Cad Saude Publica
Cadernos de Saúde Pública
Cad. Saúde Pública
0102-311X
1678-4464
Escola Nacional de Saúde Pública Sergio Arouca, Fundação Oswaldo
Cruz
Compreender o significado do capital social, diabetes tipo 2 por sexo, um contexto
urbano da Colômbia. pesquisa qualitativa do interacionismo simbólico. 25 mulheres e
16 homens, diabéticos, familiares, vizinhos e cuidadores participaram seis grupos
focais. 850 códigos se que foram integrados em um conjunto de 142 codes para o
ego, o alter e alter ego. Três
categorias e vinte subcategorias foram identificados para o projeto de "codificação
de paradigma". O significado não é o mesmo para homens e mulheres. Laços sociais das
redes sociais criadas diariamente pela confiança e solidariedade são valorizados
cuidado diferente, porque as experiências sociais e fatos resultantes da
auto-confiança, auto-eficácia e de apoio social, principalmente, auto-gestão e
controle em relação a doença. Os recursos sociais de um indivíduo são reificadas para
a gestão o cuidado da doença como uma estratégia para reduzir as desigualdades na
saúde
Introducción
La condición de cronicidad de la diabetes determina el manejo clínico y social de la
enfermedad, impactando no sólo en la calidad de vida de los pacientes, sino también en
los sistemas productivos de los países (1). Ante
tal condición, un diabético descubre elementos en el entorno para ordenar las acciones
cotidianas hacia el intercambio social, construye conceptos mentales (2), y toma decisiones de manera individual sobre el
padecimiento, que con el tiempo son reflejados en patrones culturales compartidos frente
al cuidado de la enfermedad por grupos en condiciones similares (3).
Pese a que existen muchos esquemas de prevención reportados en la literatura para el
seguimiento de los estilos de vida, de los factores personales y familiares que inciden
en la aparición de complicaciones y cuidado primario de los diabéticos (4), pocos de ellos han incluido de manera novedosa,
la perspectiva del capital social "individual" en las políticas de salud pública, así
como las oportunidades que las redes sociales proporcionan ampliamente en la vida de las
personas para afrontar la enfermedad.
A pesar de que el capital social produce sobre la estructura social hechos cambiantes
para la construcción de respuestas y de nuevos efectos sociales sobre las personas,
existen aproximaciones teóricas diferentes, controvertidas y, antagónicas que limitan su
uso, debido entre otros motivos por el interés político, económico y social en el
momento histórico en que se concibe el concepto pero, además, por su aplicación
ahistórica (5)
,
(6).
En la actualidad, la mayor evidencia empírica de las aplicaciones del uso del concepto
en salud pública se encuentra en los estudios de capital social "contextual" (7)
,
(8), más que de capital social "individual" (9)
,
(10); los resultados de ellos evidencian la
acción colectiva para el bienestar (11) social,
incluso actuando como recursos de los individuos en la vinculación con valores como la
confianza social, los derivados de normas de reciprocidad, la ayuda mutua, entre otros
y, su relación con la salud (12).
Aun cuando, las recomendaciones internacionales se interesan en promover la comprensión
de los determinantes sociales, económicos y culturales del proceso salud-enfermedad como
la estrategia clave para mejorar las acciones de salud pública (13), se cuenta con pocos estudios que identifican el rol del
capital social "individual" para lograr efectos en el control y manejo de la diabetes
tipo 2. Es de resaltar que este determinante de la salud puede ser analizado desde el
nivel macro, como cohesión social, hasta el nivel micro como, por ejemplo, apoyo social
y en su nivel intermedio como soporte social propiamente dicho, de manera que no sólo se
refiere a las causas de las causas únicamente estructurales, sino también las que le
corresponden al individuo y, por tanto, la reducción de los daños a lo largo del proceso
de salud enfermedad con padecimientos crónicos degenerativos. La diabetes tipo 2 es
compleja y debe promoverse mediante soluciones altamente integradoras de tipo social,
comunitarias e individuales.
Ahora bien, con la pragmática circunscrita a la cultura y a los lugares (14), interesa interpretar a través de la
argumentación (15), el uso de los recursos del
capital social "individual" de los pacientes en el manejo y control de la diabetes tipo
2 para, primero, darlo a conocer a los formuladores y tomadores de decisión de políticas
públicas en salud en el evento de incluirlo en las estrategias de mitigación de la
enfermedad y, segundo, a los cuidadores y receptores del cuidado para que le
identifiquen como un constructo que de ser fomentado en su práctica diaria (16) e interfiera en el desarrollo de la
enfermedad.
Con la construcción del significado de capital social "individual" se reconocen nuevos
aspectos que deben ser incorporados en las formas de intervención psíquicas y sociales,
nuevos diálogos para la creación de estrategias entre profesionales de la salud y
pacientes, debido a las características de la relación y las diversas formas de entender
el cuidado, pero aún más valioso, tiene todo que ver con la comprensión que tienen las
interacciones sociales en contextos institucionales y comunitarios, interacciones que
manifiestan realidades sociales diferentes, debido a los cambios actitudinales del
individuo en el manejo y control de la enfermedad, los cuales dependen de los recursos
propios del diabético, de las acciones e interacciones que se desarrollan bajo la
coacción social de estructuras sociales (17)
entre las personas sujetas o no al padecimiento.
En el estudio, las interacciones están provistas de elementos analizados a partir de las
emociones de los participantes sobre prácticas del cuidado, aceptación y manejo de la
enfermedad y en conjunto, relaciones e intercambios que integran las experiencias en el
proceso del cuidado de quien padece la diabetes tipo 2, convive con ella y se ha
preparado para soportarla en contextos inequitativos e injustos, como lo es el de
ciudades colombianas con más de tres millones de habitantes, con más del 70% de sus
habitantes localizados en las zonas urbanas, caracterizado históricamente por profundas
fisuras sociales, debidas entre otras dificultades, a la violencia y las consecuentes
inequidades sociales, culturales y económicas (18).
Métodos
Mediante un estudio cualitativo descriptivo-interpretativo, basado en los postulados del
interaccionismo simbólico (19) se conformaron
seis grupos focales con 40 personas diabéticos, familiares, vecinos y personal
asistencial, pertenecientes a centros de salud público y privados, 25 mujeres y 16
hombres, entre los 29 y 73 años de edad, residentes en Medellín, Colombia, durante el
2011 para esclarecer el significado del capital social (20)
,
(21) en la diabetes tipo 2.
El muestreo teórico se realizó acorde a las necesidades de conformación de los grupos
focales; para los diabéticos receptores del cuidado se usó la estrategia de búsqueda
mediante revisión de historia clínica de listados de pacientes adscritos a los centros
de salud de una aseguradora privada y de la red pública de prestación de servicios. Las
personas fueron contactadas por teléfono y expresaron su interés en compartir
características de su vida social, referidas a los momentos de relación en situaciones
de padecimiento; los cuidadores formales, en este caso profesionales de la salud, fueron
seleccionados por su experiencia clínica, de trabajo interdisciplinario y comunitario
para el manejo de las enfermedades crónicas mediante la estrategia de intensidad. Éstos
fueron referidos por los coordinadores de los programas de los centros de salud. Una
manera de haber constatado su representatividad para el estudio fue mediante el relato
de la experiencia laboral, con al menos dos años en la institución. A cónyuges, hijos y
vecinos se les identificó, principalmente, como cuidadores informales, en ellos se
consideraron las características de criterio definidas por los receptores del cuidado
(22). En todos se aseguró la disponibilidad
para acudir a la entrevista colectiva durante el tiempo y lugar convenido.
Referente a las técnicas de recolección de la información, se elaboró un protocolo para
los grupos focales con preguntas semi-estructuradas.
Durante la realización de los grupos focales, la estrategia de comunicación permitió
seguir el discurso natural entre los participantes para identificar los elementos
propios de la interpretación del significado del capital social. Se realizaron
únicamente audio grabaciones de los encuentros con una duración de 120 minutos para cada
grupo. Todas las entrevistas fueron transcritas y codificadas como parte del
procesamiento, organización de la información y recuperación de datos textuales, este
proceso es una estrategia analítica que busca encontrar patrones comunes y disímiles en
la codificación abierta; el procesamiento de la información se hizo manual; con esta
codificación se identificaron tres categorías centrales, la primera relacionada con las
redes sociales y su influencia en las normas impuestas, la segunda con la confianza, las
normas aprobadas y la tercera con los recursos propios para la movilización del
ego hacia la conformación de sus redes sociales.
Con la codificación axial (23) se construyeron
veinte subcategorías, con la relación entre ellas se diseñó el "paradigma de la
codificación" para certificar la conservación "original" de los conceptos planteados por
los participantes, dicho de otra manera, se identificaron los niveles para la
interpretación y formulación del significado así: el primero relacionado con los
códigos, en él se incluyó la información correspondiente al concepto en vivo, el segundo
con las interpretaciones, en éste se nombraron y definieron las subcategorías y las
categorías. El tercer nivel recogió las reflexiones analíticas, referidas a las
interpretaciones contrastadas, entre las categorías y el significado propiamente dicho,
que hizo una aproximación teórica de la realidad.
Durante los análisis emergieron 850 códigos en vivo que fueron,
posteriormente, integrados en un set de 142 códigos de códigos para el ego (74; 52,11%),
el alter (47; 33,05%) y frente a la posibilidad de relacionamiento
entre ellos (21; 14,78%) identificados en los resultados por dos letras mayúsculas y un
número.
Las subcategorías relacionadas con el ego fueron definidas como manejo de la enfermedad,
soledad, adaptación de la enfermedad, conocimiento y la salud, reconocimiento de la
enfermedad, aporte al bienestar, confianza institucional, confianza social,
reciprocidad, autoconfianza y la fe. Para el alter se identificaron el
rol de la familia, de los profesionales, de los amigos, las actividades voluntarias, de
integración social y el soporte social. El sistema de salud y los lugares -el barrio-
como contexto; la limitación económica, social y ambiental representada en la
inseguridad en el barrio fueron las subcategorías para el alter
ego.
El rigor necesario de la investigación cualitativa (24) fue alcanzado desde un enfoque constructivista, mediante la integración
variada de técnicas "para oír a la gente y aprender de ella". Con el
fin de asegurar la calidad de los datos y sus conclusiones, se realizó triangulación
entre los investigadores y se tuvieron en cuenta de los criterios COREQ
(Consolidated Criteria for Reporting Qualitative Research), como una
lista de verificación que reúne las consideraciones para la presentación de informes de
estudios cualitativos (25).
Con relación a los aspectos éticos, se tuvo en cuenta la actitud de interrogados e
investigadores frente a lo investigado, partiendo de la premisa que en la metodología
cualitativa se aplica un gigantesco microscopio a la vida social (26) y, por tanto, se permite reconocer que para hacer un uso
cuidadoso de la información y lograr la validez científica se debe mantener el anonimato
de los participantes, sus opiniones y de ser necesario compartir los resultados, a fin
de motivar el esclarecimiento o dudas frente a posturas que fortalezcan futuros
debates.
Ninguna de las declaraciones u opiniones fueron atribuidas a los participantes, todas
las personas que aceptaron la invitación firmaron el consentimiento informado. El Centro
de Investigación de la Facultad Nacional de Salud Pública de la Universidad de
Antioquia, la Empresa Social de Estado METROSALUD y la aseguradora EPS-SURA otorgaron
avales éticos.
Se mantuvo el respeto por los interrogados, se omitieron juicios de valor y concepciones
previas a la entrevista, a fin de no sobredimensionar los resultados, dándole prioridad
en el análisis de los resultados a los contextos de donde provienen las personas e
interpretar articuladamente todos los eventos observados y registrados en las
transcripciones. Se consideraron tres principios epistemológicos fundamentales, (a) el
conocimiento como producción constructiva e interpretativa, y no la suma de hechos
definidos por constataciones inmediatas del momento empírico; (b) el proceso de
producción de conocimiento como un asunto interactivo y (c) lo legítimo en la producción
de conocimiento cualitativo, dado por la singularidad otorgada al significado (27).
Resultados
El significado del capital social emerge de la integración entre las categorías y
conceptos como vulnerabilidad, exclusión social e inequidades en salud, según la
condición de ser hombre o mujer.
La Tabla 1 describe las características de los
participantes según género, la Tabla 2 presenta
el guion de temas utilizado para entrevistas y grupos focales y la Tabla 3 recoge citas textuales de los participantes
correspondientes a las dimensiones de capital social. La Figura 1 explica la integración de las categorías, y la Figura 2, una aproximación a los aspectos teóricos del capital social
encontrados en el estudio.
Tabla 1:
Características de los participantes.
Tabla 2:
Guión de temas utilizado para entrevistas y grupos focales.
Tabla 3:
Citas textuales de los participantes correspondientes a las dimensiones de
capital social.
Figura 1:
Modelo paradigmatico para el significado de capital social en
diabéticos.
Figura 2:
El significado del capital social.
Para los diabéticos, las relaciones sociales emanan de la estructura social en la que
habitan y son el mayor recurso de su capital social para aumentar las destrezas y
mejorar las experiencias para el manejo y cuidado de la enfermedad. En este estudio se
le reconoce al capital social, el potencial que tiene en el individuo para que sus redes
sociales estén presentes en la consecución de fines para mejorar su situación de salud,
para enfrentar entre otras carencias de los grupos primarios, la soledad; sentida más en
mujeres que en hombres como una soledad no elegida en la que el individuo siente
desprecio, rechazo y nimiedad.
Los pacientes, hombres y mujeres se aíslan por su enfermedad, la soledad los entristece,
en general, se sienten solos con su enfermedad, aunque vivan en casa con su familia,
sienten que deben preocuparse por sí mismos, porque nadie más lo hará, sin embargo,
algunos pacientes manejan la soledad, prefieren no ir a encuentros sociales para no
descuidar su salud, sufren cuando los invitan a fiestas, no comen con sus amigos, comen
lo que les dan en las reuniones, porque han logrado adaptarse a la enfermedad y viven la
salud y la vida aún con las limitaciones que ello implica (AE8).
De otro lado, el cuidado es un asunto de confianza, es un asunto recíproco y solidario
de intercambio social; también es cuestión de género. El valor de la confianza siempre
está presente en los diferentes espacios donde transcurre la vida en las moradas (hogar,
trabajo, espacios habitados por personas que se conectan estructuralmente), permitiendo
que el cuidado se establezca como una acción de bienestar para la vida. Para los hombres
y mujeres participantes el valor de la confianza se define como la respuesta favorable
que se encuentra en quien ha depositado seguridad, esperanza o una conducta relevante
para el futuro.
La confianza hace que las acciones del cuidado sean más fáciles de realizar, puesto que
mejora la comunicación, la reacción ante el manejo y control de la diabetes. La práctica
del cuidado se identifica más en mujeres que en hombres, es algo que se da naturalmente
y trasciende a la vida colectiva, se relaciona con un tiempo y una cultura, se hace más
consciente en mujeres profesionales de la salud que en hombres. El cuidado está
determinado por la confianza, dado un marco social e histórico, donde tiene sentido la
vida de hombres y mujeres. Las mujeres diabéticas confían en que alguien les puede
ayudar, a pesar de no participar de organizaciones barriales (AV4), las mujeres logran
usualmente relacionarse con las personas que se encuentren en sus mismas condiciones
(CS5), organizan grupos con otros diabéticos para compartir la realización de
actividades (AIS2) para trabajar grupalmente por su salud, aunque no saben cómo hacerlo,
las mujeres se motivan más por liderar estas iniciativas.
Así, la reciprocidad entre los diabéticos se da cuando las instituciones de salud
deciden trabajar en red (R5), a pesar de la inseguridad marcada en algunos sectores de
la ciudad de que les impide caminar y salir al encuentro del otro (SB1), siendo aún más
grave cuando los conflictos sociales le impiden al profesional de la salud movilizarse
por la ciudad asistiendo a los pacientes (SB3).
Finalmente, el tejido social se entrelaza alrededor de la persona diabética que padece
una vulneración por acciones resultantes de su autoconfianza, el soporte social
autoeficaz y la autoestima del mismo en circunstancias en la vida que, indirectamente,
contribuyen con el deterioro del capital social; entre ellas están el aislamiento, la
búsqueda de respuestas curativas en la religión o la desmotivación por el auto
cuidado.
El estrés, la tristeza, los problemas familiares deprimen y descompensan a los pacientes
(AC1), los excluye, vulnera su autoestima como también los momentos de enojo (AC2) que
bien pudieran replicarse en otros padecimientos crónicos, aunque la depresión no fue una
estudiada en profundidad, uno de los momentos de mayor tristeza que señalan los
pacientes es reconocerse como diabéticos diagnosticados (RE1). Nada diferente a lo que
sucede con las enfermedades agudas, frente a los sentimientos que se desatan de rechazo,
negación, temor a la muerte, tristeza (RE2) y que en la condición humana están presentes
ante la pérdida del bienestar.
El paciente motivado por salir adelante nunca pierde la esperanza (AC4), no le da
vergüenza definirse como diabético, ayuda a otros, se siente seguro, no minimiza sus
actuaciones, se siente útil y servicial, permitiéndose tejer sus relaciones sociales y
nutrirlas con nuevas actividades, la religión cumple un rol importante dentro de la vida
de las mujeres con actitudes de mayor autoconfianza, los adultos mayores creen que el
"mejor doctor" es Dios (F1). Los pacientes se ponen en las manos de su Dios para que los
ayude a llevar su enfermedad y se resignan a su voluntad (F2). De alguna manera, los
pacientes buscan apoyo emocional y social más que apoyo científico y clínico, les gusta
ser escuchados, desean compartir sus experiencias con otras personas y acuden a Dios en
todo momento (SS1).
Discusión
A pesar de las limitaciones en el uso del concepto para la salud, la indagación del
significado del capital social proporciona elementos para la apropiación de categorías,
como las relacionadas a los intercambios sociales en el bienestar, éstas como parte del
proceso de reconocer la existencia de las redes sociales, frente al padecimiento de una
patología que seguramente empeorará (28).
No cabe duda que la enfermedad misma limita la existencia humana, se interpone a la vida
del hombre, frena sus actividades, proyectos e ilusiones, condiciona su quehacer, limita
el sentido que le da a la vida. Así las cosas, el concepto está ligado al campo de la
política para la salud pública, cada vez que se vuelve la mirada hacia los modelos de
atención, respecto a las necesidades del individuo, se recuerda que siempre se está en
desventaja social por estar enfermo, las desventajas en salud disminuyen las
posibilidades hasta de conservar la salud, lo hacen más susceptible a las injusticias
sociales, relacionadas directamente hasta con la forma desigual de distribuir los
recursos financieros y sociales (29). Los modelos
de salud no deben responder únicamente a una gestión basada en resultados de operación
para la salud, sino a la producción de salud centrada en las personas.
En este contexto urbano, las desigualdades en salud son evidentes por la posición social
de los pacientes, las instituciones (30), pero
sobre todo por políticas, económicas y jurídicas que prevalecen en la vulneración al
derecho a la salud, porque la lucha del paciente no es per se por la
pobreza, sino por las estructuras sociales que la contienen.
Es claro que el capital social "individual" como recurso que existe en conjunto entre
los individuos es productivo y ayuda a los individuos en el logro de sus objetivos,
señalando que es más común encontrar indicadores de contexto que de los individuos, por
eso Coleman (31) describe el capital social como
inherente a la estructura de las relaciones entre los actores y entre actores para
referirse a los aspectos de la sociedad que hacen más fácil la toma de decisiones de un
conjunto de personas, pero a su vez incluye las obligaciones, las expectativas y la
credibilidad de las personas para producir logros eficaces. En esta investigación la
denominación de capital social "individual" se plantea desde la teoría de generación de
recursos sociales para el acceso y movilización de capital social como dos aspectos que
implican, como las dos caras de una moneda, usar los recursos, pero también devolverlos
(9)
,
(10).
El capital social "individual" se adapta a la estructura social (31). Las mujeres diabéticas son más visibles en las redes de
relaciones a las que pertenecen que los hombres; a través de las redes activan recursos
-con y sin conocimiento del concepto de salud- para lograr estrategias en el manejo de
la enfermedad. Este es el concepto en el que Coleman insiste como base principal del
capital social y no necesariamente en la confianza fundada, claramente establecida por
la cultura, como lo afirman Putnam (32) y
Fukujama (33).
Aunque a las personas que padecen diabetes se les indaga por el logro de metas
individuales (calidad en la atención del servicio de salud, mejora en la alimentación,
el control de sus hábitos), pocas veces se hace sobre las situaciones relacionadas con
los afectos. Como es bien sabido, el intercambio de recursos (34) incluye sentimientos contrarios, de aislamiento, aflicción,
soledad, nostalgia, tristeza, desamparo, etc., el reconocer los recursos sociales del
individuo como estrategias de integración a los colectivos pudiera no sólo incorporarlo
en entornos saludables como ámbito de desarrollo, sino en el quehacer cotidiano en medio
de la adversidad (35), y así mejorar los esquemas
planteados en los modelos de atención, por ejemplo, el modelo de cuidado crónico (36).
En esta investigación no se enfatizó en los recursos institucionales para la salud, sino
en los vínculos que las personas crean según su entorno para el desarrollo de la vida en
actividades de relación, reproducción y participación social (37), que no es otra cosa que crear nuevos marcos de fortalecimiento
social para superar realidades, tanto de la persona, como de la comunidad en sus
estructuras familiares mediante reconstrucción de los valores sociales y reintegración
de los cambios en la sociedad que le circunda (38)
,
(39).
Ampliar la noción de este significado contribuye al conocimiento de las dinámicas
sociales contextuales para afrontar un padecimiento que depende de las acciones e
interacciones entre los sujetos y de los recursos propios de un individuo como elementos
para la reificación de estructuras sociales, como son los modelos de atención (40).
En este sentido, aun cuando el concepto de capital social, en general, crea tanta
controversia (41), es innovadora la perspectiva
"individual" para la gestión sanitaria de los servicios de salud, principalmente, para
el control de enfermedades degenerativas crónicas como la diabetes, puesto que asume en
el individuo su capacidad para de acceder e intercambiar recursos que le son propios con
su red social mediante activación de estrategias útiles y necesarias para modelos de
atención integradores de las necesidades de los usuarios. En otras palabras, para los
equipos de atención primaria, introducir aspectos relacionados con los determinantes
relacionales de la salud en el seguimiento y control de la enfermedad propone retos de
alto interés e impacto en los procesos de reforma de los sistemas de salud en lo
relacionado al cierre de brechas de una mejor atención en salud.
Conclusión
El capital social se considera un determinante de la salud, cuyo efecto puede ser útil
en la gestión de políticas dirigidas a mejorar la eficiencia y reducir las inequidades
en salud. La acumulación de capital social en los individuos se relaciona con mejores
condiciones de salud. Las redes sociales funcionan bajo normas, reciprocidad y
responsabilidad, fortalecen los lazos personales, familiares y comunitarios.
La participación es mayor en mujeres que hombres mejorando las condiciones de vida de
grupos y personas a través de la confianza, la solidaridad y la reciprocidad lo que hace
pertinente fortalecer estrategias de atención, a partir del reconocimiento de los
recursos individuales de capital social en su entorno.
El manejo de la diabetes tipo 2 demanda de procesos integrales que no están en manos
sólo del prestador de salud, si bien la confianza en el médico es fundamental, la
gestión integral de las acciones preventivas una vez se han establecido entidades
complejas dependen primordialmente del paciente, de su propia motivación, autoconfianza,
autoestima y autoeficacia, quien ayudado por el prestador es capaz de tomar control de
la enfermedad junto con su familia y en el mejor de los casos por las redes facilitadas
para el uso de los servicios de salud y de los recursos comunitarios, con el objeto de
lograr perfiles de riesgo monitoreables en entornos sociales que no siempre le son
favorables.
La diabetes tipo 2 comparte factores de riesgo con otras enfermedades crónicas, acciones
similares y dirigidas a los mismos grupos de población, los hallazgos de esta
investigación interesan de manera amplificada a los programas de asistencia dirigidos a
controlar en general, los riesgos cardiovasculares por la importancia que tienen las
redes sociales y otros mecanismos eficaces proporcionados por el capital social, puesto
que, este al ser creado por las interrelaciones que se dan entre las personas,
contribuye en la comprensión psicosocial del padecimiento crónico.
De otro lado, a pesar de la existencia de evidencia epidemiológica del capital social en
salud, su estudio con enfoques cualitativos genera estrategias de promoción de la salud
y prevención de la enfermedad en las personas y los lugares donde transcurre su vida y
asume una apropiación endógena del sufrimiento señalando la importancia de las redes
sociales, las normas y la confianza para el cuidado esencial de las complicaciones
derivadas de la diabetes, en tanto ninguna persona puede existir como un ser humano de
forma aislada, máxime cuando un padecimiento crónico obliga al individuo a comprender,
aceptar y adaptarse a lo largo de la vida de la condición biológica de deterioro y
social de afrontamiento.
En este estudio el conocimiento generado para el manejo y control de los diabéticos 2
desde la perspectiva "individual" del capital social es considerado más que una variable
instrumental e incorpora categorías de análisis que en términos de política indican que,
el capital social "individual" genera maneras eficaces de mejorar las condiciones de
salud y debiera ser incluido como el punto de partida para logros de eficacia colectiva
en salud pública, dado que tendría un doble efecto, en la persona y en la comunidad, no
sólo por la inclusión en los modelos de atención para las enfermedades crónicas de
países en procesos de reforma a los sistemas de salud, sino por la integración de
características propias de la persona que se hacen relacionales en la intervención
social de la historia social de la enfermedad en los que las redes sociales pudieran ser
integradoras en la implementación de redes de servicios.
En últimas, la salud de las personas y su bienestar puede verse afectado por su propio
capital social "individual" y aunque es escasa la literatura que explica su rol en las
inequidades en salud y las diferencias entre grupos sociales, se debe mantener la
motivación de investigación sobre el tema toda vez la adaptación y nuevas formas de
comprensión del concepto.
Así las cosas, en contextos urbanos similares, marcados por la violencia, altas
condiciones de pobreza, pocas posibilidades para el desarrollo humano integral, el
capital social "individual" denotará una especial diferenciación dados los aspectos
culturales y sociales de la sociedad a la que se debe, por tanto, acepciones para la
comparabilidad solo serán posibles si y solo sí se reconozcan elementos validadores como
los encontrados en este estudio para el apoyo social y la confianza, principalmente.
Agradecimientos
A los grupos de investigación, Epidemiologia de la Facultad Nacional de Salud Pública
(Estrategia de sostenibilidad 2013-3014) y Recursos Estratégicos, Región, y Dinámicas
Socio ambientales del Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia y
a la Empresa Social del Estado METROSALUD por su apoyo académico y científico, así como
a las instituciones, Empresa Promotora de Salud EPS SURA, Caja de Compensación Familiar
COMFAMA y DINAMICA IPS por su apoyo técnico.
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Facultad Nacional de Salud Pública, Universidad de
Antioquia, Medellín, ColombiaUniversidad de AntioquiaColombiaMedellín, ColombiaFacultad Nacional de Salud Pública, Universidad de
Antioquia, Medellín, Colombia
Ornella Moreno-Mattar
Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud,
Bogotá DC, ColombiaInstituto de Evaluación de Tecnologías en
SaludColombiaBogotá DC, ColombiaInstituto de Evaluación de Tecnologías en Salud,
Bogotá DC, Colombia
Robert V. H. Dover
Facultad Nacional de Salud Pública, Universidad de
Antioquia, Medellín, ColombiaUniversidad de AntioquiaColombiaMedellín, ColombiaFacultad Nacional de Salud Pública, Universidad de
Antioquia, Medellín, Colombia
Colaboradores E. Martínez-Herrera participó en la concepción, diseño
del trabajo, recolección, análisis e interpretación de la información, escritura y
aprobación de la versión final del artículo. O. Moreno-Mattar contribuyó com la
recolección, análisis e interpretación de la información y aprobación de la
versión final del artículo. R. V. H. Dover contribuyó de la concepción del diseño
del trabajo, análisis e interpretación de la información, escritura y aprobación
de la versión final del artículo.
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Antioquia, Medellín, ColombiaUniversidad de AntioquiaColombiaMedellín, ColombiaFacultad Nacional de Salud Pública, Universidad de
Antioquia, Medellín, Colombia
Instituto de Evaluación de Tecnologías en Salud,
Bogotá DC, ColombiaInstituto de Evaluación de Tecnologías en
SaludColombiaBogotá DC, ColombiaInstituto de Evaluación de Tecnologías en Salud,
Bogotá DC, Colombia
Escola Nacional de Saúde Pública Sergio Arouca, Fundação Oswaldo CruzRua Leopoldo Bulhões, 1480 , 21041-210 Rio de Janeiro RJ Brazil, Tel.:+55 21 2598-2511, Fax: +55 21 2598-2737 / +55 21 2598-2514 -
Rio de Janeiro -
RJ -
Brazil E-mail: cadernos@ensp.fiocruz.br
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