se partía del supuesto de que la mirada de escala regional constituía un insumo básico a la hora de diagnosticar y pensar soluciones para los países de América Latina. En el caso del CLACPS, el comienzo pareció auspicioso. A la promesa de los aportes de los gobiernos de la región, se sumaba la muy cálida bienvenida del gobierno brasileño. Si bien el entonces presidente, Juscelino Kubitschek, no asistió a la inauguración del edificio donde el Centro empezaría a funcionar tal como había sido anunciado por la prensa, varios fueron los ministros que concurrieron. La ceremonia contó también con los saludos formales, reproducidos en la prensa, de importantes funcionarios: una buena parte de los ministros, el presidente del Instituto Brasileiro de Geografía e Estatística (IBGE), el director del Banco Nacional de Desenvolvimento (BNDE), representantes de las fuerzas armadas ( CLACPS, 1958CLACPS Inauguração da sede. Boletim do Centro Latino Americano de Pesquisas em Ciências Sociais, v.1, n.2. 1958. ).

El discurso inaugural de Costa Pinto traslucía esa confianza. Luego de pasar revista a los objetivos del Centro, informaba sobre lo conversado con el ministro de Educación y Cultura, Clovis Salgado, acerca de la posibilidad de encarar “um vasto estudo sobre as implicações sociais da transferência da capital do Brasil para o Planalto” ( Costa Pinto, 1958COSTA PINTO, L. Apresentação.Boletim do Centro Latino Americano de Pesquisas em Ciências Sociais, v.1, n.1. 1958 , p. 4). Como es sabido, la proyección y construcción de Brasilia constituía entonces la prioridad principal del gobierno. En ese sentido, la posibilidad de realizar una investigación al respecto colocaba al CLAPCS en el centro de la agenda pública. Pero esa no era la única iniciativa que prometía un alto impacto social. En el marco de una investigación sobre estratificación y movilidad social en Buenos Aires, Montevideo, Santiago y Rio de Janeiro, investigación del CLAPCS tendiente a dar cuenta de la estructura social latinoamericana desde una mirada comparativa,16 16 Sobre los avances de esta ambiciosa investigación que supuso amplios relevamientos empíricos en las por entonces cuatro capitales puede verse el número especial del Boletim del CLAPCS nro. 4 de 1961. Costa Pinto proyectaba la posibilidad de generar informaciones sobre los gastos de los hogares con el fin de confeccionar un índice de variación de precios. La iniciativa, que sería ofrecida a los gobiernos de las cuatro ciudades estudiadas, suscitó rápidamente el interés de algunos políticos cariocas que, preocupados por la sistemática suba de precios, promovieron la firma de un convenio entre su ciudad y el CLAPCS con el fin de, según lo consignado por el Correio da Manhã , “pesquisar permanentemente e com segurança o custo de vida nesta cidade” ( Interessados, 1958INTERESSADOS. Correio da Manhã, Río de Janeiro, 17 jul. 1958. , p. 6).

Ahora bien, ni los estudios sobre la mudanza de la capital federal ni la puesta en marcha del índice de precios llegaron a concretarse. Es que, si bien el gobierno brasileño en términos generales cumplió con el pago de su cuota, la relación del CLAPCS con sus diversas dependencias estuvo lejos de lo esperado. Los encargos, como veremos, no faltaron, pero estuvieron lejos de la gravitación e importancia que aquel comienzo parecía prometer.

El panorama, con todo, resultó menos alentador con el resto de los gobiernos de la región. No sólo se mostraron indiferentes a los frecuentes llamados del CLAPCS en pos de la utilización de sus servicios, sino que tampoco cumplieron con la contribución económica comprometida. Sólo cuatro países, cuyas cuotas no debían ser particularmente significativas dado su tamaño relativo, mantenían sus pagos al día (Cuba, Panamá, Venezuela y Jamaica). Así, hacia 1969, de los más de 230 mil dólares (o casi 2.300.000 a valores de hoy) que el CLAPCS debería haber recibido, sólo había recogido poco más de la mitad ( CLAPCS, 1969CLAPCS Centro Latinoamericano de Investigaciones en Ciencias Sociales. Diez años de actividades. Revista Mexicana de Sociología, v.31, n.2, p.457-482. 1969. , p. 481). Frente a ello, ya durante la gestión de Costa Pinto el reclamo de las cuotas adeudadas se volvió una constante. El problema no era menor ya que la contribución de la UNESCO que había facilitado la puesta en marcha del Centro no iría más allá de los diez años, tal como sus funcionarios lo recordaban cada vez que tenían la oportunidad.

Así, en un breve lapso, el optimismo que había permeado los ambiciosos proyectos iniciales tuvo que dar paso a una visión más “realista”. Todavía durante la gestión de Costa Pinto se suspendió la compra de una costosa computadora IBM ( CLAPCS, 1961CLACPS Notíciario. Boletim do Centro Latino Americano de Pesquisas em Ciências Sociais, v.4, n.4. 1961. , p. 59), al tiempo que se decidió empezar a cobrar los libros que el Centro venía publicando dado “o crescente custo da produção das publicações” ( CLAPCS, 1960CLACPS Resistências a mudança. Boletim do Centro Latino Americano de Pesquisas em Ciências Sociais, v.3, n.3, 1960. , p. 97).

Frente al escenario de restricciones económicas, la gestión de Diegues Jr., se embarcó en un permanente ejercicio de diplomacia académica tendiente a solicitarles a los países integrantes la puesta al día de las cuotas adeudadas, pero también a gestionar ante las autoridades de la UNESCO la prorrogación de su apoyo. Asimismo, buscó elevar el grado de conocimiento del Centro en instituciones académicas y gubernamentales de Brasil, la región y el exterior, propiciando la activa participación de sus miembros en diversos congresos internacionales donde pudieran dar a conocer sus actividades. Por otra parte, impulsó la difusión de las actividades del Centro a través de la prensa brasileña, que en reiteradas oportunidades se hizo eco de sus iniciativas: el lanzamiento de una investigación, la realización de los seminarios y conferencias, la firma de convenios con organismos estatales, la participación de sus miembros en algún congreso internacional o la publicación de algún número de América Latina . También, se intentaron contactos con posibles fuentes de financiamiento alternativas como la Fundación Ford y la Fundación Rockefeller. Sin embargo, estas instituciones evitaban financiar organismos internacionales como el CLAPCS ( Hutchinson, 1966bHUTCHINSON, B. Memorandum 27/10/1966 a la UNESCO. Parte II. 1966b. ).

En este marco, el capital social de Diegues Jr. se probó fundamental a la hora de llegar a quienes comandaban diversas dependencias del Estado brasileño. Así, durante los primeros años de su gestión, se firmaron convenios con diversas reparticiones comprometidas con la agenda del “desarrollo”, como el Serviço Social Rural , dependencia creada en 1955 con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de la población del campo. Cabe destacar que esta institución, de cuyo consejo directivo Diegues Jr. era miembro, tenía como uno de sus objetivos principales la realización de investigaciones para conocer las necesidades sociales y económicas del mundo rural. También se realizó un acuerdo con la flamante Superintendência para o Desenvolvimento Económico do Nordeste (SUDENE). Sin embargo, la colaboración con estas instituciones no siempre se reveló sencilla dada la inestabilidad del agitado contexto político brasileño ( Hutchinson, 1966aHUTCHINSON, B. Memorandum 30/6/1966 a la UNESCO. Parte I.1966a ). Así, mientras el Serviço Social Rural fue rápidamente extinto e incorporado en otro organismo (la Superintendencia do Plano de Reforma Agraria ), un estudio acordado con la Comissão Inter-Estadual do Vale do Araguaia-Tocantins , otra dependencia recientemente fundada, tuvo que ser cancelado (cuando el diseño del trabajo de campo se hallaba ya avanzado) debido a la falta de recursos financieros ( CLAPCS, 1969CLAPCS Centro Latinoamericano de Investigaciones en Ciencias Sociales. Diez años de actividades. Revista Mexicana de Sociología, v.31, n.2, p.457-482. 1969. , p. 469).

Ahora bien, la inestabilidad no era el único inconveniente de las consultorías encargadas por el gobierno. Lo que empezó a afectar al CLAPCS y a apartarlo marcadamente de los objetivos para los que había sido creado fue la creciente dependencia de ese tipo de fuente económica una vez finalizado el financiamiento de la UNESCO en 1968. Es que, sin noticias del pago de las cuotas del resto de los países miembros, las autoridades del CLAPCS se vieron imposibilitadas de trazar una agenda de investigación relativamente autónoma capaz de darle una cierta identidad y de permitirle coordinar investigaciones a nivel regional. Lejos de ello, desde mediados de los años sesenta primó una situación en la que las propuestas de trabajo que llegaban al Centro eran evaluadas más desde el punto de vista financiero que “desde el punto de vista científico” ( Hutchinson, 1966bHUTCHINSON, B. Memorandum 27/10/1966 a la UNESCO. Parte II. 1966b. , p. 7). En esas condiciones,

An autonomous research programme for the Centre remained a pious hope: for […] the projects on which it was engaged were almost without exception both designed and financed by other bodies, in relation to which the Centre was little more than a paid sub-contractor ( Hutchinson, 1966bHUTCHINSON, B. Memorandum 27/10/1966 a la UNESCO. Parte II. 1966b. , p. 3).

Así, si se observan los asuntos que animaron el accionar del staff en los primeros años y se los compara con los trabajos que primaron desde que el financiamiento de la UNESCO fue mermando, es posible ver una transición clara desde temas vinculados de manera compacta a la cuestión del desarrollo (estratificación y movilidad social, cuestión agraria, educación, estado de las ciencias sociales, población indígena), trabajados por lo general desde un marco “latinoamericano” (sea comparativamente, sea a escala regional), a una situación en la que lo que prima es el eclecticismo y el foco en la realidad brasileña. En efecto, entregados a las imposiciones del financiamiento disponible, los investigadores del Centro estudiaron alternativamente cuestiones tan diversas como las diferencias culturales entre las regiones de Brasil, el consumo de drogas en la zona sur de Rio de Janeiro, el rendimiento escolar de los sectores populares urbanos, los estilos de vida de los cariocas y su relación con el trabajo, el ocio, el consumo de televisión, etc.

Y, sin embargo, no habría que subestimar la relevancia de estos encargos. En más de una oportunidad ellos suponían el desarrollo de trabajos de campo con una importante escala, en los que se movilizaba un amplio grupo de colaboradores. Esas indagaciones, es cierto, no se proyectaban desde la posición más sólida de la que gozaba el Centro cuando disponía aún del financiamiento de la UNESCO. Pero no por ello se revelaban menos importantes para quienes quisieran involucrarse en el trabajo de investigación empírica, sea cualitativa o cuantitativa. La mencionada investigación sobre consumo de drogas, por ejemplo, se basó en entrevistas a una amplia muestra de jóvenes adictos ( UNESCO…, 1977UNESCO amplia pesquisa sobre uso de tóxico no Rio. Jornal do Brasil, Río de Janeiro, 9 jun. 1977. , p. 4); la indagación sobre “estilos de vida”, por su parte, movilizó a 22 encuestadores y 9 analistas que debieron aplicar un muy exhaustivo cuestionario ( Grande…, 1978GRANDE Rio trabalha muito no fim de semana. Jornal do Brasil, Río de Janeiro, 28 may. 1978. , p. 18).

Con todo, lo anterior no debía ocultar a los miembros del CLAPCS lo paradójico de una situación en la que una institución nacida para propiciar la construcción de una mirada “latinoamericana” acababa abocada casi exclusivamente al estudio de la realidad brasileña. Y, de hecho, no sin pesar, en un documento de 1967, las autoridades del CLAPCS reconocían que, dadas las crecientes dificultades económicas, las investigaciones se llevarían “a cabo evidentemente en el Brasil, ya que no estamos en condiciones de cumplir motu proprio, en toda su amplitud, nuestra vocación regional” (CLACPS, 1967, p. 139). Frente a ello, Diegues Jr. no ocultaba su malestar y en una nota concedida al Correio da Manhã señalaba:

Tem o CLAPCS procurado não apenas difundir essa ideia [la de la importancia de las ciencias sociales en la región como insumo indispensable para su desarrollo], mas sobretudo executa-la; faltam-lhe, todavia, os recursos financeiros necessários para uma ampla investigação das estruturas sociais, políticas, económicas, psicológicas das nossas sociedades […] Debalde, porém, temos batido em portas que nos poderiam ajudar financeiramente nessa tarefa. Debalde temos procurado chamar a atenção de que não se podem indicar remédios para resolver a situação sem que se investiguem suas causas (en Correio da Manhã, 17 de septiembre de 1965, p. 9).

El título de la nota que introducía la entrevista era bien elocuente: “Diretor de Centro de Pesquisa Social denuncia abandono”. El mismo contrastaba bien con aquel que había introducido otra entrevista de Diegues Jr., publicada por el Diário de Notícias del 22 de mayo de 1961, cuando había asumido la dirección del Centro y el ánimo era ciertamente más optimista: “Levantamento da América Latina é uma grande tarefa inadiável” ( Levantamento…, 1961LEVANTAMENTO da América Latina é tarefa inadiável. Última hora, Río de Janeiro, 22 may. 1961. , p. 9). El título de una tercera entrevista, ofrecida el 30 de octubre de 1973 al Jornal de Commercio cuando la crisis del Centro era casi terminal, completa a su manera, el recorrido de una gestión que fue de la ilusión al desencanto: “América Latina, a pesquisa incompleta” ( América…, 1973AMÉRICA Latina, a pesquisa incompleta. Jornal do Commercio, Río de Janeiro, 30 oct. 1973. , p. 2).

La crisis del CLAPCS se arrastró por varios años. En ese período, Diegues Jr. decidió apartarse de la dirección dejándole la posta a Medina, su estrecho colaborador, quien desde esa posición se dedicó a administrar la falta de recursos. A la pérdida de la regularidad en la edición de América Latina , se sumaron luego la interrupción del servicio de documentación y el desalojo en 1973 de la sede donde había venido funcionando (su staff debió entonces recalar en un par de salas prestadas por la Fundação Getúlio Vargas ). En ese marco, los reclamos laborales del personal no académico llevaron al remate del patrimonio de la institución y su cierre; lo que incluyó la entrega de su biblioteca – “o maior acervo do país em asuntos ligados a América Latina” según una nota del Jornal de Brasil del 17 de noviembre de 1979 – para ser vendida como papel reciclable. Parte de un movimiento de ascenso del credo latinoamericanista, el CLAPCS tuvo serias dificultades para navegar el convulsionado escenario inaugurado por la instalación de una serie de dictaduras cívico-militares en diversos países de la región, para las cuales la propia referencia a “América Latina” se había vuelto sospechosa.

REFLEXIONES FINALES

La misión que inspiró la creación del CLACPS era ciertamente ambiciosa: producir una ciencia social de base empírica que superara la escala “nacional” y sirviese de apoyo a los gobiernos de la región. Claro está, el Centro no estaba sólo en esa empresa: FLACSO, CEPAL y otros organismos promovían una misma mirada “latinoamericanista”. En el caso del CLACPS, la producción de semejante enfoque dependía del fomento de un conjunto de iniciativas (investigaciones comprendiendo diversos países, un servicio de documentación sobre lo producido en y sobre la región, una política de publicaciones explícitamente orientada a América Latina, la organización de seminarios que promovían el encuentro de cientistas de diversas latitudes) que demandaban una buena cantidad de recursos humanos y financieros. Mientras existió el apoyo económico de la UNESCO, el Centro estuvo en condiciones de impulsar aquella mirada regional, sirviendo de plataforma para la construcción de redes y alianzas intelectuales entre cientistas de diversos países ( Bringel y Leone, 2021BRINGEL, B. y LEONE, M., La construcción intelectual del concepto de colonialismo interno en América Latina: diálogos entre Cardoso de Oliveira, González Casanova y Stavenhagen (1959-1965). Mana, v.27, n.2, p. 1-36., 2021. ; Grisendi, 2014GRISENDI, E. El centro de la periferia: internacionalización de las ciencias sociales y redes académicas latinoamericanas. Manuel Diegues Júnior y los avatares de la sociología del desarrollo. Crítica e Sociedade, v.4, n.2, p.148-167. 2014. ; Macedo, 2017MACEDO, F. Uma sociologia das ciências sociais latino-americanas: o CLAPCS como movimento intelectual periférico. 2017. 201p. Tesis (Maestría en Sociología) –Programa de Pós-Graduação em Sociologia da Universidade do Estado do Rio de Janeiro. ). Pero cuando ese apoyo cesó, y la institución pasó a depender de un conjunto de gobiernos que en su mayor parte no se había mostrado particularmente interesados en sus labores – lo que se veía reflejado en su reluctancia a pagar las cuotas a las que se habían comprometido –, la situación cambió. La dependencia financiera del país sede se incrementó, lo que se reflejó en una agenda de estudios más “brasileña” moldeada en buena medida según los intereses de los organismos y dependencias que contrataban sus servicios.

Ahora bien, lo anterior no debiera llevarnos a descuidar la gravitación que a lo largo de su trayectoria el CLAPCS tuvo en el escenario de las ciencias sociales en Río de Janeiro. Sus diversas iniciativas – desde las investigaciones y el servicio de documentación hasta los seminarios y la circulación de experts – generaron una serie de oportunidades de trabajo y formación muy valiosas para quienes estaban interesados en seguir una carrera en el mundo de las ciencias sociales. El CLACPS fue, como vimos, un espacio clave para un conjunto de jóvenes estudiantes y graduados de las carreras de la UB y la PUC – varios de los cuales serían luego importantes animadores del escenario científico social brasileño – que pudieron hacer sus primeras armas en el oficio de la investigación social, sea en las indagaciones de escala “latinoamericana” que predominaron inicialmente, sea en las más “nacionales” o “locales” de los últimos años. Para algunos el CLAPCS fue también un ámbito donde aprender sobre el oficio de la documentación y la edición de revistas científicas, en acuerdo con los cánones más actualizados del momento. Asimismo, su biblioteca brindaba no sólo el acceso a un amplio y novedoso material de lectura sino la posibilidad de relacionarse con investigadores formados de Brasil y otros países, lo que también facilitaba la creación de redes profesionales.

Es cierto que el CLAPCS, como otros “castillos de arena” ( Almeida, 1989ALMEIDA, M. Dilemas da institucionalização das ciências sociais no Rio de Janeiro. In: MICELI, S. (Org.) História das ciências sociais no Brasil. v. 1. São Paulo: IDESP, 1989. ) elevados en Río de Janeiro, tuvo una existencia pasajera, no pudiendo ser parte de la ola expansiva que, luego de la reforma universitaria de 1968, transformaría de manera radical el escenario de las ciencias sociales brasileñas. La difusión del sistema de posgrados, la dedicación de tiempo completo en las universidades, la ampliación del número de becas y de recursos para investigar, entre otros factores, iniciarían una fase de ampliación y “profesionalización” sin precedentes ( Jackson y Blanco, 2014JACKSON, L. y BLANCO, A. Sociologia no espelho. Ensaistas, cientistas sociais e críticos literários no Brasil e na Argentina (1930-1970). São Paulo: Editora34. 2014. ). Con todo, no es menos cierto que la puesta en marcha de las instituciones que en lo venidero hegemonizarían el mapa de las ciencias sociales cariocas–el Museu Nacional y el IUPERJ–, no se daba en un vacío sino en el marco de una ciudad donde había ya un capital intelectual acumulado (en materia de investigación, documentación y edición) al que las iniciativas del CLAPCS, no sin dificultades y vaivenes, habían contribuido significativamente.

REFERENCIAS

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  • 1
    La investigación contó con el apoyo de la FAPERJ y fue coordinada por Breno Bringel. Contó asimismo con la participación de Miguel Leone, Lilia Macedo Silva, Felipe Macedo y Leonardo Nóbrega. El grupo avanzó en la reconstrucción y búsqueda de las fuentes de archivo y bibliográficas, la realización de entrevistas con informantes clave y la discusión regular de avances. Buena parte de las argumentaciones desarrolladas en este artículo fueron nutridas por esos materiales y los ricos intercambios sostenidos por el grupo. Una versión preliminar de este trabajo fue presentada en el congreso de la Sociedade Brasileira de Sociología (SBS) celebrado en Florianópolis en 2019.
  • 2
    En más de una oportunidad, Leal llegó a ser candidato a diputado por el Partido Demócrata Cristiano (PDC).
  • 3
    Antes de su designación como director del Centro, Costa Pinto había sido parte del grupo de expertos que en 1949 redactó la “Declaración sobre las razas” de la UNESCO, había participado en la investigación Estado de Bahia-Universidad de Columbia ( Maio, 2009MAIO, M. Estudos de comunidade e relações raciais: o convênio Columbia University-Estado da Bahia/Unesco na década de 1950. Cadernos de Campo, n.18, p.257-271. 2009. ), había sido el encargado del área de investigaciones del Centro Brasileiro de Pesquisas Educativas (CBPE) – una institución creada con el auspicio de la UNESCO en la órbita del Ministerio de Educación ( Amorin, 1999AMORIM, M. Costa Pinto e a missão sociológica. In: MAIO, M.; VILLAS BOAS, G. (Orgs.) Ideias de modernidade e sociologia no Brasil.Porto Alegre, Ed. UFRGS, 1999, p.23-38. ) –, y en 1956 había sido nombrado vicepresidente de la International Sociological Association (ISA). Manuel Diegues Jr., por su parte, había sido miembro de la Comisión Nacional de Folklore del Instituto Brasileiro de Educação, Ciência e Cultura (IBECC), órgano creado a instancias de la UNESCO, al tiempo que había sido presidente de la Asociación Latinoamericana de Sociología (ALAS) entre 1953 y 1955.
  • 4
    Como notan Jackson y Blanco (2014)JACKSON, L. y BLANCO, A. Sociologia no espelho. Ensaistas, cientistas sociais e críticos literários no Brasil e na Argentina (1930-1970). São Paulo: Editora34. 2014. , aunque la cantidad de miembros de las dos cátedras de sociología de la USP venía aumentando desde los años cincuenta, su número no iba más allá de los 10 (entre titulares, asistentes, auxiliares de docencia y auxiliares de investigación) ( Jackson y Blanco, 2014JACKSON, L. y BLANCO, A. Sociologia no espelho. Ensaistas, cientistas sociais e críticos literários no Brasil e na Argentina (1930-1970). São Paulo: Editora34. 2014. , p.143).
  • 5
    Tal fue el caso del propio Diegues Jr. que durante la gestión de Costa Pinto fue contratado para realizar un informe sobre el estado de las ciencias sociales en Brasil ( CLAPCS, 1969CLAPCS Centro Latinoamericano de Investigaciones en Ciencias Sociales. Diez años de actividades. Revista Mexicana de Sociología, v.31, n.2, p.457-482. 1969. ).
  • 6
    Cabe aclarar que semejante perfil, amplio en su alcance y sin un foco claro en la investigación, no resultaba, con todo, incoherente con las intenciones originarias que habían movilizado la creación del curso que, como recuerdan varios de sus primeros estudiantes, aparecía como una instancia “preparatoria para Itamaraty” ( Palmeira, 2009PALMEIRA, M. Moacir Palmeira (depoimento), Rio de Janeiro, CPDOC/FGV. 2009 ). Esto, como apunta Carvalho, era visible en su plan de estudios en el que, además de las materias de sociología, figuraban “diversas disciplinas de línguas – russo, inglês e francês -, de história econômica, social e política; de economia e estatística; política internacional, sendo a de ‘antropología cultural (etnologia)’ ministrada somente no terceiro e quarto anos” ( Carvalho, 2015CARVALHO, L. Projeto, conhecimento e reflexividade: estudos rurais e questão agrária no Brasil dos anos 1970. 2015. 256p. Tesis (Doctorado en Sociología) – Programa de Pós-Graduação em Sociologia e Antropologia da Universidade Federal de Rio de Janeiro. , p. 74). De hecho, en una nota publicada en el Diário de Notícias del 19 de enero de 1960, cuyo título era “Formação de líderes e administradores na Escola de Sociología e Política”, se señalaba que esta carrera había sido “idealizada para prencher uma lacuna no ensino superior do país, como seja preparar elementos altamente técnicos nas ciencias sociais, que possam interpretar os problemas sociais, económicos e políticos, preparando líderes e administradores tanto para os setores públicos como os privados”(idem, p. 11).
  • 7
    Así, por ejemplo, Valladares vincula su preocupación por el estudio de la pobreza urbana con los estudios que hizo desde el CLAPCS en las favelas de Río de Janeiro ( Keinert, 2011KEINERT, F. Cientistas sociais entre ciência e política (Brasil, 1968-1985). 2011. 224p.Tesis (Doctorado en Sociología) – Programa de Pós-Graduação em Sociologia da Universidade de São Paulo. ).
  • 8
    En su primera década el CLAPCS organizó quince seminarios de considerable envergadura ( Bringel y Leone, 2021BRINGEL, B. y LEONE, M., La construcción intelectual del concepto de colonialismo interno en América Latina: diálogos entre Cardoso de Oliveira, González Casanova y Stavenhagen (1959-1965). Mana, v.27, n.2, p. 1-36., 2021. ) que analizaron temáticas que, en general, oscilaron en torno a los problemas del “desarrollo” y al estado de las ciencias sociales en América Latina. Sobre el primer, y tal vez más importante, seminario, que se ocupó de los “obstáculos al desarrollo”, puede verse Ferreira (1999)FERREIRA, J. Resistências à Mudança. Um debate dos cientistas sociais na década de 50. 1999. 146 p. Tesis (Maestría en Sociología) – Programa de Pós-graduação em Sociologia e Antropologia da Universidade Federal de Rio de Janeiro. .
  • 9
    El carácter informal de tales vínculos es uno de los rasgos que diferencia la experiencia del CLAPCS y de la FLACSO. Desde temprano, la institución ubicada en Santiago logró articular una conexión estrecha con la Universidad de Chile, operando en su propio campus y estableciendo una fluida circulación con sus docentes y estudiantes ( Franco, 2007FRANCO, R. La Flacso clásica (1957-1973). Santiago: Catalonia/Flacso-Chile, 2007. ). Esas conexiones, cabe destacar, se revelaron cruciales cuando el financiamiento de la UNESCO llegó a su fin en 1968, en la medida en que se tradujeron en un claro apoyo económico. Por supuesto, fueron esas mismas conexiones las que, en contrapartida, complicaron su situación una vez producido el golpe militar de 1973 ( Beigel, 2009BEIGEL, F. La Flacso chilena y la regionalización de las ciencias sociales en América Latina (1957-1973). Revista Mexicana de Sociología, v.71, n.2, p.319-349. 2009. ).
  • 10
    Cabe mencionar aquí también las relaciones que otros cientistas sociales de otras ciudades de Brasil mantuvieron con el CLAPCS, sea porque participaban de las conferencias auspiciadas por el Centro, sea porque tomaban parte en las indagaciones que el mismo realizaba en distintas regiones del país. Para dar sólo un ejemplo, es interesante mencionar el caso de Fernando Henrique Cardoso que, cuando aún se desempeñaba en la USP, fue convocado por el CLAPCS para desarrollar una investigación sobre “empresarios industriales y desarrollo económico en América Latina” ( Cardoso, 1964CARDOSO, F. Empresários Industriais e Desenvolvimento Económico na América Latina. América Latina, v.7, n.1, 101-104. 1964. ). La investigación, que daría continuidad a sus trabajos sobre la burguesía brasileña no pudo, con todo, concretarse “debido a la transferencia de su responsable para ILPES” ( CLACPS, 1969CLAPCS Centro Latinoamericano de Investigaciones en Ciencias Sociales. Diez años de actividades. Revista Mexicana de Sociología, v.31, n.2, p.457-482. 1969. , p.465) luego del golpe de 1964. Estos vínculos con investigadores brasileños son un argumento adicional contra la imagen del “enclave”.
  • 11
    Para darse una idea de lo novedosa que resultaba esa orientación en el contexto de las ciencias sociales latinoamericanas, cabe destacar lo que paralelamente ocurría en México. Allí, de las 24 revistas estudiadas por la investigación de la UNESCO, sólo 7 hacían pasar las contribuciones por un “jurado”. Según los autores, lo anterior respondía a la situación de “relativo atraso” de las ciencias sociales mexicanas en las que “la oferta de manuscritos inéditos no rebasa a la demanda de las revistas por un margen suficiente para permitir una selección regular sobre normas rígidas” ( Bonfil Batalla y Mendoza Navarro, 1967BONFIL BATALLA, G. y MENDOZA NAVARRO. Las publicaciones periódicas sobre ciencias sociales en México. América Latina, v.10, n.2, p.16-30. 1967. , p.19).
  • 12
    El proyecto, denominado “Estado actual de las ciencias sociales en América Latina”, buscó producir información sobre Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Uruguay y Venezuela. Cf. CLAPCS (1958)CLACPS Inauguração da sede. Boletim do Centro Latino Americano de Pesquisas em Ciências Sociais, v.1, n.2. 1958. .
  • 13
    Entrevista con Madalena Diegues, hija de Manuel, realizada por Breno Bringel, Felipe Macedo, Lília Macedo y Leonardo Nóbrega.
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    Para darse una idea de la magnitud de ese material es interesante notar que luego de diez años de lanzado su programa de posgrado, en los que pudo gozar de un amplio y generoso apoyo de la Fundación Ford, el IUPERJ contaba con 120 revistas y 9 mil libros (llegados por lo general de Estados Unidos, Francia e Inglaterra) ( Secking y Morton, 1979SECKINGER, R. y MORTON, F. Social Science Libraries in Greater Rio de Janeiro. Latin American Research Review, v.14, n.3, p.180-201. 1979. ).
  • 16
    Sobre los avances de esta ambiciosa investigación que supuso amplios relevamientos empíricos en las por entonces cuatro capitales puede verse el número especial del Boletim del CLAPCS nro. 4 de 1961.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    25 Mar 2022
  • Fecha del número
    2021

Histórico

  • Recibido
    31 Dic 2019
  • Acepto
    26 Oct 2021
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