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La historia de vida de una familia ‘weenhayek - como aparece en los nombres personales de los hijos

Resumen:

Este artículo tiene que ver con la filosofía de nombrar las personas. Junto a otros investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia), nos hemos dedicado al estudio de la forma de nombrar las personas, que yo denomino “contextonímica”, reconociendo que los nombres tienen que ver con todo el contexto social y que ellos sirven y son usados como historia oral del pueblo; es decir, están relacionados íntimamente con la memoria colectiva. En las páginas siguientes presentamos un ejemplo de sistema nominal entre los ‘weenhayek, en el sur de Bolivia.

Resumo:

Este artigo tem a ver com a filosofia de nominar pessoas. Juntamente com outros pesquisadores da Universidade de Uppsala (Suécia), temos nos dedicado ao estudo da forma de nominação que eu denomino de “contextonímica”, reconhecendo que os nomes têm a ver com todo o contexto social e que eles servem e são utilizados como história oral do povo; quer dizer, estão relacionados intimamente coma memória coletiva. Nas páginas abaixo, apresentamos um exemplo de sistema de nominação entre os ‘Weenhayek, no sul da Bolívia.

En 1983 estaba en medio de un censo de los indígenas ‘weenhayek1 1 Los indígenas ‘weenhayek fueron anteriormente conocidos como “matacos-noctenes”, denominación que ahora ellos consideran como peyorativa. Actualmente se autodenominan ‘weenhayey o ‘weenhayek wikyi’ (‘Pueblo diferente’), pero no sabemos con certeza la edad de tal denominación. (Véase la discusión en Alvarsson, 1988, p. 2 y 255, nota 5). Muchos grupos matacos de la Argentina se llaman wichi (‘pueblo’). Los pueblos matacos son recolectores, pescadores y cazadores con una horticultura muy limitada; están organizados en grupos geográficos; tienen un sistema de parentesco bilateral y la residencia postmarital es uxorilocal. Han podido mantener una fuerte identidad étnica y una percepción de continuidad cultural. Esto ha sido posible por medio de un cambio social bastante lento en la zona y una organización socio-económica muy flexible, basada en migraciones y alianzas entre independientes grupos cognáticos. Además han llegado a una independencia relativa por medio de la comercialización de artesanía y pescado, y a una soberanía legal en buena parte de su territorio tradicional. de la aldea de Tuntey, en el sur de Bolivia. Cuando inicié el estudio de los nombres personales en la familia de uno de mis informantes, Nolnejen, me sorprendió la consistencia de carácter de los nombres de sus hijos. Eran todos nombres contextuales, representando lo que asociaron los padres con cada nacimiento.

En el proceso de la revisión de estos nombres, que yo en lo que sigue denomino contextonímicos,2 2 Con los términos ‘contextonímico’ en singular y ‘contextonímicos’ en plural, quiero denotar un “nombre personal que refleja un acontecimiento que sucedió en conexión con el nacimiento del portador”. He elegido el término en congruencia tanto con patronímico (s.) y patronímicos (pl.). de repente se me ocurrió que se puede considerar el cuerpo nominal en su totalidad como una historia de vida familiar. En los ejemplos que siguen aparece sucesivamente una sensación de una vida indígena singular; una imagen de una familia perseguida, desafortunada y de una vida bastante trágica. A la vez llegamos a conocer una realidad indígena, lejos del romanticismo de la ola verde, y tan verdadera como la representación idealista que produce este último.

El protagonista y narrador, que aquí llamamos Julio Gómez, llegó al pueblo Tuntey alrededor de 1960 para trabajar como ‘obrero’ en la iglesia evangélica ‘weenhayek de ese lugar. La recepción no fue muy cariñosa, posiblemente porque los pobladores de ese lugar no le habían llamado, sino había sido una acción de la dirección superior de la iglesia en cuestión. Veremos en lo siguiente como los mecanismos de nivelación llegan a ser activadas. Y todo eso se refleja en los nombres de los hijos y las nietas…

La historia de vida de la familia de Julio Gómez

En la siguiente lista, denoto primeramente la posición genealógica del portador (en relación con el narrador); después el nombre personal en ‘weenhayek, una traducción literal cuando me parece necesaria, o directamente la explicación émica del informante:

(ego)Nolnejen: (‘El-que-hace-lo-que-la-gente-le-dice’). “Nol es de hi’nolh (hombres) y ne’ [le da un aspecto de] esos eran hombres. –No sé por qué me pusieron ese nombre…”

(E)3 3 Aquí las letras significan lo siguiente: “E” = esposa; “Ha” = hija; “Ho” = hijo. El número que sigue a la letra indica el orden de nacimiento, “Ha2”, en consecuencia, significa la segunda hija. Kyumeja’ya’: “Este nombre significa ‘[la mujer] trabajadora’, kyumaj es ‘trabajo’. Seguramente han puesto así porque su mamá y su familia trabajaban mucho –hilaron y hicieron poncho, wesaj (frazada), y hilulis (pequeñas llicas) y eran muy trabajadoras…”

(Ha1)Tsinha’saqas: (‘Mujer-despreciada’). “Tsinha’ es de ‘atsinha’, mujer. Saqa’ significa ‘mirando sus aspectos, no son muy apreciados’; saq significa ‘apuntado, despreciado’. La primera hija y su mamá han tenido siempre discusión con los otros; mirando a ella con enojo siempre, apuntando ‘esa mujer’, ‘esa mujer’… Así que los suegros pusieron así”.

(Ho1)Noqnuhumnahen: “No- es de hi’no’, ‘hombre’ que nadie quiere, humin. Es que habían muchas peleas, nos trataron mal; nos despreciaron, así que dijimos que el hijo vamos a cargar así…”

(Ha2)Lakwejlhi’ya’: “Esto es de lakwlhi’, que significa ‘burlarse’, cosa que no es cierto. Dicen que era chica de otro hombre, pero no era cierto [verdad]!”

(Ho2)Jwunkye’layis: “Jwunhla’ es ‘negar de venir’; el nombre significa algo como: ‘hombre viene y no estoy de acuerdo –rechazando…’ Cuando veníamos a Tuntey decían jwunhla’ –no querían que viniéramos. Justo habíamos trasladado aquí [y] hablaron de que la señora quería discutir…”

(Ha3)Pay’tsha’ya’: “Payi’no’ significa ‘hombre que me ha hecho cansar’… Este nombre significa entonces [mujer] ‘tardanza’, ‘costosa’ –era un tiempo que nos fuimos de la misión [ya que allí siempre había] cosas de tratar y la gente decía que [éramos] muy tardos para aconsejar- y pusimos así…”

(Ho3)Noqniwesqatayejen: “Esto significa ‘hombre’ -jen, ‘de insultos’ noq. Era la gente de otra familia que dicen que somos malos…”

(Ha4)Ni’we’nalhaya’: “Significa más o menos ‘la mujer’ ya’, ‘que no se puede ver’; [ya que] ni es ‘no’ y wen es ‘ver’. Hemos puesto [ese nombre] porque de mi parte mis padres habían muerto cuando yo era chico, [y] mi papá y mi mamá no han visto a mi hija”.

(Ha5)Wejwajlha’ya’: (‘Mujer-de-único-hijo’). “Hemos pensado de que yo, de mi padre, he sido un sólo hijo; ‘uno solo’ es ‘iweyhalha; [y] wejwalha significa ‘un solo hijo’ [y ya’ significa ‘mujer’].”

(Ho4)Nolhyamehen: (‘Hombre-del-cual-hablan’). “Nolh es de hi’nolh, ‘hombres’, yame’ significa ‘hablar’; significa entonces más o menos ‘hablan mucho de él’… Siempre hay mucha habladuría de él, de que Nolnejen es así, que toda la familia está mal, que él no enseña [como debería hacer ya que es obrero en la iglesia]…”

(Ha6)Tsinhayas: “Significa ‘mujeres pequeñas’ –que no son gordas, ni altas. [Eso] hemos puesto por las habladurías, es que han dicho con palabras de insulto que eran [las mujeres de nuestra familia] flacas y pequeñas…”

(Ho5)No’payehen: (‘Hombre-apuntado’). “No’paye’ significa ‘apuntar con el dedo’; el nombre es algo de ‘siempre lo dirigen a él’ o por causa de él’, ‘lo apunta’, Desde años hemos vivido aquí y siempre han hablado de nosotros. [Los] otros padres dice[n] que ‘por causa de estos jóvenes andan mal [nuestros hijos también]’, apuntando con el dedo.”

(HaHa1)Ts’ilaqejlhi’ya’: “Ts’ílaqej significa ‘sola con las cosas que hace’. [Así lo] hemos puesto porque Helena sola ha tenido niño. No vivía con alguien. Tiene [tenía] relación, sí.”

(HaHa2)Womeja’ya: (‘Mujer-abandonada’). “Nowom’ es ‘botada’. [Este nombre le pusimos porque] su padre se ha[bía] ido; ha dejado [a] la mujer. Él vivía un tiempo con ella, después se ha ido; después [la] pusimos [ese] nombre…”4 4 Las citas son de una entrevista larga con Nolnejen en Tuntey, en febrero de 1985. Información entre corchetes [] son inserciones del autor refiriendo a información omitida o sobreentendida.

Aunque la historia reflejada en esta lista nominal, que termina alrededor de 1985, se desvía de lo que se puede llamar una vida ‘weenhayek ‘normal’ por su fuerte aspecto trágico (ya que no incluye las incidencias trágicas, como la muerde varios hijos adultos, que han afectado a esa familia durante la última década), constatamos que estos contextonímicos no se apartan de una tradición rica y antigua de nombramiento indígena de las Américas.

Formas de nombrar a un individuo

Evidentemente existen una serie de distintas formas de nombrar a un individuo en las culturas indígenas americanas (Alvarsson, 1997ALVARSSON, J.-Å. Vad vad det jag hette? Indianskt namnskick reflekterat i ‘weenhayek-folkets kultur. In: ANDERSSON, T.; JACOBSSON-WIDDING, A. (Ed.). Personnamn och social identitet. Stockholm: Natur & Kultur, 1997.). El uso de contextonímicos es solamente una de ellas, pero sí, una de las más importantes y posiblemente más antiguas. Es conocida de todo el doble continente, desde Norteamérica hasta el sur de Sudamérica.5 5 Este tipo de nombres también se conocen de otras partes del mundo, notablemente de las culturas representadas en la Biblia, véase, por ejemplo, Génesis 41:51-52.

Webb Hodge (1910WEBB HODGE, F. (Ed.). Handbook of American Indians, North of Mexico. Washington D.C.: United States Government Printing Office, 1910. (Smithsonian Institution, Bureau of American Ethnology, Bulletin 30). 2 parts., p. 16) escribe por ejemplo, de que los kiowas de Norteamérica, que pusieron a sus hijos nombres “suggested by some passing incident” y que los maidu de California nombraron a sus pequeños con referencia a “some incident occurring at the time of birth”. De Sudamérica tenemos ejemplos de la selva boliviana. Holmberg (1950HOLMBERG, A. The nomads of the long bow: the Siriono of Eastern Bolivia. Washington D.C.: United States Government Printing Office, 1950. (Smithsonian Institution, Institute of Social Anthropology, Publication No. 10)., p. 74) cuenta de que los sirionó pueden nombrar a sus hijos según “some outstanding event that [has] happened to them”.

Los contextonímicos no las hallamos en toda clase de sociedades, empero. En sociedades lineales,6 6 Con sociedades ‘lineales’ quiero denotar sociedades con una vindicación vertical del parentesco, por ejemplo, sociedades uni-, ambi- y bilineales. Las pongo en oposición a las sociedades cognáticas, esto es, con parentesco bilateral y una orientación horizontal de su forma de parentesco. tenemos nombres heredados, que en su carácter están en contraposición a los contextonímicos. Los primeros denotan tradición, continuación, linealidad, herencia, etc., esto es, todo lo que mantiene y promueve la continuidad del clan. En general, hay solamente un número muy limitado de nombres, en casos extremos, como entre los panare amazónicos, solamente seis nombres masculinos y cuatro femeninos (Henley, 1982HENLEY, P. The Panare: tradition and change on the Amazonian frontier. New Haven: Yale University Press, 1982., p. 103).

El nombre único

Entre muchos grupos cognáticos, notablemente en los pueblos matacos –(incluyendo los ‘weenhayek), la situación es totalmente opuesta. Teóricamente hay un sinfín de nombres; cada uno es único y el nombre del individuo “nace y muere con la persona” (Ríos, 1976RÍOS, M. A. de los. Hacia una hermenéutica del nombre en la etnia Mataco. Scripta Ethnologica, n. 3, p. 63-86, 1976., p. 67). Si las sociedades lineales indican que la persona es solamente un eslabón de una cadena, o (en casos extremos) una encarnación de un antepasado de su clan, en las sociedades cognáticas enfatizan la individualidad, la singularidad de cada persona.

Entre los pueblos matacos, existe una noción de que “no existen dos nombres idénticos ni en lo presente, ni en la historia” (Ríos, 1976RÍOS, M. A. de los. Hacia una hermenéutica del nombre en la etnia Mataco. Scripta Ethnologica, n. 3, p. 63-86, 1976., p. 84). Esta es una verdad con excepciones, empero, ya que en mis listas de nombres contemporáneos, existen varios paralelos con nombres de otras fuentes etnográficas. Nordenskiöld (1926NORDENSKIÖLD, E. Indianliv i El Gran Chaco, Sydamerika. Stockholm: Åhlén & Åkerlunds, 1926., p. 88), por ejemplo, cita a un hombre mataco, llamado Na-Yás en su libro Indianlif. Exactamente medio siglo después (en 1976) conocí a un hombre de Timboy con este nombre, justamente. (Por supuesto no podía ser la misma persona ya que Na-Yás era de edad ya en 1910; ni es probable que obtuviera su nombre de la persona a la cual Nordenskiöld (1926)NORDENSKIÖLD, E. Indianliv i El Gran Chaco, Sydamerika. Stockholm: Åhlén & Åkerlunds, 1926. se refiere ya que ésta era de Río Bermejo de la Argentina).

Palavecino (1935aPALAVECINO, E. Notas sobre la religión de los indios del Chaco. Revista Geográfica Americana, Buenos Aires, año 2, n. 21, p. 373-380, 1935a., p. 373) menciona un hombre llamado Wo-Pelaj. Más de cuarenta años después me encontré con su tocayo No’pelaj en Villa Montes. En otro artículo Palavecino (1935bPALAVECINO, E. Breve noticia sobre un viaje etnográfico al Chaco central. Revista Geográfica Americana, Buenos Aires, año 2, n. 23, p. 77-84, 1935b., p. 80) escribe sobre un hombre llamado Alhoj-tató. En 1984, mientras pasaba una temporada en Ho’o’yo’ (otro pueblo ‘weenhayek), encontré que el encargado allí se llamaba justamente ‘Alhâj (El sonido ‘o’ prolongado en el dialecto que Palavecino usa en su artículo es idéntico con la ‘a’ abierta que uso en mi ortografía de los ‘weenhayek). En la misma obra menciona a Nitipayis. Para mí Nitipeyis, fue, hasta su muerte en 1992, un amigo querido de Villa Montes.

Se podría prolongar la lista, pero no son tan importantes las excepciones, sino la tendencia general que hasta estas excepciones indican, que conscientemente no se duplican nombres personales. Son creaciones netamente únicas, indicando la individualidad del portador, y que esta regla sigue vigente entre los ‘weenhayek. (Esta regla no incluye los nombres en español).

Los contextonímicos entonces reflejan un rasgo mayor en las sociedades cognáticas, el respeto por la individualidad y la carencia de tendencias lineales. Pero, por qué se prefiere justamente los contextonímicos ante las tecnonímica, los nombres de cariño, etc.?

El uso de tecnonímica

No es que no existen las otras tendencias entre los pueblos mataco-guaicurú. Métraux (1946MÉTRAUX, A. Ethnography of the Chaco. In: STEWARD, J. H. (Ed.). Handbook of South American lndians: vol. 1. Washington D.C.: Smithsonian Institution, Bureau of American Ethnology, 1946. p. 197-370., p. 321) p.ej. menciona que los adultos que tuvieron hijos entre los mocoví y los lengua fueron llamados “mother and father of so and so”. Entre los ‘weenhayek no hay nada en la literatura etnográfica, que yo sepa, que pueda certificar el uso de tecnonímica. Pero en mi material de campo tengo dos casos de lo que llamo ‘tendencias tecnonímicas’. En el pueblo ‘weenhayek Ho’oyo’ descubrí que los hombres ancianos parecían ser llamados por sus hijos mayores. En la casa ‘8’7 7 Los números se refieren a la secuencia de las anotaciones de mi censo de Ho’oyo’, en 1983. el hijo se llamaba Menejen y el padre No’menejen. En las casas ‘38’ y ‘39’ el hijo se llamaba Tsaintehen y el padre No’tsaintehen. Es evidente que en los dos casos el padre lleva el nombre de su hijo con el suplemento del prefijo. No’- (de hi’no’, ‘hombre’). Si no lo interpreto mal, esto es un ejemplo de un tecnonímicon genuino con la cual un hombre es denotado como ‘padre de -’.

Considerando que el uso de tecnonímica en general se asocia con sociedades cognáticas, no es un desatino asumir que el fenómeno es un paralelo al uso de los nombres heredados en las sociedades lineales. Si es así, significa que uno enfatiza la relación entre padres e hijos (incluyendo por supuesto la relación entre madres e hijas) que es una relación ‘vertical’ en una sociedad donde, en general, se recalcan las relaciones ‘horizontales’. Esto puede ser en analogía con el uso de los nombres heredados, los cuales enfatizan la línea o el clan, o sea una orientación ‘vertical’. Por eso, no me parece imposible interpretar las tecnonímica como predecesores de los nombres heredados; hasta como un embrión de la misma idea de linealidad.

El uso de nombres de cariño

Tampoco carecen los ‘weenhayek de los nombres de cariño. En este aspecto no se distinguen de la mayoría de las etnias indígenas de las Américas. Driver (1961DRIVER, H. E. Indians of North America. Chicago: The University of Chicago Press, 1961., p. 469) p.ej. dice que en Norteamérica los nombres de cariño existen “in every culture area north of Mexico”. En un censo de 1880 entre los cheyenne, la mayoría absoluta de los nombres registrados (76%) eran precisamente nombres de esta clase (Moore, 1984MOORE, J. H. Cheyenne Names and Cosmology. American Ethnologist, p. 291-312, 1984., p. 291, 303). La misma tendencia parece regir en Sudamérica. Holmberg (1950HOLMBERG, A. The nomads of the long bow: the Siriono of Eastern Bolivia. Washington D.C.: United States Government Printing Office, 1950. (Smithsonian Institution, Institute of Social Anthropology, Publication No. 10)., p. 74) escribe de los sirionó que ellos están “extremely fond of bestowing nicknames [on each other]”. Entre los ‘weenhayek encontramos una situación idéntica.

En Europa, y en la cultura occidental en general, el nombramiento cariñoso es algo pasajero, algo que pertenece a una sección de la vida, la parte más personal, más privada. Raras veces se refiere a una persona por su nombre de cariño en un contexto oficial. Entre los indígenas la situación en general es muy distinta. Repetidamente el nombre de cariño pasa de ser nombre afectivo a ser nombre personal, en todo aspecto asociado con el individuo. Este hecho refleja tanto el carácter de los nombres llamados ‘de cariño’ como una sociedad que enfatiza individualidad y nombres basados en asociaciones, sean de acontecimientos del nacimiento o de carácter de la persona.

Esta clase de nombres muchas veces tiene su origen en la costumbre de tratar de evitar el uso del nombre personal más íntimo. Si no se usan términos de parentesco o tecnonímica para dirigirse a otro individuo, uno recurre a nombres de cariño; esto es más común en los ‘límites’ del parentesco o cuando existe algún tipo de joking relationship entre los que se hablan (como p.ej. entre cuñado y cuñada) (cf. Isacsson, 1993ISACSSON, S.-E. Transformations of eternity: on man and cosmos in Emberá thought. Göteborg: Department of Social Anthropology, Göteborg University, 1993., p. 365; Campbell, 1995CAMPBELL, A. T. Getting to know Waiwai: an Atnazonian ethnography. London: Routledge, 1995., p. 8).

Entre los ‘weenhayek el uso de esta clase de nombres sigue lo que se considera usual en la mayoría de las sociedades amerindias. Se pueden dividir en tres categorías según: a) una característica física del portador; b) un típico rasgo de carácter; o c) algo que refiere a un incidente [penoso] especial. La primera categoría es la más común. Aquí encontramos nombres como Tatnaj (‘El sapo’) –“ya que tiene la cara de un sapo”; Wanlhaj (‘El ñandú’) –“porque camina con su nuca curvada, justamente como un ñandú”; Kyilukukw (‘El mochuelo’) –“ya que tiene ojos tan grandes”; y Jweky’etaj (‘La garrapata’) –“porque es tan pequeño, como una garrapata”… La inspiración en la fauna local es evidente y por los etnógrafos tempranos, interesados en los elementos teriofóricos e los nombres personales, este rasgo dominante de la naturaleza puede haber influenciado la formación de las teorías sobre la naturaleza como la primer fuente de inspiración de los nombres.

Otros ejemplos no-teriofóricos de esta categoría encontramos en p.ej. No’awas (‘El hombre rosado’) –“porque tiene una cara muy roja”; Kyalas (‘El negro’) –“porque tiene una cutis muy morena”, o ‘Akati’ (‘El peticito’) –“porque es muy bajo, muy pequeño”.

Como nombres de rasgos de carácter podemos mencionar Qata’lan’ (‘El perezoso’) –un insulto terrible en una sociedad donde laboriosidad es el rasgo más importante del carácter de una persona (Alvarsson, 1988ALVARSSON, J.-Å. The Mataco of the Gran Chaco: an ethnographic account of change and continuity in Mataco socio-economic organization. Uppsala: Almqvist & Wiksell, 1988. (International Uppsala Studies in Cultural Anthropology 11)., p. 55); Ts’iinis (‘El quieto’) –“porque casi no habla”; y Nolhi’ (‘Hombre insistente’) –“porque es muy hábil”.

Un ejemplo notable de una incidencia penosa que se quedó en la memoria de la gente encontramos en el caso del encargado de ‘Ilakyat. Se llama Timpayi’ (‘Traga-rana’) quien recibió este nombre después de una borrachera en su juventud. Después de haber tomado grandes cantidades de jwaat’i’ (la aloja de algarroba) acompañó a un grupo de jóvenes al río para refrescarse. Cuando apareció sobre la superficie, lo hizo con una rana en la boca. Los otros se rieron y cuarenta años después me contaron la historia, riéndose como si hubiera pasado el día anterior… Y desde ese tiempo, no se asocia otro nombre que Timpayi’ con él.

Si examinamos las características de los nombres de cariño entre los ‘weenhayek, notamos que en general son más cortos y más concisos que los nombres personales ‘ordinarios’. Además carecen casi siempre de los sufijos que denotan género; casi nunca notamos el sufijo -ya’, que marca feminidad, como en los nombres Hoyajaya’, Mukwelisteya’, o Sokwaya: Este sufijo es más dominante que cualquier otro y aparece en el 57% de los nombres femeninos de mi investigación. Además finalizan otra buena parte, en forma análoga, en una -a’ enfatizada, como en Nila’ o Tsiklina’. Algunos nombres femeninos terminan en una -n’ glotalizada y algunos pocos, fuera de los nombres de cariño, son como ellos, ‘irregulares’.

Los nombres masculinos se denotan en más o menos la misma forma. El marcador de masculinidad más común es un sufijo -jen (a veces -hen, dependiente del ambiente fonológico), como en Nolnejen, No’womejen, o Yuytejen. En mi investigación, esta forma representa un 30% de los nombres masculinos. El segundo más importante afijo, -yis, lo encontramos en nombres como Nithipeyis, Pajayis y Enetseyis. Este sufijo domina el 16% de los nombres masculinos.

En ciertos casos es posible denotar el género del portador por medio de un prefijo, no’, evidentemente una abreviación de hi’no’ (‘hombre’). En uno de los nombres arriba mencionados, No’womejen, encontramos entonces dos marcadores masculinos. Otros ejemplos son No’talhtehen, No’lanteyis y No’lhi’. Este prefijo se encuentra en el 18% de los nombres masculinos en mi cuerpo de datos. (También en nombres de cariño encontramos algunas veces este prefijo; arriba ya hemos mencionado un ejemplo No’awas.)

Las excepciones de estas reglas son en general adaptaciones del español, como Ne’ne’ (de ‘René’), Tsita’ y Losita’ (de ‘Rosita’), ‘Amelh (de ‘Samuel’), Malhtita’ (del diminutivo ‘Marta’), y Liliya’ (de ‘Delia’). Algunos de estos también obtienen algún tipo de sentido cuando se los transfiere al castellano; Ne’ne’, p.ej. tiene un sentido de ‘pronto-pronto’ que tiene una relevancia especial en su caso… Las otras excepciones son precisamente los nombres de cariño, como los mencionados arriba: Tatnaj, Kyilukukw, Jweky’etaj, Kyalas, ‘Akati’, Qata’lan’ y Ts’iinis.

Los contextonímicos

El lector observador ya se ha dado cuenta, en la rendición de nombres personales arriba presentada, que una buena parte, si no en la mayoría de los nombres de los ‘weenhayek, son nombres de rasgos de carácter; y una buena parte de ellos contextonímicos.

Una razón probable por esta preponderancia entre los ‘weenhayek, y otras sociedades cognáticas, puede ser la falta de instrumentos precisos de cronología. Ya que un individuo es un ser singular, no se lo puede identificar solamente con el orden de nacimiento (como en algunas sociedades lineales). Parece más factible identificarlo con algún acontecimiento en el tiempo de su nacimiento; así se coloca al individuo en la historia de la familia o la colectividad. En los ejemplos que siguen, esto parece ser el caso.

Uno de los informantes de Ríos, cuenta lo siguiente de su hermano:

Tenía un hermano que se llama “Hataní-wo-mék-e” (‘Mono-que-causa-miedo’); ese fue su nombre –fue llamado así porque llegó un mono y quería sacar piojo del pelo de mi madre, justo cuando iba a nacer, y se quedó con miedo. (Ríos, 1976RÍOS, M. A. de los. Hacia una hermenéutica del nombre en la etnia Mataco. Scripta Ethnologica, n. 3, p. 63-86, 1976., p. 71).

Otro hombre se llamó A-wen-ho-yaj (‘Tu-entregas-a-ti-mismo’). Este nombre había recibido cuando su padre en el tiempo de nacimiento había visitado a un viejo enemigo. Este parece haber dicho: “Así que vienes a mi para entregarte [para ser matado]” (Ríos, 1976RÍOS, M. A. de los. Hacia una hermenéutica del nombre en la etnia Mataco. Scripta Ethnologica, n. 3, p. 63-86, 1976., p. 72). Fue esta declaración que dio el nombre al hijo.

Evidentemente se puede combinar contextonímicos con nombres de un típico rasgo de carácter, como en el siguiente ejemplo de los wichi:

[M]i padre cazaba “kyenaj” y yo nací con mis dientes abiertos, como un “kyena”: así que me llamaron “Nowayntses”: que significa “Hombre-grosero”: ya que el “kyenaj” es un animal grosero. (Ríos, 1976RÍOS, M. A. de los. Hacia una hermenéutica del nombre en la etnia Mataco. Scripta Ethnologica, n. 3, p. 63-86, 1976., p. 74).

La misma existencia de contextonímicos entonces demuestra una carencia de interés en, por ejemplo, el orden de nacimiento y en la herencia de nombres. Supuestamente debe ser un rasgo incompatible con la idea lineal de otras sociedades con un enfoque cultural en jerarquía y parentesco vertical. En cambio, contextonímicos parece recalcar la individualidad de cada persona, y la libertad de movimiento del individuo.

Conclusión

Los nombres personales de la familia de Julio Gómez, no solamente nos cuentan la historia de este grupo familiar, sino nos proponen una llave para entender toda la idea fundamental de muchas sociedades cognáticas. También enfocan la diferencia entre este tipo de sociedad y la lineal, donde la mayordomía de bienes ya requieren un sistema heredero.

En el transcurso de la discusión también hemos pasado por la construcción técnica de estos nombres, y hemos constatado que, aunque los contextonímicos parecen ser la variedad más común entre los ‘weenhayek, a su lado existen otros tipos de nombres personales. Lo que no hemos tratado es el carácter sagrado del nombre; algo que muchas veces implica un origen sobrenatural; p.ej. la aparición del nombre al dador en un sueño, o que las circunstancias ‘producen’ el nombre, como en el caso de contextonímicos.

Otras características han sido mencionadas solamente de paso; por ejemplo, la existencia tanto de nombres indígenas como nombres en el idioma nacional, esto es, en castellano. Esto se basa en una filosofía antigua de uso de nombres múltiples, en especial para mantener el nombre más ‘interior’, más ‘personal’, secreto; así conservando el poder que existe en un nombre, y a la vez protegiéndose del peligro evidente si este nombre se divulga sin cuidado. Los nombres de cariño a veces se pueden usar como ‘abrigos’, pero a través de su repetición, con el transcurso del tiempo, toman un carácter de nombre personal y reemplazan al nombre original.

En sociedades lineales, el nombre dice algo sobre la posición social del portador; sobre su origen y su clan u otra pertenencia familiar. Entre los ‘weenhayek se recalca lo opuesto, empero; aquí se enfatiza la individualidad y sus circunstancias familiares únicas, por ejemplo, los acontecimientos de su nacimiento. Así adquiere cada individuo su personalidad y su singular identidad.

El pueblo ‘weenhayek del Gran Chaco, como los indígenas maidu de la distante California, representan un sistema nominal de bastante antigüedad. La similitud y la separación geográfica tan impresionante nos indican que lo que aquí se refleja, puede ser una imagen del primer sistema nominal de los primeros inmigrantes al continente americano.

Referencias

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  • WEBB HODGE, F. (Ed.). Handbook of American Indians, North of Mexico Washington D.C.: United States Government Printing Office, 1910. (Smithsonian Institution, Bureau of American Ethnology, Bulletin 30). 2 parts.
  • 1
    Los indígenas ‘weenhayek fueron anteriormente conocidos como “matacos-noctenes”, denominación que ahora ellos consideran como peyorativa. Actualmente se autodenominan ‘weenhayey o ‘weenhayek wikyi’ (‘Pueblo diferente’), pero no sabemos con certeza la edad de tal denominación. (Véase la discusión en Alvarsson, 1988ALVARSSON, J.-Å. The Mataco of the Gran Chaco: an ethnographic account of change and continuity in Mataco socio-economic organization. Uppsala: Almqvist & Wiksell, 1988. (International Uppsala Studies in Cultural Anthropology 11)., p. 2 y 255, nota 5). Muchos grupos matacos de la Argentina se llaman wichi (‘pueblo’). Los pueblos matacos son recolectores, pescadores y cazadores con una horticultura muy limitada; están organizados en grupos geográficos; tienen un sistema de parentesco bilateral y la residencia postmarital es uxorilocal. Han podido mantener una fuerte identidad étnica y una percepción de continuidad cultural. Esto ha sido posible por medio de un cambio social bastante lento en la zona y una organización socio-económica muy flexible, basada en migraciones y alianzas entre independientes grupos cognáticos. Además han llegado a una independencia relativa por medio de la comercialización de artesanía y pescado, y a una soberanía legal en buena parte de su territorio tradicional.
  • 2
    Con los términos ‘contextonímico’ en singular y ‘contextonímicos’ en plural, quiero denotar un “nombre personal que refleja un acontecimiento que sucedió en conexión con el nacimiento del portador”. He elegido el término en congruencia tanto con patronímico (s.) y patronímicos (pl.).
  • 3
    Aquí las letras significan lo siguiente: “E” = esposa; “Ha” = hija; “Ho” = hijo. El número que sigue a la letra indica el orden de nacimiento, “Ha2”, en consecuencia, significa la segunda hija.
  • 4
    Las citas son de una entrevista larga con Nolnejen en Tuntey, en febrero de 1985. Información entre corchetes [] son inserciones del autor refiriendo a información omitida o sobreentendida.
  • 5
    Este tipo de nombres también se conocen de otras partes del mundo, notablemente de las culturas representadas en la Biblia, véase, por ejemplo, Génesis 41:51-52.
  • 6
    Con sociedades ‘lineales’ quiero denotar sociedades con una vindicación vertical del parentesco, por ejemplo, sociedades uni-, ambi- y bilineales. Las pongo en oposición a las sociedades cognáticas, esto es, con parentesco bilateral y una orientación horizontal de su forma de parentesco.
  • 7
    Los números se refieren a la secuencia de las anotaciones de mi censo de Ho’oyo’, en 1983.

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    Oct 1997
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