Este ensayo busca mostrar de qué manera la modernidad tecnológica produce en permanencia comportamientos arcaicos, preservados en el interior de la civilización que se pretende lógica y científica. De la pseudoformación escolar a los particularismos políticos, del fin del espacio público a las legislaciones sometidas a lobbies, se pasa de la idea de polis - la ciudad como destino común de una colectividad que divide los mismos valores - a la thyase - organización de grupos en la forma de sectas - religiosas o políticas. Se muestra, así, el modo de producción del malestar y de la violencia en el mundo contemporáneo, sólo pudiendo ser superados, rompiéndose con los particularismos resentidos y con la política que opone amigo y enemigo. En este sentido, así como el futuro es contingente, el pasado también lo es, pudiendo ser reabierto en sus esperanzas de paz y felicidad no cumplidas y que pueden reabrir el presente.
fundamentalismos; tecnología; violencia; enemigo; parti pris ; no-violencia; identidades; aceleración del tiempo; mirar