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Impacto del tipo de información preanestésica sobre la ansiedad de los padres y de los niños

Resúmenes

JUSTIFICATIVA Y OBJETIVOS: La ansiedad preoperatoria es un factor negativo en la experiencia anestésico-quirúrgica. Entre las estrategias para la reducción de la ansiedad en niños, las no farmacológicas son tan importantes como las farmacológicas, pero su caducidad todavía es algo controversial. Verificar si la información ofrecida a los responsables interfiere en la ansiedad del niño. MÉTODOS: Setenta y dos (72) niños de 4 a 8 años, con ASA I y II, sometidos a procedimientos quirúrgicos electivos y sus responsables, divididos aleatoriamente en: Grupo Control (GC) = responsable recibió una información anestésica convencional; y el Grupo Informativo (GI) = responsable recibió un folleto sobre la anestesia. Se evaluó la ansiedad de los niños por la escala de ansiedad preoperatoria de Yale modificada (EAPY-m), en dos momentos, en la sala de espera del centro quirúrgico (SE) y en el quirófano (Q), y de los padres, por la escala de Hamilton (HAM-A) en SE. RESULTADOS: No hubo diferencia en los datos sociodemográficos entre los grupos. El nivel de ansiedad en los niños no presentó ninguna diferencia entre los grupos en los dos momentos. Hubo una diferencia estadística significativa en los niveles de ansiedad entre SE y Q en los dos grupos, p = 0,0019 en el GC y p < 0,0001 en el GI, como también en la prevalencia de ansiedad en GC (SE 38,9% y Q 69,4%, p = 0,0174) y en GI (SE 19,4% y Q 83,3%, p< 0,0001). El nivel de ansiedad de los responsables no presentó diferencia entre los grupos. CONCLUSIONES: Independientemente de la calidad de la información ofrecida a los responsables, el nivel y la prevalencia de ansiedad de los niños fueron bajos en el momento SE aumentando significativamente en el momento Q.

Ansiedad; Anestesia; Evaluación; Cuidados preoperatorios; Niño


JUSTIFICATIVA E OBJETIVOS: Ansiedade pré-operatória é um fator negativo na experiência anestésico-cirúrgica. Dentre as estratégias para redução da ansiedade em crianças, as não farmacológicas são tão importantes quanto as farmacológicas, porém sua validade ainda é controversa. Verificar se a informação oferecida aos responsáveis interfere na ansiedade da criança. MÉTODOS: 72 crianças de 4 a 8 anos, ASA I e II, submetidas a procedimentos cirúrgicos eletivos e seus responsáveis, divididos aleatoriamente em: Grupo Controle (GC) = responsável recebeu informação anestésica convencional; e Grupo Informativo (GI) = responsável recebeu folheto sobre a anestesia. Foi avaliada ansiedade das crianças pela escala de ansiedade pré-operatória de Yale modificada (EAPY-m), em dois momentos, na sala de espera do centro cirúrgico (SE) e na sala de operação (SO), e dos pais, pela Escala de ansiedade de Hamilton (HAM-A) em SE. RESULTADOS: Não houve diferença nos dados sociodemográficos entre os grupos. O nível de ansiedade nas crianças não apresentou diferença entre os grupos nos dois momentos. Houve diferença estatística significativa nos níveis de ansiedade entre SE e SO nos dois grupos, p = 0,0019 no GC e p < 0,0001 no GI, assim como na prevalência de ansiedade em GC (SE 38,9% e SO 69,4%, p = 0,0174) e em GI (SE 19,4% e SO 83,3%, p< 0,0001). O nível de ansiedade dos responsáveis não apresentou diferença entre os grupos. CONCLUSÃO: Independentemente da qualidade de informação oferecida aos responsáveis, o nível e a prevalência de ansiedade das crianças foram baixos no momento SE e aumentaram significativamente no momento SO.

Ansiedade; Anestesia; Avaliação; Cuidados pré-operatórios; Criança


BACKGROUND AND OBJECTIVES: Preoperative Anxiety is a negative factor in anesthetic and surgical experience. Among the strategies for reducing children's anxiety, non-pharmacological strategies are as important as the pharmacological ones, but its validity is still controversial. OBJECTIVES: The aim of this study was to verify if the information provided to guardians interferes with child anxiety. METHODS: 72 children, 4-8 years old, ASA I and II, undergoing elective surgical procedures and their guardians were randomly divided into two groups: control group (CG) = guardian received conventional information about anesthesia; informative group (IG) = guardian received an information leaflet about anesthesia. Children's anxiety was assessed using the modified Yale Preoperative Anxiety Scale (m-YPAS) on two occasions: at the surgical theater waiting room (WR) and at the operating room (OR). Parents' anxiety was assessed using the Hamilton Anxiety Scale (HAM-A) at the CT. RESULTS: There was no difference in demographic data between groups. The level of anxiety in children showed no difference between groups at two measured times. There was statistically significant difference in anxiety levels between WR and OR in both groups, p = 0.0019 for CG and p < 0.0001 for GI, as well as the prevalence of anxiety for CG (38.9% WR and 69.4 % OR, p = 0.0174) and GI (19.4% WR and 83.3% OR, p < 0.0001). The anxiety level of guardians did not differ between groups. CONCLUSION: Regardless of the quality of information provided to the guardians, the level and prevalence of anxiety in children were low at WR time and significantly increased at OR time.

Anxiety; Anesthesia; Evaluation; Preoperative care; Child


ARTÍCULO CIENTÍFICO

Impacto del tipo de información preanestésica sobre la ansiedad de los padres y de los niños*

Débora de Oliveira CuminoI,II,III; Guilherme CagnoIV; Vinícius Francisco Zacarias GonçalvesV; Denis Schapira WajmanV; Lígia Andrade da Silva Telles MathiasIV,V

IComité de Anestesia Pediátrica de la Sociedad Brasilera de Anestesiología, Brasil

IIIrmandade Santa Casa de Misericórdia de São Paulo, São Paulo, SP, Brasil

IIIServicio de Anestesiología Pediátrica, Hospital Infantil Sabará, São Paulo, SP, Brasil

IVServicio de Anestesiología, Irmandade Santa Casa de São Paulo, São Paulo, SP, Brasil

VFacultad de Ciencias Médicas, Irmandade Santa Casa de São Paulo, São Paulo, SP, Brasil

Autor para correspondência

RESUMEM

JUSTIFICATIVA Y OBJETIVOS: La ansiedad preoperatoria es un factor negativo en la experiencia anestésico-quirúrgica. Entre las estrategias para la reducción de la ansiedad en niños, las no farmacológicas son tan importantes como las farmacológicas, pero su caducidad todavía es algo controversial. Verificar si la información ofrecida a los responsables interfiere en la ansiedad del niño.

MÉTODOS: Setenta y dos (72) niños de 4 a 8 años, con ASA I y II, sometidos a procedimientos quirúrgicos electivos y sus responsables, divididos aleatoriamente en: Grupo Control (GC) = responsable recibió una información anestésica convencional; y el Grupo Informativo (GI) = responsable recibió un folleto sobre la anestesia. Se evaluó la ansiedad de los niños por la escala de ansiedad preoperatoria de Yale modificada (EAPY-m), en dos momentos, en la sala de espera del centro quirúrgico (SE) y en el quirófano (Q), y de los padres, por la escala de Hamilton (HAM-A) en SE.

RESULTADOS: No hubo diferencia en los datos sociodemográficos entre los grupos. El nivel de ansiedad en los niños no presentó ninguna diferencia entre los grupos en los dos momentos. Hubo una diferencia estadística significativa en los niveles de ansiedad entre SE y Q en los dos grupos, p = 0,0019 en el GC y p < 0,0001 en el GI, como también en la prevalencia de ansiedad en GC (SE 38,9% y Q 69,4%, p = 0,0174) y en GI (SE 19,4% y Q 83,3%, p< 0,0001). El nivel de ansiedad de los responsables no presentó diferencia entre los grupos.

CONCLUSIONES: Independientemente de la calidad de la información ofrecida a los responsables, el nivel y la prevalencia de ansiedad de los niños fueron bajos en el momento SE aumentando significativamente en el momento Q.

Descriptores: Ansiedad; Anestesia; Evaluación; Cuidados preoperatorios; Niño

Introducción

La ansiedad perioperatoria es uno de los principales factores de impacto negativo en la experiencia anestésico-quirúrgica, como también un factor de riesgo adicional para complicaciones en el postoperatorio en la franja etaria pediátrica.1,2 Se estima que entre un 40% a un 75% de los niños sometidos a las cirugías, tienen miedo y ansiedad significativa en el período preoperatorio.3-5 Varios autores sugieren que los niños con edad por debajo de los 4 años, tienen un mayor riesgo de desarrollar la ansiedad en el período preoperatorio.6,7 Bevan et al.8 han demostrado que la ansiedad de los parientes es un factor de gran relevancia e influencia bajo los niveles de ansiedad de los niños en el período preoperatorio y que aporta con el efectivo desarrollo de las alteraciones del comportamiento en el postoperatorio de los pacientes pediátricos. Entre las estrategias para la reducción de la ansiedad en la población pediátrica, los abordajes no farmacológicos por medio de terapias alternativas que actúan en los aspectos psicológicos, son tan importantes como los farmacológicos.9 Actualmente se observa una gran motivación para las intervenciones no farmacológicas dirigidas al alivio de la ansiedad de los niños y de sus parientes, como la presencia de los padres en la inducción anestésica (PPIA), programas de educación con preparación de los parientes y suministro de informaciones escritas sobre el procedimiento anestésico para los parientes y/o para los niños. Eso se debe, en parte, al gran crecimiento de la práctica ambulatorial y a una mayor participación y permanencia de los padres durante la hospitalización de los niños, pero también a las nuevas estrategias institucionales que han venido motivando una práctica médica más humanitaria.7,10-13 El objetivo de este estudio, fue verificar si la calidad de la información ofrecida a los responsables en la sala de espera (SE) del centro quirúrgico, tiene algún impacto sobre la ansiedad del niño en el quirófano (Q).

Método

Después de su aprobación por parte del Comité de Ética en Investigación en Seres Humanos de la Irmandade de la Santa Casa de Misericórdia de São Paulo y del Centro de Investigación del Hospital Infantil Sabará, bajo el número 108/11, se llevaron a cabo, un ensayo clínico aleatorio abierto en los centros quirúrgicos de ambos hospitales, con el fin de comparar el nivel de ansiedad de los niños y de sus responsables de acuerdo con la calidad de la información recibida en el preanestésico.

La selección aleatoria de los participantes se obtuvo por medio del programa "List randomizer", en la Web: www.random.org, siendo seleccionados 74 niños, que constituyeron dos grupos: Grupo Informativo (GI), en el cual el responsable recibió, además de la información verbal convencional, un folleto con las informaciones sobre el procedimiento anestésico, en la sala de espera del centro quirúrgico (CQ); y el Grupo Control (GC), en donde el responsable recibió solamente la información verbal convencional en la sala de espera del CQ.

Desarrollado por el autor, el folleto informativo, que se constituye de 17 ítems sencillos del tipo preguntas y respuestas, contiene informaciones relacionadas con las dudas más frecuentes de los responsables, conforme a la observación en la práctica clínica. El contenido de ese informativo abarca aspectos sobre la especialidad médica en anestesiología, tales como: uso y suspensión de las medicaciones, ayuno, estómago lleno y realimentación después de la anestesia, exámenes laboratoriales, anestesia en niños, tipos de anestesia, riesgos, inducción y sala de recuperación, presencia de los padres y cómo colaborar para una anestesia tranquila en el niño (fig. 1).


Se incluyeron los niños con estado físico ASA I y II, según la clasificación de la American Society of Anesthesiologists (ASA), y con una edad entre los 4 y los 8 años, que serían sometidos a procedimientos quirúrgicos electivos mayores y menores, con indicación de anestesia general, que no recibieron medicación preanestésica y cuyos padres estaban alfabetizados.

Los criterios de exclusión fueron los siguientes:

• niños: déficit neuropsicomotor; uso de fármacos psicoactivos; discapacidad auditiva y/o visual; intervención quirúrgica anterior;

• responsables: enfermedad o trastorno mental reconocido clínicamente; falta de condición de decidir sobre la participación del niño en el estudio; negativa a participar.

Antes del inicio del estudio, se hicieron sesiones de entrenamiento sobre el uso de la Escala de Ansiedad de Yale modificada (EAPY-m) con los investigadores en el mismo local donde se dio la investigación.

El estudio empezó siempre en la sala de espera de los centros quirúrgicos, después de la evaluación preanestésica y el suministro de informaciones convencionales sobre la anestesia. Uno de los investigadores aplicó la escala EAPY-m y a continuación los responsables fueron informados al detalle sobre el carácter del estudio y sobre el método que se utilizaría y se les pidió que firmasen el consentimiento informado. Al final de la evaluación preanestésica (APA), con una antelación mínima de 30 minutos desde la entrada en la SO, los responsables de ambos grupos (GC y CI), recibieron una información verbal convencional y los responsables del GI recibieron también un folleto informativo. Antes de llevar al niño a la SO, en la sala de espera del CQ se hizo la evaluación de ansiedad del responsable por medio de la Escala de Ansiedad de Hamilton (HAM-A) en ambos grupos y enseguida, independientemente del grupo, se hizo la recolección de los datos sociodemográficos y posteriormente la investigación de satisfacción con relación a la información recibida. Los niños estuvieron siempre acompañados por el responsable hasta el final de la inducción anestésica. En la SO, todos los niños se sometieron a la monitorización preconizada e inmediatamente antes de la inducción anestésica inhalatoria o venosa con la técnica convencional fueron nuevamente evaluados por la EAPY-m (momento SO).

Variables analizadas:

• Nivel y prevalencia de la ansiedad de los niños (EAPY-m), medida en dos momentos: momento SE, en la sala de espera (SE) del CQ, y momento SO, en la sala de operación (SO) inmediatamente antes de la inducción anestésica. Se usó la escala observacional de EAPY-m (fig. 2) conforme a lo propuesto originalmente por Kain et al.14 A cada dominio se le dio una puntuación parcial, con base en la puntuación observada por el investigador, dividida por el número de Categorías de su dominio. La puntuación de cada dominio se sumó a los demás y entonces se multiplicó por 20 (fig. 3). Las puntuaciones consideradas "punto de corte" para clasificar los pacientes con o sin ansiedad fueron: sin ansiedad, 23,4 a 30; con ansiedad, mayor que 30.

• Nivel y prevalencia de ansiedad de los responsables por medio de la HAM-A15 (fig. 4), que establece la puntuación cuantitativamente de los síntomas relacionados con la ansiedad e incluye 14 síntomas, siete psíquicos y siete físicos, con el uso de puntuaciones de 0 a 4 que cuantifican la intensidad de cada uno de los síntomas en los cuales 0 = ausencia de cualquier síntoma; 1 = intensidad leve; 2 = intensidad promedio; 3 = intensidad fuerte; 4 = intensidad máxima - incapacitante. La suma de esos valores fue usada para cuantificar la puntuación total de ansiedad del responsable del paciente, de acuerdo con las recomendaciones originales de la escala. Las franjas de puntuación consideradas "puntos de corte" para esa escala obedecieron los siguientes criterios15-17: 0 a 17 - ansiedad normal; 18 a 24 - ansiedad leve; 25 a 29 - ansiedad moderada; mayor que 30 - ansiedad grave.




Para el cálculo del tamaño de la muestra se tuvo en cuenta que la prevalencia de ansiedad en quirófano, en niños es de un 50%3 y que la intervención propuesta es capaz de reducirla en un 30%. Por tanto, los autores propusieron usar un error a de un 5%, error b de un 20% e intervalo de confianza (IC) de un 95%, totalizando 72 pacientes, 36 en cada grupo.

Los resultados fueron presentados en tablas descriptivas que contenían promedios, desviaciones estándar, valores mínimos y máximos, mediana, percentiles 25 y 75, valores totales y porcentajes. Se usaron los test t de Student no pareado, exacto de Fisher, Mann-Whitney, Kruskal-Wallis y χ2. Fue considerada la diferencia estadística significativa cuando p < 0,05.

Resultados

Fueron invitados a participar en el estudio 74 individuos, dos responsables se negaron, totalizando 72 niños.

La comparación de los datos de edad y sexo de los niños y de los responsables, como también el tipo de vínculo de los responsables, mostró que no hubo diferencia estadística significativa entre los dos grupos (tabla 1). Los procedimientos quirúrgicos tuvieron la siguiente distribución: cirugía general pediátrica, n = 24 (GC 36,0% vs GI 33,3%); cirugías otológicas, n = 5 (GC 8,4% vs GI 2,8%) y cirugías otorrinolaringológicas, n = 43 (GC = 55,6% vs GI 63,9%). No hubo diferencia estadística entre los grupos (p = 0,7498).

La tabla 2 presenta las medianas y los percentiles 25 y 75 de las puntuaciones de la escala EAPY-m de los pacientes de los grupos GC y GI en los momentos SE y SO. El nivel de ansiedad en los niños mensurado por medio de las medianas de las puntuaciones de la EAPY-m no tuvo diferencia significativa entre los grupos estudiados en el momento SE y en el momento SO. Sin embargo, en la comparación de los momentos en cada grupo, se observó una diferencia estadística significativa entre los niveles de ansiedad en SE y Q en ambos grupos, con p = 0,0019 en el GC y p < 0,0001 en el GI (tabla 2).

En cuanto a la prevalencia de ansiedad en los niños (niño considerado ansioso cuando la puntuación final de la EAPY-m rebasó 30), no se observó diferencia entre los grupos en cada momento (SE y SO). En contrapartida, se observó un aumento significativo de la prevalencia de ansiedad en ambos grupos conforme al momento: en el GC, en el momento SE fue de un 38,9% y en el momento SO, 69,4% (p = 0,0174), mientras que en el GI, en el momento SE fue 19,4% y en el momento Q 83,3% (p < 0,0001) (tabla 3).

El nivel de ansiedad de los responsables mensurado por medio de las medianas (percentiles 25 y 75), de las puntuaciones de la escala de ansiedad de Hamilton (HAM-A) en el período preoperatorio, no presentó diferencia significativa entre los grupos estudiados, GC 8 (5,25-16) vs GI 9 (3,25-17,75), p = 0,8435.

Con relación a la prevalencia y a la puntuación de ansiedad de los responsables, vimos que no hubo diferencia estadística de la prevalencia de ansiedad en los dos grupos (test de χ2 - p = 0,7002). Según las puntuaciones de HAM-A, la prevalencia, el número total y el porcentaje de los responsables con ansiedad normal, GC = 29 (80,5%) vs GI = 27 (75%), ansiedad leve, GC = 4 (11,1%) vs GI = 3 (8,3%), ansiedad moderada, GC = 2 (5,6%) vs GI = 3 (8,3%) y ansiedad grave, GC = 1 (2,8%) vs GI = 3 (8,3%).

En cuanto a la relación entre la ansiedad de los responsables y la de los niños, se hizo un análisis de los dos grupos separadamente. Se consideran, según la escala de Hamilton, "sin ansiedad" (HAM-A < 18) los responsables con puntuaciones de ansiedad normal y se agruparon en "ansiosos" (HAM-A > 18) los responsables con puntuaciones de ansiedad leve, moderada y grave. No se demostró significancia estadística (tabla 4).

Discusión

La mensuración de ansiedad, por medio de escalas, no es una rutina durante la evaluación preanestésica de niños en Brasil.18-20 Sin embargo, el rol actual del anestesiólogo abarca todo el período perioperatorio y en ese amplio espectro de actuación la identificación de la ansiedad es fundamental para dirigir las estrategias farmacológicas y no farmacológicas en el abordaje preoperatorio, con el fin de disipar la ansiedad y obtener los mejores resultados en la inducción anestésica y en el período postoperatorio en la franja etaria pediátrica.5,9,14,21,22

Los autores optaron por evaluar la ansiedad preoperatoria de los niños y de los responsables en la sala de espera del CQ, porque ese es el momento en que el anestesiólogo, en ambas instituciones involucradas en el estudio, presta informaciones sobre el procedimiento anestésico al acompañante y le explica al niño como es la inducción de la anestesia.

En el actual estudio, la elección del momento y del local para la evaluación de la ansiedad preoperatoria, fu motivada por el ensayo clínico de Kain et al.,7 que evalúa el binomio padres/hijos y los predictores de temperamento (tranquilo y ansioso), que influyen en el beneficio de la PPIA sobre la ansiedad del niño en ese momento. En el referido ensayo, la evaluación de ansiedad preoperatoria se hace en la sala de espera del CQ y la evaluación de ansiedad en la inducción, inmediatamente antes de la colocación de la mascarilla facial.7

En la última década, observamos una mayor permisividad con relación a la presencia de los parientes durante la hospitalización y los procedimientos bajo anestesia. En las dos instituciones en las cuales este estudio se hizo, la rutina institucional permite la PPIA hace ya mucho tiempo, sin embargo, en la práctica diaria, se veía que no siempre solo la presencia de los padres era suficiente para controlar o reducir la ansiedad de los niños en Q al momento de la inducción anestésica.

El uso del folleto informativo con la finalidad de aumentar el conocimiento y la satisfacción y de reducir la ansiedad de los responsables se propuso en este ensayo, como una estrategia no farmacológica, con el objetivo principal de reducir la ansiedad del niño al momento de la inducción anestésica, en conformidad con el análisis multicéntrico que evidencia que el suministro de informaciones y la PPIA son factores de impacto en los niveles de satisfacción de los niños y de sus parientes con relación a la anestesia.21 Además, Padda et al.22 afirman que el uso de material pedagógico o material de lectura, incluso con informaciones básicas, es eficiente para promover la educación y el conocimiento a los padres sobre los cuidados peroperatorios de sus hijos.

En el presente estudio, el folleto informativo se le entregó al responsable con una antelación mínima de 30 minutos en la sala de espera del CQ, para que tuviese tiempo suficiente de leer las informaciones y orientar a los niños en cuanto al procedimiento anestésico antes de la entrada a la SO (quirófano), y se presupuso que el tiempo para la lectura del folleto fuese de aproximadamente diez minutos. En cuanto al momento de la entrega del material informativo, no existe un consenso en la literatura actual sobre cuál es el momento ideal para informar a los responsables.

En un estudio de Chan y Molassiotis23 se propone un programa educacional, constituido por informaciones verbales sobre todo el proceso de admisión y permanencia hospitalaria, como también sobre las informaciones escritas respecto de la importancia de la presencia de los padres durante el perioperatorio, ambos prestados a los parientes un día antes del procedimiento quirúrgico, y compara esa estrategia con las informaciones convencionales. Se evidencia entonces, en el grupo que recibe el programa educacional, la disminución de la ansiedad y el aumento de la satisfacción de los parientes.

Un ensayo clínico que usa folleto informativo sobre anestesia, y que fue entregado a los padres en su llegada a la unidad ambulatorial de ingreso, antes incluso del primer contacto con el anestesiólogo, demuestra una reducción de la ansiedad de los padres en un 56%, pero no evalúa el tiempo transcurrido entre la entrega del folleto y el procedimiento quirúrgico ni tampoco el impacto de esa estrategia en la ansiedad de los niños.24

Otros autores que evalúan la estrategia de información escrita entregada a los responsables, demuestran que sí se da un aumento del conocimiento y la disminución de ansiedad, pero esos estudios poseen diferentes características, como el tiempo y la forma de entrega del informativo, presencia de un programa educacional y la propia etnia de los responsables, que interfieren en el deseo por obtener informaciones. Así, es más difícil la comparación con el actual estudio.10,25-29

El uso de la escala de HAM-A para mensurar la ansiedad en los responsables quedó determinado por la facilidad y por la rapidez de aplicación de ese instrumento por parte del investigador y por incluir síntomas psíquicos y físicos. Se trata de una escala usada en la práctica anestésica.30 Recientemente Rangel Avila et al.31 usaron esa herramienta, en un estudio observacional, para evaluar la ansiedad en los parientes de niños sometidos a la anestesia general.

La elección de la escala de EAPY-m para mensurar la ansiedad en los niños en este estudio, de debió a algunos factores: por tratarse de un instrumento observacional, que evita el estrés de la interacción del investigador con el niño; posibilitar una evaluación de niños de la franja etaria del preescolar; presentar una alta sensibilidad (85%) y especificidad (92%) para la puntuación de EAPY-m mayor que 30; tener una validación para la lengua portuguesa y ser de rápida y fácil aplicación.5,14,20

Se escogió la franja etaria entre los 4 y los 8 años, para homogeneizar la muestra desde el punto de vista cognitivo. La escala EAPY-m ya fue usada en amplias franjas etarias, de 2 a 12 años. Nuestra elección se basó en estudios que demuestran que niños mayores, por encima de los 2 años, se benefician más con la presencia de los padres7 y que niños por debajo de los 7 años son los más propensos a desarrollar cuadros de ansiedad elevada.5

En este estudio, la escala de EAPY-m fue aplicada siempre por uno de los cuatro investigadores involucrados, como también en el estudio de Davidson et al.,5 en que la escala la aplicó solamente un evaluador entre los 15 técnicos que estaban comprometidos con la evaluación de ansiedad. En el actual ensayo, todos los evaluadores fueron instruidos sobre cómo aplicar la escala y entrenaron su uso para poder obtener la ecualización de los valores mensurados antes de iniciar la recolección de los datos. En la descripción primaria de la escala, para efectos de validación, se usaron dos observadores independientes para la mensuración de la ansiedad. En el estudio original, Kain et al.14 relatan un elevado grado de concordancia interobservador en la aplicación de la EAPY-m, confirmado posteriormente por Guaratini et al.20 La aplicación de la EAPY-m en Q secundó el método propuesto originalmente por Kain et al.14 y usado en diversos otros estudios posteriormente.5,7,10,32-34

Con relación a los resultados, no fueron notadas diferencias entre los grupos con relación a los datos sociodemográficos. Vale resaltar la predominancia del sexo femenino entre los responsables en los dos grupos, como también el vínculo parental de los responsables. Ese hecho es común en los pacientes pediátricos, pero su constatación era necesaria porque la diferencia de frecuencia de los sexos o del vínculo parental en uno de los grupos, podría crear un sesgo en el análisis de la ansiedad de los niños, justificado por algunos autores, que sugieren que las madres son más ansiosas e influyen en la ansiedad de los hijos al momento de la inducción anestésica,35,36 como también la presencia de un responsable que no fuese pariente podría ser un factor adicional para el aumento de la ansiedad en el niño.

Observamos también en este estudio, una baja prevalencia de ansiedad en la sala de espera del CQ en ambos grupos, la mayoría de los niños estaban tranquilos al momento de SE, GC 61,1% y GI 80,9%. Igualmente se notaron bajos niveles de ansiedad en los niños en ese momento, GC 26,7 y GI 25,0 (medianas de las puntuaciones de EAPY-m), datos que se compararon con los encontrados por Kain et al.14 en un estudio original que validó la escala de EAPY-m. Esos resultados pueden reflejar el beneficio de la presencia de los padres en la sala de espera del CQ, además de demostrar que ese ambiente es adecuado para el niño y para sus parientes, a causa de la presencia de la televisión, juguetes y de la información prestada por los anestesiólogos, que interfiere positivamente en la ansiedad en ese momento. Otros autores tienen una prevalencia o un nivel de ansiedad diferente, pero las estrategias adoptadas para la reducción de la ansiedad no se comparan, o la escala usada es diferente o la franja etaria analizada es más abarcadora.10,29,37,38

En el momento SO, el escenario se modificó, ocurriendo una mayor prevalencia de niños ansiosos en ambos grupos, GC 69,4% y GI 83,3%, con una diferencia estadística significativa con relación al momento SE. Esa alta prevalencia de ansiedad en el momento Q corrobora los datos de la literatura consultada que comprueban la prevalencia de ansiedad variando entre un 40% a un 75% de los niños en el momento inmediatamente antes de la inducción anestésica.4,5

Con relación a la prevalencia de ansiedad en los niños en los diferentes momentos, es importante remarcar que en el momento SE y aunque no se registrase diferencia desde el punto de vista estadístico entre los grupos (p = 0,1187), la prevalencia de ansiedad fue de un 50% menor en el GI (n = 7) comparado con el GC (n = 15). Sin embargo, en el momento SO, ese comportamiento no se observó. A pesar de que el GI presentase una menor prevalencia de ansiedad, no hay una relación con la intervención usada, porque la mensuración de ansiedad de los niños en el momento SE se hizo antes de la entrega del folleto informativo.

Sin embargo, aunque no se analizase en el presente estudio, podemos suponer, corroborando los datos de la literatura,7,8,13,22,33,39 que la entrada en Q tuviese un impacto emocional negativo sobre los responsables e influenciase la ansiedad de los niños, además del impacto emocional negativo directo sobre ellos.

La mayoría de los padres de ambos grupos, estaban tranquilos al momento de la aplicación de la escala de ansiedad de Hamilton, GC 80,5% y GI 75%, con niveles de ansiedad considerados normales según las puntuaciones de HAM-A. Es importante resaltar que la escala fue usada en el momento SE y la literatura es escasa con relación a la evaluación de la ansiedad parental con esa herramienta en ese momento. Solamente el estudio de Rangel Avila et al.,31 que también usa la escala en la sala de espera del CQ, demuestra una baja prevalencia de ansiedad. Los demás estudios investigados, que evalúan la ansiedad parental, usan escalas como el Idate o la escala visual de ansiedad en momentos diferentes, por tanto es de difícil comparación con el actual estudio.14,25,26,40 El estudio de Kain et al.,10 a pesar de evaluar la ansiedad de los parientes con el Idate, demuestra que padres participantes del programa educacional sobre la anestesia tienen menores niveles de ansiedad en el período preoperatorio.

En el presente estudio, se buscó evaluar la relación entre la ansiedad de los responsables y la ansiedad de los niños, en un intento de verificar si los responsables que recibieron informaciones escritas, ejercieron alguna influencia en el comportamiento de la ansiedad en los niños cuando se les comparó con los responsables que recibieron solamente las informaciones verbales convencionales. Sin embargo, la mayoría de los responsables con ansiedad normal (HAM-A) tuvo un mayor porcentaje de niños no ansiosos en ambos grupos. También los padres ansiosos (HAM-A leve, moderada y grave), tuvieron el mismo comportamiento y se relacionaron con un mayor porcentaje de niños no ansiosos. Por consiguiente, en el actual estudio, no se pudo concluir que existe una relación entre la ansiedad parental y la ansiedad de los niños.

Al observar críticamente este estudio, notamos que la escala de Hamilton fue aplicada después de las informaciones convencionales asociadas o no al folleto, lo que impidió el conocimiento del estado de ansiedad basal de los responsables. Sin embargo, en ambos grupos la mayoría llegaron tranquilos. Además, la entrega del folleto y la evaluación inicial de la ansiedad en los niños y en sus responsables, podría ocurrir fuera del ambiente quirúrgico. Sin embargo, tanto la entrega del folleto como el momento de la primera evaluación de la ansiedad no fueron posibles antes de la entrada de los pacientes en el ambiente quirúrgico a causa de las rutinas institucionales. En el caso de que se diese así, habría la posibilidad de evaluar la ansiedad basal fuera del CQ, un mayor tiempo para que el responsable pensase en las informaciones recibidas y tal vez influir efectivamente en la ansiedad de los niños en la inducción anestésica.

Conclusiones

Este estudio prospectivo, que evaluó la ansiedad en los niños en el preoperatorio, permite concluir que, independientemente de la calidad de la información ofrecida a los responsables en la sala de espera del CQ, el nivel y la prevalencia de ansiedad de los niños aumentaron de forma significativa en el momento en que ellos entraron en el quirófano. Así, la calidad de la información "convencional + folleto" para los responsables, no fue superior a la información ofrecida de forma "convencional" verbal.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Referencias

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  • Autor para correspondência:
    Débora de Oliveira Cumino
    E-mail:
  • *
    Trabalho realizado na Irmandade Santa Casa de Misericórdia de São Paulo e no Hospital Infantil Sabará, São Paulo, SP, Brasil.
  • Fechas de Publicación

    • Publicación en esta colección
      18 Dic 2013
    • Fecha del número
      Dic 2013

    Histórico

    • Recibido
      04 Mar 2013
    • Acepto
      29 Abr 2013
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