Durante el último cuarto del siglo XX, la psicopatología codificó un arco diversificado de fenómenos sociales, bajo la rúbrica del traumatismo, poniendo en relevancia el estudio del trauma psicológico, como área autónoma, y progresivamente informada por las investigaciones culturales y neurobiológicas. En este escenario, presenciamos el surgimiento del paradigma biocultural, perspectiva epistemológica que procura elucidar las trayectorias interactivas por las cuales cultura y biología consolidan, entre sí, sus efectos recíprocos. Este artículo abordará las intersecciones entre el campo de los psicotraumatismos y las neurociencias, tomando, como ejes de análisis, la expansión de la categoría del trastorno de estrés postraumático (TEPT), los presupuestos epistemológicos de las investigaciones neurocomportamentales del estrés y del miedo, y las limitaciones de la tesis de la bidireccionalidad, preconizada por las neurodisciplinas culturales contemporáneas. La elaboración de abordajes definitivamente integradores pueden apoyar el desarrollo de modelos comprensivos, capaces de concebir los saberes y prácticas en el nivel de la experiencia humana, evitando interpretaciones reduccionistas que someten vivencias culturales y subjetivas complejas, bien sea a los imperativos del cerebro, bien sea a los códigos semiológicos del raciocinio patogénico.
Palabras-claves:
Trastornos por Estrés Postraumático; Trauma Psicológico; Cultura