RESUMEN
Este artículo objetivó discutir una experiencia psicodramática con un niño de ocho años diagnosticado con trastorno del espectro autista (TEA). El estudio se desarrolló en Aracaju-SE, con base en sesiones de psicoterapia semanales, el tratamiento fue buscado por la madre del niño. Después de 19 meses, observamos que el juego de roles y el entrenamiento de la espontaneidad promovieron mejoras en las habilidades sociales y de comunicación. Como solo hemos abordado una experiencia, se debe tener cuidado al generalizar conclusiones. Discutimos la importancia de más estudios y la noción de que también es posible cuidar el TEA desde una perspectiva psicodramática, en la que el objetivo no es “normalizar”, sino promover la salud en relación, con creatividad, sensibilidad y encuentro.
PALABRAS CLAVE
Psicodrama; Conducta infantil; Trastorno del espectro autista; Psicoterapia