RESUMEN.
El artículo parte de una experiencia de investigación sobre el tratamiento psicoanalítico en grupo de niños autistas, para pensar se a propósito de la presencia de más de un analista en el setting. La interacción entre analistas favorece un abordaje no directivo, permitiendo que el niño se acerque espontáneamente, sin ser forzado a un contacto que puede ser extremadamente angustiante para el autista. Además, se constatan los efectos de la voz como soporte para los propios interventores, que dialogan, juegan y cantan entre sí, evocando una animación liminal capaz de movilizar el niño autista. La música que circula en las cirandas transmite tanto los aspectos simbólicos de la cultura cuanto el real del goce de la lengua. En un caso particular, la prosodia del canto se ha mostrado una forma imaginaria específica de tratar la dimensión real de la voz que invade el sujeto autista. Haciendo uso de canciones populares como objetos de mediación, fue posible guiar el tratamiento a partir de una solución proveniente del propio sujeto, que, anticipado en este acto, puede escuchar la invocación para venir a ser. Se evidencia así, también en el autismo, el papel del objeto pulsional voz para la constitución subjetiva.
Palabras clave:
Autismo; psicoanálisis; pulsión invocate