Este estudio indagó como ampliar el análisis de la alimentación de niños autistas, considerada inadecuada por la selectividad alimentaria o por la dificultad de interacción en los momentos de las comidas, atribuidas a alteraciones en el procesamiento sensorial y dificultades sociales, comunicativas y cognitivas descritas en el trastorno. A partir de la perspectiva etnográfica, se realizó una observación participante, con registro en diarios de campo, de talleres culinarios con niños/adolescentes autistas, con el fin de analizar las relaciones que los niños establecen con el alimento y utensilios, con el espacio físico, entre ellos y con adultos. Los registros fueron analizados a partir de la noción de experiencia de Bondía y de la Teoría Actor Red. Los datos producidos mostraron singularidades en la realización de las tareas de cocinar y en la aceptación de las recetas. Algunos niños no comieron los alimentos, pero los olieron, lamieron y manipularon los ingredientes, en momentos de esta experiencia, a partir de la mediación de los educadores, facilitadora de la conexión de los niños con la comida y el comer. Las interacciones establecidas con alimentos y utensilios apuntan a la importancia de la comida y del cocinar como mediadores de la conexión de los niños con sus compañeros, con adultos, así como con el mundo. Esta experiencia rompió con la valoración homogeneizadora de las dificultades de interacción de los niños autistas y reforzó la comensalía como herramienta de construcción de redes de cuidado. Pensar la alimentación de estos niños desde una perspectiva ampliada es valorar la subjetividad, la relación con el alimento, la interacción entre personas en los momentos de las comidas, para ir más allá de la comprensión biológica restringida a los nutrientes.
Palabras-clave:
Nutrición del Niño; Culinaria; Trastorno del Espectro Autista; Relaciones Interpersonales