Resumen:
En este artículo se defiende la tesis de que nuestro acceso a la fenomenalidad de los fenómenos, incluyendo el acceso por sí mismo, sólo es posible a través del registro de la copropriedad de vida, el afecto vida-vivo. Mostramos sus implicaciones en una teoría de la cultura, especificando la cultura de las relaciones entre la Fenomenología y las Ciencias de la Salud. Cuestionamos la posibilidad en la fenomenología del afecto de juzgar los cuerpos y, a través de eso, ser juzgado nuestros dolores y enfermedades. Hemos puesto estas cuestiones a continuación de la labor iniciada por Michel Henry con respecto a los fundamentos de la interdisciplinariedad entre la Fenomenología y la Clínica. Traeremos estas cuestiones unidas a una tradición filosófica y científica, con raíces en el casi contemporáneo de Descartes, Francisco Sanches, para regresar a las vacilaciones y cuestionamientos de Descartes, que él introdujo en su corpus filosófico: la dependencia del espíritu de la disposición de los órganos. Al reanudar este pensamiento olvidado de Francisco Sanches y de Descartes, preguntamos sobre el lugar de la fenomenalidad del afecto en el diálogo del conocimiento filosófico y científico.
Palabras clave:
fenomenalidad; vida; afección; cuerpo; interdisciplinariedad