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FÚTBOL, ​​NACIÓN Y MUJERES EN ARGENTINA: REDEFINIENDO EL CAMPO DEL PODER

FUTEBOL, NAÇÃO E MULHERES NA ARGENTINA: REDEFININDO O CAMPO DO PODER

Resumen

¿Quiénes han protagonizado los relatos sobre la nación? ¿Quiénes han narrado las historias sobre el deporte, el fútbol y la patria? ¿Qué instituciones fueron centrales en esta construcción? ¿Qué sucedió con las mujeres? y ¿Cuáles han sido los argumentos para excluirlas del campo de juego? Estas y otras preguntas organizan el presente artículo, que tiene como meta reflexionar en torno al deporte como una práctica generizada y generizante, como un espacio de producción de desigualdades y, también, de oportunidades. Los datos que sostienen el argumento de este artículo provienen de los análisis de las entrevistas y charlas informales que hemos tenido con las jugadoras de la Selección Nacional de Fútbol y de equipos de la liga oficial de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y de las notas de la edición online del diario Olé durante el Mundial de Fútbol Femenino 2019 en Francia.

Palabras clave:
Fútbol; Nación; Mujeres

Resumo

Quem tem protagonizado os relatos sobre a nação? Quem tem narrado as histórias sobre o esporte, o futebol e a pátria? Que instituições foram centrais nessas construções? O que aconteceu com as mulheres? Quais têm sido os argumentos para excluí-las do campo de jogo? Estas e outras perguntas organizam o presente artigo que tem como meta refletir sobre o esporte como prática generificada e generificadora, como um espaço de produção de desigualdades e, também, de oportunidades. Os dados que sustentam o argumento deste artigo provêm da análise de entrevistas e conversas informais que tivemos com as jogadoras da Seleção Nacional de Futebol e de equipes da liga oficial da Associação de Futebol Argentino (AFA) e das notícias da edição online do jornal Olé durante a Copa do Mundo de Futebol Feminino de 2019 na França.

Palavras chave:
Futebol; Nação; Mulheres

Abstract

Who has featured in the stories about the nation? Who has been able to narrate the histories of sport, football, and the fatherland? What institutions have been central to this construction? But where are the women? Which arguments have been used to exclude them from the field of play? These and other questions guide this article which aims to reflect on sport as a gendered and gendering practice, as a space of production of inequalities as well as opportunities. This article builds its arguments upon data drawn from the analysis of interviews and informal discussions the authors have carried out with football players from Argentina’s women’s national team and the official Argentine Football Association’s (AFA) Women’s League as well as articles from the online edition of the daily sport publication Olé during the FIFA 2019 Women’s World Cup in France.

Keywords:
Football; Nation; Women

1 INTRODUCCIÓN

Este trabajo plantea el problema de la representación nacional en un deporte tan popular como es el fútbol en Argentina. ¿Quiénes han protagonizado los relatos sobre la nación? ¿Quiénes han narrado las historias sobre el deporte, el fútbol y la patria? ¿Qué instituciones fueron centrales en esta construcción? ¿Qué sucedió con las mujeres? y ¿Cuáles han sido los argumentos para excluirlas del campo de juego? Estas y otras preguntas organizan el presente artículo que tiene como meta reflexionar en torno al deporte como una práctica generizada y generizante, como un espacio de producción de desigualdades, y también de oportunidades.

Las mujeres que eligieron jugar al fútbol han experimentado la estigmatización, el silencio y el disciplinamiento de sus cuerpos, desde las primeras décadas del Siglo XX, que es momento del que se tienen los indicios más tempranos de su práctica. Después de un siglo, observamos una serie de avances de las condiciones de las futbolistas en la actualidad en relación con el reconocimiento material (la profesionalización de este deporte) y el reconocimiento simbólico (mayor cobertura en los medios de comunicación y la publicidad). Sin embargo, tales decisiones encuentran sus propios límites y las desigualdades aún persisten a nivel estructural. A la luz de la visibilidad que han tenido las demandas de los movimientos feministas por la búsqueda de la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres y las personas del colectivo LGBTQ+, y ante algunos cambios en este campo tan desigual, hoy nos preguntamos si es posible considerar el fútbol femenino como un espacio de referencia para construir significados de la nación. ¿Cuáles son las representaciones legítimas para pensar la argentinidad en el campo del deporte? ¿Cuáles son las operaciones más comunes de los medios de comunicación en torno a las deportistas en la actualidad?

Los datos que sostienen el argumento de este artículo provienen de los análisis de las entrevistas y charlas informales que hemos tenido con las jugadoras de la Selección Nacional de Fútbol y de equipos de la liga oficial de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) y de las notas de la edición online del diario Olé durante el Mundial de Fútbol Femenino 2019 en Francia.

2 DESIGUALDADES

De primera mano, contamos con testimonios de deportistas de distintas disciplinas que nos han narrado situaciones muy diversas de discriminación en el deporte. El colectivo feminista Deportistas Argentinas agrupa a atletas que reclaman un deporte “más justo y equitativo”, y entre las actividades de concientización y militancia denuncian experiencias de acoso, abuso y otras violencias. Carolina Luján, que es Gran Maestra Femenina y Maestra Internacional Absoluta, denunció junto a sus compañeras de equipo a las autoridades de la Federación Argentina de Ajedrez porque en las Olimpíadas de Batumi, Georgia, en 2018, ellas no fueron consultadas sobre quién sería su entrenador; la camiseta oficial no era la misma para los varones y las mujeres, la de los varones tenían seis sponsors mientras que la de ellas sólo dos; los dirigentes gestionaron viáticos para los varones, pero no para las mujeres que debieron tramitar sus propios recursos; tampoco fueron invitadas al almuerzo organizado por uno de los sponsors. Paula Reggiardo, integrante del mismo colectivo, ex jugadora y actual entrenadora de básquet, manifestó su indignación en las redes sociales al leer el saludo que la Confederación Argentina de Básquet preparó para el día “del entrenador”: un flyer con una imagen que reunía a varios entrenadores varones y a ninguna mujer; un acto que silenciaba la existencia y la trayectoria de mujeres en esta profesión.

Estas situaciones plantean un problema que atraviesa el campo del deporte: ¿Entre quienes circula el prestigio y el reconocimiento? ¿quiénes son las personas estimadas y valoradas? ¿quiénes cuentan estas experiencias y trayectorias? En 2017, las futbolistas de la Selección Nacional solicitaron a la Comisión de Fútbol Femenino de la AFA, a través de una carta abierta, el cumplimiento del pago del viático1 1 Pago para solventar los gastos que surgen por asistir a los entrenamientos. , una mejor coordinación operativa para futuros eventos deportivos, vestuarios adecuados para la cantidad de jugadoras del plantel y la posibilidad de utilizar las canchas de césped natural del predio. El pedido de mejor coordinación para los viajes surgió por la pobre organización de un amistoso en Montevideo, Uruguay. Las futbolistas jugaron luego de haber salido de Argentina a las 4 de la madrugada sin contar con un espacio adecuado para descansar previo al encuentro y para jugar y volver a Buenos el mismo día.

Las jugadoras realizaron una huelga y aunque ésta no llegó a ninguna resolución concreta -a fines de febrero de 2018 volvieron a los entrenamientos luego de la citación para las últimas preparaciones antes de la Copa América en abril de ese año-, la protesta marcó un punto de inflexión en la relación con las autoridades de la AFA y con los medios de comunicación. A la lista de reclamos se sumaron la planificación de los entrenamientos para que sean compatibles con los horarios de trabajo, el apoyo económico e institucional, el maltrato y abuso de poder. Estos son los pedidos más comunes de las atletas de otras disciplinas. Con dos semanas de entrenamiento y sin partidos amistosos internacionales de preparación, la selección logró un tercer puesto en la Copa América disputada en Chile, que posibilitó la participación en un repechaje para lograr la clasificación al Mundial de Fútbol de la FIFA de 2019. El tercer lugar fue vivido como una hazaña debido a las condiciones materiales señaladas arriba.

El deporte, como tantos otros ámbitos de la sociedad, es una práctica atravesada por las relaciones de género, que no ha sido recíproca en términos de igualdad ni les ha brindado a las mujeres la misma oportunidad de construirse de manera autónoma y con libertad (MONCÓ, 2011MONCÓ, Beatriz. Antropología del género. Madrid: Síntesis, 2011.). El deporte ha sido androcéntrico desde sus inicios: funcionó para formar ciudadanos fuertes y sanos, aptos para el desempeño de las actividades del ámbito público, y para educar a las mujeres en las tareas reproductivas y de cuidado. Y, si bien el deporte fue perdiendo su exclusividad con el ingreso de las primeras mujeres a las competencias y de aquellas que especialmente desafiaban el orden de género al practicar disciplinas “masculinas”, los hechos a lo largo del tiempo muestran que la estructura jerárquica aún persiste: las atletas continúan siendo marginalizadas y evaluadas desde el modelo “legítimo”. No obstante, la articulación de las demandas que venían planteando las jugadoras de nivel competitivo -y las niñas, jóvenes y adultas de otros espacios- con las propuestas del movimiento de mujeres a nivel nacional, provocó la modificación de los límites y las reglas de este campo tan desigual. Que el fútbol haya sido el terreno donde comenzaron las tensiones no es casual: es nuestro deporte nacional y un centro formador de masculinidades.

3 EL PROBLEMA DE LA HISTORIA

La poca disponibilidad de fuentes, esto es, el silencio o la escasez de registros escritos no debería llevarnos de modo tan apresurado a pensar en la ausencia de mujeres practicando “deportes de varones” (GOELLNER; JAEGER; FIGUEIRA, 2011GOELLNER, Silvana; JAEGER, Angelita; FIGUEIRA, Márcia Machado. Invisibilidade não significa: imagens de mulheres em obras referenciais do skate e do fisiculturismo no Brasil. Ex aequo, n. 24, p. 135-148, 2011.). Determinados estudios aportan valiosos datos e interpretaciones sobre el fútbol de mujeres en las primeras décadas del siglo XX. El 12 de octubre de 1923 tuvo lugar en la cancha de Boca Juniors en la ciudad de Buenos Aires un partido entre los equipos Argentinas y Cosmopolitas (ELSEY; NADEL, 2019ELSEY, Brenda; NADEL, Joshua. Futbolera: a history of women and sports in Latin America. Austin: University of Texas, 2019.; PUJOLPUJOL, Ayelén. ¡Qué jugadora! Un siglo de fútbol femenino en la Argentina. Buenos Aires: Ariel, 2019. 2 2 Participantes de la Red de Investigación sobre Fútbol y Mujeres, financiada por Arts and Humanities Research Council del Reino Unido, coordinada por David Wood, Silvana Goellner y Verónica Moreira. , 2019). El hallazgo más remoto sobre un partido protagonizado por mujeres es el de un encuentro realizado entre dos equipos del club Fémina, el 5 de octubre de 1913 en el predio de la Sociedad Rural en la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe (OSSOLA, 2020OSSOLA, Bianca. En 1913 se jugó en Rosario el primer partido de fútbol entre mujeres del que se tiene registro. El Ciudadano, 4 oct. 2020. Disponible en: https://www.elciudadanoweb.com/en-1913-se-jugo-en-rosario-el-primer-partido-de-futbol-entre-mujeres-del-que-se-tiene-registro/. Consultado en: 2 nov. 2020.
https://www.elciudadanoweb.com/en-1913-s...
).

En un espacio distinto al del fútbol, la historiadora Patricia Anderson (2015ANDERSON, Patricia. Sporting Women and Machonas: negotiating gender through sports in Argentina, 1900-1946. Women’s History Review, v. 24, n. 5, p. 700-720, 2015.) narra que en la década de 1920 muchas mujeres argentinas adoptaron un estilo de vida físicamente activo que desafió la hegemonía masculina. El criterio usado (entre 1880 y la primera guerra mundial) de educar con la actividad física cuerpos fuertes, entrenados y saludables también funcionó para justificar la incorporación de las mujeres; pero con otros objetivos: incrementar la fertilidad y ayudarlas a tener hijos más saludables. La actividad física mejoraba sus cualidades maternales y de cuidado. Dice la autora que si bien esto reforzaba el orden de género, ellas también discutían los mandatos de la época porque su práctica simbólicamente refería al derecho del disfrute, control y uso de sus propios cuerpos3 3 Estas mujeres correspondían a los sectores medios y altos de la sociedad porteña. Entre los deportes que practicaban se encontraban el tenis, el golf y la natación. Ellas se reunían en clubes mixtos o de mujeres como el Club Ciclista Femenil de Villa Devoto (ANDERSON, 2015). . Por otra parte, explica Anderson, “los expertos” (analistas de los medios de comunicación, pedagogos, educadores, y médicos) argumentaban que la práctica inapropiada y excesiva podía masculinizarlas. “Machona” fue el término usado para las mujeres masculinizadas, demasiado vigorosas, las cuales representaban un desvío de la femineidad y subvertían el comportamiento esperado de género.

El fútbol fue uno de esos deportes cuya elección por parte de las mujeres despertaba la atención y la desconfianza de “los expertos”. “¿Por qué la mujer no debe practicar el football?” es un artículo escrito por el jugador inglés Andy Ducat para la revista El Gráfico, publicado el 15 de enero de 1921, en el que sostiene que la mujer que juega este deporte de hombres rudos puede ganar musculatura y dejar de ser mujer para convertirse en “marimacho”. El poema de Bernardo Canal Feijóo, “Fútbol de mujeres”, de su colección Penúltimo poema del fútbol de 1924, también revela la sanción que existía al asociar este juego con el lesbianismo y la sexualidad desbordada4 4 Exposición del investigador inglés David Wood en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, en mayo de 2016. . “Machona” y “marimacho” fueron los términos usados para descalificar a las futbolistas que, con su juego, desafiaban el orden de género, la heteronormatividad y el rol esencializado de las mujeres como madres y cuidadoras5 5 La preocupación por el lesbianismo y la imagen de las “machonas” en el fútbol persistió hasta hace pocos años, pero en el último período más por motivos económicos que morales. La imagen de jugadoras machonas y/o lesbianas resultaba “difícil vender” para las mismas instituciones deportivas locales e internacionales que la había construido durante casi un siglo (WILLIAMS, 2007; SCHULTZ, 2014; GARTON, 2019) .

Medio siglo después, las jugadoras que viajaron a México para jugar el Mundial no oficial de 1971 dan testimonio de las sanciones que sufrieron por disfrutar de un deporte que no había sido pensado para ellas. Estas jugadoras, que cargaron con la vergüenza y el estigma de ser distintas del modelo socialmente instituido, transformaron posteriormente el estigma en amor propio, orgullo y emblema. Las Pioneras, como se llama a estas ex deportistas, hoy son reconocidas por los medios de comunicación, las autoridades del fútbol, el sector político, los estudios académicos y las agrupaciones feministas que ven en ellas un acto de resistencia. El grupo viajó para participar del certamen, que reunía a equipos de distintas nacionalidades, sin botines, sin médico y sin entrenador. A pesar de estos obstáculos, el plantel logró derrotar a Inglaterra 4-1 en el famoso Estadio Azteca. En la actualidad, algunas ex jugadoras recopilan la historia del fútbol de mujeres de las décadas anteriores, desde 1950 en adelante.

Las fundaciones, las historias, las leyendas, las fechas, los nombres del fútbol de mujeres son elementos esenciales del campo de disputas para reconvertir el silencio en reconocimiento. Garton e Hijós (2018GARTON, Gabriela; HIJOS, Nemesia. “La deportista moderna”: género, clase y consumo en el fútbol, running y hockey argentinos. Antípoda. Revista de Antropología y Arqueología, n. 30, p. 23-42, 2018.) identifican, entre otras operaciones, el borramiento de las experiencias de mujeres. Cuando la FIFA se presentó como la responsable del crecimiento del fútbol femenino a nivel global, dicen las autoras: “esta `legitimación´, a la vez, ha intentado ocultar una historia que va más allá de 1991. Como en Argentina, antes de la oficialización del fútbol femenino, en muchos otros países ya había mujeres que practicaban y competían sin el apoyo ni el reconocimiento de la federación de su nación” (2018: 30). La falta de información y de promoción por parte de la federación nacional de mujeres que jugaron en décadas anteriores el deporte más popular del país -como la historia de Las Pioneras- ha sido una operación constante. Así, veinte años después del inicio de la liga, el silencio en torno a las mujeres que buscan ampliar sus derechos sigue siendo una estrategia utilizada por las estructuras del poder. Cuando el 16 de marzo de 2019, el presidente de la AFA anunció la profesionalización del fútbol femenino desconoció, frente a las preguntas de las periodistas en la conferencia de prensa, la lucha previa que un conjunto de futbolistas de la Selección, de los clubes de las distintas divisiones y de las ligas del interior venían llevando a cabo para ser reconocidas.

Así, dos operaciones han atravesado los modos de contar la historia: el silenciamiento y la estigmatización. En la actualidad, a la luz del avance de las demandas de las deportistas y los movimientos feministas por la búsqueda de la equidad en el fútbol, se han realizado algunos cambios en relación al reconocimiento material (la profesionalización) y al reconocimiento simbólico (cobertura en los medios de comunicación y la publicidad). En este nuevo contexto, ha caído en desuso el término “machona”, pero en su reemplazo comienzan a usarse otros estigmas sobre las jugadoras. “Quilombera” es el nombre que se usa para descalificar a la deportista que presenta sus reclamos para seguir mejorando las condiciones de la disciplina, ya sea frente a los dirigentes y entrenadores, en las redes sociales y/o en notas periodísticas. “Desagradecida” también es una palabra usada para hablar de las jugadoras que, supuestamente, no reconocen los cambios en el fútbol y continúan pidiendo mejoras.

La historia del fútbol practicado por mujeres en Argentina se ha convertido en un objeto de interés tanto para especialistas en ciencias sociales y humanidades como para las agrupaciones feministas, no sólo por el hecho de narrar las relaciones de desigualdad que han oprimido a estas mujeres, los modos en que fueron adoctrinadas y disciplinadas, sino también para identificar las experiencias de resistencia. Conocer y narrar “las historias” es un modo de instalar referencias propias -de mujeres jugadoras- para las actuales y nuevas generaciones, de crear al mismo tiempo un mito de ascendencia y una memoria que discutan con la historia oficial ya contada.

4 UNA ARGENTINIDAD EN DISPUTA

Durante la mayor parte del siglo XX, el fútbol fue utilizado en la construcción de la identidad nacional y las masculinidades hegemónicas. Este proceso se dio gracias a una colaboración entre varios actores, entre ellos, y no con papeles secundarios, los medios de comunicación masivos y el Estado. El primer grupo, al mismo tiempo que construía narrativas nacionales basadas en las hazañas de los jugadores y equipos masculinos argentinos -la invención del “estilo criollo”, la idealización del “potrero” y la glorificación del “pibe”6 6 Según el imaginario futbolístico argentino, un “pibe” es un chico que se forma como jugador en “el potrero”, espacios vacíos de la ciudad, todavía sin pavimentar, convertidos por los jóvenes del barrio en canchas improvisadas de fútbol (ARCHETTI, 2008). Por naturaleza, el “potrero” se opone a las canchas oficiales de los colegios británicos donde los maestros organizaban y controlaban los partidos, enseñando las reglas y las formas de juego a sus alumnos obedientes. -, satirizaba, criticaba o mayormente ignoraba la práctica del fútbol por las mujeres, aunque de vez en cuando publicaba algunos textos o imágenes favorables (ELSEY; NADEL, 2019ELSEY, Brenda; NADEL, Joshua. Futbolera: a history of women and sports in Latin America. Austin: University of Texas, 2019.; GARTON, 2019GARTON, Gabriela. Guerreras: fútbol, mujeres y poder. Buenos Aires: Capital Intelectual, 2019.). En cuanto al segundo grupo, el Estado, fue clave la educación en las escuelas públicas que, según Beatriz Sarlo (1998SARLO, Beatríz La máquina cultural: Maestras, traductores y vanguardistas. Buenos Aires: Ariel, 1998.), funcionaban como una “máquina cultural” o como un espacio para construir ciudadanía. El Estado utilizaba la escuela, con más o menos eficacia, en la formación de un discurso pedagógico nacional con el fin de construir una identidad nacional e incorporar la gran cantidad de inmigrantes a la sociedad civil. La Educación Física cumplió un rol fundamental en la escuela al educar cuerpos sexuados que alentaba a las niñas a participar de actividades que respetaban los ideales de la femineidad, como la gimnasia artística y la danza, e impulsaba a los niños a realizar prácticas asociadas a la masculinidad hegemónica (SCHARAGRODSKY, 2006SCHARAGRODSKY, Pablo. ‘Ejercitando’ los cuerpos masculinos y femeninos. Aportes para una historia de la educación física escolar argentina (1880-1990). Apunts Educación Física y Deportes, n. 85, p. 82-89, jul./sept. 2006.).

Pablo Alabarces analiza cómo los medios de comunicación organizaron una narrativa sobre lo nacional en su cruce con el deporte. El mito oficial que las clases dominantes pusieron en marcha en el proceso de construcción de una identidad nacional se fundó en la imagen del gaucho domesticado. Éste, hacia 1912, se consagró como símbolo épico del nacionalismo argentino, gracias al impulso que le dieron intelectuales con prestigio y reconocimiento en nuestro país. Junto al gaucho, aparecieron “los héroes populares y reales”: los deportistas (ALABARCES, 2002ALABARCES, Pablo. Fútbol y Patria. El fútbol y las narrativas de la nación argentina. Buenos Aires: Prometeo, 2002.). Los medios de comunicación fueron operadores de esta nacionalidad deportiva basada en estos héroes que provenían principalmente de las clases populares. Alabarces sugiere que, al primer nacionalismo de la Argentina impulsado por las elites, se le sumó el nacionalismo deportivo “que por posición, porque transforma el espacio de lo representable y representado, es más democrático, en tanto que confía en la capacidad de los héroes y prácticas populares para investirse en los significados de la patria” (2002, p 47). Por eso, dice el autor, recurriendo a la metáfora de Sarlo, que el fútbol comenzó a funcionar como una “máquina cultural”, creadora de nacionalismo, en la década de 1920, de manera contemporánea a la máquina escolar y estatal. Las narrativas nacionalistas del fútbol coexistieron con un alto grado de coherencia con las narrativas estatales; fueron complementarias -no opuestas- a las narrativas oficiales instauradas por el Estado.

Alabarces (2014ALABARCES, Pablo. Héroes, machos y patriotas: El fútbol entre la violencia y los medios. Buenos Aires: Aguilar, 2014.) sugiere que el éxito del fútbol como espacio para los debates sobre la identidad nacional tiene que ver con su condición de zona libre de la cultura. Las zonas libres son ámbitos donde se discuten y reinventan las identidades y nuevas narrativas de modo más creativos que en los espacios serios y clásicos como la escuela, el ejército o la Universidad. Eduardo Archetti (2003) propuso inicialmente esta idea pensando que la formación de la identidad nacional puede darse en sus bordes, en las prácticas marginales como el deporte y la danza, que son espacios fecundos para generar discursos significativos y relevantes sobre la nación. Estas zonas libres se distinguen por su libertad y potencial para la creación.

No obstante, la identidad nacional en el fútbol tiene una condición de género. El fútbol es una práctica generizada y generizante; es decir: atravesada desde su constitución por las relaciones de género, al tiempo que formadora constante de las desigualdades estructurales. Las mujeres no han tenido la misma oportunidad de experimentar autonomía en esta “zona libre”. La contracara de la consolidación del fútbol como un deporte popular y democrático, que dio la oportunidad a los jóvenes de los sectores medios y populares, y funcionó para pensar la argentinidad, fue un conjunto de operaciones de restricción, disciplinamiento y control sobre los cuerpos de las mujeres. La exclusión social de las mujeres de un gran colectivo implicó una exclusión simbólica referida a la imposibilidad de las deportistas de ser protagonistas de los relatos de la patria. Las mujeres fueron incapaces de representar simbólicamente a la nación (RIAL, 2013RIAL, Carmen. El invisible (y victorioso) fútbol practicado por mujeres en Brasil. Nueva Sociedad, n. 48, p.114-126, 2013.). Nos encontramos con una narrativa masculina de la nación que es producida, reproducida, protagonizada y administrada por los hombres.

¿Cómo funcionan los discursos y relatos de la nación en el fútbol en la sociedad global? Pablo Alabarces (2014ALABARCES, Pablo. Héroes, machos y patriotas: El fútbol entre la violencia y los medios. Buenos Aires: Aguilar, 2014.) considera que la cultura de masas es el espacio central de la cultura contemporánea, el que establece la mayoría de las agendas de debate - aquello de lo que podemos o debemos hablar en un momento determinado - y el que consagra la mayor o menor circulación de aquellos relatos. Las competencias internacionales son eventos centrales durante los cuales se ritualiza el enfrentamiento entre naciones. Especialmente durante los Mundiales de Fútbol de varones y los Juegos Olímpicos cuando participa la selección masculina, los relatos sobre la argentinidad se multiplican en las publicidades, en los programas de televisión, en los espacios gráficos y radiales, y en la vida cotidiana. Los hinchas argentinos, mayormente varones, son representados como seguidores, incondicionales, creativos, originales, fervoroso y pasionales. A partir de una producción esencialista de rasgos fijos e inmutables, esto es: una representación rápida y fácilmente reconocible, se construye un relato que es la reducción de una realidad más diversa y compleja (HALL, 2003HALL, Stuart. The spectacle of the ‘other’. In: HALL, Stuart. Representation: cultural representations and signifying practices. London: SAGE, 2003. p. 223-290.); así, se impone un catálogo de cuestiones que merecen ser visibilizadas y puestas en escena, de manera simple y en desmedro de experiencias diversas.

Por otra parte, la base sobre la cual se han construido estas representaciones responde a la lógica del aguante, dominante de la cultura futbolística argentina durante los últimos cuarenta años, que valora positivamente que los hinchas sean activos, agresivos, valientes, fervorosos y fieles; una lógica que legitima eliminar -de modo real o simbólico- al rival. En este contexto, de disputas entre hombres por una masculinidad fuerte, las hinchas mujeres fueron excluidas de las canchas e incluidas en los relatos mediáticos desde la lógica comercial, particular y fuertemente a partir de la década del noventa, y durante los mundiales, ocupando roles tradicionales: como diosas, madres y esposas (CONDE; RODRÍGUEZ, 2002CONDE, Mariana; RODRIGUEZ, María Graciela. Mujeres en el fútbol argentino: sobre prácticas y representaciones. Alteridades, v. 12, n. 23, p. 93-106, 2002.).

5 FUTBOLISTAS MARGINALIZADAS

El deporte, como cualquier otra práctica cultural, encarna el conflicto: es un espacio de disputa por sus sentidos legítimos (HARGREAVES, 1993HARGREAVES, Jennifer. Promesa y problemas en el ocio y los deportes femeninos. In: BROHM et al. Materiales de sociología del deporte. Madrid: La Piqueta, 1993. p. 109-132.). ¿Quiénes han contado la historia del fútbol en Argentina? ¿Quiénes han tenido la palabra y la posición autorizadas para articular el relato oficial? ¿Quiénes han sido protagonistas y qué personas han quedado afuera de los relatos? ¿Cuáles han sido los mecanismos y los argumentos de la exclusión? Los medios de comunicación masivos han jugado un rol importante en esta disputa por la visibilidad de las prácticas deportivas de las mujeres -y de las hinchas-.

Según Travers (2008TRAVERS, Anne. The sport nexus and gender injustice. Studies in Social Justice, v. 2, p 79-101, 2008.), los medios tienen una relación simbiótica con el deporte de alto rendimiento que consagra el deporte masculino y marginaliza a su contraparte femenina con niveles desmesuradamente desiguales de cobertura y de inversión -a través de la distribución de ingresos por patrocinadores y la compra/venta de derechos televisivos-. Esto genera un círculo económico cerrado para las mujeres en el deporte de élite. Los medios no solo visibilizan la práctica masculina, sino que también brindan mayor valor comercial y cultural al ponerla en un primer plano como recursos disponibles para patrocinadores o inversores. En gran parte, el sistema está construido para los varones -de los deportes hegemónicos, sobre todo-, mientras que las mujeres no están contempladas o en el mejor de los casos ocupan un lugar marginal.

En Argentina, contamos con datos que muestran esta subrepresentación de las deportistas. Las Leonas, la multicampeona selección de hockey, que se encuentra entre los equipos de elite en el mundo, no reciben el mismo nivel de atención como sucede con otros deportes como el tenis, el rugby y el básquet masculinos. Galia Moldavsky7 7 Relevamiento realizado en el marco del proyecto UBACyT “Deporte, cuerpo y género” con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, UBA. identificó en el diario La Nación 46 notas dedicadas al fútbol practicado por mujeres durante el año 2018. Si bien el número supera al del año anterior, las 9428 notas sobre el fútbol masculino aún revelan la desigualdad de la cobertura en relación con los géneros.

El diario Olé, que es el principal medio dedicado al deporte, el que establece la agenda de noticias en otros medios de comunicación, el único en formato papel de circulación nacional que tiene gran influencia en Buenos Aires y ciudades cercanas, muestra la misma situación. Si bien la estructura del diario responde a una cobertura centralmente futbolística en sus distintas variantes (fútbol de la primera división, de ascenso, internacional), el campeonato femenino oficial de la AFA está escasamente documentado.

Por otra parte, junto con la subrepresentación de los deportes femeninos, la sexualización de las mujeres y las deportistas ha sido una operación común en los medios de comunicación deportivos, y especialmente en Olé. Este aspecto se observa bajo distintas modalidades: los canales de las cadenas deportivas eligen producir programas de gimnasia destinados al perfeccionamiento de la apariencia física, que refuerza la posición de las mujeres como objeto de la mirada masculina y la idea acerca de que ellas no practican deportes. Cuando años atrás analizamos Olé, encontramos no sólo la desjerarquización y subordinación de las atletas -que alcanzaba a las entrenadoras, árbitras y periodistas- sino también la hipersexualización de las mujeres en la sección la Diosa del Día (ARAOZ ORTÍZ; MOREIRA, 2016ARAOZ ORTÍZ, Leandro; MOREIRA, Verónica. Prensa deportiva en Argentina. Construcciones identitarias y estilos discursivos del deporte en el diario Olé. Trama de la Comunicación, v. 20, n. 2, p. 111-124, 2016.; ÁLVAREZ LITKE; MOREIRA, 2019ÁLVAREZ LITKE, Martín; MOREIRA, Verónica. Un análisis de las representaciones mediáticas y las desigualdades estructurales en el fútbol de mujeres en Argentina. FuLiA/UFMG, v. 4, n. 1, p. 98-116, 2019.). En este caso, las imágenes de modelos jóvenes, bellas y sensuales, funcionaban como una garantía de la masculinidad (RIAL, 2013RIAL, Carmen. El invisible (y victorioso) fútbol practicado por mujeres en Brasil. Nueva Sociedad, n. 48, p.114-126, 2013.).

6 ATLETAS REDEFINIENDO EL CAMPO DE PODER

En un nuevo relevamiento del diario Olé, realizado durante el Mundial de Fútbol de Francia de 2019, encontramos que el medio presentó algunos cambios que veían perfilándose desde la Copa América en Chile en abril de 2018. Relacionamos estos cambios, principalmente, con la lucha de las mujeres y el colectivo LGBTQI+ que se ha masificado y que ha logrado visibilizar un conjunto de demandas tendientes a la ampliación de los derechos en torno al acceso al deporte y la actividad física, la democratización de los puestos de dirección y la oportunidad de trabajo para entrenadoras y especialistas del campo del deporte.

El cerco alrededor de uno de los bastiones más fuertes del patriarcado en Argentina comenzó a discutirse fuertemente a partir de una serie de hechos que sintetizamos a continuación. Un hecho significativo fue la masiva marcha #NiUnaMenos convocada por primera vez en 2015, que hizo visible la lucha de las mujeres contra la violencia de género. Bajo la consigna “Ni una menos, vivas nos queremos” las calles de las provincias argentinas comenzaron a dar cuenta de la potencia de un movimiento que estaba ahí para cuestionar un modelo de sociedad patriarcal que estaba matando a sus ciudadanas. Al mismo tiempo, se trató de una acción que empezó a poner en la escena pública y mediática, la agenda de reclamos y demandas de dicho colectivo.

El 8M, en conmemoración del día internacional de la mujer trabajadora, ha convocado desde 2017 a un paro internacional de mujeres cuyo principal reclamo es la mejora de condiciones de igualdad en el campo laboral. En el caso de Argentina, el tercer paro tuvo la particularidad de incorporar por primera vez a las sexualidades disidentes e identidades no binarias.

Estas acciones se sumaron a las de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Legal, Seguro y Gratuito, cuyos orígenes se remontan a los encuentros nacionales de mujeres de 2003 y 2004, que se organizan todos los años en diferentes ciudades del país. Todas estas acciones se denominan Marea Verde, cuyo potencial se visibilizó en el acompañamiento en las calles en el marco de la votación por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en el 2018.

Al mismo tiempo, estos actos que visibilizaron las luchas de las mujeres y el colectivo del LGTBQI+ tuvieron su impacto en el fútbol y entre las jugadoras, muchas de las cuales participaron y organizaron actividades en los hechos señalados. En este contexto, las jugadoras de la Selección Nacional y de equipos de la liga se sintieron acompañadas en los reclamos que realizaron antes las autoridades de la AFA y sus clubes para mejorar las condiciones materiales de competencia y de entrenamiento.

Desde 2019 comenzamos a observar cambios puntuales en los medios de comunicación. En relación al diario Olé, resultó significativa la eliminación de la sección “La Diosa del Día” en el mes de marzo, siendo una sección clásica del diario. Por otra parte, un aspecto relevante ha sido la cobertura diaria del Mundial de Fútbol de Francia con varias notas, especialmente durante la actuación de la Selección en la fase preliminar.

La tapa dedicada a la jugadora Estefanía Banini exaltando su juego en el debut contra Japón representó un quiebre importante en el régimen de visibilidad de un diario que nunca le había dado ese lugar a una deportista -y menos a una futbolista-. No obstante, en las representaciones aparecen las operaciones androcéntricas de costumbre: la evaluación y la comparación con el modelo “legítimo”, con los jugadores más importantes del fútbol masculino. Banini es particularmente comparada con Leonel Messi.

Otro hecho significativo fue la asociación entre las futbolistas y los significantes de la nación. En las notas e imágenes relativas a los partidos de la primera fase del Mundial observamos frases con sentido patriótico, que comúnmente aparecen con deportistas y futbolistas varones. Esto se pudo observar más fuertemente en relación al último partido de la fase de grupos cuando la selección se enfrentó con Escocia. Ambos equipos necesitaban un triunfo para pasar de ronda desde el grupo “de la muerte”8 8 Se decía “grupo de la muerte” por la calidad de las cuatro selecciones en el grupo: Japón, Inglaterra, Escocia y Argentina. La primera había ganado el Mundial de 2011 y logrado salir subcampeón del Mundial de 2015 mientras que la segunda en 2015 salió tercera y en 2019 se nombraba entre las favoritas para ganar el torneo. La tercera se encontraba en su primer mundial pero con un plantel fuerte de jugadoras que se desempeñaban en las mejores ligas femeninas del mundo. Finalmente, Argentina era la sorpresa del grupo, si bien las selecciones sudamericanas, menos Brasil, no han logrado grandes resultados en los Mundiales Femeninos anteriores, tienen la fama de ser rivales duros por el juego físico, la gambeta y la tradición futbolera de la región. . Con una ventaja de 3-0 faltando 20 minutos de juego, la selección europea parecía bien posicionada para lograr la victoria, sin embargo con un gol en el minuto 74, Milagros Menéndez inició una remontada que se podría describir utilizando su primer nombre. Quedando pocos minutos para el final, la delantera cordobesa, Florencia Bonsegundo lograría el empate con dos goles más. Fue la primera vez en la historia del Mundial Femenino que una selección logró un empate luego de encontrarse tres goles abajo. Si Argentina hubiera logrado un cuarto gol, iba a ser la primera vez que el equipo pasaba a la segunda fase del torneo. Más allá de no pasar de ronda, los relatos periodísticos resaltaron la actuación de la Selección. Particularmente, Olé la resaltó antes y después del partido:

La emoción del himno. Momento muy emotivo en el Parque de los Príncipes9 9 El estadio donde hace de local el Club Paris Saint Germain, uno de los clubes más pudientes del mundo en la actualidad, con una capacidad de casi 48 mil personas. : durante el Himno, muchas de las chicas de la Selección no pudieron contener las lágrimas. 19/06/2019

Cantar el himno con mis compañeras es el orgullo más grande que podés sentir, de representar a tu país estando tan lejos’, cerró Mayorga ¡Vamos las pibas!. 20/06/2019

[…] este equipo logró que un país se ilusionara hasta el final con esa chance. 20/6/2019

Las futbolistas fueron representadas en los medios de comunicación usando la clásica fórmula de la superación de una situación difícil que, en el caso de las mujeres, iba desde la falta de reconocimiento como jugadoras desde pequeñas hasta la discriminación en sus diferentes modalidades (expulsión de la liga, estigmatización). La fórmula en dicha construcción fue la del mito de la heroína que pudo sortear obstáculos y pruebas en busca del reconocimiento y de su destino. Fue común también encontrar la mención de ser madres para algunas jugadoras, característica que no aparece cuando los protagonistas son los atletas varones. Al respecto, cabe señalar que este es un modo de naturalizar, nuevamente, el rol de las mujeres como madres y cuidadoras. La “ambivalencia” es una técnica de marco que utiliza mensajes contradictorios en la representación de las mujeres que trivializa o minimaliza sus habilidades o logros deportivos (CRANMER; BRANN; BOWMAN, 2014CRANMER, Gregory; BRANN, Maria; BOWMAN, Nicholas. Male Athletes, Female Aesthetics: The Continued Ambivalence Toward Female Athletes in ESPN’s The Body Issue. International Journal of Sport Communication, v. 7, n. 2, p. 145-165, 2014.). Se puede emplear con ciertos métodos visuales -por ejemplo, una toma de primer plano en una publicidad de una parte del cuerpo fuertemente asociada con la femineidad como los pechos o los ojos maquillados-, o con el uso de palabras y la discusión de temas no deportivos asociados a lo femenino -como el rol complementario de la deportista como madre, novia, esposa y/o hija-. Cheryl Cooky, Michael Messner y Michela Musto (2015COOKY, Cheryl; MESSNER, Michael; MUSTO, Michela. “It’s Dude Time!”: A Quarter Century of Excluding Women’s Sports in Televised News and Highlight Shows. Communication and Sport, v 3, n. 3, p. 261-287, 2015.) detectan un lazo entre la cobertura deportiva en los medios masivos tan obviamente sesgada y un “desnivel del cambio social” donde el desafío de las mujeres a la hegemonía masculina en los deportes sigue limitado por ideologías de género persistentes, desigualdades estructurales y la segregación de sexo.

El relato construido sobre la arquera Vanina Correa se inscribe en esta línea. La arquera tuvo un excelente desempeño contra Inglaterra en el segundo partido de la ronda clasificatoria y fue nombrada la jugadora del partido. El relato construido sobre ella exaltó dos tópicos clásicos. Por un lado, la superación de la condición material y las adversidades de la vida que fueron sorteadas para llegar al lugar soñado (la selección de fútbol y jugar el mundial -en su caso, dos copas del mundo-). Esta es una operación común, se ha utilizado para narrar la historia de los deportistas varones, como la de Braian Toledo, el garrochista, recientemente fallecido, que salió de los Juegos Evita para convertirse en un atleta de nivel mundial. Por otra parte, destaca su condición de madre. “Dejó dos mellizos” para entrenar como arquera y jugar un torneo internacional. Esta frase tiene un doble sentido, por un lado, reconoce el sacrificio de viajar para jugar sin sus hijos, pero al mismo tiempo cuestiona su capacidad maternal utilizando el verbo “dejar”, para hacer referencia a su responsabilidad de cuidar, algo que no se les reclama a los futbolistas varones. Así, siguiendo a Rial, durante mucho tiempo, los cuerpos de las mujeres fueron etiquetados como inferiores a los de los hombres, incapaces de las mismas hazañas, al tiempo que se los santificaba bajo el manto ideológico de la maternidad. Hoy, después de varias décadas, la maternidad sigue siendo evocada (RIAL, 2013RIAL, Carmen. El invisible (y victorioso) fútbol practicado por mujeres en Brasil. Nueva Sociedad, n. 48, p.114-126, 2013.) en los relatos dedicados a las atletas.

7 FINAL DE JUEGO

El deporte moderno es una arena de conflicto, un campo de batalla donde distintos actores pretenden sostener o cambiar las reglas de juego. Si bien podemos observar estas tensiones de modo dinámico y procesual en distintas prácticas de nuestra sociedad, elegimos estudiar el deporte porque éste contiene desde su origen una condición de género. Conocemos de primera mano las experiencias más comunes y diversas que las atletas han vivido a diario en sus clubes y lugares de competencia y entrenamiento. Conocemos también las sanciones que han soportado estas mujeres -y las de otras décadas- cuando eligieron deportes que transgredían la norma de género. Para ellas, fue común resistir años de silenciamiento y la estigmatización de sus comportamientos.

Al mismo tiempo, expulsar a las mujeres del fútbol -jugadoras e hinchas- significó dejarlas fuera de un gran colectivo y de la oportunidad de representar sentidos asociados a la nación. Sin embargo, el Mundial Femenino de 2019 junto con las luchas cada vez más visibles de las futbolistas por mejores condiciones en cuanto a reconocimiento material y simbólico, indicó un posible momento de cambio luego de un siglo de invisibilidad y marginalización. A pesar de estos supuestos avances, como por ejemplo el aumento en la representación de las jugaras de la selección en el diario deportivo más influyente de Argentina, siguen operando mecanismos de exclusión y de trivialización de las deportistas. Todavía no se les permite alcanzar los mismos niveles de protagonismo que sus colegas varones ni tampoco las mismas posibilidades de representar a la nación. Por lo tanto, este trabajo deja la inquietud de si la inclusión actual de las jugadoras en los medios de comunicación permite pensar en la construcción de referencias propias acerca de lo nacional (¿ellas pueden ser protagonistas de la patria?) y/o si su inclusión se debe a la lógica comercial que todo lo mercantiliza.

La articulación de las demandas de los movimientos feministas por la búsqueda de la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres y las personas del colectivo LGBTQ+ y las condiciones paupérrimas de existencia de las jugadoras posibilitó la unión entre distintos sectores en un mismo frente de lucha (no sin fisuras). En este marco, la búsqueda de “las historias”, que tensionan la historia oficial, se ha convertido en un objetivo que permitirá desafiar -aún más- los límites y las reglas de un campo en disputa.

REFERENCIAS

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  • ALABARCES, Pablo. Héroes, machos y patriotas: El fútbol entre la violencia y los medios. Buenos Aires: Aguilar, 2014.
  • ÁLVAREZ LITKE, Martín; MOREIRA, Verónica. Un análisis de las representaciones mediáticas y las desigualdades estructurales en el fútbol de mujeres en Argentina. FuLiA/UFMG, v. 4, n. 1, p. 98-116, 2019.
  • ANDERSON, Patricia. Sporting Women and Machonas: negotiating gender through sports in Argentina, 1900-1946. Women’s History Review, v. 24, n. 5, p. 700-720, 2015.
  • ARAOZ ORTÍZ, Leandro; MOREIRA, Verónica. Prensa deportiva en Argentina. Construcciones identitarias y estilos discursivos del deporte en el diario Olé. Trama de la Comunicación, v. 20, n. 2, p. 111-124, 2016.
  • ARCHETTI, Eduardo. El potrero y el pibe. Territorio y pertenencia en el imaginario del fútbol argentino. Horizontes Antropológicos, n. 30, p. 259-282, jul./dez, 2008.
  • CONDE, Mariana; RODRIGUEZ, María Graciela. Mujeres en el fútbol argentino: sobre prácticas y representaciones. Alteridades, v. 12, n. 23, p. 93-106, 2002.
  • COOKY, Cheryl; MESSNER, Michael; MUSTO, Michela. “It’s Dude Time!”: A Quarter Century of Excluding Women’s Sports in Televised News and Highlight Shows. Communication and Sport, v 3, n. 3, p. 261-287, 2015.
  • CRANMER, Gregory; BRANN, Maria; BOWMAN, Nicholas. Male Athletes, Female Aesthetics: The Continued Ambivalence Toward Female Athletes in ESPN’s The Body Issue. International Journal of Sport Communication, v. 7, n. 2, p. 145-165, 2014.
  • ELSEY, Brenda; NADEL, Joshua. Futbolera: a history of women and sports in Latin America. Austin: University of Texas, 2019.
  • GARTON, Gabriela. Guerreras: fútbol, mujeres y poder. Buenos Aires: Capital Intelectual, 2019.
  • GARTON, Gabriela; HIJOS, Nemesia. “La deportista moderna”: género, clase y consumo en el fútbol, running y hockey argentinos. Antípoda. Revista de Antropología y Arqueología, n. 30, p. 23-42, 2018.
  • GOELLNER, Silvana; JAEGER, Angelita; FIGUEIRA, Márcia Machado. Invisibilidade não significa: imagens de mulheres em obras referenciais do skate e do fisiculturismo no Brasil. Ex aequo, n. 24, p. 135-148, 2011.
  • HALL, Stuart. The spectacle of the ‘other’. In: HALL, Stuart. Representation: cultural representations and signifying practices. London: SAGE, 2003. p. 223-290.
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  • MONCÓ, Beatriz. Antropología del género. Madrid: Síntesis, 2011.
  • OSSOLA, Bianca. En 1913 se jugó en Rosario el primer partido de fútbol entre mujeres del que se tiene registro. El Ciudadano, 4 oct. 2020. Disponible en: https://www.elciudadanoweb.com/en-1913-se-jugo-en-rosario-el-primer-partido-de-futbol-entre-mujeres-del-que-se-tiene-registro/. Consultado en: 2 nov. 2020.
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  • PUJOL, Ayelén. ¡Qué jugadora! Un siglo de fútbol femenino en la Argentina. Buenos Aires: Ariel, 2019.
  • RIAL, Carmen. El invisible (y victorioso) fútbol practicado por mujeres en Brasil. Nueva Sociedad, n. 48, p.114-126, 2013.
  • SARLO, Beatríz La máquina cultural: Maestras, traductores y vanguardistas. Buenos Aires: Ariel, 1998.
  • SCHARAGRODSKY, Pablo. ‘Ejercitando’ los cuerpos masculinos y femeninos. Aportes para una historia de la educación física escolar argentina (1880-1990). Apunts Educación Física y Deportes, n. 85, p. 82-89, jul./sept. 2006.
  • SCHULTZ, Jaime. Qualifying Times: points of change in U.S. Women’s Sport. Illinois: University of Illinois, 2014.
  • TRAVERS, Anne. The sport nexus and gender injustice. Studies in Social Justice, v. 2, p 79-101, 2008.
  • WILLIAMS, Jean. A Beautiful Game: International Perspectives on Women’s Football. Oxford: Berg, 2007.
  • FINANCIACIÓN

    Este trabajo se llevó a cabo con el apoyo de la Universidad de Buenos Aires; CONICET.
  • 1
    Pago para solventar los gastos que surgen por asistir a los entrenamientos.
  • 2
    Participantes de la Red de Investigación sobre Fútbol y Mujeres, financiada por Arts and Humanities Research Council del Reino Unido, coordinada por David Wood, Silvana Goellner y Verónica Moreira.
  • 3
    Estas mujeres correspondían a los sectores medios y altos de la sociedad porteña. Entre los deportes que practicaban se encontraban el tenis, el golf y la natación. Ellas se reunían en clubes mixtos o de mujeres como el Club Ciclista Femenil de Villa Devoto (ANDERSON, 2015).
  • 4
    Exposición del investigador inglés David Wood en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, en mayo de 2016.
  • 5
    La preocupación por el lesbianismo y la imagen de las “machonas” en el fútbol persistió hasta hace pocos años, pero en el último período más por motivos económicos que morales. La imagen de jugadoras machonas y/o lesbianas resultaba “difícil vender” para las mismas instituciones deportivas locales e internacionales que la había construido durante casi un siglo (WILLIAMS, 2007; SCHULTZ, 2014; GARTON, 2019)
  • 6
    Según el imaginario futbolístico argentino, un “pibe” es un chico que se forma como jugador en “el potrero”, espacios vacíos de la ciudad, todavía sin pavimentar, convertidos por los jóvenes del barrio en canchas improvisadas de fútbol (ARCHETTI, 2008). Por naturaleza, el “potrero” se opone a las canchas oficiales de los colegios británicos donde los maestros organizaban y controlaban los partidos, enseñando las reglas y las formas de juego a sus alumnos obedientes.
  • 7
    Relevamiento realizado en el marco del proyecto UBACyT “Deporte, cuerpo y género” con sede en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, UBA.
  • 8
    Se decía “grupo de la muerte” por la calidad de las cuatro selecciones en el grupo: Japón, Inglaterra, Escocia y Argentina. La primera había ganado el Mundial de 2011 y logrado salir subcampeón del Mundial de 2015 mientras que la segunda en 2015 salió tercera y en 2019 se nombraba entre las favoritas para ganar el torneo. La tercera se encontraba en su primer mundial pero con un plantel fuerte de jugadoras que se desempeñaban en las mejores ligas femeninas del mundo. Finalmente, Argentina era la sorpresa del grupo, si bien las selecciones sudamericanas, menos Brasil, no han logrado grandes resultados en los Mundiales Femeninos anteriores, tienen la fama de ser rivales duros por el juego físico, la gambeta y la tradición futbolera de la región.
  • 9
    El estadio donde hace de local el Club Paris Saint Germain, uno de los clubes más pudientes del mundo en la actualidad, con una capacidad de casi 48 mil personas.

Editado por

RESPONSABILIDAD EDITORIAL

Alex Branco Fraga *, Elisandro Schultz Wittizorecki *, Ivone Job *, Mauro Myskiw *, Raquel da Silveira*, Silvana Vilodre Goellner*
*Universidad Federal de Rio Grande do Sul, Escuela de Educación Física, Fisioterapia y Danza, Porto Alegre, RS, Brasil

Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    08 Mar 2021
  • Fecha del número
    2021

Histórico

  • Recibido
    10 Dic 2020
  • Acepto
    10 Ene 2021
  • Publicado
    28 Feb 2021
Universidade Federal do Rio Grande do Sul Rua Felizardo, 750 Jardim Botânico, CEP: 90690-200, RS - Porto Alegre, (51) 3308 5814 - Porto Alegre - RS - Brazil
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