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Investigando los momentos óptimos en el deporte: una revisión del constructo flow

Researching peak moments in sport: a review of flow

Pesquisando os momentos ótimos no esporte: uma revisão do conceito flow

Resúmenes

El objetivo del artículo es analizar el desarrollo del concepto flowy su evolución epistemológica en el ámbito de la investigación deportiva. Se sugiere que la investigación sobre el flow se ha movido desde un interés inicial por describir estas experiencias, hacia una predilección por medirlo y controlarlo, de cara a predecir y facilitar el rendimiento deportivo. Esta evolución se ha materializado sin que la definición y delimitación del constructo haya sido resuelta satisfactoriamente. El artículo propone retomar la atención en la naturaleza lingüís- tica del flow y profundizar así en el significado que tienen estas experiencias para quienes las experimentan.

Flow ; Experiencia óptima; Rendimiento óptimo; Deporte


The objective of this paper is to analyze the of flow concept and its epistemolog- ical evolution within sport research. The analysis highlights that the investigation about flow changed its's initial interest in describing these experiences to privilege its’ measuring and control, aiming to predict and to facilitate sport performance. Nevertheless, this evolution has been materialized with no satisfactory definition or delimitation of this concept. This arti- cle suggests to retake the care with the linguistic nature of flow and to deepen, this way, the meaning of these experiences to those who live them.

Flow; Peak experience; Peak performance; Sport


O objetivo deste artigo é analisar o conceito de flow e sua evolução epistemológica no âmbito da pesquisa esportiva. A análise destaca que a investigação sobre o flow mudou seu interesse inicial em descrever estas experiências, para privilegiar sua medição e controle, a fim de prever e facilitar o desempenho atlético. Entretanto, essa evolução tem se materializado sem que a definição e delimitação desse conceito tenham sido concebidas satisfatoriamente. O artigo sugere retomar o cuidado da natureza linguística de flow e aprofundar, desse modo, o que significam essas experiências para quem as vive.

Flow ; Experiência ótima; Alto desempenho; Esporte


Introducción

La expresión momentos óptimos (peak moments) se ha utilizado como un término paraguas en la psicología deportiva para agrupar los estados positivos de conciencia que muchos deportistas manifiestan experimentar durante la práctica o la competición (Kimiecik e Jackson, 2002Kimiecik JC, Jackson SA. Optimal experience in sport: A flow perspective. En: Horn T, editor. Advances in sport psychology. Champaign, IL: Human Kinetics; 2002. p. 501-27.; Mcinman e Grove, 1991Mcinman AD, Grove RJ. Peak moments in sport: A literature review. Quest 1991;43:333-51.). El estudio de estos momentos no ha sido una tarea sencilla, dado el carácter personal y subjetivo que tienen. El interés sobre estas experiencias vino asociado a la influencia del modelo humanista en psicología que enfatiza el interés por el crecimiento y el desarrollo personal del individuo (Hill, 2001Hill KL. Frameworks for sport psychologist. Enhancing sport performance. Champaign: Human Kinetics; 2001.; López, 2006López MR. Características y relaciones de "flow", ansiedad y estado emocional con el rendimiento deportivo en deportistas de élite. En: Tesis Doctoral Departament de Psicologia Bàsica, Evolutiva ide l' Educación. Barcelona: Universitat Autònoma de Barcelona; 2006.). El énfasis en la idea de que una atención global al deportista podía facilitar un rendimiento superior pudo favorecer el hecho de que el modelo humanista progresivamente fuera aceptado por la psicología del deporte (Hill, 2001Hill KL. Frameworks for sport psychologist. Enhancing sport performance. Champaign: Human Kinetics; 2001.; Jackson, 1992Jackson SA. Athletes in flow: A qualitative investigation of flow states in elite figure skaters. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:161-80., 1995Jackson SA. Factors influencing the occurrence of flow state in elite athletes. Journal of Applied Sport Psychology 1995;7:138-66.; Jackson e Csikszentmihalyi, 1999Jackson SA. Toward a conceptual understanding of the flow experience in elite athletes. Research Quarterly for Exercise and Sport 1996;67:76-90.; Jackson e Roberts, 1992Jackson SA, Roberts GC. Positive performance states of athletes: Toward a conceptual understanding of peak performance. The Sport Psychologist 1992;6:156-71.; Mcinman e Grove, 1991Mcinman AD, Grove RJ. Peak moments in sport: A literature review. Quest 1991;43:333-51.; Privette e Bundrick, 1987Privette G, Bundrick CM. Measurement of experience: Construct and content validity of the experience questionnaire. Perceptual and Motor Skills 1987;65:315-32.; Stein et al., 1995Stein GL, et al. Psychological Antecedents of Flow in Recreational Spot. Personality social Psychology Bulletin 1995;21(2):125-35.).

El estudio de las experiencias subjetivas en el deporte se ha encontrado con inconsistencias teóricas y metodológicas, dada la dificultad de definir y distinguir estos estados (Engeser e Schiepe-Tiska, 2012Engeser S, Schiepe-Tiska A. Historical lines and an overview of current research on flow. En: Engeser S, editor. Advances in flow research. New York: Springer; 2012. p. 1-22.; Moneta, 2012Moneta GB. On the measurement and conceptualization of flow. En: Engeser S, editor. Advances in flow research. New York: Springer; 2012. p. 23-50.). Como indican Jackson e Csikszentmihalyi (1999)Jackson SA, Csikszentmihalyi M. Flow in sports. The keys to optimal experiences and performances. Human Kinetics; 1999. se han utilizado una gran variedad de términos para describir estos momentos: estar en una burbuja, tener satisfacción completa, estar focalizado, estar en la zona, tener un compromiso total, estar completamente sosegado, estar en marcha, estar concentrado, ser imparable, estar flotando, tener un control total. Las palabras que los deportistas y los investigadores utilizan para dar cuenta de estas experiencias son ambiguas e imprecisas, ya que reflejan exclusivamente los significados de quién las utiliza. No obstante, a pesar de esta variedad de términos, en las últimas décadas se ha ido abriendo paso en la psicología deportiva un grupo reducido de conceptos que han sido finalmente consensuados para el estudio de los momentos óptimos. Entre estos términos, sin lugar a dudas, el que más desarrollo ha experimentado dentro de la comunidad científica ha sido el flow.

El objetivo de este artículo es describir el desarrollo que el concepto flow ha tenido desde sus inicios y las inconsistencias existentes en la investigación en torno a este constructo. En concreto, el artículo muestra cómo la investigación sobre el flow en el deporte se ha movido desde un interés inicial por describirlo y conocerlo, hacia una predilección por medirlo y controlarlo. Sin embargo, como se expondrá durante el artículo, esta evolución ha tenido lugar sin que la definición del constructo haya sido resuelta satisfactoriamente (Partington, 2001Partington S. A narrative study of flow experiences in sport performance. Tesis doctoral no publicada, Exeter University; 2001.; Sparkes e Partington, 2003Sparkes AC, Partington S. Narrative practice and its potential contribution to sport psychology: The example of flow. The Sport Psychologist 2003;17(3):292-317.). El artículo finaliza abogando por retomar la atención hacia la naturaleza linguística del flow, dado que ésta estaría condicionando tanto su definición como la forma de acercarse a estas experiencias.

Origen del concepto flow y su evolución en la investigación deportiva

El flow es un constructo psicológico relacionado desde sus orígenes con los estudios sobre motivación intrínseca (Deci, 1976Deci EL. Intrinsic motivation. New York: Plenum Press; 1976.; Deci e Ryan, 1985Deci EL, Ryan RM. Intrinsic motivation and self-determination in human behaviour 1985.; Decharms e Muir, 1978Decharms R, Muir MS. Motivation: social approaches. Annual Review of Psychology 1978;29:91-113.; Maslow, 1973Maslow A. El hombre autorrealizado: hacia una psicología del ser.12. Barcelona: Kairós; 1973.), introducido a principios de los setenta en la literatura científica por el psicólogo cognitivista social, Mihály Csikszentmihalyi (Csikszentmihalyi, 1975Csikszentmihalyi M. Beyond boredom and anxiety. San Francisco: Jossey-Bass; 1975.). El término define un estado positivo de conciencia que puede experimentarse cuando se está totalmente involucrado con algunas actividades cuya práctica resulta intrínsecamente gratificante. Csikszentmihalyi le atribuye al flow un carácter universal, al defender una estructura fenomenológica básica en la naturaleza del mismo. Una realidad que puede ser reconocida por personas de todas las edades, ambos géneros, diversos estatus socioeconómicos y muy diferentes culturas.

En ocasiones, el flow se ha llegado a presentar incluso como una psicología de la felicidad (Csikszentmihalyi, 1990), convirtiéndolo así en un icono de lo que hoy es la psicología positiva (Seligman, 2003Seligman MEP. La auténtica felicidad. Barcelona: Vergara; 2003.; Seligman e Csikszentmihalyi, 2000Seligman MEP, Csikszentmihalyi M. Positive psychology: An introduction. American Psychologist 2000;55(1):5-14.). De hecho, el término flow surge de las descripciones dadas por algunas de las personas entrevistadas por Csikszentmihalyi, que lo usaban como metáfora para describir sus sentimientos cuando estaban inmersos en actividades creativas (e.g., ajedrez, escalada, pintura, juego, baile), las cuales, en sí mismas, resultaban ser gratificantes y satisfactorias (Csikszentmihalyi, 1975Csikszentmihalyi M. Beyond boredom and anxiety. San Francisco: Jossey-Bass; 1975., 1988aCsikszentmihalyi M. The flow experience and its significance for human psychology. En: Csikszentmihalyi M, Selega Csikszentmihalyi IS, editors. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press; 1988a. p. 15-35., 1990).

Los primeros trabajos sobre flow en el deporte se desarrollaron en el contexto de la investigación sobre los momentos óptimos o peak moments (Engeser e Schiepe-Tiska, 2012Engeser S, Schiepe-Tiska A. Historical lines and an overview of current research on flow. En: Engeser S, editor. Advances in flow research. New York: Springer; 2012. p. 1-22.). Así, el constructo flow venía a ofrecer una explicación más a los múltiples relatos de deportistas que describían experiencias extraordinariamente positivas durante la competición, y que hacían referencia a cambios de conciencia, alteraciones en la percepción del tiempo, estados de concentración e implicación total con la actividad realizada. Sin embargo, pronto estas experiencias comenzaron a ser asociadas a un funcionamiento óptimo o un rendimiento máximo (Csikszentmihalyi, 1990; Garfield e Bennett, 1987Garfield CA, Bennett HZ. Rendimiento máximo. Barcelona: Martínez Roca, D. L; 1987.; Jackson e Csikszentmihalyi, 1999Jackson SA, Csikszentmihalyi M. Flow in sports. The keys to optimal experiences and performances. Human Kinetics; 1999.; Jackson e Eklund, 2002Jackson SA, Eklund RC. Assessing flow in physical activity: The FlowState Scale-2 and Dispositional Flow Scale-2. Journal of Sport and Exercise Psychology 2002;24:133-50.; Jackson et al., 2001Jackson SA, et al. Relationships between flow, self-concept, psychological skills, and performance. Journal of Applied Sport Psychology 2001;13:129-53.). El flow se convierte así en un auténtico baluarte de la psicología deportiva, que ve en el control de este estado de conciencia una de las claves para alcanzar el rendimiento máximo (Jackson et al., 2001Jackson SA, et al. Relationships between flow, self-concept, psychological skills, and performance. Journal of Applied Sport Psychology 2001;13:129-53.; Kimiecik e Jackson, 2002). De hecho, a principios de los noventa, la psicología del deporte asume y defiende la idea de que experimentar flow durante la competición puede ser determinante para alcanzar el éxito o la victoria y define el término como un estado mental óptimo para la ejecución que puede determinar el rendimiento final (Jackson, 1996Jackson SA. Toward a conceptual understanding of the flow experience in elite athletes. Research Quarterly for Exercise and Sport 1996;67:76-90.; Jackson e Csikszentmihalyi, 1999Jackson SA, Csikszentmihalyi M. Flow in sports. The keys to optimal experiences and performances. Human Kinetics; 1999.; Jackson e Marsh, 1996Jackson SA, Marsh HW. Development and validation of a scale to measure optimal experience: The Flow State Scale. Journal of Sport and Exercise Psychology 1996;18:17-35.; Jackson e Roberts, 1992Jackson SA, Roberts GC. Positive performance states of athletes: Toward a conceptual understanding of peak performance. The Sport Psychologist 1992;6:156-71.; Mcinman e Grove, 1991Mcinman AD, Grove RJ. Peak moments in sport: A literature review. Quest 1991;43:333-51.). Una interpretación que ha llevado a algunos deportistas, entrenadores y psicólogos a ver en el flow una especie de equivalente atlético del Santo Grial, una suerte de estado mágico de conciencia que alimenta los grandes momentos del deporte (Partington, 2001Partington S. A narrative study of flow experiences in sport performance. Tesis doctoral no publicada, Exeter University; 2001.; Sparkes e Partington, 2003Sparkes AC, Partington S. Narrative practice and its potential contribution to sport psychology: The example of flow. The Sport Psychologist 2003;17(3):292-317.).

En esta línea, la psicología deportiva ha visto en el flow la materialización mental del rendimiento máximo y ha intentado controlarlo para reproducirlo en la alta competición. De hecho, los primeros trabajos de Jackson, aún de corte cualitativo, pretendían fundamentalmente analizar si el modelo de flow de Csikszentmihalyi era aplicable al mundo del deporte (Jackson, 1992Jackson SA. Athletes in flow: A qualitative investigation of flow states in elite figure skaters. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:161-80., 1995Jackson SA. Factors influencing the occurrence of flow state in elite athletes. Journal of Applied Sport Psychology 1995;7:138-66., 1996Jackson SA. Toward a conceptual understanding of the flow experience in elite athletes. Research Quarterly for Exercise and Sport 1996;67:76-90.). A raíz de estos estudios surgieron una serie de instrumentos que pretendían delimitar y medir el constructo. Este fue el caso de la Flow State Scale (Jackson e Marsh, 1996Jackson SA, Marsh HW. Development and validation of a scale to measure optimal experience: The Flow State Scale. Journal of Sport and Exercise Psychology 1996;18:17-35.) y la Dispositional Flow Scale (Jackson et al., 1998Jackson SA, et al. Psychological correlates of flow in sport. Journal of Sport and Exercise Psychology 1998;20:358-78.), ambos basados en las dimensiones de flow descritas por Csikszentmihalyi (Csikszentmihalyi, 1990) y que fueron posteriormente modificadas por Jackson e Eklund (2002)Jackson SA, Eklund RC. Assessing flow in physical activity: The FlowState Scale-2 and Dispositional Flow Scale-2. Journal of Sport and Exercise Psychology 2002;24:133-50.. Estos instrumentos, aunque no son los únicos que se han elaborado para medir el flow, sí puede afirmarse que han sido los más utilizados en la investigación deportiva.

No obstante, lejos de intentar abordar una revisión exhaustiva de la investigación sobre el flow, nuestro interés se dirige más bien a entender la forma en que ésta ha evolucionado desde un interés inicial por la descripción de este fenómeno a la seducción posterior por la posibilidad de medirlo, predecirlo y controlarlo. Además, es llamativo esta evolución si consideramos que fue el mismo Csikszentmihalyi quien advirtió que "cualquier medida de flow que se pueda crear solo es un reflejo parcial de esta realidad" (Csikszentmihalyi, 1992Csikszentmihalyi M. A response to the Kimiecik & Stein and Jackson papers. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:181-3.). Por lo tanto, lejos de considerar esta advertencia, la investigación sobre el flow ha asumido sus características absolutas y universales y, con ello, la posibilidad de su medición, predicción y control. De esta forma, la investigación se ha alejado del modelo humanista en el que se basó el estudio del flow en su origen para abordarlo desde una perspectiva casi exclusivamente psicométrica, obviando algunos problemas que habían sido asociados a la definición del constructo. En este sentido, Partington argumenta que "al intentar controlar y predecir el flow, los investigadores necesariamente asumen que pueden medirlo […] sin embargo, han pasado por alto los problemas que siguen existiendo sobre las definiciones del flow" (Partington, 2001Partington S. A narrative study of flow experiences in sport performance. Tesis doctoral no publicada, Exeter University; 2001., p. 26). En otras palabras, los investigadores han preferido basarse en estas definiciones en lugar de explorarlas. Este giro epistemológico ha impedido por el momento resolver algunas inconsistencias encontradas en la literatura y la investigación sobre el flow. Veamos algunas de ellas.

Inconsistencias no resueltas en la definición del flow

Aunque algunos investigadores han resaltado la dificultad que conlleva acotar y medir el flow (Csikszentmihalyi, 1992Csikszentmihalyi M. A response to the Kimiecik & Stein and Jackson papers. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:181-3.; García et al., 2006García T, Cervelló E, Santos-Rosa FJ. Flow y deporte. En: Garcés de los Fayos EJ, Olmedilla A, et al, editors. Psicología y deporte. Murcia: Diego Marín; 2006.; Jackson, 1992Jackson SA. Athletes in flow: A qualitative investigation of flow states in elite figure skaters. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:161-80.; Kimiecik e Stein, 1992Kimiecik JC, Stein GL. Examinig flow experiences in sport contexts: Conceptual issues and methodological concerns. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:144-60.; Landhäußer e Keller, 2012Landhäußer A, Keller J. Flow and its affective, cognitive and performance-related consequences. En: Engeser S, editor. Advances in flow research. New York: Springer; 2012. p. 65-85.), esto no ha impedido que la investigación progrese en esta línea. En este sentido, Partington ha manifestado que "paradójicamente mientras la cuestión de la definición no ha sido resuelta satisfactoriamente, el foco de los actuales estudios y métodos empleados dependen precisamente de la necesidad de esa definición" (Partington, 2001Partington S. A narrative study of flow experiences in sport performance. Tesis doctoral no publicada, Exeter University; 2001., p. 32). De hecho, el debate en torno al problema de la definición constituye la clave que puede explicar la debilidad que algunos investigadores atribuyen al marco teórico del constructo (Engeser e Schiepe-Tiska, 2012Engeser S, Schiepe-Tiska A. Historical lines and an overview of current research on flow. En: Engeser S, editor. Advances in flow research. New York: Springer; 2012. p. 1-22.; González-Cutre et al., 2010González-Cutre D, Moreno JA, Cervelló E. El estado de flow en la práctica físico-deportiva. En: Moreno JA, Cervelló E, editors. Motivación en la actividad física y el deporte. Sevilla: Wanceulen; 2010. p. 195-214.; López, 2006López MR. Características y relaciones de "flow", ansiedad y estado emocional con el rendimiento deportivo en deportistas de élite. En: Tesis Doctoral Departament de Psicologia Bàsica, Evolutiva ide l' Educación. Barcelona: Universitat Autònoma de Barcelona; 2006.; Moneta, 2012Moneta GB. On the measurement and conceptualization of flow. En: Engeser S, editor. Advances in flow research. New York: Springer; 2012. p. 23-50.; Partington, 2001Partington S. A narrative study of flow experiences in sport performance. Tesis doctoral no publicada, Exeter University; 2001.). Dos cuestiones se presentan claves a la hora de estudiar el flow en el deporte. Por un lado, se hace necesaria una delimitación de este constructo respecto a otras variables surgidas en relación con los momentos óptimos en el deporte. Por otro lado, de cara a la operatividad y medición del constructo flow, parece necesario un acuerdo dentro de la comunidad científica sobre las características esenciales que definen internamente el concepto. Seguidamente abordamos en más detalle cada una de estas necesidades.

Falta de delimitación del flow con otros constructos que describen momentos óptimos

La expresión momentos óptimos o peak moments sirvió para acoger otros conceptos, como el de experiencia óptima o peak experience y rendimiento óptimo o peak performance, que la psicología deportiva fue desarrollando paralelamente al concepto de flow. La experiencia óptima (peak experience) fue adaptada al campo deportivo por Ravizza (1977Ravizza K. Peak experiences in sport. Journal of Humanistic Psychology 1977;17:35-40., 1984)Ravizza K. Qualities of the peak experience in sport. En: Silva J, e Weinberg R, editors. Psychological foundations of sport. Champaign: Human Kinetics; 1984. p. 452-61.basándose en las ideas de Maslow (1973)Maslow A. El hombre autorrealizado: hacia una psicología del ser.12. Barcelona: Kairós; 1973., quien la definía como "aquellos momentos de máxima felicidad y desarrollo completo que se acompañan por una pérdida de los miedos, las inhibiciones y las inseguridades. [...] un momento de éxtasis no voluntario de total integración y paz interna" (Ravizza, 1984Ravizza K. Qualities of the peak experience in sport. En: Silva J, e Weinberg R, editors. Psychological foundations of sport. Champaign: Human Kinetics; 1984. p. 452-61., p. 453). Por otra parte, los trabajos de Privette (1981Privette G. Dynamics of peak performance. Journal of Humanistic Psychology 1981;21(1):57-67., 1983)Privette G, Landsman T. Factor analysis of peak performance: The full use of potential. Journal of Personality and Social Psychology 1983;44:195-200. y Privette e Landsman (1983)Privette G, Landsman T. Factor analysis of peak performance: The full use of potential. Journal of Personality and Social Psychology 1983;44:195-200., acuñaron el término rendimiento óptimo (peak performance) para definir un episodio de funcionamiento superior. Este último concepto designaría "el prototipo de un uso superior del potencial humano"; es decir, reflejaría una conducta que es "más eficiente, creativa, productiva o, en algún modo, mejor que la conducta habitual" (Privette, 1983Privette G, Landsman T. Factor analysis of peak performance: The full use of potential. Journal of Personality and Social Psychology 1983;44:195-200., p. 1362).

En la literatura especializada podemos encontrar que los términos flow, experiencia óptima y rendimiento óptimo han sido utilizados indistintamente por algunos investigadores, normalmente asociados con el término más global de momentos óptimos. En este sentido, McInman y Grove, en su revisión sobre estos estados en el deporte, ofrecen algunos ejemplos de esta confusión terminológica y proponen utilizar el concepto como una entidad global que abarque todas las experiencias deportivas superiores de carácter emocional o de rendimiento (Mcinman e Grove, 1991Mcinman AD, Grove RJ. Peak moments in sport: A literature review. Quest 1991;43:333-51.). Sin embargo, la opinión más extendida aboga por una separación absoluta de los tres estados (Kimiecik e Stein, 1992Kimiecik JC, Stein GL. Examinig flow experiences in sport contexts: Conceptual issues and methodological concerns. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:144-60.; Privette, 1983Privette G, Landsman T. Factor analysis of peak performance: The full use of potential. Journal of Personality and Social Psychology 1983;44:195-200.). En esta línea, Privette y Bundrick han defendido la diferenciación de estos tres estados, caracterizando el flow como una experiencia intrínsecamente gratificante en relación con el funcionamiento superior que define el rendimiento óptimo (Privette e Bundrick, 1987Privette G, Bundrick CM. Measurement of experience: Construct and content validity of the experience questionnaire. Perceptual and Motor Skills 1987;65:315-32.). Por su parte, Jackson describe el rendimiento óptimo como prestación o realización, en tanto que caracteriza el flow como un estado psicológico (Jackson, 1996Jackson SA. Toward a conceptual understanding of the flow experience in elite athletes. Research Quarterly for Exercise and Sport 1996;67:76-90.). Posteriormente, Jackson y Csikszentmihalyi, en su obra Flow in sports - The keys to optimal experiences and performances, usarán los términos disfrute y experiencia óptima indistintamente al de flow, alegando que los deportistas cuando hablan de estas experiencias recurren reiteradamente a ambas características (Jackson e Csikszentmihalyi, 1999Jackson SA, Csikszentmihalyi M. Flow in sports. The keys to optimal experiences and performances. Human Kinetics; 1999.).

La dificultad de diferenciar el concepto flow de otros términos asociados con los momentos óptimos en el deporte (i.e., experiencia óptima, rendimiento óptimo) se hace más evidente cuando se presta atención a las relaciones que pueden establecerse entre estos términos. Así, Maslow (1973)Maslow A. El hombre autorrealizado: hacia una psicología del ser.12. Barcelona: Kairós; 1973. sugiere que la experiencia óptima puede ser el resultado de un rendimiento óptimo. Csikszentmihalyi, por su parte, define la experiencia óptima como un estado muy cercano al flow y llega a afirmar que "para actuar como vanguardia de crecimiento" el flow debería de ser una experiencia óptima, uno de los mejores estados - si no el mejor, por lo menos estar a la par de esas recompensas homeostáticas que denominamos placer" (Csikszentmihalyi, 1988bCsikszentmihalyi M. The future of flow. En: Csikszentmihalyi M, Selega Csikszentmihalyi IS, editors. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press; 1988b. p. 353-70., p. 367). Aunque en investigaciones posteriores (Jackson e Csikszentmihalyi, 1999Jackson SA, Csikszentmihalyi M. Flow in sports. The keys to optimal experiences and performances. Human Kinetics; 1999.) acepta que el estado de flow subyace al rendimiento óptimo, no deja de ser curioso que, anteriormente, el padre del flow se hubiera pronunciado a favor de eludir esta relación. Nos resulta especialmente premonitoria las seguientes palabras de Csikszentmihalyi:

[…] si pudiera demostrarse que un zaguero juega mejor si siente flow, o que un ingeniero desarrolla un producto mejor cuando está en estado de flow, entonces se despertaría un gran interés por el concepto y se profundizaría sobre el mismo. Esto, por supuesto, destruiría definitivamente la naturaleza autotélica de la experiencia. Tan pronto como el énfasis se modifique de la experiencia per se a lo que se puede lograr con ella, volveremos al reino de la vida cotidiana reglada por las consideraciones extrínsecas (Csikszentmihalyi, 1988bCsikszentmihalyi M. The future of flow. En: Csikszentmihalyi M, Selega Csikszentmihalyi IS, editors. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press; 1988b. p. 353-70., p. 374).

En relación con este debate, Cohn (1991)Cohn PJ. An exploratory study of peak performance in golf. The Sport Psychologist 1991;5(1):1-14.argumenta, alineándose con Privette (1983)Privette G. Peak experience, peak performance, and flow: A comparative analysis of positive human experiences. Journal of Personnality and Social Psychology 1983;45(6):1.361-8. y con el joven Csikszentmihalyi (1975Csikszentmihalyi M. Beyond boredom and anxiety. San Francisco: Jossey-Bass; 1975., 1988b)Csikszentmihalyi M. The future of flow. En: Csikszentmihalyi M, Selega Csikszentmihalyi IS, editors. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press; 1988b. p. 353-70. que el flow no es sinónimo de rendimiento óptimo, mientras que Jackson y Roberts llegan a afirmar que experimentar flow durante la competición deportiva "puede ser la diferencia entre un buen rendimiento y un gran rendimiento" (Jackson e Roberts, 1992Jackson SA, Roberts GC. Positive performance states of athletes: Toward a conceptual understanding of peak performance. The Sport Psychologist 1992;6:156-71., p. 168). En estudios posteriores será Jackson quien sugiere que la diferencia entre el flow y la experiencia óptima es una cuestión de intensidad y se reafirmará en la idea de que el flow es un estado mental que subyace al rendimiento óptimo (Jackson, 1995Jackson SA. Factors influencing the occurrence of flow state in elite athletes. Journal of Applied Sport Psychology 1995;7:138-66., 1996Jackson SA. Toward a conceptual understanding of the flow experience in elite athletes. Research Quarterly for Exercise and Sport 1996;67:76-90.).

Una posible explicación a esta falta de delimitación entre el flow y los otros momentos óptimos la podemos encontrar en las pretensiones proyectadas por la psicología deportiva sobre la naturaleza del flow. Como ya adelantamos, el flow surge como un término más cercano al concepto de experiencia óptima de Maslow (1973)Maslow A. El hombre autorrealizado: hacia una psicología del ser.12. Barcelona: Kairós; 1973.. De hecho, Csikszentmihalyi destaca el carácter "autotélico" del mismo (Csikszentmihalyi, 1975Csikszentmihalyi M. Beyond boredom and anxiety. San Francisco: Jossey-Bass; 1975., 1988aCsikszentmihalyi M. The flow experience and its significance for human psychology. En: Csikszentmihalyi M, Selega Csikszentmihalyi IS, editors. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press; 1988a. p. 15-35., 1990). Sin embargo, a la medida que el constructo es adoptado por la psicología deportiva, y aplicado al deporte de rendimiento, esta idea se acercará más al concepto de rendimiento óptimo de Privette e Landsman (1983)Privette G. Peak experience, peak performance, and flow: A comparative analysis of positive human experiences. Journal of Personnality and Social Psychology 1983;45(6):1.361-8.. Respecto a esta evolución del flow, Partington argumenta lo siguiente:

La relación propuesta entre flow y rendimiento óptimo ha sido ya aceptada dentro del campo [deportivo]. Esta asunción persiste a pesar de la observación problemática de que el flow (como describió Csikszentmihalyi, 1975Csikszentmihalyi M. Beyond boredom and anxiety. San Francisco: Jossey-Bass; 1975.) implica una pérdida del yo, mientras que el rendimiento óptimo (como describió Privette, 1981Privette G. Dynamics of peak performance. Journal of Humanistic Psychology 1981;21(1):57-67., 1982) implica un fuerte sentido del yo. Además, el foco de la conceptualización original de Csikszentmihalyi del flow fue sobre todo basada en la experiencia. El flow fue descrito por Csikszentmihalyi (1988)Csikszentmihalyi M, Csikszentmihalyi IS. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press; 1988. como lo más similar a las descripciones de la experiencia óptima de Maslow (1964, 1968)Maslow A. El hombre autorrealizado: hacia una psicología del ser.12. Barcelona: Kairós; 1973. y opuesto al rendimiento óptimo (Partington, p. 27).

Por lo tanto, el flow como constructo psicológico no sólo presenta inconsistencias cuando se lo relaciona con los otros momentos óptimos del deporte, sino que esta falta de delimitación afecta a la instrumentalización del constructo más allá de la mera descripción. Como veremos a continuación, tanto las dimensiones que pretenden definirlo, como los modelos que intentan explicar el flow, son también objeto del debate en torno a la definición del concepto.

Falta de consenso en la definición de flow

Desde sus inicios, la investigación sobre flow ha concentrado sus esfuerzos en intentar aislar características y componentes que lo puedan definir (Csikszentmihalyi, Mihály; Csikszentmihalyi, 1988Csikszentmihalyi M, Csikszentmihalyi IS. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press; 1988.). De hecho, en su aplicación al deporte se ha adoptado una parte de la definición del propio Csikszentmihalyi (1975Csikszentmihalyi M. Beyond boredom and anxiety. San Francisco: Jossey-Bass; 1975., 1990), que se refiere al flow como una experiencia autotélica (reconfortante en sí misma) acompañada de un estado de conciencia superior que surge cuando los desafíos y las habilidades se perciben por encima de un nivel medio en una situación de equilibrio entre ambos. Jackson y Csikszentmihalyi llegan a afirmar que esta relación de equilibrio entre desafíos y habilidades constituye "la regla de oro del flow" (Jackson e Csikszentmihalyi, 1999Jackson SA, Roberts GC. Positive performance states of athletes: Toward a conceptual understanding of peak performance. The Sport Psychologist 1992;6:156-71., p. 6). Además, en la literatura sobre flow en el deporte existe un cierto consenso sobre las nueve dimensiones o factores que fueron definidas para el constructo por el propio Csikszentmihalyi (1990), a saber: 1) equilibrio entre habilidad y reto; 2) combinación/unión de la acción y el pensamiento; 3) claridad de objetivos; 4) feedback claro y sin ambigüedades; 5) concentración sobre la tarea que se está realizando; 6) sentimiento de control; 7) pérdida de autoconciencia; 8) transformación en la percepción del tiempo y 9) experiencia autotélica. Sin embargo, este consenso parece tambalearse cuando se analiza la evolución que el concepto ha tenido hasta el momento.

Por un lado, las primeras explicaciones que se desarrollaron sobre el flow lo representaban como un único factor compuesto de varias características o dimensiones. Sin embargo, estas dimensiones fueron variando en número. Por ejemplo, Privette (1983)Privette G. Peak experience, peak performance, and flow: A comparative analysis of positive human experiences. Journal of Personnality and Social Psychology 1983;45(6):1.361-8., a partir de una revisión teórica de los momentos óptimos caracteriza el flow con once componentes. Más tarde Hill (2001)Hill KL. Frameworks for sport psychologist. Enhancing sport performance. Champaign: Human Kinetics; 2001. revisa la propuesta de Privette y reduce a diez las dimensiones del flow. Kimecik y Stein (1992)Kimiecik JC, Stein GL. Examinig flow experiences in sport contexts: Conceptual issues and methodological concerns. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:144-60., en un estudio sobre los factores que pueden facilitar, evitar o interrumpir el flow, resaltan la importancia de seis de las dimensiones de Csikszentmihalyi, mientras Jackson (1992)Jackson SA. Athletes in flow: A qualitative investigation of flow states in elite figure skaters. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:161-80. y Jackson e Roberts (1992)Jackson SA, Roberts GC. Positive performance states of athletes: Toward a conceptual understanding of peak performance. The Sport Psychologist 1992;6:156-71., por su parte, hablan de ocho dimensiones en sus estudios con deportistas escolares y patinadores de élite. Posteriormente, Jackson (1995)Jackson SA. Factors influencing the occurrence of flow state in elite athletes. Journal of Applied Sport Psychology 1995;7:138-66. matiza la cifra de dimensiones en los estudios anteriores y sugiere la existencia de diez dimensiones que sintetizarían los 361 temas sugeridos por los atletas encuestados. Es sólo la investigación más tardía (Jackson, 1996Jackson SA. Toward a conceptual understanding of the flow experience in elite athletes. Research Quarterly for Exercise and Sport 1996;67:76-90.; Jackson e Csikszentmihalyi, 1999Jackson SA, Csikszentmihalyi M. Flow in sports. The keys to optimal experiences and performances. Human Kinetics; 1999.; Jackson e Marsh, 1996Jackson SA, Marsh HW. Development and validation of a scale to measure optimal experience: The Flow State Scale. Journal of Sport and Exercise Psychology 1996;18:17-35.) la que parece haber establecido un consenso en torno a las nueve dimensiones de Csikszentmihalyi.

Por otro lado, algunos términos utilizados para nombrar las diferentes características del flow han ido variando en la literatura. Así, Jackson (1995)Jackson SA. Factors influencing the occurrence of flow state in elite athletes. Journal of Applied Sport Psychology 1995;7:138-66. habla de "funcionamiento óptimo" cuando se refiere al flow, mientras Mcinman e Grove (1991)Mcinman AD, Grove RJ. Peak moments in sport: A literature review. Quest 1991;43:333-51. hacen referencia a "grandes energías" y Privette (1983)Privette G. Peak experience, peak performance, and flow: A comparative analysis of positive human experiences. Journal of Personnality and Social Psychology 1983;45(6):1.361-8. menciona como características comunes del flow, la experiencia óptima y el rendimiento óptimo, la libertad y la espontaneidad. Es notorio también que la caracterización del flow como diversión que hacen Privette (1983)Privette G. Peak experience, peak performance, and flow: A comparative analysis of positive human experiences. Journal of Personnality and Social Psychology 1983;45(6):1.361-8. y Mcinman e Grove (1991)Mcinman AD, Grove RJ. Peak moments in sport: A literature review. Quest 1991;43:333-51., prácticamente desaparece de las nueve dimensiones de Jackson e Csikszentmihalyi (1999)Jackson SA, Csikszentmihalyi M. Flow in sports. The keys to optimal experiences and performances. Human Kinetics; 1999., donde sólo el término autotélico recoge la supuesta manifestación lúdica del flow. De hecho, en las dimensiones de Privette podemos apreciar la importancia que tienen los factores relacionados con el goce y el disfrute en la definición del constructo, en comparación con la ausencia de dimensiones relacionadas con el rendimiento óptimo.

El problema de la consistencia interna de la definición afecta a la relevancia que algunos autores dan a las dimensiones del flow. En este sentido, a pesar de que los primeros trabajos de Jackson (1992)Jackson SA. Athletes in flow: A qualitative investigation of flow states in elite figure skaters. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:161-80. encuentran similitudes entre la descripción del flow que hacen los deportistas y el constructo de Csikszentmihalyi (con algunas excepciones, como la dimensión pérdida de la autoconciencia), no es menos cierto que, con el paso del tiempo, determinadas dimensiones del constructo original han sido consideradas más importantes que otras. En este caso, los investigadores tampoco se han puesto de acuerdo. Así, Csikszentmihalyi e Csikszentmihalyi (1988)Csikszentmihalyi M, Csikszentmihalyi IS. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press; 1988. definían el flow fundamentalmente como un estado de equilibrio entre desafíos y habilidades; mientras que Jackson (1992)Jackson SA. Athletes in flow: A qualitative investigation of flow states in elite figure skaters. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:161-80., por su parte, añadía a esta característica la combinación de acción y conciencia y la concentración en la tarea, como dimensiones principales del constructo. Posteriormente, Jackson e Marsh (1996)Jackson SA, Marsh HW. Development and validation of a scale to measure optimal experience: The Flow State Scale. Journal of Sport and Exercise Psychology 1996;18:17-35. consideran que la experiencia autotélica es crucial para el flow y, algo más tarde, González-Cutre et al. (2010)González-Cutre D, Moreno JA, Cervelló E. El estado de flow en la práctica físico-deportiva. En: Moreno JA, Cervelló E, editors. Motivación en la actividad física y el deporte. Sevilla: Wanceulen; 2010. p. 195-214. asegurarán que no todos los deportistas experimentan la transformación del tiempo.

La controversia en torno a la definición del flow no se limita sólo a la variedad de términos que se utilizan para identificar dimensiones o a la relevancia de éstas, sino que se reproduce también en la propuesta de modelos diferentes que pretenden explicarlo. Así, el modelo original de flow (Csikszentmihalyi, 1988aCsikszentmihalyi M. The flow experience and its significance for human psychology. En: Csikszentmihalyi M, Selega Csikszentmihalyi IS, editors. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press; 1988a. p. 15-35.) sugería que una persona podría experimentar este estado siempre que se diera un equilibrio entre los desafíos planteados y las habilidades percibidas para afrontarlos, al margen de cuáles fueran los niveles de unos y de otras. Como puede observarse en la figura 1, según este modelo una persona podía experimentar flow con niveles bajos de ambos factores, incluso cayendo en la ansiedad o el aburrimiento. Sin embargo, Massimini y Carli (1988) discrepan del modelo de canal de Csikszentmihalyi, al postular que la experiencia de flow sólo puede darse cuando los desafíos y las habilidades están por encima de la media (fig. 2).

Figura 1
Modelo original de flow de Csikszentmihalyi. La experiencia óptima es el área diagonal donde desafíosy habilidades se igualan (Extraído de Csikszentmihalyi e Csikszentmihalyi, 1988, p. 259).
Figura 2
Modelo de flow de cuatro canales de Massimini y Carli (Extraído de Csikszentmihalyi e Csikszentmihalyi, 1988,p. 261).

Además, aunque en ambos modelos (Csikszentmihalyi, 1988aCsikszentmihalyi M. The flow experience and its significance for human psychology. En: Csikszentmihalyi M, Selega Csikszentmihalyi IS, editors. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press; 1988a. p. 15-35.; Massimini et al., 1988Massimini F, Csikszentmihalyi M, Delle Fave A. Flow and biocultural evolution. En: Csikszentmihalyi M, Selega Csikszentmihalyi I, editors. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press; 1988. p. 71-90.) el flow es descrito como un estado diferente a la ansiedad, estudios posteriores han ofrecido evidencias de que ambos constructos pueden compartir una misma experiencia (Jones et al., 2000Jones CD, et al. Validation of the Flow Theory in an On-Site Whitewater Kayaking Setting. Journal of Leisure Research 2000;32(2):247-61.; Partington, 2001Partington S. A narrative study of flow experiences in sport performance. Tesis doctoral no publicada, Exeter University; 2001.; Partington et al., 2009Partington S, Partington E, Olivier S. The Dark Side of Flow: A Qualitative Study of Dependence in Big Wave Surfing. The Sport Psychologist 2009;23:170-85.; Sparkes e Partington, 2003Sparkes AC, Partington S. Narrative practice and its potential contribution to sport psychology: The example of flow. The Sport Psychologist 2003;17(3):292-317.). De hecho, los resultados obtenidos en estas investigaciones, realizadas con piragüistas de aguas bravas, sugieren que éstos pueden tener experiencias positivas incluso en situaciones con un alto nivel de estrés, siempre que el deportista tenga niveles de habilidad suficiente para superar las dificultades.

Así, los tradicionales modelos de canal han sido sustituidos por modelos multifactoriales más complejos, los cuales ven algunas de las dimensiones originales del flow como variables predictivas o resultantes, más que como características en sí mismas del fenómeno (Chen et al., 1999Chen H, Wigand RT, Nilan MS. Optimal experience of web activities. Computers in Human Behaviour 1999;15:585-608.; Mesurado, 2009Mesurado B. Comparación de tres modelos teóricos explicativos del constructo experiencia óptima o flow. Interdisciplinaria 2009;26(1):121-37.; Novak et al., 2000Novak TP, Hoffman DL, Yung YF. Measuring the customer experience in online environments: A structural modeling approach. Marketing Science 2000;19(1):22-42.; Rodríguez, 2009Rodríguez AM. The story flows on: A multi-study on the flow experience. En: Tesis doctoral no publicada. Departamento de Psicología Evolutiva, Educativa, Social y Metodología. Castelló (España): Universitat Jaume I; 2009.). Estos modelos entienden la experiencia óptima como un proceso que puede culminar o no en la experimentación de flow.

Algunas explicaciones para las inconsistencias del concepto flow en la investigación deportiva y posibles alternativas

La falta de una delimitación clara del flow en relación con otros términos similares (e.g., momentos óptimos, experiencia óptima, rendimiento óptimo) y su difícil acotación y medición, ha llevado a que algunos resultados de la investigación sean inconsistentes. Los investigadores han dado diversas razones para estas inconsistencias. Por un lado, el tipo de deporte y el contexto de práctica han sido presentados como posibles causas de las diferencias encontradas en las experiencias de flow (Kimiecik e Stein, 1992Kimiecik JC, Stein GL. Examinig flow experiences in sport contexts: Conceptual issues and methodological concerns. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:144-60.; Partington, 2001Partington S. A narrative study of flow experiences in sport performance. Tesis doctoral no publicada, Exeter University; 2001.). En esta línea, Jones et al. (2000)Jones CD, et al. Validation of the Flow Theory in an On-Site Whitewater Kayaking Setting. Journal of Leisure Research 2000;32(2):247-61. han sugerido que determinadas dimensiones que pueden servir para medir el flow en una actividad puede que no sean relevantes para otras. De la misma forma, tanto las características individuales (Csikszentmihalyi, 1988aCsikszentmihalyi M. The flow experience and its significance for human psychology. En: Csikszentmihalyi M, Selega Csikszentmihalyi IS, editors. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press; 1988a. p. 15-35.; Mandigo e Thomson, 1998Mandigo JL, Thomson LP. Go with the flow: How flow theory can help practitioners intrinsically motivate children to be physically active. Physical Educator 1998;55:145-59.) como determinados mecanismos ambientales (Kimiecik e Stein, 1992Kimiecik JC, Stein GL. Examinig flow experiences in sport contexts: Conceptual issues and methodological concerns. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:144-60.) han sido también causas apuntadas como determinantes de la experiencia de flow. Estos estudios no hacen sino resaltar lo que ya Csikszentmihalyi denomina personalidad autotélica, variable que estaría en el centro de las diferencias individuales observadas en las descripciones de flow. Esta cierta inestabilidad entre las definiciones que se manejan del flow y las experiencias narradas (sentidas) por las personas entrevistadas, ha sido puesta de manifiesto también por Han (1988)Han S. The relationship between life satisfaction and flow in elderly Korean inmigrants. En: Csikszentmihalyi M, Selega Csikszentmihalyi IS, editors. Optimal experience. Psychological studies of flow in consciousness. New York: Cambridge University Press;1988. p. 138-49., quien las atribuye a razones culturales y de género. Otros investigadores han sugerido que el flow no puede separarse de algunas respuestas cognoscitivas o conductuales del individuo que son aprendidas y construidas socialmente (Partington, 2001Partington S. A narrative study of flow experiences in sport performance. Tesis doctoral no publicada, Exeter University; 2001.; Sparkes e Partington, 2003Sparkes AC, Partington S. Narrative practice and its potential contribution to sport psychology: The example of flow. The Sport Psychologist 2003;17(3):292-317.), resaltando así la naturaleza cultural que podrían tener estas experiencias.

Sin menospreciar las razones aducidas anteriormente, una explicación de la variedad terminológica de las descripciones del flow parece alcanzar hoy día gran relevancia. Nos referimos a la naturaleza lingüística de este tipo de experiencias (Markula e Denison, 2000Markula P, Denison J. See Spot Run: Movement as an object of textual analysis. Qualitative Inquiry 2000;3:406-31.; Maslow, 1973Maslow A. El hombre autorrealizado: hacia una psicología del ser.12. Barcelona: Kairós; 1973.; Mitchell, 1998Mitchell R. Implicaciones sociológicas de la experiencia de flujo. En: Csikszentmihalyi M, Selega Csikszentmihalyi IS, editors. Experiencia Óptima. Estudios psicológicos del Flujo en la Conciencia. Bilbao: Editorial Desclée de Brouwer; 1998. p. 49-70.; Murphy e White, 1978Murphy M, White RA. The psychic side of sports. Addison-Wesley; 1978.; Partington, 2001Partington S. A narrative study of flow experiences in sport performance. Tesis doctoral no publicada, Exeter University; 2001.; Sparkes e Partington, 2003Sparkes AC, Partington S. Narrative practice and its potential contribution to sport psychology: The example of flow. The Sport Psychologist 2003;17(3):292-317.). En este sentido, López (2006)López MR. Características y relaciones de "flow", ansiedad y estado emocional con el rendimiento deportivo en deportistas de élite. En: Tesis Doctoral Departament de Psicologia Bàsica, Evolutiva ide l' Educación. Barcelona: Universitat Autònoma de Barcelona; 2006. apunta hacia la lengua y la cultura como causas que pudieran explicar las diferencias observadas en las manifestaciones e interpretaciones de flow entre deportistas latinoamericanos y anglosajones. Como él mismo afirma: "Es posible que las manifestaciones y la interpretación de la experiencia sean un tanto diferentes en los atletas o deportistas hispanos y latinoamericanos, ya que aunque comparten la experiencia de la actividad deportiva con sus colegas anglosajones (…) sin embargo, tienen una lengua y una cultura diferentes" (López, 2006López MR. Características y relaciones de "flow", ansiedad y estado emocional con el rendimiento deportivo en deportistas de élite. En: Tesis Doctoral Departament de Psicologia Bàsica, Evolutiva ide l' Educación. Barcelona: Universitat Autònoma de Barcelona; 2006., p. 24). El propio Csikszentmihalyi (1992)Csikszentmihalyi M. A response to the Kimiecik & Stein and Jackson papers. Journal of Applied Sport Psychology 1992;4:181-3., aunque defendía unos componentes esenciales del flow, reconocía que sólo podríamos caracterizar la experiencia óptima si las relacionáramos con unas definiciones concretas y con los instrumentos de medición utilizados.

Una desconsideración de la naturaleza lingüística en la investigación del flow puede haber limitado sus posibilidades en un doble sentido. Por un lado, porque necesitamos el lenguaje para definir y acotar los términos de la investigación. De otro, porque el lenguaje es el que media la experiencia, dado que el flow no se puede medir directamente, sino a través de lo que nos cuentan las personas. Esto explicaría que personas distintas describan sus experiencias óptimas de forma diferente, pero también que grupos que comparten las mismas características culturales puedan reproducir experiencias de flow similares. La dificultad de expresar con palabras este tipo de vivencias tan subjetivas estaría relacionada también con la naturaleza lingüística del flow y podría explicar que se recurra a clichés retóricos y contextualizados con los que las personas están más familiarizadas para describirlas (Markula e Denison, 2000Markula P, Denison J. See Spot Run: Movement as an object of textual analysis. Qualitative Inquiry 2000;3:406-31.; Mitchell, 1998Mitchell R. Implicaciones sociológicas de la experiencia de flujo. En: Csikszentmihalyi M, Selega Csikszentmihalyi IS, editors. Experiencia Óptima. Estudios psicológicos del Flujo en la Conciencia. Bilbao: Editorial Desclée de Brouwer; 1998. p. 49-70.). Sparkes e Partington (2003)Sparkes AC, Partington S. Narrative practice and its potential contribution to sport psychology: The example of flow. The Sport Psychologist 2003;17(3):292-317.afirman que no podemos acceder directamente a la experiencia real (de flow), sino a una descripción de esa experiencia. Esta perspectiva sugeriría que el flow debe ser traducido por el idioma de la persona que narra su experiencia para que pueda ser compartida por otros, y esto mismo es lo que permite también que pueda ser objeto de estudio y análisis. Por lo tanto, nuestro objeto de estudio ya no sería tanto el fenómeno en sí, sino la descripción que se hace del mismo, por cuanto, como investigadores, sólo podemos acceder al relato que se hace de estas experiencias. Si aceptamos esta posición, debemos asumir que el constructo flow no puede ser tan universal y absoluto como lo define la investigación dominante. Aún más, deberíamos aceptar la idea de que el foco de atención en la investigación sobre el flow no debería estar en el flow como realidad, sino en el significado que las personas atribuyen a tal experiencia (Delle Fave, 2009Delle Fave A. Optimal Experience and Meaning: Which Relationship. Psychological Topics 2009;18(2):285-302.). Por lo tanto, las posibilidades de estudio del flow en el campo deportivo parecen ser mayores que la forma predominante en la que este fenómeno ha sido estudiado hasta la fecha.

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Fechas de Publicación

  • Publicación en esta colección
    Jan-Mar 2015

Histórico

  • Recibido
    19 Set 2012
  • Acepto
    31 Ene 2014
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